Anarquismo: Locura ou Liberdade?

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Secciones
Bibliografía
Anarquismo: Locura, no libertad
Alan Suresh Vázquez Raposo
"Cada fascismo es índice de una revolución fallida"
Walter Benjamin
La ignominia que padece y goza el mundo ante el capitalismo
salvaje, el terror y alboroto del cambio de moralidades que nos
suscita, las inestables, nulas y fracasadas políticas de estado, el
incremento de pobreza, y un océano infinito de cóleras económico-
sociales justifican la urgencia de pensar en la democracia, los
derechos, la moralidad, etc. como agentes de un sujeto que sufre y
goza, digamos, es necesario repensar al sujeto como sujeto del
sistema y que representa como síntoma el anarquismo.
Hoy en día pensar en el anarquismo es casi sinónimo de
desobediencia, de un acto de violencia en contra de la mirada del
otro igual. Se constituye al anarquismo como un medio para
alcanzar la tan soñada autogestión. Al anarquismo se le resiste
pensarlo como un fin urgente y necesario, por el contrario, se le
circunscribe en el discurso del caos (que no está tan alejado) de la
inmoralidad, en lo contestatario directo. Anarquismo no es
sinónimo de desobediencia per sé, de lo que sigue que no se puede
pensar al anarquismo como una oposición directa al neo
liberalismo, sino una oposición al hombre como hombre, en tanto
su configuración histórica, epistémica, ética e ideológica. Es
esencial dejar de estereotipar, sacrificar y silenciar el anarquismo y
realizar comparaciones que lo simplifiquen, porque justo en la
amplitud de su complejidad es la causa.
La definición más próxima de anarquismo la sugiere Proudhon
(2005) comentando que “La libertad es la igualdad, porque la
libertad sólo existe en el estado social, y fuera de la igualdad no
puede haber sociedad. La libertad es la anarquía, porque no
consiente el imperio de la voluntad, sino sólo la autoridad de la ley,
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es decir, de la necesidad. La libertad afirma la independencia en
términos de infinita variedad, porque respeta todas las voluntades
dentro de los límites de la ley.” Es decir que la representación de
anarquismo es un símil de libertad, ser libre es ser anarquista.
Lapregunta crucial y quizá la crítica más directa es a qué nos
referimos con libertad y de qué nos liberamos.
La idea a realizar suscita sin escrúpulo una discusión directa de
cómo es la forma de estado actual, la cual es la democracia, pues
ésta última se compone por un estadio lleno de inequidades,
desigualdades, robo, y difuminación de rostros (en una palabra
“colonialismo”) que lo único que hacen es legitimar la condición del
soberano, a ese amparo se asientan las negativas de las
adhesiones del pueblo, la operación para el flujo y engranamiento
reproducen transnacionales que dictaminan qué rumbo debe tomar
la legislación según la conveniencia, y como agregado, el uso de
fuerza específica sobre actos de resistencia, esto implica siempre
un mutismo sombrío, así como un silencio obligado para perfilar el
proyecto nación hacia el beneficio de unos pocos. Una de las
actuaciones directas en lo que respecta a la democracia liberal
corresponde al ejercicio del voto como bandera firme de hacer
creer al sujeto que él es quien erige su idea y su posición pero que,
en realidad, y de manera tétrica, ésta idea se acoge en el relieve de
la promesa, un porvenir ilusorio.
La democracia funciona como un dictamen ideológico que se
vende como un intento de salvar a la comunidad de lo uno, el
discurso siempre ha sido por la no diferencia, incluso en la
diversidad hay un régimen de igualdad. La importancia de la
democracia en un sistema actual es la insistencia por hacernos
creer que hay libertad, para la democracia la libertad es la
comunidad, y dentro de ésta existen pequeños grupos que son
comunidad. La comunidad avala al Amo, lo afirma con la bandera
de igualdad, legitima los derechos para legitimarse a sí mismo, los
derechos son del Amo, el Amo tiene su ley y una vez que ha sido
encarnada corta la posibilidad de hacer diferencia puesto que
marca el sendero por donde los pasos han de andar.
