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LA POLíTICA EXTERIOR DE LA ADMINISTRACIÓN 
CLINTON* 
Richard N. Gardner 
Embajador de los Estados Unidos de América en Espar%. 
Quiero comenzar por agradecer al director del CESEDEN, el TG don Javier Pardo de San- 
tayana y Coloma, su invitación de dirigirme a este distinguido grupo militar como parte del 
ciclo de esta Institución sobre cuestiones de política exterior y seguridad. Nuestra Emba- 
jada ha trabajado estrecha y fructíferamente con el CESEDEN en promover un intercam- 
bio sincero y claro de puntos de vista sobre cuestiones de seguridad. La semana pasada 
el CESEDEN recibió a un grupo de oficiales militares de nuestra Escuela Nacional de 
Defensa para una sesión sobre la seguridad europea, que fue el punto culminante de su 
visita. Me honra estar aquí esta tarde para seguir nuestro diálogo y para compartir con 
todos ustedes algunas perspectivas adicionales del otro lado del Atlántico. 
Como todos saben, nuestros dos países participan actualmente en un proceso tridimen- 
sional de reforma de la OTAN encaminado a fortalecer la Alianza mediante una mayor 
capacidad de respuesta ante el actual ambiente internacional de seguridad. Les puedo 
asegurar que Estados Unidos está profundamente comprometido con este proceso de 
modernización. Alcanzar un acuerdo con nuestros aliados de la OTAN en cada dimensión 
de este proceso -la adaptación interna, Ja ampliación externa y los nuevos papeles y 
misiones- no es una opción sino un principio central de la política exterior de la Adminis- 
tración Clinton. 
Quisiera comenzar por describir el enfoque global en materia de política exterior que, en 
mi opinión, caracteriza la Administración Clinton y luego explicar las siete áreas que actual- 
mente reciben una atención prioritaria. Al final, diré algunas palabras sobre el efecto de la 
nueva mayoría republicana en nuestro Congreso sobre la configuración de la política exte- 
rior estadounidense. 
Entre los extremos del aislacionismo y el unilateralismo, creo que la Administración Clinton 
>ha encontrado un punto de equilibrio que me gusta llamar el 4nternacionalismo práctico>> 
-es decir, una colaboración con otras naciones-, siempre que sea posible, en las insti- 
tuciones regiona1es.y mundiales en pro de intereses compartidos de paz, progreso econó- 
mico y derechos humanos. La mayoría de los ciudadanos estadounidenses no tiene nin- 
gún deseo de dar la espalda al mundo, pero tampoco desea que Estados Unidos sea la 
policía del Mundo. Nuestro pueblo quiere que otros paises compartan más el peso de man- 
tener la paz y apoyar el crecimiento econbmico mundial, pero creo que existe un amplio 
’ Conferencia pronunaada en el paraninfo de este Centro, el pasado dia 30 de mayo 
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apoyo por parte del pueblo y del Congreso para que Estados Unidos continúe su liderazgo 
en el Mundo. 
Siete prioridades en política exterior 
Hay siete prioridades en la política exterior de Estados Unidos, son las siguientes: 
1. Reforzar la Alianza Atlántica y construir una nueva arquitectura de seguridad europea. 
2. Asegurar nuevos progresos en la reducción de las barreras al comercio e inversión 
exterior. 
3. Contrarrestar la proliferación de armas de destrucción masiva y los medios de entrega 
de las mismas. 
4. Trabajar activamente para mantener el impulso hacia una paz global y duradera en 
Oriente Medio. 
5. Ofrecer liderazgo -político y militar- para asegurar la aplicación de los Acuerdos de 
Dayton para resolver el trágico conflicto en la antigua Yugoslavia. 
6. Proteger el medio ambiente mundial a través del desarrollo sostenible. 
7. Reformar y fortalecer el sistema de las Naciones Unidas. 
Permítanme exponerles cada una de estas áreas brevemente. 
