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Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX Wanda Xiomara Matta García Universidad Nacional de Colombia Facultad de Artes, Escuela de Arquitectura y Urbanismo Bogotá, Colombia 2019 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX Wanda Xiomara Matta García Tesis de investigación presentada como requisito parcial para optar al título de: Magister en Hábitat Director (a): Ph.D., Humberto Muñoz Tenjo Línea de investigación: Hábitat y Medio Ambiente Grupo de investigación: TEI-D: Tecnología, Experiencia e Inclusión - Diseño Universidad Nacional de Colombia Facultad de Artes, Escuela de Arquitectura y Urbanismo Bogotá, Colombia 2019 Vale más terminar algo que empezarlo. Vale más la paciencia que el orgullo. Rey Salomón Agradecimientos A Dios, quien me ayudó en cada instante, diseño increíbles coincidencias en este proceso y puso a mi alrededor personas que hicieron posible este trabajo. A mi esposo por asumir este reto como propio, por apoyarme a diario en todo lo que estuvo a su alcance, por su paciencia y por creer en mí y en este trabajo. A mi familia y a mis amigos que se alegraban con cada logro por pequeño que fuera y siempre me animaron a terminar. A mi director por su disposición para explorar nuevos temas, por brindarme su conocimiento y experiencia sin recelo, por su dedicación, respeto y compromiso hacia los estudiantes, por su disciplina que fue fundamental para avanzar en las distintas etapas y por extender mi visión frente a futuras decisiones. Igualmente doy las gracias a la Vicedecanatura de Investigación de la Facultad de Artes que otorgó recursos para el desarrollo de esta investigación por medio de la Convocatoria para el Apoyo al desarrollo de Tesis o trabajos finales de Maestría y Doctorado de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia 2018. También agradezco a Felipe Aliga y Carol Ramírez, profesores que gentilmente me brindaron su tiempo para discutir sobre teoría y metodología de los imaginarios sociales. Extiendo mi gratitud a todas las personas que han trabajado por la recuperación de los ecosistemas, especialmente los humedales de la ciudad, su labor es muy importante; especialmente agradezco a Alejandro Torres y Byron Calvachi por abrirme sus puertas y compartir conmigo sus experiencias, sus archivos, sus espacios y algunos momentos en torno a la mesa Y finalmente, a cada persona que dedica algo de su tiempo para leer este trabajo. Resumen y Abstract IX Resumen Esta investigación indaga sobre el proceso de transformación del humedal El Burro a partir de la segunda mitad del siglo XX, período en el cual la ciudad de Bogotá perdió el 99 % de sus humedales y este en particular se redujo en 152 hectáreas aproximadamente. La hipótesis aquí presentada propone que este fenómeno no sucedió simplemente por el crecimiento urbano sino que tanto la transformación del humedal como el mismo modelo de crecimiento que afectó estos ecosistemas obedecen a determinados imaginarios sociales. Por lo anterior, se exploró sobre la manera en que los imaginarios sociales inciden en la transformación de los ecosistemas urbanos. Para ello, se buscaron los imaginarios de los actores clave en la transformación del humedal El Burro por medio de la fenomenología trascendental y la fenomenología hermenéutica, el resultado fue la identificación de cuatro imaginarios sobre el humedal: la desecación como beneficio, el potrero para lo indeseado, el recurso digno de protección y el ser lleno de vida. Posteriormente, se realizó una lectura integradora entre estos imaginarios y la transformación del humedal por medio de una matriz infográfica multivariable del tiempo en la que se sintetizó toda la información compilada. De este modo se concluye que, en primer lugar, la condición de un ecosistema urbano está profundamente relacionada con el imaginario instituido sobre el ecosistema, en segundo lugar, cuando hay un imaginario instituido existen varios imaginarios instituyentes que conviven entre sí y buscan la forma de ser instituidos y, finalmente, que un imaginario instituyente puede surgir tanto desde las entidades gubernamentales como desde las comunidades que habitan el territorio. Palabras clave: imaginarios sociales, ecosistemas de humedal, ecosistemas urbanos, hábitat, fenomenología. X Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX Abstract This research is about the transformation process of El Burro wetland since the second half of the XX century, a period in which Bogota city lost 99 % of his wetlands and particularly The Burro was reduced roughly 152 hectares. The hypothesis here presented proposes that this phenomenon didn’t happen just by urban growth but both the wetland transformation as the model of growth what affected this ecosystems are due to certain social imaginary. For the above, the way as the social imaginaries influence the transformation of urban ecosystems was explored. For it, the imaginary of the key actors in the El Burro wetland transformation was sought through transcendental phenomenology and hermeneutic phenomenology, the result was identification of four imaginaries of the wetland: desiccation as a benefit, paddock for the undesirable, resource worthy to be protected and a being full of life. Subsequently, an integrative reading between this imaginaries and the wetland transformation was made using a multivariable infographic time matrix in which the compiled information was synthesized. Thereby it was concludes, first, the condition of an urban wetland is deeply related to the instituted imaginary about the wetland, second, when there is an instituted imaginary there are also several instituting imaginaries that coexist with each other and look for ways to be instituted and, finally, an instituting imaginary can emerge both from government entities and from the communities that inhabit the territory. Keywords: Social imaginary, wetland ecosystems, urban ecosystems, habitat, phenomenology. Contenido XI Contenido Pág. Resumen ........................................................................................................................ IX Abstract........................................................................................................................... X Lista de figuras ............................................................................................................ XIII Lista de tablas .............................................................................................................. XV Introducción .................................................................................................................... 1 1. Planteamiento del problema .................................................................................... 5 1.1 Justificación ..................................................................................................... 5 1.2 Antecedentes ................................................................................................... 9 1.2.1 Los humedales y el habitar humano en la Sabana de Bogotá antes de la segunda mitad del siglo XX. .......................................................................... 11 1.2.2 Laguna El Tintal y su fragmentación. .................................................. 14 1.3 Objetivos........................................................................................................20 2. Fundamentación noológica ................................................................................... 21 2.1 Una manera de conocer: lo epistémico .......................................................... 21 2.2 El sistema del hábitat humano: lo teórico ....................................................... 25 2.2.1 Ecosistemas de humedal. ................................................................... 29 2.2.2 Actores sociales. ................................................................................. 32 2.2.3 Imaginarios sociales. ........................................................................... 32 2.2.4 Las mediaciones del sistema. ............................................................. 36 3. Abordaje metodológico: un camino a través de las mediaciones ...................... 39 3.1 Diseño de Investigación ................................................................................. 40 4. Transformación del humedal El Burro a partir de la segunda mitad del siglo XX 55 5. Imaginarios y transformación del humedal El Burro ........................................... 75 5.1 La desecación como beneficio ....................................................................... 75 5.2 El potrero para lo indeseado .......................................................................... 81 5.3 Recurso digno de protección ......................................................................... 