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Estudo: Técnicas Cirúrgicas em Hematoma Subdural

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TRABAJO DE FIN DE GRADO. MAYO DE 2021 
FACULTAD DE MEDICINA DE VALLADOLID - HOSPITAL CLÍNICO 
UNIVERSITARIO DE VALLADOLID (HCUV) 
 
 
 
 
 
 
 
ESTUDIO PRONÓSTICO DE DOS 
TÉCNICAS QUIRÚRGICAS EN EL 
HEMATOMA SUBDURAL CRÓNICO 
 
Departamento de cirugía, oftalmología, otorrinolaringología y fisioterapia 
Servicio de Neurocirugía - Hospital Clínico Universitario de Valladolid 
 
Autor: Eduardo Filipe Martins Dos Santos 
Tutores: Dra. Paloma Jiménez Arribas / Dr. Carlos Rodríguez-Arias 
1 
 
 
 
 
ÍNDICE DE CONTENIDOS 
 
1. RESUMEN ............................................................................................................. 2 
2. INTRODUCCIÓN ................................................................................................... 4 
3. HIPÓTESIS DE TRABAJO Y OBJETIVOS ........................................................... 8 
4. MATERIAL Y MÉTODOS ...................................................................................... 9 
4.1. Diseño del estudio .......................................................................................... 9 
4.2. Materiales ....................................................................................................... 9 
4.3. Variables de estudio ..................................................................................... 10 
4.4. Análisis estadístico ....................................................................................... 11 
5. RESULTADOS .................................................................................................... 12 
5.1. Estadística descriptiva .................................................................................. 12 
5.2. Estadística inferencial ................................................................................... 13 
6. DISCUSIÓN ......................................................................................................... 15 
7. CONCLUSIONES ................................................................................................ 16 
8. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS .................................................................... 18 
9. ANEXOS ............................................................................................................. 21 
 
 
 
 
 
 
 
2 
 
1. RESUMEN 
El hematoma subdural crónico es una patología neuroquirúrgica con una incidencia a 
nivel global en aumento. A pesar de ello, el tratamiento de elección sigue siendo motivo 
de debate entre la comunidad científica. El objetivo del presente estudio es demostrar 
si existen diferencias estadísticamente significativas entre dos técnicas de un mismo 
procedimiento quirúrgico, considerado el más utilizado, llamado craneotomía con 
agujero de trépano. En este sentido, se realizó un estudio de tipo observacional 
retrospectivo a partir de una muestra de 192 pacientes con hematoma subdural crónico 
intervenidos quirúrgicamente en el servicio de Neurocirugía del Hospital Clínico 
Universitario de Valladolid entre los años 2015 y 2020. Se tomaron los datos de interés 
de la historia clínica de cada uno de los pacientes. Del total, 161 fueron intervenidos por 
medio de un agujero de trépano y 31 con dos agujeros. En el estudio se observó un 
12.5% de recidivas, con un porcentaje ligeramente superior en los pacientes 
intervenidos con un agujero de trépano, aunque sin diferencias significativas entre 
ambas técnicas (p=0.60).Tampoco se encontraron diferencias significativas a nivel de 
mejoría en escala funcional, disminución del tamaño del hematoma, ni a nivel de 
mortalidad. Con todo ello, se concluyó que, al no existir diferencias significativas a nivel 
pronóstico de ambas técnicas, es preferible decantarse por la realización de un único 
agujero de trépano. Asimismo, se demostró la importancia de una correcta evacuación 
del hematoma lo que conlleva una menor estancia hospitalaria y mejor resultado 
funcional. 
 
Palabras clave 
Hematoma subdural crónico / Agujero de trépano / Recidiva / Corticoides 
 
 
 
 
 
 
 
 
3 
 
ABSTRACT 
Chronic subdural hematoma is a neurosurgical pathology with an increasing global 
incidence. However, the treatment of choice remains a matter of debate among the 
scientific community. The aim of this study is to demonstrate whether there are 
statistically significant differences between two techniques of the same surgical 
procedure, considered the most widely used, called a burr hole craniotomy. In this sense, 
a retrospective observational study was carried out from a sample of 192 patients with 
chronic subdural hematoma who underwent surgery in the Neurosurgery service of the 
Hospital Clínico Universitario de Valladolid between the years 2015 and 2020. The data 
of interest were taken of the clinical history of each of the patients. Of the total, 161 were 
operated on through a single burr hole and 31 with two burr holes. In the study, a 12.5% 
recurrence was observed, with a slightly higher percentage in the patients undergoing a 
single burr hole, although without significant differences between both techniques 
(p=0.60). Nor were significant differences found at the level of improvement in a 
functional scale, decrease in the size of the hematoma, or in mortality rate. With all this, 
it was concluded that, since there are no significant prognostic differences between both 
techniques, it is preferable to opt for the realization of a single burr hole. Likewise, the 
importance of a correct evacuation of the hematoma was demonstrated, which entails a 
shorter hospital stay and a better functional result. 
 
Key words 
Chronic subdural hematoma / Burr hole / Recurrence / Corticosteroids 
 
 
 
 
 
 
 
4 
 
2. INTRODUCCIÓN 
El hematoma subdural crónico es una patología neuroquirúrgica en la que se establece 
un acúmulo de sangre rodeado de una membrana interna y una externa, localizado 
internamente a la duramadre. Es una de las patologías más frecuentes en el campo de 
la neurocirugía con una incidencia variable dependiendo de la edad. Hay disparidad de 
cifras en relación a las incidencias en los diferentes estudios. Según Yadav R. et. al. 
ronda los 1,5-3 casos por cada 100.000 habitantes.[1] Para Castro-Rodríguez et al. la 
incidencia puede alcanzar los 12 casos en pacientes de entre 61-70 años, 38 casos en 
el rango de 71-80 y los 127,1 casos cuando los pacientes son ancianos mayores de 80 
años.[2] Santarius et al. afirma que la incidencia ronda los 5 casos por cada 100.000 
habitantes en la población general, mientras que puede alcanzar los 58 casos en 
pacientes mayores de 70 años.[3] Con estos datos se puede inferir que la incidencia está 
en aumento debido al continuo envejecimiento de la población, entre otros factores. 
El espacio subdural es virtual en un individuo sano. No obstante, un traumatismo a nivel 
craneal puede provocar la acumulación sanguínea en ese lugar originando un 
hematoma subdural. Normalmente, el sangrado procede de la rotura de venas puente.[4] 
El hematoma se acumula típicamente encapsulado por dos membranas, una interna, 
del lado de la aracnoides, y una externa, del lado de la duramadre.[5] Dicha cápsula se 
desarrolla en diferentes fases. En un principio, se observa una gran actividad 
angiogénica así como una reacción inflamatoria. No obstante, a pesar de que es un 
potencial lugar de infección, no se suele demostrar la existencia de esta, por lo que la 
reacción inflamatoria no está relacionada con infecciones. Acto seguido, se observa un 
aumento del número de fibroblastos y la aparición típica de fibrillas de colágeno.[1] 
La expansión del hematoma es probable que esté provocada por multitud de factores 
entre los que se podría destacar el resangrado, los exudados procedentes de la cápsula, 
así como el atrapamiento del líquido cefalorraquídeo (penetrando a través de la 
membrana interna). La angiogénesis y la inflamación podríanfavorecer el resangrado 
en la zona. Por un lado, la angiogénesis permite la creación de vascularización a nivel 
de la cápsula externa así como un aumento de los niveles de VEGF, bFGF, etc., los 
cuales se han asociado con un riesgo aumentado de resangrado o recidiva.[6] Con 
respecto a la inflamación, se ha demostrado una respuesta inflamatoria aumentada así 
como una respuesta antiinflamatoria disminuida. En las primeras fases del hematoma, 
la inflamación parece ser la causa del sangrado continuo de los capilares locales. [1] 
Diferenciamos dos tipos de hematomas subdurales crónicos según el tiempo que tomen 
en desarrollarse. Se denominan “hematomas jóvenes” a aquellos que se desarrollan a 
5 
 