Arquitectura de seguridad europea 
Profundos lazos políticos, económicos y culturales siguen haciendo esencial la seguridad 
y prosperidad de Europa para nuestra propia seguridad y prosperidad. Queremos mante- 
ner fuertes relaciones con Europa Occidental, consolidar la democracia en Europa Central 
y la antigua Unión Soviética, y contar con Rusia como socio responsable. Estamos persi- 
guiendo estos objetivos a través de la continuada transformación de la OTAN y de su aper- 
tura hacia el Este, el refuerzo de la Organización para la Seguridad y Cooperación en 
Europa (OSCE), la profundización de nuestras relaciones con la Unión Europea (UE), y el 
desarrollo de una relación de cooperación entre la OTAN y Rusia para promover la segu- 
ridad europea. 
La OTAN sigue siendo el ancla del compromiso norteamericano en Europa y la piedra 
angular de la seguridad transatlántica. Si bien la misión de la OTAN sigue siendo la misma 
-la de defender y promover la seguridad de cada uno de sus dieciséis miembros- la 
Alianza ha iniciado una serie de cambios que le han permitido adaptarse a las nuevas rea- 
lidades internacionales. Estados Unidos está comprometido a continuar firmes en la tarea 
de poner en práctica estos cambios históricos. En la reunión ministerial de la OTAN, a prin- 
cipios de diciembre, nos ha alentado el progreso logrado: la conclusión con éxito de la pri- 
mera fase y la iniciación de la segunda de la ampliación de la OTAN; una Asociación para 
la Paz (PfP) y un Consejo de Cooperación del Atlántico Norte que están activamente invo- 
lucrados en consultas en materia de seguridad y en ejercicios conjuntos con más de 30 
Estados europeos no miembros de la OTAN; así como el lanzamiento de Ia operación mili- 
tar de más envergadura de la OTAN -la Fuerza de Implementación de la OTAN (IFOR) en 
Yugoslavia. 
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Hablaré en más detalle sobre Yugoslavia más adelante, pero quiero decir algunas palabras 
aquí sobre la contribución de la OTAN a la paz en los Balcanes. En muchos sentidos la 
fuerza de la OTAN de aplicación del plan de paz brinda una oportunidad para resolver algu- 
nas de las cuestiones más difíciles a las que la Alianza ha hecho frente desde la caída del 
muro de Berlín. La IFOR es una operación de la OTAN, pero cuenta con la participación no 
sólo de todos los miembros de la OTAN salvo uno, sino también de muchos países que no 
forman parte de la Alianza, incluida Rusia. No existe mejor medida del rotundo éxito de fa 
PfP que la incorporación ágil y sistemática de fuerzas no miembros de la OTAN en esta 
operación. Los debates teóricos sobre la división de funciones entre varias organizaciones 
europeas de seguridad se han visto sustituidos por una fuerza conjunta y combinada de la 
OTAN que es operativa. 
Tengo otros dos comentarios que hacer sobre la última reunión ministerial de la OTAN. Pri- 
mero, Estados Unidos está muy satisfechos con el nombramiento del ex ministro de Asun- 
tos Exteriores español, Javier Solana, como secretario general. Confiamos en que Solana 
proporcionará la dirección que necesita la OTAN cara al siglo XXI. Su nombramiento es tam- 
bién un reconocimiento de la creciente importancia de España como miembro de la OTAN. 
Segundo, nos complace asimismo la decisión francesa de renovar su participación en los 
Comités Militares de la OTAN, lo que ampliará las consultas militares entre todos sus 
miembros. 
Otra relación clave además de la Alianza Atlántica es la que existe entre Estados Unidos y 
la UE. En diciembre el presidente Clinton vino a Madrid para firmar con el presidente Felipe 
González y el presidente Jacques Santer de la Comisión Europea, un nuevo Programa 
Transatlántico y Plan de Acción. Estos documentos comprometen a Estados Unidos y a la 
UE a pasar de consultas a la acción conjunta en cuatro áreas principales: 
- Hemos asumido compromisos para promover la paz, el desarrollo y la democracia en 
todo el Mundo, con especial hincapié en la reconstrucción de Bosnia, la ayuda a la auto- 
ridad palestina y la construcción de sistemas democráticos y economías de mercado en 
los países ex comunistas de Europa Central y Oriental. 
- Nos hemos comprometido a cooperar frente a los nuevos retos mundiales de la delin- 
cuencia organizada, el tráfico de drogas, el terrorismo y el deterioro medioambiental.- Hemos asumido compromisos para construir un nuevo mercado transatlántico 
mediante la reducción o eliminación de las barreras al libre movimiento de bienes, ser- 
vicios y capitales entre Europa y Estados Unidos y el refuerzo del sistema multilateral 
de comercio a través de la nueva Organización Mundial del Comercio (OMC). 