85 5.4 Ser lleno de vida ............................................................................................ 98 6. Conclusiones ........................................................................................................ 101 A. Anexo: Breve reseña teoría de los imaginarios ................................................. 109 XII Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX B. Anexo: Entrevista a Alejandro Torres ................................................................ 111 C. Anexo: Entrevista a Byron Calvachi ................................................................... 131 D. Anexo: Entrevista a habitante de la localidad de Kennedy ............................... 168 E. Anexo: Taxonomía de los discursos compilados.............................................. 171 F. Anexo: Taller de Metáforas ................................................................................. 173 Bibliografía .................................................................................................................. 177 Contenido XIII Lista de figuras Pág. Figura 1-1. Mapa de humedales de Colombia ................................................................. 6 Figura 1-2. Humedal El Burro .......................................................................................... 7 Figura 1-3. Localización de Bogotá .................................................................................. 9 Figura 1-4. Transformación del lago Funzé y urbanización de Bogotá ........................... 10 Figura 1-5. Localización humedal El Burro .................................................................... 11 Figura 1-6. Orfebrería muisca: balsa ............................................................................. 12 Figura 1-7. Río San Francisco de Bogotá en 1910 ........................................................ 13 Figura 1-8. Representación geográfica de la Sabana de Bogotá en el siglo XVII........... 14 Figura 1-9. Grandes lagunas al occidente del actual territorio de Bogotá ...................... 15 Figura 1-10. Haciendas del suroccidente de Bogotá ...................................................... 16 Figura 1-11. Uno de los humedales producto del fraccionamiento de la laguna El Tintal 1950. .............................................................................................................................. 17 Figura 1-12. Construcción de equipamientos e infraestructura urbanos en las haciendas de Techo y Chamicera, año 1955 ................................................................................... 19 Figura 2-1. Causalidad lineal y circular .......................................................................... 22 Figura 2-2. Aspectos esenciales de un sistema ............................................................. 25 Figura 2-3. Modelo gráfico del sistema hábitat humano ................................................. 28 Figura 2-4. Sistema a investigar .................................................................................... 29 Figura 2-5. Sección tipo de un humedal ........................................................................ 30 Figura 2-6. Planos de un fenómeno social ..................................................................... 34 Figura 2-7. Mediaciones del sistema hábitat .................................................................. 36 Figura 2-8. Mediaciones del sistema a investigar .......................................................... 37 Figura 3-1. Matriz infográfica multivariable del tiempo ................................................... 39 Figura 3-2. Proceso de georreferenciación para la fotointerpretación de 2015 .............. 41 Figura 3-3. Modelo: mapa del imaginario social ............................................................. 45 Figura 3-4. Taxonomía y métodos de procesamiento de los discursos .......................... 53 Figura 3-5. Ejemplo de representación de un imaginario, sus discursos y la relación con la transformación del humedal ........................................................................................ 54 Figura 4-1. Crecimiento demográfico con énfasis en Bogotá en el periodo de observación ....................................................................................................................................... 56 Figura 4-2. Humedal el Burro año 1956 ......................................................................... 57 Figura 4-3. Urbanización Ciudad Techo......................................................................... 59 Figura 4-4. Urbanización en las inmediaciones del humedal para la década de 1960 ... 60 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282834 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282835 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282836 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282837 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282838 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282839 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282840 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282841 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282842 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282843 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282844 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282844file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282845 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282845 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282846 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282847 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282848 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file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282855 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282856 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282857 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282858 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282858 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282859 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282859 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282860 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282861 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282862 XIV Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX Figura 4-5. Planta de Bavaria, urbanización Castilla y humedal El Burro década de 1970 ....................................................................................................................................... 61 Figura 4-6. Coberturas de lumedal El Burro año 1975 .................................................... 62 Figura 4-7. Loteo de predios en el humedal El Burro año 1975 ...................................... 63 Figura 4-8. Urbanizaciones en el humedal El Burro año 1986 ........................................ 64 Figura 4-9. Coberturas del humedal el Burro año 1985 .................................................. 65 Figura 4-10. Planta de transferencia de Protecho .......................................................... 66 Figura 4-11. Urbanizaciones humedal El Burro década 1990 ......................................... 68 Figura 4-12. Biblioteca Pública El Tintal ......................................................................... 69 Figura 4-13. Coberturas del humedal 2004 .................................................................... 70 Figura 4-14. Humedal El Burro a inicios de la década del 2000 ..................................... 71 Figura 4-15. Humedal El Burro 2015 .............................................................................. 72 Figura 4-16. Primer componente matriz infográfica multivariable del tiempo .................. 73 Figura 5-1. Imaginario de la desecación como beneficio ................................................ 80 Figura 5-2. Desecación del humedal El Burro ................................................................ 81 Figura 5-3. Imaginario del potrero para lo indeseado ..................................................... 84 Figura 5-4. Humedal El Burro década de 1990 ............................................................... 85 Figura 5-5. Imaginario recurso digno de protección ........................................................ 97 Figura 5-6. Humedal El Burro luego de su recuperación ................................................ 98 Figura 5-7. Imaginario ser lleno de vida.......................................................................... 99 Figura 5-8. Síntesis de los imaginarios y la transformación del humedal El Burro ........ 100 Figura 6-1. Interacción entre el imaginario social y la condición del ecosistema ........... 