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tlena Grzegorczyk - 1 -
"Curso de la vida, Género y Ciudadanía Política" 
Carrera de Especialización en Estudios de las Mujeres y de Género 
Departamento -de Ciencias SC)ciales 
Área lnterdisciplinaria en Estudios de la Mujer 
Universidad Nacional de Lujáh 
TALLER DE +NVESTIGACIÓN E INTEGRACIÓN 
-Trabajo Final Integrador-
Equipo responsable: Dra. Cecilia Lagunas, Dra. Liliana Gastrón, Dra. Alicia 
Palermo, Dra. Brisa Varela, Lic. Griselda Negri, Lic. Cristina Iglesia. 
Tutoría: Dra. Liliana Gastrón 
Dictado del Taller: Octubre/noviembre 2009 
Presentación del trabajo: 19 de abril de 2011 
Tema: "CURSO DE LA VIDA, GÉNERO Y CIUDADANIA POLÍTICA". 
Nombre y apellido: Elena Grzegorczyk 
Título de grado: Licenciatura en Trabajo Social 
DNI 5.200.404 
Domicilio: Mendoza 82-8- Río Gallegos - Prov. Santa Cruz 
Teléfonos: 02966-421963 - Cel. 02966-15536132 
Correo Electrónico: elenagrze@hotmail.com 
l:lent1 Grzegorczyk 
"Curso de la vida, Género y Ciudadanía Política" 
ÍNDICE 
INTRODUCCIÓN 
1 º) CURSO DE LA VIDA Y GÉNERO 
A) Edad y edadismo 
B) Socialización diferencial y construcción de género dicotómico 
C) Relación autoridad/dependencia 
D) Discurso y lenguaje 
E) "Ser madre" y ''ser trabajador" 
F) El "mandato de agradar" 
2º) CIUDADANÍA POLÍTICA FEMENINA 
A) Dicotomía público/privado. 
B) Debate igualdad/diferencia 
C) Ciudadanía y participación 
D) Derecho individual, poder colectivo y representación 
E) Interacción discursiva y poder de nominación 
F) Práctica política 
CONCLUSIONES 
A MODO DE EPÍLOGO 
ANEXOS 
- 2 -
Elena Grzegorczyk 
INTRODUCCIÓN 
- 3 -
· "Curso de ta vida, Género y Ciudadanía Polít
ica" 
El poder explícito y legítimo por 
excelencia es el poder político. 
A.Valcárcel 
Esta presentación corresponde al Trabajo Final de Integración de la 
Carrera "Especialización en Estudios de las Mujeres y de Género", dictada 
por el Área lnterdisciplinaria de Estudios de la Mujer, Departamento de 
Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Luján. 
He denominado al mismo "Curso de la vida, Género y Ciudadanía 
política". El objetivo es vincular algunos aspectos que me parecieron 
relevantes de la construcción del género, en el curso de la vida, con la 
práctica de la ciudadanía política femenina. 
¿Cómo surge este propósito?. Inicialmente tuve la intención de 
relacionar edad y participación política, basada en que las políticas mujeres 
mayores supuestamente con experiencia política, no tendrían las mismas 
posibilidades que los políticos en la misma etapa vital. También me he fijado 
en las "nuevas generaciones": tampoco se visualiza un "semillero" de jóvenes 
mujeres que funcionarían como masa crítica, como factor de mayor 
movilización política y mejores posibilidades de recambio. Entonces lo que 
finalmente observé es que las diferencias según género en relación con la 
política no tienen solamente la calidad de "mujer mayor". como factor de 
discriminación. Las razones de lo que he descrito se pueden encontrar en 
las historias de vida diferencia/es de hombres y mujeres, y quisiera poder 
mostrar parcialmente cómo se reflejan, se cristalizan y toman forma concreta 
en la situación planteada, en el ejercicio de la política y del poder real. Es 
decir, el problema resultó ser más abarcativo: muchas autoras/es 
consultadas me fueron indicando que es desde la infancia -y aún antes de 
nacer- que se prefigura un modelo de sujeta femenina "no-política". De 
E ena Grieeoruyk 4 -
"Curso de la vida Género y Ciudadanía Política" 
cualquier manera, el tema de la edad madura (y el edadismo) está incluido 
como un factor fundamental en este análisis. Creo que los condicionantes 
de género en las trayectorías de vida de las mujeres provocan que 
habitualmente la posibilidad de una carrera política no esté entre sus 
opciones más convocantes, dado que determinan én gran medida no sólo su 
acceso al campo político, sino su lugar (su jerarquía), las características de 
su desenvolvimiento, y las posibilidades de continuidad en ese espacio de 
poder. Por ahora, creo haber mostrado en parte en este trabajo, el impacto 
de los procesos socializadores, en la práctica política de las mujeres. 
Entiendo que el usufructo de los derechos de ciudadanía, 
concretamente los relacionados con la participación política por parte de las 
mujeres, es un aspecto fundamental en la problemática de género, y de 
una relevancia enorme en el alcance de la libertad y la igualdad. Por otra 
parte, el relevamiento de las ideas expuestas y su análisis pueden aportar a 
la teoría y la práctica en lo que respecta a la acción política y al $rcicio de 
la ciudadanía de las mujeres, y como fundamento de políticas públicas 
destinadas a corregir las desigualdades de género. 
He organizado el trabaJo en dos partes: La primera, denominada 
"Curso de la vida y género", y la segunda parte, "Ciudadanía política 
femenina". La primera parte consta de distintos subtítulos que hacen 
referencia a factores de discriminación de género en el curso de la vida, y 
que considero influyen en el ejercicio de los derechos ciudadanos y la 
participación. En la segunda parte, intento plantear y analizar algunos 
aspectos teórico/prácticos del ejercicio político de las mujeres que interpreto 
como expresiones críticas de la socialización diferencial y sexista. 
1°) CURSO DE LA VIDA Y GÉNERO 
¿Cuál es la importancia del proceso de socialización en la formación y 
el ejercicio político de las personas?. Se atribuye a este proceso que el 
individuo o individua adquiera una "determinada cultura política", se "inserte 
en el espacio público", "adquiera creencias sobre la sociedad y la política". 
(García Escribano y Frutos Balibrea, 1998: s/d). La socialización favorecerá 
o no la "acumulación de experiencias de participación y toma de decisiones 
políticas"; proveerá (o no) "oportunidades constantes y coherentes en la 
toma de decisiones" para que amplíen su ámbito hacia la esfera pública; 
arbitrará (o no) la "adquisición de información y entrenamiento" en la 
partrcrpación. (Martínez Diz, 1994: 288, 289) 
Elena Grzegoruyk - 5 -
"Curso de la vida, Género y Ciudadanía Política" 
En este apartado analizaré algunos elementos de la socialización 
en el género en el curso de la vida que pueden asociarse con 
condicionantes o determinantes para la participación y el ejercicio del poder 
político en las mujeres. 
A) Edad y edadismo 
En función del tema elegido, este subtítulo tiene la finalidad de analizar 
en parte el tema de la edad como factor que incide en el rol político de las 
mujeres. 
Para hacer una breve referencia conceptual, en términos ·generales 
denominamos "género", a los atributos sociales y culturales, con relación a 
todo lo que se espera de lo que llamamos _'condición femenina' y 'condición 
masculina' y de los roles provenientes de esa dicotomía, que pueden tener 
diferencias según cada sociedad, cada grupo, en cada clase 
socioeconómica, generacionalmente, históricamente. Uno de los factores 
fundamentales involucrados en el proceso de socialización en el género, en 
especial cuando se trata de mujeres, es la edad. Pero obviamente no me 
refiero a "la edad" de las mujeres en forma abstracta y/o cronológica, no se 
trata del "número", sino considerando contextualmente, su valoración y 
significación cultural. 
Hasta el momento las etapas de la vida tradicionalmente establecidas, 
aparecen "cortadas" en partes: niñez, pubertad, adolescencia, juventud, 
adultez, vejez. En los últimos tiempos, el desarrollo de la investigación y la 
construcción teórica sobre gerontología, y la misma realidad actual, parecen 
ir modificando en parte esta visión. La forma convencional de concebir el 
proceso de la vida no expresa el curso de la vida como un continuun vital, ni 
tampoco tiene en cuenta la construcción subjetiva de las personas en 
relación con la edad social. Podría decir que a partir de esta concepción, 
surge una contradicción: la edad interna, subjetiva de la persona no 
necesariamentecoincide con la edad social basada, desde un enfoque de 
género, en las valoraciones y podría decir también en los "mandatos" sobre 
la edad. El "curso de la vida" es un paradigma en construcción que enfoca 
los recorridos vitales de los individuos e individuas como un continuun. 
Podemos distinguir conceptualmente la edad, que es la temporalidad del 
in.dividuo (tiempo individual), de la historicidad y su articulación, dado que 
Elena Grzcgorczyk - 6 -
"Curso de la vida, Género y Ciudadanía Política" 
la vida humana transcurre en un tiempo histórico, es decir, está sujeta a 
transformaciones socioculturales y colectivas . (Apuntes de clase). 
A.Freixas señala el sentido reduccionista que suele aplicarse a la 
relación "joven/vieja", que opera en las representaciones y en las 
prácticas al percibirse como una ruptura o un quiebre en el curso de la vida. 
No se puede tomar la edad mayor como algo separado de nosotras, como 
si no fuera parte del ciclo vital.. . de nosotras mismas. Considerando 
también que "nunca antes los seres humanos se han encontrado con un 
tercio más de vida por delante" a partir de la meseta de la vida que va 
desde la adultez joven a la vejez, alrededor de los 50 ,y 60 años .. ,Freixa$, 
·2005: 69, 70), este aumento acelerado de las persó.nas de edad dejó algunas 
consecuencias, una de ellas, "conocida como viajismo o edadismo, que es el 
conjunto de estereotipos y prejuicios contra individuos o grupos en razón de 
su edad". (Gastrón, 2009: 18). Esto evidencia que existe prejuicio cultural 
hacia las personas mayores, por el sólo hecho de serlo. Para ampliar el 
concepto, el "edadismo" describe las "conductas, sentimientos y actitudes 
de rechazo o desagrado que mostramos hacia las personas de cualquier 
sexo que no son jóvenes. Estos prejuicios suelen estar más acentu.ados 
cuando se refieren a las mujeres que cuando se trata de los hombres de la 
misma edad." Hacerse mayor tiene un significado cultural diferente ya que 
para los hombres hay una mayor tolerancia social. (Freixas, 2005: 74, 
citando a S.Sontag). 