- Y hemos asumido compromisos para construir nuevos vínculos transatlánticos entre 
nuestros ciudadanos mediante la ampliación de nuestra cooperación educativa, cultu- 
ral y científica, por ejemplo, con el estímulo de intercambios estudiantiles con finan- 
ciación privada y el aumento de la enseñanza de tas lenguas, la historia y la sociedad 
contemporánea de cada uno en las escuelas del otro. 
Creo que no es ninguna exageración afirmar que el nuevo Programa Transatlántico y Plan 
de Acción representan un logro histórico en las relaciones entre la UE y Estados Unidos. 
Tampoco exagero al afirmar que no hubieran sido posibles sin el liderazgo extraordinaria- 
mente hábil de España durante su Presidencia de la UE. 
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Permítanme añadir aquí unas palabras sobre Rusia. Con el derrumbamiento de la Unión 
Soviética y el establecimiento de un gobierno democrático en Rusia, tenemos una oportu- 
nidad sin precedentes para construir una relación cooperativa y de mutuo beneficio con 
este país, así como para integrarlo en la vida política y económica del Mundo. Una Rusia 
inestable que revierta a la dictadura, o que se deslice hacia el caos constituiría una ame- 
naza inmediata a sus vecinos y, de nuevo, una amenaza estratégica a Estados Unidos y a 
Europa. Estamos interesados fundamentalmente en ayudar a los reformadores rusos a 
construir una nación que finalmente esté en paz consigo mismo y con sus vecinos. Preci- 
samente porque el futuro de la reforma en Rusia no está asegurado, debemos perseverar 
en nuestro apoyo a las personas e instituciones que luchan por conseguirla. Hemos 
emprendido un amplio abanico de programas para avanzar la reforma democrática y eco- 
nómica en Rusia. Nuestro enfoque está diseñado para reforzar las tendencias democráti- 
cas en Rusia y animar al Gobierno a perseguir planteamientos políticos compatibles con la 
democracia, la reforma económica y las normas de conducta internacionales. 
Ampliar las oportunidades comerciales 
La Administración Clinton ha establecido como una de sus primeras prioridades la apertura 
de mercados y el refuerzo del sistema internacional de comercio. El establecimiento del 
Área Norleamericana de Libre Comercio (NAFTA), la conclusión con éxito de la Ronda Uru- 
guay y la,creación de la OMC fueron pasos históricos. Esperamos ampliar el NAFTA para 
crear un Area de Libre Comercio de las Américas para el año 2005, mientras que trabaja- 
mos con nuestros socios en el Foro Asia-Pacifico de Cooperación Económico (APEC) para 
crear un área transpacífica de libre comercio para el año 2020. 
Hemos reconocido que la expansión del comercio en la Américas y el Pacífico no es sufi- 
ciente en sí mismo, y queremos seguir adelante con Europa, nuestro mayor socio comer- 
cial y de inversión. En esto hemos sido especialmente afortunados porque el Gobierno de 
España identificó las relaciones con Estados Unidos como una prioridad clave en su Pre- 
sidencia de la UE. El nuevo Programa Transatlántico y Plan de Acción ofrecen una firme 
visión de un nuevo mercado transatlántico y hacen una llamada para un estudio conjunto 
sobre la educación y eliminación de las barreras comerciales y de inversión que siguen 
existiendo entre nosotros. 
La clave en nuestros esfuerzos para construir este nuevo mercado transatlántico es la 
acción práctica. Nos hemos comprometido a seguir adelante en varios frentes, incluidos la 
cooperación para la armonización de la normalización de productos y la eliminación de la 
duplicación de las exigencias de verificación, la apertura de las compras gubernamentales, 
la protección de los derechos de la propiedad intelectual, y la armonización de los proce- 
dimientos aduaneros. De especial importancia es el compromiso conjunto de colaborar en 
cuestiones relacionadas con la tecnología informática y las comunicaciones, con el fin de 
promover una 4ociedad Transatlántica de la Información». 