Al ser interpelados por el mandato de la democracia, el sujeto debe
cumplir un cometido, rendir tributo a la idea que le persigue de “ser
mejor”, “vivir bien”, “saberser humano”, “auto realizarse”, ese doble© 2020,2021 Revista de Psiquiatría y Neurociencias
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discurso de mandato y de acceso al goce moldean al sujeto a su
precipicio, la democracia es una dictadura disfrazada, un “orden
invisible que sustenta la aparente libertad” (Zizek, 2012), y que al
estar en constante relación es reproducida, la democracia se habla,
se convoca y al hablarse existe un espacio de pérdida, esa pérdida
implicaría dar cuenta de la mentira por donde el discurso se erige y
nos hace creer en la naturalidad de la democracia.
El truco, el engaño es la democracia, es algo borroso, es como una
ilusión que distancia la posibilidad del sujeto de afirmarse a sí
mismo, el excesivo discurso de democracia no es por una idea de
bienestar, es para mantener la lógica de engaño, pero con la ilusión
de ser verdad, cuando se habla de democracia es porque la ilusión
hace de la mentira algo real, algo que se puede aceptar, ese exceso
de democracia no destruye sino confirma y alardea la imposibilidad
del sujeto de romper con la ilusión (o la promesa) de una vida
mejor.
La ilusión atañe al sujeto a las coordenadas de la ley, lo hace para
sí, lo traiciona a su beneficio, la ilusión irrumpe la libertad porque
permite realizar un acto obsceno sin sentir culpa, puesto que es en
nombre de la democracia, en nombre del Amo/r, en nombre de los
derechos. Entre más cercano se esté de la ley menos culpa se
siente, esa lógica aplica en la jurisdicción, si la ley imposibilita al
sujeto, quien esté cerca de la ley acatará sus sauces porque ha
entrado en los hilos de la ilusión que como marioneta dirige al
sujeto a su beneficio.
¿Qué es la ilusión y cómo se ve ligada en los conceptos de
“anarquismo” y “libertad”? Freud (1927) comenta que “Lo
característico de la ilusión es que siempre deriva de deseos
humanos. (...) llamamos ilusión a una creencia cuando en su
motivación esfuerza sobre todo el cumplimiento de deseo; y en
esto prescindimos de su nexo con la realidad efectiva, tal como la
ilusión misma renuncia a sus testimonios.” Así, la libertad es
ofrecida como una ilusión en tanto apele a la posibilidad de
cumplirse, con el uso de la libertad y la ilusión podríamos abogar a
que el anarquismo ofrece una posibilidad de romper la dependencia
entre Amo -esclavo, pero cifrar esa independencia como sinónimo
de libertad está lejos de la idea trascendental (kantiana), sobre
todo porque cuando hablamos de independencia es© 2020,2021 Revista de Psiquiatría y Neurociencias
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específicamente entre gobernantes y gobernados, entonces, la
ruptura que se gesta en la democracia y que se invisibiliza con los
derechos se presenta como libertad.La libertad es una ilusión que
promete un estatus específico pero que avala la condición de “el
nuevo esclavo”, ahora el Amo dejó de rendir al esclavo para
mantenerlo vivo y lo obligó a valerse por sí mismo, esa libertad es
la que se defiende a capa y espada entre tanta trifulca, pues ese
“nuevo esclavo” está obligado (de ello las leyes) a producir sus
condiciones de libertad.
Existe en régimen que dicta cómo es la libertad, Proudhon (2005)
pregunta y sentencia al sujeto diciendo “¿Cómo, buscando la
libertad y la igualdad, ha caído de nuevo en el privilegio y en la
servidumbre? Por su constante afán de imitar al antiguo régimen.”
la problemática que del anarquismo surge no son los actores
inmediatos que deciden qué rumbo toma un proyecto de nación,
sino los replanteamientos que las nuevas estrategias de
dominación sugieren y que el anarquismo no ha contemplado,
aunado a la imposibilidad del propio concepto por realizarse ya que
resulta, como ya se dijo, imposible debido a que opera como una
ilusión bien cifrada, el anarquismo funge como incrustación para
que el sujeto siga produciendo.
