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Poemas do Deserto

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LUIS LOPEZ ANGLADA 
~ 
LA ARENA Y LOS SUENOS 
(POEMAS DEL SAHARA) 
Dibujos de TAULER 
INSTITUTO DE ESTUDIOS AFRICANOS 
CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENrIFICAS 
MADRID 
1 9 7 2 
Depósito Legal, M. 12.508 • 1971 
FENIX · Artes Grflficas - P.• de Clmeca, 11 - MADRID 
A Gerar,do Mariñas Romero, que me 
dio a conocer la grandeza d€ España 
en e:J. Desierto. 
" .. . Cuando contemplaba tal espec·­
táculo, acercase mí Sidia y, señalando 
el horizonte, conmovido, transfigurado, 
me dijo: 
•··íDios es grande! 
... iOh cuánto bien me hicieron estas 
palabras! Conocía, al fin, que m:i gozo 
y mi alegfía no eran creación de un 
turista en busca de sensacion,es o la 
ilusión de un hombre civilizado. Tam­
bién él se estremecía ante la belleza 
de las cosas y ante el sol que se le­
vantaba; él y yo éramos el misnw 
hombre." 
ERNESTO PSICHARI: VOCES 
EN EL DESIERTO. 
CAMINO DE VILLA CISNEiROS, VUELA EL 
PIC).E1rA SOBRE EL DESIERTO DE SAHARA 
Africa está a mis piés. Africa. pura 
como una piel tendida al sol. Arena 
y soledad. El alma se •serenB. 
y vuela el corazón sobre su anchura. 
Africa de misterios y aventura, 
como la palma de la mano, llena 
de silencio de siglos, donde suena 
sólo la voz del viento en su llanura. 
El alma, por las dunas, adivina 
la eterna caravana que camina 
;@n dejar más testigo que unas huellas ... 
Y Africa está a mi.is piés enamorada 
igual que una doncella ,abandonada 
bajo la soledad de las estrellas. 
EL ISTMO DE VILlLA OilStNEROS S!E TIENDlE 
ENO!EN!DI!DO DE LUZ. 
Como un brazo hacia el mar, como una mano 
que una delgada soledad ordena; 
alma perdida, corazón en pena 
que aprieta hasta la mm:)rte el oceano. 
iOh, silencio hacia. el sol! Pecho africano 
defendido en los siglos por la arena. 
Arpa de viento cálido que suena 
como clamando hacia un amor lejano. 
CUello de cisne; senda hacia la Villa 
en donde duele el alma de amarilla. 
sin más consolación que los luceros. 
Arena aquí y allí; frágil garganta 
que se bebiera el mar, en donde canta, 
paloma en el fanal, Villa Cisneros. 
LUNA LLENA E!N EL DEEítERTO 
Se sabe que la Luna, cuando crece 
con su encendida preisunctón de rosa 
sobre el Desierto, busca en cada cosa 
el alma que. perdida, desfallece. 
De igual a igual, la Luna se ,aparece 
pura. fragante. virginal y hermosa. 
y alza su lenta candidez de esposa 
sobre la soledad que se le ofrece. 
Se sabe que el Desierto en cada duna 
se hace lecho de amor para la Luna 
que enciende las arenas con su velo. 
Y hay un clamor de júbilos nupciales 
que empareja gacelas y chacales 
mientras rueda la Luna por el cielo. 
--- 15 -
EN EL INTERIOR DEL DESIERTO. EL POETA 
LLEGA AL POZO DE TACHQUETENT 
A Agustín Delgado Fcrrefrc:. 
Pozo de Tachquetent1 agua dormida 
en la aridez de muerte del Desierto. 
Pupila de agonía, ojo despierto 
convidando a los muertos a la vida. 
Ombligo del silencio; bienvenida 
de un corazón minúsculo y abierto 
donde es la soledad lo único cierto 
y al mfüi,gro del agua nos convida. 
