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Nanotecnologia: Impacto e Desenvolvimento

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Nanotecnología: 
¿hacia dónde nos llevará? 
 
 
 
 
 
JUAN CARLOS CHEANG WONG 
 
MESA 6 
 
 
 
 2
Resumen 
 
Cada día es más f recuent e escuchar los t érminos nanot ecnología, 
nanopart ículas, nanoest ruct uras, et c, en conversaciones de la vida cot idiana, pero 
para la mayoría de las personas aun es dif íci l imaginar est os t érminos fuera del 
cont ext o cient íf ico o de la ciencia f icción. Sin embargo, es innegable el impact o que 
el est udio de las nanociencias y los desarrol los nanot ecnológicos t endrán en los 
ámbit os social, cult ural y económico de la vida diaria de t odos nosot ros. Por un 
lado, el escenario posit ivo nos present a los grandes benef icios que nos t raerá la 
nanot ecnología en los ámbit os de salud, al iment os, energía, medio ambient e, 
elect rónica y t elecomunicaciones, et c. 
Sin embargo, la visión cont raria nos muest ra t ambién, casi en los mismos 
ámbit os de apl icación, los riesgos que acarrearía el uso de los nuevos desarrol los 
nanot ecnológicos. En est e t rabaj o queremos hacer un paralel ismo ent re lo que sería 
la nanot ecnología act ual y lo que ha sido el desarrol lo de la indust ria 
microelect rónica desde su origen hast a nuest ros días, con el f in de resalt ar los 
benef icios innegables que la microelect rónica ha aport ado a nuest ro modo de vida. 
Por ot ro lado, si nuest ros países lat inoamericanos no son capaces de af ront ar las 
fuert es inversiones económicas que se requieren para realizar invest igación en 
nanociencias, est aríamos rezagándonos una vez más de los grandes avances 
t ecnológicos, como sucedió en el caso de la indust ria microelect rónica y de 
semiconduct ores. 
 Est e hecho a la larga nos t raj o dependencia económica y t ecnológica de los 
países indust rial izados y const it uye uno más de los riesgos colat erales que la 
nanot ecnología t raería a los países menos desarrol lados si no se t oman a t iempo las 
decisiones pert inent es para lograr una mayor inversión en ciencia y t ecnología. Sin 
lugar a dudas, la nanot ecnología será la ciencia del siglo XXI y nos t raerá 
innumerables desarrol los en la indust ria elect rónica y de la información, y en 
general con import ant es apl icaciones médicas, indust riales y medioambient ales. La 
nanot ecnología no solament e est á abriendo el camino a la próxima revolución 
t ecnológica, sino que el impact o social, cult ural y económico que t endrá en nuest ra 
vida diaria es apenas imaginable, ya que al igual que el aut omóvil y la comput adora, 
la nanot ecnología bien puede cambiar al mundo. 
 
1. ¿Qué es la nanotecnología? 
 
El pref i j o “ nano” proviene del lat ín “ nanus” que signif ica muy pequeño o 
enano, y corresponde a una milmil lonésima (10-9) part e de algo. Generalment e se 
apl ica a nombres de unidades de medida para designar el submúlt iplo 
correspondient e. Así por ej emplo, un nanómet ro (nm) equivale a la milmil lonésima 
part e de un met ro (o mil lonésima part e de un milímet ro). Para t ener un punt o de 
comparación podemos decir que un cabel lo humano t iene 80000 nm de grueso, que 
el diámet ro de una molécula de ADN es de 2.5 nm y que el diámet ro de un át omo es 
de un t ercio de nanómet ro. 
 
