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Anarquismo Argentino: Política e Sociedade

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1 
 
Facultad de Geografía e Historia 
Departamento de Historia de América y Medieval y 
Ciencias Historiográficas 
 
 
 
El anarquismo argentino: política, sociedad y 
criminalidad, 1870-1940. 
por 
Yeraill Suárez Fernández 
 
 
Madrid 
febrero 2023 
 
 
 
 
 
 
 
2 
 
 
 
 
ÍNDICE 
Introducción ........................................ 3 
Estado de la cuestión .......................... 4 
1. El anarquismo y el movimiento 
obrero. .................................................. 8 
2. Anarquismo argentino a nivel 
internacional. .................................... 28 
3. La década violenta 1920-1930. .... 44 
4. Anarquismo y criminalidad .......... 62 
Conclusiones ...................................... 73 
Bibliografía ........................................ 78 
Anexos ............................................... 82 
 
 
 
 
 
 
 
3 
 
 
Introducción 
 
En el presente trabajo trataré de analizar el impacto del anarquismo en 
Argentina, para ello he realizado un repaso a la trayectoria de la ideología en el 
país desde su instauración hasta su ocaso, en un periodo que transcurre de 1870 
a 1940. 
El motivo de la elección de esta temática y esa horquilla temporal está 
relacionado con la dimensión que adquiere la ideología en Argentina tanto a nivel 
político como social y cultural. El anarquismo argentino fue un movimiento que 
considero decisivo para entender muchos de los cambios que se producen en 
esta etapa de transformación hacia el mundo contemporáneo. Desde el liderazgo 
de la ideología en la conformación de movimientos obreros que lucharon para 
producir un cambio en las estructuras laborales y legislativas, como la 
importancia del anarquismo como motor ideológico para una gran capa de la 
población urbana del país, la cual vio en la ideología un punto de apoyo para 
consolidar sus reclamaciones, en una sociedad efervescente como fue la 
argentina de finales del XIX principios del XX. Durante la trayectoria de la 
ideología en el país, el anarquismo fue modificando tanto su línea de 
pensamiento como su línea de acción, pasando de ser un movimiento puramente 
ideológico a convertirse en un problema social provocado por la radicalidad de 
una parte de los miembros declarados de la ideología, los cuales iniciaron un 
ciclo de conflictividad y violencia en el país que conllevó que el movimiento ácrata 
se convirtiese en un problema para las autoridades, proponiendo soluciones para 
su erradicación. 
Para entender el desarrollo de la ideología en el país, es necesario entender las 
dos dimensiones fundamentales del movimiento: la política y cultural. 
Para la realización de este trabajo he recurrido al uso de fuentes periodísticas, 
que favorecen el acercamiento a la visión subjetiva de los líderes intelectuales 
del movimiento, así como de los partidarios de la acción individual o violenta. 
Publicaciones como La Protesta, La Antorcha o La Organización Obrera, nos 
sirven para aproximarnos al punto de vista de los anarquistas argentinos, a que 
4 
 
problemas se enfrentaron, como afrontaron estos y que debates internos se 
desarrollaron en torno a la ideología. Otra de las publicaciones usada en este 
trabajo es Caras y Caretas, la cual se consolidó como uno de los semanarios 
más importantes del país, debido en gran parte al uso de fotografías y caricaturas 
para narrar la actualidad nacional, el recurso a las imágenes nos permite tener 
un acercamiento más preciso hacia los acontecimientos descritos en este trabajo 
y causó un gran impacto en la época que abarca este estudio. 
 
 
Estado de la cuestión 
 
La historia del anarquismo en Argentina se remonta al periodo final del siglo XIX, 
cuando la llegada de inmigrantes europeos al país trajo consigo las primeras 
iniciativas para consolidar el movimiento libertario en la sociedad argentina. Para 
el estudio de la implantación de la ideología ácrata a nivel nacional, existen varias 
obras de referencia, en las que se relata el proceso de introducción y 
consolidación de la ideología. En la historiografía que trata sobre los primeros 
pasos del anarquismo argentino, podemos encontrar las obras de varios autores 
principales, Juan Suriano es uno de los historiadores que más ha trabajado sobre 
el tema, con una abundante producción de artículos y libros especializados. En 
Auge y caída del anarquismo. Argentina 1880-1930, describe con profusión de 
detalles el desarrollo de la ideología, junto a lo que él considera su momento de 
decadencia, el cual sitúa en 1912 con la promulgación de la ley Sáenz Peña, que 
instauraba en el país la obligación del voto para todos los varones nacionales 
mayores de 18 años. 
Suriano aclara que esta ley inicio el declive del movimiento anarquista, ya que la 
obligación del voto alejaba a los obreros del anarquismo y los acercaba al 
socialismo aunque, según el propio Suriano, previamente a la promulgación de 
esta ley, la largas huelgas promovidas por anarquistas durante 1909, llevaron en 
1910 al presidente Figueroa Alcorta a iniciar una fuerte represión expulsando a 
los extranjeros del país, que eran los que conformaban las capas intermedias 
dentro del anarquismo, lo que generó una gran carencia a la hora de difundir la 
5 
 
ideología en los Centros Sociales y locales obreros, perdiendo terreno contra su 
rival a la hora de captar a los trabajadores, el socialismo. 
Otros autores señalan el momento del ocaso del anarquismo en el golpe de 
Estado del general Uriburu en 1930. Si bien el Estado ya había reaccionado 
represivamente contra los libertarios mediante la aplicación de la ley 4.144, 
promulgada en 1902 por iniciativa del senador Miguel Cané (antiguo ministro del 
Interior y de Relaciones Exteriores de la nación argentina), el derrocamiento de 
Hipólito Yrigoyen a manos de Uriburu, dio inicio a una fuerte represión de las 
autoridades contra todo miembro de cualquier tipo de asociación o gremio 
sospechoso de pertenecer o simpatizar con el anarquismo, lo cual obligó a gran 
parte de los miembros activos del movimiento a salir del país. 
En esta línea de pensamiento que relaciona el ocaso del movimiento con la fuerte 
represión estatal del periodo uriburista, se encuentra María Migueláñez Martínez, 
quien en su tesis doctoral Más allá de las fronteras: el anarquismo argentino en 
el periodo de entreguerras, realiza un repaso a las relaciones del anarquismo 
argentino a nivel internacional; profundiza en la relación entre los anarquistas 
moderados bajo la influencia de Diego Abad de Santillán y La Protesta, y los 
partidarios de la acción directa (de ascendencia mayoritariamente italiana), 
agrupados en torno a la redacción de La Antorcha, y que no condenaron con 
firmeza ninguna de las acciones terroristas de los miembros más activos del 
movimiento, como Severino di Giovanni, el cual es un actor principal para 
entender la situación del anarquismo argentino de acción, siendo aún a día de 
hoy, uno de los personajes más célebres de la crónica negra del país. 
Siguiendo con las obras de referencia para el conocimiento e interpretación del 
anarquismo en Argentina, encontramos otros autores fundamentales como 
Iaacov Oveed, Jorge N. Solomonoff, Ricardo Falcón y Gonzalo Zaragoza, los 
cuales han producido obras indispensables para el estudio de la ideología a nivel 
nacional. 
Oveed en El anarquismo y el movimiento obrero en Argentina, nos otorga una 
visión más precisa de la introducción de la ideología libertaria, realizando un 
repaso de la actividad de los dos grandes personajes a la hora de difundir y 
consolidar el anarquismo: Errico Malatesta y Pietro Gori. 
6 
 
Solomonoff en Ideologías del movimiento obrero y conflicto social, realiza un 
repaso al panorama económico y productivo en Argentina, incidiendo en el 
importante aporte migratorio, sus características y la problemática que generó 
para la sociedad argentina y paralos propios recién llegados. Para él las 
peculiaridades en la estructura agro exportadora, favorecieron la consolidación 
de un tipo de trabajador estacional de procedencia europea, el “trabajador 
golondrina”, quien una vez realizada la labor estacional regresaba en muchas 
ocasiones a su lugar de origen, esta particularidad en el entorno laboral, 
favorecería la expansión del anarquismo, el cual ofrecía respuestas inmediatas 
y un trato directo entre trabajadores y patrones, lo que fomentó la adhesión de 
muchos de estos inmigrantes europeos al movimiento ácrata. 
Falcón, por su parte, repasa los avatares del movimiento obrero argentino en Los 
orígenes del movimiento obrero (1857-1899), incidiendo en el papel de la 1ª 
Internacional y las relaciones entre anarquismo y socialismo. Este autor alude a 
la falta de sentimiento nacionalista en el movimiento anarquista, como una de las 
claves del éxito del anarquismo entre los emigrados a Argentina, además insiste 
en que el anarquismo no era importado como aseguran muchos historiadores, 
sino que existía una base amplia en Argentina y era desde esa base que se 
captaban a muchos recién llegados que no traían consigo ninguna premisa 
ideológica. 
Zaragoza en Anarquismo argentino 1876-1902, realiza un análisis de las 
primeras décadas del movimiento, repasando la estructura económica del país, 
junto a las controversias internas existentes entre los dirigentes anarquistas, 
entre los cuales se desarrolló un debate interno entre partidarios de la 
organización (que promovían la consolidación de una federación obrera que 
sirviese de dirección a los gremios y sindicatos obreros nacionales) y los 
antiorganizadores, que se mostraban contrarios a la formación de ningún tipo de 
institucionalización jerárquica, por lo incongruente de su existencia con las 
premisas del anarquismo. 
Por supuesto, existen otros trabajos que versan sobre la conformación del 
anarquista en otros ámbitos regionales, Agustina Prieto relata como de 
desarrolla la ideología en la provincia de Santa Fe, en su trabajo Notas sobre la 
militancia anarquista. Rosario, 1890-1903, donde pone el énfasis en las huelgas 
7 
 