103 Figura 6-2. Modo de institución imaginaria para la recuperación del humedal .............. 105 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282863 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282863 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282864 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282865 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282866 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282867 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282868 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282869 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282870 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282871 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282872 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282873 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282874 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282875 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282876 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282877file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282878 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282879 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282880 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282881 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282882 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282883 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc26282884 Contenido XV Lista de tablas Pág. Tabla 3-1. Ficha de registro documental ........................................................................ 48 Tabla 3-2. Taxonomía de los discursos sobre el humedal El Burro ................................ 50 Tabla 6-1. Taxonomía ...................................................................................................171 Tabla 6-2. Formato taller de metáforas sobre el humedal El Burro................................173 Tabla 6-3. Formato taller de metáforas diligenciado ......................................................174 Tabla 6-4. Resultados taller de metáforas .....................................................................175 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc25774182 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc25774183 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc25774186 file:///C:/Users/WANDA/Documents/MAESTRIA%20HABITAT/Tesis/Documento_Ecosistemas%20de%20humedal%20e%20imaginarios%20sociales_WXMG.docx%23_Toc25774187 Introducción Hablar de hábitat es hablar de la relación que el ser humano establece con su mundo, por ende es hablar de los sentidos y significados que le asigna, de la manera en que se lo apropia y lo transforma. En suma, un campo amplio en el que se requiere definir un rumbo. En mi caso, dos han sido las reflexiones particulares que han orientado este proceso académico. La primera es la relación agua-ciudad. Llama la atención que los asentamientos humanos en su mayoría, sin importar cultura o época, se han configurado en torno a un ecosistema acuático. Este desempeña un papel fundamental en la cotidianidad, como si fuera obvio el rol esencial de estos ecosistemas para la vida. A pesar de ello, a medida que los asentamientos evolucionan resultan dando la espalda a este elemento natural y en ocasiones hasta se convierten en el vertedero de los residuos. En la búsqueda de la identificación de las razones de este patrón de relación surge la segunda reflexión. La transformación de los ecosistemas de la urbe no sucede simplemente por la sucesión de distintos acontecimientos urbanos de mayor o menor escala, antes bien, debe existir “algo” dentro del universo de la subjetividad social que influencie las prácticas cotidianas y aun las grandes intervenciones urbanas. Si bien lo planteado posee un carácter urbano, es una relación que debería ser abordada más allá de dicha dimensión a partir de perspectivas integradoras de lo urbano y la intersubjetividad que permitan dar cuenta de un mayor nivel de complejidad. Luego de un proceso de exploración teórica se encuentra que la teoría de imaginarios sociales podría orientar este proceso de reflexión. En palabras de Armando Silva (2013) “los estudios sobre imaginarios se dedicarán a entender cómo construimos y cómo archivamos en nuestras memorias individuales y públicas, desde nuestros deseos y sensibilidades sociales hasta nuestros modos grupales de ver, vivir, de habitar y deshabitar nuestros mundos” (p.30). Así, se observaría un ecosistema urbano y su transformación a partir de los imaginarios sociales, postura que desde el hábitat y desde los imaginarios sociales resulta novedosa en esta investigación. 2 Introducción Sobre el caso de estudio, las opciones eran múltiples, pues, como se mencionó, es difícil pensar en un asentamiento humano, particularmente del territorio nacional, que no tenga alguna relación con un ecosistema acuático. No obstante, al conocer los datos sobre la desecación de los ecosistemas de humedal en Bogotá fue imposible no enfocar allí la investigación, pues a partir de la segunda mitad del siglo XX la ciudad perdió el 99 % del área de estos ecosistemas (Gallini, Felacio, Agredo, & Garcés, 2014). Al momento de adentrarse en la documentación sobre la importancia de los ecosistemas de humedal, su ignorado potencial en los contextos urbanos, su falta de estudio desde las ciencias sociales y su monumental desecación era claro que debía precisarse la observación, ya que este gran fenómeno claramente desbordaría los alcances de la investigación. Fue sorpresivo caer en la cuenta de que el lugar en donde he vivido recientemente hace algunas décadas estuvo cubierto por vegetación acuática. Se trataba de un humedal llamado El Burro, que no solo había sido víctima de la desecación y contaminación, sino que además fue recuperado gracias a la lucha organizada de la comunidad. Este, además de otros datos relevantes del contexto del humedal, se presenta en el primer capítulo. En resumen, este panorama resultaba ser sumamente atractivo para explorar la relación entre la transformación del humedal y los imaginarios sociales que se habían construido sobre el mismo. Debido a que la premisa y el reto de esta investigación era realizar una observación integradora entre lo subjetivo y lo tangible a lo largo de casi siete décadas, se diseñó una matriz infográfica que ayudó a sintetizar la información recogida de cada componente del sistema objeto de estudio y a relacionarla. A causa de que el fenómeno se aborda desde un nivel de complejidad mayor que el de los estudios tradicionales sobre los humedales, este instrumento resulta complejo, razón por la cual se presenta de manera secuencial en los capítulos cuarto y quinto. El primer componente de esta matriz es la transformación del humedal que se obtuvo a partir de la revisión documental. Esta a su vez permitió identificar los actores sociales clave en dicha transformación, en quienes se debía buscar los imaginarios sociales sobre el humedal. Para esto se recurrió a la fenomenología trascendental y hermenéutica, por lo que fue necesario emplear técnicas de recolección de información, Introducción 3 como entrevistas fenomenológicas y sesiones en profundidad, y técnicas de descripción como el método reflexivo para ver el sentido de los discursos y el análisis sociometafórico. Finalmente, empleando la matriz mencionada fue posible observar la relación entre los imaginarios sociales y la trasformación de un ecosistema acuático urbano, así como la pugna en el proceso de institución y des-institución de imaginarios. En este sentido, esta investigación configura un avance teórico para el estudio del hábitat humano al integrar la teoría de los imaginarios sociales. En cuanto a la teoría de imaginarios sociales se refiere, la presente investigación aporta una primera aproximación en el abordaje de la transformación de ecosistemas urbanos como objeto de estudio, en la integración del enfoque fenomenológico trascendental y hermenéuticoy en el diseño de una matriz infográfica, instrumento para la integración entre lo físico-ambiental, los actores sociales y los imaginarios sociales. 