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Dermatosis Acuáticas

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Introducción
A pesar de que nuestro país tiene costas sobre dos 
océanos, es muy poco lo que se publica sobre las der-
matosis relacionadas con las actividades marinas. Tal 
vez, la condición dermatológica más frecuente en este 
campo sea la “picadura” por medusas (aguamala), pero 
como la mayoría de las veces es de resolución espon-
tánea no se le da trascendencia. Dos situaciones espe-
ciales en las que los antecedentes y la localización de 
la dermatosis creaban dudas diagnósticas, nos motivó 
a revisar el tema encontrándonos con diagnósticos di-
ferenciales olvidados o desconocidos y cuyo reconoci-
miento va más allá de un simple ejercicio académico.
Existe una variedad de dermatosis relacionadas con 
las actividades acuáticas: unas, infecciosas; otras, por 
veneno de animales, las cuales se dan en buzos, pisci-
cultores, etc., aunque las ocasionadas por moluscos, 
celentéreos y otros animales invertebrados son más co-
munes entre gente del común1.
Caso 1. Se trata de una paciente de 30 años de edad, 
de raza blanca, abogada, que consultó por presentar 
lesiones pruriginosas en las extremidades inferiores. En 
la cara externa de ambas piernas y en el muslo izquierdo, 
presentaba pápulas eritematosas sobre piel sana, de tres 
días de evolución, que tendían a confluir (Figura 1).Las 
lesiones aparecieron a las pocas horas de salirse del mar 
en Coveñas (Sucre), con prurito que se exacerbó a partir 
de las seis horas. Los síntomas persistieron por lo que 
acudió a la consulta. No refería antecedentes de prurigo 
o alergias cutáneas. Tomó antihistamínicos orales con 
lo que disminuyó el prurito. Se hizo un diagnóstico 
clínico retrospectivo de dermatitis por cercarias.
Resumen
Existen dermatosis relacionadas con las actividades acuáticas, sin embargo, a 
pesar de que en nuestro país contamos con costas sobre dos océanos, es poco 
lo que en nuestro medio los dermatólogos publicamos sobre ello. La derma-
titis por contacto con medusas, o aguamala, la dermatitis por cercarias y la 
erupción del bañista pueden ser frecuentes pero no las diagnosticamos porque 
muchas veces son de resolución espontánea o por desconocimiento de ellas. 
Presentamos dos casos clínicos como ilustración y hacemos una corta revisión 
de estas dermatosis.
Palabras clave: dermatitis por medusas, dermatitis por cercarias, erupción 
del bañista
Summary
There are dermatoses related to water activities, but eventhough our country has 
coastline on two oceans, there are very few articles published about them. Je-
llyfish sting, swimmer´s itch and seabather´s eruption may be frequent in our 
country but not often be diagnosed due to self-limited evolutions or misdiag-
nosis. We present two cases for illustration and to make a short review of these 
dermatoses.
Key words: Jellyfish sting, swimmer’s itch, seabather’s eruption
Dermatosis acuáticas
Aquatic dermatoses
Víctor Otero
1. Médico dermatólogo; docente, Facultad de Medicina, Universidad del Sinú, Montería, Colombia
Correspondencia: 
Víctor Otero
Email: 
otero.victor@gmail.com
Recibido: 6 de febrero de 2012.
Aceptado: 8 dejulio de 2012.
No se reportan conflictos de intereses.
Rev Asoc Colomb DermatolReporte 
de caso
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Caso 2. Se trata de una paciente de 23 años de edad, 
de raza mestiza, secretaria de profesión, que consultó 
por presentar una lesión vesiculosa lineal extensa en 
la cara lateral del tórax, de 5 días de evolución, sobre 
una piel eritemato-violácea. Refería la paciente que 
estando dentro del mar en Coveñas (Sucre) algo le 
“picó”. Inmediatamente sintió ardor y mucho prurito, 
y se le formó en la piel una lesión urticante extensa, 
en banda, sobre la cual aparecieron horas después, 
vesículas y ampollas continuas de disposición lineal, 
en una extensión de 15 cm (Figura 2).En el momento 
del examen la sintomatología había desaparecido. Se 
hizo el diagnóstico clínico de dermatitis por medusas 
o aguamala. 
Discusión
La dermatitis por cercarias es producida por la infestación 
de la piel por larvas de trematodos de los géneros Schys-
tosoma o Trichobilharzia. Los parásitos adultos viven en 
los vasos mesentéricos de patos y gansos, sus huéspedes 
definitivos, y llegan al intestino por vía sanguínea; sus 
huevos salen con las heces, eclosionan y se liberan en 
el agua como miracidios, forma en la que penetran a los 
caracoles y en cinco o seis semanas se transforman en 
cientos de cercarias que al abandonarlos se mantienen 
en la vegetación acuática y en la superficie del agua de 
lagos y mares2,3. Como cercarias entran a un huésped 
definitivo o a uno accidental, como el hombre1,4, al que 
infesta la piel terminando ahí su ciclo vital, aunque es 
posible que este no sea el órgano final5.
