Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Capítulo 3 Método y teoría en antropología cultural 63 terpretaciones de lo local siempre están infl uidas por información del exterior. Por tanto, su actitud acerca de un claro cielo azul en casa está matizada con su conocimiento, a través de reportes del clima, de que un huracán puede aproximarse. Las noticias nacionales no pueden en absoluto ajustar las opiniones que se vierten en las conversaciones locales, sin embargo, las opiniones nacionales lle- gan al discurso local. Cada vez más los antropólogos se interesan por estudiar a los medios masivos de comunica- ción, que en términos de cultura y espacio, se constituyen como rarezas. ¿A quién pertenecen las imágenes y las opiniones que se difunden a través de los medios? ¿A qué cultura o comuni- dad representan? Ciertamente no son locales. Las imágenes y los mensajes en los medios de comu- nicación fl uyen de manera electrónica. La TV los lleva justo a usted. La internet le permite descu- brir nuevas posibilidades culturales con el clic de un ratón; lo lleva a lugares virtuales, pero en rea- lidad los medios masivos de comunicación elec- trónica son fenómenos sin lugar, son transnacio- nales en ámbito y juegan un papel en la formación y mantenimiento de las identidades culturales. La investigación antropológica de hoy puede llevarlo a viajar junto con las personas que estudia y conforme ellas se mueven de la villa a la ciudad, cruzan la frontera o viajan internacionalmente por negocios. Como verá en el capítulo “Confl ictos globales actuales”, los etnógrafos tienen que se- guir cada vez más a las personas y las imágenes que estudian. Conforme cambia el trabajo de campo, con un campo que cada vez menos se esta- blece de manera espacial, ¿qué puede tomarse de la etnografía tradicional? Gupta y Ferguson res- ponden de manera acertada: el “énfasis caracterís- ticamente antropológico por la rutina cotidiana y la experiencia vivida” (1997a, p. 5). El estudio de las comunidades como entidades discretas puede ser una cosa del pasado. Sin embargo, “la atención tradicional de la antropología por la observación cercana de vidas particulares en lugares particula- res” (Gupta y Ferguson, 1997b, p. 25) tiene una importancia duradera. El método de observación de cerca ayuda a distinguir la antropología cultu- ral de la sociología y de la investigación por en- cuestas. De ello trataremos a continuación. INVESTIGACIÓN POR ENCUESTAS Conforme los antropólogos trabajan cada vez más en sociedades a gran escala, desarrollan formas innovadoras de combinar la etnografía con la investigación por encuestas (Fricke, 1994). Antes de examinar tales combinaciones de méto- dos de campo, considere la investigación por en- cuestas y las principales diferencias entre ésta y la etnografía. Al trabajar principalmente en na- ciones grandes y pobladas, sociólogos, científi cos políticos y economistas desarrollaron y refi naron el diseño de la investigación por encuestas, que involucra el muestreo, la recolección impersonal de datos y el análisis estadístico. La investigación por encuestas por lo general extrae una muestra (un grupo de estudio manejable) de una pobla- ción mucho más grande. Al estudiar una muestra seleccionada adecuadamente y representativa, los científi cos sociales pueden realizar inferen- cias precisas acerca de la población más grande. En las sociedades y comunidades a escala más pequeña, los etnógrafos llegan a conocer a la ma- yoría de las personas. Dado el mayor tamaño y complejidad de las naciones, la investigación por encuestas es necesariamente más impersonal. Los investigadores mediante encuestas (encues- tadores) llaman a las personas que estudian en- cuestados. Se trata de personas que responden las preguntas durante una encuesta. En ocasiones los encuestadores los entrevistan personalmente y en otras, después de una reunión inicial, piden a los encuestados llenar un cuestionario. En otros casos los investigadores envían cuestionarios por correo postal o electrónico a miembros de la muestra seleccionados de manera aleatoria, o pa- gan a ayudantes para que los entrevisten o les telefoneen. En una muestra aleatoria todos los miembros de la población tienen igual probabili- dad estadística de ser elegidos para su inclusión. Una muestra aleatoria se selecciona mediante procedimientos al azar, como tablas de números aleatorios, que se encuentran en muchos libros de texto de estadística. Probablemente el ejemplo más familiar de muestreo sea el sondeo que se usa para predecir las elecciones políticas. Los medios de comunica- ción contratan agencias para estimar los resulta- dos y realizar encuestas de salida para determi- nar qué tipo de persona votó por cuál candidato. Como parte del muestreo, los investigadores re- copilan información acerca de