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70 Boletín Música # 48-49, 2018
económicas son por no aprender de las distintas crisis que se van sucediendo 
a lo largo de la historia. Yo creo que una de las principales contribuciones que 
hace la investigación de la música es estar alertas ante nuestros prejuicios, ante 
nuestras ideologías y ante un grupo de cosas que no nos damos cuenta que ope-
ran cuando estamos emprendiendo acciones, asumiendo posturas, discursos. La 
investigación nos ayuda a entender que hay cosas que han pasado antes y que 
pueden seguir pasando y sobre todo que los investigadores no estamos libres 
de todas esas cosas y tenemos que estar alertas ante nuestro modo s de actuar 
y es un tema que no se acaba y es un trabajo constante y de diálogo con otros 
investigadores.
Tomado de La Ventana
COLOQUIO DE MUSICOLOGIA1
Con un análisis de la industria musical y discográfica colombiana, Egberto Bermú-
dez abrió las sesiones de trabajo del X Coloquio Internacional de Musicología con 
la conferencia EasyListening y América Latina, 1950-80. 
Este resultado tiene como precedente un trabajo de investigación sobre la mú-
sica pop colombiana que toma la discografía como fuente primaria. Es así como 
desde la serie de discos LP de música ligera (easylistening) latinoamericana lan-
zada en 1954 por la RCA Victor con los nombres de Dinner in… Havana, Caracas, 
Mexico, Mexico City, Bogotá y Rio, se estudia lo que más tarde recibiría el nombre 
de lounge o «música de ambientación» y que en ese momento creó un mercado 
especializado y de grandes volúmenes de ventas.
Desde la realización discográfica y el impacto social y comercial que estas músi-
cas tuvieron, examina el surgimiento del «easylistening» en la América Latina y sus 
conexiones con las diferentes tendencias de música nacional, tomando en cuenta, 
además, la obra de compositores, arreglistas, directores e instrumentistas como 
Juan García Esquivel, Pablo Marín y Arturo Ramírez en México, Aldemaro Romero 
en Colombia y Venezuela, René Touzet en Cuba y Rafael «Fafá» Lemos en Brasil. De 
esta forma, se evidencia una escena translocal a la vez estrechamente relacionada 
con las realizaciones nacionales en cada caso. Un toma y daca en que interviene 
no solo la industria discográfica, sino los medios de comunicación masiva, espe-
cialmente la radio y la televisión. 
Para el continente, estableció nodos importantes para esta escena: se evidenció 
la fragmentación de las compañ ías que se comenzaban a consolidar, como es el 
caso de la RCA Víctors; México devino el espacio ideal para establecerse en tanto 
contaba con una gran cantidad de session music (músico de sesión); el bambuco 
y el pasillo, y más tarde el porro, se convirtieron en estereotipos que se asociaban 
con el consumo de ese tipo de producción. 
Su intervención concluyó con el abordaje del período de modernización de la 
industria discográfica, en el que el desarrollo tecnológico, la llegada de arreglistas 
extranjeros y los conceptos de publicidad comenzaron a dejar huella en la produc-
1 Redactado con la colaboración de los estudiantes de musicología de la Universidad de 
las Artes: Adaivis Marrón Pérez, Javier Soriano, Lázara Laura Yllarramendiz Alfonso.
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ción fonográfica colombiana. Tema que dio paso a un importante debate que llegó 
hasta reflexiones sobre nuestra industria en la actualidad. 
Los espacios de enseñ anza académica y los retos que ella trae consigo ocuparon 
la tarde del lunes en la sala Che Guevara de la Casa de las Américas. 
Primeramente, el panel Gestión del Patrimonio Histórico-Documental de la 
Música. Una propuesta académica desde la enseñ anza patrimonial, integrado por 
Miriam Escudero, Claudia Fallarero y María Elena Vinueza, comentó la propues-
ta académica de la segunda edición de su maestría desde tres aspectos: diseñ o, 
fundamentación y perspectiva desde el punto de vista curricular de la maestría; 
capital humano con el que se trabaja y resultados científicos, colofón de todo 
el proceso. Dicha maestría toma en cuenta seis tipologías documentales: música 
anotada, música programada o grabada, los relativos a la gestión de la actividad 
musical, los relativos a la difusión de la actividad musical, el instrumento como 
documento organológico y el documento musical iconográfico.
La maestría se lleva a cabo en el colegio universitario San Gerónimo de La Habana, 
donde el centro de atención es el patrimonio documental de la música. Estructurada 
en dos ciclos, incluye historia de la música en Latinoamérica, gestión del patrimonio 
musical, metodología la investigación entre otras materias, y un segundo ciclo 
donde existe una mayor optatividad y el estudiante puede decidir qué cursos 
tomar para completar su formación.
Cuenta como principal línea de investigación la preservación y estudio de 
documentos musicales con especial énfasis en el patrimonio musical cubano y 
latinoamericano. Tomando en cuenta su énfasis en la gestión, esta propuesta 
académica interesó a periodistas, profesionales de la radio que se relacionan con 
el patrimonio sonoro que acumula la radio en cuba y necesitaban esos saberes 
para enfrentarse a esos contenidos, musicólogos que en lo laboral estaban vin-
culados con la gestión, por ejemplo, los de Casa de las Américas, un alumnado 
procedente también de fondos del museo nacional de la música, bibliotecólogos, 
entre otros. Uno de los preceptos fundamentales es la formación de decisores y 
evaluadores del patrimonio musical enfocado al mundo del documento. 
Sus resultados científicos encuentran un espacio de socialización en El sinco-
pado habanero, boletín digital que emite el Gabinete de Gestión del Patrimonio y 
que ya cuenta con siete números. 
Le siguió la mesa Musicología, formación musical y gestión del conocimiento, 
que contó con las intervenciones de las investigadoras cubanas Dolores Flovia Ro-
dríguez Cordero, Caludina de la Caridad Hernández Bean, Nadiesha Barceló Reina 
y Karina Rumayor. 
