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LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO (I) UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA * «Una de las verdades más evidentes, aunque con frecuencia menos reconocidas en el mundo, es la de que la política extranjera es gobernada por la geografía en mayor medida que por cualquier otro factor.» N. HENDERSON ¡(Durante la mayor parte del siglo XIX, Afganistán permaneció culturalmente como una de las regiones más aisladas y parroquiales del mundo moderno.» V. GREGORIAN I. INTRODUCCIÓN I) Una indicación previa1: a pesar de la variada y brillante herencia cultural pre-islámica, el hoy Afganistán carecía de «homogeneidad étnica, * Advertencia: En el presente estudio no hemos tratado de hacer labor de explo- ración—meticulosamente, punto por punto—de archivos documentales sobre la asende- reada historia afgana. (No es nuestro el oficio de historiador.) Tampoco una gacetilla —de simple orden cronológico—periodística. Únicamente hemos tratado de espigar—con ánimo ponderado: universitario— en el ritmo histórico para —desde una óptica de visión de conjunto—entender el sentido del Afganistán contemporáneo. Lógicamente. Como ha consignado Ajrnold J. Toynbee, «si no se tiene en cuenta el trasfondo histórico, resulta imposible encontrar sentido a los sucesos posteriores». Por tanto, a los proclives a cazar en cotos mentales cuadriculados, confesamos—con la «humildad mumilde» de que habla Camilo José Cela— que en esta labor de introducción histórica a un tema contempo- ráneo de Relaciones internacionales, puede haber desenfoque en la perspectiva o, incluso, apreciaciones necesitadas de retoques (principalmente de transcripción «fonética»). Es más: por necesidades de espacio, algunos esquemas casi tienen el carácter de superaco- taciones. Y si el lector puede qué no encuentre sobra de lucidez, sí que encontrará, desde luego, ánimo de no simplificar las cosas —simplificación que constituye uno de los peores males de la estimativa de nuestro tiempo. Y, sobre todo eso, éntrese en una ironía: la realidad-—que salta a la vista—de la escasa atención al Afganistán, del desconoci- miento de su problemática. Un especialista de los asuntos de este país ha descrito la situación clarísimamente: «Ningún país comparable al Afganistán en extensión y ningún pueblo parecido al afgano en interés histórico e importancia histórica ha recibido tan poca atención por parte de los escritores modernos como Afganistán y los afganos.» En todo caso, resumiendo, en este discurrir lo que importa es comprender que el tema del Afganistán entre de lleno en lo que un Colliard ha llamado relaciones de dominación. Por lo demás, no es la primera vez que nos hemos ocupado de la dinámica afgana. En esta misma REVISTA hay pruebas de ello. (Ahora bien: sin haber abordado con una cierta extensión la introducción histórica de la apasionante existencia nacional afgana.) 1 Fundamentalmente, para la temática del presente trabajo, vid.: Donald N. WILBER : Áfghanistan, New Haven, 1962, 320 pp. (historia, geografía, economía, etnología, sociolo- gía); AFGHAN INFORMATION BUREAU: Áfghanistan Today, Washington, s. f. (¿1963?), 52 pp. (historia, cultura, etc.); Leandro RUBIO GARCÍA: Afganistán: ¿de Estado-tapón a Estado- cliente?, "Zaragoza, 1963, 48 pp. (singularmente, buena parte de la bibliografía registrada); 99 LEANDRO RUBIO GARCÍA de un sistema económico y administrativo unificado, de una unidad reli- giosa y de estabilidad política»2. II) El Islam. Hecho de indiscutible relieve en la historia del Afganistán: Ja llegada de la marea árabe por el año 652, aportando el Islam que moldea definitivamente la cultura y las artes, las costumbres y el Derecho del país, y constituyendo un significativo factor unitivo. Ahora bien, existencia de posiciones sobre el significado del Islam en la dinámica del Afganistán. Veamos: A) Una postura: aunque los árabes destruían diligentemente la heren- cia pre-islámica del Afganistán, su llegada al país no fue una catástrofe, sino una gran revolución. Concretamente, para los afganos, el Islam fue una «religión nacionah que sirvió como vehículo para liberarse de chinos, turcos y persas: Es la posición de los historiadores afganos, apologistas del Islam. Así, la de un Ghubar. B) Otra postura: la invasión árabe y el Islam fueron factores retro- gradantes que contribuyeron grandemente al atraso cultural y socioeconó- mico de la región. Siendo considerado el Islam como algo primitivo, faná- tico, conservador y regresivo, y como servidor, desde su introducción en el país, de instrumento —primero— de la explotación y expansión de la aristocracia árabe y de la clase mercantil feudal y —después— de los invasores extranjeros. Es la tesis de historiadores soviéticos. Así, la de un Tolstov, la de un Gafurov. C) El nacimiento del Estado afgano. Con toda una salvedad: la realidad de una nación-Estado en el Afganistán no es perceptible hasta el siglo xvui (aunque las presentes fronteras del país no se establecieran hasta finales del xix y principios del xx 3. Pierre Lux WURM: L'évolution politique de l'Afghanistan et la reforme constitution- nelle (1964.), París, LDF, 1965, 51 pp. (historia, etc.); Vartan GREGOMAN: The Emergence of Modern Afghanistan. Polines of Reform and Modernization, i88o-ig46, Stanford Univer- sity Press, 1969, 586 pp. (con gran documentación, que nos ha sido de enorme valor en la redacción de este estudio), etc. En fin, sobre el significado del Afganistán en el cuadro de la llamada «Cuestión de Oriente», vid. monografías como la de Raymond LACOSTE: La Russie soviétique et la Question d Orient, París, Editions Internationales, 1946, 238 pp. 2 Vid. GREGORIAN, cit. ant., p. 13. 3 La frontera con el subcontinente indio fue determinada en 1893 Por ^a ^nea Durand (según consignamos más adelante). La frontera con Rusia fue establecida en 1896 (con ajustes en los años veinte, en los treinta, en 1948). La frontera irano-afgana, origi- nalmente definida en 1903-1905, experimentó correcciones en 1935. Y la frontera con China fue demarcada en 1964. Vid. GREGORIAN, cit. ant., p. 10. IOO LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO Efectivamente, en octubre de 1747 se reunía en Kandahar una asamblea de las tribus afganas para decidir el futuro del país. De ella salía como rey de los afganos Ahmed Abdali (Ahmed Shah Durrani), coronado con espigas de trigo (que figuran desde entonces en el escudo nacional). Pues bien, Ahmed Shah es considerado como padre del Estado afgano. Facetas de su reinado: 1) Por un lado, la relatividad de la unificación del Estado. En este punto tenemos: a) El hecho de que este reino afgano se parecía mucho más a una con- federación de tribus y khanatos que a una monarquía centralizada. En rea- lidad, la monarquía ejercía solamente una vaga suzerainty sobre los jefes de tribus. b) Un concomitante factor: la precaria coexistencia entre, de una parte, una economía nómada—pastoral—tribal y, de otra parte, una declinante economía urbana. 2) Por otro lado, la realidad de una acción unificadora. Én este sentido tenemos : a) De una parte, con Ahmed Shah, estamos ante un monarca que reinó durante un largo período de tiempo—hasta 1773—y ante un monarca «potente». Esto le permitirá consolidar la situación normalmente precaria de todo monarca elegido. Pasos1 en la consolidación del Estado tanto política como económicamente: i) Para ampliar las bases del apoyo del país: apelación a los vehículos religiosos, al patriotismo y al honor nacional. ti) Para fortalecer su posición entre las tribus: tomando esposas entre las distintas tribus del país (para sí y para sus hijos). iii) Acuñación de moneda propia, en un esfuerzo para obtener una mayor unidad económica, etc. iv) El principal factor: creación de un ejército que a la vez hiciera a la monarquía independiente del apoyo tribal, estableciera una lealtad a la persona del monarca entre los soldados y diera a las tribus una válvula de escape más adecuada para sus energías que las simples pendencias inter- tribales. b) De otra parte, política—no contento conla política unificadora del país—de expansión exterior—ocho expediciones a la India, etc.—, exten- 101 LEANDRO RUBIO GARCÍA diendo su dominación hasta una parte de Persia, Beluchistán, Cachemira y una porción de la India. Con lo que conseguía no sólo aumentar el prestigio de la monarquía entre las tribus, sino fortalecer el concepto de «nacionalidad» afgana, etc. 3) Mas situados en otra perspectiva, resulta que, a pesar de sus éxitos, el nuevo rey fue incapaz de forjar una amplia y sistemática estructura feudal alrededor de la monarquía, de establecer una duradera urdimbre de lealtades y obligaciones más o menos «nacionales». Causa principal de esto: la impo- tencia de Ahmed Shah para crear una fuerte economía urbana independiente de las tribus. D) El afianzamiento de la nueva dinastía corría a cargo del hijo de Ahmed Shah, Timur Shah, que reinaba durante una veintena de años (1773- 1793), administrando prudentemente la herencia política de su padre a base de alianzas matrimoniales con influyentes tribus afganas y no afganas; man- tenimiento del sistema de su padre de cargos hereditarios, pero creando otros nuevos para hombres que le fueran leales directamente; continuación de los esfuerzos de su padre para montar un fuerte ejército; transferencia de la capital del Estado de Kandahar a Cabul, etc. Ahora bien, este monarca no conseguía incrementar los impuestos sobre la tierra y era incapaz de revocar los muchos privilegios económicos disfru- tados por Jas1 tribus poderosas, etc. E) Irónicamente, fallaba la política de alianzas matrimoniales—numero- sas— de Timur Shah: en lugar de fortalecer la posición de la monarquía entre las tribus, la debilitaba después de su muerte. Timur dejaba un gran número de hijos—-unos hablan de veinticuatro; otros, de cincuenta o se- senta—. Pues bien, la falta de una ley de sucesión y el deseo de varias tribus de preservar sus privilegios tradicionales o de recuperarlos llevaban al montaje de alianzas entre los jefes tribales y los varios pretendientes al trono, inaugurando una era de revoluciones de palacio, prolongada guerra civil y anarquía. Resumiendo: con el apoyo de dos poderosos clanes, ascendía al trono el quinto hijo de Timur, Zaman Shah. Su tiempo se caracterizó por una lucha política entre clanes, transformada en una sangrienta guerra civil, agravada por las rivalidades y las ambiciones de los hermanos del rey (y sus aliados tribales). 