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Antropología Cultural 1-páginas-94

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214 PARTE 2 Valorar la diversidad cultural
ayuda a organizar. El cultivo de plantas de los 
kapauku sostiene a una población más grande y 
densa que la horticultura más simple de los ya-
nomami. La sociedad kapauku no podría sobre-
vivir en su forma actual sin el cultivo colectivo y 
la regulación política de las tareas económicas 
más complejas.
Cofradías pantribales 
y clases etarias
Al movilizar a personas de diferentes aldeas los 
grandes hombres pueden forjar la organización 
política regional, aunque de manera temporal. 
En las sociedades tribales otros mecanismos so-
ciales y políticos, tales como la creencia en el li-
naje, el parentesco o la ascendencia común, se 
pueden usar para vincular a los grupos locales 
dentro de una región. El mismo grupo de ascen-
dencia, por ejemplo, puede abarcar muchas al-
deas, y sus miembros dispersos seguir a un líder 
del grupo de ascendencia.
Otros principios distintos al parentesco tam-
bién pueden vincular a los grupos locales. En 
una nación moderna, un sindicato laboral, her-
mandad o fraternidad nacional, un partido polí-
tico o una congregación religiosa pueden propor-
cionar vínculos y no se basan en el parentesco. En 
las tribus, las asociaciones o cofradías pueden 
realizar la misma función de vinculación. Con 
frecuencia, las cofradías se basan en la edad o el 
género común, y son más comunes las cofradías 
exclusivamente masculinas que las femeninas.
En ocasiones, en las áreas donde dos o más 
culturas diferentes entran en contacto regular, 
surgen cofradías pantribales (aquellas que se ex-
tienden a través de toda la tribu, y abarcan varias 
aldeas). Es probable que dichas cofradías resul-
ten de guerras entre las tribus. Al aprovechar la 
membrecía de diferentes aldeas de la misma 
tribu, las cofradías pantribales pueden movilizar 
hombres en muchos grupos locales para atacar o 
vengarse de otra tribu.
En el estudio transcultural de los grupos que 
no se basan en el parentesco, se debe distinguir 
entre los que están confi nados a una sola aldea y 
los que abarcan muchos grupos locales. Sólo los 
últimos, los grupos pantribales, son relevantes en 
la movilización militar general y la organización 
política regional. Casas y clubes de hombres loca-
lizados, limitados a aldeas particulares, se encuen-
tran en muchas sociedades hortícolas en Sudamé-
rica tropical, Melanesia y Papúa Nueva Guinea. 
Dichos grupos pueden organizar actividades de la 
población e incluso saqueos entre villas, pero sus 
líderes son similares a los jefes de la aldea y su 
ámbito político es principalmente local. La si-
guiente discusión trata de los grupos pantribales.
Los mejores ejemplos de cofradías pantribales 
provienen de las planicies centrales de Norteamé-
rica y del África tropical. Durante los siglos xviii 
y xix, poblaciones nativas de las grandes plani-
cies de Estados Unidos y Canadá experimenta-
ron un rápido crecimiento de cofradías pantriba-
les. Este desarrollo refl ejó un cambio económico 
que siguió a la propagación de caballos, que los 
españoles reintrodujeron en América, hacia los 
estados entre las montañas Rocosas y el río Misi-
sipi. Muchas sociedades de indígenas de las pla-
nicies cambiaron sus estrategias adaptativas de-
bido al caballo. Al principio, eran forrajeros que 
cazaban bisontes (búfalos) a pie. Más tarde, 
adoptaron una economía mixta basada en la 
caza, la recolección y la horticultura. Finalmente, 
cambiaron a una economía mucho más especiali-
zada basada en la caza de bisontes (eventual-
mente con rifl es) a caballo.
Conforme las tribus de las planicies experi-
mentaron esos cambios, otros indígenas también 
adoptaron la cacería a caballo y se mudaron ha-
cia las planicies. Al tratar de ocupar las mismas 
áreas, los grupos entraron en confl icto. Se desa-
rrolló un patrón de guerra en la que peleaban por 
caballos y los miembros de una tribu invadían a 
otra. La nueva economía demandaba que la 
gente siguiera el movimiento de las manadas de 
bisontes. Durante el invierno, cuando los bison-
tes se dispersaban, una tribu se fragmentaba en 
pequeñas bandas y familias. En el verano, con-
forme grandes rebaños se juntaban en las plani-
cies, los miembros de la tribu se reunían. Acam-
paban juntos para actividades sociales, políticas 
y religiosas, pero principalmente para la caza co-
munal de bisontes.