Bajo el título El aprendizaje por proyectos: reflexiones sobre una experiencia 
docente interdisciplinaria en la asignatura Didáctica aplicada a la música en el 
nivel superior, la intervención de la Dra. Dolores Rodríguez toma como modelo un 
grupo de alumnos de las carreras de cuerdas de I añ o de la asignatura Didáctica 
Aplicada a la Música de Universidad de las Artes, (ISA), y se plantean las siguien-
tes interrogantes: qué significa para nosotros el aprendizaje por proyectos y qué 
vínculos tiene los proyectos con la didáctica aplicada a la música. Se refirió a la 
experiencia de formular un proyecto de concierto didáctico como ejercicio de cla-
ses, donde salió a relucir que el concierto es también un espacio didáctico donde 
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se muestra el arte y se aprende también del público, en una estrecha relación que 
establecen estos componentes.
La siguiente intervención correspondió a Claudina Hernández, quien se refirió 
al papel de las neurociencias en la formación musical, la psicología, la pedagogía 
y la neuroeducación. Partiendo de la diversidad de áreas en la neurociencia de la 
música, la música como rasgo bilógico o adquirido, la percepción auditiva y las 
emociones inducidas por la música; y las situaciones físicas y emocionales por las 
que transitan los instrumentistas en su preparación, la ponente utilizó elementos 
de neuroplasticidad y epigenética para fundamentar los procesos por los que pasa 
el cerebro cuando un músico sufre una lesión. Igualmente, se refirió al uso de 
técnicas de programación neurolingüística, para reprogramar los movimientos e 
instalar nuevos patrones de movimientos, una manera de usar la neruoplasticidad 
para curar o aliviar tendinitis, fatiga por sobre carga, o fatiga muscular.
La siguiente ponente, Nadiesha Barceló, en su intervención La enseñ anza mu-
sical, desarrollo y perspectiva, abordó el tema de la enseñ anza formalizada de la 
música con un carácter sistémico e histórico, además de individualizado tantopor 
los estudiantes como por los maestros que lo enseñ an; así como de las caracterís-
ticas del modelo del conservatorio, resultado de añ os de consolidación un grupo 
de saberes cuyo fin es conservar la cultura occidental, el domino de los instrumen-
tos, códigos de los diferentes estilos musicales, entre otros aspectos.
La mesa finalizó con la intervención Una mirada a la formación de los profesio-
nales de la música en Cuba desde la gestión del conocimiento, de Karina Rumayor, 
quien esbozó resultados parciales de su investigación de maestría. Hizo especial 
mención a la copiosa bibliografía, tesis y trabajos de diplomas que abordan esta 
temática, así como los espacios de formación que promueven los perfiles profe-
sorales. Se realizan propuestas metodológicas para la enseñ anza de la música y 
la formación del profesorado. De manera general, Rumayor realizó un recuento 
de los textos que de una forma u otra han tratado el tema de la formación de los 
profesionales de la música en Cuba.
En la mañ ana del martes 13 de marzo, la Sala Che Guevara recibió al especia-
lista en música colonial latinoamericana y presidente de la Revista de Musicología 
de la Sociedad Españ ola de Musicología Javier Marín, quien realizó una conferen-
cia donde abordaba los principales retos de la «Musicología digital» en relación 
con los estudios musicales en la América Latina. Como el propio Marín afirmaba, 
el crecimiento —en los últimos añ os— del interés por escudriñ ar tal música, tanto 
en su línea docta como popular, no solo había generado una transformación de 
orden epistemológico a través de la amplificación de los objetos de investigación, 
sino mediante la ampliación de los nuevos paradigmas metodológicos, basados en 
técnicas y formatos de análisis más actualizados, como los referentes al mundo 
digital. Además resaltaba que los estudios musicológicos internacionales, y por 
ende las instituciones que apoyaban tales estudios, han ido desarrollando pro-
yectos digitales centrados en prácticas, compositores y repertorios canónicos; sin 
embargo, el desarrollo de esta tipología de estudios en el área latinoamericana 
resultaba «incipiente», por lo que era de vital importancia difundir el trabajo de 
ciertas organizaciones y eventos como una forma de «inspiración» para el desarro-
llo de tales iniciativas en nuestra área. 
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La reflexión —como el conferencista expresaba— sobre la expansión de internet, 
el acceso a los ordenadores, y por ende el desarrollo de los procesos tecnológicos, 
están impulsando un paradigma científico: la era digital y la era de la información, 
y su vinculación con la Musicología digital —concebida como un subcampo de las 
llamadas Humanidades Digitales—, la cual relaciona al trabajo musicológico con 
la tecnología digital desde su más amplia perspectiva. Esta acción no solo incluye 
la conversión a formato digital de contenidos analógicos —realizados ya por las 
diversas corrientes de la musicología— sino el tratamiento, la purificación y el 
análisis de los distintos datos musicales. 
En este ámbito destacó la reconstrucción digital de manuscritos antiguos que 
han perdido su legibilidad con el propio paso del tiempo. Dicha reconstrucción, me-
diante las factibles herramientas de análisis que ofrece la tecnología digital —desde 
la fotografía de alta definición, hasta el aumento de contrastes visuales entre los 
materiales plasmados en el manuscrito— permitió comprender las modificaciones 
realizadas por el compositor en el soporte y, por ende, los modos de confección del 
material polifónico. Otro elemento que resaltó, sin dudas, fue el modo de recepción, 
de almacenamiento y difusión (digitales) de los soportes musicales. En este orden, 
Marín amplió sobre diversos fondos de información como IMSLP y CSIC, fondos que, 
bien han servido para ofrecer información sobre el compositor, el documento, o la 
obra en sí. También planteó la existencia de plataformas dedicadas al estudio de la 
obra musical de algunos compositores como Tomás Luis de Victoria y Gesualdo —por 
situar algunos ejemplos—, en las cuales se presenta la catalogación y la transcripción 
de estas respectivamente. En otro orden, mencionó la importancia de las herramien-
tas digitales para la comprensión de los diversos paisajes sonoros en siglos pretéritos 
y para sedimentar una cartografía que permita la visibilidad de la relación entre el 
«espacio» y la producción musical.
