Logo Studenta

tema_2__musica_1_bach

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

~ 1 ~ 
 
TEMA 2: USOS Y FUNCIONES DE LA MÚSICA 
 
¿PARA QUÉ SIRVE LA MÚSICA? 
 
La música está en todas partes. Es una manifestación que pone de relieve las facultades 
humanas y potencia todas sus virtudes, pues ayuda a desarrollar tanto la inteligencia 
como el carácter. Es parte de la cultura, de ese tejido de saberes socialmente 
establecidos y transmitidos de generación en generación para procurar el desarrollo y el 
bienestar de las personas. No sólo eso, sino que la música es un medio de comunicación 
privilegiado para la transmisión de dicho patrimonio, pues casi todas las cosas que 
constituyen nuestros saberes se aprenden de oídas, y el arte de escuchar pertenece a la 
música. De ahí surge la relación que la música tiene especialmente con la ciencia, como 
se pone de manifiesto en el caso del cuadrivium medieval. 
 
 
LA MÚSICA EDUCA 
 
San Isidoro de Sevilla (560-636) dejó escrito que “sin música no puede haber enseñanza 
perfecta”. El valor educativo de la música ha sido reconocido universalmente t desde 
antiguo no sólo por sus propios elementos sonoros, sino como vehículo para la 
transmisión de los valores sociales y culturales. 
 
Damón, Platón y más tarde los Padres de la Iglesia, señalaros el valor ético de la 
música, es decir, su influencia sobre el comportamiento de las personas. Platón dice que 
todo noble ciudadano debe educarse a través de la música, la poesía y la danza. Son tres 
actividades estrechamente relacionadas. No hay que olvidar que los músicos eran poetas 
y aún lo son en muchas partes del mundo donde los versos se cantan. La danza y la 
música comparten con la poesía principios de organización rítmicos matemáticos. A 
través de esta triple educación se consigue el equilibrio entre la inteligencia, la 
sensibilidad y el cuerpo. La inteligencia se cultiva con el uso de la palabra; la 
sensibilidad con el desarrollo del oído y de la musicalidad; y el cuerpo a través de la 
coordinación y del ejercicio que supone la danza. Ese equilibrio conduce a la belleza 
absoluta, a la armonía física y espiritual, que los antiguos griegos denominaban con el 
término kalokagathía. 
 
Los grandes pedagogos musicales de nuestro siglo, Emile Jaques-Dalcroze (1865-1950), 
Carl Orff (1895-1982). Zoltán Kodaly (1882-1967) o Edgar Willems (1890-1978), han 
ratificado estas ideas sobre los efectos educativos de la música. 
 
En Hungría se comprobó a través de un riguroso experimento que los niños que 
practicaban diariamente una hora de música mejoraban su rendimiento general en la 
escuela en un 30%. 
 
Investigaciones recientes de Howard Gardner o Don Campbell han confirmado que la 
música contribuye a desarrollar la atención, la concentración, la memoria, la tolerancia, 
el autocontrol, la sensibilidad; que favorece el aprendizaje de la lengua, de las 
matemáticas, de la historia, de los valores estéticos y sociales; y que contribuye al 
desarrollo intelectual, afectivo, interpersonal, psicomotor, físico y neurológico. 
Favorece incluso el crecimiento de los individuos sometidos a su influencia. 
 
~ 2 ~ 
 
“El estudio de la música”, dejó escrito Aristóteles, “es adecuado a los jóvenes, pues 
éstos no soportan de buen grado nada que no esté endulzado por el placer y la música es 
por naturaleza dulce”. 
 
 
 
LA MÚSICA CURA 
 
La música tiene, merced a su tradicional poder mágico, efectos sobre la salud y la 
enfermedad- Desde siempre se ha pensado que la música puede sanar, devolviendo el 
equilibrio al enfermo gracias a sus ritmos y armonías. La ciencia astrológica vinculaba 
al hombre (microcosmos) con el universo (macrocosmos) a través de proporciones 
armónicas y números musicales. 
 
El cónsul, poeta y filósofo Severino Boecio (480-524) describe en el siglo VI tres tipos 
de música: mundana, humana e instrumental. 
 
