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VIH-1 y VIH-2: Pandemia y Estudio

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Ciencia UANL
Universidad Autónoma de Nuevo León
rciencia@mail.uanl.mx 
ISSN (Versión impresa): 1405-9177
MÉXICO
 
 
 
 
2004 
Esperanza Armendáriz 
EL VIRUS DE LA INMUNODEFICIENCIA HUMANA: VIH-1 Y VIH-2 
Ciencia UANL, abril-junio, año/vol. VII, número 002 
Universidad Autónoma de Nuevo León 
Monterrey, México 
pp. 228-236 
 
 
 
 
 
mailto:rciencia@mail.uanl.mx
http://www.redalyc.org/
CIENCIA UANL / VOL. VII, No. 2, ABRIL-JUNIO 2004228
El virus de la inmunodeficiencia humana: VIH-1 y VIH-2
REPORTEANDO
ESPERANZA ARMENDÁRIZ
En el mundo se han realizado diver-
sos esfuerzos para luchar contra la
pandemia que se conociera en la
década de los ochenta: el virus de
inmunodeficiencia humana; pande-
mia de la que se conocen dos tipos
que son genética y antigénicamente
diferentes: VIH-1 y VIH-2.
El virus VIH-1, mismo que pre-
senta variabilidad genética según las
distintas regiones del globo terrá-
queo, es considerado el responsable
de la pandemia, e incluso se cuen-
tan 12 subtipos distintos.
En África, donde se piensa que
la infección VIH es más antigua, pre-
dominan los subtipos A y C, mien-
tras que en Europa y América, inclui-
do México, predomina el subtipo B.
La diferencia entre uno y otro
subtipo es la rapidez con la que se
propaga en la población; la literatura
médica asegura que el subtipo C es
uno de los más agresivos por su re-
percusión epidemiológica.
El subtipo C del VIH.
Un visitante incómodo
Hace tres años, investigadores del
área de Medicina y Biología de la
Universidad Autónoma de Nuevo
León iniciaron un estudio para de-
terminar el subtipo predominante en
México y detectar a tiempo la apari-
ción de un subtipo diferente en la
región.
En la investigación, encabezada
por la doctora Cristina Rodríguez
Padilla, participaron el doctor Javier
Ramos Jiménez y la doctora Lidia
Guadalupe Rivera Morales. El estu-
dio arrojó como resultado que el
subtipo B del VIH es el predominan-
te de la región, lo que motivó a los
estudiosos a realizar un monitoreo
permanente de los pacientes que lle-
gan al Hospital Universitario “José
Eleuterio González”.
El estudio, auspiciado económi-
camente por la Universidad de Har-
vard, bajo la asesoría del doctor Max
Essex, incluyó la toma de 65 mues-
tras en el Distrito Federal, Puebla,
Guadalajara, Mérida y Monterrey, con
inversión de alrededor de 200 mil
dólares.
“Este conocimiento tiene un im-
pacto epidemiológico importante,
porque las epidemias tienen tres fa-
ses: logarítmica (donde hay muchos
casos en un periodo corto de tiem-
po), de estabilización (de estanca-
miento) y de censo; aunque hay paí-
ses como México en que se vive una
fase de estancamiento. De aparecer
nuevos subtipos, la epidemia podría
iniciar una fase logarítmica, se pue-
de disparar”, asegura el doctor Ja-
vier Ramos Jiménez.
El responsable del Departamen-
to de Infectología del Hospital Uni-
versitario recuerda que el primer es-
tudio que realizaron a los subtipos
del VIH arrojó como virus predomi-
nante al subtipo B, que, coinciden-
temente, es el más predominante en
los Estados Unidos.
“Si hacemos memoria, la epide-
mia en nuestro continente se dio pri-
mero en Estados Unidos y a los tres
años llegó a México; esta realidad se
refleja nuevamente en la investiga-
ción”, explica en entrevista.
