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El Alcázar de Diego Colón

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DOMINGO 18 DE FEBRERO DE 2007 No. 248
El Alcázar de Diego Colón
◆ M. en Arq. y Arqlgo. Juan Antonio Siller Camacho ◆
Segunda parte
Antecedentes. 
U
na buena síntesis de los
antecedentes del monu
mento histórico y arqui-
tectónico del Alcázar de Diego
Colón es la que nos ofrece el
arquitecto dominicano Manuel
Salvador Gautier quien hace la
siguiente descripción histórica
y arquitectónica:
“El Alcázar lo construyó el vi-
rrey Diego Colón, hijo del almi-
rante Cristóbal Colón, en un pro-
montorio sobre el río, destinado
por el gobernador Nicolás de
Ovando(1502), para la Casa de
Contratación. El edificio tuvo uso
residencial, llamado El Palacio 
del Almirante, El Palacio de Don
Diego y El Alcázar de Colón, con
el cual se le conoce en la actuali-
dad. Fue la residencia de los Co-
lones de 1512 a 1577. Se comenzó a
construir hacia 1510 y se terminó
para 1515. Es una edificación ecléc-
tica, donde predomina el estilo gó-
tico y se encuentran elementos del
mudéjar y del plateresco. Como
aparece hoy, se trata de una cons-
trucción de planta rectangular,
con galerías abiertas en sus fa-
chadas más largas.
La distribución de sus espa-
cios, tanto de la primera como
de la segunda planta, responden
al esquema de un salón central,
público y ampliado por las gale-
ría, y con doble hilera de tres ha-
bitaciones, en ambos extremos,
donde se puede hacer vida priva-
da. Se desconoce si tuvo anexos.
Se ignora si, para definirlo, se rea-
lizaron investigaciones arqueoló-
gicas durante las intervenciones
del arquitecto español, Javier
Barroso en 1955, de la Oficina de
Patrimonio Cultural en su restau-
ración a finales de los 60 y, re-
cientemente, durante la construc-
ción de la Plaza de España. Sin
embargo, es muy probable que es-
tos anexos existieran, para dar
cabida a las áreas de servicio (co-
cina, lavandería, estancias de los
sirvientes, cocheras, caballerizas,
patio interior de llegada). No se
concibe que una mansión que al-
bergaba personas de tanta im-
portancia estuviera abierta a la
vista de los peatones, en un mo-
mento en que las edificaciones 
en general (civiles, militares, re-
ligiosas e institucionales), se ce-
rraban a la calle y se abrían al
patio interior, con arcadas simi-
lares a las que aparecen al este y
al oeste del edificio”.
1
 
Antecedentes de intervenciones:
“El estado de ruinas del Alcázar 
comenzó en el año de 1779, cuan-
do la parte central se desplomó,
coincidiendo con la partida de la
Real Audiencia a Cuba como
consecuencia del Tratado de Ba-
silea. Ninguna de las siguientes
administraciones del país y la ciu-
dad se ocupó de repararlo.
En 1809, durante el sitio a
Santo Domingo, en la Reconquis-
ta, la madera de algunas de sus
puertas se utilizó para reforzar
las defensas de la ciudad.
En 1835, durante la unifica-
ción de la República de Santo
Domingo Español con la Repúbli-
ca de Haití, los gobernantes to-
maron las últimas vigas de caoba
de sus pisos para sus construccio-
nes en la ciudad.
En 1870 fue declarado Mo-
numento Nacional en un acto 
de reconocimiento a su valor
patrimonial histórico y arqui-
tectónico.
En 1933, el ingeniero puerto-
riqueño Vázquez Torné fue con-
tratado para evitar que se conti-
nuara la destrucción del Alcá-
zar. Se colocaron piedras donde
faltaban, se limpiaron escombros
y se sembraron jardines a sus al-
rededores.
En 1944, año del Centenario
de la independencia, este se em-
belleció de nuevo, poniéndolo a
ingreso, como desde la galería orien-
te que se abre al paisaje circundan-
te con una gran magnificencia.
Situación similar encontramos
en el Palacio de Cortés, pero en un
contexto de tierra adentro, su em-
plazamiento ya había sido apro-
vechado anteriormente por los go-
bernantes indígenas para marcar su
jerarquía entre todas las poblacio-
nes circundantes. La sustitución
tuvo un doble significado por un 
lado el poder del vencedor y por el
otro lado el psicológico al ocupar
y sobreponerse al lugar donde
estuvo el recinto sagrado de sus
antiguos dioses. 
Cortés aprovecha también la si-
tuación administrativa pre-existen-
te en la organización indígena tri-
butaria, para sobreponer la de la 
encomienda, y tomando de esta for-
ma el control de los recursos de las
comunidades indígenas. El carác-
ter señorial lo encontramos defini-
do en el estudio sobre el castillo-
palacio de un señor feudal en Cuer-
navaca, de Rafael Gómez cito re-
ferencia: 
“El centro del gran dominio o
señorío era la explotación agra-
ria del señor que constituía, la
villa señorial, formada por un
espacio abierto en torno al cual
levantaba la residencia del se-
ñor, los graneros, lagares, bode-
gas, así como los talleres, los al-
macenes para los útiles de la-
branza, las viviendas de los sier-
vos y los huertos que se situaban
periféricamente a la residencia 
del señor, centro neurálgico del
poder, desde el que se dominaba
el territorio. Aquel espacio abier-
to central, llamado también cor-
te, estaba rodeado generalmen-
te por un muro o valla que no
sólo servía como elemento defen-
sivo sino también como signo vi-
sual de poder de modo que quien
traspasara los límites sufriera
esta de atención que le remitía a
la residencia señorial”. 
4
 