102 LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO En suma, Zaman Shah fracasó—como su padre y su abuelo—en alcanzar los objetivos de la monarquía de centralización y consolidación del poder —a lo que se oponían las tribus—y fracasó en sus aventuras exteriores (de- sastrosas campañas en la India de 1797-1799). Por lo demás, las amenazas exteriores a la monarquía nunca habían sido tan grandes: de Persia—en pos del restablecimiento de su soberanía sobre la provincia de Herat, en el Afganistán occidental—, de los sikhs —extendien- do su poder en el Punjab—, de Francia, de Gran Bretaña. II. AFGANISTÁN EN EL SIGLO XIX A) Una premisa a modo de introducción: la decadencia general del Afganistán a principios del xix tanto en el terreno político como en el eco- nómico y cultural4. Resumiendo: Afganistán entraba en el siglo xix como «-un Estado políti- camente desunido, heterogéneo étnica y religio¡sámente, feudal-tribal» y sin que la monarquía hubiera podido conseguir, la integración económica y cul- tural. Situación que amenazaba no sólo la posición de la monarquía, sino también la misma existencia del Estado., B) La vida política afgana del primer cuarto del siglo xix: dominada por una feroz lucha entre clanes. La situación culminaba en el período 1818-1834 con un enfremamiento intertribal e interfamiliar, que llevaba al debilitamiento del imperio afgano hasta el punto de perder Cachemira, Peshawar, Beluchistán, etc., y de que los jefes uzbecos tribales del Afganistán septentrional—tributarios nominales del emir de Bukhara— dominasen la región. C) El papel de Dost Mohamed (1826-1838). Pues bien, la difícil empresa de reunir y levantar lo que quedaba del imperio afgano recayó en 1826 eñ Dost Mohamed, con lo que se establecía una nueva dinastía y cuyos des- cendientes han reinado hasta nuestro tiempo. 1) Medidas'para consolidar su autoridad a) Habilidad política de Dost Mohamed: utilización de la astucia o de la guerra (no empleando nunca ésta cuando era suficiente aquélla). Por ejem- * Vid. GREGORIAN, cit. ant., pp. 50-51. 103 LEANDRO RUBIO GARCÍA p]o, «juicioso empleo del matrimonio» para lograr sus objetivos políticos: selección de mujeres de entre las familias de jefes tribales 5, dirigentes reli- giosos importantes, ricos mercaderes y dignatarios de regiones turbulentas. b) Remodelamiento del ejército: la principal ocupación del emir. As- pectos : 1) El monarca pensaba que con un ejército modernizado podría consoli- dar su posición y frenar a sus vecinos «occidentalizados». ti) En esta ruta, realizaciones como: adopción de uniformes y formación de un regimiento de infantería a estilo europeo; reorganización de las levas tribales; utilización del consejo de los occidentales en el dominio de la tecno- logía militar (el primer gobernante afgano en actuar así), etc. iii) La realidad del nuevo ejército. Compuesto fundamentalmente así: a) Una unidad de infantería especialmente entrenada, de unos 2.000 hombres. ft) Una caballería (12.000 hombres), dividida en dos brigadas: una que em- pleaba sus propios caballos; otra que utilizaba los caballos del Gobierno. y) Una artillería, consistente en medio centenar de cañones útiles (50 a 60) de diferente calibre (40 de ellos, en Cabul). 2) Medidas de modernización del país a) Empleo de aventureros extranjeros en esta tarea. Con resultados limi- tados, debido a las barreras cultural y lingüística y a la desconfianza con que eran vistos por los afganos. Las pocas contribuciones de estos elementos foráneos fueron en el terreno militar. b) Algunos logros interesantes: i) Fomento del comercio interregíonal y exterior, ü) Acuñación de monedas de oro, plata y cobre, con vistas a promover el predominio de Cabul y de su dinastía en todo el Afganistán (así, todas las cuentas gubernamentales y mercantiles debían ser presentadas en rupias de Cabul). Ui) Intento de regulación del caótico sistema de aduanas del país, tratando de debilitar el poder de varios jefes tribales sobre las rentas de aduanas del reino, y establecimiento de derechos1 sobre las exporta- ciones, las importaciones y las mercancías en tránsito por el Afganistán y quedando su percepción bajo la «supervisión» de los administradores del emir, etcétera. 5 Una nota de interés: el emir separaba sus muchos hijos en tres categorías, en tres grandes grupos, según la rama materna tribal. Cons. GREGORIAN, p. 434. 104 LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO 3) El panorama extenor a) Faceta previa: imperialismo europeo y Afganistán. Esencialmente nos encontramos con que la invasión de Egipto por Napo- león en 1798 abría un nuevo capítulo en la historia del Afganistán: durante más de un siglo el Afganistán va a caer en la trama de las rivalidades político- económicas de las grandes Potencias europeas'. Elementos de ese contexto: i) Uno de los grandes objetivos de la Expedición napoleónica a Egipto era reabrir la ruta Mediterráneo-mar Rojo a la India para combatir a los «satélites del Gobierno inglés» y expulsar a los ingleses de todas sus pose- siones orientales. ti) La reacción británica a los planes franceses sobre la India. Dos cami- nos : a) Uno: detallados estudios de las regiones vecinas a la India —incluidos Asia Central, Persia y Afganistán—, que habían sido ignoradas hasta entonces. ft) Otro: formulación de una política de largo alcance encaminada a contener cualquier clase de amenazas a sus intereses en el área. Y en esta política entraba el temor de la Gran Bretaña a una invasión de la políticamente débil India por Zaman Shah, que pudiere llevar a pensar en un renacimiento del poder mongol,o el temor al restablecimiento del poder afgano en el estratégico Punjab, que pudiera convertirse entonces en una base para la actividad francesa en la India, etc. Y los temores británicos—magnificados por la falta de un verdadero conocimiento de la fuerza del imperio afgano, etcétera—conducían a una doble política inglesa—la del gobernador general británico en la India, lord Mornington—para el Afganistán: aa) fomento de la discordia dentro del Afganistán, y bb) incitación a Persia para que intentase restablecer su soberanía en la provincia de Khorassan. Política británica que tuvo éxito: renovación de la guerra civil en el Afganistán y consolidación de la posición inglesa —antiafgana y antifrancesa— en Persia6. iii) La aproximación entre Persia y Francia en 1806-1807. Aspectos de la cuestión: a) Tal aproximación era el resultado de la conjunción de dos hechos: aa) los temores de Persia a Rusia y al imperio otomano, y bb) los intereses de Francia en el Oriente Medio. /?) la concreción de esa aproxima- ción: el Tratado de Finkestein, de 1807. Por él Napoleón garantizaba la integridad territorial de Persia y reconocía sus derechos en Georgia, y se comprometía a proporcionar oficiales franceses y armas para el ejército 6 Concretamente, misión del capitán John Malcolm en Persia, en 1800-1801. 105 LEANDRO RUBIO GARCÍA persa, y el shah de Persia acordaba romper las relaciones diplomáticas con la Gran Bretaña, expulsar del imperio persa a todos los ingleses, etc. iv) Fracaso de la política napoleónica en Persia, debido a la mala con- cepción—desde el principio—de los planes franceses en toda esta región. Concretamente, el objetivo inicial de Napoleón era una triple alianza entre Francia, el imperio otomano y Persia, dirigida contra Rusia. Ahora bien, Napoleón no podía conciliar las diferencias entre el imperio otomano y Persia, y las diferencias entre Persia y Rusia, con los deseos y los compromisos de Francia. Singularmente el Tratado—franco-ruso—de Tilsit (1807) can- celaba el Tratado de Finkenstein, desvaneciendo las esperanzas persas de una asistencia militar francesa contra Rusia y con ello la esperanza de Francia de una alianza de Persia hacia la India y asimismo una asistencia afgana contra el poder británico en la India. v) El restablecimiento de la influencia de Gran Bretaña en la zona. Perfiles del asunto: a) Caso del Afganistán. Maniobra diplomática inglesa sobre el área Afganistán-Sind. La intención de la Gran Bretaña era emplear el Afganistán y el Sind como zonas-tapón contra la intrusión de Persia, y la región de los sikhs como zona-tapón contra Afganistán y Sind. A este efecto, y en el punto que aquí interesa, Gran Bretaña llegaba—en 1809—a un Acuerdo con el Afganistán7—con Shah Shuja—, en el que ambos Go- biernos se prometían eterna amistad y a no interferir en los asuntos internos, y en el que se estipulaba—detalle importante—una acción conjunta en el caso de agresión persa-francesa contra el Afganistán o contra los dominios británicos. ,8) Caso de Persia. A tener en cuenta: aa) Tratado preliminar Persia-Gran Bretaña de 1809, por e] que el monarca persa se comprometía a «no permitir a fuerza europea alguna el paso a través de Persia, bien hacia la India o hacia los puertos de este país» y previéndose ayuda del Gobierno británico a Persia en el caso de que ésta fuera invadida por una Potencia europea, bb) Tratado de Teherán, concluido en 1814, estableciéndose especí- ficamente el ataque de Persia al Afganistán en el caso de que éste invadiese la India, y comprometiéndose Inglaterra a permanecer neutral en el caso de un conflicto entre Persia y Afganistán. Resumiendo: en 1814, el Gobierno de Londres había adoptado la política de ver y tratar a Persia como (fia primara línea de defensa contra una invasión de la India». Ahora bien, estos1 Acuerdos de 1809 y de 1814 representaban una anula- ción de facto del Tratado anglo-afgano de 1809. No obstante, hagamos una 7 El primer pacto afgano con una potencia europea. 