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Biodiversidad de un bosque de galería en la Orinoquía colombiana_

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Universidad de La Salle Universidad de La Salle 
Ciencia Unisalle Ciencia Unisalle 
Veterinaria y zootecnia Catálogo General 
4-30-2019 
Biodiversidad de un bosque de galería en la Orinoquía Biodiversidad de un bosque de galería en la Orinoquía 
colombiana: fauna en la Hacienda Matepantano colombiana: fauna en la Hacienda Matepantano 
Luis Alberto Núñez Avellaneda 
Universidad de La Salle, Bogotá, lanunez@unisalle.edu.co 
María Isabel Castro-Rebolledo 
Universidad de La Salle, Bogotá, micastro@unisalle.edu.co 
Lucía Cristina Lozano Ardila 
Universidad de La Salle, Bogotá, lclozano@unisalle.edu.co 
Gelys Igreth Mestre Carrillo 
Universidad de La Salle, Bogotá, gmestre@unisalle.edu.co 
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Recommended Citation Recommended Citation 
Núñez Avellaneda, Luis Alberto; Castro-Rebolledo, María Isabel; Lozano Ardila, Lucía Cristina; and Mestre 
Carrillo, Gelys Igreth, "Biodiversidad de un bosque de galería en la Orinoquía colombiana: fauna en la 
Hacienda Matepantano" (2019). Veterinaria y zootecnia. 3. 
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mailto:ciencia@lasalle.edu.co
Biodiversidad
de un bosque de galería en la Orinoquía colombiana 
Luis Alberto Núñez Avellaneda
María Isabel Castro-Rebolledo
Lucía Cristina Lozano Ardila
Gelys Igreth Mestre Carrillo
Tomo I:
Fauna en la Hacienda Matepantano
E d i t o r e s
Biodiversidad
de un bosque de galería en la Orinoquía colombiana 
ISBN impreso: 978-958-5486-53-9
ISBN digital: 978-958-5486-54-6
Primera edición: Bogotá D. C., abril del 2019
© Derechos reservados, Universidad de La Salle
Ediciones Unisalle
Carrera 5 # 59A-44, Edificio Administrativo, piso 3
PBX (57-1) 348 8000, ext. 1224
edicionesunisalle@lasalle.edu.co
Dirección editorial
Alfredo Morales Roa
Coordinación editorial
Ella Suárez
Corrección de estilo
Camilo Andrés Sierra
Diseño de carátula
William Yesid Naizaque Ospina
En la carátula 
Tamandua tetradactyla (Myrmecophagidae)
Diseño y diagramación
William Yesid Naizaque Ospina
Impresión
Fundación Cultural Javeriana de Artes Gráficas-Javegraf
Queda prohibida la reproducción total o parcial de este libro
por cualquier procedimiento, conforme a lo dispuesto por la ley.
Impreso y hecho en Colombia
 Biodiversidad de un bosque de galería en la Orinoquía colombiana / 
editores, Luis Alberto Núñez Avellaneda ; María Isabel Castro-Rebolledo ; Lucía 
Cristina Lozano Ardila ; Gelys Igreth Mestre Carrillo [y otros veinte autores]. - 
Primera edición. - Bogotá : Ediciones Unisalle, 2019.
 305 páginas : mapas, gráficas, fotografías ; 24 cm. 
 Incluye referencias bibliográficas.
 tomo 1: Fauna en la Hacienda Matepantano 
 ISBN 978-958-5486-53-9 (impreso)
 1. Biodiversidad – Investigaciones – Orinoquía (Región, Colombia) 2. Suelos 
– Investigaciones – Orinoquia (Región, Colombia) 3. Cuencas hidrográficas – 
Orinoquía (Región, Colombia) I. Núñez Avellaneda, Luis Alberto II. María Isabel, 
Castro-Rebolledo III. Lozano Ardila, Lucía Cristina IV. Mestre Carrillo, Gelys Igreth 
V. Título
CDD: 333.95 ed.22 
CEP-Universidad de La Salle. Oficina de Bibliotecas
5 
x
Docentes e investigadores 
de la Universidad de La Salle
Adriana Vitolo López
avitolo@unisalle.edu.co
Ángela Cristina Zapata Lesmes
azapata@lasalle.edu.co
Hno. Ariosto Ardila Silva, FSC 
aardilas@lasalle.edu.co
Gelys Igreth Mestre Carrillo
gmestre@unisalle.edu.co
Gustavo Correa Assmus
gucorrea@lasalle.edu.co
Lucía Cristina Lozano
lclozano@lasalle.edu.co
Luis Alberto Núñez Avellaneda
lanunez@unisalle.edu.co
María Isabel Castro-Rebolledo
micastro@unisalle.edu.co
Yenny Yolanda Lozano Jiménez
jylozano@unisalle.edu.co
Egresados del programa de Biología 
de la Universidad de La Salle
