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Bolet--n-49-2-Nov -extraordinario

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Nuestra Patria, “México”, requiere de profesionistas comprometidos 
con ella, con un alto sentido de la ética profesional y el cumplimiento 
del deber. 
Las especies en peligro de extinción en México 
 
“Tte. de Ings. Juan de la Barrera,” A.C. 
Año 04 No. 49-2 Extraordinario Noviembre- 2017 
http://www.flickr.com/photos/acuarela08/3318133824/
http://www.flickr.com/photos/acuarela08/3318133824/
http://www.flickr.com/photos/acuarela08/3318133824/
http://www.flickr.com/photos/acuarela08/3318133824/
Científicos advierten que estamos en una era de aniquilación 
biológica 
Desde la jirafa hasta el pangolín, miles de especies animales han tenido bajas 
estrepitosas en sus números, una señal de que se acerca una era irreversible de extinción 
masiva, alerta un nuevo estudio. 
La investigación publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences 
califica a la disminución en poblaciones animales como una ―epidemia global‖ y parte de 
―una sexta extinción masiva en curso‖ causada, en buena medida, por la destrucción 
humana de los hábitats animales. Las cinco extinciones anteriores fueron causadas por 
fenómenos naturales. 
Gerardo Ceballos, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, 
reconoció que el estudio está escrito con un tono particularmente alarmante en 
comparación con el estándar de los trabajos de investigación académica. ―Sería poco ético 
en estos momentos no usar este lenguaje para atraer la atención hacia este problema‖, dijo. 
Ceballos enfatizó que él y los coautores, los profesores de la Universidad de 
Stanford Paul Ehrlich y Rodolfo Dirzo, no son alarmistas, pero que los datos científicos 
respaldan sus aseveraciones de que el declive en la población animal y la posible extinción 
masiva de especies en todo el mundo podría ser inminente, y que otros científicos han 
subestimado ambos hechos. 
Los autores sugieren que los estimados anteriores de tasas de extinción global han 
sido demasiado bajos en parte porque los científicos se han enfocado demasiado en la 
extinción completa. 
Se cree que dos especies vertebradas se extinguen cada año, lo que los autores 
recalcan ―no genera suficiente preocupación pública‖ y hace parecer que muchas especies 
no están fuertemente amenazadas o que la extinción masiva es una catástrofe lejana. 
Los cálculos conservadores de científicos dicen que se han extinguido 200 especies 
en los últimos 100 años. La tasa ―normal‖ de extinción registrada durante los dos millones 
de años pasados era de dos especies extintas cada siglo debido a la evolución y otros 
factores. 
Sin embargo, este estudio se fija más en las poblaciones que en las extinciones: la 
desaparición de una población entera y la disminución en los individuos que la componen. 
Encontraron que es un fenómeno que sucede a nivel global, pero que las regiones 
tropicales –con mayor biodiversidad– han sufrido la mayor pérdida en números totales, 
mientras que las regiones templadas han tenido una mayor proporción de pérdida 
poblacional. 
Los autores del estudio vieron las reducciones en un rango de especies —por 
factores como la degradación de su hábitat, la contaminación y el cambio climático, entre 
otros— y de ahí extrapolaron cuántas poblaciones se han perdido o están cerca de hacerlo, 
un método que también usa la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. 
2 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Hallaron que un 30 por ciento de los vertebrados terrestres –mamíferos, aves, 
reptiles y anfibios– han presentado declives y pérdidas en las poblaciones locales. En la 
mayoría del mundo, las poblaciones de mamíferos han perdido el 70 por ciento de sus 
integrantes por la desaparición de sus hábitats. 
Casos particulares que cita el estudio incluyen el del guepardo, que ya solo tiene 
unos 7000 especímenes; los orangutanes de Sumatra y Borneo, con menos de 5000 
animales; los leones africanos, que han perdido el 43 por ciento de su población desde 
1993; los pangolines han sido diezmados, y las jirafas, cuyas cuatro especies ahora tienen 
menos de 100,000 especímenes. 
Jonathan Losos, un profesor de Biología de Harvard, dijo que no sabe si el método 
usado por el estudio ha sido empleado antes, pero que era un ―aceptable primer intento‖ 
para estimar el declive de las especies y las bajas en su población. 
Losos también indicó que es difícil estimar la población de fauna, en parte porque 
los científicos no siempre están de acuerdo sobre cómo se define una población. Aun así 
recalcó que ―es un estudio muy importante y preocupante, que documenta que los 
problemas que tenemos respecto a la biodiversidad son más grandes de lo que se piensa‖. 
Paul Ehrlich, uno de los autores y profesor en Stanford, dijo que la situación era 
similar a la del colapso imaginado de la humanidad por sobrepoblación que previó en su 
libro La explosión demográfica, excepto que el efecto de la actividad humana repercute más 
bien sobre el mundo animal. 
―Hay solo una solución global, y es reducir la escala de la actividad humana‖, dijo 
Ehrlich. ―El crecimiento poblacional y el mayor consumo entre personas ricas está 
impulsando esto‖. Por: Tatiana Schlossberg/The New York 
Times 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 3 
El armadillo de cola desnuda (Cabassous 
centralis). Además de ser una especie en 
peligro de extinción, sólo se puede encontrar 
en las zonas de acahuales y pastizales de la 
Selva Lacandona de Chiapas. 
El perro llanero mexicano o perrito de la pradera (Cynomys mexicanus). Esta especie endémica, 
corresponde a una pequeña región de valles y pastizales de montaña entre los límites de Coahuila, 
Nuevo León, San Luis Potosí y Zacatecas. Viven en madrigueras comunicadas entre sí por una red 
de túneles. En realidad no son perros, sino roedores parientes de las marmotas. 
Galápagos, una reserva en peligro 
Por: José María León Cabrera / New York Times 
A mediados de agosto de 2017, Ecuador le mostró al mundo una foto terrible: en la 
bodega del carguero chino Fu Yuan Yu Leng 999 estaban apilados más de seis mil tiburones 
—entre ellos especies protegidas— que habían sido pescados ilegalmente en las islas 
Galápagos, una de las reservas marinas más importantes del planeta. 
El hallazgo generó una ola de indignación en Ecuador y en el mundo. Sin embargo, 
según científicos, guías del Parque Nacional Galápagos y residentes, la pesca ilegal es un 
mal cotidiano pero no el único que padecen las islas, que entre 2007 y 2010 estuvieron en 
la lista de la Unesco de los sitios Patrimonio de la Humanidad en peligro. 
Tampoco se trata de un problema nuevo. Santiago Bucaram, economista 
especializado en recursos naturales, dice que se remonta a los años noventa, ―cuando los 
barcos chinos se ponían en el límite para recibir el pepino de mar que era capturado por la 
gente de Galápagos‖. 
Daniel Orellana, biólogo experto en geo información y análisis espacial que trabajó 
en el archipiélago, coincide con Bucaram: ―El tema de pesquería ilegal en Galápagos es 
permanente. De hecho, por eso se crea la reserva marina en 1998‖. 
La reserva marina de Galápagos es una especie de corona imaginaria de 40 millas 
náuticas que rodea las costas de las diecinueve islas y más de doscientos islotes. En ella 
está prohibida la pesca, salvo para los pescadores locales. ―Y no solo para salvar especies 
en peligro‖, explica Orellana, ―sino para permitir que las especies comerciales tengan dónde 
reproducirse‖. 
Evitar las capturas ilegales es una forma de proteger la economía local y mantener 
los equilibrios sociales. Por ejemplo, cuando el gobierno de Somalia se disolvió por la guerra 
civil hace más de veinte años, los pescadores somalíes se armaron para defenderse de las 
naves extranjeras que depredaban ilegalmente sus aguas, que muy pronto quedaron sinanimales que atrapar. Entonces se convirtieron en piratas y, entre 2008 y 2017, abordaron y 
secuestraron casi 900 buques…. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
4 
Un guarda parque del Parque Nacional 
Galápagos participa en la inspección del 
buque chino donde se encontraron 300 
toneladas de especies marinas, varias de ellas 
en extinción. Credit Parque Nacional 
Galápagos, vía Asociated Press 
Un ecosistema bajo presión 
El diagnóstico de Sofía Darquea, por 
el contrario, es sombrío: ―Todo está mal en 
Galápagos‖, dice. La dirigente gremial 
menciona el crecimiento de la población, la 
falta de control de lo que ingresa a las islas y 
la calidad del turismo que el Estado promueve 
(y que ha crecido de 160.000 turistas anuales 
en 2006 a 220.000 en 2016). Si al aumento de 
la afluencia turística se le suma la precariedad 
de los servicios básicos en centros poblados 
como Santa Cruz, San Cristóbal, Baltra, 
Floreana e Isabela, la situación podría 
complicarse aún más. 
 