106 LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO salvedad: esos dos Acuerdos no iban dirigidos sólo contra Francia. De hecho iban dirigidos también contra Rusia, cuya política expansionista se consi- deraba como una amenaza a los intereses británicos en Persia y en el imperio turco. b) Dost Mohamed y escena exterior. Siguiendo en la línea trazada en los párrafos precedentes, tenemos: i) El hecho de que los éxitos militares de Rusia producían sustanciales beneficios diplomáticos-—políticos y económicos—en el imperio otomano y en Persia. Dos Tratados legitimaban estas ganancias: el Tratado de Adria- nópolis con el imperio turco en 1829 y el Tratado de Turkmanchai con Persia en 1828. Tratados que, a la par, abrían una nueva era de conflicto en el Oriente Medio. Concretamente, el Tratado de Turkmanchai fue espe- cialmente importante en sus consecuencias: Persia entregaba todos los1, territorios al oeste del mar Caspio, acordaba pagar una indemnización de unos tres millones de libras, rebajaba los derechos de las importaciones rusas al 5 por 100 y concedía extraterritorialidad a los subditos rusos. ü) La reacción británica: a) Alteración por Gran Bretaña de la posición tomada sobre Persia en el Tratado de Teherán y consideración de que toda ventaja de Persia a expensas del Afganistán constituía una ventaja—política o económica—contra la India. (3) Adopción por el secretario inglés del Exterior —Palmerston8— de una política conocida comúnmente como la «forward linfiy> policy, encaminada a lograr la hegemonía británica en Persia y en el Afganistán9. De esta forma: aa) Afganistán pasaba a ser estimado como la «frontera» de la India. En consecuencia, a ninguna potencia europea le sería permitido llevar a cabo actividades comerciales o políticas en el país o intervenir—directa o indirectamente—en los asuntos afganos, bb) La independencia de Persia resultaba tan esencial como la integridad territorial del Afganistán, ce) Afganistán y Persia eran necesarios para asegurar la paz en Asia y en Europa (1836) 10. Ahora bien, esto no impedía que muchos políticos y expertos militares ingleses mostrasen su desacuerdo con la idea de que Rusia pudiera amenazar a la India a través de Persia y del Afganistán. Estos hombres abogaban por 8 En la línea de J. MCNEILL: Progress and Present Position of Russia in the East, Londres, 1836. 9 En pocas palabras, Palmerston —consciente de la posibilidad de Rusia de presionar sobre Gran Bretaña a través de Persia y del Afganistán—pensaba en una contrapolítica de presión sobre Rusia a través de la misma región. 10 Cons. GREGORIAN, cit. ant., pp. 439-440. 107 LEANDRO RUBIO GARCÍA una política más «discreta» —la llamada stationary policy—, consistente en consolidar la frontera de la India a lo largo del río Sutlej (arguyendo que era necio ignorar las barreras naturales con que habría de enfrentarse un ejército ruso marchando a través de las estepas del Asia central o a través del abrupto Afganistán). Con todo, puesto que el destino de Persia y del Afganistán resultaba esen- cial para los intereses de Gran Bretaña, se imponía la necesidad de la forja de una política en la que se normalizaren las relaciones entre Persia y el Afganistán: se trataba de cortejar a los dos Estados musulmanes sin ena- jenarse la voluntad de ninguno y de perfilar la fortaleza deseable para el Afganistán en el nuevo contexto de fuerzas. Y para responder a esto último, Gran Bretaña trataba de montar una política de equilibrio de poder en el área del siguiente modo: un Afganistán lo bastante fuerte para resistir los intentos de Persia para apoderarse de Herat, pero no lo bastante fuerte para reducir el poder sikh. En resumen, esa política de normalización-equilibrio se movía según los siguientes módulos: a) Ofensiva diplomática inglesa-—de Palmerston—sobre Persia para contraequilibrar las ventajas obtenidas por Rusia en este país (en 1828) (al mismo tiempo que para anular el Tratado de Unkiar Eskelessi", de 1833, que había dado a Rusia una firme posición—un pie—en el imperiootomanols). Y en esta marcha, Gran Bretaña presionaba diplomáticamente sobre Persia a fin de lograr un Tratado comercial similar a lo conseguido por Rusia desde 1828. Palmerston deseaba un Tratado que no sólo permitiese el establecimiento de consulados británicos en Persia, sino que ésta le concediese el trato de la nación más favorecida (suprimiéndose el derecho de Persia a prohibir las exportaciones y las importaciones británicas). /3) Adop- ción por el Gobierno británico en la India de una clara política para el Afga- nistán: mantenimiento de un Afganistán débil y dividido. iii) La primera guerra anglo-afgana En este cuadro llegaba el momento para Gran Bretaña de actuar decisi- vamente en el Afganistán. tí) Como primera medida, era enviada una misión británica a Cabul en noviembre de 1836—la misión Burnes—, con el cometido de conseguir 11 O Tratado de Hünkár Iskelesi, de 8 de julio de 1833. Sobre el texto de este Acuerdo, vid. Harry N. HOWARD: The Problem of the Turkish Straits, Washington, Department of State, 1947, p. 16. 12 Para ello Palmerston intentaba colocar al imperio otomano bajo una especie de garantía colectiva europea. 108 LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO del emir afgano concesiones comerciales y, si fuera posible, una aproximación política. Posturas de los dos protagonistas: aa) Posición de Gran Bretaña. Los británicos trataban de obtener tales beneficios sin llegar a compromisos que pudieran poner en peligro o trastrocar la delicada balanza de poder entre los afganos y los sikhs, o dar alas a las esperanzas afganas en recuperar el valle de Peshawar. bb) Posición del Afganistán. Los afganos insistían en que un Tratado comercial anglo-afgano delimitase los territorios respec- tivos y en que la Gran Bretaña les prestase ayuda material y política para la preservación de un reino afgano unificado. Por supuesto, la cosa se complicaba con la cuestión de los sikhs. Y las autoridades de la India no estaban dispuestas a abandonar una provechosa alianza con los sikhs por una dudosa alianza con los afganos. El hecho es que Burnes no conseguía concesiones económicas de Dost Mohamed... /3) Ahora bien, al fallo en obtener concesiones comerciales en el Afganis- tán y en lograr una posición exclusiva en este país se ha de agregar el fracaso de la diplomacia británica en los asuntos persas: aa) Fallo en normalizar las relaciones afgano-persas; singularmente, fallo en disuadir a Persia de atacar Herat y de impedir el ataque (1837)13. bb) Fallo en obtener un Tratado comercial con el Gobierno persa ". Y Gran Bretaña pasaba de la diplomacia a la política de potencia militar: Persia era forzada a abandonar la empresa del sitio de Herat (1838) y a aceptar una política de manos libres de Inglaterra en el Afganistán. y) En este cuadro ha de insertarse la esperanza de las autoridades britá- nicas en la India de establecer un Gobierno más amistoso en Afganistán. Así: restaurando a Shah Shuja en el trono afgano. Obsérvese que este personaje afgano —depuesto y exiliado— se había empeñado en una encarnizada lucha por recuperar el trono del Afganistán y que no había podido alcanzar la ayuda británica. Así, vemos que el gobernador general de la India—lord William Bentinck—se negaba—en 1834—a ayudarle, sosteniendo que «el Gobierno británico se abstiene religiosamente de mezclarse en los asuntos de sus vecinos, siempre que ello se pueda evitar». Ahora bien, en la nueva situación del área, Shah Shuja, viendo una oportunidad para alcanzar su meta, se hallaba dispuesto a hacer importantes 13 La intervención británica en la lucha entre los afganos y los persas—aun para propósitos de mediación—violaba el Tratado anglo-persa de 1814, cuyo artículo 9 pro- hibía la intervención, a menos que fuese solicitada la mediación por ambas partes. " Fracasos atribuidos a las actividades diplomáticas de Rusia. 109 LEANDRO RUBIO GARCÍA concesiones políticas y económicas a la Gran Bretaña. Por ejemplo, estaba dispuesto incluso a concluir un Acuerdo—desventajoso para Afganistán— con los sikhs que le prohibiera negociar con cualquier Estado extranjero sin el consentimiento de los Gobiernos británico y sikh. Mas he aquí que mientras progresaba la baza «Shah Shuja», Persia se retiraba de Herat y con ello se eliminaba la razón confesada para una inter- vención británica en el Afganistán. Sin embargo, el Gobierno británico en la India quería ir adelante con su plan para reinstalar a Shah Shuja en el trono afgano. Con la particulari- dad de que el Gobierno de Londres —bajo lord Melbourne— había llegado ya a una decisión similar. Pues bien, se encontraba un casus belli en 1838. 8) La primera guerra anglo-afgana. Facetas: aa) En un Manifiesto—el Simia Manifestó—publicado en 1838, el gobernador general británico en la India—Auckland—acusaba a Dost Mohamed de «agresión no provocada» contra los sikhs—el «antiguo aliado» de la Gran Bretaña—, de irrazonables pretensiones, de evidentes planes de engrandecimiento y de ambiciones perjudiciales a la seguridad y a la paz de las fronteras de la India, etc. bb) En fin, un ejército anglo-indio de 28.000 hombres invadía el Afganistán en 1838, deponía a Dost Mohamed, y lo deportaba a la India, y colocaba en el trono afgano a Shah Shuja. ce) Lo importante de la guerra anglo-afgana: la galvanización de los agíanos en una feroz rebelión. A fines de diciembre de 1841 estallaba una rebelión en Cabul, bajo la dirección de Mohamed Akbar, hijo de Dost Mohamed. Todo terminó en un completo desastre—la «desastrosa retirada en el invierno de 1841-1842»—para los ingleses, que murieron de frío, de hambre o simplemente exterminados por los afganos. Shah Shuja, que había permanecido en Cabul, fue eliminado en abril de 1842. En septiembre entraba en la Capital afgana una Fuerza expedicionaria britá- nica de castigo y de restablecimiento del prestigio militar inglés, que incen- dió el gran «bazar», etc. Pero, al fin, Dost Mohamed fue instalado de nuevo en el Poder (1842) y los británicos evacuaron el país, dd) El impacto de la guerra. Esto lo expresaba claramente el duque de Wellington cuando hacía notar que la fuerza moral, el poder político y la influencia de Gran Bretaña habían recibido un golpe «de cuyos efectos no se recuperará durante algún tiempo». Y añadía: «No hay un corazón musulmán, de Pekín a Constanti- nopla, que no vibre... Es imposible que este hecho no produzca un efecto moral perjudicial a la influencia y al poder británicos a través de toda Asia». 