Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
But. Soc. Cat. Pediat., 39:313, 1979 ARTROPATÍA HEMOFÍLICA J.L. Alonso Pizarro, J. Tusell Puigbert, S. Creixell Gabás y J.J. Ortega Aramburu * Introducción El mejoramiento del tratamiento sustitutivo en la hemofilia, con la aplicación de los crioprecipitados y los modernos concentrados de factores, ha transformado, en muchos casos, esta enfermedad hematológica, en una enfermedad ortopédica. Actualmente, la artropatía hemofílica es, con mu- cho, la principal complicación ortopédica de la hemofilia, la que deja más secuelas y la más difícil de tratar. Las hemartrosis representan un 70-80 % de los accidentes hemorrágicos que precisan tratamiento sustitutivo en la hemofilia ( 1 ) . Factores condicionantes En el desarrollo de una artropatía hemofílica influyen distintos fac- tores (Tabla I ) : — Déficit de factor severo. — Número de hemartrosis. — Intensidad de las hemartrosis. — Edad. — Actividad física. — Personalidad del paciente. — Situación de la articulación. — Estabilidad de la articulación, — Factor personal. TABLA 1: Factores que influyen en el desarrollo de una artropatía hemofílica. ( ) Clínica Infantil de la S. S. de Barcelona. Director: Prof. Dr. A. Ballabriga Aguado. 313 a) En primer lugar, la frecuencia e intensidad de las hemartrosis está en relación directa con el defecto de factor, hecho ampliamente conocido, y así, la gran mayoría de las artropatías hemofílicas se presentan en aquellos enfermos con un nivel de factor 1 %. b) Cuanto mayor es el número de hemartrosis agudas que sufre una ar- ticulación, mayor probabilidad tiene de presentar una artropatía. En nuestra casuística, la influencia del número de hemartrosis la vemos reflejada en la Tabla II: de aquellas articulaciones con 10 o menos hemartrosis, presentan artropatía sólo un 10 %. En cambio, aquellas articulaciones que han sufrido más de 10 hemartrosis, aun cuando en número absoluto son menos, presentan artropatía casi las dos terceras partes de ellas. Articulaciones con n.° de hemartrosis N.° total de articulaciones N.° articulaciones con artropatía < 10 > 10 122 22 13 14 10,65 63,63 TABLA II: Relación entre número de hemartrosis y artropatía. e) La edad a que se presentan las hemartrosis tiene una importancia pronóstica, pues cuando las hemartrosis se inician a edades muy tempranas pueden condicionar una aparición precoz de secuelas arti- culares (1). d) Los niños y adolescentes, por su mayor actividad física, presentan más hemartrosis que los adultos (1). e) La personalidad de los pacientes también influye, pues está comproba- do que se presentan más hemorragias en los sujetos inquietos y emo- cionalmente inestables. f) La configuración anatómica y situación de las articulaciones interviene haciendo que aquellas articulaciones más periféricas y situadas super- ficialmente, como rodillas, codos y tobillos, presenten hemartrosis con más frecuencia que aquellas articulaciones situadas más profunda- mente y con mejor protección muscular. g) Las articulaciones que dependen de tejidos blandos, músculos, tendo- nes y ligamentos para su estabilidad, son más propensas a las hemo- rragias, como, por ejemplo, sucede con la rodilla. De nuestros pacientes (Tabla III), han presentado al menos una hemar- trosis, un total de 47 hemofílicos, y han sufrido más de 10 hemar- trosis, 20 pacientes. Las articulaciones afectadas mayor número de veces han sido los tobillos, rodillas y codos, articulaciones todas ellas poco estables, periféricas y situadas superficialmente. h) Por último, hay un factor personal que hace que algunos hemofílicos pasen temporadas, más o menos largas, desprovistas espontáneamente de hemorragias articulares, y que no se puede explicar por el tratamiento que lleven (1). 