Especies en peligro de 
extinción en México 
En México otro pájaro, el hermoso carpintero imperial (Campephilus imperialis) 
salió de escena con menos dramatismo, pero, como todas las pérdidas, dejó un hueco difícil 
de llenar. Era el carpintero más grande del mundo, de 51 a 56 cm de largo. Los 
machos ostentaban una llamativa cresta roja que terminaba en punta, mientras las hembras 
una cresta negra que se curvaba hacia delante. Su último registro fue en Durango en 1956. 
Aunque la fecha de extinción no es tan precisa; se estima que ocurrió entre 1946 y 1965. 
Pero, no todos los casos históricos deben anotarse en el renglón de las pérdidas. 
Hasta la fecha se hacen esfuerzos para impedir que desaparezca el lobo gris americano 
(Canis lupus bailey), que en la actualidad sólo existe en cautiverio. Como parte de un 
programa para preservarlo creado en 1980 entre Estados Unidos y México, se pueden 
ubicar 200 descendientes de cuatro individuos fundadores. 
Estas mismas medidas no se han podido llevar a cabo con otros animales que se han 
ido para siempre del territorio mexicano y de la Tierra –¿al Limbo?–, como el oso gris, el 
periquito de Carolina y la rata canguro de San Quintín. 
La copiosa biodiversidad de México 
México es uno de los cinco países que pueden preciarse de una diversidad 
biológica abundante. Así, puede decirse que es megadiverso, lo que significa que la 
superficie nacional es privilegiada en lo referente a tipos de ecosistemas, así como al número 
y la variación genética de las especies. 
En la república mexicana se encuentra 10% de las especies existentes en el 
planeta, de las cuales alrededor de 50% son especies endémicas, y su existencia se 
limita a una determinada zona. Lo demuestran las 1,681 especies de mamíferos, las 
1,054 especies de aves –más de las que habitan en Estados Unidos y Canadá juntas– y 
las 704 especies de reptiles, 51% de ellas endémicas, por tanto cabe destacar con 
excepción de Australia no hay otra región en el mundo que cuente con tantas. 
En la fauna endémica se encuentran rangos de distribución muy restringidos, 
limitados a una isla o a una determinada región del país, como por ejemplo el charal 
tarasco (Chiostoma charari), al cual sólo se le conoce en un pequeño lago alimentado 
por el manantial La Mintzita, situado a ocho km al oeste de Morelia. 
Pero la riqueza de la biodiversidad de México no es infinita. Últimamente se ha 
visto muy mermada y año tras año se puede apreciar con fotos aéreas e imágenes desde el 
espacio cómo desaparecen selvas, bosques y otros tipos de vegetación nativa que ponen al 
borde de su existencia a una creciente cifra de animales asociados a ella. De esta manera, la 
situación se torna cada día más delicada, pero como aún no se nota tanto la gente hace 
como que no ve, como que no oye, como que no siente... Pero, ¿hasta cuándo? ¿Hasta que 
sea tarde? 
Los otros animales en peligro de extinción en México 
Ante una realidad que ya no puede ocultarse, el gobierno mexicano está tomando 
cartas en el asunto. 
5 
Ya identificó las especies o poblaciones de flora y fauna silvestres que se encuentran 
en las diferentes categorías de peligro de extinción a lo largo y ancho del territorio nacional y 
a partir de esta información elaboró una serie de listados para mediante la aplicación de un 
método evaluar el riesgo en el que se encuentran algunas. 
Mediante la creación de leyes la autoridad procedió a proteger a todos los ―mexicanos 
amenazados‖. La Ley General del Equilibrio Ecológico y la Ley General de la Vida Silvestre 
sirven para este propósito. Asimismo, ha definido una serie de categorías para unificar 
criterios. 
De acuerdo con la Norma Oficial Mexicana, NOM-059-ECOL-2001, cuando se hace 
referencia al peligro de extinción se trata de aquellas especies cuyas áreas de distribución o 
tamaño de sus poblaciones en el territorio nacional han disminuido drásticamente poniendo 
en riesgo su viabilidad biológica en todo su hábitat natural, debido entre otros a factores 
como la destrucción o modificación drástica del hábitat, aprovechamiento no sustentable, 
enfermedades o depredación. 
En la NOM de 2001 se mencionan 221 animales en peligro de extinción. Entre 
ellos destacan 43 especies de mamíferos, 72 de aves, 14 de reptiles, seis de anfibios, 70 de 
peces y 16 de invertebrados. Cabe señalar que la lista es un intento para aproximarse a la 
realidad, pues existe una revisión continua de acuerdo con un mayor y mejor conocimiento 
de la flora y la fauna de México. 
Respecto de las especies endémicas en peligro de extinción, se pueden enumerar 
ocho de invertebrados, 62 de peces, cinco de anfibios, cinco de reptiles, 38 de aves y 17 de 
mamíferos, de acuerdo con la NOM-059-SEMARNAT-2001. 
Causas y posibles soluciones 
Si bien la civilización ha creado el problema, es también la más indicada para 
impedirlo. Su intervención será necesaria para evitar que tanto los mamíferos y las aves, 
como las tortugas que se detallan a continuación, no pasen a convertirse en piezas disecadas 
dentro de una vitrina de un museo de historia natural. 
Entre los mamíferos en peligro de extinción destacan: 
El oso hormiguero, brazo fuerte, chupamiel (Tamandua mexicana), que vive 
en las zonas tropicales desde Michoacán en la vertiente del Pacífico y la Huasteca potosina 
en la vertiente del golfo hasta Chiapas y la península de Yucatán. Habita los bosques tropical 
y mesófilo de montaña, y los manglares. 
El armadillo de cola desnuda (Cabassous centralis), que se encuentra 
exclusivamente en las zonas de acahuales y pastizales de la Selva Lacandona de Chiapas. 
El multicitado jaguar (Panthera onca), que habita en los planos costeros y en las 
áreas montañosas a lo largo de ambas vertientes desde el sur de Sinaloa y el centro de 
Tamaulipas hacia el sur y el sureste por el istmo de Tehuantepec hasta la península de 
Yucatán. Se puede hallar en manglares, el matorral xerófilo y en los bosques tropical, 
mesófilo de montaña, espinoso, y el de coníferas y encinos. 
El manatí (Trichechus manatus), que se encuentra en los estados de Tamaulipas, 
Veracruz, Tabasco, Campeche, Yucatán, Quintana Roo y Chiapas. Vive en ríos, arroyos, 
lagunas, cenotes costeros y marinos, caletas y bahías adyacentes al mar. 
6 
El mono araña (Ateles geoffroyi), que puede ubicarse en los bosques tropicales, 
selvas altas y medianas de Veracruz, los manglares de Chiapas, en las zonas de selva baja y 
en los petenes en Yucatán. 
El saraguato (Aloutta pigra), que habita desde la península de Yucatán hasta 
Belice y Guatemala; vive en el bosque tropical perennifolio, incluye selvas lluviosas, bosques 
de galería y bosques mesófilos. 
El mono aullador (Aloutta palliata), que habita en México desde Los Tuxtlas, en 
Veracruz, hasta la Sierra de Santa Marta en Chiapas y cerca de Juchitán, Oaxaca. 
El ocelote (Leopardus pardalis), distribuido a lo largo de las planicies costeras del 
Pacífico y del Golfo de México, desde el estado de Sinaloa y Tamaulipas hacia el sur, inclusoen la península de Yucatán. 
El perro llanero mexicano o perrito de la pradera (Cynomys mexicanus), una 
especie endémica correspondiente a una pequeña región de valles y pastizales de la 
montaña ubicada entre los límites de los estados de Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí y 
Zacatecas. 
El teporingo (Romerolagus diazi), correspondiente a una especie endémica sólo 
localizada en las laderas de las montañas del sur y sureste del Valle de México y en el 
Nevado de Toluca. Habita bosques y zacatonales subalpinos y alpinos a los 3 000 mil a 4 300 
m de altura. 
El tigrillo (Leopardus wiedii), que se distribuye en las zonas costeras del Pacífico y 
del Golfo de México desde Sinaloa y Tamaulipas hacia el sur y en la península de Yucatán. Se 
localiza en el bosque tropical, en manglares y en el mesófilo. 
La vaquita marina (Phocoena sinus), endémica de México, vive en el Golfo de 
California. 
Entre las aves están el águila arpía (Harpia harpyja), el águila cabeza blanca 
(Haliaeetus leucocephalus), la grulla blanca (Grus americana), la chara garganta blanca 
(Cyanolyca mirabilis), la cigüeña jabirú (Kabiru mycteria), la cotorra serrana occidental 
(Rhynchopsitta pachyrhyncha), la guacamaya roja (Ara macao), la guacamaya verde 
(Ara militaris), el halcón peregrino (Falco peregrinus), el loro cabeza amarilla (Amazona 
oratrix), el pato real (Cairina moschata), el pavón (Oreophasis derbianus) y el quetzal 
(Pharomachrus mocinno). 
Las tortugas, por su lado, enfrentan en las playas mexicanas todo tipo de riesgos 
que las llevan a la orilla de la extinción. Entre ellas se encuentran la tortuga marina 
caguama (Caretta caretta); la tortuga marina verde del Pacífico o tortuga prieta 
(Chelonia agassizi); la tortuga marina verde del Atlántico o tortuga blanca (Chelonia 
mydas); la tortuga almizclera chopontil (Claudius angustatus); la tortuga riverina 
centroamericana o tortuga blanca (Dermatemys mawii); la tortuga marina laúd 
(Dermochelys coriasea); la tortuga marina de carey (Eretmochelys imbricata); la 
galápago de Mapimí (Gopherus flavomarginatus); la tortuga marina escamosa del 
Atlántico o tortuga lora (Lepidochelys kempi); y la tortuga golfina escamosa del 
Pacífico (Lepidochelys olivacea). 
 
