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Documento_Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales_WXMG_Repositorio

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Ecosistemas de humedal e 
imaginarios sociales: humedal El 
Burro y su transformación a partir de 
la segunda mitad del siglo XX 
 
 
 
 
 
 
 
Wanda Xiomara Matta García 
 
 
 
 
 
 
 
Universidad Nacional de Colombia 
Facultad de Artes, Escuela de Arquitectura y Urbanismo 
Bogotá, Colombia 
2019
 
Ecosistemas de humedal e 
imaginarios sociales: humedal El 
Burro y su transformación a partir de 
la segunda mitad del siglo XX 
 
 
 
 
Wanda Xiomara Matta García 
 
 
 
 
Tesis de investigación presentada como requisito parcial para optar al título de: 
Magister en Hábitat 
 
 
 
 
Director (a): 
Ph.D., Humberto Muñoz Tenjo 
 
 
 
 
Línea de investigación: 
Hábitat y Medio Ambiente 
Grupo de investigación: 
TEI-D: Tecnología, Experiencia e Inclusión - Diseño 
 
 
 
Universidad Nacional de Colombia 
Facultad de Artes, Escuela de Arquitectura y Urbanismo 
Bogotá, Colombia 
2019
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Vale más terminar algo que empezarlo. 
Vale más la paciencia que el orgullo. 
 
 
Rey Salomón 
 
 
Agradecimientos 
A Dios, quien me ayudó en cada instante, diseño increíbles coincidencias en este 
proceso y puso a mi alrededor personas que hicieron posible este trabajo. A mi esposo por 
asumir este reto como propio, por apoyarme a diario en todo lo que estuvo a su alcance, 
por su paciencia y por creer en mí y en este trabajo. A mi familia y a mis amigos que se 
alegraban con cada logro por pequeño que fuera y siempre me animaron a terminar. 
 
A mi director por su disposición para explorar nuevos temas, por brindarme su 
conocimiento y experiencia sin recelo, por su dedicación, respeto y compromiso hacia los 
estudiantes, por su disciplina que fue fundamental para avanzar en las distintas etapas y 
por extender mi visión frente a futuras decisiones. Igualmente doy las gracias a la 
Vicedecanatura de Investigación de la Facultad de Artes que otorgó recursos para el 
desarrollo de esta investigación por medio de la Convocatoria para el Apoyo al desarrollo 
de Tesis o trabajos finales de Maestría y Doctorado de la Facultad de Artes de la 
Universidad Nacional de Colombia 2018. 
 
También agradezco a Felipe Aliga y Carol Ramírez, profesores que gentilmente me 
brindaron su tiempo para discutir sobre teoría y metodología de los imaginarios sociales. 
 
Extiendo mi gratitud a todas las personas que han trabajado por la recuperación de 
los ecosistemas, especialmente los humedales de la ciudad, su labor es muy importante; 
especialmente agradezco a Alejandro Torres y Byron Calvachi por abrirme sus puertas y 
compartir conmigo sus experiencias, sus archivos, sus espacios y algunos momentos en 
torno a la mesa 
 
Y finalmente, a cada persona que dedica algo de su tiempo para leer este trabajo. 
 
Resumen y Abstract IX 
 
Resumen 
Esta investigación indaga sobre el proceso de transformación del humedal El Burro 
a partir de la segunda mitad del siglo XX, período en el cual la ciudad de Bogotá perdió el 
99 % de sus humedales y este en particular se redujo en 152 hectáreas aproximadamente. 
La hipótesis aquí presentada propone que este fenómeno no sucedió simplemente por el 
crecimiento urbano sino que tanto la transformación del humedal como el mismo modelo 
de crecimiento que afectó estos ecosistemas obedecen a determinados imaginarios 
sociales. 
 
Por lo anterior, se exploró sobre la manera en que los imaginarios sociales inciden 
en la transformación de los ecosistemas urbanos. Para ello, se buscaron los imaginarios 
de los actores clave en la transformación del humedal El Burro por medio de la 
fenomenología trascendental y la fenomenología hermenéutica, el resultado fue la 
identificación de cuatro imaginarios sobre el humedal: la desecación como beneficio, el 
potrero para lo indeseado, el recurso digno de protección y el ser lleno de vida. 
Posteriormente, se realizó una lectura integradora entre estos imaginarios y la 
transformación del humedal por medio de una matriz infográfica multivariable del tiempo 
en la que se sintetizó toda la información compilada. 
 
De este modo se concluye que, en primer lugar, la condición de un ecosistema 
urbano está profundamente relacionada con el imaginario instituido sobre el ecosistema, 
en segundo lugar, cuando hay un imaginario instituido existen varios imaginarios 
instituyentes que conviven entre sí y buscan la forma de ser instituidos y, finalmente, que 
un imaginario instituyente puede surgir tanto desde las entidades gubernamentales como 
desde las comunidades que habitan el territorio. 
 
 
Palabras clave: imaginarios sociales, ecosistemas de humedal, ecosistemas 
urbanos, hábitat, fenomenología. 
X Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su 
transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX 
 
Abstract 
 
This research is about the transformation process of El Burro wetland since the 
second half of the XX century, a period in which Bogota city lost 99 % of his wetlands and 
particularly The Burro was reduced roughly 152 hectares. The hypothesis here presented 
proposes that this phenomenon didn’t happen just by urban growth but both the wetland 
transformation as the model of growth what affected this ecosystems are due to certain 
social imaginary. 
 
For the above, the way as the social imaginaries influence the transformation of 
urban ecosystems was explored. For it, the imaginary of the key actors in the El Burro 
wetland transformation was sought through transcendental phenomenology and 
hermeneutic phenomenology, the result was identification of four imaginaries of the 
wetland: desiccation as a benefit, paddock for the undesirable, resource worthy to be 
protected and a being full of life. Subsequently, an integrative reading between this 
imaginaries and the wetland transformation was made using a multivariable infographic 
time matrix in which the compiled information was synthesized. 
 
Thereby it was concludes, first, the condition of an urban wetland is deeply related 
to the instituted imaginary about the wetland, second, when there is an instituted imaginary 
there are also several instituting imaginaries that coexist with each other and look for ways 
to be instituted and, finally, an instituting imaginary can emerge both from government 
entities and from the communities that inhabit the territory. 
 
 
Keywords: Social imaginary, wetland ecosystems, urban ecosystems, 
habitat, phenomenology. 
 
Contenido XI 
 
Contenido 
Pág. 
Resumen ........................................................................................................................ IX 
Abstract........................................................................................................................... X 
Lista de figuras ............................................................................................................ XIII 
Lista de tablas .............................................................................................................. XV 
Introducción .................................................................................................................... 1 
1. Planteamiento del problema .................................................................................... 5 
1.1 Justificación ..................................................................................................... 5 
1.2 Antecedentes ................................................................................................... 9 
1.2.1 Los humedales y el habitar humano en la Sabana de Bogotá antes de 
la segunda mitad del siglo XX. .......................................................................... 11 
1.2.2 Laguna El Tintal y su fragmentación. .................................................. 14 
1.3 Objetivos........................................................................................................20 
2. Fundamentación noológica ................................................................................... 21 
2.1 Una manera de conocer: lo epistémico .......................................................... 21 
2.2 El sistema del hábitat humano: lo teórico ....................................................... 25 
2.2.1 Ecosistemas de humedal. ................................................................... 29 
2.2.2 Actores sociales. ................................................................................. 32 
2.2.3 Imaginarios sociales. ........................................................................... 32 
2.2.4 Las mediaciones del sistema. ............................................................. 36 
3. Abordaje metodológico: un camino a través de las mediaciones ...................... 39 
3.1 Diseño de Investigación ................................................................................. 40 
4. Transformación del humedal El Burro a partir de la segunda mitad del siglo 
XX 55 
5. Imaginarios y transformación del humedal El Burro ........................................... 75 
5.1 La desecación como beneficio ....................................................................... 75 
5.2 El potrero para lo indeseado .......................................................................... 81 
5.3 Recurso digno de protección ......................................................................... 85 
5.4 Ser lleno de vida ............................................................................................ 98 
6. Conclusiones ........................................................................................................ 101 
A. Anexo: Breve reseña teoría de los imaginarios ................................................. 109 
XII Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su 
transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX 
 
B. Anexo: Entrevista a Alejandro Torres ................................................................ 111 
C. Anexo: Entrevista a Byron Calvachi ................................................................... 131 
D. Anexo: Entrevista a habitante de la localidad de Kennedy ............................... 168 
E. Anexo: Taxonomía de los discursos compilados.............................................. 171 
F. Anexo: Taller de Metáforas ................................................................................. 173 
Bibliografía .................................................................................................................. 177 
 
 
Contenido XIII 
 
Lista de figuras 
Pág. 
 
