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Antropología Cultural 2-páginas-26

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Capítulo 11 Matrimonio 299
sada de diferente sexo puede adoptar un niño 
que se convierte en suyo mediante la construc-
ción social y legal del parentesco, la misma lógica 
podía aplicarse a una pareja de hombres gay o 
lesbianas.
Continuando con la lista de Leach sobre los 
derechos que se transmiten a través del matrimo-
nio, el que se da entre personas del mismo sexo 
ciertamente podría brindar a cada cónyuge dere-
chos sobre la sexualidad del otro. Incapaces de 
casarse de manera legal, los hombres gay y las 
lesbianas usan varios dispositivos, como las bo-
das simuladas, para declarar su compromiso y 
deseo de una relación sexual monógama. En 
abril de 2000, Vermont aprobó una ley que per-
mite a las parejas del mismo sexo unirse legal-
mente, con todos los benefi cios del matrimonio. 
En junio de 2003, una corte estableció los matri-
monios del mismo sexo como legales en la pro-
vincia de Ontario, Canadá. El 28 de junio de 2005, 
la Casa de los Comunes de Canadá votó para ga-
rantizar plenos derechos matrimoniales a las pa-
rejas del mismo sexo a lo largo del país. En Esta-
dos Unidos, cinco estados (Massachusetts, 
Connecticut, Iowa, Vermont y New Hampshire) 
permitieron el matrimonio del mismo sexo en 
2010. Las uniones civiles para las parejas del 
mismo sexo son legales en Nueva Jersey. En reac-
ción al matrimonio del mismo sexo, los votantes 
en al menos 19 estados de la Unión Americana 
aprobaron modifi caciones en las constituciones 
de sus entidades que defi nen el matrimonio 
como una unión exclusivamente heterosexual. El 
4 de noviembre de 2008, el 52% de los california-
nos votó para derogar el derecho al matrimonio 
del mismo sexo, derecho que la corte ya había 
aprobado ese mismo año.
Los matrimonios legales del mismo sexo fácil-
mente pueden otorgar a cada cónyuge derechos 
sobre la mano de obra del otro cónyuge y sus 
productos. Algunas sociedades han permitido el 
matrimonio entre miembros del mismo sexo bio-
lógico que, sin embargo, pueden considerarse 
pertenecientes a un género diferente, socialmente 
construido. Muchos grupos nativos americanos 
tuvieron fi guras conocidas como berdaches, que 
representaban un tercer género (Murray y Ros-
coe, 1998). Se trató de hombres biológicos que 
asumieron en gran medida los modales, patrones 
conductuales y labores de las mujeres. En ocasio-
nes, los berdaches se casaban con hombres, quie-
nes compartían los productos de su labor en la 
caza y ocupaban roles masculinos tradicionales, 
mientras los berdaches desempeñaban el papel 
tradicional de mujer casada. Además, en algunas 
culturas nativas americanas, el matrimonio de 
una “mujer con corazón de hombre” (un tercero 
o cuarto género) con otra mujer implicaba la tra-
dicional división del trabajo hombre-mujer en su 
hogar. La mujer varonil cazaba y realizaba otras 
labores masculinas, mientras que la esposa re-
presentaba el papel femenino tradicional.
No hay razón lógica por la que los matrimo-
nios del mismo sexo no puedan dar a los cónyu-
ges derechos sobre la propiedad del otro. Pero 
en Estados Unidos, los mismos derechos de he-
rencia que aplican a las parejas hombre-mujer 
no se extienden a las parejas del mismo sexo. 
Por ejemplo, incluso ante la ausencia de un tes-
tamento, la propiedad puede pasar a una viuda 
o viudo del intestado o intestada. La esposa o 
esposo no pagan impuestos por herencia. Este 
benefi cio no está disponible para los hombres 
gay y las lesbianas.
¿Y qué hay del quinto derecho de Leach, esta-
blecer un fondo conjunto de propiedad, para be-
nefi ciar a los hijos? Aquí, nuevamente, las parejas 
gay y lésbicas se encuentran en desventaja. Si 
hay hijos, la propiedad se transmite por sepa-
rado, más que de manera conjunta. Algunas or-
ganizaciones sí otorgan prestaciones de personal, 
como seguro de salud y dental, a los compañeros 
domésticos del mismo sexo.
Finalmente, viene la cuestión de establecer 
una “relación de afi nidad” socialmente signifi ca-
tiva entre los cónyuges y sus parientes. En mu-
chas sociedades, uno de los principales papeles 
del matrimonio es establecer una alianza entre 
grupos, además del lazo individual. Los afi nes 
son parientes mediante matrimonio, como los 
cuñados o suegras. Para las parejas del mismo 
sexo en los Estados Unidos contemporáneos, las 
relaciones con los parientes políticos son proble-
máticas. En una unión no ofi cial, términos como 
“nuera” y “suegra” pueden sonar extraños. Mu-
chos padres tienen sospechas de la sexualidad de 
sus hijos y de sus elecciones de estilo de vida, y 
pueden no reconocer una relación de afi nidad 
con un compañero del mismo sexo que su hijo.