314 NUMERO DE HEMARTROSIS 47 pacientes 72,30 % > 20 pacientes 30,77 % ARTICULACION TOTAL Hombro 6 0,75 Codo 187 23,52 Muñeca 15 1,87 Cadera 8 1,00 Rodilla 203 25,53 Tobillo 360 45,34 Pie 16 2,01 TOTAL 795 100 % TABLA III: Distribución de las hemartrosis. Fisiopatología El proceso que conduce a una artropatia hemofílica se inicia en una articulación sana, en la que, como consecuencia de un traumatismo, más o menos intenso, se produce una hemartrosis aguda, presentándose con dolor intenso, tumefacción articular, aumento de temperatura local, posi- ción antiálgica, etc., que en los niños suele coincidir con el inicio de la dearnbulación, entre el primer y segundo arios de vida (2). La presencia de sangre en la cavidad articular (Tabla IV) produce, como respuesta, una reacción inflamatoria precoz de la sinovial; la repe- tición de estos episodios hemorrágicos agudos, con los cambios que inducen en la sinovial, conduce a una degeneración del cartílago articular y, poste- riormente, a lesiones óseas y deformidades articulares (3). Hemorragia intraarticular Reacción sinovial (precoz) Degeneración cartilaginosa Lesiones óseas Deformidades articulares TABLA IV: Evolución de la artropatía hemofílica. 315 Membrana sinovial Cartílago Liquido sinovial Hueso Cápsula i br osa Cápsula articular Tejido sinovial Nervio sensitivo----' Vasos sinoviales_ Sinoviocitos Vellosidad sinovia Per lost lo Hueso Cartílago Cavidad articular Esquema de una diartrosis Esquema de la membrana sinovial de una diartrosis FIGURA 1: Esquema anatómico de una diartrosis. (Tomado de Cuadernos de Reumatología). FIGURA 2: Esquema anatómico de la membrana sinovial de una diartrosis. (To- mado de Cuadernos de Reumatología). a) Reacción sinovial Las investigaciones de Swanton (4), en perros hemofílicos, mostraron que la primera respuesta a la presencia de sangre en la cavidad articular era una reacción inflamatoria de los tejidos sinoviales (figuras 1 y 2). Las vellosidades sinoviales están aumentadas de tamaño, existiendo infiltración de linfocitos y células plasmáticas. Se ha apreciado depósito de hemoside- tina en las células sinoviales y fagocitosis del pigmento férrico por los macrófagos, en tejido sinovial de hemofílicos humanos. (Figura 3). Roy y Ghadially (5) en estudios de ultraestructura de la membrana sinovial en las hemartrosis humanas demostraron que las células sinoviales pueden fagocitar los eritrocitos, con paso de los hematíes hacia los tejidos subsi- noviales, entre las células de la sinovia. FIGURA 3: Mediante técnicas de tinción especiales, se puede poner de mani- fiesto la presencia de acúmulos de hierro en tejido sinovial hipertrófico. En la fotografía, corte histológico de una sinovial hipertrófica extirpada quirúrgica- mente; el hierro corresponde a los acúmulos más densos. FIGURA 4: Típico aspecto angiomatoso de una sinovial hipertrófica. 316 La hipertrofia de las vellosidades sinoviales, como ha descrito Storti (6), se acompaña de un aumento en tamaño y cantidad de los vasos sino- viales, lo que le confiere un aspecto angiomatoso (figura 4), y facilitará nuevas hemartrosis posteriormente. El exudado fibrinoso se organiza, pro- duciendo adherencias capsulares, reducción del tamaño del espacio arti- cular y limitación de los movimientos articulares. Todos estos cambios de la sinovial conducen a la pérdida de dos de sus más importantes funciones: lubrificación de la articulación y nutrición del cartílago (1). Ekholm (7) y Maroudas (8) demuestran, en contra de la creencia gene- ralmente admitida de que, ya que los condrocitos del cartílago articular no están vascularizados, su aporte nutricio se lo ha de facilitar el líquido sino- vial, otro aporte nutritivo por medio de los capilares epifisarios y yuxta- condrales; así pues, la importancia del factor nutritivo de la sinovial, sin despreciarlo, disminuye en favor de sus propiedades físicas: deslizamiento, adhesividad y elasticidad (3). b) Degeneración cartilaginosa La superficie articular del cartílago queda recubierta, parcial o total- mente, por un tejido fibroso con depósito de hemosiderina y células infla- matorias. Aun cuando era un hecho discutido, Wivoet y cols. (1) han