Mundana es la música que rige el movimiento de los mundos por las esferas 
celestes. También se llama música de las esferas y trata de la cosmología. 
 
Humana es la música que rige el equilibrio entre los humores que contiene el 
cuerpo humano. Es la música que influye en el carácter y en la salud. Está 
relacionada con la medicina. 
 
Instrumental es la música que suena y que interpretan los cantores y ministriles 
tanto con sus voces como con sus instrumentos. 
 
 
Los médicos de antaño sabían música y la recetaban sobre todo como remedio contra la 
melancolía. Tal fue el caso del conde von Keyserlingk, embajador ruso en Dresde, a 
quien los doctores recetaron una variaciones. No tuvo mejor idea que encargárselas a 
Juan Sebastián Bach (1685-1750), quien en 1742 compuso unas variaciones para que las 
tocara al clave su músico de cámara, Johann Gottlieb Goldberg (1727-1756), de quien la 
obra toma el nombre. 
 
Otro caso famoso fue el del Rey Felipe V de España. Los médicos de la corte le 
recetaron unas arias y su majestad contrató para tomar esta medicina al mejor cantante 
de su época que a la sazón era el castrado Carlos Broschi “Farinelli”(1705-1782), 
colmándole de favores y privilegios. 
 
En la Odisea omero cuenta cómo los hijos de Autólico restañaron cantando un ensalmo 
la herida que un jabalí produjo a Ulises en la rodilla. Miguel de Cervantes (1547-1616) 
dejó escrito que su experiencia le mostraba que “la música compone los ánimos 
descompuestos y alivia los trabajos que nacen del espíritu” y que “donde hay música no 
puede haber cosa mala”. 
 
Durante muchos años se consideró que bailar la tarantela era el mejor antídoto contra la 
picadura de la tarántula. Los cirujanos y barberos tocaban también el violín o la guitarra 
para administrar este remedio. L sujeto picado era sacado de la cama y puesto a bailar 
esta frenética danza hasta caer extenuado. Con los avances posteriores se ha descubierto 
~ 3 ~ 
 
que la toxina era eliminada por la tremenda sudadera y no tanto por el efecto de una 
música concreta, pero durante siglos se han escritos libros de medicina dedicados al 
tarantismo. Hoy en día la musicoterapia está ganando adeptos en todo el mundo como 
recurso complementario con aplicaciones destinada sobre todo a discapacitados y 
enfermos mentales y está incorporándose a los estudios universitarios. 
 
 
 
 
LA MÚSICA CONSERVA 
 
La música es una expresión artística discursiva: discurre en el tiempo y lo organiza. Su 
temporalidad hace que su naturaleza resulte evanescente, pues cada acontecimiento 
musical es irrepetible. Siempre se puede volver a tocar una música, pero las 
circunstancias nunca serán las mismas y el resultado puede presentar lógicamente 
diferencias más o menos grandes y evidentes. En realidad, la música sólo existe en 
nuestra memoria. Sólo podemos apreciar una música en la huella que deja en nuestra 
memoria cuando el último sonido se apaga. Es como si quisiéramos contemplar un 
cuadro hecho con pintura invisible y necesitáramos que un pintor lo volviera a pintar 
cada vez para nosotros. Conocemos la música cuando ya ha desaparecido y ese 
conocimiento depende de nuestra capacidad para retenerla en la memoria. 
 
El tiempo es la esencia de nuestro existir: somos porque transcurrimos en el tiempo y 
tenemos conciencia de ello. El latir del corazón y el pulso de la música son como un 
reloj que mide el paso del tiempo. La música emplea el tiempo, lo transforma y nos 
permite percibirlo con una especial intensidad. Ambas cosas sólo existen en nuestra 
memoria. Por eso, un recurso mnemotécnico universal consiste en poner ritmo y 
melodía a lo que queremos recordar. Antes de emplear la escritura, el hombre cantaba o 
recitaba todo aquello que quería aprender, recordar y transmitir a los demás: cantaba su 
historia, sus oraciones, sus saberes… Hasta hace poco, en las escuelas se aprendía 
recitando rítmicamente las lecciones. La publicidad utiliza los mismos recursos para 
transmitir sus consignas. Recitar es declamar con énfasis y ritmo. 
 
