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Técnicas de Lectura Rápida

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Cómo dominar las técnicas de lectura 
En este milenio el mundo se gobierna por la información. Vencerá quien tiene la 
información adecuada en el momento adecuado y la manera más potente para 
lograr esto es dominar las técnicas de lectura rápida. 
Hay muchas maneras de acceder a información, una de las más comunes es 
la lectura. Puede ser en forma de libros, periódicos, internet, email, … Si 
somos emprendedores o empresarios. Si hacemos inversiones, estudiamos o nos 
pasamos una gran parte de nuestra jornada leyendo como los abogados o los 
ejecutivos. 
Un lector promedio lee alrededor de 200 palabras por minuto. Con una serie 
de técnicas de lectura, que han demostrado su eficacia durante décadas, podemos 
aprender a leer alrededor de 1.000 palabras por minuto. O sea un lector rápido es 
capaz de leer la misma cantidad de información cinco veces más rápido … y 
además aumenta la comprensión. 
La lectura rápida es más adecuada para nuestro cerebro que la lectura 
convencional ya que en vez de vocalizar las palabras con nuestra voz 
interna creamos rápidamente imágenes en nuestro cerebro y como dice el dicho 
popular, “una imagen vale más que 1.000 palabras”. 
Imagínate qué significa dominar las técnicas de lectura rápida para tu carrera, tu 
negocio, tus inversiones o cuánto tiempo libre podrías tener (podrás tener una 
carrera sobresaliente sin que tus hijos te parezcan extraños). 
Ahora puedes inscribirte a la derecha (o abajo si estás viendo esto desde tu móvil) 
y te mando totalmente gratis mi popular guía “21 Errores de lectura que nunca 
debes cometer para leer rápido con buena comprensión”. 
Técnicas de lectura rápida 
En esta sección publicamos las mejores técnicas de lectura rápida. Te enseñamos 
cómo leer mejor y cómo leer más rápido. Descubre las técnicas del lector veloz, e 
incrementa tu velocidad de lectura y comprensión con los consejos un experto. 
 
La fijación I 
Desde niños nos enseñan a leer siguiendo los signos alfabéticos consecutivamente 
con los ojos de izquierda a derecha. Esto implica que nuestros ojos están en 
perpetuo movimiento, haciendo una consecución de fijaciones, las cuales necesitan 
un tiempo determinado para cada ‘fotografía’. Es por esta razón por la que seguir la 
línea de un renglón impone unos límites físicos a nuestra velocidad de lectura, que 
los expertos sitúan en torno a las 200 p/m. 
Para tratar de superar este límite lo único que podemos hacer es cambiar este 
método de lectura, pues salvo que tengamos algún problema en la vista que dificulte 
la fijación, esta viene determinada por la genética y eso no es posible, todavía 
mejorarlo. 
Para ello lo conveniente es tratar de disminuir el numero de fijaciones con las cuales 
leemos. Un lector normal realiza tantas fijaciones como espacios en blanco hay 
entre las palabras. Puedes tratar de contarlos en este propio texto. Son muchos, y 
como dijimos antes, cada uno necesita un tiempo para ser realizado. 
Pero nuestros ojos están capacitados para ver mucho mas que una palabra por 
fijación. Aunque nuestro campo visual se acerca a los 180º, para leer únicamente 
utilizamos un 5%. Solo con que seamos capaces de aumentar este porcentaje que 
usamos otro 5%, nuestra velocidad de lectura se incrementará en hasta un 100%. 
Un lector rápido divide mentalmente cada línea en las fijaciones que le resulte 
cómodo. Esta técnica de lectura veloz es suficientemente versátil para que la vayas 
aplicando desde este momento. Al principio puede resultar difícil, pero si la practicas 
con asiduidad te darás cuenta de las ventajas que puede suponer. 
La fijación II 
Cómo decíamos en la entrada anterior, nuestra capacidad visual está por explotar. 
¿O no usamos todo nuestro campo visual mientras estamos conduciendo y vemos 
las señales de tráfico con el “rabillo del ojo”? 
Es evidente que no vamos a poder leer un libro o cualquier texto con los laterales 
de nuestro campo visual. Pero algunos expertos creen que podemos usar hasta el 
20% del mismo y que estamos usando, sólo, un 5%. 
La manera de aprovechar este campo visual restante es la denominada lectura en 
columnas. Puesto que perdemos tiempo en cada fijación y nuestro cerebro es capaz 
de absorber más información de la que le estamos proporcionando, lo que 
deberemos hacer es tratar de reducir el numero de fijaciones. Captar el mayor 
numero de palabras con cada “golpe de vista” de manera que si esquematizáramos 
esta forma de leer, parece que leemos mediante columnas. 