demos- trado el acúmulo de hierro en los mismos condrocitos.La presencia de algunos elementos constitutivos de la sangre, como los factores flogógenos y proteolíticos, el plasminógeno activado por la citoquinasa de los leucocitos (9), el aumento de los enzimas hidrolíticos (10), etc., son otros tantos factores que coadyuvan a la erosión de la superficie articular. e) Lesiones óseas Las lesiones óseas aparecen en una fase más tardía: modificación de los tejidos blandos adyacentes, en ocasiones con osificación; osteoporosis, facilitada por la inmovilización y, en ocasiones, por tratamientos prolon- gados con antiinflamatorios (corticoides); ensanchamiento de las epífisis; aplanamiento del polo inferior de la rotula; estrechamiento del espacio articular; quistes subcondrales; formación de osteofitos; necrosis avascu- lar, más frecuente en cabeza de fémur, aunque también descritos en cabeza de húmero; etc., etc. (11). d) Deformidades articulares Todas estas alteraciones óseas conducen, y con mayor facilidad en niños en los cuales los huesos están en período de crecimiento, a deformi- dades articulares irreversibles, con presentación en flexión, valgo o rota- ción interna, y atrofias musculares importantes, con transtornos de la marcha (11) (12).. Una vez establecidas las lesiones osteocartilaginosas, aun cuando las hemartrosis cedan, la enfermedad continuará su evolución por sí misma (1), y de ahí la importancia de un tratamiento precoz que impida el estableci- miento de secuelas irreversibles. 317 Fig. 5 Fig. 7 Fig. 10 Fig. 6 Fig. Fig. 9 Fig. 11 FIGURA 5: En la rodilla derecha apreciamos un aumento de densidad de partes blandas; cápsula articular aumentada de tamaño y de densidad; rótula des- plazada ligeramente hacia delante; huesos y espacio articular, normales. Corres- ponde a un grado I. FIGURA 6: En la rodilla derecha se aprecia aumento de densidad de partes blandas; aumento de densidad y de tamaño de la cápsula articular; osteoporosis; núcleos epifisarios de fémur, tibia y rótula, algo irregulares; espacio articular, conservado. Corresponde a un grado II. FIGURA 7: En rodilla izquierda se observa un aumento de tamaño de los nú- cleos epifisarios de fémur y tibia, y erosión del núcleo epifisario del peroné; espacio articular, normal. Corresponde a un grado II. FIGURA 8: En la proyección lateral de este codo se aprecia aumento de densi- dad de partes blandas; aumento de densidad, iniciando calcificación, de la cáp- sula; interlínea articular, conservada. Corresponde a un grado II. FIGURA 9: Corresponde a la misma articulación del enfermo de la figura 8, un ario después. Observamos una calcificación de la cápsula articular; erosión del olécranon del cúbito; y pinzamiento articular, como expresión de una destrucción del cartílago, que anteriormente no había aparecido. Corresponde a un grado III. FIGURA 10. — En tobillo izquierdo se aprecia una hipertrofia «en pico» del maléolo interno de la tibia; hay pinzamiento articular. Corresponde a un grado III. FIGURA 11: Tobillo izquierdo, vista lateral. En la cara supero-anterior del as- trágalo apreciamos una destrucción ósea localizada; esta imagen puede corres- ponden a un quiste subcondral, de los que pueden aparecer en grado III-IV, o puede corresponden a una verdadera hemorragia intraósea, que radiológica- mente son indiferenciables. Aspectos radiológicos Todos estos cambios evolutivos que hemos ido mencionando tienen su expresión radiológica que, desde la comunicación de De Palma, se admi- ten, generalmente, clasificados en 4 grados (11) (12) (13). En el grado I, los cambios se limitan a los tejidos blandos, con aumento de tamaño y densidad de los mismos y de la cápsula articular; la afectación ósea, si la hay, se circunscribe a una osteoporosis de la epífisis (Figura 5). En el grado II, se aprecia un leve ensanchamiento de las epífisis, y deformidad de la articulación en un solo plano (generalmente, en flexión). El espacio articular está conservado. Pueden