110 LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO D) El segUndo reinado de Dost Mohamed (1842-1863) 1) La vuelta al poder a) Una base potencial. A su vuelta al trono, Dost Mohamed se hallaba en una posición mucho más fuerte que antes para trabajar por la unidad política del Afganistán. Vertientes del asunto: i) Por un lado, el exilio en la India le había dado un conocimiento de primera mano sobre distintas instituciones de tipo europeo y sobre los avances tecnológicos europeos. ti) Por otro lado, la guerra anglo-afgana le había dado un gran pres- tigio nacional. Esto, con el control político de todo el Afganistán, proporciona- ba a Dost Mohamed una firme base política y psicológica en todo el país. b) La falta de capacidad de Dost Mohamed. Ahora bien, a pesar de esos factores positivos, el monarca afgano resultó incapaz-—o no tuvo la voluntad—de aprovechar tales ventajas e iniciar grandes reformas a escala nacional. A este respecto, cabe recoger una elocuente cita de J. A. Norris: «El [emir] apreciaba ahora toda la extensión del poder británico en el mundo: llegó a comprender que sus 'huéspedes' eran en aquel tiempo la más poderosa nación sobre la faz de la tierra; que los rusos podían tener más hombres y una mayor extensión territorial, pero que los británicos tenían más que ningún otro pueblo máquinas e ingenieros, innumerables barcos y cañones y una ilimitada confianza en sí misma.» Pues bien, entremos seguidamente en la enumeración—en la más concisa abreviatura—de las realidades de la política interior del monarcareinstalado en el Poder. i) La faceta de la inercia real: ningún plan de reformas fundamentales. a) Ninguna realización educativa o cultural. Su Corte no pretendía ser un centro cultural: continuó pareciéndose a una jirga tribal. Y aunque el emir aprendió a leer y escribir, la mayor parte del grupo gobernante era analfabeta. /3) Ninguna medida para mejorar el nivel sanitario del país. Un panora- ma desastroso a este respecto: falta total de médicos en el sentido occidental; reinado del fatalismo, del temor al «mal de ojo», de la creencia en espíritus; sortilegios, hierbas y astrología... En suma, la medicina moderna sólo era accesible a los bien dotados que iban a la India a tratarse. Etc. y) Ningún logro en el terreno industrial o agrícola. La única excepción en este dominio fue el fomento del cultivo de la patata. n i LEANDRO RUBIO GARCÍA ii) Mención de los puntos positivos en este período. Una realidad: los elementos positivos no van más allá de la unificación política del reino, del establecimiento de una relativa estabilidad interna y del mantenimiento de un ejército permanente del emir. Así: a) Consolidación del poder dinástico a través de conquista de los khana- tos semi-independientes o autónomos del Afganistán septentrional (1850-1855): consolidación de la autoridad del emir en la provincia de Kandahar (1856), tras la muerte de su jefe; conquista de Herat (1863)15. Siendo alabado su sistema de dividir el país entre hijos, encargados cada uno de ellos de gobernar su distrito a su manera, pero siendo responsables de su seguridad (criterio de sir Harry Lumsden). Resumiendo, en 1863, el emir y sus hijos eran dueños de las ciudades del Afganistán. /3) Seguridad interna. Por ejemplo, antes de la conquista de Herat, sir Harry Lumsden quedaba totalmente sorprendido de la seguridad general existente en los caminos, día y noche, sin armas y en la mayor confianza. y) La modernización del ejército. En realidad, lo único que se moder- nizó en este tiempo. Y eso, con reformas limitadas. Concretamente, limi- tación en el número de unidades y hombres entrenados a la moderna: 16 re- gimientos de infantería de —nominalmente— 800 hombres cada uno; tres regimientos de caballería de 300 hombres; una artillería con 80 piezas de campaña y unas pocas pesadas16. Todo ello, con otras adicionales limita- ciones: un arbitrario sistema de reclutamiento—ni conscripción, ni sistema de alistamiento voluntario—; una paga corta y abonada «muy irregularmen- te»; una disciplina militar «extremadamente severa», etc. Sin olvidar la existencia de «milicianos»... Resumiendo: en general, las Fuerzas armadas afganas seguían teniendo características feudales: contribución teórica de caballeros e infantes en caso de guerra, etc. 8) Ahora bien; una advertencia, en este capítulo: esta situación gene- ral de orden no impedía la existencia de golpes contra ella. Por ejemplo: aa) Estallido—en 1854—de una seria insurrección en el norte del país (en Balkh), movida por el emir de Bukhara. 15 Recuérdese cómo Gran Bretaña había concluido un Tratado con el jefe de Herat, en agosto de 1839, haciendo de él una esfera de influencia exclusiva de los británicos. 16 Asimismo, mencionemos la aceptación en 1857 de la ayuda de una misión militar británica, con algún éxito en la modernización del Ejército. 112 LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO bb) Diferencias del emir con sus hermanos, que querían recuperar su perdida posición (en la provincia de Kandahar); diferencias entre los mu- chos hijos del emir, y entre algunos de ellos y el monarca. ce} Resistencia de las tribus, para proteger privilegios e intereses (contra las que había que librar batallas). dd) Descontento del estamento religioso ", y aun abierta hostilidad ante la aproximación anglo-afgana (de 1855 y 1857). 2) La dinámica exterior.- Aspectos más destacables: a) La presencia de Rusia. i) Ofensiva militar: ataque a Khiva, mientras la Gran Bretaña estaba invadiendo el Afganistán18. Acto encaminado a frenar la extensión de la influencia británica desde el Afganistán hacia el Asia central—donde Rusia tenía importantes intereses comerciales19—, y a llenar el vacío político exis- tente en la región. ii) Actuación diplomática: montada sobre la aprensión rusa ante la po- lítica británica en Afganistán. Rusia consideraba un Afganistán pro-británico, o dominado por Inglaterra, como una seria amenaza a sus intereses en el área. De ahí la actividad diplomática de Rusia en Cabul: según los rusos, limitada a objetivos comerciales; según los británicos, contribuyendo al fracaso de la citada misión Burnes, etc. b) Fallos convergentes en la política del imperio ruso y en la del impe- rio británico. Por un lado, tenemos que la expedición rusa a Khiva terminó en un desastre. Por otro lado, tenemos la incapacidad—o la carencia de vo- luntad— de Gran Bretaña para mantener un control militar prolongado del Afganistán. Un buen fruto de estos hechos: detener la amenaza de una gran con- frontación entre los dos imperios coloniales rivales. Pero, en este panorama de aliviamiento de la tensión internacional en la zona, hay otros elementos relevantes: la Convención de los Estrechos de 1841 —entre Gran Bretaña, Francia, Austria, Prusia, Rusia y el imperior oto- mano—. Este Tratado destruía la privilegiada posición de Rusia en el imperio turco desde el Tratado de Unkiar Eskelessi, con lo que se alivia- 17 Estamento que había cooperado con el emir durante su lucha contra los sikhs, Shah Shuja y los británicos. 13 Vid. GREGORIAN, cit. ant., p. 101. w En efecto, entre 1758 y 1853, el valor de las exportaciones de Rusia al Asia central aumentaba 12,5 veces, y el valor de las importaciones, 16 veces. " 3 REVISTA DE POLÍTICA INTERNACIONAL 8 LEANDRO RUBIO GARCÍA ban temporalmente los temores de los rusófobos británicos (que contempla- ban una inminente invasión rusa de la India). c) La política de Gran Bretaña hacia el Afganistán. Por lo pronto, una evidencia: el debilitamiento de la tensión entre Inglaterra y Rusia. Junto a eso, otra evidencia: los desatinos de la política británica en el Afganis- tán, con las costosas operaciones militares en el país. Pues bien; una ter- cera evidencia: un factor y otro fortalecían la posición de los abogados ingleses de la política moderada—la stationary policy—respecto al afga- nistán. Algunos de ellos apremiaban al gobierno de Londres a la adopción de una política de subsidio a los gobernantes afganos con vistas a cultivar su amistad. Los partidarios de tal actitud argumentaban que el estable- cimiento de amistosas relaciones con el Afganistán disminuiría las friccio- nes entre las Fuerzas anglo-indias y las tribus pathanas de la frontera del Noroeste, etc. Y, al fin, prevaleció esta política. Aclaraciones sobre la cuestión: i) Tras el estallido de la guerra de Crimea (marzo 1854), el Afganistán era considerado por el Gobierno inglés como—en palabras de Standish— «la barrera más efectiva contra la intrusión rusa, sea la que sea la direc- ción en que los rusos puedan intentar avanzar hacia la India. No puede ser sino importante para nuestro interés en la India que la barrera contra cualquier intento de agresión por parte de Rusia esté lo más lejos posible de nuestra frontera». ti) Pasos en esa ruta: la firma por Gran Bretaña con Afganistán de un Acuerdo en 1855 y u n Tratado en 1857. En resumen, Gran Bretaña acordaba «respetar las posesiones del emir en Afganistán» y no interferir en ellas, mientras el monarca afgano se comprometía «a respetar el terri- torio británico y a ser un amigo de nuestros amigos [británicos] y un enemigo de nuestros enemigos». Aspectos de estos Acuerdos para el Afganistán: a) Aspectos positivos: aa) Garantizar la integridad del Afganistán fren- te a Persia, Rusia y Bukhara. A lo que ha de unirse el Tratado anglo-persa de París de 1857, en el que Persia tenía que desistir de sus reivindicaciones sobre Herat. bb) Poder para el emir afgano, con la desaparición de la ame- naza de la intervención extranjera, parareunir y centralizar las provincias afganas del Norte, del Oeste y del Sur, y con la asistencia británica en for- ma de subsidios y armas. 