Figura 1-1. Mapa de humedales de Colombia ................................................................. 6 
Figura 1-2. Humedal El Burro .......................................................................................... 7 
Figura 1-3. Localización de Bogotá .................................................................................. 9 
Figura 1-4. Transformación del lago Funzé y urbanización de Bogotá ........................... 10 
Figura 1-5. Localización humedal El Burro .................................................................... 11 
Figura 1-6. Orfebrería muisca: balsa ............................................................................. 12 
Figura 1-7. Río San Francisco de Bogotá en 1910 ........................................................ 13 
Figura 1-8. Representación geográfica de la Sabana de Bogotá en el siglo XVII........... 14 
Figura 1-9. Grandes lagunas al occidente del actual territorio de Bogotá ...................... 15 
Figura 1-10. Haciendas del suroccidente de Bogotá ...................................................... 16 
Figura 1-11. Uno de los humedales producto del fraccionamiento de la laguna El Tintal 
1950. .............................................................................................................................. 17 
Figura 1-12. Construcción de equipamientos e infraestructura urbanos en las haciendas 
de Techo y Chamicera, año 1955 ................................................................................... 19 
Figura 2-1. Causalidad lineal y circular .......................................................................... 22 
Figura 2-2. Aspectos esenciales de un sistema ............................................................. 25 
Figura 2-3. Modelo gráfico del sistema hábitat humano ................................................. 28 
Figura 2-4. Sistema a investigar .................................................................................... 29 
Figura 2-5. Sección tipo de un humedal ........................................................................ 30 
Figura 2-6. Planos de un fenómeno social ..................................................................... 34 
Figura 2-7. Mediaciones del sistema hábitat .................................................................. 36 
Figura 2-8. Mediaciones del sistema a investigar .......................................................... 37 
Figura 3-1. Matriz infográfica multivariable del tiempo ................................................... 39 
Figura 3-2. Proceso de georreferenciación para la fotointerpretación de 2015 .............. 41 
Figura 3-3. Modelo: mapa del imaginario social ............................................................. 45 
Figura 3-4. Taxonomía y métodos de procesamiento de los discursos .......................... 53 
Figura 3-5. Ejemplo de representación de un imaginario, sus discursos y la relación con 
la transformación del humedal ........................................................................................ 54 
Figura 4-1. Crecimiento demográfico con énfasis en Bogotá en el periodo de observación
 ....................................................................................................................................... 56 
Figura 4-2. Humedal el Burro año 1956 ......................................................................... 57 
Figura 4-3. Urbanización Ciudad Techo......................................................................... 59 
Figura 4-4. Urbanización en las inmediaciones del humedal para la década de 1960 ... 60 
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XIV Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su 
transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX 
 
Figura 4-5. Planta de Bavaria, urbanización Castilla y humedal El Burro década de 1970
 ....................................................................................................................................... 61 
Figura 4-6. Coberturas de lumedal El Burro año 1975 .................................................... 62 
Figura 4-7. Loteo de predios en el humedal El Burro año 1975 ...................................... 63 
Figura 4-8. Urbanizaciones en el humedal El Burro año 1986 ........................................ 64 
Figura 4-9. Coberturas del humedal el Burro año 1985 .................................................. 65 
Figura 4-10. Planta de transferencia de Protecho .......................................................... 66 
Figura 4-11. Urbanizaciones humedal El Burro década 1990 ......................................... 68 
Figura 4-12. Biblioteca Pública El Tintal ......................................................................... 69 
Figura 4-13. Coberturas del humedal 2004 .................................................................... 70 
Figura 4-14. Humedal El Burro a inicios de la década del 2000 ..................................... 71 
Figura 4-15. Humedal El Burro 2015 .............................................................................. 72 
Figura 4-16. Primer componente matriz infográfica multivariable del tiempo .................. 73 
Figura 5-1. Imaginario de la desecación como beneficio ................................................ 80 
Figura 5-2. Desecación del humedal El Burro ................................................................ 81 
Figura 5-3. Imaginario del potrero para lo indeseado ..................................................... 84 
Figura 5-4. Humedal El Burro década de 1990 ............................................................... 85 
Figura 5-5. Imaginario recurso digno de protección ........................................................ 97 
Figura 5-6. Humedal El Burro luego de su recuperación ................................................ 98 
Figura 5-7. Imaginario ser lleno de vida.......................................................................... 99 
Figura 5-8. Síntesis de los imaginarios y la transformación del humedal El Burro ........ 100 
Figura 6-1. Interacción entre el imaginario social y la condición del ecosistema ........... 103 
Figura 6-2. Modo de institución imaginaria para la recuperación del humedal .............. 105 
 
 
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Contenido XV 
 
Lista de tablas 
Pág. 
 
Tabla 3-1. Ficha de registro documental ........................................................................ 48 
Tabla 3-2. Taxonomía de los discursos sobre el humedal El Burro ................................ 50 
Tabla 6-1. Taxonomía ...................................................................................................171 
Tabla 6-2. Formato taller de metáforas sobre el humedal El Burro................................173 
Tabla 6-3. Formato taller de metáforas diligenciado ......................................................174 
Tabla 6-4. Resultados taller de metáforas .....................................................................175 
 
file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc25774182
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Introducción 
Hablar de hábitat es hablar de la relación que el ser humano establece con su 
mundo, por ende es hablar de los sentidos y significados que le asigna, de la manera en 
que se lo apropia y lo transforma. En suma, un campo amplio en el que se requiere definir 
un rumbo. En mi caso, dos han sido las reflexiones particulares que han orientado este 
proceso académico. La primera es la relación agua-ciudad. Llama la atención que los 
asentamientos humanos en su mayoría, sin importar cultura o época, se han configurado 
en torno a un ecosistema acuático. Este desempeña un papel fundamental en la 
cotidianidad, como si fuera obvio el rol esencial de estos ecosistemas para la vida. A pesar 
de ello, a medida que los asentamientos evolucionan resultan dando la espalda a este 
elemento natural y en ocasiones hasta se convierten en el vertedero de los residuos. 
 
En la búsqueda de la identificación de las razones de este patrón de relación surge 
la segunda reflexión. La transformación de los ecosistemas de la urbe no sucede 
simplemente por la sucesión de distintos acontecimientos urbanos de mayor o menor 
escala, antes bien, debe existir “algo” dentro del universo de la subjetividad social que 
influencie las prácticas cotidianas y aun las grandes intervenciones urbanas. Si bien lo 
planteado posee un carácter urbano, es una relación que debería ser abordada más allá 
de dicha dimensión a partir de perspectivas integradoras de lo urbano y la intersubjetividad 
que permitan dar cuenta de un mayor nivel de complejidad. 
 
Luego de un proceso de exploración teórica se encuentra que la teoría de 
imaginarios sociales podría orientar este proceso de reflexión. En palabras de Armando 
Silva (2013) “los estudios sobre imaginarios se dedicarán a entender cómo construimos y 
cómo archivamos en nuestras memorias individuales y públicas, desde nuestros deseos y 
sensibilidades sociales hasta nuestros modos grupales de ver, vivir, de habitar y deshabitar 
nuestros mundos” (p.30). Así, se observaría un ecosistema urbano y su transformación a 
partir de los imaginarios sociales, postura que desde el hábitat y desde los imaginarios 
sociales resulta novedosa en esta investigación. 
2 Introducción 
 
 
Sobre el caso de estudio, las opciones eran múltiples, pues, como se mencionó, es 
difícil pensar en un asentamiento humano, particularmente del territorio nacional, que no 
tenga alguna relación con un ecosistema acuático. No obstante, al conocer los datos sobre 
la desecación de los ecosistemas de humedal en Bogotá fue imposible no enfocar allí la 
investigación, pues a partir de la segunda mitad del siglo XX la ciudad perdió el 99 % del 
área de estos ecosistemas (Gallini, Felacio, Agredo, & Garcés, 2014). Al momento de 
adentrarse en la documentación sobre la importancia de los ecosistemas de humedal, su 
ignorado potencial en los contextos urbanos, su falta de estudio desde las ciencias sociales 
y su monumental desecación era claro que debía precisarse la observación, ya que este 
gran fenómeno claramente desbordaría los alcances de la investigación. 
 