Marín concluyó exponiendo las desventajas del uso de la tecnología, en algunos 
casos concebidas como «limitantes» y como «retos». En cuanto a los problemas 
teóricos y metodológicos destacó que los diseñ os de las aplicaciones digitales, de-
terminan en gran medida su formas de uso y pueden ser por tanto condicionantes 
insalvables, así como la tendencia a mitificar el uso de los medios tecnológicos 
como exhaustivo «controlador de fondos», por lo que se tiende a confundir lo que 
es el medio —en este caso la herramienta tecnológica— con el fin. Apuntó que 
debe tenerse en cuenta que las bibliotecas digitalizadas solo constituyen una parte 
de toda la música existente en soportes como el papel o los de reproducción. En 
cuanto a los condicionantes de orden «práctico», subrayó que la mayor parte de los 
resultados de los proyectos de digitalización y difusión de la música son resultado 
de un grupo de investigadores, lo que implica una logística organizativa y una di-
námica de trabajo en equipo, que se separa un tanto del musicólogo que trabaja 
en solitario desde su archivo.
Por último hizo hincapié en que el uso de la tecnología en las investigaciones 
musicológicas, el cual debe tener principalmente una función de herramienta o de 
recurso/complemento, nunca como una sustitución de las formas tradicionales.
Las mesas siguientes durante la jornada del martes se dedicaron a los estudios 
sobre Teoría y Crítica de la Historiografía Musical del continente y a los enfoques 
actuales para la investigación de archivos y colecciones de música. 
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Una mirada hacia nuestros «viejos mundos» inició los paneles de debate. Fue el 
caso de las ponencias Música para indios remisos: las anotaciones musicales del 
Confessionario… (1634) de Bartolomé de Alva a cargo del mexicano Elías Morado 
en diálogo con las ponencias Entre historiografía y etnografía musical latinoame-
ricana: la música indígena en la obra de Jean de Léry (1577) de Giorgio Monari 
(Italia) y De la polifonía al canto llano: nuevas perspectivas sobre las prácticas 
músico-litúrgicas en la América colonial (Santiago de Chile, 1788-1811), de Ale-
jandro Vera (Chile). Estas intervenciones, desde los pueblos originarios y desde los 
conquistadores, ofrecieron visiones complementarias de la historia de esta Amé-
rica «inventada» desde las múltiples realizaciones culturales, donde la música no 
solo aporta elementos constatables de la cultura dominada sino que nos ofrecen 
una visión de la cultura dominante. El panel cerró con la ponencia La tonadilla 
de La Habana (1763) y los villancicos de pastorela de Esteban Salas (1725-1803). 
Un acercamiento desde la teoría de los tópicos de Claudia Fallarero (Cuba), que 
focaliza la capital cubana como testigo de un interesante apogeo teatral entre 
finales del siglo XVIII e inicios del XIX. Su reflexión parte de análisis recientes de 
publicaciones periódicas de esta época para abarcar un repertorio de tonadillas y 
villancicos desde la teoría de los tópicos. 
La sesión de trabajo vespertina se centró en estudios que refieren enfoques 
novedosos para la investigación archivística. 
También centrado en el análisis de las publicaciones periódicas, el primer panel, 
acogió las ponencias de las cubanas Miriam Escudero y Yoanna Díaz Vázquez, 
quienes abordaron el quehacer musical, escénico y el análisis de los repertorios 
que circulaban en La Habana y Salto, durante los siglos XIX y XX, respectivamente. 
El cierre de la tarde tuvo como protagonistas los estudiosque desde la historia 
se enfocan en las implicaciones económicas, sociales y laborales decimonónicas 
en México y La Habana, con las intervenciones de Alejandra Hernández (México) 
y Margarita Pierce (Cuba). Así, se abordó el caso de la orquesta de José Ignacio 
Triujeque en la Catedral de México entre las décadas de 1830 y 1850, la movilidad 
de los músicos y su conexión reticular entre los espacios religiosos y profanos de 
La Habana en la segunda mitad de este siglo. Desde el análisis de la microhistoria, 
perspectiva historiográfica asumida en la contextualización del acervo conservado 
en el Santuario Nacional San Antonio de Padua (La Habana), se reveló el quehacer 
e impacto social de la gestión de la comunidad franciscana asentada en dicho 
santuario a través del Orfeón Vasco y su director Estanislao Sudupe. 
La conferencia Casi un siglo de investigación musical: la experiencia mexicana, 
impartida por la Doctora Yael Bitrán, jurado del Premio de Musicología, abrió las 
sesiones de trabajo del Coloquio Internacional de Musicología, el miércoles 14 de 
marzo. 
La actual directora del Cenidim realizó un apretado recorrido por la historia de 
la investigación musical en México, financiada por el Estado, desde los añ os 20 
hasta nuestros días. 
El recorrido inició con los investigadores del folklore nacional —quienes uti-
lizaban las transcripciones como principal medio para registrar sus pesquisas—, 
pasando por los materiales didácticos que se expandieron por el país, con músicas 
compiladas que eran empleadas para hacer arreglos. Hizo especial mención en 
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los instrumentos y objetos asociados a las danzas rituales las cuales han llegado 
al CENIDIM a través de donaciones; todo ello conservado en el Archivo General 
de Folklore Musical, encargado de preservar la memoria histórica a través de las 
transcripciones, fotografías, instrumentos musicales, música grabada, vestuarios 
y bocetos que atesora en sus archivos. Señ aló la importancia de la fundación del 
Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura en 1946, institución sobre la que se 
asentó la responsabilidad de la educación y difusión cultural y artística a través de 
sus departamentos de Música, Teatro, Artes plásticas, Arquitectura y Danza. 
En su recuento tuvo especial peso la referencia a las instituciones que han 
marcado el devenir investigativo de esa nación: el departamento de Música del 
Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (considerado el antecedente directo 
del CENIDIM), el Centro de Investigación Musical, el Archivo Folklórico del INBA, el 
propio CENIDIM… así como la mención a personalidades que han marcado un hito 
en este campo: Raul Hellmer, Henrietta Yurchenco, Robert Stevenson, Carmen 
Sordo Sodi y el también compositor Manuel Enríquez.
Entre los resultados más significativos señ aló la revista de investigación musical 
Heterofonía, el Proyecto INBA digital, así como numerosas publicaciones mono-
gráficas. 
Para finalizar, Bitrán lanzó la Convocatoria al Congreso Latinoamericano de In-
vestigación Musical, organizado conjuntamente por el Centro Nacional de Investi-
gación Difusión e Información Musical Carlos Chávez y el Conservatorio Nacional 
de Música de México. 