En las culturas de tradición oral, las cosas se recitan y se cantan. En el folclore español 
podemos encontrar ejemplos de romances que han transmitido oralmente y a lo largode 
muchas generaciones datos sobre sucesos y acontecimientos históricos, como por 
ejemplo la Reconquista. Los aborígenes australianos aprenden a través de las canciones 
su religión, su genealogía e incluso los caminos que conducen a través del desierto, 
sorteando los peligros. Sus canciones son mapas topográficos, con trazos que recorren 
el país. 
 
Muchos músicos han desarrollado una gran memoria y un fuerte sentido del tiempo. 
Ello les permite recordar tanto las melodías y los ritmos con su más justa afinación y 
sincronización. Los percusionistas suelen ser capaces de medir los segundos con mucha 
exactitud. 
 
 
 
 
 
~ 4 ~ 
 
LA MÚSICA SENSIBILIZA 
 
La voz y el oído están estrechamente vinculados desde el punto de vista físico 
(otorrinolaringología) y neurológico. Se aprende a hablar en la medida en que se 
escucha la propia voz y la de los demás, tanto en la infancia como en edades más 
avanzadas. Los bebés aprenden sin esfuerzo y sin darse cuenta, lo cual llevó a Sin´Ichi 
Suzuki (1898-1998) a formular su teoría de la lengua materna, para aprender música de 
forma intuitiva a través de la estimulación temprana. Uno aprende lo que oye y por eso 
Zoltán Kodaly dijo que los niños tenían que empezar a aprender música nueve meses 
antes de nacer. Años después rectificó aclarando que debía ser nueve meses “antes de 
nacer la madre”. La mayor parte de las cosas que aprendemos es porque nos las dicen 
nuestros padres, amigos o televisores. 
 
Escuchar una conferencia o un discurso requiere un esfuerzo parecido al de escuchar un 
concierto. No sólo apreciamos el contenido de la charla, sino que también oímos el 
ritmo, las inflexiones y el timbre de la voz, con toda su carga expresiva. Los actores 
deben tener buen oído para desarrollar una técnica de voz que les permita dominar todos 
los registros e inflexiones. La voz hablada está llena de sutilezas musicales: cadencias, 
tonos, pausas, matices, timbres, velocidad, articulación. Cualquier persona las advierte e 
interpreta en el habla de los demás al escucharlas y es capaz de distinguir una 
aseveración de una interrogación, o un tono irónico de uno triste. 
 
La voz es una adaptación evolutiva secundaria que nos permite comunicarnos con los 
demás. Además de una función comunicativa, la voz desarrolla funciones expresivas. 
Puede ser hablada, recitada o cantada. El lenguaje es una facultad exclusiva del ser 
humano. Por lo tanto, también lo es la voz “inteligible” y el oído “inteligente”, de forma 
que uno no puede existir sin el otro. Saber escuchar es tan importante como saber 
hablar, pues nos permite construir la sociedad y desarrollarnos plenamente como seres 
humanos. María Zambrano nos sugiere que es la música “la que enseña sin palabras el 
justo modo de escuchar”. 
 
El desarrollo del oído tiene que ver con experiencias gratificantes que expanden nuestra 
sensibilidad mientras que las desagradables las retraen. La música es una experiencia 
gozosa que contribuye a aumentar nuestra capacidad de percepción ampliando la 
imagen sonora del entorno y con ello nuestro campo de actuación creativa. Además 
desarrolla la capacidad de multiplicar la atención. Por eso nos hace más sensibles y más 
libres. 
 
 
 
LA MÚSICA SOCIALIZA 
 
La música representa en las sociedades avanzadas el mismo papel socializador que 
desempeña en las tribus primitivas. La música acompaña al ser humano a lo largo de 
toda su vida como elemento de cohesión social. Por eso, a veces el silencio da miedo y 
produce una sensación de soledad. En la tradición oral encontramos músicas y 
canciones relacionadas con las distintas etapas del ciclo vital: 
 
 1.- Canciones de cuna. 
 2.- Canciones infantiles. 
~ 5 ~ 
 
 3.- Canciones de quintos. 
 4.- Rondas y bodas. 
 5.- Canciones de faena y pregones. 
 6.- Romances. 
 7.- Canciones religiosas. 
 