de la Refinería Argentina del Azúcar, como uno de los momentos en los que la 
lucha obrera encontró en el movimiento anarquista un punto de defensa social. 
En el estudio de las relaciones del anarquismo a nivel internacional, encontramos 
la tesis ya citada de María Migueláñez, junto a otra serie de trabajos que analizan 
diversas controversias como el papel de los Estados Unidos a la hora de intentar 
frenar la llegada de anarquistas al continente americano, en Tratado de 
extradición y protección contra el anarquismo (1901-1902) de Juan Carlos Yáñez 
Andrade. En esta línea de trabajo, pero centrándose en el papel del ejecutivo 
argentino a la hora de intentar frenar la llegada de inmigrantes europeos afines 
al anarquismo, encontramos el trabajo de Eduardo Domenech en Inmigración 
anarquismo y deportación: la criminalización de los extranjeros “indeseables” en 
tiempos de las “grandes migraciones”, donde se percibe el cambio de mentalidad 
en las naciones americanas, que pasan de ser promotoras de la inmigración 
europea, a la que consideran beneficiosa para el desarrollo interno nacional, para 
pasar a una nueva concepción de la inmigración sobre todo del sur de Europa, 
a la que se la empieza a mirar con recelo, por entre otros motivos importar la 
ideología anarquista, la cual es una lacra para la consolidación del Estado 
nacional y por ello hay que contrarrestar su influencia. 
Para el conocimiento de las grandes personalidades del anarquismo de acción 
o anarco-terrorismo, debemos de remitirnos a las obras de Osvaldo Bayer, autor 
de referencia para conocer la vida de los mitos del anarquismo argentino como 
Severino di Giovanni y los conocidos como anarquistas-expropiadores, que a 
imitación de los actos de Buenaventura Durruti, iniciaron un periodo en la historia 
criminal y política argentina en la década de los 20, que puede considerarse 
como la “Década Violenta” del anarquismo. Bayer también ha trabajado sobre la 
fuerte represión estatal ocurrida en La Pampa en su obra La Patagonia Rebelde, 
donde analiza los graves enfrentamientos entre trabajadores y autoridades, 
ocurridos en el país de 1919 a 1922. 
Existen otras líneas de investigación más centradas en el papel de la prensa y 
sus relaciones, autores como Luciana Anapios, la cual hace un repaso a las 
controversias por la condena o no de la acción directa, entre La Protesta y La 
Antorcha, en La ciudad de las bombas. El anarquismo y la “propaganda por el 
hecho” en la Buenos Aires de los años 20, junto a De individualistas a 
8 
 
guerrilleros. La radicalización del conflicto en el anarquismo argentino en la 
década del 20, a través de La Protesta y La Antorcha. 
Junto a estas obras debemos de citar a Lila Caimari, quien ha realizado una 
extensa labor historiográfica sobre la cuestión criminal y delictiva en Argentina, 
a la cual debemos de acudir para entender ciertos aspectos de las nuevas formas 
de criminalidad ocurridas en el país, para así entender la manera de proceder de 
los partidarios de la acción directa dentro del movimiento ácrata. En este aspecto 
cabe considerar la producción historiográfica de Martín Albornoz y otros autores 
como Pablo Ansolabhere, los cuales han trabajado sobre el anarquismo y los 
anarquistas, en base a su faceta delincuencial y su papel en la literatura, lo que 
confirió al anarquista de ciertos rasgos preconcebidos. En este sentido la 
oficialidad junto a la literatura de la época realizó una propaganda coherente, en 
la que los anarquistas fueron retratados como una tipología criminal particular, 
de procedencia extranjera, casi sectaria y de oscuros orígenes, de individuos 
ligados a su salvajismo y afán por el terror, incluso Lombroso dedicó una obra 
en exclusiva (Los Anarquistas (1894)), para definir el fenómeno y a sus 
partidarios. En el estudio de la propagación de la cultura anarquista cabe 
mencionar el trabajo de Eva Golluscio de Montoya, la cual en su texto Círculos 
anarquistas y circuitos contraculturales en la Argentina del 1900, analiza el papel 
de los Círculos sociales a la hora de difundir la cultura y pensamiento libertario. 
Otro punto de vista necesario para la comprensión del desarrollo y evolución de 
la ideología debe de estar en el conocimiento de la situación del anarquismo 
argentino desde el lado de sus integrantes, debemos de recurrir a uno de los 
actores principales en el desarrollo de la ideología a nivel nacional, Diego Abad 
de Santillán, cuyas obras nos permiten conocer desde dentro (en el marco de su 
visión subjetiva) al movimiento anarquista y sus principales debates. 
1. El anarquismo y el movimiento obrero. 
 
Como hemos visto, el anarquismo como movimiento social inicia su desarrollo 
en Argentina a finales del siglo XIX. La primera constancia de miembros activos 
del movimiento la encontramos en 1872, en la correspondencia entre varios 
representantes de la filial americana de la 1ª Internacional, en concreto, la carta 
9 
 
recoge la conversación entre un miembro procedente de Uruguay y otro de 
México, en la misma se citan las siglas A.J, el cual se encuentra en Buenos Aíres, 
siendo probablemente el primer representante oficial de la ideología en 
Argentina1. Habría que esperar un año para que aparezca el primer documento 
oficial proveniente de un miembro de la 1ª Internacional en Argentina, su nombre 
A. Aubert, quien se presenta con el cargo de secretario general de la 
Internacional en Buenos Aires. En esa carta alega que existen 3 secciones 
internacionales en Buenos Aires, la francesa, la española y la italiana, cada una 
de ellas con su comité central particular y un consejo federal compuesto por 6 
miembros (dos de cada sección). En 1873 también se deja constancia en la filial 
de laInternacional de Nueva York, de la existencia de 250 miembros en la 
sección de Buenos Aires. 
A finales de la década aparecería la primera publicación de orientación 
anarquista bajo el nombre de El Descamisado, que fecha su primera publicación 
el 6 de enero de 1879. El primer número de la revista tuvo que enfrentarse a la 
censura social, cuando las autoridades policiales impidieron la venta ambulante 
de la revista, esto lo recoge El Descamisado en su segundo número fechado el 
13 de enero de 1879: 
“Sin la intervención del vendedor ambulante, no hay periódico que tenga 
vida posible, y faltando su concurso, fáltale el fluido que le da vida y le 
imprime movimiento; fáltale el oxígeno que ha de conservarle robusto y 
potente. 
Tan sabido es esto, que los enemigos de las clases obreras; los que 
llamándose hipócritamente sus protectores las esplotan (sic) y se 
enriquecen a su costa, sobornaron a las infelices criaturas, ya pagándoles 
para que no vendieran El Descamisado, ya haciéndoles creer que era una 
publicación prohibida y que serían llevados a la cárcel los que la 
pregonaren.”2 
Los primeros pasos del anarquismo en el país no fueron firmes a la hora de 
consolidar el movimiento, el propio El Descamisado informa en 1881 de la 
disolución de la filial bonaerense de la Internacional. Estos inicios irregulares, 
darían paso a la conformación de un núcleo sólido anarquista unos años 
 
1 Oved, Iaacov, El anarquismo y el movimiento obrero en Argentina (México: Siglo XXI editores, 
1978), p. 19. 
2 El Descamisado, Buenos Aires, 13/1/1879. Disponible en línea, URL: 
https://ia902509.us.archive.org/35/items/eldescamisado1879/1879-01-13.pdf [Consultado: 
enero 2023] 
https://ia902509.us.archive.org/35/items/eldescamisado1879/1879-01-13.pdf
10 
 
después, cuando el inmigrante italiano Ettore Mattei se asociaría con obreros 
panaderos, ebanistas y grabadores, para conformar el Círculo Comunista 
Anárquico, desde donde la prédica y propaganda anarquista iría consolidando 
poca a poco el movimiento en el país. En esta etapa de instalación del 
movimiento, los círculos anarquistas funcionaron como entidades autónomas, 
compuestas por menos de una decena de miembros, movidos bajo sus propias 
líneas de acción, más o menos afines a una de las publicaciones anarquistas de 
su preferencia (el Círculo Comunista Anárquico fue afín a Questione Sociale, 
revista publicada por Malatesta desde Florencia), autofinanciados y contrarios a 
cualquier tipo de organización jerárquica, es importante destacar su actividad 
como uno de los primeros órganos de difusión de la ideología entre los obreros 
argentinos3. 
Sería en la década de 1890, cuando la ideología se afianzó como uno de los 
principales motores del movimiento obrero, junto al socialismo, existiendo dos 
focos importantes de extensión de la ideología, Buenos Aires y Rosario. 
En la capital, la llegada masiva de extranjeros modificó la estructura social en 
gran medida, una de las razones de esta gran afluencia de inmigrantes, la 
encontramos en la estabilidad económica y militar que se logró durante la 
presidencia de Roca. La “Conquista del Desierto” amplió el territorio cultivable, 
las mejoras tecnológicas permitieron que Argentina pudiera exportar más carne, 
esta coyuntura convirtió al país en uno de los principales exportadores de 
cereales y carne a principios del siglo XX. En el caso del anarquismo, la situación 
de los inmigrantes, los cuales no tenían derecho a voto, dio más fuerza al 
movimiento, dado que el anarquismo estaba en contra de la participación de los 
individuos en los comicios. La realidad reflejaba que sólo un 20-30% de la 
población masculina de la capital tenía derecho a participar en las elecciones, 
por el alto componente extranjero, lo que facilitó la adhesión de estos al 
movimiento libertario. El anarquismo, por su parte, construyó fuertes redes de 
solidaridad, lo que presentó al movimiento como una defensa del obrero e 
inmigrante ante el poder, su doctrina antiestatal en la que consideraba que 
 
