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Características del vanguardismo

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Características del vanguardismo 
Características del vanguardismo 
En el siglo XX surgió una inmensa variedad de movimientos artísticos. Muchos de ellos han sido clasificados como vanguardias, ya sean artísticas o literarias, mientras que otros no, como el art decó, por ejemplo.
Ello depende, en gran medida, de que se vean cumplidas un conjunto de características. Conozcamos con detenimiento los elementos que definen o caracterizan los movimientos de vanguardia.
1. Propósito de ruptura con el pasado (espíritu revolucionario)
El primer elemento característico de toda vanguardia es el rupturismo o espíritu de ruptura con la tradición. Los movimientos vanguardistas cuestionan las tradiciones del arte académico, lo que incluye no solo los temas, sino especialmente los principios de composición, sean plásticos o literarios.
2. Oposición a la representación naturalista
Desde la Antigüedad Clásica, el arte occidental se había basado en el naturalismo, es decir, en la imitación de la naturaleza o representación del mundo aparente. Las vanguardias se rebelan contra este principio. Podemos pensar en tres razones elementales:
· la percepción de que no había nada que pudiera superar a los maestros del pasado,
· el agotamiento del programa iconográfico y, por último,
· las transformaciones históricas, especialmente sociales y tecnológicas, que cambiaron la función del arte en la sociedad, por lo que no tenía sentido apegarse a los usos y costumbres del arte decimonónico. 
3. Valoración de los elementos compositivos en sí mismos
Al romper con el principio de imitación de la naturaleza y promover la originalidad, las vanguardias promovieron la autonomía del lenguaje en sí mismo (plástico o literario), libres de la subordinación al contenido.
En las artes plásticas, algunas vanguardias llevaron esto a tal extremo que eliminaron de plano cualquier referencia a los temas o cualquier tentación de “significación” para que pudieran apreciarse valorativamente elementos como las líneas, los puntos o las formas geométricas. De allí la renuncia a titular muchas obras. Por ejemplo, las composiciones numeradas de Piet Mondrian.
En la literatura, esto se expresó, entre otras formas, en una disociación entre signo y el referente, lo que permitiría la valoración estética del lenguaje como realidad autónoma, fuera de cualquier obligación significante.
4. Búsqueda de la originalidad y la novedad
Todos estos elementos se conjugan para proclamar la originalidad como elemento característico de las vanguardias. Cada una de ellas procuró constituir un lenguaje propio, original, marcado por la novedad.
5. Proclamación de la libertad creadora
El afán por la originalidad exige a las vanguardias la proclamación de la máxima libertad creadora. Si el arte de la academia buscaba de los artistas la asimilación de unas convenciones mínimas en cuanto al manejo de los elementos plásticos y al concepto del arte, las vanguardias fueron expresión de un anhelo de libertad individual y, por lo tanto, derivaron en lenguajes particulares, no convencionales. Esto señalaba la absoluta independencia del encargo y, en consecuencia, la máxima libertad personal en la expresión artística.
6. Espíritu de provocación
La libertad creadora de las vanguardias es también, y especialmente, una provocación. Los movimientos vanguardistas pretenden conmocionar el status quo, el orden establecido en el mundo de las artes, al que con frecuencia consideran gastado, agotado o inerte.
También buscan provocar a la sociedad en su conjunto, al desafiar sus patrones de gusto, la masificación de la cultura o la moral. Muy especialmente, buscaban provocar la moral y el gusto burgueses.
7. Exploración de elementos lúdicos
Si la función del arte estaba cambiando, los artistas se encontraron a sus anchas para introducir no solo la clave del humor en sus obras, que en algunos casos del pasado puede registrarse, aunque sea marginalmente. También desarrollan una percepción lúdica del arte, ya sea a través de la complicidad del espectador, ya sea a través de su participación o intervención directa.
8. Movimientos con cierta articulación grupal
A diferencia del arte occidental que, hasta mediados del siglo XVIII, respondía a tradiciones acrisoladas en el tiempo, las vanguardias eran movimientos, es decir, grupos organizados con vocación expresa de promover un determinado estilo y/o punto de vista. Por ello, las vanguardias podían tener carácter interdisciplinario, pues buscaban expresar por todos los medios y disciplinas posibles sus contenidos programáticos.
9. Promulgación de manifiestos
Con frecuencia las vanguardias nacían con la publicación de un manifiesto o eran acompañadas por uno. Este resumía un programa estético y, no pocas veces, ideológico.
Por ello, muchas veces las vanguardias establecieron una relación de dependencia entre la expresión artística y la palabra, es decir, una subordinación de la obra a la explicación o justificación que la contextualizaba. Algunos ejemplos de manifiestos vanguardistas son:
· Manifiesto futurista, escrito por Filippo Tommaso Marinetti (1909)
· Manifiesto cubista, escrito por Guillaume Apollinaire (1913)
· Manifiesto suprematista, escrito por Kazimir Malévich (1915)
· Manifiesto neoplasticista (De Stijl), escrito por Theo van Doesburg, Piet Mondrian, Bart an der Leck, J.J.P. Oud (1917)
· Manifiesto dadaista, escrito por Tristan Tzara (1918)
· Manifiesto constructivista, escrito por Naum Gabo y Antoine Pevsner (1920)
· Manifiesto ultraista (movimientos estrictamente literarios). Hubo varias versiones:
Una primera versión colectiva, bajo la orientación de Cansinos Assens (1918)
Una segunda versión de Guillermo de Torre (1920)
Una tercera versión de Jorge Luis Borges (1921)
· Manifiesto surrealista, escrito por André Bretón (1924)
10. Movimientos políticamente comprometidos
No es extraño que la mayor parte de los movimientos vanguardistas tomaran partido por alguna tendencia política, de derecha o de izquierda, particularmente las vanguardias históricas.
En general, los artistas de vanguardia se inclinaban hacia la izquierda. El ejemplo más conocido es, quizá, el de Pablo Picasso, militante del partido comunista francés. La única vanguardia declaradamente derechista fue el futurismo.
11. Necesidad de conocer la historia del arte para comprenderlas
Ya que las vanguardias se articulan como movimientos de ruptura con las tradiciones o escuelas artísticas, comprenderlas en todo su sentido pasa, necesariamente, por conocer la historia del arte o la literatura según corresponda. Solo así se puede comprender, por ejemplo, la importancia de movimientos como el cubismo, la abstracción geométrica o el arte pop.
Las vanguardias se levantan en contra de la tradición pictórica, sea que se trate del academicismo, o sea que se trate de una ruptura con la vanguardia inmediatamente anterior. Al mismo tiempo, la correcta interpretación de las vanguardias con frecuencia está subordinada a los manifiestos.
12. Ciclos de breve duración
La propia sinergia del vanguardismo, caracterizada por la búsqueda de la ruptura y la novedad constante, determina la breve duración de los movimientos. Muchos de ellos duraron apenas una década, aunque ciertamente, artistas como Picasso o Salvador Dalí continuaron con su estilo pictórico una vez desarticulados los movimientos.

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