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Guia Completa de Day Trading

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Índice
Portada
Sinopsis
Portadilla
Nota del autor
Sobre el autor
Introducción
¿Qué es el day trading?
¿Es un juego el day trading?
¿Por qué hacer trading si el 90 por ciento de las personas pierden dinero?
¿Cuál es el mejor momento para empezar?
¿Por qué ganan tus alumnos?
¿Sirvo para el day trading?
La economía global es un desastre. ¿Afectará eso a mi trading?
He oído que el trading está amañado. ¿Es cierto?
Pero especular es malo, ¿cómo puedes hacerlo?
¿Cuánto dinero necesitaré para hacer trading?
¿Cuánto dinero puedo ganar haciendo trading?
¿Qué tipo de dinero debo usar para hacer trading?
¿Cuando empezaré a ganar?
¿Qué es un plan de trading?
Hago trading en grupo. ¿Me conviene?
¿Qué formación o formadores escoger?
¿Necesito un mentor?
Si ganas, ¿por qué te dedicas a la formación?
Me venden un sistema de señales. ¿Son rentables? ¿Y legales?
¿Cuánto tiempo al día le dedico al trading?
¿Cuál es el mercado más indicado para hacer trading?
¿Por qué operar futuros? ¿Qué se compra-vende en un futuro?
¿Qué ventajas e inconvenientes tienen los CFD respecto al futuro?
¿Qué bróker elijo para hacer trading?
¿Es importante simular? ¿Cuánto tiempo?
¿Cuándo paso del trading simulado al trading real?
2
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¿Qué es la gestión monetaria?
¿Qué es la gestión emocional o psicotrading?
¿Qué páginas web me conviene ver?
¿Son importantes las noticias?
¿Por qué se me dan mejor los cortos que los largos?
¿Qué tipo de vela o representación gráfica utilizo?
¿Qué indicadores inserto en mi gráfico?
¿Me resultará difícil el trading?
¿He encontrado el Santo Grial?
¿Qué es el volumen?
¿Por qué operar con el volumen?
¿Qué tipo de órdenes debo utilizar?
Tipos de entrada a mercado
Tipos de salida de una operación
¿Qué es un proceso de acumulación/distribución?
¿Cómo sube o baja el precio?
¿Qué es el apalancamiento?
¿Qué es el stop loss?
¿Qué espacio temporal utilizo?
¿Cuándo conseguiré la consistencia?
Acabo de ganar dinero con una trade, pero sin saber por qué. ¿Soy un
trader?
¿Cuál es el objetivo razonable?
¿Cómo debo de llegar física y emocionalmente a las pantallas?
Siento miedo, ¿es normal?
Me vence la codicia, ¿es normal?
No controlo mi ego, ¿es normal?
No tolero ningún fallo, ¿es normal?
Si opero durante más tiempo, ¿ganaré más?
Hago trading. ¿A quién se lo cuento?
¿Es bueno hacer una rendición de cuentas?
¿Debería enseñar a un tercero para progresar?
¿Cuándo retiro del bróker el beneficio obtenido?
¿Cuándo me puedo considerar un trader experto?
¿Y esto no lo haría mejor programando un robot?
3
Si el trading es todo mental, ¿para qué aprender un método?
¿Qué hago ante una tendencia negativa de mis resultados?
¿Debo buscar una motivación para salir a tiempo de las pantallas?
¿Cómo ganar con mercados sin tendencia?
¿Cómo puedo soportar mejor la presión sobre el resultado?
¿Qué lecturas son recomendables para el trader?
¿Qué es el HFT?
¿Puede un trader ser de Podemos?
¿Cuántos mercados puedo operar?
¿Qué porcentaje de acierto es razonable haciendo day trading?
¿Cuanto mayor sea mi conocimiento mayor será mi éxito?
¿Se necesitan estudios económicos para hacer trading?
¿Hay que ser bueno en la intuición?
Lo he perdido todo. ¿Tengo capacidades para el trading?
Soy mujer y el trading parece un mundo de hombres. ¿Sabré hacerlo?
¿Es peligroso hacer trading?
¿A qué edad puedo hacer trading? ¿A qué edad enseño a mi hijo/a?
¿Cuáles son los errores más comunes en los traders que fracasan?
¿Cuáles son las virtudes más destacadas del trader de éxito?
Soy un profesional exitoso, ¿me ayudará eso en el trading?
¿Pierden también los profesionales?
¿Se puede aplicar tu sistema basado en volumen a todo tipo de mercados?
¿Cuándo puedes saltarte las reglas del trading?
¿Por qué debería hacer trading si ya tengo dinero?
¿Debe ser mi pasión el trading?
¿Puedo ayudarme de las redes sociales en mi proceso de aprendizaje?
¿Cómo debe ser el lugar donde hacer trading?
¿Qué ordenador compro para operar?
¿Cuántas pantallas necesitaré?
¿Qué conexión a internet necesito?
¿Puedo hacer trading desde el móvil o la tableta?
¿Necesito estar dado de alta como autónomo para hacer trading?
¿Puedo gestionar dinero de mi cuñado?
¿Debo reinvertir las plusvalías?
¿Cuándo dejo el trading?
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El day trading puede aportar tiempo y dinero, ¿también felicidad?
¿Qué significa estar en sintonía con el mercado?
Si pierdo, ¿soy malo? Y cuando gano, ¿soy un gurú?
No me fío de ti Borja. ¿Me puedes enseñar tu track record?
¿Qué es la proporcionalidad en el trading?
Se proyecta una imagen muy ostentosa de los traders de éxito. ¿Es real?
¿Qué haces distinto para ganar?
¿Cuáles son los ciclos por los que pasan los traders?
¿Por qué estás en el 10 por ciento de traders que ganan?
Agradecimientos
Notas
Créditos
5
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SINOPSIS
La obra pretende disipar, a través de 99 preguntas, las dudas más habituales a las
que toda persona interesada por la especulación intradía se enfrenta. Desde aspecto
técnicos, hasta logísticos, desde el plano emocional o psicotrading hasta los mecanismos
o regulación del mercado. Un libro de consulta rápido y directo.
7
8
Nota del autor
Estimado lector, gracias por adquirir este libro. A lo largo de estas páginas accederás a las
preguntas que con mayor frecuencia me han formulado en mis diez años de experiencia
en el day trading o trading intradía. Espero aportar ideas o conceptos que mejoren tu
operativa, o simplemente, que te estimulen para descubrir una disciplina que impulsará tu
vida a mayores cotas. No hay un orden correcto de lectura, puedes hacerlo a la manera
tradicional o buscar en el sumario las preguntas que mayor interés te despierten.
Si necesitas ayuda en tu desarrollo como trader o especulador, o no has encontrado
la pregunta que esperabas leer, escríbeme a <info@borjatube.com> o visita
<http://www.borjatube.com> y ponte en contacto conmigo. Estaré encantado de poder
ayudarte.
Un saludo
9
mailto:info@borjatube.com
http://www.borjatube.com
Sobre el autor
Borja Muñoz es day trader desde 2010. Se graduó en la Universidad Autónoma de
Madrid (UAM) y es máster en Dirección de Marketing por ESADE, donde colaboró
como profesor asociado. Trabajó en consultoría y en banca antes de volcarse en 2010 en
el trading intradía. Hoy compagina su operativa con la tutorización de traders con falta de
resultados. Ha ayudado a más de mil personas a progresar e iniciarse en el trading.
Ha publicado dos libros sobre especulación bursátil: Day trading en una semana
(8.ª ed., Gestión 2000, Barcelona, 2014) y Cambia de vida en 90 días (2.ª ed., Deusto,
Bilbao, 2016). Es colaborador habitual en medios de información económica como la
revista Inversión & Finanzas, el portal financiero Bolsamanía o Gestiona Radio.
10
Introducción
«Tenemos dos vidas. La segunda comienza cuando nos damos cuenta de que sólo
tenemos una.»
CONFUCIO
Me gano la vida especulando. También ayudo a otros a hacerlo. Así que tal vez te resulte
curioso saber que nací en una familia humilde del barrio de Orcasitas (Madrid), de
izquierdas, en la que el dinero era un tabú, y nunca supe el salario de mi abnegado padre.
Me decanté por las letras, las matemáticas siempre me las aprobaron en septiembre, fui
el único alumno del máster de ESADE en no superar finanzas, trabajé en banca minorista
y me echaron, y aun así, hoy muchas personas me piden consejos sobre el dinero, cómo
ganarlo o cómo no perderlo. Resultacurioso cuando menos.
Yonqui enganchado al pasado. El miedo siempre ganó la partida. Nadie está
pendiente de quien no tiene nada que hacer. Escondido entre frustraciones y miedos al
qué dirán. Preferí quedarme sin dinero antes que sin oportunidades. Dedicarme a aquello
que jamás llamaría trabajo, aquello de lo que nunca me jubilaría. Aprender a quererme
en el error. El trading no es lo que uno gana, sino lo que jamás está dispuesto a perder.
Familia, tiempo, amigos, lecturas, hobbies… En la carrera hacia el éxito te caerás, como
lo hemos hecho todos, pero cabeza alta, paso firme y ni una mirada atrás. Sólo tropieza
quien avanza. Te dirán que ellos lo intentaron, que no llegarás. Adviertes sus cadenas,
ellos ni atisban tu libertad. Mirarás hacia donde todo el mundo mira, pero verás lo que
pocos ven. Crezco haciéndome cada vez más pequeño, casi invisible. El resto, titanes de
la verdad, guiarán su vida bajo la batuta del sistema. Para ellos, the winter siempre is
coming. Ninguneados en la economía de la atención, perderán la cabeza, más tarde la
esperanza. Si buscas crecer, hay sitios donde mejor no estar, personas e instituciones a
las que ignorar. Pon barreras físicas. Olvida luchas fatuas. Esa rueda giratoria de logros
falsos y fracasos reales seguirá girando. No parará.