7 
¿Por qué se van? 
Por desgracia, las actividades humanas no son compatibles con la vida salvaje y son 
las que más amenazan a la fauna y la flora. Los entornos se fragmentan y con ellos caen y 
se degradan los ecosistemas. 
A la tala de árboles le sigue de inmediato un insidioso proceso de erosión y poco 
después ocurre una serie de modificaciones que reducen los bienes y los servicios 
ambientales, lo cual sumado propicia la extinción de los animales residentes en la zona. 
De un año a otro se derriban 600 mil has de selvas, bosques y otros tipos de 
vegetación nativa en México equivalentes a la desaparición de un campo de fútbol por 
minuto. 
La mayor parte de esta destrucción se justifica aduciendo fines económicos, como 
destinar tierras a cultivos o pastizales. Se puede afirmar que estos últimos son los enemigos 
declarados de los ecosistemas. También hay que agregar a la lista los incendios. 
De esta manera, tanto la agricultura como la ganadería resultan particularmente 
destructivas. Adicionalmente, los lagos y los ríos están contaminando el entorno con 
sedimentos que arrastran con la fuerza de la lluvia y el viento. 
A este frenesí de barbarie se añaden las actividades ilegales, como la compraventa de 
animales silvestres y la cacería furtiva. La enorme demanda de aves exóticas con fines 
decorativos para residencias y hoteles ha disparado el comercio clandestino y las ha 
convertido en mercancías codiciadas, por lo que su futuro es incierto, con graves 
consecuencias para las poblaciones y los ecosistemas. 
Es frecuente encontrar en los periódicos notas como la siguiente, que fue tomada al 
azar: ―El día de hoy, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, PROFEPA, decomisó 
19 ejemplares de fauna silvestre, algunos de ellos catalogados como ‗en peligro de 
extinción‘, provenientes de Oaxaca, Yucatán, Chiapas y Campeche en mercados ambulantes 
de Atizapán y Nicolás Bravo, Estado de México‖. Da un vistazo al periódico y también 
encontrarás notas semejantes casi todos los días. 
¿Es adecuada la protección? 
Aunque la destrucción de bosques y selvas para convertirlas en tierras de cultivo y 
pastizales con el fin de satisfacer al aumento desmedido de la población no se presenta 
ahora más que como un drama a punto de convertirse en una pesadilla, el gobierno 
mexicano, en coordinación con instituciones académicas y organizaciones no 
gubernamentales realiza esfuerzos para recuperar las especies en peligro de extinción. 
Ahora no sólo se investiga, también se toman acciones concretas para controlar o 
erradicar los factores que provocan los problemas que contribuyen a la disminución de las 
poblaciones de estos animales. De hecho se han firmado convenios con varios países, como 
el de Diversidad Biológica de 1992, del cual surgió la Comisión Nacional para el Conocimiento 
y Uso de la Biodiversidad (CONABIO). 
Esta institución trabaja codo con codo con los científicos mexicanos; fomenta la 
investigación, recopila los datos producidos a lo largo de décadas por los científicos para 
ponerlos a disposición del público interesado en el tema y en la difusión del conocimiento. 
 