 El Palacio abre las visuales de
A página 2
la disposición de los turistas y
de las personas que lo visitaban.
En 1955, se comenzó la recons-
trucción del Alcázar bajo la di-
rección del arquitecto(Javier)
Barroso, especialista en restaura-
ción y conservación de monumen-
tos. Vinieron canteros españoles 
que construyeron un capitel de
estilo isabelino a colocar en la
base del arco izquierdo de la puer-
ta principal para probar la cali-
dad de la piedra traída de las in-
mediaciones del Faro a Colón (
originalmente estas vinieron de las
canteras de Santa Bárbara)”.
2
 
Intervenciones en el Alcázar 
el Arq. Javier Barroso (Recons-
trucciones y falsificaciones): 
Cubiertas inclinadas de teja
sustituidas por cubiertas planas.
Capilla falsa bajo la escalera
de planta baja.
Invención del diseño de las
balaustradas de las galerías.
Reconstrucción de las arque-
rías de las galerías de planta
baja y alta oriente y poniente.
Eliminación de un semisóta-
no al sur del edificio.
Eliminación de vestigios de dre-
najes e instalaciones sanitarias.
Tapiado de puertas.
Invención de un balcón en la
fachada norte.
Eliminación del muro del pa-
tio posterior que colindaba con
la muralla.
Uso de materiales en el piso
de mármol en la primera planta,
cuando había vestigios de lose-
tas de barro del piso original.
Reutilización de vigas de un
palacio del siglo XVI de Toledo
España para cubrir las vigas y
ménsulas del zaguán y el techo
del salón de recepción en la se-
gunda planta. 
3
 
Relaciones y diferencias en el 
análisis entre los dos monumen-
tos históricos: 
Asentamiento indígena pre-exis-
tente: 
Un primer punto de partida en
el análisis comparativo de estos
dos monumentos históricos, se
refiere a la existencia previa de un
asentamiento anterior indígena. En
relación con el Alcázar no se tie-
ne ninguna referencia de que
haya existido un asentamiento in-
dígena previamente establecido
en este lugar. Situación que si se
dio en el caso del Palacio de Cortés,
en el cual existía un importante asen-
tamiento indígena y edificaciones
de plazas, plataformas, templos y 
palacios del grupo indígena llama-
do tlahuica, que enfrento al con-
quistador, habiendo finalmente sido
derrotado y su ciudad destruida y
quemada, en su paso rumbo a la
conquista de la gran ciudad mexi-
ca de México-Tenochtitlán.
Emplazamiento: 
El emplazamiento fue importante y
estratégico en ambos casos. El si-
tio elegido por el Almirante Diego
Colón, fue un promontorio natural
elevado, desde donde se podía te-
ner una posición privilegiada,tan-
to de la costa y litoral marino, como
del abrigo de los navíos en la entra-
da del río Ozama, lugar que final-
mente ocupó el muelle y atracadero
de la ciudad colonial de Santo Do-
mingo. En la parte baja se localiza-
ron las atarazanas, aduanas y bo-
degas de la ciudad, así como la puer-
ta principal de acceso a la ciudad.
El Alcázar, estuvo circundado
por dos barranquillas que le daban
una situación estratégica y defen-
siva, ya que le permitía mantener
tanto con el control del ingreso a
tierra como estar al mismo tiempo
separado del resto de la estructura
y de la traza urbana central.
Ocupó un lugar visualmente je-
rárquico y punto de referencia que
fue el hito más importante de la ciu-
dad y de los navegantes que des-
pués de largos meses de navega-
ción arribaban a tierra firme. Las vi-
suales son importantes tanto des-
de el mar, río, muelle y puerta de
DOMINGO 18 DE FEBRERO DE 2007II
su galería oriente al nuevo territorio con-
quistado y al señorío del Marquesado del
Valle. La otra galería al poniente sirve de
punto visual de referencia al asentamiento
y al camino real, que comunicaba a los dos
mares Pacifico y Atlántico, por donde cru-
zaron todas las riquezas de oriente de Fili-
pinas y Japón rumbo a la ciudad de México
y a la a metrópoli. 
 El emplazamiento es un lugar único des-
de el punto de vista defensivo, ubicado jun-
to a profundas barrancas como la de Ama-
nalco en el costado oriente, al centro una
pequeña barranquilla que llegaba a la Plaza
del Zacate comunicando en el mismo eje con
la otra loma alta en donde se construyó la
capilla abierta y su atrio, para posteriormente
edificar el templo y convento franciscano, 
que en su costado poniente daba a la pro-
funda barranca del Chiflón de los Caldos.
Función y carácter: 
Unidad espacial doméstica del conjunto. 
Alcázar de Colón: 
Unidad doméstica unifamiliar: Salón
central en ambas plantas, galerías en planta
baja y planta alta, habitaciones, oratorio,
sanitario en planta alta, bodegas, cocina,
patios, caballerizas, corrales, conejeras, 
pozo de agua, habitaciones del personal
de servicio y letrinas. 
Relación con una estructura urbana de
una ciudad real. 
Referencia e influencia arquitectónica: 
… “ que sirvió de modelo a otras edifi-
caciones en el continente (la casa de Her-
nán Cortés en México)”.
5
 