11
Sostienes mi tercer libro de trading en tus manos. Al escribirlo, pensé que poco
podría aportar o decir que no estuviera ya dicho o demostrado, pero en mi evolución
como trader voy explorando nuevas prácticas y herramientas, que ayudan a quien decide
abrirse paso en este mundo. Ya sabemos que el secreto del éxito en el day trading es
perder lo mínimo posible cuando no se acierta. También se ha demostrado que no
acertamos mucho. Para llegar a ser un ganador, hay que ser antes un maestro de uno
mismo. Evitar la tentación de tener que acertar siempre, sin importar si tienes o no razón,
pues el mercado nunca se equivoca. Lo que sí importa es cuánto ganas cuando llevas
razón y cuánto pierdes cuando estás equivocado.
No soy un gurú, escribo desde la legitimidad que me otorgan diez años de
experiencia en el fragor de una batalla diaria, muchas derrotas, momentos de duda, y
hoy, un modesto éxito que no me hace grande necesariamente. Grandeza es ayudar a los
demás a ser mejores. Éxito es saber cuánta gente vive mejor gracias a que tu existes.
Hace falta mucho ensayo/error para descubrir que puedes, que de verdad quieres salir del
sistema en el que vives, y brindar tu futuro a una actividad en la que el destino es
cometer errores y sobrevivir a ellos, sin pagas extra ni cestas de Navidad. Construir una
vida de la que no necesites escapar, en la que no tengas que pedir permiso para pasar
tiempo con las personas que amas.
Lee este pequeño libro detenidamente. He necesitado una década para aprender las
ideas que contiene. Accederás a un conocimiento que hoy me sirve para ganar dinero en
el mercado, todos los consejos y experiencias que aquí se detallan te ayudarán, pero
cuidado, no tomes ninguno de ellos como un mantra, esto no es un Santo Grial, lo que a
mí y a muchas personas nos permite ganar, quizá no se adapte a ti ni a tu situación
personal, tampoco a tu momento vital. La vida del trader debe estar en perfecto
equilibrio. Quizá sea un momento perfecto para leer este libro, pero sólo tú sabrás si es
momento de poner en práctica mis consejos. Evidentemente, siempre tendrás mi punto
de vista si lo necesitas.
El trading me ha liberado, pero ha sido un camino arduo. Lo bueno nunca es fácil y
lo fácil nunca es bueno. El trading parece sencillo sólo después, cuando miras atrás y ves
que todo cuadraba, que sufrir era un peaje necesario. Dediqué todas mis fuerzas al
trading no porque lo amase o porque fuese un apasionado de los mercados financieros.
12
No. Amo lo que la especulación otorga, amo la independencia y la libertad. Me cansé de
esperar a las cinco de la tarde de un viernes para tener una existencia mejor. Eso ya pasó.
He saboreado la autonomía y no estoy dispuesto a sacrificarla. Recuerda que a nadie le
interesa si eliges no ir a la fiesta, por eso aprovecha las oportunidades. El resto intentará
hacer lo mismo, disfrutar al máximo el guateque único e irrepetible que es la vida.
Spoiler: al final, te mueres.
Pese a ello, sólo unos pocos se esfuerzan por conseguir sus sueños y tener una vida
mejor. ¿Cuántas personas juegan al fútbol y cuántas lo ven por la televisión? El 99 por
ciento sólo ven el sueño de otros y lo viven como propio, pero son meros espectadores.
No tienen la disciplina ni el sacrificio de quien lucha por lo que quiere. El problema al que
te enfrentas en el day trading no es a tener miedo, pues todos lo tenemos, sino a tener el
miedo equivocado. Si te asusta más cometer un fallo que hacer trading, estás en un lío.
España es el país donde más personas nunca han intentado nada. Es un horror, un déficit
estructural, tenemos un sistema educativo al que el niño llega queriendo ser astronauta y
sale queriendo ser funcionario. No te irás al cementerio con un 0 por ciento de errores.
Nadie fracasa en el trading por no acertar con las claves que en este libro se detallan, es
porque no insistirán lo suficiente. La gloria en el day trading se fragua en el barro. No
hay maestro sin cornada. El mundo no es ni de los más ricos, ni de los más inteligentes.
El mundo es de aquel que pasa a la acción, de aquel que no se encoge ante el primer
«no», ante el primer stop, de quien se quiere lo suficiente como para poner el trading por
encima de su ego. El mundo es de quien se la juega. Vives esperando a que el entorno te
dé el «ok» pese a disponer de las capacidades. Da igual cuántas veces hayas descargado
el discurso de graduación de Steve Jobs en Stanford, porque lo ves y decides no hacer
nada. Siempre encuentras una excusa. Vives en un déficit de pasión, orgulloso de tener
los pies en la tierra, de ser realista. Las cosas importantes cuestan, son arriesgadas. Las
grandes metas como el day trading no se logran por oposición. Compromiso férreo, ir
paso a paso, pase lo que pase y pese a quien pese. No esperes a ese alguien que haga las
cosas por ti. Nadie te debe nada. Mírate en el espejo, ése es tu verdadero rival.
Crecemos con la idea de que el mundo nos debe algo, que somos especiales, y no es así.
Todo en la vida es una elección, si no las tomas nunca has elegido no elegir. Serás
pasajero en las elecciones de otros. Sin reproches, el viaje suele ser cómodo, aunque en
el vagón atiborrado de clase turista. Bon voyage!
13
Un day trader elige centrarse en lo que puede cambiar y controlar. Centra su
energía en mejorar. No sirve de nada soñar cómo debería ser el mundo, ni convencer a
nadie de su miopía. Perder energía en todo lo externo es la mejor manera de eludir lo
importante para uno. Es más cómodo luchar en peleas imposibles que centrarse en el
trabajo propio. Acepta tus responsabilidades. Deja de culpar al profesor, al compañero, al
jefe, al político, al vecino, a Sergio Ramos o a Piqué. No culpes a nadie de tus malas
decisiones. Mejora. No vas a gustar a todos, empieza por gustarte a ti mismo y atraerás a
las personas que te gustan. Este tipo de vida no es fácil, pero te hace más fuerte. No
puedes elegir de dónde vienes, pero sí hacia dónde vas.
El trader que quiero que seas conoce sus emociones. No las elimina, las acepta, las
entiende y las gestiona. Ejecuta implacablemente. No sobreanaliza en busca de la
perfección. No todo será perfecto, pero debes pasar a la acción, ejecutar, aprender, parar,
reajustar y ejecutar mejor. Eso te impulsa hacia los objetivos. Crecer implica caer.
Fracasar, dejar de levantarse. La práctica focalizada en pequeñas y constantes mejoras
permite dividir la meta en pequeñas cotas alcanzables. Así te haces rico, aunque puedes
probar a comprar lotería en Doña Manolita.
El trading es solitario y a veces descorazonador, aunque sinceramente no creo que
haya nadie incapaz de lograrlo. A unos les llevará más tiempo y a otros menos, pero no
es un imposible. A menudo pensamos que en el tradingsólo se puede perder dinero, y
nos olvidamos de aquello que aún no es, pero que podría llegar a ser: más independencia,
una idea, ese sueño, un viaje con tu pareja, y es que aquello que podría llegar a ser
también eres tú, te pertenece. Como dice mi amigo Anxo,1 lo contrario de vivir no es
morir, sino desperdiciar la vida, y la desaprovechamos cada vez que dejamos escapar un
sueño. Hay que empezar ya. Ayer dijiste hoy. No estarás preparado, pero es la única
manera de elevarse.
Más allá de tus talentos o dones, el gran reto de ganar dinero, tiempo e
independencia gracias al day trading cae en manos de quien osa mirar el mercado sin
complejos y con la amplitud adecuada. Estudiarse a sí mismo es el arte más difícil.
Pensamos que sin ambición, la decepción ante el fracaso será menor, pero no, la huella
de apostar siempre por lo seguro es amarga. Elige fracasar en tu sueño antes que acertar
en el de cualquier jefe.
14
Si llegados a este punto tienes dudas, perfecto porque no las hay. El trading no es
para ti. Te estoy ahorrando el recurso más escaso, tu tiempo. Si sólo quieres ganar
dinero, elegir el trading es un negocio delicado. Si tienes necesidad, será tu ruina. Tener
éxito en el trading es posible, pero no es algo que se compre y ya te pertenece, sólo se
puede alquilar y ese alquiler acaba cada día, hay que renovarlo continuamente. Por
contra, la recompensa es lo mejor que pueda pasarte, pero prefiero advertirte desde el
inicio. Necesitas trabajo, autocontrol y entrenar mucho. Nada de lo que hagas hoy podrá
cambiar tu pasado, pero todo lo que hagas desde hoy va a determinar tu futuro. ¡Vamos
a por ello!
15
¿Qué es el day trading?
«He preferido hablar de cosas imposibles, porque de lo posible se sabe demasiado.»
SILVIO RODRÍGUEZ
Para la importante pregunta inicial tengo dos respuestas, dos enfoques. El primero de
ellos es directo y más filosófico que académico. La segunda respuesta es aquella que
esperas de un libro que trata de explicar qué es la especulación intradía. Te ofrezco
ambas.
Vamos con la primera
El day trading no es un trabajo. Es un estilo de vida, una filosofía. Aprender a hacerlo es
una decisión que permite a muchas personas vivir el sueño de alcanzar mayor libertad en
términos de tiempo, dinero y de poder vivir allí donde deseen. Para muchos significa
pasar más tiempo en familia, o simplemente, no tener que rendir cuentas ante un jefe o
trabajar doce horas al día haciendo algo que odian y con personas que no han elegido.
El day trading es una actividad única, pues nos permite duplicar o triplicar los
ingresos con el mismo tiempo de trabajo. Desconozco otra profesión que ofrezca esta
posibilidad. El trading no sólo ofrece una actividad flexible, sino también un estilo de vida
flexible. Muchos traders disfrutan de esta libertad y versatilidad que les permite viajar por
el mundo sin dejar de desarrollar su operativa con la simple ayuda de un ordenador y una
conexión a internet, sin depender de alguien más para tener ingresos, sin estar
preocupados por los resultados de una empresa o el pago de unas facturas. Ahora bien,
para aprender a hacer trading vas a necesitar tiempo, disciplina y paciencia, aunque estoy
convencido de que esta actividad puede ser la respuesta a muchas de tus preguntas, esas
que ya te has hecho o las que todavía no has atrevido a hacerte.