los 15-21 días postraumatismo (presentan angiogénesis). Por otro lado, se denominan 
“hematomas antiguos” aquellos que típicamente aparecen a los 40 días 
postraumatismo, presentando una gran cantidad de capilares con paredes finas y 
sinusoides.[1] 
La clínica del hematoma subdural crónico es muy variada, desde pacientes totalmente 
asintomáticos hasta pacientes que pueden presentar cefalea, convulsiones, dificultad 
en la movilidad o el habla, pérdida de memoria, entre otros. Menos frecuente es que se 
presente como una única parálisis del nervio oculomotor, blefaroespamos, 
parkinsonismo, etc.[1] A pesar de presentar un amplio abanico de síntomas, existen tres 
características que facilitan su diagnóstico, ya que se podría dividir los síntomas 
principalmente en sintomatología motora o del lenguaje por afectación de uno de los 
hemisferios, sintomatología cognitiva por provocación de demencias, así como la 
fluctuación en el estado sintomático.[7] 
Típicamente, la prueba de imagen más utilizada en el diagnóstico del hematoma 
subdural crónico es la tomografía computerizada (TC) en la que se visualizaría una 
masa hipodensa con morfología de tipo cóncavo-convexa o en forma de “semiluna”.[8] 
El lugar donde más frecuentemente se localiza es la convexidad frontal u occipital con 
mayor curvatura. Sin embargo, cuando esta patología se presenta de forma bilateral e 
isodensa complica su visualización en la imagen TC, por lo que, en estos casos, es 
indicativa la utilización de resonancia magnética (RM), la cual se considera una prueba 
de imagen más sensible que el TC a la hora de determinar el volumen del hematoma, 
la presencia de loculaciones, etc.[9] Con respecto al volumen del hematoma subdural 
crónico, existe una fórmula matemática para calcularlo: 
• Volumen cSDH: 2/3*S*h. [1] 
o S: Mayor área del hematoma en corte axial 
o h: Mayor profundidad del hematoma en corte axial 
La etiología de los hematomas subdurales crónicos es múltiple, sin embargo, las causas 
más importantes son:[1] 
• Traumatismo craneoencefálico: Está considerada la principal causa de esta 
patología. A pesar de ello, la mayoría de pacientes presentan un antecedente de 
traumatismo leve que no han dado importancia debido a que puede dar síntomas 
leves o incluso presentarse de manera asintomática.[9] 
• Hipotensión intracraneal: Podría producirse de manera espontánea o 
idiopática (lo más frecuente es que se dé en pacientes jóvenes), aunque también 
puede producirse por descompresión de una lesión a nivel intracraneal o a una 
6 
 
fuga de líquido cefalorraquídeo (LCR). Esta última causa puede darse por 
rinolicuorrea, punción lumbar (se recomienda sospecharlo sobre todo en 
pacientes que presenten una cefalea de más de una semana de evolución tras 
haberles realizado la técnica), anestesia o cirugía espinal, entre otras etiologías. 
• Defectos en la coagulación sanguínea: Esta situación puede darse debido a 
una deficiencia de factores de coagulación, como el factor XIII, cuya deficiencia 
puede jugar un papel en el desarrollo de los hematomas subdurales crónicos 
espontáneos. 
• Terapias anticoagulantes o antiagregantes plaquetarios. 
Asimismo, existe una serie de factores que aumentan el riesgo de desarrollar un 
hematoma subdural crónico, entre ellos se podría destacar:[1] 
• Sexo: El género del paciente puede llegar a considerarse un factor a tener en 
cuenta. En la mayoría de estudios se encuentra una mayor prevalencia de esta 
patología en varones, siendo la frecuencia superior a 2:1 con respecto a las 
mujeres.[10] 
• Lesiones a nivel craneal. 
• Enfermedades relacionadas con una alteración de la coagulación sanguínea. 
• Envejecimiento. La atrofia cerebral asociada al envejecimiento podría favorecer 
la rotura de las venas puente por estiramiento de estas. Castro-Rodríguez et al 
consideran este como uno de los factores de riesgo más relevantes. [2] 
• Toma prolongada de aspirinas, anticoagulantes o AINE. 
• Quiste aracnoideo. A los pacientes que presentan quistes aracnoideos se les 
debería recomendar evitar la realización de deportes violentos para evitar la 
probabilidad de desarrollo de una hemorragia intracraneal. 
• Toma prolongada de cantidades elevadas de alcohol. 
El tratamiento de esta patología es eminentemente quirúrgico, sin embargo, algunos 
pacientes con hematoma pequeño con toma concomitante de antiagregantes se podrían 
tratar de forma conservadora retirando los antiagregantes y efectuando un seguimiento 
a dichos pacientes consistente en la realización de TC repetidos. Es posible que 
finalmente necesiten de un procedimiento quirúrgico, aunque se ha observado que la 
demora de este podría minimizar el riesgo de hemorragia en estos pacientes en 
concreto.[1] 
Previo a la explicación de las diferentes técnicas quirúrgicas es necesario tener en 
cuenta una serie de consideraciones preoperatorias. 
7 
 
Con respecto a los pacientes anticoagulados, aquellos que acudan sintomáticos 
tomando dichos fármacos, requieren una suspensión inmediata para evitar la expansión 
del hematoma y facilitar la intervención quirúrgica. Su suspensión suele ir asociada a la 
administración de concentrado de complejo protrombínico (CCP), plasma fresco 
congelado (PFC) y vitamina K en el caso de los pacientes tratados con antagonistas de 
la vitamina K, con el fin de facilitar la normalización de los niveles de factores de 
coagulación. En el caso de uso de anticoagulantes orales de nueva generación, las 
guías europeas recomiendan observación hasta que los efectos desaparezcan si el 
hematoma no constituye una urgencia vital.[11] Tras la intervención, aún no está claro 
cuánto tiempo ha de transcurrir hasta la reanudación de la anticoagulación. Debería 
individualizarse buscando un equilibrio entre el riesgo tromboembólico derivado de la no 
anticoagulación con el riesgo hemorrágico que dichos fármacos conllevan. [4] 
Con respecto a la profilaxis convulsiva, sigue siendo un tema de discusión entre los 
expertos. Se ha observado un aumento del riesgo de caídas en pacientes mayores de 
65 años debido a la toma de antiepilépticos, por lo que se considera un riesgo de 
desarrollar una recurrencia de la patología. Una serie de estudios retrospectivos ha 
demostrado que los riesgos superan a los beneficios con respecto a la toma 
preoperatoria de antiepilépticos. No obstante, sí han observado que el beneficio supera 
a los riesgos en aquellos pacientes que tienen un alto riesgo de desarrollar convulsiones 
como son los pacientes alcohólicos o aquellos pacientes con un bajo grado en la escala 
de Glasgow al ingreso.[1,4] 
Se ha observado que la administración de corticoides previa a la realización de una 
craneotomía con agujero de trépano disminuye la probabilidad de recurrencia.[1] 
Como se había mencionado anteriormente, el tratamiento de esta patología se 
considera primordialmente quirúrgico, aunque existen algunas terapias no quirúrgicas, 
como el uso de corticoides o el reposo en cama, indicadas sobre todo en pacientes 
asintomáticos con un hematoma de pequeño tamaño.[12] Según un estudio publicado por 
Munoz-Bendix et al., los pacientes de mayor edad se benefician más de un tratamiento 
quirúrgico que lospacientes más jóvenes.[13] Se reportan diversas técnicas quirúrgicas, 
sin evidencia de si alguna es significativamente superior a las demás en términos de 
eficacia o riesgo de recidivas. [14] Las más utilizadas son las siguientes: 
- Craneotomía con taladro manual (mini-drill): Se trata de una cirugía 
considerada de elección en aquellos pacientes considerados como de alto riesgo 
quirúrgico que no presenten septos intrahematoma. Se trata de un procedimiento 
que se realiza de manera rápida y mínimamente invasiva y puede hacerse a pie 
8 
 
de cama del paciente, aunque esto se ha asociado con un mayor riesgo de 
contaminación.[4] El diámetro de la incisión realizada por el taladro suele ser 
inferior a los 5 mm.[3] 
- Craneotomía con agujero de trépano (BHC): Es la intervención quirúrgica más 
comúnmente utilizada, ya que es la indicada en casos no complicados. El 
diámetro del trépano suele rondar entre los 5mm y los 30 mm.[3] El uso de drenaje 
posterior al trépano se asocia con una menor incidencia de recidivas.[14] 
- Craneotomía: A aquellos pacientes que presenten septos intrahematoma, 
calcificaciones u osificaciones, se recomienda intervenirlos por medio de esta 
opción. Es la intervención más invasiva y, por lo tanto, con mayor riesgo de 
pérdida sanguínea.[4] 
A lo largo de los últimos años se han realizado diversos estudios comparativos entre 
dichas técnicas quirúrgicas para valorar la posibilidad de la superioridad de alguna de 
ellas sobre las demás. En este sentido, Lega et al. informa de un metaanálisis que 
demuestra una mayor eficiencia de la técnica quirúrgica que utiliza agujero de trépano 
en comparación a las demás en los casos no complicados de esta patología.[15] No 
obstante, un metaanálisis realizado por Teles et al. no encuentra diferencias 
significativas en el porcentaje de recidivas entre las tres técnicas quirúrgicas.[16] 
Algunos estudios tales como Liu et al. recomiendan el uso de un drenaje postoperatorio 
con el objetivo de disminuir la tasa de recidivas en el hematoma subdural crónico. Dicho 
estudio informa de una reducción del 60% en la tasa de recurrencias. [17] 
El pronóstico vital de estos pacientes es bastante positivo, la mortalidad ronda el 2% de 
los casos. No obstante, el pronóstico depende de diferentes factores como la edad de 
los pacientes, su patología concomitante o su posición en una escala de valoración de 
funcionalidad al ingreso, entre otros.[1] 
 
