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RESUMEN SEPARACION DE LA GRAN COLOMBIA

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RESUMEN DE DOCUMENTOS 
SEPARACIÓN DE LA GRAN 
COLOMBIA 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
1829-11-26 
Venezuela, Caracas 
Caracas pide la separación de Colombia. Páez amenaza a Bolívar. Recibidas en 
Venezuela la Circular de 1829-08-31 del Ministro del Interior de Colombia José 
Manuel Restrepo (1781-1863) y la comunicación del Libertador-Presidente 
Simón Bolívar (1783-1830), suscrita en 1829-09-13 en Guayaquil, "... convidando a 
todos los ciudadanos y corporaciones para que expresen formal y solemnemente sus opiniones 
..." en torno a las reformas que en su opinión deba introducir el «Congreso 
Admirable» (convocado desde 1828-12-24 para reunirse en Bogotá a partir de 
1830-01-02) para beneficio del país, el Jefe Superior de Venezuela general José 
Antonio Páez (1790-1873) instruyó desde Valencia al general Juan Bautista 
Arismendi (1775-1841) para que reuniera una Asamblea Popular en el Convento 
de San Francisco de Caracas (1829-11-25 a 1829-11-26). La misiva de Bolívar se 
interpretó como una invitación a separar a Venezuela de la unión colombiana, a 
lo que se procedió sin tardanza. En tal sentido se levantó acta («Pronunciamiento de 
la Ciudad de Caracas» ) en la que, con la firma de cuatrocientos ochenta y seis 
asistentes, se sancionó la "... separación [del Departamento de Venezuela] del 
gobierno de Bogotá y desconocimiento de la autoridad del general Bolívar, aunque conservando 
siempre paz, amistad y concordia con sus hermanos de los Departamentos del Centro y Sur de 
Nuevo Reino de Granada, para entrar a establecer y pactar lo que convenga a sus intereses 
comunes ..." . En consecuencia, Páez se dirigió por escrito a Bolívar para 
manifestarle su ánimo de defender la soberanía venezolana con las armas, si ello 
fuere necesario; advirtiendo que, si Bolívar se oponía, se iba a encender una 
guerra de guerrillas en Venezuela con la posible consecuencia de que "… tal vez 
este suelo vendría a ser español, porque los comprometidos se echarían en los brazos de 
cualquiera que les ofreciera protección ..." El Vicealmirante Charles E. Fleeming (1774-
1840), Comandante de la flota británica en las Indias Occidentales, ofreció apoyo 
a los insurgentes venezolanos. 
 
 
 
 
 
De acuerdo con lo pautado por la Ley Fundamental de la República de Colombiadel 17 
de diciembre de 1819, se reúne el Congreso Constituyente en Cúcuta, con 57 
diputados, y redacta la nueva Constitución Nacional, que es sancionada el 30 de 
agosto de 1821. La capital de la República será Bogotá, hasta tanto se construya la 
prevista capital que se denominaría Bolívar, proyecto que nunca se adelantó. 
Entre los que concebían la nueva Constitución con un criterio Federalista y los 
que la soñaban con criterio Centralista, se impusieron los últimos, que contaban 
con el aval de Bolívar. Se designó Vice-Presidente de la República al general 
neogranadino Francisco de Paula Santander, con el entendido de que durante las 
campañas militares que adelantaría el Presidente Bolívar en procura de la libertad 
de otros pueblos, el gobierno quedaría en sus manos. 
 
El descontento de importantes sectores venezolanos con las decisiones tomadas 
por el Congreso Constituyente de Cúcuta se hizo sentir de inmediato. De modo 
que el rosario de dificultades que experimentará la República de Colombia será 
creciente. El 29 de diciembre de 1821 la Municipalidad de Caracas al 
pronunciarse sobre la nueva Carta Magna, la aprobó condicionalmente ya que, 
según los integrantes del cuerpo colegiado: “No había sido sancionada por los 
mismos representantes que la formaron, que no podían imponer a los pueblos de 
Venezuela el deber de su observancia cuando no habían tenido parte en su 
formación, ni creían adaptables al territorio venezolano algunas de las 
disposiciones de aquel código.” (Arráiz Lucca, 2011: 177). Se refería el Cabildo al 
hecho cierto de haber estado Caracas bajo dominio español para el momento de 
la celebración del Congreso Constituyente de Cúcuta, aunque ello no fue óbice 
para que caraqueños formaran parte del Congreso. El 3 de enero de 1822 se 
insistió sobre el tema, y luego la prensa recogió el hecho, con lo que el proyecto 
grancolombiano de Bolívar experimentó entonces sus primeras resistencias. 
 
