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TESINA: Bibiana Casas Senpau 
Diploma Universitario en Danza 
Oriental 2011/2012 
 
 
http://patriciapasso.com/2017/04/20/conciencia-pelvica-iii/ 
Conciencia pélvica III 
 
Tesina: Bibiana Casas Senpau 
Diploma Universitario en Danza Oriental 2011/2012 
 
5. La respiración y la pelvis 
La respiración está directamente conectada con el estado de 
excitación del cuerpo. Cuando estamos relajados y quietos, 
nuestra respiración es lenta y fácil. En un estado de fuerte 
emoción, la respiración se hace más rápida e intensa. Cuando 
tenemos miedo, aspiramos bruscamente y retenemos el aliento. 
Cuando estamos tensos, nuestra respiración se vuelve 
superficial. Pero también sucede lo inverso: Respirar 
profundamente sirve para distender el cuerpo. 
El derecho como personas comienza con nuestro primer respiro. 
(…) Si todos respirásemos con tanta naturalidad como los 
animales, nuestro nivel de energía sería elevado y rara vez 
padeceríamos cansancio crónico o depresión. Pero en su 
mayoría, las personas de nuestra cultura respiran 
superficialmente y tienen tendencia a contener el aliento. Lo que 
es peor, ni siquiera son conscientes de su problema de 
respiración. (56) No obstante, la gente tiene más conciencia de la 
importancia de la respiración que en años anteriores. Esto se 
puede ver reflejado en muchos programas de ejercicios que 
destacan la necesidad de una respiración consciente. 
Es cierto que la respiración de oxigenación es un movimiento 
automático, que no necesita aprendizaje. (…) Pero podemos 
observar también que, más allá de la necesidad inmediata de 
oxígeno, hay gran variedad de gestos respiratorios. Es un 
repertorio de una gran riqueza, y estos gestos no son siempre 
espontáneos. La mayoría de las grandes tradiciones de trabajo 
corporal han reparado en alguno de estos modos de respirar, que 
se convierten entonces en objeto de una transmisión aprendida. 
(57) 
Según Blandine Calais-Germain, hay dos grandes tipos de gestos 
respiratorios: los que se hacen con las costillas (respiración 
intercostal), y los que se hacen con el cajón abdominal 
(respiración diafragmática). Estos dos gestos corresponden a dos 
formas fundamentalmente diferentes de movilizar los pulmones. 
Esta autora asegura, contrariamente a lo que se enseña, que 
ninguna de estas respiraciones es “la buena” o “la mala”. Son 
apropiadas para finalidades diferentes, circunstancias variadas. 
 