Desde la nueva perspectiva, se ha visualizado que "el curso de la vida 
individual está conformado por un conjunto de trayectorias que remiten a las 
diferentes esferas en las que se desarrolla la existencia: trayectorias 
educativas, ocupacionales, familiares y afectivas, de ciudadanía, de salud, 
autobiográficas, espaciales".(Gastrón, 2009: 196). Teniendo en cuenta cada 
una de estas trayectorias, cuando hablamos desde el punto de vista de la 
construcción genérica y cuando nos referimos a la edad, surge la necesidad 
de redefinir a qué niñez estamos aludiendo cuando nos referimos a un 
niño o a una niña; a qué juventud (qué mujer joven, qué hombre joven) 
qué adulta joven, qué adulta o adulto mayor. Todo esto en función de la 
socialización diferencial y la construcción dicotómica de la realidad social y 
cultural, que durante toda la trayectoria vital nos divide a hombres y mujeres 
en experiencias, en desarrollo de habilidades, en nuestra ubicación en 
espacios físicos y simbólicos, en el orden sexual jerárquico. 
Entiendo que la nueva mirada pone en cuestionamiento el 
encasillamiento del curso de la vida humana en los estereotipos de la edad 
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"Curso de ta vida, Género y Ciudadanía Política" 
cronológica establecida desde una visión no sólo esencialista y biologista, 
sino más que nada "sexista". Con relación a la representación social y 
cultural. de la edad, es curioso que las mujeres que han logrado mejores 
oportunidades en distintos aspectos que las generaciones anteriores, no han 
producido una transformación en los significados sociales. Dice Freixas: el 
"cúmulo de coyunturas vitales y profesionales ( . .. ) no ha transformado el 
imaginario social de lo que puede entenderse por ser 'una mujer mayor' y 
tampoco ha sumado un cambio significativo en algunos aspectos en la 
práctica de la vida cotidiana y de las relaciones, en la medida en que unas y 
otras siguen asumiendo la centralidad de los trabajos de cuidado, la 
maternidad y el peso de la relación de pareja ... " (Freixas, 2005: 70, 71 ). 
Como cierre de la idea, tendría que quedar claro que la "cuestión de la 
edad", tiene incidencias y consecuencias de género importantes en la 
inserción política, y es imprescindible tenerla en cuenta a la hora de la 
elaboración de políticas públicas "para la igualdad". 
B) Socialización diferencial y construcción de género dicotómico. 
Este punto tiene la finalidad de relevar y analizar aspectos referidos a 
la socialización diferencial y construcción de género djcotómico. No obstante, 
esta polarización, de gran relevancia en la cultura de género, aparece 
latente o implícita, en otros tópicos desarrollados en los puntos siguientes. 
Para dejar planteadas algunos ejemplos en las etapas iniciales de 
socialización dicotómica, y aquilatar la significación a futuro que puede 
tener la discriminación sexual en los primeros intercambios, entiendo que la 
socialización diferencial se observa claramente en el contacto que se 
establece entre niñas y niños con los juegos y juguetes, instancia crucial en 
la socialización en el género. Mientras los varones son inducidos a manipular 
maquinarias, armar y desarmar; a las niñas se les pone un muñeco o 
muñeca en los brazos. Los varones aprenden a desarrollar fuerza, a 
desplazarse, a proyectar objetos (aún cuando sean en la actualidad en forma 
virtual) por medio de la lucha, los vehículos, las armas, los deportes. En 
cambio, las niñas están acotadas a círculos, a juegos "hacia adentro" ... (la 
ronda, las escondidas en la escuela, a desarrollar sentimientos de 
protección, al abrazo, al cuidado de otros, etc.) Esto implica aprender_ a 
atenderlos, hacerse responsable del otro que es una "persona", no un objeto; 
alimentar y bañar, cambiar de ropa, etc. Es decir, las niñas tienen una 
introducción muy temprana a la domesticidad, a lo ''privado", a los contactos 
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"Curso de la vida, Género y Ciudadanía Política" 
"humanos", etc. al tiempo que los niños desarrollan habilidades hacia el 
"afuera", seguridad espacial, etc. Por dar un dato al respecto, en estudios de 
género se ha demostrado que la "confianza y familiaridad que produce el 
contacto frecuente con herramientas por parte de''las niñas y jóvenes, es un 
factor a la hora de decidir oficio o profesión no tradicional por parte de las 
mujeres (Palermo, 2009: 277). 
Al describir la dicotomía de género en la socialización, B.Medrado 
expresa que las mujeres "deben reproducir modelos de comportamiento que 
resultan en una baja autoestima y producen condiciones de subordinación 
en diferentes áreas de la vida cotidiana, tanto en los espacios públicos como 
en los privados" (Medrado, 2003: 77). En forma simultánea, "los hombres 
son educados para no cuidar de las otras personas ni de sí mismos; son 
educados para ser autónomos e independientes . .. Es decir, tambíén deben 
reproducir modelos de comportamiento, asumiendo posiciones de poder 
tanto en los espacios públicos como en los privados, lo que resulta en un 
estilo de vida a veces destructivo y autodestructivo". (Medrado, 2003: 78). 
Podría acotar que este es el modelo que se presenta frente a los varones 
desde muy niños; se los educa en sus reglas y códigos; además el 
mecanismo, dada la estructura social patriarcal, "necesita" estos sujetos y 
sujetas así configurados. 
La socialización sexual diferencial se basa en las expectativas 
fundadas en las representaciones estereotipadas que hemos construido 
sobre lo que consideramos masculino y femenino. Pero es importante 
distinguir la "masculinidad" y la "femineidad", de los hombres y de las 
mujeres "reales", dado que "los sujetos construyen su subjetividad sexuada 
mediante fórmulas personales no homogéneas, que se acomodan de formas 
diversas a las representaciones compartidas acerca de la masculinidad y la 
feminidad. (Meler, 2006: 3). No obstante, a los fines de este· trabajo y 
basadaen esta autora, quiero remarcar que si bien estas representaciones 
están siendo cuest_ionadas y redefinidas, "no han perdido su carácter 
polarizado". Es más, la dicotomía se manifiesta en particular "en la conducta 
de padres y educadores a la hora de construir el género" en los niños y 
niñas. Es necesario tener en cuenta el carácter relacional del género; me 
refiero a la relación hombres/mujeres, y entre las posiciones construidas 
socioculturalmente que ellos ocupan. Desde el psicoanálisis crítico, l. Meler 
hace referencia a que mediante el recurso de la identificación "el género se 
arma en una matriz relacional" tanto en vínculos con los modelos que 
guían las conductas como en la relación con las contrafiguras o modelos 
El n Guegorrzyk - 9 
·curso de la vida. Genero y C1udadania Polit1ca· 
opuestos. Esta autora refiere la existencia en este proceso de "pautas 
implícitas que van moldeando en forma inadvertida" a los sujetos en los 
modelos de género (Meler, 2006: 2). Pero es importante también tener en 
cuenta que "las diferencias" en la relación de género no son meramente 
"diferentes", sino opuestas y también asimétricas, en función de la valoración 
social de las mismas. Aunque no necesariamente deba ser así -ya que creo 
posible que configuren una ,gua/dad basada en la libertad-, en la realidad 
social en el plano de las prácticas sociales concretas y en las 
representaciones el género pone en evidencia la posición desvalorizada 
que las muJeres ocupan en la sociedad respecto de la posición de los 
hombres, más allá de que sean conscientes o no. (Grzegorczyk, 2004: 1 42). 
Por otra parte, es crucial tener en cuenta que todos los individuos e 
individuas adquieren concepciones -compartidas colectivamente-, a lo largo 
de la vida. "Esta adquisición de normas, valores y sentimientos para la acción 
y la interacción es un proceso continuo que se inicia en los pnmeros años de 
la vida. En el momento de nacer, las personas no poseen los símbolos, 
valores que gobiernan sus comportamientos, sus actitudes, sus sentimientos. 
Los individuos adquieren, pues, a través del aprendizaje o del 
condicionamiento, conocimientos, capacidades y disposiciones que les 
permiten participar con mayor o menor eficacia en la sociedad". (Martínez 
012, 1 994:286). 
Tener expectativas diferentes frente a niños o a niñas expresa de por 
sí que forzamos su conducta en una dirección. G.Morgade sostiene que 
antes aún de la existencia material de las personas, ya se expresan 
expectativas diferentes, se trate de un varón o de una niña. Dice la autora: 
Aunque sea difícil creerlo, la condición de "seres sociales" de las personas 
hace que ya desde la forma en que son imaginadas antes de nacer se está 
construyendo la "forma de ser" de un sujeto(/sujeta) humano". (Morgade, 
200 1 . 35) 
En los primeros años, niños y niñas están bajo el cuidado de las 
familias ("ámbito para el ejercicio de los derechos individuales pero, al mismo 
tiempo, el espacio donde interactúan miembros de poder desigual y 
asimétrico" (Giri y Córdoba, 2003: 1 7); y demás instituciones de la sociedad, 
que reproducen en mayor o menor grado los modelos de género vigentes. 
¿ Qué sucede en particular en los primeros años y en el medio familiar. Las 
familias como instituciones emergentes de la sociedad en cualquier forma 
que puedan adoptar, son obviamente transmisoras de las concepciones de 
género circulantes en el medio social. Esto quiero remarcarlo: La 
e 
.. 
Elena GrzegorCLyk - 10 .. 
"Curso de la vida, Género y Ciudadanía Política" 
"masculinidad" y la "femineidad", en mi modo de ver, son grandes 
estrategias, o sea objetivos a cumplir, y sirven de guía de la educación y 
formación de sujetos. Las familias "toman" esos ideales y los encarnan en 
las personas que están socializando, más allá de que puedan modificarlos y 
más allá de que no lo hagan acríticamente. Podría decir que las familias 
aún cuando podrían -y algunas lo hacen- producir un cambio radical, tienen 
limitaciones aún cuando sean conscientes del trato desigual que ellas 
mismas prodigan y que reciben niños y niñas. Están de por medio el control 
interno, el externo (Zorrilla, 1992: 197) y el proceso de naturalización, es 
decir, la normativa de género les brinda un grado alto de "operatividad", 
sienten los "beneficios" de responder a las reglas de género. Las normas 
están instaladas en el contexto s_ociosexuQiLgoooe las famiiias están insertas. 
