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Revista Il Quattrocento

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1 
ISSN 0718 - 4042 ISSN 0718 - 4042 
 
Revista de Estudiantes de Antropología. Universidad 
de Chile. Número 4, 2010. 
ISSN 0718-4042 
Revista Il Quattrocento, Número 4, Diciembre de 2010 
 
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Revista Il Quattrocento, Número 4, Diciembre de 2010 
 
Director 
 
Samuel Briones Barrales 
 
Comité Editorial 
 
Patricia Kelly Santelices, Hugo Carrión Méndez, Juan Pablo Pinilla Jara, 
Tania Manríquez Roa, Francisco Godoy Sepúlveda 
 
Edición 
 
Tania Manríquez Roa y Francisco Godoy Sepúlveda 
 
Diagramación 
 
Samuel Briones Barrales 
 
Diseño de Portada 
 
Macarena Castañeda Letelier 
 
Impresión 
 
RIL® Editores 
 
Sitio Web: http://www.facso.uchile.cl/antropologia/ilqua.html 
Contacto Revista: riq@uchile.cl / revistaiq@gmail.com 
 
Revista Il Quattrocento ha sido cofinanciada con el aporte de la Dirección de Asuntos 
Estudiantiles, DAE, de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
3 
Índice 
 
 
Editorial 
 
Sección I: Artículos Teóricos 
 
¿Economía evolutiva e institucionalista como las nuevas corrientes principales? 
Geoffrey Hodgson………………………………………………………………………...15 
 
El dinero es siempre personal e impersonal 
Keith Hart…………………………………………………………………………….......39 
 
El sistema económico y la antropología económica: ensayando una propuesta de 
síntesis teórica 
Andrés Aedo……………………………………………………………………………...57 
 
Para una reencarnación de la economía 
Juan Carlos Skewes………………………………………………………………………77 
 
De crisis a flexibilidad ¿Hacia una nueva cultura del trabajo? 
Juan Pablo Pinilla……………………………………………………………………...…91 
 
La regulación de lo sutil. Procesos precontractuales, business gifts y soborno 
Pablo Ortúzar…………………………………………………………………………...121 
 
Sección II: Artículos Aplicados 
 
La economía y las representaciones: ensayo sobre la producción minero-metalúrgica 
durante el periodo medio en la Región de Atacama 
Alex San Francisco y Benjamín Ballester………………………………………………139 
 
Migración latinoamericana y envío de remesas en Chile. Una visión preliminar 
Camila Silva y Gabriela Egaña……………………………………………………….…161 
 
Precariedad del emprendimiento en la micro y pequeña empresa chilena ¿Un 
problema de racionalidad? 
Isidora Vásquez……………………………………………………...…………………..179 
PÁGINA 
Revista Il Quattrocento, Número 4, Diciembre de 2010 
 
4 
 
 
Racionalidad y cooperación estratégica en una microempresa publicitaria: 
Modelamiento desde la teoría de juegos 
Constanza Vergara………………………………………………………………………201 
 
Relaciones sociales de producción en la pesca artesanal 
Silvana Antonelli………………………………………………………………………..219 
 
El fiado como estrategia de supervivencia: Análisis de la práctica del fiado en 
almacenes de barrio de la Comuna de Ñuñoa, Santiago 
Daniela Carvajal…………………………………….…………………………………..241 
 
Dinámicas del capitalismo en Chile: Relaciones de poder en la formación del espacio 
económico nacional 
Sebastián Pérez…………………………………………………………………...……..263 
 
Sección III: Entrevista 
 
Reflexiones para una antropología de la economía contemporánea: Una conversación 
con Federico Neiburg. 
Juan Pablo Pinilla y Francisco Godoy…………………………………………………..299 
PÁGINA 
 
 
5 
 
 
 
 
 
 
 
 
Dedicado a Amalia Herrera Ugarte 
(1987-2010) 
 
Revista Il Quattrocento, Número 4, Diciembre de 2010 
 
6 
 
Editorial 
 
7 
 
 
Editorial 
 
 
 
"No hay más que una rueda (que gira siempre en la misma dirección)" 
Marcel Mauss, Ensayo sobre los dones 
 
La administración de la vida material ha dejado de ser parte de un trasfondo 
aproblemático para las personas. El así llamado dominio de lo económico 
representa hoy en día un campo polémico, objeto de múltiples debates más 
allá del código de especialistas de la economía. En efecto, conforme 
sucesivos ciclos de recesión adquieren notoriedad pública, una idea de 
«crisis económica» se incorpora a la conversación cotidiana;1 y la necesidad 
de prognosis y planificación se convierten entonces en una preocupación 
latente no sólo para gobiernos e inversionistas. A nivel macro, tendencias de 
décadas recientes tales como la internacionalización de los mercados, la 
apertura de espacios comerciales regionales, el incremento de transacciones 
financieras y flujos de divisas, ponen en tensión las antiguas practicas 
económicas y, más todavía, redefinen la experiencia de la vida económica tal 
y como había sido percibida hasta ahora. 
 Paralelamente, y como consecuencia de estos fenómenos, los 
profesionales de la economía se han consagrado como figuras públicas de 
alto prestigio, en la medida en que se incorporan como voces autorizadas 
para el diagnóstico y resolución de las principales cuestiones de la 
actualidad: inflación, crecimiento, desempleo, desarrollo, entre otras. 2 El 
auge de los economistas en América Latina y su rol en la definición de los 
 
1 Koselleck, Reinhart, Crítica y crisis. Un estudio sobre la patogénesis del mundo 
burgués, Madrid, Editorial Trotta, Universidad Autónoma de Madrid, 2007. 
2 Neiburg, Federico, “Os sentidos Sociais da Economia”, en: Luis Fernando 
Díaz Duarte (org.), Horizontes das Ciências Sociais no Brasil – Antropologia, 
ANPOCS/Barcarolla/Discurso Editorial, 2010. 
Revista Il Quattrocento, Número 4, Diciembre de 2010 
 
8 
asuntos públicos comienza a formar parte de una línea importante de 
trabajos. 3 En nuestro país, politólogos e historiadores subrayan el 
protagonismo que estos actores adquieren en la vida política local, 
especialmente a contar de la transición democrática.4 
 En buena medida, el renovado interés de las ciencias sociales por el 
dominio de lo económico puede ser interpretado como una respuesta a las 
transformaciones socioeconómicas de los últimos treinta años. La expansión 
global del mercado y la regulación supranacional del comercio impelió no 
sólo a nuevos análisis sobre las funciones del Estado en este escenario,5 sino 
también una redefinición más general respecto a lo que se comprendía como 
el ámbito económico. La relectura a fuentes etnográficas y etnológicas 
inspiró gran parte de esta renovación. 
 En un contexto como este, las ciencias antropológicas encuentran 
desafíos de envergadura. Como es sabido, para la antropología lo económico 
fue desde el comienzo un campo privilegiado de análisis. Tanto así que es 
difícil hallar trabajos clásicos que carezcan de alguna referencia a la vida 
material y las formas de subsistencia de las sociedades bajo estudio; aunque 
sean sólo unos pocos autores –de la talla de Malinowski o Mauss– los que 
hayan dedicado una reflexión más o menos sistemática al respecto. 
 Karl Polanyi, para mencionar al más citado de los autores, fue un 
punto de iniciación para este giro. La tesis según la cual la economía se halla 
incrustada en un dominio institucional particular, y que las personas actúan 
no para salvaguardar intereses individuales en posesión de determinaros 
bienes sino más bien para definir una posición social, con sus derechos y 
activos incluidos,6 constituyó un asidero para las nacientes escuelas. Así por 
ejemplo, la nueva sociología económica norteamericana intentó incorporar 
 
3 Montecinos, Verónica and Markoff, John (eds.), Economists in the Americas, 
Glos & Massachusetts, Edward Elgar Publishing, 2009. 
4 Montecinos, Verónica, Economics, politics and the State: Chile 1958-1994, 
Amsterdam, CEDLA, 1998; Silva, Patricio, In the Name of the Reason: Technocrats and 
Politics in Chile, Pennsylvania, The Pennsylvania State University Press, 2008. 
5 Offe, Claus, Contradicciones en el Estado del Bienestar, Madrid, Alianza 
Editorial, 1994. 
6 Polanyi, Karl, La Gran Transformación. Los orígenes políticos y económicos de 
nuestro tiempo, México D.F., Fondo de Cultura Económica,2003. 
Editorial 
 