8 
La Comisión apoya la realización de proyectos, de los cuales ya más de mil se han 
impulsado y de ellos más de 200 han considerado entre sus objetos de estudio alguna o 
varias especies en peligro de extinción, como la salud de la vaquita, el hábitat del borrego 
cimarrón, el berrendo y el puma; la preservación de la guacamaya escarlata y la 
publicación del libro Las aves de México en peligro de extinción, de Gerardo Ceballos 
González. 
CONABIO se empeña por informar mejor a la sociedad acerca de los riesgos que 
implica la desaparición de una especie, ya que este fenómeno nunca ocurre de manera 
aislada. Cuando se extingue una especie mueren con ella diez más que quizás ni siquiera 
están registradas. 
Otra supervisión importante la brinda la Convención sobre Comercio Internacional de 
Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), que intenta controlar el tráfico 
ilegal de animales y plantas protegidas para evitar que las acciones no constituyan una 
amenaza para su supervivencia. 
Especies en peligro de extinción, una preocupación colectiva 
Si bien es cierto que ha aumentado el interés de la sociedad por participar en el 
rescate de la vida silvestre, sólo una parte muy pequeña está consciente del tamaño del 
problema y su importancia. 
Poco aporta que las personas de la ciudad simpaticen con los animales del bosque y 
emprendan campañas y contribuciones económicas para evitar la tala de árboles, si la 
dicotomía persiste y la falta de control continúa presionando las zonas protegidas. 
Lo cierto es que mientras la actividad en el campo sea incontrolable y bajo una nube 
de pretextos se hieran más los espacios de la diversidad, la perspectiva es catastrófica. 
La conservación de las especies debe ser una actividad que ocupe y preocupe a todos 
y debe ser ahora, cuando aún hay tiempo. Pero de una manera concertada, porque es inútil 
salvar una especie mediante las sofisticadas técnicas de crío-preservación del material 
genético para su futura reproducción, si los bosques, selvas o ríos donde moraba ya no 
responden para sustentarla, sea porque están completamente devastados o que el 
ecosistema ya no da más de sí. 
Cada quien tiene mucho que aportar porque es preciso cuidar lo que resta de la 
biodiversidad y mantener los bosques y las selvas. 
¿A quién sirve una tierra 
yerma donde la flora y la fauna 
solamente quedarán como un 
recuerdo? 
Un vacío sin rugidos, cantos ni 
gritos de alarma, sino un erial poblado 
de fantasmas. 
 