La nueva forma de engaño, de explotación, es sutil, la libertad es el
más grande engaño y el dispositivo más adecuado para el sujeto
porque infiere una búsqueda por una condición de vida llena de
placeres, Zizek (2005) afirma que “nos sentimos libres porque nos
falta el idioma para articular nuestra no-libertad”, y es que las
nuevas formas abrazan la estructura de la libertad: los derechos
humanos, la igualdad, acceso a la información, la diversidad de
lenguas, la economía como una no limitante para la convivencia,
todas y cada una de las producciones del sujeto arranca con la
premisa de la libertad, pero al ser una situación que niega la
esclavitud hay que hacer que el régimen entre por un lado y para
ello existen los cuerpos, la explotación pasó de ser algo tangible y
directo y se transformó en lanecesidad por consumir productos que
el propio sujeto hizo con la obtención de su trabajo y que regresó a
manos del patrón. Esa lógica perversa tiene su cimiento en la
nostalgia que da la búsqueda de la libertad y en cómo se defienden
esos valores, así el sistema penetra aún en las formas de libertad
que se predican porque las mismas ideas son impuestas. El© 2020,2021 Revista de Psiquiatría y Neurociencias
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régimen es que no hay régimen, por lo tanto, no es autoritario, es
una imposición subterránea que sondea y cubre al sujeto con su ley
divina.
Fingir es esencial para reproducir el esquema, el juego que el sujeto
sigue es imperativamente seguir los discursos de los derechos,
este “el humano debe concientizar” puesto que juega el papel de
verdugo para sí mismo, proyectando lo mejor de sí para que con
esa máscara el mandato continúe, el sistema circula mejor cuando
el sujeto se cree mejor sujeto, “mejor humano” y es precisamente la
forma en la que la orden se escabulle. No hay libertad mientras el
sujeto juegue a ser mejor cada día.
“Es tremendo el grado de resistencia que hay que vencer para
mantenerse en la superficie; se trata de la medida de la libertad lo
mismo en lo que se refiere a la sociedad que a los individuos;
poniendo la libertad como un poder positivo, como voluntad de
poder. La más alta forma de la libertad individual, de la soberanía,
probablemente no aumentaría lo más mínimo en favor del contrario
allí donde el peligro de la esclavitud pendiese de la existencia como
cien espadas de Damocles. Repásese al respecto la historia o los
tiempos en que el «individuo» se hace maduro, esto es, libre, hasta
llegar a la perfección en que se cuaja el tipo clásico del hombre
soberano; no, no fueron nunca tiempos humanos. Es preciso no
tener facultad de elección; o en alto o en bajo; como gusano,
avergonzado, aniquilado, destrozado. Hay que tener contra sí a los
tiranos para ser tirano; esto es, libre. No es pequeña ventaja tener
sobre la propia cabeza cien espadas de Damocles: así se «aprende
a bailar» y se llega a la «libertad de movimientos».” (Nietzsche,
2006) La posibilidad de resistir al Gran Ojo es en los lugares donde
la libertad no ha alcanzado suengranaje y sólo es posible si se
piensa desde la trinchera de la locura porque justamente ésta como
síntoma rebota el propio discurso del Amo para decir que algo
sucede, para decir que hay algo en contra, el loco es anulado de la
lógica del pensamiento o razonamiento, la producción de la locura
ha demostrado que tiene un canal de divergencia ante el sistema,
porque aun creando las cárceles hospitalarias ésta no logra “re
introducirlos” a su maquinaria, tiene que usar la fuerza de la
confusión y la alteración de cuerpos para callar y sin embargo
sigue produciéndose, hay un saber en la locura del que no se quiere
saber. © 2020,2021 Revista de Psiquiatría y Neurociencias
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La difuminación de los rostros recurre a los nombramientos, a las
definiciones, es decir, tiene que desaparecer la diferencia, para ello,
en cualquier categoría entra uno: Ciencia, anarquismo, sociedad
moderna, derechos, democracia, Verdad. El poder no sólo
determina la normalidad y el conocimiento, sino también la locura.
Muchas veces se ha dicho que el conocimiento produce poder, pero
al voltear la mirada encontramos que también la locura produce
poder y saber.
La problemática que del poder surge es que en la categoría de
locura no funciona como totalizadora, sino como designadora, es
decir, la locura al contener características específicas signadas por
el poder no centra su fuerza en reproducir maquinariamente, esto
genera un problema para el poder, porque aún con la distancia de la
normalidad, la anormalidad no produce. Entonces se vuelve
síntoma, la locura síntoma del poder vislumbra su falla. El discurso
de la locura apelará a saber del poder y su falla.
Foucault (1976) afirma que “Los elementos están ahora invertidos.
Ya no es el fin de los tiempos y del mundo lo que
retrospectivamente mostrará que los hombres estaban locos al no
preocuparse de ello; es el ascenso de la locura, su sorda invasión,
la que indica que el mundo está próximo a su última catástrofe, que
la demencia humana llama y hace necesaria.” porque de ella al ser
silenciosa no tiene límites, para el sistema es más sencillo aludir a
un discurso de la razón porque en él tiene el control, pero cómo
controlar algo que se ha manifestado como fuera dela misma
razón, la ilusión del progreso sólo marcha según las normas que
determinen la sujeción del hombre. La sofisticación del manejo de
los deseos del hombre para su explotación es insistente para
afirmar la relación Amo-esclavo.
