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TESIS FINAL Julia Ricaurte Varela 2024

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Mujeres, lucha y represión: elementos claves para comprender la violación de 
los Derechos Humanos en Afganistán (2001-2023) 
 
 
Pontificia Universidad Javeriana 
Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales 
Relaciones Internacionales 
 
 
 
Bogotá D.C. 
2023 
 
 
Mujeres, lucha y represión: elementos claves para comprender la violación de 
los Derechos Humanos en Afganistán (2001-2023) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Julia Ricaurte Varela 
Pontificia Universidad Javeriana 
 
 
 
 
Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales 
Relaciones Internacionales 
 
 
 
 
Bogotá D.C. 
16 de noviembre 2023 
 
TABLA DE CONTENIDO 
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................. 1 
CAPÍTULO 1. APROXIMACIÓN CONCEPTUAL A LA REALIDAD DE LAS 
MUJERES .............................................................................................................................. 7 
1.1 DERECHOS HUMANOS ..................................................................................................... 7 
1.2 GOBERNANZA AUTORITARIA ............................................................................................ 9 
1.3 PASHTUNWALI ................................................................................................................ 11 
CAPÍTULO 2. AFGANISTÁN. GEOGRAFÍA, CULTURA E HISTORIA ........................ 14 
2.1 INFORMACIÓN GENERAL ................................................................................................ 14 
2.2 UNA NACIÓN FRAGMENTADA: ETNIAS Y SUS CÓDIGOS CULTURALES Y SOCIALES ........... 15 
2.3 AFGANISTÁN ENTRE LO RURAL Y URBANO ..................................................................... 18 
2.4 DESARROLLO ECONÓMICO ............................................................................................ 19 
2.5 LA OCUPACIÓN DE LA UNIÓN SOVIÉTICA Y EL ROL DE LA MUJER (1979-1989) ............... 20 
2.6 EL PRIMER ASCENSO DEL TALIBÁN AL PODER POLÍTICO (1994-2001) ............................ 21 
2.7 PRIMEROS AÑOS DE LA OCUPACIÓN ESTADUNIDENSE (2001-2014) ................................ 22 
CAPÍTULO 3. UN PASADO DE ALTIBAJOS, UN PRESENTE OSCURO Y UN 
FUTURO INCIERTO ........................................................................................................... 23 
3.1 PERÍODO DE ALTIBAJOS Y FRÁGILES RESULTADOS (2001-2021) ..................................... 23 
3.2 DESALENTADOR PRONÓSTICO. SEGUNDO PERÍODO 2021-2023, REGRESO DEL TALIBÁN 30 
CONCLUSIONES ................................................................................................................ 38 
BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................................. 41 
 
 1 
Introducción 
En agosto de 2021 los talibán retomaron el poder en Afganistán después de 20 años de haber 
sido derrocados por la invasión de Estados Unidos (en adelante, EE. UU). Este hecho atrajo 
la atención del mundo por las escenas de caos y pánico que se vivieron en el aeropuerto, 
multitud de personas tratando de impedir el despegue de los aviones, suplicando ser incluidos 
en los vuelos, igual que gente saliendo por las fronteras. Esta situación fue la reacción a las 
temidas consecuencias que este nuevo gobierno podría traer para los ciudadanos afganos, 
como quiera que el talibán se ha caracterizado por ignorar los Derechos Humanos (en 
adelante DD. HH) en especial de las mujeres, justificando sus acciones en una interpretación 
extrema del sharía, definida por Hallaq como: “Un modo de vida y una visión del mundo, a 
la vez que un conjunto de creencias” (UNESCO, 2017). 
Con la retoma del grupo talibán, quienes conforman un gobierno de facto, el mundo recuerda 
la violación a los derechos de las mujeres previo a la invasión de EE. UU en 1996 donde se 
adoptaron una serie de medidas totalmente represivas en contra de las mujeres como la 
exclusión del empleo y restricciones que limitaban el acceso a educación, salud, estrictos 
códigos de vestimenta, castigos severos afectando su vida e integridad física, como también 
limitación a la movilidad sin acompañante masculino de la familia, restringiendo la vida 
cotidiana. Lo anterior afectó su modo de vida generando empobrecimiento extremo, 
coartando su autonomía y aumentando la dependencia a los hombres. 
En 2021 a pesar de que el gobierno talibán se comprometió públicamente a respetar los 
derechos de las mujeres, siempre dentro del marco de lo que ellos consideran sharía, lo cierto 
es que las restricciones impuestas desde la retoma han superado los pronósticos pesimistas 
que se tenían. Es así como en el tiempo transcurrido desde agosto 2021 hasta la fecha se han 
tomado medidas fuertemente restrictivas respecto a la libertad a los derechos de las mujeres 
con cambios tanto en las normas como en instituciones con alto impacto sus vidas. En 
septiembre del mismo año eliminaron el Ministerio de Asuntos de las Mujeres y se reinstauró 
el Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio, con lo cual 
prácticamente se suprimieron las instituciones asociadas de promoción de derechos de las 
mujeres. Posteriormente se han expedido una serie de medidas restrictivas dentro de las 
cuales Amnistía Internacional (2023a) destaca la prohibición de acceso a la educación escolar 
 2 
para niñas mayores de seis años y cierre de universidades, prohibición al trabajo en 
Organizaciones no Gubernamentales (en adelante ONG), extendiendo la prohibición a 
organismos de la ONU, estrictos códigos de vestimenta y otras prohibiciones que se señalarán 
más adelante.1 
Dentro de este contexto, ser mujer en Afganistán no es nada fácil, sus derechos son violados 
e ignorados a través del tiempo con la pretendida justificación religiosa que finalmente 
corresponde a la interpretación del gobierno de turno de los textos legales, sociales y 
religiosos del islam, sumado a otros factores llevando a que Afganistán sea considerado no 
solo “el peor país del mundo para ser mujer” sino el más represivo. Tal como lo mencionó 
Roza Otunbayeva, directora de la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (UNAMA 
por sus siglas en inglés): “Afganistán, bajo el gobierno de los talibán, sigue siendo el país 
más represivo del mundo con respecto a los derechos de las mujeres” (UNAMA, 2023). 
A través de los últimos años en Afganistán el estatus de los DD. HH de las mujeres no ha 
sido constante, ha tenido avances pero casi siempre seguido de retrocesos según los 
gobernantes de turno. Si bien durante los años anteriores a la retoma por parte del grupo 
talibán, en los gobiernos de Hamid Karzai 2001-2014 y Ashraf Ghani 2014-2021 apoyados 
por EE. UU, las condiciones de las mujeres no eran las mejores, no puede negarse que hubo 
avances, aunque limitados, en reconocimiento y promoción de los derechos a favor de la 
mujer, los cuales desaparecen con la retoma de los talibán en 2021. 
Como estudiante de Relaciones Internacionales es de interés los temas relacionados con 
DD.HH como fundamento de toda sociedad. Existen tratados y diferentes mecanismos de 
protección de los DD. HH que prácticamente la totalidad de los países se han adherido a ellos, 
incluido Afganistán. También, que existe supervisión de organismos internacionales por lo 
que surge la inquietud del por qué permanentemente se sabe de violaciones a los DD. HH y 
en especial contra las mujeres, siendo el caso de Afganistán el que sobresale a partir de la 
retirada de Estados Unidos en agosto de 2021 que condujo a la retoma del gobierno por los 
talibán. 
 