La respiración diafragmática también llamada a menudo 
respiración del vientre o abdominal, es aquella que es provocada 
por las contracciones del diafragma. La respiración intercostal 
puede ser media o alta (clavicular); en este caso, los movimientos 
respiratorios van a solicitar la parte alta de nuestro tronco, 
activando los diferentes músculos que se insertan en nuestra caja 
torácica. A menudo, ambas respiraciones son combinadas, 
mezclándose entre ellas. Existen muchas posibilidades. Algunas 
maneras de respirar nos resultaran más naturales, pero para 
otras nos puede ser necesario un entrenamiento. 
En la respiración intercostal alta o clavicular sólo se mueven el 
pecho, las costillas, los hombros y las clavículas, por lo que 
únicamente trabaja la parte superior de los pulmones, de ahí que 
se absorba una mínima cantidad de aire. Este tipo de respiración 
demanda mucha energía. Se presenta cuando utilizamos ropa 
muy ajustada o faja, o después de muchas horas de trabajo 
sentados, cuando nos inclinamos adelante impidiendo la 
respiración profunda, o bien cuando en la actividad intensa, 
estamos agitados. Cuando esta es nuestra respiración habitual, 
conlleva un empobrecimiento de la vitalidad general, cansancio, 
fatiga, falta de atención, concentración. 
La respiración media intercostal incluye un poco de la respiración 
abdominal, llenando de aire, en este caso, la parte superior y 
media de los pulmones. Con frecuencia la desarrollan las 
personas que trabajan de pie o caminando. Cuando se vuelve en 
nuestra respiración cotidiana puede provocar estrés y ansiedad, 
de ahí que se genere falta de atención y concentración. 
La respiración baja o abdominal nos ayuda a conseguir la 
máxima cantidad de aire, llenando por completo los pulmones con 
un mínimo esfuerzo. En el caso de la danza, desarrollar el hábito 
de la respiración abdominal nos permitirá incrementar nuestro 
nivel de resistencia, ampliar nuestra capacidad aeróbica y evitar 
el cansancio excesivo. 
Una respiración completa correcta, considera tres fases que 
corresponden con los tres tipos de respiración: en la primera fase 
la respiración abdominal; en la segunda, la respiración intercostal 
media y la tercera, la clavicular. 
La respiración completa, lenta y profunda nos ayudará al 
relajamiento y al estiramiento muscular. Se trata de un tipo de 
respiración que disminuye las tensiones, favoreciendo una mayor 
tranquilidad y concentración. 
Una emoción o preocupación agita o bloquea la respiración y 
distorsiona el tono. Igualmente una tensión muscular bloquea la 
respiración. (..) Regulando la respiración también actuamos sobre 
la tensión muscular y las manifestaciones emocionales, 
ejerciendo cierto control.(58) 
Según explica A. Lowen en La espiritualidad del cuerpo, es 
necesario que la persona respire profundamente llevando el aire 
al bajo vientre para restituirle vida y sensibilidad a esta zona del 
cuerpo. Este autor sostiene que la respiración profunda y libre 
tiene el poder de alcanzar y liberar sentimientos suprimidos. Un 
trastorno frecuente es una detención de la onda al nivel del 
ombligo o los huesos pelvianos. Esto impide que la onda llegue a 
la pelvis o a la cavidad abdominal profunda en el proceso 
respiratorio y da lugar a una respiración superficial. La respiración 
profunda envuelve la cavidad abdominal inferior, que se expande 
al inspirar y se encoje al espirar. Esta idea puede parecer 
confusa, dado que el aire en realidad no entra nunca en la 
cavidad abdominal; sin embargo, cuando se respira 
profundamente, la expansión de la cavidad abdominal profunda 
permite que los pulmones se expandan hacia abajo más fácil y 
completamente. Dado que esta dirección posibilita la mayor 
expansión de los pulmones, esta respiración es a la vez más fácil 
y más plena. Todos los niños respiran de este modo. (…) En la 
respiración superficial, los movimientos respiratorios están 
limitados al tórax y la zona del diafragma. El movimiento hacia 
abajo del diafragma es reducido, lo que fuerza a los pulmones a 
expandirse hacia afuera. Esto le impone un esfuerzo al cuerpo, 
dado que expandir la caja torácica, rígida, requiere más esfuerzo 
que expandir la cavidad abdominal.(59) 
El mismo autor afirma que existe una relación entre respirar y 
sentir. Respirar profundamente es sentir profundamente. Si 
respiramos profundamente hasta la cavidad abdominal, esta zona 
cobra vida. Cuando no respiramos profundamente, suprimimos 
ciertos sentimientos asociados con el abdomen. (…) Los niños 
aprenden enseguida que recogiendo hacia adentro el vientre y 
manteniéndolo rígido pueden interrumpir sentimientos dolorosos 
de tristeza y aflicción. (…) Tal vez parezca elegante y a la moda 
tener el vientre plano. (…) Pero la rigidez también denota una 
falta de plenitud en la vida. Cuando decimos que algo es rígido, 
queremos dar a entender que le falta color, animación y gusto. 
(60) 
Según las explicaciones de A. Lowen vemos que la pelvis está 
implicada en la respiración profunda y completa. Y 
anatómicamente hablando, según Blandinde Calais-Germaine, es 
necesario tomar conciencia de la relación que existe entre el 
diafragma, el transverso del abdomen y el suelo pélvico durante 
este proceso respiratorio. 
Relación entre el diafragma, el transverso del abdomen y el 
suelo pélvico en la respiración profunda y completa: 
Observando la respiración, podemos observar que existe una 
clara relación entre el funcionamiento del diafragma y del suelo 
pélvico. Al igual que existe una relación entre el transverso del 
abdomen (en la fase de espiración)y el suelo pélvico. 
El diafragma tiene forma de cúpula, está situado en la unión del 
tórax con el abdomen y su función principal y habitual es la 
respiratoria: es el principal músculo inspirador. Y actúa como un 
pistón entre el tórax y el abdomen. En la cumbre de esta cúpula 
se encuentra una zona fibrosa (no contráctil) de color blanco 
nacarado, el centro frénico. Cuando las fibras musculares del 
contorno del diafragma se contraen, el centro frénico desciende. 
Esto provoca un agrandamiento de los pulmones hacia abajo, 
estirándose, y llenándose de aire. Es la fase de Inspiración. La 
espiración, es justo la acción contraria. El diafragma sube 
acompañando al pulmón que recupera su tamaño anterior. 
 