3. HIPÓTESIS DE TRABAJO Y OBJETIVOS 
En este trabajo de investigación se busca comparar los resultados radiológicos y 
pronósticos de diferentes técnicas quirúrgicas de evacuación de hematomas subdurales 
crónicos por medio de la realización de uno o dos trépanos. El presente estudio se 
basará en valorar la posible influencia del número de trépanos realizados en un paciente 
en los resultados de la intervención quirúrgica. 
Los resultados de la intervención quirúrgica que se van a valorar se dividen en tres 
niveles. En primer lugar, a nivel radiológico donde se valorará la mejoría en términos de 
9 
 
una disminución del tamaño medio del hematoma (cm). En segundo lugar, a nivel 
funcional, se valorará la mejoría en una escala de valoración funcional denominada 
escala de Markwalder. Por último, a nivel vital, se valorará la mejoría en términos de 
pronóstico vital. Se estudiarán posibles diferencias con respecto a la reducción en 
términos de mortalidad, recidivas o reagudizaciones de los pacientes. 
En este sentido, la hipótesis de trabajo consistirá en analizar si verdaderamente existen 
diferencias significativas en los pacientes intervenidos con uno o dos agujeros de 
trépano en cada uno de los aspectos previamente mencionados. 
 
4. MATERIAL Y MÉTODOS 
4.1. Diseño del estudio 
En el presente estudio se ha llevado a cabo un análisis de una serie de casos clínicos 
de pacientes diagnosticados de hematoma subdural crónico e intervenidos 
quirúrgicamente por parte del Servicio de Neurocirugía del Hospital Clínico Universitario 
de Valladolid entre los años 2015 y 2020. Se realizó un estudio de tipo observacional 
retrospectivo tomando un total de 18 variables recogidas en las historias clínicas de los 
pacientes. 
El estudio fue aceptado por el Comité Ético de Investigación Clínica del Área de Salud 
Este de la provincia de Valladolid. El informe favorable de dicho comité se encuentra en 
el apartado de Anexos. 
4.2. Materiales 
Se tomó una muestra de pacientes diagnosticados de hematoma subdural crónico e 
intervenidos quirúrgicamente por medio de una craneotomía con uno o dos agujeros de 
trépano. Dichos pacientes pertenecían al Área de Salud Este de Valladolid. Los criterios 
de inclusión utilizados para este estudio fueron los siguientes: 
- Individuos mayores de 18 años de edad. 
- Individuos que presentaban diagnóstico de hematoma subdural crónico. 
- Intervenidos quirúrgicamente en el servicio de Neurocirugía del Hospital Clínico 
Universitario de Valladolid por medio de una craneotomía con uno o dos agujeros 
de trépano. 
En un principio se recopilaron los datos de un total de 205 pacientes, sin embargo, tras 
aplicarles como criterio de exclusión la falta de información de alguna de las variables 
10 
 
utilizadas en el estudio, se descartaron 13 pacientes, por lo que finalmente compusieron 
el estudio un total de 192 pacientes. 
La decisión de la técnica quirúrgica utilizada en cada paciente se realizó a criterio libre 
de cada cirujano, sin realización de protocolo previo o aleatorización de los pacientes. 
Aquellos pacientes diagnosticados de un hematoma subdural crónico bilateral se 
contabilizaron como dos individuos independientes en el presente estudio. 
4.3. Variables de estudio 
Para la realización del presente estudio se tomaron las siguientes variables de las 
historias clínicas de los pacientes participantes. 
• Edad: Se decidió dividir a los pacientes en tres grupos de edad: 
o Menores de 65 años. 
o Entre 65 y 80 años (inclusives). 
o Mayores de 80 años. 
• Sexo: Varón / Mujer 
• Tipo de clínica: 
o Cefalea 
o Motora y comicial: Se consideraron síntomas motores la paresia, 
inestabilidad de la marcha, agitación psicomotriz, alteración de 
esfínteres, desviación oculocefálica, apraxia, desviación de la comisura 
labial, crisis epiléptica generalizada y lentitud motora. 
o Alteración del lenguaje: Se consideraron en este grupo la afasia sensitiva 
o motora y la disfasia. 
o Cognitiva: Se consideraron síntomas cognitivos la desorientación, la 
disminución del nivel de conciencia, la confusión y la lentitud 
psicomotora. 
o Inespecífica: Se incluyeron dentro de este subgrupo los mareos, la 
astenia, las caídas, la somnolencia, las náuseas, vómitos, síncopes y la 
alteración conductual. 
• Escala de valoración funcional (Markwalder, Glasgow y MRS). Se extrajeron los 
tres datos de las historias clínicas de los pacientes, aunque, finalmente, para los 
cálculos estadísticos se decidió tomar la escala de Markwalder. 
• Anticoagulación / Antiagregación: Sí / No 
• Comorbilidades: Diabetes (Sí / No), dislipemia (Sí / No) e hipertensión (Sí / No). 
• Lateralidad: Derecho / Izquierdo 
• Bilateralidad: Sí / No 
11 
 
• Espesor máximo del hematoma (cm) 
• Corticoides preoperatorios: Sí / No 
• Número de trépanos: Se analizó el número de pacientes intervenidos por medio 
de un agujero de trépano frente a los intervenidos con dos trépanos. 
• Infección postoperatoria: Sí / No 
• Reagudización posterior: Sí / No 
• Recidiva quirúrgica: Sí / No 
• Tiempo de ingreso. Con esta variable se decidió dividir a los pacientes en dos 
grupos según su ingreso duró menos de 72 horas o más de ese tiempo. 
• Mortalidad: Sí / No 
Conviene aclarar la diferencia entre recidiva y reagudización quirúrgica. La recidiva 
quirúrgica consiste en un reacúmulo sanguíneo a nivel del espacio dural sin causa 
previa. No obstante, se considera reagudización quirúrgica a aquellasituación en la que 
en el momento de la intervención el paciente presentaba un componente crónico y uno 
agudo del hematoma. El componente crónico es líquido y es el que se consigue evacuar, 
mientras que el agudo es sólido y, al no poderse evacuar por medio de los trépanos, se 
mantiene como resto quirúrgico que, posteriormente, acabará cronificando y en ese 
momento será posible una evacuación quirúrgica. 
4.4. Análisis estadístico 
Tras la toma de los datos a partir de las historias clínicas de los pacientes se procedió 
a la realización del análisis estadístico. Se realizaron cálculos univariables para 
encontrar asociación entre las variables. Teniendo en cuenta el tipo de variable, 
cualitativa o cuantitativa, se realizó un test de Chi-cuadrado para las variables 
cualitativas y una T-student o una ANOVA para las variables cuantitativas. Para 
considerar significación estadística se definió el límite superior de la “p” en 0.05. 
Tras los cálculos univariables se decidió realizar un estudio multivariable mediante una 
regresión lineal entre la variable dependiente “disminución de espesor (cm)” y las 
variables independientes que en los estudios univariables tuvieron como resultado una 
p inferior a 0,2. 
Para la realización de todos los cálculos se ha utilizado el programa denominado IBM 
SPSS Statistics versión 24. 
 