Palacio de Cortés: 
Unidad doméstica unifamilia: Salón cen-
tral, galerías en planta baja y planta alta, recá-
maras, capilla doméstica, bodegas, cocina,
patios, huerta, caballerizas, corrales, habita-
ciones del personal de servicios, letrinas.
Espacios industriales para la produc-
ción, acueducto, molino de trigo.
Además contaba con una guarnición
militar con una gran plaza de armas, muralla
almenada, puertas de control, torreones y
las habitaciones de la guardia. 
Patio de armas: 
…. Hacia el año de 1540, una descrip-
ción del palacio dice: “Frente al pórtico
de armas, que aún se conserva, se exten-
día una gran explanada enlosada que
formó la plaza de armas circundada de
una muralla almenada, defendida por cua-
tro torreones, con dos puertas: una que
daba a la calle que conducía al conven-
to de San Francisco y la otra que salía 
al tianguistli (mercado), estas puertas fue-
ron parecidas a las que todavía contem-
plamos en el atrio de la Catedral. Al lado
sur de la muralla y dentro de la plaza de
armas se levantaba una arquería con ha-
bitaciones de los soldados y servidumbre.
Adosados a la pared Sur
(donde hoy está un corral), se encon-
traba un molino de trigo; defendido por
dos torreones almenados y en la parte de
atrás se extendía la huerta que limitaba o
pasaba, según algunos historiadores, a la
barranca de Amanalco. La extensión su-
perficial ocupada por todos los edificios,
fue mas de siete mil metros cuadrados”.
6
 
Este carácter fortificado y defensivo
queda confirmado en el hecho documental
siguiente: 
 “Así pues, estas cuatro fases del desa-
rrollo de la mansión cortesana nos con-
ducen a la forma definitiva que tendría 
hacia 1540, con el gran patio de armas-
desaparecido hoy día- defendido por am-
plio muro que flanquearían torreones si-
milares al que conserva el edificio en la
actualidad. Este carácter fortificado y de-
fensivo se ve corroborado por los docu-
mentos ya que en el inventario realizado
en 1549 nos revela también el parque
militar que contenían la residencia: 35
lanzas, 28 rodelas, 7 arcabuces, 26 ba-
llestas, 16 cañones, 43 coseletes, 2 barri-
les y 7 costales de pólvora”.
7
 
Esta cita nos hace referencia de la parti-
cipación indígena en las obras, armamen-
tos, y espacios religiosos propios para uso
doméstico. 
… “Esto hace suponer que todos los
artífices eran indios. Por documento de
Archivo de Indias se sabe que Cortés te-
nía su mansión defendida por cuarenta
cañones y bombardas, con torreones aspi-
llados y una fuerte reunión de gente ar-
mada. La marquesa tenía su capilla pro-
pia con todos los servicios religiosos”.
8
 