sumarse los cambios citados en el grado I (Figuras 6, 7 y 8). El grado III se caracteriza por presentar un pinzamiento, más o menos acusado, del espacio articular; hay un crecimiento irregular de las epífisis y aparecen quistes subcondrales; la deformidad de la articulación es en mas de un plano (Figuras 9, 10 y 11). En el grado IV, la radiología muestra una esclerosis muy acentuada; el espacio articular está completamente pinzado o es mínimo; hay osteo- fitos; los quistes subcondrales son muy grandes, estando algunos de ellos en comunicación con el espacio articular. En nuestra casuística personal no poseemos ningún caso con articulaciones en grado IV. Tratamiento Artropatía hemofílica crónica. 1) Fase inicial sin secuelas: En cuanto a la artropatía hemofílica crónica, en su fase inicial sin se- cuelas, recordemos que la hiperplasia de la sinovial, consecuencia de los repetidos episodios agudos, es una de las causas de las posteriores alteraciones osteoarticulares (1). El estudio anatomopatológico muestra que las lesiones sinoviales son muy importantes, y que el papel de estas lesiones en la agravación de las secuelas osteoarticulares, si no único, sí es predominante. Es por esto que distintos autores (1) (14) (15) han propugnado el mismo tratamiento que en las poliartritis, es decir, la supresión de la sinovial, lugar de donde parten las repetidas hemorragias intraarticulares, y para esto se han usado dos métodos: la sinovectomía y la sinoviortesís. Anteriormente se ensayaron otros tratamientos. Entre ellos, citemos: 1.°) Férula de inmovilización, asociada a una descarga prolongada de la articulación. Esto conduce a una atrofia muscular, y cuando se suspende este tratamiento se reproducen las hemartrosis. La tendencia actual es totalmente la contraria: inmovilización de la menor duración posible, y ejercicios musculares intensos y prolongados, pero no bruscos, con el fin 319 de conseguir una buena recuperación de la función muscular, que es la mejor protección de la articulación. 2.") Aplicación de antiinflamatorios: aplicados localmente tienen una acción fugaz; aplicados por vía general y durante largo tiempo —caso de los corticoides— producen osteoporosis, y pueden agravar las lesiones osteo- articulares. Han quedado reservados para tratamientos de corta duración. 3.") La radioterapia, a dosis antiinflamatorias, se mantiene en algunos casos determinados —hemofílicos que presentan inbibidor—, pero por sf sola no es terapia suficiente (1). Las pautas de tratamiento que se propugnan en la actualidad son la sinovectomía, la sinoviortesis y el tratamiento profiláctico. 4. 0 ) Sinovectomía: desde la comunicación inicial de Storti, en 1968, sobre sinovectomía en el hemofílico, se han ido sucediendo distintas pu- blicaciones sobre el tema, con resultados dispares según los autores, y manteniéndose aún una controversia sobre el mismo (6) (14) (15). Subsisten aún algunos problemas: así, la intervención requiere una técnica muy cuidadosa, con el fin de eliminar totalmente el tejido sinovial, lo que no siempre es fácil; es necesario, en general, un período prolongado de permanencia en el hospital; es totalmente imprescindible una larga y cuidadosa rehabilitación, bajo la atenta supervisión de un fisioterapeuta que conozca los problemas que presenta la artropatía hemofílica. La duración del tiempo de inmovilización de la articulación aún sigue siendo objeto de discusión, oscilando, según los autores, de 5 a 15 días (1) (6). Astrup (16) y Kwaan (17) han descrito un estado hiperfibrinolítico la articulación sinovectomizada, por lo que la incorporación del ácido épsilon-aminocaproico al tratamiento postoperatorio se ha generalizado. Algunos autores recomiendan, incluso, el empleo de inhibidores de pro- teinasas (Trasylol), que introducen en la articulación al final de la inter- vención (6). Los resultados descritos por Storti, en el sentido de que cesan total- mente las hemorragias de la articulación sinovectomizada, y, más