 
1 Salvo algunas médicas y enfermeras que siguen prestando sus servicios en hospitales. 
 3 
Por lo anteriormente expuesto, en Afganistán los DD. HH de las mujeres y niñas, a pesar de 
ciertos avances y retrocesos, parecen no existir. Rechazando contundentemente estas 
violaciones,surge la pregunta para esta investigación: ¿Cuáles son los elementos clave que 
permiten entender las principales violaciones de los DD. HH de las mujeres en Afganistán 
2001-2023? 
Para responder está pregunta se parte de la hipótesis de que la violación sistemática de DD. 
HH de las mujeres afganas no tiene una causa específica, sino que está determinada por 
diversos factores. Mas allá de la religión, existen otras circunstancias asociadas con la 
fragmentación interna a causa de la diversidad étnica, cultural, política y hasta geográfica 
que ha influido en las medidas tomadas para oprimir la defensa y protección de los derechos 
de las mujeres. Es frecuente delegar la responsabilidad en el tema religioso, lo cual no es del 
todo cierto, toda vez que el islam no es solo religión sino una forma de vida que varía entre 
todos los pueblos musulmanes, siendo la interpretación de las fuentes la diferencia. Así, una 
visión muy conservadora y tergiversada del sharía de parte del talibán conlleva a imponer 
sus normas usando la violencia, la exclusión y la represión. En cuanto a los factores 
socioculturales, está mediado por una fragmentación de diversas etnias y poderes regionales, 
impidiendo que haya una cohesión nacional. 
Como quiera que en el islam están claramente diferenciados los roles entre hombres y 
mujeres, la masculinidad y la religión y las creencias sociales son determinantes. En ese 
sentido Afganistán se caracteriza por ser una sociedad mayoritariamente patriarcal lo que 
determina el poder del hombre sobre la mujer, que reforzado por la visión conservadora de 
los talibán del islam y sus códigos han llevado esas diferencias al extremo. Afganistán fue 
testigo de visiones reformistas del islamismo donde se ha promovido la igualdad de género, 
pero estos esfuerzos han sido avasallados por fuerzas revisionistas que propenden por la 
prohibición de educación y el trabajo a la mujer. 
Por otra parte, los elementos políticos e históricos también son factores determinantes para 
entender la situación de inestabilidad que conlleva a la situación actual de DD. HH que vive 
el país. Entre esos aspectos están los dos procesos de ocupación extranjera por parte de la 
Unión Soviética y los EE. UU los cuales produjeron una serie de desencuentros entre diversos 
sectores de la sociedad afgana, generando pugnas y conflictos que terminaron con acciones 
 4 
violentas y radicalización de posturas ideológicas en los conflictos por lo general las mujeres 
y los niños llevan la peor parte. 
Finalmente, otro factor no menos importante es la diferenciación entre zonas rurales y 
urbanas. Puede decirse que en la situación de derechos de las mujeres hay una brecha entre 
las mujeres de ciudades y las que viven en las zonas rurales apartadas a quienes prácticamente 
nunca les llegó los avances en materia de derechos por haber estado siempre bajo la influencia 
talibán y sus prácticas restrictivas. 
El objetivo general de este trabajo es identificar los elementos claves que permitan 
comprender el porqué de la represión sistemática de los DD. HH de las mujeres en 
Afganistán, tanto en las décadas pasadas cuando el gobierno talibán fue derrocado, 2001-
2021 y se contó con el apoyo de EE. UU, como después con la retoma de estos en agosto de 
2021 hasta agosto 2023. 
Los objetivos específicos son los siguientes: 
I. Estudiar el contexto socio político, religioso y cultural de Afganistán y su relación 
con la afectación sistemática de los DD. HH contra la mujer. 
II. Analizar la efectividad de las acciones tomadas en pro de los DD. HH de las mujeres 
a partir de la invasión de Estados Unidos y la conformación de la administración 
afgana sobre su supervisión. Gobiernos de Hamid Karzai (2001-2014) y Ashraf 
Ghani (2014-2021). 
III. Debatir la situación de los DD. HH con el retorno del gobierno de facto, desde el 
2021 hasta agosto del 2023. 
IV. Analizar el impacto económico y social de las medidas tomadas por el actual 
gobierno talibán que afectan los DD. HH de las mujeres. 
Justificación 
Para el análisis de los DD. HH de las mujeres en cuanto a su evolución y factores 
determinantes está investigación se concentra en el período comprendido entre 2001, cuando 
se produce la invasión de los Estados Unidos como resultado de las luchas contra el 
 5 
terrorismo luego de los atentados terroristas de al-Qaida en su territorio, hasta agosto de 2023 
cuando se cumplen dos años de la retoma del grupo talibán. 
Para el análisis se tendrán como marco dos períodos cruciales. El primero, va desde 2001 
hasta 2021, allí se tendrá en cuenta el papel que tuvo la intervención e injerencia de los EE. 
UU en los gobiernos de turno, en cuanto a las acciones tomadas en procura de mejorar los 
DD. HH de las mujeres con énfasis en la efectividad de las medias tomadas en pro de ellas. 
Importante hacer claridad que más allá del debate de si la promoción y protección de los DD. 
HH de las mujeres fueron “justificación” para una invasión, este trabajo se enfoca más que 
en la causa de la invasión en los efectos de esta en la situación de las mujeres. 
El segundo momento, va desde el año 2021, año en que el talibán retoma el poder político 
hasta agosto 2023. En este período se analiza la nueva normatividad que lleva a un retroceso 
en los derechos de las mujeres, sus consecuencias no solo para ellas sino para el país en 
general que lo lleva a enfrentar una crisis económica y humanitaria de grandes proporciones. 
Entre las razones de importancia para desarrollar esta investigación se pueden mencionar las 
siguientes: La primera, más allá de los enfoques y controversia entre universalismo y 
multiculturalismo, hay que destacar que los DD. HH, si bien están circunscritos dentro de 
una cultura está no debe ser impuesta como tampoco debe prevalecer sobre el derecho y la 
libertad de las personas ni de los valores de la dignidad humana. 
La segunda razón es la igualdad de género. Desde el punto de vista de los derechos de la 
mujer es crucial promover la igualdad de género a nivel global, llamar la atención a estos 
temas que son un reflejo de barreras que las mujeres han enfrentado a través de la historia y 
que han generado luchas constantes para crear avances y no retrocesos como se ve en 
Afganistán. Finalmente, la tercera, el hablar acerca de las violaciones de los DD. HH de las 
mujeres promueve conciencia y genera lecciones acerca de violaciones similares que pueda 
haber en escenarios distintos al de Afganistán. 
Metodología 
Esta investigación se desarrolla desde un enfoque cualitativo de revisión bibliográfica. Para 
el análisis de información se utiliza la técnica de análisis documental a partir de la 
recopilación y selección de información a través de la lectura proveniente de documentos, 
 6 
libros, informes y boletines de prensa digital, en especial boletines de la ONU, sus agencias 
y demás reportes de otras organizaciones relacionadas para entender el contexto y los 
elementos que subyacen en este escenario territorial. A partir de la información seleccionada 
en el análisis documental se procedió al análisis de datos que permitiera soportar las 
afirmaciones y conclusiones. 
Con los elementos previamente mencionados para el desarrollo de la presente investigación 
se usaron fuentes de recolección primarias y secundarias. Como fuente primaria se utilizaron 
documentos oficiales (Normas, leyes, disposiciones y decretos) que permiten entender la 
evolución y retroceso de los derechos de la mujer, teniendo en cuenta el papel de los 
gobiernos en los dos períodos a analizar -2001 a 2021 y 2021 a 2023-. Además, se revisaron 
testimonios y entrevistas que permiten entender de primera mano la situación que atraviesan 
las mujeres en el país. Como fuentes secundarias, se revisaron todas aquellas que emitieron 
las ONG, los informes de los centros de pensamiento, las fundaciones y los organismos 
multilaterales.Así como también se tomaron ciertos aportes de la literatura especializada en 
el tema y de revisión de prensa. 
Finalmente, para los propósitos anteriores la investigación se dividirá en tres capítulos y 
conclusiones. En el primero, se describirá el Marco Conceptual donde se explican los 
conceptos relevantes de esta investigación. En el segundo, se presenta el contexto histórico 
y sociocultural de Afganistán. En este apartado se hará descripción de las características del 
país haciendo especial énfasis en la diversidad geográfica, cultural y étnica que componen la 
sociedad y que definen la complejidad del país y por ende la posición social de la mujer en 
esa sociedad. 
En el tercero, para los períodos de estudios seleccionados se hará el análisis de la situación 
de los DD. HH de las mujeres haciendo énfasis en los derechos a educación, trabajo y salud, 
destacando sus avances con énfasis en la efectividad real de estos y en las causas de sus 
retrocesos, así como también se analizará el impacto económico y social de algunas de las 
medidas restrictivas tomadas recientemente por el gobierno talibán desde 2021. Finalmente, 
en las conclusiones se responde a la pregunta de la investigación, con un análisis 
correspondiente para dar respuesta a los objetivos específicos. 
 
 7 
Capítulo 1. Aproximación conceptual a la realidad de las mujeres 
Este capítulo se encarga de plasmar unos elementos, concepciones y aspectos generales sobre 
los DD. HH, la gobernanza autoritaria y los principios y valores de sharía y en especial del 
código tribal Pashtunwali por ser este un código social que identifica a la etnia pashtún a la 
que pertenecen los talibán que gobiernan el país hoy en día. Todo esto, como preámbulo y 
base a la comprensión de un fenómeno tan complejo de analizar como lo es la situación 
política, social, cultural y violenta de Afganistán y su relación con los DD. HH. 
1.1 Derechos Humanos 
A partir del año 1948, cuando se declararon y proclamaron los DD. HH, los debates entorno 
a su comprensión y alcance no han cesado, sobre un tema que busca promover la dignidad 
del ser humano en diversos sectores de la sociedad. Entre esas posturas están: 
Los derechos humanos desde la visión liberal: los DD. HH se pueden entender como el 
conjunto de normas fundamentales que garantizan y protegen la dignidad de todos los seres 
humanos. Son los elementos que rigen y regulan cómo se comportan los individuos en una 
sociedad, teniendo en cuenta las relaciones entre la sociedad y el Estado, es decir los derechos 
y deberes que tiene cada uno de estos actores (Montero, 2010 y Facio, 2003). 
De hecho, siguiendo a Montero (2010, pp. 18-19), los DD. HH desde la visión liberal se 
componen de los siguientes aspectos: 1. Los DD. HH son naturales e inmanentes;2 2. 
Promueven la libertad y la autonomía del ser humano sobre el interés colectivo; 3. La 
organización de la sociedad civil está basada en el acuerdo contractual de que el Estado es 
quien aplica la Ley; 4. Aceptación del Estado de Derecho como pilar de la democracia y el 
buen gobierno, entendiéndose como el conjunto de normas que regulan los poderes públicos; 
5. El imperio de la ley como aspecto regulador; 6. El progreso humano como pilar central 
para mejorar las condiciones de bienestar de la humanidad. 
Además, para Carpizo (2011) los DD. HH son el conjunto de atribuciones reconocidas por 
instrumentos jurídicos internos y externos de cada uno de los países para materializar 
correctamente el respeto y promoción de la dignidad de las personas. Todo esto con el fin, de 
crear las condiciones necesarias para que los seres humanos puedan coexistir en sociedad, 
 