En tanto, la doctora Lidia Guada-
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lupe Rivera Morales, especialista en
microbiología, explica que este estu-
dio de epidemiología molecular del
VIH en México –con el que presentó
su tesis doctoral- le permitió una
estancia de un año en la Universi-
dad de Harvard, gracias al contacto
que obtuvo la doctora Cristina Rodrí-
guez Padilla.
“Sabemos que se realizó un es-
tudio similar para determinar el
subtipo de la región, pero se utilizó
otra metodología y no estaba muy
bien fundamentada; como el subtipo
en Estados Unidos es el B, nosotros
suponíamos que aquí era igual, pero
no estábamos seguros, entonces,
después de que se hizo el estudio
donde se incluyó la secuenciación,
publicamos que el subtipo predomi-
nante es el B”, expone.
La investigadora Rivera Morales,
orgullosa, reconoce que las muestras
que se utilizaron en este estudio ya
están publicadas en la base de da-
tos del Banco de Genes Internacio-
nal, por lo que ya se cuenta con ese
dato como un precedente de la se-
cuencia del virus de los 65 pacien-
tes.
“Fuimos los primeros investigado-
res mexicanos que hicimos este re-
porte en el Banco de Genes Interna-
cional, de esta forma otros investi-
gadores pueden tomar los genes y
estudiarlos como cepas de referen-
cia, porque ya están publicados; in-
cluso, a partir de esto cada estudio
que hagamos hay que reportarlo al
Banco de Genes Internacional”, agre-
ga.
Este estudio de epidemiología
molecular del VIH en México, aun-
que se realizó de agosto de 1998 a
julio de 1999, salió publicado en
AIDS Research and Human Retrovi-
ruses en enero de 2001.
De la metodología utilizada para
esta investigación se sabe que está
basada en obtención de sangre, en
trabajar una reacción en cadena de
la polimerasa (PCR) en la región que
se estudia, después se obtiene el gen
que se va a amplificar, lo clonan y se
obtiene un DNA plasmídico para ser
secuenciado.
Se amplifica este DNA plasmídico
y es el que se lleva a secuenciación,
se llevó a cabo un análisis y se en-
contró que el subtipo predominante
es el B; en total se analizaron 65
muestras obtenidas de cinco estados
de la república: Guadalajara, Distri-
to Federal, Puebla, Nuevo León y
Mérida.
El tiempo que se tardó, desde
recabar cada una de las muestras y
lograr el DNA plasmídico, fue muy
variable y de hecho bastante difícil,
en el sentido en que había que via-
jar, con las muestras de sangre, des-
de Boston hasta el Laboratorio de
Bioseguridad de la Facultad de Cien-
cias Biológicas para poder obtener el
DNA.
Gracias a esta investigación, y
también al contacto del Dr. Roberto
Trujillo, ya está registrado que el
subtipo B es el predominante en
México.
El estudio, auspiciado por la Uni-
versidad de Harvard, terminó; sin
embargo, la atención que el cuerpo
médico del Hospital Universitario
“José Eleuterio González” brindó a un
paciente de origen sudafricano, mo-
tivó a los investigadores a iniciar una
nueva tarea.
“El año pasado llegó al Hospital
Universitario un paciente de origen
sudafricano que ya tenía ocho años
de vivir en el centro del país y que
vino aquí muy grave, lamentable-
mente murió; pero, cuando supimos
el origen de esta persona, nos deci-
dimos a estudiar la enfermedad para
identificar el subtipo del virus”, ex-
plica el médico.
Fue así como llegó a las manos
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de la Dra. Lidia Guadalupe Rivera
Morales la muestra de sangre de este
paciente para que fuera estudiada,
lamentablemente, a la semana si-
guiente en que se tomó la primera y
única muestra, la persona falleció.