Fue sorpresivo caer en la cuenta de que el lugar en donde he vivido recientemente 
hace algunas décadas estuvo cubierto por vegetación acuática. Se trataba de un humedal 
llamado El Burro, que no solo había sido víctima de la desecación y contaminación, sino 
que además fue recuperado gracias a la lucha organizada de la comunidad. Este, además 
de otros datos relevantes del contexto del humedal, se presenta en el primer capítulo. En 
resumen, este panorama resultaba ser sumamente atractivo para explorar la relación entre 
la transformación del humedal y los imaginarios sociales que se habían construido sobre 
el mismo. 
 
Debido a que la premisa y el reto de esta investigación era realizar una observación 
integradora entre lo subjetivo y lo tangible a lo largo de casi siete décadas, se diseñó una 
matriz infográfica que ayudó a sintetizar la información recogida de cada componente del 
sistema objeto de estudio y a relacionarla. A causa de que el fenómeno se aborda desde 
un nivel de complejidad mayor que el de los estudios tradicionales sobre los humedales, 
este instrumento resulta complejo, razón por la cual se presenta de manera secuencial en 
los capítulos cuarto y quinto. 
 
El primer componente de esta matriz es la transformación del humedal que se 
obtuvo a partir de la revisión documental. Esta a su vez permitió identificar los actores 
sociales clave en dicha transformación, en quienes se debía buscar los imaginarios 
sociales sobre el humedal. Para esto se recurrió a la fenomenología trascendental y 
hermenéutica, por lo que fue necesario emplear técnicas de recolección de información, 
Introducción 3 
 
como entrevistas fenomenológicas y sesiones en profundidad, y técnicas de descripción 
como el método reflexivo para ver el sentido de los discursos y el análisis sociometafórico. 
 
Finalmente, empleando la matriz mencionada fue posible observar la relación entre 
los imaginarios sociales y la trasformación de un ecosistema acuático urbano, así como la 
pugna en el proceso de institución y des-institución de imaginarios. En este sentido, esta 
investigación configura un avance teórico para el estudio del hábitat humano al integrar la 
teoría de los imaginarios sociales. En cuanto a la teoría de imaginarios sociales se refiere, 
la presente investigación aporta una primera aproximación en el abordaje de la 
transformación de ecosistemas urbanos como objeto de estudio, en la integración del 
enfoque fenomenológico trascendental y hermenéuticoy en el diseño de una matriz 
infográfica, instrumento para la integración entre lo físico-ambiental, los actores sociales y 
los imaginarios sociales. 
 
 
 
1. Planteamiento del problema 
1.1 Justificación 
Los humedales son ecosistemas que ofrecen servicios esenciales para la vida tales 
como el abastecimiento de agua, alimentos, maderas, fibras, medicinas naturales e 
insumos utilizados en medicina farmacéutica; para la regulación del clima, de la calidad del 
aire, de los niveles de agua y su purificación, entre otros; para el soporte de la producción 
primaria, el ciclo de nutrientes y el ciclo del agua; y ofrecen también servicios culturales 
asociados a valores espirituales, educativos, estéticos, recreativos, ecoturísticos y demás 
(Millennium Ecosystem Assessment Board, 2005). Es por ello que uno de los objetivos de 
desarrollo sostenible de la ONU es “velar por la conservación, el restablecimiento y el uso 
sostenible de los ecosistemas terrestres y los ecosistemas interiores de agua dulce, en 
particular los bosques, los humedales, las montañas y las zonas áridas” (Ramsar, 2016). 
 
Colombia posee una condición hidrográfica privilegiada debido a que se ubica en 
el extremo noroccidental de América del Sur sobre el ecuador terrestre, por ello cuenta con 
soberanía sobre el mar Caribe, el océano Atlántico, el océano Pacífico, la cuenca del 
Orinoco y la cuenca de la Amazonía. Esta abundancia hidrográfica se refleja también en 
áreas de humedal, ya que el país posee “30.781.149 ha de humedales” (Jaramillo, Cortés, 
& Flórez, 2015, p. 57), es decir, el 26 % de su territorio, como se observa en la figura 1-1. 
6 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su 
transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX 
 
 
Sin embargo, muchos ecosistemas de humedal han desaparecido. Un caso 
destacado es el de la ciudad de Bogotá, en donde abundaban los humedales. Aunque 
actualmente no parezca, iniciando el siglo XX estos comprendían un área de 50.000 
Figura 1-1. Mapa de humedales de Colombia 
 
Fuente: (Jaramillo, Cortés & Flórez, 2015) 
Capítulo 1 7 
 
hectáreas aproximadamente, de las cuales perdió el 99 %. Se considera que este 
fenómeno de desecación fue profundizado por el aumento de la población en la capital y 
el crecimiento urbano que tuvo lugar después de la segunda mitad de este siglo (Gallini et 
al., 2014). 
 
Dentro del 1 % de ecosistemas de humedal que quedan en la ciudad, 500 
hectáreas, según el Instituto de Estudios Ambientales (2008) el humedal El Burro (figura 
1-2) es uno de los que se encuentra en riesgo por estar sometido a mayor presión urbana. 
Este se ubica en la localidad de Kennedy al occidente de la ciudad, territorio que 
comprendía la llanura de inundación del río Bogotá y espacio en el que abundaban 
ecosistemas de humedal y diversidad de fauna y flora (Corporación Autónoma de 
Cundinamarca, 2016). En contraste, actualmente Kennedy no solo es una de las 
localidades con mayores índices de contaminación en el aire (Rojas, 2007), sino además 
una fuente de alta contaminación atmosférica y de problemas asociados al manejo 
inadecuado de residuos sólidos (Alcaldía Local de Kennedy, 2012). 
 
Figura 1-2. Humedal El Burro 
 
Fuente: (@elburrito_humedal, s.f.) 
8 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su 
transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX 
 
 
Frente al sustancial cambio en la configuración geográfica de la ciudad surge el 
cuestionamiento sobre ¿qué sucedió con los humedales de la ciudad? Al indagar sobre los 
humedales, se encuentra que la mayoría de información proviene de perspectivas 
disciplinares de las llamadas ciencias duras. Eduardo Guerrero (citado por Londoño, 2008) 
sostiene: 
 
Entre 1970 y 1997 solo Colciencias había financiado más de 1600 investigaciones 
sobre humedales, donde el mayor porcentaje de investigaciones se desarrolló en 
áreas relacionadas con las ciencias biológicas (179 investigaciones), seguidas por 
investigaciones en química, geología y afines, hidrología, piscicultura, pesquería, 
entre otras (p. 8-9). 
 
A su vez, Rafael Hernández et al. (2014) afirman que hasta el año 2013 se habían 
realizado 3.783 investigaciones en las que el tema principal eran los humedales 
continentales, de las cuales el 79 % pertenecen a ciencias ambientales y naturales; desde 
la planificación y la construcción, por su parte, solo el 12 % había abordado los humedales 
como subtema de estudio. Estos datos permiten observar la ausencia de campos como las 
ciencias sociales, el hábitat y el urbanismo en el estudio de los humedales y también la 
necesidad de una articulación entre diversas disciplinas. En este sentido, la Secretaría 
Distrital de Ambiente (2008) manifiesta la necesidad de investigar sobre la historia 
ambiental, cultural y de la gestión participativa en los humedales de la ciudad. 
 
Así pues, para abordar el fenómeno de transformación de un ecosistema urbano, 
el humedal El Burro, y entendiendo que “las transformaciones materiales que son visibles 
en la superficie solo pueden comprenderse si nos sumergimos hacia las profundidades 
estructurales y simbólicas que las sustentan y las cotidianas en las cuales emergen y se 
reconstruyen” (Vera et al., 2019, p. 9), se recurre a la teoría de los imaginarios sociales. 
 