Quizá la locura ha sido el anarquismo del que los propios
anarquistas no han querido dar cuenta, por la misma determinación
ideológica y el cuerpo histórico que ha determinado las funciones
de un sujeto que busca la libertad. La fórmula que se presentó
como libertad ha traído consigo los cuerpos vacíos, los canales de
cuerpos son el refugio para negar la esclavitud como en la época
medieval, pero afirmar la condición de “el nuevo esclavo” que se
esfinge en el discurso del “nuevo hombre”. La locura representa la
inestabilidad del poder, porque ante la imposibilidad de© 2020,2021 Revista de Psiquiatría y Neurociencias
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reconocerse como Amo, éste queda expuesto como nada. Entre
más aceptamos el discurso que bordea la libertad, más penetrable
es el mandato del Amo, la libertad es la mentira que se ha vuelto el
principio general por el que la sociedad común ha de justificar la
miseria en la que vive. Decir que la libertad ha servido al Amo y que
el único acto anarquista es encarnado por la locura es -quizá- la
verdadera desintegración del orden social establecido por el propio
sistema. Si hay anarquismo verdadero es porque hay locura y si hay
locura es por su desvinculación con el sujeto, ¿no es el principio del
anarquismo?, hacer del sujeto un hombre libre, ¿libre de qué?, quizá
de sí mismo y es ahí donde la locura tiene que decir algo. No es el
romanticismo clásico del loco es el sabio, es apuntar a un discurso
donde tenga lugar la locura como saber, saber que es posible
incomodar, saber que violente y altere, saber que permita hacer del
sujeto alguien no tan miserable.
La locura no invita a despojarnos de la racionalidad sino de nuestra
episteme, y ahí es hacer más que el acto vandálico de resistencia
directa. La locura es radicalmente la diferencia que libera
(nuevamente y con la intención, la noción de trascendencia
kantiana se inscribe en otro horizonte) y apunta a lo distinto en su
forma, el loco como exilio apela a destituir todos los saberes,
destruir eso que nos habita y que es poder, sin poder queda
potencia, y en la potencia es posible doler la diferencia.
Así, la ruptura que hace la locura en la noción de anarquismo
liberador es precisamente que dentro del propio anarquismo se
proponen aspectos de “deber” y cuando uno entra en esa lógica
desaparece la libertad porque precisamente se sujeta a seguir, la
política no es el Estado, la política está encarnada, está en nuestros
cuerpos, el Amo no es necesariamente el vecino, está en la carne,
es dinámico. La locura no hace desde la dimensión de poder, no
produce, no ejerce, al contrario, niega, abstrae, genera la
envergadura del sistema para no producir, esa avería que la gran
máquina muestra y que corrige (en las cárceles, en los hospitales,
en las escuelas, en los psiquiátricos) es la noción de potencia,
hacer efecto de avería. La locura -así como la escritura- es la
noción de resistencia de una imposición legitimada para negarla
ante eso mismo que la ha negado, es la cuna de Newton que ha de
insistir hasta el infinito, o al menos hasta que la ley ya no
transgreda. La locura bordea con la diferencia para afirmar la avería© 2020,2021 Revista de Psiquiatría y Neurociencias
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y negar la negación de la posibilidad. El espacio de exclusión que
probablemente el sistema mismo no puede integrar es la noción de
resistencia donde la locura hace trinchera.
Bibliografía
Foucault, M. (1976). Historia de la locura en la época clásica.
México, D.F.: Fondo de Cultura Económica.
Freud, S. (2012). El porvenir de una ilusión. México, D.F.: Tomo.
Nietzsche, F. (2006). La voluntad de poder. Madrid, España: Edaf.
Proudhon, P. (2005). ¿Qué es la propiedad? Investigaciones sobre el
principio del derecho y del gobierno. Buenos Aires, Argentina:
Libros de Anarres (Utopìa Libertaria).
Zizek, S. (2005). Zizek! [Vídeo].
Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=PbGjSMimdYQ
Zizek, S. (2012). La guìa perversa de la ideologìa [Vídeo].
Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=CMRM_bfCBig
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