Una razón que nos permite ser optimistas de que prosperarán nuestros esfuerzos conjun- 
tos para crear un nuevo mercado transatlántico es la implicación de nuestras comunidades 
empresariales respectivas. En noviembre, importantes líderes empresariales de Estados 
Unidos y Europa celebraron un 4Xálogo Empresarial Transatlántico)) en Sevilla. Muchas 
de las ideas que surgieron en esta reunión han sido incorporadas al Programa Transatlán- 
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tico y Plan de Acción. Los líderes empresariales que se reunieron en Sevilla prometieron 
seguir trabajando para lograr la realización de sus objetivos, y han convenido reunirse de 
nuevo en noviembre en Boston. Esto dará sin duda un potente estímulo a los gobiernos 
para seguir esforzándose hasta que se consiga finalmente un mercado transatlántico. 
La no profiferación 
A causa del desarrollo tecnológico y del derrumbamiento de la Unión Soviética, las nacio- 
nes e incluso los grupos terroristas cuentan hoy con mayores posibilidades que durante la 
guerra fría para reunir las sustancias necesarias para construir un arma nuclear. Curiosa- 
mente, las mismas reducciones en los arsenales nucleares que hemos intentado lograr 
desde 1990 aumentan el riesgo de desviación de los materiales de las cabezas desman- 
teladas. Esto lo vemos en un nuevo y muy preocupante fenómeno -el contrabando 
nuclear. La mayor amenaza de la sustracción de material de bombas de los arsenales pro- 
cede de los países de la antigua Unión Soviética. Trabajamos arduamente para impedirlo 
mediante la cooperación policial e instando a estos países a acelerar el proceso de des- 
mantelamiento de sus armas nucleares bajo condiciones de seguridad. 
La Administración Clinton mantiene firme su compromiso de promover la causa de la no 
proliferación nuclear. En el año 1995 el apoyo de Estados Unidos para una prohibición 
completa de las pruebas nucleares fue respaldado por Francia y el Reino Unido. Una polí- 
tica de rendimiento cero en materia de pruebas, lo que se conoce como zero-yield, ayu- 
dará a lograr nuestro objetivo de conseguir un Tratado Global de Prohibición de Pruebas 
Nucleares en el año 1996. Además, la entrada en vigor del Tratado START ll y de la Con- 
vención sobre Armas Químicas, constituyen altas prioridades para la Administración Clin- 
ton También continuaremos nuestros esfuerzos para promover el Nuevo Foro como suce- 
sor del Comité de Coordinación de las Naciones Occidentales sobre Transferencia de 
Tecnología en materia de control de exportaciones e instara los Estados de umbral nuclear 
a que firmen tanto el Tratado sobre la No Proliferación Nuclear, como el de No Suministro 
de Materiales Fisibles. 
Paz en Oriente Próximo 
El Mundo ha sido testigo de una profunda transformación en el conflicto árabe-israelí, un 
cambio que no hubiera sido imaginable hace sólo unos pocos años. El proceso de paz lan- 
zado aquí en Madrid ha experimentado notables éxitos: se han firmado dos acuerdos glo- 
bales entre Israel y los palestinos, abriendo el camino hacia el establecimiento de una auto- 
ridad palestina de autogobierno, las elecciones palestinas del Consejo Nacional celebradas 
en el pasado mes de enero, y la feliz eliminación por este órgano la semana pasada de la 
parte del texto, ya de larga existencia, de la Carta de la Organización para la Liberalización 
de Palestina (OLP) que reclamaba la destrucción de Israel. Otras vías del proceso de paz 
en Oriente Próximo también han progresado considerablemente: en noviembre de 1994 
Jordania e Israel firmaron un acuerdo global de paz y han dado pasos hacia la plena nor- 
malización de las relaciones políticas y económicas. Las conversaciones patrocinadas por 
Estados Unidos entre Siria e Israel a principios de este año también avanzaron muchohacia 
el desbloqueo de una de las vías más difíciles del proceso de paz. El camino hacia una paz 
estable en Oriente Próximo ha dado importantes giros y no hay vuelta atrás. 