9 
algunos de estos elementos en sus investigaciones empíricas sobre la vida 
económica moderna.7 
 En Francia, Louis Dumont intentó demostrar cómo el nacimiento de 
lo que conocemos como el dominio de lo económico implicó “un 
deslizamiento de primacía, […] desde las relaciones entre hombres hasta las 
relaciones entre los hombre y la naturaleza o más bien entre el hombre (en 
singular) y las cosas”.8 En un terreno similar, Pierre Bourdieu criticaba la 
noción clásica de acción económica, sometiendo a una operación de 
desnaturalización ámbitos que los economistas habían reclamado con 
exclusividad: “[…] puesto que el mundo social está presente en su totalidad 
en cada acción ‘económica’, es preciso dotarse de instrumentos de 
conocimiento que, lejos de poner entre paréntesis la multidimensionalidad y 
la multifuncionalidad de las prácticas, permitan construir modelos históricos 
capaces de dar razón con rigor y parsimonia de las acciones e instituciones 
económicas, tal como se presentan a la observación empírica”.9 
 Con estos antecedentes, los esfuerzos por interpretar la vida 
económica desde el punto de vista de sus fundamentos sociales y culturales 
se multiplicaron. Desde una partida disciplinar, la avanzada iba en contra 
del fértil programa teórico iniciado por Gary Becker, quien propuso un 
enfoque económico como herramienta analítica para la descripción del 
comportamiento humano, sin importar cuál fuese su ámbito de acción. Así, 
bajo los principios de un comportamiento maximizador, de mercados como 
mecanismos de coordinación y unas supuestas elecciones consistentes 
 
7 Smelser, Niels and Swedberg, Richard, “The Sociological Perspective on 
the Economy”, en: Handbook of Economic Sociology, Nueva York & Nueva Jersey, 
Princeton University Press, 1996, 3-26; Granovetter, Mark, Getting A Job: A Study of 
Contacts and Careers, Cambridge, Mass, Harvard University, 1974; Granovetter, Mark, 
"The strength of weak ties", American Journal of Sociology, 1973, 78(6), 1360-1380. 
8 Dumont, Louis, Homo Aequalis. Génesis y apogeo de la ideología económica, 
Madrid, Taurus, 1999, 134. 
9 Pierre Bourdieu, Las estructuras sociales de la economía, Buenos Aires, 
Editorial Manantial, 1995, 16-7. 
Revista Il Quattrocento, Número 4, Diciembre de 2010 
 
10 
guiadas por preferencias estables, el autor logró expandir la lectura 
económica a distintos contextos de la vida social.10 
 La disciplina económica, desde luego, no quedó ajena a los cambios. 
Desde la década del ochenta a la actualidad, un conjunto de teorías 
alternativas –que, si bien existían antes– cobran visibilidad en la disputa con 
la corriente neoclásica principal. 11 A esto contribuyeron, sobre todo, los 
trabajos de Herbert Simon sobre racionalidad limitada, las investigaciones en 
teoría de juegos, economía experimental y economía del comportamiento.12 
Por distintas rutas se ha intentado demostrar cómo la hipótesis de un agente 
económico plenamente racional resulta, desde el punto de vista de su 
aplicación empírica, un supuesto no sólo cuestionable sino incluso 
teóricamente prescindible. 
 Un set de nuevos conceptos toma relevancia al margen de la 
corriente neoclásica. Del lado de estas propuestas alternativas la escuela 
institucionalista gana espacio. Autores como Douglass North han enfatizado 
la idea de institución, en tanto marcos que limitan las reglas del juego de las 
interacciones humanas, reduciendo la incertidumbre y generando 
“estructuras de incentivos” para los intercambios económicos. 13 El 
desempeño de la economía queda ligado, por lo tanto, al cambio 
institucional y de manera más general a principios de la “evolución”. 
 
10 Becker, Gary, The Economic Approach to Human Behavior, Chicago and 
London, University of Chicago Press, 1976. 
11 Hodgson, Geoffrey, “Evolutionary and Institutional Economics as the 
New Mainstream?”, Evolutionary and Institutional Economics Review, 4(1), 7-25, 2007. 
12 Simon, Herbert, “A Behavioral Model of Rational Choice”, The Quarterly 
Journal of Economics, 1955, 69(1), 99-118; Kahneman, Daniel and Tversky, Amos, “An 
Analysis of Decision under Risk”, Econometrica, 1979, 47(2), 263-292; Axelrod, Robert, 
The evolution of cooperation, New York, Basic Books, 1984; Weber, Roberto and Colin 
Camerer, “‘Behavioral experiments’ in economics”, Experimental Economics, 2006, 9, 
187-192; Plott, Charles and Smith, Vernon (eds.), Handbook of Experimental Economics 
Results, Amsterdam, North-Holland, 2008. 
13 North, Douglass, Instituciones, cambio institucional y desempeño económico, 
México D.F., Fondo de Cultura Económica, 1993; Hodgson, Geoffrey, “What are 
Institutions?”, Journal of Economics Issues, 2006, 15(1),1-25; Hodgson, Geoffrey, The 
Evolution of Institutional Economics: Agency, structure and Darwinism in American 
Institusionalism, London & New York, Routledge, 2004. 
Editorial 
 
11 
 Como se observa, la apertura de nuevos ámbitos de problemtización 
teórica y la construcción de objetos de investigación devuelven a las ciencias 
sociales el problema de sus “actos de cualificación”. Como disciplinas 
reflexivas, las ciencias antropológicas y sociológicas deben poder analizar 
críticamente las relaciones de equivalencia que establecen entre sus objetos 
de investigación.14 En este ejercicio, la idea de mercado y la “construcción de 
mercados” son puestas bajo observación empírica.15 Lo mismo ocurre con la 
noción del “dinero” y los procesos inflacionarios, hasta hace poco ámbitos 
de exclusiva incumbencia de la economía ortodoxa. 16 Nuevas rutas de 
trabajo proliferan, mientras queda en evidencia cómo esferas que antes 
parecían separadas –vg. la idea de lo económico como ámbito contrapuesto 
a la vida íntima– se desenvuelven a menudo estableciendo intercambios 
recíprocos y “sutiles negociaciones”.17 
 Todo parece indicar que en Chile la apertura de un campo de 
estudio en torno a la antropología económica constituye una empresa aún 
por realizar. Trabajos que logren desplegar conceptos y métodos de la 
disciplina en la explicación de las dinámicas modernas de la vida económica 
en nuestro país no han logrado decantar en agendas de investigación por 
cuenta propia. Revista Il Quattrocento ha querido presentar un primer aporte 
en este sentido, ofreciendo a los jóvenes investigadores un conjunto de 
textos que, sin pretensiones de representatividad, ponen al día los 
rendimientos de observar los fenómenos económicos en sus manifestaciones 
sociales y culturales. Es de esperar que desarrollos teóricos y conceptuales, 
acompañados de la experimentación metodológica y la indagación empírica, 
 
14 Boltanski, Luc y Thévenot, Laurent, On Justification: Economies of Worth, 
Princeton and Oxford, Princeton University Press, 2006. 
15 Mackenzie, Donald; Muniesa, Fabian and Siu, Lucia (eds.), Do economist 
make markets?: on the performativity of economics, Princeton, Princeton University Press, 
2007. 
16 Hart, Keith, “Money is always personal and impersonal”, Anthropology 
Today, 2007, 23(5), 12-16; Neiburg, Federico, “Sick Currencies and Public Numbers”, 
Anthropological Theory, 2010, 10 (1/2), 96-102; Neiburg, Federico, "As moedas doentes, 
os números públicos e a antropologia do dinheiro", Mana. Estudos de Antropologia 
Social, 2007, 13(1), 119-151. 
17 Zelizer, Viviana A., La negociación de la intimidad, Buenos Aires, Fondo de 
Cultura Económica, 2009. 
Revista Il Quattrocento, Número 4, Diciembre de 2010 
 
12 
sirvan de pivotes para reclamar un campo que los padres fundadores 
tuvieron como nicho central, y que tras la lectura posmoderna pareció 
perderse entre críticas y abstracciones. 
 En un país donde la economía y sus profesionales han adquiridoun 
valor desmesurado, donde el mercado reclama para sí la función de 
asignación de recursos e –incluso– la de ser el principal mecanismo de 
coordinación social, el aporte antropológico adquiere un valor inestimable. 
Expresamos el deseo de que nuestra publicación sea sólo el comienzo de 
prometedores desarrollos en este sentido. 
 