12 
 
5. RESULTADOS 
5.1. Estadística descriptiva 
Para la realización del presente estudio se han tomado los datos de las historias clínicas 
de un total de 192 pacientes diagnosticados de hematoma subdural crónico e 
intervenidos quirúrgicamente en el Servicio de Neurocirugía del Hospital Clínico de 
Valladolid, de los cuales 131 eran varones (68.23%) y las 61 restantes eran mujeres 
(31.77%). Dicha muestra de pacientes tenía una media de edad de 78.81 años, +/- 8.72 
años de desviación estándar de la media. En la figura 1 de los anexos se muestra un 
histograma que refleja el recuento de pacientes en función de su edad. Del total de 192 
pacientes, 161 fueron intervenidos con un agujero de trépano (83.85%), mientras que a 
31 se les intervino realizando dos incisiones (16.15%). 
Con respecto a la localización del hematoma, en la muestra se incluyeron 87 pacientes 
con hematoma subdural de localización derecha (45.30%) frente a 105 pacientes de 
localización izquierda (54.70%). Desde el punto de vista de la bilateralidad, un total de 
130 pacientes presentaron un hematoma unilateral (67.71%) frente a 62 pacientes con 
hematoma bilateral (32.29%). 
La clínica de los pacientes se clasificó en cinco grupos. Un total de 52 pacientes 
(27.08%) presentaron cefalea asociada o no a otra sintomatología, 134 pacientes 
(69.79%) presentaron clínica motora o comicial, anteriormente descrita, 34 pacientes 
(17.77%) padecían sintomatología compatible dentro del grupo clínico de alteración del 
lenguaje, mientras que 82 pacientes (42.71%) presentaron clínica cognitiva. El número 
de pacientes que presentaban clínica inespecífica fue de 42 (21.86%), mientras que 
solamente un paciente se encontraba asintomático (0.01%). En la figura 2 de los anexos 
se observa gráficamente esta información. 
Con respecto a la escala de valoración funcional de los pacientes se decantó por la 
escala de Markwalder (Markwalder’s Neurological Grading Scale) ya que no se disponía 
de datos objetivos de las puntuación en otras escalas y eso implicaba descartar a un 
mayor número de pacientes del estudio. Se ha elaborado la tabla 1, en los anexos, que 
ilustra las distintas puntuaciones en la escala y la sintomatología correspondiente. Se 
consideraron pacientes independientes a aquellos que presentaran una puntuación de 
2 o inferior en dicha escala, mientras que se consideraron pacientes dependientes los 
que presentaran una puntuación de 3 o 4. En este sentido, previo a la intervención 
quirúrgica un total de 165 pacientes (85.94%) eran independientes, mientras que 27 
pacientes (14.06%) eran considerados dependientes. La puntuación más frecuente fue 
la 2 con un total de 132 pacientes (68.75%) considerados dentro de la misma. 
13 
 
Posteriormente a la intervención 189 pacientes (98.44%) fueron considerados en el 
grupo de independientes frente a 3 pacientes (1.56%) que se mantuvieron en el grupo 
de dependientes. En las figuras 3 y 4 de los anexos se muestra un diagrama de sectores 
que resume esta información gráficamente. 
Desde el punto de vista de las comorbilidades de los pacientes del estudio, se 
contabilizó un 18.23% de dislipémicos (35/192 pacientes), un 16.15% de diabéticos 
(31/192 pacientes) y un 60.42% de hipertensos (116/192 pacientes). 
A modo global, en el estudio se observó un 12.5% de recidivas (24/192 pacientes), así 
como un 3.65% de reagudizaciones (7/192 pacientes). El 2.6% de los pacientes del 
estudio presentaron infecciones postoperatorias (5/192 pacientes). En conjunto se 
registraron en el estudio 6 muertes, lo que constituye un 3.12% de la muestra total. 
En la tabla 2 de los anexos se adjunta una tabla resumen de la estadística de la muestra 
según el tipo de intervención realizada en cada paciente. 
5.2. Estadística inferencial 
Se realizó un análisis univariable, por medio del estadístico T-student, para comparar la 
disminución en el espesor del hematoma (cm) según las siguientes variables: sexo, 
número de trépanos, grupo de edad (ANOVA), hipertensión, diabetes mellitus, 
dislipemia, antiagregación/anticoagulación, lateralidad, bilateralidad, corticoides 
preoperatorios y tiempo de ingreso. En la tabla 3 de los anexos se muestran los 
resultados de cada uno de estos cálculos. 
En este análisis se encontraron diversas variables con un valor de significación por 
debajo de 0.05 y, por tanto, asociación estadísticamente significativa con la reducción 
de espesor del hematoma. En primer lugar, el número de trépanos mostró una p de 
0.045, mostrando una mayor reducción del hematoma en aquellos pacientes 
intervenidos con dos trépanos (1.13 cm de media), en comparación con aquellos a los 
que se le realizó uno solo (0.91 cm de media). La variable hipertensión también mostró 
una mayor disminución del hematoma en los pacientes hipertensos (1.01 cm de media) 
frente a los no hipertensos (0.84 cm de media) con una p de 0.034. El análisis con el 
uso de antiagregación o anticoagulación en estos pacientes mostró una reducción 
superior en los pacientes no antiagregados ni anticoagulados (1.02 cm de media) frente 
a los que sí tomaban alguna medicación de esos grupos (0.85 cm de media), con un 
valor de significación de 0.03. La bilateralidad con una p de 0.002 también mostró una 
reducción del hematoma mayor en aquellos pacientes sin afectación bilateral (1.03 cm 
de media) frente a los que sí presentaban patología bilateral (0.77 cm de media). El uso 
de corticoides preoperatorios mostró una reducción inferior del hematoma (0.78 cm 
14 
 
de media) en comparación con los pacientes que no tomaban dichos fármacos (1.05 cm 
de media), con una p de 0.001. La última variable en mostrar un valor de significación 
inferior a 0.05 fue el tiempo de ingreso, con una p de 0.02, mostrando una reducción 
superior del hematoma en los pacientes que no superaban los 3 días de ingreso 
hospitalario (1.07 cm de media) frente a los que sí lo hacían (0.88 cm de media). 
Al presentar diferentes variables un valor de significación inferior a 0.05, se decidió 
realizar un análisis multivariable, por medio de una regresión lineal, utilizando como 
variable dependiente la disminución en el espesor del hematoma (cm) y como variables 
independientes las variables citadas en el párrafo anterior, con la intención de evitar un 
sesgo por factor de confusión. El nivel de significación fue superior a 0.05 en todas ellas 
exceptuando las variables bilateralidad y corticoides preoperatorios. En la figura 6 
de los anexos se observan unas barras de error en las que se muestra la falta de 
diferencias significativasen relación al número de trépanos. 
El siguiente análisis univariable a realizar, por medio del estadístico chi-cuadrado, fue la 
existencia de reagudizaciones, utilizando el mismo grupo de variables, cuyos resultados 
de los cálculos se encuentran en la tabla 4 de los anexos. En este análisis, tan solo se 
encontraron diferencias estadísticamente significativas en la variable de corticoides 
preoperatorios con una p de 0.04. Se observó un menor porcentaje de pacientes 
presentando reagudizaciones en aquellos pacientes que sí recibieron tratamiento 
corticoideo preoperatorio. En este subgrupo, ningún paciente (72 en total) presentó 
reagudizaciones, mientras que en el subgrupo de pacientes que no recibieron 
corticoides hubo un total de 7 reagudizaciones, lo que constituye el 5.8% de los 
pacientes pertenecientes a este subgrupo. 
Posteriormente, se realizó otro análisis univariable, por medio del estadístico chi-
cuadrado para comparar la existencia de recidivas postoperatorias con el mismo grupo 
de variables que se citó anteriormente, cuyos resultados de los cálculos se encuentran 
en la tabla 5 de los anexos. Se encontraron diferencias estadísticamente significativas 
con respecto a la variable de tiempo de ingreso con una p de 0.03. Dichas diferencias 
indicaron que existía un mayor porcentaje de pacientes con recidivas que se 
encontraban dentro del grupo de más de 72 horas de ingreso, 20 recidivas (16.4%), que 
dentro del grupo de hasta 72 horas de ingreso, 4 recidivas (5.8%). 
A continuación, se realizó un análisis univariable por medio del estadístico chi-cuadrado 
para comparar el tiempo de ingreso utilizando el mismo grupo de variables, cuyos 
resultados de los cálculos se encuentran en la tabla 6 de los anexos. En este análisis 
se encontraron diferencias significativas en la variable de corticoides preoperatorios 
15 
 
con un valor de significación de 0.01. Los pacientes tratados con corticoides 
preoperatorios presentaron una estancia hospitalaria de más de 72 horas (54/71, lo que 
constituye el 76.1%) en mayor porcentaje que aquellos a los que no se les había 
administrado tratamiento corticoideo previo a la intervención (68/120 pacientes, lo que 
constituye un 56.7%). 
En último lugar, es relevante mencionar que se realizaron varios análisis univariables, 
por medio del estadístico chi-cuadrado, para comparar individualmente tanto la mejoría 
en la escala de Markwalder, la mortalidad, así como las infecciones postoperatorias 
según las mismas variables utilizadas anteriormente. En las tablas 7, 8 y 9 de los anexos 
se muestran los resultados de cada uno de dichos cálculos. En los análisis no se observó 
ninguna diferencia estadísticamente significativa entre los pacientes con respecto a 
dichas variables. 
 
