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Debates actuales en la enseñanza de la lengua. Desde dónde planificar las clases. Dora Riestra (2011). Debates actuales en la enseñanza de la lengua. Desde dónde planficar las clases. Cambios de paradigmas, las relaciones entre efectos buscados y efectos producidos. Novedades Educativas, 248, agosto de 2011. La planificaicón: ¿enseñamos lenguaje o enseñamos lengua? ¿Los textos y los discursos o la gramática? ¿La comprensión y la producción de textos o la lectura y la escritura? Los objetos de enseñanza, como sabemos, provienen de nociones disciplinares. Eso es claro, pero no lo es el espacio de las decisiones. “La linguüística estructural, la textual, la cognitiva, la semiología, el análisis del discurso, la psicolingüística, la pragmática, la teoría de la enunciación. Todas estos rams de los estudios del lenguaje y las lenguas han hecho aportes de nociones transpuestas casi inmediatamente al campo de la enseñanza, por lo que la confusión respecto de los objetos a ser enseñados se origina en la imposibilidad de integrar apistemológicamente algunos contenidos prescriptos por los diseños curriculares de nivel primario y secundario del sistema educativo” (Riestra, 2007). El clima de la época – o el aire del tiempo, como llamó Volóshinov al medio ambiente o medio social que nos ofrma como humanos- es clave al diseñar la formación de las personas de la generación siguiente. Por otra parte, sabemos que la transposición didáctica se produce en eun plazo de alrededor de veinte años; para que la didactización de teorías se estabilice y para que pueda evaluarse su efecto hace falta formas, por lo menos, a una generación de personas (Riestra, 2004) Si bien las capacidades de hablar y pensar se construyen en la escuela en todas las áreas de conocimiento, son objeto de estudio específico de las ciencias del lenguaje, con dos campos de disciplinas de referencia involucrados: el de la psicología y el de la lingüística, por lo que los préstamos disciplinares deben ser cuidadosamente evaluados desde la perspectiva didáctica en funciónd e la eficacia de la enseñanza. Con el fin de situar el debate en la didáctica de la lengua materna en particular, puede afirmarse que hoy el espacio cognitiva es el enfoque dominante, centrado en el conocer o en el aprender humanos y, en menos medida, se estudio e investiga el enseñar. Planificar los contenidos de enseñanza de la lengua desde el interaccionismo sociodiscursivo significa poner el foco en el contenido a enseñar en función del desarrollo de los alumnos, d aquí la necesidad de los dos campos disciplinares: el de la lingüística y el de la psicología. Dentro de cada campo, las opciones epistemológicas se harán en función de la congruencia entre lo que se quiere enseñar, su finalidad y su pertinencia para el desarrollo, es decir, las capacidades que se pondrán en juego con ese conocimiento. Por eso es importante conocer y situarse en el campo de la psicología de la educación que, en el marco teórico de Vygotsky, se identifica como psicología del desarrollo. Los conocimientos que cada uno de los profesores organice en su proceso formativo tendrán un sesgo epistemológico según las creencias, los conocimientos previos y también las formaciones anteriores. Es aquí donde operan en los docentes los llamados preconstructos sociohistóricos (también representaciones colectivas desde el campo de la psicología) a los que hace referencia Bronckart en sus análisis descendente del desarrollo humano. Por otra parte, la noción de proyecto que circula en los diseños curriculares es una noción naturalizada, que debemos revisar, como todas las nociones que van perdiendo su carga semiótica, me refiero aquí a la noción de género de texto que circula como un concepto cotidiano y oculta múltiples enfoques, con posicbilidades de transformarse en un obstáculo en cualquier momento. Al hablar de proyecto didáctico nos estamos refieriendo a una planificación epistemológicamente coherente, no sólo a la decisión institucional de reforzar una u otra área de conocimiento en un hacer consensuado. Cuando nos referimos a proyecto diáctico desde el punto de vista epistemológico, necesariamente tenemos que recurrir a las nociones teóricas que guiarán el hacer en el aula, no sólo en una clase, sino en toda la asignatura y, en particular, en su progresión temporal del ciclo lectivo. Esta concepción de proyecto o, mejor dicho, de planificación, se basa, como puede inferirse, en la teoría de la actividad, en la concepción del lenguaje como actividad que se realiza en el tiempo. Por lo tanto, al planificar la enseñanza de la lengua, tenemso en cuenta, necesariamente, dos aspectos: el aspecto praxeológico (el hacer consciente de las actividades de leer y escribir básicamente) y el aspecto epistémico (las nociones y contenidos lingüísticos) a enseñar. La investigación en didáctica de las lenguas. Además de lo señalado, tenemos que recnoconer que la investigación en didáctica de las lenguas es escasa y que, en gran medida, en nuestro país, es un territorio de aplicación de propuestas derivadas de investigaciones lingüísticas o psicológicas cuyos “modelos ideales” postulados necesitan marcos de aplicación. Esto sucede porque los programas de investigación sobre la formación son incipientes. Aunque están empezando a producirse políticas orientadas en esta dirección, todavía es hegemónica la aplicación de innumerables proyectos individuales de enseñanza de la lengua materna en los ámbitos académicos. La investigación en didáctica de las lenguas se encuadra en el marco del estudio de las acciones formativas humanas. Aunque la finalidad más general de la didáctica es transmitir los mundos construidos y, en esa transmisión, construir las personales de la sociedad, el rótulo académico mayor que la incluye es el de Ciencias de la Educación que, a su vez, configuran un campo perteneciente al conjunto de las Ciencias Humanas y Sociales. El enfoque de la investigación de la enseñanza