“…no hemos hallado la mención “Gran Colombia” en ninguno de los 
textos oficiales compulsados, lo que nos lleva a pensar que la 
denominación puede haberse divulgado profusamente para atenuar el 
dolor que los venezolanos han podido sentir al ver que el vocablo 
Venezuela desaparecía en el proyecto bolivariano.” 
 
El Congreso Constituyente de Cúcuta redactó una carta magna de naturaleza 
centralista. El régimen electoral fue muy parecido al de la de 1811: ciudadanos 
varones que supieran leer y escribir, propietarios y mayores de 25 años, a 
diferencia de la anterior que exigía 21 años. Tanto el período de cuatro años 
como la reelección no inmediata, sino con un período de por medio, se mantuvo 
exactamente igual a la Constitución de 1819. El orden político territorial rezaba 
textualmente en el artículo 6: “El territorio de Colombia es el mismo que 
comprendían el antiguo virreinato de la Nueva Granada y capitanía general de 
Venezuela.” Por cierto, no hemos hallado la mención “Gran Colombia” en 
ninguno de los textos oficiales compulsados, lo que nos lleva a pensar que la 
denominación puede haberse divulgado profusamente, y probablemente, para 
atenuar el dolor que los venezolanos han podido sentir al ver que el vocablo 
Venezuela desaparecía en el proyecto bolivariano, relegándose a un 
Departamento, mientras la entidad republicana recaía sobre el vecino país. Esto, 
se dice poco, probablemente fue causa de mucho escozor para los venezolanos. 
No se trasiega de República a Departamento impunemente, por más que el líder 
de la Nación lo imponga. Esto que advierto se ha señalado antes, evidentemente, 
y es el caso, entre otros, del historiador David Bushnell, especialista en historia de 
Colombia, quien atribuye la denominación “Gran Colombia” a historiadores 
venezolanos, quizás para especificar que el período al que se alude es el que va de 
1819 a 1830. 
 
Hay una tercera constitución que es de génesis bolivariana, pero no imperó entre 
nosotros. Me refiero a la Constitución de Bolivia de 1826, redactada de puño y 
letra del Libertador y consagratoria de la Presidencia Vitalicia, con la modalidad 
de atribuirle a esta suerte de Rey la posibilidad de elegir a su sucesor. Este texto 
constitucional de impronta monárquica, Bolívar intentó que fuese acogido por 
Perú y Colombia y, naturalmente, fue fuente de enormes desavenencias entre El 
Libertador y muchos de sus seguidores. Cuando decimos Colombia en este 
contexto histórico estamos incluyendo a Venezuela y Ecuador, porque se trata de 
la Colombia bolivariana. 
 
En carta del 6 de julio de 1826 Santander le escribe a Bolívar explicándole su 
negativa a la Presidencia Vitalicia. Dice: “¿Quién es el emperador o rey en este 
nuevo reino? ¿Un príncipe extranjero? No lo quiero porque yo he sido patriota y 
he servido diez y seis años continuos por el establecimiento de un régimen legal 
bajo las formas republicanas. En mi posición, y después de que he logrado una 
mediana reputación, sería la mayor iniquidad traicionar mis principios y faltar a 
mis protestas. ¿El emperador es usted? Obedezco gustoso y jamás seré 
conspirador, porque usted es digno de mandarnos, porque nos gobernará según 
las leyes, porque respetará la opinión sana del pueblo, porque es justo, 
desinteresado, filantrópico, etc. ¿Y después de su muerte quién es el sucesor? 
¿Páez? ¿Montilla? ¿Padilla? A ninguno quiero de jefe supremo vitalicio y 
coronado. No seré más colombiano y toda mi fortuna la sacrificaré, antes de vivir 
bajo tal régimen.” (Santander, 2011: 24-25). 
 