16
Avancemos con la segunda
Llamamos day trading a la acción de comprar o vender un valor en un mercado
financiero con la intención de obtener un beneficio especulativo en el propio día. La
persona que realiza esta acción, comúnmente llamada day trader, abre una operación que
consiste en comprar con la intención de poder venderlo más caro o bien vender algo con
el deseo de poder comprarlo más tarde más barato. Podemos desarrollar nuestra
actividad bajo distintos activos financieros, como las acciones, los futuros referenciados a
índices bursátiles, las materias primas y también con divisas. Cuando lo hacemos con
estas últimas, lo hacemos en el mercado Forex.
Como puedes ver, el day trading es un sistema de inversión como otro cualquiera:
un trader espera obtener beneficios con el alza o la baja de la cotización de un activo
según el análisis previo de cuál será su comportamiento futuro. La diferencia con otros
sistemas de inversión es que en el caso del day trading, la persona abre y cierra las
operaciones dentro del mismo día, por tanto resulta una forma de invertir a muy corto
plazo, ya que no se dejan posiciones abiertas de un día para otro. Muchos traders
mantenemos las posiciones abiertas apenas unos pocos minutos o segundos, lo que a su
vez se denomina scalping.2
Esta primera pregunta, cada vez más de actualidad, era apenas un espejismo hace
unos años cuando casi existía en España conocimiento sobre la inversión especulativa. El
reciente interés por el trading viene impulsado por el desarrollo de nuevas tecnologías
basadas en internet y los servicios de «brokeraje», que son quienes proporcionan el
acceso al mercado y a su plataforma de operativa, gracias a la cual podemos desarrollar
esta actividad. Cualquier persona que disponga de unos ahorros, un ordenador y una
conexión a internet puede realizar trading intradía. Sin embargo, esta facilidad de acceso
no implica que el day trading sea una actividad sencilla. Conseguir regularidad en
nuestros resultados de una forma sostenida en el tiempo no será fácil. Para lograrlo
necesitaremos esfuerzo, dedicación, disciplina férrea y no desviarnos de nuestro plan de
trading.
17
¿Es un juego el day trading?
El juego es una actividad inherente al ser humano. Todos hemos aprendido a
relacionarnos en nuestro ámbito familiar, social y cultural a través del juego, y esto ha
sido así a lo largo de la historia a pesar de las dificultades para jugar en algunas épocas,
como en las primeras sociedades industriales o en la actualidad, donde pese al poder y los
beneficios reconocidos del juego, en algún momento entre la niñez y la edad adulta
dejamos de hacerlo.
Allá por 1938, el filósofo e historiador neerlandés Johan Huizinga, posiblemente
uno de los pensadores que más exploró el mundo del juego, exponía su visión al respecto
de esta manera concluyente: «El juego es una acción u ocupación libre (nadie nos obliga
a jugar) que se desarrolla dentro de unos límites temporales y espaciales determinados,
según reglas absolutamente obligatorias, aunque libremente aceptadas, acción que tiene
fin en sí misma y va acompañada de un sentimiento de tensión y alegría».3 Huizinga
advierte que jugar nos acerca a la competencia, y ésta a la creación del deporte, por lo
que el juego es, en sí, un deporte.
Por lo tanto, según estos pensadores más listos que yo, si entendemos que el
deporte es un conjunto de situaciones motrices e intelectuales que busca la competición
con los demás o consigo mismo, que precisa unas reglas concretas y en que está
institucionalizado, podría afirmar que el day trading se acerca más a un deporte que a un
juego, y que nosotros, como day traders, no somos «niños» sino atletas. Con esta simple
afirmación, no sólo tendré en contra a toda la industria del trading, sino que ahora
también a la del deporte.
Con esta breve reflexión no pretendo huir de la pregunta que con frecuencia se me
formula, y en contra de la opinión generalizada acerca de que el trading es algo muy
serio, que lo es, y que resulta inaceptable decir que es un juego, voy a argumentar en
contra de ello. Mi punto de vista, tan personal como incomprendido, y posiblemente
18
erróneo, es que el trading sí es un juego, como todo en la vida. Pensamos en la palabra
juego como algo exclusivamente recreativo o lúdico, pero nunca como la capacidad de
desarrollar una habilidad en una situación y escenario determinados. ¿Acaso no se juega
en los quirófanos o en los aeropuertos, por ejemplo?, ¿pensamos que un cirujano o un
piloto no están «jugando»?, es decir, desarrollando su pericia y excelencia en su campo
de juego respectivamente. En mi opinión, sí. Otra cuestión es el resultado de dicho juego.En el trading sólo ponemos en juego dinero y ego, un cirujano o un piloto pone en riesgo
algo más, pero por ello no deja de ser un juego, una habilidad en la que con el paso del
tiempo y la práctica uno mejora, como sucede en los mercados.
En el day trading existen normas, hay que saber qué hacer y sobre todo qué no
hacer, contamos con un arbitro que supervisa que todo funcione correctamente, y
algunos ganan y muchísimos pierden. Ahora bien, ¿qué diferencias encontramos respecto
a otro juego? Para mí, muy pocas; para «jugar» bien uno necesita aprender
perfectamente las normas del juego, conocer al adversario contra el que jugamos
(básicamente uno mismo, pero también el mercado) y tener una estrategia preparada para
ganar o no perder. Entonces, ¿por qué las personas se ruborizan cuando explicas que el
trading es un juego?, ¿quieren estos indignados dar una mayor envergadura a una
actividad tan simple (simple ≠ sencillo)?, ¿temen que una afirmación así pueda incentivar
el aura de «casino» que acecha a esta actividad?
Como en todo juego, en el day trading nos topamos con jugadores profesionales,
jugadores buenos y una inmensidad de jugadores noveles o con una absoluta falta de
realidad. Todos pueden ganar o perder. Evidentemente los hay con más posibilidades y
con menos. ¿Podría jugar contra Rafael Nadal un partido a tres sets? Mis rodillas dirían
que sí, ¿tendría alguna posibilidad de ganar? Pues salvo que cayese lesionado de
gravedad el mallorquín en pleno juego, se entiende que no. ¿Podría alguien sin formación
hacer trading? Evidentemente sí, pero ¿ganaría dinero de forma regular? Por fortuna le
va a resultar imposible, y aclaro lo de «por fortuna» en la siguiente respuesta.
Quizá me tachen de una persona peligrosa para establishment del trading, pero
procuro pensar sin el corsé de lo establecido y sin los tabúes convencionales, esos que
llevan a miles de personas a naufragar en la batalla contra la independencia y riqueza
19
gracias al trading. Quizá por eso mis resultados y los de las personas que mentorizo
distan tanto de la media, pese a pensar que el trading es un juego, más bien un deporte.
Por último, incidiendo en la idea del trading como juego, quiero compartir las
recomendaciones que enumera FEJAR4 (Federación Española de Jugadores de Azar
Rehabilitados) sobre el juego. No podemos permitir que una actividad, en este caso el
trading, se convierta en un problema. Hay que hacerlo con responsabilidad, por ello:
1. Ponte límites y mantén la calma.
2. Decide cuánto te puedes gastar antes de empezar a jugar.
3. Si no ganas, jugar más no te hará recuperar las pérdidas.
4. Mira el reloj cuando juegues… no te pases.
5. El juego no sirve para hacer olvidar otros problemas.
6. Perder es parte del juego.
7. Juega cuando te sientas contento y sin problemas.
20
¿Por qué hacer trading si el 90 por ciento de las personas pierden dinero?
«Es tu vida. Nadie sabe cuánto va a durar, pero sabes que no va a acabar bien.
Tienes que moverte hacia adelante… tan pronto como descubras lo que eso
significa.»
DON DRAPER. Mad Men
Lamentablemente no tenemos datos contrastados que avalen esta afirmación que casi
todo el mundo da por válida. Desde luego, si tengo en cuenta los resultados de tantos
alumnos no hablaría del 90 por ciento sino de muchos menos. En cualquier caso, perder
dinero haciendo day trading es algo bastante común. Toda persona que se haya acercado
al mundo de la especulación ha sufrido alguna pérdida o las sufrirá en un futuro. Es
inevitable, forma parte del «negocio» y cuando estás asentado en él, necesitas que siga
siendo así, pues el dinero de ese 90 por ciento no se va al limbo, llega a las manos de las
personas que «jugaron» bien.
Estoy convencido de que el 90 por ciento de las personas que se inician en un
negocio, cualquiera que sea, pierden dinero o quiebran en el primer año (evidentemente
tampoco he podido contrastar las múltiples fuentes, por lo que es sólo una conjetura).
Incluso me atrevería a decir que, hoy por hoy, resulta más sencillo que una de las
entidades financieras que acaban recientemente de introducirse en la industria del trading
retail otorgue un préstamo para realizar operaciones a través de su plataforma, a que
conceda un crédito para montar un negocio. Eso sí, siempre oiremos decir que el negocio
del trading es un casino, pero a nadie le escucharemos afirmar que montar un
restaurante, una peluquería o una startup tecnológica es una práctica propia de incautos.
Recordad que muchas de las cosas que nos parecen anormales son falta de costumbre o
simplemente una novedad. En los países anglosajones, dedicarse al day trading y a la
especulación es algo totalmente habitual y es parte de la cultura. Nosotros vamos
recortando distancia pero aún estamos lejos.
21
Lo difícil en el trading no es ganar. Ganar en el trading es fácil, lo hace cualquiera,
lo difícil es seguir ganando con regularidad a lo largo del tiempo. Cualquiera gana una
semana, un mes o un trimestre, lo difícil es ganar dinero trimestre tras trimestre durante
años, ahí es donde el 90 por ciento de los traders fallan. Pero ante este horizonte nada
halagüeño, se debe vislumbrar la gran oportunidad subyacente. Si hay un 90 por ciento
de personas que hacen trading y pierden, ¿qué hace distinto ese 10 por ciento de
personas que ganan con regularidad?, ¿cómo son sus vidas?, ¿cómo trabajan
emocionalmente?, ¿qué sistemas utilizan?, ¿cómo se formaron?, ¿que atributos o
cualidades innatas tienen?, ¿con qué brókeres trabajan?
