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LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO
(I)
UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA *
«Una de las verdades más evidentes, aunque con
frecuencia menos reconocidas en el mundo, es la de
que la política extranjera es gobernada por la geografía
en mayor medida que por cualquier otro factor.»
N. HENDERSON
¡(Durante la mayor parte del siglo XIX, Afganistán
permaneció culturalmente como una de las regiones
más aisladas y parroquiales del mundo moderno.»
V. GREGORIAN
I. INTRODUCCIÓN
I) Una indicación previa1: a pesar de la variada y brillante herencia
cultural pre-islámica, el hoy Afganistán carecía de «homogeneidad étnica,
* Advertencia: En el presente estudio no hemos tratado de hacer labor de explo-
ración—meticulosamente, punto por punto—de archivos documentales sobre la asende-
reada historia afgana. (No es nuestro el oficio de historiador.) Tampoco una gacetilla
—de simple orden cronológico—periodística. Únicamente hemos tratado de espigar—con
ánimo ponderado: universitario— en el ritmo histórico para —desde una óptica de visión
de conjunto—entender el sentido del Afganistán contemporáneo. Lógicamente. Como ha
consignado Ajrnold J. Toynbee, «si no se tiene en cuenta el trasfondo histórico, resulta
imposible encontrar sentido a los sucesos posteriores». Por tanto, a los proclives a cazar
en cotos mentales cuadriculados, confesamos—con la «humildad mumilde» de que habla
Camilo José Cela— que en esta labor de introducción histórica a un tema contempo-
ráneo de Relaciones internacionales, puede haber desenfoque en la perspectiva o, incluso,
apreciaciones necesitadas de retoques (principalmente de transcripción «fonética»). Es
más: por necesidades de espacio, algunos esquemas casi tienen el carácter de superaco-
taciones. Y si el lector puede qué no encuentre sobra de lucidez, sí que encontrará, desde
luego, ánimo de no simplificar las cosas —simplificación que constituye uno de los
peores males de la estimativa de nuestro tiempo. Y, sobre todo eso, éntrese en una ironía:
la realidad-—que salta a la vista—de la escasa atención al Afganistán, del desconoci-
miento de su problemática. Un especialista de los asuntos de este país ha descrito la
situación clarísimamente: «Ningún país comparable al Afganistán en extensión y ningún
pueblo parecido al afgano en interés histórico e importancia histórica ha recibido tan
poca atención por parte de los escritores modernos como Afganistán y los afganos.» En
todo caso, resumiendo, en este discurrir lo que importa es comprender que el tema del
Afganistán entre de lleno en lo que un Colliard ha llamado relaciones de dominación.
Por lo demás, no es la primera vez que nos hemos ocupado de la dinámica afgana. En
esta misma REVISTA hay pruebas de ello. (Ahora bien: sin haber abordado con una
cierta extensión la introducción histórica de la apasionante existencia nacional afgana.)
1 Fundamentalmente, para la temática del presente trabajo, vid.: Donald N. WILBER :
Áfghanistan, New Haven, 1962, 320 pp. (historia, geografía, economía, etnología, sociolo-
gía); AFGHAN INFORMATION BUREAU: Áfghanistan Today, Washington, s. f. (¿1963?), 52 pp.
(historia, cultura, etc.); Leandro RUBIO GARCÍA: Afganistán: ¿de Estado-tapón a Estado-
cliente?, "Zaragoza, 1963, 48 pp. (singularmente, buena parte de la bibliografía registrada);
99
LEANDRO RUBIO GARCÍA
de un sistema económico y administrativo unificado, de una unidad reli-
giosa y de estabilidad política»2.
II) El Islam. Hecho de indiscutible relieve en la historia del Afganistán:
Ja llegada de la marea árabe por el año 652, aportando el Islam que moldea
definitivamente la cultura y las artes, las costumbres y el Derecho del país,
y constituyendo un significativo factor unitivo.
Ahora bien, existencia de posiciones sobre el significado del Islam en
la dinámica del Afganistán. Veamos:
A) Una postura: aunque los árabes destruían diligentemente la heren-
cia pre-islámica del Afganistán, su llegada al país no fue una catástrofe,
sino una gran revolución. Concretamente, para los afganos, el Islam fue
una «religión nacionah que sirvió como vehículo para liberarse de chinos,
turcos y persas: Es la posición de los historiadores afganos, apologistas del
Islam. Así, la de un Ghubar.
B) Otra postura: la invasión árabe y el Islam fueron factores retro-
gradantes que contribuyeron grandemente al atraso cultural y socioeconó-
mico de la región. Siendo considerado el Islam como algo primitivo, faná-
tico, conservador y regresivo, y como servidor, desde su introducción en
el país, de instrumento —primero— de la explotación y expansión de la
aristocracia árabe y de la clase mercantil feudal y —después— de los invasores
extranjeros. Es la tesis de historiadores soviéticos. Así, la de un Tolstov, la
de un Gafurov.
C) El nacimiento del Estado afgano. Con toda una salvedad: la realidad
de una nación-Estado en el Afganistán no es perceptible hasta el siglo xvui
(aunque las presentes fronteras del país no se establecieran hasta finales del xix
y principios del xx 3.
Pierre Lux WURM: L'évolution politique de l'Afghanistan et la reforme constitution-
nelle (1964.), París, LDF, 1965, 51 pp. (historia, etc.); Vartan GREGOMAN: The Emergence
of Modern Afghanistan. Polines of Reform and Modernization, i88o-ig46, Stanford Univer-
sity Press, 1969, 586 pp. (con gran documentación, que nos ha sido de enorme valor en
la redacción de este estudio), etc. En fin, sobre el significado del Afganistán en el cuadro
de la llamada «Cuestión de Oriente», vid. monografías como la de Raymond LACOSTE: La
Russie soviétique et la Question d Orient, París, Editions Internationales, 1946, 238 pp.
2 Vid. GREGORIAN, cit. ant., p. 13.
3 La frontera con el subcontinente indio fue determinada en 1893 Por ^a ^nea
Durand (según consignamos más adelante). La frontera con Rusia fue establecida en 1896
(con ajustes en los años veinte, en los treinta, en 1948). La frontera irano-afgana, origi-
nalmente definida en 1903-1905, experimentó correcciones en 1935. Y la frontera con
China fue demarcada en 1964. Vid. GREGORIAN, cit. ant., p. 10.
IOO
LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO
Efectivamente, en octubre de 1747 se reunía en Kandahar una asamblea
de las tribus afganas para decidir el futuro del país. De ella salía como rey de
los afganos Ahmed Abdali (Ahmed Shah Durrani), coronado con espigas
de trigo (que figuran desde entonces en el escudo nacional). Pues bien, Ahmed
Shah es considerado como padre del Estado afgano.
Facetas de su reinado:
1) Por un lado, la relatividad de la unificación del Estado. En este punto
tenemos:
a) El hecho de que este reino afgano se parecía mucho más a una con-
federación de tribus y khanatos que a una monarquía centralizada. En rea-
lidad, la monarquía ejercía solamente una vaga suzerainty sobre los jefes
de tribus.
b) Un concomitante factor: la precaria coexistencia entre, de una parte,
una economía nómada—pastoral—tribal y, de otra parte, una declinante
economía urbana.
2) Por otro lado, la realidad de una acción unificadora. Én este sentido
tenemos :
a) De una parte, con Ahmed Shah, estamos ante un monarca que reinó
durante un largo período de tiempo—hasta 1773—y ante un monarca
«potente». Esto le permitirá consolidar la situación normalmente precaria
de todo monarca elegido. Pasos1 en la consolidación del Estado tanto política
como económicamente:
i) Para ampliar las bases del apoyo del país: apelación a los vehículos
religiosos, al patriotismo y al honor nacional.
ti) Para fortalecer su posición entre las tribus: tomando esposas entre
las distintas tribus del país (para sí y para sus hijos).
iii) Acuñación de moneda propia, en un esfuerzo para obtener una mayor
unidad económica, etc.
iv) El principal factor: creación de un ejército que a la vez hiciera a la
monarquía independiente del apoyo tribal, estableciera una lealtad a la
persona del monarca entre los soldados y diera a las tribus una válvula de
escape más adecuada para sus energías que las simples pendencias inter-
tribales.
b) De otra parte, política—no contento conla política unificadora del
país—de expansión exterior—ocho expediciones a la India, etc.—, exten-
101
LEANDRO RUBIO GARCÍA
diendo su dominación hasta una parte de Persia, Beluchistán, Cachemira y
una porción de la India. Con lo que conseguía no sólo aumentar el prestigio
de la monarquía entre las tribus, sino fortalecer el concepto de «nacionalidad»
afgana, etc.
3) Mas situados en otra perspectiva, resulta que, a pesar de sus éxitos,
el nuevo rey fue incapaz de forjar una amplia y sistemática estructura feudal
alrededor de la monarquía, de establecer una duradera urdimbre de lealtades
y obligaciones más o menos «nacionales». Causa principal de esto: la impo-
tencia de Ahmed Shah para crear una fuerte economía urbana independiente
de las tribus.
D) El afianzamiento de la nueva dinastía corría a cargo del hijo de
Ahmed Shah, Timur Shah, que reinaba durante una veintena de años (1773-
1793), administrando prudentemente la herencia política de su padre a base
de alianzas matrimoniales con influyentes tribus afganas y no afganas; man-
tenimiento del sistema de su padre de cargos hereditarios, pero creando otros
nuevos para hombres que le fueran leales directamente; continuación de los
esfuerzos de su padre para montar un fuerte ejército; transferencia de la
capital del Estado de Kandahar a Cabul, etc.
Ahora bien, este monarca no conseguía incrementar los impuestos sobre
la tierra y era incapaz de revocar los muchos privilegios económicos disfru-
tados por Jas1 tribus poderosas, etc.
E) Irónicamente, fallaba la política de alianzas matrimoniales—numero-
sas— de Timur Shah: en lugar de fortalecer la posición de la monarquía
entre las tribus, la debilitaba después de su muerte. Timur dejaba un gran
número de hijos—-unos hablan de veinticuatro; otros, de cincuenta o se-
senta—. Pues bien, la falta de una ley de sucesión y el deseo de varias
tribus de preservar sus privilegios tradicionales o de recuperarlos llevaban al
montaje de alianzas entre los jefes tribales y los varios pretendientes al
trono, inaugurando una era de revoluciones de palacio, prolongada guerra
civil y anarquía.