La carta es una pieza de notables sutilezas que pone el dedo en la llaga: el único 
vitalicio aceptado es Bolívar, mientras todos los demás aspiran legítimamente a 
sucederlo.Imposible de digerir la proposición bolivariana y, como vemos, origen 
de futuras desavenencias. 
La Municipalidad de Valencia, reunida el 30 de abril de 1826, argumentando que 
el pueblo había caído en un disgusto supremo como consecuencia de la 
separación del general Páez de sus funciones (después del desencuentro con 
Santander por una orden no acatada), y que esta circunstancia estaba por crear 
una crisis nacional, acuerda restituirle el mando a Páez. Este acepta el 3 de mayo 
por medio de una proclama, y el 5 de mayo la Municipalidad de Caracas reconoce 
la restitución del general Páez, sumándose a lo propuesto por la de Valencia. 
Estos hechos, que el pueblo denominó como “La cosiata”, aludiendo a una obra 
de teatro que entonces se presentaba en Valencia en la que un actor declinaba el 
vocablo “cosa”, fueron de suma importancia, ya que en la práctica significaban el 
desconocimiento del Poder Ejecutivo radicado en Bogotá y el del texto 
constitucional. 
 
El 14 de mayo de 1826 el general Páez jura ante la Municipalidad de Valencia 
cumplir las leyes y hacerlas cumplir, así como “no obedecer las nuevas órdenes 
del Gobierno de Bogotá”. El 29 de mayo en sesión solemne de la Municipalidad 
de Caracas, juran ante Páez, ahora Jefe Civil y Militar, las nuevas autoridades del 
Departamento de Venezuela. El general Santiago Mariño, segundo Jefe Militar; el 
doctor Cristóbal Mendoza, Intendente; el doctor Suárez Aguado, Provisor y 
Vicario capitular, y el doctor Francisco Javier Yánes, presidente de la Corte 
Superior de Justicia. 
 
El sistema Popular Representativo Federal, como se halla establecido en los Estados Unidos de 
la América del Norte, en cuanto sea compatible con las costumbres, climas y particulares 
circunstancias de los pueblos que forman la República de Colombia. 
La autonomía del Departamento de Venezuela siguió manifestándose y una 
Asamblea Popular reunida el 5 de noviembre de 1826 en la Iglesia de San 
Francisco, en Caracas, solicita, mediante voto popular, que se instaure: “El 
sistema Popular Representativo Federal, como se halla establecido en los Estados 
Unidos de la América del Norte, en cuanto sea compatible con las costumbres, 
climas y particulares circunstancias de los pueblos que forman la República de 
Colombia.” (Arráiz Lucca, 2011: 189). 
 
Se solicita la remisión del Acta al Libertador, a quien invocan como mediador de 
la solicitud. Luego, a solicitud de Páez se reúne otra Asamblea Popular el 7 de 
noviembre donde se asume una posición más radical en contra del Gobierno de 
Bogotá. Después, el 10 de noviembre se reúne otra Asamblea Popular en 
Valencia, y el 13 del mismo mes Páez señala por decreto la constitución de los 
colegios electorales el 10 de diciembre, y para el 10 de enero de 1827 la fecha de 
integración del Congreso Constituyente. Estas posiciones del general Páez 
tuvieron resistencia, y muchos temían que se avanzara rápidamente hacia una 
Guerra Civil. Mientras estas tensiones van en aumento, no sólo en relación con 
Páez en Venezuela sino en Bogotá con los seguidores de Santander y su 
oposición a la Constitución de Bolivia, el Libertador logra que el Congreso 
Anfictiónico de Panamá (22 de junio de 1826) tenga lugar, aunque muy lejos de la 
importancia que hubiera querido que tuviera. Asistieron los delegados y 
deliberaron, pero nada de mayor importancia para el futuro se desprendió del 
encuentro, más allá de cumplir con el sueño integracionista bolivariano. En 
verdad, el clima de descomposición de Colombia iba en aumento, mientras en 
Perú la unanimidad hacia Bolívar se resquebrajaba y Sucre en Bolivia batallaba 
con varias quimeras. 
 