En un primer contacto con el parásito, el paciente 
se sensibiliza y hay pocas lesiones y poco prurito. En 
exposiciones repetidas, los síntomas aparecen más 
tempranamente y son más intensos. Las lesiones en 
piel se notan en los sitios inmersos en el agua. Inician 
como manchas eritematosas que en 24 horas se vuelven 
pápulas pruriginosas de 5 a 10 mm y a veces pápulo-
vesículas con escoriaciones; otras veces son ronchas o 
placas edematosas dolorosas6. El diagnóstico se basa 
en la clínica.
En nuestro paciente, la presencia de pápulas y no de 
ronchas, más el antecedente de haber estado en el mar, 
nos sembró duda del diagnóstico inicial de dermatitis 
(como debería llamarse y no picadura) por medusas o 
aguamala, con el cual estábamos familiarizados. Por 
esta razón, consideramos que el diagnóstico de derma-
titis por cercarias está subregistrado.
El número de lesiones no es proporcional a la can-
tidad infectante de cercarias. Sus glándulas secretoras 
liberan peptidasas y aglutininas que en una primera 
exposición estimulan una respuesta inflamatoria en 
la piel formada por citocinas de clase Th1-Th2, neutró-
filos, eosinófilos y mastocitos. En exposiciones repe-
tidas se producen las interleucinas IL-1B, IL-12 e IL-6, 
histamina, Ig E e IgG1 7,8,9.
En la histopatología de estas lesiones se observa una 
imagen inespecífica de vasculitis linfocítica con pre-
sencia de linfocitos en la pared de los vasos producto de 
una reacción de hipersensibilidad tardía5.
La dermatitis por cercarias se puede confundir con pi-
cadura de insectos, prurigo, erupción del bañista, fitofo-
todermatitis y urticaria.
Figura 1. Dermatitis por cercarias, se observan pápulas 
eritematosas agrupadas sobre una piel sana en la cara externa 
de la pierna.
Figura 2. Dermatitis por medusas: se observan ampolla y 
vesículas lineales sobre una piel con equimosis en la cara 
lateral del tronco.
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Dermatosis acuáticas
El tratamiento es sintomático. Los medicamentos an-
tipruriginosos y los corticoides tópicos con antihistamí-
nicos orales son de utilidad. Se recomienda ducharse 
tan pronto como se sale del agua para limpiar el cuerpo 
y prevenir la entrada de más cercarias en la piel.
La medusa es un invertebrado acuático que pertenece 
al filo de los Cnidaria el cual incluye la clase Scyphozoa 
(verdadera aguamala). El término Scyphozoa viene del 
griego skyphos que quiere decir “en forma de copa”, 
aludiendo al aspecto del animal. En los bordes de la 
copa y en los largos tentáculos tiene células especia-
lizadas, llamadas cnidocitos o nematocistos, que li-
beran toxinas al contacto con la piel, que son capaces 
de producir reacciones anafilácticas o citotóxicas1.
En la Costa Caribe colombiana las aguamalas exis-
tentes son de la clase Scyphozoa y Cubozoa10. Esta úl-
tima produce mayor morbilidad. Su presencia es más 
evidente en los primeros meses del año en los mares de 
temperaturas cálidas como los nuestros.
El contacto con medusas origina inmediatamente ron-
chas, vesículas dolorosas y pruriginosas con sensación 
urente, además de eritema yedema. Raras veces llegan 
a causar necrosis. Las lesiones van desapareciendo en 
horas al igual que el dolor. Pueden persistir más tiempo 
en el sitio del contacto o en nuevos sitios debido a una 
reacción de hipersensibilidad de tipo II y IV.
La presencia de serotonina, histamina o de factores 
liberadores de ellas en el veneno, podrían explicar el 
dolor y las ronchas11.
Ocasionalmente, la reacción alérgica urticante puede 
ser generalizada dependiendo del grado de contacto 
y de la edad del paciente, siendo los niños más pro-
pensos11. Se pueden asociar con fiebre, debilidad ge-
neral y espasmos musculares. El diagnóstico se puede 
confundir con fitofotodermatitis o urticaria.
 El tratamiento va encaminado a tres propósitos: neutra-
lizar el veneno, aliviar el dolor y controlar los efectos sis-
témicos. El lavado con vinagre inactiva los nematocistos 
que permanezcan en la piel. Deben evitarse el uso de al-
cohol, orina y bebidas gaseosas, o frotar arena caliente 
porque la mayoría de las veces empeoran el cuadro11,12. 