3 Golluscio de Montoya, Eva, “Círculos anarquistas y circuitos contraculturales en la Argentina 
del 1900”, en: Cahiers du monde hispanique et luso-brésilien. No. 46. Contre-cultures, Utopies 
et Dissidences en Amérique Latine (1986), 49-64. 
11 
 
ejercer el voto era renunciar a la libertad como individuo y entregar la libertad a 
los poderosos, encajaba en la mentalidad de los recién llegados, los cuales no 
encontraban su espacio dentro del proyecto político nacional. Puede que esta 
característica, en la que el anarquismo rechazaba la subordinación del individuo 
al Estado junto a su negativa a participar del sistema político, en una coyuntura 
espacio temporal en la que el Estado estaba aún en construcción y por lo tanto 
se mostraba en ocasiones ineficaz, estimuló el desarrollo del movimiento en el 
inicio del siglo XX. Autores como Solomonoff, indican que no se dio un proceso 
de asimilación de los extranjeros en la sociedad argentina, sino que la llegada 
masiva de inmigrantes en su mayoría varones, dio lugar a un nuevo modelo de 
sociedad, a causa del gran número de inmigrantes en barrios como La Boca, 
donde alrededor del 70% de sus habitantes eran de origen extranjero, 
configurando esta nueva realidad en un corto espacio de tiempo4. Todo este 
componente cultural internacional que se instaló en los núcleos urbanos del país 
favoreció la consolidación de ideas transnacionales. Si bien el grueso de la 
migración procedente de Europa lo componían italianos, también hubo un 
elevado aporte de españoles, otras nacionalidades como franceses, alemanes y 
rusos, también participaron de la migración hacia Argentina, pero en menor 
medida. 
Con esta amalgama de poblaciones y culturas estableciéndose en el territorio, 
se generó un asociacionismo según la procedencia del trabajador, si los italianos 
y españoles fueron los dos grupos dominantes a la hora de consolidar el 
movimiento anarquista en el país, también debemos de tener en cuenta la 
transcendencia de otros grupos de gente procedente de Europa. En el caso 
francés, la expulsión del país de un grupo de participantes en los sucesos de La 
Comuna, hizo que una parte de ellos recalase en Argentina en la década de 
1870, junto a ellos, hay que destacar la posterior presencia de Émile Piette, de 
origen belga, el cual fundó la librería Internationale en 1885, desde donde se 
difundieron libros y publicaciones afines al anarquismo5, dando lugar al 
 
4Solomonoff, Jorge. Ideologías del movimiento obrero y conflicto social. (Buenos Aires: Editorial 
Proyección, 1971), p. 107. 
5Oved, El anarquismo…, Op cit., p. 36. 
12 
 
establecimiento de un núcleo de trabajadores franco-parlantes afines al espectro 
ideológico de izquierdas. 
En el caso alemán, es relevante la llegada al país de un grupo de socialistas 
expulsados de su país por la legislación bismarckiana, la cual prohibía el 
asociacionismo entre individuos afines a dicha ideología. Este grupo de 
expatriados fundó el Club Vorwärts, desde donde se dedicaron a difundir el 
socialismo6, pero su aislacionismo respecto a los otros grupos nacionales, junto 
a la difusión de sus ideas únicamente en su idioma natal, les relegó a una 
posición mucho menos transcendente. 
Uno de los momentos decisivos a la hora de la conformación del anarquismo en 
Argentina, radica en la llegada al país en 1885 de Errico Malatesta, personaje 
principal en la extensión de la ideología a nivel nacional. A su llegada fundó el 
Círculo de Estudios Sociales y participó en algunas aventuras empresariales, 
como el intento de búsqueda de oro en la Patagonia o la elaboración y venta de 
vinos. Intervino en charlas y conferencias con obreros italianos y españoles, 
fomentandola expansión de la ideología. El 22 de agosto de 1885 publicaría el 
primer número de Questione Sociale en Argentina, la cual llegó a sacar 14 
números, desapareciendo en 18867. 
Su actividad en el territorio generó grandes expectativas, junto a Mattei crearía 
el Gremio de Obreros Panaderos el 4 de agosto de 1887, siendo Malatesta quien 
redactó sus estatutos. En enero de 1888 el gremio convocó su primera huelga, 
la cual duró 10 días y fue un éxito en la consecución de sus reivindicaciones. 
Esto provocó que, a efecto de su éxito, otros gremios se decidieran por los paros 
como forma de reclamar sus mejoras, lo que aumentó la influencia del 
anarquismo en el país. Algunas de las reivindicaciones del gremio en esa primera 
huelga, consistieron en el reclamo de mejoras en las condiciones laborales, un 
aumento salarial del 30%, un kilo de pan por día para cada trabajador, entrega 
del salario semanal y la eliminación del trabajo nocturno8. Este primer paro 
duraría diez días, los trabajadores resistieron debido a la caja de resistencia que 
 
6Bayer, Osvaldo. Los Anarquistas Expropiadores, Simón Radowitzky, y otros ensayos. 
(Coyhaique: Sombraysén editores, 2008), pp.107-113. 
7Oved, El anarquismo…, Op cit., p. 93. 
8 Zaragoza, Gonzalo. Anarquismo argentino (1876-1902) (Madrid: Ediciones De La Torre, 1996), 
p. 100. 
13 
 
habían organizado previamente, el resultado del paro fue un éxito, lo que dio pie 
a la creación de nuevas organizaciones obreras a imitación del Gremio de 
Obreros Panaderos, con una marcada impronta anarquista, a día de hoy el 
nombre de muchos dulces típicos del país, aún rememoran el pasado anarquista 
del gremio. 
Malatesta partió de Argentina en 1889 causando cierta disgregación en el 
movimiento, en este año la llegada de un contingente de españoles dio lugar al 
surgimiento del grupo Los Desheredados, quienes iniciaron una exitosa labor 
propagandística. El grupo en su origen estaba compuesto por seis integrantes, 
bajo la batuta de Manuel Reguera, los cuales predicaban en favor del 
anarquismo, el grupo fundó el 18 de mayo de 1890, El Perseguido, publicación 
ácrata que gozó de cierto éxito, llegando a editar 1000 ejemplares en su inicio y 
hasta 4000 ejemplares en su número 60, lo que no sería superado por ninguna 
otra publicación anarquista hasta la aparición de La Protesta9. 
Esta etapa del anarquismo estuvo marcada por su impronta anarco-comunista, 
difundida por Los Desheredados. En el bloque hispano, sin embargo, la ideología 
dominante era el anarcocolectivismo basado principalmente en las ideas de 
Bakunin e importado de España, favorable a las premisas de la Federación 
Regional Española. A partir de 1890 esta vertiente sumo muchos integrantes de 
procedencia italiana, aunque estos importaban de Italia el anarco-socialismo, 
que en el barrio de La Boca fue predominante por la gran cantidad de inmigrantes 
italianos. Los Desheredados trabajaron para intentar que la tendencia anarco-
comunista se fuera imponiendo, rechazando cualquier tipo de organización 
colectiva del movimiento. 
La crisis en la que entró el país en la década de 1890 motivó la organización de 
la primera huelga durante las celebraciones del 1º de mayo en Buenos Aires, 
dándose los primeros intentos de crear una federación de sindicatos obreros en 
la capital y la zona del interior. En enero de 1891 se crearon los estatutos de esta 
federación, celebrando en agosto, el 1º Congreso de la Federación de 
Trabajadores de la Región Argentina, en el que participaron 6 sindicatos. Esta 
primera federación no tuvo el éxito suficiente para continuar, disolviéndose al 
 
9Oved, El anarquismo…, Op cit., pp. 36-44. 
14 
 
poco de ser creada, pero sentó las bases de la futura FORA. Desde El 
Perseguido se criticaba con dureza la visión organizadora, acusándola de no ser 
eficaz para conseguir mejoras en la situación de los obreros, además de 
empujarles a formar parte del juego del Estado, por otro lado, consideraban que 
la actitud dominante de los sindicatos obreros aplacaría la acción individual y 
subversiva que necesitaba el movimiento, en este punto, hay que recordar que 
para el anarquismo doctrinario, la finalidad de sus postulados era la de derribar 
el Estado, por lo que formando parte de él solo lo consolidarían. 
El Congreso de Capolago, celebrado en Suiza el 6 de enero de 1891, fue 
decisivo a la hora de fomentar el organicionismo anarquista, en el caso argentino, 
la llegada masiva de españoles e italianos con los fundamentos anarquistas de 
sus países de origen aumentó en número considerable las filas del 
organicionismo10. 
Otra característica del movimiento que se expandió durante esta década fue la 
de la aprobación de la violencia como medio para conseguir sus fines. Se 
encuentran artículos favorables a la acción violenta en El Perseguido desde su 
primer número en 1890: 
“Para conseguir nuestro objeto rechazamos toda reserva, todo 
oportunismo y nos declaramos abiertamente revolucionarios, es decir, 
promotor y ejecutor de todo acto que pueda tener efecto en desplomar el 
edificio del orden constituido. 
Nuestra divisa es la de los malhechores. 
Nuestros medios todos los que la ley condena. 
Nuestro grito, muera toda autoridad. 
Por eso somos anarquistas.”11 
La actitud represiva de la policía fomentó la exaltación de la violencia como 
método de defensa más eficaz entre los anarco-comunistas, pero a su vez dio 
lugar a un alejamiento de posturas más intenso entre los partidarios de la acción 
violenta individual y los partidarios de la vía pacífica. 
 