Las nanociencias se pueden describir como aquel las que est udian est ruct uras 
u obj et os con al menos una de sus dimensiones en la escala del nanómet ro. El 
anál isis de dichas est ruct uras incluye la caract erización de sus propiedades (sean 
químicas, mecánicas, elect rónicas, ópt icas, magnét icas, et c. ), el est udio de la 
int eracción que puedan t ener con ot ras nanoest ruct uras, con ondas 
elect romagnét icas, con medios biológicos, et cét era y la descripción de los 
 3
fenómenos que puedan ocurrir a dicha escala. Por ot ro lado, la nanot ecnología 
correspondería a la capacidad t écnica para modif icar y manipular la mat eria para 
poder desarrol lar est ruct uras o disposit ivos funcionales, con dimensiones inferiores a 
los 100 nm, para pot enciales apl icaciones t ecnológicas [1,2] . Por ej emplo, una 
est ruct ura t ípica en los disposit ivos producidos por la indust ria microelect rónica 
act ual sería cient os de veces más grande que una nanoest ruct ura con dimensiones 
inferiores a unas pocas decenas de nanómet ros. Hast a ahora las est ruct uras más 
pequeñas que se han alcanzado en circuit os int egrados hechos en laborat orios de 
invest igación van de los 10 a los 20 nm, es decir, una décima part e de las 
dimensiones que encont ramos act ualment e dent ro de los circuit os int egrados 
comerciales. 
 
La primera referencia det onadora de la posibil idades de las nanociencias fue 
la plát ica que Richard Feynman (Premio Nobel de Física, 1965) dio en 1959 en la 
reunión anual de la American Physical Societ y con el t ít ulo “ Hay espacio de sobra al 
fondo” [3] , en la cual predecía la posibil idad de que los f ísicos pudieran 
event ualment e manipular la mat eria a la escala molecular y aun a la escala 
at ómica, y que est o debería producir una nueva revolución t ecnológica. “ Los 
principios de la f ísica, como yo los veo, no niegan la posibi l idad de maniobrar cosas 
át omo por át omo. Est o no es un int ent o de violar alguna ley; es algo que en 
principio se puede hacer, pero en la práct ica no se ha hecho porque somos 
demasiado grandes” , decía Feynman en 1959. Fue hast a principios de la década de 
los 80´ s con la invención de los microscopios de t unelaj e y de fuerza at ómica que 
comenzó a vislumbrarse la posibil idad no solament e de ver, sino de verdaderament e 
manipular los át omos. 
 
2. Ley de Moore y la evolución de la microelectróni ca 
 
Hoy por hoy, en nuest ra rut ina de t odos los días dif íci lment e nos det enemos a 
pensar en que est amos const ant ement e en cont act o con disposit ivos y equipos 
desarrol lados por la microelect rónica. Desde el moment o en que despert amos hast a 
la hora de dormir int eract uamos, de una u ot ra forma, unas 20-30 veces con 
desarrol los debidos a la microelect rónica. Incluso mient ras dormimos nuest ra 
int eracción con la microelect rónica cont inúa con la calefacción, alarmas, lámparas, 
et c. Sin prest ar mayor at ención, l legamos incluso a considerar de manera casi 
nat ural como part e del ent orno a muchos de los avances t ecnológicos que nos 
rodean. Viéndolo de est a manera parecería que la gent e aprecia complet ament e el 
impact o posit ivo que la microelect rónica ha t enido y puede t ener en nuest ra vida 
diaria. Tradicionalment e, la elect rónica se asocia a la radio, a la t elevisión, y quizás 
ahora más a las comput adoras y a los aparat os de t elecomunicación en general. 
¿Pero cuánt a gent e asocia a la microelect rónica con el t ransport e, el ocio, la 
medicina y la biología? Las apl icaciones t ecnológicas en est as áreas son realment e 
impensables hoy en día sin la microelect rónica. Los hospit ales e inst it uciones de 
salud ut i l izan rut inariament e equipos avanzados para realizar est udios y diagnóst icos 
más rápidos, más exact os y menos invasivos para los pacient es. Conducir un coche 
es casi como sent arse det rás de una comput adora; los j uegos de niños ya no son los 
mismos que ant es. Las indust rias de t odos los sect ores incorporan nuevas t ecnologías 
para efect uar el cont rol de cal idad de sus product os f inales, aument ar la 
product ividad del sist ema y reducir los residuos de sus procesos. 
 