puede abordarse, asimismo, desde perspectivas diversas, como también sabemos que hay diversidad en los recortes epistemológicos. En nuestro caso, el enfoque apistemológico se sitúa en una posición pragmática respecto del lenguaje humano como instrumento formador del pensamiento. Desde esta perspectiva monista materialista, los objetos centrales de investigación de la interacción humana son: la acción como mecanismo mayor de la construcción de los conocimientos (Leontiev, 1983) y la dialogicidad de la comunicación discursiva (Volóshinov, 2009). Después de un siglo, la vigencia de los aportes teóricos de Vygotsky y Saussure necesita resituarse en la enseñanza, lo que consiste en considerar la dinámica y la creación verbal (textualización y enunciación) como dos aspectos simultáneos de la acción de lenguaje (o “lenguajear”, en términos de Maturana). Asimismo, la necesidad de enseñar a leer y escribir como actividades centrales de la escuela lleva a considerar la discretización del signo lingüístico (enseñar morfología, sintaxis y ortografía), que significa tener también el horizonte de la gramática como objeto de enseñanza. Al considerar en particular los textos como acciones de lenguaje y operaciones psicológicas, el interaccionismo socio-discursivo está sinterizando los estudios psicológicos y lingüísticos en una perspectiva integradora de dos campos discipinares, en tanto delimita el objeto de estdio, el lenguaje, como práctica social, colectiva, de realización individual, mediante las lenguas como construciones históricas, también colectivas y, por ello, dinámicas y arbitrarias, que nos permiten interactual, entendiéndonos y transformándonos a nosotros mismos en el proceso de conocer. El análisis del esquema de la arquitectura textual propuesto por Bronckart (Actividad de lengauje, textos y discursos, en 1997/2004) distingue tres niveles estrucutalessuperpuestos. El nivel más profundo, designado infraestrucutra, se define, por una parte, por las características de la planificación general del contenido temático y, por otra, por los tipos de discurso movilizados y sus modalidades de articulación. Son estos objetos de estudio que debemos utilizar tanto en el proceso de transposición didáctica para planificar la enseñanza. En este nivel aparecen los tipos de discurso y, por lo tanto la necesidad de realizar pasajes a la gramática del castellano. El nivel de los mecanismos de textualización nos ofrece la articulación entre el texto y los conectores, que, en realidad, son diversas clases de palabras a enseñar (por ejemplo: un conector temporal puede ser un adverbio o una frase verbal) que construyen la coherencia lineas o temática, más allá de la heterogeneidad infraestrutural, por el juego de los procesos isotópicos de conexión, cohesión nominal y cohesión verbal; el nivel de los mecanimso de enunciación (las formas pronominales y los predicados, los pronombres enclíticos y proclíticos, las modalizaciones como enunciados que se construyen para evaluar con determinadas clases de palabras, etc.). Se trata de la responsabilidad enunciativa y de modalización que hace explícito el tiipo de compromiso enunciativo obrante en el texto y que le confiere a este último su coherencia interactiva (Bronckart, 2002, 407). Como objetos de investigación que se desprenden de la perspectiva teórica enunciada, tenemos en primer lugar, el texto como composición empírica que en este carácter desapareció de la escuela y se transformó en discripción de tipologías abstractas, difíciles de percibir y de aprenhender; asimismo las intervenciones didácticas, como planificaciones conscientes de diseño cultura, en continuidad con el programa vygotskiano de desarrollo del lenguaje, son un objeto de estduio más amplio. En este sentido, las consignas ofrecen posibilidades de conocimiento de la acción de las palabras en el sentido vygotskiano. “La relación entre pensamiento y palabra es un proceso viviente; el pensamiento nace a través de las palabras. Una palabra sin pensamiento es una cosa muerta, y un pensamiento desprovisto de palabra permanece en la sombra. La conexión entre ellos sin embargo noe s constante. Surge en el curso del desarrollo y evoluciona por sí mismo” (Vygotsky, 1973) Esta es una perspectiva que presentamos, de hecho, no es la única ni la hegemónica en la actualidad, pero sólo conciendo una perspectiva pueden entenderse y reconocerse otras. Por lo tanto, la definición epistemológica en la didáctiva de las lenguas es una decisión a la vez teórica y práctica (político-lingüística). Dicho de otro modo, en esto consiste la didáctica como disciplina de intervención, en la articulación de teorías y práctica, que resulta en decisiones políticas de enseñanza de la lengua en ción de superar la acumulación de nociones que, generalmente, son poco solidarias entre sí o se presentan confusas y, en algunos casos, se contradicen. La investigación nos permite estudiar el efecto que produce la itnervención de los enseñantes en los alumnos. A modo de síntesis: desde la perspectiva del itneraccionismo sociodiscursivo debe ponerse el eje de articulación enter las concepciones de lenguaje y lenguas en la transposición didáctica. Por otra parte, la concepción de los textos como acciones y, a la vez, “objetos empíricos semiotizados”, productos de la capacidad de lenguaje, tiene un efecto didáctica concreto. Finalmente, si la gramática no está asociada a la construcción del sentido de los textos y el funcionamiento de las unidades lingüísticas en los formatos dicursivos, no tiene razón de ser enseñada. Necesitamos enseñar a razonar gramaticalmente, que es lo que se denomina reflexión matalingüística en los diseños curriculares, pero instrumentando lso contenidos gramaticales desde el plano de la praxis textual, no sólo descontextualizados y de manera descriptiva. Como vemos se trata de modificar nuestras prácticas profesionales, pero cosncientes de las teorías que instrumentamos en ellas.
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