[U]na postura teórica y metodológica que permite identificar y descifrar las 
predisposiciones a la reproducción de la ciudad y de lo urbano bajo pautas ya 
instauradas, así como la puerta a otras tendencias que anuncian formas de 
producción innovadoras de la ciudad y lo urbano (Vera et al., 2019, p. 9). 
Capítulo 1 9 
 
 
No obstante, en el estudio de los fenómenos sociales urbanos desde la dimensión 
imaginaria se han tratado temas como el miedo, la estigmatización y la exclusión territorial, 
la desigualdad y la segregación, el patrimonio, la imagen referencial urbana; y algunas 
prácticas urbanas como la espera, el juego y el trabajo, y el consumo de cannabis (Vera et 
al., 2019). Luego, el abordar un ecosistema de humedal urbano desde los imaginarios 
sociales como un asunto del hábitat humano es una exploración novedosa que obliga a 
asumir retos teóricos y metodológicos. 
1.2 Antecedentes 
En la cordillera oriental de los Andes colombianos a una altura aproximada de 2.625 
m. s. n. m., se encuentra la planicie de alta montaña denominada Sabana de Bogotá (figura 
1-3) caracterizada históricamente por su riqueza hidrográfica, ya que era un territorio que 
comprendía “un antiguo lago” (Julivert, 1961, p. 5), el lago Funzé (figura 1.4). 
 
Figura 1-3. Localización de Bogotá 
 
Fuente: Edición propia con base en Google Maps 
10 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su 
transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX 
 
 
Luego de la desecación del lago Funzé quedó configurado hidrológicamente el 
territorio donde posteriormente se ubicaría la ciudad de Bogotá: el río Bogotá, que fluye de 
norte a sur sobre la planicie de la sabana y que posteriormente se convertiría en el límite 
occidental de la ciudad, cuyos tributarios son los ríos Fucha y Salitre que nacen en los 
cerros orientales, y el río Tunjuelo que nace en el páramo de Sumapaz; y se formó también 
la llanura de inundación del río Bogotá sobre su ribera oriental, la cual conformó grandes 
humedales, variables en extensión según los ciclos de lluvia y sequía, que contaban con 
mayor extensión en los puntos de unión del río con las aguas de sus afluentes tributarios. 
 
En esa ribera de inundación, en la subcuenca El Tintal al suroccidente de la ciudad 
en la localidad de Kennedy, se ubica el humedal El Burro1 (figura 1-5). Actualmente, este 
 
 
1 El humedal El Burro “se [encuentra] en una de las localidades más secas y áridas de la ciudad, 
por tanto, su existencia como [reguladorambiental], [hídrico] y de humedad relativa es primordial 
Figura 1-4. Transformación del lago Funzé y urbanización de Bogotá 
 
Fuente: Edición propia con base en Corporación Autónoma de Cundinamarca 
(2016) 
Capítulo 1 11 
 
humedal es considerado como parque ecológico distrital y forma parte del sistema de áreas 
protegidas. El Burro cuenta con una extensión de 18.8 hectáreas, un espejo de agua de 2 
hectáreas fraccionadas en dos partes por la avenida Ciudad de Cali, condición que se 
mantiene a nivel de planeación urbana, ya que una parte del humedal pertenece a la 
unidad de planeamiento zonal UPZ 86 Castilla y la otra a la UPZ 79 Calandaima (Instituto 
de Estudios Ambientales, 2008). 
 
1.2.1 Los humedales y el habitar humano en la Sabana de Bogotá 
antes de la segunda mitad del siglo XX. 
Durante el período prehispánico, la Sabana de Bogotá fue un territorio lacustre 
habitado por la cultura muisca, en la que el agua desempeñaba un rol fundamental que 
 
 
para la conservación de la flora y la fauna en el sector” (Uribe Botero, Osorio Olarte, & Molina 
Prieto, 1997, p. 40). 
Figura 1-5. Localización humedal El Burro 
 
Fuente: Edición propia con base en portal IDECA 
12 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su 
transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX 
 
trascendía la supervivencia. En su sistema de creencias, el agua representaba el origen y 
el fin del ser, de ella “surge la vida, los humanos, las divinidades, en suma, surge la historia” 
(Bohórquez, 2008, p. 159). “La vida de los muiscas dependía […] de un preciso 
conocimiento del comportamiento de la naturaleza, de la periodicidad de sus ciclos y del 
cómo controlar sus transformaciones” (Correa, 2005, p. 202). Por ello, los muiscas 
representaban artesanalmente y con gran detalle elementos sagrados y cotidianos 
íntimamente relacionados con los cuerpos de agua (figura 1-6). 
 
En efecto, los modos en que los muiscas habitaron su territorio se pueden 
denominar modos de habitar anfibios, pues comprendían, según afirma Londoño González 
(2009): 
 
[Un] [e]ntramado psico-social, económico y político, si se quiere, en el que […] 
encuentran su forma de vida, subsisten porque el medio natural les proporciona 
sostenibilidad alimentaria, en algún momento del año les permite moverse en el 
espacio con la fluidez que solo proporciona el agua cuando rebosa sus cauces, y 
Figura 1-6. Orfebrería muisca: balsa 
 
Fuente: (Banco de la República, s.f.) 
Capítulo 1 13 
 
alrededor de esto construyen unas creencias, unos símbolos, cosmogonías 
particulares, una forma distinta de habitar a partir del reconocimiento de esa 
realidad (p. 19). 
 
Isabel Patiño (citada por Bohórquez, 2008) evidencia que “los muiscas utilizaron la 
laguna como sustento, como santuario, como delimitación política y como último resguardo 
sagrado ante la invasión del conquistador” (p. 163). Sin embargo, luego de la conquista 
española, en el período colonial y durante el siglo XIX, el hábitat y los modos de habitar 
anfibios de los muiscas fueron colonizados por la dicotomía sociedad-naturaleza presente 
en el imaginario español y, en consecuencia, los ríos, quebradas y lagunas que antes eran 
sagrados fueron profanados. De este modo, en los nuevos centros urbanos los cuerpos de 
agua empezaron a usarse para el abastecimiento de agua y como cloacas (figura 1-7) y, 
fuera de los centros poblados, el suelo empezó a usarse para la ganadería y la agricultura 
(figura 1-8). 
 
Figura 1-7. Río San Francisco de Bogotá en 1910 
 
Fuente: (Núñez, 1938) 
14 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su 
transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX 
 
 
Según Gallini, Felacio, Agredo y Garcés (2014), el proceso de expansión urbana y 
crecimiento poblacional de Bogotá durante el siglo XX impactó negativamente los 
humedales del territorio reduciendo su área de manera significativa. Dicha afectación se 
traduce en procesos de desecación, fraccionamiento, contaminación, cacería y extracción 
en los humedales por parte de sus habitantes. 
1.2.2 Laguna El Tintal y su fragmentación. 
En la llanura de inundación de la cuenca baja del río Fucha y del río Tunjuelo a su 
encuentro con el río Bogotá, se ubicaba la laguna El Tintal (figura 1-9), “que en 1860 fue 
mapeada por Agustín Codazzi y abarcaba gran parte de la actual localidad de Kennedy y 
una pequeña parte de Fontibón y Bosa” (Bernal, 2017). Su nombre se asocia al árbol de 
Figura 1-8. Representación geográfica de la Sabana de Bogotá en el siglo XVII 
 
Fuente: (Ruiz Galdámez & de Aguilar Rendón, 1614) 
Capítulo 1 15 
 
tinto, una especie arbórea encontrada con frecuencia en los humedales de la sabana que 
produce un pigmento antiguamente empleado por los indígenas. 
 