Dejadme aquí. dejadme con el gozo 
de estar con Dios en el frescor del pow, 
de saciarme en su pecho transparente. 
de saberme e3,perado y deseado. 
ioh, soledad de Tachquetent! y amado 
por quien quiso ser sed eternamente 
17 -
EL AAIUN 
Utilizaron pechos de paloma 
para hacer la ciudad, Y así ha nacido 
como un blanco y suavísimo latido 
con forma de ala que hacia el vuelo toma. 
Fuente escondida, pomo de albo aroma 
del corazón del agua, que, dormido. 
,&e vio bajo la arena sorprendido 
como doncella que a mirar se asoma. 
Melliza de la Luna. cada casa 
confunde loco al pájaro que pasa 
desorientado al término del vuelo. 
Y es el Aaiun una muchacha pura 
que se envolvió en un velo de blancur,a 
y se echó a descansar mirando al cielo. 
19 
EN EL FARO DE CABO BOJADOR UNA 
INSCRIPCION RECUERDA LOS NOMBRES 
DE WS PORTUGUESES QU:E ALLI POR 
VEZ PRIMERA PISARON 
Dicen que don Enrique, el Navegante. 
hízo doblar la Punta a su es,cudero 
Gil de Eannes. No estaba el mundo entero. 
Portugal echó el alma por del"rnte. 
Pero el Desierto estaba aquí, constante 
reino de soledad, dormido estero 
siempre esperando el corazón primero 
que viniera a encender su pecho amante. 
Le empujó el viento; se alejó el marino 
buscanqo por las aguas un camino 
para llevar la Cr1stiandad a Oriente. 
Y el Cabo Bojador, sobre su huella, 
levantó hacia los cielos una estrella 
que hab1ará de su nombre eternamente. 
21 
EDCHERA 
Hasta aquí llegó España; se podría 
hacer una bandera ensangrentada 
con el sol de esta aréna calcinada 
y la sangre que en rojo la teñí.a. 
La tierra del Desierto no sabía 
sino del poderío en la pisada. 
Habló el valor y se quedó clavada 
la razón, para siempre, de la hombría. 
Hasta aquí llegó España; la frontera 
se convirtió en altar donde tuvier,a 
lugar la cruz. en el Desierto, a solas. 
Y ahí está; coronada por el viento, 
alzando para siempre el monumento 
de las eternas tumbas españolas. 
23 
HOMBRES AZULES 
Desde loo territorios de la nada 
donde el silencio impone el VMallaje; 
del reino del sHenck> y del salvaje 
término de la sebja calcinada 
vienen; tienen ardiente la mirada 
y el corazón dispuesto para el viaje. 
Son los señores del Desierto; el traje 
es azul como el cielo en la alborada. 
Pasan como entre sueños, lent,amente, 
reyes de soledad, alta la frente, 
bienamados de muchas lejanías. 
Y se sientan delante de su tienda 
como el señor que cuida de su hacienda 
viendo pasar los sueños y los diias. 
EN UNA CALLE DE VILLA ClSNlEIROS, 
ADMIRA EL POETA EL PASO, DffiLICADAMENTE 
FEMENINO, DE UNA M1JJER SiMLARAUI 
Tú fuiste quien dejó sobre la arena, 
como si lo tuvieras ¡x>r cootumbre, 
huellas de pasos que se hicieran lumbre, 
rastros de sueño en forma de azucena. 
Palmera erguida, arroyo donde suena 
la seda y su callada dulcedumbre; 
señora que ganó por servidumbre 
las soledades de la Luna llena. 
Tú fuiste quien pa.só cuando no había 
señal de luz alguna y no sabía 
el alma del sabor de la canela. 
Y en la calle quedó como el aroma 
que deja de su vuelo una paloma 
o de su suavidad una gacela. 
27 
ENTREGAN AL POETA UNA PUNTA DiE 
FLECHA QUE ENCONTRARON EN LA ARENA. 
A Luis Lachmnbre Moreno. 
Alguien. en el Desierto. encontró un día 
la punta de una flecha.. Y en mi mano 
está, como si fuese algún lejano 
mensaje que alguien. muerte, enviaría. 
La piedra duró más y se diría 
que. quien labró e3ta punta. por humano 
volvió a la arena. a ser silencio. al llano 
que a mí. como a éL en siglos, sostendría. 