10 Suriano, Juan. Auge y caída del anarquismo: Argentina 1880-1930 (Buenos Aires: Capital 
Intelectual, 2005), pp. 26-28. 
11 El Perseguido. 18/5/1890. https://digital.library.ucla.edu/catalog/ark:/21198/zz0028tk6g 
15 
 
La promoción de la violencia se evidencia en publicaciones como La Liberté, 
periódico afín al anarco-comunismo, publicado en lengua francesa, su primer 
número data del 23 de enero 1893, en el que se decía: “No hacemos programa, 
la hora de discutir lo que ha pasado. Cuando el capital... siembra en todas partes 
la ruina, y cuando la dinamita, aquí y allí [en Europa ...] da la prueba de ello ... el 
programa... debe ser de hechos.”12 Desde El Perseguido también se narraban 
las hazañas de los atentados anarquistas en Europa, Pallás en 1893 en el intento 
ante el general Martínez Campos, Vaillant en París con la bomba a la Asamblea 
Nacional, el atentado contra el Liceo de Barcelona, Ravachol… incluso surgió un 
grupo denominado Bomba Pallás13. 
“Lo único que sentimos, es de que Martínez Campos no reventara con la 
bomba: pero con todo, no desmayamos, porque tenemos la certeza de un 
buen éxito para otra ocasión.”14 
El año de 1895 intensificó la actividad de los gremios a nivel huelguístico, se 
pasaron de la convocatoria de 9 huelgas en 1894 a 19 en 1895. Con 
reivindicaciones relacionadas con la mejora salarial o la reducción de jornadas a 
8 horas, obteniendo éxitos relativos, como el del sindicato de yeseros, el cual 
logró su jornada de 8 horas. 
El 13 de junio de 1897 nacería La Protesta Humana, publicación fundamental 
para entender la historia del anarquismo argentino. El carpintero español Inglán 
Lafarga fue su director en los primeros 5 años de vida de la revista, Francisco 
Berri, de profesión panadero, fue el administrador. Sus primeros números 
constaban de 4 páginas, en las que escribían artículos teóricos 
fundamentalmente, o se transcribían artículos escritos por anarquistas europeos 
en publicaciones del viejo continente, la colaboración con activistas locales era 
escasa en los inicios de la publicación. En concreto el primer número recogió 
una serie de artículos dedicados a defender la ideología libertaria ensus dos 
primeras páginas, junto a un alegato en defensa de compañeros anarquistas 
españoles condenados, cuatro de ellos a muerte, otros a diversas penas de 
cárcel y los últimos extraditados a Río de Oro. 
 
12 Oved, Iaacov, El anarquismo, Op cit., p. 56. 
13 Ibídem, p. 56. 
14 El Perseguido. Nº66, Buenos Aires, 11/11/1893. Disponible [en línea ], URL: 
https://digital.library.ucla.edu/catalog/ark:/21198/zz0028txpj [Consultado: Diciembre 2022]. 
https://digital.library.ucla.edu/catalog/ark:/21198/zz0028txpj
16 
 
“castigar el crimen de ser anarquista, unir el derecho de pensar 
libremente, a pesar de la Constitución del Estado; ya que pone a los 
compañeros absueltos, detenidos gubernativamente, futuros detenidos y 
a todos los individuos que se quiera, a merced de todas las venganzas 
personales de localidad…”15 
 
Otro momento decisivo para el anarquismo argentino se dio en junio de 1898, 
cuando llegaría a Argentina otro de los máximos exponentes del movimiento en 
el país, Pietro Gori. La fama que había adquirido el personaje en su país natal y 
su previo periplo estadounidense, le dieron gran notoriedad a su llegada. Al poco 
de su entrada en el país, Gori fundó el periódico Criminología Moderna, en 
noviembre de 1898. Gori propagó la idea de que el anarquismo debía de 
infiltrarse en las organizaciones obreras, además de que había que instruir a los 
trabajadores, según sus palabras la miseria del obrero no debía de ser el único 
aliciente de este para iniciar la revolución, sino que debía de tomar “conciencia 
revolucionaria”. Los socialistas veían en los supuestos de Gori un acercamiento 
natural a sus posiciones políticas, desde La Protesta Humana se preocuparon 
de aclarar las diferencias entre lo que predicaba Gori y el socialismo: 
“Habló Fulano en el órgano socialista, y antojósele que nosotros, los 
anarquistas, hemos evolucionado hacia el campo socialista, antojo que 
con marcada insistencia hemos oído ya más de una vez. 
Nada más erróneo que la pretendida evolución anarquista hacia el campo 
socialista, y, o Fulano desconoce el desarrollo y desenvolvimiento de la 
idea anarquista, o ha querido dar a sus lectores un falso criterio de este 
desarrollo y desenvolvimiento. 
[…] 
Con lo cual, si de derecho no formábamos un partido, lo éramos y lo 
somos de hecho, con la diferencia, y no es poca, que no nos permitimos 
el derroche de tener jefes y secretarios pagos e impagos, ni comités 
centrales de los cuales emanen órdenes, ni reglamentos que nos 
subyuguen, como todos los partidos políticos, inclusive el socialista 
autoritario.”16 
El debate teórico sobre la visión organicista o individual dentro del anarquismo 
estuvo presente durante toda la estancia de Gori en el país, el movimiento no 
 
15 La Protesta Humana nº1, Buenos Aires, 13/6/1897. 
https://digital.library.ucla.edu/catalog/ark:/21198/zz0025hr11 [Consultado: Diciembre 2022]. 
16 La Protesta Humana, nº41, Buenos Aires, 7/8/1898. Disponible [en línea ], URL: 
https://americalee.cedinci.org/la-protesta-humana-1898/ [Consultado: Diciembre 2022]. 
https://americalee.cedinci.org/la-protesta-humana-1898/
17 
 
contó con ningún liderazgo que consolidara una dirección única de la acción, 
sino que estos debates constantes y continuados a lo largo del tiempo fueron 
una de las causas fundamentales de su debacle, no solo en Argentina, sino que 
también a nivel mundial. Fue en la década final del XIX, cuando los conflictos 
gremiales motivaron al movimiento anarquista a proponer y crear sociedades de 
resistencia, favoreciendo la organización y dejando a un lado el individualismo. 
Con todos estos factores favorables, el anarquismo durante la primera década 
del siglo XX pasaría a conformar el movimiento obrero de mayor importancia. En 
1901 se crearía la FOA (Federación Obrera Argentina) donde socialistas y 
anarquistas iniciarían su aventura sindical. La Protesta en su número 125 recoge 
los acuerdos dirimidos en las sesiones que dieron forma a la federación: 
“el Congreso declara que no tiene compromisos de ninguna clase con el 
partido socialista, ni con el anarquista ni con partido político alguno y que 
su organización, desarrollo y esfera de acción, es completamente 
independiente y autónoma. 
Por lo tanto, la organización que este congreso acuerde es pura y 
esclusivamente (sic) de lucha y de resistencia.”17 
Se puede ver en esta declaración como la federación declaraba su 
independencia ideológica, aunque en la toma de decisiones de cada sesión 
predominaron las decisiones propuestas por gremios anarquistas como el de 
Artes Gráficas, el cual es el que determinó tanto la declaración de mostrarse 
como una federación apolítica como la forma en que se debía regir el organismo: 
“Para la marcha regular de la Federación se acuerda nombrar un Comité 
Federal compuesta por un delegado de cada sección federada y un 
Comité Administrativo que será nombrado en el seno del Congreso.”18 
Junto a estas decisiones, en el resto de sesiones se determinó la celebración de 
un congreso anual, una asamblea general cada seis meses, el pacto de acuerdos 
de solidaridad con las federaciones de otros países, que La Organización Obrera 
fuera el periódico de propaganda oficial de la federación, y la fundación de un 
bolsa de trabajo. 
 
17 “Congreso Obrero Gremial”, en: La Protesta Humana nº125, Buenos Aires 1/6/1901. Disponible 
[en línea], URL: https://digital.library.ucla.edu/catalog/ark:/21198/zz0025nzrk [Consultado: 
Diciembre 2022]. 
18 Ibídem. 
https://digital.library.ucla.edu/catalog/ark:/21198/zz0025nzrk
18 
 
Las continuas desavenencias entre anarquistas y socialistas darían lugar a la 
escisión de la federación en 1904, dando lugar a la FORA (Federación Obrera 
Regional Argentina) el primer órgano bajo dirección anarquista que surgiría 
después de la separación de los socialistas. Los socialistas por su parte crearon 
la Unión Gremial de Trabajadores UGT. 
La FORA no fue exclusivamente anarquista, aún quedaban miembros partidarios 
del socialismo y del comunismo, pero en el V congreso, celebrado en 1905 se 
“aprueba y recomienda a todos sus adherentes la propaganda e ilustración más 
amplia en el sentido de inculcar a los obreros los principios económico-filosóficos 
del COMUNISMO ANÁRQUICO”19. Esto manifestaba el sectarismo anarquista y 
dejaba fuera a cualquier gremio no acorde a las premisas de la organización. 
Los gremios de Conductores de Carros, Marineros y Foguistas, Peones de 
Barracas y del Mercado Central, junto a la Federación Nacional de Obreros 
Portuarios, fueron los gremios de mayor importancia pertenecientes a la FORA. 
Los Sindicatos de Obreros Panaderos, Obreros de la Construcción, Metalúrgicos 
y Trabajadores Navales, también formaron parte del organismo. La importancia 
de la dirección de los gremios de Obreros Navales y Conductores de Carros, 
permitieron ejercer presión sobre el sistema agroexportador, lo que confirió a la 
FORA de mayor importancia a nivel estatal. 
El anarquismo incluyó en su línea de actuación un proyecto cultural. En el ámbito 
educativo se intentó construir una red de escuelas fuera del aparato estatal, ya 
que consideraban que la educación del Estado promovía la perpetuación de las 
desigualdades económicas con el objeto de preservar los privilegios de los 
grupos dominantes, además de inculcar la enseñanza patriótica, lo que no 
encajaba con las bases de un movimiento apátrida como el anarquismo. 
El modelo educativo que propuso el anarquismo intentaba modelar una sociedad 
cientificista, donde los hombres se convirtieran en seres pensantes, 
neutralizando las deformaciones que la educación estatal imponía. En 1899 se 
fundó la Escuela Libertaria Nueva Humanidad de Corrales, que se mantuvo 
durante dos años, no llegandoa alcanzar más de 100 alumnos, hay que tener 
en cuenta que la escuela pública en Argentina estaba muy presente desde 
 