aún, incluso llegan a disminuir los accidentes hemorrágicos de otras articu- laciones (6), es algoque, en nuestra casuística no hemos comprobado a largo plazo, aunque a corto plazo en casi todos nuestros casos había una mejoría. De nuestros pacientes, con artropatía hemofílica crónica y lesiones radiológicas, fueron sinovectomizadas 8 articulaciones en 8 pacientes (Tabla V). El tiempo de evolución promedio de estas articulaciones ha sido de 39 meses, con un tiempo mínimo de control post-sinovectomía de 18 meses, y máximo de 68 meses. Las articulaciones sinovectomizadas han sido 3 tobillos, 3 codos y 2 rodillas. Desde el punto de vista clínico, a largo plazo han evolucionado satisfactoriamente, con un menor número de hemartrosis post-sinovectomía, 3 articulaciones; las otras 5 presentan una evolución clínica desfavorable, ya sea por seguir presentando hemar- trosis en número igual o mayor, o por una deficiente función articular. Radiológicamente, la evolución ha sido desfavorable en 6 articulaciones (18). 320 5.°) La sinoviortesis intenta obtener una esclerosis de la sinovial me- diante la aplicación intraarticular, en rigurosas condiciones de asepsia, de productos químicos, como el ácido ösmico, o radiactivos, como el oro y el itrio. Ahlberg (19) en una serie de 18 hemofílicos con hemartrosis repetidas, practicando sinoviortesis con oro radioactivo refiere buenos resultados en un 85 % de la serie. Hay autores (1) que, en principio, prefieren reservar este método para niños de edad superior a 10-11 arios, basändose en que los elementos radioactivos usados, oro (Au 198) e itrio (Y 90), pueden afectar al cartílago de crecimento y a las gónadas, y el ácido ósmico se ha demostrado, expe- rimentalmente en conejos, que es tóxico para el cartílago articular. Nosotros no poseemos experiencia propia sobre esta técnica. 6.°) La implantación de programas de tratamiento profiláctico —con- sistente en la administración de concentrados de factor, de modo discon- tinuo, con el fin de mantener un nivel mínimo de actividad coagulante que sirva para evitar la aparición de hemorragias espontáneas— y trata- miento domiciliario ha supuesto una nueva posibilidad de tratamiento para estos enfermos, ya que, si bien no se modifican las condiciones patogé- nicas, sí parecen modificar el curso progresivo de la artropatía, al reducir en número e intensidad los accidentes hemorrágicos. En este sentido pa- recen apuntar los resultados iniciales, altamente esperanzadores. TOBILLOS 3 CODOS 3 RODILLAS 2 TOTAL 8 EVOLUCION CLÍNICA A LARGO PLAZO DESFAVORABLE 5 FAVORABLE 3 EVOLUCION RADIOLOGICA DESFAVORABLE 6 FAVORABLE 2 TABLA V: Articulaciones sinovectomizadas. Un grupo de nuestros pacientes con artropatía hemofílica crónica (Tabla VI), con un total de 12 articulaciones afectas, sigue tratamiento profiláctico exclusivo, mediante administración de concentrado de factor a 20 unidades/kg, bisemanal. Cuando se procedió a una valoración global, el tiempo mínimo de duración del tratamiLnto profiláctico fue de 8 meses, el máximo de 51 meses, con un tiempo promedio de 27 meses. Estas 12 articulaciones comprenden 8 codos y 4 tobillos. La respuesta clínica fue satisfactoria en 4 articulaciones, y la evolución radiológica sólo fue 321 peor en 4 articulaciones, permaneciendo estable en las otras 8 (18). Comparando la evolución clínico-radiológica (Tabla VII) vemos que las 4 articulaciones que clínicamente han ido mejor, corresponden a 4 que radiológicamente están estacionadas; en cambio, en el grupo de 8 que han seguido presentando hemartrosis en igual o mayor número, sólo la mitad han empeorado radiológicamente, estando estacionarias las lesiones radiológicas de la otra mitad. Ello nos viene a confirmar la impresión clínica que teníamos de que estas hemartrosis son de menor intensidad. Creemos que ulteriores trabajos, con un número de experiencias mayor, seguirán confirmando esta primera impresión de que el tratamiento profi- láctico, junto con