Katherine Pallares
kpallares19@unisalle.edu.co
Miguel Ángel Beltrán Ruiz
mbeltran11@unisalle.edu.co
Autores
6
Sara Rodríguez Álvarez
saragrodriguez21@unisalle.edu.co
Melissa Margarita Cordero Rodríguez
mcordero00@unisalle.edu.co
Estudiante de la Maestría en Recursos 
Hídricos, Universidad de La Salle
José A. Cuéllar Cardozo
jcuellar39@unisalle.edu.co
Estudiantes del Programa de Biología, 
Universidad de La Salle
Angie Fonseca Gutiérrez
afonseca43@unisalle.edu.co
Esteban Cardeño Londoño
ecardeno01@unisalle.edu.co
Felipe Cruz Suárez
dcruz01@unisalle.edu.co
Juan Sebastián Benavides
jbenavides00@unisalle.edu.co
Katherine Rodríguez
krodriguez28@unisalle.edu.co
María Fernanda Guerrero
gmaria20@unisalle.edu.co
María Paula Rodríguez Herrera
mariaprodriguez03@unisalle.edu.co
Mateo Jacquin Pedraza
mjacquin14@unisalle.edu.co
Sebastián Sanabria Jiménez
jsanabria33@unisalle.edu.co
Colaboradores externos
Javier I. Carreño Barrera
jicarrenob@gmail.com
7
Agradecimientos
Los autores agradecen a la Universidad de La Salle, por el apo-
yo logístico y financiero que hicieron posible realizar esta pu-
blicación, y en particular a:
Las directivas del campus de Utopía, especialmente a los herma-
nos Gonzalo Achuri, Pedro Javier Galvis y Néstor Polanía, FSC, 
por su continua gestión y por facilitar la logística requerida 
para el levantamiento del inventario biológico del campus.
Al Departamento de Ciencias Básicas, en cabeza de la doctora 
Ángela Cristina Zapata Lesmes y Francisco Sepúlveda, por la 
gestión realizada para las salidas de campo.
Al programa de Biología de la Universidad de La Salle, en espe-
cial a los estudiantes, quienes, con su dedicación y compromi-
so, estudiaron la biodiversidad de los bosques de galería y otros 
ecosistemas de la Hacienda Matepantano.
Ejemplos de cómo citar este texto:
Forma de citar el libro:
Núñez Avellaneda, L. A., Castro-Rebolledo, M. I., Lozano Ardila, L. C. 
y Mestre Carrillo, G. I. (Eds.). (2019). Biodiversidad de un bosque de ga-
lería en la Orinoquía colombiana (t. I. Fauna en la Hacienda Matepanta-
no). Bogotá: Ediciones Unisalle.
Forma de citar un capítulo:
Vitolo, A. (2019). Chinches. En L. A. Núñez Avellaneda, M. I. Castro-Re-
bolledo, L. C. Lozano Ardila y G. I. Mestre Carrillo (Eds.), Biodiver-
sidad de un bosque de galería en la Orinoquía colombiana (t. I. Fauna en 
la Hacienda Matepantano, pp. 124-141). Bogotá: Ediciones Unisalle.
Contenido
Presentación Introducción
3. Arácnidos
6. Polillas
2. Uso de suelos en la 
Hacienda Matepantano
5. Mariposas
41 49 57
67 79 91
101 115 127
147 167 179
11 21 27
4. Macroinvertebrados 
acuáticos
7. Libélulas y caballitos 
del diablo
9. Mantis religiosas
12. Gorgojos o picudos
10. Chinches
13. Hormigas
8. Grillos y saltamontes
11. Escarabajos
1. Descripción de la zona 
de estudio: la Hacienda 
Matepantano
Presentación
14. Avispas 15. Abejas
18. Peces
21. Aves
24. Primates
16. Moscas y mosquitos
19. Anfibios
22. Mamíferos
17. Insectos vectores de 
enfermedades
20. Reptiles
23. Murciélagos
223 235 243
251 263 273
281 289 297
187 199 211
25. Producción y 
conservación en el 
Centro de Investigación 
y Capacitación de la 
Hacienda Matepantano
11Presentación
x
Presentación
Me ha pedido la Dra. Ángela Cristina Zapata Lesmes, directo-
ra del Departamento de Ciencias Básicas, reconocida investi-
gadora en ciencias biológicasy mujer apasionada por nuestra 
riqueza natural, que escriba el prólogo de este interesantísimo 
trabajo titulado Biodiversidad de un bosque de galería en la Orino-
quía colombiana. He pensado que es mejor hacer una presenta-
ción porque me asusta la palabra prólogo, ya que, en este caso, 
quien escribe no es un experto en los importantísimos temas 
de los que trata la obra. En otras palabras, mis campos de estu-
dio y experiencia son más los educativos, sociales y políticos y 
no propiamente los de las ciencias naturales. 