 
En el período prehispánico, este territorio perteneció a los dominios del cacique 
Techotibá, pero en 1608, luego de la conquista española, fue cedido a los jesuitas, quienes 
lo administraron por pocos años. Con posterioridad, este pasó por manos de varios 
particulares y también estuvo a cargo de compañías religiosas que se vieron afectadas en 
1861 por la desamortización de bienes en manos muertas ordenada por el presidente 
encargado Tomás Cipriano de Mosquera. Después de muchas negociaciones efectuadas 
al inicio del siglo XX, esta zona quedó dividida en grandes haciendas: Tintal y Tintalito, 
Techo y Chamicera (Jaramillo Palacio & Juez Pardo, 1996), como se observa en la figura 
1-10. 
Figura 1-9. Grandes lagunas al occidente del actual territorio de Bogotá 
Fuente: Edición propia con base en http://www.codazzi.mitreum.net/imgs/010601d.jpg 
 
http://www.codazzi.mitreum.net/imgs/010601d.jpg
http://www.codazzi.mitreum.net/imgs/010601d.jpg
16 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su 
transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX 
 
 
Con relación a los cuerpos de agua de la zona occidental en el siglo XVI, el 
historiador colonial Rodríguez Freile (citado por Pardo Umaña, 1946) relató: 
 
Estaba el río Bogotá tan crecido con las muchas lluvias de aquellos días, que 
allegaba hasta Techo, junto a lo que agora tiene Juan de Aranda por estancia. 
Era de tal manera la creciente, que no había camino descubierto por donde pasar, 
y para ir de esta ciudad a Techo había tantos pantanos y tanta agua, que no se 
veía por donde iban (p. 9). 
 
Figura 1-10. Haciendas del suroccidente de Bogotá 
 
Fuente: Edición propia con base en Carrasquilla (1979) 
Capítulo 1 17 
 
Sin embargo, para las primeras décadas del siglo XX ya no existía la laguna El 
Tintal, pues había sido desecada y fragmentada, de modo que en este territorio quedaban 
solo cinco humedales de menores proporciones, Techo, El Burro, La Vaca, Timiza y 
Tibanica (figura 1-10). Se considera que esta afectación sucedió debido a las acciones 
humanas en el territorio, asociadas principalmente a las intervenciones que se realizaban 
en las haciendas para aumentar su productividad agropecuaria2 y al crecimiento urbano 
(Instituto de Estudios Ambientales, 2008). 
 
Durante esta época, se emitió la primera legislación sobre humedales en el país. 
El Presidente de la República de Colombia, Rafael Reyes, promulgó el Decreto 40 de 1905 
 
 
2 Según el levantamiento del municipio de Fontibón en 1936, elaborado para el Censo 
Agropecuario Nacional, (Corporación Autónoma de Cundinamarca, 2016) las haciendas Tintal, 
Tintalito y Techo contaban con grandes extensiones de pastizales empleados probablemente para 
la ganadería, mientras que el cultivo de alimentos —generalmente trigo— era una proporción 
significativamente menor. 
Figura 1-11. Uno de los humedales producto del fraccionamiento de la laguna El 
Tintal 1950. 
 
Fuente: (Acueducto de Bogotá y Conservación Internacional Colombia,2003). 
18 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su 
transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX 
 
sobre desecación de lagunas, ciénagas y pantanos. Este transfería al Estado los terrenos 
que habían estado inundados en los últimos diez años, ordenaba el deslinde de los cuerpos 
de agua que pertenecían al Estado3 y cedía su propiedad a quienes realizaban las obras 
de desagüe y desecamiento (República de Colombia, 1905). El decreto, sin embargo, fue 
declarado inexequible siete años después, tardarían varias décadas para que el Gobierno 
volviera a pronunciarse a propósito de los ecosistemas de humedal. 
 
Posteriormente, en la zona rural de los municipios de Fontibón y Bosa, inició la 
construcción de equipamientos urbanos considerados necesarios en aras de la 
modernización de la ciudad de Bogotá. Sobre el particular, las decisiones de la 
administración pública respecto a la hacienda Techo detonaron la urbanización. Una parte 
de esta hacienda fue vendida a la Sociedad Colombo-Alemana de Transportes Aéreos - 
SCADTA4, que construyó, hacia el sur del humedal El Burro, el Aeropuerto de Techo, 
inaugurado en diciembre de 1930. Otra porción de terreno de la hacienda se empleó para 
el trazado y construcción de la avenida de las Américas, construida entre 1944 y 1946 con 
el fin de comunicar el aeropuerto y la ciudad. Esta fraccionó dos extensiones del cuerpo 
de agua del humedal, como se observa en la figura 1-12, que al quedar desconectadas del 
ecosistema se secaron con el paso del tiempo. Frente al aeropuerto se construyó el 
monumento de Banderas en 1948 con motivo de la IX Conferencia Panamericana. Luego, 
un fragmento nororiental fue vendido a la Cervecería Bavaria que en el año 1968 inició 
labores en el posteriormente denominado Complejo Industrial de Techo (Pardo Umaña, 
1946). 
 
 
3 Cabe señalar que a partir del año 1861 la hacienda de Techo era propiedad del Estado. 
4 Primera empresa de transporte aéreo en Latinoamérica que posteriormente se uniría con la 
compañía Servicio Aéreo Colombiano para así conformar Aerovías Nacionales de Colombia S.A. 
– Avianca. 
Capítulo 1 19 
 
 
Sobre el humedal El Burro se han venido realizando investigaciones, 
principalmente a partir de la última década, la mayoría de ellas enfocadas en aspectos 
biológicos abordan, desde la temporalidad del presente, temáticas como las condiciones 
del recurso hídrico, sus servicios ecosistémicos, la biodiversidad, su fauna y flora. Existen 
únicamente dos investigaciones que indagan sobre la historia del humedal, la primera, el 
trabajo de Venegas y Gómez (2011), aporta datos sobre las áreas del espejo de agua5 y 
el uso del suelo en el entorno del humedal en los años 1956, 1985 y 2000 a través de la 
interpretación de fotografías aéreas, la segunda, trabajo de grado realizado por Bonilla 
Martínez (2011), recoge la memoria sobre el humedal desde la década de 1990 mediante 
relatos de habitantes de la UPZ Castilla y un líder comunitario. 
 
 
 
5 Los datos sobre el área del humedal en Venegas y Gómez (2011) difieren de los del plan de 
manejo ambiental. Debido a que este último es un documento de carácter oficial, se toma como 
referencia principal en el presente trabajo. 
Figura 1-12. Construcción de equipamientos e infraestructura urbanos en las 
haciendas de Techo y Chamicera, año 1955 
 
Fuente: Edición propia con base en Zambrano (2007) 
20 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su 
transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX 
 
Con respecto a documentos oficiales, el plan de manejo ambiental realizado por el 
Instituto de Estudios Ambientales (2008) hace una documentación juiciosa desde lo 
biológico y desde lo socio histórico. A su vez, la Corporación Autónoma Regional (2016) 
en su publicación sobre los humedales de Kennedy registra algunas dinámicas urbanas y 
ambientales. 
 
1.3 Objetivos 
A partir de la importancia de los ecosistemas de humedal y del vacío de 
conocimiento sobre la transformación de los humedales en la ciudad desde una 
perspectiva del hábitat, se propone explorar cómo los imaginarios sociales inciden en la 
transformación de los ecosistemas urbanos y, a su vez, pueden dar cuenta de una realidad 
más compleja. Para ello se toma como caso de estudio el humedal El Burro en el período 
comprendido entre 1950 y 2019. Para dar cuenta de lo anterior, se propone: 
 
 Documentar el proceso de transformación del humedal El Burro a partir de la 
segunda mitad del siglo XX. 
 Identificar los actores sociales clave en la transformación del humedal y sus 
imaginarios sobre este ecosistema 
 Relacionar los imaginarios sociales sobre el humedal y su transformación a partir 
de la segunda mitad del siglo XX 
 
 
 
2. Fundamentación noológica 
2.1 Una manera de conocer: lo epistémico 
Pretender abordar la transformación de un humedal como una cuestión del hábitat 
humano requiere aclarar ciertas premisas epistemológicas que soportan dicha postura. 
Generalmente, cuando se habla de hábitat la asociación remite al concepto de la biología, 
esto es, a una parte del ecosistema que reúne las condiciones necesarias para que una 
especie cumpla su ciclo de nacimiento, crecimiento, reproducción y muerte. Sin embargo, 
esta palabra, fue adoptada posteriormente por las ciencias sociales para hacer referencia 
al hábitat humano, entendiéndolo como “un sistema de procesos que implican las 
interacciones dinámicas entre el ser humano y el mundo” (Sánchez, 2009, p. 119). 
 