edad, género, reli- gión, ocupación, ingreso y partido político de preferencia. Se sabe que dichas características (variables: atributos que varían entre los miem- bros de una muestra o población) infl uyen en las decisiones políticas. Muchas más variables afectan las identidades, experiencias y actividades sociales en una nación moderna que en las comunidades pequeñas, donde la etnografía tuvo su origen. Hoy día, en Estados Unidos cientos de factores infl uyen en el comportamiento y las actitudes. Dichas variables sociales abarcan la religión; la región del país donde uno se crió; si uno proviene de un po- blado, suburbio o ciudad; así como las profesio- nes, los orígenes étnicos y los niveles de ingreso de los padres. Es posible utilizar la etnografía como comple- mento y para afi nar la investigación por encues- investigación por encuestas El estudio de la sociedad mediante el muestreo, el análisis estadístico y la recolección impersonal de datos. muestra Un grupo de estudio más pequeño elegido para representar a la po- blación más grande. muestra aleatoria Una muestra en la que todos los miembros de la población tienen igual oportunidad de inclusión. variables Atributos que difi eren de una persona o caso al siguiente. 64 PARTE 1 Introducción a la antropología valorar el quehacer ANTROPOLÓGICO ¿Los antropólogos deben estudiar el terrorismo? El Proyecto Minerva, que aquí se describe, ha levantado preocupaciones éticas entre los antropólogos, al igual que el controvertido pro- grama Human Terrain Team (equipo de terreno humano) del ejército estadounidense. Este esfuerzo de contrainsurgencia incorpora an- tropólogos y otros científi cos sociales con brigadas de combate en Irak y Afganistán para ayudar a los tácticos en el campo a comprender las culturas locales. Aquí se muestra un mayor del ejército estadounidense tomando notas mientras habla y bebe té con administradores de escuela locales en Nani, Afganistán. El ofi cial está asignado al programa Human Terrain Team. ¿Puede usted apreciar el valor potencial que cobra la antropología para la seguridad nacio- nal? Consulte el Código de Ética de la American Anthropological Association en www.aaanet. org/committees/ethics/ethcode.htm. En el con- texto de dicho código, ¿también puede apreciar la renuencia de los antropólogos para respaldar el Proyecto Minerva y sus procedimientos? Ansioso por adoptar intelectuales e ideas, el Pentágono está realizando un ambicioso e in- usual programa para reclutar científi cos socia- les y dirigir la capacidad mental de la nación para combatir las amenazas a la seguridad como el ejército chino, Irak, el terrorismo y el fundamentalismo religioso. El secretario de Defensa, Robert M. Gates, comparó la iniciativa (llamada Minerva, en ho- nor a la diosa romana de la sabiduría y los gue- rreros) con el esfuerzo del gobierno para au- mentar su capital intelectual durante la Guerra Fría, después de que la Unión Sovié- tica lanzara el Sputnik en 1957. Aunque el Pentágono fi nancia regular- mente la investigación científi ca y de ingenie- ría, el apoyo sistemático a las ciencias socia- les y a las humanidadesha sido raro. Minerva es el primer esfuerzo de tal envergadura en esta área desde la guerra de Vietnam, dice Thomas G. Mahnken, asistente ¿Cómo y cuánto debe importar la antropología? Durante décadas he escuchado las quejas de los antropólogos relativas a que los funcionarios gu- bernamentales no aprecian, o simplemente igno- ran, los resultados de la antropología que son relevantes para formular políticas informadas. La American Anthropological Association consi- dera de “vital importancia” que los antropólogos estudien las raíces del terrorismo y la violencia. ¿Cómo deben realizar dichos estudios? Este re- porte describe un programa del Pentágono, el Proyecto Minerva, que comenzó al fi nal de la ad- ministración de George W. Bush, y consistió en reclutar a expertos en ciencias sociales para combatir las amenazas a la seguridad. El Proyecto Minerva causó preocupación en- tre los antropólogos. Con base en experiencias anteriores, los académicos se preocuparon por- que el gobierno pudiera usar el conocimiento antropológico para metas y en formas que eran éticamente problemáticas. Las políticas del gobierno y las operaciones militares poseen el potencial de causar daño a las personas que estudian los antropólogos. Los científi cos so- ciales objetan especialmente la noción de que ofi ciales del Pentágono deban determinar cuá- les proyectos vale la pena fi nanciar. En vez de ello, los antropólogos favorecen un sistema (re- visión de pares) en el que grupos de sus homó- logos profesionales (otros científi cos sociales) juzguen el valor y lo adecuado de la investiga- ción propuesta, incluidos los proyectos que pu- dieran ayudar a identifi car y disuadir amenazas a la seguridad nacional.
Compartir