 4
La microelect rónica es un campo t ot alment e mult idiscipl inario. Desde los 
primeros días la int egración ent re la f ísica, la ingeniería y la ciencia de mat eriales 
fue necesaria para realizar el primer t ransist or. Para dar el salt o a los circuit os 
int egrados se requir ió de más ingeniería y un poco más de química y de ciencia de 
mat eriales, especialment e para el desarrol lo de los equipos y de las t ecnologías de 
producción.Ahora que est amos adent rándonos en los sist emas micro y nano, es 
decir, aquel los sist emas int el igent es que combinan sensores, act uadores, 
est ruct uras mecánicas y elect rónicas para det ect ar la información del ambient e y 
poder reaccionar a él, vemos que la química y la biología son cada vez más 
import ant es. Al mismo t iempo, nuevos mat eriales y part iculares fenómenos f ísicos 
desempeñan un papel import ant e en el pot encial desarrol lo de novedosos micro y 
nanosist emas. Como veremos más adelant e, no podemos simpl if icar el surgimient o 
de la nanot ecnología simplement e como el camino t razado por la miniat urización en 
la microelect rónica, pero nos ayudará a ent ender mej or dicho proceso. 
 
El impact o de la t ecnología de los microsist emas es mucho más grande de lo 
que podemos imaginar. Al aument ar la funcionalidad de un chip (es decir, el agregar 
funciones ópt icas, t érmicas, químicas y mecánicas a un circuit o elect rónico) la gama 
y el pot encial de usos han crecido de manera exponencial. Por ot ra part e, las 
dif icult ades se han mult ipl icado t ambién debido al fuert e caráct er mult idiscipl inario 
del campo de aplicación. De hecho la microelect rónica se est á incorporando a 
muchos sect ores indust riales que a su vez se est án convirt iendo en campos cada vez 
más mult idiscipl inarios, t ales como la biot ecnología, la at ención médica y las 
t elecomunicaciones. Podríamos decir que en general nuest ra cal idad de vida ha 
mej orado con t ant os y t ant os desarrol los debidos a la microelect rónica, que 
simpl if ican gran part e de nuest ras labores rut inarias, y que t ambién alcanzan los 
ámbit os del ent ret enimient o, de la información y de la salud. 
 
El desarrol lo de la indust ria de la microelect rónica y de semiconduct ores 
hacia disposit ivos más pequeños, más rápidos, más ef icient es, más barat os y 
alt ament e especial izados ha sido impulsado desde hace 40 años por la l lamada Ley 
de Moore [4] . En 1965 Gordon Moore (co-fundador en 1968 de la compañía Int el) 
af irmó que el número de t ransist ores por cent ímet ro cuadrado en un circuit o 
int egrado se duplicaba cada año y que la t endencia cont inuaría durant e las 
siguient es dos décadas. Más t arde, en 1975, modif icó su propia af irmación y predij o 
que el r i t mo baj aría, y que la densidad de t ransist ores se dupl icaría 
aproximadament e cada 18 meses. Est a progresión de crecimient o exponencial de la 
densidad de t ransist ores, o sea, el dupl icar la capacidad de los microprocesadores 
cada año y medio, es lo que se considera act ualment e como la Ley de Moore. En 
abri l de 2005 se cumplieron 40 años de la ley de Moore y la indust ria de la 
microelect rónica est ima que seguirá siendo válida al menos ot ros 20 años. 
 