Como el contacto con agua dulce libera más toxinas, se 
debe usar agua de mar para enjuagar la piel. La papaína 
tópica (Prodegel®) también inactiva el veneno3. Para ali-
viar el dolor es de utilidad el uso de compresas frías o 
bolsas de hielo que proporcionan analgesia inmediata. 
En caso de persistir el dolor se pueden usar analgésicos 
orales; además, deben tenerse en cuenta los antihistamí-
nicos orales y los corticoides tópicos potentes.
La otra dermatosis que se debe tener en cuenta es la 
erupción del bañista (Tabla 1). Esta dermatitis es rela-
tivamente común entre quienes se bañan en el mar Ca-
ribe desde México hasta Suramérica. Es el resultado de 
Figura 3. Chiropsalmus spp. en las playas de Santa Marta; debe 
evitarse su manipulación porque puede producir reacciones en 
la piel.
Dermatosis acuáticas
Etiología Dermatitis por Scyphozoa. 
Dermatitis por cercarias de 
Schystosoma spp.
Erupción del bañista por Linuche 
unguiculata.
Localización áreas expuestas áreas descubiertas. áreas cubiertas y pliegues.
Morfología Ronchas lineales y ampollas.
Manchas eritematosas, pápulas 
y vesículas.
Manchas, pápulas, papulo-vesí-
culas, pápulas urticantes.
Síntomas Dolor, prurito y ardor. Prurito tardío intenso. Prurito intenso.
Evolución
Síntomas inmediatos, lesiones 
en horas, que involucionan en 
días.
Síntomas horas después, que 
empeoran a las 12-24 horas. 
Desaparecen en días, dejando 
pigmentación.
Síntomas cuando están en el agua 
u horas más tarde. Involucionan en 
semanas.
Tabla 1. Dermatosis acuaticas: diagnósticos diferenciales.
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una reacción de hipersensibilidad al contacto con una 
toxina que se encuentra en una células (cnidocitos) de 
los tentáculos de larvas o adultos de aguamalas, espe-
cialmente de Linuche unguiculata 14. Estas toxinas están 
en los nematocistos, unos organelos que pueden perma-
necer después que el animal muere1,6 (Figura 3).
Las larvas o las formas adultas de la medusa, al 
quedar atrapadas entre la piel y el vestido de baño o en 
los pliegues del cuerpo, son comprimidas y liberan la 
toxina que ocasiona manchas o pápulas eritematosas, 
pápulo-vesículas y ronchas, más evidentes en las zonas 
de la piel cubiertas por el vestido de baño. Las lesiones 
pueden ser sintomáticas mientras se está en el agua, 
pero casi siempre el prurito es más intenso horas des-
pués. Pueden aparecer nuevas lesiones días más tarde. 
El antecedente de haber estado bañándose en el mar, 
la distribución de las lesiones y la morfología de las 
mismas orientan al diagnóstico clínico. Debe distin-
guirse de la dermatitis por medusas, las picaduras de 
insectos y la urticaria.
Como los nematocistos adheridos a la piel no liberan 
inmediatamente la toxina, se recomienda desvestirse y 
evitar ducharse con agua dulce al salir del mar pues el 
choque osmótico libera más toxina y aplicar vinagre en 
la piel que cubría el vestido de baño15.
Los corticoides, los antipruriginosos tópicos y los an-
tihistamínicos orales son de utilidad en el control de los 
síntomas. 
Conclusión
Dado que en Colombia tenemos un medio propicio para 
que algunas dermatosis acuáticas se presenten, supo-
nemos que son más frecuentes de lo esperado. 
En el caso de la dermatitis por cercarias aquí presen-
tado, al inicio se hizo una impresión clínica mas no un 
diagnóstico definitivo, porque la morfología y la evolu-
ción prolongada (tres días) no encajaban para un ac-
cidente por aguamala que sería lo habitual en nuestro 
medio; por eso se trató sintomáticamente con corti-
coides tópicos muy potentes y antihistamínicos orales. 
El diagnóstico fue retrospectivo. Referente al paciente 
con dermatitis por aguamala nos llamó la atención la 
persistencia de la ampolla cinco días después del con-
tacto lo que indicaría la intensidad de la reacción. En 
este caso el diagnóstico fue evidente.
Consideramos pertinente tener en cuenta estas derma-
tosis cuando exista la presencia de pápulas, ronchas, 
vesículas o ampollas pruriginosas y el antecedente de 
haber estado en el mar ya que ocasionalmente pueden 
presentarse complicaciones serias.
Agradecimientos
A los biólogos marinos del Proyecto Medusa, a Cristina 
Cedeño por la revisión del manuscrito y a Mauricio Bel-
trán por la fotografía de la Figura 3.
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