Tal vez amó. soñó. fue un hombre triste 
o acaso fue un caudillo. Ya no existe. 
Pulió una flecha. lo dejaron muerto 
y desapareció La flecha junta 
rní vida con su vida y en la punta 
.somos los dos un sueño en el Desierto. 
29 
TODO EL HORIZONTE ERA UN ESIAEJISiMO 
lw ves? llo viéis? ... El horizonte se hizo 
un ascua de cristal, un transparente 
Lago de luz azul. Y el alma siente 
que tooa las fronteras del hechizo. 
¿ Tampoco allí? .. .Se finge tornad.iw 
de palmeras el llano. Cae candente 
el sol del Mediodía, pero enfrente 
hay un espejo azul y quebradiw. 
lLo ves? llo véis?...Y todos comprendemos 
que no es cierto, que es falso lo que vemos, 
porque nunca es verdad la lejanía. 
Y seguimoo absortos, e.aminando 
no sal:::lemos por qué, pero soñando 
con que el agua ha de ser verdad un díia. 
31 
EiN UN OASIS EL POETA RECUERDA A SU 
.AMA!DA 
Vengo a soñar. lejano amor. contigo 
aquí, donde un puñad9 de palmer;i.s 
ha puesto al aire un fleco de banderas 
que sirven a mí sueño de testigo. 
Tendido en esta oombra, amor, te digo 
que tú también te brindas y me esperas 
y que, como esta fuente, perseveras 
en refrescar la soledad conmigo. 
Como unB- fuente, amor, pero lejana, 
pero toda de sueños, castellana, 
y yo, .s.ediento de tus labios, muerto. 
Pongo tu nombre, amor, sobre la arena, 
lo digo al viento y en el viento suena. 
Y se llena de música el Desierto. 
33 
DE VILLA CISNEHOS LLEGAN NOTICIAS 
DEL VIENTOSIROCO 
Ahora, en el istmo, un viento belicoso, 
como un toro de fueg? desmandado, 
embestirá las dunas, azuzado 
por 19. terrible voz de un dios furioso. 
Nubes de arena correrán iSU acooo 
por el Desierto rojo y abrasado 
y un ma.yornl de fuego habrá marcado 
el hierro de su dueño poderoso. 
Lamentos de gacelas y chacales 
poblarán los deshechos arenales 
y enloquecidas grit9.rán las hienas. 
Y estará la ciudad quieta y cerrada, 
como una rosa blanca aprisionada 
por el puño del viento y las arenas. 
EL POETA RECUERiDA, EN LA LEJANIA, 
SU PASO POR EL DESIEJRTQ 
Villa Cisneros, el Aaiun, Smara ... 
El corazón recuerda q~e seguía 
por una senda de oro, que lucía 
como un ascua que el alma le abrasara. 
Puso el sueño su huella en el Sanara. 
Una patrulla aventurera abría 
el pecho del silencio. Se diría 
que trajo el alma herida de 1uz clara. 
Ahora. por Norte y Sur, por las ciudades. 
busca la luz de aquellas soleda.des 
en las que se orientó por 1os luceros. 
Y recuerda una músJ.ca que suena 
enlazando los sueños y la arena: 
Smiara, el Aaiun, Villa Cisneros ... 
37 --
CA!NCIONIERILLO 
DE 
VILLA 
CANC:ION MAGlCA PARA LLAMAR A SEILAH 
Por las estrellas de Raguia. 
por la arena del AuitaL 
Cuando el viento peine la duna, 
cuando nazca la estrella Polar. 
cuando vuelva ,a sonar el tambor, 
y la tierra se vuelva cristal, 
cuando canten las grillos de oro 
Seilah vendrá, Seilah vendrá. 
Seilah vendrá con las palmeras. 
Seilah vendrá por Bir N'zarán, 
con sus ojos de todos los lagos. 
con sus manos de toda la paz. 
con el pelo cubierto de estrellas. 
con los labios diciendo un cantar, 
para bailar con los pies desnudos 
Seílah vendrá, Seilah vendrá. 