Los mejores traders con los que me he encontrado son aquellos que han conocido
el sufrimiento, la lucha y la pérdida, y que pese a ello han hallado su camino después de
tocar fondo. Es decir, todos arrancamos en el grupo del 90 por ciento de los perdedores,
sin embargo, unos pocos poseen una comprensión y una sensibilidad de mercado que los
hace únicos. El trader ganador no existe por casualidad, es un superviviente, ha debido
superar estos baches que le impulsan más tarde a mayores cotas. Aprendes el método en
noventa días, pero te conoces como trader al cabo de años. El trading es un viaje hacia
tu yo más íntimo. Los que lo aceptan, avanzan; los que no lo entienden, siguen buscando
respuestas a una mala pregunta.
Un apunte más a esta respuesta: si quieres formar parte de ese 10 por ciento, es
imperativo que dejes de quejarte y de culpar a los demás, que empieces a asumir la
responsabilidad de tus actos. Cuando se trata de dinero, más si cabe de especulación,
demasiados actúan sin pensar y después, cuando ya es demasiado tarde, buscan culpar a
alguien externo. El trader ganador (que no tiene por qué ganar siempre, sino que sabe
cuándo ganar y cuándo no perder demasiado) es el que acepta arriesgar su dinero,
pertenecer a ese 90 por ciento para más tarde ganar y sobresalir. Durante el período en
negativo o de formación, asume la plena responsabilidad de sus actos. El resto de
personas, podemos aportar ideas, guiar por el camino incluso de manera dedicada y
personal, pero no podremos nunca entrar en tu cabeza y hacer bien las cosas por ti.
Los que saben ganar con regularidad han aprendido cuáles son los errores más
comunes que comete ese 90 por ciento y se centran en limitar y minimizar sus
consecuencias. Los que saben ganar han aprendido que el compromiso diario, la
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disciplina, la humildad para aceptar los errores y la obligatoriedad de hacer las cosas bien
día tras día son los verdaderos ingredientes para la receta ganadora. Los que ganamos en
esta actividad, en su día buscamos y encontramos al mentor correcto, supimos aprender
la técnica, pero a la vez tuvimos la humildad de entrenarnos para ser mejor mental y
técnicamente, pues el proceso se renueva a diario. Rafa Nadal, ejemplo para todos, sigue
mejorando su técnica, su táctica y su preparación física, y estoy convencido de que
seguirá haciéndolo hasta el ultimo día de su carrera deportiva.
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¿Cuál es el mejor momento para empezar?
¿Tienes el compromiso para embarcarte en la batalla por sobrevivir en los mercados
haciendoday trading?, ¿tienes el capital necesario para formarte y realizar trading como
he descrito anteriormente?, ¿cuentas con el apoyo de una persona de confianza?, ¿has
encontrado el formador o mentor que supervise tu desarrollo?
Si la respuesta a estas preguntas es un «sí», ¡a qué esperas! En diez años vas a
querer tener la edad que tienes hoy para hacer lo que no estás haciendo por el miedo al
qué dirán. Aprende a vivir tu vida e ignora lo que digan los demás. Que el miedo no gane
el partido, al menos no con gol en propia meta. Aquí no está Sergio Ramos para salvarte.
Deshazte de esos prejuicios y aventúrate. Me he pasado media vida asustado, con miedo
a lo que pudiera pasar. Hoy he comprendido que el miedo es el enemigo. ¿Qué puedes
perder que no lo estés perdiendo ya? Se nos va la vida tomando decisiones. No voy a ir a
buscarte, aunque agradezco que tengas mi libro entre tus manos. Nadie te sacará del
letargo. La espera sólo te hace más viejo, menos ágil. Si no avanzas, retrocedes. No
habrá tiempos mejores, la IA lo pondrá más difícil, somos la última generación más lista
que sus máquinas.5 El mejor momento para empezar fue ayer. El segundo mejor es hoy,
en concreto, ahora. No nos sobran días. Soy un aguafiestas. Aprovecha tu oportunidad,
la guapa sólo se gira en la películas, la prudencia te deja virgen hasta los cuarenta,
espabila y coge el tren, deseas montarte y nadie te lo impide. Si no sabes a dónde ir,
empieza al menos por alejarte de donde no quieres estar.
Haz trading, pues nadie en su sano juicio lo hace. La certidumbre ha muerto, el
caos es el nuevo estado natural de las cosas. La experiencia ya no es un grado, es sólo
útil si se comparte. Siempre es día uno. ¿Lo haré mejor por llevarte una década de
ventaja? No, quizá pueda perder más. Sin garantías ni remordimientos. Falsos dogmas de
quien te quiere quieto, no vaya a ser que no contrates el fondo. Hazlo, métete en el
jardín, de ahí ni gobierno ni reforma laboral te van a sacar. Sólo sales si tu quieres.
Ayúdate y encuentra la sensación de sentirte libre, olvidada desde párvulos. Eres dueño
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de tu empresa, freelance en Wall Street o en la Plaza de la Lealtad. Aquí no te enchufa el
suegro. Haz trading, sólo encontrarás verdades, esas que duelen, despiadadas cuando
fracasas, ufanas cuando no pierdes. Cuando pruebes la libertad, no soportarás otra vida
que no sea la de trader.
No te busques la vida, ya tienes una. Actualízala, no te quedes como estás y, sobre
todo, sigue moviéndote, porque sólo fracasa quien se para. Suena chungo, pero hay
esperanza, otros también sostienen este libro entre sus manos, no quieren venderse
barato, desaprenden para no hipotecar su vida, también su ego, en cómodos plazos.
Compran la libertad del trading. Quizás estos 12,95 euros hayan servido para algo. El
ingrediente más importante es levantarse y hacer algo. Es así de simple. Muchas
personas tienen ideas, pero sólo algunas deciden hoy hacer algo al respecto. No mañana,
no la semana que viene, sino ahora. Quien no tiene visión ni ambición cree que lo normal
es vivir de una nómina. El trader actúa en lugar de soñar. Si quieres algo que nunca has
tenido, tendrás que hacer algo que todavía no has hecho. Hacer trading es asumir que la
realidad nos condiciona, nos limita, pero también nos invita a dar lo mejor de nosotros
mismos. Ser trader es ambicionar un futuro mejor.
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¿Por qué ganan tus alumnos?
Porque la mayoría sabe perder. Los traders a los que mentorizo desafían el famoso
porcentaje que dice que el 90 por ciento de los traders acaban perdiéndolo todo. Ganan
porque transformo la idea que tienen sobre el trading, les explico que será un proceso
largo y difícil pero nunca imposible. Ven también a diario cómo opero y cuál es la lectura
en cada situación del mercado. Ganan porque el seguimiento es personalizado y adaptado
a los bagajes, objetivos y peculiaridades de cada uno de ellos. Ganan porque se utiliza la
tecnología para enviar conocimiento: vídeos de análisis del mercado casi en tiempo real,
grupo de Telegram donde compartir respuestas y donde solucionar dudas y preguntas.
Playlists en Youtube con decenas y decenas de vídeos que se actualizan cada semana,
con distintos aspectos. Ganan porque entienden el trabajo que es necesario, se
responsabilizan de sus actos y no buscan ni culpables ni santos griales. No descargan
sobre uno la responsabilidad de sus resultados, confían en mí porque puedo ser el mejor
mentor, el entrenador que les ayuda a mejorar. Ganan porque aprecian las aportaciones y
los consejos, porque los conozco, conozco sus vidas, metas y objetivos, porque no hay
una receta idéntica para todos, porque entienden el proceso mental en la toma de
decisiones y porque asimilan la teoría a base de práctica dirigida.
No me puedo quejar por no haber podido ganar el maratón de Madrid cuando ni
siquiera estoy entrenando para una carrera de 10 kilómetros, ¿por qué debería pensar en
poder ganarlo?, ¿por qué me lo merezco?, ¿porque si quiero puedo? Si piensas que vas a
ganar en el trading sin darlo todo en tu formación y entreno, entonces deberías haber
comprado el libro de Mr. Wonderful. Todo en la vida es una directa consecuencia de las
decisiones que tomas. Punto. Mis alumnos ganan porque entienden lo que hay que hacer
y están dispuestos a mejorar y entrenar lo que haga falta. Cada día tienen a alguien que
se lo recuerda y que los lleva otra vez al camino correcto si noto que se están alejando.
Ganan porque han entendido que cada día es día uno. Han entendido que ni el mercado,
ni ellos como traders están siempre en sintonía o en la mejor relación eficiencia/eficacia.
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Entienden que no pueden decir alegremente «Soy trader», pues saben que a lo máximo
que aspiramos es a decir «Hoy he sido capaz de ser un trader rentable, porque el
movimiento del precio, más mi conocimiento y control emocional me lo han permitido»,
y saben que mañana vuelven a empezar de cero. Ganan porque no vendo fáciles
ilusiones, pero sí la posibilidad de alcanzar objetivos inimaginables gracias a la ayuda de
personas que ya han experimentado el viaje. De hecho, puntualmente organizo puntos de
encuentro porque sé que ver a alumnos más veteranos que están ganando puede ayudar
a otros traders, porque saben que ellos también tuvieron que pasar por el arduo proceso
hasta ser rentables mes a mes. Reuniones de traders contentos y que no tienen necesidad
de buscar un indicador de moda, porque sus resultados hablan por ellos. Eso me hace
muy feliz, casi tanto como ganar con mi trading.
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¿Sirvo para el day trading?
Pues por defecto no, lamentablemente nadie sirve o está capacitado por sí mismo para
ser un buen day trader. Las características propicias para serlo son antinaturales y no
suelen entrenarse, más bien se mitigan y debilitan a lo largo del desarrollo como adulto.
El trading es la lucha contra uno mismo, contra las emociones más primarias del ser
humano, y eso no es práctica habitual. En el deporte del trading hay que desarrollar
capacidades y cualidades que confrontan con los valores que nos han inculcado. Un
trader es un outsider y no todo el mundo está preparado para navegar a contracorriente.
