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tar los recursos cuando son abundantes y deben cosecharse rápidamente. La pesca puede reali- zarse de manera individual (como la de hielo o de arpón) o en grupo (como la de mar abierto y la caza de mamíferos marinos). Producción en sociedades no industriales Aunque cierto tipo de división de la producción económica relacionada con la edad y el género es un universal cultural, varían las tareas específi - cas asignadas a cada sexo y a las personas de di- ferentes edades. Muchas sociedades horticulto- ras asignan un gran papel productivo a las mujeres, en otras se lo otorgan al trabajo mascu- lino (para ampliar información vea el capítulo sobre género). Por lo general, entre los pastores, los varones tienden a ocuparse de los animales grandes; en otras culturas las mujeres ordeñan. Algunas sociedades de cultivo conforman pe- queños grupos de trabajo; otras lo hacen de ma- nera individual y las personas trabajan periodos más largos. Cuando cultivan arroz, los betsileo de Mada- gascar trabajan en equipo y lo hacen en dos eta- pas: una para el trasplante y la otra para la cose- cha. El tamaño del equipo varía según las dimensiones del campo. Tanto el trasplante como la cosecha caracterizan la división del trabajo tra- dicional por edad y género; los betsileo la cono- cen bien y la repiten a través de las generaciones. La primera tarea que realizan los jóvenes es el apisonamiento de un campo inundado, cuya fi - nalidad es mezclar tierra y agua. Luego llevan al ganado para apisonar los campos justo antes del trasplante. Los jóvenes gritan y golpean al ga- nado y luchan por conducirlo de modo que api- sonen los campos de manera adecuada. El apiso- namiento rompe los terrones y mezcla el agua de irrigación con el suelo para formar un lodo suave en el que las mujeres trasplantan los brotes. Cuando los apisonadores dejan el campo, llegan los hombres mayores. Con sus layas, rompen los terrones que no mezcló el ganado. Mientras tanto, el propietario y otros adultos desarraigan los brotes de plantas de arroz y las llevan al campo. En la época de cosecha, cuatro o cinco meses después, los hombres jóvenes cortan el arroz de los tallos. Las mujeres de la misma edad las llevan a espacio abierto arriba del campo. Las de mayor edad las ordenan y apilan. Los hom- bres y mujeres más ancianos se paran sobre la pila, la apisonan y compactan. Tres días des- pués, los jóvenes desgranan el arroz, gol- peando los tallos contra una roca para remover el grano. Luego, varones más viejos atacan los tallos con varas para asegurarse de que caye- ron todos los granos. El resto de tareas para el cultivo de arroz betsileo las realizan propietarios individuales y sus familias inmediatas. Todos los miembros del hogar ayudan a limpiar el campo de arroz. Una ocupación del hombre es labrar los cam- pos con una laya o un arado. La reparación de los sistemas de irrigación y drenaje, así como la construcción de muros de tierra que separan un terreno de otro, la realizan de manera indi- Mujeres que tras- plantan plantas de arroz en Banjar Ne- gara, Indonesia. El trasplante y el des- yerbado son tareas arduas que dañan especialmente la espalda. 187Capítulo 7 Ganarse la vida 188 PARTE 2 Valorar la diversidad cultural vidual los varones. Sin embargo, entre otros agricultores, reparar el sistema de irrigación es una tarea que involucra trabajo en equipo co- munitario. Medios de producción En las sociedades no industriales, la relación en- tre el trabajador y los medios de producción es más estrecha que la existente en las naciones in- dustriales. Los medios (o factores) de produc- ción incluyen la tierra (territorio), la mano de obra y la tecnología. Tierra En los forrajeros, los lazos entre las personas y la tierra eran menos permanentes que entre los pro- ductores de alimentos. Aunque muchas bandas poseían territorios, las fronteras usualmente no se marcaban, y no había forma de imponerlas. La herida que dejaba el cazador cuando apresaba, acechaba o golpeaba con una fl echa envenenada al animal resultaba más importante que el lugar donde perecía el animal. A través de lazos de pa- rentesco, matrimonio o parentesco fi cticio, una persona adquiría los derechos para usar el terri- torio de una banda. En Botswana, en África del sur, las mujeres ju/’hoansi san, cuyo trabajo pro- porcionaba más de la mitad del alimento, usual- mente utilizaban lotes específi cos de árboles de moras. Sin embargo, cuando la mujer cambiaba de banda, inmediatamente adquiría una nueva área de recolección. Entre los productores de alimentos, los dere- chos a los medios de producción también se con- siguen mediante el parentesco y el matrimonio. Los grupos de descendencia (personas que recla- man el mismo linaje) son comunes entre los pro- ductores de alimentos no industriales, y los des- cendientes del fundador comparten el territorio y los recursos del grupo. Si la estrategia adapta- tiva es hortícola, el territorio incluye jardines y tierras barbechadas para la traslación de cultivos a futuro. Como miembros de un grupo de des- cendencia, los pastores tienen acceso a los anima- les para comenzar sus propios rebaños, así como a tierras de pastoreo, huertas y otros medios de producción. Mano de obra, herramientas y especialización Como la tierra, la mano de obra es un medio de producción. En las sociedades no industriales, el acceso a la tierra y a la mano de obra se consigue a través de vínculos sociales como el parentesco, el matrimonio y la descendencia. La ayuda mu- tua en la producción es simplemente un aspecto de las relaciones sociales en marcha que se expre- san en muchas otras ocasiones. Las sociedades no industriales contrastan con las industriales en cuanto a otro medio de produc- ción: la tecnología. La manufactura con frecuencia se liga a edad y género. Las mujeres pueden tejer y los hombres elaborar alfarería o viceversa. Por lo general, los conocimientos técnicos se relacionan con personas de una edad y género determinados. Si las mujeres casadas usualmente fabrican canas- tas, todas o la mayoría de ellas lo saben hacer. Ni la tecnología ni el conocimiento técnico son tan especializados como en los Estados. Sin embargo, algunas sociedades tribales pro- mueven la especialización. Entre los yanomami de Venezuela y Brasil (fi gura 7.3), por ejemplo, ciertos poblados fabrican vasijas de barro y otros elaboran hamacas. No se especializan, como uno podría suponer, porque ciertas materias primas o recursos se encuentren disponibles cerca de po- blados particulares. El barro adecuado para vasi- jas está ampliamente disponible. Todos saben cómo fabricar vasijas, pero no todos lo hacen. La especialización artesanal refl eja el ambiente so- cial y político en lugar del ambiente natural. Tal especialización promueve el comercio, que es el primer paso en la creación de una alianza con poblados enemigos (Chagnon, 1997). La especia- lización contribuye a mantener la paz, aunque no evita la guerra entre poblados. Alienación en las economías industriales Existen algunos contrastes signifi cativos entre las economías industriales y las no industriales. Los trabajadores fabriles están alienados porque los medios (o factores) de producción Principales recursos productivos, por ejem- plo, tierra, mano de obra, tecnología y capital. FIGURA 7.3 Ubicación de los yanomami. R. Orinoco R. Orinoco R. A rauca R . C aroni R. Esseq u ib o R . B ra nc o R. Negro Mar Caribe COLOMBIA VENEZUELA GUYANA B R A S I L 60°W 10°N 70°W Yanomami 300 km 0 0 150 300 mi 150
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