19 Suriano, Juan, Auge y caída…, Op cit., p. 28. 
19 
 
tiempos de Sarmiento, la educación pública consolidó un modelo educativo 
nacional donde el analfabetismo era escaso y el proyecto anarquista no 
consiguió tener un gran éxito. Se fundaron otras escuelas a lo largo de la década 
como la Escuela Laica de Lanús, Escuelas Moderna Villa Crespo, Luján, Centro: 
“Rosario de Santa Fe: El Centro Obrero de Estudios Sociales debía 
inaugurar el 10 del corriente julio las Escuelas Elementales para los niños 
de ambos sexos que regirán bajo su patrocinio. 
[…] 
El Círculo cuenta para el buen funcionamiento de la escuela con un 
apropiado local, higiénico y bien ventilado, en la calle Paraguay, 1190 a 
donde deben dirigir la correspondencia quien se interese por su 
progreso.”20 
Estas escuelas nunca consiguieron reunir más de medio millar de alumnos, 
después del asesinato del comisario Falcón en 1909, la represión policial y 
estatal dio al traste con el proyecto educativo alternativo21. 
Para el caso rosarino, uno de los puntos álgidos para la consolidación del 
movimiento, tuvo lugar en 1901, con la huelga de la Refinería Argentina del 
Azúcar (véase anexo C), la cual empleaba a más de un millar de trabajadores. 
Esta manifestación causó graves disturbios, la represión policial provocó un 
muerto en las filas obreras, causando un punto de inflexión en el movimiento 
obrero. Cosme Budislavich fue el obrero fallecido, la razón de su muerte se dio 
cuando el jefe político de la ciudad Octavio Grandoli intermedió para lograr un 
acuerdo entre la empresa y los trabajadores, que ya estaban empezando a 
organizarse a través de la dirección del movimiento anarquista. Grandioli 
aprovechó está reunión para emboscar a los anarquistas y detenerlos, en el 
rifirrafe Budislavich recibió un tiro en la nuca, la prensa dio una nueva dimensión 
al acto, por primera vez el conflicto obrero ocupaba las primeras páginas de los 
diarios nacionales22. Aunque publicaciones como Caras y Caretas recogían 
escuetas informaciones sobre los sucesos de la Refinería y las manifestaciones 
posteriores: 
 
20 La Protesta Humana nº63, Buenos Aires, 23/7/1899. Disponible [en línea], URL: 
https://digital.library.ucla.edu/catalog/ark:/21198/zz0025m0tn [Consultado: Diciembre 2022]. 
21 Suriano, Juan, Auge y caída…, Op cit., pp. 39-42. 
22 Prieto, Agustina. “Notas sobre la militancia anarquista. Rosario, 1890-1903". Entrepasados, 
Revista de Historia. Tomo 16. No. 32.(2007), 77-88. 
https://digital.library.ucla.edu/catalog/ark:/21198/zz0025m0tn
20 
 
“En el Rosario dos manifestaciones de carácter bien distinto se han 
efectuado en el espacio de pocos días. La primera organizada por los 
obreros, tenía como objetivo protestar de la muerte de uno de sus 
compañeros, y de paso censurar a la policía, firme sostén del 
oficialismo.”23 
La cuestión obrera empezaba a apropiarse del espacio público en cuanto a la 
difusión de protestas y mejoras sociales. La respuesta obrera fue mucho más 
contundente entre los anarquistas, lo que relegaba al socialismo a una posición 
tímida, que le impedía consolidarse como baluarte en la defensa de los derechos 
obreros. Las razones del éxito en la adhesión de obreros al anarquismo en el 
caso rosarino, se deben en gran medida a una serie de factores que generaron 
en la ciudad unos condicionantes propicios para la enemistad entre pueblo y 
autoridades, por ejemplo, la ciudad tenía a finales del XIX principios del XX, uno 
de los índices de mortalidad más altos del mundo según sus autoridades 
sanitarias, el ejercicio del poder estaba en manos de los hermanos Floduardo y 
Octavio Grandoli, los cuales ordenaron una fuerte represión de mano de las 
autoridades cuando unas epidemias de cólera y peste bubónica dadas entre 
1896-1900, llevó a estos jefes políticos a iniciar una campaña de desinfección. 
Durante estas epidemias las autoridades destruyeron muchas de las viviendas 
precarias de los sectores depauperados, se desalojaron otras y se obligó al baño 
y desinfección a una parte considerable de la población de los suburbios obreros. 
La radicalidad y violencia de las medidas generaron un distanciamiento entre las 
clases bajas y las autoridades como era de esperar, además de que los barrios 
más afectados por la quema y desinfección eran los situados en las 
inmediaciones de la Refinería Argentina del Azúcar y los Talleres del Ferrocarril 
Central Argentino, lo que supuso que las clases populares vivieran de cerca el 
abuso de poder de la policía, ganando adeptos a la causa anarquista. Por su 
lado el anarquismo, a través de la Casa del Pueblo y las acciones del militante 
Emilio Z. Arana, el cual instaló en su casa un consultorio médico, dieron una 
imagen favorable al movimiento24. 
 
23 Caras y Caretas, Buenos Aires, 2/11/1901. Disponible [en línea], URL: 
https://hemerotecadigital.bne.es/hd/es/viewer?id=8dbf9497-256c-4d6a-a670-
753c27aea494&page=32 [Consultado: Diciembre 2022]. 
24 Prieto, Agustina, “Notas sobre la militancia…”, Op cit., pp.77-88. 
https://hemerotecadigital.bne.es/hd/es/viewer?id=8dbf9497-256c-4d6a-a670-753c27aea494&page=32
https://hemerotecadigital.bne.es/hd/es/viewer?id=8dbf9497-256c-4d6a-a670-753c27aea494&page=32
21 
 
En 1902, la huelga de portuarios y la Ley de Residencia, fueron los detonantes 
de la apropiación del espacio público y el interés de la prensa. La huelga de 
estibadores y trabajadores portuarios comenzó en 1901, cuando se pidió la 
reducción del peso de las bolsas, se rechazó la rebaja salarial, y se protestó 
contra las atribuciones de los contratistas portuarios. La inmediatez de las 
elecciones nacionales dio un nuevo impulso a los reclamos obreros, sumado a 
la licitación para la construcción del puerto de Rosario, lo que contribuyó a que 
los empresarios agroexportadores y portuarios involucrados, trataran de resolver 
el problema cuanto antes. La prensa por su parte atendió al conflicto según los 
intereses a los que servía, la Cámara Sindical pretendió romper la unión de los 
trabajadores y los empresarios para erigirse como la solucionadora del conflicto, 
para ello contó con La Capital, como aparato propagandístico, los anarquistas 
tenían sus diarios y prensa favorable, del otro lado, los empresarios contaban 
con El Municipio, así los tres grupos de poder implicados en el conflicto poseían 
sus aparatos propagandísticos. 
En 1902 tendría lugar la primera huelga general del país (véase anexo A), 
principalmente promovida por el anarquismo, en esta ocasión fue motivada por 
la petición de subida de salarios de los carreros, los peones del mercado de 
frutos y los estibadores, dando lugar a un paro generalizado de dos semanas en 
los puertos de Buenos Aires, Bahía Blanca, Ingeniero White y del litoral fluvial 
(Rosario, Zárate, Campana). 
Esta situación llevó a representantes políticos a iniciar o proponer la implantación 
de leyes represivas contra los libertarios durante el comienzo de siglo, en el caso 
argentino sería el senador M. Cané, el cual el 8 de junio de 1899, presentó un 
proyecto de ley al Senado, según el cual se permitía al Estado deportar y prohibir 
la entrada de todo aquel extranjero acusado o sospechoso de pertenecer o 
simpatizar con el anarquismo, esta ley saldría adelante en 1902. 
La cifra inicial de deportados por la nueva ley fue en torno a 60, durante las 
deportaciones se cometieron algunas arbitrariedades con obreros extranjeros sin 
ninguna conexión con el anarquismo (véase anexo B). En las primeras semanas 
22 
 
desde que se aplicó la ley fueron detenidas alrededor de 500 personas, también 
hubo líderes del movimiento anarquistaque escaparon a Uruguay.25 
Los deportados en algunas ocasiones eran asilados en Montevideo durante la 
parada de los barcos antes de llegar al destino de su deportación, las redes de 
solidaridad del anarquismo americano permitían que el gremio de estibadores 
uruguayo rescatará a muchos deportados antes de partir hacia Europa. 
En enero de 1903 los periódicos anarquistas reanudaron su actividad que estuvo 
clausurada desde finales de noviembre de 1902, por los sucesos del 1º de mayo. 
La Protesta Humana cambió de director tras la salida de Inglán Lafarga, A. 
Valenzuela sería su sustituto. La nueva dirección cambió varios aspectos del 
periódico, su publicación sería más continuada, además de reducir su precio a 2 
centavos, se propusieron consolidar una tirada de 7000 ejemplares, otros diarios 
como Ciencia Social, El Rebelde, L’Avvenire, Solidaridad y La Nuova Civilità, 
dejaron de salir en 1903, La Protesta Humana consiguió vender 8000 ejemplares 
en su regreso, un nuevo cambio en la administración donde el nuevo director 
sería J. Creaghe, dio lugar al cambio de nombre del periódico que a partir de 
ahora se conocería como La Protesta.26 
En enero de 1903 se abolió el estado de sitio, los obreros del Mercado Central 
de Frutos que fueron unos de los instigadores del paro general de noviembre, 
volvieron a declararse en huelga. Barrios como La Boca y Barracas empezaban 
a consolidarse como núcleos anarquistas. La conflictividad obrera inició un largo 
periodo huelguístico, en junio se produjo el III Congreso de la FOA, en el mismo 
los anarquistas se fueron decantando como los auténticos lideres del 
movimiento. De junio a diciembre se multiplicaron las huelgas, carreros, 
zapateros, sastres, carpinteros, cargadores, vendedores ambulantes, 
vendedores de diarios, marmoleros, albañiles, panaderos, pintores, laminadores, 
tejedores, bronceros, ebanistas, yeseros, etc. Lo que dio a los paros un sentido 
de medio de lucha válida para conseguir mejoras sociales. 
“Si los resultados obtenidos por cualquier otro medio de acción son 
comparados con los de la huelga, la superioridad de esta debe de ser 
 