 
 
9 
10 especies en peligro de desaparecer en México 
veo verde 
La categoría especie en peligro de extinción englobaa los series vivos, flora o 
fauna, que por distintos factores están a punto de desaparecer de la faz de la Tierra. De 
acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad 
(CONABIO), entre las 108,519 especies descritas en México, 2.556 están en riesgo —
representando el 2.5%—. 
Según la norma 059 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales 
(SEMARNAT), se establecen tres categorías: 
 Protección especial, con 1,185 especies; 
 Amenazadas, con 896 especies; 
 Peligro de extinción, con 475 especies. 
Entre los animales en peligro de extinción existen 10 especies con el mayor 
peligro de desaparecer. De estas, algunas ya no se pueden ver en libertad —como el 
lobo gris mexicano, cuyos esfuerzo para reintroducirlo a su hábitat en Sonora ha sido 
infructuoso. Otras si las podemos ver, igual, en zoológicos o son consideradas mitos 
entre pescadores. 
El Jaguar La Tortuga Caguama 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
El Ajolote Mexicano La Guacamaya Roja 
 
 
 
 
 
 
 
10 
Gary M. Stoltz U.S. Fish and Wildlife 
Service (Wikimedia) / dominio público 
Bachrach44 / dominio público 
Cristina Bernabe (Wikimedia) / (cc) by-sa Pimnl (Wikimedia) / dominio público 
 