Desde otra área investigativa llegó la conferencia Variaciones sobre un bajo 
obstinado: préstamos de la iconografía musical europea en la obra de Cristóbal 
de Villalpando (ca. 1649-1714) de Evguenia Roubina. La estudiosa enfocó su in-
tervención en la urgencia de prevenir a los estudiosos de la iconografía musical 
novohispana, actuales o en ciernes, de conclusiones falibles en torno a la inter-
pretación de los significados y la asignación del valor testimonial a las fuentes 
figurativas de la música realizadas en la Nueva Españ a con base en los modelos 
prestados de un arte ajeno a este espacio cronológico y geográfico. 
Este ha sido el motor que le ha impulsado a desarrollar un conjunto de reco-
mendaciones metodológicas y herramientas prácticas destinadas a contextualizar 
estas apropiaciones en el marco del arte virreinal, así como a tipificar y jerarquizar 
los elementos que las constituyen. Como muestra práctica del uso de estos re-
cursos tomó como caso de estudio los grabados europeos de los que Cristóbal de 
Villalpando, magno representante del barroquismo novohispano, se había servido 
para diseñ ar sus orquestas angélicas. De esta forma, quedó comprobado que, aun 
haciendo eco del imaginario y la estética musical del Viejo Continente, los lienzos 
de este artista ofrecen invaluables y fehacientes testimonios organológicos por 
guardar una relación intrínseca con el hecho sonoro de la Nueva Españ a.
Roubina, como cierre de su intervención, invitó a los presentes a participar en el 
IV Congreso Latinoamericano de Iconografía Musical, que tendrá lugar el próximo 
a desarrollarse en el mes de noviembre en la capital azteca. 
La sesión de la mañ ana concluyó con la intervención de Laura Vilar, directora 
del Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana, quien presentó el 
proyecto de colaboración que sostiene dicha institución con la Onudi. En esta 
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experiencia de la musicología para el desarrollo sostenible de la industria musical 
cubana participa un equipo interdisciplinar del CIDMUC, el cual ha desarrollado 
un sistema de información que establece una plataforma sistemática de análisis 
para el ejercicio de la política en función del desarrollo del mercado endógeno e 
internacional y poder diagnosticar tendencias del comportamiento de los dife-
rentes actores de la cadena de valor, a partir de un levantamiento cualitativo y 
cuantitativo de todos los actores que forman parte de la industria de la música 
en Cuba, desde la creación hasta el consumo, agregando a la misma un nuevo 
eslabón: la enseñ anza. 
Esta experiencia constituye una herramienta de apoyo al Ministerio de Cultura 
y al Instituto Cubano de la Música en el diseñ o de su política cultural en el campo 
de la música y su desarrollo como industria y se inserta en la Estrategia Nacional 
de desarrollo de la música y la cultura cubana.
Múltiples enfoques y temáticas confluyeron al diálogo en la Sala Guevara la 
tarde del miércoles. 
La sesión vespertina se inauguró con la mesa Música y discursos contemporá-
neos, que dedicó toda su sesión de trabajo al análisis de la música de Leo Brouwer. 
Primeramente, la ponencia Lucia en tres movimientos. Un análisis interpretativo 
de la banda sonora de Leo Brouwer para el film Lucía, impartida por la musicólo-
ga puertorriqueñ a Marysol Quevedo, abordó el papel central de la banda sonora 
y el rol del compositor en la producción fílmica, a la vez que se ocupó de ubicar 
la producción musical para filmes del Icaic tanto dentro del marco artístico de la 
vanguardia musical de los añ os sesenta en Cuba como en el contexto histórico y 
político de la Revolución cubana. Otra área de creación del maestro Brouwer fue 
mirada por el estudioso mexicano José Luis Segura en su ponencia Come campa-
ne… campanas que doblan por la muerte de un amigo: Aproximaciones a «Hika» 
(In memoriam Toru Takemitsu) de Leo Brouwer, donde se definió la «sonósfera» 
donde se circunscriben Leo Brouwer y Toru Takemitsu; desde la cual se sustentó el 
análisis musical y retórico de Hika, en la búsqueda de una comprensión e interpre-
tación integral de esta obra, que a veinte añ os de su creación, se ha incorporado 
al repertorio trascendental de la guitarra contemporánea. 
La tarde dio paso a la reunión del grupo de estudio IMS «Música antigua y el 
Nuevo Mundo» (IMS Study Group «Early Music and the New World»), en la que 
presentaron sus resultados recientes los estudiosos Javier Marín, Alejandro Vera 
(Chile) y Egberto Bermúdez (Colombia). Fundado en La Habana en 2014, este 
grupo —como es habitual con las formaciones de estudio de la IMS— presenta 
actualizaciones de sus procesos investigativos en cada congreso en el que coin-
cidan tres o másmiembros. Los asistentes escucharon la segunda presentación 
de resultados de Vera, quien abordó la recepción y difusión de la música y los 
instrumentos musicales europeos en el virreinato del Perú, a fines del siglo XVIII, 
y de Bermúdez, quien presentó una visión desde los archivos de música de los 
instrumentos musicales y las reducciones jesuitas durante el siglo XVIII. Por su 
parte, Javier Marín presentó por primera vez al grupo sus resultados de inves-
tigación en la ponencia «Peregrinos pensamientos en metro músico: análisis, 
proyección y significado de las chanzonetas de Gaspar Fernández sobre poemas 
de Alonso de Bonilla (1614-1616)». 
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El cierre de la jornada fue dedicado a los estudios sobre música popular, en un 
interés de continuidad con el pasado Congreso de IASPM celebrado en La Habana. 
Así, la investigadora ecuatoriana Angelita Sánchez Plasencia ofreció su po-
nencia Música barroca y heavy metal: máquinas estéticas abstractas de so-
nidos y espectacularidad, en la cual aborda la música heavy metal desde las 
estéticas caníbales, como máquinas productoras de sonidos y espectacularidad, 
abordaje que permitió visibilizar la estética y la performance de una cultura 
que hoy rompe la estructura capitalista de producción, circulación y consumo 
por lo underground. El chileno Andrés Espinoza Agurto presentó resultados en 
su ponencia Hacia una lectura social de la obra de Tite Curet Alonso, la cual 
ofreció una introducción a su obra y analizó y contextualizó algunas compo-
siciones de Curet profundizando en la problemática social y de raza dentro de 
su obra. Como cierre, la ponencia El «Génesis Según Virulo» (2001) del cantau-
tor cubano-mexicano Alejandro García Villalón como performance humorístico 
de intertextualidad musical fue presentada por el investigador cubano Pablo 
Alejandro Suárez, quien discursó sobre la construcción de realidades musicales 
alternas, conformadas por identidades digitalmente colectivas, y cuyos vínculos 
se pueden establecer mediante patrones comunes de consumo de performances 
específicos dentro de esta obra discográfica.