En todo caso, acepté el reto de hacer una presentación, prime-
ro, porque la Hacienda Matepantano es un lugar que ocupa lo 
mejor de mis recuerdos de vida y de mi pobre paso por la Uni-
versidad de La Salle; segundo, porque admiro a Ángela Cris-
tina por su rigurosidad académica, su compromiso, su pasión 
por la biología y la amistad con la que me honra; tercero, por-
que conozco la seriedad científica de los autores del texto; cuar-
to, porque en la tradición lasallista, inculturada en Colombia, 
las ciencias naturales y sus correspondientes estudios de fauna 
12 Biodiversidad de un bosque de galería 
en la Orinoquía colombiana
y flora forman parte vertebral de esta historia; y, por último, 
porque Matepantano es más que un lugar geográfico de la Ori-
noquia: fundamentalmente, es un espacio donde se funden el 
futuro, la paz, la ecología integral, la creatividad y la aventura. 
En pocas palabras, la esperanza de un país mejor. 
Conocí el Casanare en los años ochenta, cuando todavía era 
intendencia nacional. Tuve la oportunidad inolvidable de vi-
vir y trabajar en Orocué en épocas en las que más parecía que 
uno estaba en los inicios y no en los finales del siglo XX: no ha-
bía energía eléctrica, el único medio de comunicación era el 
telegrama de Morse, para llegar al Yopal había que ir primero 
a Villavicencio por carreteables o río y después tomar avión y 
muchas cosas más de otras remotas épocas. No obstante, viví el 
proceso de enamoramiento por un lugar de Colombia que por 
entonces todavía quedaba lejos del “centro del país”, de la polí-
tica pública y del corazón de los colombianos. 
Orocué, una perla escondida sobre el majestuoso río Meta, casi 
donde confluyen el Casanare, el Vichada y el Meta. Lugar de 
belleza sin par, donde el verde infinito se confunde con el azul 
eterno de los cielos limpios. De la misma manera, Orocué siem-
pre se ha identificado con La vorágine, de José Eustasio Rivera, 
la que, ciertamente, en su mayor parte redactó sentado en un 
taburete de la casa de Chavita Amézquita, a la orilla de un cen-
tenario caracaro que ya se llevó el río hace una década. 
“Antes que me hubiera apasionado por mujer alguna, jugué mi 
corazón al azar y me lo ganó la violencia. Nada supe de los de-
liquios embriagadores, ni de la confidencia sentimental, ni de 
la zozobra de las miradas cobardes”, son las palabras que abren la 
inmortal novela. Y sí que tuvo razón en su premonición sobre 
la violencia que se ensañó por muchos años en este alucinante 
13Presentación
x
terruño. Célebres fueron las guerrillas liberales de los años 
cincuenta y la presencia de Guadalupe Salcedo y sus huestes, 
quienes lucharon por la justicia y la inclusión, más allá de que 
hubieran tomado la vía armada. La década de los ochenta co-
noció la presencia amenazante de las guerrillas —aunque ya 
hacia 1987 Orocué y El Porvenir conocieron de primera mano 
lo que vendría después: la invasión de las autodefensas que 
azotarían el Casanare en los años noventa—. Prosigue Rivera: 
“Aquella noche, la primera de Casanare, tuve por confidente al 
insomnio […] Casanare no me aterraba con sus espeluznantes 
leyendas. El instinto de la aventura me impelía a desafiarlas, 
seguro de que saldría ileso de las pampas libérrimas y de que 
alguna vez, en desconocidas ciudades, sentiría la nostalgia de 
los pasados peligros”.
Sí, creo que de muchas maneras quienes hemos vivido y apren-
dido a amar el Casanare hemos experimentado buena parte de 
los sentimientos del poeta. Su capital, Yopal, no fue uno de los 
pueblos históricos del oriente del país; estos estaban ubicados 
en las faldas de la cordillera oriental o en la inmensa sabana 
inundable del hoy próspero departamento. De hecho, Orocué, 
Pore y Hato Corozal son lugares muy importantes de la gesta li-
bertadora: de estas inmensas sabanas, junto con las araucanas, 
procedían la mayoría de los “llaneros indomables” que con Bo-
lívar remontaron el páramo de Pisba —en este muchos dejaron 
la vida— y llegaron al pantano de Vargas, donde se libró una de 
las grandes batallas de la Independencia, la cual sellaron con 
su notable participación en el río Teatinos, donde se forjó la li-
bertad definitiva, de la que pronto celebraremos el bicentenario.
Hato Corozal fue el centro de la misión jesuita que se llevó a 
cabo siguiendo la inspiración de las reducciones del Paraguay. 
Mucho menos conocida que la hazaña guaraní, también el 
14 Biodiversidad de un bosque de galería 
en la Orinoquía colombiana
Casanare fue un experimento novedoso que permitió la pro-
piedad comunal de la tierra y un modelo de producción que 
contribuyó a la prosperidad de sus moradores. La expulsión de 
los jesuitas del Imperio español en 1767 significó también el fin 
de la misión. Más tarde, Bolívar entregó a los llaneros casanare-
ños las tierras de las sabanas como agradecimiento a su partici-
pación en la campaña libertadora. 