114 LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO /?) Aspectos negativos: aa) No reconocer estos Acuerdos un vínculo dinástico en el Afganistán; ni garantizar, ni reconocer, en principio, el fu- turo status de la familia del emir. No reconocer las reivindicaciones afga- nas sobre Peshawar, ni la autoridad afgana sobre la zona tribal pathana. bbj Aislar políticamente al Afganistán, alejándole de Persia y de Bukhara. Concretamente, este último temía a un Estado afgano fuerte, apoyado por los británicos, y acusaba al emir afgano de apostasía del Islam por su alianza con la Gran Bretaña... E) La ascensión de Sher Ali al poder. 1) El período del desorden (1864-1869). Lo peor es que con el hijo y sucesor de Dost Mohamed, Sher Ali, se reanudaban las luchas interiores entre los diferentes miembros de la familia real. Se producía un interregno de guerras civiles entre los herederos rivales al trono: 1864-1869. Proble- mática a delinear con distingos. a) Dost Mohamed dejaba 16 hijos. Después de su muerte (en 1863), muchos de sus hijos se negaban a aceptar el emir designado, Sher Ali, como su soberano. Este recurría a la acción militar: derrotaba a las fuer- zas de uno de sus hermanos, Azam Khan, y llegaba a una tregua con otro, Afzal Khan. Pero, por medio de la astucia, capturaba a éste y lo metía en prisión. b) Ahora bien; el hijo de Afzal, Abdur Rahman, continuaba la lucha de su padre. Pero en 1865, Sher Ali se enfrentaba con otro hermano, Amin Khan, y otra vez vencía. No obstante, siguieron una serie de reveses, incluida la captura de Cabul por las fuerzas de Abdur Rahman, en 1866. c) Y hasta se daba la circunstancia de que Azam Khan reinaba en Afganistán durante un corto período de tiempo (1867-1868), y que inten- taba transformar la vida sociopolítica del país. d) Por fin, en enero de 1869 Sher Ali entraba en Cabul y era recono- cido como emir del Afganistán por sus hermanos y por el Gobierno britá- nico en la India. 2) El reinado de Sher Ali (1869-1879). La escena interna. Distintas vertientes: a) Panorama político: i) De antemano, una nota fundamental: Sher Ali es considerado como «el fundador de una nueva civilización en el Afganistán» (así por el his- toriador afgano Reshtiya). LEANDRO RUBIO GARCÍA n) Una innovación: introducción por primera vez en el Afganistán de una forma de Gobierno de Gabinete, aunque rudimentaria (un primer mi- nistro, con Ministerios de Asuntos Exteriores y Asuntos Internos y Depar- tamentos de la Guerra y del Tesoro). iii) Asimismo, establecimiento de un Consejo Consultivo, para partici- par en las decisiones administrativas y ayudar al monarca a conseguir la cooperación de las tribus. b) Ejército: modernización, a base de: i) Traducción de manuales militares europeos al pachtu y al persa. ii) Institución de pago regular en metálico a las tropas (eliminando la exasperación de las poblaciones obligadas a satisfacer las órdenes de re- quisa). iii) Obtención de asistencia británica en la reorganización del ejército y en material. c) Dominio económico: i) Fomento de la artesanía y de pequeñas industrias domésticas, y, principalmente, expansión de la producción de armamento (programa que había sido iniciado, en 1867, en una pequeña escala, por uno de sus rivales al trono, Afzal Khan). ii) Introducción de un nuevo sistema de imposición (donde los impues- tos serían pagados en metálico); intento de introducción de una nueva unidad monetaria para simplificar el sistema monetario del país (el afgani dividido en 100 pools). üi) Planes de construcción de caminos y reparación de puentes: inau- guración del primer servicio postal regular entre Cabul y Peshawar; puesta en circulación de los primeros sellos de correos en 1870; fomento del co- mercio regional y exterior. d) Otros aspectos: i) fundación de la primera escuela pública en la Capital; ii) introducción de la litografía en el país, etc. 3) Balance del reinado de Sher Ali en el plano interno: a) Un éxito: el restablecimiento de la unidad política del país. b) Una sombra: la incertidumbre sobre el futuro político de su dinastía. c¡ Un fracaso: el no conseguir la unidad económica del país. d) Una insoslayable falta de vuelo político: las limitaciones y la super- ficialidad de los planes de reforma. De este modo: muchos de los pro- 116 LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO yectos de Sher Ali no se materializaron o, si no fallaron en su fase embrionaria, resultaron infructuosos. Por ejemplo, el antedicho Consejo Consultivo quedó ahogado por los intereses tribales y regionales. Pareja- mente, el intento de regularizar e incrementar las rentas del Reino se topó con la enorme dificultad de que no podía aumentar los impuestos sobre la tierra sin incurrir en la ira de las tribus privilegiadas y de los señores feudales, etc. F) La escena internacional en el reinado de Sher Ali. 1) Como trasfondo de este período, una realidad: la circunstancia de ser el Afganistán una pieza más en la vasta partida formada por el impe- rio otomano, Persia, Turquestán y el imperio de la India, con Rusia y Gran Bretaña como jugadores clave. 2) La Gran Bretaña. Dos interesantes facetas: a) Puesta a prueba de la política británica de no-intervención—a que hemos aludido—en el período de disensiones internas y anarquía dado en el Afganistán tras la muerte de Dost Mohamed. Ante la inestabilidad polí- tica interna afgana, los políticos británicos y los expertos de la India se dividieron. Por un lado, los conservadores y los rusófobos atacaban la polí- tica de no-intervención como una miopía política y propugnaban una política forward. Por otro lado, el Gobierno británico en la India continuaba la política de consolidar el poder inglés en la India y de no intervenir en el Afganistán. Aunque, como parte de esta política, adoptara una estra- tegia de divide y vencerás en la franja fronteriza entre la India y el Afga- nistán y, al mismo tiempo, de evitación—tanto como fuera posible—del reconocimiento de cualquier clase de autoridad del emir de Cabul sobre las llamadas «tribus fronterizas». b) Establecimiento de buenas relaciones—sin llegar a la categoría de estrechas—entre Afganistán y Gran Bretaña en la fase 1869-1872. Advirta- mos en este buen discurrir: i) Primeramente, puntos grises en el panorama de las relaciones entre el Gobierno británico y el Gobierno afgano. Muestras: a) Durante una vi- sita oficial a la India, el emir trataba de obtener el reconocimiento de jure por la Gran Bretaña, o su garantía, de los derechos dinásticos de su familia y una inequívoca garantía de asistencia británica en el caso de una agresión exterior contra el Afganistán. Pues bien; el Gobierno afgano 117 LEANDRO RUBIO GARCÍA no conseguía sus propósitos. j8) Por su parte, Gran Bretaña se esforzaba por lograr concesiones del Afganistán, concretamente, el derecho a estable- cer un enviado permanente inglés en Cabul y el derecho a inspeccionar las fronteras septentrionales del Afganistán. Pues bien; el Gobierno britá- nico no conseguía sus propósitos. ii) En segundo lugar, el hecho de que en 1869 se concluyera un Acuer- do anglo-afgano. Ahora bien; este Acuerdo se limitaba simplemente a re- afirmar las disposiciones del Tratado de 1855: la Gran Bretaña declaraba que no intervendría en los asuntos internos afganos, se comprometía a apoyar la independencia del Afganistán y acordaba no imponer un enviado inglés al emir. 3) Rusia: un factor permanente. a) La progresión rusa en el Asia central. Toda una consolidación del imperio ruso en esta área2": ventajas políticas y económicas en Khiva y Khokand en 1864, toma de Tashkent en 1865, anexión de Samarcanda en 1869 y transformación de Bukhara en un «aliado subsidiario». b) Impacto de esta expansión sobre la Gran Bretaña. Planteamiento en Inglaterra de dos tesis en presencia: la de la Escuela de los intervencio- nistas y la de la Escuela de los no-intervencionistas,prevaleciendo durante un tiempo la stationary school. c) Intento de los diplomáticos ingleses y rusos de creación de una zona intermedia entre los dominios rusos y británicos en Asia. Tras largas nego- ciaciones—1869-1873—se llegó a un Acuerdo: Rusia reconocía las fronteras Norte y Noroeste del Afganistán y acordaba considerar al Afganistán fuera de su zona de influencia. d) Ahora bien; ocupación por Rusia de Khiva en 1873 y de Khokand en 1875. Y, como dice V. Gregorian, en 1876 el Acuerdo sobre la buff^r zone estaba muerto. 4) La política de Gran Bretaña bajo los conservadores y el concomi- tante incremento de la tensión entre Rusia e Inglaterra (1874-1880). Una panorámica a configurar así: a) En primer lugar, vemos: i) Por un lado, en el Reino Unido, bajo Disraeli y Salisbury, el Go- bierno adoptaba una política dinámica en la zona de intereses de la India. Se habla de gradual consolidación del imperio ruso entre 1868 y 1892. 