Resumiendo: con el apoyo de dos poderosos clanes, ascendía al trono el
quinto hijo de Timur, Zaman Shah. Su tiempo se caracterizó por una lucha
política entre clanes, transformada en una sangrienta guerra civil, agravada
por las rivalidades y las ambiciones de los hermanos del rey (y sus aliados
tribales).
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LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO
En suma, Zaman Shah fracasó—como su padre y su abuelo—en alcanzar
los objetivos de la monarquía de centralización y consolidación del poder
—a lo que se oponían las tribus—y fracasó en sus aventuras exteriores (de-
sastrosas campañas en la India de 1797-1799).
Por lo demás, las amenazas exteriores a la monarquía nunca habían sido
tan grandes: de Persia—en pos del restablecimiento de su soberanía sobre
la provincia de Herat, en el Afganistán occidental—, de los sikhs —extendien-
do su poder en el Punjab—, de Francia, de Gran Bretaña.
II. AFGANISTÁN EN EL SIGLO XIX
A) Una premisa a modo de introducción: la decadencia general del
Afganistán a principios del xix tanto en el terreno político como en el eco-
nómico y cultural4.
Resumiendo: Afganistán entraba en el siglo xix como «-un Estado políti-
camente desunido, heterogéneo étnica y religio¡sámente, feudal-tribal» y sin
que la monarquía hubiera podido conseguir, la integración económica y cul-
tural. Situación que amenazaba no sólo la posición de la monarquía, sino
también la misma existencia del Estado.,
B) La vida política afgana del primer cuarto del siglo xix: dominada
por una feroz lucha entre clanes.
La situación culminaba en el período 1818-1834 con un enfremamiento
intertribal e interfamiliar, que llevaba al debilitamiento del imperio afgano
hasta el punto de perder Cachemira, Peshawar, Beluchistán, etc., y de que los
jefes uzbecos tribales del Afganistán septentrional—tributarios nominales
del emir de Bukhara— dominasen la región.
C) El papel de Dost Mohamed (1826-1838). Pues bien, la difícil empresa
de reunir y levantar lo que quedaba del imperio afgano recayó en 1826 eñ
Dost Mohamed, con lo que se establecía una nueva dinastía y cuyos des-
cendientes han reinado hasta nuestro tiempo.
1) Medidas'para consolidar su autoridad
a) Habilidad política de Dost Mohamed: utilización de la astucia o de
la guerra (no empleando nunca ésta cuando era suficiente aquélla). Por ejem-
* Vid. GREGORIAN, cit. ant., pp. 50-51.
103
LEANDRO RUBIO GARCÍA
p]o, «juicioso empleo del matrimonio» para lograr sus objetivos políticos:
selección de mujeres de entre las familias de jefes tribales 5, dirigentes reli-
giosos importantes, ricos mercaderes y dignatarios de regiones turbulentas.
b) Remodelamiento del ejército: la principal ocupación del emir. As-
pectos :
1) El monarca pensaba que con un ejército modernizado podría consoli-
dar su posición y frenar a sus vecinos «occidentalizados».
ti) En esta ruta, realizaciones como: adopción de uniformes y formación
de un regimiento de infantería a estilo europeo; reorganización de las levas
tribales; utilización del consejo de los occidentales en el dominio de la tecno-
logía militar (el primer gobernante afgano en actuar así), etc.
iii) La realidad del nuevo ejército. Compuesto fundamentalmente así:
a) Una unidad de infantería especialmente entrenada, de unos 2.000 hombres.
ft) Una caballería (12.000 hombres), dividida en dos brigadas: una que em-
pleaba sus propios caballos; otra que utilizaba los caballos del Gobierno.
y) Una artillería, consistente en medio centenar de cañones útiles (50 a 60)
de diferente calibre (40 de ellos, en Cabul).
2) Medidas de modernización del país
a) Empleo de aventureros extranjeros en esta tarea. Con resultados limi-
tados, debido a las barreras cultural y lingüística y a la desconfianza con
que eran vistos por los afganos. Las pocas contribuciones de estos elementos
foráneos fueron en el terreno militar.
b) Algunos logros interesantes: i) Fomento del comercio interregíonal
y exterior, ü) Acuñación de monedas de oro, plata y cobre, con vistas a
promover el predominio de Cabul y de su dinastía en todo el Afganistán
(así, todas las cuentas gubernamentales y mercantiles debían ser presentadas
en rupias de Cabul). Ui) Intento de regulación del caótico sistema de aduanas
del país, tratando de debilitar el poder de varios jefes tribales sobre las
rentas de aduanas del reino, y establecimiento de derechos1 sobre las exporta-
ciones, las importaciones y las mercancías en tránsito por el Afganistán y
quedando su percepción bajo la «supervisión» de los administradores del emir,
etcétera.
5 Una nota de interés: el emir separaba sus muchos hijos en tres categorías, en tres
grandes grupos, según la rama materna tribal. Cons. GREGORIAN, p. 434.
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LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO
3) El panorama extenor
a) Faceta previa: imperialismo europeo y Afganistán.
Esencialmente nos encontramos con que la invasión de Egipto por Napo-
león en 1798 abría un nuevo capítulo en la historia del Afganistán: durante
más de un siglo el Afganistán va a caer en la trama de las rivalidades político-
económicas de las grandes Potencias europeas'. Elementos de ese contexto:
i) Uno de los grandes objetivos de la Expedición napoleónica a Egipto
era reabrir la ruta Mediterráneo-mar Rojo a la India para combatir a los
«satélites del Gobierno inglés» y expulsar a los ingleses de todas sus pose-
siones orientales.
ti) La reacción británica a los planes franceses sobre la India. Dos cami-
nos : a) Uno: detallados estudios de las regiones vecinas a la India —incluidos
Asia Central, Persia y Afganistán—, que habían sido ignoradas hasta entonces.
ft) Otro: formulación de una política de largo alcance encaminada a contener
cualquier clase de amenazas a sus intereses en el área. Y en esta política
entraba el temor de la Gran Bretaña a una invasión de la políticamente
débil India por Zaman Shah, que pudiere llevar a pensar en un renacimiento
del poder mongol,o el temor al restablecimiento del poder afgano en el
estratégico Punjab, que pudiera convertirse entonces en una base para la
actividad francesa en la India, etc. Y los temores británicos—magnificados
por la falta de un verdadero conocimiento de la fuerza del imperio afgano,
etcétera—conducían a una doble política inglesa—la del gobernador general
británico en la India, lord Mornington—para el Afganistán: aa) fomento
de la discordia dentro del Afganistán, y bb) incitación a Persia para que
intentase restablecer su soberanía en la provincia de Khorassan. Política
británica que tuvo éxito: renovación de la guerra civil en el Afganistán y
consolidación de la posición inglesa —antiafgana y antifrancesa— en Persia6.
iii) La aproximación entre Persia y Francia en 1806-1807. Aspectos de
la cuestión: a) Tal aproximación era el resultado de la conjunción de dos
hechos: aa) los temores de Persia a Rusia y al imperio otomano, y bb) los
intereses de Francia en el Oriente Medio. /?) la concreción de esa aproxima-
ción: el Tratado de Finkestein, de 1807. Por él Napoleón garantizaba la
integridad territorial de Persia y reconocía sus derechos en Georgia, y se
comprometía a proporcionar oficiales franceses y armas para el ejército
6 Concretamente, misión del capitán John Malcolm en Persia, en 1800-1801.
105
LEANDRO RUBIO GARCÍA
persa, y el shah de Persia acordaba romper las relaciones diplomáticas con
la Gran Bretaña, expulsar del imperio persa a todos los ingleses, etc.
iv) Fracaso de la política napoleónica en Persia, debido a la mala con-
cepción—desde el principio—de los planes franceses en toda esta región.
Concretamente, el objetivo inicial de Napoleón era una triple alianza entre
Francia, el imperio otomano y Persia, dirigida contra Rusia. Ahora bien,
Napoleón no podía conciliar las diferencias entre el imperio otomano y
Persia, y las diferencias entre Persia y Rusia, con los deseos y los compromisos
de Francia. Singularmente el Tratado—franco-ruso—de Tilsit (1807) can-
celaba el Tratado de Finkenstein, desvaneciendo las esperanzas persas de
una asistencia militar francesa contra Rusia y con ello la esperanza de
Francia de una alianza de Persia hacia la India y asimismo una asistencia
afgana contra el poder británico en la India.
v) El restablecimiento de la influencia de Gran Bretaña en la zona.
Perfiles del asunto: a) Caso del Afganistán. Maniobra diplomática inglesa
sobre el área Afganistán-Sind. La intención de la Gran Bretaña era emplear
el Afganistán y el Sind como zonas-tapón contra la intrusión de Persia, y
la región de los sikhs como zona-tapón contra Afganistán y Sind. A este
efecto, y en el punto que aquí interesa, Gran Bretaña llegaba—en 1809—a
un Acuerdo con el Afganistán7—con Shah Shuja—, en el que ambos Go-
biernos se prometían eterna amistad y a no interferir en los asuntos internos,
y en el que se estipulaba—detalle importante—una acción conjunta en el
caso de agresión persa-francesa contra el Afganistán o contra los dominios
británicos. ,8) Caso de Persia. A tener en cuenta: aa) Tratado preliminar
Persia-Gran Bretaña de 1809, por e] que el monarca persa se comprometía
a «no permitir a fuerza europea alguna el paso a través de Persia, bien hacia
la India o hacia los puertos de este país» y previéndose ayuda del Gobierno
británico a Persia en el caso de que ésta fuera invadida por una Potencia
europea, bb) Tratado de Teherán, concluido en 1814, estableciéndose especí-
ficamente el ataque de Persia al Afganistán en el caso de que éste invadiese
la India, y comprometiéndose Inglaterra a permanecer neutral en el caso
de un conflicto entre Persia y Afganistán. Resumiendo: en 1814, el Gobierno
de Londres había adoptado la política de ver y tratar a Persia como (fia
primara línea de defensa contra una invasión de la India».
