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Antropología Cultural 1-páginas-83

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tar los recursos cuando son abundantes y deben 
cosecharse rápidamente. La pesca puede reali-
zarse de manera individual (como la de hielo o 
de arpón) o en grupo (como la de mar abierto y la 
caza de mamíferos marinos).
Producción en sociedades 
no industriales
Aunque cierto tipo de división de la producción 
económica relacionada con la edad y el género es 
un universal cultural, varían las tareas específi -
cas asignadas a cada sexo y a las personas de di-
ferentes edades. Muchas sociedades horticulto-
ras asignan un gran papel productivo a las 
mujeres, en otras se lo otorgan al trabajo mascu-
lino (para ampliar información vea el capítulo 
sobre género). Por lo general, entre los pastores, 
los varones tienden a ocuparse de los animales 
grandes; en otras culturas las mujeres ordeñan. 
Algunas sociedades de cultivo conforman pe-
queños grupos de trabajo; otras lo hacen de ma-
nera individual y las personas trabajan periodos 
más largos.
Cuando cultivan arroz, los betsileo de Mada-
gascar trabajan en equipo y lo hacen en dos eta-
pas: una para el trasplante y la otra para la cose-
cha. El tamaño del equipo varía según las 
dimensiones del campo. Tanto el trasplante como 
la cosecha caracterizan la división del trabajo tra-
dicional por edad y género; los betsileo la cono-
cen bien y la repiten a través de las generaciones. 
La primera tarea que realizan los jóvenes es el 
apisonamiento de un campo inundado, cuya fi -
nalidad es mezclar tierra y agua. Luego llevan al 
ganado para apisonar los campos justo antes del 
trasplante. Los jóvenes gritan y golpean al ga-
nado y luchan por conducirlo de modo que api-
sonen los campos de manera adecuada. El apiso-
namiento rompe los terrones y mezcla el agua de 
irrigación con el suelo para formar un lodo suave 
en el que las mujeres trasplantan los brotes. 
Cuando los apisonadores dejan el campo, llegan 
los hombres mayores. Con sus layas, rompen los 
terrones que no mezcló el ganado. Mientras 
tanto, el propietario y otros adultos desarraigan 
los brotes de plantas de arroz y las llevan al 
campo.
En la época de cosecha, cuatro o cinco meses 
después, los hombres jóvenes cortan el arroz 
de los tallos. Las mujeres de la misma edad las 
llevan a espacio abierto arriba del campo. Las 
de mayor edad las ordenan y apilan. Los hom-
bres y mujeres más ancianos se paran sobre la 
pila, la apisonan y compactan. Tres días des-
pués, los jóvenes desgranan el arroz, gol-
peando los tallos contra una roca para remover 
el grano. Luego, varones más viejos atacan los 
tallos con varas para asegurarse de que caye-
ron todos los granos.
El resto de tareas para el cultivo de arroz 
betsileo las realizan propietarios individuales 
y sus familias inmediatas. Todos los miembros 
del hogar ayudan a limpiar el campo de arroz. 
Una ocupación del hombre es labrar los cam-
pos con una laya o un arado. La reparación de 
los sistemas de irrigación y drenaje, así como la 
construcción de muros de tierra que separan 
un terreno de otro, la realizan de manera indi-
Mujeres que tras-
plantan plantas de 
arroz en Banjar Ne-
gara, Indonesia. El 
trasplante y el des-
yerbado son tareas 
arduas que dañan 
especialmente la 
espalda.
187Capítulo 7 Ganarse la vida
188 PARTE 2 Valorar la diversidad cultural
vidual los varones. Sin embargo, entre otros 
agricultores, reparar el sistema de irrigación es 
una tarea que involucra trabajo en equipo co-
munitario.
Medios de producción
En las sociedades no industriales, la relación en-
tre el trabajador y los medios de producción es 
más estrecha que la existente en las naciones in-
dustriales. Los medios (o factores) de produc-
ción incluyen la tierra (territorio), la mano de 
obra y la tecnología.
Tierra
En los forrajeros, los lazos entre las personas y la 