La Convención de Ocaña (9 de abril de 1828) 
En esta coyuntura, es convocada la Convención de Ocaña (9 de abril de 1828), 
con el norte de redactar una nueva constitución. Bolívar se trasladó a un sitio 
equidistante de Ocaña y Bogotá: Bucaramanga, desde donde a través de O’Leary, 
que iba y venía a Ocaña, podía monitorear la Convención. Allí estuvo durante los 
meses en que se reunió la asamblea, compartiendo, entre otros oficiales, con el 
francés Luis Perú de Lacroix, quien escribió el Diario de Bucaramanga: un 
documento de primera mano valiosísimo que nos permite conocer las 
costumbres y opiniones de Bolívar en esta etapa final de su vida, cuando ya hace 
balances de lo ocurrido y tiene opiniones finales sobre la gente y los hechos. El 
forcejeo entre bolivarianos y santanderistas, es decir, entre centralistas y 
federalistas fue intenso, hasta que la única solución que iba asomándose fue la de 
ratificar la Constitución de Cúcuta, pero eliminando el artículo 128 que le 
confería poderes extraordinarios al Presidente de la República. Fue entonces 
cuando los bolivarianos abandonaron la asamblea y esta se disolvió sin ningún 
efecto el 11 de junio de 1828. Obviamente, Bolívar no iba a transigir con que lo 
despojaran de sus facultades para gobernar por decreto. Ni Bolívar había podido 
reformar la Constitución de acuerdo con su voluntad centralista, ni Santander 
había logrado lo contrario. 
 
El 13 de junio en Bogotá, un grupo de bolivarianos radicales encabezado por 
Pedro Alcántara Herrán, se reunió en Junta y le confirió poderes dictatoriales a 
Bolívar. Luego, en agosto se consagró la dictadura y Santander fue separado de la 
Vicepresidencia y designado por Bolívar como Embajador de Colombia ante los 
Estados Unidos, cargo que aceptó, pero que no llegó a desempeñar. El poder 
absoluto para Bolívar se le entrega mediante el Decreto Orgánico del 27 de 
agosto de 1828. A partir de entonces, la realidad se precipita hasta la convocatoria 
del Congreso Constituyente, convocado por Bolívar a partir del 2 de enero de 
1830, en Bogotá. 
El Libertador Presidente se presenta el 15 de enero seriamente resentido de 
salud, así lo confirman diversos testimonios directos. Impone a Sucre como 
Presidente del Congreso y al obispo de Santa Marta, José María Estévez, como 
Vicepresidente. Curiosamente llamó “Congreso admirable” a la asamblea que 
tuvo poco de ello, sobre todo para él, que acudió en medio de la mayor amargura. 
Así se reflejó en su discurso de renuncia de la Presidencia y de abandono de la 
vida pública. Designa a Domingo Caicedo como Presidente interino y se va. 
Concluye el discurso, afirmando: “¡Conciudadanos! Me ruborizo al decirlo: la 
independencia es el único bien que hemos adquirido a costa de los 
demás.” (Bolívar, 1990: 106-110). Había recibido carta de Páez en diciembre 
donde le señalaba que era imposible detener la voluntad separatista de Venezuela 
y que propusiera esto en el Congreso, cosa que el Libertador no hizo, 
naturalmente. Sabía que lo inevitable estaba en marcha: la disolución de 
Colombia. El ánimo de Bolívar estaba abatido. 
 
La Asamblea de Valencia designa a Páez para que consagre la separación de 
Colombia y convoque un Congreso Constituyente (13 de enero de 1830). 
“Venezuela no debe continuar unida a la Nueva Granada y Quito, porque las leyes que 
convienen a esos territorios no son a propósito para éste, enteramente distinto por costumbres, 
clima y producciones, y porque en la grande extensión pierden la fuerza y energía.” (Gil 
Fortoul, 1930: 653). 
Antes de la fecha enunciada tuvieron lugar las asambleas que convocó Bolívar en 
agosto de 1829, instándolas a manifestarse en cuanto a la Constitución que 
querían: pues casi todas se expresaron a favor de la separación de Colombia y en 
contra de Bolívar. De modo que no fue Páez el que se propuso esta tarea solo, 
como cierta historiografía tendenciosa señala. Es cierto que Páez buscaba la 
separación, pero también lo es que la mayoría así lo quería. El acta de la 
Municipalidad de Valencia el 29 de noviembre de 1829, serenamente recogía la 
voluntad del Cabildo: “Venezuela no debe continuar unida a la Nueva Granada y 
Quito, porque las leyes que convienen a esos territorios no son a propósito para 
éste, enteramente distinto por costumbres, clima y producciones, y porque en la 
grande extensión pierden lafuerza y energía.” (Gil Fortoul, 1930: 653). 
 