Comunicaba con un mercado o tianguis
junto a la plaza de armas amurallada del Pala-
cio de Cortés, donde seguramente se siguie-
ron llevando las actividades de intercambio
y comercialización de la población indígena.
Relación con una estructura urbana y
traza de una propiedad señorial del mar-
quesado, de caciques indígenas con privi-
legios y pueblos y pobladores indígenas 
vasallos, en una estructura que coexistía
en forma paralela entre el nuevo orden es-
pañol y el indígena: 
La estructura del encomendero y mar-
quesado de Hernán Cortés:
Estructura única atípica de una admi-
nistración propia de territorio, pueblos y 
vasallos.
La estructura del asentamiento era la de
una plaza de armas, guarnición, palacio-habi-
tación, industrias y producción, molino de
trigo, trapiches para la caña de azúcar, e infra-
estructura urbana propia para comunicación
por medio de caminos y puentes, conduc-
ción de agua, canales, apantles, acueductos,
tierras para el cultivo y para el ganado. 
… “El agua era llevada por caños de
mampostería desde los manantiales del
oriente de Cuernavaca”, seguramente de
las fuentes de Gualupita.
9
 
Hacia el siglo XVI la ciudad de Cuerna-
vaca, contaba con una infraestructura con-
sistente en el Camino Real México-Acapul-
co, a donde llegaba anualmente la Nao de
China con mercancías que se comercializa-
ban en las Ferias, Parían de la ciudad de
México y la Metrópoli, El Humilladero o
Chapitel capilla abierta de camino construc-
ción única del siglo SXI en la Nueva Espa-
ña, construida por Cortés, caminos de he-
rraduras, puentes angostos para el cruce
de las profundas barrancas, como el Puen-
te del Diablo, obras hidráulicas provenien-
tes de los manantiales de Gualupita al orien-
te de la ciudad, obras que tenían que cruzar
la barranca de Amanalco, así como los pri-
meros trapiches para la molienda de la caña
de azúcar, como el de Tlaltenanco, Axomul-
co, Amatitlán y el de Atlacomulco, tan solo
por mencionar a los primeros en construir-
se y cercanos a la población. Estas prime-
ras construcciones industriales generaron
una actividad productiva nueva y muy di-
námica a la región, e iniciaron los primeros
conflictos por tierras y agua, con las comu-
nidades indígenas. 
La estructura de la Corona Española y
de las ordenes religiosas:
Realenga, de una administración civil de
Cabecera-Sujetos y una religiosa de Doc-
trina-Visitas.
Con un modelo urbano de plaza central,
edificios administrativos, comerciales (pa-
rían), civiles, casas consistoriales, cabildo;
administración indígena con el tecpan indí-
gena. Administración religiosa de las provin-
cias: edificaciones de templos y conventos,
capilla de barrio, visitas en los comunidades. 
Orientación:
Hay una relación compartida entre am-
bos edificios en el diseño de los aspectos
ambientales tales como la orientación, que
guardantanto el Alcázar como el Palacio en
el manejo de un eje longitudinal de la planta
arquitectónica de norte-sur y de oriente-
poniente en la disposición de sus galerías,
esto permitió una protección del asolea-
miento particularmente al poniente, en don-
de se localizan los accesos de puertas en
ambos niveles y la localización del menor
número de aberturas de vanos de venta-
nas. Así como también el uso de una venti-
lación cruzada de su salón principal, que
presenta una mayor abertura de vanos para
ventanas hacia el oriente.
La localización de las habitaciones al nor-
te, creó espacios mucho más frescos parti-
cularmente en un clima tropical como el del
Caribe y de un clima cálido en Cuernavaca.
La iluminación natural de introduce a
los espacios de las habitaciones por medio
de derrames de luz, que sirven para orien-
tar la iluminación, ampliando la dimensión
del vano interior de los anchos muros de la
estructura del edificio.
Las galerías cubiertas originalmente al-
gunas de ellas con cubiertas inclinadas con
teja de barro, y por medio de viguerías y
terrados en otras con sus respectivas pen-
dientes, permitieron a través de ellas inter-
conectar los espacios de cada uno de los
niveles y establecer una comunicación ver-
tical por medio de las escaleras que coinci-
den en la localización en ambos casos. 
Dirección y mano de obra alarifes y can-
teros españoles en el Alcázar:
La dirección de las obras del Alcázar
estuvieron a cargo de maestros canteros
españoles como lo señala el arquitecto
Gautier: 
“ Se entiende que, antes de partir para
La Española, don Diego Colón contrató
al famoso alarife de Sevilla don Alonso
Rodríguez para que lo construyera, pero
éste no vino a Santo Domingo y mandó, en
su lugar a dos maestros canteros de reco-
nocida fama, Juan de Herrera y Ortuño 
de Bretendón, que dejaron sus marcas de
canteros en sus piedras, de acuerdo a los
requerimientos de las sociedades masóni-
cas de la época”.
10
 