 
Movimiento del diafragma. Cuando el diafragma está relajado, la cúpula descansa contra el corazón y los 
pulmones. Cuando el diafragma se contrae, empuja a todos los órganos de la cavidad abdominal 
 
Cuando está relajado el diafragma tiene forma abombada hacia 
arriba, hundida hacia abajo por dentro, mientras que el suelo 
pélvico tiene forma abombada hacia abajo y cóncava hacia arriba 
por dentro.(61) 
 
El suelo pélvico a veces es llamado diafragma inferior, y el 
diafragma, diafragma superior. 
Entre ambos se encuentran los órganos del abdomen, envueltos 
la mayoría en una bolsa llamada peritoneo. Los dos diafragmas 
son así los dos polos de esta “globo o bolsa” abdominal, 
comparable a una bolsa de agua (mecánicamente hablando). El 
contenido de esta bolsa del cajón abdominal (…) es deformable e 
incompresible: toda deformación aplicada en una parte de este 
“globo” será obligatoriamente restituida en otra zona del volumen. 
Este aspecto mecánico es muy importante. Explica por qué el 
abdomen se desplaza y se deforma en las espiraciones 
diafragmáticas.(62) 
A través de la interacción entre estos dos diafragmas esta “bolsa” 
abdominal se mueve, cambiando de forma, contrayéndose o 
relajándose, más o menos en relación a los dos polos. Para que 
el vaivén entre estos dos músculos sea óptimo, la respiración 
deberá fluir con naturalidad, sin tensiones; y estos dos músculos 
deberán cumplir su función contráctil adecuada, con el tono y la 
flexibilidad necesarios. 
Por otro lado también existe una relación bien directa entre el 
transverso del abdomen que es la pareja del diafragma y el suelo 
pélvico. Este músculo abdominal es realmente el músculo para la 
espiración, cuando ésta es profunda. 
En la respiración diafragmática podemos distinguir dos tipos 
de espiración 
1. La espiración apretando la cintura estrechando sobretodo el 
músculo transverso. Se trata de unmovimiento muy espontáneo, 
que permite espirar sin provocar demasiada presión hacia la 
parta superior del tronco. El inconveniente de esta espiración es 
que provoca una compresión sobre las vísceras más bajas del 
abdomen, que puede ser prolapsante para las vísceras de la 
pelvis menor. La cintura se estrecha como un tubo de pasta 
dentífrica apretado por el centro: las vísceras son empujadas por 
encima y por debajo de la cintura. 
 
 
2. La espiración ascendiendo el abdomen comprimiendo las 
vísceras del abdomen des de abajo hacia arriba (ascendiendo la 
masa abdominal). Esto supone contraer sucesivamente, 
ascendiendo, los músculos del cajón abdominal, desde el más 
bajo hasta el más alto. Consiste en contraer primero los músculos 
del periné, después, los que están situados abajo y delante del 
abdomen, sin que esta segunda etapa haga perder la primera. I 
continuar con los músculos abdominales cada vez más altos, 
conservando siempre la contracción de los músculos bajos. 
 
En este tipo de se empieza a contraer el ano para sentir primero 
la parte posterior del suelo pélvico, y a continuación se contrae la 
zona anterior. (No se trata de una contracción de los glúteos o de 
los abdominales, sino de una contracción en el fondo de la 
pelvis.) 
Este tipo de espiración según afirma Blandine, tonifica la parte 
baja del tronco, formando una vaina muy protectora para la 
columna lumbar y habitúa a una buena coordinación entre el 
suelo pélvico y los abdominales. No obstante, si la contracción es 
fuerte puede provocar presiones vasculares en el tórax y también 
puede provocar crispaciones musculares excesivas en la región 
alta del tronco y del cuello.

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