Patricia Kelly, Hugo Carrión, Juan Pablo Pinilla 
Santiago, Noviembre de 2010 
 
 
13 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Sección I: Artículos Teóricos 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Revista Il Quattrocento, Número 4, Diciembre de 2010 
 
14 
¿Economía evolutiva e institucionalista como las nuevas corrientes principales? 
15 
¿Economía evolutiva e 
institucionalista como las 
nuevas corrientes principales?* 
 
 (Il Quattrocento, 2010, Número 4: 15-38pp.) 
 
 
Geoffrey M. Hodgson 
The Business School, University of Hertfordshire 
 
Resumen 
Las corrientes principales en economía han cambiado radicalmente desde la 
década de 1980, ofreciendo mejores oportunidades para la intervención de la 
economía evolutiva e institucionalista. El presente artículo explora el alcance 
de esta transformación y el grado en que la economía tradicional se ha 
movido en una dirección evolutiva e institucional. Así también existen señales 
de un posible giro gestáltico en las ciencias sociales, donde las reglas son vistas 
como constitutivas de las relaciones sociales y la realidad social. Esto contrasta 
con el anterior énfasis de la economía tradicional en el cambio incremental y 
el equilibrio. Por otra parte, la economía tradicional tiene una preocupación 
con la técnica por sobre la sustancia, y las barreras interdisciplinarias 
perjudican desarrollos conceptuales apropiados. 
 
Palabras clave: economía evolutiva, economía institucionalista, preferencias 
endógenas, racionalidad limitada, corrientes principales en economía. 
 
* El artículo originalmente fue presentado como ponencia en las Conferencias JAFEE 
en Tokio, Japón, 24 y 25 de marzo de 2007. El texto reproducido proviene de la Evolutionary and 
Institutional Economics Review, vol. 4, no. 1, 2007, pp. 7-25, con el título “Evolutionary and 
Institutional Economics as the New Mainstream?”. Revista Il Quattrocento agradece tanto a su 
autor, profesor Geoffrey M. Hodgson, como a Yuji Aruka, editor de la EIER, los permisos 
pertinentes para la traducción y publicación del artículo. 
La traducción del texto pertenece a Flavio Ardiles Rodríguez, la edición a Juan Pablo 
Pinilla y Francisco Godoy. 
Revista Il Quattrocento, Número 4, Diciembre de 2010 
 
16 
I. INTRODUCCIÓN 
El carácter de las corrientes principales de la economía ha cambiado 
significativamente desde 1980. Desde la aparición de fracturas en el edificio 
del “equilibrio general” en los años 70’, la economía se ha acercado a una 
serie de enfoques; incluyendo la teoría de juegos, teoría evolutiva de juegos, 
economía experimental y conductismo. Una de las consecuencias es que las 
ideas evolutivas y el estudio de las instituciones sean ahora un lugar común. 
Previamente fueron vedadas por únicas y disidentes, sin embargo hoy estas 
ideas están a la vanguardia. ¿Significa ésto que la economía evolutiva e 
institucionalista se han transformado o se transformarán en las nuevas 
corrientes principales? El presente ensayo se hace cargo de tal pregunta. 
En 1935 Sidney y Beatrice Webb publicaron un volumen 
ampliamente vendido, titulado “Comunismo Soviético: ¿Una nueva 
civilización?” [Soviet Communism: A new civilization?]. No obstante, para 
1937 la pregunta de la publicación recién mencionada se consideraba 
respondida. Los signos de interrogación fueron removidos de dicha edición 
(1937) y las posteriores, produciendo una aseveración que, vista en 
retrospectiva, parece bastante dudosa. Preocupado por el futuro de la 
economía y su actual potencial de transformación, estoy lo suficientemente 
inseguro para sugerir que los signos de interrogación en mí título deben 
mantenerse –al menos por ahora. 
Las ideas institucionalistas y evolutivas tienen una larga historia en 
economía. Adam Smith promovió una de las ideas centrales en economía 
evolutiva, esto es, que los resultados económicos no son siempre el producto 
de un diseño global consciente y el orden social puede emerger sin un orden 
central. Alfred Marshall se inspiró en las ideas evolucionistas de Herbert 
Spencer, mientras Thorstein Veblen (18989,1899) fue uno de los primeros en 
importar a las ciencias sociales los principios evolutivos de Charles Darwin 
(Hodgson, 1993, 1994). Varias otras ideas evolutivas fueron desarrolladas 
posteriormente por Joseph Schumpeter (1912, 1934), Friedrich Hayek (1978, 
1988), Richard Nelson y Sidney Winter (1982) y muchos otros. Por su parte, 
las ideas institucionalistas en economía pueden ser rastreadas hasta 
diferentes fuentes como la escuela histórica alemana, los institucionalistas 
originales americanos (Veblen, 1919; Commons, 1934; Hodgson, 2004) y la 
nueva economía institucionalista (Williamson, 2000). 
¿Economía evolutiva e institucionalista como las nuevas corrientes principales? 
17 
Cambios recientes en la disciplina económica han creado una 
oportunidad sin precedente para economistas evolutivos e institucionalistas. 
Más abajo refiero algunos desarrollos claves en la nueva economía 
institucionalista y en teoría económica. Esto incluye ideas revisadas sobre el 
agente humano y racionalidad, la re-emergencia de las preferencias 
endógenas, y el tardío reconocimiento de las ideas de Herbert Simon (1957) 
sobre la racionalidad limitada [bounded rationality]. Consecuentemente, una 
nueva zona de investigación en economía, con credenciales tanto evolutivas 
como institucionalistas, aparece en el paisaje de la teoría económica. 
La siguiente sección reseña importantes desarrollos teóricos dentro 
de las corrientes principales en economía que se mueven en una dirección 
institucionalista y evolutiva. Otra sección se hace cargo de los cambios al 
interior de la nueva economía institucionalista. Posteriormente, otro 
apartado sitúa la economía evolutiva e institucionalista al centro de un 
revisitado paisaje de la teoría económica. La penúltima sección considera las 
barreras doctrinales e institucionales presentes en la transformación general 
de la economía a lo largo de líneas institucionalistas y evolutivas. 
 
II. LA CAMBIANTE CARA DE LAS CORRIENTES PRINCIPALES EN 
ECONOMÍA 
Para 1980, el análisis de equilibrio general se encontró con problemas 
teóricos irremontables. La investigación de problemas sobre la singularidad 
y estabilidad del equilibrio general mostró que éste puede ser 
indeterminado e inestable a menos que se planteen supuestos muy fuertes, 
como lo es la idea de que la sociedad como un todo se comporta como un 
individuo particular. Estos resultados demolieron el proyecto entero de 
basar la economía en los microfundamentos del equilibro general (Kirman, 
1989; Rizvi, 1994). 
De esta forma, la teoría de juegos reemplazó al equilibrio general 
como vanguardia dentro de la economía, lo que significó el abandono de 
una teoría general de las interacciones económicas. Al contrario, los 
resultados de la teoría de juegos dependen de las reglas particulares y 
modos de jugar el juego. En vez de tener todo interactuando con todo en un 
campo universal de conexiones infinitas, la teoría de juegos asume un 
Revista Il Quattrocento, Número 4, Diciembre de 2010 
 