1. Planteamiento del problema 1.1 Justificación Los humedales son ecosistemas que ofrecen servicios esenciales para la vida tales como el abastecimiento de agua, alimentos, maderas, fibras, medicinas naturales e insumos utilizados en medicina farmacéutica; para la regulación del clima, de la calidad del aire, de los niveles de agua y su purificación, entre otros; para el soporte de la producción primaria, el ciclo de nutrientes y el ciclo del agua; y ofrecen también servicios culturales asociados a valores espirituales, educativos, estéticos, recreativos, ecoturísticos y demás (Millennium Ecosystem Assessment Board, 2005). Es por ello que uno de los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU es “velar por la conservación, el restablecimiento y el uso sostenible de los ecosistemas terrestres y los ecosistemas interiores de agua dulce, en particular los bosques, los humedales, las montañas y las zonas áridas” (Ramsar, 2016). Colombia posee una condición hidrográfica privilegiada debido a que se ubica en el extremo noroccidental de América del Sur sobre el ecuador terrestre, por ello cuenta con soberanía sobre el mar Caribe, el océano Atlántico, el océano Pacífico, la cuenca del Orinoco y la cuenca de la Amazonía. Esta abundancia hidrográfica se refleja también en áreas de humedal, ya que el país posee “30.781.149 ha de humedales” (Jaramillo, Cortés, & Flórez, 2015, p. 57), es decir, el 26 % de su territorio, como se observa en la figura 1-1. 6 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX Sin embargo, muchos ecosistemas de humedal han desaparecido. Un caso destacado es el de la ciudad de Bogotá, en donde abundaban los humedales. Aunque actualmente no parezca, iniciando el siglo XX estos comprendían un área de 50.000 Figura 1-1. Mapa de humedales de Colombia Fuente: (Jaramillo, Cortés & Flórez, 2015) Capítulo 1 7 hectáreas aproximadamente, de las cuales perdió el 99 %. Se considera que este fenómeno de desecación fue profundizado por el aumento de la población en la capital y el crecimiento urbano que tuvo lugar después de la segunda mitad de este siglo (Gallini et al., 2014). Dentro del 1 % de ecosistemas de humedal que quedan en la ciudad, 500 hectáreas, según el Instituto de Estudios Ambientales (2008) el humedal El Burro (figura 1-2) es uno de los que se encuentra en riesgo por estar sometido a mayor presión urbana. Este se ubica en la localidad de Kennedy al occidente de la ciudad, territorio que comprendía la llanura de inundación del río Bogotá y espacio en el que abundaban ecosistemas de humedal y diversidad de fauna y flora (Corporación Autónoma de Cundinamarca, 2016). En contraste, actualmente Kennedy no solo es una de las localidades con mayores índices de contaminación en el aire (Rojas, 2007), sino además una fuente de alta contaminación atmosférica y de problemas asociados al manejo inadecuado de residuos sólidos (Alcaldía Local de Kennedy, 2012). Figura 1-2. Humedal El Burro Fuente: (@elburrito_humedal, s.f.) 8 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX Frente al sustancial cambio en la configuración geográfica de la ciudad surge el cuestionamiento sobre ¿qué sucedió con los humedales de la ciudad? Al indagar sobre los humedales, se encuentra que la mayoría de información proviene de perspectivas disciplinares de las llamadas ciencias duras. Eduardo Guerrero (citado por Londoño, 2008) sostiene: Entre 1970 y 1997 solo Colciencias había financiado más de 1600 investigaciones sobre humedales, donde el mayor porcentaje de investigaciones se desarrolló en áreas relacionadas con las ciencias biológicas (179 investigaciones), seguidas por investigaciones en química, geología y afines, hidrología, piscicultura, pesquería, entre otras (p. 8-9). A su vez, Rafael Hernández et al. (2014) afirman que hasta el año 2013 se habían realizado 3.783 investigaciones en las que el tema principal eran los humedales continentales, de las cuales el 79 % pertenecen a ciencias ambientales y naturales; desde la planificación y la construcción, por su parte, solo el 12 % había abordado los humedales como subtema de estudio. Estos datos permiten observar la ausencia de campos como las ciencias sociales, el hábitat y el urbanismo en el estudio de los humedales y también la necesidad de una articulación entre diversas disciplinas. En este sentido, la Secretaría Distrital de Ambiente (2008) manifiesta la necesidad de investigar sobre la historia ambiental, cultural y de la gestión participativa en los humedales de la ciudad. Así pues, para abordar el fenómeno de transformación de un ecosistema urbano, el humedal El Burro, y entendiendo que “las transformaciones materiales que son visibles en la superficie solo pueden comprenderse si nos sumergimos hacia las profundidades estructurales y simbólicas que las sustentan y las cotidianas en las cuales emergen y se reconstruyen” (Vera et al., 2019, p. 9), se recurre a la teoría de los imaginarios sociales. [U]na postura teórica y metodológica que permite identificar y descifrar las predisposiciones a la reproducción de la ciudad y de lo urbano bajo pautas ya instauradas, así como la puerta a otras tendencias que anuncian formas de producción innovadoras de la ciudad y lo urbano (Vera et al., 2019, p. 9). Capítulo 1 9 No obstante, en el estudio de los fenómenos sociales urbanos desde la dimensión imaginaria se han tratado temas como el miedo, la estigmatización y la exclusión territorial, la desigualdad y la segregación, el patrimonio, la imagen referencial urbana; y algunas prácticas urbanas como la espera, el juego y el trabajo, y el consumo de cannabis (Vera et al., 2019). Luego, el abordar un ecosistema de humedal urbano desde los imaginarios sociales como un asunto del hábitat humano es una exploración novedosa que obliga a asumir retos teóricos y metodológicos. 1.2 Antecedentes En la cordillera oriental de los Andes colombianos a una altura aproximada de 2.625 m. s. n. m., se encuentra la planicie de alta montaña denominada Sabana de Bogotá (figura 1-3) caracterizada históricamente por su riqueza hidrográfica, ya que era un territorio que comprendía “un antiguo lago” (Julivert, 1961, p. 5), el lago Funzé (figura 1.4). Figura 1-3. Localización de Bogotá Fuente: Edición propia con base en Google Maps 10 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX Luego de la desecación del lago Funzé quedó configurado hidrológicamente el territorio donde posteriormente se ubicaría la ciudad de Bogotá: el río Bogotá, que fluye de norte a sur sobre la planicie de la sabana y que posteriormente se convertiría en el límite occidental de la ciudad, cuyos tributarios son los ríos Fucha y Salitre que nacen en los cerros orientales, y el río Tunjuelo que nace en el páramo de Sumapaz; y se formó también la llanura de inundación del río Bogotá sobre su ribera oriental, la cual conformó grandes humedales, variables en extensión según los ciclos de lluvia y sequía, que contaban con mayor extensión en los puntos de unión del río con las aguas de sus afluentes tributarios. En esa ribera de inundación, en la subcuenca El Tintal al suroccidente de la ciudad en la localidad de Kennedy, se ubica el humedal El Burro1 (figura 1-5). Actualmente, este 1 El humedal El Burro “se [encuentra] en una de las localidades más secas y áridas de la ciudad, por tanto, su existencia como [reguladorambiental], [hídrico] y de humedad relativa es primordial Figura 1-4. Transformación del lago Funzé y urbanización de Bogotá Fuente: Edición propia con base en Corporación Autónoma de Cundinamarca (2016) Capítulo 1 11 humedal es considerado como parque ecológico distrital y forma parte del sistema de áreas protegidas. El Burro cuenta con una extensión de 18.8 hectáreas, un espejo de agua de 2 hectáreas fraccionadas en dos partes por la avenida Ciudad de Cali, condición que se mantiene a nivel de planeación urbana, ya que una parte del humedal pertenece a la unidad de planeamiento zonal UPZ 86 Castilla y la otra a la UPZ 79 Calandaima (Instituto de Estudios Ambientales, 2008). 1.2.1 Los humedales y el habitar humano en la Sabana de Bogotá antes de la segunda mitad del siglo XX. Durante el período prehispánico, la Sabana de Bogotá fue un territorio lacustre habitado por la cultura muisca, en la que el agua desempeñaba un rol fundamental que para la conservación de la flora y la fauna en el sector” (Uribe Botero, Osorio Olarte, & Molina Prieto, 1997, p. 40). Figura 1-5. Localización humedal El Burro Fuente: Edición propia con base en portal IDECA 12 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX trascendía la supervivencia. En su sistema de creencias, el agua representaba el origen y el fin del ser, de ella “surge la vida, los humanos, las divinidades, en suma, surge la historia” (Bohórquez, 2008, p. 159). “La vida de los muiscas dependía […] de un preciso conocimiento del comportamiento de la naturaleza, de la periodicidad de sus ciclos y del cómo controlar sus transformaciones” (Correa, 2005, p. 202). Por ello, los muiscas representaban artesanalmente y con gran detalle elementos sagrados y cotidianos íntimamente relacionados con los cuerpos de agua (figura 1-6). En efecto, los modos en que los muiscas habitaron su territorio se pueden denominar modos de habitar anfibios, pues comprendían, según afirma Londoño González (2009): [Un] [e]ntramado psico-social, económico y político, si se quiere, en el que […] encuentran su forma de vida, subsisten porque el medio natural les proporciona sostenibilidad alimentaria, en