“Tuvimos muchos problemas con
esa muestra, porque ya no hubo
oportunidad de tomar otra más, es-
tuvimos trabajando con ella y nos
dimos cuenta que no coincidía con
el subtipo B, sino con el C, que es el
subtipo que predomina en África;
revisamos con el secuenciador y coin-
cidió con todos los de origen
sudafricano”, explica la investigadora.
La primera pregunta estaba rela-
cionada con el lugar en donde había
adquirido la enfermedad, si en Méxi-
co o en Sudáfrica, considerando que
proviene de una región donde hay
un gran número de casos de VIH.
“Encontramos que el virus era
subtipo C, el que predomina en esa
parte del mundo, es decir, ya venía
con la enfermedad y la preocupación
nuestra, y el impacto de ese conoci-
miento, radica en el número de in-
fectados con esta clase de subtipo
que vive en México y que aún se
desconoce”, argumenta Ramos Jimé-
nez.
A pregunta expresa de si el sub-
tipo C del VIH se presenta con más
frecuencia en las personas hetero-
sexuales respecto de las homesexua-
les, la Dra. CristinaRodríguez, quien
maneja como una de las líneas de
investigación el Desarrollo de Biotec-
nología para la producción de Bio-
moléculas de Uso en Cáncer y En-
fermedades Infecciosas, responde:
“Investigadores de la Universidad
de Harvard han encontrando que el
subtipo C y E crecen más fácilmente
en células de Langerhans, células
que se pueden encontrar en tracto
genital por lo que su transmisión es
más frecuente a través de sangre y
sus productos, esto ayudaría a expli-
car, en parte, por qué la epidemia
por subtipo B en USA se disemina
más rápidamente por transmisión
homosexual o personas que usan
drogas; mientras en África y Asia los
subtipos C y E se diseminan más rá-
pidamente entre los heterosexuales”,
explica.
Esta situación, según advierte la
investigadora, podría hacer que se
dispare el número de casos de por-
tadores del subtipo C que viven en
México.
“Sí, sobre todo porque en nuestro
país ha ocurrido un cambio en las con-
ductas; la transmisión del VIH-1 ha
sido principalmente por vía sexual;
hace cinco años, el principal modo
de transmisión fue por vía homo-
sexual, actualmente, la transmisión
heterosexual está predominando”,
argumenta Rodríguez Padilla.
La Dra. Lidia Guadalupe Rivera
Morales agrega: “de ahí nuestra pre-
ocupación, por eso es necesario ha-
cer un estudio amplio, visitar el lu-
gar donde estuvo viviendo este pa-
ciente, porque dio varias versiones a
los médicos que lo atendieron; lo
ideal es ir a muestrear pacientes que
son seropositivos en el área en que
él estuvo y hacer el monitoreo, la vi-
gilancia epidemiológica en este
caso”.
La OMS ha establecido una red
mundial para supervisar la presen-
tación de los subtipos y la emergen-
cia de otros nuevos, con el fin de jun-
tar datos que permitan mejorar el
conocimiento de la dinámica de su
distribución y apoyar el desarrollo de
las investigaciones nuevas o en mar-
cha.
Por otro lado, la epidemiología
molecular de la infección VIH propor-
ciona una nueva herramienta para elFo
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conocimiento más preciso de la in-
fección, un ejemplo de esta contri-
bución fue la identificación de los
subtipos que causaron la explosión
del SIDA en Tailandia, la cual permi-
tió reconocer el subtipo B como cau-
sa de la misma en ADPV.
Estudio que advierte
“En este momento es importante te-
ner un control de los pacientes que
se atienden la infección de VIH; es
necesario un monitoreo más amplio,
es decir, estar periódicamente revi-
sando todos los casos que llegan a
este hospital para detectar cuando
aparezcan más pacientes con subtipo
C”, reconoce el jefe del Departamento
de Infectología.