Las políticas públicas deberían dirigirse a romper esta matriz, nó reforzar los 
estereotipos de género. Es muy interesante lo que dice A. Marrero, 
con referencia a la socialización inicial de las niñas y la construcción de su 
identidad subordinada: "la definición cultural de lo que es "ser" una niña, 
señala un repertorio de comportamientos valorativamente connotados que 
deben ser practicados, y esa práctica -por más que esté sostenida en la 
autoconfianza que deriva de la seguridad emocional brindada por el medio 
familiar - viene a producir y a ratificar las valoraciones culturales previas, 
relativamente desfavorables, ligadas a su género. Recordemos que junto 
con el rol de hijas o hijos, el de varón o niña es el primero que adquieren las 
personas al nacer; y su comportamiento, de allí en más, será tuzgado -
premiado o castigado- en relación a las prescripciones culturales definidos 
para estos roles. Acomodarse a un rol subordinado desde el mismo momento 
del nacimiento, es entonces, construir una identidad subordinada". 
(Marrero, 2008: 69,70). 
Más adelante en el curso de sus vidas, niños y niñas se insertan en 
las escuelas, donde "llegan ya como portadoras -inconscientes de un sentido 
común social, que no sólo define diferentes roles de género, y les asigna un 
valor desigual, sino que las ubica, (a las niñas), dentro de ese sistema de 
roles, en un lugar subordinado". (Marrero,2008: 69). A los niños, dentro de un 
sistema de roles, en un lugar superior, dominante. Si bien el sexismo y su 
'materia prima' (los estereotipos y prejuicios) circulan por la sociedad en 
general, se ha acumulado un conocimiento específico de cómo funcionan 
estos mecanismos dentro de la educación formal, y la formación y 
trayectoria profesional. Estudios citados por varias autoras muestran que las 
expectativas de los/las docentes, inducen a las niñas y niños a cumplir las 
• 
ll 
"Curso de la vida Género y C,udadania Pol11tca ' 
normas en forma diferencial. Es a partir de ellas que "las docentes estimulan 
o no la realización de determinadas conductas, actividades, etc. en las 
nenas y en los varones" (Palermo, 1994: 85).Pero lo más grave es que "no 
son conscientes de esta situación". (González, R.M. y otras, 2000: 169). 
Con respecto a la elección de carreras y profesiones, A.Palermo 
argumenta que la elección de una carrera es una "instancia clave" que se 
produce dentro del "proceso de profesionalidad" es decir, no es un 
momento puntual, sino que se va construyendo a través de distintas 
instancias Quegos desde la infancia, imágenes sobre el futuro e 
ident1ficac1ones, trayectoria educativa, formación, ejercicio profesional, 
capacitación . . . ) (Palermo, 2009: 287). Ninguna de estas instancias (sus 
instituciones y sus actores/as), incluida la familiar, guedan exentas de 
responsabilidades con relación a la Jerarquizac1ón sexual que se aplica en 
ellas; ninguna es ajena a la construcción de las identidades genéricas, a las 
dicotomías espaciales, al conocimiento y al trabajo sexuado, a la división de 
roles de género. 
Podría agregarse a estos factores una penetración cada vez más 
intensa sobre las organizaciones familiares actuales e instituciones 
escolares, formativas y profesionales, de otros agentes socializadores, 
como los medios de comunicación, instituciones y poderes del Estado, 
instituciones deportivas y de ocio y entretenimiento, religiosos, sindicatos, 
partidos políticos medios virtuales, etc., que refuerzan la polarización 
asimétrica de los códigos de género. 
C) Modelos de autoridady dependencia 
Este punto hace referencia a una de las claves para configurar una 
identidad política que es la construcción de la imagen de autoridad. Una 
definición de diccionario refiere a la autoridad como derecho o poder de 
mandar y también crédito concedido a una persona, en este caso en función 
de su condición sexual o género. "En el grupo familiar, en la relación de las 
personas con sus progenitores, tienen su primer origen /as actitudes del 
individuo respecto de la autoridad". (Martínez Diz, 1 994: 287). Sigue esta 
autora. 'Desde la perspectiva de género parece que existe la vivencia del 
poder masculino. Por un lado, se percibe la figura del padre que ostenta la 
autoridad, y por otro, la figura de la madre dependiente. Hombres y mujeres 
experimentan de forma diferente sus relaciones con la autoridad. Estas 
formas distintas se traducen, en la mujer en el aprendizaje de la sumisión y la 
- 1L 
"Curso de la vida, Género y Ciudadania Política" 
dependencia, que son modelos alejados del e1ercicio del poder'. (Martínez 
Diz, 1994: 287). (Las cursivas son mías) 
Debemos tener en cuenta la percepción ya instalada desde niña, de la 
'superioridad', el 'privilegio' , la 'preferencia', etc. del varón ; y de éste esa 
percepción sobre sí mismo: Cuando llegan a la adolescencia está 
establecida la relación desigual de género. J.V.Marqués menciona los 
instrumentos por los que el varón aprende sobre su "importancia y 
superioridad", por ejemplo: captar la importancia del padre en el grupo 
doméstico, probable trato preferente con respecto a niñas, observación de 
roles interesantes, protagonistas, de mando, etc., desempeñados por 
hombres, captación de mayor pluralidad en las ocupaciones masculinas, 
percepción de la jerarquía máxima (por ejemplo Dios) como personaje 
masculino, etc. (Marqués, 1997 . 20) 
¿ Qué sucede con este tema cuando niñas y niños, jóvenes hombres y 
mujeres, acceden a las instituciones educativas? Martínez Diz expresa que: 
"A través de la organización formal de la institución escolar y en los grupos 
se materializan aprendizajes de la autoridad y el liderazgo. Las diferencias de 
lo percibido y lo aprendido entre mujeres y hombres persisten". (Martínez 
Diz, 1994: 287) 
Hay que tener en cuenta que la dicotomía sexual no sólo divide la 
realidad en masculina y femenina sino que también considera uno de los 
modelos de valor superior y de mayor prestigio. En la asimilación 
dicotomizada de información, "los niños, los varones, encuentran una mayor 
facilidad para identificarse con un modelo que se presenta como superior, al 
mismo tiempo que las niñas perciben la falta de valoración pública de lo que 
han de integrar en su propia personalidad, . . ". (Según estudios citados por 
Flecha García, 1999: 234, 235). Con lo que esta percepción significa en 
términos de violencia simbólico/material. Los modelos que se transmiten en 
los procesos educativos y formativos, están ampliamente estudiados desde 
la perspectiva de género. Una de las observaciones es la "omisión de 
referentes positivos de mujeres (frente a modelos masculinos valorizados) 
desde los cuales las niñas y jóvenes puedan encontrar referentes 
identificatorios que les permite tener una imagen valiosa de sí mismas" 
(González. R. M. y otras, 2000: 165) El pasado se centra en aquellos 
aspectos que son "significativos desde la óptica androcéntrica ( . . . ) donde 
las mujeres no tienen cabida" (Según estudios citados por González, R.M. 
y otras, 2000: 1 64) 
1:/cna Gr wgorczyx 
tlenJ Grzcgorczyk - 13 -
"Curso de la vida, Género y Ciudadanía Politica" 
Las niñas y mujeres se educan en la subordinación a la imagen de 
lo masculino superiorizado. Los contenidos y la transmisión de conocimientos 
y saberes obligan a las niñas y mujeres a "mirar" (admirar) a l Hombre (los 
hombres) como figuras con poder político, económjco, social, en especial con 
relación a ellas. Y al mismo tiempo aprenden a desdibujarse ellas mismas y 
a disminuir no a acrecentar su" autoestima, que se va construyendo durante 
la formación de la sujeta. Como consecuencia, las niñas -y jóvenes reciben 
mensajes contradictorios: hay valores universales, pero deben aceptar los 
valores de género, que para ellas son inferiores, menos valorados, no 
universales, o sea su propia subordinación a lo masculino. Estos mensajes 
pueden "afectar la construcción de su identidad y su futuro desempeño en el 
mundo adulto". (Marrero, 2006;.,_�J). 
M.A.García de León refiere " . . . el excedente de valoración invertido en 
los hombres (como vimos, desde las primeras interaccione� familiares, 
escolares, etc.) los dota de 'autoridad' masculina . . . La autoridad masculina, 
que forma parte de la construcción de género, se atribuye a méritos 
personales: "esta autoridad tiene la apariencia de no ser masculina, sino 
humana en general y generada exclusivamente de los méritos logrados en 
forma individual" (García de León, 1 994: . 5 1 , citando a Jónasdóttir,). Los 
efectos de este plus crea la concepción de que "los hombres son mejores" 
(para lo que sea que se proponga). Este atributo se despklza a toda la 
masculinidad: a todos los alcanza el manto de excelencia; a diferencia de ' 
las mujeres que asisten o aspiran o compiten en distintos espacios con un 
"déficit de valoración". El "excedente de valor social" que se exige y cubren 
algunas mujeres, "no quiebra los códigos de la violencia simbólica de la 
masculinidad . . . " (García de León 1 994: 52) 1 
Si bien se han registrado cambios en algunos aspectos, entiendo que 
en la construcción del género la relación de fuerzas mantiene sus 
características fundamentales. Teniendo en cuenta las observaciones que 
vengo realizando en este trabajo, habría que corroborar la hipótesis de M.A. 