2 Esto quiere decir que se desprenden de la esencia del ser humano en cuanto tal, y no dependen de las 
condiciones en que pueden ejercerse en la realidad. 
 8 
respetando cada uno de los ámbitos que esta tiene como lo político, lo social, lo económico, 
lo diferencial y lo cultural. 
Asimismo, desde la perspectiva liberal, estos revisten una serie de características centrales, 
asociadas a las expuestas por Montero (2010): universalidad, historicidad, progresividad, 
aspecto regulador, progreso constante y eficacia. De esta manera, la concepción liberal se ha 
consolidado como la narrativa oficial de los DD. HH en la actualidad. Sin embargo, de 
manera paralela se han venido abriendo escenarios académicos y jurídicos para la 
comprensión de otras perspectivas. 
Los derechos humanos desde una perspectiva crítica: Para Sousa Santos (2014) la 
perspectiva liberal de los DD. HH ha venido suscitando un debate en torno a su comprensión 
consensual, lineal y universal, en la medida que se han presentado como un espejismo de 
progreso y dignidad, es decir, hay una pretensión de hacer creer que estos son un triunfo de 
toda la humanidad, en la medida que son universalmente válidos. Sin embargo, esta narrativa 
desconoce que existen diversas concepciones sobre la dignidad y las lecturas de los derechos 
por razones de tipo cultural e histórico que desconocen la narrativa universal. En términos 
del autor, los DD. HH desde la perspectiva liberal representan la visión vencedora y 
desconoce las lógicas territoriales. 
Por otra parte, Molano (2014) insiste que hay una tensión entre lo universal y lo fundamental, 
lo individual y lo colectivo, los derechos y los deberes humanos, la razón del Estado y la 
razón de los derechos. Estas disputas no han tenido respuesta para transformar las tensiones, 
lo que a su vez demuestra la incapacidad de la perspectiva liberal en solucionar problemas 
relacionados con la dignidad. Se debe hacer una revisión crítica sobre la manera de entender 
estas complejidades desde la diversidad. Para ello, Sousa Santos (2014, pp. 32-33) propone 
que a través de acciones afirmativas y el diálogo intercultural al momento de expedir leyes, 
se reconozca la dignidad especifica que tiene cada una de las sociedades en el mundo y se 
respete la diversidad. En otros términos, propone que los DD. HH pasen de ser una narrativa 
meramente universal para preocuparse por problemas específicos, donde se respeten las 
condiciones espaciales, territoriales y culturales. 
 9 
En ese contexto, se ha podido evidenciar que enfoques de los DD. HH siguen siendo objeto 
de debate. Para fines de este trabajo de investigación, las dos perspectivas de los DD.HH. 
resultan claves para entender la situación en Afganistán. 
Sin embargo, si bien se debe aceptar la diversidad cultural no hay que perder de vista que los 
DD. HH tienen como fundamento el ser humano y como tal el respeto por la dignidad 
humana. Sin negar que los DD. HH puedan ser instrumentalizados políticamente, no es 
posible aceptar algunos argumentos culturales absolutos como puede ocurrir en el caso de 
Afganistán, que justifiquen agresiones a la dignidad de las personas, tal como lo menciona 
Ayotte (2005, p. 115): “ninguna teoría debería dejarnos aceptar pasivamente conductas que 
atentan contra la dignidad básica de los seres humanos”. 
Por tanto, la visión que se toma para este trabajo es la liberal. Bajo esta concepción se puede 
entonces definir, lo que se debe o se puede permitir como parte de las prácticas y tradiciones 
culturales. Se puede permitir la diversidad cultural siempre que las practicas o tradicionales 
culturales no atenten contra la dignidad humana. Es el caso de Afganistán que en nombre de 
una cultura que además es impuesta y proviene de interpretaciones particulares se afecta 
contundentemente la dignidad humana. El islam, ni sharía, hablan explícitamente de castigos 
ni de códigos de vestir, ni tampoco de prohibir a las mujeres el derecho a la educación. En 
tema de los códigos de vestir por ejemplo se habla de modestia, así que una cosa es aceptar 
que las mujeres usen velo (hiyab) y otro muy distinta es aceptar que les impongan el Burka, 
vestimenta que las cubre totalmente invisibilizándolasy suprimiéndoles su identidad en clara 
violación a su dignidad. En el caso de la educación si bien se puede aceptar por temas 
culturales que las mujeres estudien en espacios separados de los hombres nunca se debe 
aceptar que se les niegue el derecho a la educación.. 
1.2 Gobernanza autoritaria 
Para Lesgart (2020) la gobernanza autoritaria se puede entender como una forma de gobierno 
opresiva y/o represiva del ejercicio del poder político, usando instrumentos de dominación, 
de diversos tipos. Estos pueden ser de índole coercitivo, mediante el uso de la violencia para 
imponer unas formas de comportamiento o de tipo normativo, que si bien no son violentas si 
generan unas conductas que son impuestas. 
 10 
Además, para Linz (1975) la gobernanza autoritaria es cuando un régimen no distingue entre 
totalitarismo y democracia. Para ello, este autor hace una caracterización de siete tipos de 
gobernanza autoritaria (burocrático-militar, corporativismo autoritario, autoritario de 
movilización en sociedades posdemocráticas, regímenes de movilización poscolonial, 
democracias raciales y étnicas, regímenes imperfectamente totalitarios y regímenes 
autoritarios postotalitarios). 
Gobernanza autoritaria de tipo burocrático y militar: Para Linz (1975), citando a 
O’Donnell (1973), el régimen autoritario de carácter militar no dispone de instituciones 
complejas, no cuenta con un partido político capaz de organizar movilizaciones sociales y no 
tiene la capacidad de agregar los intereses de la sociedad. Es importante mencionar, que este 
tipo de gobernanza surge por la incapacidad por parte del gobierno de garantizar una 
estabilidad política al interior del Estado. 
Democracias Raciales o Étnicas: Esta forma de gobernanza autoritaria se refiere a 
regímenes donde se les concede el poder político y el acceso a los espacios de participación 
democrático a un grupo racialmente definido, excluyendo a otros grupos étnicos del acceso 
a los derechos democráticos. En términos del autor, la democracia racial, no solo es la 
exclusión de un grupo, sino que es una forma de presión y represión frente a quienes 
cuestionan y combaten las decisiones del grupo dominante. 
Además de estos autores, Nohlen (2017, pp. 92-93) asegura que la gobernanza autoritaria 
tiene diversos matices o características que determinan su nivel de autoritarismo, y las 
clasifica de la siguiente manera: 
1. Gobiernos autoritarios por base social y poder político: el poder está conformado 
por diferentes grupos sociales apoyados militar, étnica, religiosa y burocráticamente. 
2. La estructura del poder político: una gobernanza autoritaria se caracteriza por la 
repartición del poder y los mecanismos que relacionan la dirigencia del gobierno y 
las élites dominantes. Además, hay una centralización del poder, y la división de los 
poderes del Estado existe de manera formal pero no sustancial. 
3. La relación entre los ocupantes del poder y los súbditos: hay una constante 
situación de violencia ejercida desde las instituciones militares. Las violaciones 
sistemáticas de DD. HH son el mecanismo para imponer unas voluntades sobre otras, 
 11 
usualmente la represión violenta de libertades es la herramienta para ejercer este tipo 
de gobernanza. 
Las formas de gobernanza autoritaria descritas anteriormente son de importancia para la 
presente investigación por cuanto permite ubicar el estilo que ha ejercido el grupo talibán 
desde la retoma del poder. Este se identifica con el burocrático militar y con democracias 
raciales y étnicas, caracterizadas por la relación entre los ocupantes del poder y los súbditos 
a través de mecanimos de violencia y represión de libertades. 
1.3 Pashtunwali – Interpretación radical de sharía 
Este código identifica a los pertenecientes a la etnia pashtún, dentro de los cuales se 
encuentran los talibán que gobiernan hoy en día el país, y que ha sido incorporado de manera 
radical al sharía seguida por ellos. En cuanto a esta interpretación es preciso mencionar que 
el islam no es solo religión, sino que también incluye temas políticos, sociales y hasta 
económicos. Según Grueso (2009), en el islam se diferencian dos temas, los rituales 
religiosos que son inmutables y seguidos por todos los musulmanes y los actos de la vida 
social que son cambiantes y se adaptan a distintas culturas de diferentes países musulmanes. 
Además menciona que estas creencias y normas de la conducta social son consignadas en 
sharía. 
El pashtunwali es el conjunto de principios y normas en los que se soporta la ley tribal de la 
etnia pashtun3 a la cual pertenece la mayoría del grupo talibán. Salazar (2022) lo definió 
como un código tribal, mayoritariamente oral que rige la naturaleza de las tribus en el cual 
sus normas son de aplicación colectiva destacando las obligaciones del individuo frente a 
su grupo social. 
El cumplimiento de sus preceptos determina sus hábitos culturales diferenciadores aun dentro 
de los mismos musulmanes, como lo menciona (Ruiz, 2014, p. 152): “La raíz ultima de esta 
particular idiosincrasia afgana, la que permite diferenciar sus hábitos culturales tanto respecto 
de los pueblos occidentales como de otros pueblos musulmanes, reside más que en el islam 
en el pashtunwali”. 
 
3Los pashtunes, o pastunes, son considerados una de las principales etnias en ese país con cerca del 40% de la 
población, es el grupo políticamente dominante y del cual proviene el grueso del talibán (Gil, 2021). 
 12 
Según Devasher (2023, párr. 1) el pashtunwali trata sobre el honor (Nang) soportado en el 
triángulo mujer, tierra y riqueza. Para el hombre defender y proteger su honor, sus bienes y 
sus mujeres y ante todo el honor de su comunidad constituye su estado de derecho, lo que en 
ocasiones genera conflictos con la concepción jurídica del propio Estado. Igualmente 
menciona este autor, que el honor está directamente relacionado con las mujeres, su 
comportamiento e infracciones afectan directamente el honor de los hombres en la familia y 
en el clan. Una transgresión por parte de ellas es la mayor amenaza al honor de su grupo 
generando enemistades sangrientas que pueden llegar hasta la muerte. Esta concepción puede 
dar explicación a la situación de los DD. HH de las mujeres afganas. En la misma línea que 
Ruiz (2014), Devasher (2023) considera que este código, con fuerte carga de costumbres y 
tradiciones, marca la diferencia de los talibán aun dentro de los musulmanes. 
Siendo pashtunwali un código tribal se enfoca en la comunidad, determinando las 
obligaciones del individuo respecto a la colectividad social a la cual pertenece. Recoge leyes 
de varios sistemas normativos, islam, estatal, y de las costumbres locales y tribales, su 
violación es severamente castigada por los tribunales de ancianos, denominados Loya Jirga.4 
Ruiz (2014, p. 153) argumenta que el valor fundamental del pashtunwali es el honor y que 
este no es un valor personal sino colectivo. Menciona que los valores que se presentan a 
continuación (Tabla 1.) son medios para preservar el honor: 
Tabla 1: Valores del pashtunwali 
 
4 Es un sistema de consulta que los afganos han usado desde la antigüedad para resolver asuntos de la nación o 
para movilizarse por una causa. La constitución la reconoce como “la mayor manifestación de la voluntad del 
pueblo” (Reuters, 2010). 
 