Ahora bien, estos1 Acuerdos de 1809 y de 1814 representaban una anula-
ción de facto del Tratado anglo-afgano de 1809. No obstante, hagamos una
7 El primer pacto afgano con una potencia europea.
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LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO
salvedad: esos dos Acuerdos no iban dirigidos sólo contra Francia. De hecho
iban dirigidos también contra Rusia, cuya política expansionista se consi-
deraba como una amenaza a los intereses británicos en Persia y en el
imperio turco.
b) Dost Mohamed y escena exterior. Siguiendo en la línea trazada en
los párrafos precedentes, tenemos:
i) El hecho de que los éxitos militares de Rusia producían sustanciales
beneficios diplomáticos-—políticos y económicos—en el imperio otomano y
en Persia. Dos Tratados legitimaban estas ganancias: el Tratado de Adria-
nópolis con el imperio turco en 1829 y el Tratado de Turkmanchai con
Persia en 1828. Tratados que, a la par, abrían una nueva era de conflicto
en el Oriente Medio. Concretamente, el Tratado de Turkmanchai fue espe-
cialmente importante en sus consecuencias: Persia entregaba todos los1,
territorios al oeste del mar Caspio, acordaba pagar una indemnización de
unos tres millones de libras, rebajaba los derechos de las importaciones rusas
al 5 por 100 y concedía extraterritorialidad a los subditos rusos.
ü) La reacción británica: a) Alteración por Gran Bretaña de la posición
tomada sobre Persia en el Tratado de Teherán y consideración de que toda
ventaja de Persia a expensas del Afganistán constituía una ventaja—política
o económica—contra la India. (3) Adopción por el secretario inglés del
Exterior —Palmerston8— de una política conocida comúnmente como la
«forward linfiy> policy, encaminada a lograr la hegemonía británica en Persia
y en el Afganistán9. De esta forma: aa) Afganistán pasaba a ser estimado
como la «frontera» de la India. En consecuencia, a ninguna potencia europea
le sería permitido llevar a cabo actividades comerciales o políticas en el país
o intervenir—directa o indirectamente—en los asuntos afganos, bb) La
independencia de Persia resultaba tan esencial como la integridad territorial
del Afganistán, ce) Afganistán y Persia eran necesarios para asegurar la paz
en Asia y en Europa (1836) 10.
Ahora bien, esto no impedía que muchos políticos y expertos militares
ingleses mostrasen su desacuerdo con la idea de que Rusia pudiera amenazar
a la India a través de Persia y del Afganistán. Estos hombres abogaban por
8 En la línea de J. MCNEILL: Progress and Present Position of Russia in the East,
Londres, 1836.
9 En pocas palabras, Palmerston —consciente de la posibilidad de Rusia de presionar
sobre Gran Bretaña a través de Persia y del Afganistán—pensaba en una contrapolítica
de presión sobre Rusia a través de la misma región.
10 Cons. GREGORIAN, cit. ant., pp. 439-440.
107
LEANDRO RUBIO GARCÍA
una política más «discreta» —la llamada stationary policy—, consistente en
consolidar la frontera de la India a lo largo del río Sutlej (arguyendo que
era necio ignorar las barreras naturales con que habría de enfrentarse un
ejército ruso marchando a través de las estepas del Asia central o a través
del abrupto Afganistán).
Con todo, puesto que el destino de Persia y del Afganistán resultaba esen-
cial para los intereses de Gran Bretaña, se imponía la necesidad de la forja
de una política en la que se normalizaren las relaciones entre Persia y el
Afganistán: se trataba de cortejar a los dos Estados musulmanes sin ena-
jenarse la voluntad de ninguno y de perfilar la fortaleza deseable para el
Afganistán en el nuevo contexto de fuerzas. Y para responder a esto último,
Gran Bretaña trataba de montar una política de equilibrio de poder en el
área del siguiente modo: un Afganistán lo bastante fuerte para resistir los
intentos de Persia para apoderarse de Herat, pero no lo bastante fuerte para
reducir el poder sikh.
En resumen, esa política de normalización-equilibrio se movía según los
siguientes módulos: a) Ofensiva diplomática inglesa-—de Palmerston—sobre
Persia para contraequilibrar las ventajas obtenidas por Rusia en este país
(en 1828) (al mismo tiempo que para anular el Tratado de Unkiar Eskelessi",
de 1833, que había dado a Rusia una firme posición—un pie—en el imperiootomanols). Y en esta marcha, Gran Bretaña presionaba diplomáticamente
sobre Persia a fin de lograr un Tratado comercial similar a lo conseguido
por Rusia desde 1828. Palmerston deseaba un Tratado que no sólo permitiese
el establecimiento de consulados británicos en Persia, sino que ésta le
concediese el trato de la nación más favorecida (suprimiéndose el derecho
de Persia a prohibir las exportaciones y las importaciones británicas). /3) Adop-
ción por el Gobierno británico en la India de una clara política para el Afga-
nistán: mantenimiento de un Afganistán débil y dividido.
iii) La primera guerra anglo-afgana
En este cuadro llegaba el momento para Gran Bretaña de actuar decisi-
vamente en el Afganistán.
tí) Como primera medida, era enviada una misión británica a Cabul
en noviembre de 1836—la misión Burnes—, con el cometido de conseguir
11 O Tratado de Hünkár Iskelesi, de 8 de julio de 1833. Sobre el texto de este
Acuerdo, vid. Harry N. HOWARD: The Problem of the Turkish Straits, Washington,
Department of State, 1947, p. 16.
12 Para ello Palmerston intentaba colocar al imperio otomano bajo una especie de
garantía colectiva europea.
108
LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO
del emir afgano concesiones comerciales y, si fuera posible, una aproximación
política. Posturas de los dos protagonistas: aa) Posición de Gran Bretaña.
Los británicos trataban de obtener tales beneficios sin llegar a compromisos
que pudieran poner en peligro o trastrocar la delicada balanza de poder
entre los afganos y los sikhs, o dar alas a las esperanzas afganas en recuperar
el valle de Peshawar. bb) Posición del Afganistán. Los afganos insistían
en que un Tratado comercial anglo-afgano delimitase los territorios respec-
tivos y en que la Gran Bretaña les prestase ayuda material y política para
la preservación de un reino afgano unificado.
Por supuesto, la cosa se complicaba con la cuestión de los sikhs. Y las
autoridades de la India no estaban dispuestas a abandonar una provechosa
alianza con los sikhs por una dudosa alianza con los afganos.
El hecho es que Burnes no conseguía concesiones económicas de Dost
Mohamed...
/3) Ahora bien, al fallo en obtener concesiones comerciales en el Afganis-
tán y en lograr una posición exclusiva en este país se ha de agregar el fracaso
de la diplomacia británica en los asuntos persas: aa) Fallo en normalizar
las relaciones afgano-persas; singularmente, fallo en disuadir a Persia de
atacar Herat y de impedir el ataque (1837)13. bb) Fallo en obtener un Tratado
comercial con el Gobierno persa ".
Y Gran Bretaña pasaba de la diplomacia a la política de potencia militar:
Persia era forzada a abandonar la empresa del sitio de Herat (1838) y a
aceptar una política de manos libres de Inglaterra en el Afganistán.
y) En este cuadro ha de insertarse la esperanza de las autoridades britá-
nicas en la India de establecer un Gobierno más amistoso en Afganistán. Así:
restaurando a Shah Shuja en el trono afgano. Obsérvese que este personaje
afgano —depuesto y exiliado— se había empeñado en una encarnizada lucha
por recuperar el trono del Afganistán y que no había podido alcanzar la
ayuda británica. Así, vemos que el gobernador general de la India—lord
William Bentinck—se negaba—en 1834—a ayudarle, sosteniendo que «el
Gobierno británico se abstiene religiosamente de mezclarse en los asuntos
de sus vecinos, siempre que ello se pueda evitar».
Ahora bien, en la nueva situación del área, Shah Shuja, viendo una
oportunidad para alcanzar su meta, se hallaba dispuesto a hacer importantes
13 La intervención británica en la lucha entre los afganos y los persas—aun para
propósitos de mediación—violaba el Tratado anglo-persa de 1814, cuyo artículo 9 pro-
hibía la intervención, a menos que fuese solicitada la mediación por ambas partes.
" Fracasos atribuidos a las actividades diplomáticas de Rusia.
109
LEANDRO RUBIO GARCÍA
concesiones políticas y económicas a la Gran Bretaña. Por ejemplo, estaba
dispuesto incluso a concluir un Acuerdo—desventajoso para Afganistán—
con los sikhs que le prohibiera negociar con cualquier Estado extranjero
sin el consentimiento de los Gobiernos británico y sikh.
Mas he aquí que mientras progresaba la baza «Shah Shuja», Persia se
retiraba de Herat y con ello se eliminaba la razón confesada para una inter-
vención británica en el Afganistán.
Sin embargo, el Gobierno británico en la India quería ir adelante con
su plan para reinstalar a Shah Shuja en el trono afgano. Con la particulari-
dad de que el Gobierno de Londres —bajo lord Melbourne— había llegado ya
a una decisión similar.
Pues bien, se encontraba un casus belli en 1838.
8) La primera guerra anglo-afgana. Facetas: aa) En un Manifiesto—el
Simia Manifestó—publicado en 1838, el gobernador general británico en la
India—Auckland—acusaba a Dost Mohamed de «agresión no provocada»
contra los sikhs—el «antiguo aliado» de la Gran Bretaña—, de irrazonables
pretensiones, de evidentes planes de engrandecimiento y de ambiciones
perjudiciales a la seguridad y a la paz de las fronteras de la India, etc.
bb) En fin, un ejército anglo-indio de 28.000 hombres invadía el Afganistán
en 1838, deponía a Dost Mohamed, y lo deportaba a la India, y colocaba en
el trono afgano a Shah Shuja. ce) Lo importante de la guerra anglo-afgana:
la galvanización de los agíanos en una feroz rebelión. A fines de diciembre
de 1841 estallaba una rebelión en Cabul, bajo la dirección de Mohamed
Akbar, hijo de Dost Mohamed. Todo terminó en un completo desastre—la
«desastrosa retirada en el invierno de 1841-1842»—para los ingleses, que
murieron de frío, de hambre o simplemente exterminados por los afganos.
Shah Shuja, que había permanecido en Cabul, fue eliminado en abril de 1842.