«Chile ha tenido un diálogo intenso con Cuba en los momentos de más luz 
y en los momentos de más oscuridad. A esta cadena está unido este querido 
amigo». Con esas palabras de presentación, que rememoran a Argeliers León, 
María Elena Vinueza introdujo la conferencia del musicólogo Christian Spencer, 
jurado chileno que disertó en la jornada del jueves sobre la noción del espacio 
y localidad. 
De vuelta al barrio. Aportes teórico-metodológicos del enfoque de lo local al 
conocimiento de los fenómenos sonoros en las ciudades latinoamericanas resume 
la experiencia del investigador en sus añ os de trabajo. Reflexiona acerca de cómo 
la música puede intervenir en los espacios, sin que lo local se entienda como algo 
opuesto a la globalización. Este debate ha recibido menos atención, usualmente 
opacado por las discusiones sobre globalización, capitalismo y postcolonialidad. 
La conferencia cumplió con su objeto de reinstalar este debate acerca de la 
importancia del concepto de lo local o localidad para el estudio y escritura sobre 
música en la región, a partir de la idea de lo local como medio de producción de lo 
social donde la música tiene un significativo rol en la creación de sentido de lugar, 
entendiendo por ello la humanización sonora o resignificación de espacios apa-
rentemente sin valor geográfico, como se aprecia en procesos de festivalización y 
construcción de escenas en la región. 
Spencer comenzó revisando el estado del arte del debate, para luego definir 
lo local de un modo operacional. Definió el espacio como un lugar vacío, huma-
nizado según las relaciones y vivencias que se tienen en ellos; localidad, como 
constructo fenomenológico relativo al hecho de habitar y humanizar el espacio; 
y lugar como el entorno físico intervenido por la acción humana a través de su 
acción cognitivo-sensorial y afectiva. De ahí que ciertos eventos musicales están 
fuertemente asociados a lugares específicos, por lo que fuera de los mismos estos 
eventos pierden fuerza. 
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Entre las definiciones más pertinentes como aparato categorial, el musicólogo 
define las de arraigo —entendido como marcas geográficas, físicas, objetivas— y 
sentido del lugar, que son las experiencias humanas, subjetivas y afectivas. Ambas 
categorías se entrelazan en un continuum y devienen marcas que permiten la 
comprensión de determinados eventos.
Más tarde, analizó ejemplos de algunos países latinoamericanos introduciendo 
los conceptos festivalización y escena musical con el afán de demostrar la impor-
tancia de lo local y su impacto social y económico en la cultura de las ciudades. 
Es entonces que propone el concepto festivalización, entendiendo este como 
proceso de estandarización de prácticas de consumo vinculadas a la música en 
espacios públicos y-o privados. Un modelo de comercio, turismo y performance 
planificado.
Concluyó ofreciendo un modelo de análisis sencillo, plausible de ser utilizado en 
el futuro para casos similares por su valor interdisciplinario. Señ aló la necesidad 
de introducir un concepto de lugar más complejo en los estudios musicales lati-
noamericanos para dar cuenta de las realidades sonoras, comerciales y étnicas de 
una región en constante transformación. Un concepto de carácter incluyente que 
ofrece nuevos nichos de análisis a los ya conocidos. 
Tras la conferencia, la jornada de trabajo del jueves acogió un intenso programa 
de trabajo en la Sala Guevara de la Casa de las Américas, en el que fueron aborda-
dos numerosos campos de interés de la musicología contemporánea. 
De amplia convocatoria y alto interés para los presentes resultó la mesa Musi-
cología, formación musical y gestión del conocimiento II, en esta ocasión enfoca-
do a la gestión de repertorios en eventos (concursos, festivales…).
Abrió la mesa la ponencia Tradição e modernidade na difusão do repertório 
nos Festivais de Choro no Brasil, expuesta por Luciana Fernandes Rosa y Márcio 
Modesto (Brasil), quienes se enfocaron en el análisis del repertorio del género 
brasileñ o choro, utilizado para fines didácticos y artísticos, en un evento anual 
llamado Semana Seu Geraldo celebrado entre 2011 y 2016 en Leme, São Paulo, 
Brasil, evento que divulga el género para la población local y promueve clases 
para aprendices. Le siguió la ponencia La música latinoamericana dentro de los 
procesos de legitimación cultural: la relación entre los concursos internacionales 
de piano y las instituciones educativas musicales, propuesta de la investigadora 
Sandara Velásquez (México), que enfocó su discurso en el análisis de datos duros 
sobre repertorio dentro de los concursos de piano en afán de dar luz sobre el lugar 
que actualmente ocupa la música latinoamericana dentro de los mayores espacios 
de legitimación cultural.
Las investigadoras argentinas Alejandra García Trabucco y María Alejandra Sil-
nik expusieron sus Tres momentos de la performance musical desde la perspectiva 
de los intérpretes. Un Estudio Preliminar en el Marco de la Enacción, en la cual 
describen algunos de los procesos cognitivos involucrados en la performance mu-
sical desde el marco de la teoría enactiva, y se caracterizaron prácticas pedagógicas 
en la enseñ anza de instrumentos musicales en relación con dicho enfoque. Le 
siguió la ponencia Documentos de archivos e investigación musicológica en Uru-
guay. El caso de los Festivales Latinoamericanos de Música de 1957 y 1966 en la 
voz de Fabricia Malán (Uruguay), en el cual intenta develar las políticas culturales 
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y/o diseñ os institucionales que favorecieron la creación, organización y sustento 
en el tiempo de los acervos musicales público-estatales, a partir de un análisis pre-
vio sobre las relaciones que se tejieron a partir de los Festivales de Composición en 
América Latina y Estados Unidosentre 1930 y 1960 y del estudio de los archivos 
sonoros de los Festivales Latinoamericanos de Música realizados en Montevideo 
en 1957 y 1966 recientemente recuperados.