Desde el colegio nos infunden unos valores que después son difíciles de eliminar
cuando hacemos trading. Un ejemplo: no rendirse nunca. Quien decide rendirse ante una
probable derrota es visto como débil. Pero en el day trading asumir un stop loss es
aceptar que la operación va a salir mal, es aceptar esa «derrota». Muchos, incapaces de
olvidar esa pérdida y de pasar a la siguiente operación, se agarran a la esperanza y
amplían, empeoran y terminan por perder demasiado. Nunca entrenamos pensando en
probabilidades y actuando conforme a ellas. Nos dicen desde pequeños que si nos
comprometemos, estudiamos y hacemos las tareas, todo acabará con una buena nota.
Jamás oíste un «Si lo haces todo bien, en un 70 por ciento de las ocasiones puede que
acabes aprobando». Por contra, en demasiadas circunstancias nos transmitieron la
cultura de la queja y de la búsqueda deun culpable que no fuésemos nosotros, ese «silla
tonta, silla mala» que desde la infancia oímos cuando chocamos con la butaca.
En el trading todo depende de uno mismo. Desarrollar esa autoestima, volverse
más maduro y responsable, fomentar la confianza y la humildad necesarias para ser un
buen trader depende en exclusiva de ti. Puedes tener la suerte de encontrar a personas
que te guíen y que te transmitan las mejores técnicas, pero no encontrarás nunca a
alguien que cambie tu carácter. Eso debes hacerlo solo. Si el trading fuese únicamente
conocimiento o habilidad técnica, ya habría gente de sobra en Stanford o Yale ganando.
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No todos valdrán para el trading. Si fueras uno de los que no lo logran, lo mejor
que puede pasar es que te percates lo antes posible y consigas ahorrar dinero y también
dolor en el proceso. Este pequeño libro, con todas sus respuestas, nace con la idea de
ayudarte a tomar tu elección, en un sentido o en el otro. Nada de victimismo o de euforia
mal entendida. Somos dueños de nuestros actos y el camino que se dibuja para el trader
no es balsámico. Las personas desean que les digan lo que tienen que hacer, por lo que
escucharán a cualquiera, yo no pienso animar a nadie, tampoco disuadirlo. He visto a
amas de casa jubiladas ganar, cuyo «único» talento es que jamás se dieron por vencidas,
también a brillantes empresarios y hombres de negocios caer sin paliativos en el trading.
Conclusión, la pregunta inicial es retórica, pues quien la formula sabe a ciencia cierta que
lo está, lo único es que decide pronunciarla de forma interrogativa. Tiene la solución y a
su vez el escollo. Recuerda que mucha gente no progresa en la vida, no porque apunten
alto y fallen, sino porque lo hacen bajo y aciertan.
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La economía global es un desastre. ¿Afectará eso a mi trading?
Por supuesto que afectará, y en positivo respecto al trading. Es cierto, la economía global
está en una fase de cambio y de gran revolución. Lleva así la nimiedad de ciento
cuarenta años.
El alimento del trader es la volatilidad, la inestabilidad y la incertidumbre. Eso de lo
que todo el mundo, desde la más tierna infancia, ha querido protegerte. El trader lo
busca, lo ansía, el trading es antifrágil, término acuñado por Taleb que hace referencia a
la cosas que mejoran con la agitación, con el caos o la incertidumbre. No quiere decir
que simplemente resista o sobreviva, sino que lo mejora. Poco hay antifrágil en este
mundo, y quizá el trading sea una de esas excepciones. Para ello, tendrás que aprender
las cosas que hay que hacer, y sobre todo, las que evitar.
La economía esta como está, pero tranquilo que seguirá estando. Lo importante es
aumentar la capacidad de adaptarse a los distintos escenarios, pese a que cada vez el
sistema lo ponga más difícil. Los gobiernos cada vez ejercen más violencia contra
nosotros, que aceptamos soportar una presión fiscal cada día más elevada a cambio de
unos servicios cuya calidad se percibe en continuo deterioro. De hecho, en su momento,
los hombres libres luchaban por reducir a su mínima expresión el poder del Estado, hoy
batallan por agrandar su tamaño para que así les proteja. Ante este panorama, el trading
es un abismo, una alternativa kafkiana, en gran medida porque somos animales de
costumbres y tendemos a caer en el error de pensar que las cosas sólo pueden funcionar
del mismo modo en que han venido funcionando hasta la fecha. ¿Imagináis enseñar
trading en las escuelas? Oponerse a los cambios es una forma de apuntalar el
estancamiento en la mediocridad. El miedo es una pulsión básica para el control de las
personas por parte de los Estados, por eso el trading es peligroso, un macabro casino
donde todo el mundo pierde dinero. Tú no lo hagas ¿eh?, no vaya a ser… Ellos quieren
proteger la libertad, en concreto la suya. Por eso, querido lector, eres una persona rara,
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fuera de la media, una persona que no quiere doblegarse a la tiranía del statu quo. ¿Quién
en su sano juicio haría trading hoy en día? Pues tú, y bien que haces, haya o no una
economía desastrosa.
La parte que peor está de la economía es la parte pública, no la privada. Lo público
espera que la parte privada y sus ciudadanos generen riqueza, para después secuestrar un
gran trozo del pastel y gastarlo en todas las promesas inútiles que nos venden, se apuntan
la medalla, publicitan lo indispensables que son y nos alertan de que sin ellos todo sería
peor, que no hay alternativa, que son lentejas. Lo prometido es deuda. Ellos prometen y
nosotros pagamos la deuda. En este entorno que está cambiando a gran velocidad, las
oportunidades están ahí para aquellos capaces de entenderlas y sobre todo de atreverse.
En el trading se gana dinero, pero ante todo independencia, y todo ello bajo un entorno
de alta volatilidad. Sí, se puede.
En general, si lo miramos con perspectiva, y pese a los Estados, estamos mejor que
nunca, la pobreza está en mínimos históricos y tenemos la posibilidad de expresar nuestra
creatividad y talento más que ninguna otra generación en la historia. Aún así, ¿cuál será
tu avance?, ¿un bonito Facebook?, ¿unos like en Instagram? Aprovecha mejor el
momento y no hagas caso a lo que quieren venderte y de lo que ansían protegerte. Quizá
ahí resida la clave.
Te voy a describir un ejemplo personal de cómo aproveché las circunstancias que
describo: antes de las elecciones en Estados Unidos, todos apuntaban hacia una victoria
de Hillary Clinton. La victoria de Donald Trump auguraba una tragedia, una caída en
picado de las bolsas. Ante este panorama, decidí analizar la situación y tomé una decisión
arriesgada: si gana Hillary, los mercados abrirán al alza porque casi siempre lo hacen con
estas noticias esperadas, pero la subida será leve porque todo permanecerá en la
normalidad, y si finalmente pasa, asumiré las consecuencias de mi error. Pero si gana
Trump, todo va a caer y la reacción será mucho más violenta. Me posiciónaré por tanto
en corto. Ése fue mi análisis y me jugué el dinero en ello, Skin in the game, como dice
Nassim Taleb. ¿Resultado? Gané 400 puntos del DAX en una sola operación. Pequeño
apunte sobre esta historia: ahora mismo, mientras escribo el Dow Jones está en su
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máximo histórico; una vez más, los expertos que no han arriesgado su dinero respecto a
lo que analizan han fracasado en sus predicciones. Seguro que en la próxima lo harán
mejor, sin poner en riesgo ni un euro de su bolsillo, ¡faltaría más!
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He oído que el trading está amañado. ¿Es cierto?
La frase que siempre hemos escuchado, «El 90 por ciento de las personas pierden dinero
en el trading», siempre se pensó que era exagerada, pero pasan los años y me doy cuenta
de que es una proporción correcta. Evidentemente, dentro de ese elevado porcentaje se
incluye a todo tipo de personas, incluidas las que avanzan sin la menor preparación, o
que pretenden ser traders con cuentas de 50 euros en brókeres de plataforma móvil.
Nunca fui capaz de explicar el porqué. Hay cientos de libros, una cantidad infinita
de recursos. Todo está al alcance de todos. Pero la gente escucha, lee y no aplica nada.
¿Por qué? Hoy creo tener la experiencia y la confianza para responder: el trading se
inventa para quitarle el dinero a la gente. Mercados, índices, contratos, brókeres… todo
nace y se expande con una sola idea: «Visto que ya nos conocemos y que resulta difícil
quitarnos el dinero entre profesionales, ¿por qué no nos dedicamos a quitar el dinero a
los no profesionales e incautos que creen saber más que nosotros?».
De repente, el trading se generaliza y se difunden las leyendas, creadas por
supuesto para alimentar la imagen de que el trading es fácil, rápido e indoloro. El trading
se crea bajo unas leyes psicológicas definidas, y la mente humana actúa justo al contrario
de lo que se necesita, como han demostrado numerosos experimentos psicológicos
(recomiendo leer el último libro de Michael Lewis: Deshaciendo errores, Debate,
Barcelona, 2017). La mente sucumbe ante la ganancia segura (corta ganancias) y elige
arriesgar en las pérdidas(deja correr la pérdida con la esperanza de que vuelva a ser una
ganancia).
El juego está amañado por la naturaleza del ser humano. Cuando la naturaleza
humana gestiona incertidumbre y riesgo es una máquina de imprimir dinero a disposición
del mercado. Los que se dedican al trading sin formación y sin entrenar la mente son las
pilas humanas del Matrix financiero, aportan la energía (dinero) para los más fuertes.
Como seres humanos, asumimos riesgos en las pérdidas y no los aceptamos en las
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ganancias, y lo mejor, sin ser conscientes de ello. ¿Y si los famosos «días de locura»
fueran en realidad justo como se espera que actuemos?, ¿y si es lo natural, lo esperado?,
¿y si el juego hubiera sido creado sabiendo cómo reaccionarían casi todos?, ¿quieres
seguir siendo el peón?
Los días de locura en realidad son días de cordura, actuamos como hemos sido
programados. El verdadero problema es que esa manera de actuar es totalmente contraria
a lo necesario en el trading. El casino acaba ganando siempre. ¿Cómo se hace para pasar
al lado ganador? Se debe entender el trading como un juego de probabilidades, y no
como un juego de «tengo la razón», asumir riesgos cuando es más probable que salgan a
nuestro favor y aprender a eludirlos cuando es más peligroso, más improbable.