Para llevar a cabo este segundo
estudio de monitoreo, los investiga-
dores buscan apoyos económicos
que auspicien la realización del es-
tudio, inversión que requiere de unos
100 mil dólares; sus argumentos ra-
dican en el peligro que se corre al
iniciarse una fase logarítmica del vi-
rus con subtipo C en la región.
“Tenemos acercamiento con
nuestros colegas en Estados Unidos
para tener apoyo, de hecho tenemos
una propuesta que estamos trabajan-
do con los Institutos Nacionales de
Salud (National Institute of Health) y
es una de las instituciones a la que
les estamos apostando, porque se de-
dican mucho a la investigación y son
muy sensibles a los argumentos que
damos por las implicaciones que tie-
ne”, comenta.
El Dr. Javier Ramos Jiménez ex-
plica a detalle que la propuesta –que
se enviará a finales de marzo- está
integrada por tres estudios específi-
cos: estudio en migrantes, monitoreo
de la resistencia del virus a los
antivirales y estudio de subtipos de
VIH.
Este segundo estudio, que se rea-
lizaría en un periodo de cinco años,
podría revelar por qué es más agre-
sivo el virus VIH subtipo C, que cual-
quier otro, lo que aún se desconoce.
“Determinamos que para este
estudio se van a investigar las fron-
teras sur y norte de México, porque
sabemos que en Estados Unidos el
subtipo predominante es el C y dada
la movilidad de la gente que cruza la
frontera, es necesario reconocer cómo
es la epidemia del SIDA que aquí
tenemos”, adelanta la Dra. Rivera
Morales.
Sería un proyecto que se concre-
te, porque de ser posible se estudia-
rían ciudades como Reynosa y
Tijuana, que son puntos clave en la
frontera del país. Actualmente, este
segundo estudio epidemiológico del
VIH está buscando financiamiento,
ya que la inversión original del mis-
mo sí fue grande.
“Ahora estamos trabajando en
conjunto con la Facultad de Medici-
na para conseguir apoyos en el
National Institutes of Health (NIH),
acabamos de aplicar primero para un
RO3 que es para planear y organi-
zar, lo cual es altamente recomen-
dable para poder aplicar a otro pro-
yecto más grande (con mayor apo-
yo) que es U19 CIPRA (Comprehen-
sive International Programs of Resear-
ch on AIDS) para multiproyectos”,
explica.
Aquí intervendrían: la Dra. Rebe-
ca Thelma Martínez, en el área de
comunidad; el Dr. Javier Núñez Ra-
mos para ver mutaciones en antire-
trovirales; subtipos con la Dra. Cris-
tina Rodríguez Padilla e investigado-
res relacionados con otros tipos de
infecciones como tuberculosis y vi-
rus de hepatitis C relacionados con
el VIH, y así formar un equipo mul-
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tidisciplinario de colegas en el área
médica y la comunidad.
Sobre la agresividad con que se
presenta el subtipo C del VIH, el Dr.
Javier Ramos Jiménez explica que,
en comparación con el subtipo B, se
transmite con mayor rapidez:
“Morfológicamente se ven igua-
les, pero para hacer un estudio más
completo es necesario hacer un cul-
tivo, que es para lo que necesitamos
el apoyo; nosotros lo que hacemos
es tomar del virus los ácidos nuclei-
cos para estudiarlos directamente,
pero es necesario cultivarlo, porque
eso nos permite hacer comparacio-
nes en la rapidez con que crece el
subtipo B y C, porque no sabemos
eso si hay ciertas líneas celulares que
los diferencie”, explica.
Por su parte, el Dr. Ramos Jimé-
nez señala que la Facultad de Cien-
cias Biológicas de la UANL cuenta
con el Laboratorio de Bioseguridad
Nivel 3, donde se comenzarán a ha-
cer aislamientos del virus para de-
terminar las características de cada
subtipo.