6. DISCUSIÓN 
Como se ha mencionado anteriormente, el hematoma subdural crónico se trata de una 
de las patologías más frecuentes en el campo de la neurocirugía. Su incidencia está en 
aumento y, por esa razón, resulta conveniente realizar estudios pronósticos para poder 
ofrecer la mejor alternativa terapéutica posible a los pacientes. Desde hace ya un tiempo 
que la intervención quirúrgica más utilizada para esta patología es la craneotomía con 
agujero de trépano, no obstante, todavía sigue siendo motivo de debate entre los 
especialistas el número de trépanos más adecuado para esta intervención. Por esa 
razón, se ha considerado un estudio comparativo entre dichas opciones terapéuticas 
con el objetivo de demostrar superioridad de alguna de ellas. 
En general, la mayoría de estudios coinciden en que se trata de una patología que afecta 
más frecuentemente a los varones, aunque los porcentajes varían de unos estudios a 
otros. Gernsback et al [18] y Han et al [19] coinciden en que los varones constituyen el 72% 
de los afectados, mientras que Dae Hyo Song et al [20] informa de un 66% de varones 
en su estudio. En el presente estudio se observó una frecuencia aproximada de 2:1 a 
favor de los varones, constituyendo un 68.23% de los casos frente al 31.77% de 
mujeres. Por otro lado, la edad media de los pacientes en este estudio fue de 78.81 
años, una cifra superior a otros estudios, en los que la edad media ronda entre los 65 y 
70 años, Gernsback et al [18] indica una media de 66 años en los pacientes de su 
muestra, Hyun Seok L. et al [21] una media de 69 años, o incluso 73 años de media en el 
estudio de Heringer et al. [22] 
16 
 
El porcentaje de recidivas observadas en el estudio fue ligeramente superior en los 
pacientes tratados con un trépano siendo 21 recidivas (13%) frente a aquellos pacientes 
a los que se les intervino con dos trépanos siendo 3 (9.7%). Estos datos, sin embargo, 
no resultaron estadísticamente significativos (p=0.60). A pesar de que en el resto de 
estudios tampoco se encuentran diferencias significativas, no existe consenso entre cuál 
de las dos intervenciones tienen una tendencia a recidivar con mayor frecuencia. Tanto 
Soleman et al [9] en su artículo, como Gernsbak et al [18] o Kansal et al [23] en sus 
respectivos estudios, defienden que los pacientes tratados con un trépano experimentan 
un ligero mayor riesgo de recidiva a pesar de no encontrar diferencias estadísticamente 
significativas, al igual que se ha podido observar en el presente estudio. Por el contrario, 
otros estudios como el de Han et al [19] afirma lo contrario. 
En un meta-análisis realizado por Wan et al [24] se observa que no hay diferencias 
estadísticamente significativas (p = 0.58) entre uno o dos agujeros de trépano y la 
mortalidad de los pacientes. En este sentido, la mayoría de estudios no encuentran 
diferencias significativas, aunque difieren en la tendencia a favor de una u otra 
intervención. En el presente estudio tampoco se han observado diferencias significativas 
que permitan decantarse por una intervención con respecto a la mortalidad (p= 0.97). 
 
7. CONCLUSIONES 
El hematoma subdural crónico es una patología cuya incidencia se considera en 
continuo aumento debido, en gran parte, al envejecimiento de la población. Se ha 
convertido en una de las patologías neuroquirúrgicas que más controversia han 
suscitado a la hora de decantarse por uno u otro procedimiento terapéutico. Esto se 
debe a una falta de evidencia sobre qué intervención quirúrgica es superior a las demás 
en términos de seguridad y pronóstico del paciente. Por esa razón, tomando la 
intervención más común utilizada en estos pacientes, la craneotomía con trépano, este 
estudio ha querido valorar si existen diferencias significativas entre la realización de uno 
o dos agujeros en los pacientes aquejados de hematoma subdural crónico. 
Tras la realización del estudio se ha podido demostrar la importancia de una buena 
evacuación del hematoma, la cual conlleva una menor estancia hospitalaria y mejor 
resultado funcional. Esto es beneficioso tanto para el paciente como para el sistema 
sanitario, disminuyendo los costes tanto directos como indirectos derivados del 
tratamiento de estos pacientes. 
17 
 
Tras una revisión de la bibliografía disponible en torno al estudio pronóstico de 
comparación entre la realización de uno o dos agujeros de trépano, el presente estudio 
muestra que no parece existir una influencia significativa en el pronóstico final del 
paciente. Estos hallazgos nos permiten decantarnos por la técnica menos cruenta como 
lo puede ser la realización de un único agujero de trépano, ante la falta de diferencias 
significativas pronósticas. 
En la misma línea, este estudio ha mostrado poca influencia de la anticoagulación o 
antiagregación de los pacientes con respecto al pronóstico final de la intervención, a 
pesar de que, clásicamente, se han considerado a estos pacientes como portadores de 
un factor de riesgo. En este sentido, nos evita descartar pacientes por el mero hecho de 
estar recibiendo dicha medicación. 
Se considera importante remarcar la importanciadel papel de los corticoides en la 
terapéutica de esta patología. En este estudio se ha constatado la disminución del 
número de reagudizaciones en aquellos pacientes que tomaron corticoides 
preoperatorios. A pesar de ello, así como los resultados de otros estudios, en este 
análisis se encontró una menor disminución del espesor del hematoma en aquellos 
pacientes tratados preoperatoriamente con corticoides. No obstante, también se 
encontró un menor tamaño preoperatorio en los pacientes con esta terapia esteroidea, 
lo que indica que existe la probabilidad de que precisamente ese menor tamaño 
preoperatorio se debiera a la acción de la medicación preoperatoriamente. 
En definitiva, a la luz de los resultados tanto funcionales como radiológicos, así como 
de las complicaciones observadas en el estudio, principalmente el número de 
infecciones y muerte resulta favorable optar por una técnica quirúrgica más corta y 
menos cruenta, especialmente teniendo en consideración que a la mayoría de los 
pacientes se les administra anestesia local y son personas de edad avanzada. 
Asimismo, se considera importante subrayar la importancia de una menor estancia 
hospitalaria en este grupo de pacientes ya que se disminuye el riesgo de complicaciones 
asociadas al ingreso. 
Se considera importante reseñar como limitación principal del estudio la asimetría en la 
muestra de pacientes (161 intervenidos con un trépano y tan solo 31 pacientes 
intervenidos con dos trépanos). Por esta razón, se valora la posibilidad de que se 
hallaran resultados más concluyentes si ambas muestras fueran más homogéneas. 
18 
 
8. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 
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21 
 
9. ANEXOS 
 
TABLA 1: ESCALA DE VALORACIÓN FUNCIONAL NEUROLÓGICA DE 
MARKWALDER* 
SITUACIÓN CLÍNICA DEL PACIENTE PUNTUACIÓN EN 
LA ESCALA 
Paciente sin sintomatología neurológica 0 
Paciente que presenta sintomatología leve como cefaleas o 
asimetrías de los reflejos 
 
1 
Paciente que presenta desorientación o somnolencia junto 
con déficits neurológicos como hemiparesias 
 
2 
Estupor con respuesta a estímulos vigorosos junto con 
afectación focal grave como hemiparesia 
 
3 
Paciente que presenta cualquiera de los siguientes cuadros: 
- Comatoso sin respuesta a estímulos dolorosos 
- Postura de descerebración 
- Postura de decorticación 
 
 
 
4 
*Tabla tomada de Lee JK, Choi JH, Kim CH, Lee HK, Moon JG. Chronic subdural 
hematomas: a comparative Study of three types of operative procedures. J Korean 
Neurosurg Soc. 2009; 46: 210-14 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
22 
 