En septiembre entraba en la Capital afgana una Fuerza expedicionaria britá-
nica de castigo y de restablecimiento del prestigio militar inglés, que incen-
dió el gran «bazar», etc. Pero, al fin, Dost Mohamed fue instalado de nuevo
en el Poder (1842) y los británicos evacuaron el país, dd) El impacto de la
guerra. Esto lo expresaba claramente el duque de Wellington cuando hacía
notar que la fuerza moral, el poder político y la influencia de Gran Bretaña
habían recibido un golpe «de cuyos efectos no se recuperará durante algún
tiempo». Y añadía: «No hay un corazón musulmán, de Pekín a Constanti-
nopla, que no vibre... Es imposible que este hecho no produzca un efecto
moral perjudicial a la influencia y al poder británicos a través de toda Asia».
110
LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO
D) El segUndo reinado de Dost Mohamed (1842-1863)
1) La vuelta al poder
a) Una base potencial. A su vuelta al trono, Dost Mohamed se hallaba
en una posición mucho más fuerte que antes para trabajar por la unidad
política del Afganistán. Vertientes del asunto:
i) Por un lado, el exilio en la India le había dado un conocimiento de
primera mano sobre distintas instituciones de tipo europeo y sobre los avances
tecnológicos europeos.
ti) Por otro lado, la guerra anglo-afgana le había dado un gran pres-
tigio nacional. Esto, con el control político de todo el Afganistán, proporciona-
ba a Dost Mohamed una firme base política y psicológica en todo el país.
b) La falta de capacidad de Dost Mohamed. Ahora bien, a pesar de
esos factores positivos, el monarca afgano resultó incapaz-—o no tuvo la
voluntad—de aprovechar tales ventajas e iniciar grandes reformas a escala
nacional. A este respecto, cabe recoger una elocuente cita de J. A. Norris:
«El [emir] apreciaba ahora toda la extensión del poder británico en
el mundo: llegó a comprender que sus 'huéspedes' eran en aquel tiempo
la más poderosa nación sobre la faz de la tierra; que los rusos podían tener
más hombres y una mayor extensión territorial, pero que los británicos tenían
más que ningún otro pueblo máquinas e ingenieros, innumerables barcos y
cañones y una ilimitada confianza en sí misma.»
Pues bien, entremos seguidamente en la enumeración—en la más concisa
abreviatura—de las realidades de la política interior del monarcareinstalado
en el Poder.
i) La faceta de la inercia real: ningún plan de reformas fundamentales.
a) Ninguna realización educativa o cultural. Su Corte no pretendía ser
un centro cultural: continuó pareciéndose a una jirga tribal. Y aunque el
emir aprendió a leer y escribir, la mayor parte del grupo gobernante era
analfabeta.
/3) Ninguna medida para mejorar el nivel sanitario del país. Un panora-
ma desastroso a este respecto: falta total de médicos en el sentido occidental;
reinado del fatalismo, del temor al «mal de ojo», de la creencia en espíritus;
sortilegios, hierbas y astrología... En suma, la medicina moderna sólo era
accesible a los bien dotados que iban a la India a tratarse. Etc.
y) Ningún logro en el terreno industrial o agrícola. La única excepción
en este dominio fue el fomento del cultivo de la patata.
n i
LEANDRO RUBIO GARCÍA
ii) Mención de los puntos positivos en este período. Una realidad: los
elementos positivos no van más allá de la unificación política del reino,
del establecimiento de una relativa estabilidad interna y del mantenimiento
de un ejército permanente del emir. Así:
a) Consolidación del poder dinástico a través de conquista de los khana-
tos semi-independientes o autónomos del Afganistán septentrional (1850-1855):
consolidación de la autoridad del emir en la provincia de Kandahar (1856),
tras la muerte de su jefe; conquista de Herat (1863)15.
Siendo alabado su sistema de dividir el país entre hijos, encargados cada
uno de ellos de gobernar su distrito a su manera, pero siendo responsables
de su seguridad (criterio de sir Harry Lumsden).
Resumiendo, en 1863, el emir y sus hijos eran dueños de las ciudades
del Afganistán.
/3) Seguridad interna. Por ejemplo, antes de la conquista de Herat, sir
Harry Lumsden quedaba totalmente sorprendido de la seguridad general
existente en los caminos, día y noche, sin armas y en la mayor confianza.
y) La modernización del ejército. En realidad, lo único que se moder-
nizó en este tiempo. Y eso, con reformas limitadas. Concretamente, limi-
tación en el número de unidades y hombres entrenados a la moderna: 16 re-
gimientos de infantería de —nominalmente— 800 hombres cada uno; tres
regimientos de caballería de 300 hombres; una artillería con 80 piezas de
campaña y unas pocas pesadas16. Todo ello, con otras adicionales limita-
ciones: un arbitrario sistema de reclutamiento—ni conscripción, ni sistema
de alistamiento voluntario—; una paga corta y abonada «muy irregularmen-
te»; una disciplina militar «extremadamente severa», etc. Sin olvidar la
existencia de «milicianos»...
Resumiendo: en general, las Fuerzas armadas afganas seguían teniendo
características feudales: contribución teórica de caballeros e infantes en
caso de guerra, etc.
8) Ahora bien; una advertencia, en este capítulo: esta situación gene-
ral de orden no impedía la existencia de golpes contra ella. Por ejemplo:
aa) Estallido—en 1854—de una seria insurrección en el norte del país
(en Balkh), movida por el emir de Bukhara.
15 Recuérdese cómo Gran Bretaña había concluido un Tratado con el jefe de Herat,
en agosto de 1839, haciendo de él una esfera de influencia exclusiva de los británicos.
16 Asimismo, mencionemos la aceptación en 1857 de la ayuda de una misión militar
británica, con algún éxito en la modernización del Ejército.
112
LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO
bb) Diferencias del emir con sus hermanos, que querían recuperar su
perdida posición (en la provincia de Kandahar); diferencias entre los mu-
chos hijos del emir, y entre algunos de ellos y el monarca.
ce} Resistencia de las tribus, para proteger privilegios e intereses (contra
las que había que librar batallas).
dd) Descontento del estamento religioso ", y aun abierta hostilidad ante
la aproximación anglo-afgana (de 1855 y 1857).
2) La dinámica exterior.- Aspectos más destacables:
a) La presencia de Rusia.
i) Ofensiva militar: ataque a Khiva, mientras la Gran Bretaña estaba
invadiendo el Afganistán18. Acto encaminado a frenar la extensión de la
influencia británica desde el Afganistán hacia el Asia central—donde Rusia
tenía importantes intereses comerciales19—, y a llenar el vacío político exis-
tente en la región.
ii) Actuación diplomática: montada sobre la aprensión rusa ante la po-
lítica británica en Afganistán. Rusia consideraba un Afganistán pro-británico,
o dominado por Inglaterra, como una seria amenaza a sus intereses en el
área. De ahí la actividad diplomática de Rusia en Cabul: según los rusos,
limitada a objetivos comerciales; según los británicos, contribuyendo al
fracaso de la citada misión Burnes, etc.
b) Fallos convergentes en la política del imperio ruso y en la del impe-
rio británico. Por un lado, tenemos que la expedición rusa a Khiva terminó
en un desastre. Por otro lado, tenemos la incapacidad—o la carencia de vo-
luntad— de Gran Bretaña para mantener un control militar prolongado del
Afganistán.
Un buen fruto de estos hechos: detener la amenaza de una gran con-
frontación entre los dos imperios coloniales rivales.
Pero, en este panorama de aliviamiento de la tensión internacional en la
zona, hay otros elementos relevantes: la Convención de los Estrechos de 1841
—entre Gran Bretaña, Francia, Austria, Prusia, Rusia y el imperior oto-
mano—. Este Tratado destruía la privilegiada posición de Rusia en el
imperio turco desde el Tratado de Unkiar Eskelessi, con lo que se alivia-
17 Estamento que había cooperado con el emir durante su lucha contra los sikhs,
Shah Shuja y los británicos.
13 Vid. GREGORIAN, cit. ant., p. 101.
w En efecto, entre 1758 y 1853, el valor de las exportaciones de Rusia al Asia central
aumentaba 12,5 veces, y el valor de las importaciones, 16 veces.
" 3
REVISTA DE POLÍTICA INTERNACIONAL 8
LEANDRO RUBIO GARCÍA
ban temporalmente los temores de los rusófobos británicos (que contempla-
ban una inminente invasión rusa de la India).
c) La política de Gran Bretaña hacia el Afganistán. Por lo pronto, una
evidencia: el debilitamiento de la tensión entre Inglaterra y Rusia. Junto
a eso, otra evidencia: los desatinos de la política británica en el Afganis-
tán, con las costosas operaciones militares en el país. Pues bien; una ter-
cera evidencia: un factor y otro fortalecían la posición de los abogados
ingleses de la política moderada—la stationary policy—respecto al afga-
nistán. Algunos de ellos apremiaban al gobierno de Londres a la adopción
de una política de subsidio a los gobernantes afganos con vistas a cultivar
su amistad. Los partidarios de tal actitud argumentaban que el estable-
cimiento de amistosas relaciones con el Afganistán disminuiría las friccio-
nes entre las Fuerzas anglo-indias y las tribus pathanas de la frontera del
Noroeste, etc. Y, al fin, prevaleció esta política. Aclaraciones sobre la
cuestión:
i) Tras el estallido de la guerra de Crimea (marzo 1854), el Afganistán
era considerado por el Gobierno inglés como—en palabras de Standish—
«la barrera más efectiva contra la intrusión rusa, sea la que sea la direc-
ción en que los rusos puedan intentar avanzar hacia la India. No puede
ser sino importante para nuestro interés en la India que la barrera contra
cualquier intento de agresión por parte de Rusia esté lo más lejos posible
de nuestra frontera».
ti) Pasos en esa ruta: la firma por Gran Bretaña con Afganistán de
un Acuerdo en 1855 y u n Tratado en 1857. En resumen, Gran Bretaña
acordaba «respetar las posesiones del emir en Afganistán» y no interferir
en ellas, mientras el monarca afgano se comprometía «a respetar el terri-
torio británico y a ser un amigo de nuestros amigos [británicos] y un
enemigo de nuestros enemigos».
Aspectos de estos Acuerdos para el Afganistán:
a) Aspectos positivos: aa) Garantizar la integridad del Afganistán fren-
te a Persia, Rusia y Bukhara. A lo que ha de unirse el Tratado anglo-persa
de París de 1857, en el que Persia tenía que desistir de sus reivindicaciones
sobre Herat. bb) Poder para el emir afgano, con la desaparición de la ame-
naza de la intervención extranjera, parareunir y centralizar las provincias
afganas del Norte, del Oeste y del Sur, y con la asistencia británica en for-
ma de subsidios y armas.