18 
mundo estructurado de reglas vinculantes y conexión limitada (Potts, 2000). 
Así, la teoría de juegos se acomoda mejor a las ideas de instituciones, 
convenciones y reglas (Schotter, 1981; Sugden, 1986). Más aún, dicha teoría 
ha revelado lo problemático de las definiciones neoclásicas de racionalidad y 
cómo en algunos contextos ésta tiene resultados ambiguos (Sugden,1991; 
Hargreaves y Varoufakis, 1995; Gintis, 2000). 
No obstante, los modelos propiamente tales de interacción 
individual en teoría de juegos, en donde toda interacción humana posible y 
su respuesta definida se encuentran consideradas y en donde cada agente 
asume que todos los otros son totalmente racionales, han caído en 
problemas ampliamente reconocidos de tratabilidad y relevancia. En 
respuesta, algunos han dado indiciones de aproximaciones a direcciones 
divergentes de investigación, que incluyen un mundo donde las capacidades 
racionales están limitadas e instituciones específicas estructuran las 
interacciones de los agentes (Kirman y Gérard-Varet, 1999). En lugar de 
tratar la macroeconomía como un magnificado individuo representativo, la 
estructura social debe ser introducida en una población de individuos 
heterogéneos. Esto constituye otra puerta abierta para el análisis 
institucionalista. 
La teoría de juegos es un monumento a los límites de la teorización 
deductiva en economía. Frank Hahn (1991: 47-50), siendo él mismo un 
antiguo pionero de la teoría del equilibrio general, fue uno de los primeros 
en predecir el posible resultado de los desarrollos de los 70’ y 80’: 
“Estoy bastante seguro que la siguiente predicción probará ser correcta: la 
teorización ‘pura’ se hará cada vez menos disfrutable y cada vez menos 
posible […] más bien se requieren cambios radicales en las preguntas y 
métodos […] las señales son que la disciplina volverá a sus afinididades 
marshallianas con la biología. […] No sólo nuestros sucesores tendrán que 
estar menos preocupados de lo general […] ellos estudiarán historias 
particulares y métodos capaces de lidiar con la complejidad de lo particular 
[…] No habrá para ellos más teoría unificada de la física de partículas […sino 
también] menos frecuentemente habrá para ellos los placeres de los teoremas 
y las pruebas. En su lugar, el abrazo incierto de la historia, la sociología y la 
biología”. 
Similarmente, su colaborador teórico y premio Nobel Kenneth 
Arrow (1995: 1618) remarca: 
¿Economía evolutiva e institucionalista como las nuevas corrientes principales? 
19 
“La noción misma de lo que constituye una teoría económica deberá cambiar. 
Por un siglo algunos economistas han mantenido que la biología entrega un 
paradigma más adecuado para la economía que los modelos de equilibrio 
análogos a la mecánica. […] La teoría económica podría bien tomar un curso 
análogo”. 
Desde ahí, el uso creciente de simulaciones y modelos basados en 
agentes [agent-based models] en las ciencias económicas ha traído importantes 
lecciones (Judd y Tesfatsion, 2006), a pesar de que su legitimidad esté sólo 
parcialmente aceptada. Notablemente, al especificar las reglas de decisión de 
agentes artificiales, los cánones universales de racionalidad son de poca 
utilidad. En su lugar, se deben especificar los inputs particulares de datos y 
los algoritmos de decisión. Más aún, un modelo basado en agentes es un 
sistema con propiedades impredecibles y emergentes que no pueden ser 
reducidas a propiedades de los agentes individuales (Lane, 1993; Kirman y 
Gérard-Varet, 1999). 
La economía experimental también ha contribuido a dramatizar la 
textura institucional de la realidad social. Dentro de algunos experimentos, 
los mercados deben ser tratados no como el éter abstracto y universal de la 
interacción humana, sino como sistemas de reglas diseñados. Los 
economistas experimentales, mientras simulan mercados en el laboratorio, 
tienen que enfrentar también el inevitable problema de establecer una 
estructura institucional específica con reglas de procedimiento. Tal como 
Vernon Smith (1982: 923) explica: “no es posible diseñar un experimento en 
el laboratorio sobre asignación de recursos sin diseñar una institución en 
todos sus detalles”. Esto desafía la idea que el mercado abstracto es un 
fórum universal de interacción humana libre de cualquier regla específica 
(McMillan, 2002). 
La economía experimental también ha apuntado hacia una 
concepción de racionalidad situada antes que a una independiente del 
contexto. Sobre la base de observaciones experimentales, Smith (1991: 881, 
894) ha ido tan lejos para considerar cómo “las instituciones sirven de 
herramientas sociales que refuerzan e incluso inducen la racionalidad 
individual” y “cómo la toma de decisiones se encuentra mediada por las 
instituciones”. Smith concluye que la racionalidad no emerge puramente de 
la cognición, sino sólo mediante “la interacción social en curso con otros 
agentes”. Revisando los resultados de la economía experimental, Graham 
Revista Il Quattrocento, Número 4, Diciembre de 2010 
 
20 
Loomes (1998: 486) propone que las preferencias racionales generalizadas 
deberían reemplazarse por “reglas prácticas [rules of thumb] específicas a la 
estructura particular de la tarea de decisión en cuestión”1. A través de la 
evidencia experimental, Loomes (1997: 137) rechaza la idea que “la gente 
enfrenta los problemas armada con un conjunto claro y razonablemente 
completo de preferencias, y que procesa toda sus decisiones de acuerdo a 
esta estructura de preferencias”. Tanto la economía experimental moderna y 
la teoría de juegos han revelado las limitaciones de una racionalidad todo-
propósito independiente del contexto, y han apuntado hacia las influencias 
institucionales sobre la racionalidad misma. 
“El hombre económico racional” ha caído recientemente en tiempos 
difíciles, luego de haber sido deportado de algunos círculos avant-garde 
dentro de la economía. Sobre este asunto, la economía experimental ha 
tenido un fuerte impacto (Kahneman, 1994; Kagel y Roth, 1995). Incluso 
dentro de las corrientes principales en economía, le han dado crédito a la 
idea de “preferencias sociales” que incluyen motivos no-egoístas, “de otro 
tipo” y cooperativos (Fehr y Fischbacher, 2002). En general, los economistas 
experimentales han convencido a muchos de sus colegas de que la evidencia 
no apoya el “iluminado calculador de placeres y dolores” satirizado por 
Veblen (1919: 73) hace mucho tiempo ya. 
Notablemente, varios economistas líderes admiten ahora una 
formación de preferencias de carácter endógena y dependiente de la 
situación (Akerlof y Kranton, 2002; Bowles, 1998, 2004). Por el contrario, 
entre las décadas de 1940 y 1960 el concepto de preferencias endógenas se 
criticaba como teóricamente innecesario dentro de la economía, e 
inconsistente con su aproximación teórica más básica (Stigler y Becker, 
1977) 2 . La rehabilitación parcial de las preferencias endógenas es un 
desarrollo significativo y nos acerca a uno de los grandes temas dentro de la 
vieja economía institucionalista (Hodgson, 2004). 
 
1 Lo que aquí se expresa como “reglas prácticas” corresponde a una traducción más 
formal de la expresión coloquial inglesa rules of thumb, que literalmente significa “reglas de 
pulgar”y refiere a reglas basadas en la experiencia y la práctica, sin fundamentación científica o 
teórica. Son pequeñas fórmulas para lograr cierto objetivo. En español una expresión similar 
correspondería a la también coloquial “regla de oro” o “regla de cajón” [N. del T.]. 
2 Sin embargo, sí aparecieron ocasionalmente en la literatura discusiones y modelos 
con un giro en las funciones de las preferencias. Por ejemplo Hammond (1976). 
¿Economía evolutiva e institucionalista como las nuevas corrientes principales? 
21 
Aunque la teoría económica se ha fragmentado en un sinnúmero de 
especialidades técnicamente dirigidas, y nada ha emergido todavía para 
reemplazar el consenso que prevaleció entre 1950 y 1970, las corrientes 
principales en economía han cambiado radicalmente. Varios autores han 
argumentado recientemente que el paradigma neoclásico –incluyendo sus 
conceptos nucleares de racionalidad y equilibrio- ya no es más eldominante 
dentro de las corrientes principales; y ha sido reemplazado por una variedad 
de aproximaciones.3 Esta conclusión se ha visto reforzada por entrevistas a 
estudiantes graduados de los más prestigiosos departamentos de economía, 
especialmente en Estados Unidos. Como David Colander sostiene (2005b, 
930-931), las corrientes principales en economía han abandonado su “santa 
trinidad” de supuestos, a saber “racionalidad, codicia y equilibrio”. En su 
lugar, la visión de la economía está cambiando desde “el estudio de agentes 
infinitamente brillantes en ambientes ricos en información a una visión de la 
economía como el estudio de individuos razonablemente brillantes en 
ambientes pobres en información”. 
Tal como argumento más abajo, este giro crea una oportunidad 
masiva para la economía institucionalista y evolutiva, las cuales 
generalmente han enfatizado la dinámica, incerteza y racionalidad limitada.4 
 