García de León en el sentido de que la imagen de "la mujer en el poder" se 
impone como realidad, mas no es realidad (García de León, 1994: 43). Las 
desigualdades persisten a pesar de la igualdad cuantitativa en la educación 
básica, superior y universitaria: los "avances" no 
incremento paritario de la participación política de 
( entre otras desigualdades). 
se traducen en un 
mujeres y hombres 
1 Los medios de comunicación refuerzan estos aprendizajes. Véanse los Anexos Iº, 2° y 3". 
Elena Guegon.zyk - 1 4 -
"Curso de la vida, Género y .Ciudadanía Política" 
O) Discurso y lenguaje 
La inclusión del discurso y del lenguaje en particular como una forma 
discursiva en este trabajo, tiene la finalidad de analizar algunos aspectos y 
exponer ejemplos de la apropiación desigual del habla entre hombres y 
mujeres, como instrumento de poder, que entiendo está relacionado con los 
espacios de poder y la división sexual del conocimiento y del saber .. Al 
considerar J.Scott que el lenguaje opera como discurso, el mismo expresa 
un sistema de significación, interviene en la producción de los significados 
que se atribuyen al mundo real. No es que "representa la realidad" sino que 
produce realidad. A partir de los mismos ésta se organiza y da sentido a la 
práctica, lo que implica hacer obvias las significaciones y naturalizarlas. El 
lenguaje es un factor activo en la constitución de los sujetos y de sus 
prácticas. (Cabrera, 2006: 256). El lenguaje tiene una apariencia neutral, 
parece que nos incluye a todos/as, que es la voz de todos; pero, por efecto 
de la 'acumulación' de poder, en la sociedad patriarcal, el 'discurso del 
género' no puede no responder a la hegemonía masculina , y se 
materializa por ejemplo en la literatura, en la prensa, en publicidades y la 
propaganda, en la narrativa , en la cinematografía y el humorismo, en 
canciones, y otras expresiones artísticas, mensajes radiales, gráficos y 
televisivos, saberes científicos, en el saber, en las interacciones cotidianas, 
etc .. (Grzegorczyk, 2004: 161 ). Por otra parte referí que está relacionado con 
la división del conocimiento: Por ejemplo, en los medios de comunicación 
se reprime u oculta la opinión o el saber de las mujeressobre ciertos temas; 
en cambio les son permitidos algunos saberes bien delimitados: por 
ejemplo1 ellas pueden tratar asuntos relacionados con la familia, la pareja, 
los hijos, la belleza física, la moda, los sentimientos; es decir, todo lo que se 
constituye en 'espacio femenino' Al tiempo que son permitidos, mantienen 
su carácter marginal porque corresponden a espacios relativamente 
desvalorizados. Los hombres tienen acceso a espacios predominantes y 
decisivos, que se restringen (no expresamente) a las mujeres. Entonces ellos 
pueden desenvolverse, expresarse, desarrollar habilidades, en política, 
economía, deportes, humorismo, oficios, profesiones, etc.; alrededor de 
estas materias se establecen "líneas de resistencia", algunas en forma muy 
sofisticada o encubierta. Esto no es siempre así ( existen excepciones) lo que 
es fundamental como estrategia de reproducción del sexismo. 
El tema del lenguaje es objeto de estudio de la crítica feminista. En el 
medio escolar, los estudios de educación y género han detec;�ad_o que la 
t 
Elena Grzegoruyk - 15 -
"Curso de la vida, Género y Ciudadanía Política" 
interacción (verbal, o de otro tipo) que se establece entre los y las docentes 
con sus alumnos y alumnas, está connotada por los diferentes 
significados que les atribuimos a los sexos, y que esta connotación implica 
asimetrfa sexual_ Las interacciones -donde se fil'tran sugerencias referidas 
a roles sexuales-, se gestan bajo "reglas de juego" y por medio de la 
"negociación" en donde se produce un intercambio de significados y 
prácticas en base a los valores del grupo o de la insU� . . . " . . Dentro de 
estos intercambios está la "negociación de las identidades de género, dado 
que "es el terreno comunicativo el que proporciona las bases para la 
conformación de identidades colectivas" en base a valores dominantes. 
(Palermo, 1994: 94 ). 
Los estudios sobre género realizados durante largo tiempo con 
relación a los intercambios dentro del aula, registran diferencias de género, 
por ejemplo, hacerles más preguntas o darles más explicaciones a los niños 
que a las niñas, interrumpir más las exposiciones de las niñas que de los 
niños, etc. En locuciones públicas en ámbitos educativos superiores se 
pudieron constatar diferencias en el uso de los tiempos de exposición en las 
estudiantes con relación a los estudiantes varones; y modalidades de 
participación relativamente marginales del grupo de mujeres en estas 
circunstancias. (Según estudios de Marrero, 2006: 58) . Por supuesto que 
esta matriz verbal y de trato se refleja luego en las modalidades de inserción 
social según el sexo de las personas. Este es uno de los aspectos que va 
construyendo una identidad disminuida ("devaluada" como dice A.Marrero) 
en las niñas primero y de las jóvenes y mujeres luego. 
El lenguaje, entonces, no es un soporte inocente ni neutral, sino una 
manifestación de valores, prejuicios y pautas culturales. (Morgade, 200 1 : 57). 
Una de las señales que llama la atención a las investigadoras y coinciden en 
considerarla como formas discriminatorias es la pretensión de 
"universalismo" en el lenguaje. Según palabras de Rosi Braidotti, el 
universalismo es una tendencia que consiste en equiparar el punto de vista 
masculino con el punto de vista general, "humano", y -en base al 
pensamiento sexual · dicotómico- confinar lo femenino a ' lo otro'. De esta 
manera, lo masculino se torna la "norma" y lo femenino es lo "diferente" 
(Braidotti, 2000: 1 7 4 ). 
Bajo esta premisa, el genérico masculino como ordenamiento 
jerárquico (masculino/femenino) es de uso común en las escuelas en forma 
acrítica. Esta modalidad verbal excluye a las niñas y mujeres del discurso, 
desdibujando su identidad lingüística y silenciando las · dif�rencias 
• 
Elena Grzegoruyk - lG -
· ·curso de la vida, Género y Ciudadanía Política" 
(desigualdades) sexuales (García Frinchaboy, 1 998: 27). Este trato refleja y 
reproduce su posicionamiento como sujeta dentro de estructura genérica, y 
es una descalificación de la niña como sujeto independiente y autónomo de 
la identidad "niño".(Giberti, 2005: 1 53). Aquí es necesario resaltar el carácter 
homogeneizante (en contraposición a lo individualizante) a que estamos 
sujetas y encerradas las m ujeres en el lenguaje, y por ende, en las 
representaciones y en la realidad que construimos. 
Esto produce una identidad ambivalente y subordinada, porque 
expresamente el vocabulario de los y las adultas que están frente a familias 
o a al�mnos/as, y otros discursos, dicen referirse a los "chicos en general", 
pero la misma expresión en sí supone u na diferencia en el trato. E.Giberti 
incluye este mecanismo en la categoría de "violencia simbólica" cuando se 
trata con liviandad y frivolidad, restándole importancia a la homologación de 
la niña como femenino de niño. Por otra parte, el silencio que se mantiene 
sobre este problema alimenta "la invisibilidad, los estereotipos y las 
vulnerabilidades a las que las niñas están expuestas y que, junto con el 
aprendizaje de la vergüenza y de la obediencia, pueden considerarse 
organizadores de la vida de las niñas y posteriormente de las vidas de las 
mujeres. (Giberti, 2005: 152, 1 53 , 1 54). (Las cursivas mías) 
El sexismo en la práctica del lenguaje tiene directa vinculación con 
los �erechos ciudadanos de las mujeres. 
E) "Ser madre" y "ser trabajador" 
El esencialismo biologista, que vinculó históricamente a las mujeres 
con la "naturaleza" y el espacio doméstico, posicionando a los hombres en 
la "cultura" y en el espacio llamado "público", aún pesa, y mucho, en el 
ejercicio ciudadano de las mujeres; aún cuando los patrones rígidos de 
género tanto de hombres como de mujeres están en cuestionamiento. (Giri 
y Córdoba, 2003: 1 8). 
Podría citar acá el señalamiento de A.Freixas sobre el estereotipo de 
la mujer-madre que reduce la vida femenina a las tres "emes": menarca, 
maternidad, menopausia. (Freixas, 2005:71 ). Formarse para ser madre es 
un aprendizaje desde el inicio de la vida, a mi entender, en forma casi 
excluyente: El contenido más importante de la infancia de las niñas es la 
perspectiva· de prepararse física, emocional e intelectualmente para la 
maternidad. (Morgade, 2001 ?: 38). 
.-
Elena Grzegoruyk 17 
"Curso de la vida, Género y Ciudadanía Política" 
La división de roles centrada en el ciclo reproductivo ha producido que 
la contribución básica de las mujeres a la sociedad sea entendida a 
través de la maternidad; aún cuando para esta función vital -y los 
concomitantes creados a su alrededor- no hayan recompensas de ningún 
tipo. Por su parte, los hombres son retribuidos por su "rendimiento y 
participación en la arena pública y en el mercado laboral" (Freixas, 2005: 72). 
La "cultura del cuidado", asignada a las mujeres, configura una 
subjetividad hacia los demás, con efectos sobre la aut<?valoración y la 
autoestima. Esto afecta la construcción de su propia identidad como sujeto 
de necesidades y deseos. 
C.Coria explica que un eje fundamental del psiquismo humano está 
constituido por la posibilidad de cada persona de reconocerse y legitimarse 
a sí misma como sujeto deseante . . . La capacidad deseante es el eje que 
configura la propia identidad y da sentido al proyecto vital. (Coria, 2005: 29). 
En el mismo sentido se expresa S.Covas: Está probado que el 
reconocimiento y la legitimación es necesaria para la personalidad y la 
autoestima, nuestro posicionamiento en el mundo, el modo de existir. Y 
agrega: pero no está muy claro en el caso de las mujeres. (Covas, 2005: 54 ). 
La organización patriarcal ha preparado durante siglos al género femenino 
para servir a las necesidades ajenas. Se entrenan desde pequeñas para 
descifrar y satisfacer los deseos de quienes las rodean, y suelen perder 
habilidad para descifrar los propios deseos y necesidades. (Coria, 2005: 
29) . (Las cursivas son mías). 