Treinta años después, el Casanare es tierra de promisión. Sus 
municipios pujantes crecen y abren las puertas a muchos co-
lombianos que llegan de todos los rincones del país. El Yopal es 
una de las ciudades de mayor crecimiento y se va convirtiendo 
en un polo de desarrollo y reflejo de lo que sucede en todo el te-
rritorio casanareño. Aunque vivió los rigores de la violencia, 
como lo expresé atrás, hoy es, desde el inicio del siglo, un lugar 
pacífico y prometedor.
La Universidad de La Salle compró la Hacienda Matepantano 
y otra franja más al oriente en 1994, en épocas de mucha vio-
lencia. Don Laureano Gómez —no el presidente, sino el due-
ño anterior— la poseyó durante varias décadas. La finca había 
formado parte de las tierras comunales entregadas por Bolívar 
a los patriotas e hizo parte del Hato La Virgen, donde las leyen-
das dicen —nunca lo pude constatar— que Alberto Lleras iba a 
cazar en compañía del presidente Kennedy.
Don Laureano no quería fraccionar la finca y, en los años no-
venta, pocos querían saber del Casanare. La Universidad de La 
Salle buscaba un lugar para la práctica de los estudiantes de 
Medicina Veterinaria y Zootecnia. El Hno. José Vicente Henry 
Valbuena, FSC, para entonces rector de la universidad, conoció 
el lugar y supo de su valor estratégico para la institución. En-
tonces se adquirió. Don Laureano había sido muy responsable 
15Presentación
x
del cuidado de la hacienda. Originalmente, no había carrete-
ra, pero sí pista para avionetas —de hecho, uno de los mejores 
potreros se llama La Pista—; hace pocos años, cuando se cons-
truyó el nuevo establo, se demolió el depósito de combustible. 
Don Laureano fue meticuloso y muy responsable en el cuidado 
de las “matas de monte” o, mejor llamados por los especialistas, 
bosques de galería. Esa labor encomiable la continuó la universi-
dad; en este punto es posible reconocer el excelente trabajo rea-
lizado durante más de veinte años por el médico veterinario 
Rodrigo González y el siempre leal y comprometido “Nano”. He 
sido testigo de la manera como han reverenciado la naturale-
za en estos bosques, los cuales son fuente de aguas cristalinas 
que sobreviven el intenso verano, así como refugio natural de 
la rica biodiversidad de Matepantano. Como nos lo explicarán 
los autores, aquí se congregan arácnidos, artrópodos, quirópte-
ros, mamíferos, peces, reptiles, aves y más; muchos los conocí 
por primera vez en mis travesías de vacaciones de diciembre en 
esos bosques de riqueza incalculable. Claro, los biólogos de la 
Universidad de La Salle nos quedandebiendo la segunda parte 
de la obra: la flora; es increíble la variedad de pasifloras y ano-
náceas nativas —por citar solo algunas—, de las especies, posi-
blemente endémicas, que pueblan estos bosques. 
Y aquí arribamos a la primera década del siglo XXI. Soñé Uto-
pía con buenos amigos y hermanos de La Salle, comprometi-
dos y creativos durante décadas. Nuestra presencia misional en 
la Colombia profunda nos enseñó que, si Colombia quiere paz, 
esta pasa por el desarrollo rural integral y territorial, el cual, a 
su vez, tiene en la educación un pivote esencial. Y, por supues-
to, con los campesinos como protagonistas. Imaginé la arqui-
tectura del campus que soñábamos construir en el ocaso del 
2008 y el amanecer del 2009. Entonces recorrí a pie y a caballo 
16 Biodiversidad de un bosque de galería 
en la Orinoquía colombiana
cada rinconcito de Matepantano soñando, cavilando, proyec-
tando, encontrando las claves que después los arquitectos de 
planeación de la Universidad de La Salle transformaron en pro-
yecto arquitectónico, proceso constructivo y campus universi-
tario en el 2010. Así llegamos a lo que hoy es Utopía: “un parque 
agro-tecnológico, investigativo, educativo y social. Un concepto 
único y un espacio donde la novedad acontece; una propuesta 
para la reinvención de la Colombia Agrícola y un lugar en el que 
todos aportamos a la construcción del país que nos merecemos”. 
No había mejor escenario para Utopía que la Hacienda Mate-
pantano. La manida frase que en el siglo pasado se oía, no sé 
si como añoranza o lamento, “el futuro de Colombia está en 
los Llanos Orientales”, sí que empieza hoy a tomar sentido. Mu-
chas cosas pasan en estas llanuras y mucha riqueza está por ge-
nerarse, la que tiene y tendrá un gran impacto en la economía 
nacional. Sin embargo, la mayor parte del boom económico de-
pende de la industria petrolera —la cual, aunque pródiga, es 
efímera— y de la ganadería extensiva, que suele ser bastante 
improductiva y depredadora. El Casanare tiene que pensar en 
la agricultura y la ganadería sustentable como recursos reno-
vables e intensivos, en creación de puestos de trabajo, y más in-
clusivos, para generar equidad.