Seilah vendrá sobre la noche, 
sobre el alba SeiLah vendrá, 
su voz será como los aires 
que nunca dejan de sonar, 
su amor será como las dunas 
que nunca se terminarán. 
Seilah y su gracia de gacela, 
Seilah y su lumbre de crist,al 
SeHah y la arena de Raguía, 
Seilah y la lUZ del AuitaL 
Todo lo suave del desierto 
dejará de ser suavidad 
y no querrán tener más lumbre 
todos los nácares del mar. 
Y vendrá Seilah desde Smara, 
y del Aaiun Seilah vendrá, 
y vendrá Seilah de La Güera 
cuando más luna tenga el mar. 
Y correrán todos los ríos, 
y las sebjas florecerán, 
y cantarán todos los nómadas. 
y las mujeres danzarán 
y por las sendas de Raguía 
y 1a arena del AuitaL 
cuando nazca la nueva luna 
Seilah vendrá, Seilah vendrá. 
-- 42 --
BALAiDLLLA DE LA ISLA DE HER.NE 
Aquí llegó un marinero. 
Vino de España en bajel 
de maderas olorosas. 
Puso en la arena loo piés. 
echó el anc1a, buscó amigas. 
cambió dátiles por miel, 
compró un juego de pulseras. 
largó la vela y se fue. 
Los amigos le llamaban 
Hannón, el cartaginés. 
CANCIONiES DE ZORAH 
La arena, ¿qué más quería? 
Soñaba 
que se iba a volar, tenía 
vertientes de duna blanda, 
talhas verdes, allo cielo, 
sombra clara, 
nombre de pájaro ·'·Sedra 
el baida "-·- y el aire daba 
vuelos a la primavera 
como si le diese ,alas. 
La arena, ¿qué más quería? 
Cantaba. 
Zorah se sentó en la arena. 
La duna, toda de plata, 
puso sorpre:sas de es trenas 
en sus pies. 
-- 45 -
Zorah, descalza, 
se iba hada el mar. Y venía 
toda el agua 
a ver a Zorah. Los pájaros 
marinos, batieron palmas 
mirando a Zorah. Y el cielo 
se quedó absorto. 
Sonaban 
las f1autoo de los pastores 
y el balido de las cabras. 
• • • 
Zorah descubrió su pecho 
a las orillas del agua 
y los pájaros rnarinos 
vinieron a contemplarla. 
Zorah puso un coral rojo 
allí donde el cielo acaba 
por morirse. Entre la nieve 
no fue más viva la grana. 
ní nunca el fuego en la arena 
más vivo. 
Ni en la esperanza 
mejor muerte. 
-- 46 -
Lloró el aire 
lloró el viento, lloró el agua. 
Dos puntas de fresa y vida 
lo .acariciaron. Y al alba 
perdió el coral en la arena 
y la espuma lo besaba. 
* • • 
La arena, ¿qué más quería') 
Era un pájaro y cantaba. 
··sectra el baída .. 
En e] Desit•rto 
los rumores de la,,; flauta.-; 
se perdieron 
A la orilla 
Zornh se sentó. descalza. 
y vio estrellas que en los dedos 
de los píes se le pegab'ln 
(El poeta miró al delo 
en .-¡ilencio. Se alejaba 
la tarde. Villa Cisneros 
se dormía junto al agua. 
En el horizonte el cielo 
dulcemente se apagaba). 
47 -· 
CAPRICHO DEL AGUElRGUE!R 
En el Aguerguer ie espero. 
¿Al Norte? 
¿Al Sur? 
A la espalda, 
amor, de Villa Cisneros. 
¿sin agua? 
¿Para qué más? 
que tus labios sahariana 
si a beberloo me los das? 
¿cuándo me dirá..;;, ie quiero? 
En el Aguerguer, camino, 
amor, de Villa Cisneros. 
-- 49 --
ROMANCE DE MARIEN 
Si el mar tuviera tus ojos ... 
Si el horizonte p1idieria 
tomar tu forma ... Si el aire 
Marien, se te pareciera ... 
Yo ví, delante del agua, 
las mejores azucena.'>, 
1a garza que más volaba 
sin dejiar solo una huella, 
la voz que nunca se olvida 
del mar, que en el alma suena. 