Como parte de nuestra socialización para desenvolvernos en ese 
rol , desarrollamos capacidadesy habilidades para interpretar y secundar los 
sentimientos y las emociones de los demás; para protegerlos a lo largo de 
sus vidas así como la de "reconocerlos en su especificidad y diferencia, con 
la finalidad de que pueda descubrir su propia identidad, es decir, de que se 
reconozca a sí mismo" (Cavas, 2005: 1 55 , 1 56, citando a Montserrat Guntín i 
Gurguí,). Es de resaltar que estas habilidades no son visibilizadas ni 
reconocidas, y menos recompensadas; por otra parte, no son recíprocas ni 
forman parte de acuerdos ni negociaciones, ni tampoco son optativas. Así 
que, como se pregunta S . Covas: ¿Quiénes las reconocen a ellas en su 
especificidad y su diferencia, como seres con identidad propia? (Covas, 
2005: 1 56). (Las cursivas son mías) 
Ahora, es importante hacer una aclaración: esta "solidaridad" -que se 
les ha inculcado a las mujeres desde niñas-, con la satisfacción de los 
deseos y necesidades de los demás, tiene un gran costo. Entiendo que no 
l lcn;,i (ir ¿cgo1 cLyk · 18 -
Curso de la v,aa Genero y C1udaaania Pollt1ca 
es solidaridad lo que dispensan sino compromiso y sometimiento a las 
funciones que el patriarcado les asigna, es decir, ·'el renunciamiento 
responde mucho más a la necesidad de adecuarse a un mandato social que 
a un sentimiento auténtico". (Coria, 2008: 174 ). Más estrictamente 
hablando, lo que practican (coincidiendo con C.Coria) es el altruismo, que 
implica dar todo sin recibir nada a cambio. La autora nombrada expresa que 
en estas prácticas altruistas siempre existe un anhelo oculto de retribución 
proporcional. (Coria, 2008. 173, 17 4 ). El deseo de resarcimiento no 
expresado se pone en evidencia tarde o temprano en las conductas, en los 
sufnm1entos, en los reclamos, en situaciones en que las mujeres en función 
de madres y otras correlacionadas, renuncian a proyectos de desarrollo 
personal, etc Por otra parte, dado que estas funciones se presentan como 
obvias y determinadas por la cultura, "la contribución social de las mujeres a 
la sociedad y a la especie humana, se desdibuja y se borra" ( . . . ) "la sociedad 
se exime de compensar a las mujeres por los riesgos que corren para 
beneficio de todos. (Cona, 2008: 176) 
Aunque el trabajo personal y remunerado se considera un motivo de 
autoestima (esto es porque está valorado socialmente) y se vivencia como 
un ascenso social, el "ideal maternal" continúa siendo hegemónico, con toda 
la conflictiva que acarrea el doble rol la "doble presencia", que las autoras 
consultadas desarrollan ampliamente. Dirigido este rol unilateralmente hacia 
las mujeres, existen 'mecanismos de construcción de género' que evitan o 
por lo menos limitan el compromiso de los hombres con la función en forma 
igualitaria. 
Entonces, a falta de nuevos arreglos sociales para la crianza y de 
representaciones que les otorguen sentido y legitimidad. aparecen conflictos 
experimentados como personales por parte de las 
muJeres (Meler, 1994: 12, 1 3 ) . 
Además es preciso en este punto tener en cuenta la descalificación y 
subordinación de los trabajos, los espacios o lugares, a que están asignadas 
las mujeres en el afuera del hogar, en el "mundo público", por su posición de 
género. Por ello, si bien han logrado una conquista laboral esto ha sido sin 
un "efectivo ejercicio de los derechos y prácticas igualitarias" (Aguirre, 2007: 
s/d). Entiendo que se sigue reproduciendo la segregación vertical y 
horizontal por sexo en ámbitos laborales, políticos, etc. 
Frente a esta situación, no puede dejarse de lado ya que es constante 
su análisis crítico en la bibliografía, es el "rol paterno". No creo abarcar todas 
las situaciones y variables que pueden presentarse en las relaciones de 
.. 
Elen, (,1 ,egu c..Lyk 19 
"Curso de la vida Genero y C1udadan1a Pohuca" 
género, pero observo que lo comente es el 'sostén' doméstico y de cuidado 
de las mujeres a los proyectos masculinos. y esta situación se presenta de 
hecho en las prácticas. Dado que están naturalizadas y se ven como obvias 
en sí mismos implican violencia simbólica, y ·· favorecen la autonomía 
masculina ya sea material como simbólicamente, aunque la mayor 
visibilidad pública de las mujeres puede distorsionar la perspectiva y producir 
una apariencia de igualda_d Para ser más clara: Observo en estas 
situaciones que no se tiene en cuenta el apoyo implícito que significa 
adaptarse a la variedad de oficios y profesiones de los hombres ( en su 
ejerc1c10 del rol de género "holgado", como lo define Marqués, 1997: 21) y a 
sus desempleos, a la que las muJeres tienen que adaptarse (desde su rol de 
género "restringido"), inclusive a costa de abandonar sus propios trabajos o 
reducir sus horarios de trabajo remunerado que les proporcionarían 
parcialmente, una forma de autonomía de género. O aceptando los trabajos 
más descalificados y desregulados que puedan existir.2 Sin desconocer los 
impactos en su salud mental y física 
Por esta razón, los hombres cuentan con las condiciones provistas 
por las mujeres (esposas, madres, hijas, hermanas, etc.) en muchos casos, 
interpretando a I.Meler, para integrar sin conflictos su rol de trabajador a su 
1dent1dad de género (Meler, 1994: 11 ) . La identidad masculina no está 
afectada por su función reproductora: ésta queda invisibilizada, absorbida, 
'cubierta por el rol materno, de manera que los conflictos derivados no los 
afecta o se colocan fuera de su modelo de género: concepción, 
anticoncepción, crianza, situación de aborto, responsabilidad en la educación 
de los h1Jos, etc.3 Por otra parte, temas de difícil debate social y político. Sus 
responsabilidades con relación a esto quedan libradas a su libre albedrío, a 
su deseo personal de atenderlas o no. Por otra parte, sumamente 
recompensado o gratificado socialmente por ello Por estas razones veo que 
las mujeres necesariamente construyen identidades 'frágiles' ("devaluadas" 
según A.Marrero) para poder adaptarse a diferentes situaciones de los 
hombres en su amplio abanico de posibib1lldades . Por esto creo que la 
construcción de las identidades masculinas es progresiva y consolidante. 
� EsUldísttt:a oticial indica que emrc los varone;:, Je menos de 211 años el Jescmpko es Jcl 1 JA % y entre las mujeres de 
esas edades del 17.7% \demás. las mujeres JO"cnes son más pcriud1cada5 por el empico en negro y la ba1a 
caliticac1on de las Larcas. con una pre!>encia importante en ei ",crvicio domésllco". Fuente: Diario Clarín, 17/10/201 O 
3 E.Jelm h:ice una muy profunda rctlcxtón acerca de la co-rcsponsabilidad materna y patern a } la tlimensión relacional 
de la pa1cja. (Jdín. 1 997· 207i 
" 
Elena GrzegorcLyk - 20 
''Curso de la vida, Género y Ciudadanía Política" 
La sobrevaloración materna en la crianza de los hijos y los roles de 
cuidados (y la creencia de que las madres tienen instintos especiales y 
condiciones naturales para ello), ha dejado una deuda pendiente en el 
desarr"ollo de una nueva paternidad (no tradicional). A l preguntarse 
C.Wainerman "si en los hombres opera una transformación ( . . . ) que haga de 
la división del trabajo de la casa y de los hijos una empresa más equitativa, 
advierte resultados "desalentadores", y nos alerta del "peligro de que se dé 
una revolución estancada" (Wainerman, 2007: 21 3, 21 4). 
Una mayor igualdad significaría equilibrar las cargas y las 
recompensas; y entiendo que no se ven cambios de fondo (esperables, 
frente a las expectativas y la ampliación de roles femeninos) en la división 
sexual tradicional de género. Frente a políticas "protectoras" desde el Estado, 
si bien son o deberían ser destinadas .a todos los integrantes de la familia, 
dado el estereotipo social que atribuye todas las funciones de cuidado a las 
mujeres, son éstas las que se ven forzadas a pedirlos u obligadas a 
aceptarlos, con el perjuicio (consciente o no) a mediano o largo plazo para 
sus desempeños laborales y su relativa independencia económica. Las 
medidas para paliar la situación (guarderías , licencias, etc.) parecenhaber 
logrado sólo "precarias conciliaciones entre la vida familiar y laboral" (Covas, 
2005: 1 80). Vale deci r, a la vez que reconocen derechos consolidan 
estereotipos sexuales. Es la familia, cualquiera sea su configuración, la que 
tiene que ser reconocida por el Estado, descentrando de ella a las mujeres. 
Serían necesarias políticas de género con fines equitativos o igualitarios 
replanteándose una equidad en la crianza y en las responsabilidades 
relacionadas. B.Medrado expresa que debemos "tener un · profundo 
conocimiento sobre la posición de hombres y mujeres en el hogar"; y que la 
paternidad, fundamentalmente en tanto deseo, derecho y compromiso 
(Medrado, 2003, 79), requiere incluir a los hombres también en el cuidado 
de los hijos, refiriéndose a ella como una experiencia muy vasta y rica y 
positiva tanto para el hombre, la mujer y el niño o niña (Medrado, 2003: 
80,81) Al referirse a la "dimensión política" de la familia y la necesidad de 
políticas integrales, M.C. Feijoó señala que las mismas deben tender 
"puentes entre la familia y la sociedad. Formaríamos así círculos virtuosos 
capaces de construir democracia en la casa para construir democracia en la 
sociedad. (Feijoó, 2003: 1 39) (Las cursivas son mías) 
F) El "mandato de agradar" 
Elena Guegorczyk 21 
"Curso de la vida, Género y Ciudadanía Política" 
Este punto hace referencia a uno de los aspectos de la sociedad 
patriarcal, es decir, es uno de los dominios de los hombres sobre · las 
mujeres. El cultivo de la belleza tiene relación con el miedo a 
'desfeminizarse': el fuerte proceso de 'hacer' femeninas a las mujeres 
incluye -entre otros mandatos como creo haber descrito- poseer belleza 
exterior. No obstante los cambios históricos con relación a lo que se 
entiende por belleza, ésta forma parte de lo que se considera femenino y se 
ha transformado en requisito, indicador y práctica de discriminación. A. 