Como cierre de la mesa llegó la ponencia Gestión del Patrimonio Musical Re-
gional de las Villas de Angélica M Solernou Martínez (Cuba), quien propuso un 
acercamiento a los fondos documentales musicales de la Villa La Santísima Trini-
dad, tomando como base el inventario de las obras conservadas, sus compositores, 
así como un análisis de los soportes documentales desde su archivo digital.
La sesión de la tarde reservó su espacio para la segunda mesa del tema Música y 
discursos contemporáneos, en este caso dedicados al análisis musical. Este espacio 
abrió con la ponencia La música para piano de Gilardo Gilardi, un compositor 
argentino, de Patricia Yvonne Espert, quien presentó el catálogo completo de su 
obra para piano —cinco de ellas inéditas— y una síntesis del análisis integral de las 
obras que posibilita definir el estilo gilardiano por medio de los rasgos que se tor-
nan recurrentes. Luego Tatiana Tchijova (Rusia-Colombia), a través de su ponencia 
A.M. Valencia: un esbozo de la obra del compositor, develó los orígenes de las 
ideas del compositor, los rasgos estilísticos en su obra así como un breve análisis 
musical de las creaciones más significativas de A.M. Valencia.
Le siguió el acercamiento a la composición de vanguardia en Cuba con la po-
nencia La creación de la escuela de composición musical de Cuba por el Grupo 
de Renovación Musical (1942- 1948), de la mano de José Luis Fanjul (Cuba), en 
la cual se abordó la influencia del Grupo de Renovación Musical en la creación 
contemporánea, de qué modo presenta su proyecto el Grupo y cómo logra inser-
tarlo y proyectarlo al futuro de la realidad musical de la isla. El panel cerró con 
la exposición de Caminos profesionales de la mujer-músico en Cuba: la compo-
sición académica, de Ailer Pérez (Cuba), la cual se enfocó en los modos en que 
mujeres cubanas se han situado en entornos profesionales de la composición 
académica, espacios históricamente asociados a modelos masculinos, así como 
las principales circunstancias, conflictos y logros a nivel social e institucional.
El colofón de la tarde llegó con la mesa Tránsitos, industrias y desarrollo lo-
cal, temática de reciente incorporación en los ejes temáticos del Coloquio y con 
la cual se ofreció un recorrido por escenas translocales de la industria musical 
cubana. De esta forma, los presentes se encontraron con la música mariachi 
como fenómeno global, siguiendo su presencia histórica en Cuba y observando 
expresiones contemporáneas fuera del contexto norteamericano, de la mano 
de Jessie M. Vallejo (Estados Unidos). Los trabajos de investigación de Sean Be-
llaviti (Canadá) muestran la escena salsera de Toronto durante un periodo de 
crecimiento rápido. Este análisis se centra en los desafíos sociales y económicos 
que enfrentan los músicos locales, el impacto que ha tenido esencialmente en los 
músicos migrantes cubanos. La industria discográfica nacional, particularmente la 
producción fonográfica dedicada al movimiento de jóvenes jazzistas, fue presen-
tada por Gloria Ochoa (Cuba) y un recorrido histórico por la concreción de la in-
dustria musical independiente en Cuba fue ofrecido por Carla Mesa Rojas (Cuba). 
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Un emotivo encuentro con la obra del maestro Argeliers León inició la mañ ana 
del viernes en la Sala Galich de la Casa de las Américas. Grizel Hernández, musi-
cóloga y pedagoga cubana, alumna del Maestro, ofreció su conferencia Argeliers 
León: del acto y el resultado, la cual muestra el trabajo editorial que ha realizado 
en los últimos cinco añ os y que hoy se materializa en los ocho volúmenes que 
recogen, por primera vez, sus obras completas (publicadas e inéditas), y los 
cuales fueron presentados en esta intervención desde el análisis temático y 
crítico de sus resultantes. Esta compilación pronto verá la luz de la mano de la 
Editorial Museo de la Música. 
De acuerdo con la maestra Grizel: «La magna obra de Argeliers León (1918-
1991), heredera y síntesis del ideario de la intelectualidad más progresista de 
su época, constituye un referente del pensamiento teórico, musicológico y 
pedagógico —entre otros saberes— imprescindible de estudiar para compren-
der los presupuestos de la musicología de Cuba. La principal actividad teórica 
y creacional del estudioso se enmarca entre los añ os cuarenta y los noventa 
del pasado siglo por lo que fue testigo y partícipe de cardinales momentos 
de cambio de la historia política, social y cultural cubana. Ello le permitió 
una constante actualización, dominio y aplicación de presupuestos y herra-
mientas de investigación que se superponían a una permanente plataforma 
estética de vanguardia, respaldada en un irrevocable compromiso político 
e ideológico con el país y Latinoamérica. Revisitar sus textos posibilita hoy 
apreciar la continuidad e interrelación de un ideario que se fue gestando en 
la juventud y consolidando a través del tiempo con la apropiación y dominio 
de los postulados científicos vigentes en el transcurso del desarrollo de su 
labor pedagógica y de sus investigaciones».
El interés por dimensional la obra de importantes pensadores latinoame-
ricanos fue una de las aristas de discusión puestas en la mesa como parte 
del debate. En este sentido, la necesidad urgente de poner a consideración 
crítica el pensamiento teórico de Argeliers, para redescubrir su impacto y 
vigencia para la musicología contemporánea fue la premisa lanzada en las 
intervenciones de Christian Spencer y Evguenia Roubina.
Durante su intervención, Grizel reconoció en esta obra la colaboración 
y apoyo de la comunidad musicológica cubana, y en especial remarcó la 
importancia de la labor editorial realizada por Liliana Casanella, quien fue 
crucial para estructurar temáticamente cada uno de estos volúmenes. 
El impacto continental del pensamiento y la obra de Argeliers es conse-
cuencia, en parte, del interés por hacer llegar a numerosos fondos documen-
tales partituras y textos de su autoría, algunos de ellos solo registrados en 
nombre y que no ha sido posible localizar en los archivos nacionales. En este 
sentido, José Luis Fanjul exhortó a todos los presentes a colaborar en esta 
búsqueda y rescate para completar esta obra. 
Le siguió la conferencia Cruce de fronteras e identidades: música académica 
cubana en la diáspora de finales del siglo XX y principios del XXI, ofrecida por 
Iván César Morales, jurado cubano en esta edición del Premio. Morales toma como 
objeto de análisis la música académica cubana de finales del siglo XX y prin-
cipios del XXI realizada desde la diáspora, tema que plantea a la musicología 
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de nuestro tiempo enfoques de apertura y asimilación de tipo (multi/inter/
trans)cultural sin precedentes en la historia musical académica de la isla ca-
ribeñ a. 