114
LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO
/?) Aspectos negativos: aa) No reconocer estos Acuerdos un vínculo
dinástico en el Afganistán; ni garantizar, ni reconocer, en principio, el fu-
turo status de la familia del emir. No reconocer las reivindicaciones afga-
nas sobre Peshawar, ni la autoridad afgana sobre la zona tribal pathana.
bbj Aislar políticamente al Afganistán, alejándole de Persia y de Bukhara.
Concretamente, este último temía a un Estado afgano fuerte, apoyado por
los británicos, y acusaba al emir afgano de apostasía del Islam por su
alianza con la Gran Bretaña...
E) La ascensión de Sher Ali al poder.
1) El período del desorden (1864-1869). Lo peor es que con el hijo y
sucesor de Dost Mohamed, Sher Ali, se reanudaban las luchas interiores
entre los diferentes miembros de la familia real. Se producía un interregno
de guerras civiles entre los herederos rivales al trono: 1864-1869. Proble-
mática a delinear con distingos.
a) Dost Mohamed dejaba 16 hijos. Después de su muerte (en 1863),
muchos de sus hijos se negaban a aceptar el emir designado, Sher Ali,
como su soberano. Este recurría a la acción militar: derrotaba a las fuer-
zas de uno de sus hermanos, Azam Khan, y llegaba a una tregua con otro,
Afzal Khan. Pero, por medio de la astucia, capturaba a éste y lo metía
en prisión.
b) Ahora bien; el hijo de Afzal, Abdur Rahman, continuaba la lucha
de su padre. Pero en 1865, Sher Ali se enfrentaba con otro hermano, Amin
Khan, y otra vez vencía. No obstante, siguieron una serie de reveses,
incluida la captura de Cabul por las fuerzas de Abdur Rahman, en 1866.
c) Y hasta se daba la circunstancia de que Azam Khan reinaba en
Afganistán durante un corto período de tiempo (1867-1868), y que inten-
taba transformar la vida sociopolítica del país.
d) Por fin, en enero de 1869 Sher Ali entraba en Cabul y era recono-
cido como emir del Afganistán por sus hermanos y por el Gobierno britá-
nico en la India.
2) El reinado de Sher Ali (1869-1879). La escena interna. Distintas
vertientes:
a) Panorama político:
i) De antemano, una nota fundamental: Sher Ali es considerado como
«el fundador de una nueva civilización en el Afganistán» (así por el his-
toriador afgano Reshtiya).
LEANDRO RUBIO GARCÍA
n) Una innovación: introducción por primera vez en el Afganistán de
una forma de Gobierno de Gabinete, aunque rudimentaria (un primer mi-
nistro, con Ministerios de Asuntos Exteriores y Asuntos Internos y Depar-
tamentos de la Guerra y del Tesoro).
iii) Asimismo, establecimiento de un Consejo Consultivo, para partici-
par en las decisiones administrativas y ayudar al monarca a conseguir la
cooperación de las tribus.
b) Ejército: modernización, a base de:
i) Traducción de manuales militares europeos al pachtu y al persa.
ii) Institución de pago regular en metálico a las tropas (eliminando la
exasperación de las poblaciones obligadas a satisfacer las órdenes de re-
quisa).
iii) Obtención de asistencia británica en la reorganización del ejército
y en material.
c) Dominio económico:
i) Fomento de la artesanía y de pequeñas industrias domésticas, y,
principalmente, expansión de la producción de armamento (programa que
había sido iniciado, en 1867, en una pequeña escala, por uno de sus rivales
al trono, Afzal Khan).
ii) Introducción de un nuevo sistema de imposición (donde los impues-
tos serían pagados en metálico); intento de introducción de una nueva
unidad monetaria para simplificar el sistema monetario del país (el afgani
dividido en 100 pools).
üi) Planes de construcción de caminos y reparación de puentes: inau-
guración del primer servicio postal regular entre Cabul y Peshawar; puesta
en circulación de los primeros sellos de correos en 1870; fomento del co-
mercio regional y exterior.
d) Otros aspectos: i) fundación de la primera escuela pública en la
Capital; ii) introducción de la litografía en el país, etc.
3) Balance del reinado de Sher Ali en el plano interno:
a) Un éxito: el restablecimiento de la unidad política del país.
b) Una sombra: la incertidumbre sobre el futuro político de su dinastía.
c¡ Un fracaso: el no conseguir la unidad económica del país.
d) Una insoslayable falta de vuelo político: las limitaciones y la super-
ficialidad de los planes de reforma. De este modo: muchos de los pro-
116
LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO
yectos de Sher Ali no se materializaron o, si no fallaron en su fase
embrionaria, resultaron infructuosos. Por ejemplo, el antedicho Consejo
Consultivo quedó ahogado por los intereses tribales y regionales. Pareja-
mente, el intento de regularizar e incrementar las rentas del Reino se
topó con la enorme dificultad de que no podía aumentar los impuestos
sobre la tierra sin incurrir en la ira de las tribus privilegiadas y de los
señores feudales, etc.
F) La escena internacional en el reinado de Sher Ali.
1) Como trasfondo de este período, una realidad: la circunstancia de
ser el Afganistán una pieza más en la vasta partida formada por el impe-
rio otomano, Persia, Turquestán y el imperio de la India, con Rusia y Gran
Bretaña como jugadores clave.
2) La Gran Bretaña. Dos interesantes facetas:
a) Puesta a prueba de la política británica de no-intervención—a que
hemos aludido—en el período de disensiones internas y anarquía dado en
el Afganistán tras la muerte de Dost Mohamed. Ante la inestabilidad polí-
tica interna afgana, los políticos británicos y los expertos de la India se
dividieron. Por un lado, los conservadores y los rusófobos atacaban la polí-
tica de no-intervención como una miopía política y propugnaban una política
forward. Por otro lado, el Gobierno británico en la India continuaba la
política de consolidar el poder inglés en la India y de no intervenir en
el Afganistán. Aunque, como parte de esta política, adoptara una estra-
tegia de divide y vencerás en la franja fronteriza entre la India y el Afga-
nistán y, al mismo tiempo, de evitación—tanto como fuera posible—del
reconocimiento de cualquier clase de autoridad del emir de Cabul sobre
las llamadas «tribus fronterizas».
b) Establecimiento de buenas relaciones—sin llegar a la categoría de
estrechas—entre Afganistán y Gran Bretaña en la fase 1869-1872. Advirta-
mos en este buen discurrir:
i) Primeramente, puntos grises en el panorama de las relaciones entre
el Gobierno británico y el Gobierno afgano. Muestras: a) Durante una vi-
sita oficial a la India, el emir trataba de obtener el reconocimiento de jure
por la Gran Bretaña, o su garantía, de los derechos dinásticos de su
familia y una inequívoca garantía de asistencia británica en el caso de
una agresión exterior contra el Afganistán. Pues bien; el Gobierno afgano
117
LEANDRO RUBIO GARCÍA
no conseguía sus propósitos. j8) Por su parte, Gran Bretaña se esforzaba
por lograr concesiones del Afganistán, concretamente, el derecho a estable-
cer un enviado permanente inglés en Cabul y el derecho a inspeccionar
las fronteras septentrionales del Afganistán. Pues bien; el Gobierno britá-
nico no conseguía sus propósitos.
ii) En segundo lugar, el hecho de que en 1869 se concluyera un Acuer-
do anglo-afgano. Ahora bien; este Acuerdo se limitaba simplemente a re-
afirmar las disposiciones del Tratado de 1855: la Gran Bretaña declaraba
que no intervendría en los asuntos internos afganos, se comprometía a
apoyar la independencia del Afganistán y acordaba no imponer un enviado
inglés al emir.
3) Rusia: un factor permanente.
a) La progresión rusa en el Asia central. Toda una consolidación del
imperio ruso en esta área2": ventajas políticas y económicas en Khiva y
Khokand en 1864, toma de Tashkent en 1865, anexión de Samarcanda
en 1869 y transformación de Bukhara en un «aliado subsidiario».
b) Impacto de esta expansión sobre la Gran Bretaña. Planteamiento en
Inglaterra de dos tesis en presencia: la de la Escuela de los intervencio-
nistas y la de la Escuela de los no-intervencionistas,prevaleciendo durante
un tiempo la stationary school.
c) Intento de los diplomáticos ingleses y rusos de creación de una zona
intermedia entre los dominios rusos y británicos en Asia. Tras largas nego-
ciaciones—1869-1873—se llegó a un Acuerdo: Rusia reconocía las fronteras
Norte y Noroeste del Afganistán y acordaba considerar al Afganistán fuera
de su zona de influencia.
d) Ahora bien; ocupación por Rusia de Khiva en 1873 y de Khokand
en 1875. Y, como dice V. Gregorian, en 1876 el Acuerdo sobre la buff^r
zone estaba muerto.
4) La política de Gran Bretaña bajo los conservadores y el concomi-
tante incremento de la tensión entre Rusia e Inglaterra (1874-1880). Una
panorámica a configurar así:
a) En primer lugar, vemos:
i) Por un lado, en el Reino Unido, bajo Disraeli y Salisbury, el Go-
bierno adoptaba una política dinámica en la zona de intereses de la India.
Se habla de gradual consolidación del imperio ruso entre 1868 y 1892.
118
LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO
ii) Por otro lado, y antes, en Rusia un grupo militarista encabezado
por el general Miliutin había alcanzado un gran poder, abogando por una
agresiva política en el Asia central: ante el peligro de la posición rusa
en tal área por la política hostil de Inglaterra en el imperio otomano, su
destrucción de la independencia afgana y sus intentos de establecer estre-
chas relaciones con Persia, etc.
En general, tenemos que muchos gobernantes y militares rusos estaban
de acuerdo con el axioma del general Skobelev—aunque no lo estuviesen
con sus planes sobre la India—de que la mayor fortaleza de Rusia estaba
en el Asia central y que la mayor debilidad dé Inglaterra estaba en la
India, y que cuanto más débil fuera Inglaterra en la India, más acomoda-
ticia sería en Europa.