118 LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO ii) Por otro lado, y antes, en Rusia un grupo militarista encabezado por el general Miliutin había alcanzado un gran poder, abogando por una agresiva política en el Asia central: ante el peligro de la posición rusa en tal área por la política hostil de Inglaterra en el imperio otomano, su destrucción de la independencia afgana y sus intentos de establecer estre- chas relaciones con Persia, etc. En general, tenemos que muchos gobernantes y militares rusos estaban de acuerdo con el axioma del general Skobelev—aunque no lo estuviesen con sus planes sobre la India—de que la mayor fortaleza de Rusia estaba en el Asia central y que la mayor debilidad dé Inglaterra estaba en la India, y que cuanto más débil fuera Inglaterra en la India, más acomoda- ticia sería en Europa. En todo caso, se publicaban una serie de planes—serios e hipotéticos— de invasión de la India por Rusia que producían gran impacto en Ingla- terra 21. b) En segundo lugar, precisemos que Disraeli veía el problema del Afganistán en el gran contexto de la «Cuestión oriental» (Éastern Question). Y, en una carta escrita a la reina Victoria, en junio de 1877, afirmaba que, en el caso de un conflicto armado con Rusia, sobre Constantinopla, «Rusia debía ser atacada en Asia». c) Desde esa amplia perspectiva, comprendamos la lógica del triunfo de la nueva política de Inglaterra: i) Como punto de partida: la mentada presión rusa sobre el Asia cen- tral22. Esta presión tenía una crucial derivación para Inglaterra: colocarla en la difícil situación de verse obligada a defender el Afganistán contra una agresión rusa—directa o indirecta—, pero, al mismo tiempo, a no in- tervenir en los asuntos internos afganos. Con la adicional dificultad de la incierta delimitación de la frontera septentrional del Afganistán, de la débil capacidad defensiva del Afganistán y de la posibilidad de un incidente fron- terizo que llevase —en escalada— a una guerra entre Rusia y el Afganistán. ii) Como objetivos de esa política: a) Establecimiento de una «frontera al Adviértase, empero, que algunos diplomáticos rusos mostraron su aprensión ante la influencia de los militares de su país en la formulación de la política exterior en Asia central. 22 Y aquí es de pensar en la posición de la historiografía soviética: la conquista rusa de Asia central era en parte una respuesta a la política agresiva de Gran Bretaña. Y si Inglaterra no hubiera sido frenada, hubiera añadido el Afganistán y los khanatos de Asia central a sus posesiones de la India. Cons. GREGORIAN, cit. ant., nota 80 pá- ginas 444-445- no LEANDRO RUBIO GARCÍA científica» para la India. /3) Un Afganistán bajo estrecho control de la Gran Bretaña, y) Y, dentro de esto último, establecimiento de una «repre- sentación diplomática permanente»—aceptada o impuesta—en Cabul. Lo que eliminaría, de una vez para siempre, cualquier posibilidad de estable- cimiento de una misión diplomática rusa en el Afganistán, o de influencia directa rusa en él, y acabar, así, con la amenaza de intrigas ruso-afganas contra la India. iii) Pues bien; entremos en la mecánica empleada para alcanzar ese gran objetivo de una misión permanente en Afganistán: a) Primeramente, la Gran Bretaña intentaba la negociación y la per- suasión. Para ello, echaba mano del imperio otomano. Concretamente, du- rante la guerra ruso-turca de 1877-1878, era enviada una misión turca al Afganistán. Esta expresaba al emir Sher Ali la disposición del Sultán para ayudar al Afganistán a mantener cordiales relaciones con Inglaterra, etc. Pero el monarca afgano respondía al ofrecimiento del sultán quejándose de la interferencia de Gran Bretaña en los asuntos internos del Afganistán, a pesar de sus obligaciones convencionales (con el envío de presentes, etc., a uno de los vasallos del emir). /3) Complicación de la situación con la llegada de una misión rusa a Cabul. El envío de esta misión era una respuesta diplomática a las acciones de los británicos en Europa para forzar a Rusia a abandonar la mayor parte de las ganancias de la guerra ruso-turca de 1877-1878. La misión rusa llegaba a Cabul el 28 de julio de 1878, con la intención de concluir un Tratado de asistencia mutua. Ahora bien; mientras tanto, la crisis en Europa había sido conjurada en el Congreso de Berlín, y la misión rusa fue retirada, dejando la capital afgana el 24 de agosto. Con esto, parecía que desaparecía la inmediata causa de un enfrenta- miento anglo-afgano. d) La segunda guerra anglo-ajgana. Sin embargo, el Gobierno inglés no abandonaba su plan de fijar una misión permanente en Cabul, y en- viaba una misión en septiembre. Pero se le negaba—humillantemente—la entrada en el país. La «retirada» británica era difícil, sin «perder la cara». Y el 2 de noviembre el gobernador británico de la India—Lytton—enviaba un ultimátum al emir para aceptar la misión el 20 de noviembre, y cons- tituyendo un acto de enemistad la recepción de una respuesta negativa o la falta de respuesta. 120 LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO El ultimátum quedó sin respuesta. Y el resultado era una segunda guerra anglo-afgana, a fines de 1878. Columnas británicas penetraban por diver- sos puntos del Afganistán y ocupaban la parte oriental del país. Acción militar británica que tenía como consecuencias: i) En Inglaterra, denuncias por parte de los no-intervencionistas britá- nicos. Por ejemplo, en la Cámara de los Comunes se hablaba de que «la política del Gobierno [británico] era una política imperial». La Oposición atacaba al Gobierno, por estimar que la política gubernamental contradecía la letra y el espíritu del Derecho internacional™. En este marco, son de registrar las acusadoras críticas hechas a los abogados de una «frontera científica» entre el Afganistán y la India, y de una política mantenedora de que las normas del Derecho internacional no se aplicaban a un gober- nante como Sher Ali. Uno de estos críticos consignaba: Sher Ali era el gobernante legal del Afganistán, pero era necesaria una frontera científica, «y proclamamos que el reino de Sher Ali debe ser devastado a causa sólo de que es un gobernante asiático, y nosotros, una nación civilizada y cris- tiana». ii) En el Afganistán. Destronamiento de Sher Ali y huida. (El emir fallecía el 21 de febrero de 1879). G) La ascensión del hijo de Sher Ali—Yakub Khan—al trono. Puntos cumbre de esta situación: 1) El poder de Inglaterra: aislada diplomática en el Congreso de Ber- lín, Rusia no intervenía en el asunto, y Gran Bretaña imponía sus condi- ciones al nuevo monarca afgano. 2) En el Tratado de Gandamak—firmado el 26 de mayo de 1879—, Afganistán se veía obligado a: a) ceder una serie de estratégicos distritos; b) aceptar la presencia de un representante británico; c) admitir seguir el consejo del virrey de la India en materias de política exterior (y quedar a discreción del Gobierno británico el apoyo a los afganos en caso de agresión exterior). 3) Significado del Tratado. Tras esta fecha—1879—, Gran Bretaña con- seguía el aislamiento diplomático del Afganistán.Incluso, el sultán otomano —el califa de los mulsulmanes sunnitas—tenía que obtener el «permiso» M Vid. R. KOEBNER y H. D. SCHMIDT: Imperialism. A Political World, 1840-1960, Cambridge University Press, 1964, p. 157. LEANDRO RUBIO GARCÍA británico para enviar un emisario al Afganistán. Y los afganos adoptaban el «aislamiento como política nacional» 2i. 4) Más panorama de violencia. Cotas a contabilizar: a) La misión británica se establecía en Cabul el 24 de julio, con el comandante Cavagnari como residente general. Y lo interesante es que el residente telegrafiaba el 2 de septiembre al virrey de la India—Lytton— esto: atodo va bien». Pues bien; al día siguiente era massacrée toda la misión británica25. b) La realidad de la carencia del nuevo emir de poder sobre su pue- blo: no podía impedir el estallido del levantamiento general contra los británicos. c) l_d reacción inglesa: inmediata. Los ingleses se apoderaban de Cabul —en octubre— y deponían a Yakub Khan, internándolo en la India con su familia. d) Pero los jefes afganos, refugiados en las montañas, se lanzaban a la «guerrilla», e incluso Ayub Khan —hermano de Yakub Khan— derrotaba completamente a los británicos, el 27 de julio de 1880, cerca de Maiwand. Sin embargo, el mismo Ayub Khan era derrotado ante la ciudad de Kan- dahar, al pretender liberarla. 5) Reapreciación inglesa de la política afgana. Los nuevos aconteci- mientos forzaban a la Gran Bretaña a un cambio en la manera de ver las cosas del Afganistán. a) Por supuesto, se llegaba hasta pensar en un plan de partición del país, etc. b) Pero la vuelta de los liberales al poder en el Reino Unido y una nueva Administración británica en la India —bajo lord Ripon— sirvieron para un arreglo político de la cuestión. Los ingleses terminaban por enten- derse con un primo de Ayub Khan, Abdur Rahman Khan (o Abd-ur- Rahman Khan), como emir de Cabul26. H) El reinado de Abdur Rahman Khan (1880-1901). Facetas más signi- ficativas : 2* Tratado que hacía del Afganistán un «protectorado británico»: Le Monde- 25 Cons. GREGORIAN, cit. ant,, p. 115. 26 No se olvide que Abdur Kahman había estado unos once años exiliado en Rusia y que, presumiblemente, regresó al Afganistán con la aprobación del Gobierno zarista y con su apoyo financiero. 122 LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO 1) Por lo pronto, emir—el «emir de hierro»)—con una curiosa persona- lidad: bravura, firmeza de carácter, sencillez, afabilidad, dureza, etc. Pero perfil humano estudiado de modos diversos. 2) La dinámica interna. a) Herencia recibida: un país debilitado por guerras y ocupación extran- jera; un país en que los señores feudales y jefes de tribu habían usurpado los ya limitados poderes del Gobierno central afgano, y en que el esta- mento religioso había aumentado su papel en la sociedad afgana; un país donde las rutas comerciales y la economía rural estaban amenazadas con- tinuamente por los enfrentamientos y los raids de las tribus y donde la economía urbana se había debilitado. b) Formulación de una justificación religiosa de la monarquía: el pri- mer gobernante afgano en invocar el concepto del derecho divino de los reyes: la fuerza, la autoridad y la legitimidad del monarca emanaban de Dios, etc. c) La preocupación cumbre del nuevo emir: la unidad del país. Rasgos clave de esta temática: i) Lo primero: su vigorosa acción en el quebrantamiento del sistema feudal y de la resistencia tribal. Medios de esta actuación: la fuerza (sangrientas represalias contra las revueltas), las alianzas matrimoniales (los matrimonios suyos y los de sus hijos), intrigas (aplicación del principio divide et impera), subsidios, transferencias de poblaciones, etc. En un punto concreto de este actuar de Abdur Rahman, vemos la uti- lización de su nuevo ejército—que describimos más adelante—para com- batir —una por una— a las numerosas tribus independientes y semi-inde- pendientes. Con victorias no siempre fáciles. Aparte, destrucción de plazas fuertes y fortificaciones de los elementos contrarios al orden monárquico. ti) Pero no sólo eso: desbaratamiento—otro matiz de la fuerte perso- nalidad del emir—de las tentativas de usurpación llevadas a cabo por algunos de sus parientes. d) Fomento del patriotismo, echando mano del peligro exterior y de la necesidad de la unidad nacional bajo un plano religioso. Ejemplos de esto: i) En una proclama real emitida en 1887, el emir apelaba al sentido del honor de los afganos, a la dignidad nacional, al sentimiento religioso, al patriotismo... y a la xenofobia. «El país del Afganistán—decía—es una simple manchan en el círculo de «dos Infieles» (Gran Bretaña y Rusia). 