25 Ibídem, p. 283. 
26 Ibídem, pp.286-289. 
23 
 
reconocida; no hay otra que en tan poco tiempo y con esfuerzo tan 
pequeño haya dado resultados tan ciertos.”27 
Es curioso que, desde los sectores obreros, no se apoyaba al sector estudiantil, 
el cual en diciembre también realizó un paro significativo, pero aún estudiantes 
y obreros pertenecían a escalas sociales muy diferentes y no existía entre ellos 
solidaridad interclasista. La Ley de Residencia favoreció el cambio en la 
composición de los núcleos dirigentes anarquistas, que ya no estaban copados 
de extranjeros y pasaron a ser sustituidos por nacionales. 
En la prensa, el cambio más significativo en La Protesta fue su transformación 
en diario, el 1 de abril de 1904. Ya en enero de 1904 se anunciaba la próxima 
publicación diaria, pues las vastas proporciones del movimiento exigían una 
publicación diaria. Mientras se hacían los preparativos, el doctor Creaghe decidió 
comprar una imprenta, tanto para eludir el continuo cambio de impresor como 
para aliviar en lo futuro los gastos de publicación del periódico. Sin mucha 
demora cumplió su propósito y ya el número 253, del 5 de marzo de 1904, salió 
impreso con los nuevos tipos y en la imprenta propia. El 1 de abril salió el primer 
número del diario La Protesta.28 
El IV Congreso de la FOA se celebró en Buenos Aires, en el salón Vorwärts, 
entre el 30 de julio y el 2 de agosto de 1904, con la participación de 
representantes de 56 sindicatos obreros de la capital y del interior del país, lo 
más significativo de este congreso radicó en el cambio de nombre de la 
federación, la cual pasó a añadir la nomenclatura regional, convirtiéndose en la 
FORA, órgano principal del movimiento obrero y anarquista en el primer tercio 
del siglo XX en Argentina. 
Una ola de huelgas se desató en el país durante los meses de septiembre y 
octubre de 1904. Estos paros, en su totalidad, enarbolaban la bandera de la 
jornada de 8 horas de trabajo. Pararon los gremios de carpinteros, gráficos, 
fundidores, y se propagaron rumores en el sentido de que el paro iba a 
 
27 La Organización Obrera. Nº25, Buenos Aires, octubre 1903. Disponible [en línea], URL: 
https://digital.library.ucla.edu/catalog/ark:/21198/zz0028vm1t Esta publicación ejerció de medio 
oficial de la FOA. [Consultado: Diciembre 2022]. 
28 Ibídem, pp. 334-335. 
https://digital.library.ucla.edu/catalog/ark:/21198/zz0028vm1t
24 
 
extenderse y convertirse en huelga general en noviembre, como había ocurrido 
un año antes29. 
El 12 de octubre de 1904 terminó la presidencia del general J. A. Roca y lo 
sucedió M. Quintana, tan solo unos meses después se produciría un intento de 
magnicidio, el encargado de este atentado fallido fue un anarquista español, 
Salvador Planas, es importante destacar este suceso, ya que de alguna manera 
supondría el inicio de la política del terror dentro del movimiento ácrata, además 
de que Planas tuvo relación con La Protesta, lo que indica que se empezaban a 
formar pequeños núcleos de anarquistas preparados para llevar sus 
reivindicaciones al plano terrorista (véase anexo L) . 
En ese año de 1905, se produciría un suceso destacable dentro de la 
organización anarquista, en el V Congreso celebrado del 26 de agosto al 30, la 
dirección del movimiento se decantó por el anarco-comunismo como ideología 
imperante, esto provocó la desafección de todos los miembros de la federación 
no afines a la ideología, la FORA se convirtió en un órgano exclusivo para el 
anarquismo30. 
En estos años la actividad de los gremios obreros se fue incrementando, las 
huelgas eran habituales y entre los trabajadores se propagaba la iniciativa por la 
protesta, todo este auge del movimiento obrero fue canalizado por la FORA, 
siendo el sindicato con mayor número de miembros durante los inicios del siglo 
XX, su mayor rival en cuanto a captación de obreros sería la CORA 
(Confederación Obrera Regional Argentina), fundada en 1909, de filiación 
socialista y producto de la escisión de los sindicalistas de UGT del partido 
socialista, amalgamados con diversos sindicatos autónomos. 
Desde la FORA se trató de evitar la unión con este sector hasta 1914, cuando la 
CORA se disolvió y todos sus miembros pasaron a engrosar las filas de la FORA, 
lo que hizo que se moderase en cierta manera su discurso anarco-revolucionario. 
En 1909, la actividad huelguística aumentaba, las autoridades bajo el mando del 
jefe de policía Ramón Falcón, se destacaron por su violenta represión, hasta que 
fue asesinado en represalia por Simón Radowitzky, el 14 de noviembre de ese 
 
29 Ibídem, pp. 366-367. 
30 Solomonoff, Jorge, Ideologías del movimiento obrero…, Op cit., pp. 195-200. 
25 
 
año. Radowitzky pasaría entonces a convertirse en un símbolo para el 
anarquismo argentino, su larga etapa en prisión fomentó las continuas 
solicitudes para su puesta en libertad por los anarquistas argentinos (véase 
anexo D). 
En 1910 el presidente Figueroa Alcorta preocupado por la larga huelga general 
acontecida el 1º de mayo de 1909, el asesinato de Falcón y la actitud de los 
anarquistas, inició una dura represión durante 1910, previo a la conmemoración 
del centenario de la independencia, en el cual se había propuesto invitar a 
autoridades y representantes de otras naciones, con lo que quería proyectar una 
imagen de Argentina como un país seguro y en constante crecimiento31. Por ello 
en enero de ese año tras los rumores que llegaron al gabinete de que los 
anarquistas pensaban sabotear el acto del centenario, se decidió a instaurar el 
estado de sitio, comenzando una dura represión sobrelos anarquistas. Se 
clausuraron periódicos y locales de reunión, además de encarcelar y expulsar a 
un gran número de anarquistas extranjeros mediante la ley 4.144. En junio de 
1910 se sancionó la ley de Defensa Social, por la cual, el gobierno podía anular 
el derecho de reunión y aplicar el derecho de extrañamiento interno para 
dirigentes argentinos, lo que provocó la reclusión de muchos anarquistas en el 
penal de Ushuaia. La Protesta permaneció clausurada más de un año, así como 
otros diarios, el ministro del Interior José Gálvez, aplaudió la participación de 
civiles en los ataques a los diarios y locales de reunión anarquistas, echando 
más leña al fuego32. 
El anarquismo pasó por un momento crítico, su cúpula dirigente permanecía sin 
actividad, Eduardo Gilimón y Alberto Ghiraldo miembros claves en la edición de 
La Protesta, tuvieron que ocultarse y cesar sus actividades, las capas 
intermedias del movimiento que eran las verdaderas artífices de su expansión, 
ya que estaban encargadas del reclutamiento de nuevos miembros en los 
Centros Sociales, fueron encarceladas o expulsadas del país. Esta situación hizo 
que el comunismo, el socialismo y el sindicalismo empezaran a desplazar al 
anarquismo como líder del movimiento obrero, que a su vez estaba imbuido en 
luchas intestinas que lo fraccionaban aún más. Para Suriano, este momento 
 
31 Suriano, Juan, Auge y caída…, Op cit., pp.57-60. 
32 Ibídem. 
26 
 
marcó la pauta decadente del movimiento en el país. Suriano a su vez destaca 
el aumento del trabajo producido durante la Primera Guerra Mundial como una 
de las causas del declive del movimiento, para él, el constante aumento en la 
ocupación laboral provocó la falta de adhesión a la ideología, la posibilidad de 
encontrar trabajo hizo que los gremios y los locales políticos se vaciaran, lo que 
reducía la fuerza del anarquismo como movimiento social y político33. 
El sindicalismo revolucionario sería el principal rival del anarquismo, este 
proponía la unidad y neutralidad sindical, rechazando las injerencias del 
socialismo y el anarco comunismo de la FORA del V congreso, era un 
movimiento menos radical y asumía las demandas económicas graduales de los 
trabajadores, también estaba sometido a mucha menos presión represiva del 
gobierno, siendo mucho menos confrontacionistas. 
El sindicalismo revolucionario surgió en 1905 de la escisión de una parte del 
partido socialista, controlaban la Federación Obrera Marítima que gozó de 
prestigio entre el mundo obrero. La CORA intento fusionarse con la FORA en 
1912 cuando el anarquismo atravesaba grandes dificultades, la creación de un 
gremio conjunto era uno de los aspectos que los sindicalistas anhelaban. La 
estrategia del sindicalismo para intentar dirigir el movimiento consistió en su 
disolución, para infiltrarse en la FORA y desde allí en el IX congreso, desplazar 
a la cúpula dirigente anarquista y conseguir eliminar la cláusula de adhesión al 
comunismo anárquico. El sindicalismo revolucionario ganó terreno al anarquismo 
clásico dentro de la FORA en el periodo 1917-1921, donde aumentó el trabajo, 
pero se redujeron los salarios, el sindicalismo logró promover una serie de 
huelgas para reivindicar la mejora salarial, llevando a la FORA a conseguir pasar 
de 50 gremios con unos 2600 afiliados en 1915, a 734 gremios y 68000 afiliados 
en 1920.34 
En el IX Congreso de la FORA, celebrado en abril de 1915, los partidarios del 
sindicalismo revolucionario resultaron mayoría, lo que causó un cambio de 
rumbo en la federación, que a partir de este momento abandonaría su 
compromiso con el anarco-comunismo. Esta decisión causó que los partidarios 
 