Si son cabellos, las algas 
nadie lo sabe. Si esperan 
las olas llegar al cielo, 
nadie lo sabe. Si suenan 
a aurora las caracolas 
y a amanecer las arenas 
nadie lo sabe. 
51 
Yo sól.o 
frente al mar, junto a tu tienda, 
recuerdo al sol que ponía 
bfüos de oro en tu cabeza, 
el aire que se apretaba 
en tu velo, la sorpresa 
del tiempo resuelto en dos 
apoteosis de azucenas. 
Pero estoy solo, estoy lejos, 
y en el mar, entre la arena ... 
Sí el mar tuvier,11 tus ojos ... 
Si el horizonte pudiera 
tomar tu forma ... Si el aire, 
Marien, se te par~iera ... 
TOROS EN ElL Dm,IERTQ 
En el desierto,. alma mía, 
ivaya una plaza de toros 
con tanta ,arena se haría! 
Ni en la del Puerto, ni en Ronda 
habría un ruedo mayor. 
i Cien leguas a las redonda! 
i Qué arena más amarilla! 
Que no me vengan diciendo 
del albero de Sevilla. 
i Y qué oarteles de rumbo! 
"Plaza de toros del Sahara .. 
iLa mayor plaza del mundo! 
- 53 --
CANC'ION PARA MATAR UNA LEFAA 
Sal-lala maldita. 
Te echaré el harmal. 
Te pisaré. 
Te morirás. 
Boca de la arena. 
ojos del mal. 
El negro Yenun 
te maldecirá 
Te pisaré. 
Te morirás. 
Cuando esté dormido 
yo sé que vendrás. 
Sombra de los miedos, 
-- 55 
espina del mal.. 
Gul de los silencios. 
Corazón del Yuad. 
Te secarás. 
Te \Secarás. 
Te: secará;$, 
- 56 --
ERGUES 
Cuando Fatma danza. el mundo 
desaparece. La vida 
se hace breve , díminuto 
ritmo en sus pies. Se ilumina 
el aire como si fuese 
una inmensa hoguera. Vibra 
el Desierto y en 10s ojos 
hay una luz infinita. 
Cuando Fatma danza, vienen 
pájaros ,a sus mejillas, 
palomas a su cadera. 
gacelas a sus rodillas. 
El tambor es un latido 
que canta y nunca termina. 
Su cintura es como un tallo 
silvestre que al viento invita. 
- 57-
Los brazos de Fatma llaman 
al duende del mediodía, 
y el suelo en Villa Cisneros 
como un corazón palpita. 
Cuando Fatm'.'i baila es todo 
ritmo y tambor, risa y música. 
Su vientre es la caracola 
más blanca que el mar nos brinda. 
Su pecho el trono del viento. 
Sus pies las estrellas últimas 
Cuando Fatma danza el mundo 
sólo e1s ella. en ella gritan 
voces de todos los siglos. 
besos de toda la vida 
caravanas de otros tiempos, 
pasados de poesía. 
Baila Fatma. Nada importa 
ya en el mundo. 
Y hay das vidas 
--ella y el desierto- hechas 
movimiento. amor y música. 
58 -
CANCION PARA iDESPEíDIR A UN VIAJERO 
Que Dios te lleve. 
Que el viento 
te guarde. 
Que en la mañana 
te saluden Las gacelas. 
Que te den sombra las palmas. 
Que te reciban lais fuentes. 
Que las dunas se te abran. 
Que la noche 
sea clara. 
Que los ángeles 
con sus alas 
te cobijen ... 
... Y te traigan. 
- 59 ----
~ 
l 
1 
f 
l 
1 
ODA A UNA MAÑANA EN EL AAIUN 
Erase una ciudad construida con pechos de pa­
[loma 
Erase la alta frente de Dios contemplando la tierra. 
Eraise una tímida muchacha con una estrella verde 
[en la frente ... 