“La infraestructura la tenemos [en
la UANL], lo que nos hace falta es
dinero para más reactivos y ponerlos
a funcionar, pero el grueso de la in-
fraestructura ya está en la Facultad
de Ciencias Biológicas, es importan-
te todo esto considerando que en
México no hay institución que esté
trabajando este tipo de estudio”, ase-
gura el entrevistado.
¿Podría este estudio definir polí-
ticas públicas para controlar el VIH?,
se le cuestiona.
“Nos puede advertir a tiempo la
llegada de un subtipo que no perte-
nece a la región; queremos estar se-
guros o darnos cuenta a tiempo cuan-
do aparezcan estos virus, porque de
haberse propagado ya este subtipo
C tenemos la amenaza de que se
acelere más de lo que ya está”, ad-
vierte.
En este renglón, la Dra. Cristina
Rodríguez Padilla comparte la opi-
nión del Dr. Ramos Jiménez.
“Claro que nos ayudará a definir
políticas públicas en materia de sa-
lud, sería necesario incluso publicar
la presencia de este subtipo (ya es-
tamos en esto), y concientizar a la
población del riesgo que se corre de
adquirir esta infección”, aconseja.
Este conocimiento también tiene
un impacto en la elaboración de
medicamentos, porque los medica-
mentos actuales pudieran servir para
pacientes con subtipo C, pero podrían
no ser tan efectivos.
“Por eso es necesario este estu-
dio, porque ahorita, tristemente, en
lugares como África, donde hay mas
casos, es donde menos tratamiento
hay, por eso no hay grandes estu-
dios clínicos que nos den alguna re-
ferencia; sabemos que hay informa-
ción parcial que nos dice que los
medicamentos que usamos en Méxi-
co no funcionan en otros subtipos
que no sean B y eso nos preocupa
porque sise llega a propagar el virus
y no nos damos cuenta, podría su-
ceder una cosa como la de países
con altos índices de personas infec-
tadas”, afirma Ramos Jiménez.
Y es que, mientras las pruebas
de carga viral ayudan al paciente y
al médico a determinar si un trata-
miento es efectivo o no, los exáme-
nes de resistencia a los medicamen-
tos pueden ayudar a determinar por
qué un tratamiento o combinación de
tratamientos pueden no estar funcio-
nando.
La Dra. Cristina Rodríguez, agre-
ga: “los exámenes de resistencia a
los medicamentos también pueden
ser usados para la elección de los
medicamentos. Hay dos tipos de exá-Fo
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menes para la resistencia de los me-
dicamentos: la prueba de genotipo y
la de fenotipo. La prueba de genotipo
no es otra cosa que una inspección
meticulosa del VIH presente en la
sangre de un individuo. Si el VIH no
responde a un medicamento o com-
binación de medicamentos, la ma-
teria genética del virus (ARN) se exa-
mina y se trata de encontrar peque-
ños cambios en su estructura que se
llaman mutaciones”.
Mientras algunas mutaciones son
inofensivas, otras pueden causar que
el VIH se vuelva menos sensible a
un medicamento designado para fre-
nar su reproducción. Con el tiempo,
ese VIH acumula mutaciones adicio-
nales, las cuales impiden que el vi-
rus responda a dicha medicación.
Los exámenes de genotipo bus-
can mutaciones específicas asocia-
das con la resistencia a un medica-
mento en particular. Al encontrar
cuáles son las mutaciones presentes,
es posible que los pacientes y sus
médicos puedan predecir con qué
medicamento se puede empezar, o
en caso necesario, a qué medica-
mentos se debe cambiar.
A diferencia del examen de ge-
notipo, el examen de fenotipo no
observa los genes o ARN del virus,
pero observa la habilidad del virus
para reproducirse en un tubo de en-
sayo cuando un medicamento espe-
cífico está presente.
Los resultados del examen expre-
san la cantidad de medicación nece-
saria para detener al virus. El VIH que
no es resistente será completamente
detenido por el nivel de medicación
apropiado. El VIH que se ha hecho
resistente requiere un incremento
considerable del medicamento para
detener al virus completamente.