133 LEANDRO RUBIO GARCÍA ti) El mapa—conocido mapa—publicado por el Gobierno27, y en el que se mostraba la situación del Afganistán en comparación con las de los países circundantes: en el centro, el Afganistán; a cada lado, Persia, Rusia, China y la India. Mapa publicado como estímulo del patriotismo afgano y legi- timación del absolutismo del emir, y colocado en todos los pueblos del país y llevando una proclama real a leerse en los bazaars y mezquitas de todas las principales ciudades. e) Tras la indicación de los aspectos generales de la concepción de la cosa pública, pongamos atención en algunas concreciones más singulares de la escena interior afgana: i) El ejército. Aspecto primordial del tema: el interés del emir en la forja de un ejército moderno. Vertientes del asunto: a) A pesar de los esfuerzos de Dost Mohamed y de Sher Ali, Abdur Rahman heredaba un ejército de carácter feudal-tribal. Pues bien; su gran realización es la creación de un ejército afgano centralizado, a base del envío por cada clan o tribu de uno de cada ocho hombres al ejército del emir—en sustitución (1896) del sistema de levas tribales—, pagado—regu- larmente— y controlado por el monarca, uniformado a estilo europeo y dividido—según el modelo anglo-indio—en tres armas: infantería, caba- llería y artillería, con divisiones territoriales, regimientos, brigadas y co- lumnas. /3) El resultado fue que, a mediados de los ochenta, el emir contaba con un ejército de 50.000 a 60.000 hombres. En 1882, el ejército afgano consistía en unos 50.000 soldados de infantería, unos 5.000 de caballería y unos 1.000 de artillería. En 1890, el ejército del emir tenía alrededor de aoo cañones. 7) Ahora bien: distingos sobre este ejército: aa) un ejército suficiente para mantener la paz del Reino; bbj un ejército incapaz para enfrentarse a una agresión exterior: carencia de recursos y de oficiales entrenados, y alergia a la asistencia técnica extranjera (temor de que, acudiendo a con- sejeros extranjeros, esto llevara a un ejército consciente políticamente y apto para servir intereses foráneos), ü) Cambios político-administrativos. a) En la alta estructura político-constitucional: aa) Establecimiento de una Asamblea General—sin poder legislativo o ejecutivo: de simple ca- 27 Vid. la reproducción del mapa en GKEGORIAN, cít. ant., en las ilustraciones insertas entre pp. 106 y 197 del texto. Y sobre el texto de la proclama, pp. 131-132. 124 LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO rácter consultivo—formada por tres clases de representantes: aristócratas (principalmente, miembros de la familia o del clan real; religiosos y ple- beyos), bb) Establecimiento de un Consejo supremo, como órgano ejecutivo de la voluntad del emir. j8) En el entramado administrativo: aa) División del país en cuatro grandes provincias y en siete distritos administrativos, bb) Creación de una Administración civil: inadecuada desde la perspectiva del mundo occiden- tal, pero representando un gran avance en el país. y) En el plano legislativo: división de las leyes en tres categorías: leyes islámicas propiamente dichas, leyes administrativas o civiles, y leyes tri- bales, y para las que se establecían tres tipos de tribunales28. 8) En el sistema de mantenimiento del orden: aa) Gran poder de la po- licía, bbj Dureza en los castigos, etc. til Logros en la esfera económica: a)La industria: establecimiento de instalaciones industriales de peque- ña envergadura para atender necesidades militares y, después, para fabri- car alfombras, papel, cristal, utensilios agrícolas, etc. /3) El comercio: aa) Medidas para mejorar el comercio como: estable- cimiento de una sola unidad monetaria: la rupia cabulí (en sustitución de una serie de monedas regionales), con la importación de maquinaria para la fabricación de moneda; abolición del complicado sistema de impuestos (peaje) de provincia a provincia (incremento del comercio interregional). bb) Una elocuente, e insoslayable, realidad del comercio exterior del Afga- nistán: la mayor parte de los artículos importados eran artículos básicos de consumo. Así, las tres cuartas partes de las importaciones de la India eran géneros de algodón. Con una particularidad: el comercio de tránsito India-Rusia por Afganistán dependía de los altibajos en la rivalidad anglo- rusa. Por ejemplo, en 1895, la corriente de géneros anglo-indios al Asia central a través del Afganistán había declinado en un 80 por 100. ce) Pare- jamente, en este apartado puede incluirse el intento de mejoramiento del servicio postal (pobre y considerablemente deteriorado después de la segun- da guerra anglo-afgana), con un intento de introducción de técnicas sacadas del sistema postal de la India (como las cartas certificadas y el servicio de paquetes internacionales). 28 Con todo, el sistema legal del Afganistán era muy complicado y anacrónico. Vid. GREGORIAN, CÍÍ. ant., p. 137. 125 LEANDRO RUBIO GARCÍA y) Medidas de orden fiscal: aa) Creación de un Departamento oficia] de rentas (para llevar registro de los propietarios que debían tributar al trono anualmente), bb) Fijación del impuesto territorial en un tercio de la cosecha, etc. iv) El amplio campo de la educación. Escasas realizaciones. A citar, empero: a) Apertura de unas pocas escuelas básicas para soldados (pero carentes de personal entrenado y de programa definido). /?) Adquisición de una prensa persa de imprimir, en Cabul, para la impresión de estam- pillas, formularios y una limitadísima cantidad de textos de enseñanza primaria. (Tal vez, la contribución más importante en este capítulo). v) La escena social: a) La condición sanitaria. Modestos avances en este campo: apertura del primer dispensario público en Afganistán—en Cabul, en 1895—; inauguración de la consulta del primer dentista afgano formado a la europea, en Cabul; apertura de unos pocos rudimentarios hospitales militares para soldados; llegada de unos pocos profesionales in- gleses y asistentes indios de hospital, etc. Todo con limitados resultados: las necesidades sanitarias del país eran enormes26. /?) Humanización de la condición humana. Pasos legales como suavización de las leyes sobre la dura existencia de la mujer, y abolición de la esclavitud (en 1895). 3) Los rumbos exteriores. a) Primeramente, anotemos la desconfianza del emir hacia sus grandes vecinos, y su gran astucia (hábil maniobrador80). bj En segundo lugar, la presencia de Gran Bretaña. i) Preocupación de la diplomacia británica por el Afganistán. Esencial- mente, forja de una nueva política «afgana» del gobierno liberal inglés: a) A base de los siguientes elementos: abandono de la idea de la partición del Afganistán (lo que hubiera dado por resultado una permanente opo- sición de los afganos y, por consiguiente, peligro de la seguridad en la frontera con la India); ninguna disposición favorable de la nueva Admi- nistración británica en la India a abandonar la idea de la «frontera cien- tífica» con el Afganistán, o a abandonar el derecho de la Gran Bretaña a conducir las relaciones exteriores del Afganistán; parejamente, oposición 29 Por ejemplo, la población de Cabul resultaba devastada de tiempo en tiempo por epidemias de cólera (causadas, en parte, por las grandes impurezas del agua para beber). 30 «El perro blanco [los rusos]—afirmaba—no vale más que el perro rojo [los ingle- ses], y nuestra política debe consistir en apoyarse sobre el Estado menos agresivo y en oponerse a aquel que trate de atravesar el Afganistán o de someterlo a su control». 126 LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO a un control riguroso de los asuntos interiores del Afganistán o a mezclarse en los asuntos internos del país. /3) Con los siguientes objetivos: una bien defendida frontera de la India con el Afganistán; un Afganistán «indepen- diente» bajo control británico. Y, como escribe el citado Gregorian, de este modo, Afganistán se conver- tiría en un unique client State. ii) El complejo de relaciones Afganistán-Gran Bretaña. Aspectos más llamativos: «) Firma, en 1880, en Rawalpindi, de un nuevo Tratado anglo- afgano, por el que las tropas británicas debían evacuar el Afganistán, pero que imponía al emir la obligación de llevar sus relaciones con las Potencias extranjeras a través de Delhi, y manteniéndose—y aun aumentándose—la subvención estipulada por el Tratado de Gandomak31. /3) El hecho de que la invocación, en el interior del país, del sentimiento antiextranjero no impe- día a Abdur Rahman negociar una asistencia con el Gobierno británico en la India, en la forma de armas, municiones y dinero. Así, sólo en 1880-1881 recibió más de 3.600.000 rupias indias. Con la particularidad de que los bri- tánicos se comprometían a dar al monarca afgano un subsidio anual de 1.200.000 rupias para el pago de sus tropas y el fortalecimiento de las defen- sas de la frontera Noroeste del Afganistán, y) Visita oficial del emir a la India en 1885. Precisamente durante esta visita el monarca afgano declinaba «cortésmente, pero firmemente», el ofrecimiento del virrey de enviar tropas británicas e ingenieros británicos para defender las fronteras del Norte y del Noroeste del Afganistán. El emir deseaba un compromiso de los britá- nicos—«en sencillas y claras palabras»—para «defender y proteger la inte- gridad del Afganistán» y proporcionar al Afganistán los fondos necesarios y las armas necesarias para repeler una invasión rusa sin intervención bri- tánica. Y, en vísperas del llamado incidente de Panjdeh32, el emir hacía públicas las seguridades «privadas» dadas por el virrey sobre estos puntos, con lo que comprometía al Gobierno británico a tal posición. c) El factor ruso. La diplomacia británica ante Rusia. Perfiles de la cuestión: íj Uno de los objetivos de la política de la Gran Bretaña en la India era impedir que el Gobierno zarista intentase la manipulación de los gru- pos étnicos no-afganos del Norte del Afganistán para procurarse un punto de apoyo en el país. 31 Así se comprenderá el precedente aserto de un «unique client State». H2 Vid. su contexto real en uno de los párrafos siguientes. 