Era la tierra, tendida boca arriba, 
como un torso amarillo, inundado de infinita 
[pereza, 
(Sentaos conmigo, los poetas, 
bajo la luz de la mañana, 
en esta blanca plaza; sentaos conmigo 
los que sois pastosde vientos encont:Pados 
de amor, de angustia, de extriaños miedos, 
o simplemente, de odios ciudadanos 
pervertidos por la pris,a de los tercos motores.) 
-63 -
Vamos a bendecir a Dios y a hablar de la duna que 
[camina; 
vamos a bendecir a Dios y a ignorar lo que ocurre; 
v.amos a mirarnos, estremecidos de gozo 
pues nos ha visto un ángel 
desde la peña en que reposó Ismael, 
Vamos a bendecir a Dios que nos ha dado la nada 
que pesa, que se palpa, 
que se d:L.suelve en finísima arena, 
que se encorva en los camellos cuando acuñan el 
[tiempo 
wn el sello de sus firmes pezuñas; 
vamos a bendecir a Dios que nos ha dado 1a callada 
[soledad. 
... Y érase un espejismo 
ardiendo en la espalda seca del horizonte, 
un mar verde donde no hay nada, 
un espejismo como un amor que se anuncia 
cuando no podemos creerlo y nos lo jugaríamos con 
[la vida. 
Esto es, amigos poetas, una ciudad española 
acootada, dulcemente. en el costado del desierto; 
esto es una ciud,ad sin historia, sin pergaminos, 
vieja como la vida. 
pero construida con pechos de paloma, 
con sonrisas de niñas que llevan una estrella verde. 
con la solemnidad de los grandes señore.s del 
[desierto. 
- 64 -· 
Si no queréis escuchar mis palabras 
yo buscaré La lefaa diminuta 
que se enroscará en el dedo índice de vuestro pie 
y os convertirá en hielo. 
Si no queréis saber lo que es una mañana en el 
[Aaium. 
volved la es1palda al sueño. 
Pero sabed que aún hay ix>sibilidad de salvar una 
[mano perdida 
unos ojos saciados de arena, 
unos labios que están detenidos 
en un cuenco de leche ordeñada hace tres mil años.. 
Aún hay posibilidad de cbmprender que la tierra 
puede .s,er una palma sepultada en silencio, 
y la vida el s,'llto de una gacela, 
y la orilla del mar una dentellada dolorosa 
que señala la diferencia entre el amor y el odio. 
Nada más tengo que deciros .. 
Bucad un pozo o un hombre que vive en compañía 
[ del viento. 
Buscad un hombre que aparece caminando 
desde el territorio de la desolación .. 
Buscad inutilmente un pájaro. 
Ya el sol anuncia el fin de la mañana 
y de estos versos que presienten la anunciación de 
[las fuentes. 
INDICE 
Dedicatoria. 
Voces en el Desierto. 
SONETOS DEL DESIERTO. 
-- Camino de Villa Cisneros, vuela el poeta .sobre el desierto 
de Sabara. 
-- El istmo de Villa Cisneros se tiende encendido de luz. 
-- Luna llena en el Desierto. 
En el interior del Desierto, el poeta llega al pozo de 
de Tacquetent . 
. - El Aaiun. 
- En el faro de Cabo Bajador, una inscripc10n recuerda los 
nombres de los portugueses que allí por vez primera 
pisaron. 
-- Edchera. 
·-·• Hombres azules. 
En una calle de Villa Cisncros, admira el poeta el paso, 
delicadamente femenino, de una mujer saharaui. 
•·- Entregan al poeta una punta de flecha que encontraron 
en la arena. 
Todo el horizonte era un espejismo. 
- En un oasis el Poeta recuerda a su amada. 
-- De Villa Cisneros llegan noticias del viento siroco. 
-- El Poeta recuerda, en la lejanía, su paso por el Desierto. 
CANCIONERILLO DE VILLA CISNEROS. 
-- Canción mágica para llamar a Seilah. 
· Baladilla de la isla de Herne. 
Canciones de Zorah. 
Capricho del Aguerguer. 
Romance de Mari.en. 
Toros en el desierto. 
- Canción para matar una lefaa. 
- Ergues. 
- Canción para despedir a un viajero.

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