Valcárcel observa la existencia de una "normativa de presentación" 
(Valcárcel, 1 994: 166, 1 68) que para las mujeres implica que para "ser'' está 
la exigencia de la belleza de por medio. "Desde niñas recibimos el mensaje 
de que debemos gustar a los hombres y que nuestra _ aparj,encia es un 
elemento clave en el conjunto de nuestras vidas, porque de ella dependen 
las oportunidades sociales de que dispondremos." (Freixas, 2005: 92). Según 
mis observaciones, agradar a los hombres incluye ser obedientes, no 
contradecirlos y más aún defender y sostener su posición privilegiada en la 
sociedad. Estas conductas, requeridas durante la socialización, son 
interiorizadas por las niñas/jóvenes/mujeres con sus correlatos conflictivos, 
sociales y psicológicos. Esto es producto de los intercambios históricos y 
ancestrales desiguales entre hombres y mujeres que parecen mantener su 
eficacia: "La importancia asignada al atractivo erótico derivó de la posición 
pasiva de las mujeres en los intercambios sociales y sexuales". (Meler, 
1 994: 1 0). 
¿ Qué tiene que ver el cuerpo con el poder? En la sociedad patriarcal 
mucho, pero sólo haré algunas referencias. Aunque los hombres no están 
exentos de estereotipos y condicionantes sociales, la diferencia con relación 
a los aplicados a las mujeres es la legitimidad de la capacidad deseante de 
los hombres y la concepción de las mujeres como "satélites del deseo 
ajeno". (Caria, 2005:28). Esta matriz implica en la práctica que los cuerpos 
de las mujeres "nunca se han considerado de su propiedad", que "toda la 
comunidad mantiene expectativas" sobre ellos y que son "cuerpos sobre­
significados e hiper-prescritos" (Valcárcel, 1 994: 1 68). Con respecto a las 
jóvenes muchas de ellas "no son conscientes de cómo influyen todavía los 
condicionamientos de género en sus pensamientos, sentimientos y en las 
decisiones existenciales que toman, y no caen en la cuenta de que en 
realidad adaptan sus preferencias a lo que se les ofrece, engañadas por la 
sensación de que eligen libremente" (Cavas, 2005: 1 52) 
• 
Ef�na Grzegorczyk - 22 -
··curso de la vida, Género y Ciudadanía Polílw_;a" 
En las relaciones de género asimétricas, un polo o poder tiene 
mayores posibilidades de controlar al otro/a. Una de las formas consiste en lo 
que denomino "prácticas descriptivas", que en función de cómo se ha venido 
conformando la asimetría sexual, es de los varones sobre las mujeres. Creo 
que es haciendo referencia a este mecanismo que A.Valcárcel habla de 
"designación heterónoma" , y es producto de la "diferente jerarquía en todos 
los órdenes de varones y mujeres, la que conforma la po�ibilidad de la 
designación genérica". (Valcárcel, 1 994: 1 53 ) . 
Esta estrategia del poder de género tiene . facultad objetivadora y 
disciplinadora sobre las mujeres, su imagen, sus cuerpos. El objetivo 
estratégico es tener el dominio de la construcción de significados sobre las 
mujeres y además, este sistema de significados no puede poner en duda la 
superioridad masculina sobre ellas. (Grzegorczyk, 2004: 1 64, 1 65). Por esto 
es que el "control" es tan importante. Por otra parte, la masculinidad ha 
logrado tener una voz habilitada (como quedó reflejado en D) Discurso y 
Lenguaje), consenso social, impunidad pública -a diferencia de la 
vulnerabilidad pública femenina- para poner en práctica esta técnica sobre 
las mujeres, especialmente sobre su aspecto físico y su sexo, estando 
expuestas a una heterodesignación permanente. 4 Pero hay otro aspecto a 
resaltar: Esto es producto de una construcción social. No hay que olvidar que 
por su posición de género, muchas mujeres aparecen aceptando estas 
conductas: asienten, aportan, sostienen; es más, se suman a la corriente 
aplicando prácticas descriptivas aridrocéntricas sobre ellas mismas. El efecto 
general es un ' régimen de verdad': Los hombres, la masculinidad, el 
aparato del Estado, los poderes de la sociedad, mantienen un discurso 
hegemónico sobre lo que las mujeres son o deben ser; es más, me parece 
que éstas no podrían decir nunca cómo son ni ellas mismas genuinamente, 
(si las relaciones de fuerzas se mantuvieran). No sólo porque todas son 
diferentes (como cualquier individua humana); más que nada porque no 
romperían el esquema de poder de género del que forman parte, y que 
volvería potenciado sobre ellas. (Grzegorczyk, 2004: 1 66). No puedo dejar de 
lado un dato extremo de la realidad que es el llamado "femicidio", como 
mecanismo disciplinador colectivo de las mujeres, entre otros. Considero 
que el Estado y la sociedad están 'atrasados' en la interpretación de los 
hechos y en una intervención eficaz que desaliente tales prácticas. 
Es necesario acá retomar la relación sexo/ edad. Creo de interés 
introducir esta cita de M .A.García de León: "Cómo se entremezcla el sexo 
4 Como un ejemplo de la práctica de este mecanismo en un medio de ..:ornunicación .véanse Anexos nºs I y 3. 
,· 
�lena Grzegoruyk 23 
"Curso de la vida, Género y Ciudadanía Política" 
con la edad, cómo juega radicalmente de distinta manera para hombres y 
mujeres, cómo la edad avanzada se convierte en una especie de racismo 
contra las mujeres, qué valor de cambio tiene la belleza femenina, la 
alienación que puede producir, son temas, entre otros de similar índole, nada 
o poco explorados (. . . ), sin embargo, son probablemente los mejores 
exponentes del dominio masculino" . (García de León 1 994: 54,55). 
Es crucial considerar no sólo el sexismo implícito en el mecanismo de 
la construcción del "cuerpo femenino", sino también el edaclismo como 
"operaciones culturales" que utilizan el físico como elemento clave de 
evaluación, reducen la autoestima, debilitan el "yo" y sitúan a las personas 
sobre las que se aplican en una posición de debilidad en las relaciones de 
poder. A diferencia de los hombres que cuentan con "toda la indulgencia 
posible en cuanto a la edad, la belleza . . . " (Freixas, 2005: 75). Los discursos 
y las imágenes diarias no sólo ocultan a las personas mayores en general; 
en particular a mujeres las exponen siempre jóvenes,poniendo en relieve 
el cuerpo físico y, en muchos casos, sólo partes del cuerpo femenino, 
haciendo desaparecer su identidad como personas dignas e íntegras. La 
aparición de las mujeres en espacios relevantes "raramente (se da) fuera de 
una banda de edad y un aspecto prescrito" (Valcárcel 1 994: 167) 
Como síntesis, el requisito de la belleza y el requisito de lá edad -
ambos vinculados a la sexualidad, en el patriarcado-, expresan ta 
subordinación de las mujeres en la sociedad. Por lo tanto, influyen 
negativamente en la construcción de la identidad política y la formación de 
la individualidad. 
2°) CIUDADANÍA POLÍTICA FEMENINA 
Considero que en el plano de la construcción del género, existen varios 
aspectos de la socialización primaria y de las trayectorias de vida que 
producen efectos adversos sobre la cultura política de las mujeres. Esto es 
lo que he tratado de describir en parte en el punto anterior. En este segundo 
punto del trabajo, analizaré algunos tópicos que considero manifestaciones 
de la socialización diferencial y sexista, en el ejercicio de la ciudadanía 
política femenina. 
A) Dicotomía público/privado 
llena Grze¡.:orczyk - 24 
"Curso de la vida, Género y Ciudadanía Política" 
Entiendo que todos los aspectos que se han desarrollado en el punto 
1° pueden ser vinculados a la dicotomía público/privado. Como sugieren las 
lecturas, el nudo crítico de la vida de las mujeres con relación al ejercicio 
de sus derechos, parece seguir conformándose. en la intersección de la 
"vida privada" y la "vida pública" , entre su atadura a la domesticidad y su 
derecho a la autonomía económica, política , etc. 
La división público/privado surge y se desarrolla como mecanismo 
social y económico, de división sexual del trabajo y del conocimiento. Dice 
C.Pateman que su origen "se puede encontrar examinando la historia de la 
conexión entre la separación de la producción del ámbito del hogar y la 
emergeocia de la familia como el paradigma de lo privado". (Pateman, 1996: 
37). Esta dicotomía ocupa un papel central en la literatura y la lucha política 
feminista (Pateman, 1 996: 31 ). La concepción de la división público/privado 
se ha modificado históricamente, pero entiendo que sigue funcionando, con 
los códigos tradicionales en lo que respecta a roles de género: el 
denominado "mundo público" sigue masculinizado, y el "mundo privado", 
feminizado. De cualquier manera esta división está sujeta a polémica diría . 
permanente por lo menos para los feminismos. 
Los derechos de los individuos se ejercen en el espacio público. Como 
expresa H.Birgin: "La política se ha desarrollado en oposición a lo privado". 
(Birgin, 1997: 7 4 ). Por su parte E.Jelín: "El paradigma dominante de los 
derechos humanos se construye en base a una diferencia: los derechos 
civiles y políticos de los individuos se sitúan en la vida pública; quedan fuera 
las violaciones a estos derechos en la esfera privada de las relaciones 
familiares, y esto especialmente importante para la ciudadanía de las 
mujeres" (Jelín, 1997: 203). La idea de "hombre público"/"mujer privada" ha 
restado históricamente posibilidades a las mujeres como ciudadanas plenas 
de acceder a los lugares de decisión pública-política, y ha favorecido 
simultáneamente a los hombres en la ocupación de los espacios de poder de 
la sociedad. El · espacio atribuido al modelo masculino así aporta las 
condiciones para la creación y la captación de poder, el concepto de poder 
está incorporado a su modelo como un valor, un elemento de autoestima e 
identidad positiva. En cambio el modelo femenino está lejos de esas 
características en particular ha aprendido o ha sido socializada para 
rechazar el poder como un derecho propio y considerarlo como disvalor para 
las mujeres. "En los hechos, la dicotomización de las esferas pública y 
privada lleva a mutilar la ciudadanía de las mujeres" (Jelín, 1997: 203, 
citando a Romany). El espacio privado-doméstico es definido por Celia 
E ena Gr zeeorczyi< l5 
"Curso de la vida. Género y Ciudadania Política" 
Amorós como "espacio de las idénticas", como consecuencia el colectivo de 
mujeres es percibido y se autopercibe como indiferenciado, a diferencia del 
"espacio de los iguales" propio del mundo público-político donde se 
reconocen las diferencias, los individuos 
(Archenti, 1 994: 25). 
se perciben como pares ... 