El ganador sabe perder y el perdedor no sabe por qué gana, y en consecuencia, no
para de perder. El ganador ha aprendido y entrenado un método con esperanza
matemática positiva. No se implica emocionalmente, ejecuta lo correcto y en los días de
pérdida sabe limitar el daño. El perdedor opera por corazonadas y por instinto, ese
mismo que funciona bien en el mundo real pero mal en los mercados, no soporta ganar
sin saber por qué está ganando, y se ampara en la esperanza cuando pierde, hasta que el
mensaje del bróker le advierte de que no tiene saldo suficiente para seguir operando.
Un instante antes de que el mercado decida dar una vela a favor o en contra, es
exactamente lo mismo. Nadie sabe nada. Operamos la probabilidad de que suceda más
una cosa que la otra. Para operar probabilidades, hay que aprender y entrenar la
capacidad de reconocerlas y de aprovecharlas. El ganador en el trading es el que no deja
de hacer lo correcto porque un día salga mal, porque el día que sale bien se quedaría sin
ganancias. Nadie sabe el día en que todo va a salir bien, pero dado que es un juego de
probabilidades, necesitamos estar presentes y tomar todas las posiciones que parezcan
ser las mejores.
El perdedor opera todo, a todas horas y de maneras diferentes, sin rumbo ni
método, con absoluta desidia emocional. La emoción delante de la pantalla es la reacción
de la mente ante nuestras expectativas. Si empezamos en el trading con sueños de
riqueza y lujo, y nos topamos ante una posición en contra, las peores emociones saldrán
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y se enfrentarán al miedo de haber parecido ridículos, a la frustración de no ver nuestros
sueños hechos realidad, lo que probablemente transformará una posición negativa en una
tragedia.
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Pero especular es malo, ¿cómo puedes hacerlo?
Es evidente que esta pregunta tan frecuente parte de un sesgo peyorativo tan injusto
como arraigado. No es el único, pues cuando se habla de «ambición», término que
atribuyen frecuentemente a los traders, también es vilipendiado. Como se explicó en la
pregunta anterior, en otras culturas más acostumbradas a los mercados, la especulación
es parte de los valores «normales».
Especular nos ha permitido progresar como humanidad y alcanzar nuestro actual
nivel de vida. Hoy toda la humanidad es más próspera. El proceso de especulación y
creación de riqueza es el que ha hecho posible que tengamos acceso a bienes, servicios y
tecnologías que ni siquiera un rey podía soñar cien años atrás. Estos avances no han
crecido de la nada, sino que son fruto de la inversión y del riesgo asumido por los
especuladores con el propósito de obtener un beneficio. Y toda inversión y creación de
riqueza supone especular.
La creencia general dicta que los especuladores ganamos dinero haciendo que otros
lo pierdan, pero no es cierto. También se confunde especular con manipular los precios
arbitrariamente, y eso son cosas muy diferentes. Especular no es malo, manipular los
precios sí lo es; lo primero es legal y lo segundo ilegal. Nos culpan de las burbujas y un
especulador no las crea, puede que acelere el proceso, pero no lo cambia o lo detiene.
Invertir, pero también especular, es práctico y ético. Ganar dinero es algo innegablemente
justo y globalmente beneficioso. La especulación no debería demonizarse, más bien
debería promocionarse. Toda inversión, del tipo que sea, es una forma legítima de crear
riqueza. Invertir significa participar con tu dinero en un negocio con la esperanza de
ganar un beneficio. Al hacerlo, generamos riqueza que evidentemente nos beneficia, pero
que también hace prosperar a nuestro entorno. ¿Acaso eso no es ético?
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Respecto a sobre cuáles son las funciones fundamentales que desarrolla el
especulador profesional, me parece oportuno que este libro sirva de tribuna a uno de los
artículos que mejor han descrito el papel de la especulación y de los especuladores. El
doctor en Economía y director del Instituto Juan de Mariana, Juan Ramón Rallo,6
publicó en 2011, este manifiesto7 en el portal web libremercado. com con el clarividente
título «Viva la especulación». Te invito a disfrutar del texto y recomiendo seguir la obra
del profesor Rallo.
La especulación se asocia tradicionalmente con subidas de precios y con
desabastecimientos. Al parecer, los especuladores sólo entran en escena para
acaparar las disponibilidades de algún bien, limitar su oferta, encarecer su
precio y lucrarse con el padecimiento ajeno. Difícil, pues, congraciarse con un
oficio que, según relato popular, tiene por cometido hacer sufrir a las masas
para concentrar la riqueza en cada vez menores manos.
La realidad, como suele acontecer, es bastante distinta a la que narran los
prejuicios liberticidas. Primero por el hecho nada desdeñable de que, en cierto
modo, todos y cada uno de los seres humanos, desde el más ilustre de los
indignados al más despreciable de los Rockefeller, seamos especuladores:
especular viene del latín speculare, es decir, observar con detenimiento algo.
Todos, en nuestro mundano día a día, cuando decidimos comprar un kilo de
manzanas, adquirir un vehículo, invertir en un paquete accionarial o prestarle
dinero a algún gobierno manirroto, y también cuando decidimos no hacerlo,
estamos tomando decisiones de manera especulativa y contribuimos a la
determinación de los precios de mercado. Al hacerlo, todos vislumbramos con
mayor o menor claridad un escenario futuro en función del cual tomamos
nuestras decisiones (las manzanas no me ocasionarán dolor de estómago y no
podré encontrarlas más baratas en otro sitio cercano; el vehículo no se
estropeará a corto plazo ni aparecerá en el futuro cercano otro modelo mucho
mejor y a un precio más asequible; las acciones se revalorizarán o no caerán
sensiblemente; y el gobierno manirroto honrará sus compromisos y no
impagará sus deudas) y, por consiguiente, especulamos.
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Sin embargo, no pretendo convalidar la actividad especuladora
simplemente jugando con las palabras. Analicemos más en detalle a qué se
dedican los especuladores profesionales, aquellos que por su visibilidad y
especialización reciben toda la inquina social. ¿Cuáles son las funciones
fundamentales que desarrolla el especulador profesional? Básicamente las
reduciría a dos, que tienen el idéntico propósito de coordinar a los agentes
económicos. Por un lado, los especuladores redistribuyen los bienes o activos
interespacial e intertemporalmente. Por otro, facilitan los intercambios y la
acumulación de bienes y activos, dotándolos de un mayor volumen de
negociación e incluso de precio.
Empecemos por la primera de estas funciones. Los especuladores intentan
comprar los bienes o activos cuando o donde están baratos para venderlos
cuando o donde estén caros. Gracias a ello, los bienes seencarecen en
aquellos lugares o momentos en los que son relativamente más
sobreabundantes para abaratarlos en aquellos lugares o momentos en los que
son relativamente más escasos. Sin la especulación, las diferencias de precios
entre dos puntos geográficos o temporales distintos serían mucho más
abruptas.
Por ejemplo, supongamos que este año en Australia se producen unas
brutales malas cosechas de trigo, mientras que en Estados Unidos tienen lugar
unas cosechas excelentes de este cereal. Sin especulación —en su modalidad
particular de arbitraje—, los precios del trigo en Estados Unidos se
derrumbarían, hasta el punto de destinarlo para actividades muy poco valiosas
(alimentar a los cerdos, por ejemplo), mientras que en Australia la gente se
moriría de hambre. Sin embargo, gracias al especulador, quien comprará
barato en Estados Unidos para revender caro en Australia, el precio del trigo
tenderá a igualarse internacionalmente y a destinarse a sus usos más urgentes
(que no serán alimentar a los porcinos yanquis, sino a los ciudadanos
australianos).
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Lo mismo sucede con la distribución intertemporal de los bienes, si bien en
este caso, dado que el nivel de abstracción es mucho mayor, los efectos de la
especulación suelen ser bastante peor comprendidos. El especulador compra
hoy, cuando un bien o activo está barato por ser sobreabundante, con el
propósito de vender mañana, cuando ese mismo bien será bastante más
escaso y por tanto más caro; gracias a ello, encarece el bien o activo en el
presente y lo abarata en el futuro. Sigamos con el ejemplo del trigo:
imaginemos que este año ha habido una cosecha muy cuantiosa en Estados
Unidos y que el especulador, gracias a su profundo conocimiento del campo,
del clima o de la demografía (o simplemente por azar), sabe o intuye que en
el futuro será más escaso que hoy. Por ello, comprará trigo hoy —elevando
su precio y volviéndolo más escaso—, lo almacenará y lo venderá mañana
cuando sea más escaso (abaratando su precio). Y quien habla del
abastecimiento de trigo a un año, puede hablar de vivienda a una década vista
o de petróleo a medio siglo vista. Merced a ello, las fluctuaciones de precios
(y de la disponibilidad de bienes) a lo largo del tiempo se reducen muy
sensiblemente, evitando saltos abruptos.
De hecho, el especulador que esté muy seguro de sus previsiones podrá
potenciar su actividad de estabilización de precios pidiendo prestado dinero.
Yo puedo saber que los precios subirán en el futuro, pero si carezco de dinero
no podré comprar bienes hoy para venderlos mañana. En cambio, cuanto más
crédito me proporcionen, más bienes presentes podré controlar y, por tanto,
más huella dejarán mis pronósticos sobre el futuro en el presente.
Llegados aquí conviene matizar que la distribución de los bienes que
efectúan los especuladores no tiene por qué basarse únicamente en la
estrategia más común de comprar barato para, después, vender caro.
También puede operar en el orden inverso: el especulador puede empezar
vendiendo caro para, después, comprar barato. Imaginemos que el propietario
de un inmueble espera que, en el futuro, se reduzca su precio. La manera de
estabilizar intertemporalmente su oferta y su precio sería enajenarlo hoy
(contribuyendo a reducir su precio) recomprarlo más asequible en el futuro
(contribuyendo a incrementarlo).