Pero, ¿qué es un sistema?, ¿qué es una interacción dinámica?, ¿cuáles 
interacciones puede establecer el ser humano con el mundo? Estos interrogantes son la 
introducción hacia lo epistémico de la presente investigación, fundamentada en la 
sistémica, esto es, “el arte de ver, averiguar y especialmente reconocer las conexiones 
entre las entidades observadas” (Von Foerster, 1998, p. 5). Según Von Foerster (1998), la 
sistémica es una urdimbre entre la cibernética, la hermenéutica y el constructivismo, a lo 
cual José Antonio Garciandía (2005) añade el pensamiento complejo para formar una 
especie de tetraedro que permite acercarse a la realidad de una manera más integrada y 
distinta al enfoque científico clásico6. 
 
Si bien cada uno de estos cuatro componentes de la sistémica tiene un desarrollo 
teórico profundo y extenso, es necesario hacer una síntesis basada en los aspectos que 
 
 
6 El enfoque científico clásico se fundamenta en la objetividad, de manera que supedita lo 
intangible y da prioridad a lo tangible, al hecho meramente fáctico. En este proceso de 
conocimiento solo existe una realidad compuesta por objetos sin conexión entre ellos, los cuales 
pueden ser conocidos por el observador aplicando el principio de la escisión (Garciandía, 2005). 
22 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su 
transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX 
 
resultan pertinentes en este trabajo. El concepto de causalidad circular, retomado de la 
cibernética, es esencial aquí. La causalidad circular se aparta del principio de acción y 
reacción, también llamado causalidad lineal, a partir del cual una causa genera un efecto 
y en dicho efecto la causa inicial se agota, pues la realidad se concibe como una secuencia 
de acontecimientos, como se observa en el esquema de la figura 2-1. Por su parte, la 
causalidad circular plantea que puede existir conexión7 entre lo que se suponía era el 
efecto final y el primer elemento del proceso, lo que se denomina como círculos causales8, 
así, “el uso del pensar circular tiene predilección por observar cómo se articulan los 
fenómenos, qué relaciones mantienen y cómo se presentan los acontecimientos de 
retroacción en sus diferentes expresiones”(Garciandía, 2005, p. 46). 
 
A su vez, desde el ámbito de la hermenéutica se retoma la noción del lenguaje 
como mediación a partir de la cual es posible conocer y comunicar sobre lo conocido, crear 
significados de manera individual que dialogan en la intersubjetividad social. Por ende, es 
 
 
7 Las conexiones pueden ser de retroalimentación, recursividad, homeostasis y autopoiesis. 
8 Los círculos causales pueden observarse, por ejemplo, en el ciclo del agua. Esta pasa de estado 
líquido a estado gaseoso debido a la radiación solar y en ese proceso de evaporación sube a la 
atmósfera en donde las masas de aire húmedo provocan su condensación, es decir, la 
transformación del estado gaseoso al estado líquido nuevamente. El agua desciende a la 
superficie terrestre mediante la precipitación para hacer diversos recorridos e iniciar nuevamente 
su ciclo. 
Figura 2-1. Causalidad lineal y circular 
 
Fuente: Elaboración propia con base en Garciandía (2005) 
Capítulo 2 23 
 
necesaria su interpretación en busca de aquello que está adentro de una cultura o un 
individuo sobre lo que está afuera en el mundo (Garciandía, 2005). 
 
Del constructivismo se destaca la forma de abordar la realidad, pues incluye al 
sujeto-observador en el proceso de conocer. Este adquiere conciencia de la realidad a 
través de la experiencia de sus sentidos en el mundo. Esto no significa que la materia no 
existe si el sujeto no la observa, es decir, el constructivismo no pretende anular el mundo 
de las cosas o supeditarlo a la necesidad de la percepción de un observador, sino que el 
sujeto a partir de su experiencia dota de significado la materia (Garciandía, 2005, p. 207). 
De esta manera, el conocimiento posee un tanto de objetividad proveniente de las cosas y 
un tanto de subjetividad subyacente a las ideas. 
 
Frente al acto de conocer, el pensamiento complejo, afirma Garciandía (2005): 
 
No pretende la verdad ni la certeza absoluta porque su punto de iniciación está en 
una premisa casi axiomática de la imposibilidad de la omnisciencia. Si esta es 
imposible, entonces no es necesario desesperarse en pos de ella, tal vez sea más 
útil entrar en conexión con otras versiones parciales de la realidad y con ello 
conformar una mirada interconectada del universo (p. 146). 
 
En este sentido, el paradigma9 de la complejidad no hace referencia a la 
completitud, ya que para la mente humana no es posible alcanzar el conocimiento 
absoluto, sino que apunta a un esquema de pensamiento que integra distintas formas de 
ver la realidad con el fin de comprenderla en un nivel más profundo. Por lo tanto, aquellos 
aspectos que se anulan desde la ciencia clásica, se incluyen en la complejidad y son 
considerados como nodos sobre los cuales es preciso indagar de forma razonable 
(Garciandía, 2005). Este enfoque procura tender puentes entre las disciplinas modernas, 
lo cual se propone conseguir a partir del establecimiento del sistema como unidad de 
estudio, esto es, entendiéndolo como un “conjunto de elementos, acciones o individuos 
 
 
9 Patton (citado por Hurtado, 2010, p. 29) “define el paradigma como una visión del mundo, una 
perspectiva general, un modo de acercarse a lo complejo de la realidad, y afirma que los 
paradigmas son en cierta medida normativos, puesto que señalan al investigador una manera de 
actuar”. 
24 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su 
transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX 
 
que conforman una unidad global como consecuencia de la organización que surge de las 
interrelaciones regulares, estables, constantes y persistentes entre los mismos” 
(Garciandía, 2005, p. 107). Lo anterior implica pensar la realidad como un todo, como un 
sistema compuesto de subsistemas en interacción organizada de donde surgen las 
emergencias10. 
 
Los sistemas, ya sean abiertos11 o cerrados12, poseen tres aspectos esenciales: 
estructura, organización y teleología (figura 2-2). La estructura, que hace referencia a los 
elementos del sistema, generalmente, es el aspecto que se identifica con mayor facilidad, 
pues está conformado por componentes tangibles que se pueden enumerar, clasificar y/o 
describir físicamente. A su vez, la organización consiste en la “particular configuración de 
los vínculos, conexiones y, en definitiva, relaciones que tienen el poder de definir y 
determinar los caracteres fundamentales de un sistema” (Garciandía, 2005, p. 74), hace 
alusión a lo intangible, es el fenómeno que da orden a la estructura en un todo congruente. 
El último aspecto, la teleología, consiste en el propósito o finalidad que tienen los sistemas, 
comúnmente, permanecer. 
 
 
10 “Las emergencias se dan como consecuencia de un fenómeno superaditivo, no tienen que ver 
con la cantidad aunque tácitamente esté presente en cualquier sistema porque todo sistema 
posee un determinado número de elementos” (Garciandía, 2005, p. 111). 
11 Según De Rossnay (1977), los sistemas abiertos son aquellos que se encuentran en constante 
interacción con el ambiente, esto es, intercambian energía, materia e información con el fin de 
mantener su organización y menguar la entropía causada por el tiempo. 
12 De acuerdo con De Rossnay (1977), los sistemas cerrados no realizan intercambios con el 
ambiente, permanecen aislados y su entropía es progresiva hasta el punto de llevar al sistema al 
colapso. 
Capítulo 2 25 
 
 
2.2 El sistema del hábitat humano: lo teórico 
Partir de una perspectiva sistémica para estudiar el hábitat humano permite 
comprender que este no se refiere únicamente al espacio físico que contiene la vida, sino 
que “implica reconocer procesos e interacciones regidos por la cultura […] es territorio 
socialmente construido, es el teatro físico de los eventos, pero también la trama de ellos, 
relaciones e interacciones cargadas de significación simbólica que establecen los seres 
humanos” (Moreno citada por Echeverría Ramírez, 2003, p. 9). 
 