El sonido nos informa del lugar en el que estamos en cada momento y nos da pistas de 
cómo actuar. De esta forma los ciegos son “capaces de ver” a través de sus oídos. La 
música es una forma de llenar y adornar el espacio sonoro, para apropiarse de él y 
habitarlo. Gracias a los aparatos, las personas pueden llevar hoy su música por doquier 
creando muchas veces un exceso se sonorización musical que produce contaminación 
acústica, es decir, sonidos indeseados. Pero a pesar de todo, la música sigue 
desempeñando su papel como instrumento de organización social puesto que: 
 
- Identifica grupos de personas. 
- Identifica determinadas actividades y lugares 
- Genera una actividad económica. 
 
Los niños, los adolescentes, los jóvenes, los adultos o los más maduros frecuentan 
estilos y géneros diferentes de acuerdo a sus señas de identidad generacional. Isabel 
Pantoja, Ricky Martin, The Back Street Boys, Joan Manuel Serrat o Bruce Springsteen 
tienen cada uno su público, con sus propias características. Existen productos musicales 
destinados a segmentos sociales de distintas edades y sexos. De la misma manera hay 
actividades y lugares que tienen su propia música: el cine, el tren, el hipermercado, las 
discotecas, los toros, el circo, los bares, la iglesia, etc. La música es, además, una 
actividad económica con una importante estructura organizativa en la que están 
implicados muchos intereses que dictan sus propias normas entre los consumidores, 
muchas veces indefensos y con su libertad coartada ante el bombardeo de propaganda. 
 
 
 
 
 
 
LA MÚSICA DIVIERTE 
 
 
En otras lenguas se dice “jugar música” (top lay, spielen, jouer) en vez de “tocar”. El 
historiador y antropólogo Johan Huizinga (1872-1945) afirma que la música es la más 
lúdica de las artes, pues comparte plenamente las características esenciales del juego, 
que son a su entender las siguientes: 
 
- El juego es un acto de libertad autosuficiente. El juego es algo superfluo y 
desinteresado, puesto que está al margen de las necesidades derivadas de la 
supervivencia. Es un derroche gratuito de energía superflua, libre de 
cualquier interés concreto. Su fin está en sí mismo y en nada más. El juego 
se basta por sí mismo para divertir y cumplir plenamente su razón de ser. 
- El juego es algo serio. Está definido; tiene un orden visible y conocido; se 
desenvuelve en un lugar y en un tiempo delimitado. No es caprichoso, sino 
que responde a unas reglas que son pactadas y aceptadas libremente por 
~ 6 ~ 
 
quien participan en él. Ello implica un compromiso serio que hay que 
respetar. 
- El juego es algo extraordinario y sugestivo, pues el juego está al margen de 
la vida corriente y se abre al mundo de la fantasía para quienes, libremente, 
penetran en su esfera aceptando las reglas y participando activamente. 
- El juego es lucha, pues obedece a un impulso interior, irracional, alegre y 
abandonado. No es necesariamente competitivo, aunque los participantes 
siempre se mueven por un cierto afán de superación, tratando de resolver la 
tensión (antítesis) e incertidumbre (azar) que contiene todo juego. 
 
La música es igualmente todo esto: es libre, autosuficiente, ordenada, extraordinaria, 
alegre e impulsiva. San Agustín comprendió que la música nacía de un impulso de 
júbilo y así lo dejó escrito, aún con reparos ante el placer que eso le producía. En su 
alegría, la música incita espontáneamente al baile, aunque hay sabios que dicen que el 
movimiento fue la madre de la música. En todo caso la forma más completa y divertida 
de participar en la música es haciéndola uno mismo e implicando a todo nuestro cuerpo 
en el movimiento y en la danza que la acompaña. La música es acción y diversión. El 
juego de la música se puede interiorizar y ejecutar mentalmente cuando se ha 
experimentado previamente en la práctica la fuerza que la impulsa.

Continuar navegando