algún momento del año les permite moverse en el espacio con la fluidez que solo proporciona el agua cuando rebosa sus cauces, y Figura 1-6. Orfebrería muisca: balsa Fuente: (Banco de la República, s.f.) Capítulo 1 13 alrededor de esto construyen unas creencias, unos símbolos, cosmogonías particulares, una forma distinta de habitar a partir del reconocimiento de esa realidad (p. 19). Isabel Patiño (citada por Bohórquez, 2008) evidencia que “los muiscas utilizaron la laguna como sustento, como santuario, como delimitación política y como último resguardo sagrado ante la invasión del conquistador” (p. 163). Sin embargo, luego de la conquista española, en el período colonial y durante el siglo XIX, el hábitat y los modos de habitar anfibios de los muiscas fueron colonizados por la dicotomía sociedad-naturaleza presente en el imaginario español y, en consecuencia, los ríos, quebradas y lagunas que antes eran sagrados fueron profanados. De este modo, en los nuevos centros urbanos los cuerpos de agua empezaron a usarse para el abastecimiento de agua y como cloacas (figura 1-7) y, fuera de los centros poblados, el suelo empezó a usarse para la ganadería y la agricultura (figura 1-8). Figura 1-7. Río San Francisco de Bogotá en 1910 Fuente: (Núñez, 1938) 14 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX Según Gallini, Felacio, Agredo y Garcés (2014), el proceso de expansión urbana y crecimiento poblacional de Bogotá durante el siglo XX impactó negativamente los humedales del territorio reduciendo su área de manera significativa. Dicha afectación se traduce en procesos de desecación, fraccionamiento, contaminación, cacería y extracción en los humedales por parte de sus habitantes. 1.2.2 Laguna El Tintal y su fragmentación. En la llanura de inundación de la cuenca baja del río Fucha y del río Tunjuelo a su encuentro con el río Bogotá, se ubicaba la laguna El Tintal (figura 1-9), “que en 1860 fue mapeada por Agustín Codazzi y abarcaba gran parte de la actual localidad de Kennedy y una pequeña parte de Fontibón y Bosa” (Bernal, 2017). Su nombre se asocia al árbol de Figura 1-8. Representación geográfica de la Sabana de Bogotá en el siglo XVII Fuente: (Ruiz Galdámez & de Aguilar Rendón, 1614) Capítulo 1 15 tinto, una especie arbórea encontrada con frecuencia en los humedales de la sabana que produce un pigmento antiguamente empleado por los indígenas. En el período prehispánico, este territorio perteneció a los dominios del cacique Techotibá, pero en 1608, luego de la conquista española, fue cedido a los jesuitas, quienes lo administraron por pocos años. Con posterioridad, este pasó por manos de varios particulares y también estuvo a cargo de compañías religiosas que se vieron afectadas en 1861 por la desamortización de bienes en manos muertas ordenada por el presidente encargado Tomás Cipriano de Mosquera. Después de muchas negociaciones efectuadas al inicio del siglo XX, esta zona quedó dividida en grandes haciendas: Tintal y Tintalito, Techo y Chamicera (Jaramillo Palacio & Juez Pardo, 1996), como se observa en la figura 1-10. Figura 1-9. Grandes lagunas al occidente del actual territorio de Bogotá Fuente: Edición propia con base en http://www.codazzi.mitreum.net/imgs/010601d.jpg http://www.codazzi.mitreum.net/imgs/010601d.jpg http://www.codazzi.mitreum.net/imgs/010601d.jpg 16 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX Con relación a los cuerpos de agua de la zona occidental en el siglo XVI, el historiador colonial Rodríguez Freile (citado por Pardo Umaña, 1946) relató: Estaba el río Bogotá tan crecido con las muchas lluvias de aquellos días, que allegaba hasta Techo, junto a lo que agora tiene Juan de Aranda por estancia. Era de tal manera la creciente, que no había camino descubierto por donde pasar, y para ir de esta ciudad a Techo había tantos pantanos y tanta agua, que no se veía por donde iban (p. 9). Figura 1-10. Haciendas del suroccidente de Bogotá Fuente: Edición propia con base en Carrasquilla (1979) Capítulo 1 17 Sin embargo, para las primeras décadas del siglo XX ya no existía la laguna El Tintal, pues había sido desecada y fragmentada, de modo que en este territorio quedaban solo cinco humedales de menores proporciones, Techo, El Burro, La Vaca, Timiza y Tibanica (figura 1-10). Se considera que esta afectación sucedió debido a las acciones humanas en el territorio, asociadas principalmente a las intervenciones que se realizaban en las haciendas para aumentar su productividad agropecuaria2 y al crecimiento urbano (Instituto de Estudios Ambientales, 2008). Durante esta época, se emitió la primera legislación sobre humedales en el país. El Presidente de la República de Colombia, Rafael Reyes, promulgó el Decreto 40 de 1905 2 Según el levantamiento del municipio de Fontibón en 1936, elaborado para el Censo Agropecuario Nacional, (Corporación Autónoma de Cundinamarca, 2016) las haciendas Tintal, Tintalito y Techo contaban con grandes extensiones de pastizales empleados probablemente para la ganadería, mientras que el cultivo de alimentos —generalmente trigo— era una proporción significativamente menor. Figura 1-11. Uno de los humedales producto del fraccionamiento de la laguna El Tintal 1950. Fuente: (Acueducto de Bogotá y Conservación Internacional Colombia,2003). 18 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX sobre desecación de lagunas, ciénagas y pantanos. Este transfería al Estado los terrenos que habían estado inundados en los últimos diez años, ordenaba el deslinde de los cuerpos de agua que pertenecían al Estado3 y cedía su propiedad a quienes realizaban las obras de desagüe y desecamiento (República de Colombia, 1905). El decreto, sin embargo, fue declarado inexequible siete años después, tardarían varias décadas para que el Gobierno volviera a pronunciarse a propósito de los ecosistemas de humedal. Posteriormente, en la zona rural de los municipios de Fontibón y Bosa, inició la construcción de equipamientos urbanos considerados necesarios en aras de la modernización de la ciudad de Bogotá. Sobre el particular, las decisiones de la administración pública respecto a la hacienda Techo detonaron la urbanización. Una parte de esta hacienda fue vendida a la Sociedad Colombo-Alemana de Transportes Aéreos - SCADTA4, que construyó, hacia el sur del humedal El Burro, el Aeropuerto de Techo, inaugurado en diciembre de 1930. Otra porción de terreno de la hacienda se empleó para el trazado y construcción de la avenida de las Américas, construida entre 1944 y 1946 con el fin de comunicar el aeropuerto y la ciudad. Esta fraccionó dos extensiones del cuerpo de agua del humedal, como se observa en la figura 1-12, que al quedar desconectadas del ecosistema se secaron con el paso del tiempo. Frente al aeropuerto se construyó el monumento de Banderas en 1948 con motivo de la IX Conferencia Panamericana. Luego, un fragmento nororiental fue vendido a la Cervecería Bavaria que en el año 1968 inició labores en el posteriormente denominado Complejo Industrial de Techo (Pardo Umaña, 1946). 3 Cabe señalar que a partir del año 1861 la hacienda de Techo era propiedad del Estado. 4 Primera empresa de transporte aéreo en Latinoamérica que posteriormente se uniría con la compañía Servicio Aéreo Colombiano para así conformar Aerovías Nacionales de Colombia S.A. – Avianca. Capítulo 1 19 Sobre el humedal El Burro se han venido realizando investigaciones, principalmente a partir de la última década, la mayoría de ellas enfocadas en aspectos biológicos abordan, desde la temporalidad del presente, temáticas como las condiciones del recurso hídrico, sus servicios ecosistémicos, la biodiversidad, su fauna y flora. Existen únicamente dos investigaciones que indagan sobre la historia del humedal, la primera, el trabajo de Venegas y Gómez (2011), aporta datos sobre las áreas del espejo de agua5 y el uso del suelo en el entorno del humedal en los años 1956, 1985 y 2000 a través de la interpretación de fotografías aéreas, la segunda, trabajo de grado realizado por Bonilla Martínez (2011), recoge la memoria sobre el humedal desde la década de 1990 mediante relatos de habitantes de la UPZ Castilla y un líder comunitario. 5 Los datos sobre el área del humedal en Venegas y Gómez (2011) difieren de los del plan de manejo ambiental. Debido a que este último es un documento de carácter oficial, se toma como referencia principal en el presente trabajo. Figura 1-12. Construcción de equipamientos e infraestructura urbanos en las haciendas de Techo y Chamicera, año 1955 Fuente: Edición propia con base en Zambrano (2007) 20 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX Con respecto a documentos oficiales, el plan de manejo ambiental realizado por el Instituto de Estudios Ambientales (2008) hace una documentación juiciosa desde lo biológico y desde lo socio histórico. A su vez, la Corporación Autónoma Regional (2016) en su publicación sobre los humedales de Kennedy registra algunas dinámicas urbanas y ambientales. 