Como la mayoría de los medicamen-
tos antirretrovirales, ya se dan al
máximo de la dosis tolerable, no es
posible aumentar la dosis del medi-
camento sin causar grandes toxici-
dades.
El examen de fenotipo es una for-
ma más directa de medir la resisten-
cia en contraste con el examen de
genotipo, el cual permite una inter-
pretación más fácil de los resultados.
De todas maneras, el examen de
fenotipo lleva más tiempo y es más
caro.
Variabilidad genética del VIH
Desde la descripción del SIDA en
1981, se han producido aconteci-
mientos relacionados con el conoci-
miento de la enfermedad en muchos
de sus aspectos, como consecuen-
cia de los esfuerzos de diversos paí-
ses para atajar una epidemia que la
OMS estima que para el año 2005
habrá afectado a más de 26 millo-
nes de personas.
Como consecuencia de estos es-
fuerzos se han reconocido dos tipos
de virus que están identificados como
los agentes etiológicos del SIDA y que
se han denominado virus de la in-
munodeficiencia humana (VIH); es-
tos dos tipos de virus son genética y
antigénicamente diferentes y se han
llamado VIH-1 y VIH-2. Mientras que
el primero se considera que es el res-
ponsable de la pandemia (epidemia
a nivel mundial) el segundo es en-
démico del África Oriental y es su-
mamente raro fuera de esta región.
El VIH-2 se diferencia del VIH-1
en que la enfermedad que produce
es menos agresiva, parece evolucio-
nar más lentamente hacia la destruc-
ción del sistema inmunitario, su
transmisión vertical (madre-hijo)
parece ser más difícil y existe varia-
ción en la regulación del virus a nivel
genético; los genomas del VIH-1 y VIH-
2 tienen una similitud de sólo el 40-
50% y el VIH-2 presenta una homo-
logía del 75% con el virus de la in-
munodeficiencia de los simios (SIV).
Sin embargo, ambos ocasionan una
enfermedad clínicamente indistingui-
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ble.
Una de las características funda-
mentales que se atribuyen al VIH-1
es su variabilidad genética, lo que
está contribuyendo a dificultar el co-
nocimiento íntimo de los mecanis-
mos por los que el virus es capaz de
producir el SIDA y que, necesaria-
mente, influye en el desarrollo de
pruebas diagnósticas, el conocimien-
to de su epidemiología molecular en
cuanto a sus mecanismos de trans-
misión y sus posibilidades de preven-
ción, el desarrollo de tratamientos y
vacunas eficaces o la aparición de
resistencias. En un mismo sujeto in-
fectado ha sido posible observar en-
tre un 1 y un 6% de variación vírica,
por lo que algunas veces se habla de
que en un paciente existen
‘cuasiespecies’ (es decir, virus muy
estrechamente relacionados pero di-
ferentes) del virus. Estos conocimien-
tos han sido posibles por la caracte-
rización molecular del VIH, su se-
cuenciación y su análisis filogénico,
aunque el método preferido para de-
terminar los subtipos del VIH es el
análisis de la sucesión de ácidos
nucleicos en los genes mayores del
virus a partir de células mononuclea-
res de sangre periférica infectadas;
en general, se trata de técnicas com-
plejas y caras, lo que limita su am-
plio empleo por lo que en la actuali-
dad se están diseñando ensayos de
inmunoenzimoanalisis con péptidos
sintéticos a partir de la tercera región
inconstante de la gp120 del virus que
harían mucho más sencilla la subti-
picación del VIH-1.
Dentro del VIH-1 se conoce un
grupo mayor (grupo M) en el que, de
momento, se conocen diez subtipos
que se han denominado con letras
mayúsculas según su orden de des-
cripción (del A al J) así como un gru-
po ‘Outliers’ (VIH-1 O) que con al
menos tres subtipos constituye un
grupo muy heterogéneo de virus con
una homología menor del 50% con
el VIH-1 M. También se conocen al
menos cinco subtipos del VIH-2.