Por citar otra autora muy importante sobre este punto. N. Fraser dice 
que se ha prestado a confusión definir "ámbito público" expresión que ha 
sido utilizada para referirse a "toao atjuello que está fuera del ámbito 
doméstico y familiar". Aún cuando se levantan los obstáculos formales de 
participación, por medio de normas, leyes, etc., ello no es suficiente para 
asegurar la inclusión en la práctica porque las "concepciones de privacidad 
económica y privacidad doméstica ( . . . ) delimitan el campo de acción del 
debate". Y las desventajas de género y clase pueden seguir operando 
subtextual e informalmente aún después de que las restricciones explícitas y 
formales han sido rescindidas".5 (Fraser, 1993· 52). Como he expresado en 
otras partes del trabajo, los mecanismos, los procesos y los efectos de la 
construcción del género y su asimetría, están disimulados, naturalizados, 
dados como obvios. 
Por estas razones, a los sentidos convencionales de espacio público, 
que están relacionados con el Estado: la accesibilidad para todos, el interés 
común y el bien común (a mi entender también 'bajo sospecha'), esta autora 
agrega dos sentidos más: "perteneciente a la propiedad privada en una 
economía de mercado" y "perteneciente a la vida doméstica íntima o 
personal que incluye la vida sexual ".:.(Fraser, 1 993: 47). La división 
público/privado obstruye el debate de muchos temas: En el discurso político 
estas nociones se utilizan para "deslegitimar algunos intereses, opiniones y 
temas, y para valorizar otros". (Fraser, 1 993: 5 1 ) 
Es importante destacar que en la relación de género y en los espacios 
atribuidos, está en juego el intercambio y la apropiación de 'bienes de 
género' (culturales, sociales, políticos, y tomas de posición y decisiones 
frente a ellos), que no están negados a ningún sexo expresamente; no 
obstante los resortes internos, subjetivos, de apropiación en cada sujeto de 
género, están dados por el proceso de normalización (Foucault), o por sus 
posiciones relativas en el espacio social (Travi, 2003: 50, citando a 
Bourdieu). Por esto la importancia que creo que hay que atribuirle, en la 
s Como un CJemplo entre otros innumerables, pueden observarse los mecanismos de exclusión encubierta y explícita 
que refleja la denominada ··tey de cupos" tanto en el debate parlamentario como en la aplicación de la misma en el 
ámbno de la provincia de Santa CruL. Véase Am:xo nº 5. 
26 
·curso de la vida. Genero y C1udadania P l1t1ca 
construcción de las identidades políticas conceptos como conocimiento, 
aprend1za1e, entrenamiento. cuyos contenidos (materiales y simbólicos) 
vinculan al sujeto/sujeta con el espacio asignado y ocupado. Esta 
distribución sexual de bienes no es "natural": su tra11sformación depende de 
las condiciones de posibilidad, de las circunstancias históricas, de los 
acuerdos que las instituciones sociales estén dispuestas a debatir. 
Las autoras hacen una distinción fundamental entre 'vida privada' y 
'vida doméstica' e 'intimidad'. La primera es la que permite cultivar la 
individualidad entendida como la "construcción de la singularidad o el 
derecho a la Idios1ncrasia", que se desarrolla en cualquier ámbito y en la que 
el sujeto gestiona su propio tiempo; la vida doméstica es la que se 
desarrolla fundamentalmente en el hogar, en la que el sujeto se especializa 
en "la cobertura de lo ajeno, requiere una presencia continuada y atenta a los 
asuntos de los otros". (Covas , 2005: 1 38. 1 39, citando a Murillo, S.). 
Igualmente quiero rescatar el concepto de "intimidad" que A Valcárcel define 
como factor de individualidad y relacionacon la apropiación de los tiempos 
y espacios propios y que se completa podría decir, con el espacio y el 
tiempo en común con otros/as (es decir, construir c iudadanía). (Valcárcel, 
1 997: 1 76) Sin embargo este desarrollo conceptual parece no tenerse en 
cuenta. M. Rodríguez expresa que la vida "privada" "está asociada con los 
varares y principios que están definidos como lo relacional, lo no jerárquico y 
lo altruístico", que se espera y se promueve en la socialización que se hagan 
cargo las mujeres. El dominio "público" encarna los valores de la 
competencia, el individualismo y la jerarquía. Estos son los valores que se 
vuelven dominantes porque "el dominio público prevalece en la estructura 
social y normativa." (Rodríguez, 1 994: 84). En la actualidad la vigencia de la 
dicotomia hace que la vida de las mujeres (su subjetividad, su vida material, 
etc.) esté permanentemente sujeta a la disociación entre lo "público" con 
sus caractensticas particulares, y lo "privado", lo hogareño, lo doméstico. 
Paralelamente, en los hombres, estos dos aspectos (privado/público) están 
integrados, no se debaten entre "dos mundos", dado que ambos parecen 
construidos por el patriarcado para ellos. Se ha considerado y fundamentado 
que disponen del espacio público predominante, superiorizado, para 
dirimir sus diferencias en todos los sentidos (económico, políticos, etc.), y 
otro "secundario", "irrelevante" que no le absorbe la energía, sino que está 
construido como un cable a tierra, como soporte . Las lecturas bibliográficas 
en general sugieren que las mujeres podemos pertenecer a los dos mundos 
pero no gozamos ni de los privilegios de uno, ni del soporte del otro -como 
Elena Gr.le~orclr" 
Elena Grzegorczyk - 27 -
"Curso de la vida, Género y Ciudadanía Política" 
surge del punto 1 °-. Dice H. Birgin, citando a E.Jelín: "El espacio de lo 
privado no tiene un fin en sí mismo, no es autosuficiente, no es autárquico, 
sino que produce las condiciones para quien sí tiene autarquía . . . "(el 
ciudadano griego). (B irgin, 1 995:71 ). 
E.Jelín observa que en la división de esferas existe una "tensión 
irresoluble entre el respeto a la privacjdad y la intimidad por un lado y las 
responsabí!idades públicas por el otro, que debiera llevar a una redefinición 
de la distinción entre lo público y lo privado e íntimo, distinción ·-qt.Je ha 
funcionado en el plano simbólico y jurídico, pero no en la práctica, ya que el 
Estado moderno siempre ha tenido poder de policía sobre la familia (Jelin, 
1997: 203.204 citando a Donzelot y Jelin). En la actualidad se ha puesto en 
discusión la relación familia/trabajo que durante mucho tiempo no se 
consideró como objeto de investigación. Esto es así a pesar de que "la 
división del trabajo en nuestra sociedades .. . funcionan simultánea e 
indisolublemente en las dos instancias (y, por lo tanto) no se puede disociar 
el estudio del lugar de los hombres y de las mujeres en la producción de su 
lugar dentro de la familia. Se remiten constantemente uno al otro". 
(Wainerman, 2007: 1 79, citando Berrere-Maurisson). (Las cursivas son 
mías). Este tema se ha mantenido ocultado o naturalizado en particular en 
lo que respecta a las relaciones de género: "La familia ha sido la última caja 
negra en materia de investigación en las ciencias sociales"; y "no sólo es 
problema epistemológico sino que es también un problema ideológico y un 
problema político" (Feijóo, 2003: 133). C. Wainerman afirma que ahora que 
en las mujeres el doble rol se ha instalado en la sociedad como un hecho 
habitual, no excepcional, las estrategias para articular familia y trabajo 
plantean un desafío que requiere una respuesta social, ya no individual 
(Wainerman, 2007:214) 
Como cierre, la realidad dicotómica que he tratado de caracterizar en 
parte, es decisiva en las prácticas y subjetividades de hombres y mujeres 
en la sociedad, a la hora de su desenvolvimiento político. Las autoras y 
autores consultadas ponen el acento en la necesidad de reformular esta 
dicotomía (e inclusive corrientes del feminismo que propugnan la disolución 
total de estas divisiones (Pateman, 1 996:31) y, en la práctica política, 
redistribuir los roles de género dado que es unánime considerarlo como 
núcleo duro dentro de la problemática de género. Así mismo plantean la 
creación y aplicación de políticas públicas ya que este aspecto de la división 
sexual del trabajo se considera un freno a la igualdad de oportunidades en el 
campo de la ciudadanía y la participación. 
Elena G(lt::gorczyk 28 
"Curso de la vida, Género y Ciudadanía Política" 
B) Debate igualdad/diferencia 
Posturas internas divergentes en los feminismos, han producido 
corrientes de pensamiento denominadas "de la igualdad" y "de la 
diferencia". Si bien ambas tienen argumentos sólidos, podría decir, no es 
sencillo hacer una síntesis de ambas. También hay que tener en cuenta la 
complejidad del problema que enfrentamos. Como expresa A.Ciriza: "Se 
trata de lidiar con aquellos aspectos de nuestra vida social que se presentan 
ante los ojos y la experiencia con la solidez de lo establecido, ligados a la vez 
a asuntos que a fuerza de naturalizados se transforman en imperceptibles". 
(Ciriza, 2007:37) No obstante, en base a la bibliografía consultada, creo que 
el debate ha tenido una evolución importante. Aunque, como expresa 
L.Zerilli, "el feminismo está plagado de paradojas" Y aún cuando se 
pudieran resolver surgirán otros dilemas, paradojas y tensiones . . . " (Zerilli, 
2008: 75) 
Primero debo expresar por qué considero pertinente desarrollar este 
tópico (la dicotomía igualdad/diferencia) en este análisis; ·qué tiene ver 
este debate con el curso de la vida y la ciudadanía polítka, desde la 
perspectiva de género . Lo incluyo porque creo que la concepción del "otro", · 
en particular "la otra", como 'diferente' equiparado a 'inferior', influye en el 
trato y en las oportunidades, que dependen de la dirección dominante del 
poder y que se refleja o se manifiesta en concepción asimétrica de género. 