1.3 Objetivos A partir de la importancia de los ecosistemas de humedal y del vacío de conocimiento sobre la transformación de los humedales en la ciudad desde una perspectiva del hábitat, se propone explorar cómo los imaginarios sociales inciden en la transformación de los ecosistemas urbanos y, a su vez, pueden dar cuenta de una realidad más compleja. Para ello se toma como caso de estudio el humedal El Burro en el período comprendido entre 1950 y 2019. Para dar cuenta de lo anterior, se propone: Documentar el proceso de transformación del humedal El Burro a partir de la segunda mitad del siglo XX. Identificar los actores sociales clave en la transformación del humedal y sus imaginarios sobre este ecosistema Relacionar los imaginarios sociales sobre el humedal y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX 2. Fundamentación noológica 2.1 Una manera de conocer: lo epistémico Pretender abordar la transformación de un humedal como una cuestión del hábitat humano requiere aclarar ciertas premisas epistemológicas que soportan dicha postura. Generalmente, cuando se habla de hábitat la asociación remite al concepto de la biología, esto es, a una parte del ecosistema que reúne las condiciones necesarias para que una especie cumpla su ciclo de nacimiento, crecimiento, reproducción y muerte. Sin embargo, esta palabra, fue adoptada posteriormente por las ciencias sociales para hacer referencia al hábitat humano, entendiéndolo como “un sistema de procesos que implican las interacciones dinámicas entre el ser humano y el mundo” (Sánchez, 2009, p. 119). Pero, ¿qué es un sistema?, ¿qué es una interacción dinámica?, ¿cuáles interacciones puede establecer el ser humano con el mundo? Estos interrogantes son la introducción hacia lo epistémico de la presente investigación, fundamentada en la sistémica, esto es, “el arte de ver, averiguar y especialmente reconocer las conexiones entre las entidades observadas” (Von Foerster, 1998, p. 5). Según Von Foerster (1998), la sistémica es una urdimbre entre la cibernética, la hermenéutica y el constructivismo, a lo cual José Antonio Garciandía (2005) añade el pensamiento complejo para formar una especie de tetraedro que permite acercarse a la realidad de una manera más integrada y distinta al enfoque científico clásico6. Si bien cada uno de estos cuatro componentes de la sistémica tiene un desarrollo teórico profundo y extenso, es necesario hacer una síntesis basada en los aspectos que 6 El enfoque científico clásico se fundamenta en la objetividad, de manera que supedita lo intangible y da prioridad a lo tangible, al hecho meramente fáctico. En este proceso de conocimiento solo existe una realidad compuesta por objetos sin conexión entre ellos, los cuales pueden ser conocidos por el observador aplicando el principio de la escisión (Garciandía, 2005). 22 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX resultan pertinentes en este trabajo. El concepto de causalidad circular, retomado de la cibernética, es esencial aquí. La causalidad circular se aparta del principio de acción y reacción, también llamado causalidad lineal, a partir del cual una causa genera un efecto y en dicho efecto la causa inicial se agota, pues la realidad se concibe como una secuencia de acontecimientos, como se observa en el esquema de la figura 2-1. Por su parte, la causalidad circular plantea que puede existir conexión7 entre lo que se suponía era el efecto final y el primer elemento del proceso, lo que se denomina como círculos causales8, así, “el uso del pensar circular tiene predilección por observar cómo se articulan los fenómenos, qué relaciones mantienen y cómo se presentan los acontecimientos de retroacción en sus diferentes expresiones”(Garciandía, 2005, p. 46). A su vez, desde el ámbito de la hermenéutica se retoma la noción del lenguaje como mediación a partir de la cual es posible conocer y comunicar sobre lo conocido, crear significados de manera individual que dialogan en la intersubjetividad social. Por ende, es 7 Las conexiones pueden ser de retroalimentación, recursividad, homeostasis y autopoiesis. 8 Los círculos causales pueden observarse, por ejemplo, en el ciclo del agua. Esta pasa de estado líquido a estado gaseoso debido a la radiación solar y en ese proceso de evaporación sube a la atmósfera en donde las masas de aire húmedo provocan su condensación, es decir, la transformación del estado gaseoso al estado líquido nuevamente. El agua desciende a la superficie terrestre mediante la precipitación para hacer diversos recorridos e iniciar nuevamente su ciclo. Figura 2-1. Causalidad lineal y circular Fuente: Elaboración propia con base en Garciandía (2005) Capítulo 2 23 necesaria su interpretación en busca de aquello que está adentro de una cultura o un individuo sobre lo que está afuera en el mundo (Garciandía, 2005). Del constructivismo se destaca la forma de abordar la realidad, pues incluye al sujeto-observador en el proceso de conocer. Este adquiere conciencia de la realidad a través de la experiencia de sus sentidos en el mundo. Esto no significa que la materia no existe si el sujeto no la observa, es decir, el constructivismo no pretende anular el mundo de las cosas o supeditarlo a la necesidad de la percepción de un observador, sino que el sujeto a partir de su experiencia dota de significado la materia (Garciandía, 2005, p. 207). De esta manera, el conocimiento posee un tanto de objetividad proveniente de las cosas y un tanto de subjetividad subyacente a las ideas. Frente al acto de conocer, el pensamiento complejo, afirma Garciandía (2005): No pretende la verdad ni la certeza absoluta porque su punto de iniciación está en una premisa casi axiomática de la imposibilidad de la omnisciencia. Si esta es imposible, entonces no es necesario desesperarse en pos de ella, tal vez sea más útil entrar en conexión con otras versiones parciales de la realidad y con ello conformar una mirada interconectada del universo (p. 146). En este sentido, el paradigma9 de la complejidad no hace referencia a la completitud, ya que para la mente humana no es posible alcanzar el conocimiento absoluto, sino que apunta a un esquema de pensamiento que integra distintas formas de ver la realidad con el fin de comprenderla en un nivel más profundo. Por lo tanto, aquellos aspectos que se anulan desde la ciencia clásica, se incluyen en la complejidad y son considerados como nodos sobre los cuales es preciso indagar de forma razonable (Garciandía, 2005). Este enfoque procura tender puentes entre las disciplinas modernas, lo cual se propone conseguir a partir del establecimiento del sistema como unidad de estudio, esto es, entendiéndolo como un “conjunto de elementos, acciones o individuos 9 Patton (citado por Hurtado, 2010, p. 29) “define el paradigma como una visión del mundo, una perspectiva general, un modo de acercarse a lo complejo de la realidad, y afirma que los paradigmas son en cierta medida normativos, puesto que señalan al investigador una manera de actuar”. 24 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX que conforman una unidad global como consecuencia de la organización que surge de las interrelaciones regulares, estables, constantes y persistentes entre los mismos” (Garciandía, 2005, p. 107). Lo anterior implica pensar la realidad como un todo, como un sistema compuesto de subsistemas en interacción organizada de donde surgen las emergencias10. Los sistemas, ya sean abiertos11 o cerrados12, poseen tres aspectos esenciales: estructura, organización y teleología (figura 2-2). La estructura, que hace referencia a los elementos del sistema, generalmente, es el aspecto que se identifica con mayor facilidad, pues está conformado por componentes tangibles que se pueden enumerar, clasificar y/o describir físicamente. A su vez, la organización consiste en la “particular configuración de los vínculos, conexiones y, en definitiva, relaciones que tienen el poder de definir y determinar los caracteres fundamentales de un sistema” (Garciandía, 2005, p. 74), hace alusión a lo intangible, es el fenómeno que da orden a la estructura en un todo congruente. El último aspecto, la teleología, consiste en el propósito o finalidad que tienen los sistemas, comúnmente, permanecer. 10 “Las emergencias se dan como consecuencia de un fenómeno superaditivo, no tienen que ver con la cantidad aunque tácitamente esté presente en cualquier sistema porque todo sistema posee un determinado número de elementos” (Garciandía, 2005, p. 111). 11 Según De Rossnay (1977), los sistemas abiertos son aquellos que se encuentran en constante interacción con el ambiente, esto es, intercambian energía, materia e información con el fin de mantener su organización y menguar la entropía causada por el tiempo. 