En todo caso, se publicaban una serie de planes—serios e hipotéticos—
de invasión de la India por Rusia que producían gran impacto en Ingla-
terra 21.
b) En segundo lugar, precisemos que Disraeli veía el problema del
Afganistán en el gran contexto de la «Cuestión oriental» (Éastern Question).
Y, en una carta escrita a la reina Victoria, en junio de 1877, afirmaba
que, en el caso de un conflicto armado con Rusia, sobre Constantinopla,
«Rusia debía ser atacada en Asia».
c) Desde esa amplia perspectiva, comprendamos la lógica del triunfo
de la nueva política de Inglaterra:
i) Como punto de partida: la mentada presión rusa sobre el Asia cen-
tral22. Esta presión tenía una crucial derivación para Inglaterra: colocarla
en la difícil situación de verse obligada a defender el Afganistán contra
una agresión rusa—directa o indirecta—, pero, al mismo tiempo, a no in-
tervenir en los asuntos internos afganos. Con la adicional dificultad de la
incierta delimitación de la frontera septentrional del Afganistán, de la débil
capacidad defensiva del Afganistán y de la posibilidad de un incidente fron-
terizo que llevase —en escalada— a una guerra entre Rusia y el Afganistán.
ii) Como objetivos de esa política: a) Establecimiento de una «frontera
al Adviértase, empero, que algunos diplomáticos rusos mostraron su aprensión ante
la influencia de los militares de su país en la formulación de la política exterior en
Asia central.
22 Y aquí es de pensar en la posición de la historiografía soviética: la conquista
rusa de Asia central era en parte una respuesta a la política agresiva de Gran Bretaña.
Y si Inglaterra no hubiera sido frenada, hubiera añadido el Afganistán y los khanatos
de Asia central a sus posesiones de la India. Cons. GREGORIAN, cit. ant., nota 80 pá-
ginas 444-445-
no
LEANDRO RUBIO GARCÍA
científica» para la India. /3) Un Afganistán bajo estrecho control de la
Gran Bretaña, y) Y, dentro de esto último, establecimiento de una «repre-
sentación diplomática permanente»—aceptada o impuesta—en Cabul. Lo
que eliminaría, de una vez para siempre, cualquier posibilidad de estable-
cimiento de una misión diplomática rusa en el Afganistán, o de influencia
directa rusa en él, y acabar, así, con la amenaza de intrigas ruso-afganas
contra la India.
iii) Pues bien; entremos en la mecánica empleada para alcanzar ese
gran objetivo de una misión permanente en Afganistán:
a) Primeramente, la Gran Bretaña intentaba la negociación y la per-
suasión. Para ello, echaba mano del imperio otomano. Concretamente, du-
rante la guerra ruso-turca de 1877-1878, era enviada una misión turca al
Afganistán. Esta expresaba al emir Sher Ali la disposición del Sultán para
ayudar al Afganistán a mantener cordiales relaciones con Inglaterra, etc.
Pero el monarca afgano respondía al ofrecimiento del sultán quejándose
de la interferencia de Gran Bretaña en los asuntos internos del Afganistán,
a pesar de sus obligaciones convencionales (con el envío de presentes, etc.,
a uno de los vasallos del emir).
/3) Complicación de la situación con la llegada de una misión rusa a
Cabul. El envío de esta misión era una respuesta diplomática a las acciones
de los británicos en Europa para forzar a Rusia a abandonar la mayor
parte de las ganancias de la guerra ruso-turca de 1877-1878. La misión
rusa llegaba a Cabul el 28 de julio de 1878, con la intención de concluir
un Tratado de asistencia mutua.
Ahora bien; mientras tanto, la crisis en Europa había sido conjurada
en el Congreso de Berlín, y la misión rusa fue retirada, dejando la capital
afgana el 24 de agosto.
Con esto, parecía que desaparecía la inmediata causa de un enfrenta-
miento anglo-afgano.
d) La segunda guerra anglo-ajgana. Sin embargo, el Gobierno inglés
no abandonaba su plan de fijar una misión permanente en Cabul, y en-
viaba una misión en septiembre. Pero se le negaba—humillantemente—la
entrada en el país. La «retirada» británica era difícil, sin «perder la cara».
Y el 2 de noviembre el gobernador británico de la India—Lytton—enviaba
un ultimátum al emir para aceptar la misión el 20 de noviembre, y cons-
tituyendo un acto de enemistad la recepción de una respuesta negativa o
la falta de respuesta.
120
LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO
El ultimátum quedó sin respuesta. Y el resultado era una segunda guerra
anglo-afgana, a fines de 1878. Columnas británicas penetraban por diver-
sos puntos del Afganistán y ocupaban la parte oriental del país. Acción
militar británica que tenía como consecuencias:
i) En Inglaterra, denuncias por parte de los no-intervencionistas britá-
nicos. Por ejemplo, en la Cámara de los Comunes se hablaba de que «la
política del Gobierno [británico] era una política imperial». La Oposición
atacaba al Gobierno, por estimar que la política gubernamental contradecía
la letra y el espíritu del Derecho internacional™. En este marco, son de
registrar las acusadoras críticas hechas a los abogados de una «frontera
científica» entre el Afganistán y la India, y de una política mantenedora
de que las normas del Derecho internacional no se aplicaban a un gober-
nante como Sher Ali. Uno de estos críticos consignaba: Sher Ali era el
gobernante legal del Afganistán, pero era necesaria una frontera científica,
«y proclamamos que el reino de Sher Ali debe ser devastado a causa sólo
de que es un gobernante asiático, y nosotros, una nación civilizada y cris-
tiana».
ii) En el Afganistán. Destronamiento de Sher Ali y huida. (El emir
fallecía el 21 de febrero de 1879).
G) La ascensión del hijo de Sher Ali—Yakub Khan—al trono. Puntos
cumbre de esta situación:
1) El poder de Inglaterra: aislada diplomática en el Congreso de Ber-
lín, Rusia no intervenía en el asunto, y Gran Bretaña imponía sus condi-
ciones al nuevo monarca afgano.
2) En el Tratado de Gandamak—firmado el 26 de mayo de 1879—,
Afganistán se veía obligado a: a) ceder una serie de estratégicos distritos;
b) aceptar la presencia de un representante británico; c) admitir seguir el
consejo del virrey de la India en materias de política exterior (y quedar
a discreción del Gobierno británico el apoyo a los afganos en caso de
agresión exterior).
3) Significado del Tratado. Tras esta fecha—1879—, Gran Bretaña con-
seguía el aislamiento diplomático del Afganistán.Incluso, el sultán otomano
—el califa de los mulsulmanes sunnitas—tenía que obtener el «permiso»
M Vid. R. KOEBNER y H. D. SCHMIDT: Imperialism. A Political World, 1840-1960,
Cambridge University Press, 1964, p. 157.
LEANDRO RUBIO GARCÍA
británico para enviar un emisario al Afganistán. Y los afganos adoptaban
el «aislamiento como política nacional» 2i.
4) Más panorama de violencia. Cotas a contabilizar:
a) La misión británica se establecía en Cabul el 24 de julio, con el
comandante Cavagnari como residente general. Y lo interesante es que
el residente telegrafiaba el 2 de septiembre al virrey de la India—Lytton—
esto: atodo va bien». Pues bien; al día siguiente era massacrée toda la
misión británica25.
b) La realidad de la carencia del nuevo emir de poder sobre su pue-
blo: no podía impedir el estallido del levantamiento general contra los
británicos.
c) l_d reacción inglesa: inmediata. Los ingleses se apoderaban de Cabul
—en octubre— y deponían a Yakub Khan, internándolo en la India con
su familia.
d) Pero los jefes afganos, refugiados en las montañas, se lanzaban a la
«guerrilla», e incluso Ayub Khan —hermano de Yakub Khan— derrotaba
completamente a los británicos, el 27 de julio de 1880, cerca de Maiwand.
Sin embargo, el mismo Ayub Khan era derrotado ante la ciudad de Kan-
dahar, al pretender liberarla.
5) Reapreciación inglesa de la política afgana. Los nuevos aconteci-
mientos forzaban a la Gran Bretaña a un cambio en la manera de ver las
cosas del Afganistán.
a) Por supuesto, se llegaba hasta pensar en un plan de partición del
país, etc.
b) Pero la vuelta de los liberales al poder en el Reino Unido y una
nueva Administración británica en la India —bajo lord Ripon— sirvieron
para un arreglo político de la cuestión. Los ingleses terminaban por enten-
derse con un primo de Ayub Khan, Abdur Rahman Khan (o Abd-ur-
Rahman Khan), como emir de Cabul26.
H) El reinado de Abdur Rahman Khan (1880-1901). Facetas más signi-
ficativas :
2* Tratado que hacía del Afganistán un «protectorado británico»: Le Monde-
25 Cons. GREGORIAN, cit. ant,, p. 115.
26 No se olvide que Abdur Kahman había estado unos once años exiliado en Rusia
y que, presumiblemente, regresó al Afganistán con la aprobación del Gobierno zarista y
con su apoyo financiero.
122
LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO
1) Por lo pronto, emir—el «emir de hierro»)—con una curiosa persona-
lidad: bravura, firmeza de carácter, sencillez, afabilidad, dureza, etc. Pero
perfil humano estudiado de modos diversos.
2) La dinámica interna.
a) Herencia recibida: un país debilitado por guerras y ocupación extran-
jera; un país en que los señores feudales y jefes de tribu habían usurpado
los ya limitados poderes del Gobierno central afgano, y en que el esta-
mento religioso había aumentado su papel en la sociedad afgana; un país
donde las rutas comerciales y la economía rural estaban amenazadas con-
tinuamente por los enfrentamientos y los raids de las tribus y donde la
economía urbana se había debilitado.
b) Formulación de una justificación religiosa de la monarquía: el pri-
mer gobernante afgano en invocar el concepto del derecho divino de los
reyes: la fuerza, la autoridad y la legitimidad del monarca emanaban
de Dios, etc.
c) La preocupación cumbre del nuevo emir: la unidad del país. Rasgos
clave de esta temática:
i) Lo primero: su vigorosa acción en el quebrantamiento del sistema
feudal y de la resistencia tribal. Medios de esta actuación: la fuerza
(sangrientas represalias contra las revueltas), las alianzas matrimoniales (los
matrimonios suyos y los de sus hijos), intrigas (aplicación del principio
divide et impera), subsidios, transferencias de poblaciones, etc.