III. LA CAMBIANTE NUEVA ECONOMÍA INSTITUCIONALISTA 
A la par de los cambios ocurridos dentro de las corrientes principales en 
economía, importantes cambios han tenido lugar en la “nueva economía 
institucionalista”, creando nuevas oportunidades para el diálogo y 
desarrollo. En los 70’ y 80’ un prominente proyecto teórico en la “nueva 
economía institucionalista” buscaba explicar la existencia de instituciones 
legales, políticas o sociales a través de la referencia a un modelo de conducta 
individual dada, trazando sus consecuencias en términos de interacciones 
humanas. El movimiento explicativo se dio desde los individuos a las 
 
3 Ver por ejemplo Colander (2005a, b), Colander et al. (2004a, b) y Davis (2006). 
4 De hecho, los orígenes de la racionalidad limitada se hallan en el trabajo de 
economistas institucionalistas a principios del siglo XX; y tanto Knight como Keynes, quienes 
fueron pioneros respecto al concepto de incerteza, tuvieron afinidades con el institucionalismo 
original (Hodgson, 2004). 
Revista Il Quattrocento, Número 4, Diciembre de 2010 
 
22 
instituciones, tomando ostensiblemente a los individuos como primarios y 
dados en un “estado de naturaleza” inicial, libre de instituciones. 
No obstante, dicho programa de investigación fue rápidamente 
criticado y probado inviable. Alexander Field (1979, 1981, 1984) planteó que 
la nueva economía institucionalista siempre tiene que presuponer 
individuos dados actuando bajo el contexto de reglas que rigen la conducta. 
En el original e hipotético “estado de naturalaleza” del cual habrían 
emergido las instituciones, varias importantes reglas, instituciones y normas 
sociales y culturales han sido ya asumidas inevitablemente. 
Williamson (1975: 20) brillantemente propuso que “en el comienzo 
hubo mercados”. Luego algunos individuos se abocaron a la creación de 
empresas y jerarquías que perduraban si involucraban bajos costos de 
transacción. Sin embargo, el mercado mismo es una institución que consta 
de complejas reglas. En realidad los mercados involucran normas y 
costumbres sociales, relaciones de intercambio instituidas y redes de 
información que necesitan ser explicadas (Hodgson, 1988; McMillan, 2002; 
Vanberg, 2001). Los mercados no son un punto de partida libre de 
instituciones. 
La institución de la propiedad privada también requiere explicación. 
Se ha planteado que ésta generalmente puede surgir de modo espontáneo 
por medio de interacciones individuales, que implican reputación y otros 
efectos (North, 1991). Empero estos argumentos teóricos se quiebran con la 
inclusión de números grandes o incerteza radical. La posibilidad de que 
emerjan derechos de propiedad en una sociedad compleja sin ningún rol del 
Estado ha sido desafiada por varios autores, incluso dentro de la tradición 
del nuevo institucionalismo (Sened, 1997; Mantzavinos, 2001). 
No podemos entender el mundo sin conceptos y no podemos 
comunicarnos sin alguna forma de lenguaje. Tal como los institucionalistas 
originales plantearon, la transmisión de información desde la institución al 
individuo es imposible sin un proceso coextensivo de enculturación, en el 
cual el individuo aprende el significado y valor de la data sensitiva que es 
comunicada. En general existen buenas razones de porqué comenzar a partir 
de un individuo dado es generalmente una concepción errónea. 
¿Economía evolutiva e institucionalista como las nuevas corrientes principales? 
23 
Esto no significa que la investigación de los nuevos institucionalistas 
no tenga valor alguno; sino que sugiere que el punto de inicio de las 
explicaciones no puede estar libre de instituciones. Lo que se requiere es una 
teoría del proceso, desarrollo y aprendizaje, antes que una teoría que 
procede desde un “estado de naturaleza” original que es tanto artificial 
como insostenible. Trygve Haavelmo (1997: 15) en su discurso de aceptación 
del premio Nobel en 1989 sostuvo que 
“Las teorías económicas existentes no son suficientemente buenas […] 
Empezamos por estudiar la conducta de los individuos bajo varias 
condiciones de elección. […] Luego tratamos de construir un modelo de 
sociedad económica en sus totalidad mediante un así llamado proceso de 
agregación. Ahora pienso que esto es de hecho comenzar por el camino 
equivocado. […] Al empezar por alguna sociedad existente, podemos concebir 
a ésta como una estructura de reglas y regulaciones dentro de las cuales los 
miembros de la sociedad deben operar. Sus respuestas a dichas reglas, en 
tanto individuos que las obedecen, producen resultados económicos que 
caracterizarían tal sociedad”. 
Haavelmo sugiere correctamente que las instituciones 
históricamente específicas deben incluirse en el análisis desde el comienzo. 
Tal proyecto institucionalista reformulado enfatizaría la evolución de las 
instituciones, en parte desde otras instituciones antes que desde un 
hipotético “estado de naturaleza” libre de instituciones. 
Otros estudios se han desarrollado en esta dirección. Jack Knight 
(1992) critica gran parte de la literatura neo-institucionalista por negar la 
importancia de consideraciones distribucionales y sobre el poder en la 
emergencia y desarrollo de las instituciones. Incluso más claramente, 
Masahiko Aoki (2001) identifica el problema de una infinita regresión 
explicativa en la literatura neo-institucionalista y desarrolla una 
aproximación nueva. Él toma como dados no solo los individuos, sino que 
también un conjunto de instituciones históricamente otorgadas. Con este 
material explora la evolución de más instituciones usando teoría de juegos. 
El siguiente paso, el cual Aoki reconoce pero no completa, consiste en 
desarrollar un marco de análisis más evolutivo y abierto. 
La idea familiar en economía de un individuo [self] primario y dado, 
con su racionalidad todo-propósito, está siendo minada. Lentamente se está 
aceptando que el razonamiento es imposible sin, e inseparable de, su 
Revista Il Quattrocento, Número 4, Diciembre de 2010 
 
24 
contexto material e institucional. La adopción de una racionalidad situada y 
dependiente del contexto es consistente con una economía institucionalista 
en la cual la agencia y la estructura son ambas importantes y mutuamente 
constitutivas. Significativamente, Douglas North (1994) ha examinado los 
límites del marco de la elección racional y enfatiza la importancia de las 
ideologías y las clasificaciones cognitivas. North (1994: 363) vincula estas 
“clasificaciones” y “modelos mentales” con su contexto cultural e 
institucional: 
“Una herencia cultural común provee un medio para reducir la divergencia 
en los modelos mentales […] y constituye el medio para la transferencia 
intergeneracional de percepciones unificadoras. […] Las estructuras de 
creencias se ven transformadas en estructuras sociales y económicas por las 
instituciones […] La relación entre modelos mentales e institucioneses íntima. 
Los modelos mentales son las representaciones internas que los sistemas 
cognitivos individuales crean para interpretar el ambiente; las instituciones 
son los externos […] mecanismos que los individuos crean para estructurar y 
ordenar el ambiente”. 
El reconocimiento de las influencias sociales sobre los individuos 
ubica a North muy cerca de la vieja tradición institucionalista (Gronewegen 
et al., 1995; Rutherfor, 1995; Pålsson Syll, 1992). Dicho autor acepta que las 
instituciones o una “herencia cultural común” pueden de alguna forma 
reducir las divergencias entre los modelos mentales correspondientes a 
diferentes individuos, o también afectar las creencias u objetivos 
individuales. Esto nos lleva de vuelta a un tema en la vieja economía 
institucionalista que refiere al rol de las instituciones en la fusión de 
preferencias. 
La idea de preferencias endógenas y dependientes del contexto 
encaja con una aproximación más abierta y evolutiva. Si en principio cada 
componente de un sistema puede evolucionar, así también pueden hacerlo 
las preferencias individuales. Por supuesto, la mayoría de los economistas 
reconocen que las preferencias son maleables en el mundo real. Pero a 
menudo han tomado la suposición de preferencias fijas como un supuesto 
razonable y simplificador. Sin embargo, cierta maleabilidad en las 
preferencias puede ser necesaria para explicar completamente la evolución y 
estabilidad de las instituciones. La estabilidad institucional puede ser 
¿Economía evolutiva e institucionalista como las nuevas corrientes principales? 
25 
reforzada precisamente debido a la capacidad reconstitutiva de las 
instituciones para cambiar las preferencias (Hodgson y Knudsen, 2004). 
En general, estos desarrollos significan que las barreras 
anteriormente discernibles entre el original y el “nuevo” institucionalismo 
son ahora mucho menos claras (Dequech, 2002). 
 