Que junto con once operarios más lle-
garon en 1510 procedentes de Sevilla. 
11
La calidad y destreza de los trabajos que-
da constatada con el trabajo de cantería de
portadas de acceso, corte de sillares en los
muros, y trazo de arcos, derrames y capialza-
dos de vanos en puertas y ventanas.
Una diferencia importante es que no se
uso mano de obra indígena local, sino mano
especializada europea, que se incorporaba a
los nuevos centros de población del Caribe.
Dirección de la obra del Palacio de Cortés,
alarifes, canteros y mano de obra indígena: 
La construcción del Palacio bajo la direc-
ción general de Hernán Cortés, y al parecer
quizás de dos de sus maestros Luis de la
Torre, Juan Rodríguez y el cantero Estrabas
Aguas, que ya habían participado en otras
obras en la ciudad de México, estuvieron a
cargo de la dirección de un numeroso con-
tingente de canteros indígenas proceden-
tes de Texcoco y Otumba, así como de car-
pinteros de Tlatelolco y Coyoacán, alba-
ñiles y peones de otras localidades partici-
paron en las obras, como se tiene registro
documental de su participación y de las
demandas que algunos hicieron a los abu-
sos y trabajos extenuantes a los que fueron
sometidos. 
“Tampoco resultaría muy aventurado
pensar que, quizá Luis de la Torre, Juan
Rodríguez y el cantero Entrabas Aguas 
fueran quienes se encargaron de dirigir 
las cuadrillas de obreros indígenas de
Texcoco, Otumba Tlatelolco y Coyoacán
en la construcción del castillo-palacio en
Cuernavaca”.
12
 
Entre las referencias se encuentran las
de 1526 y 1527 y de los trabajos en su etapa
final hacia 1532. 
“En cuanto a la primera cuestión sabe-
mos, en efecto, que entre 1526 y 1527, es
decir en la tercera etapa de la amplia-
ción y adaptación de la torre en el casti-
llo-palacio, obreros de texcoco, Otumba,
Tlatelolco y Coyoacán intervenían en la
construcción del edificio y que a finales
de 1532, o sea, en la cuarta y definitiva
etapa, todavía intervenían en la faena
alrededor de cien indígenas”.
13
 
Hay que recordar que muchas de las co-
munidades indígenas tributaban en espe-
cie principalmente con materiales para la
construcción como era la cal, piedra, made-
ra, así como con mano de obra, que era ro-
tativa por parte de las comunidades que
participaban en estos trabajos. 
El marquesado incluyó territorios y po-
blaciones: 
.. “con lo que se le concedió el título
de marqués, además del extenso territo-
rio del Valle de Oaxaca, con más de 23
000 vasallos indígenas que ocupaban 22
cabeceras de señoríos, incluyendo sus pue-
blos y aldeas”.
14
 