En un punto concreto de este actuar de Abdur Rahman, vemos la uti-
lización de su nuevo ejército—que describimos más adelante—para com-
batir —una por una— a las numerosas tribus independientes y semi-inde-
pendientes. Con victorias no siempre fáciles. Aparte, destrucción de plazas
fuertes y fortificaciones de los elementos contrarios al orden monárquico.
ti) Pero no sólo eso: desbaratamiento—otro matiz de la fuerte perso-
nalidad del emir—de las tentativas de usurpación llevadas a cabo por
algunos de sus parientes.
d) Fomento del patriotismo, echando mano del peligro exterior y de
la necesidad de la unidad nacional bajo un plano religioso. Ejemplos de
esto: i) En una proclama real emitida en 1887, el emir apelaba al sentido
del honor de los afganos, a la dignidad nacional, al sentimiento religioso,
al patriotismo... y a la xenofobia. «El país del Afganistán—decía—es una
simple manchan en el círculo de «dos Infieles» (Gran Bretaña y Rusia).
133
LEANDRO RUBIO GARCÍA
ti) El mapa—conocido mapa—publicado por el Gobierno27, y en el que se
mostraba la situación del Afganistán en comparación con las de los países
circundantes: en el centro, el Afganistán; a cada lado, Persia, Rusia, China
y la India. Mapa publicado como estímulo del patriotismo afgano y legi-
timación del absolutismo del emir, y colocado en todos los pueblos del
país y llevando una proclama real a leerse en los bazaars y mezquitas de
todas las principales ciudades.
e) Tras la indicación de los aspectos generales de la concepción de la
cosa pública, pongamos atención en algunas concreciones más singulares
de la escena interior afgana:
i) El ejército. Aspecto primordial del tema: el interés del emir en la
forja de un ejército moderno. Vertientes del asunto:
a) A pesar de los esfuerzos de Dost Mohamed y de Sher Ali, Abdur
Rahman heredaba un ejército de carácter feudal-tribal. Pues bien; su gran
realización es la creación de un ejército afgano centralizado, a base del
envío por cada clan o tribu de uno de cada ocho hombres al ejército del
emir—en sustitución (1896) del sistema de levas tribales—, pagado—regu-
larmente— y controlado por el monarca, uniformado a estilo europeo y
dividido—según el modelo anglo-indio—en tres armas: infantería, caba-
llería y artillería, con divisiones territoriales, regimientos, brigadas y co-
lumnas.
/3) El resultado fue que, a mediados de los ochenta, el emir contaba
con un ejército de 50.000 a 60.000 hombres. En 1882, el ejército afgano
consistía en unos 50.000 soldados de infantería, unos 5.000 de caballería
y unos 1.000 de artillería. En 1890, el ejército del emir tenía alrededor
de aoo cañones.
7) Ahora bien: distingos sobre este ejército: aa) un ejército suficiente
para mantener la paz del Reino; bbj un ejército incapaz para enfrentarse
a una agresión exterior: carencia de recursos y de oficiales entrenados, y
alergia a la asistencia técnica extranjera (temor de que, acudiendo a con-
sejeros extranjeros, esto llevara a un ejército consciente políticamente y
apto para servir intereses foráneos),
ü) Cambios político-administrativos.
a) En la alta estructura político-constitucional: aa) Establecimiento de
una Asamblea General—sin poder legislativo o ejecutivo: de simple ca-
27 Vid. la reproducción del mapa en GKEGORIAN, cít. ant., en las ilustraciones insertas
entre pp. 106 y 197 del texto. Y sobre el texto de la proclama, pp. 131-132.
124
LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO
rácter consultivo—formada por tres clases de representantes: aristócratas
(principalmente, miembros de la familia o del clan real; religiosos y ple-
beyos), bb) Establecimiento de un Consejo supremo, como órgano ejecutivo
de la voluntad del emir.
j8) En el entramado administrativo: aa) División del país en cuatro
grandes provincias y en siete distritos administrativos, bb) Creación de una
Administración civil: inadecuada desde la perspectiva del mundo occiden-
tal, pero representando un gran avance en el país.
y) En el plano legislativo: división de las leyes en tres categorías: leyes
islámicas propiamente dichas, leyes administrativas o civiles, y leyes tri-
bales, y para las que se establecían tres tipos de tribunales28.
8) En el sistema de mantenimiento del orden: aa) Gran poder de la po-
licía, bbj Dureza en los castigos, etc.
til Logros en la esfera económica:
a)La industria: establecimiento de instalaciones industriales de peque-
ña envergadura para atender necesidades militares y, después, para fabri-
car alfombras, papel, cristal, utensilios agrícolas, etc.
/3) El comercio: aa) Medidas para mejorar el comercio como: estable-
cimiento de una sola unidad monetaria: la rupia cabulí (en sustitución de
una serie de monedas regionales), con la importación de maquinaria para
la fabricación de moneda; abolición del complicado sistema de impuestos
(peaje) de provincia a provincia (incremento del comercio interregional).
bb) Una elocuente, e insoslayable, realidad del comercio exterior del Afga-
nistán: la mayor parte de los artículos importados eran artículos básicos
de consumo. Así, las tres cuartas partes de las importaciones de la India
eran géneros de algodón. Con una particularidad: el comercio de tránsito
India-Rusia por Afganistán dependía de los altibajos en la rivalidad anglo-
rusa. Por ejemplo, en 1895, la corriente de géneros anglo-indios al Asia
central a través del Afganistán había declinado en un 80 por 100. ce) Pare-
jamente, en este apartado puede incluirse el intento de mejoramiento del
servicio postal (pobre y considerablemente deteriorado después de la segun-
da guerra anglo-afgana), con un intento de introducción de técnicas sacadas
del sistema postal de la India (como las cartas certificadas y el servicio
de paquetes internacionales).
28 Con todo, el sistema legal del Afganistán era muy complicado y anacrónico.
Vid. GREGORIAN, CÍÍ. ant., p. 137.
125
LEANDRO RUBIO GARCÍA
y) Medidas de orden fiscal: aa) Creación de un Departamento oficia]
de rentas (para llevar registro de los propietarios que debían tributar al
trono anualmente), bb) Fijación del impuesto territorial en un tercio de la
cosecha, etc.
iv) El amplio campo de la educación. Escasas realizaciones. A citar,
empero: a) Apertura de unas pocas escuelas básicas para soldados (pero
carentes de personal entrenado y de programa definido). /?) Adquisición
de una prensa persa de imprimir, en Cabul, para la impresión de estam-
pillas, formularios y una limitadísima cantidad de textos de enseñanza
primaria. (Tal vez, la contribución más importante en este capítulo).
v) La escena social: a) La condición sanitaria. Modestos avances en
este campo: apertura del primer dispensario público en Afganistán—en
Cabul, en 1895—; inauguración de la consulta del primer dentista afgano
formado a la europea, en Cabul; apertura de unos pocos rudimentarios
hospitales militares para soldados; llegada de unos pocos profesionales in-
gleses y asistentes indios de hospital, etc. Todo con limitados resultados:
las necesidades sanitarias del país eran enormes26. /?) Humanización de la
condición humana. Pasos legales como suavización de las leyes sobre la
dura existencia de la mujer, y abolición de la esclavitud (en 1895).
3) Los rumbos exteriores.
a) Primeramente, anotemos la desconfianza del emir hacia sus grandes
vecinos, y su gran astucia (hábil maniobrador80).
bj En segundo lugar, la presencia de Gran Bretaña.
i) Preocupación de la diplomacia británica por el Afganistán. Esencial-
mente, forja de una nueva política «afgana» del gobierno liberal inglés:
a) A base de los siguientes elementos: abandono de la idea de la partición
del Afganistán (lo que hubiera dado por resultado una permanente opo-
sición de los afganos y, por consiguiente, peligro de la seguridad en la
frontera con la India); ninguna disposición favorable de la nueva Admi-
nistración británica en la India a abandonar la idea de la «frontera cien-
tífica» con el Afganistán, o a abandonar el derecho de la Gran Bretaña
a conducir las relaciones exteriores del Afganistán; parejamente, oposición
29 Por ejemplo, la población de Cabul resultaba devastada de tiempo en tiempo por
epidemias de cólera (causadas, en parte, por las grandes impurezas del agua para beber).
30 «El perro blanco [los rusos]—afirmaba—no vale más que el perro rojo [los ingle-
ses], y nuestra política debe consistir en apoyarse sobre el Estado menos agresivo y en
oponerse a aquel que trate de atravesar el Afganistán o de someterlo a su control».
126
LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO
a un control riguroso de los asuntos interiores del Afganistán o a mezclarse
en los asuntos internos del país. /3) Con los siguientes objetivos: una bien
defendida frontera de la India con el Afganistán; un Afganistán «indepen-
diente» bajo control británico.
Y, como escribe el citado Gregorian, de este modo, Afganistán se conver-
tiría en un unique client State.
ii) El complejo de relaciones Afganistán-Gran Bretaña. Aspectos más
llamativos: «) Firma, en 1880, en Rawalpindi, de un nuevo Tratado anglo-
afgano, por el que las tropas británicas debían evacuar el Afganistán, pero
que imponía al emir la obligación de llevar sus relaciones con las Potencias
extranjeras a través de Delhi, y manteniéndose—y aun aumentándose—la
subvención estipulada por el Tratado de Gandomak31. /3) El hecho de que
la invocación, en el interior del país, del sentimiento antiextranjero no impe-
día a Abdur Rahman negociar una asistencia con el Gobierno británico en
la India, en la forma de armas, municiones y dinero. Así, sólo en 1880-1881
recibió más de 3.600.000 rupias indias. Con la particularidad de que los bri-
tánicos se comprometían a dar al monarca afgano un subsidio anual de
1.200.000 rupias para el pago de sus tropas y el fortalecimiento de las defen-
sas de la frontera Noroeste del Afganistán, y) Visita oficial del emir a la
India en 1885. Precisamente durante esta visita el monarca afgano declinaba
«cortésmente, pero firmemente», el ofrecimiento del virrey de enviar tropas
británicas e ingenieros británicos para defender las fronteras del Norte y
del Noroeste del Afganistán. El emir deseaba un compromiso de los britá-
nicos—«en sencillas y claras palabras»—para «defender y proteger la inte-
gridad del Afganistán» y proporcionar al Afganistán los fondos necesarios
y las armas necesarias para repeler una invasión rusa sin intervención bri-
tánica. Y, en vísperas del llamado incidente de Panjdeh32, el emir hacía
públicas las seguridades «privadas» dadas por el virrey sobre estos puntos,
con lo que comprometía al Gobierno británico a tal posición.
c) El factor ruso. La diplomacia británica ante Rusia. Perfiles de la
cuestión:
íj Uno de los objetivos de la política de la Gran Bretaña en la India
era impedir que el Gobierno zarista intentase la manipulación de los gru-
pos étnicos no-afganos del Norte del Afganistán para procurarse un punto
de apoyo en el país.
