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Antropología Cultural 2-páginas-55

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Capítulo 13 Artes, medios de comunicación y deportes 367
versidades o el gobierno. El fútbol americano, 
argumentan los antropólogos, nos ayuda a en-
tender cómo se toman las decisiones y se asignan 
las recompensas en las organizaciones.
Montague y Morais vinculan los valores del 
fútbol americano, en particular el trabajo en 
equipo, a los asociados con los negocios. Como 
los trabajadores corporativos, los jugadores 
ideales son diligentes y dedicados al equipo. Sin 
embargo, dentro de las corporaciones, la toma 
de decisiones es complicada, y a los trabajado-
res no siempre se les recompensa su dedicación 
y buen desempeño laboral. Las decisiones son 
más simples y las recompensas más consisten-
tes en el fútbol americano, afi rman estos antro-
pólogos, lo que ayuda a explicar su populari-
dad. Incluso si uno no puede imaginar cómo 
operan ExxonMobil o Microsoft, cualquier faná-
tico puede volverse experto en reglas de fútbol 
americano, equipos, marcadores, estadísticas y 
patrones de juego. Más importante aún, el fút-
bol americano sugiere que los valores destaca-
dos por los negocios en realidad sí pagan. Los 
equipos cuyos miembros trabajan más duro, 
muestran más espíritu, se desempeñan y coor-
dinan mejor sus talentos, pueden esperar ganar 
con más frecuencia que otros equipos que no lo 
hacen.
Para ilustrar los valores del trabajo duro y en 
equipo, considere algunas citas de la historia 
acerca del mariscal de campo de los Patriotas de 
Nueva Inglaterra, Tom Brady, seleccionado como 
Atleta Masculino de la Associated Press en el 
2007. Al valorar el trabajo duro: “Tom Brady 
llega al Gillette Stadium antes de salir el sol. 
Como siempre, hay trabajo por hacer, y no hay 
tiempo que perder.” “Lo ves ahí a las 6:15 de la 
mañana, levantando pesas, observando películas 
y ejercitándose.” Acerca del valor del trabajo en 
equipo: “Juego en un deporte de equipo”, dice 
Brady. “Con todos con los que juego, somos res-
ponsables por aquello que logramos tanto como 
individuos y como equipo.” (Todas las citas de 
Ulman, 2007.)
¿Qué determina el éxito 
deportivo internacional?
¿Por qué determinados países destacan en de-
portes particulares? ¿Por qué ciertas naciones 
apilan docenas de medallas olímpicas, mientras 
otras ganan sólo un puñado, o ninguna en abso-
luto? No se trata simplemente de ser rico o pobre, 
desarrollado o en vías de desarrollo, o incluso de 
apoyo gubernamental o de otra institución para 
los atletas prometedores. Incluso no es cuestión 
de “voluntad nacional por ganar”, porque, aun-
que ciertas naciones subrayan el triunfo incluso 
más que los estadounidenses, un enfoque cultu-
ral sobre ganar no necesariamente conduce al re-
sultado deseado.
Los valores culturales, las fuerzas sociales y 
los medios de comunicación infl uyen en el éxito 
deportivo internacional. Es posible comprobarlo 
al contrastar a Estados Unidos con Brasil, dos 
países con proporciones continentales y grandes 
poblaciones física y étnicamente diversas. Aun-
que cada una es una gran potencia económica en 
el continente, ofrecen reveladores contrastes en 
el éxito olímpico: en las Olimpiadas de verano 
2008, Estados Unidos ganó 110 medallas, mien-
tras que Brasil obtuvo sólo 15.
Mediante la demostración visual, los comen-
tarios y la explicación de las reglas y el entrena-
miento, los medios de comunicación pueden au-
mentar el interés en todos los tipos de deportes: 
amateur y profesional, de equipo e individual, 
espectador y participativo. El interés de los esta-
dounidenses en los deportes se ha afi nado a tra-
vés de los años por la infl uencia cada vez más 
creciente de los medios de comunicación, que 
proporcionan un torrente constante de partidos, 
juegos, postemporada, campeonatos y análisis. 
La televisión por cable y satélite ofrece cobertura 
deportiva de manera constante, incluidos paque-
tes para cada deporte y temporada. El Súper Ta-
zón es un evento nacional. Los juegos olímpicos 
obtienen extensa cobertura y atraen audiencias 
signifi cativas. La televisión brasileña, en con-
traste, tiene mucho menos cobertura deportiva, 
no cuenta con un evento anual televisado nacio-
nalmente comparable al Súper Tazón o a la Serie 
Mundial. El mundial de fútbol soccer se realiza 
cada cuatro años, y es el único evento deportivo 
que de manera consistente consigue enormes au-
diencias nacionales.
En las competencias internacionales, los atletas 
brasileños destacados, como el nadador meda-
llista de plata de la Olimpiada de 1984, Ricardo 
Prado, o cualquier jugador de soccer en las 
Olimpiadas o la copa del mundo, representan 
a los brasileños, casi en la misma forma 
que el congreso representa al pueblo 
estadounidense. 