Para conseguirlo deberemos trabajar nuestro campo visual de manera que 
podamos distinguir los símbolos alfabéticos y las palabras a derecha e izquierda de 
cada punto de fijación. Cuantas más abarquemos, menores serán los saltos que 
deberemos realizar y a mayor velocidad podremos leer. 
http://tecnicas-de-lectura.com/lectura-rapida-veloz/la-fijacion-i/
Hay personas que son capaces de, con un solo punto de visión en el medio de una 
línea, leerla completa, e incluso varias líneas a la vez. 
La fijación III 
A la fijación le hemos dedicado dos entradas con anterioridad en esta sección del 
portal. Quiero ampliar el espacio dedicado explicando otra técnica que permite 
aumentar nuestra velocidad de lectura. 
Allá por el s. XIX, un investigador francés se dio cuenta de que el alfabeto fenicio, 
con el cual escribimos en occidente hoy en día, tiene una cualidad particular. Los 
símbolos que lo conforman tienen más diferencias estructurales en la parte superior 
de los mismos que en la inferior. Por tanto es más rápido distinguirlos si nos fijamos 
en la parte superior de las líneas. 
Si combinamos las técnicas relativas a la fijación que hemos explicado, ampliar 
nuestro campo visual para poder leer en columnas y nos fijamos en los textos en la 
parte superior de las líneas, podremos aumentar sobre manera nuestro ritmo de 
lectura. 
La metaguía 
La metaguía es una de las técnicas que utiliza el lector veloz que nos permite un 
avance considerable en nuestra velocidad de lectura. Para ello empleamos dos de 
las técnicas ya hemos explicado en esta sección y que con esta forma de emplearlas 
las llevaremos a su extremo: La fijación y el marcador. 
La técnica de la fijación permite reducir el tiempo que empleamos para reconocer 
los signos alfabéticos. Y el marcador, nos mantiene concentrados y facilita a los ojos 
la focalización. 
Hasta hora hemos explicado ambas técnicas partiendo de una secuencia lineal de 
los textos. Pero un lector rápido no recorre todas las palabras una detrás de otra, y 
tal y como explicamos anteriormente, el cerebro es capaz de absorber mayor 
cantidad de información de la que le estamos suministrando, por tanto, vamos a 
encontrar nuevos métodos de administrar esta información. 
Existen distintas maneras de aplicar la metagía, todas igualmente válidas, pero no 
todas igual de fáciles y, seguramente, no todas se nos den bien. Al principio es 
especialmente útil practicarlas con altas velocidades de lectura, sin necesidad de 
comprender, para después repetir la lectura, con la misma técnica, a velocidades 
más normales. También nos facilita su asimilación que utilicemos textos conocidos. 
Las técnicas no son independientes ni cerradas y una vez asimiladas todas pueden 
ser mezcladas entre sí. Lo correcto es que le dediquemos cinco minutos a cada una, 
http://tecnicas-de-lectura.com/tecnicas-lectura-fijacion/
http://tecnicas-de-lectura.com/el-marcador/
tratando de familiarizarnos con todas. Con tres sesiones tenemos tiempo para elegir 
aquellas que nos resulten mas provechosas, tratando de aplicarlas para distintos 
tipos de lectura cada una, pues seguramente, unas pueden sernos útiles para unos 
cometidos y otras para otros. 
Scanning 
Scanning es la acción de analizar un texto, para sacar información valiosa. Ya sea 
por simple curiosidad o con un propósito académico o laboral. La profundidad con 
la que queramos absorber la información no importa, pues nuestra forma de afrontar 
el texto va a ser la misma. Es igual que tratemos de encontrarun número de teléfono 
de la guía telefónica. Que consultemos una fecha en wikipedia. O que leamos el 
código de circulación. 
Para sacar el máximo partido de un texto tenemos que establecer una estrategia 
para atacar la lectura. Lo primero será leer aquello que nos proporciona información 
directa sobre lo que tenemos entre manos. Si se trata de un libro, la contraportada 
y el prólogo. La sinópsis cuando se trate de un documento, etc. Si fuera la guía 
telefónica, tendríamos que leer las instrucciones para saber como han sido 
introducidos los teléfonos. 
Una vez determinado como se recoge la información en el libro, es importante saber 
como se ha clasificado. Si disponemos de un índice, esta labor se simplifica 
sobremanera. Si no se dispone de un índice, es posible ojear el documento para 
saber los nombres de los capítulos, pues estos nunca han sido puestos al azar. Si 
existen agrupaciones mayores o menores que los capítulos. etc. 