IV. EL PAISAJE DE LA TEORÍA ECONÓMICA MODERNA 
La figura 1 mapea el paisaje de las representaciones teóricas de la interacción 
individual en economía. La dimensión horizontal refiere al número mínimo 
de actores en la teoría que nos concierne. La dimensión vertical refiere al 
grado asumido de conocimiento y consideración deliberativa (racional) de la 
deliberación (racional) y el conocimiento de otros actores individuales en la 
teoría. 
 
FIGURA 1: Mapeando el dominio de la teoría económica 
 
Empezando por la esquina inferior izquierda de la figura, el 
monopolio simple refiere a la teoría elemental del monopolio –sin 
discriminación de precios– donde el monopolista meramente enfrenta una 
curva agregada de demanda, y los consumidores individuales, de esta forma, 
no caben en la imagen. En la esquina inferior derecha, la competencia 
Revista Il Quattrocento, Número 4, Diciembre de 2010 
 
26 
perfecta contempla la característica competitividad de precios presente en 
los manuales de economía. Durante gran parte del siglo XX, la teoría 
económica ha explorado la región linear de la parte inferior de este 
diagrama, entre monopolio simple y competencia perfecta, incluyendo 
tempranas teorías de competencia imperfecta sin interacción estratégica. 
El modelamiento a través de expectativas racionales estableció su 
prominencia durante los años 70’, y aparece en la esquina superior derecha 
de la figura. Estos modelos asumen que los agentes, a través de la 
experiencia, rápidamente se dan cuenta del “verdadero” modelo subyacente 
de la economía. Asumiendo un número suficiente de otros agentes en 
competencia, quienes están todos similarmente informados, el ya bien 
conocido resultado es que las políticas macroeconómicas son inefectivas. 
Cada agente está anclado a las expectativas de cada otro agente. Ninguno 
puede escapar al círculo de la determinación racional intersubjetiva, y bajo 
estos supuestos ningún gobierno puede efectivamente mover el sistema de 
su equilibrio. No obstante, los supuestos de racionalidad son universales y 
extremos. También es bien sabido que este resultado no se sostiene siquiera 
con una relajación parcial de dichos supuestos, tal como la introducción de 
agentes heterogéneos que varían en sus capacidades de procesamiento de 
información (Haltiwanger y Waldman, 1985). Consecuentemente, el foco 
exclusivo en este tipo de modelos de la esquina superior derecha no duró 
por mucho tiempo. 
La amplia adopción de la teoría de juegos en los 80’ significó guiar a 
los economistas un a territorio nuevo. Las interacciones estratégicas fueron 
consideradas con un número limitado de actores, usualmente bajo el 
presupuesto de un “conocimiento común de racionalidad” donde no sólo los 
individuos son racionales, sino que también todos creen que los otros 
actuarán racionalmente. Así, cada jugador toma nota de lo que cada uno de 
los otros jugadores hace y sabe. Emergen largas cadenas de razonamiento 
del tipo “si pienso que ella piensa que yo pienso…”, creando a menudo 
problemas lógicos intratables de auto-referencia y regresión infinita 
(Hargreaves y Varoufakis, 1995). 
La teoría de juegos ocupa la región superior dentro del diagrama. 
Nótese que el dominio de la teoría del juego se extiende hacia abajo en cierto 
grado hacia un área donde se asume que los agentes toman en cuenta parcial 
¿Economía evolutiva e institucionalista como las nuevas corrientes principales? 
27 
pero incompletamente las deliberaciones estratégicas de los otros. Esta área 
baja dentro de la caja de la teoría del juego incluye la teoría conductual del 
juego (Camerer 1997, 2003; Camerer et al. 2004). 
En la región central del diagrama, entre la teoría del juego y el eje 
monopolio-competencia de la parte baja, se halla el dominio de las 
modernas economías evolutivas e institucionalistas. Como en la teoría de 
juegos, se asume un mundo estructurado de interconectividad limitada 
gobernado por reglas. Al contrario de gran parte de la teoría de juegos, 
adopta una visión más limitada de las capacidades individuales 
deliberativas y calculadoras. La toma de decisiones ocurre en un contexto de 
complejidad e incerteza radical, limitando las cadenas de razonamiento 
lógico referentes a las probables reacciones de los otros frente a distintas 
conductas. El foco analítico en el equilibrio se vuelve menos central, a 
diferencia de las porciones superiores e inferiores de la figura. Sus 
fundamentos ontológicos involucran estructuras institucionales y procesos 
algorítmicos de aprendizaje que incluyen hábitos y reglas similares a 
programas.5 Citando a Kurt Dopfer et al. (2004: 263): “la idea central es que 
un sistema económico es una población de reglas, una estructura de reglas, y 
un proceso de reglas”. 
Siguiendo a Veblen (1899, 1919), algunos teóricos sostienen que los 
principios darwinianos generalizados de variación, herencia (o retención) y 
selección se aplican tanto a procesos sociales como biológicos, a pesar de las 
grandes diferencias a nivel de detalle (Hodgson y Knudsen, 2006). 
Esto nos lleva a una proposición ontológica fundamental. La 
sociedad no es meramente una colección de individuos, también involucra 
inevitablemente sistemas de reglas a través de las cuales los individuos se 
comunican e interactúan. Esto sería verdadero en la utopía anarquista, como 
también es verdadero en el individualismo mercantil tan popular en algunos 
círculos liberales de políticas públicas. La cooperación voluntaria anarquista 
requiere algunas reglas concernientes a los derechos individuales y la 
comunicación interpersonal. Tal como Friedrich Hayek (1960) reconoció, el 
mercado mismo requiere reglas para poder operar, como ciertos tipos de 
 
5 Ver por ejemplo Arthur (2006) Dopfer (2004), Dopfer et al. (2004), Hodgson (1997, 
2004, 2007), Hodgson & Knudsen (2004), Ostrom (2005), Parra (2005), Potts (2000), Vanberg 
(2002, 2004). 
RevistaIl Quattrocento, Número 4, Diciembre de 2010 
 
28 
instituciones son requeridas para proteger la propiedad privada y reforzar 
los contratos. 
De hecho, cierta evidencia sugiere un giro gestáltico en ciencias 
sociales, donde las reglas pasan a ser percibidas como constitutivas de las 
relaciones sociales y la realidad social. Esto contrasta con el anterior énfasis 
de la economía tradicional en el cambio incremental y el equilibrio en 
sistemas donde cada individuo incide en todos los demás.6 
La visión emergente es una de interconectividad limitada dentro de 
los sistemas sociales, esencialmente compuestos por estructuras y procesos 
algorítmicos de reglas. La teoría de juegos provee una mirada parcial a este 
mundo estructurado por reglas, con su evocación a reglas y estrategias de 
pago; pero el nuevo paradigma emergente no se encuentra en ningún caso 
restringido a esta aproximación matemática particular. La corriente principal 
de teoría de juegos aún evoca agentes con capacidades racionales 
irrealmente poderosas. En vez de mentes racionales irrealmente poderosas, 
el nuevo paradigma resalta una racionalidad altamente limitada y reglas 
prácticas. Más generalmente, lo que está involucrado es una ontología de 
algoritmos estructurados y disposiciones tipo regla, interactuando y 
evolucionando al nivel micro para crear macro-resultados complejos y 
usualmente impredecibles. 
Desde tal posición ontológica, la idea misma de interacción 
individual sin ningún tipo de reglas o instituciones es insostenible. En 
cambio, la agenda se trata de mejorar algunas instituciones existentes y 
reemplazar otras donde sea posible y deseable. 
En cierto sentido, las economías institucional y evolutiva pueden ser 
más generales que el eje monopolio-competencia de la economía neoclásica. 
Al centro de la economía neoclásica está la idea de la elección racional en un 
contexto de escasez. La escasez rara vez es definida, pero lo que es 
importante y universal es la escasez en un sentido relativo y local, referente a 
 