En este contexto, Utopía se ha ido consolidando. El proyecto na-
ció en 2010 y al tiempo que aumentaba el número de estudian-
tes también su infraestructura crecía y se convertía en el único 
campus rural de educación superior. Allí, la Universidad de La 
Salle instauró su programa de Ingeniería Agronómica, proyec-
to que hoy alberga 220 estudiantes —chicos y chicas— proce-
dentes de 24 departamentos y más de 130 municipios del país 
y que, por supuesto, también convoca a un grupo numeroso de 
casanareños. De la primera cohorte, graduada en abril de 2014, 
17Presentación
x
32 ingenieros agrónomos hoy son factor de desarrollo en la ma-
yoría de los municipios de Casanare, y muchos más en los años 
siguientes se juegan la vida y profesión en la ruralidad profun-
da, en la Colombia de la periferia, donde tímidamente florece 
el nuevo país.
Pero Utopía es mucho más que un programa de agronomía. 
Fundamentalmente, es un laboratorio de paz, un centro de in-
vestigaciones agrícolas y ganaderas y un proyecto de forma-
ción de líderes para el apoyo al desarrollo rural y la creación de 
empresa agrícola en el campo colombiano. Esto significa para 
la universidad un reto de gran envergadura: muchos de los es-
tudiantes que viven en el campus han sufrido la violencia del 
país, proceden de la Colombia profunda, donde las oportuni-
dades son prácticamente inexistentes, la pobreza es cotidiana 
y tienen la presión o la tentación de los grupos armados para 
engrosar sus filas. A ellos los ayudamos a encontrar la fe y la 
esperanza en lo que son capaces, hacemos lo imposible para to-
car sus corazones, para despertar la bondad y la solidaridad, y 
les damos la mejor educación técnica y científica, para que sean 
ingenieros que aporten a la construcción del nuevo país. Los 
desafíos son enormes y van desde la atención a sus condiciones 
psicológicas y sociales, hasta la urgencia de conseguir finan-
ciación nacional e internacional para sostener el programa en 
los próximos años.
Durante décadas, los jóvenes campesinos colombianos han sido 
enlistados en los grupos armados; quizás la falta de oportunida-
des y la pobreza hayan contribuido a empujarlos a este conflicto 
que ha manchado de sangre nuestra patria. Utopía es una oportu-
nidad para invertir en la esperanza de un país en paz, generador 
de riqueza y que está llamado a convertirse en una despensa de 
alimentos para un mundo que muere de hambre. 
18 Biodiversidad de un bosque de galería 
en la Orinoquía colombiana
Utopía es una experiencia única de educación superior rural, 
la cual le permite a los estudiantes crecer como personas y en-
contrar un ambiente y un modelo educativo para tener éxito, 
ya que responde a las necesidades de los jóvenes de la ruralidad 
y les permite reencontrarse con la idea de que es posible la paz. 
Ellos están llamados a construir parte de la utopía nacional: 
que en el campo se pueda vivir en condiciones de dignidad, con 
oportunidades, equidad y desarrollo.
Y volvemos a Matepantano y al inmenso valor de esta obra, la 
cual se requería y llega a tiempo. La riqueza biológica que se al-
berga en este pedacito del territorio necesita ser conocida, di-
vulgada y cuidada. No podríamos sentirnos tranquilos si, al 
mismo tiempo que cuidamos de los estudiantes para formar-
los como hombres y mujeres probos y profesionales, no cuidá-
ramos el entorno donde se congrega este oasis de esperanza. 
Suele suceder que no se ama lo que no se conoce y este traba-
jo académico es un aporte esencial para ayudarnos a entender 
que no puede haber desarrollo humano sin preservar el hábi-
tat, que no habrá humanismo si no se incluye el cuidado del 
medio ambiente y que no habrá paz ni desarrollo sostenible si 
no empezamos por cuidar, preservar y reverenciar la Tierra, 
nuestro hábitat. 
Así, con el atrevimiento respetuoso de un neófito en temas bio-
lógicos y diletante en ciencias naturales, no puedo menos que 
expresar mi profunda admiración y agradecimiento al grupo 
de científicos y estudiantes que se pusieron en la tarea de escu-
driñar los rincones alucinantes de la Hacienda Matepantano 
para mostrarnos su riqueza incalculable, la urgencia de cuidar 
y potenciar y la necesidad inaplazable de proteger y preservar. 
Quiero expresar que la lectura del primer tomo no solo fue un 
honor, gracias a la generosidad de Ángela Cristina, sino una 
19Presentación
x
apasionante aventura que revivió en mí los mejores recuerdos, 
al reencontrarme con muchas especies que alguna vez pude 
observar, al reconocer y descubrir que, ciertamente, eran mu-
chas más las que desconocía. Eso sí, quedo con la expectativa 
de poder leer los otros dos tomos de la obra que nos prometen 
los autores. 