El Oso Negro El Manatí de las Antillas 
 
 
 
 
 
 
 
 
El Lobo Gris Mexicano El Conejo de los Volcanes o Teporingo 
 
 
 
 
 
 
 
 
 El Tapir 
 
 
 
 
 
 
 
 
Las especies entran en la lista, al contar con poblaciones muy reducidas. 
Según CONABIO y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), cuentan con un 
número entre 20 y 12,000 ejemplares en México. 
11 
John Sullivan (Wikimedia) / dominio 
público 
flickker photos (Flickr) / (cc) by-nc-nd 
Marumari (Wikimedia) / (cc) by-sa © Javier Lascuráin, Fundación Doster 
Ryan Poplin (Flickr) / (cc) by-sa 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Forman grupo interinstitucional para proteger a la vaquita marina 
Información tomada de la síntesis informativa de la SAGARPA 11-09-2017 enviado al boletín por 
Virgilio Clemente Gutiérrez Delgadillo 
 
El Gobierno de la República 
mantiene la firme determinación de 
aplicar y hacer cumplir las disposiciones 
establecidas en la Ley General de 
Pesca y Acuacultura Sustentables en 
todo el territorio nacional y, de manera 
especial, en la zona de refugio de la 
vaquita marina, en el Alto Golfo de 
California, aseguró la Comisión 
Nacional de Acuacultura y Pesca 
(CONAPESCA). 
Como parte de estos esfuerzos interinstitucionales para contribuir a la protección, 
conservación y recuperación de la población de vaquita marina se aplica una estrategia 
integral con los esfuerzos de diversas dependencias y entidades federales, en coordinación 
con gobiernos locales y la colaboración de productores pesqueros, científicos, académicos, 
y organizaciones no gubernamentales. 
Explicó que, tanto en el caso de la vaquita marina como de la totoaba, especies 
clasificadas en categoría en peligro de extinción, su administración compete a la Semarnat, 
y la vigilancia corresponde a la Secretaría de Marina (Semar), donde CONAPESCA es 
coadyuvante. 
La CONAPESCA resaltó que en abril 2015 se publicó en el DOF el ―Acuerdo por el 
que se suspende temporalmente la pesca comercial mediante el uso de redes de enmalle, 
cimbras y/o palangres operadas con embarcaciones menores, en el Norte del Golfo de 
California‖. En este caso, se suspendió por 2 años el uso de dichas artes, suscrito por 
los Titulares de Semarnat y de la SAGARPA, y luego se amplió su vigencia hasta el 31 de 
agosto 2017. 
Sin embargo en junio pasado, se publicó en el DOF el Acuerdo mediante el cual se 
prohíben artes, sistemas, métodos, técnicas y horarios para la realización de actividades de 
pesca con embarcaciones menores en aguas marinas del norte del Gofo de California, y se 
establecen sitio de desembarque así como el uso de monitoreo para dichas embarcaciones. 
En esa región del Alto Golfo se cuenta con instrumentos regulatorios para el 
aprovechamiento de la curvina golfina lo que también incide en la conservación de la 
vaquita marina. 
Conjuntamente con la organización ambientalista Environmental Defense Fund 
(EDF) de México, la CONAPESCA trabajan con la pesquería de la curvina golfina, una de 
las más importantes en términos económicos en la región y que ha mejorado 
sustancialmente su desempeño a partir de la mejor información científica disponible. 
12 
La defensa de los Parques Nacionales 
Gabriel Quadri de la Torre 
La conservación de la naturaleza en grandes zonas representativas, de propiedad 
pública, y donde quedan prohibidas actividades extractivas o productivas -excepto el 
turismo, la recreación y la investigación- es rasgo inequívoco de una cima civilizatoria. Es 
idea originalmente puesta en práctica en Estados Unidos en el siglo XIX, y rápidamente 
extendida en diversas naciones. 
Es la idea del parque nacional como propiedad del Estado y patrimonio de todos, 
escenario de identidad y convivencia, sitio de contemplación y disfrute individual y colectivo, 
de generación de conocimiento científico y de civilidad y respeto hacia lo que es de todos. 
El parque nacional es el instrumento de resguardo a perpetuidad del capital biológico 
y ecológico y de los valores escénicos y paisajísticos más profundos de la nación. El parque 
nacional es legado hacia generaciones futuras y ámbito donde se afirma la existencia y 
funcionamiento de un Estado eficaz capaz de garantizar los bienes públicos más esenciales 
para la sociedad así como una plena soberanía territorial y vigencia firme del Estado de 
Derecho. 
Viéndolo así, no es casual que en México, con un Estado débil y un enorme déficit de 
civilidad y Estado de Derecho, no haya cristalizado la idea de los parques nacionales. 
Tengamos en cuenta que el Estado en México perdió prácticamente todo su acervo 
territorial durante la reforma agraria del siglo XX; la propiedad pública (terrenos nacionales) 
fue privatizada y entregada a ejidos, comunidades e individuos. Todo el territorio se 
concibió como un espacio de explotación agropecuaria y forestal. 
Cuando nos dimos cuenta de ese error histórico, era demasiado tarde; nos 
resignamos a tratar de conservar conciliando y negociando con propietarios (ejidos, 
comunidades, individuos) utilizando la figura de reserva de la biósfera, celebrada como 
innovación mexicana, pero que en realidad intentaba paliar la desnudez territorial del 
Estado. 
Los parques nacionales creados en los años 30 del siglo XX por Miguel Ángel de 
Quevedo, o fueron repartidos por el presidente Lázaro Cárdenas, o bien nunca fueron 
pagadas las expropiaciones. La peor paradoja se ilustra con el ex Parque Nacional Nevado 
de Toluca, que, plagado de actividades agropecuarias y forestales ilegales, mejor fue 
degradado a Área de Protección de Flora y Fauna, haciendo legal lo antes ilegal. 
La reserva de la biósfera permite la explotación de la tierra y de los recursos 
naturales en sus zonas de amortiguamiento (que representan su mayor proporción), 