un intenso programa de rehabilitación, constituye una alternativa de tratamiento de la artropatía hemofílica. ARTICULACIONES: 12 CODOS TOBILLOS EVOLUCION CLINICA BUENA 4 IGUAL 4 PEOR 4 EVOLUCION RADIOLOGICA PEOR 4 IGUAL 8 8 4 TABLA VI: Tratamiento profiláctico exclusivo. CORRELACION CLINICO-RADIOLOGICA CLI NI CA MENTE . RADIOLOGI CAMENTE EVOLUTIVA ESTACIONARIA MEJOR 4 0 4 IGUAL 4 2 2 PEOR 4 2 2 TABLA VII Tratamiento profiláctico exclusik 322 II) Fase avanzada con secuelas Una vez se ha llegado a la fase avanzada, con secuelas, corresponde al ortopeda la decisión de actuar quirúrgicamente para mejorar las condicio- nes de vida de estos enfermos, puesto que dichas articulaciones son dolorosas y dificultan la normal función articular (11). Aun con las naturales precauciones, prácticamente cualquier operación quirúrgica se puede realizar, hoy día, en el hemofílico (20). Resum Revisió de la literatura sobre les artropaties hemofíliques, seguida d' una anàlisi de 67 casos personals. Summary A revision of the literature on the haemophilic arthropathy followed by an analysis of 67 personal cases. Bibliografia 1. Wivoet, J., Sultan, Y., Amouroux, J., Allain, J.P.: Problémes orthopédiques et chirurgicaux actuels de l'arthropathie hé- mophilique. Actualités hématologigues, 7: 160, 1973. 2. Marqués Gassol, F., Mateo Monta- ñés, J.: Consideraciones acerca de la ar- tropatía hemofílica. Med. Clín., 58:417, 1972. 3. Sokoloff, L.: Biochernical and phy- siological aspects of degenerative joint disease with special reference to hamo- philic arthropathy. Ann. N.Y. Acad. Sci., 240:285, 1975. 4. Swanton, M.C.: Hemophilic arthropa- thy in dogs. Lab. Invest., 8:1269, 1959. 5. Roy, S., Ghadially, FN.: Ultrastruc- ture of synovial membrane in human he- marthrosis. J. Bone. it. Surg., 49-A:1636, 1967. 6. Storti, E., Traldi, A., Tosatti, E., Da- voli, P.G.: Synovectomy for hemophilic haemarthrosis. Lancet, 2:572, 1968. 7. Ekholm, T., Borback, B.: On the re- lationship between articular changes and function. Acta orthop. scand., 21:81, 1961. 8. Maroudas, A., Bullough, P., Freeman, M., Swanson, S.: Permeability of cartila- ge. J. Bone. it. Surg., 49-B:184, 1967. 9. Lack, CH.: Chondrolysis in arthritis. J. Bone. it. Surg., 41-B:384, 1959. 10. Hilgartner, MW.: Hemofilia en el niño. Problemas musculoesqueléticos. Ed. española, Ed. Pediátrica, Barcelona, Cap. 4:61, 1978. 11. Duthie, R.B.: La artropatía hemofí- lica. Estado actual de su tratamiento (Mo- nografía). XI Congreso Hispano-Portugués de Cirugía Ortopédica y Traumatológica. Valladolid, 1977. 12. De Palma, A.F., Cotler, J.M.: He- mophilic arthropathy. Clin. Ort., 8:163, 1956. 13. De Palma, A.F.: Hemophilic arthro- pathy. Clin. Ort., 52:145, 1967. 14. Pietrogrande, V., Diagnardi, N., Man- nucci, P.M.: Short-term evaluation of sy- novectomy of hemophilia. Brit. Med. J., 2:378, 1972. 15. Storti, E., Traldi, A., Tosatti, E., Da- voli, P.C.: Synovectorny, a new approach to hemophilic arthropathy. Acta Hemat., 41:193, 1969. 16. Astrup, T., Sjolin, RE.: Thrombo- 323 plastic and fibrinoplastic activity of human synovial mernbrane and fibrous capsular tissue. Proc. Soc. exp. Biol. (N. y .) 97: 862, 1958. 17. Kwaan, HG., Astrup, T.: Fibrinolytic activity of reparative connective tissue. J. Path. Bact., 87:494, 1964. 18. Tusell, J., Ortega, J.J., Alonso, J.L., Creixell, S.: Artropatía hemofílica en la edad infantil. Incidencia y resultados del tratamiento. XXI Reunión Nacional de la Asociación Española de Hematología y Hemoterapia. Pamplona, 1978. 19. Ahlberg, A.: Synoviorthesis in he- mophilia with special reference to the use of radioactive gold. Handbook of hemophi- lia. II: F. 49, 727, 1975. 20. Duthie, R.B.: Reconstructive surge- ry in hemophilia. Ann. N. Y. Acad. Sci., 240:295, 1975. 324 00000319 Page 1 00000320 Page 1 00000321 Page 1 00000322 Page 1 00000323 Page 1 00000324 Page 1 00000325 Page 1 00000326 Page 1 00000327 Page 1 00000328 Page 1 00000329 Page 1 00000330 Page 1
Compartir