Amable lector, imposible terminar estas líneas sin recordar un 
llamado del papa Francisco, quien nos invita a comprometer-
nos con seriedad al cuidado y preservación del único hábitat 
donde puede florecer la vida, en especial, la humana. Es urgen-
te replantearnos nuestro papel indelegable de cuidadores de la 
naturaleza, de defensores de la vida, de propiciadores del desa-
rrollo humano, con el fin de que este sea sostenible. Un man-
damiento del decálogo de Utopía nos enseña: “Apasionados por 
la Tierra”, y esto implica conversión ecológica, cambio de nues-
tras actitudes frente a la naturaleza a la que continuamente de-
predamos, conocimiento de la riqueza natural que nos rodea 
y compromiso para preservar y defender. Así que no hay otro 
camino para hacerlo que entender y practicar que: “Si se quie-
re conseguir cambios profundos, hay que tener presente que 
los paradigmas del pensamiento realmente influyen los com-
portamientos. La educación será ineficaz y sus esfuerzos serán 
estériles si no procura también difundir un nuevo paradigma 
acerca del ser humano, la vida, la sociedad, y la relacióncon la 
naturaleza” (LS, 215).
Hno. Carlos G. Gómez Restrepo, FSC
Introducción
21Introducción
x
Introducción
Según la Real Academia Española de la Lengua (2018), la pala-
bra utopía proviene del latín utopia, descrita por Tomás Moro en 
1516 como una isla imaginaria con un sistema político, social y 
legal perfecto. Así, se define como un plan, proyecto, doctrina o 
sistema deseable, que parece de muy difícil realización o como 
una representación de una sociedad futura con características 
favorecedoras para el bien humano.
Una utopía es, entonces, la concepción humana de un mundo 
ideal, desarrollada por una persona, la cual depende de sus de-
seos, motivaciones y experiencias. Este deseo por ese mundo 
ideal llevó a la Universidad de La Salle, en manos del hermano 
Carlos Gabriel Gómez Restrepo, FSC, a pensar en una forma-
ción de calidad incluyente, con la convicción de que la educa-
ción es el camino para la construcción de un mundo más justo, 
pacífico y próspero. 
Para llevar a cabo este maravilloso proyecto, la Universidad de 
La Salle adquirió la Hacienda Matepantano, ubicada en el mu-
nicipio de Yopal, Casanare, donde actualmente se encuentra el 
campus universitario de Utopía. Desde 2010, el campus abrió 
22 Biodiversidad de un bosque de galería 
en la Orinoquía colombiana
Campus de Utopía en la Hacienda Matepantano
Bosque de galería presente en la Hacienda Matepantano
23Introducción
x
sus puertas a estudiantes de diferentes zonas del país víctimas 
de la violencia y la pobreza en Colombia, para iniciar estudios 
en el programa de Ingeniería Agronómica (Gómez, 2010).
A partir de 2013, la Hacienda Matepantano se convirtió en un 
centro de investigación y capacitación, donde el programa de 
Biología de la Universidad de La Salle, en especial el grupo 
de investigación Bioprospección y Conservación Biológica, ha 
visualizado el campus de Utopía como una oportunidad para 
el desarrollo de investigación formativa e integral; así, desde 
esta fecha, se han realizado un número importante de salidas 
de campo, trabajos de grado y proyectos en la línea institucio-
nal de investigación en biodiversidad. A partir de los resultados 
obtenidos, nació la iniciativa de escribir este texto, organizado 
en varios tomos, con el objetivo de aportar a la comprensión del 
estado actual de la biodiversidad, no solo de la Hacienda Mate-
pantano, sino de la Orinoquía colombiana, enfocados princi-
palmente en la biota de los bosques más importantes, como son 
los denominados bosques de galería.
Los bosques riparios o de galería de la Orinoquía colombiana 
hacen referencia a coberturas vegetales que bordean un cuerpo 
de agua tipo río o riachuelos; estos se caracterizan por presen-
tar una vegetación tipo caducifolia, con una marcada presencia 
de palmeras y de otras familias, como leguminosas, moráceas y 
melastomatáceas (Kellman, Tackaberry, Brokaw y Meave, 1994). 
La flora y fauna presente en estas áreas es en sí misma única y 
diversa; sin embargo, ha sido pobremente examinada y muy 
intervenida. Del estudio de los bosques de galería depende la 
conservación de la gran riqueza biológica que alberga; además, 
de estas zonas depende en gran medida la calidad del agua y la 
protección de la degradación de las cuencas hidrográficas y los 
servicios ecosistémicos que proveen.
24 Biodiversidad de un bosque de galería 
en la Orinoquía colombiana
Este libro forma parte de una serie de tres tomos: el I presenta 
una aproximación inicial a la descripción de grupos represen-
tativos de la fauna presente en la Hacienda Matepantano y se 
encuentra organizado por capítulos. En su primera parte, reve-
la una aproximación a los factores climáticos y a los usos del 
suelo; luego, de una manera general, se describen los principa-
les grupos biológicos, destacando en cada uno de ellos aspectos 
generales, importancia y diversidad. Los diferentes grupos que 
representan la fauna de la hacienda son una muestra impor-
tante de la riqueza presente en la Orinoquía colombiana; por 
último, aborda la visión de la hacienda como Centro de Inves-
tigación y Capacitación de Universidad de La Salle.