Un triunfo por 
parte de un 
equipo brasileño, 
o la ocasional victo-
ria individual de un atleta 
nacional reconocido, se 
percibe como algo que 
brinda respeto a toda la 
nación, pero los me-
dios de comunicación 
brasileños son increí-
blemente intoleran-
tes con los perdedo-
res. Cuando Prado 
nadó para su meda-
lla en las fi nales del 
400 combinado indivi-
dual, durante horario 
El mariscal de 
campo de los Patrio-
tas de Nueva Ingla-
terra, Tom Brady 
(12), llama a una ju-
gada durante un 
juego de fútbol de la 
NFL contra los Bron-
cos de Denver, el do-
mingo 11 de octubre 
de 2009, en Denver. 
Brady es un ejemplo 
de los valores de tra-
bajo duro y en 
equipo considerados 
tan importantes en 
el fútbol americano.
368 PARTE 2 Valorar la diversidad cultural
estelar en la televisión nacional, una revista noti-
ciosa observó que “fue como creer que él repre-
sentaba a todo el país con traje de baño, que sal-
taba a la alberca en una búsqueda colectiva del 
éxito” (Isto É, 1984). Los propios sentimientos de 
Prado confi rmaron la revista: “cuando estuve en 
el podio, sólo pensaba en una cosa: qué pensa-
rían del resultado en Brasil”. Después de batir su 
anterior récord del mundo por 1.33 segundos, y 
terminar en segundo lugar, Prado dijo a un com-
pañero de equipo: “creo que hice todo bien. Me 
siento como un ganador, ¿pero en Brasil pensa-
rán que soy un perdedor?” Prado se dio cuenta 
de que, mientras nadaba, su presentación era en 
horario estelar y que “todo Brasil lo estaría 
viendo” (Veja, 1984a). Se quejó de tener las expec-
tativas de todo un país enfocadas en él. Contrastó 
las situaciones de los atletas brasileños y estado-
unidenses. Estados Unidos tiene, dijo, tantos atle-
tas, que uno solo no debe concentrar las esperan-
zas de todo un país (Veja, 1984a).
Por fortuna, Brasil pareció valorar el desem-
peño de Prado, que era responsable de “el mejor 
resultado que hubiese tenido Brasil en la nata-
ción olímpica” (Veja, 1984a). Anteriormente, el 
país había ganado un total de tres medallas de 
bronce. Al catalogar a Prado como “el hombre de 
plata”, los medios de comunicación nunca se 
cansaron de caracterizar su evento principal, los 
400 combinados individual, en el que alguna vez 
ostentó el récord mundial, como el evento más 
importante de la natación. Sin embargo, el tipo 
de palabras para Ricardo Prado no se extendie-
ron al resto del equipo brasileño. La prensa la-
mentó su “sucesión de fracasos... acumulados en 
los primeros días de competencia” (Veja, 1984a). 
(Brasil fi nalmente consiguió el oro en natación en 
los juegos de 2008 en Beijing, con César Cielo 
Filho, quien ganó los 50 metros estilo libre.)
Puesto que se espera que los atletas brasileños 
representen a todo su país, y porque se enfatizan 
los deportes de equipo, sus medios de comunica-
ción se enfocan de manera muy exclusiva en la 
victoria. Ganar, desde luego, también es un valor 
cultural estadounidense, en particular para los 
deportes de equipo, como en Brasil. Los entrena-
dores de fútbol americano son famosos por co-
mentarios como “ganar no lo es todo; es lo único” 
y “muéstrame un buen perdedor y te mostraré a 
un perdedor”. Sin embargo, y particularmente 
para los deportes como carreras, natación, clava-
dos, gimnasia y patinaje, que se enfocan en el indi-viduo, y en los que los atletas estadounidenses 
por lo general muestran buen desempeño, la cul-
tura estadounidense también admira las “victo-
rias morales”, los “mejores registros personales”, 
los “retornos de atletas” y las “Olimpiadas espe-
ciales”, por lo que alaban a quienes corren buenas 
carreras sin terminar primero. En los deportes 
amateur e individuales, la cultura estadounidense 
nos dice que el trabajo duro y la superación perso-
nal pueden ser tan relevantes como ganar.
Los estadounidenses están tan acostumbrados 
a que les digan que su cultura enfatiza en exceso el 
triunfo, que pueden encontrar difícil creer que 
otras culturas lo valoren más. Brasil ciertamente lo 
Nadadores toman la 
salida en una elimi-
natoria de los 50 
metros mariposa 
para varones en el 
campeonato mun-
dial de natación en 
Roma, Italia, el 26 de 
julio de 2009. Depor-
tes como la nata-
ción, los clavados y 
la pista dan valor es-
pecial, no sólo al ga-
nador, sino también 
a los “mejores regis-
tros personales” y a 
“volver a la 
competencia”.

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