Para t odos nosot ros realment e es dif íci l imaginar la enorme cant idad de 
t ransist ores que const it uyen act ualment e un circuit o int egrado o un 
microprocesador de comput adora. El primer circuit o int egrado fue invent ado en 
1958 en la compañía Texas Inst rument s y est aba const it uido de un único t ransist or y 
algunos ot ros component es sobre una placa de germanio de alrededor de 1 cm2 [5] . 
La evolución de los circuit os int egrados cont inuó hast a l legar a los 
microprocesadores de comput adora y a ot ros disposit ivos aun más complej os en los 
que el número de t ransist ores por unidad de superf icie es enorme. En el caso de la 
compañía Int el, por ej emplo, en 1978 el procesador 8086 cont enía ya 29000 
 5
t ransist ores, en 1982 el procesador 286 cont enía 120000 t ransist ores, hast a l legar al 
Pent ium-II con 3 mil lones de t ransist ores en 1993, al Pent ium-III con más de 8 
mil lones en 1997 y al Pent ium-IV con 24 mil lones en 1999, y t odo en un cuadrado de 
2 cm por lado [1] . Act ualment e ya exist e el microprocesador “ It anium 2” de Int el 
que est á const it uido por la inimaginable cant idad de 410 mil lones de t ransist ores y 
en el cual se espera l legar a int egrar hast a 1000 mil lones de t ransist ores [6] . 
 
De est a manera, la predicción del crecimient o exponencial de la densidad de 
t ransist ores en los procesadores ha venido cumpliéndose de acuerdo a la ley de 
Moore. Todo parece indicar que la ley de Moore pasó de ser una profecía 
aut ocumplida por la indust ria microelect rónica a una obligación que los fabricant es 
de semiconduct ores deben de sat isfacer para poder vender sus product os a precios 
más compet it ivos. Así, si en 1954 el precio de un t ransist or era de casi 6 dólares, 
act ualment e su precio es del orden de una milmil lonésima part e de un dólar, o sea, 
casi un nanodólar. Las vent as a nivel mundial en el área de semiconduct ores 
ascenderán a 250000 mil lones de dólares en 2006 y t an sólo en 2005 est os 
component es abast ecieron a nivel mundial un mercado de product os f inales al 
consumidor de alrededor de 1.2 bil lones de dólares [7] . En est a carrera t ecnológica, 
la ley de Moore const it uye act ualment e la mot ivación principal de la indust ria 
microelect rónica y de semiconduct ores para encont rar mej ores mat eriales y 
desarrol lar nuevos disposit ivos elect rónicos más compact os, más rápidos, más 
ef icient es y sobret odo más barat os para l legar a un número cada vez más grande de 
usuarios. La supervivencia de la ley de Moore dependerá segurament e de los 
result ados de las invest igaciones en el área de las nanociencias, que l levarán a la 
indust ria de la alt a t ecnología a ot ros caminos como la nanoelect rónica, la 
opt oelect rónica e incluso, la bioelect rónica. Por lo t ant o, t odavía nos quedan 
muchas cosas por ver en el fut uro cercano, y la única l imit ación t al vez sea una 
dimensión de nivel fundament al, como lo es el t amaño del át omo mismo. 
 
3. Pros y contras de la nanotecnología 
 
 La ciencia y la t ecnología son evident ement e ent es sociales por el hecho 
mismo de pert enecer a la sociedad. Sin embargo, desde siempre los individuos que 
conforman la sociedad se han vist o en la necesidad imperiosa de cuest ionarse sobre 
los benef icios o los impact os negat ivos que t al o cual invent o o desarrol lo 
t ecnológico pudiera t ener sobre la sociedad misma. Así, los pot enciales desarrol los 
nanot ecnológicos, como t oda nueva t ecnología que aparece en el mercado, son 
obviament e suscept ibles a est e t ipo evaluación relat iva a las implicaciones sociales 
de su uso. Son numerosos los ej emplos de t ecnologías con buena reput ación de 
origen que luego son unánimement e rechazadas, y viceversa. En general, cuando 
aparece una nueva t ecnología es inmediat ament e exhibida para resalt ar los 
benef icios que su aplicación pudiera aport ar a la sociedad. Sin embargo, a medida 
que se va conociendo un poco más sobre el la misma, comienzan a aparecer sus 
aspect os negat ivos y con el los sus más f ieros det ract ores. Es en la época act ual que 
los medios masivos de comunicación pueden erigirse j ueces para evaluar las 
bondades o lo perj uicios pot enciales de las nuevas t ecnologías. El problema principal 
radica en que a menudo las visiones sobre el nuevo obj et o de crít ica se polarizan al 
ext remo y para el públ ico que recibe est as opiniones es dif íci l crearse su propia idea 
para encont rar el equil ibrio ent re los pros y los cont ras. 
 6
Así ha sucedido hist óricament e con las aplicaciones en el ámbit o de la energía 
nuclear, con el uso de los diversos t ipos de radiaciones, y más recient ement e con la 
aparición de los organismos genét icament e modif icados, la clonación y la ingeniería 
genét ica, por mencionar sólo algunos casos. 
 