33 Ibídem. 
34 Rock, David. El radicalismo argentino 1890-1930 (Buenos Aires: Amorrortu Editores, 1997), 
pp.167-172. 
27 
 
del anarco-comunismo se escindiesen de la dirección de la FORA, dando lugar 
a dos grupos de poder enfrentados dentro de la federación, los partidarios del V 
Congreso y los del IX. Sobre el debate presente entre los miembros del 
anarquismo, autoras como María Miguelañez y Luciana Anapios sostienen que 
hasta el 1915 el principal oponente del anarquismo en cuanto a la captación de 
nuevos miembros entre los trabajadores sería el sindicalismo revolucionario, 
pero tras esta escisión en torno a los foristas del V congreso frente a los del IX, 
la disputa metodológica se volvió interna, para Miguelañez este momento 
provocaría el surgimiento de cinco corrientes metodológicas dentro del 
movimiento: protestismo, antorchismo, sindicalismo revolucionario de la USA, los 
anarcobolcheviques y el anarquismo expropiador, estos grupos darían inicio a 
luchas internas que debilitaron al movimiento. Anapios subraya que el conflicto 
se centró en la lucha por el poder y el control de los recursos, tanto editoriales 
como humanos, además de que se consolidaron las diferencias ideológicas y 
políticas sobre la metodología a seguir.35 
La derrota del anarquismo en el IX congreso, provocó la desafección de los 
miembros más afines al anarquismo respecto a los sindicalistas, a los que Abad 
de Santillán acusaba de que 
“propulsaron la acción directa y de la lucha gremial sin compromisos ni 
desviaciones, y luego, en la práctica, han obrado de un modo muy distinto, 
entregando los conflictos a la solución de las autoridades, recorriendo las 
antesalas de los ministerios y jefaturas de policía y obstruyendo en cuanto 
le fue dado a los movimientos de protesta de las grandes masas”. 36 
En 1922 se disolvió la FORA del IX congreso, una parte de sus integrantes creó 
la USA Unión Sindical Argentina que inició sus andanzas con 20.000 miembros. 
Los anarquistas se encorsetaron en torno a la FORA del V congreso y solo 
conservaron los gremios de panaderos, conductores de carros, algunas 
agrupaciones portuarias y otros gremios menores, lo que hizo que desde el 
movimiento obrero surgieran voces críticas por su actitud chauvinista. En 
cambio, el sindicalismo solía optar por huelgas parciales y luchas encaminadas 
a las mejoras laborales de ciertos sectores, el anarquismo optaba por la huelga 
 
35 Migueláñez Martínez, María. “Más allá de las fronteras: El anarquismo argentino en el periodo 
de entreguerras.” (Tesis doctoral, Universidad Autónoma de Madrid, 2018), p. 50. 
36 Abad de Santillán, Diego. La F.O.R.A. Ideología y trayectoria (Buenos Aires: Editorial 
Proyección, 1976), p. 249. 
28 
 
general e intentar promover el cambio social, la semana trágica del 1919 dividió 
profundamente a sindicalistas y anarquistas por sus diferentes visiones a la hora 
de actuar. Los sindicalistas también consideraban que la negociación con las 
diversas instancias estatales y los empresarios eran una línea adecuada de 
actuación lo que los anarquistas repudiaban. 
Ya en 1920 otro suceso importante a nivel mundial afectaría a las relaciones 
dentro del mundo obrero, la salida de muchos militantes anarquistas de Rusia, 
tras la cual contaron sus experiencias como perseguidos del régimen leninista, 
lo que separó para siempre al anarquismo del comunismo. Al entrar en esta 
década la radicalización del movimiento hizo que la violencia aumentase, 
además de ahondar en la brecha entre las diferentes facciones anarquistas, el 
movimiento empezaba a padecer suficientes males como para ir perdiendo 
poder de convocatoria paulatinamente, si bien esta década no marca su final, si 
que es al final de la misma cuando el anarquismo argentino quedaría tocado de 
muerte, la represión de Uriburu en 1930 sumado a la disgregación de los 
miembros más importante, provocaría la caída del movimiento y su papel 
importante dentro de los sindicatos y asociaciones obreras, ya en la década de 
1940 la llegada de Perón al poder supondría la desaparicióncasi total de 
cualquier iniciativa anarquista en el país. 
2. Anarquismo argentino a nivel internacional. 
 
El aumento de la influencia anarquista en Argentina fue visto con preocupación 
por el Estado, pero también fue un elemento de tensión para el resto de las 
naciones americanas, que veían en la influencia de las ideas anti-estatistas 
propuestas por la ideología una seria amenaza a sus intereses. En Estados 
Unidos se iniciaron ciertos procedimientos para impedir la entrada de militantes 
anarquistas al continente, más desde el asesinato del presidente McKinley en 
1901 por Czolgosz, un miembro declarado de la ideología (véase anexo K). Fue 
en 1902 cuando se promulgó el tratado de extradición y protección contra el 
anarquismo, lo que supuso un hito político en la defensa de los intereses 
nacionales contra la inmigración de anarquistas. En concreto, este tratado fue 
propuesto por los Estados Unidos durante la celebración de la 2ª Conferencia 
29 
 
Panamericana, apelando a los intereses económicos del continente para que el 
resto de las naciones impusieran este tratado. 
El tratado en sí contenía artículos que aclaraban quienes eran aptos para la 
extradición y en qué condiciones. 
“Art. 13. La extradición de todo individuo culpable de actos de anarquismo 
puede pedirse siempre que la legislación de los Estados, requeriente y 
requerido, haya establecido la pena para dichos actos. En este caso, la 
extradición se concederá aun cuando el delito imputado al reclamado 
tuviere una pena menor de dos años de prisión.”37 
La noticia de la prohibición de entrada para los anarquistas en Estados Unidos 
se recogió en publicaciones de todo el mundo: 
“Telegrafían desde Washington diciendo que el Congreso va a discutir 
inmediatamente una ley contra el anarquismo. 
Dicen que se impedirá que desembarqué en los Estados Unidos ningún 
anarquista y lo que es mucho peor, se calificarán de anarquistas a cuantas 
personas profesen ideas consideradas como peligrosas para la 
sociedad.”38 
Desde La Protesta Humana se condenaba la persecución a la que eran 
sometidos los anarquistas en Estados Unidos, tanto física como 
económicamente: 
“Los tocinos de la Unión se han puesto de patas contra el anarquismo. 
[…] 
Uno de los artículos de la ley impone una multa de 5.000 dollars (25.000 
francos) o bien diez años de prisión a cualquier persona que propague las 
teorías o los principios anarquistas por la palabra, la pluma, o cualquier 
otro medio. 
Una pena idéntica se impone a todo propietario o encargado de casa que 
consienta en alquilar alguna habitación a personas que profesen ideas 
anarquistas. 
Felizmente para la burguesía, esas leyes caerán en desuso por su propia 
barbaridad; de lo contrario la lista de los Czolgoz sería interminable.”39 
 
37 Yáñez Andrade, Juan Carlos, “Tratado de extradición y protección contra el anarquismo (1901-
1902)” (Relaciones, Estudios de Historia y Sociedad. Michoacán, v. 32. No. 125, 2011), pp. 125-
136. 
38 El País. 22/10/1901. Disponible [en línea], URL: 
https://hemerotecadigital.bne.es/hd/es/viewer?id=10836764-39ac-44fc-94f9-5ff2991c267d 
[Consultado: Octubre 2022]. 
39 La Protesta Humana nº133, Buenos Aires, 25/8/1902. Disponible [en línea], URL: 
https://historiasocialargentinaunlp.com.ar/wp-content/uploads/2018/04/bna_la-protesta_1902-
08-23.pdf [Consultado: Octubre 2022]. 
https://hemerotecadigital.bne.es/hd/es/viewer?id=10836764-39ac-44fc-94f9-5ff2991c267d
https://historiasocialargentinaunlp.com.ar/wp-content/uploads/2018/04/bna_la-protesta_1902-08-23.pdf
https://historiasocialargentinaunlp.com.ar/wp-content/uploads/2018/04/bna_la-protesta_1902-08-23.pdf
30 
 
Durante esta primera etapa del siglo XX, las naciones americanas empezaron a 
tomar conciencia de los diversos peligros que podía traer una inmigración no 
controlada, a nivel ideológico el anarquismo y el comunismo eran los grandes 
rivales. Estados Unidos creó una ley especial de inmigración, la Inmigration Act 
de 1903, donde se recogía que 
“That the following classes of aliens shall be excluded from admission into 
United States: (…) polygamists, anarchists, or persons who believe in or 
advocate the overthrow by force or violence of the Government of the 
US… (…) That no person who disbelieves in or who is opposed to all 
organized government… shall be naturalized or be made a citizen of the 
US”.40 
Tras la Primera Guerra Mundial, esta ley se modificaría de nuevo en 1919, 
dejando claro que había que proteger al país de ideologías subversivas y 
peligrosas, restringiendo la entrada de todo individuo sospechoso de pertenecer 
a alguna de ellas. Argentina en 1902 promulgó la ley 4.144 para proteger sus 
intereses frente a los peligros migratorios, esta ley sería imitada por Bolivia en 
1911, Chile en 1918, Colombia en 1920 y Ecuador en 1921. 
Los contactos entre los gobiernos de las naciones americanas en las diversas 
Conferencias Panamericanas, intentaron avanzar en la formación de alianzas 
comerciales, ya en la 1ª Conferencia Panamericana celebrada en Washington el 
1 de octubre de 1899, se intentó establecer una unión aduanera, una moneda 
común que sirviese para la realización de transacciones comerciales entre 
estados americanos, la adopción de un sistema de pesas y medidas uniforme, 
junto a la instauración de un plan de arbitraje para la resolución de conflictos 
entre naciones americanas. Todas estas medidas encaminadas a resolver los 
problemas comerciales entre estados también tuvieron entre sus puntos de 
interés la resolución de problemas internos, siendo el anarquismo uno de los 
problemas sociales que causaba preocupación en las esferas dirigentes. 
La llegada de migrantes europeos al continente promovió el auge de la influencia 
anarquista en América, es sabido que muchas de las primeras organizaciones 
obreras fueron puestas en marcha por los anarquistas, en el caso argentino 
hemos visto que los primeros sindicatos como el de panaderos tienen un origen 
marcadamente anarquista. Para entender la conflictividad provocada por la 
 