Materiales y sistemas constructivos del
Alcázar: 
Los materiales empleados en la construc-
ción original del Alcázar de Diego Colón fue-
ron de buena calidad y corresponden a mate-
riales propios de la geología de la región prin-
cipalmente de rocas de origen sedimentario
y coralinas, obtenida de canteras cercanas al
asentamiento como las de la cantera de Santa
Bárbara y que requirieron de estucos y en-
lucidas para su protección contra los agen-
tes atmosféricos y por la porosidad de al-
gunos de los materiales pétreos.
Esta material es en general una roca blan-
da y fácil para tallar y en la que se emplea-
ron herramientas metálicas para labrarlas
por parte de estos maestros canteros. Los
materiales principales fueron la piedra, la
arcilla para la manufactura de ladrillos y lo-
setas de barro, así como de tejas, cal de
piedra calcinada e hidratada para morteros,
estucos y enlucidos, la madera para entre-
pisos y cubiertas.
 Una amplia descripción de estos mate-
riales y de su uso en el alcázar nos la ofrece
la referencia siguiente:
“La construcción, salvo las esquinas y
las jambas de los vanos, que están hechas
de piedra y sillería talladas regulares, es de
mampuesto, con ladrillos en la segunda 
planta. Las ventanas y puertas , excepción 
hecha de la de ingreso, son lisas, sin moldu-
ras, con arcos en la forma conopia, acar-
El Alcázar de...
1DE PAGINA
A página 4
DOMINGO 18 DE FEBRERO DE 2007 III
Con semillas, palitos y hojitas
◆ Antrop. Laura Parrilla Álvarez ◆
E
l Área de Comunicación Educativa
del Jardín Etnobotánico del Institu
to Nacional de Antropología e His-
toria, ha implementado desde hace varios
añSos un taller infantil que ha superado las
expectativas y planteamientos de su plan-
teamiento original. Me refiero a un taller de
creatividad artística que recurre al aprove-
chamiento del material orgánico de “des-
perdicio” o “basura” de los ejemplares de
su colección. Infinidad de semillas, corte-
zas, flores, cápsulas de semillas, hojarasca,
varitas y vainas de formas extrañas, capri-
chosas y familiares son armadas con pe-
gamento y con gran creatividad para ela-
borar pequeñas figuras decorativas que
sorprenden por su gracia y por la extra-
ñeza y al mismo tiempo familiaridad de
los materiales que las componen.
El taller se originó en 2004 como una
actividad más del Curso Infantil de Vera-
no, y surgió en una búsqueda creativa
de ofrecer actividades temáticas, vincu-
ladas con la colección y elaboradas con
materiales de bajo costo. Sin embargo, rápi-
damente cobró personalidad propia y a tra-
vés de la mano artística de la Srita. Elena
Montecinos Medrano, tallerista del Jardín,
trascendió de la simpleza de la forma y la
obviedad de sus resultados a la aplicación
depurada de los materiales gracias a su in-
ventiva y habilidad manual.
La rareza de los materiales en este con-
texto creativo, invariablemente ocasiona
entre los espectadores (niños y adultos)
un asombro e inquietud por conocer acer-
ca del origen de los materiales. Esto se
convierte en una excelente oportunidad
que nosotros no dejamos pasar y con
esta motivación recorremos el jardín mos-
trando los ejemplares vivos y narrando
algunas de las aplicaciones culturales de
las plantas en cuestión. También nos per-
mite explicar el ciclo reproductivo de la es-pecie, identificando el fruto o la semilla en-
tre otros muchos temas.
La versión infantil de este taller se reali-
za cotidianamente previa solicitud como una
actividad posterior a la visita guiada y de-
bido al poco tiempo disponible y a lo nu-
meroso de los grupos escolares, se ela-
boran tortugas de 6 piezas, cactario de 4
piezas, mariposas o ranas de cinco pie-
zas que podrán o no ser pintadas poste-
riormente. La dinámica de este taller con-
siste en mostrar una pieza ya terminada y
pintada, y ofreciendo una explicación
cultural y botánica de la especie a la que
hace referencia la figura. También se ex-
plican los elementos que la conforman y
su función en la planta, es decir si es fru-
to, hoja, tallo, raíz, cápsula, corteza, etc.
Frecuentemente, el tema es retomado por
el profesor titular del grupo para reforzar
los conocimientos previos de clase.
La versión ofrecida a público adulto,
incorpora un muestrario tan grande y
complejo, que el taller tiene una duración
de 20 horas, en sesiones semanales. En
este caso, la dinámica es ofrecer un gran
muestrario terminado con el objetivo de
exponer las diferentes aplicaciones, sin
embargo y con el propósito de motivar la
creatividad ofrecemos a los asistentes
grandes cajas con material organizado
para que realicen su propio diseño. Es-
tas cajas contienen una gran variedad de
semillas en formas y colores diversos,
muchas de ellas son colectadas en el Jar-
dín Etnobotánico, otras son donaciones
de bancos de semillas otorgadas por in-
vestigadores que se sorprenden de esta
actividad y aportan material no viable y
también se encuentran semillas comu-
nes en la alacenas domésticas.
El potencial de este taller ha sido reco-
nocido por algunos grupos organizados