mantiene la propiedad privada de la tierra (ejidal, comunal, individual) y se acomoda a los 
intereses de los propietarios. En las zonas núcleo, la propiedad sigue siendo privada, por lo 
que la conservación tampoco está asegurada a perpetuidad. 
En las Reservas de la Biósfera, la conservación es un subproducto aspiracional. 
Tampoco es posible el acceso para todos a las reservas de la biósfera, ya que son propiedad 
privada; los ciudadanos perdimos el derecho a la tierra. 
Sólo con reservas de la biósfera, y sin parques nacionales operativos, es muy difícil 
desarrollar el ecoturismo o el turismo centrado en la naturaleza, como ocurre en países 
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civilizados donde numerosos y grandes parques nacionales generan cuantiosos 
ingresos y empleos a la población local. 
Parque nacional es una idea fuerte; implica la reafirmaciónde la soberanía del 
Estado sobre el territorio de México, un acto fundamental de gobernabilidad y la 
manifestación de una clara voluntad de garantizar a perpetuidad la conservación de la 
biodiversidad y los ecosistemas. 
Es preciso reconstruir nuestros parques nacionales, crear nuevos y recategorizar 
ciertas reservas de la biósfera como parques nacionales. Claro, eso exige comprar o 
expropiar tierras (preferentemente de manera pactada). Para ello debería crearse un 
fideicomiso nacional de tierras para la conservación y alimentarlo con una fracción del 
actual Impuesto al Bióxido de Carbono. 
Parques nacionales marinos con exclusión de pesca comercial 
El mar está siendo ultrajado por la pesca industrial y ribereña. Pesquerías decaen y 
se colapsan. 
En México, 46.3% de los recursos pesqueros están aprovechándose al máximo, 29% 
se encuentran sobreexplotados y 19% colapsados. (Arrequín y Arcos, Hidrobiológica 
Vol.21 no.3 México sep./dic. 2011). 
Por ello, la pesca tiene que recurrir a niveles tróficos (o eslabones de cadenas 
ecológicas) cada vez más bajos, al desaparecer especies que son predadoras tope. 
Muchísimas especies son víctimas de pesca dirigida o incidental, millones de 
individuos son atrapados y muertos por redes de cerco y de arrastre, por palangres (líneas 
con miles de anzuelos) kilométricos y por redes fijas o de deriva, que exterminan atunes, 
tiburones, mantas gigantes, rayas, tiburones martillo, tortugas, marlines, delfines y otros 
mamíferos marinos, pez espada, etcétera. 
Ecosistemas enteros han sido depauperados, como los arrecifes de coral del litoral 
veracruzano, el Pacífico Central, y el alto Golfo de California así como su porción oriental, 
mientras que diversas especies están siendo llevadas a la extinción como la vaquita marina 
y el atún aleta azul. 
La industria pesquera considera que el mar es de su propiedad, y que todo el 
territorio marino de México le pertenece, incluyendo Áreas Naturales Protegidas (ANP) 
marinas donde la pesca comercial prosigue sin restricciones efectivas. Casi en ningún 
parque nacional marino o reserva de la biósfera se prohíbe eficazmente la pesca, salvo en 
las extravagantes reservas decretadas en diciembre del 2016... ¡a partir de los 800 metros 
de profundidad! Algo insólito que habla del enorme poder de la industria para imponer sus 
intereses. 
Dada la anarquía prevaleciente en el territorio marino de México es fundamental 
recurrir a instrumentos aptos de ordenamiento, regulación y conservación y a facultades de 
la autoridad ambiental (Semarnat) en la forma de Áreas Naturales (plenamente) Protegidas 
marinas con exclusión total de pesca comercial. 
Se trata de cumplir con compromisos internacionales de México, desarrollando 
significativamente la cobertura de ANP marinas con exclusión pesquera, hasta abarcar 
al menos 12% del territorio marino de México (desde la superficie hasta el lecho marino). 
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Esto representaría una garantía para la industria pesquera en sostenibilidad y 
productividad. 
En efecto, se ha comprobado científicamente que las Áreas Marinas Protegidas 
con exclusión de pesca comercial hacen crecer las poblaciones de todas las especies, 
reconstruyen y reequilibran las cadenas tróficas o ecológicas, e incrementan sensiblemente 
los stocks pesqueros y biomasa total de animales y plantas. 
Igualmente, las ANP marinas con exclusión pesquera aumentan el tamaño 
promedio de los animales, así como la diversidad o número de especies. 
De manera importante para la industria pesquera, las especies severamente 
explotadas tienden a mostrar los incrementos más relevantes en sus poblaciones, y cuando 
se eleva su abundancia dentro de una reserva, los adultos se desplazan y colonizan otras 
áreas externas, crecen y se reproducen en el nuevo hábitat. 
La ciencia ha documentado dichos movimientos desde diversas reservas marinas 
hacia otras áreas, lo que mejora las capturas pesqueras fuera de ellas (Spillover Effect) en 
EU, Bahamas, Santa Lucía, Kenia, Filipinas, Australia, Nueva Zelanda, Galápagos, entre 
otros. 
Es de subrayarse que los peces grandes (y otra fauna) dentro de las reservas 
marinas producen más descendencia que los animales de menor talla fuera de ella. 
Así, parques nacionales marinos con exclusión de pesca comercial son un 
imperativo de política pública en nuestro territorio marino, y serían una verdadera inversión 
con elevados rendimientos anuales para la industria pesquera. Ello, independientemente del 
valor económico que representarían como destino de turismo ecológico. 
Parques nacionales mar adentro mexicanos 
En los litorales mexicanos descubrimos santuarios naturales donde existen 
ecosistemas con una asombrosa biodiversidad que les convierte en lugares únicos en el 
planeta. 
Parque Nacional Cabo Pulmo 
 