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Siguen existiendo numerosos y difíciles retos políticos, económicos y sociales en la región, 
el menor de los cuales no es la reciente vuelta a actos desesperados de terrorismo con el 
fin de interrumpir el proceso. El asesinato a sangre fría del primer ministro israelí Isaac 
Rabin, los atentados suicidas, así como los ataques de un lado a otro de la frontera libano- 
israelí han causado daños desgarradores en las vidas de los pueblos inocentes de la 
región. Sin embargo, no han quebrantado la resolución de los pueblos y los gobiernos de 
la región y más allá para construir una paz y prosperidad estable en Oriente Próximo. Nos 
alegra que las Partes hayan acordado un alto el fuego el sábado pasado. Ojalá las costo- 
sas lecciones aprendidas de la renovación de las hostilidades refuercen el incentivo para 
abandonar las armas de guerra y sentarse en la mesa de la paz. 
En nuestro compromiso para perseguir el proceso de paz, mi Gobierno ha tenido el gusto 
de coordinar sus esfuerzos con muchos gobiernos. En Madrid hemos trabajado estrecha y 
productivamente con el Gobierno de España, aportando equilibrio y energía a su liderazgo 
en la UE en cuestiones de Oriente Próximo. 
Conjuntamente con esta vía política, Estados Unidos participa activamente con sus socios 
europeos y los países de la región en la promoción de intercambios económicos y de pros- 
peridad entre los socios en el proceso de paz, así como entre sus vecinos mediterráneos. 
En un importante empeño internacional, Estados Unidos, la UE y otros donantes están 
colaborando con el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional para desarrollar un 
programa de ayuda a los palestinos, que servirá de ancla para los logros de la paz. 
Además, el esfuerzo para atraer al sector privado para que se involucre en el desarrollo de 
Oriente Próximo y el norte de África que comenzó en Casablanca en octubre de 1994, pro- 
gresa a buen ritmo. Una segunda cumbre económica, celebrada en Ammán, Jordania, el 
pasado mes de octubre, fue el producto de una estrecha coordinación entre Estados Uni- 
dos, Europa y los países de la región. La Cumbre de Ammán reunió a gran número de líde- 
res empresariales y gubernamentales. Dio como resultado la creación de varios importan- 
tes vehículos para el desarrollo económico: una Junta Regional de Turismo, un Consejo 
Empresarial y un Banco de Desarrollo de Oriente Próximo. 
Al mismo tiempo, Europa ha subrayado su compromiso a largo plazo con la región medi- 
terránea con la creación de la Asociación Euromediterránea que se lanzó en una confe- 
rencia ministerial en Barcelona a finales de noviembre. Estados Unidos aplaude los objeti- 
vos de este empeño y apoyan el interés de Europa en promover lazos más estrechos con 
sus vecinos del Sur en el ámbito político, económico y cultural. Estados Unidos confía en 
poder consultar y cooperar con la UE en su iniciativa Euromediterránea. 
Conforme se progresa en la vía principal del proceso de paz, siguen existiendo enemigos 
de la paz. Las interrogantes sobre la capacidad en materia de armas nucleares y químicas 
de Irak, así como el continuado desprecio de Saddam Hussein de las sanciones de la 
ONU, siguen amenazando la seguridad regional. El pleno cumplimiento de todas las obli- 
gaciones pertinentes de la ONU constituye la única base posible sobre la que se puede 
considerar alguna mitigación de sanciones. De forma igualmente inquietante, Irán lidera 
actualmente los intentos de poner fin a las posibilidades de paz, siembra el terror y la sub- 
versión en todo el Mundo Árabe, y está implicado en un esfuerzo desbocado para desa- 
rrollar armas nucleares. Por esta razón, el presidente Clinton anunció nuestro embargo 
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total de comercio con Irán. Los países industrializados que sigan comerciando y propor- 
cionando los créditos concesionarios a Irán ayudan a que éste pueda dedicar sus propios 
recursos para patrocinar el terrorismo y socavar loas perspectivas de paz. 
La paz en la anfigua Yugoslavia 
Hemos visto un importante cambio en la situación de la ex Yugoslavia. La combinación de 
nuevos esfuerzos diplomáticos -encabezados por la diplomacia de <<puente aéreo>> del 
secretario de Estado adjunto de Estados Unidos, Richard Holbrooke- y la adecuada apli- 
cación de fuerza militar por la OTAN para hacer cumplir las resoluciones del Consejo de 
Seguridad de las Naciones Unidas consiguieron reunir a las Partes alrededor de la mesa 
de negociaciones y conducirles hacia los Acuerdos de Dayton. 