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Y al igual que el especulador podía pedir prestado dinero para comprar
mercancías o activos hoy y revenderlos mañana, también puede pedir
prestados los propios bienes o activos para venderlos hoy y recomprarlos
mañana (saldando el préstamo mediante la entrega física de esos bienes o
activos). A esta operación se la suele denominar venta corta. Asimismo,
puede darse el caso, un tanto más radical, de que el especulador venda a
plazo bienes que ni posee ni ha pedido prestados; en tal supuesto, lo que
realmente enajena el especulador es el compromiso de entregar en un
momento determinado ese bien o activo; a esta operación se la conoce como
venta al descubierto.
Junto con la distribución espacial y temporal de los bienes, hay que
mencionar otra función de la especulación al menos tan fundamental como la
anterior: facilitar el intercambio y la acumulación de bienes y activos
dotándolos de un mayor volumen de negociación e incluso de precio.
Sin especuladores, una persona sólo podría vender un bien o un activo si
encontrara justo en ese momento a otra persona que deseara comprar ese
mismo bien o activo a un precio y en unas condiciones que beneficiaran a
ambos. Así pues, si yo quisiera desprenderme ahora mismo de 5.721 acciones
del Banco Santander, debería encontrar a una persona o grupo de personas
que también ahora mismo quisieran adquirir al menos 5.721 acciones.
Análogamente, si produzco cien mil kilos de naranjas, una vez cosechadas,
debería encontrar rápidamente a un número suficiente de consumidores
finales que quisieran adquirirlas.
Es evidente que en un mundo así, los intercambios serían notablemente
menores a los actuales (es costoso encontrar siempre a la contraparte
necesaria en el momento deseado) y, por tanto, la tendencia a acumular
grandes cantidades de bienes o de activos de los que nos querremos
desprender en el futuro también sería menor. En otras palabras, las menores
posibilidades de intercambiar bienes y servicios se traducirían en un menor
incentivo a invertir en empresas que los produjeran en gran escala (adiós,
pues, a las economías de escala) y, asimismo, la mayor dificultad para
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desprenderte de acciones o de bonos a buen precio (por la falta de
contrapartes) también implicaría un menor incentivo a ahorrar e inmovilizar tu
capital en esos instrumentos (de modo que los mercados de capitales se
atrofiarían, encareciendo la financiación empresarial).
Afortunadamente, empero, los especuladores también actúan como
intermediarios para conectar a los dispersos compradores y vendedores
finales. Son ellos quienes sirven como contraparte para comprar o vender
cuando pocos más quieren hacerlo. Además, en los casos extremos en los que
nadie más quiera comprar o vender, los especuladores serán los únicos
agentes de mercado que se atrevan a tasar (dar precio) ese bien económico o
activo, tanto para que otros puedan comprarlo (asked price o precio pedido)
como para que puedan venderlo (bid price o precio ofrecido). En pocas
palabras, los especuladores, conscientes de que las órdenes de compra y de
venta están distribuidas irregularmente en el tiempo y el espacio, acumulan
inventarios de un bien o activo cuando todos quieren vender y liberan su
inventario cuando todos quieren comprar. La fuente de su beneficio procede,
en este caso, de que —como cuando vamos al banco a obtener divisas—
compran el bien o activo más barato de lo que después lo venden.
Gracias a la función de la creación de mercado, por consiguiente, los
especuladores orientan la valoración de los bienes o activos (en momentos en
que nadie más quiere intercambiarlos) y, sobre todo, les proporcionan un
volumen de negociación lo suficientemente amplio como para que otras
personas, al saber que casi en cualquier momento podrán desprenderse de
ellos a buenos precios, ahorren e inviertan en su producción.
En definitiva, los especuladores facilitan enormemente la coordinación de
los agentes económicos llevando, por un lado, los bienes o activos al lugar o
momento más valorado y facilitando, por otro, las operaciones de intercambio
y acumulación de estos últimos. Por supuesto, ese santo patrón del
capitalismo que es el especulador puede equivocarse y, en lugar de estabilizar
los precios, puede desestabilizarlos todavía más (comprando cuando él cree
que está barato y teniendo que vender luego todavía más barato o vendiendo
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cuanto cree que está caro para recomprar luego todavía más caro), en
especial si realiza sus operaciones vía crédito. Pero no parece muy consistente
poner en duda la actividad especuladora por el hecho de que pueda resultar
falible; todo en la vida lo es y no por eso sometemos a severísimas críticas las
relacionesen pareja, las inversiones productivas o el auxilio caritativo del
prójimo. Más que nada porque el especulador se enriquece cuando acierta,
pero se hunde en la miseria cuando fracasa (en ausencia de rescates estatales):
comprar caro para vender barato o vender barato para recomprar caro no
parecen los negocios más lucrativos que uno pueda imaginar, en especial si
para llevarlos a cabo te has endeudado. Otra cosa distinta, y más habitual, es
que laceremos a los especuladores cuando aciertan y porque aciertan; nadie
dijo que la verdad fuera un plato sencillo de digerir. Pero, desde luego, si lo
que nos molesta son los errores de la actividad empresarial, inherentes sea
cual sea ésta, lo que deberíamos hacer es sacar a hombros a los especuladores
exitosos y reprimir a los fracasados. Sin embargo, creo que con el mecanismo
de mercado es suficiente: que se forren cuando acierten y se arruinen cuando
fallen. Ese sistema de premios y castigos, sin distorsiones estatales, se me
antoja ya más que suficiente.»
Pese a los esfuerzos de muchos profesionales por despojar a nuestra actividad del
estigma mediático de la especulación, la corriente anticapitalista que perversamente
equipara especulación con pobreza sigue venciendo, proyectando odio y tergiversando la
realidad, y en muchos casos contando con el amparo de los Estados, que en su búsqueda
por alejar y distraer a la masa de sus tejemanejes políticos, es capaz de aplicar tasas o
gravámenes al trading, siendo injustos y a la vez poco efectivos.
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¿Cuánto dinero necesitaré para hacer trading?
En la actualidad, podemos hacer trading con cantidades tan simbólicas como
desaconsejables. Los brókeres y servicios de intermediación financiera nos permiten
entrar en el negocio del trading con sumas irrelevantes de dinero. ¿Podrás hacer trading
con 50 euros? Sí, pero ¿serás un trader? No. Podemos hacerlo como hobby y desde el
móvil, o darle un sentido y carácter profesional. Si has elegido la segunda opción,
necesitarás una cantidad más relevante de dinero, pero ojo, mucho menos del que
imaginas. Menos del que necesitarás para cursar un máster o incluso inferior al que
necesitas para constituir una sociedad en España.
A lo largo de estos años, me he percatado de que la cuantía de la cuenta,
refiriéndome a esas cuentas de bróker de 200 euros, son un fantástico detector de
cuñaos, un filtro para descubrir quién encara el trading como una actividad enfocada y
seria, y quien quiere ser «el listo del bar». Evidentemente, hay casos y casos, y en
ocasiones me he topado con jóvenes estudiantes que apenas suman ahorros, pero que
irradian ilusión y determinación. Para ellos, esas minicuentas son el paso previo a
desarrollar un trading más profesional y con mejores brókeres.
Pero atiendo a la pregunta en cuestión. Lo primero, no necesitarás dinero los seis
primeros meses. En ese período no necesitas arriesgar tu capital, porque de hacerlo,
estarías alimentando al mercado, echando comida a los lobos. Una vez pasado tu período
de formación y la inevitable etapa de trading en simulado, necesitarás una cuenta que
soporte las garantías del activo que operes, más los improbables cinco stops loss de una
semana paupérrima. Nada más. Eso es todo.
Pero avancemos más, vayamos a un ejemplo concreto. Imaginemos que decides
operar, al igual que un servidor, en el futuro del DAX alemán. Un activo de enorme
volatilidad y que requiere experiencia y conocimiento. Cada bróker asigna una cuantía en
concepto de garantía intradía (la única que nos interesa, ya que nuestra posición abierta
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en el mercado durará minutos), que actualmente oscila dependiendo del bróker entre los
1.500 y los 14.000 euros. Esa cantidad hay que tenerla depositada en el bróker sí o sí,
pero no será la única. A esta cifra, según el sistema que sugiero a los traders que tutorizo,
se le debe sumar los stop loss que tengamos en una hipotética semana nefasta, es decir,
sumaremos la cuantía de cinco stops, uno por día. Imaginemos que el stop medio que
utilizamos para este activo se sitúa en ocho puntos de pérdida, lo que supondría un
importe total de 1.000 euros (cada punto del futuro del DAX equivale a 25 euros, por lo
que una pérdida de ocho puntos supondría un stop diario de 200 euros). Ya tenemos la
cifra idónea para operar el activo, ahora simplemente hay que sumarle la garantía del
bróker que se haya elegido. Supongamos que has elegido un bróker como Ninja
Brokerage, que exige una garantía de 2.500 euros para operar el futuro alemán. A esta
cifra le sumaríamos los hipotéticos stops semanales, sumando una cuantía de 3.500
euros. En resumen, una persona que utilizase mi estrategia y dicho bróker no necesitará
más de 3.500-4.000 euros para hacer trading con solvencia.
Por otra parte, y para concluir, debo incidir en que el bróker debe facilitarnos las
herramientas y el acceso al mercado, pero nada más, es decir, no debe por qué ser el
custodio de nuestro patrimonio. De esta forma, sin ánimo de levantar sospechas sobre el
buen gobierno de los brókeres, evitaremos que cualquier colapso o quiebra de la entidad
sacuda nuestra economía.
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¿Cuánto dinero puedo ganar haciendo trading?
«Dinero es igual a felicidad. Y punto. La mayoría de las adversidades pueden
combatirse con dinero y si no es así, es que no tienen remedio. Y ya está. No hay
pero posible, no hay matiz que lo enmiende. Es tan evidente que hasta tenemos un
refrán para negarlo.»8
RUBÉN DÍAZ CAVIEDES
Una de las preguntas fetiche de todo aquel que se acerca al trading sin apenas experiencia
y con las expectativas por las nubes. Fácil respuesta: más del que imaginas, tanto que
hará desestabilizar tus cimientos morales, tanto dinero que odiarás tus empleos anteriores
donde el ratio euro/hora es un insulto, tanto dinero que te hará replantear conceptos
como la felicidad, y en el que descubres que el tiempo es el mejor activo que tienes en la
vida, si no el único.