12 De acuerdo con De Rossnay (1977), los sistemas cerrados no realizan intercambios con el ambiente, permanecen aislados y su entropía es progresiva hasta el punto de llevar al sistema al colapso. Capítulo 2 25 2.2 El sistema del hábitat humano: lo teórico Partir de una perspectiva sistémica para estudiar el hábitat humano permite comprender que este no se refiere únicamente al espacio físico que contiene la vida, sino que “implica reconocer procesos e interacciones regidos por la cultura […] es territorio socialmente construido, es el teatro físico de los eventos, pero también la trama de ellos, relaciones e interacciones cargadas de significación simbólica que establecen los seres humanos” (Moreno citada por Echeverría Ramírez, 2003, p. 9). Al hacer referencia al hábitat humano es importante precisar tres conceptos: hábitat, habitante y habitar. Estos comparten la misma raíz etimológica, habitare, que traduce “estar en posesión de una cosa, pero sin necesidad de tenerla en las manos” (Monlau, 1856, p. 292) de manera reiterada. Por una parte, hábitat hace referencia a aquello que sostiene las interacciones del ser humano —individuales o colectivas— con el mundo. El hábitat es, según el Centro de Estudios de Hábitat Popular, CEHAP (1998): una noción desde la ecología en la cual cabe lo relativo al sistema espacial y de recursos que elige un grupo para transitar por su existencia; que responde a las necesidades para desarrollar los procesos individuales y colectivos requeridos para realizar su vida productiva, laboral y doméstica; ubicado en relación con un Figura 2-2. Aspectos esenciales de un sistema Fuente: Elaboración propia con base en Capra (2003). 26 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX entorno mayor, en intercambio con otros grupos de la sociedad vegetal y animal; y, a la vez, definido por el lugar específico donde se aloja, el cual tiene las condiciones de un espacio determinado y cualificado en concordancia con sus necesidades particulares y generales [...] No es el cascarón sino la conexión de lo micro, lo meso y lo macro (p. 6). De lo anterior, se denota la dialéctica multiescalar del hábitat como un macroscopio13, un fractal, en otras palabras, la interacción de sistemas y subsistemas. Para Leff (1998), “el hábitat es soporte físico y trama ecológica; pero también es referente de simbolizaciones y significaciones que configuran identidades culturales y estilos étnicos diversos” (p. 280). En ese sentido, Aguilaret al (2000) sostienen que el hábitat “entendido como espacio vital, se configura por la copresencia de lo físico, de lo cultural y de lo espiritual” (p. 22). De manera que el espacio per se no es hábitat, pues requiere estar cargado de interacciones-procesos culturales y sociales que con él y en él establece el habitante. El habitante14, que claramente es el sujeto que habita, dota de sentido y significación el espacio cotidianamente. En palabras de Echeverría (2009): Los habitantes en sus prácticas aplican habilidades propias (creación y desarrollo de útiles, técnicas y tecnologías físicas o sociales) en su encuentro en el tiempo, en el espacio y en la materia, configurando funcional, organizacional, simbólica, material, vivencial e imaginariamente su espacio, en tanto hábitat, e instauran una serie de hábitos (ritmos, rutinas, redes, relaciones, circuitos, trayectos, centros, entre otros) desde su esfera individual o grupal (p. 59) En suma, es un “sujeto activo que propone un punto de vista, una perspectiva, una intencionalidad, mediante sus procesos internos, mentales, cognitivos, es decir, como subjetividad individual y colectiva para conformar la realidad” ” (Sánchez, 2009, p. 123). 13 De Rossnay, Joel. (1997). El Macroscopio. 14 El término hace referencia al sujeto individual y/o colectivo. Capítulo 2 27 Por su parte, el habitar hace referencia a un verbo que denota acción por parte de un sujeto. Según Sánchez (2009), “el habitar integra diferentes actividades humanas o modos de habitar incluyendo tanto las prácticas sociales (praxis) como las actividades productivas (techné) y las acciones generadoras de sentido (poiesis)” (p. 122). Si bien el habitar es un conjunto de acciones, no toda acción humana es en sí misma habitar, ya que desde la perspectiva de Heidegger (1951) para habitar es necesario construir y ese construir es más que edificar, es cuidar, de manera que habitar implica preservar la esencia de todo aquello con lo cual el ser humano comparte el mundo. El habitar es entonces la “forma de inscripción de la cultura en el espacio geográfico” (Leff, 1998, p. 240). Hábitat, habitar y habitante existen de manera interdependiente e inseparable, son un sistema. A su vez, son elementos dinámicos y variables en el tiempo. Así pues, un hábitat no posee siempre los mismos habitantes ni ellos lo habitan de la misma manera; así como el habitante está en constante transformación también el espacio —la naturaleza— posee unas circularidades que lo transforman. Sánchez (2009) plantea que en la noción de hábitat se inscriben tres entidades procesuales que configuran un sistema, esto es, naturaleza, sociedad y habitante (figura 1-3). La primera de ellas es el medio ambiente natural y construido; la sociedad, por su parte, representa las dinámicas de los habitantes a nivel social, político, económico, administrativo, entre otros; por último, el habitante hace referencia a la subjetividad e intersubjetividad que construye la cultura, verbigracia, habitus15, saberes, imaginarios, memoria y demás. 15 Bourdieu, P. & Wacquant, L. (1995). La lógica de los campos. Respuestas por una antropología reflexiva, pp. 63-78. 28 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX Con base en esta teoría se construye el sistema específico de la presente investigación (figura 2-4), en el que los elementos poseen proporciones distintas según el rol que desempeñan. El campo de la naturaleza se orienta hacia los ecosistemas de humedal, toma como caso de estudio el humedal El Burro; el componente de la sociedad se enfoca en los actores sociales que han sido claves en la transformación del humedal y el componente de los habitantes se aborda desde la intersubjetividad por medio de los imaginarios sociales. Figura 2-3. Modelo gráfico del sistema hábitat humano Fuente: Elaboración propia con base en Sánchez (2009). Capítulo 2 29 2.2.1 Ecosistemas de humedal. Inicialmente, la palabra ecosistema fue adaptada e implementada por el biólogo Haeckel a partir de la unión de dos raíces griegas, oikos, que significa casa o morada y, logos, que denota conversación o razonamiento. Ecosistema, en este sentido, puede interpretarse como la casa o morada de la vida. Al respecto, De Rossnay (1977) señala que “el ecosistema es bastante más que un simple ‘medio en que se vive’. De alguna manera es un organismo vivo” (p. 10). Por otro lado, los humedales son definidos por la Secretaría de la Convención de Ramsar (2006) como “zonas donde el agua es el principal factor controlador del medio y la vida vegetal y animal asociada a él” (p. 7). El Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt (2015) sostiene, por su parte, que “los humedales son ecosistemas que, debido a condiciones geomorfológicas e hidrológicas permiten la acumulación de agua temporal o permanentemente y dan lugar a un tipo característico de suelo y/o a organismos adaptados a estas condiciones” (p. 14). Figura 2-4. Sistema a investigar Fuente: Elaboración propia 30 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX En síntesis, el concepto ecosistemas de humedal puede entenderse como un organismo caracterizado por la presencia de agua poco profunda de manera temporal o permanente, comprende una transición entre lo terrestre y lo acuático de modo que conforma un sistema de vida complejo y diverso, que además de ser hábitat de distintas especies de fauna y flora puede serlo también del ser humano. Biológicamente, los humedales poseen una zonificación y una estratificación. La zonificación se observa en el eje horizontal y comprende la zona terrestre, una superficie que permanece seca, no se inunda y está cubierta de vegetación terrestre; la zona rivereña, un espacio que oscila entre seco e inundado y posee una vegetación habituada a dicha condición; la zona litoral, una franja acuática de poca profundidad donde habitan plantas propias de este medio; y la zona limnética que es acuática y de profundidades cuantiosas en donde se compensa la producción de oxígeno y el consumo del mismo por acción de la fotosíntesis. De otro lado, la estratificación es de dos tipos: el estrato iluminado, una columna de agua impregnada por luz solar con altos niveles de oxígeno debido a la aireación y a la fotosíntesis; y el estrato oscuro que comprende el sector en donde no llega directamente la luz solar por lo cual no