Desde un enfoque analítico intertextual, abordó los procesos de cambio 
y continuidad que operan en los discursos creativos de cinco composito-
res cubanos de la diáspora contemporánea: Ileana Pérez Velázquez; Eduardo 
Morales-Caso; Keyla Orozco, Ailem Carvajal; y Louis Aguirre. Cinco composi-
tores formados en sus inicios (década de 1990) en el Dpto. de Composición 
del Instituto Superior de Arte de La Habana (ISA) que hoy son representativos 
de esa expresión de adaptabilidad y negociación identitaria que caracteriza 
el hacer musical académico de la diáspora de la Isla en la postmodernidad 
imperante. Sus obras evidencian la conformación de un espacio simbólico 
complejo de intermediariedad o cruce de fronteras e identidades, fragmen-
tación, différance y diáspora. En otras palabras, un espacio de hibridación de 
rasgos músico-culturales heterogéneos en el que sus discursos se someten 
a dinámicas transnacionales y ambivalentes de orden local/global, pasado/
presente y retorno/asimilación.Tras su intervención tuvo lugar la presentación de su libro, Identidades en pro-
ceso: cinco compositores cubanos de la diáspora (1990-2013), que resultó pre-
miado en la edición anterior del Premio. La presentación estuvo a cargo de María 
del Rosario Hernández, quien formara parte del jurado en esa ocasión. Según su 
intervención, este libro ofrece un enfoque musicológico plural y abierto que res-
ponde al complejo escenario que se configura como resultado de la emigración de 
jóvenes creadores y que se concreta en la reconstrucción de identidades y subje-
tividades que pueden apreciarse en las obras de estos compositores por medio de 
disímiles procesos de confrontación/conciliación con otras estéticas y realidades 
socioculturales. 
De acuerdo con el acta del jurado del Premio de Musicología Casa de las Améri-
cas 2016, en este texto «los aspectos más formalistas del análisis musical se abren 
para ofrecer miradas profundas sobre los procesos socio-antropológicos vincu-
lados con la emigración, que comprenden tanto lo musical y artístico, como lo 
social, histórico y político», aspecto que fue nuevamente señ alado por Hernández 
en su presentación.
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AL FINAL DE LA TARDE
Para esta edición del Premio de Musicología y de su Coloquio Internacional, 
regresa el espacio Al final de la tarde…, que permitió el encuentro con nue-
vas publicaciones y producciones discográficas, así como con los músicos 
que acompañ aron estas jornadas. 
Las más recientes ediciones del boletín El sincopado habanero, publica-
ción que difunde los resultados de las maestrías y posgrados del Gabinete 
de Patrimonio Musical Esteban Salas, fueron presentados al finalizar la se-
sión de la tarde del X Coloquio Internacional de Musicología. Este equipo de 
trabajo presentó, igualmente, la colección bibliográfica Patrimonio musical 
cubano, publicada por ediciones Cidmuc en colaboración con La Oficina del 
Historiador de La Habana y la Universidad de Valladolid, así como un nuevo 
volumen de la colección audiovisual de documentos sonoros del patrimo-
nio musical cubano —Música catedralicia de Cuba. Villancicos y repertorio 
litúrgico de Esteban Salas—, bajo los sellos Colibrí y La Ceiba, discográfica 
de la Oficina del Historiador de la Ciudad. 
Posteriormente tuvo lugar la presentación del texto Nadie se va del todo. 
Músicos de Cuba y del mundo, de Joaquín Borges Triana, un libro galardo-
nado con la Mención del Premio de Musicología 2012 y publicado por la 
Editorial La Luz en 2017. Dicho libro, con un enfoque de estudios de iden-
tidad, aborda la temática de los músicos y su quehacer artístico fuera de la 
isla, así como su importancia para el ámbito cultural cubano.
La casa discográfica Bis Music realizó el lanzamiento oficial de los fono-
gramas: El drums en Cuba del maestro Enrique Plá y The Arango’s World, 
de Eugenio Arango, quien estuvo presente en la sala. Arango agradeció el 
apoyo de las instituciones culturales cubanas en la salvaguarda de este pa-
trimonio cultural de origen afrocubano que defiende junto a sus hermanos. 
Ya se ha hecho habitual que los ponentes del Coloquio de Musicología 
soliciten a la Casa de las Américas un espacio para ofrecer a sus colegas y 
al público habanero sus interpretaciones. Así llegó a esta edición el con-
cierto México y Cuba en su música, protagonizado por la pianista mexicana 
Sandara Velásquez y el dúo Lux chordarum (México), integrado por Luz 
María Rivera (soprano) y José Luis Segura (guitarra), quienes ofrecieron un 
repertorio con obras de compositores mexicanos y cubanos en la tarde del 
martes en la Sala del Museo Nacional de Bellas Artes. 
El interés por la creación contemporánea marcó la selección de obras 
interpretadas por Sandara Velásquez, quien mostró las obras Enigma, de 
Lucía Álvarez Vázquez, A tus recuerdos, de Leticia Armijo Torres, así como 
Adiós, me voy y Mercurio de Alejandro Corona. Las obras de Lucía Álvarez 
y Leticia Armijo, dos grandes exponentes de la música mexicana de las úl-
timas décadas, constituyen dos ejemplos de la modernidad musical mexi-
cana con propuestas sonoras diferentes escritas el mismo añ o. La pieza de 
Lucía Alvarez hace total alusión a su nombre, es un enigma de principio 
a fin; su sonoridad es contemporánea, misteriosa y cautivadora. Por otro 
lado, la obra de Leticia Armijo presenta un tema original con, como ella 
misma describe, aires de danzón. En un lenguaje conservador la composi-
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tora despliega este material a modo de variaciones, que demandan un despliegue 
técnico y musical por parte del pianista. Por su parte, las piezas para piano de 
Alejandro Corona destacan por su expresividad y ocupan un lugar privilegiado 
en el repertorio mexicano moderno, merecedor de amplia difusión interpretativa.