 13 
 
Fuente: Ruiz (2014, pp. 153-155). 
Dentro de este contexto, se explica en gran medida que los derechos de las mujeres 
musulmanas se enmarcan en un esquema de factores culturales, y dependiendo del grado de 
conservadurismo de los gobernantes, proviene el respeto o la violación a estos. Muchas de 
las agresiones, maltratos y abusos contra las mujeres en Afganistán, son atribuidos a la 
interpretación radical de los principios y valores del pashtunwali incorporados en la sharía 
seguida por los talibán. En este punto hay que destacar, como se mencionóanteriormente, 
que el pashtunwali es propio de la etnia pashtun por tanto no aplica a todos los grupos étnicos 
de Afganistán, como tampoco no todos los pastunes siguen con la misma ortodoxia el 
pashtunwali. como lo hace la tribu talibán. Es el caso de los dos presidentes que tuvo 
Afganistán durante la invasión de EE. UU, tanto Hamid Karzai como Ashraf Ghani 
pertenecientes a la etnia pashtún, pero de la tribu durrani quienes son menos conservadores 
y por lo mismo trataron de conciliar las tradiciones con un pensamiento moderno, lo que 
explica porque las mujeres en ese momento pudieron avanzar en sus derechos como acceso 
a educación superior, trabajo y forma de vestir, derechos suprimidos con la retoma del 
gobierno del talibán. 
Finalmente, es fundamental reiterar que no todos en Afganistán siguen el pashtunwali, pues 
estamos ante un país étnicamente diverso. Tampoco, el talibán ha impuesto este código de 
manera oficial a toda la población. Resulta importante tenerlo en consideración para tratar de 
 14 
entender algunos escenarios de violación a derechos humanos de las mujeres en donde se 
hace una interpretación absolutista y machista del contenido de este elemento. 
Capítulo 2. Afganistán. Geografía, cultura e historia 
El presente capítulo tiene como objetivo dar un contexto general para comprender la actual 
situación de Afganistán, el talibán y la opresión a la mujer. Para ello, se estructura en cuatro 
secciones: en la primera parte la información general del país, en la segunda la explicación 
de sus diferentes etnias y culturas, así como la brecha existente entre lo rural y lo urbano, en 
la tercera se presenta la situación económica de la nación afgana, finalmente en el último 
apartado se realiza un recorrido histórico de la situación que ha tenido los DD. HH de la 
mujer desde finales de la década 1970 hasta el 2001. 
2.1 Información general 
Afganistán. con Kabul de capital, es un país ubicado en Asia Central con una superficie de 
652.009 km2 donde el 75% del territorio es montañoso y no cuenta con salida al mar. El 
relieve de su superficie montañosa dificulta la interconexión entre las ciudades y las zonas 
rurales por una deficiente infraestructura vial por lo cual a estas últimas no les llegó en la 
misma proporción los beneficios progresistas que en determinados momentos se registraron 
en las ciudades, especialmente en Kabul. 
Afganistán limita con Pakistán al sur oriente con Irán al oeste con Turkmenistán, Uzbekistán 
y Tayikistán al norte y con China al noreste a través del corredor de Waján, como lo muestra 
la figura 1. Administrativamente está organizada en 34 provincias, divididas en 364 distritos, 
cada uno de estos tiene bajo su control una diversidad de aldeas. 
Figura 1: Principales regiones de Afganistán 
 15 
 
Fuente: CIA (2021). 
Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos: 
La población superará los 43 millones de habitantes en 2023, 49% son mujeres y niñas; 28 
millones de personas, el 65% de la población, necesitarán ayuda humanitaria urgente, cifra 
mayor a la registrada en 2022; el 79% de la población que vive en zonas rurales requiere 
ayuda humanitaria (UNOCHA, 2023, pp. 5-7). 
2.2 Una nación fragmentada: etnias y sus códigos culturales y sociales 
El territorio afgano está conformado por 55 grupos étnicos diversos cada uno con una serie 
de prácticas, costumbres y códigos de conducta diferente. Se calcula que los pashtun, el grupo 
dominante actual y de donde proviene la mayoría de los militantes del grupo talibán, 
representa aproximadamente el 40% de la población y se encuentran ubicados en el suroeste 
del país,5 los tayikos que representan entre el 20% y el 30% de la población se extienden por 
la mitad del norte del país, los hazaras que son aproximadamente el 10% están ubicados en 
las regiones montañosas (Gilbert et al., 2009, p. 24). Para entender mejor, la diversidad étnica 
de Afganistán, De Lucio (2017) elaboró una tabla, figura 2, que recoge la tendencia religiosa, 
la inclinación política y el territorio que corresponde a cada una de las tribus y etnias que 
componen Afganistán. 
Figura 2: Diversidad étnica en Afganistán 
 
5 Con dominio sobre ciudades como Kabul, Kandahar y Herat. 
 16 
 
Fuente: De Lucio (2019, p. 18). 
La diversidad de etnias con su propia identidad condiciona el que cada individuo genere un 
sentido de pertenencia a la etnia más que a la nación, por lo que según García (2001) no 
existe reconocimiento a un Estado nación. Para conocer a fondo el problema afgano es 
necesario entender sus estructuras étnicas y con ello el apego a sus tradiciones de carácter 
tribal lo que se constituye en un factor político de importancia. Con relación a las estructuras 
étnicas, Roy (1985, p. 133) hizo referencia a tres niveles básicos de identidad comunitaria: 
1. Carácter general, llamada Melliat, que comprende grandes grupos como los pashtun 
que son la mayoría, los hazaras, los tajik, los uzbekos, los baluches y los nuristani. Al 
interior de cada etnia hay subdivisiones a nivel de tribus con variedad de costumbres, 
lenguas y en especial con interpretaciones diferentes del tema religioso. Esto ha 
generado entre otros la polarización entre los pashtun pro-talibán y los no pro-talibán. 
2. El sistema tribal llamado Galiba, identifica las etnias pashtun, nuristani y baluches. 
Se caracteriza por la solidaridad frente a extraños, costumbres y leyes comunes y un 
sistema de creencias autónomo del islam. Tiene un conjunto de valores dentro de los 
cuales están principalmente: el honor, la venganza y la hospitalidad los cuales se 
basan en el código de comportamiento pashtunwali. Su institución es la asamblea de 
tribus, llamada la Jirga, la cual toma decisiones en consenso bajo el liderazgo de un 
líder tradicional. Tienen una ley común que reglamenta los temas de matrimonio, 
herencias, tenencia de tierras entre otros. Estas leyes se basan en la sharía. 
 17 
3. El tercer nivel llamado Gawn o grupo solidario puede identificarse con una familia 
extensa o clan o poblado, siendo de la mayor importancia los lazos familiares en este 
grupo. 
Como pertenecientes a la etnia pashtun la mayoría de los integrantes del grupo talibán siguen 
los lineamientos y principios del pashtuanwali, mencionados en detalle en el marco 
conceptual. Se trata de un código tribal que se enfoca en la comunidad, enfatizando las 
obligaciones del individuo frente a su colectividad social a la que pertenece, es decir, la 
comunidad es superior al individuo.6 Su incumplimiento o violación conlleva severos 
castigos impuestos por los consejos de ancianos, jirga, esta visión se aplica principalmente 
en las zonas rurales ya que en las grandes ciudades no tiene gran peso (Raisani, 2023, p. 1). 
De acuerdo con los principios, valores y obligaciones del pashtunwali, el honor es el valor 
fundamental alrededor del cual giran los demás valores, la obligación del individuo es 
defender y proteger su honor, el de sus mujeres y ante todo el de su comunidad. Es importante 
en este punto destacar las implicaciones que este valor conlleva para las mujeres en 
seguimiento del principio namus, defensa del honor de las mujeres. En cuanto a la 
subordinación esto afecta especialmente a las mujeres y no a los hombres como lo menciona 
(Ruiz, 2015, pp. 6-7): 
Esta subordinación del individuo al grupo, en primer término, a la familia, tiene 
consecuencias muy especiales para las mujeres porque la cultura patriarcal prevalente en 
Afganistán identifica a las mujeres y no a los propios hombres, como los depositarios de la 
honra familiar y comunitaria. 
Esta situación plantea un escenario adverso para las mujeres y sus derechos fundamentales, 
los cuales les son negados según la interpretación de un código soportado en costumbres 
ancestrales que han perdurado a través del tiempo. Esta interpretación extremadesde las 
raíces del pashtunwali, da origen a lo que se podría llamar “la sharía” particular de los talibán 
vigente hoy en día en Afganistán. 
 