Para ej emplif icar est a ambivalencia ent re una imagen posit iva y la negat iva, 
para t odos nosot ros es claro que algunas de las apl icaciones que ahora vemos como 
net ament e posit ivas t uvieron su origen en desarrollos mil i t ares (lo que sería la cara 
negat iva de la moneda), como son la energía nuclear, las microondas, el int ernet o 
el ancest ro del t eléfono celular. Vist os desde la perspect iva act ual, ot ros ej emplos 
que nos pueden parecer paradój icos son los miedos que causaron inicialment e el uso 
de radiaciones como los rayos X o de diversos element os radiact ivos con f ines 
curat ivos o de diagnóst ico en el ámbit o de la salud. 
 
 Ant es de comenzar la discusión sobre los posibles efect os posit ivos y 
negat ivos de la nanot ecnología t enemos que mencionar algunas de las pot enciales 
áreas de aplicación en las que a decir de los cient íf icos la nanot ecnología t endrá 
mayor impact o [8] : 
 
a) Almacenamient o, producción y conversión de energía. 
b) Aument o en la product ividad agrícola; det ección y cont rol de plagas. 
c) Trat amient o de aguas residuales y soluciones a la cont aminación 
at mosférica. 
d) Diagnóst ico, monit oreo y cura de enfermedades; sist emas de 
administ ración de fármacos. 
e) Procesamient o de aliment os y ot ros bienes de consumo. 
f ) Nuevos mat eriales para diversas indust rias (t ext i l , aut omot riz, 
const rucción, pint uras, deport es). 
g) Desarrol lo en general de la nanoelect rónica, la opt oelect rónica y la 
bioelect rónica. 
 
 Descrit as en det alle, muchas de las aplicaciones que aun est án por venir 
podrían parecer más a ciencia f icción que a ot ra cosa. Sin embargo, en el área de la 
salud, ya se habla de nanodoct ores, nanorrobot s o más bien de nanocápsulas que 
viaj arán a t ravés de cuerpo humano con la f inal idad de det ect ar enfermedades, 
virus, t umores o alguna ot ra anomalía f isico-química y poder administ rar en ese 
moment o, de manera select iva y específ ica, los medicament os necesarios para 
solucionar el problema. A largo plazo, est o podría l levarnos a pensar que muchas de 
las enfermedades que aquej an a los seres humanos serán cont roladas o 
complet ament e erradicadas. También se podría el iminar la necesidad de cirugía y 
det ener los procesos de envej ecimient o. Todo est o const it uye un gran mercado 
económico para las grandes compañías farmacéut icas de los países desarrol lados. 
 
 Por ot ro lado, en el área de la comput ación, la información y las 
t elecomunicaciones ya est amos t an acost umbrados a la aparición periódica en el 
mercado de nuevos desarrol los t ecnológicos, que ya no nos asombra la gran 
capacidad de almacenamient o de los discos duros o la memoria, el aument o en la 
velocidad de procesamient o debido no solament e a la miniat urización, sino t ambién 
por la int egración de component es ópt icos o el descubrimient o de nuevos 
mat eriales. 
 
 7
Al f inal de cuent as t endremos máquinas y disposit ivos elect rónicos más rápidos, más 
pot ent es, más compact os, más barat os y que se desarrollaron usando menos 
mat eriales y menor energía. Por ot ro lado, en el caso de la indust ria de la 
manufact ura, al volverse los component es más pequeños, los mét odos de la robót ica 
convencional no servirán y por lo t ant o el aut oensamblado of rece una nueva manera 
de acercarnos al problema del ensamblado de est ruct uras con dimensiones 
nanomét ricas. 
 