quienes lo han solicitado para convertirlo
en una alternativa económica.
A manera de ilustración presento estas
imágenes que ejemplifican el trabajo desa-
rrollado, pero invito a nuestros lectores a
conocer personalmente el muestrario en
exhibición y a participar con nosotros en la
gran variedad de actividades que tenemos
para todo publico durante todo el año.
Pez elaborado con semilla de haba de san ignacio y acetato Semillas de agave, algodón, eneldo, maravilla y parota
Tortuga. Cacahuate, semillas de cuachalalate, Cápsula de
Jacaranda
Familia revolucionaria elaborada con pimienta gorda y pimienta negra, hoja de plátano,
cápsulas de dos especies diferentes de eucalipto, semillas del árbol lluvia de oro, de
tabachín. Maíz palomero, trigo y chile piquín
Tlacuache elaborado con coco de palma, hueso de ciruela, cola de 
papel, conos de eucalipto y hoja de plátano
Chinelo de Tlayacapan. Cono de eucalipto,
garbanzo, hoja de plátano, lentejas, frijol
Consejo Editorial: Ricardo Melgar, Lizandra Patricia Salazar, Jesús
Monjarás-Ruiz, Miguel Morayta y Barbara Konieczna
Coordinación: Perla Brigitte Barreto Sánchez
Formación: Arturo Mendoza Vázquez
Matamoros 14, Acapantzingo, difusion.mor@inah.gob.mx
E
n algunos mercados populares y
ferias anuales de cuaresma en el es
tado de Morelos, es común encon-
trar diversos tipos de artesanías elabora-
das con los tallos de la planta conocida
como carrizo.
El carrizo, es una planta originaria de
Europa, de la región mediterránea. Ha sido
introducida y naturalizada en diversas par-
tes del mundo y se mantiene en los alrede-
dores de viviendas y zonas de cultivo. In-
cluso se siembra en parques y jardines. Es
común en zanjas y lugares húmedos. Aso-
ciada a vegetación perturbada.
El Arundo donax, también se le conoce
como: caña común, junco gigante, falso bam-
bú, cana, canabera, canya, cañaveral, caña
común, caña de Castilla, carrizo del sol.
Planta vivaz, perenne, es una planta
con rizoma grueso, nudoso y muy ramifi-
cado, del que nacen tallos -cañas- de
hasta 7 metros del alto y 3,5 centímetros
de diámetro, huecos, de color verde-azu-
lado y presentan una vaina que les cubre
en su mayor parte. Cuando florece, for-
ma inflorescencias de aspecto plumoso
muy decorativas que sobresalen. Planta
semejante al bambú, del que se diferen-
cia por que de cada nudo sale una única
hoja que envaina el tallo.
Antiguamente en países europeos al
carrizo se le asociaba a contratiempos y
sorpresas. Actualmente, en México en la
región de la huasteca potosina, se emplea
en los rituales del año nuevo.
El Arundo donax es una especie de uso
múltiple, se ha empleado como cortinas para
romper los vientos, contrarrestar la salinidad
procedente de la mar y para contribuir a la
protección del suelo frente a la erosión y jun-
to con el maíz en la elaboración de adobes.
Se emplea en la elaboración de cestería,
tapetes y canceles, cañas de pescar instru-
mentos musicales. También para obtener
celulosa, las hojas son utilizadas como fo-
rraje y con fines medicinales.
En fuentes históricas de México es reporta-
da en el siglo XVIII por Vicente Cervantes.
Los estudios químicos realizados al carri-
zo, han aportado que contiene diversas
sustancias como: Alcaloides (indólicos) que
ejercen depresión respiratoria e hipoten-
El Alcázar de...
2DE PAGINA
EL YAUHTLI
◆ Margarita Avilés y Macrina Fuentes ◆
CARRIZO O CAÑA DE CASTILLA
Arundo donax (L.)
FAMILIA: POACEAE/GRAMINEAE
sión. Triterpenos, esteroles, resina, aceite
esencial, azúcares. También, sales minera-
les como: sílice, calcio, potasio. En el rizo-
ma se ha reportado sacarosa y en las cañas
sílice. En la medicina tradicional mexicana
se emplea en diversos problemas renales,
circulatorios, oftalmológicos, ginecoló-
gicos y antiinflamatorios. Los estudios
farmacológicos son numerosos pero so-
lamente se ha comprobado su efecto an-
tiespasmódico y antibacteriano.
Algunas fuentes mencionan que su
administración está contraindicada en el
embarazo o en periodo de lactancia (ya
que se le atribuye un efecto inhibidor de
la lactancia).
La planta fresca, por contacto con la piel
húmeda y expuesta al sol, puede desenca-
denar fenómenos de fotosensibilidad. Los
alcaloides indólicos curaremiméticos pre-
sentes en las flores (y en menor medida en
el rizoma) son hipotensores y depresores
de la respiración.
Algunos especialistas recomiendan no
ingerirse en casos de hipertensión o car-
diopatías o cuando se ingieren diuréticos.
Esta planta forma parte de la colec-
ción nacional de plantas medicinales del
jardín etnobotánico.
Arundo donax L. Archivo fotográfico Fuentes-
Aviles.
panelada y lobulada del gótico. Sin em-
bargo, la puerta principal está decorada
con dos pequeñas molduras o boquetones
con pilastras renacentistas. Hacia el río, hay
una escalera de caracol. Los cañones con
su ángulo de cuarenta y cinco grados en
dirección a la trayectoria por donde de-
bían venir las naves. El techo era a dos aguas
y las escaleras llegaban hasta allí para po-
der usar un pasadizo entre ellas que servía
de vigía del río y del puerto”.
15
 
