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Capítulo 13 Artes, medios de comunicación y deportes 361 analizar en términos de su naturaleza, inclu- yendo su simbolismo y sus efectos. También puede ser analizado como un texto. Por lo gene- ral se piensa en un texto como en un libro como éste, pero el término posee un signifi cado más general. Texto puede referirse a cualquier cosa que las personas puedan “leer”; esto es que pro- cesen, interpreten y le asignen sentidos. Desde tal perspectiva, un texto no tiene que estar es- crito. El término puede referirse a una película, una imagen o un evento. Los “lectores”, o usua- rios del texto, hacen sus propias interpretaciones y derivan sus propios sentimientos del mismo. Los “lectores” de los mensajes en los medios de comunicación constantemente producen sus pro- pios signifi cados. En su libro Understanding Popular Culture (1989), John Fiske ve el uso que cada individuo hace de la cultura popular como un acto creativo (una “lectura” original de un texto). Por ejemplo, una estrella de rock o de una película particular signifi can algo diferente para cada fanático, así como para cada persona que realmente odie a dicha estrella o película. Como Fiske señala: “los signifi cados que hago de un texto son agradables cuando siento que son mis signifi cados y que se relacionan con mi vida cotidiana en una forma práctica y directa” (1989, página 57). Todas las personas “leen” creativamente los medios impre- sos, junto con la música, la televisión, las pelícu- las, las celebridades y otros productos de la cul- tura popular (vea Fiske y Hartley, 2003). Los consumidores de medios de comunica- ción seleccionan, evalúan e interpretan selecti- vamente los medios en formas que tienen sen- tido para ellos. Las personas usan medios de comunicación por todo tipo de razones: para validar creencias, satisfacer fantasías, encontrar mensajes no disponibles en el escenario local, encontrar información, hacer comparaciones so- ciales, aliviar las frustraciones, trazar cursos so- ciales y formular planes de vida. A través de la cultura popular, incluidos varios medios de co- municación, las personas pueden resistir simbó- licamente las relaciones de poder desiguales que enfrentan cada día en la familia, el trabajo y el salón de clase. La cultura popular (desde el hip-hop hasta la comedia) expresa descontento y resistencia de grupos que son o se sienten impo- tentes u oprimidos. En un pueblo en el sur de Brasil, Alberto Costa descubrió la atracción de mujeres y adultos jóve- nes de ambos sexos hacia las telenovelas, progra- mas melodramáticos nocturnos con frecuencia comparados con los culebrones estadounidenses, que por lo general presentan sofi sticados escena- rios urbanos (vea Kottak, 1990a). En la pequeña comunidad que estudió Costa (como parte de un estudio más grande de la televisión en Brasil, en el que participó el autor), los jóvenes y las muje- res usaban el contenido más liberal de las teleno- velas para retar las normas locales conservadoras. En Brasil, los profesionales de la información y guardianes de la moral tradicionales (por ejem- texto Producto cultural al que alguien, expuesto a él, procesa y le asigna signifi cado. Durante años, las películas de Bollywood y la in- dustria de la televi- sión de la India han sido un importante centro no occidental de producción cultu- ral. Aquí se muestra a un trabajador de cine hindú que monta un cartel de la película ganadora del Oscar Slumdog Millionaire, que se inspiró, en parte, en la tradición de Bollywood. 362 PARTE 2 Valorar la diversidad cultural plo, ancianos, élites, intelectuales, educadores y el clero) tienden a ser más suspicaces y desdeño- sos de los medios que las personas menos pode- rosas, probablemente porque los mensajes en los medios con frecuencia chocan con los suyos. En un estudio más reciente, en Michigan, que se enfocó en el uso de los medios de comunica- ción en el contexto del trabajo y las decisiones familiares, Lara Descartes y el autor (2009) des- cubrieron que los padres seleccionaban mensajes en los medios que apoyaban y reforzaban sus propias opiniones y elecciones de vida. Variadas imágenes en los medios, acerca del trabajo y la familia, permitían a los padres dar sentido a lo que otros pensaban y hacían, y a identifi car o contrastar las propias imágenes con las fi guras en los medios. Los informantes se compararon con personas y situaciones de los medios, así como con personas en sus propias vidas. Tam- bién descubrieron, como en Brasil, que algunas personas (tradicionalistas) eran mucho más des- deñosas, desconfi adas u hostiles