6 Limitaciones similares se aplican a algunas aproximaciones heterodoxas. Por 
ejemplo, mientras el marxismo correctamente enfatiza las relaciones sociales, su carácter 
normativo es subestimado. La imagen ontológica es de estructuras y flujos antes que de 
instituciones y reglas cognitivamente incorporadas. De esta forma, el economista 
institucionalista Commons (1925: 686-687) criticaba al marxismo por su “falla en ver la 
importancia de las costumbres”. 
¿Economía evolutiva e institucionalista como las nuevas corrientes principales? 
29 
la disponibilidad inmediata de capacidades y recursos para un agente. 
Actualmente se reconoce ampliamente que las capacidades humanas de 
cálculo y deliberación son escasas (en un sentido relativo). Para aquellos que 
deseen emplearlas, las habilidades y competencias humanas son también de 
una disponibilidad inmediata limitada. Más aún, especialmente desde el 
advenimiento de la nueva economía institucionalista, se reconoce que el 
contexto institucional esencial de la actividad humana no puede establecerse 
sin costos: las instituciones no están ni inmediatamente disponibles ni son 
un bien gratuito. La construcción institucional es costosa, en términos de 
tiempo, recursos y esfuerzo humano. En este sentido, Ugo Pagano (2000) 
apunta que tanto la racionalidad deliberativa y las instituciones sociales son 
escasas. Siguiendo el famoso trabajo de Veblen (1899) sobre la Clase Ociosa7, 
podemos añadir otra dimensión, a saber, escasez social. Bienes veblenianos 
puros son bienes posicionales como el poder y el status, los cuales 
contemplan resultados de suma cero e invocan límites sociales a su consumo 
(Hirsch, 1977; Pagano, 1999). En resumen, las economías institucional y 
evolutiva involucran una extensión y un entendimiento más profundo del 
principio de escasez relativa y así, en este respecto al menos, se vuelve más 
general que la posición neoclásica. 
 
V. ALGUNAS BARRERAS PARA EL PROGRESO 
Sin embargo, los desarrollos reseñados más arriba no significan que la 
transformación de la economía será fácil o inevitable. Existen varias razones 
para ser cautelosos. Mark Blaug (1977: 3) ha señalado que con su 
preocupación por la técnica por sobre la sustancia, la disciplina está en un 
estado enfermo: 
“La economía moderna está enferma. La economía se ha convertido 
crecientemente en un juego intelectual jugado por su propio bien y no por sus 
consecuencias prácticas para entender el mundo económico. Los economistas 
han convertido la disciplina en una suerte de matemáticas sociales en donde 
el rigor analítico lo es todo y la relevancia práctica nada”. 
¿Previenen tales factores a los economistas evolutivos e 
institucionalistas de tomar las oportunidades delineadas más arriba? En 
 
7 El título original del trabajo de Veblen es Leisure Class (1899), traducido como clase 
ociosa. 
Revista Il Quattrocento, Número 4, Diciembre de 2010 
 
30 
parte, una respuesta a esta pregunta depende de poder considerar el rol del 
modelamiento o técnica matemática en una disciplina más viable y sana. 
Tony Lawson (1997) ha sostenido reconocidamente que en tanto la 
economía se preocupe de sistemas abiertos en el mundo real, entonces los 
cerrados modelos matemáticos y la econometría serán inapropiados. Por 
supuesto, modelos matemáticos estrictamente abiertos son imposibles. No 
obstante, creo que hay una falla seria en este argumento (Hodgson 2006: cap. 
6). El hecho que uno use un modelo matemático cerrado no significa que 
uno sostenga que el mundo real es un sistema cerrado. La adopción del 
cierre en un modelo no implica el supuesto de un cierre en la realidad. Los 
modelos y la realidad tienen un status ontológico distinto. Los modelos no 
son, y no pueden ser, representaciones adecuadas o literales de la realidad. 
En lugar de eso son una heurística parcial y provisional que nos ayuda a 
entender y relacionarnos con los fenómenos reales. Consecuentemente, la 
obsesión actual de los economistas con el formalismo no implica 
necesariamente que se asuman sistemas cerrados en la realidad. 
Toda teorización involucra un foco aislador en algunos problemas y 
un oscurecimiento de otros (Mäki, 1992). Todas las ciencias se hacen cargo 
de sistemas abiertos pero utilizan modelos teóricos cerrados. El formalismo 
no implica una ontología de la clausura o cierre, y éste no es su problema. La 
aseveración de que el formalismo necesariamente implica la proposición de 
un sistema cerrado real es inválida. El problema con el formalismo en 
economía se encuentra en otro lugar. 
¿Cuál es el problema con el formalismo en economía hoy en día? En 
gran parte, como Blung expone, la destreza con la técnica formal ha 
reemplazado la más intuitivamente amplia, metodológica e histórica base 
intelectual requerida a los grandes economistas. Tales cualidades fueron 
enfatizadas y personificadas tanto por Alfred Marshall como por John 
Maynard Keynes. Hoy en día, los economistas ya no son educados 
sistemáticamente sobre historia económica, filosofía de la ciencia o la 
historia de su propia disciplina. Estas se han convertido en preocupaciones 
marginales para los economistas, y las publicaciones en estas áreas a 
menudo corren con desventaja en la lucha institucionalizada por 
reconocimiento y promoción. El reclutamiento y avance profesional se dan 
generalmente sobre la base de la competencia técnica antes que el 
conocimiento de la economía real o la evolución de esta como una disciplina. 
¿Economía evolutiva e institucionalista como las nuevas corrientes principales? 
31 
Este sesgo hacia el formalismo se ha incrustado profundamente e 
institucionalizado en la academia, alimentándose de la fragmentación de la 
profesión en especialidadestécnicas que a menudo no poseen el trasfondo 
generalizador que permite la comunicación y el avance sintético. Estos 
factores institucionales serán muy difíciles de dominar y revertir. 
Hay más barreras para el progreso en la economía moderna, aparte 
del formalismo en sí. Algunos viejos hábitos de pensamiento obstruyen los 
desarrollos. Mientras muchos economistas han abandonado los supuestos 
estándar de racionalidad y algunos han abrazado el concepto de las 
preferencias endógenas, los individuos atomizados todavía ocupan el 
escenario central de las teorías principales (Davis, 2003). A veces las 
desviaciones desde la racionalidad son entendidas como meros errores del 
azar. La “doctrina Harsanyi” de que todos los individuos interpretan la 
información de una forma similar continúa prevaleciendo en los modelos 
teoréticos. Cogniciones divergentes de una información dada son 
consideradas sólo rara vez, incluso después del notable trabajo de George 
Akerlof y William Dickens (1982). La incerteza radical (knighteana o 
keynesiana) es rara vez aceptada, en parte porque establece límites severos a 
las posibilidades de modelos atomísticos de toma individual de decisiones. 
La economía claramente sigue prendada de Robinson Crusoe y todavía falta 
ver cuánto se alejará de su vieja idea sobre el individuo como un átomo 
social independiente. 
Si bien la economía no debería abandonar sus consideraciones sobre 
las elecciones e incentivos individuales, el individuo debe posicionarse más 
firmemente en un contexto social. La individualidad y la cognición son 
imposibles sin interacción con otros (Hodgson, 1988). A pesar de que ciertos 
movimientos en esta dirección son evidentes en economía (Bowles, 2004; 
North, 1994), muchos economistas todavía tienen que darse por enterados. 
Un conocimiento más amplio de otras disciplinas puede ser útil en 
este punto. Mientras otras ciencias sociales como la sociología tienen sus 
propios problemas internos serios, y quizás no se encuentran en una mejor 
situación general que la economía, los economistas tienen mucho que 
aprender aquí de teoría social y psicología social. Su obsesión 
institucionalizada con técnicas estrechas antes que con fundamentos 
Revista Il Quattrocento, Número 4, Diciembre de 2010 
 
32 
conceptuales más amplios es, nuevamente, un severo impedimento al 
progreso. 
Estos argumentos sugieren que la transformación de la economía en 
una ciencia institucionalista y evolutiva no es simplemente un asunto de 
suposiciones teóricas, sino también de una reforma institucional de la 
educación superior. Sin tales reformas institucionales en las universidades y 
otros espacios, que incluyan una base interdisciplinaria más amplia y 
adecuada, el crecimiento de una economía institucionalista y evolutiva será 
parcial y desequilibrado. Puede llegar a triunfar en la academia, pero sólo en 
términos de la adopción de diferentes técnicas teóricas. 
 