31 Así se comprenderá el precedente aserto de un «unique client State».
H2 Vid. su contexto real en uno de los párrafos siguientes.
127
LEANDRO RUBIO GARCÍA
ti) Las relaciones anglo-rusas en la fase 1880-1893. Relaciones marcadas
por: a) continuas incursiones rusas en Asia central; ft) conflictos de inte-
reses en Persia; y conflictos ruso-afganos; precisamente uno de éstos —la
llamada Panjdeh Crisis (1885)33— amenazó con convertirse en una confron-
tación militar anglo-rusa en el Asia central.
d) Otros aspectos de la política exterior de Abdur Rahman:
1) Conciencia del emir del potencial político del Panislamismo. En tal
sentido, planteaba una triple alianza musulmana entre el Imperio Otomano,
Persia y el Afganistán, que serviría como una barrera contra la marcha
rusa en el Oriente Medio.
n) Parejamente, debe mencionarse la concepción del emir de extender
su autoridad espiritual y moral —aun cuando no su soberanía— sobre los
pathanes de la zona fronteriza indo-afgana, a través de exhortaciones, sub-
sidios financieros y alianzas matrimoniales. Concepción que encontraba la
oposición del Gobierno de la India y la resistencia—con frecuencia viru-
lenta— de las tribus. De haber triunfado tal idea, Afganistán se hubiera
encontrado con un pie en el Oeste de la India, ganando el Afganistán en
posición estratégica y económica. Ahí estaba—en tal concepción—la opor-
tunidad del Afganistán para llegar a una independencia permanente (conel acceso al mar, Afganistán podría controlar su comercio de exportación
y de importación, mantener extensos contactos con otros países, etc.).
iii) Explotación de la rivalidad anglo-rusa para fortalecer la posición
diplomática y política del Afganistán como Estado independiente (así ocu-
rría durante la mentada crisis de Panjdeh: asunto del compromiso de Gran
Bretaña para proteger la integridad territorial y la independencia del Afga-
nistán, y punto al que ya hemos aludido).
4) La gran realidad de que la enorme astucia del emir no podía evitar
el aislamiento a que le sometían sus potentes vecinos: Rusia y la India bri-
tánica. En esta ruta, tenemos:
33 Fundamentalmente, esto: 1) Se trata de un oasis «vecino» al paso de Sulfikar—o
Zulficar— (de acceso al platean afgano), n) El oasis era ocupado por las tropas rusas
el 30 de marzo de 1885. m ) Después de un período de tensión anglo-rusa, se llegaba a
un compromiso: el Protocolo de 10 de diciembre de 1885, por el que se dejaba Pandjeh
a Rusia y el paso de Sulfikar al Afganistán. (Vid. P. RENOUVIN: Histoire des relarions
internationales. Le XIXe siécle. De i8yj a 1914, París, Hachette, 1955, pp. 93-94.) Res-
pecto a esta border dispute, digamos que, para los historiadores soviéticos, la Gran
Bretaña, a fin de desviar la atención afgana de la frontera del Noroeste de la India,
animaba, armaba y financiaba a los afganos para cometer un acto de agresión desde el
norte del país. Cons. GREGORIAN, cit. ant., p. 447.
128
LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO
a) Por un lado, vemos que, en este reinado, Afganistán se configura
como Estado con los límites actuales. Límites que eran establecidos en detri-
mento del Afganistán. La evidencia de esto lo constituye la línea Durand,
trazada por Mortimer Durand—en nombre del gobierno de la India—
en 1893, Po r medio del Acuerdo Durand-Abdur Rahman, y por el cual
Afganistán renunciaba a intervenir en la zona fronteriza entre el Afganis-
tán y la India, y por el que se incrementaba su subsidio inglés de 80.000
a iao.000 libras.
Facetas a tener en cuenta en esta cuestión:
i) Postura sobre la adopción de la línea Durand: a) Para los historia-
dores afganos, esta línea fue impuesta al Afganistán bajo la amenaza de
guerra y bloqueo británico. /3) Para los historiadores británicos, la línea
Durand fue un arreglo negociado.
ii) Línea denunciada siempre por el Gobierno afgano como unilateral
y arbitraria (al cortar en dos el territorio habitado por los pathanes). ..
iii) Consecuencias del Acuerdo Durand-Abdur Rahman: serias. Por lo
siguiente:
a) Al dar al Gobierno inglés el control de los pasos de la llamada zona
fronteriza y el de impedir a los nómadas afganos entrar en la India o regre-
sar al Afganistán. Con esta arma diplomática y política, las autoridades
británicas de la India creían que podrían ((inducir a los afganos a resolver
todas las diferencias que pudieran tener con el Gobierno británico.» Explica-
ción de esta suposición: los gobernantes afganos podrían temer las deriva-
ciones políticas del cierre de los pasos: una detención de las migraciones
de temporada de los nómadas y de las caravanas comerciales podría produ-
cir indudables perjuicios a la economía del país.
/?) Al hacer que, tras el Acuerdo Durand, empeoraban las relaciones
entre Afganistán y Gran Bretaña. Singularmente, señalemos que el Gobierno
de la India continuaba oponiéndose al establecimiento de contactos diplo-
máticos directos entre Londres y Cabul. Con todo, el virrey de la India
invitaba al emir a visitar la India e Inglaterra. Pues bien; aceptando la
invitación, Abdur Rahman enviaba la respuesta directamente a la reina
Victoria, pasando deliberadamente por encima del virrey. Al fin, fue «el
hijo» del emir, Nasrullah Khan, quien visitó Inglaterra (1895).
Sin embargo, el fracaso en conseguir representación diplomática afgana
en Londres condujo a un deterioro mayor en las relaciones entre el Gobierno
de la India y el emir. Hubo constantes disputas entre el Afganistán y el
129
REVISTA DE POLÍTICA INTERNACIONAL 9
LEANDRO RUBIO GARCÍA
Gobierno de Delhi, que culminaron en la negativa del virrey a permitir el
paso de material de guerra e importaciones de petróleo, hierro, acero y
cobre para el Afganistán y, en represalia, en el repudio por el emir del sub-
sidio del gobierno indio.
b) Por otro lado, han de recogerse las consecuencias del enfrentamiento
ruso-británico. De la siguiente manera:
i) La política del Imperio británico y del Imperio ruso de evitar el esta-
blecimiento de una frontera común—a fin de evitar, así, un choque directo
entre los dos grandes imperios—se concretaba en el Tratado anglo-ruso
de 1895 (11 de marzo). En ese contexto, el Afganistán debía desempeñar el
papel de Estado-tapón entre los dos imperios (Lux Wurm). Lo cual, por
una parte, salvaba la independencia del Afganistán. Pero, por otra, lo ais-
laba completamente el mundo. (Aunque el «emir de hierro» trataba de
remediar esta situación introduciendo instituciones o establecimientos cul-
turales, sanitarios e industriales de carácter europeo o de dirección europea.)
n) Ahora bien; el «conflicto pacífico» anglo-ruso constituyó una activa
realidad en todo este período. Incluso con hitos tan notables como la crisis
de 1900. En tal año, el Gobierno ruso reabrió diplomáticamente la «cuestión
afgana», al tratar de establecer relaciones diplomáticas y estrechos vínculos
económicos con el Afganistán. Con la advertencia de que la acción diplo-
mática iba acompañada de medidas militares: concentraciones y maniobras
de tropas rusas a lo largo de la frontera afgana.
Pues bien; en respuesta a esto, la Gran Bretaña expresó su determina-
ción de mantener al Afganistán libre de la influencia o la interferencia
de toda Potencia extranjera, y su derecho a controlar las relaciones exte-
riores del Afganistán.
5) Inventario del remado de Abdur Rahman.
a) Factores positivos:
1) A su muerte—acaecida el 1 de octubre de 1901—, había conseguido
el establecimiento del primer régimen centralizado del Afganistán y la con-
comitante unificación política del país. Parejamente, desde su reinado, el
Afganistán cuenta con un Gobierno central, estable, apoyado sobre una buro-
cracia—sólida burocracia, dirá algún escritor.
ti) Por primera vez en la historia del Afganistán, a la muerte del jefe
del país no se discutirá su sucesión. El hijo mayor del gran y terrible emir
era reconocido emir inmediatamente, sin ningún género de oposición.
130
LOS COMPONENTES DEL AFGANISTÁN CONTEMPORÁNEO
b) Factores negativos:
i) Incapacidad del emir para superar los obstáculos socioeconómicos y
políticos que constantemente amenazaban la estabilidad interna del país
y la evolución de una Monarquía absolutista: el poder feudal y el poder
económico de las empecinadas y rebeldes tribus, y para impedir la conti-
nuación del Afganistán como un país «interior»—landlocked—sin salida
al mar y, por ende, dependiente de las comunicaciones y del comercio con
la India, Asia central y Persia.
ti) Resistencia gubernamental a la introducción en el país de determi-
nados avances técnicos o a determinados contactos con el mundo exterior.
Por ejemplo, resulta sintomática la firme resistencia a todos los esfuerzos
para la introducción del ferrocarril en el país (por razones de seguridad).
Igualmente es de mencionar la oposición—pero aquí por razones políticas
y religiosas—a la presencia de misiones cristianas en el país. Etc.
ni) Limitación geográpca de las reformas realizadas: esencialmente, en
Cabul.
iv) Montaje de las reformas sobre —detalle de enorme significado— una
parte de la población. Explicación al respecto. Por un lado, tenemos que la
mayoría del impuesto territorial era pagado en especie. Ahora bien; mu-
chas tribus—particularmente, las nómadas—gozaban de exención parcial o
total de impuestos. Con ello, la mayoría de la renta gubernamental dependía
de la clase mercantil, del comercio exterior y de los subsidios británicos.
Es decir, las reformas introducidas se montaban sobre una pesada

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