hacia los me- dios de comunicación que otras. Cuando la gente busca ciertos mensajes y no pueden encontrarlos fácilmente en sus comuni- dades domésticas, es probable que busque en al- guna otra parte. Los medios de comunicación ofrecen una rica red de conexiones externas (a través del cable, satélite, internet, televisión, pelí- culas, radio, teléfonos, impresos y otras fuentes) que pueden proporcionar contacto, información, entretenimiento y potencial validación social. En Brasil, el mayor uso de todos los medios de co- municación (por ejemplo, la televisión y la prensa) es para cubrir necesidades como la de una orientación externa, un deseo general de in- formación, contactos, modelos y apoyo más allá de los que se hallaban disponibles local y rutina- riamente. Este papel vinculante de los medios de comunicación probablemente es menos relevante para las personas que se sienten más cómodas en y con sus escenarios locales. Para algunos de los informantes de Michigan, los medios ofrecían una puerta de bienvenida a un mundo más am- plio, mientras que otros se sentían cómodos con, e incluso buscaban aumentar, su aislamiento, y limitar tanto la exposición a los medios como los contactos sociales exteriores de ellos mismos y de sus hijos. La conexión con un mundo más amplio, real o imaginado, es una forma de moverse más allá de los estándares y expectativas locales, incluso si el escape sólo es temporal e indirecto. David Igna- tius (2007) describe el valor escapista de las nove- las inglesas del siglo xix, que se expresa de ma- nera particular a través de sus heroínas, mujeres que eran “buscadoras apasionadas” del “pensa- miento libre y la libertad personal”, y rechazaban las “comodidades fáciles y los matrimonios arre- glados de su clase” en su búsqueda de algo más. A pesar (y/o debido a) sus temperamentos inde- pendientes o rebeldes, personajes como Eliza- beth Bennett, en Orgullo y prejuicio de Jane Aus- ten, casi siempre encuentran un fi nal feliz. Los lectores simpatizantes del siglo xix descubrieron que el éxito de tales heroínas “satisfacía profun- damente” porque había muy pocas oportunida- des en la vida real (la comunidad local) de ver tal comportamiento y elecciones (todas citas de Ig- natius, 2007:A21). Las artes permiten imaginar posibilidades más allá de las circunstancias y experiencias persona- les. Los medios masivos de comunicación son una importante fuente de tal imaginería. En el recua- dro de “Valorar la diversidad” del presente capí- tulo se ve cómo la cultura popular estadounidense contemporánea crea mundos sociales idealizados. Mientras los medios de comunicación celebran a los ricos y famosos, las personifi caciones de los medios con frecuencia presentan un estilo de vida de clase media alta homogeneizada en la que se minimiza la diversidad social. Esto contrasta con la diversidad de clase que tipifi ca la televisión brasileña, que se estudia más adelante en este ca- pítulo. Un enfoque antropológico en las artes re- conoce que deben entenderse en relación con la diversidad sociocultural en tiempo y espacio. Otro papel de los medios es proporcionar una base social para compartir, cuando las familias o los amigos al reunirse miran sus programas favo- ritos o asisten a eventos como juegos y presenta- ciones. Los medios pueden ofrecer un terreno comúnpara grupos mucho más grandes, nacio- nal e internacionalmente. Brasileños e italianos pueden estar igualmente excitados, al mismo tiempo, pero con emociones radicalmente dife- rentes, por un gol anotado en un partido de fút- bol de la copa del mundo. Y pueden recordar el mismo gol ganador o cabezazo durante décadas. La información y el conocimiento comunes que adquieren las personas mediante su exposición a los mismos medios ilustran la cultura en el sen- tido antropológico. (Para otros papeles, funcio- nes y efectos de los medios de comunicación, vea Askew y Wilk, eds., 2002, y Ginsburg, Abu-Lug- hod y Larkin, eds., 2002.) Valoración de los efectos de la televisión En el estudio brasileño que mencionamos en la última sección, y que describimos más amplia- mente en el capítulo 1, estudiamos cómo infl uye la televisión en el comportamiento, las actitudes y los valores. Dicha investigación es la base del libro Prime-Time Society: An Anthropological Analysis of Television and Culture (edición am- pliada, 2010), un estudio comparativo de la tele- visión en Brasil y Estados Unidos. Un posible efecto de la televisión sobre el comportamiento reproductivo lo sugería un estudio en la prensa popular. Primero consideré la posibilidad de que
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