La comunidad internacional también desempeñó un papel vital en conseguir el éxito de estas 
negociaciones. La UE, desde los mismos comienzos de la crisis en Yugoslavia, ha estado en 
la vanguardia de los esfuerzos internacionales para aliviar las tensiones, primero a través del 
despliegue de misiones de supervisión, y más tarde a través de la aportación de fuerzas mili- 
tares a las UNPROFOR y un importante esfuerzo de ayuda humanitaria en toda la región. 
España, con el despliegue de sus tropas en Mostar y de sus aviones en las operaciones 
Deny Flight y Trueno, ha estado en la cabeza de la respuesta internacional, y ahora desem- 
peña un papel principal en la aplicación -civil y militar- de los acuerdos de paz. 
Estados Unidos, la UE, las Naciones Unidas y otros países están involucrados ahora en 
elaborar y financiar un programa de reconstrucción para ayudar al pueblo de la antigua 
Yugoslavia a que deje atrás los horrores de los últimos cuatro años y conviva en una socie- 
dad multiétnica. Una función vital de este esfuerzo civil será la promoción de principios e 
instituciones democráticas y la preparación de elecciones libres e imparciales en 1996. Al 
mismo tiempo, la IFOR de la OTAN asegura que las partes enfrentadas respeten las dis- 
posiciones de alto el fuego y de la separación de las fuerzas de los Acuerdos de Dayton. 
Protección de/ medio ambiente 
La Administración Clinton ha puesto las cuestiones medioambientales y la lucha contra la 
pobreza en el centro de nuestra política exterior. El secretario de Estado, Christopher, 
anunció el pasado día 9 de abril un conjunto de iniciativas concretas para hacer frente a 
cuestiones medioambientales a nivel mundial, regional y bilateral, incluida la elevación de 
la prioridad de las cuestiones medioambientales en las relaciones bilaterales, la elabora- 
ción de un informe anual sobre retos medioambientales mundiales, y la creación de aso- 
ciaciones entre Organizaciones No Gubernamentales medioambientales, empresas y los 
responsables de la política en materia de asuntos exteriores. La iniciativa del secretario se 
basa en nuestro sólido expediente en materia de protección del medio ambiente interna- 
cional. Hemos dado nuestro firme apoyo a la Comisión de la ONU sobre Desarrollo Soste- 
nible creada para avanzar el cumplimiento del Programa de Río en esta materia, llamado 
el Programa 21. Hemos presionado para finalizar la eliminación en fases de los productos 
químicos que agotan la capa de ozono, hemos instituido un Programa de acción para pro- 
teger las zonas costeras de la contaminación de origen terrestre, hemos firmado la Con- 
vención para Proteger la Diversidad Biológica y hemos aumentado nuestro apoyo a pro- 
gramas internacionales de planificación familiar. 
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En muchas circunstancias, se necesita la ayuda humanitaria para facilitar el desarrollo sos- 
tenible social y económico. Durante la Presidencia de España de la UE, Estados Unidos y 
la UE establecieron un grupo consultivo de alto nivel para la cooperación para el desarro- 
llo y la ayuda humanitaria para permitirnos hacer frente conjuntamente a las complejas cri- 
sis, como la de Bosnia, que han estallado en todo el mundo desde el fin de la guerra fría. 
Estas crisis son, en su mayoría, causadas por la mano del hombre. La ayuda al desarrollopuede ser una herramienta eficaz para evitar que estallen las crisis o para desbrozar el 
camino desde la guerra hasta la paz. La Cumbre Humanitaria celebrada recientemente en 
Madrid emitió un elocuente llamamiento para ampliar los esfuerzos internacionales en 
materia de ayuda humanitaria y para coordinar estos esfuerzos con más eficacia. 
Sir Shridath Ramphal, ex secretario general de la Commonwealth, capturó la esencia del 
reto al que hacemos frente cuando pronunció las siguientes palabras en Río: 
[Cada uno de nosotros -hombre, mujer o niño, rico o pobre, de cualquier fe, raza o 
religión- debe comenzara asumir su doble ciudadanía. Debemos todos pertenecer, 
y tener la sensación de pertenecer, a dos países el nuestro propio y el planeta.» 