pueden desarrollarse procesos de fotosíntesis, pero se realizan procesos de descomposición. (Jaramillo et al., 2015) (Ver figura 2-5). Estas particularidades de los ecosistemas de humedal los convierten en, Figura 2-5. Sección tipo de un humedal Fuente: (Jaramillo et al., 2015, p. 19) Capítulo 2 31 Uno de los entornos más productivos del mundo, y son cunas de diversidad biológica y fuentes de agua y productividad primaria de las que innumerables especies vegetales y animales dependen para subsistir. Los humedales son indispensables por los innumerables beneficios o “servicios ecosistémicos” que brindan a la humanidad, desde suministro de agua dulce, alimentos y materiales de construcción, y biodiversidad, hasta control de crecidas, recarga de aguas subterráneas y mitigación del cambio climático (Secretaría de la Convención de Ramsar, 2014). Según la norma urbana de Bogotá, los ecosistemas de humedal además de su espejo de agua poseen una ronda hidráulica y una zona de manejo y preservación ambiental, definidas, respectivamente, así: Zona de protección ambiental e hidráulica no edificable de uso público, constituida por una franjaparalela o alrededor de los cuerpos de agua, medida a partir de la línea de mareas máximas (máxima inundación), de hasta 30 metros de ancho destinada principalmente al manejo hidráulico y la restauración ecológica [...]. La franja de terreno de propiedad pública o privada contigua a la ronda hidráulica, destinada principalmente a propiciar la adecuada transición de la ciudad construida a la estructura ecológica, la restauración ecológica y la construcción de la infraestructura para el uso público ligado a la defensa y control del sistema hídrico (Alcaldía Mayor de Bogotá, 2004). Cabe señalar que los humedales, entendidos como sistemas en donde mora la vida, que desempeñan importantes funciones, “deben ser considerados sistemas complejos, incluir en su análisis y gestión las dinámicas constantes de la sociedad, sus relaciones de poder y las transformaciones que se han realizado en cada sistema a lo largo del tiempo” (Vilardy et al., 2014, p. 7). 32 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX 2.2.2 Actores sociales. En relación con el concepto de sociedad, afirma Touraine (citado por Justafré García, 2011): No es un recipiente donde se mueven colectividades, es un sistema de relaciones […] que no está totalmente reglamentado ni controlado, y en el cual los actores sociales disponen de un margen de libertad, que utilizan de forma estratégica en sus interacciones con los demás. (§ 1.5.1) Frente a la noción de actor social, Gimenez (2006) señala que esta difiere de los conceptos de sujeto y agente, pues el primero, desde una perspectiva individualista, reconoce que toda acción social es producto de la fuerza psicológica propia del individuo y, el segundo, desde el funcionalismo sistémico, asume que los individuos o grupos actúan únicamente en función de las fuerzas constituidas desde las estructuras sociales. Si bien el actor social pertenece al sistema social y está definido por el lugar que ocupa en la estructura, este posee autonomía y posibilidad de acción. Además, un actor social puede ser un individuo o un colectivo cohesionado por determinados intereses y proyectos en común. En este trabajo, los actores sociales tenidos en cuenta son aquellos que han sido relevantes en el proceso de transformación del humedal El Burro a partir de la segunda mitad del siglo XX. Para efectos prácticos, estos se ordenan, según su escala, en tres categorías: local, distrital y nacional-internacional. Cabe señalar que sus acciones no son producto del azar, sino que obedecen a la intersubjetividad construida socialmente. 2.2.3 Imaginarios sociales. Los imaginarios son elementos que pertenecen al campo cognitivo del ser humano, esenciales en la dotación de sentido de la realidad social, la cual “se construye a partir de una íntima amalgama de realidad e irrealidad, de un entrejuego de objetividad y subjetividad, que se retroalimenta constantemente” (Carretero Pasín, 2003, p. 181). Capítulo 2 33 Cabe mencionar que “las teorías del imaginario surgen [...] unidas al deseo de recuperar la facultad de la imaginación para generar conocimiento” (Herrero Gil, 2008, p. 242), ya que en la modernidad esta fue asociada despectivamente a lo irreal (Latour, 2007) debido a su carácter subjetivo. Para entonces, lo imaginario solo poseía el rol de la conformación de imágenes acumuladas en la memoria. Para la tradición filosófica racionalista dichas imágenes eran organizadas y asociadas a través de la razón, por su parte, para la tradición empirista, las mismas eran un cúmulo inmóvil, pero con cierto contenido que permitía crear conceptos y preceptos. En suma, lo imaginario era comprendido como una capacidad sensible del ser humano, pero caracterizada por su pasividad (Castillo Rojas, 1990). Los imaginarios sociales, según Pintos (2015), “están siendo16 esquemas construidos socialmente que orientan nuestra percepción, permiten nuestra explicación y hacen posible nuestra intervención en lo que diferentes sistemas sociales sea tenido como realidad” (p. 156). Frente a la relación entre las acciones sociales y los imaginarios, Baeza (2011) sostiene que las acciones se encuentran en el primer plano de la superficie y están fundamentadas por las ideas ubicadas en un primer nivel de profundidad, que a su vez provienen de los imaginarios sociales (figura 2-6) como “formas de significación institucionalizadas que adopta la sociedad en el pensar, en el decir, en el hacer, en el juzgar” (Baeza, 2011, p. 33). 16 El autor hace énfasis en que no pretende que la definición del imaginario sea inmóvil, sino dinámica, en cierto modo temporal. 34 Ecosistemas de humedal e imaginarios sociales: humedal El Burro y su transformación a partir de la segunda mitad del siglo XX Cabe destacar, los imaginarios son dinámicos, “como cualquier proceso social observable está[n] sometido[s] a variaciones permanentes, en este caso de construcción y desconstrucción como esquemas válidos de percepción de las realidades” (J. L. Pintos, 2005, p. 48), luego, es por esto que resulta interesante observar los imaginarios de ‘algo’ en un período de tiempo, en este caso, los imaginarios sociales sobre el humedal El Burro a partir de la segunda mitad del siglo XX. Según Baeza (2008), esta transformación de los imaginarios se da en función de lo socialmente plausible y generalmente tiene lugar mediante lo que este sociólogo define como estructuras de ajuste, “formas estructurales multidimensionales que la sociedad crea —siempre provisoriamente— para resolver enigmas societales que se presentan en sus propios itinerarios [...] corresponde a la institución de normas, reglas y códigos que sirven para garantizar la reproducción de la cohesión societal básica” (Baeza, 2008, p. 157) tras un período de crisis o inestabilidad de las plausibilidades sociales. Figura 2-6. Planos de un fenómeno social Fuente: Elaboración propia con base en Baeza (2008). Capítulo 2 35 Con respecto a la institución del imaginario, Castoriadis (1975) plantea las categorías de imaginario instituido e instituyente. El imaginario instituido es “el entramado de sentidos a partir del cual una sociedad, en un momento determinado, crea y ordena la realidad, su realidad, su mundo. Es lo que cohesiona, une y da entidad a esa sociedad” (Vera, 2019, p. 32). En contraste, el imaginario instituyente posee una capacidad creativa y de transformación frente a lo instituido. En palabras de Emmánuel Lizcano (2003): Si el imaginario es el lugar de la autonomía, desde el que cada colectividad se instituye a sí misma, no es menos cierto que es ahí también donde se juegan todos los conflictos sociales que no se limitan al mero ejercicio de la fuerza bruta. Es por vía imaginaria como se legitiman unos grupos o acciones y se deslegitiman otros, es ahí donde ocurren los diversos modos de heteronomía y alienación (p. 15). Debido a su propia naturaleza de subjetividad de un nivel profundo, los imaginarios suscitan un reto al ser estudiados. Luego, es allí donde la interacción entre los imaginarios y las representaciones sociales juega un papel importante. Al respecto, Silva (2013) sostiene: [Los imaginarios sociales] actúan como matriz previa de las representaciones, como su “cemento invisible”, lo que les da fuerza, organización y dureza sin ser ellas mismas [...] los imaginarios sociales se darían precisamente en esas prefiguraciones colectivas que forman visiones de identificación social, y que, como tales son invisibles, pues cuando los vemos o los accedemos por cualquier sentido, lo hacemos a través de las representaciones (p. 41). Finalmente, otra característica que es necesario mencionar es que, tal como la cibernética, “la teoría
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