Ahora bien, cuando me formulan esta pregunta suelo atenderla con cierta retranca,
y respondo con otra pregunta: ¿y cuánto estás dispuesto a perder haciendo trading?
Perverso interrogante que descolora al interlocutor. ¿Y sabes por qué? Porque las
personas lo queremos ganar todo sin arriesgar nada a cambio. Nos creemos con derecho
a todo. Razón por la cual el trading se convierte para muchos en un «O gloria o muerte».
Desastrosa actitud que abonará las cuentas del resto, aquellos que hemos entendido que
el juego del trading es menos dual.
Otro aspecto a tener muy en cuenta es saber cuál es la cifra que vas a necesitar
para sentirte satisfecho y a la vez cubrir tus necesidades. Todo el mundo tiene una, casi
siempre mucho más grande de la que en el fondo necesita. Siempre dije que en mis
comienzos cometí varios errores, y posiblemente uno de ellos fue que mi ambición
superaba con mucho mi talento. Con el paso de los años he comprobado que no era algo
especial, pues le sucede a casi todo el mundo.
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Por lo tanto, ¿cuánto dinero necesitas para sentirte libre? Recuerda que la cifra que
tienes en tu mente está condicionada por todas las presiones culturales a las que estamos
sometidos a diario. «Tienes que comprar ese coche cuyas puertas se abren hacia arriba y
tener ese reloj si quieres que te respeten, que te admiren.» Compramos cosas que no
necesitamos para impresionar a personas a las que no les importamos. Y tanto el
beneficio como la satisfacción de esas compras compulsivas siempre es fugaz, siempre
concluye en una nueva compra para volver a sentir la efervescencia del momento.
Pero frases de Coelho aparte, no quiero alejarme de la idea del dinero, que es
importante y necesario para nuestras vidas. Vivimos en una sociedad que anhela y
demoniza al mismo tiempo el dinero, sobre todo aquellos «parásitos» que no saben
conseguirlo por sus propios medios y viven de subsidios del dinero de los demás. Somos
un país donde hablar del tema suele ser tabú, nadie habla de dinero pero todos lo
ambicionan, si hablan es para denostarlo por la desigualdad que genera. La cuestión es
que todo el mundoopina sobre el dinero de los demás, pero pocos se paran a pensar
cómo pueden hacerse lícitamente con más. A casi todos les causa insatisfacción su actual
economía, pero pocos mueven un solo dedo para mejorarla.
Te aconsejo leer el libro de Ayn Rand, La rebelión de Atlas.9 En especial el
magnifico fragmento10 sobre el dinero del personaje Francisco d’Anconia.
Retomemos la cuestión inicial. Tienes que hacerte una pregunta más: ¿Quieres
dedicarte al trading para ganar lo suficiente y ser libre, o quieres dedicarte al trading para
volverte rico? Toda respuesta es correcta, pero es importante valorarla previamente
porque el nivel de compromiso y de riesgo que tendrás que asumir cambiará en función
de tu respuesta. Sea cual sea ésta, tienes la capacidad de focalizarte en el trading para
alcanzar esa suma. Se necesita trabajar en la dirección correcta y saber que el mercado te
pagará por ser disciplinado. El dinero es en esencia, la medida de las elecciones de una
persona.
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¿Qué tipo de dinero debo usar para hacer trading?
Esta pregunta no es de las más frecuentes, pero por su importancia he decidido incluirla
en el libro. En ocasiones se convirtió en la respuesta crucial para ayudar a alguna persona
a pararse y a reflexionar sobre lo que hay o no que hacer. En ocasiones he facilitado la
respuesta sin que me hicieran la pregunta, para evitar problemas más profundos que un
simple stop loss.
Por desgracia, y en más ocasiones de las que debería, personas cegadas por las
posibles ganancias «fáciles y rápidas» se adentran en un viaje que ni su bolsillo, ni su
situación familiar les permite emprender. Entiendo que, como lector de este libro, eres
una persona con inquietudes y con ganas de mejorar, pero con la suficiente capacidad
para entender cuándo dar el paso, y que éste no resulte demasiado grande. Yo cometí
muchos errores en mis inicios, y uno de los más grandes fue saltar de mi trabajo fijo al
trading sin tener el conocimiento suficiente. «La ambición superaba con mucho mi
talento.» Ilusión y optimismo que chocaron con inicios difíciles. Soy un superviviente
que ha acabado bien, pero no quiero que intentes el trading intradía a ciegas.
He atendido a personas que se preguntaban si era conveniente pedir un préstamo
para dedicarse al trading, alguno incluso que operó con dinero procedente de Cofidis;
conozco a una persona que estando libre de deudas, hipotecó su casa para buscar una
alta rentabilidad, perdió la casa, la pareja e incluso el trabajo. Lamentablemente, no es un
recurso dramático para mantener la atención del lector. Ayudo a personas a cumplir el
sueño de ser traders, pero deben tener las bases para intentarlo de una manera óptima.
Por lo tanto, después de vivir tantos descalabros propios y ajenos, te diré el tipo de
dinero que no tienes que usar: el que sirve para pagar la letra de tu piso, la comida para
tus hijos, la luz, el agua, la calefacción y las necesidades familiares. La supervivencia y
los bienes de primera necesidad son innegociables, no se tienen que ver afectados por
una racha negativa en el trading. Debe ser un capital que te faculte y centre en operar
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bien, que te permita asumir las habituales pérdidas, que siempre están ahí y nunca
desaparecen. Por contra, conozco el caso de una persona que con sus últimos recursos y
dinero prestado por familiares (sin el conocimiento de para qué era) se ha dedicado al
trading, se apalancó al máximo para conseguir el resultado esperado y le fue bien. Pero
es un caso extraordinario (una persona entre cuatro mil en diez años de experiencia) que
además estuvo lindando el desastre. De hecho, esta actitud es más habitual en Las Vegas
que en los mercados financieros.
El trading es un juego, sí, pero es muy serio. Hay que tener la cabeza bien
amueblada y saber de antemano que asumirás pérdidas. Si estás operando con el dinero
que tienes para pagar o no los libros del colegio de tus hijos, el resultado va a ser nefasto,
no podrás hacerlo bien. Leerás esto y te parecerá ciencia ficción, pero lamentablemente
ocurre. Los mercados financieros y la especulación no son una ONG que brindan la
posibilidad a todos de ser ricos. De hecho, sólo los que tengan la actitud necesaria, una
situación patrimonial adecuada y un equilibrio familiar y emocional lo lograrán. No
parece justo, pero nadie dice que lo tenga que ser. Este libro no es el programa político
de un partido populista. Quiero transmitir la idea de que es posible y alcanzable, pero no
puedo asegurar que sea para todos y en cualquier momento. Si ahora mismo no puedes
disponer del dinero necesario, vuelve y dedícate a tu trabajo, a tu familia y empieza a
ahorrar el dinero suficiente para contratar un buen formador, adquirir un ordenador,
contratar una buena fibra óptica y, al final del proceso, obtener el dinero imprescindible
para abrir una cuenta operativa en un buen bróker que no te utilice como ratón de
laboratorio.
Mucho se ha escrito y hablado sobre lo aconsejable que es dedicarse en exclusiva al
trading. Pero por otra parte, nadie te impide tener fuentes de ingresos alternativas, más
ligadas a tus otras pasiones u oficios, de manera que el trading sea una fuente más de
gestión de ingresos. No seas tu quien limite otras fuentes de ingresos por alcanzar el reto
de ser trader intradía. Además, puedo corroborar que en muchas ocasiones, los mejores
traders son aquellos que entran en una operación sabiendo que, si pierden, el stop está
cubierto por otros ingresos, y si ganan, ese dinero se sumará al montante final.
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Por lo tanto, a modo de resumen, pon en juego sólo lo que puedas perder sin que
esa pérdida represente un cambio en tu vida actual o futura. Y recuerda siempre que
quien opera por necesidad pierde por obligación.
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¿Cuando empezaré a ganar?
Te preguntarás, si el mercado sube o baja, ¿cómo puede ser tan difícil pillar el
movimiento correcto? Si tenemos el 50 por ciento de probabilidad, ¿cómo es posible que
el 90 por ciento de las personas acaben perdiendo el dinero en sus cuentas de bróker?
Son preguntas que con frecuencia te habrás hecho, más si estás en los inicios de tu
camino como trader. La realidad es que si permaneces en un constante «empate» con el
mercado, puedes considerarte un verdadero y afortunado superviviente. Lo habitual es
que en la fase inicial la cuenta sucumba y esté en una constante e implacable bajada. En
esas circunstancias es cuando piensas en el mono que lanza una moneda al aire, cara o
cruz, y que mantiene la tasa de aciertos en torno al 50 por ciento, lo que evidencia que
no ha caído en las trampas del sistema y ha evitado la vía negativa.
En realidad, cuando vas aprendiendo las reglas básicas del juego y de cómo se
mueven las piezas más importantes, te das cuenta de que el trading es sencillo, pero que
la parte más difícil la añade el propio trader. Siento incidir de nuevo en este aspecto. A lo
largo de este libro leerás una amplia parte técnica de donde extraer lo necesario para la
metodología que emplees, pero todo resultará inútil y peligroso si decides leer la parte
técnica sin percatarte de todas las implicaciones emocionales que aportas tú al juego.
La mente del trader es un factor fundamental. Depende de ti si acaba siendo un
arma a tu favor o a favor del mercado. Depende de ti hacer que tus emociones y tu
mente se pongan de tu parte y te ayuden, o por el contrario, dejarlas libres y sin control,
transformándose así en tu mayor problema. Porque no te hagas ilusiones, quiero advertir
de antemano que centrarse exclusivamente en la parte técnica y dejar de lado el
entrenamiento y desarrollo de las cualidades emocionales, hará que sucumbas ante el
mercado.
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La inmensa mayoría de traders no admiten que el trading es algo sencillo. El precio
sube o baja, y existen momentos en los que las fuerzas en juego hacen que sea mucho
más probable que suba o que baje. «Sólo» hay que incorporarse en uno de esos
momentos. «Sólo» hay que esperar a que se produzcan esos momentos. «Sólo» hay que
evitar caer en las continuas trampas que el

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