Aquí, la mención del aut oensamblado nos hace pensar por ej emplo en el 
ADN. Se t rat a de una molécula bien conocida por la biología, forma est ruct uras 
predecibles y se aut oensambla de manera programada a part ir de pares de 
secuencias de base. Est o ha l levado a pensar en int egrar al ADN en los component es 
usados por la act ual indust ria microelect rónica para conect ar nanocircuit os, 
incluyendo nanoalambres y nanopart ículas, aprovechando la select ividad del DNA, 
ya que puede adherirse al área superf icial de las nanopart ículas para const ruir 
arreglos o est ruct uras ordenadas. Nuevament e est e sería un gran paso hacia 
adelant e en el desarrol lo de la micro y nanoelect rónica hacia la bioelect rónica. Sin 
embargo, est a posibi l idad de encont rar soluciones para conect ar t ransist ores 
t ambién ha l levado a pensar escenarios negat ivos, en los cuales diminut os robot s, 
invisibles y descont rolados, se aut oreplicarían hast a el punt o de poner en pel igro a 
la humanidad ent era. 
Eric Drexler en su l ibro “ El surgimient o de las máquinas de creación” [9] fue 
el primero en dar a conocer al gran públ ico una visión global sobre est a nueva 
t ecnología molecular. Ahí describe no solament e la capacidad y enorme pot encial de 
la nanot ecnología, sino t ambién el impact o que pudiera t ener en los ámbit os 
médico, ambient al y económico, además de los posibles riesgos y miedos asociados. 
En est e t enor, aquí podemos mencionar t ambién las invest igaciones que l levan a 
cabo grandes corporaciones como Monsant o en al área de la ingeniería genét ica para 
modif icar organismos como semil las o plant as para lograr en principio una mayor 
product ividad en el campo [10] . Sin embargo, aun falt an muchos est udios para 
det erminar cual sería el impact o que t endrían los al iment os producidos a part ir de 
est os organismos genét icament e modif icados en la salud del consumidor o en el 
medio ambient e a cort o y a largo plazo [10] . 
 
Est as visiones cat ast róf icas sobre las posibles impl icaciones negat ivas de los 
desarrol los de la nanot ecnología no han det enido las cuant iosas inversiones 
económicas dest inadas a la invest igación en nanociencia y nanot ecnología por part e 
de grandes compañías mult inacionales de t odos los sect ores indust riales y 
organismos públ icos de los países desarrol lados [7] . Desgraciadament e, t ambién se 
dest inan grandes cant idades de dinero para est udiar las pot enciales aplicaciones 
mil i t ares de la nanot ecnología. Con horror escuchamos hablar de armas 
biológicas/ químicas comput arizadas, disposit ivos int el igent es suf icient ement e 
pequeños para no ser descubiert os, armas “ int el igent es” para mat ar sólo a soldados 
enemigos y no a personas inocent es, et c. 
 