La diferencia principal de los
subtipos es su composición genéti-
ca, presumiblemente por errores de
la transcriptación inversa, con diver-
gencias del orden del 30% en la su-
cesión de aminoácidos en la zona
ENV y grados variables de diferen-
cias en las proteínas estructurales y
reguladoras. Recientemente se ha
descrito que la ‘recombinación’ tam-
bién contribuye a la diversidad ge-
nética de los VIH y podría ser conse-
cuencia de la infección por dos o más
subtipos de VIH en un mismo indivi-
duo y la infección de una misma cé-
lula por ellos (básicamente, cada
subtipo aportaría una hebra de la
cadena de ARN o parte de ella; se
han descrito recombinaciones A/E, A/
C, B/F, etc.). Pero también parecen
existir diferencias biológicas, tanto in
vivo como in vitro, e incluso se ha
sugerido que ciertos subtipos pue-
den presentar un mecanismo predo-
minante de transmisión.
Distribución regional de los subtipos
del VIH-1
Los subtipos del VIH-1 están distri-
buidos de un modo diferente por todo
el mundo, si bien es cierto que uno
de los subtipos suele ser el prepon-
derante en un área determinada. En
Africa, donde se piensa que la infec-
ción VIH es más antigua, coexisten
prácticamente todos los subtipos con
predominio del A y del C, mientras
que los subtipos D, E, F, G, H y O tie-
nen un predominio moderado-bajo.
En Europa y América predomina
el subtipo B; sin embargo, mientras
que el predominio de los subtipos A,
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C, D, E y O es muy bajo en América
del Norte, o el subtipo F en América
del Sur, en la Europa Occidental tie-
nen un predominio moderado y sólo
el subtipo O es muy bajo.
En el sudeste de Asia el subtipo
predominante es el E; mientras que
en el sur de este continente existe
preponderancia del subtipo C, la pre-
sencia del B sólo es moderada.
Se han descritosubtipos F en
Brasil y Rumania, G y H en Rusia y
Africa Central, I en Chipre u O en
Camerún que son muy poco preva-
lentes.
A finales de los 80 se consideró
que el subtipo E ocasionó la explo-
sión de casos que se registraron en
Tailandia, y es también el subtipo
predominante en Vietnam y, junto al
B, en Indonesia. Por otro lado, se cree
que los casos heterosexuales que se
están registrando en la India y China
son ocasionados por el subtipo C.
El impacto de la variabilidad
El predominio regional de los
subtipos del VIH-1 no se ha podido
explicar, de momento, de un modo
satisfactorio, pero se debe tener pre-
sente para evaluar en todo su senti-
do la epidemiología cambiante de la
infección VIH a nivel mundial y las
repercusiones que pueden tener so-
bre otros aspectos. Se postula que
es el resultado inevitable de la movi-
lidad de la población.
La sugerencia de que ciertos
subtipos pueden asociarse de un
modo mejor con ciertas formas de
transmisión no se ha demostrado
aunque se apoya sobre todo en la
evidencia de las diferencias de
transmisibilidad entre el VIH-1 y el
VIH-2.
Se ha dicho que los subtipos E y
C se asocian mejor con la transmi-
sión heterosexual del VIH, mientras
que el subtipo B se asociaría mejor
con la transmisión homosexual y san-
guínea (especialmente con el uso de
drogas parenterales). Estudios de la-
boratorio han demostrado que los
subtipos C y E infectan mejor que el
subtipo B ciertas células presentes
en vagina, cuello de útero o prepu-
cio mientras que son poco efectivos
infectando las que existen en el rec-
to (se relacionarían mejor con la
transmisión heterosexual); sin em-
bargo, in vivo, existen otros muchos
factores ajenos a las condiciones de
laboratorio que pueden modificar las
condiciones de transmisión.