TABLA 2: ESTADÍSTICA DESCRIPTIVA SEGÚN EL TIPO DE INTERVENCIÓN 
 Realización de 1 
trépano 
Realización de 2 
trépanos 
Total 
Nº de pacientes 161 31 192 
Edad media (años) 78.51 +/- 8.64 80.39 +/- 9.09 78.81 +/- 8.72 
Sexo 
• Varón 
• Mujer 
 
110 (68.3%) 
51 (31.7%) 
 
21 (67.7%) 
10 (32.3%) 
 
131 (68.23%) 
61 (31.77%) 
Recidivas 21 (13.04%) 3 (9.68%) 24 (12.5%) 
Reagudizaciones 7 (4.3%) 0 (0%) 7 (3.65%) 
Media de 
Markwalder 
• Preoperatorio 
• Postoperatorio 
 
 
1.95 +/- 0.57 
0.85 +/- 0.80 
 
 
2.16 +/- 0.86 
0.84 +/- 0.74 
 
 
1.98 +/- 0.63 
0.85 +/- 0.79 
Lateralidad del 
hematoma 
• Derecho 
• Izquierdo 
 
 
78 (48.4%) 
83 (51.6%) 
 
 
9 (29%) 
22 (71%) 
 
 
87 (45.3%) 
105 (54.7%) 
Hematoma 
• Unilateral 
• Bilateral 
 
100 (62.1%) 
61 (37.9%) 
 
30 (96.8%) 
1 (3.2%) 
 
130 (67.71%) 
62 (32.29%)23 
 
TABLA 3: T-STUDENT PARA DISMINUCIÓN DEL ESPESOR DEL HEMATOMA 
Variable Número de 
pacientes (n) 
Media de 
disminución 
de espesor 
(cm) 
Valor de 
significación 
(p) 
Sexo 
• Varón 
• Mujer 
 
131 (68.23%) 
 61 (31.77%) 
 
0.96 
0.92 
0.71 
Número de trépanos 
• Uno 
• Dos 
 
161 (83.85%) 
 31 (16.15%) 
 
0.91 
1.13 
0.045 
Grupo de edad (ANOVA) 
• Menores de 65 años 
• Entre 65 y 80 años 
• Mayores de 65 años 
 
11 (5.73%) 
81 (42.19%) 
100 (52.08) 
 
0.82 
0.90 
1 
0.37 
Hipertensión 
• Sí 
• No 
 
116 (60.42%) 
76 (39.58%) 
 
1.01 
0.84 
0.034 
Diabetes mellitus 
• Sí 
• No 
 
31 (16.15%) 
161 (83.85%) 
 
0.94 
0.95 
0.93 
Dislipemia 
• Sí 
• No 
 
35 (18.23%) 
157 (81.77%) 
 
0.97 
0.94 
0.77 
Antiagregación/Anticoagulación 
• Sí 
• No 
 
84 (43.75%) 
108 (56.25%) 
 
0.85 
1.02 
0.03 
Lateralidad 
• Derecha 
• Izquierda 
 
87 (45.31%) 
105 (54.69%) 
 
0.91 
0.98 
0.36 
Bilateralidad 
• Sí 
• No 
 
62 (32.39%) 
130 (67.71%) 
 
0.77 
1.03 
0.002 
Corticoides preoperatorios 
• Sí 
• No 
 
72 (37.5%) 
120 (62.5%) 
 
0.78 
1.05 
0.001 
Tiempo de ingreso 
• Hasta 72 horas 
• Más de 72 horas 
 
69 (36.13%) 
122 (63.87%) 
 
1.07 
0.88 
0.02 
24 
 
TABLA 4: CHI-CUADRADO PARA REAGUDIZACIONES 
Variable Número de 
pacientes 
(n) 
Sí No 
 
Valor de 
significación 
(p) 
Sexo 
Varón 
 
Mujer 
 
131 
(68.23%) 
 61 
(31.77%) 
 
 
6 
(4.6%) 
1 
(1.6%) 
 
125 
(95.4%) 
60 
(98.4%) 
0.31 
Número de 
trépanos 
Uno 
 
Dos 
 
 
161 
(83.85%) 
 31 
(16.15%) 
 
 
7 
(4.3%) 
0 
(0.0%) 
 
 
154 
(95.7%) 
31 
(100%) 
0.24 
Grupo de edad 
Menores de 65 
años 
Entre 65 y 80 
años 
Mayores de 65 
años 
 
11 
(5.73%) 
81 
(42.19%) 
100 
(52.08) 
 
0 
(0.0%) 
5 
(6.2%) 
2 
(2.0%) 
 
11 
(100%) 
76 
(93.8%) 
98 
(98.0%) 
0.27 
Hipertensión 
Sí 
 
No 
 
116 
(60.42%) 
76 
(39.58%) 
 
 
3 
(2.6%) 
4 
(5.3%) 
 
113 
(97.4%) 
72 
(94.7%) 
0.33 
Diabetes 
mellitus 
Sí 
 
No 
 
 
31 
(16.15%) 
161 
(83.85%) 
 
 
 
0 
(0.0%) 
7 
(4.3%) 
 
 
31 
(100%) 
154 
(95.7%) 
0.24 
25 
 
Dislipemia 
Sí 
 
No 
 
35 
(18.23%) 
157 
(81.77%) 
 
2 
(5.7%) 
5 
(3.2%) 
 
33 
(94.3%) 
152 
(96.8%) 
0.47 
Antiagregación/
Anticoagulación 
Sí 
 
No 
 
 
84 
(43.75%) 
108 
(56.25%) 
 
 
4 
(4.8%) 
3 
(2.8%) 
 
 
80 
(95.2%) 
105 
(97.2%) 
0.47 
Lateralidad 
Derecha 
 
Izquierda 
 
87 
(45.31%) 
105 
(54.69%) 
 
5 
(5.7%) 
2 
(1.9%) 
 
82 
(94.3%) 
103 
(98.1%) 
0.16 
Bilateralidad 
Sí 
 
No 
 
62 
(32.39%) 
130 
(67.71%) 
 
2 
(3.2%) 
5 
(3.8%) 
 
60 
(96.8%) 
125 
(96.2%) 
0.83 
Corticoides 
preoperatorios 
Sí 
 
No 
 
 
72 
(37.5%) 
120 
(62.5%) 
 
 
0 
(0.0%) 
7 
(5.8%) 
 
 
72 
(100%) 
113 
(94.2%) 
0.04 
Tiempo de 
ingreso 
Hasta 72 horas 
 
Más de 72 horas 
 
 
69 
(36.13%) 
122 
(63.87%) 
 
 
2 
(2.9%) 
5 
(4.1%) 
 
 
67 
(97.1%) 
117 
(95.9%) 
0.67 
 
 
 
26 
 
TABLA 5: CHI-CUADRADO PARA RECIDIVAS 
Variable Número de 
pacientes 
(n) 
Sí No 
 
Valor de 
significación 
(p) 
Sexo 
Varón 
 
Mujer 
 
131 
(68.23%) 
 61 
(31.77%) 
 
15 
(11.5%) 
9 
(14.8%) 
 
116 
(88.5%) 
52 
(85.2%) 
 
0.52 
Número de 
trépanos 
Uno 
 
Dos 
 
 
161 
(83.85%) 
 31 
(16.15%) 
 
 
21 
(13.0%) 
3 
(9.7%) 
 
 
140 
(87.0%) 
28 
(90.3%) 
0.60 
Grupo de edad 
Menores de 65 
años 
Entre 65 y 80 
años 
Mayores de 65 
años 
 
11 
(5.73%) 
81 
(42.19%) 
100 
(52.08) 
 
1 
(9.1%) 
9 
(11.1%) 
14 
(14.0%) 
 
10 
(90.9%) 
72 
(88.9%) 
86 
(86.0%) 
0.79 
Hipertensión 
Sí 
 
No 
 
116 
(60.42%) 
76 
(39.58%) 
 
 
17 
(14.7%) 
7 
(9.2%) 
 
99 
(85.3%) 
69 
(90.8%) 
0.27 
Diabetes 
mellitus 
Sí 
 
No 
 
 
31 
(16.15%) 
161 
(83.85%) 
 
 
 
4 
(12.9%) 
20 
(12.4%) 
 
 
27 
(87.1%) 
141 
(87.6%) 
0.94 
27 
 
Dislipemia 
Sí 
 
No 
 
35 
(18.23%) 
157 
(81.77%) 
 
5 
(14.3%) 
19 
(12.1%) 
 