127 LEANDRO RUBIO GARCÍA ti) Las relaciones anglo-rusas en la fase 1880-1893. Relaciones marcadas por: a) continuas incursiones rusas en Asia central; ft) conflictos de inte- reses en Persia; y conflictos ruso-afganos; precisamente uno de éstos —la llamada Panjdeh Crisis (1885)33— amenazó con convertirse en una confron- tación militar anglo-rusa en el Asia central. d) Otros aspectos de la política exterior de Abdur Rahman: 1) Conciencia del emir del potencial político del Panislamismo. En tal sentido, planteaba una triple alianza musulmana entre el Imperio Otomano, Persia y el Afganistán, que serviría como una barrera contra la marcha rusa en el Oriente Medio. n) Parejamente, debe mencionarse la concepción del emir de extender su autoridad espiritual y moral —aun cuando no su soberanía— sobre los pathanes de la zona fronteriza indo-afgana, a través de exhortaciones, sub- sidios financieros y alianzas matrimoniales. Concepción que encontraba la oposición del Gobierno de la India y la resistencia—con frecuencia viru- lenta— de las tribus. De haber triunfado tal idea, Afganistán se hubiera encontrado con un pie en el Oeste de la India, ganando el Afganistán en posición estratégica y económica. Ahí estaba—en tal concepción—la opor- tunidad del Afganistán para llegar a una independencia permanente (conel acceso al mar, Afganistán podría controlar su comercio de exportación y de importación, mantener extensos contactos con otros países, etc.). iii) Explotación de la rivalidad anglo-rusa para fortalecer la posición diplomática y política del Afganistán como Estado independiente (así ocu- rría durante la mentada crisis de Panjdeh: asunto del compromiso de Gran Bretaña para proteger la integridad territorial y la independencia del Afga- nistán, y punto al que ya hemos aludido). 4) La gran realidad de que la enorme astucia del emir no podía evitar el aislamiento a que le sometían sus potentes vecinos: Rusia y la India bri- tánica. En esta ruta, tenemos: 33 Fundamentalmente, esto: 1) Se trata de un oasis «vecino» al paso de Sulfikar—o Zulficar— (de acceso al platean afgano), n) El oasis era ocupado por las tropas rusas el 30 de marzo de 1885. m ) Después de un período de tensión anglo-rusa, se llegaba a un compromiso: el Protocolo de 10 de diciembre de 1885, por el que se dejaba Pandjeh a Rusia y el paso de Sulfikar al Afganistán. (Vid. P. RENOUVIN: Histoire des relarions internationales. Le XIXe siécle. De i8yj a 1914, París, Hachette, 1955, pp. 93-94.) Res- pecto a esta border dispute, digamos que, para los historiadores soviéticos, la Gran Bretaña, a fin de desviar la atención afgana de la frontera del Noroeste de la India, animaba, armaba y financiaba a los afganos para cometer un acto de agresión desde el norte del país. Cons. GREGORIAN, cit. ant., p. 447. 128 LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO a) Por un lado, vemos que, en este reinado, Afganistán se configura como Estado con los límites actuales. Límites que eran establecidos en detri- mento del Afganistán. La evidencia de esto lo constituye la línea Durand, trazada por Mortimer Durand—en nombre del gobierno de la India— en 1893, Po r medio del Acuerdo Durand-Abdur Rahman, y por el cual Afganistán renunciaba a intervenir en la zona fronteriza entre el Afganis- tán y la India, y por el que se incrementaba su subsidio inglés de 80.000 a iao.000 libras. Facetas a tener en cuenta en esta cuestión: i) Postura sobre la adopción de la línea Durand: a) Para los historia- dores afganos, esta línea fue impuesta al Afganistán bajo la amenaza de guerra y bloqueo británico. /3) Para los historiadores británicos, la línea Durand fue un arreglo negociado. ii) Línea denunciada siempre por el Gobierno afgano como unilateral y arbitraria (al cortar en dos el territorio habitado por los pathanes). .. iii) Consecuencias del Acuerdo Durand-Abdur Rahman: serias. Por lo siguiente: a) Al dar al Gobierno inglés el control de los pasos de la llamada zona fronteriza y el de impedir a los nómadas afganos entrar en la India o regre- sar al Afganistán. Con esta arma diplomática y política, las autoridades británicas de la India creían que podrían ((inducir a los afganos a resolver todas las diferencias que pudieran tener con el Gobierno británico.» Explica- ción de esta suposición: los gobernantes afganos podrían temer las deriva- ciones políticas del cierre de los pasos: una detención de las migraciones de temporada de los nómadas y de las caravanas comerciales podría produ- cir indudables perjuicios a la economía del país. /?) Al hacer que, tras el Acuerdo Durand, empeoraban las relaciones entre Afganistán y Gran Bretaña. Singularmente, señalemos que el Gobierno de la India continuaba oponiéndose al establecimiento de contactos diplo- máticos directos entre Londres y Cabul. Con todo, el virrey de la India invitaba al emir a visitar la India e Inglaterra. Pues bien; aceptando la invitación, Abdur Rahman enviaba la respuesta directamente a la reina Victoria, pasando deliberadamente por encima del virrey. Al fin, fue «el hijo» del emir, Nasrullah Khan, quien visitó Inglaterra (1895). Sin embargo, el fracaso en conseguir representación diplomática afgana en Londres condujo a un deterioro mayor en las relaciones entre el Gobierno de la India y el emir. Hubo constantes disputas entre el Afganistán y el 129 REVISTA DE POLÍTICA INTERNACIONAL 9 LEANDRO RUBIO GARCÍA Gobierno de Delhi, que culminaron en la negativa del virrey a permitir el paso de material de guerra e importaciones de petróleo, hierro, acero y cobre para el Afganistán y, en represalia, en el repudio por el emir del sub- sidio del gobierno indio. b) Por otro lado, han de recogerse las consecuencias del enfrentamiento ruso-británico. De la siguiente manera: i) La política del Imperio británico y del Imperio ruso de evitar el esta- blecimiento de una frontera común—a fin de evitar, así, un choque directo entre los dos grandes imperios—se concretaba en el Tratado anglo-ruso de 1895 (11 de marzo). En ese contexto, el Afganistán debía desempeñar el papel de Estado-tapón entre los dos imperios (Lux Wurm). Lo cual, por una parte, salvaba la independencia del Afganistán. Pero, por otra, lo ais- laba completamente el mundo. (Aunque el «emir de hierro» trataba de remediar esta situación introduciendo instituciones o establecimientos cul- turales, sanitarios e industriales de carácter europeo o de dirección europea.) n) Ahora bien; el «conflicto pacífico» anglo-ruso constituyó una activa realidad en todo este período. Incluso con hitos tan notables como la crisis de 1900. En tal año, el Gobierno ruso reabrió diplomáticamente la «cuestión afgana», al tratar de establecer relaciones diplomáticas y estrechos vínculos económicos con el Afganistán. Con la advertencia de que la acción diplo- mática iba acompañada de medidas militares: concentraciones y maniobras de tropas rusas a lo largo de la frontera afgana. Pues bien; en respuesta a esto, la Gran Bretaña expresó su determina- ción de mantener al Afganistán libre de la influencia o la interferencia de toda Potencia extranjera, y su derecho a controlar las relaciones exte- riores del Afganistán. 5) Inventario del remado de Abdur Rahman. a) Factores positivos: 1) A su muerte—acaecida el 1 de octubre de 1901—, había conseguido el establecimiento del primer régimen centralizado del Afganistán y la con- comitante unificación política del país. Parejamente, desde su reinado, el Afganistán cuenta con un Gobierno central, estable, apoyado sobre una buro- cracia—sólida burocracia, dirá algún escritor. ti) Por primera vez en la historia del Afganistán, a la muerte del jefe del país no se discutirá su sucesión. El hijo mayor del gran y terrible emir era reconocido emir inmediatamente, sin ningún género de oposición. 130 LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO b) Factores negativos: i) Incapacidad del emir para superar los obstáculos socioeconómicos y políticos que constantemente amenazaban la estabilidad interna del país y la evolución de una Monarquía absolutista: el poder feudal y el poder económico de las empecinadas y rebeldes tribus, y para impedir la conti- nuación del Afganistán como un país «interior»—landlocked—sin salida al mar y, por ende, dependiente de las comunicaciones y del comercio con la India, Asia central y Persia. ti) Resistencia gubernamental a la introducción en el país de determi- nados avances técnicos o a determinados contactos con el mundo exterior. Por ejemplo, resulta sintomática la firme resistencia a todos los esfuerzos para la introducción del ferrocarril en el país (por razones de seguridad). Igualmente es de mencionar la oposición—pero aquí por razones políticas y religiosas—a la presencia de misiones cristianas en el país. Etc. ni) Limitación geográpca de las reformas realizadas: esencialmente, en Cabul. iv) Montaje de las reformas sobre —detalle de enorme significado— una parte de la población. Explicación al respecto. Por un lado, tenemos que la mayoría del impuesto territorial era pagado en especie. Ahora bien; mu- chas tribus—particularmente, las nómadas—gozaban de exención parcial o total de impuestos. Con ello, la mayoría de la renta gubernamental dependía de la clase mercantil, del comercio exterior y de los subsidios británicos. Es decir, las reformas introducidas se montaban sobre una pesada
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