40 Ibídem. 
31 
 
llegada de migrantes y las reacciones represivas del Estado, podemos ver cómo 
afectaría a la migración uno de los acontecimientos de mayor transcendencia a 
nivel mundial, la Primera Guerra Mundial, el conflicto también causó entre el 
anarquismo argentino puntos de fricción. Si ya el centenario de la independencia 
de 1910 llevó al Estado a promover fuertes medidas represivas contra el 
movimiento ácrata, dando lugar a la ley de Defensa Social promulgada después 
del estado de sitio declarado por Figueroa Alcorta. Según esta ley se prohíbe la 
entrada de los condenados por delitos comunes, “anarquistas y demás personas 
que profesen o preconicen el ataque contra las instituciones”; establece la 
necesidad de autorización para cualquier reunión pública, proscribe las 
reuniones anarquistas y fija las penas para los delitos contra el orden social 
(véase anexo E). A partir de su aplicación se suspenden la libertad de imprenta, 
el derecho de manifestación, de asociación y de reunión. 
La Gran Guerra provocó una fuerte conflictividad a nivel interno entre los 
anarquistas por las diferentes opiniones acerca del conflicto. A nivel internacional 
se puede considerar que el anarquismo tomó dos posiciones respecto al 
conflicto, una dirigida por Malatesta, Goldman y Berkman, junto a otra liderada 
por el anarquismo francés de Faure, Malato y Grave, junto a Kropotkin41. 
Ya en 1915 Malatesta y Goldman redactaron desde Londres un manifiesto 
titulado La Internacional anarquista y la guerra, como respuesta al alineamiento 
de Kropotkin y Grave a favor de la entente en la revista Freedom. El contenido 
del manifiesto recurría a una denuncia de la guerra, la cual se consideraba como 
“la consecuencia fatal de un régimen que se basa enla desigualdad económica 
y el antagonismo”. Para este sector del anarquismo, ningún gobierno en 
particular era responsable de la guerra, ya que ésta era la consecuencia 
inevitable del capitalismo y, en ese sentido, ni Francia ni Inglaterra ni Alemania 
se distinguían en lo más mínimo. A su vez consideraban que Inglaterra y Francia 
no eran ejemplos a seguir, reprimían a los huelguistas y continuaban su labor 
colonialista, por lo que no se debía confiar en ningún gobierno y la única guerra 
válida era la lucha contra el Estado. 
 
41Echezarreta, Diego Gabriel y Yaverovski, Alejandro Martín, “El anarquismo argentino y la gran 
guerra.” (Política y Cultura. No. 42, México. Diciembre 2014), pp. 125-153. 
32 
 
Del otro lado, en febrero de 1916 Kropotkin y sus partidarios firmaron el 
Manifiesto de los dieciséis, en el que se declaraban abiertamente pro-entente y 
partidarios del enfrentamiento bélico con Alemania, ya que era la causante de la 
guerra y había que defenderse de sus ataques. 
Vemos como las dos posturas eran antagónicas en cuanto a que el grupo de 
Malatesta tenía la idea de que la guerra era una consecuencia motivada por el 
capitalismo, mientras que el grupo de Kropotkin, mantenía que la guerra era 
motivada por el enfrentamiento cultural e ideológico entre la civilización contra el 
imperio y los regímenes militaristas, por ello la victoria de la entente sería el 
menor de los males, por lo que había que apoyarlos. En el caso argentino, la 
posición del anarquismo mayoritario se colocó del lado de Malatesta, pero los 
anarco-comunistas se posicionaron en favor de las tesis de Kropotkin, avivando 
aún más el distanciamiento entre las diversas posiciones del anarquismo 
nacional. Aunque en la línea editorial de La Protesta se propagó un cierto 
neutralismo, algunos de sus artículos fueron abiertamente pro-entente. Algunos 
intelectuales anarquistas dieron sus propias explicaciones de la guerra, Gilimón 
achacó la culpa al patriotismo alemán que se enseñaba en las escuelas, Ghiraldo 
lo redujo a una condición económica, desde la revista Ideas y Figuras, Martínez 
Paiva consideraba que la guerra era el fin último de la política europea, muy al 
estilo Clausewitz. El debate sobre los motivos que llevaron a Europa a la guerra 
fue reducido a factores monocausales en la mayoría de los casos, económicos, 
nacionalistas, raciales (latinismo frente a germanismo), pero una buena parte de 
los redactores de La Protesta consideraban que la explicación de la guerra era 
multicausal42. Anarquistas como Carulla en Ideas y Figuras pregonaron 
firmemente su compromiso por la causa pro-entente, incluso el propio Carulla 
que era médico de profesión, partió hacia Francia para colaborar como médico. 
Sin embargo, en La Protesta se decidió por el no alineamiento con ningún bando 
y se continuó con la línea editorial de que la guerra era producto de la política 
estatal y solo beneficiaba a los Estados y no al pueblo. 
Es importante analizar las diversas posturas que provocó el conflicto 
internacional en un nivel interno del anarquismo argentino, para entender los 
 
42 Ibídem. 
33 
 
conflictos latentes a nivel ideológico que estaban instalados en la ideología a 
nivel nacional. Al comienzo de la guerra las esperanzas entre el anarquismo 
estaban puestas en que el conflicto causase la revolución, pasado el tiempo esta 
sensación triunfalista se fue diluyendo, debido al aumento del nacionalismo en 
los países beligerantes y a la certeza de que la revolución se volvía cada vez 
más una vaga ilusión. Gilimón aseguraba que con el militarismo de la guerra se 
provocaría la caída del capitalismo y del propio militarismo, cosa que estaba muy 
lejos de la realidad. Otros militantes anarquistas creían que las condiciones de 
guerra darían lugar a la revolución total que acabaría con los Estados e 
impondría un modelo de gobierno anarquista. 
Otro de los momentos transcendentales a nivel global fue La Revolución de 
Octubre, que provocó síntomas de esperanza entre los miembros de la FORA y 
la izquierda en general, se pronosticaba un avance hacía la revolución proletaria 
a nivel mundial, todos los ojos de los sindicalistas y anarquistas argentinos 
estaban puestos en lo que sucedía en la Unión Soviética. Pero los primeros 
exiliados anarquistas que consiguieron escapar de Moscú fueron revelando 
detalles del funcionamiento interno del gobierno leninista, lo que provocó el viraje 
hacía el anarquismo más ortodoxo y el conflicto con los comunistas. Este cambio 
se puede ver con la acción de la FORA, que en 1920 pasó a denominarse 
FORAC por el adjetivo comunista, pero tras los escritos de ciertos intelectuales 
anarquistas como Ángel Pestaña, Ugo Fedeli o Gastón Leval, criticando las 
actitudes de los comunistas en los congresos de la Komintern y la Profirtern, más 
la salida de anarquistas de Rusia relatando sus experiencias y la forma de 
represión y gobierno bolchevique, provocó que desde la FORA se decidiera a 
expulsar al grupo de anarco bolcheviques de sus filas43. 
La década de los 20 también fue importante en cuanto a que se fomentaron los 
contactos entre ácratas americanos, Julio Díaz miembro de la redacción de La 
Protesta y delegado de la FORA, realizó una gira por América en 1925 para 
difundir el pensamiento de la federación, con buena acogida en México y Perú, 
sin embargo, otras naciones como Paraguay, Brasil y Uruguay no fueron 
visitadas ya que el contacto entre anarquistas de estos países y Argentina era 
 
43 Migueláñez Martínez, María, Más allá de las fronteras…, Op cit., pp. 50-52. 
34 
 
frecuente. La movilidad pese a las restricciones fue accesible durante el primer 
cuarto del XX, sin embargo, la década de los 30 pondría fin a esta movilidad de 
los libertarios. Los trabajadores portuarios de los países citados colaboraban 
habitualmente en la entrada de prófugos ácratas, la circulación de ideas tuvo 
como foco principal a Argentina, pero se criticaba desde el movimiento la 
idiosincrasia de los indios y su escasa capacidad para adherirse al movimiento. 
En los Estados Unidos, la COPA (Confederación Obrera Panamericana) tenía 
una gran fuerza en el movimiento sindical, su líder Gompers la creó en 1918 y 
contaba con la connivencia del gobierno estadounidense, ya que era una 
organización procapitalista, por ello el movimiento anarquista tuvo escasa 
presencia en los Estados Unidos44. A nivel institucional se creó en 1929 la ACAT 
(Asociación Continental Americana de los Trabajadores), en la segunda mitad 
de los años veinte proliferaron dictaduras militares en el continente (el Chile de 
Ibáñez, la Cuba de Machado, el Perú de Leguía o la Bolivia de Saavedra, y 
después, Siles). Tras la toma de poder de Uriburu, la ACAT tuvo que trasladarse 
a Montevideo, desde consiguió mantener activo su órgano propagandístico con 
La Continental Obrera. 
En el caso americano se pueden identificar tres circuitos regionales 
diferenciados para la propagación de la ideología con origen argentino. Uno 
ubicado en las provincias argentinas fronterizas con Paraguay y Brasil, 
confeccionado con los trabajadores de los yerbatales y los mensús, aquí 
anarquistas como Marcos Kanner y Eusebio Mañasco realizaron una labor 
propagandista entre los trabajadores, en un territorio donde estaban sometidos 
a condiciones precarias y con un alto porcentaje de analfabetismo respecto a los 
otros circuitos, aunque la labor de Kanner fue criticada por cierto sector del 
anarquismo al no adherirse a los principios de la FORA, como podemos leer en 
La Protesta: 
“Los gremios de la USA o sea sus dirigentes, hacen en aquellos lo que 
desgraciadamente han hecho en todos lados con las organizaciones y 
obreros, de todas las ramas de la industria.

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