Como hemos podido const at ar, la nanot ecnología t iene un caráct er 
realment e mult idiscipl inario, con muchos ámbit os posibles de aplicación para sus 
desarrol los (salud, comunicaciones, ecología, al iment os, mil it ar, et c. ). Ent onces, si 
queremos evaluar su impact o en t an diversas act ividades humanas, result a que no 
podemos generalizar y es imposible ut i l izar la simple dicot omía buena-mala para 
cal if icarla. Nos damos cuent a que t odos los posibles usos no deseados y los riesgos 
 8
pot enciales de la nanot ecnología est án direct ament e relacionados con los grupos o 
sect ores que dest inan los recursos para t al o cual invest igación y f inalment e son 
quienes t oman las decisiones [11] . Es obvio que las grandes corporaciones buscan 
recuperar su inversión y mult ipl icarla en el menor t iempo posible, 
independient ement e de los posibles efect os negat ivos que sus desarrol los 
(medicament os, al iment os, mat eriales, et c. ) pudieran t ener sobre la salud del 
consumidor o sobre el medio ambient e, sobret odo si no exist en los est udios 
necesarios para evaluar dicho impact o a cort o o mediano plazo. El hecho es que el 
consumidor t ermina siendo una especie de rehén de las grandes compañías que 
deciden sobre su salud, al iment ación, hábit os de ocio o consumo en general. Por 
más que nos parezcan t erroríf icas y con un ciert o grado de cinismo, lo mismo sucede 
con las apl icaciones mil i t ares en las que el bando que desarrol la una t ecnología en 
part icular no durará en ut i l izarla en su propio benef icio para dominar a su oponent e. 
Así, en cuest ión de desarrol los t ecnológicos, t odo pareciera depender de quién 
f inancia y para qué f ines. 
 
Llegamos ent onces a la gran pregunt a que t odos debemos de plant earnos, y 
sobret odo los cient íf icos que desarrol lan innovacionesnanot ecnológicas. ¿Son 
realment e neut rales en sí mismas las invest igaciones cient íf icas y t ecnológicas o 
responden a ciert os int ereses? Como ya lo mencionamos ant es, muchas de las 
t ecnologías son f inanciadas por las grandes corporaciones que buscan 
necesariament e recuperar su inversión en el menor plazo posible. De est a forma, se 
deben en general a quienes las f inancian y deben responder a sus int ereses. Por lo 
t ant o, la sit uación pareciera ser así de simple: las innovaciones t ecnológicas no se 
dan por sí solas, ni t ampoco se vuelven post eriorment e buenas o malas dependiendo 
de quien las use. 
Sin embargo, debido al vert iginoso desarrol lo de la act ividad cient íf ica y para 
moderar un poco la gran responsabil idad que t ienen los cient íf icos ant e la sociedad, 
podemos mencionar que algunas veces no les es posible vislumbrar en el cort o plazo 
pot enciales repercusiones o apl icaciones negat ivas que pudieran t ener en el fut uro 
sus est udios, especialment e cuando se t rat a de invest igaciones en ciencia básica o 
fundament al. 
A pesar de est o, debemos t ener la clara convicción de que no exist e una 
fat al idad o lógica inexorable en la invest igación t ecnología y de que ést a debe ser 
cont rolada por el hombre, aun exist iendo int ereses t an simples como los del l ibre 
mercado capit al ist a. A la conclusión a la que debemos l legar es que las nanociencias 
y la nanot ecnología est án necesariament e condicionadas por valores, es decir, no 
podemos pensar ut ópicament e que son neut rales en sí mismas y que no responden a 
ningún t ipo de int ereses. 
Es obvio que est o sucede part icularment e con la invest igación que se real iza 
en los países indust rial izados, pero los países menos desarrol lados muchas veces 
siguen las mismas est rat egias de los primeros. Lo ideal sería que los países menos 
desarrol lados pudieran generar un l iderazgo cient íf ico que respondiera a sus 
expect at ivas y buscara soluciones a las necesidades específ icas de su población. Est e 
sería realment e el sueño dorado que permit iría l levar desarrollo económico y 
bienest ar social a part ir de la invest igación cient íf ica y sus pot enciales aplicaciones 
t ecnológicas. 
 
 
 