Al hacer referencia al hábitat humano es importante precisar tres conceptos: 
hábitat, habitante y habitar. Estos comparten la misma raíz etimológica, habitare, que 
traduce “estar en posesión de una cosa, pero sin necesidad de tenerla en las manos” 
(Monlau, 1856, p. 292) de manera reiterada. Por una parte, hábitat hace referencia a 
aquello que sostiene las interacciones del ser humano —individuales o colectivas— con el 
mundo. El hábitat es, según el Centro de Estudios de Hábitat Popular, CEHAP (1998): 
 
una noción desde la ecología en la cual cabe lo relativo al sistema espacial y de 
recursos que elige un grupo para transitar por su existencia; que responde a las 
necesidades para desarrollar los procesos individuales y colectivos requeridos 
para realizar su vida productiva, laboral y doméstica; ubicado en relación con un 
Figura 2-2. Aspectos esenciales de un sistema 
 
Fuente: Elaboración propia con base en Capra (2003). 
26 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su 
transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX 
 
entorno mayor, en intercambio con otros grupos de la sociedad vegetal y animal; 
y, a la vez, definido por el lugar específico donde se aloja, el cual tiene las 
condiciones de un espacio determinado y cualificado en concordancia con sus 
necesidades particulares y generales [...] No es el cascarón sino la conexión de lo 
micro, lo meso y lo macro (p. 6). 
 
De lo anterior, se denota la dialéctica multiescalar del hábitat como un 
macroscopio13, un fractal, en otras palabras, la interacción de sistemas y subsistemas. 
Para Leff (1998), “el hábitat es soporte físico y trama ecológica; pero también es referente 
de simbolizaciones y significaciones que configuran identidades culturales y estilos étnicos 
diversos” (p. 280). En ese sentido, Aguilaret al (2000) sostienen que el hábitat “entendido 
como espacio vital, se configura por la copresencia de lo físico, de lo cultural y de lo 
espiritual” (p. 22). De manera que el espacio per se no es hábitat, pues requiere estar 
cargado de interacciones-procesos culturales y sociales que con él y en él establece el 
habitante. 
 
El habitante14, que claramente es el sujeto que habita, dota de sentido y 
significación el espacio cotidianamente. En palabras de Echeverría (2009): 
 
Los habitantes en sus prácticas aplican habilidades propias (creación y desarrollo 
de útiles, técnicas y tecnologías físicas o sociales) en su encuentro en el tiempo, 
en el espacio y en la materia, configurando funcional, organizacional, simbólica, 
material, vivencial e imaginariamente su espacio, en tanto hábitat, e instauran una 
serie de hábitos (ritmos, rutinas, redes, relaciones, circuitos, trayectos, centros, 
entre otros) desde su esfera individual o grupal (p. 59) 
 
En suma, es un “sujeto activo que propone un punto de vista, una perspectiva, una 
intencionalidad, mediante sus procesos internos, mentales, cognitivos, es decir, como 
subjetividad individual y colectiva para conformar la realidad” ” (Sánchez, 2009, p. 123). 
 
 
13 De Rossnay, Joel. (1997). El Macroscopio. 
14 El término hace referencia al sujeto individual y/o colectivo. 
Capítulo 2 27 
 
 
Por su parte, el habitar hace referencia a un verbo que denota acción por parte de un 
sujeto. Según Sánchez (2009), “el habitar integra diferentes actividades humanas o modos 
de habitar incluyendo tanto las prácticas sociales (praxis) como las actividades productivas 
(techné) y las acciones generadoras de sentido (poiesis)” (p. 122). Si bien el habitar es un 
conjunto de acciones, no toda acción humana es en sí misma habitar, ya que desde la 
perspectiva de Heidegger (1951) para habitar es necesario construir y ese construir es más 
que edificar, es cuidar, de manera que habitar implica preservar la esencia de todo aquello 
con lo cual el ser humano comparte el mundo. El habitar es entonces la “forma de 
inscripción de la cultura en el espacio geográfico” (Leff, 1998, p. 240). 
 
Hábitat, habitar y habitante existen de manera interdependiente e inseparable, son 
un sistema. A su vez, son elementos dinámicos y variables en el tiempo. Así pues, un 
hábitat no posee siempre los mismos habitantes ni ellos lo habitan de la misma manera; 
así como el habitante está en constante transformación también el espacio —la 
naturaleza— posee unas circularidades que lo transforman. 
 
Sánchez (2009) plantea que en la noción de hábitat se inscriben tres entidades 
procesuales que configuran un sistema, esto es, naturaleza, sociedad y habitante (figura 
1-3). La primera de ellas es el medio ambiente natural y construido; la sociedad, por su 
parte, representa las dinámicas de los habitantes a nivel social, político, económico, 
administrativo, entre otros; por último, el habitante hace referencia a la subjetividad e 
intersubjetividad que construye la cultura, verbigracia, habitus15, saberes, imaginarios, 
memoria y demás. 
 
 
 
15 Bourdieu, P. & Wacquant, L. (1995). La lógica de los campos. Respuestas por una antropología 
reflexiva, pp. 63-78. 
28 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su 
transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX 
 
 
Con base en esta teoría se construye el sistema específico de la presente 
investigación (figura 2-4), en el que los elementos poseen proporciones distintas según el 
rol que desempeñan. El campo de la naturaleza se orienta hacia los ecosistemas de 
humedal, toma como caso de estudio el humedal El Burro; el componente de la sociedad 
se enfoca en los actores sociales que han sido claves en la transformación del humedal y 
el componente de los habitantes se aborda desde la intersubjetividad por medio de los 
imaginarios sociales. 
Figura 2-3. Modelo gráfico del sistema hábitat humano 
 
Fuente: Elaboración propia con base en Sánchez (2009). 
Capítulo 2 29 
 
 
2.2.1 Ecosistemas de humedal. 
Inicialmente, la palabra ecosistema fue adaptada e implementada por el biólogo 
Haeckel a partir de la unión de dos raíces griegas, oikos, que significa casa o morada y, 
logos, que denota conversación o razonamiento. Ecosistema, en este sentido, puede 
interpretarse como la casa o morada de la vida. Al respecto, De Rossnay (1977) señala 
que “el ecosistema es bastante más que un simple ‘medio en que se vive’. De alguna 
manera es un organismo vivo” (p. 10). 
 
Por otro lado, los humedales son definidos por la Secretaría de la Convención de 
Ramsar (2006) como “zonas donde el agua es el principal factor controlador del medio y 
la vida vegetal y animal asociada a él” (p. 7). El Instituto de Investigación de Recursos 
Biológicos Alexander Von Humboldt (2015) sostiene, por su parte, que “los humedales son 
ecosistemas que, debido a condiciones geomorfológicas e hidrológicas permiten la 
acumulación de agua temporal o permanentemente y dan lugar a un tipo característico de 
suelo y/o a organismos adaptados a estas condiciones” (p. 14). 
 
Figura 2-4. Sistema a investigar 
 
Fuente: Elaboración propia 
30 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su 
transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX 
 
En síntesis, el concepto ecosistemas de humedal puede entenderse como un 
organismo caracterizado por la presencia de agua poco profunda de manera temporal o 
permanente, comprende una transición entre lo terrestre y lo acuático de modo que 
conforma un sistema de vida complejo y diverso, que además de ser hábitat de distintas 
especies de fauna y flora puede serlo también del ser humano. 
 
Biológicamente, los humedales poseen una zonificación y una estratificación. La 
zonificación se observa en el eje horizontal y comprende la zona terrestre, una superficie 
que permanece seca, no se inunda y está cubierta de vegetación terrestre; la zona 
rivereña, un espacio que oscila entre seco e inundado y posee una vegetación habituada 
a dicha condición; la zona litoral, una franja acuática de poca profundidad donde habitan 
plantas propias de este medio; y la zona limnética que es acuática y de profundidades 
cuantiosas en donde se compensa la producción de oxígeno y el consumo del mismo por 
acción de la fotosíntesis. De otro lado, la estratificación es de dos tipos: el estrato 
iluminado, una columna de agua impregnada por luz solar con altos niveles de oxígeno 
debido a la aireación y a la fotosíntesis; y el estrato oscuro que comprende el sector en 
donde no llega directamente la luz solar por lo cual no pueden desarrollarse procesos de 
fotosíntesis, pero se realizan procesos de descomposición. (Jaramillo et al., 2015) (Ver 
figura 2-5). 
 
Estas particularidades de los ecosistemas de humedal los convierten en, 
Figura 2-5. Sección tipo de un humedal 
 
Fuente: (Jaramillo et al., 2015, p. 19) 
Capítulo 2 31 
 
 
Uno de los entornos más productivos del mundo, y son cunas de diversidad 
biológica y fuentes de agua y productividad primaria de las que innumerables 
especies vegetales y animales dependen para subsistir. Los humedales son 
indispensables por los innumerables beneficios o “servicios ecosistémicos” que 
brindan a la humanidad, desde suministro de agua dulce, alimentos y materiales 
de construcción, y biodiversidad, hasta control de crecidas, recarga de aguas 
subterráneas y mitigación del cambio climático (Secretaría de la Convención de 
Ramsar, 2014). 
 
