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Antropología Cultural 2-páginas-29

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Capítulo 11 Matrimonio 305
rato, aunque ampliamente permitido, rara vez 
involucra cohabitación de la viuda con su nuevo 
esposo. Más aún, las viudas no se casan automá-
ticamente con el hermano del esposo sólo porque 
se les permita. Con frecuencia, prefi eren realizar 
otros arreglos (Potash, 1986).
DIVORCIO
La facilidad del divorcio varía entre las culturas. 
¿Qué factores operan para y contra el divorcio? 
Como se ve, los matrimonios que son alianzas 
políticas entre grupos resultan más difíciles de 
disolver que aquellos que son asuntos más indi-
viduales, y conciernen principalmente a la pareja 
casada y sus hijos. Se vio que un excrex sustan-
cioso puede disminuir la tasa de divorcios para 
los individuos y que los matrimonios de reem-
plazo (levirato y sororato) también funcionan 
para preservar las alianzas grupales. El divorcio 
tiende a ser más común en las sociedades matri-
lineales que en las patrilineales. Cuando la resi-
dencia es matrilocal (en el lugar de la esposa), la 
mujer simplemente puede despedir a un hombre 
con quien no es compatible.
Entre los hopi del suroeste estadounidense, 
las casas eran propiedad de clanes matrilineales, 
con residencia postmatrimonial matrilocal. La 
jefa de familia era la mujer mayor de ese hogar, 
que también incluía a sus hijas y a sus esposos e 
hijos. Aquí, un yerno no desempeñaba un papel 
signifi cativo (incluso regresaba al hogar de su 
propia madre para las actividades sociales y reli-
giosas de su clan). En esta sociedad matrilineal, 
las mujeres estaban social y económicamente se-
guras, y la tasa de divorcio era elevada. Consi-
dere a los hopi del pueblo oraibi (orayvi), al no-
reste de Arizona (Levy con Pepper, 1992; Titiev, 
1992). En un estudio de las historias maritales de 
423 mujeres oraibi, Mischa Titiev descubrió que 
el 35% se había divorciado al menos una vez. Je-
rome Levy descubrió que el 31% de 147 mujeres 
adultas se había divorciado y vuelto a casar al 
menos una vez. En comparación, con todas las 
mujeres casadas alguna vez en Estados Unidos, 
sólo el 4% se había divorciado en 1960, el 10.7% 
en 1980 y el 11.5% en 2007. Titiev caracteriza los 
matrimonios hopi como inestables. Parte de tal 
fragilidad se debía a las lealtades en confl icto con 
la parentela materna y el cónyuge. La mayoría de 
los divorcios hopi se debía a cuestiones de elec-
ción personal. Levy generaliza que, transcultu-
ralmente, las altas tasas de divorcio se correlacio-
nan con una posición económica femenina 
segura. En la sociedad hopi, las mujeres estaban 
seguras en la posesión de su hogar y tierra, y en 
la custodia de sus hijos. Además, no había barre-
ras formales al divorcio.
El divorcio es más difícil en una sociedad pa-
trilineal, en especial cuando un excrex sustan-
cioso se tiene que volver a juntar y pagar de 
nuevo si el matrimonio fracasa. Una mujer que 
reside patrilocalmente (en el hogar y la comuni-
dad de su esposo) puede experimentar reticen-
cias para dejarlo. A diferencia de los hopi, quie-
nes permiten que los niños permanezcan con la 
madre, en las sociedades patrilineales patriloca-
les se esperaría que los hijos del divorcio perma-
vivir la antropología VIDEOS
Cortejo entre los dinka
Este video muestra las prácticas de cortejo entre los 
dinka, pastores del sur de Sudán. Describe la relevan-
cia del precio de la novia o el excrex, que usualmente 
da la familia del novio a la de la novia. También se ve 
por qué esos regalos en ocasiones se consideran 
como el precio de progenie. De acuerdo con los 
dinka, ¿por qué son similares el ganado y los hijos 
(progenie)? El narrador afi rma que no hay lugar para 
el romance en el cortejo dinka. Con base en el recua-
dro “Valorar el quehacer antropológico” titulado 
“Amor y matrimonio”, y en lo que usted ve en este vi-
deo, ¿cree que tal afi rmación es verdadera? El video 
también ilustra cómo el matrimonio en esas socieda-
des deviene tanto en una relación entre grupos como 
entre individuos. Los dinka poseen grupos de ascen-
dencia. ¿Cree que son patrilineales o matrilocales? 
¿Por qué? Entre los dinka, ¿cuáles son las barreras al 
matrimonio y a la poliginia? Una mujer hopi fuera de su hogar cerca de Monument Valley, Arizona. Entre 
los hopi, las casas tradicionalmente eran propiedad de clanes matrilineales, 
con residencia posmatrimonial matrilocal. Las mujeres hopi se hallaban social 
y económicamente seguras, y la tasa de divorcio era elevada.
306 PARTE 2 Valorar la diversidad cultural
necieran con su padre, como miembros de su 
patrilinaje. Desde la perspectiva de las mujeres, 
éste es un fuerte impedimento para el divorcio.