Materiales y sistemas constructivos del
Palacio: 
 Los materiales empleados en la cons-
trucción del edificio, procedieron principal-
mente de la reutilización de los restos de
escombro producto de las demoliciones de
las construcciones indígenas de grandes
plataformas, palacios y templos, lo cual se
puede constatar por la estereotomía en el
corte de la piedra de manufactura indíge-
na, así como por el uso de instrumentos de
talla de cinceles de piedra. 
 La roca empleada a diferencia del Alcá-
zar es una roca de origen ígneo extrusiva ba-
sáltica, muy dura y resistente, conocida como
piedra braza y de una más ligera conocida
como tezontle. El corte de los sillares es cua-
drado, con esquinas redondeadas y sin aris-
tas muy marcadas, a diferencia de los sillares
de técnica europea , de proporción más rec-
tangular con el corte de aristas finas, para lo
cual se emplearon herramientas de metal. 
 El sistema constructivo aprovechó los
basamentos prehispánicos como platafor-
mas de cimentación, para desplantar los
muros decarga de mampostería de piedra
braza, con morteros de cal. Esto permitió
solucionar y reducir los trabajos de cimen-
tación y de la infraestructura del edificio.
Como puede observarse en las excavacio-
nes arqueológicas, bajo el edificio colonial. 
 Los recubrimientos se hicieron con apla-
nados de cal-arena y los pilares, columnas
y arcos fueron recubiertos con enlucidos
finos, sobre los que se aplicó, pintura a la
cal, en colores ocres. 
 En los entrepisos y cubiertas se em-
plearon vigas y gualdras de madera, con te-
rrados y recubrimientos de losas de piedra
en las plantas bajas y baldosas de barro. 
 Los pintores representados por los an-
tiguos tlacuilos indígenas de códices, par-
ticiparon activamente en las obras de pin-
tura mural. La presencia indígena quedo pre-
sente en la manufactura de la obra y en mo-
tivos decorativos, atribuidos a fechas ca-
lendaricas correspondientes a la termina-
ción de la obra en 1535, y a la de motivos
geométricos y vegetales propios de la cos-
movisión indígena. Que marca una gran di-
ferencia expresiva en el arte novo hispano
y de un nuevo sincretismo artístico. 
 Bibliografía segunda parte. 
Gautier, Manuel Salvador; Conferencia
magistral sobre: El Alcázar de Diego Co-
lón; durante del Primer Foro Internacional
Técnico Académico sobre la Enseñanza y
Práctica de la Restauración de Sitios y Mo-
numentos: México-República Dominicana.
7-12 agosto del 2000. Santo Domingo, Re-
pública Dominicana.
Palm, Erwin; Los monumentos arquitec-
tónicos de La Española, con una introduc-
ción a América, Ciudad Trujillo, Universi-
dad de Santo Domingo, 1955, II, pp. 104-108.
Pérez Montás, Eugenio; Casas colo-
niales de Santo Domingo; Barcelona,
General Grafico, 1980.
Rivera González, José Antonio; Trans-
cripción del recorrido a través del Alcá-
zar. Padre Fray Vicente Rubio, O.P. Truji-
llo y el Alcazár de Colón, Ciudad Trujillo,
Editora del Caribe, 1959.
Visita técnica al edificio del Alzázar de
Diego Colón con el arquitecto Esteban
Prieto Vicioso, durante las sesiones prácti-
cas del Primer Foro Internacional Técnico
Académico sobre la Enseñanza y Práctica
de la Restauración de Sitios y Monumen-
tos: México-República Dominicana. 7-12
agosto del 2000. Santo Domingo, Repúbli-
ca Dominicana.
Visitas de reconocimiento y documenta-
ción personal al edificio del Alzázar de Die-
go Colón en compañía de los arquitectos
Carlos Flores Marini, arqta. Julia Vicioso,
arq. José Manuel Batlle Pérez, Arquitecto 
Leonardo Icaza, durante del Primer Foro In-
ternacional Técnico Académico sobre la En-
señanza y Práctica de la Restauración de Si-
tios y Monumentos: México-República Do-
minicana. 7-12 agosto del 2000. Santo Do-
mingo, República Dominicana.
Visita técnica de documentación y re-
gistro durante el Seminario Taller para el
Caribe y Centro América: Prevención del
Riesgo del Patrimonio Cultural, Material
didáctico e informe técnico de la evalua-
ción de prevención y riesgo en la Ciudad
de Santo Domingo, manuscrito fotocopia-
do, Santo Domingo, República Dominicana,
ICCROM, Secretariado Técnico de la Presi-
dencia del Gobierno de la República Domi-
nicana, de fecha 19-23 de enero del 2001.
Visita técnica al Palacio de Cortés en
compañía del arquitecto Esteban Prieto
Vicioso y miembros del Comité Internacio-
nal de Monumentos y sitios ICOMOS, Cuer-
navaca, Morelos en 1994.
Comentarios Centro INAH.Morelos:
jasillerca@terra.com.mx
Planta de conjunto y emplazamiento de
Palacio de Diego Colon a un lado del río
Ozama
Planta arquitectónica de palacio y de patio
frontal y posterior

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