En la nueva estrategia adaptativa sólo dos ac-
tividades demandaron un fuerte liderazgo: orga-
nizar y llevar a cabo las invasiones sobre los cam-
pamentos enemigos (para capturar caballos) y 
administrar la cacería veraniega del bisonte. To-
das las culturas de las planicies desarrollaron co-
fradías pantribales, y generaron liderazgos den-
tro de ellas, para vigilar la cacería de verano. Los 
líderes coordinaban los esfuerzos de cacería, y se 
aseguraban de que la gente no causara una es-
tampida con un disparo anticipado o una acción 
imprudente. Los líderes imponían severos casti-
gos, como quitar la riqueza del culpable, por de-
sobediencia.
Algunas de las cofradías de las planicies eran 
cohortes de rango creciente. Cada cohorte in-
cluyó a los hombres de las bandas que compo-
nían la tribu y que nacieron en un mismo lapso 
de tiempo. Cada cohorte poseía su baile, cancio-
nes, posesiones y privilegios . Los miembros de 
cada cohorte debían reunir sus riquezas para 
comprar la admisión al siguiente nivel superior 
conforme avanzaban en edad. La mayoría de las 
sociedades de las planicies contaba con asocia-
ciones guerreras pantribales cuyos rituales cele-
braban el militarismo. Como ya se mencionó, los 
líderes de dichas asociaciones organizaban la 
caza del bisonte e invasiones. También, durante 
cofradía pantribal
Grupo no basado en el 
parentesco con infl uen-
cia política regional.
cohorte
Grupo político unisexual 
(por lo general mascu-
lino); incluye a los que 
nacen dentro de cierto 
lapso temporal.
Capítulo 8 Sistemas políticos 215
el verano cuando se reunía gran cantidad de per-
sonas, arbitraban las disputas.
Muchas de las tribus que se adaptaron a las 
planicies no tenían la experiencia de reunirse en 
una sola unidad social por ser forrajeros para 
quienes la cacería y la recolección eran asuntos 
individuales o de grupos pequeños. La edad y el 
género eran principios sociales que podían unir 
de manera rápida y efi caz a personas no relacio-
nadas en grupos pantribales.
La invasión de una tribu por otra, en este caso 
por ganado en lugar de por caballos, también era 
común en África del este y del sureste; ahí tam-
bién se desarrollaron cofradías pantribales, in-
cluso cohortes. Entre los pastores masai de Kenia 
y Tanzania (fi gura 8.3), los hombres nacidos du-
rante el mismo periodo de cuatro años se circun-
cidaban juntos y pertenecían al mismo grupo, 
una cohorte, a lo largo de sus vidas. Las cohortes 
se movían a través de clases, siendo la más im-
portante la guerrera. Los miembros de la cohorte 
que querían acceder a la clase guerrera, al princi-
pio eran desalentados por los que ya la ocupa-
ban, los cuales eventualmente iban a dejarla y 
casarse. Entre los miembros de una cohorte exis-
tía un fuerte sentimiento de lealtad y con el 
tiempo tenían derechos sexuales sobre las espo-
sas de los demás. Las mujeres masai no contaban 
con una organización en cohorte comparable, sin 
embargo, sí con clases de edad culturalmente re-
conocidas: la iniciada, la mujer casada y la mujer 
posmenopáusica.
Para entender la diferencia entre una cohorte 
y una clase etaria piense en una clase universita-
ria, la clase de 2012, por ejemplo, y su avance a 
través de la universidad. La cohorte sería el 
grupo de personas que constituyen la clase de 
2012, mientras que los años primero, segundo, 
tercero y cuarto representarían las clases etarias.
No todas las culturas con clases etarias tienen 
también cohortes. Cuando no hay cohortes, los 
hombres pueden entrar o salir de una clase particu-
lar de manera individual o colectiva, con frecuencia 
al pasar por un ritual predeterminado. En África, 
las clasesmás reconocidas son las siguientes:
1. Jóvenes recientemente iniciados.
2. Guerreros.
3. Una o más clases de hombres maduros que 
ostentan roles importantes en el gobierno 
pantribal.
4. Ancianos, con responsabilidades rituales es-
peciales.
En ciertas partes de África occidental y cen-
tral, las cofradías pantribales son sociedades secre-
tas, constituidas exclusivamente por hombres o 
mujeres. Como las fraternidades y hermandades 
occidentales, dichas asociaciones tienen ceremo-
nias de iniciación secretas. Entre los mende de 
Sierra Leona, las sociedades secretas de hombres 
y de mujeres son muy infl uyentes. El grupo de 
hombres, el Poro, capacita a los niños en con-
ducta social, ética y religión, y supervisa las acti-
vidades políticas y económicas. Los roles de lide-
Los nativos de las 
grandes planicies 
norteamericanas 
originalmente caza-
ban bisontes (búfa-
los) a pie, usando 
arco y fl echa. La in-
troducción de caba-
llos y de rifl es 
generó un patrón de 
viajes a caballo y de 
guerras. Según lo 
que muestra la pin-
tura ¿qué tan lejos 
llegó el cambio?

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