Factores políticos y económicos complican el 
proceso de divorcio. Entre los forrajeros, dife-
rentes situaciones tienden a favorecer y opo-
nerse al divorcio. ¿Qué factores funcionan con-
tra los matrimonios duraderos? Dado que los 
forrajeros no forman grupos de ascendencia, las 
funciones de alianza política del matrimonio 
son menos importantes entre ellos que para los 
productores de alimentos. Los forrajeros con 
frecuencia tienen posesiones materiales míni-
mas. El proceso para disolver un fondo común 
de propiedad es menos complicado cuando los 
cónyuges no poseen recursos sustanciales co-
munes. ¿Qué factores favorecen la estabilidad 
matrimonial entre los forrajeros? En las socieda-
des donde la familia durante todo el año es una 
unidad importante, con una división del trabajo 
que se basa en el género, los lazos entre cónyuges 
tienden a ser duraderos. Además, las poblacio-
nes dispersas signifi can pocas alternativas para 
encontrar otro cónyuge si un matrimonio no fun-
ciona. Pero, en las sociedades organizadas en 
bandas, los forrajeros siempre pueden encontrar 
un bando para unirse o volverse a unir si un ma-
trimonio no funciona. Y los productores de ali-
mentos siempre pueden apoyarse en las tierras 
de su grupo de ascendencia si un matrimonio 
fracasa. Con la patrilinealidad, una mujer con 
frecuencia puede regresar a casa, aunque sin sus 
hijos, y con la matrilinealidad, un hombre puede 
hacer lo mismo. Las posesiones del grupo de as-
cendencia no se transfi eren mediante matrimo-
nios, aunque los recursos móviles como el ga-
nado excrex ciertamente sí.
En las sociedades occidentales contemporá-
neas, cuando el romance falla, también fracasa el 
matrimonio; o bien, éste puede no terminar si los 
otros derechos conyugales, como se discutió an-
teriormente en este capítulo, son convincentes. 
Los lazos económicos y las obligaciones con los 
hijos, junto con otros factores, como la preocupa-
ción por la opinión pública, o la simple inercia, 
pueden mantener los matrimonios intactos des-
pués de que se desvanecen el sexo, el romance 
y/o el compañerismo. Además, incluso en las so-
ciedades modernas, la realeza, los líderes y otras 
élites pueden sostener matrimonios políticos si-
milares a los matrimonios arreglados de las so-
ciedades no industriales.
En Estados Unidos se han conservado las cifras 
de divorcio desde 1860. Los divorcios tienden a 
aumentar después de las guerras y a disminuir 
cuando las épocas son malas económicamente. La 
inserción laboral de las mujeres y una débil de-
pendencia económica hacia el esposo como pro-
veedor facilita la decisión para el divorcio cuando 
el matrimonio presenta serios problemas.
La tabla 11.1 se basa en dos mediciones de la 
tasa de divorcios. La columna izquierda mues-
tra la tasa por cada 1 000 personas por año en la 
población global. En la columna derecha apa-
rece la tasa anual por 1 000 mujeres casadas de 
15 años o más, que es la mejor medida del divor-
cio. En cualquier caso, al comparar 2000 con 
1960, la tasa de divorcio se duplica. Note que la 
tasa se elevó ligeramente después de la Segunda 
Guerra Mundial (1950), y una década después 
declinó (1960). El más notable aumento de la 
tasa ocurrió entre 1960 y 1980. En realidad, la 
tasa ha caído desde 1980, y siguió en picada en-
tre 2000 y 2005.
Entre las naciones, Estados Unidos posee una 
de las tasas de divorciomás altas del mundo. 
Existen muchas causas probables: económicas, 
culturales y religiosas, entre otras. Económica-
mente, Estados Unidos presenta un mayor por-
centaje de mujeres con empleos pagados que la 
mayoría de las naciones. El trabajo fuera de casa 
ofrece una base para la independencia, y tam-
bién provoca tensiones en el matrimonio y la 
vida social para ambos compañeros. Cultural-
mente, los estadounidenses tienden a valorar la 
independencia y su forma moderna, la auto-
rrealización. Además, el protestantismo (en sus 
varias modalidades) es la religión más común 
en Estados Unidos. De las dos principales reli-
giones en Estados Unidos y Canadá (donde pre-
domina el catolicismo), el protestantismo ha 
sido menos severo en denunciar el divorcio que 
el catolicismo.
TABLA 11.1 Tasas cambiantes de divorcio 
(número por año) en Estados Unidos, de 
1940 a 2006.
AÑO
TASA DE 
DIVORCIOS 
POR 1 000 
HABITANTES
TASA DE 
DIVORCIO POR 
1 000 MUJERES 
CON EDADES DE 
15 AÑOS Y MÁS
1940 2.0 8.8
1950 2.6 10.3
1960 2.2 9.2
1970 3.5 14.9
1980 5.2 22.6
1990 4.7 20.9
2000 4.2 19.5
2006 3.6 NA
FUENTE: S. C. Clarke, “Advance Report of Final Divorce Statistics, 
1989 and 1990”, Monthly Vital Statistics Report 43(8, 9), Hyatts-
ville, MD: National Center for Health Statistics; R. Hughes, Jr., “De-
mographics of Divorce”, 1996, http://www.hec.ohiostate.edu/
famlife/divorce/demo.htm; National Vital Statistics Reports 54(12), 
2006, http://www.cdc.gov/nchs/data/nvsr/nvsr54/nvsr54_12.pdf; 
Statistical Abstract of the United States 2009, tabla 77, p. 63.

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