 
 
 
 
 
 
 
Debido a su carácter de ecotono, resultado de la confluencia de especies 
provenientes de las provincias biogeográficas Panámica, Californiana, e Indo-Pacífico, la 
diversidad biológica que se encuentra es una de las más altas en la costa mexicana del 
Pacífico (Kerstitch, 1989). Estas características, aunadas a la importancia de las actividades 
económicas para los residentes y para la región, así como la factibilidad de su manejo, 
condujeron a la Universidad Autónoma de Baja California Sur a promover su conservación. 
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La Unesco declaró a Cabo Pulmo 
"Patrimonio Natural" debido a su gran 
valor ecológico, ya que representa uno de 
los sitios más ricos del mundo en cuanto a 
especies marinas. 
Se localiza en la zona del Mar de 
Cortés, Baja California Sur, y posee uno de 
los pocos arrecifes coralinos de esta región 
del Pacífico. 
 
Parque Nacional Arrecife Alacranes 
Parque Nacional Archipiélago Espíritu Santo 
 
Este parque nacional posee una serie de pequeñas islas e 
islotes de origen volcánico que son habitadas por cerca de 1200 
especies, entre las que se cuentan mamíferos, reptiles y aves. 
El espectacular entorno de este parque brinda la posibilidad 
de observar colonias de lobos marinos, tortugas, manta rayas y 
tiburones. 
La isla Espíritu Santo se localiza a 25 km de la ciudad de La 
Paz, en Baja California Sur. 
 
 
 
Parque Nacional Isla Contoy 
 
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Debido a la fragilidad de este ecosistema, el acceso es restringido y solo se 
permiten visitas de 200 personas al día. Las embarcaciones hacia isla Contoy salen cada 
mañana desde Cancún, Isla Mujeres y Puerto Juárez. 
 
Sistema Arrecifal Veracruzano 
 
Es considerado una de las maravillas 
naturales de México. Se extiende a través de la 
costa del estado de Veracruz, incluyendo la 
ciudad portuaria de Veracruz, Boca del Río y 
Alvarado. 
Es uno de los sistemas arrecifales 
más grandes de México, con una extensión 
superior a las 50 mil hectáreas. 
 
 
 
La pequeña Isla Contoy es cercana 
a destinos como Isla Mujeres y Cancún. El 
cuidado que se ha puesto en preservarla 
permite que su estado sea casi virgen. 
Aquí se observa una extraordinaria 
variedad de aves y exuberante vegetación 
tropical. Contoy se encuentra junto al 
segundo sistema de arrecifes más grande 
del mundo. 
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Colegio de Ingenieros Militares 
«Teniente de Ingenieros Juan de la 
Barrera», A.C. 
Presa Salinillas N° 400, Col. Irrigación, 
Delegación Miguel Hidalgo, CP 11500, 
Ciudad de México. 
Parque Nacional Arrecife Alacranes 
Es el único arrecife del que se tiene 
registro en el estado de Yucatán y es 
considerado uno de los más extensos del 
Golfo de México. 
De las cinco islas que lo conforman, 
solo la isla Pérez está ocupada por una 
pequeña estación de vigilancia. 
En este sitio anidan tortugas marinas 
y es refugio de cientos de aves, 
especialmente, de una gran colonia de 
pájaros Bobos. 
Las actividades que se pueden realizar son la pesca deportiva, snorkel y buceo 
recreativo. Al ser un área de protegida, no cuenta con hoteles ni restaurantes. Para visitar 
Arrecife Alacranes se llega desde Puerto Progreso, el cual se localizaa solo 30 km de la 
ciudad de Mérida siguiendo la carretera 261. 
 
Recopiló: Cap.1° I.C. Ret. Manuel Lajud Malpica

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