30 
(85.7%) 
138 
(87.9%) 
0.72 
Antiagregación/
Anticoagulación 
Sí 
 
No 
 
 
84 
(43.75%) 
108 
(56.25%) 
 
 
8 
(9.5%) 
16 
(14.8%) 
 
 
76 
(90.5%) 
92 
(85.2%) 
0.27 
Lateralidad 
Derecha 
 
Izquierda 
 
87 
(45.31%) 
105 
(54.69%) 
 
13 
(14.9%) 
11 
(10.5%) 
 
74 
(85.1%) 
94 
(89.5%) 
0.35 
Bilateralidad 
Sí 
 
No 
 
62 
(32.39%) 
130 
(67.71%) 
 
8 
(12.9%) 
16 
(12.3%) 
 
54 
(87.1%) 
114 
(87.7%) 
0.91 
Corticoides 
preoperatorios 
Sí 
 
No 
 
 
72 
(37.5%) 
120 
(62.5%) 
 
 
6 
(8.3%) 
18 
(15.0%) 
 
 
66 
(91.7%) 
102 
(85.0%) 
0.18 
Tiempo de 
ingreso 
Hasta 72 horas 
 
Más de 72 horas 
 
 
69 
(36.13%) 
122 
(63.87%) 
 
 
4 
(5.8%) 
20 
(16.4%) 
 
 
65 
(94.2%) 
102 
(83.6%) 
0.03 
 
 
 
28 
 
TABLA 6: CHI-CUADRADO PARA TIEMPO DE INGRESO 
Variable Número de 
pacientes 
(n) 
Hasta 72 
horas 
Más de 72 
horas 
 
Valor de 
significación 
(p) 
Sexo 
Varón 
 
Mujer 
 
131 
(68.59%) 
 60 
(31.41%) 
 
 
51 
(38.9%) 
18 
(30.0%) 
 
80 
(61.1%) 
42 
(70.0%) 
0.23 
Número de 
trépanos 
Uno 
 
Dos 
 
 
160 
(83.77%) 
 31 
(16.23%) 
 
 
60 
(37.5%) 
9 
(29.0%) 
 
 
100 
(62.5%) 
22 
(71.0%) 
0.37 
Grupo de edad 
Menores de 65 
años 
Entre 65 y 80 
años 
Mayores de 65 
años 
 
11 
(5.76%) 
80 
(41.88%) 
100 
(52.36%) 
 
3 
(27.3%) 
31 
(38.8%) 
35 
(35.0%) 
 
8 
(72.7%) 
49 
(61.3%) 
65 
(65.0%) 
0.72 
Hipertensión 
Sí 
 
No 
 
115 
(60.21%) 
76 
(39.79%) 
 
 
42 
(36.5%) 
27 
(35.5%) 
 
73 
(63.5%) 
49 
(64.5%) 
0.89 
Diabetes 
mellitus 
Sí 
 
No 
 
 
30 
(15.71%) 
161 
(84.29%) 
 
 
 
11 
(36.7%) 
58 
(36.0%) 
 
 
19 
(63.3%) 
103 
(64.0%) 
0.95 
29 
 
Dislipemia 
Sí 
 
No 
 
35 
(18.32%) 
156 
(81.68%) 
 
13 
(37.1%) 
56 
(35.9%) 
 
22 
(62.9%) 
100 
(64.1%) 
0.89 
Antiagregación/
Anticoagulación 
Sí 
 
No 
 
 
83 
(43.46%) 
108 
(56.54%) 
 
 
25 
(30.1%) 
44 
(40.7%) 
 
 
58 
(69.9%) 
64 
(59.3%) 
0.13 
Lateralidad 
Derecha 
 
Izquierda 
 
86 
(45.03%) 
105 
(54.97%) 
 
33 
(38.4%) 
36 
(34.3%) 
 
53 
(61.6%) 
69 
(65.7%) 
0.56 
Bilateralidad 
Sí 
 
No 
 
62 
(32.46%) 
129 
(67.54%) 
 
20 
(32.3%) 
49 
(38.0%) 
 
42 
(67.7%) 
80 
(62.0%) 
044 
Corticoides 
preoperatorios 
Sí 
 
No 
 
 
71 
(37.17%) 
120 
(62.83%) 
 
 
17 
(23.9%) 
52 
(43.3%) 
 
 
54 
(76.1%) 
68 
(56.7%) 
0.01 
 
 
 
 
 
 
 
30 
 
TABLA 7: CHI-CUADRADO PARA MEJORÍA EN LA ESCALA DE MARKWALDER 
Variable Número 
de 
pacientes 
(n) 
 
Mejora 
 
Sin 
cambios 
 
Empeora 
Valor de 
significación 
(p) 
Sexo 
Varón 
 
Mujer 
 
131 
(68.23%) 
 61 
(31.77%) 
 
 
102 
(77.9%) 
51 
(83.6%) 
 
27 
(20.6%) 
10 
(16.4%) 
 
2 
(1.5%) 
0 
(0.0%) 
0.47 
Número de 
trépanos 
Uno 
 
Dos 
 
 
161 
(83.85%) 
 31 
(16.15%) 
 
 
128 
(79.5%) 
25 
(80.6%) 
 
 
31 
(19.3%) 
6 
(19.4%) 
 
 
2 
(1.2%) 
0 
(0.0%) 
0.82 
Grupo de edad 
Menores de 65 
años 
Entre 65 y 80 
años 
Mayores de 65 
años 
 
11 
(5.73%) 
81 
(42.19%) 
100 
(52.08) 
 
8 
(72.7%) 
66 
(81.5%) 
79 
(79.0%) 
 
3 
(27.3%) 
13 
(16.0%) 
21 
(21.0%) 
 
0 
(0.0%) 
2 
(2.5%) 
0 
(0.0%) 
0.43 
Hipertensión 
Sí 
 
No 
 
116 
(60.42%) 
76 
(39.58%) 
 
97 
(83.6%) 
56 
(73.7%) 
 
18 
(15.5%) 
19 
(25.0%) 
 
1 
(0.9%) 
1 
(1.3%) 
0.25 
Diabetes 
mellitus 
Sí 
 
No 
 
 
31 
(16.15%) 
161 
(83.85%) 
 
 
 
28 
(90.3%) 
125 
(77.6%)3 
(9.7%) 
34 
(21.1%) 
 
 
0 
(0.0%) 
2 
(1.2%) 
0.26 
31 
 
Dislipemia 
Sí 
 
No 
 
35 
(18.23%) 
157 
(81.77%) 
 
29 
(82.9%) 
124 
(79.0%) 
 
6 
(17.1%) 
31 
(19.7%) 
 
0 
(0.0%) 
2 
(1.3%) 
0.74 
Antiagregación/
Anticoagulación 
Sí 
 
No 
 
 
84 
(43.75%) 
108 
(56.25%) 
 
 
63 
(75.0%) 
90 
(83.3%) 
 
 
21 
(25.0%) 
16 
(14.8%) 
 
 
0 
(0.0%) 
2 
(1.9%) 
0.11 
Lateralidad 
Derecha 
 
Izquierda 
 
87 
(45.31%) 
105 
(54.69%) 
 
71 
(81.6%) 
82 
(78.0%) 
 
15 
(17.2%) 
22 
(21.0%) 
 
1 
(1.1%) 
1 
(1.0%) 
0.81 
Bilateralidad 
Sí 
 
No 
 
62 
(32.39%) 
130 
(67.71%) 
 
45 
(72.6%) 
108 
(83.1%) 
 
17 
(27.4%) 
20 
(15.4%) 
 
0 
(0.0%) 
2 
(1.5%) 
0.10 
Corticoides 
preoperatorios 
Sí 
 
No 
 
 
72 
(37.5%) 
120 
(62.5%) 
 
 
54 
(75.0%) 
99 
(82.5%) 
 
 
18 
(25.0%) 
19 
(15.8%) 
 
 
0 
(0.0%) 
2 
(1.7%) 
0.18 
Tiempo de 
ingreso 
Hasta 72 horas 
 
Más de 72 horas 
 
 
69 
(36.13%) 
122 
(63.87%) 
 
 
55 
(79.7%) 
97 
(79.5%) 
 
 
13 
(18.8%) 
24 
(19.7%) 
 
 
1 
(1.4%) 
1 
(0.8%) 
0.91 
 
 
 
32 
 
TABLA 8: CHI-CUADRADO PARA INFECCIONES 
Variable Número de 
pacientes 
(n) 
Sí No 
 