La información que aporta este texto contribuirá al conoci-
miento de la biodiversidad existente en la hacienda y permiti-
rá proyectar medidas que faciliten su estudio, conservación y 
comprensión a mediano y largo plazo, como base para el man-
tenimiento de los servicios ecosistémicos que proporcionan 
los bosques de galería que allí se encuentran. 
Referencias
Gómez, C. (2010). Utopía: nuevo campus universitario lasallista en el Yo-
pal-Casanare. Revista de la Universidad de La Salle, (52), 291-297. Recu-
perado de https://ciencia.lasalle.edu.co/ruls/vol2010/iss52/14/
Kellman, M., Tackaberry, R., Brokaw, N. y Meave, J. (1994). Tropical gallery 
forests. National Geographic Research & Exploration, (10), 92-103.
Real Academia Española. (2018). Diccionario de la lengua española. Madrid: 
Autor. Recuperado de https://dle.rae.es/?id=bCnqw2G
Campus de Utopía, Yopal, Casanare
25Introducción
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Ecosistemas de sabana y bosque de galería presentes en la Hacienda Matepantano
1
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Gelys Mestre
Lucía Cristina Lozano
Biodiversidad de un bosque de galería 
en la Orinoquía colombiana
28
La Hacienda Matepantano, en la cual se encuentra la sede de Uto-
pía de la Universidad de La Salle, está ubicada a 14 km al este de 
la cabecera municipal de Yopal (figura 1). Esta cabecera munici-
pal está localizada en la zona tropical a los 5°19’ LN y 72°17’ LW, 
con una altitud variable entre 160 y 280 m s. n. m. y se caracte-
riza por presentar un clima cálido, con una temperatura media 
de 26,8 °C y una precipitación media anual de 2210 mm, entre 
1979 y 2017. La zona de vida está clasificada como bosque húme-
do tropical (Holdridge, 1967), por tener una precipitación entre 
2000 y 4000 mm y una temperatura media mayor de 24 °C.
Figura 1. Mapa de la Hacienda Matepantano, Yopal, Casanare
Fuente: elaboración propia a partir de mapas extraídos de Google Earth.
Descripción de la zona de estudio
x
29
La estacionalidad de las variables ambientales es uno de los 
principales condicionantes de los factores que inciden en el 
desarrollo de la flora y la fauna de la región. El conocimiento 
de las variables que influyen en la biodiversidad presente en 
la Hacienda Matepantano nos permite desarrollar estrategias 
que conduzcan no solo a la conservación de la biodiversidad, 
sino al desarrollo sustentable del sector agropecuario. 
Los datos de las variables climáticas —registros diarios de pre-
cipitación (mm), temperatura (°C), humedad relativa (%), bri-
llo solar (horas diarias) y evaporación (mm)— se obtuvieron 
del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambien-
tales (Ideam), de la estación más cercana a la hacienda, aero-
puerto de Yopal, ubicada en la latitud 5º19’13’’ LN, longitud 
72º23’15’’ LO y altitud 325 m. Los datos analizados compren-
den entre 1979 y 2017 (figura 2). El análisis de los datos se reali-
zó utilizando el software R (R Core Team, 2017).
Biodiversidad de un bosque de galería 
en la Orinoquía colombiana
30
Figura 2. Comportamiento de las variables climáticas: registros diarios 
de precipitación (mm), temperatura (ºC), humedad relativa (%), brillo solar 
(horas) y evaporación (mm), correspondiente a la estación meteorológica 
Aeropuerto Yopal del Ideam (1979-2017)
Fuente: elaboración propia a partir de los datos suministrados por el Ideam.
Descripción de la zona de estudio
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31
Precipitación
La precipitación a lo largo del año muestra una tendencia mo-
nomodal (figura 3), la cual se distribuye de manera homogénea 
entre los meses de abril y octubre; el promedio mensual acu-
mulado de los últimos 39 años en este periodo del año se en-
cuentra sobre los 250 mm; mientras que el promedio máximo 
se presenta en mayo,con un valor de 337,9 mm, seguido por ju-
lio, con 342,3 mm. Enero tiene el promedio acumulado de pre-
cipitación más bajo de todo el año, con 8,7 mm. 
Figura 3. Distribución del promedio acumulado de la precipitación durante 
los diferentes meses del año (1979-2017)
Fuente: elaboración propia a partir de los datos suministrados por el Ideam.
Biodiversidad de un bosque de galería 
en la Orinoquía colombiana
32
En la ventana de observación analizada, en 1986 se registró el 
valor más bajo de precipitación acumulada: 1242 mm. Por otra 
parte, en los años 1981 y 2012 se registraron los mayores valores 
acumulados de precipitación, con valores de 3349 y 3244 mm, 
respectivamente. 
Así mismo, estacionalmente en la Orinoquia colombiana pre-
domina la condición de normalidad en presencia de un fe-
nómeno típico de El Niño o La Niña durante las temporadas 
lluviosas (Montealegre, 2007). En la figura 4 podemos obser-
var que, para el caso de los datos de precipitación tomados de la 
estación meteorológica ubicada en el aeropuerto de Yopal, no 
hay una diferencia significativa cuando se compara la precipi-
tación acumulada mensual de un año típico influenciado por 
los fenómenos de El Niño o La Niña con el promedio mensual 
de los últimos años (1979-2017).