 
 9
Part iendo de la noción sobre la no neut ral idad de la invest igación cient íf ico-
t ecnológica y de que necesariament e est á condicionada por valores de sus 
principales act ores, ent onces sus impl icaciones sociales deberían ser principalment e 
aquel las que maximizaran el benef icio para t oda la humanidad, sin vent aj as o 
benef icios part iculares para los países más desarrollados, que generalment e ej ercen 
una dependencia t ecnológica sobre los demás. Est a búsqueda del equil ibrio 
t ecnológico ent re los países indust rial izados y no desarrol lados nos l levaría a la 
democrat ización de la ciencia y el conocimient o, lo cual evident ement e acarrearía 
desarrol lo económico y bienest ar social para t odos por igual. 
Aquí podemos mencionar el caso único del int ernet que, aun sin haberse 
democrat izado lo suf icient e como para ser ut i l izado de manera rut inaria por la 
mayoría de la población mundial, ha permit ido acceder a información y 
conocimient o específ icos que de ot ra manera est aban vedados aun para personas 
con un ciert o nivel de preparación. Así, a medida que la act ividad cient íf ica genera 
nuevos conocimient os, t ambién cont ribuye a la formación de recursos humanos 
especial izados y a la diseminación de la información en general, t odo lo cual es 
indispensable para la const rucción de una sociedad más democrát ica basada en el 
conocimient o. Por lo t ant o, aun si est á guiada y condicionada por una serie de 
valores asociados al cient íf ico mismo, la invest igación t ecnológica deberá ser más 
valorada en el caso de que t enga como f in el desarrol lo económico y bienest ar social 
de la mayoría de la gent e. 
 
Conclusiones 
 
La nanot ecnología es una ciencia mult idiscipl inaria que involucra a la 
Biología, la Química, la Ciencia de Mat eriales y la Ingeniería, con la Física como su 
ej e fundament al, y nos l levará a pot enciales aplicaciones t ecnológicas. Sin lugar a 
dudas, la nanot ecnología será la ciencia del siglo XXI y nos t raerá innumerables 
desarrol los en la indust ria elect rónica y de la información, y en general con 
import ant es aplicaciones médicas, energét icas, indust riales y medioambient ales. 
Est as invest igaciones requieren una inversión económica muy elevada en ciencia y 
t ecnología que los países en desarrol lo t al vez no sean capaces de af ront ar. Si así 
fuera, est aríamos rezagándonos una vez más de los grandes avances t ecnológicos, 
como sucedió en el caso de la indust ria microelect rónica y de semiconduct ores, lo 
que a la larga nos t raj o dependencia económica y t ecnológica de los países 
indust rial izados. 
Est a dependencia sería uno más de los riesgos colat erales que la 
nanot ecnología t raería a los países menos desarrol lados si no se t oman a t iempo las 
decisiones pert inent es para lograr una mayor inversión en ciencia y t ecnología para 
formar personal alt ament e cal if icado, diseminar el conocimient o y general izar el 
bienest ar social. 
 
Aun considerando los efect os posit ivos o negat ivos de algunos desarrol los 
nanot ecnológicos debidos a la inherent e no neut ral idad de la invest igación 
cient íf ico-t ecnológica, port adora de valores e int ereses sociales a t ravés de los 
propios cient íf icos, podemos decir que la nanot ecnología est á abriendo el camino a 
la próxima revolución t ecnológica. Esperemos que t odos los benef icios promet idos 
est én al alcance de la mayoría de la población t ant o de los países ricos como de los 
pobres, para no aument ar aun más el abismo económico, social y cult ural ent re 
ambos esquemas de desarrol lo. 
 
 10
Se requiere una democrat ización del conocimient o para que pueda permear a 
t odos los niveles de la sociedad, con lo cual se lograría a la larga una mayor 
part icipación social para la resolución de cont roversias sobre los alcances de la 
invest igación cient íf ica. Finalment e, sólo nos rest a decir que el impact o social, 
cult ural y económico que t endrá la nanot ecnología en nuest ra vida diaria es apenas 
imaginable, ya que al igual que el aut omóvil y la comput adora, la nanot ecnología 
bien puede cambiar al mundo. 
 
 
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Sínt esis y modif icación de nanopart ículas mediant e la implant ación de iones” . 
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2005, p. 1-13. 
 
 
JUAN CARLOS CHEANG WONG 
cheang@f isica.unam.mx 
Inst it ut o de Física, Universidad Nacional Aut ónoma de México 
Circuit o de la Invest igación Cient íf ica s/ n, Ciudad Universit aria. 
México, D.F. , 04510, México

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