6 En esta concepción de la subordinación del individuo a la comunidad se puede encontrar la mayor diferencia 
con la concepción universal de los DD. HH donde claramente la primacía es del individuo a quien se le debe 
preservar y proteger sus derechos (Ruiz, 2015, p. 7). 
 18 
2.3 Afganistán entre lo rural y urbano 
Dentro de la complejidad que caracteriza Afganistán es preciso mencionar la brecha que 
existe en Afganistán entre lo urbano y lo rural, la dificultad en la interconexión entre regiones 
explica las visiones y culturas tan diferentes entre lo que sucede en las ciudades, 
específicamente en Kabul, expuestas a otras culturas más progresistas. Según cifras 
reportadas por Datos Mundial (s. f.) se calcula que de un total de población de 41.1 millones, 
tan solo 7.4 millones viven en las ciudades más importantes, incluyendo Kabul la capital 
donde viven 4.6 millones, cifras que permiten inferir el carácter rural del país. Si a estas cifras 
le aplicamos la proporcionalidad de hombres y mujeres, siendo el 49.5% mujeres, podríamos 
decir que la gran mayoría de ellas vive en zonas rurales, 81%, con lo que esto representa en 
cuanto a vivir en el marco de tradiciones y costumbres ancestrales del islam con leyes y 
normas que se derivan de los códigos tribales como el pashtunwali que se sigue con más 
rigor en estas zonas. 
La diferencia en la aplicación de justicia es otra desigualdad entre las zonas rurales y urbanas, 
predominando en las primeras una justicia informal basada en la interpretación de “la 
sharía”, ante la ausencia y desinterés del Estado con las implicaciones que esto tiene para la 
protección de los derechos de las mujeres. Como mencionó Ruiz (2016, p. 18): “Los sistemas 
informales o tradicionales han subsistido a través del tiempo por la incapacidad del Estado 
de imponer autoridad en las zonas alejadas de los centros urbanos del país”. Distinto es en 
los centros urbanos donde se beneficiaron de una justicia formal. Por tanto, las mujeres de 
las zonas rurales estuvieron sometidas, más que las de las ciudades, al extremo 
conservadurismo de las normas y mecanismos de aplicación de justicia tradicional 
beneficiándose poco de los progresos alcanzados en las ciudades. 
En términos generales los avances que de alguna manera se dieron en las ciudades en materia 
de políticas de igualdad para las mujeres difícilmente llegaron a las zonas rurales que han 
permanecido desde tiempo atrás bajo el dominio de los talibán, con lo que esto representa, 
generando una situación distinta en derechos entre las pocas mujeres que vivían en las 
ciudades y la gran mayoría de las zonas urbanas. 
 19 
2.4 Desarrollo económico 
Afganistán es considerado un país agrario con una economía precaria que se basa 
principalmente en la agricultura y la minería con un déficit de acceso a bienes y servicios 
públicos. El país está dando sus primeros pasos en el proceso de industrialización, en la 
producción de alfombras, textiles y otros bienes. Posee recursos naturales como minerales y 
algunos yacimientos de petróleo y gas natural situados en el norte del país en las cuencas del 
Amu Darya (Tamim et al. 2020, p. 1), convirtiéndose en una fuente potencial para la 
generación de ingresos. Sin embargo, dada su inestabilidad política a causa de los conflictos, 
estos recursos son desaprovechados y la inversión extranjera es casi nula. Afganistán es la 
economía número 140 del mundo, su PIB per cápita es de 312 euros, ubicándose como un 
sistema económico precario. Sus habitantes tienen bajos niveles de calidad de vida. El Índice 
de Desarrollo Humano, lo ubica como uno de los países con más problemas de calidad de 
vida (Datos Macro, 2023). 
La economía ilícita: el opio y el contrabando 
Según el informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, 
2011), la economía afgana es el principal productor de opio a nivel mundial, controla el 80% 
de la producción, como base de la heroína se estima que representa el 95% del mercado en 
Europa. La producción empezó desde 1996 con la llegada del grupo talibán, reemplazando 
las principales tierras dedicadas al agro por cultivos de amapola, convirtiéndose en una fuente 
esencial de ingreso para los talibán a través de una estructura de tributación con cobro de 
impuestos de un 20% a quienes la transportaban a Pakistán, Irán y Rusia, con destino final a 
norte América y Europa (Rasanayagam, 2003, pp. 183-190). 
De hecho, está actividad sigue vigente con un peso importante para los ingresos de Afganistán 
como se muestra en la figura 3, donde se observa su participación comparada con la ayuda 
extranjera, la cual se ha reducido de manera importante desde la retoma del gobierno talibán. 
La recaudación de impuestos para permitir el paso de mercancías, incluyendo drogas, aporta 
cerca de US$235 millones al año (BBC, 2021, p. 1). 
Figura 3: Comparación ingresos en Afganistán, entre la ayuda extranjera y los impuestos 
 20 
 
Fuente: BBC (2021, p. 1). 
2.5 La ocupación de la Unión Soviética y el rol de la mujer (1979-1989) 
La invasión soviética fue la primera fase del conflicto en Afganistán sucedida entre 1979 y 
1989. Esta inicia con la revolución de Saur 7en el marco del enfrentamiento que se dio entre 
la URRS, quienes apoyaban a la República Democrática de Afganistán y los muyahidín, 
combatientes a quienes Estados Unidos financió para la lucha antisoviética. 
Pese a ser un conflicto social con intereses externos, durante la ocupación soviética hubo 
considerables avances en la situación de los DD. HH. De hecho, fue a partir de esta época 
que las mujeres empezaron a contar con una representación en el parlamento afgano y se hizo 
énfasis en el acceso a la educación universitaria y al empleo público. Para Mariam Aman, 
periodista iraní de la BBC, la ocupación soviética significó un avance en el fortalecimiento 
de la igualdad de género, fue un período en el cual las mujeres llegaron a ocupar el 45% de 
los empleos en educación, con políticas orientadas a reforzar la educación de las niñas. Se 
estableció una prohibición tácita en la instrumentalización de la mujer como objeto de 
intercambio y método de resolución de conflictos entre tribus, ya que diversos problemas se 
solucionaban a partir dar a una mujer a cambio de un agravio, dentro del marco del 
pashtunwali (BBC, 2021). 
Así mismo, durante el gobierno de Nur Mohamed Taraki, revolucionario que fundó el Partido 
Democrático Popular de Afganistán y lideró la Revolución de Saur, se intentó cambiar el 
estatuto de las mujeres sin éxito por considerarlo contrario a sus preceptos religiosos, tal 
como lo mencionó Quesada (2021, p. 1): “En los poderes locales, las medidas dispuestas en 
 
7 Revolución comunista ocurrida en Afganistán el 27 de abril de 1978, dirigida por el Partido Democrático 
Popular de Afganistán contra el mandato del presidente afgano Mohammed Daud Khan. 
 21 
Kabul eran incompresibles ya que la liberación de las mujeres no correspondía con los 
mandatos divinos y las costumbres los pueblos”. 
No obstante, los avances en DD. HH de las mujeres en este período fueron restringidos en 
parte por tratar de imponer una ideología política, comunista, muy contraria a sus creencias 
religiosas y culturales de los afganos y por ignorar la diferencia social entre zonas urbanas y 
rurales. El acceso limitado a bienes y servicios públicos en zonas rurales unido a las prácticas 
tradicionales y la concepción étnica de la vida cotidiana desconocidas por los extranjeros, 
limitaron la capacidad de los soviéticos de intervenir en dichos espacios impidiendo que las 
mujeres de esas zonas registraran mejora en la protección de sus derechos (Amnistía 
Internacional, 2022a, p. 1). 
Los debates entre el gobierno centraly los poderes locales sobre los derechos de la mujer 
fueron profundos durante el período de la ocupación Soviética. Argumentos religiosos, 
culturales y tradicionales se confrontaron con reformas que buscaban transformar el papel de 
la mujer en la sociedad afgana. Sin embargo, los avances que se lograron se vieron eliminados 
con la salida de los soviéticos y el ascenso del gobierno Talibán. 
2.6 El primer ascenso del Talibán al poder político (1994-2001) 
Posterior a la retirada de las tropas soviéticas, la lucha entre los muyahidín llevó al país a una 
guerra civil. En medio de esta situación en 1994 surgió el movimiento político y militar 
talibán en la ciudad de Kandahar dirigidos por el veterano Mullah Omar quien fue su 
fundador. Su objetivo central era liberar Afganistán de la corrupción y volver a traer al país 
por las sendas del islam a partir de la implementación de su propia interpretación del islam, 
el Corán y el código pashtunwali. En su gran mayoría, este grupo estaba conformado por 
estudiantes de las madrasas.8 Su llegada al gobierno con la toma de Kabul en 1996 generó 
en los habitantes una esperanza y un deseo de paz junto a la transformación social y política 
del país (Román, 2019). 
El grupo talibán se vio en primera instancia como un movimiento que venía a restaurar el 
orden y la seguridad del país, inmerso en una crisis social después del retiro de los soviéticos. 
Sin embargo, a partir de 1996 el régimen talibán inició un proceso de radicalización de sus 
 