Reformar y reforzar la ONU 
Es evidente que el mundo de la posguerra fría necesita las Naciones Unidas. Es igual- 
mente evidente que para ser eficaz la ONU ha de reformular muchas de las formas tradi- 
cionales de funcionar que tiene. Estados Unidos, el contribuyente más importante, desea 
que la ONU sea más eficaz, y está trabajando con países amigos de ideas afines para con- 
seguir este objetivo. 
Ya está en curso un amplio programa de reforma en la ONU, incluida la creación de un ins- 
pector general para combatir el despilfarro, el fraude y la mala gestión. Dos áreas más son 
de gran interés para Estados Unidos: la ampliación del Consejo de Seguridad y las mejo- 
ras en el mantenimiento de la paz. Creemos que la composición del Consejo de Seguridad 
debe evolucionar para reflejar las realidades políticas, económicas y de seguridad de los 
años noventa. Apoyamos la concesión a Japón y Alemania de la condición de miembro per- 
manente y estamos dispuestos a considerar la adición de un número reducido de países 
no europeos siempre que no perjudique la eficacia del Consejo. 
Estados Unidos cree que las misiones de mantenimiento de la paz de la ONU seguirán 
siendo importantes para ayudar a contener el conflicto armado y para proteger la entrega 
de ayuda humanitaria. Estamos a favor de medidas prácticas para mejorar la formación, 
equipamiento, financiación y mando y control de estas misiones. 
Pero ha llegado el momento de reconocer la diferencia entre el mantenimiento de la paz y 
la aplicación de la paz. La ONU no es capaz de hacer cumplir la paz frente a adversarios 
bien armados que no estén dispuestos a cooperar. Esto ha sido ampliamente demostrado 
en Somalia y Bosnia. Para un futuro próximo, las operaciones de aplicación de la paz ten- 
drán que ser realizadas por parte de coaliciones encabezadas por Estados Unidos, como 
en Tormenta de/ Desierto o por la OTAN, como es el caso actual en Bosnia. 
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El Congreso republicano y la Administración Clinton 
Una pregunta que me plantean con frecuencia es si estas prioridades que he mencionado 
resistirán los importantes cambios políticos que se están produciendo en Estados Unidos. 
Por primera vez en 40 años, el Partido Republicano controla ambas Cámaras del Con- 
greso. 
Mi opinión personal es que la política en las primeras cuatro áreas que he mencionado, es 
decir, seguridad europea, comercio internacional, no proliferación y el proceso de paz en 
Oriente Próximo -no serán afectadas significativamente. Existe suficiente consenso bipar- 
tidista para que la trayectoria principal de la política norteamericana en estas áreas no 
cambie. Respecto a las tres últimas -antigua Yugoslavia, desarrollo sostenible y Naciones 
Unidas- existen importantes diferencias de opinión entre la Administración y el Congreso 
republicano. Sin embargo, incluso aquí tengo la esperanza de que los controles intrínse- 
cos en el sistema constitucional estadounidense conlleven a un arreglo. 
Las decisiones importantes del Congreso tienden a ser tomadas por amplias mayorías 
bipartidistas. Esto ha sido el caso con la aprobación del área norteamericana de libre 
comercio y la Ronda Uruguay. Tengo la esperanza de que el presidente pueda seguir con- 
siguiendo estas mayorías, aunque exigirá gran habilidad política y una mutua disposición 
de compromiso para lograrlas. 
Una última palabra sobre España. Estados Unidos considera que España es un amigo y 
aliado cada vez más importante. La Presidencia española de la UE ha sido la más ambi- 
ciosa -y la de más éxito- de los últimos años. Consultamos estrechamente con España 
sobre todas las áreas de política exterior que he descrito, además de otras como, por ejem- 
plo, el Magreb y América Latina. 
Las razones por las que este diálogo entre nuestros países se ha vuelto tan eficaz son 
obvias. Existe un profundo respeto por los conocimientos y la experiencia que cada Parte 
aporta al diálogo y, lo que es más importante, compartimos los mismos valores y los mis- 
mos objetivos. 
Muchas gracias por su atención. Ahora espero sus preguntas y comentarios. 
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