VI. CONCLUSIÓN 
A pesar de las reservas expresadas en la sección precedente, las 
posibilidades para el desarrollo de la economía institucionalista y evolutiva 
son sin duda mucho mayores hoy que en los 80’ o incluso los 90’. Estas 
oportunidades han emergido en un momento en que existe una amplia 
insatisfacción con las aproximaciones neoclásicas, y otras derivaciones de 
cánones previos están tomando protagonismo. 
Una prioridad mayor para los economistas evolutivos e 
institucionalistas es desarrollar una alternativa teorética para reemplazar los 
enfoques neoclásicos de equilibrio que previamente mantuvieron el dominio. 
La victoria no es posible sin avances en este frente. Si bien son importantes, 
los estudios empíricos y sobre políticas no son sustitutos. Es necesario 
desafiar teorías antiguas con teorías más nuevas. 
El presente artículo también ha enfatizado la importancia del 
diálogo interdisciplinario, incluyendo a la psicología, sociología, historia y 
filosofía. Los especialistas tecnócratas que ahora pueblan los departamentos 
de economía tienen poca base en lo que refiere a los fundamentos de la 
investigación en ciencias sociales. Se requiere sabiduría académica y 
amplitud de conocimiento además de competencias técnicas. Lidiar con las 
problemáticas planteadas en este ensayo también implica una 
reconsideración de la naturaleza y de los límites entre las ciencias sociales; y 
su posible reorganización en diferentes líneas. 
 
¿Economía evolutiva e institucionalista como las nuevas corrientes principales? 
33 
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El Dinero es Siempre Personal e Impersonal 
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El Dinero es Siempre Personal e 
Impersonal* 
 
 (Il Quattrocento, 2010, Número 4: 39-56pp.) 
 
 
 
Keith Hart 
Goldsmiths, University of London 
 
 
Resumen 
En el artículo el autor desarrolla la idea de que el dinero constituye un nexo 
entre nuestras vidas personales y los amplios alcances del mundo impersonal. 
Por ello, el dinero permite tener un registro de complejas redes sociales 
generadas a nivel personal y colectivo, que posibilitan asociaciones en todos 
los niveles entre lo local y lo global. 
Palabras clave: dinero, mercancía, personal, impersonal 
 
 
 
 
 
 
* El artículo fue originalmente publicado en la Anthropology Today, vol. 23, no. 
5, 2007, pp. 12-16, con el título “Money is Always Personal and Impersonal”. Revista 
Il Quattrocento agradece al profesor Keith Hart los permisos para la traducción y 
publicación del artículo. 
La traducción del texto pertenece a Tania Manríquez Roa. 
Revista Il Quattrocento, Número 4, Diciembre de 2010 
 
40 
El proceso mediante el cual los 
bancos crean dinero es tan simple que la 
mente es repelida 
J.K. Galbraith 
I. EL MISTERIO DEL DINERO 
La nuestra es una época del dinero. Si la sociedad humana tiene alguna 
unidad en estos tiempos, ella es al modo de un ‘mercado’ mundial. No hay 
nada incorrecto con la gente que intercambia bienes y servicios como iguales. 
Los mercados son indispensables para la extensión de la sociedad. El 
problema es que funcionan con dinero: algunas personas tienen mucho y la 
mayoría no tiene el suficiente. El dinero marca las relaciones sociales en las 
sociedades capitalistas. Pensamos que hay una gran diferencia entre 
transacciones que involucran pago y las que no. Pero no nos preguntamos si 
esta situación debería ser así, como tampoco –e incluso menos– de dónde 
proviene el poder del dinero. Con la excepción de un par de informantes 
como Galbraith (1995 [1975]), los economistas prefieren mantenernos en el 
misterio; los medios y los colegios también hacen poco para iluminarnos. 
Entonces nos sostenemos en nuestra ignorancia de creencias vagas y 
asediados por una masa de datos triviales, lo cual nos deja a la construcción 
de defensas personales contra un sistema impersonal que consideramos 
inevitable. 
El documental Money as debt (Grignon, 2006) –un hit underground en 
círculos activistas– busca explicar de dónde proviene el dinero. La mayoría 
de la gente probablemente piensa que el gobierno emite el dinero que utiliza 
y que, bajo su vigilancia, los bancos prestan cantidades que son cubiertas 
por activos como oro y propiedad, o al menos por depósitos en efectivo. De 
hecho, más del 95% del dinero en circulación es emitido por bancos toda vez 
que hacen un préstamo. El ‘sistema de reserva fraccionaria’ tradicionalmente 
los restringía a no prestar más del valor de nueve veces los depósitos en el 
banco central, pero esta proporción ha aumentado desde entonces, e incluso 
en algunos casos ya ha dejado de existir. La real base del dinero, sugiere la 
película, es nuestra firma toda vez que prometemos pagar un préstamo. Los 
bancos crean ese dinero por la marca de un lápiz y la promesa es luego 
comprada y vendida en formas crecientemente complejas. La deuda total en 
la que incurre el gobierno, corporaciones, pequeños negocios y 
El Dinero es Siempre Personal e Impersonal 
41 
consumidores, continuamente gira en ascenso dado que los intereses deben 
ser pagados por completo. La película menciona brevemente algunas 
soluciones posibles, en las que se incluyen sistemas monetarios locales. 
Este esfuerzo por desmitificar el dinero es admirable, aunque el 
mensaje es en muchas formas engañoso. La deuda y el crédito son los dos 
lados de una misma moneda; uno evoca pasividad en la cara del poder, el 
otro empoderamiento individual. En Francia y Alemania se piensa que el 
origen del dinero es la deuda, mientras que en Estados Unidos y el Reino 
Unido se concibe tradicionalmente como el crédito. Cualquiera de los 
términos posee intereses, faltando en ambos casos el carácter dialéctico de 
las relaciones involucradas. El rol de los bancos autorizados por el Estado en 
la creación de dinero involucra algo de prestidigitación, pero ellos también 
están sujetos a las mismas restricciones financieras que los negocios 
comunes. La película demoniza a los bancos y los intereses en particular, 
dejando a los espectadores aliviados al no mostrar el activo rol que cada uno 
de nosotros juega para sustentar el sistema. Hoy el dinero es provisto por 
una red global extendida de instituciones económicas de muchos tipos, y la 
norma del crecimiento económico es alimentada por nuestro propio deseo 
de tener éxito, no sólo por el interés bancario. 
Money as debt es una fábula que nunca va más allá de los supuestos 
insulares de la sociedad norteamericana del silgo XX. Nada dice sobre la 
actual crisis económica mundial, aún teniendo aspectos suficientemente 
anunciados en los medios. El déficit del gran comercio y del presupuesto de 
la economía de Estados Unidos es financiado principalmente por Japón, 
China, Korea, los Estados del Golfo Pérsico y el Reino Unido (y no por los 
bancos de Estados Unidos). La caída del dólar parece estar limitada sólo por 
su rol como la moneda mundial, por ser la unidad de medida para el 
comercio del petróleo, y por el deseo de sus acreedores de retener el valor de 
su moneda local. Los intereses en riesgo en la economía energética global se 
encuentran manifiestos en la guerra por el petróleo del Medio Oriente: el 
desbalance del comercio refleja la transferencia de producción 
manufacturada y muchos servicios de Occidente a Asia. 
Además, desde la invención de los futuros del dinero en 1975, los 
flujos de dinero mundiales –abastecidos por apuestas en los precios futuros 
de activos especulativos como índices de acciones de mercado (‘derivados’) 
Revista Il Quattrocento, Número 4, Diciembre de 2010 
 
42 
– ahora empequeñecen el volumen del comercio internacional y, aún más, 
los presupuestos nacionales (LiPuma & Lee, 2004). El mercado habitacional 
estadounidense ocupa una parte importante de toda esta deuda de capital 
no realizada, especialmente los préstamos arriesgados conocidos como 
‘hipotecas sub-óptimas’

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