8 Son centros de educación del islam, donde van estudiantes a aprender y comprender el Corán. Se ha 
considerado como el pilar fundamental en la interpretación del islam del grupo talibán. 
 22 
principios soportados en el pashtunwali, que generó violación de derechos fundamentales 
(Zambrano y Martínez, 2012). Una de las primeras disposiciones de este gobierno, fue la 
exclusión total de las mujeres del ámbito político, social, educativo y laboral. Al respecto 
Giner (2020, p. 33) afirmó lo siguiente: 
Las consecuencias de la prohibición de emplear a mujeres fueron graves, ya que constituían 
por lo menos la mitad de la población del país. Se estima que unas 40.000 mujeres formaban 
parte de la administración pública de Kabul, en donde la situación económica ya era grave de 
por sí; a su vez las mujeres representaban el 70% de todo el profesorado, aproximadamente 
el 50% de los funcionarios públicos y alrededor de un 40% de los doctores en medicina. 
En síntesis, en el primer período del gobierno talibán las mujeres fueron sometidas a medidas 
extremas y restrictivas. De hecho, con estas medidas la situación de la mujer se deterioró al 
extremo, llevándolas a la mendicidad y muchas tuvieron que ejercer la prostitución para 
poder tener un mínimo vital (HRW, 2001, p. 9). Toda esta situación se ha vuelto a presentar 
con la retoma de los talibán aún con mayores efectos como se expondrá en el siguiente 
capítulo. 
2.7 Primeros años de la ocupación estadunidense (2001-2014) 
Como consecuencia de los atentados del 11 de septiembre de 2001 EE. UU desarrolló la 
guerra contra el terrorismo. Este ataque fue perpetrado por el grupo armado al-Qaida, los 
cuales tuvieron un vínculo con el grupo talibán. Dicha relación ha mutado en Afganistán de 
acuerdo con los períodos de ocupación extranjera. A mediados y finales de la década de los 
años ochenta tuvieron un objetivo en común, derrotar a los soviéticos y tomar el control para 
lo cual el grupo al-Qaida suministró apoyo logístico y económico al grupo talibán. Con el 
control de los talibán de Afganistán este país dio refugio a miembros de al-Qaida (ABC, 
2021, p. 1). El encontrarse Osama Bin Laden en Afganistán llevó a EE. UU a tomar la 
decisión de ocupar el territorio afgano. 
Además de su lucha contra el terrorismo, EE. UU argumentó como razones para la invasión 
la defensa de los DD. HH y en especial los de las mujeres. Sin embargo, esto último no 
sucedió y la “justificación” de promover y proteger los DD. HH de las mujeres quedaron más 
como una excusa para permanecer en ese país. Si bien estos registraron algunos avances no 
fueron significativos, la situación de ellas siguió siendo crítica a pesar de la presencia de EE. 
 23 
UU y sus aliados, quienes tenían otras prioridades, como lo señaló Romero (2014, p. 183): 
“De hecho, esos esfuerzos se centraron en el componente militar y en la práctica, las mujeres 
no fueron la prioridad para los gobiernos que ocuparon Afganistán”. 
Por todo lo expuesto hasta este punto se puede deducir que la diversidad de los elementos 
mencionados de carácter étnico, geográfico, y cultural son un reflejo de la complejidad de 
este país y por consiguiente la causa de la dificultad que tiene la sociedad afgana para 
cohesionarse como Estado nación. Esta diversidad impacta de manera particular a las mujeres 
sobre quienes recaen muchas de las practicas tribales y en especial por la interpretación de 
las autoridades de los códigos sociales y religiosos. 
 
Capítulo 3. Un pasado de altibajos, un presente oscuro y un futuro incierto 
El objetivo de este capítulo es hacer una aproximación crítica de lo que han sido los DD. HH 
de las mujeres afganas en los recientes momentos políticos, discutiendo algunas de las causas 
que han determinado un pasado de altibajos, un presente oscuro y un futuro no prometedor. 
Para su desarrollo se tomarán los dos períodos de gobierno que han marcado la vida de los 
afganos y en particular de sus mujeres en el presente siglo. El primero de ellos va de 2001 a 
2021, caracterizado por la invasión de EE. UU y el segundo correspondiente a la retoma del 
grupo talibán en su segundo gobierno, iniciando en agosto de 2021 y hasta su segundo año 
de dominio en agosto de 2023. 
3.1 Período de altibajos y frágiles resultados (2001-2021) 
De acuerdo con lo mencionado en el capítulo anterior, durante la invasión soviética en 1979-
1989 las mujeres alcanzaron un nivel de vida y disfrute importante de sus DD. HH los cuales 
les fueron arrebatados con la toma del poder del grupo talibán en su primer gobierno en 1994-
2001. En este período fueron sometidas a medidas restrictivas extremas en nombre del 
cumplimiento estricto de su propia interpretación de códigos religiosos y culturales. En este 
entorno sucede la invasión de EE. UU en su lucha contra el terrorismo utilizando como uno 
de sus argumentos de justificación la defensa de los DD. HH de la población y en particular 
de las mujeres. Sin embargo, al final se evidenció no haber sido la prioridad dados los 
resultados poco satisfactorios a su retiro del país. 
 24 
A partir de la intervención estadounidense Hamid Karzai fue designado, con el apoyo de EE. 
UU, presidente interino durante 2001 y 2004 y posteriormente elegido por votación popular 
en el 2004 hasta 2014. La situación de las mujeres durante su gobierno fue un tema relevante 
pero también de complejidad. Se introdujeron cambios legales y se promovieron políticas 
destinadas al empoderamiento de mujeres. En el 2002 bajo la presión de la comunidad 
internacional se creó el Ministerio de Asuntos para la Mujer. En la constitución promulgada 
en el 20049 se reconoció la igualdad de género donde se estableció en su artículo 22: “Queda 
prohibida toda clase de discriminación y distinción entre ciudadanos afganos. Los ciudadanos 
de Afganistán, hombres y mujeres tienen los mismos derechos y deberes ante la ley” 
(Biblioteca Del Congreso Nacional De Chile, s. f.). 
Karzai defendió públicamente los derechos de la mujer a estudiar, a trabajar fuera del hogar 
y su inclusión en la escena política, pero se le critica que se trató de un discurso con el único 
fin de mejorar su posición en la escena internacional. Aun así, durante este gobierno se 
crearon herramientas para la protección de los DD. HH de las mujeres, como la ratificación 
en 2003 de la Convención para la Eliminación de todas las formas de discriminacióncontra 
la Mujer (CEDAW por sus siglas en inglés). 
La aplicación de este mecanismo fue considerada por la Oficina del Alto Comisionado de las 
Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) como una garantía eficaz para el 
pleno respeto y disfrute de los derechos de la mujer. Sin embargo, años después en 2013 esta 
oficina consideró que el clima de violencia extrema que existía en el país y en especial contra 
las mujeres, así como la situación política del momento, había dificultado su aplicación, 
demandando al gobierno a definir un plan de coordinación con todas las instituciones 
estatales, parlamento, poder judicial y partes interesadas para su implementación. Lo anterior 
evidencia que a pesar de las buenas intenciones de la normatividad su aplicación no fue 
efectiva quedando en una mera intención ante los organismos internacionales y sin mayor 
beneficio para las mujeres como se explica más adelante. 
 
9 La constitución de Afganistán fue adoptada por los delegados de una asamblea constituyente (Loya Jirga) que 
representa al pueblo afgano celebrada entre el 13 de diciembre de 2003 y enero de 2004 y ratificada el 26 de 
enero de 2004. 
 25 
De hecho, durante la presencia de EE. UU en Afganistán este país vivió en permanente 
conflicto generado por los talibán en rechazo a la invasión de EE. UU. Fueron constantes los 
atentados y ataques contra la población civil, el personal de la ONU y demás funcionarios 
nacionales e internacionales que prestaban servicios humanitarios, la guerra contra la Fuerza 
Internacional de Asistencia para la Seguridad,10 unido todo este entorno a la actividad de las 
mafias organizadas alrededor de la producción de opio y las drogas, siendo así todo un desafío 
para el presidente lograr un ambiente de seguridad (De Faramiñán et al. 2009, pp. 66-67). 
Esta situación, llevó al gobierno a establecer compromisos pragmáticos y negociaciones con 
líderes religiosos que en ocasiones afectaban los DD. HH de las mujeres en beneficios de 
intereses políticos más amplios. Fue así como el gobierno respaldó la declaración del Consejo 
de Ulemas que ordenó a las mujeres cumplir plenamente con el hiyab, respetar la poligamia, 
abstenerse de viajar sin mahram11 y evitar mezclarse con hombres extraños en situaciones 
sociales. Esta declaración también ordenó a la sociedad adherirse a un principio de 
subyugación de la mujer y evitar expresiones que representasen opiniones igualitarias sobre 
mujeres y hombres, lo que era contradictorio con lo que su gobierno prometió cambiar (Jalal, 
2013). 
Sumado a lo anterior, Karzai nunca cumplió sus promesas de aplicar las políticas y programas 
nacionales para la promoción de la autonomía de la mujer afgana y la igualdad de género, 
detallados en el Plan de Acción Nacional para las Mujeres de Afganistán (2008-2018). Esta 
situación impidió detener la violencia contra las mujeres, siendo esta una de las mayores 
afectaciones a sus derechos fundamentales, dejando el trabajo de prevención en manos de las 
ONG y organismos internacionales. 
Según Amnistía Internacional (2014, p.1), durante este gobierno se establecieron normas que 
protegían los DD. HH de las mujeres con pocos avances. La indiferencia de Karzai a la 
oposición de los lideres conservadores del parlamento, llevó a que no se desarrollase una 
estructura y compromiso institucional para limitar la violencia, llevando a que los operadores 
de justicia no priorizaran estos casos. 
 