Otros estudios han indicado que
el subtipo E se transmite con más
facilidad que el subtipo B, con base
en la proporción de que ambos inte-
grantes de la pareja estuviesen in-
fectados (parejas concordantes o
discordantes) o en el mayor número
de clientes infectados a partir de
prostitutas que estaban infectadas
por este subtipo (se estimó que el
riesgo de transmisión mujer a hom-
bre era de 1 en 30-50 contactos para
el subtipo E, mientras que para el B
este riesgo era de 1 en 500-1.000
contactos). Estos, junto a otros da-
tos, han llevado a considerar al sub-
tipo E como un potencial peligro de
extensión rápida de la epidemia; sin
embargo, desde el punto de vista
preventivo, todas las medidas acon-
sejadas son eficaces, sea cual sea el
subtipo del VIH, y por lo tanto no se
deben alterar (aunque cada vez re-
sulta más conveniente reforzarlas y
no olvidar que los más de 150 casos
de SIDA por millón de habitantes en
España nos acerca más a África que
a Europa).
La variabilidad genética también
se ha implicado en la existencia de
diferencias biológicas entre los ais-
lados de VIH, fundamentalmente en
lo referente a la virulencia de algu-
ESPERANZA ARMENDÁRIZ
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CIENCIA UANL / VOL. VII, No. 2, ABRIL-JUNIO 2004236
nas cepas y la resistencia a los
antivirales, especialmente la plantea-
da por la rápida variación mutacional
del VIH en el empleo de los trata-
mientos prolongados. También pue-
de plantear problemas a la hora del
diseño más eficaz de las pruebas
diagnósticas; aunque la mayoría de
los EIA actuales, empleados en cri-
bados rutinarios, son ya capaces de
detectar el VIH-1 O, hasta hace unos
tres años no era así; actualmente,
algunas de las técnicas de carga viral
sólo detectan con seguridad el subti-
po B, especialmente RT-PCR, y se
han observado problemas cuando se
enfrentan a otros subtipos. Sin lugar
a dudas, uno de los campos donde
más poderosamente puede influir es
en el desarrollo de vacunas, aunque
se debe tener presente que la varia-
bilidad no es exclusiva del VIH y este
problema se ha solucionado frente a
otros virus con el empleo de vacu-
nas polivalentes y vacunas que se
adaptan a la variabilidad del virus
(por ejemplo en la gripe).
Aunque in vitro se ha demostra-
do con certeza un comportamiento
diferente de los subtipos de VIH-1,
in vivo no existe ninguna evidencia
concluyente. La OMS ha establecido
una red mundial para supervisar la
presentación de los subtipos y la
emergencia de otros nuevos con el
fin de juntar datos que permitan
mejorar el conocimiento de la diná-
mica de su distribución y así apoyar
el desarrollo de las investigaciones,
nuevas o en marcha. Por otro lado,
la epidemiología molecular de la in-
fección VIH proporciona una nueva
herramienta para el conocimiento
más preciso de la infección. Ejemplo
de esta contribución fue la identifi-
cación de los subtipos que causaron
la explosión del SIDA en Tailandia y
que permitió reconocer el subtipo B
como causa de la misma en ADPV y
el subtipo E en los casos relaciona-
dos con la transmisión heterosexual
a partir de un grupo central de pros-
titutas y sus clientes, documentán-
dose de este modo la introducción
independiente y simultánea de dos
subtipos en el país; de igual modo
ha permitido el conocimiento de ca-
sos índice en zonas en las que un
determinado subtipo tiene un predo-
minio muy bajo e incluso se han lle-
gado a conocer las fuentes de infec-
ciones nosocomiales de VIH.
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EL VIRUS DE LA INMUNODEFICIENCIA HUMANA: VIH-1 Y VIH-2

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