Esta discusión del matrimonio del mismo 
sexo tiene la intención de ilustrar los diferentes 
tipos de derechos que usualmente acompañan al 
matrimonio, al ver lo que ocurre cuando existe 
un enlace permanente sin sanción legal. En sólo 
cinco de los Estados Unidos tales uniones son to-
talmente legales. Como se ha visto, los matrimo-
nios del mismo sexo se reconocieron en diferen-
tes escenarios históricos y culturales. En ciertas 
culturas africanas, incluidos los igbo de Nigeria y 
los lovedu de Sudáfrica, las mujeres pueden ca-
sarse con otras mujeres. En situaciones en las que 
las mujeres, como las que son mercaderes promi-
nentes de África occidental, tienen posibilidad de 
amasar propiedades y otras formas de riqueza y 
pueden tomar una esposa. Tal matrimonio per-
mite que la mujer prominente fortalezca su esta-
tus social y la importancia económica de su ho-
gar (Amadiume, 1987).
mater
Madre socialmente reco-
nocida de un niño.
MATRIMONIO COMO 
ALIANZA GRUPAL
Fuera de las sociedades industriales, el matrimo-
nio con frecuencia es más una relación entre gru-
pos que entre individuos. En la sociedad occi-
dental se piensa en el matrimonio como un 
asunto individual. Aunque la novia y el novio 
por lo general buscan la aprobación de sus pa-
dres, la elección fi nal (para vivir juntos, casarse o 
divorciarse) es de la pareja. La idea del amor ro-
mántico simboliza dicha relación individual.
Las sociedades occidentales contemporáneas 
subrayan la noción de que el amor romántico es 
necesario para un buen matrimonio. Cada vez 
más, tal idea caracteriza también a otras culturas. 
En la sección “Valorar el quehacer antropoló-
gico” de este capítulo se describe un estudio 
transcultural que descubrió que el amor román-
tico está muy difundido. Los medios masivos de 
comunicación y la migración sirven de poderoso 
vehículo de difusión, hacia otras sociedades, de 
las ideas occidentales acerca de la importancia 
del amor para el matrimonio. Sin embargo, los 
matrimonios en las sociedades no occidentales 
que solía estudiar la antropología, aun cuando se 
basaban en la pasión, siguen siendo preocupa-
ción de grupos sociales más que de simples indi-
viduos. El ámbito del matrimonio se extiende de 
lo social a lo político. Los matrimonios estratégi-
cos son formas probadas y ciertas de establecer 
alianzas entre grupos.
Las personas no sólo toman un cónyuge; asu-
men obligaciones hacia un grupo de parientes 
políticos. Cuando la residencia es patrilocal, por 
ejemplo, una mujer con frecuencia debe dejar la 
comunidad donde nació. Ella enfrenta la pers-
pectiva de pasar el resto de su vida en el poblado 
de su esposo, con sus parientes. Incluso tal vez 
tenga que transferir la lealtad hacia su propio 
grupo al de su esposo.
El excrex o regalo para 
la novia y la dote
En las sociedades con grupos de ascendencia, 
las personas no llegan solas al matrimonio, sino 
con la ayuda del grupo de ascendencia. Los 
miembros del grupo de ascendencia con fre-
cuencia tienen que aportar el excrex, un regalo 
obligatorio antes, durante o después del matri-
monio del esposo y sus parientes a la esposa y 
sus parientes. Existe una expresión que hace re-
ferencia a los regalos que otorga el novio a la 
familia de la novia cuya traducción sería como 
el precio de la novia, pero es imprecisa porque las 
personas con esa costumbre usualmente no con-sideran el intercambio como una venta. No 
piensan en el matrimonio como en una relación 
comercial entre un hombre y un objeto que 
puede comprarse y venderse.
El excrex compensa al grupo de la novia por la 
pérdida de su compañera y la mano de obra. Más 
importante aún es que los hijos que nacen de la 
En Lagos, Nigeria, 
las mujeres trabajan 
con vegetales verdes 
en un mercado de la 
bahía. En algunas 
partes de Nigeria, 
mujeres mercaderes 
prominentes pueden 
tomar esposa. Tal 
matrimonio permite 
que las mujeres 
acaudaladas forta-
lezcan su estatus so-
cial y la importancia 
económica de sus 
hogares.
Excrex
Regalo nupcial dado al 
grupo de la novia por el 
grupo del marido.
300 PARTE 2 Valorar la diversidad cultural

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