10 ISAF Por sus siglas en ingles creada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, Res. 1386 de 2001, 
con el objetivo de apoyar la seguridad del gobierno, inicialmente enfocada en Kabul y posterior se extendió a 
otras zonas del país. 
11 Pariente varón adulto acompañante de una mujer. 
 26 
Ashraf Ghani fue elegido presidente en el último tramo de la permanencia de EE. UU, del 
2014 hasta la retirada del país en el 2021. Durante su gobierno se adoptaron leyes importantes 
en protección legal para las mujeres y se registraron avances significativos especialmente en 
capacitación para vinculación profesional en el sistema judicial. Fue en este período donde 
se adoptó la emblemática Ley para la Eliminación de la Violencia contra las mujeres (Ley 
EVAW, por sus siglas en inglés) ratificada en 2018, la cual tipificaba más de 22 actos de 
abuso contra las mujeres como delitos penales. 
Esta ley buscó promover entre las mujeres el incremento de denuncias y las investigaciones 
de los delitos violentos. Sin embargo, su efecto no fue el esperado entre otras cosas porque 
desde su expedición tuvo una fuerte oposición de los sectores conservadores del poder 
judicial. Aunque se lograron algunos avances, su implementación fue errática como quiera 
que las mismas autoridades, policías, jueces y hasta la familia, se encargaban de disuadir con 
amenazas de represalias a las mujeres para que no denunciaran (HRW, 2021). 
Se puede concluir que a pesar de las buenas intenciones y la creación de marcos normativos 
y reglamentarios el balance no fue positivo. Los derechos de las mujeres fueron usados en 
muchas ocasiones como mecanismo de negociación con fines políticos, adicional a que las 
normas no fueron debidamente integradas a la sociedad ni asimiladas por las autoridades para 
su cumplimiento. 
Análisis y comentarios de la intervención estadounidense 2001-2021 
Educación: Una entrada al progreso 
Aunque hay deficiencia en datos sobre esta materia, las tendencias generales muestran que 
la educación progresó en la comunidad sobre todo para las mujeres y niñas desde el 2001. 
Partiendo de una cifra de 900,000 estudiantes escolarizados al final del primer gobierno 
talibán, esta cifra pasó a 9.2 millones de estudiantes con la llegada de EE. UU, 
aproximadamente el 40% de los estudiantes eran niñas matriculadas en las escuelas (SIGAR, 
2021, p. 63). En el momento de la retoma del grupo talibán, agosto 2021, cuatro de cada 10 
alumnos en primaria eran niñas y una de cada 3 jóvenes asistía a universidad, en secundaria 
se registraba una cifra de más de 100.000 alumnas habiendo sido este número de tan solo 
5.000 en 2001 (UNESCO, 2023). 
 27 
En las áreas rurales el acceso a la educación se veía afectado por factores tales como la 
inseguridad, la presencia de los talibán, la distancia y la pobreza. De resaltar que los padres 
no enviaban a sus hijas a los centros educativos cuando no se tenían maestras mujeres. Para 
el año 2015 cerca del 43,7% de los niños en edad de educación primaria estaban sin 
escolarizar, aproximadamente 3,7 millones, siendo las más afectadas las niñas dada la 
desigualdad de género cultural, esto a pesar de los firmes compromisos constitucionales, 
legales y políticos con el derecho de las mujeres y las niñas a la educación (HRC, 2023, párr. 
34). 
Aún con los obstáculos señalados las tasas de alfabetización entre las niñas se incrementaron 
desde 19,6% en el 2005 hasta el 38,7% en el 2021 (véase figura 4). De acuerdo con este 
gráfico, a pesar del incremento en la alfabetización de las jóvenes esta proporción nunca 
correspondió a la participación de las mujeres en el total de población, siendo cercano al 50% 
(HRW, 2017). Según la UNESCO el número de niñas matriculadas en todos los niveles 
educativos se incrementó anualmente, partiendo de cero en todos los niveles en el año 2001 
hasta llegar en el 2018 al 39% de los estudiantes de primaria, el 35,7% de los de secundaria 
inferior y el 34% de secundaria superior (HRC, 2023, párr. 35). En síntesis, en cuanto a los 
servicios de educación sus logros, a pesar de sus mejoras, no fueron los esperados. 
Figura 4: Tasas de Alfabetización Juvenil (2005-2017) 
 
Fuente: SIGAR (2021). 
 28 
La educación de las mujeres es un factor generador de desarrollo y de paz para el país. Al 
respecto la Doctora Habiba Sarabi,12 una de las pocas mujeres miembro de la delegación 
negociadora en las conversaciones de Doha dice: “Sieducamos a un hombre, educamos a 
una persona. Si educamos a una mujer educamos a una familia y a una sociedad” (BAAG, 
2020). 
Calidad de vida y salud 
Durante el período de 2001-2021, el congreso de Estados Unidos estableció como una 
prioridad la atención sanitaria de las mujeres afganas. Desde el principio autorizó el uso de 
fondos en diferentes proyectos y programas para mejorar la salud materna, así como para 
reconstruir hospitales y mejorar la nutrición de las mujeres embarazadas. Uno de los mayores 
logros fue el acceso a la atención sanitaria mejorando la vida de las mujeres y niñas. Fue así 
como la esperanza de vida de las mujeres aumentó de 55 años en el 2000 a 63 años en el 2019 
(WHO, 2023). 
Otros de los avances significativos se dieron en reducción de la tasa de mortalidad materna, 
mejora en asistencia durante el embarazo, nutrición y en el acceso a la atención sanitaria 
prenatal. La disminución de las muertes maternas pasó del 19% en 2002 al 40% en 2015 
(SIGAR, 2021, p. 52). En el 2002 no se contaba con un sistema sanitario estable dado el 
constante clima de conflicto y los años de mala gestión de las ayudas recibidas de las ONG. 
Si bien con la intervención de EE. UU se registraron incrementos en centros de salud y 
hospitales no hubo personal médico y sanitario suficiente. Esto unido a que muchos sitios en 
especial los más retirados de centros urbanos, por estar en zonas de conflicto y de difícil 
acceso, fueron escasamente atendidos a pesar de ser los más necesitados. Si bien la prestación 
de los servicios de salud y educación debe ser función esencial de los gobiernos, en este país 
y por razón del conflicto fueron prestados de manera importante por las ONG tanto 
nacionales como internacionales. Con la presencia de EE. UU se coordinó el trabajo con estas 
organizaciones, donantes internacionales y con el Ministerio de Salud Pública de Afganistán 
para ampliar el acceso a la atención sanitaria en todo el país, razón por la cual el trabajo y la 
contribución de las ONG han sido de la mayor importancia en este país. 
 
12 Primera y única mujer gobernadora en Afganistán, de la provincia de Bamiyán. 
 29 
Participación femenina en el desarrollo económico del país 
Las mujeres afganas lograron un avance significativo en materia laboral. Su participación 
pasó del 15,39 % en 2001 al 21.94% en el año 2019 (ver figura 5) cuando la media global 
era del 47% según indica Daniela Blandón, citando al Banco Mundial. Aunque Afganistán se 
encontraba por debajo de los promedios mundiales se consideró significativo que quedara 
mejor posicionado que naciones como India, Egipto, Irán o Yemen (Blandón, 2021). 
Como se observa en la figura 5, el mayor impacto en crecimiento en participación se da a 
partir de la segunda década y luego de un constante incremento la tendencia cambia a partir 
del 2020 donde se observa un descenso al 16.4%. Esto se da como consecuencia de la 
intensificación del conflicto por el avance de los talibán, lo cual repercutió en toda la 
economía y a su vez en la oferta de empleo. Esta tendencia negativa continuará con la retoma 
del gobierno talibán, como se verá en el siguiente apartado. 
Figura 5: Tasa de Participación Femenina en el Mercado Laboral 
 
Fuente: Banco Mundial (2023). 
Se puede entonces decir que con la ocupación de EE. UU hubo una promesa de cambio para 
las mujeres, la cual fue poco efectiva al no generarse instrumentos que dieran bases sólidas 
para un avance significativo y estructural en la protección y defensa de sus DD. HH. Con la 
retoma de los talibán la agenda pública sobre los temas de género queda eliminada en su 
totalidad sin respeto ni garantías de sus derechos como se explica a continuación. 
 30 
3.2 Desalentador Pronóstico. Segundo período 2021-2023, regreso del talibán 
Los Acuerdos de Doha, suscritos durante la presidencia de Donald Trump en febrero de 2020 
por EE. UU y los talibán, pretendían alcanzar la paz luego del escalamiento del conflicto. 
Estas conversaciones, a las cuales no fue invitado el gobierno de turno, fueron un hito 
importante para la retoma de los talibán dado el poder y representatividad que adquirieron 
durante las negociaciones. Se contempló en los acuerdos que las tropas estadunidenses se 
retirarían de Afganistán únicamente con la garantía de que el grupo talibán no atentara contra 
EE. UU o sus intereses y bajo la premisa de que serían las fuerzas de seguridad afgana las 
que tomarían el control al hacerse efectivo el retiro (Maizland, 2020). Se destaca que en el 
acuerdo no se habló sobre las mujeres ni se exigió a los talibán respetar sus derechos (Olmo, 
2021). 
Una vez firmado los acuerdos se argumentó la necesidad de establecer un dialogo con el 
gobierno de turno, pero el aviso de la fecha de retirada de las tropas de EE. UU precipitó el 
que los talibán lo asumieran como una “luz verde” para tomarse el poder. El 15 de agosto de 
2021 el grupo armado talibán se tomó la capital Kabul y en tan solo unos días la totalidad de 
las ciudades. Con su ascenso y retoma al poder, el 13 de noviembre de 2021 el país pasó de 
ser la República Islámica de Afganistán a ser el Emirato Islámico de Afganistán. El emir, jefe 
de gobierno, ostenta el poder político y religioso a diferencia de la Republica donde el 
presidente solo ejerce el político. El jefe del nuevo Emirato Islámico de Afganistán, el Mullá 
Akhundzada, ordenó que todos los jueces debían aplicar de manera estricta “la sharía” de 
acuerdo con su interpretación particular. Según Amnistía Internacional (2023a, párr. 1), la 
llegada de los talibán creó una atmosfera de miedo e intimidación entre los habitantes, se 
restringió la libertad de expresión, las instituciones de apoyo de DD. HH fueron 
prácticamente cerradas, las manifestaciones fueron prohibidas, se llevaron a cabo 
detenciones arbitrarias y ejecuciones extraoficiales, se utilizaron los azotes como castigo a la 
violación de sus normas sociales, se atacaron y limitaron severamente los derechos de las 
mujeres a quienes se les restringió al límite su participación en la vida pública. 
 31 
Entre las primeras medidas tomadas estuvo el cerrar el Ministerio de la mujer y 
simultáneamente reabrir el Ministerio de Propagación de la Virtud y Prevención del Vicio,13 
procediendo la policía religiosa a dar estricto cumplimiento a las normas expedidas con 
especial afectación a la mujer. Desde este ministerio se emiten las ordenes de castigos físicos, 
ejecuciones en público y condenas de muerte. Las normas promulgadas por el régimen 
talibán no fueron únicamente para la administración de justicia sino también respecto a la 
mujer y su vida cotidiana, siendo estas aún más radicales dentro de su interpretación de “la 
sharía”. 
Según informe de Amnistía Internacional, el gobierno talibán ha impuesto las siguientes 10 
restricciones a las mujeres desde su llegada al gobierno: 
Ir al colegio o a la universidad, trabajar, estricto código de vestimenta, ir al salón de belleza, 
salir de casa sin un mahram, practicar deporte, subir a un autobús con hombres, elegir con 
quien se casan, ser vistas, protestar (Amnistía Internacional, 2023b). 
Lo anterior ha llevado a que varias afganas hayan manifestado que prácticamente las quieren 
desaparecer de la vida en sociedad, con las inmediatas consecuencias en la afectación de sus 
derechos fundamentales lo que además trasciende a toda la población como se presenta en el 
siguiente análisis. 
Impacto de las medidas restrictivas contra las mujeres 
Retroceso educativo para el país 
Los talibán desde la retoma del poder han venido negando el derecho a la educación tanto a 
las niñas como a las mujeres, tal como ya lo hicieron entre 1996 y 2001 durante su primer 
gobierno (HRC, 2023, párr. 33). El 12 de septiembre de 2021 se determinó que en las 
instituciones educativas los niños y niñas debían estar separados y que las niñas debían 
respetarel hiyab. El 16 de septiembre el Ministerio de Educación determinó que a partir del 
18 de dicho mes se prohibía la educación secundaria para niñas y que los profesores solo 
podían ser hombres. El 20 de diciembre de 2022 se suspendió el derecho de las mujeres a 
asistir a la universidad (HRC, 2023, párr. 36). 
 