tierra eran menos permanentes que entre los pro-
ductores de alimentos. Aunque muchas bandas 
poseían territorios, las fronteras usualmente no 
se marcaban, y no había forma de imponerlas. La 
herida que dejaba el cazador cuando apresaba, 
acechaba o golpeaba con una fl echa envenenada 
al animal resultaba más importante que el lugar 
donde perecía el animal. A través de lazos de pa-
rentesco, matrimonio o parentesco fi cticio, una 
persona adquiría los derechos para usar el terri-
torio de una banda. En Botswana, en África del 
sur, las mujeres ju/’hoansi san, cuyo trabajo pro-
porcionaba más de la mitad del alimento, usual-
mente utilizaban lotes específi cos de árboles de 
moras. Sin embargo, cuando la mujer cambiaba 
de banda, inmediatamente adquiría una nueva 
área de recolección.
Entre los productores de alimentos, los dere-
chos a los medios de producción también se con-
siguen mediante el parentesco y el matrimonio. 
Los grupos de descendencia (personas que recla-
man el mismo linaje) son comunes entre los pro-
ductores de alimentos no industriales, y los des-
cendientes del fundador comparten el territorio 
y los recursos del grupo. Si la estrategia adapta-
tiva es hortícola, el territorio incluye jardines y 
tierras barbechadas para la traslación de cultivos 
a futuro. Como miembros de un grupo de des-
cendencia, los pastores tienen acceso a los anima-
les para comenzar sus propios rebaños, así como 
a tierras de pastoreo, huertas y otros medios de 
producción.
Mano de obra, herramientas 
y especialización
Como la tierra, la mano de obra es un medio de 
producción. En las sociedades no industriales, el 
acceso a la tierra y a la mano de obra se consigue 
a través de vínculos sociales como el parentesco, 
el matrimonio y la descendencia. La ayuda mu-
tua en la producción es simplemente un aspecto 
de las relaciones sociales en marcha que se expre-
san en muchas otras ocasiones.
Las sociedades no industriales contrastan con 
las industriales en cuanto a otro medio de produc-
ción: la tecnología. La manufactura con frecuencia 
se liga a edad y género. Las mujeres pueden tejer 
y los hombres elaborar alfarería o viceversa. Por lo 
general, los conocimientos técnicos se relacionan 
con personas de una edad y género determinados. 
Si las mujeres casadas usualmente fabrican canas-
tas, todas o la mayoría de ellas lo saben hacer. Ni 
la tecnología ni el conocimiento técnico son tan 
especializados como en los Estados.
Sin embargo, algunas sociedades tribales pro-
mueven la especialización. Entre los yanomami 
de Venezuela y Brasil (fi gura 7.3), por ejemplo, 
ciertos poblados fabrican vasijas de barro y otros 
elaboran hamacas. No se especializan, como uno 
podría suponer, porque ciertas materias primas o 
recursos se encuentren disponibles cerca de po-
blados particulares. El barro adecuado para vasi-
jas está ampliamente disponible. Todos saben 
cómo fabricar vasijas, pero no todos lo hacen. La 
especialización artesanal refl eja el ambiente so-
cial y político en lugar del ambiente natural. Tal 
especialización promueve el comercio, que es el 
primer paso en la creación de una alianza con 
poblados enemigos (Chagnon, 1997). La especia-
lización contribuye a mantener la paz, aunque no 
evita la guerra entre poblados.
Alienación en las economías 
industriales
Existen algunos contrastes signifi cativos entre las 
economías industriales y las no industriales. Los 
trabajadores fabriles están alienados porque los 
medios (o factores) 
de producción
Principales recursos 
productivos, por ejem-
plo, tierra, mano de 
obra, tecnología y 
capital.
FIGURA 7.3 Ubicación de los yanomami.
R. Orinoco 
R. Orinoco 
R.
 A
rauca 
R
. C
aroni 
R. Esseq
u
ib
o
 
R
. B
ra
nc
o 
 
R. Negro 
Mar 
Caribe
COLOMBIA
VENEZUELA
GUYANA
B R A S I L
60°W
10°N
70°W
Yanomami
300 km
0
0
150 300 mi
150

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