El 13 de enero el general Páez asume el mando de acuerdo con el dictamen de la 
Asamblea de Valencia y convoca a un Congreso Constituyente, así como a un 
Gabinete Ejecutivo. El Congreso se instala en la casa de la Estrella en Valencia el 
6 de mayo de 1830 e inicia deliberaciones. El 13 de mayo el Departamento del 
sur de Colombia se separa y declara el estado independiente de Ecuador, al 
mando del venezolano Juan José Flores. Estas noticias las va recibiendo Bolívar 
en su viaje hacia la costa colombiana, derrotado y enfermo. Se ha despedido para 
siempre del gran amor de su vida, Manuela (“mi adorable loca”) en Bogotá. En 
julio recibe otra noticia fatídica, acaso la peor: el asesinato de Sucre. 
“Era un hecho que el esquema escogido no funcionaba, pero cambiarlo 
por una estructura Federal hubiera sido para Bolívar la negación de su 
principal bandera política desde el Manifiesto de Cartagena, en 1812: el 
Centralismo y el combate contra el Federalismo. 
 
Como vemos en esta relación de los hechos, el proyecto integracionista de 
Bolívar, Colombia, estuvo herido desde sus inicios hasta que falleció de muerte 
natural. Son varias las causas de su disolución, pero entre ellas hay una que brilla 
por su propio peso. El esquema integracionista escogido por Bolívar era 
Centralista, no Federal, de modo que las autonomías con que contaban los 
Departamentos de Venezuela y Quito eran mínimas, casi inexistentes. En la 
práctica esto ni siquiera pudo implementarse porque el poder real en Venezuela 
(Páez), en ejercicio de sus funciones al hacer lo que tenía que hacer desatendía las 
tardías y extemporáneas órdenes que llegaban de Bogotá. De hecho, la última 
visita que Bolívar hizo a Venezuela, en 1827, le confirmó los hechos: vino a 
“meter en cintura” al general Páez y terminó reconociendo su liderazgo. Al 
regresar a Bogotá lo esperaba Santander con los “brazos cruzados”. Era un 
hecho que el esquema escogido no funcionaba, pero cambiarlo por una 
estructura Federal hubiera sido para Bolívar la negación de su principal bandera 
política desde el Manifiesto de Cartagena, en 1812: el Centralismo y el combate 
contra el Federalismo. 
 
Este último, según Bolívar, causa de la pérdida de la Republica fundada en 1811. 
Como vemos, el Libertador naufragaba con su propio proyecto Centralista, 
mientras la salud le daba la espalda. 
 
Sigue siendo un enigma para quien escribe por qué Bolívar que admiraba tanto el 
sistema federal estadounidense consideraba que no era viable en nuestras 
naciones. Más aún, por qué si la realidad institucional que él creo al fundar 
Colombia se lo estaba diciendo a diario, no le atribuía la causa de su fracaso al 
esquema escogido. En cualquier caso, es evidente que el tema es cultural y 
psicosocialmente nuclear para Venezuela. 
 
 
La LEY FUNDAMENTAL DE LA REPUBLICA DE COLOMBIA 
DONDE QUEDABAN NUEVA GRANADA Y VENEZUELA 
REUNIDAS DESDE ESE MISMO DIA BAJO EL TITULO GLORIOSO 
SE REPUBLICA DE COLOMBIA. 17 dic 1819 
 
 
	“…no hemos hallado la mención “Gran Colombia” en ninguno de los textos oficiales compulsados, lo que nos lleva a pensar que la denominación puede haberse divulgado profusamente para atenuar el dolor que los venezolanos han podido sentir al ver que el ...
	La Convención de Ocaña (9 de abril de 1828)
	“Era un hecho que el esquema escogido no funcionaba, pero cambiarlo por una estructura Federal hubiera sido para Bolívar la negación de su principal bandera política desde el Manifiesto de Cartagena, en 1812: el Centralismo y el combate contra el Fede...

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