Figura 4. Comparativo entre los promedios de precipitación presentados 
en años en los que ha estado presente el fenómeno de El Niño o La Niña, 
un año sin presencia de los fenómenos y el promedio (1979-2017)
Fuente: elaboración propia a partir de los datos suministrados por el Ideam.
Descripción de la zona de estudio
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Temperatura
En esta región del país los valores diarios medios de tempera-
tura se encuentran por encima de los 20 °C y no sobrepasan los 
34 °C. Las temperaturas más elevadas en los últimos 39 años 
se registran en los meses de febrero, con una media diaria de 
29 °C, y las más bajas se registran en los meses de julio, con una 
media de 25,1 °C (figura 5). 
Figura 5. Distribución del promedio mensual de temperatura (1979-2017)
Fuente: elaboración propia a partir de los datos suministrados por el Ideam.
Biodiversidad de un bosque de galería 
en la Orinoquía colombiana
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Humedad relativa
El análisis de los datos que se presentan en la figura 6 muestra 
que los valores diarios medios de humedad relativa se encuen-
tran entre el 31 y el 100 %. La humedad relativa media más ele-
vada en los últimos 39 años se registra en los meses de junio y 
julio, con una media del 84 y 83 %, respectivamente; por otro 
lado la humedad relativa media más baja se registra en febrero, 
con un valor medio del 59 %.
Figura 6. Distribución del promedio mensual de humedad relativa 
(1979-2017)
Fuente: elaboración propia a partir de los datos suministrados por el Ideam.
Descripción de la zona de estudio
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Brillo solar
El análisis de los datos revela que los valores diarios de brillo 
solar se encuentran entre 1,5 y 11,9 horas diarias. El número de 
horas de brillo solar medio más elevado en los últimos 39 años 
se registra en los meses de diciembre y enero, con valores de 7,7 
y 8,1 horas diarias, respectivamente; el valor más bajo se pre-
senta en el mes de junio, con una media de 4,2 horas medias de 
brillo solar (figura 7).
Figura 7. Distribución del promedio mensual del número de horas de brillo 
solar (1979-2017)
Fuente: elaboración propia a partir de los datos suministrados por el Ideam.
Biodiversidad de un bosque de galería 
en la Orinoquía colombiana
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Evaporación
El promedio máximo de los valores totales mensuales de eva-
poración se presenta en los meses de enero y febrero, con va-
lores promedio de 202,7 y 203,6 mm, respectivamente. En los 
meses de junio y julio se registran los acumulados de los pro-
medios mensuales más bajos de todo el año, con valores de 96,2 
y 94,7 mm, respectivamente (figura 8).
Figura 8. Distribución de los valores totales mensuales de evaporación 
(1979-2017)
Fuente: elaboración propia a partir de los datos suministrados por el Ideam.
Descripción de la zona de estudio
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Balance hídrico
El cálculo del balance hídrico de la Hacienda Matepantano se 
llevó a cabo siguiendo la metodología de Thornthwaite y Ma-
ther (1957), a partir de los datos mensuales termopluviométri-
cos del promedio de los últimos 10 años (estación aeropuerto 
de Yopal). Los resultados muestran un periodo de excedente hí-
drico entre los meses de abril a noviembre y un déficit hídrico 
entre los meses de diciembre, enero, febrero y marzo. La mayor 
sobrecarga se presenta en los meses de mayo a julio (figura 9).
Figura 9. Balance hídrico de la Hacienda Matepantano
Fuente: elaboración propia a partir de la metodología de Thornthwaite 
y Mather (1957).
Exceso de agua
mes
m
m
Déficit de agua
Utilización de la humedad 
por el suelo
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en la Orinoquía colombiana
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Descripción de la zona de estudio
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Referencias
Holdridge, L. R. (1967). Life zone ecology. San José: Tropical Science Center.
Montealegre, J. (2007). Modelo institucional del Ideam sobre el efecto climático 
de los fenómenos El Niño y La Niña en Colombia. Bogotá: Instituto de Hi-
drología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam). Recuperado 
de http://www.ideam.gov.co/documents/21021/440517/Modelo+Ins-
titucional+El+Ni %C3 %B1o+-+La+Ni %C3 %B1a.pdf/232c8740-c6ee-
4a73-a8f7-17e49c5edda0
R Core Team. (2017). The R Project for Statistical Computing. Recuperado de 
https://www.r-project.org/
Thornthwaite, C. W. y Mather, J. R. (1957). Instructions and tables for 
computing potential evapotranspiration and the water balance. Cli-
matology, 10(3),181-311.
Ecosistemas de sabana y bosque de galería presentes 
en la Hacienda Matepantano
Estudiantes del programa de Ingeniería Agronómica de la Universidad de La Salle, sede Utopía
	Biodiversidad de un bosque de galería en la Orinoquía colombiana: fauna en la Hacienda Matepantano
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