Valor de 
significación 
(p) 
Sexo 
Varón 
 
Mujer 
 
131 
(68.23%) 
 61 
(31.77%) 
 
2 
(1.5%) 
3 
(4.9%) 
 
129 
(98.5%) 
58 
(95.1%) 
 
0.17 
Número de 
trépanos 
Uno 
 
Dos 
 
 
161 
(83.85%) 
 31 
(16.15%) 
 
 
3 
(1.9%) 
2 
(6.5%) 
 
 
158 
(98.1%) 
29 
(93.5%) 
0.14 
Grupo de edad 
Menores de 65 
años 
Entre 65 y 80 
años 
Mayores de 65 
años 
 
11 
(5.73%) 
81 
(42.19%) 
100 
(52.08) 
 
0 
(0.0%) 
2 
(2.5%) 
3 
(3.0%) 
 
11 
(100%) 
79 
(97.5%) 
97 
(97.0%) 
0.84 
Hipertensión 
Sí 
 
No 
 
116 
(60.42%) 
76 
(39.58%) 
 
 
3 
(2.6%) 
2 
(2.6%) 
 
113 
(97.4%) 
74 
(97.4%) 
0.99 
Diabetes 
mellitus 
Sí 
 
No 
 
 
31 
(16.15%) 
161 
(83.85%) 
 
 
 
0 
(0.0%) 
5 
(3.1%) 
 
 
31 
(100%) 
156 
(96.9%) 
0.32 
33 
 
Dislipemia 
Sí 
 
No 
 
35 
(18.23%) 
157 
(81.77%) 
 
0 
(0.0%) 
5 
(3.2%) 
 
35 
(100%) 
152 
(96.8%) 
0.29 
Antiagregación/
Anticoagulación 
Sí 
 
No 
 
 
84 
(43.75%) 
108 
(56.25%) 
 
 
2 
(2.4%) 
3 
(2.8%) 
 
 
82 
(97.6%) 
105 
(97.2%) 
0.86 
Lateralidad 
Derecha 
 
Izquierda 
 
87 
(45.31%) 
105 
(54.69%) 
 
2 
(2.3%) 
3 
(2.9%) 
 
85 
(97.7%) 
102 
(97.1%) 
0.81 
Bilateralidad 
Sí 
 
No 
 
62 
(32.39%) 
130 
(67.71%) 
 
2 
(3.2%) 
3 
(2.3%) 
 
60 
(96.8%) 
127 
(97.7%) 
0.71 
Corticoides 
preoperatorios 
Sí 
 
No 
 
 
72 
(37.5%) 
120 
(62.5%) 
 
 
1 
(1.4%) 
4 
(3.3%) 
 
 
71 
(98.6%) 
116 
(96.7%) 
0.41 
Tiempo de 
ingreso 
Hasta 72 horas 
 
Más de 72 horas 
 
 
69 
(36.13%) 
122 
(63.87%) 
 
 
0 
(0.0%) 
5 
(4.1%) 
 
 
69 
(100%) 
117 
(95.9%) 
0.09 
 
 
 
34 
 
TABLA 9: CHI-CUADRADO PARA MORTALIDAD 
Variable Número de 
pacientes 
(n) 
Sí No 
 
Valor de 
significación 
(p) 
Sexo 
Varón 
 
Mujer 
 
131 
(68.23%) 
 61 
(31.77%) 
 
3 
(2.3%) 
3 
(4.9%) 
 
128 
(97.7%) 
58 
(95.1%) 
 
0.33 
Número de 
trépanos 
Uno 
 
Dos 
 
 
161 
(83.85%) 
 31 
(16.15%) 
 
 
5 
(3.1%) 
1 
(3.2%) 
 
 
156 
(96.9%) 
30 
(96.8%) 
0.97 
Grupo de edad 
Menores de 65 
años 
Entre 65 y 80 
años 
Mayores de 65 
años 
 
11 
(5.73%) 
81 
(42.19%) 
100 
(52.08) 
 
0 
(0.0%) 
1 
(1.2%) 
5 
(5.0%) 
 
11 
(100%) 
80 
(98.8%) 
95 
(95.0%) 
0.29 
Hipertensión 
Sí 
 
No 
 
116 
(60.42%) 
76 
(39.58%) 
 
 
4 
(3.4%) 
2 
(2.6%) 
 
112 
(96.6%) 
74 
(97.4%) 
0.75 
Diabetes 
mellitus 
Sí 
 
No 
 
 
31 
(16.15%) 
161 
(83.85%) 
 
 
 
0 
(0.0%) 
6 
(3.7%) 
 
 
31 
(100%) 
155 
(96.3%) 
0.28 
35 
 
Dislipemia 
Sí 
 
No 
 
35 
(18.23%) 
157 
(81.77%) 
 
0 
(0.0%) 
6 
(3.8%) 
 
35 
(100%) 
151 
(96.2%) 
0.24 
Antiagregación/
Anticoagulación 
Sí 
 
No 
 
 
84 
(43.75%) 
108 
(56.25%) 
 
 
1 
(1.2%) 
5 
(4.6%) 
 
 
83 
(98.8%) 
103 
(95.4%) 
0.17 
Lateralidad 
Derecha 
 
Izquierda 
 
87 
(45.31%) 
105 
(54.69%) 
 
2 
(2.3%) 
4 
(3.8%) 
 
85 
(97.7%) 
101 
(96.2%) 
0.55 
Bilateralidad 
Sí 
 
No 
 
62 
(32.39%) 
130 
(67.71%) 
 
4 
(6.5%) 
2 
(1.5%) 
 
58 
(93.5%) 
128 
(98.5%) 
0.07 
Corticoides 
preoperatorios 
Sí 
 
No 
 
 
72 
(37.5%) 
120 
(62.5%) 
 
 
1 
(1.4%) 
5 
(4.2%) 
 
 
71 
(98.6%) 
115 
(95.8%) 
0.28 
Tiempo de 
ingreso 
Hasta 72 horas 
 
Más de 72 horas 
 
 
69 
(36.13%) 
122 
(63.87%) 
 
 
3 
(4.3%) 
3 
(2.5%) 
 
 
66 
(95.7%) 
119 
(97.5%) 
0.47 
 
 
36 
 
FIGURA 1: Histograma que muestra la frecuencia de hematoma subdural crónico de la 
muestra del estudio según su edad. 
 
FIGURA 2: Gráfico que muestra la frecuencia de presentación de cada uno de los 
grupos de clínica utilizados en el estudio. 
27%
70%
18%
43%
22%
1%
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80%
Clínica de cefalea
Clínica motora y comicial
Clínica de alteración del lenguaje
Clínica cognitiva
Clínica inespecífica
Asintomático
37 
 
FIGURA 3: Diagramas de sectores que muestran el porcentaje de pacientes que 
presentaban cada uno de los grados de la escala funcional de Markwalder tanto 
preoperatoriamente (A) como postoperatoriamente (B). 
 
Clase 0
0%
Clase 1
17%
Clase 2
69%
Clase 3
12%
Clase 4
2%
Clase 0
36%
Clase 1
46%
Clase 2
17%
Clase 3
0%
Clase 4
1%
A 
B 
38 
 
FIGURA 4: Gráficos que muestran el número de pacientes que presentaban cada uno 
de los grados de la escala funcional de Markwalder tanto preoperatoriamente como 
postoperatoriamente. 
39 
 
FIGURA 5: Barras de error en las que se muestra que no existen diferencias 
significativas en la disminución del hematoma según el número de trépanos, a pesar de 
observarse una leve superioridad realizando dos trépanos, se puede observar que no 
resulta estadísticamente significativo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
40 
 
FIGURA 6: Imágenes de TC que muestran la situación prequirúrgica y postquirúrgica de 
un paciente intervenido con un agujero de trépano (A, B, C) y uno intervenido con dos 
agujeros de trépano (D, E, F). 
En la imagen A se observa un hematoma subdural unilateral izquierdo al que se le 
realiza una craneotomía con un agujero de trépano visible en la imagen B. En la imagen 
C se visualiza una regresión del hematoma postquirúrgico con una colección de aire y 
suero fisiológico. 
En la imagen D se observa un hematoma subdural unilateral derecho al que se le 
realizan dos agujeros de trépano visibles en la imagen E. En la imagen F se puede 
observar una colección de aire y suero fisiológico tras el drenaje del hematoma. 
 
 
 
 
42B A 
 A 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 A 
A B

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