Tras la clasificación conviene realizar un vistazo rápido de todo el documento. No 
se trata de empezar a leer, si no de irnos familiarizandonos con el texto. Se trata de 
un Skimming rápido, que nos sirve para ir entrando en materia y calentar nuestros 
ojos y nuestro cerebro. De este modo establecemos una idea general de lo que nos 
están hablando. Podemos y debemos detenernos en aquello que nos llame la 
atención. Las ideas que nos gustan y nos atraen del documento. Las imágenes que 
ilustran el libro. Los cuadros y gráficos etc. 
Solo una vez realizados estos sencillos preparativos podemos realizar una lectura 
voraz del texto. Aplicando todas las técnicas que estamos exponiendo. Y sacando 
el máximo partido de un cerebro al cual hemos facilitado la absorción de información 
y la concentración. Que ya sabe lo que le espera y cuales son los objetivos que nos 
hemos puesto. 
Skimming 
Skim es la acción de leer por encima, tratando de buscar una impresión general del 
texto, o disfrutarlo por sí mismo. Podríamos agrupar dentro de este concepto todas 
http://tecnicas-de-lectura.com/skimming/
esas lecturas que realizamos por placer, ya sean novelas, revistas, periódicos, 
webs, etc. Todas tienen en común que no es necesario leer todo el texto, salvo que 
pretendamos disfrutar de un determinado modo de escribir, de un ritmo y estilo 
particular. Generalmente nos servimos de distintos trucos para disminuir el tiempo 
que empleamos. Utilizamos los titulares, si se trata de un periódico, el índice si se 
trata de un libro, la famosa lectura en diagonal, etc. 
Pero existen otras efectivas maneras de reducir el tiempo del skimming. Una de las 
más atractivas consiste en examinar el texto a vuelo de pájaro, picoteando la 
información. La habilidad para que de este picoteo derive la obtención de la visión 
de conjunto se obtiene mediante la experiencia y la práctica. 
Un ejercicio bastante fácil, que nos conviene repetir para acostumbrar a nuestro 
cerebro a distinguir lo que necesitamos de un texto, es el ojear un diccionario, 
pasando las hojas deteniéndonos en las palabras que nos llamen la atención; o 
ponernos un objetivo más definido, como las palabras que no seamos capaces de 
definir; o aquellas que tengan b y v (y que al mismo tiempo puede servirnos para 
entrenar la percepción visual). Repetir este ejercicio 10 minutos al día, puede 
aumentar considerablemente nuestra agudeza visual y agrandar nuestro 
vocabulario. 
Existen personas que con esta técnica son capaces de obtener velocidades de 
lectura superiores a las 1.000 p/m con una capacidad de comprensión que nos 
sorprendería. 
El marcador 
El marcador o guía es una técnica sumamente conocida que ha sido denostada 
durante años por una razón meramente estética. y consiste únicamente en 
establecer un nexo entre el cuerpo y la lectura. Entre el cerebro y el texto. Podemos 
usar un dedo, un palillo chino, un bolígrafo o algo que nos ayude a centrar la 
atención en las palabras. Es decir algo que nos sirva de guía. 
El intelectual es, sencillamente, un ser humano que cuando lee un libro tiene un 
lápiz en la mano 
Stendal 
¿Cuando un niño empieza a leer que es una de las primeras cosas que 
instintivamente realiza? Efectivamente, alarga un dedo a la palabra que le toca leer. 
¿Y cual es la respuesta de cualquier adulto ante este comportamiento? Obligar al 
niño a retirar la mano, lo que al fin y al cabo significa añadir una dificultad más al 
aprendizaje, pues aparte de interpretar los signos, el niño, ha de aprender a focalizar 
en unos poco entrenados ojos. Esto quizás lo entendamos mejor con una simple 
frase que sirve para justificar la facilidad con la que engañan magos y trileros, a, 
supuestamente, personas adultas y entrenadas: La mano es más rápida que el ojo. 
La técnica del marcador establece un punto de unión entre el ojo y el texto, 
permitiendo al cerebro acelerar la capacidad de absorción de información pues no 
realiza la tarea de enfocar, ya estamos centrados en la guía. Al mismo tiempo 
proporciona un punto de atención que ayuda en la concentración y por tanto en la 
absorción de información. 
El funcionamiento es simple. Seguir la línea que estamos leyendo con la guía 
tratando de no obstaculizar la lectura.

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