13 Es el ministerio encargado de implantar con rigurosidad su interpretación de las leyes islámicas, que había 
sido suprimido con el derrocamiento del primer gobierno talibán. 
 32 
Estas medidas afectan al 80% de las niñas y jóvenes, 2.5 millones de jóvenes en edad escolar 
quedan sin este derecho fundamental, en un país donde el 30% de las niñas nunca ha asistido 
a la escuela primaria. Esta medida ha sido fuertemente criticada por lo inconcebible que es 
el limitar la educación a prácticamente la mitad de la población con las implicaciones que 
esto tiene para su desarrollo y progreso, tal como lo informa la agencia de la ONU para la 
educación: “Prohibir el acceso a la educación a las mujeres convierte a Afganistán en el único 
país en el mundo en negar este derecho a las mujeres” (UNESCO, 2023, pp. 2-4). 
Salud más allá de lo físico. 
En el tema de salud la prohibición de la interacción y la libre movilidad ha llevado a que las 
mujeres afganas enfrenten un problema de salud pública en la medida que no tienen la 
posibilidad de acceder a la atención médica, ya que solo pueden ser atendidas por mujeres y 
en compañía de un hombre de la familia. El nuevo gobierno decretó adicionalmente la 
prohibición de cualquier práctica deportiva por parte de las mujeres, lo que puede entenderse 
como otra forma de violencia de género y doméstica con las afectaciones y traumas 
sociológicos que esto genera (Venzalá, 2021). En igual sentido Amnistía Internacional 
informa que se ha establecido por el régimen la separación por sexos para asistir a parques 
de diversiones, la prohibición de deportes femeninos, y el asistir a salones de belleza, estas 
medidas se enmarcan en su concepción de preservar la virtud de las mujeres (Amnistía 
Internacional, 2022b). El tema social y psicológico se agrava de manera considerable con la 
prohibición a las mujeres de trabajar en las ONG por el trabajo social por ellas prestado en 
esas organizaciones como se detalla a continuación. 
Ninguna posibilidad para sustento económico 
La senda de empleo formal que venía desarrollándose hasta 2019, con el nuevo gobierno 
talibán sufre una transformación de 180 grados. La prohibición del empleo para las mujeres 
ha sido total, extendiendo las limitaciones a trabajar con las ONG y agencias de la ONU y a 
acceder a cualquier tipo de actividad económica que se realice por fuera de su casa. Salvo en 
algunos casos doctoras y enfermeras tienen permitido trabajar en centros médicos para 
atender niñas y mujeres, sin embargo, estas tienen prohibido cualquier contacto con varones 
o ser atendidas por varones. El trabajo de médicas y enfermeras es aún más restringido en las 
zonas rurales por las limitaciones de movimiento sin un acompañante mahram. 
 33 
Las periodistas y las mujeres que trabajaban en medios de comunicación fueron las primeras 
afectadas laboralmente una vez se produce la retoma de los talibán con el impacto que esto 
tiene para la libre expresión. En agosto de 2021 el estimado de mujeres trabajando en medios 
de comunicación era de 1.700 mujeres, 1.140 aproximadamente como periodistas, cifra que 
se redujo en un 80% una vez cae Kabul en manos del gobierno talibán (HRC, 2023, párr. 
46). 
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, para el cuarto trimestre de 2022 
el trabajo de las mujeres era 25% inferior al registrado en el 2021, el descenso podría ser 
superior si no fuera porque el trabajo en la casa se les ha convertido en la forma de trabajo 
predomínate (OIT, 2023). Esta situación se empeora radicalmente con la prohibición a las 
mujeres de trabajar en las ONG tanto nacionales como internacionales, expedida el pasado 
24 de diciembre y ampliada el 4 de abril de 2023 a trabajar en las agencias de Naciones 
Unidas. Estas excesivas restricciones, además de ser altamente discriminatorias por sus 
efectos, impactan de manera considerable a toda la población por el trabajo que adelantan 
estas organizaciones en salud y asistencia humanitaria, tal como lo explica Human Rights 
Council: 
Según el derecho internacional, los derechos pueden restringirse legítimamente; sin embargo, 
las restricciones deben ser necesarias, proporcionadas, no discriminatorias, transparentes, 
sujetas a escrutinio y revisión, y tomadas para proteger la vida, la salud o la seguridad. En 
este caso, los expertos consideran que ninguna de las restricciones es razonable ni justificable 
(HRC, 2023, párr. 46). 
La prohibición a las mujeres de trabajar en las ONG más allá de negar un derecho 
fundamental al trabajo con el impacto económico para ellas y para la economía del país, tiene 
una serie de efectos en cascada, sociales y de salud, llegando incluso a poner en riesgo la 
vida de gran parte de la población vulnerable, hombres, mujeres, niños y ancianos. En estos 
momentos de crisis humanitaria sin precedentes, se requiere de manera urgente la asistencia 
humanitaria prestada por esas organizaciones. A su vez, el trabajo prestado de las mujeres en 
estas es indispensable, como lo manifiesta el Organismo coordinador para la ayuda y el 
desarrollo de Afganistán: “El personal femenino desempeña un papel esencial en las 
 34 
actividades de las ONG en la prestación de servicios humanitarios, a fin de respetar las 
costumbres tradicionales y religiosas” (ACBAR, 2022, párr. 1).14 
Con relación al empleo esta restricción tiene un doble impacto, uno para el país, y otro directo 
para las mujeres y sus familias. Para el país por no recibir fondos provenientes del exterior 
que se destinaban a asistencia humanitaria en un país que económicamente está 
prácticamente colapsado por la suspensión de fondos de ayudas extranjeras. Para las mujeres 
sacarlas del circuito laboral que para el 2021 representaba el 21.76% de la fuerza laboral 
(Blandón, 2021), afecta los ingresos familiares al no percibirse estos salarios. Es de señalar 
que en muchos casos este ingreso laboral era el único sustento para sus familias, de 55.249 
empleados que trabajan en las ONG, 28% eran mujeres, (ACBAR, 2022, párr. 2), por lo que 
aproximadamente 15.000 mujeres y sus familias dejaran de percibir estos recursos. 
Al respecto, la activista afgana Meena Noorzai, trabajadora en un centro de llamadas de una 
ONG internacional, manifiesta: 
Como yo, miles de chicas y mujeres somos el principal sostén económico de nuestras 
familias. A las mujeres no se les permite trabajar en organizaciones gubernamentales y ahora 
están suspendidas de trabajar en ONG, por lo que no hay medios de subsistencia para que 
sobrevivamos (Heraldo, 2022). 
Tal vez el mayor impacto social por clara discriminación de género se da al negar el trabajo 
de mujeres para mujeres. Teniendo prohibido la interacción o contacto con hombres distintos 
de su mahram limita de forma directa el acceso y la atención a las mujeres y niñas en temas 
tanto de salud física y emocional, en especial en lo referente a violencia de género y 
doméstica tema sensible y doloroso en un país con los más altos índices de violencia en 
contra de las mujeres, como lo señala Alison Davidian, Representante Adjunta de ONU 
Mujeres en Afganistán: “nueve de cada diez mujeres sufren al menos una forma de violencia 
de género en la pareja a lo largo de su vida…” (Davidian, 2021). Más allá de la atención 
primaria en salud las mujeres que han sufrido de violencia física y sexual requieren de 
atención especial y apoyo, signos que eran fácilmente detectados por las mujeres prestadoras 
 
14 ACBAR Organismo coordinador para la ayuda y el desarrollo de Afganistán, organismo independiente que 
reúne 183 ONG nacionales e

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