Según la norma urbana de Bogotá, los ecosistemas de humedal además de su 
espejo de agua poseen una ronda hidráulica y una zona de manejo y preservación 
ambiental, definidas, respectivamente, así: 
 
Zona de protección ambiental e hidráulica no edificable de uso público, constituida 
por una franjaparalela o alrededor de los cuerpos de agua, medida a partir de la 
línea de mareas máximas (máxima inundación), de hasta 30 metros de ancho 
destinada principalmente al manejo hidráulico y la restauración ecológica 
[...]. 
La franja de terreno de propiedad pública o privada contigua a la ronda hidráulica, 
destinada principalmente a propiciar la adecuada transición de la ciudad 
construida a la estructura ecológica, la restauración ecológica y la construcción de 
la infraestructura para el uso público ligado a la defensa y control del sistema 
hídrico (Alcaldía Mayor de Bogotá, 2004). 
 
Cabe señalar que los humedales, entendidos como sistemas en donde mora la 
vida, que desempeñan importantes funciones, “deben ser considerados sistemas 
complejos, incluir en su análisis y gestión las dinámicas constantes de la sociedad, sus 
relaciones de poder y las transformaciones que se han realizado en cada sistema a lo largo 
del tiempo” (Vilardy et al., 2014, p. 7). 
32 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su 
transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX 
 
2.2.2 Actores sociales. 
En relación con el concepto de sociedad, afirma Touraine (citado por Justafré 
García, 2011): 
 
No es un recipiente donde se mueven colectividades, es un sistema de relaciones 
[…] que no está totalmente reglamentado ni controlado, y en el cual los actores 
sociales disponen de un margen de libertad, que utilizan de forma estratégica en 
sus interacciones con los demás. (§ 1.5.1) 
 
Frente a la noción de actor social, Gimenez (2006) señala que esta difiere de los 
conceptos de sujeto y agente, pues el primero, desde una perspectiva individualista, 
reconoce que toda acción social es producto de la fuerza psicológica propia del individuo 
y, el segundo, desde el funcionalismo sistémico, asume que los individuos o grupos actúan 
únicamente en función de las fuerzas constituidas desde las estructuras sociales. Si bien 
el actor social pertenece al sistema social y está definido por el lugar que ocupa en la 
estructura, este posee autonomía y posibilidad de acción. Además, un actor social puede 
ser un individuo o un colectivo cohesionado por determinados intereses y proyectos en 
común. 
 
En este trabajo, los actores sociales tenidos en cuenta son aquellos que han sido 
relevantes en el proceso de transformación del humedal El Burro a partir de la segunda 
mitad del siglo XX. Para efectos prácticos, estos se ordenan, según su escala, en tres 
categorías: local, distrital y nacional-internacional. Cabe señalar que sus acciones no son 
producto del azar, sino que obedecen a la intersubjetividad construida socialmente. 
2.2.3 Imaginarios sociales. 
Los imaginarios son elementos que pertenecen al campo cognitivo del ser humano, 
esenciales en la dotación de sentido de la realidad social, la cual “se construye a partir de 
una íntima amalgama de realidad e irrealidad, de un entrejuego de objetividad y 
subjetividad, que se retroalimenta constantemente” (Carretero Pasín, 2003, p. 181). 
 
Capítulo 2 33 
 
Cabe mencionar que “las teorías del imaginario surgen [...] unidas al deseo de 
recuperar la facultad de la imaginación para generar conocimiento” (Herrero Gil, 2008, p. 
242), ya que en la modernidad esta fue asociada despectivamente a lo irreal (Latour, 2007) 
debido a su carácter subjetivo. Para entonces, lo imaginario solo poseía el rol de la 
conformación de imágenes acumuladas en la memoria. Para la tradición filosófica 
racionalista dichas imágenes eran organizadas y asociadas a través de la razón, por su 
parte, para la tradición empirista, las mismas eran un cúmulo inmóvil, pero con cierto 
contenido que permitía crear conceptos y preceptos. En suma, lo imaginario era 
comprendido como una capacidad sensible del ser humano, pero caracterizada por su 
pasividad (Castillo Rojas, 1990). 
 
Los imaginarios sociales, según Pintos (2015), “están siendo16 esquemas 
construidos socialmente que orientan nuestra percepción, permiten nuestra explicación y 
hacen posible nuestra intervención en lo que diferentes sistemas sociales sea tenido como 
realidad” (p. 156). 
 
Frente a la relación entre las acciones sociales y los imaginarios, Baeza (2011) 
sostiene que las acciones se encuentran en el primer plano de la superficie y están 
fundamentadas por las ideas ubicadas en un primer nivel de profundidad, que a su vez 
provienen de los imaginarios sociales (figura 2-6) como “formas de significación 
institucionalizadas que adopta la sociedad en el pensar, en el decir, en el hacer, en el 
juzgar” (Baeza, 2011, p. 33). 
 
 
16 El autor hace énfasis en que no pretende que la definición del imaginario sea inmóvil, sino 
dinámica, en cierto modo temporal. 
34 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su 
transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX 
 
 
Cabe destacar, los imaginarios son dinámicos, “como cualquier proceso social 
observable está[n] sometido[s] a variaciones permanentes, en este caso de construcción 
y desconstrucción como esquemas válidos de percepción de las realidades” (J. L. Pintos, 
2005, p. 48), luego, es por esto que resulta interesante observar los imaginarios de ‘algo’ 
en un período de tiempo, en este caso, los imaginarios sociales sobre el humedal El Burro 
a partir de la segunda mitad del siglo XX. 
 
Según Baeza (2008), esta transformación de los imaginarios se da en función de lo 
socialmente plausible y generalmente tiene lugar mediante lo que este sociólogo define 
como estructuras de ajuste, “formas estructurales multidimensionales que la sociedad crea 
—siempre provisoriamente— para resolver enigmas societales que se presentan en sus 
propios itinerarios [...] corresponde a la institución de normas, reglas y códigos que sirven 
para garantizar la reproducción de la cohesión societal básica” (Baeza, 2008, p. 157) tras 
un período de crisis o inestabilidad de las plausibilidades sociales. 
 
Figura 2-6. Planos de un fenómeno social 
 
Fuente: Elaboración propia con base en Baeza (2008). 
 
Capítulo 2 35 
 
Con respecto a la institución del imaginario, Castoriadis (1975) plantea las 
categorías de imaginario instituido e instituyente. El imaginario instituido es “el entramado 
de sentidos a partir del cual una sociedad, en un momento determinado, crea y ordena la 
realidad, su realidad, su mundo. Es lo que cohesiona, une y da entidad a esa sociedad” 
(Vera, 2019, p. 32). En contraste, el imaginario instituyente posee una capacidad creativa 
y de transformación frente a lo instituido. En palabras de Emmánuel Lizcano (2003): 
 
Si el imaginario es el lugar de la autonomía, desde el que cada colectividad se 
instituye a sí misma, no es menos cierto que es ahí también donde se juegan 
todos los conflictos sociales que no se limitan al mero ejercicio de la fuerza bruta. 
Es por vía imaginaria como se legitiman unos grupos o acciones y se 
deslegitiman otros, es ahí donde ocurren los diversos modos de heteronomía y 
alienación (p. 15). 
 
Debido a su propia naturaleza de subjetividad de un nivel profundo, los imaginarios 
suscitan un reto al ser estudiados. Luego, es allí donde la interacción entre los imaginarios 
y las representaciones sociales juega un papel importante. Al respecto, Silva (2013) 
sostiene: 
 
[Los imaginarios sociales] actúan como matriz previa de las representaciones, 
como su “cemento invisible”, lo que les da fuerza, organización y dureza sin ser 
ellas mismas [...] los imaginarios sociales se darían precisamente en esas 
prefiguraciones colectivas que forman visiones de identificación social, y que, 
como tales son invisibles, pues cuando los vemos o los accedemos por cualquier 
sentido, lo hacemos a través de las representaciones (p. 41). 
 
Finalmente, otra característica que es necesario mencionar es que, tal como la 
cibernética, “la teoría

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