Otra vez se presenta el fenómeno del "universalismo" donde, como ya referí 
en otro caso, lo masculino se torna la "norma" y lo femenino es lo "diferente" 
(Braídotti, 2000: 174). 
Acá quisiera desarrollar dos aspectos. Por un lado, creo que he mostrado 
que las personas durante su curso de vida han estado (están) expuestas a 
un proceso de socialización diferencial basado en una estrategia principal 
(los modelos de la masculinidad y la femineidad), que los configura de una 
manera dicotómica, que se podría afirmar es una aparente oposición y 
diferencia. Ya vimos que el trato diferencial que se aplica a los sujetos y 
sujetas de género, desde los primeros momentos de la vida, produce una 
respuesta adecuada a las expectativas que se sostienen sobre ellos. 
J.V.Marqués expresa que aún después de sufrir el proceso de socialización o 
constitución social del género, los varones y las mujeres manifiestan notables 
diferencias con respecto a las personas de su mismo sexo . . . Pero el sistema 
patriarcal se encargará de (tratarlas) como si fuesen idénticas a las de su 
Elena Grzegoruyk - 29 
"Curso de la vida, Género y Ciudadanía Política" 
mismo sexo y muy diferentes a las del opuesto"; evitará "que unos y otras 
sean conscientes de sus similitudes . . . " (Marqués, 1 997: 1 9). Es decir, las 
categorías sociales deben tener pocas experiencias compartidas, por lo 
tanto los individuos (en este caso varones/mujeres), poco conocimiento 
mutuo. (Ragúz, 1 995: 21 ) (Cursivas mías) 
Por otra lado, hasta ahora la visión androcéntrica pone como 
paradigma "lo masculino", entonces "lo femenino" queda en sombras y en 
'silencio'- público. Y �ornas o nos consideramos diferentes porque las 
condiciones de género nos han moldeado de manera que no sólo 
adquirimos comportamientos, conductas, que internalizamos, sino también 
nos asignamos espacios, roles y recursos sociales diferenciales. Y esto .es 
crucial: las "diferencias" las construye lacultura y la sociedad, y hasta ahora 
desde la heterodesignación; es decir, la cultura masculina designa, significa 
a la cultura femenina, y en este proceso participan las mujeres desde su 
condición de dependencia colectiva. En una sociedad democrática e 
igualitaria no podría plantearse una disyuntiva así, pero es en una sociedad 
patriarcal donde se presenta esta discusión, que enfoca a las mujeres, no a 
los hombres como expresé. Entiendo que no hay "dilema", sino condiciones 
de vida desiguales en todos los aspectos de la sociedad y subordinación de 
las mujeres dentro de una sociedad patriarcal. 
Voy a se11alar algunos puntos de debate, citando a algunas autoras. 
Chanta! Mouffe argumenta la necesidad de tener en cuenta las diferencias 
que existen (sean políticas, económicas, culturales . . . ) y construir sobre estas 
diferencias una concepción más amplia; sería una 'nueva' igualdad, 
desestimando _una "ciudadanía diferenciada" (Mouffe, 1 993: 8, 9). Desde SI} 
postura antiesencialista radical, dice esta autora que "todo el falso dilema de 
la igualdad versus la diferencia se derrumba desde el momento en que ya no 
tenemos una entidad homogénea "mujer" enfrentada con otra entidad 
homogénea "varón", sino una multiplicidad de relaciones sociales en las 
cuales la diferencia sexual está construida siempre de muy diversos modos, 
y donde la lucha en contra de la subordinación tiene que ser planteada en 
formas específicas y diferenciales. (Mouffe, 1 993: 8). Es más, dice que en el 
concepto moderno de ciudadanía no es pertinente la diferencia sexual 
(Mouffe, 1993: 1 3). Como una crítica a las posiciones "maternalistas" creo 
que se refiere a que las funciones reproductivas no pueden ser utilizadas 
como argumento para el ejercicio de la ciudadanía. En el mismo sentido, 
B.Travi dice que "para el caso particular de las mujeres, más que pensar 
en una ciudadanía diferenciada, se impone un real reconocimiento sobre los 
... 
Elena buegorczyk - 30 
"Curso de la vida, Género y Ciudadanía Política" 
múltiples factores causales que contribuyen a la discriminación y exclusión" 
(Travi, 2003: 23). 
N. Fraser plantea la necesidad de "repensar el espacio público" 
haciendo referencia a que el discurso liberal "ponía entre paréntesis las 
diferencias". Al proceder "como si no existieran, cuando en realidad sí 
existen, no habrá manera de fomentar la paridad participativa. Por el 
contrario, poner entre paré_Qtesis la desigualdad. . . ualmente funciona en 
beneficio de los grupos dominantes de la sociedad . . . " (Fraser, 1993: 36). 
Frente a este debate, Fraser entiende que "reparar las injusticias debidas al 
sexo exige cambiar tanto la estructura económica (Redistribución económica) 
como el orden establecido de la sociedad . .. " (Reconocimiento multicultural) 
(Fraser, 1997: 230) . Por su parte, E.Jelín piensa que es necesario 
reconocer tanto las diferencias entre hombres y mujeres como la "diversidad 
entre mujeres", las que surgen según los momentos del curso de la vida 
que estén transitando y a su vez el impacto de los diversos momentos 
históricos (Jelin, 1997: 202, 203). 
Dentro de este debate, la idea o el significado de igualdad se ha ido 
complejizando. A.Ciriza propone "no precipitarnos en producir una salida a 
los dilemas feministas (igualdad/diferencia, cuerpo/sexualidad y política; lo 
personal/ lo político y otros debates dilemáticos". (Ciriza , 2007: 33,34). Es 
destacable que "a pesar de que las desigualdades son múltiples y de que los 
criterios para individualizarlas y evaluarlas son controvertidos, la igualdad se 
sigue reafirmando como aspiración propia de la modernidad. (Aguirre, 2007: 
s/d, citando a Laura Pennacchi). Esta autora afirma la necesidad de explicar 
qué es lo que "transforma una diferencia en desigualdad", y explicar las 
diferencias (Aguirre , 2007: s/d, citando a Sen). "Las discusiones más 
recientes presentan la noción de igualdad como una noción compleja, 
constituida por variadas ideas que difieren en aspectos históricos y 
empíricos. Es relevante considerar en este concepto que la "igualdad de 
oportunidades no sustituye la igualdad de resultados"· (Aguirre, 2007: s/d) 
Creo que es pertinente citar acá a L.Zerilli cuando habla de las 
"limitaciones asociadas con el hecho de pensar las políticas feministas dentro 
de los encuadramientos de las cuestiones socíal y del sujeto". Asimismo que 
"nuestro deseo ( . . . ) de afirmar la categoría mujeres como una identidad 
políticamente reconocida o de asegurarnos ciertos bienes sociales puede 
conducirnos a confundir los derechos constitucionalmente garantizados con 
la experiencia de exigir nuestra libertad política". (Zerilli, 2008: 311 ) . Hecha 
esta importante aunque muy breve cita, quisiera agregar, que en la práctica 
flenci Grzcgorczyk - 31 -
"Curso de la vida, Género y Ciudadanía Política" 
concreta y en la aplicación de políticas públicas tiene que delimitarse y 
desmenuzarse cada situación de desigualdad. Pero mi reflexión en esto es 
que el paso de la representación social de "la mujer" a la construcción de 
"las mujeres", es positivo, pero no suficiente, a· mi entender . Todas las 
mujeres somos diferentes entre sí , y formamos parte de relaciones sociales 
que nos vinculan básicamente con hombres. Pero tener en cuenta que es 
el universo de mujeres -muchas veces erróneamente, a mi entender, 
considerada, sumada o equiparada a "minorías"-, el que está en juego. 
Debemos mantener vigente la especificidad de la construcción genérica, que 
hace referencia, no a "las mujeres", sino a la compleja construcción de la 
relación entre hombres y mujeres en una sociedad y a su condición de 
personas individuales. Por esto tengo reparos en hablar de "diversidad". Es 
decir, no constituimos "esencialismos" pero tampoco "minorías". Me 
parece un paso adelante, delimitar caso por caso los derechos, en base a 
una evaluación crítica de las desigualdades construidas, como señalan las 
autoras citadas. En este sentido es importante definir las situaciones que 
se presenten en la realidad teniendo en cuenta las" necesidades prácticas", 
que hacen referencia a los requerimientos cotidianos y elementales; y las 
"necesidades estratégicas" (CNM, 2003?: 14) que apuntan a los niveles 
macro, a las estructuras sociales, económicas, políticas. Esto debe 
necesariamente comprender como sujetos de género a los hombres para su 
reeducación en una cultura no patriarcal. Es necesario "incluir la 
problemática de los hombres en las políticas · públicas desde una mirada 
feminista y de género, que es diferente a lo que se ha implementado hasta 
ahora". (Medrado, 2003: 77) 
C) Ciudadanía y Participación 
El concepto de ciudadanía hace referencia o contiene los "derechos y 
obligaciones asociados a la capacidad de ser miembro de una unidad social" 
(Birgin, 1 997, 89, 90). Esto implica: participación activa, oportunidad de 
ejercicio de derechos y de formar parte de los procesos decisorios. Este 
concepto incluye la producción y distribución de recursos materiales y 
simbó/icos.(Birgin, 1 997: 69, citando a Dahrendorf). (Las cursivas son mías) 
Las autoras consultadas vinculan los procesos históricos relacionados 
con la construcción de ciudadanía con la idea de 'conflicto' , 'poder' , 'lucha' 
'definición', toma de 'decisiones'. La ciudadanía alude a una " . . . práctica 
conflictiva vinculada al poder que refleja las luchas acerca de quiénes podrán 
Elcn,1 Grzegorczyk - 32 
"Curso de la vida, Genero y Ciudadanía Pol1t1ca· 
decir qué en el proceso de definir cuáles son los problemas sociales 
comunes y cómo serán abordados". (Jelin, 1 997, 1 93, citando a Van 
Gunsteren). Nada parece más alejado de la socialización de las mujeres que 
estos conceptos Me parece que las mujeres no han estado vinculadas a 
esto nunca y en la actualidad /o están a medias, en forma deficitaria tanto 
cuanti como cualitativamente. Si tenemos en cuenta la historia de la 
ciudadanía de las mujeres 11 . . . se ha ido construyendo

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