El dúo Lux chordarum, por su parte, ofreció un amplio recorrido por el reper-
torio para voz y guitarra de compositores mexicanos, tocando una extensa gama 
de registros dramáticos en su selección de obras. La fina interpretación vocal de 
Luz María Rivera y la guitarra elegante de José Luis Segura, encontraron espacios 
de lucimiento en las obras Elegía Op. 8 de Ernesto García de León, Los versos de la 
maestra Op. 14 de Enrique González Medina, Por siempre Sabines de Julio César 
Oliva, Tres canciones de Ariel Waller y Lamento por la hija de Jefté y Ecos de An-
dalucía del propio Segura. Respondiendo a una de las líneas de trabajo fundamen-
tales de esta agrupación de cámara, fundada en 2008 con el propósito principal de 
fomentar y difundir el repertorio para voz acompañ ada de guitarra, el repertorio 
ofrecido contó con obras de compositores mexicanos vivos. 
Como regalo para la audiencia y para el Coloquio, interpretaron Dos canciones 
—«Poema» y «Madrigalillo»— de Leo Brouwer, que dieron el toque de cubanidad a 
la propuesta musical de la noche.
El final de la tarde del miércoles se reservó para los históricos estudios Areíto de 
la Egrem, mítico estudio de grabación con más de seis décadas de historia. Dicha 
institución fungió primeramente como sede de los estudios Panart, y posterior-
mente sus fondos pasaron a la custodia de la Empresa de Grabaciones y Ediciones 
Musicales, quien conserva estos resultados hasta la actualidad. 
En un recorrido guiado por Ernesto Reyes, director de esta sede, los partici-
pantes del Coloquio visitaron el famoso Estudio 101, reconocido por acoger las 
grabaciones de importantes artistas de la cultura cubana y del mundo, desde 
Benny Moré, Nat King Cole, Josephine Baker, Bola de Nieve, Elena Burke, Oma-
ra Portuondo, Rosita Fornés, Celina González, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, 
Amaury Pérez, Sara González, Chucho Valdés, Los Van Van, Miguelito Valdés, la 
Orquesta América, el Conjunto Casino, Barbarito Diez y los artistas del Buena Vista 
Social Club. Estos estudios también fueron espacio de registro para la colección 
Palabra de esta América, de la Casa de las Américas, así como para la realización 
de discos de la colección Música de esta América; igualmente, fungió por muchos 
añ os como albacea del archivo fonográfico de nuestra institución. 
Luego, los presentes pudieron acercarse a los archivos de la mano de su espe-
cialista, Vicente Prieto, que mostró tanto la colección de cintas perteneciente a 
los antiguos archivos de Panart y de la Imprenta Nacional de Cuba (Inc), como las 
producciones de la Egrem desde su fundación. 
La tarde-noche contó con la presentación de la Colección Memoria de dicha 
casa discográfica, de la mano de su productor Jorge Rodríguez Rivero, Premio 
Nacional de Producción Musical, quien en su intervención transitó por los proce-
sos de recuperación de las grabaciones de importantes voces de nuestra música, 
que por el desfase tecnológico ya no circulaban dentro del ámbito discográfico 
nacional,y que fue la motivación fundamental para la creación de esta colección.
Como colofón de la tarde, la música se hizo protagonista en el espacio Trovando, 
habitual los miércoles en el Jelengue de Areíto, que permitió continuar celebrando 
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el aniversario cincuenta del primer concierto de trova en la Casa. Así, se 
sucedieron las interpretaciones de los trovadores Juan Carlos Pérez, Erick 
Méndez y Fidel Díaz, y de la joven agrupación Serrano Mustache. A ellos 
se sumó Christian Spencer, jurado de nuestro Premio, quien deleitó a los 
presentes con sus dotes de multiinstrumentista y cantor, para cerrar la des-
carga de la noche.
La noche del jueves reservó la asistencia a dos espacios insignes para la 
música de la capital. En el primero, su sede de la Iglesia de Paula, el Conjun-
to de Música Antigua Ars Longa ofreció, a las 7:00 pm, el concierto Esteban 
Salas, primer músico barroco cubano y su entorno colonial americano. Este 
programa integró un corpus importante de la música de vocación católica 
escrita en el contexto catedralicio y reduccional de la América virreinal, así 
como piezas instrumentales asociadas al espacio profano. La convergencia 
de repertorios provenientes de contextos hispanos diversos, con énfasis en 
la producción villanciquera del célebre maestro de capilla del s. XVIII cu-
bano, Esteban Salas y Castro, ilustra las múltiples sonoridades musicales 
que durante el reinado de la dinastía borbona fue sustento ideológico de la 
espiritualidad y el poder. 
Más tarde, a las 9:00 pm, la Fábrica de Arte Cubano recibió a los parti-
cipantes del Premio y Coloquio de Musicología en su espacio dedicado a la 
música de concierto. En esta oportunidad, los anfitriones fueron los músicos 
de la Orquesta de cámara Música Eterna, bajo la dirección del maestro Gui-
do López-Gavilán, quienes ofrecieron un repertorio que recorrió la música 
del período clásico italiano, el romanticismo italiano, así como arreglos de 
obras insignes de la música popular latinoamericana. Un momento especial 
tuvo el recuerdo a Violeta Parra en su centenario, con la interpretación de 
su Gracias a la vida. 
Los invitados tuvieron también la oportunidad de acercarse a las varia-
das propuestas culturales que ofrece FAC, entre las que destacó una clase 
introductoria de tango, impartida por el bailarín Leonardo Rodríguez, así 
como un concierto especial de El Continuo, un joven exponente del movi-
miento de rap nacional. 
La jornada de trabajo del viernes tuvo su punto final cuando el maestro 
Roberto Valera ofreció coordenadas acerca de la más reciente entrega de 
Boletín Música No. 46-47, que compila textos dedicados al análisis de la 
música contemporánea cubana y ofrece además, las partituras que fueron 
galardonadas con mención en el Premio de Composición Casa de las Amé-
ricas 2017.
Como colofón del evento, la Sala Che Guevara se prestigió con un con-
cierto del Grupo Síntesis, reconocida agrupación que ofreció un amplio 
recorrido por sus más de tres décadas de trabajo, desde la multiplicidad 
de una canción que dialoga con elementos trovadorescos y transita hacia 
lo más raigal de nuestro universo sonoro. Un cierre que, de manera justa, 
rememora la presencia constante de Argeliers León en su centenario. n
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