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396 PARTE 3 Un mundo cambiante ¿Cómo pueden los antropólogos ayudar a las personas que estudian? La expansión de la in- dustrialización, ilustrada por la minería que se describe aquí, contribuyó a la destrucción de economías, ecologías y poblaciones indígenas. En la actualidad, conglomerados multinacio- nales, junto con naciones como Papúa Nueva Guinea, repiten a un ritmo acelerado, el pro- ceso de agotamiento de recursos que comenzó en Europa y Estados Unidos durante la revolu- ción industrial. Sin embargo, afortunada- mente, el mundo actual cuenta con algunos vigilantes ambientales, incluidos los antropó- logos, que no existían durante los primeros si- glos de la revolución industrial. Aquí se describe un rompecabezas que enfrenta una gran universidad. ¿Una fi rma cuyas operacio- nes destruyeron los paisajes y hábitats indíge- nas es un consultor adecuado para un instituto dedicado a la sustentabilidad ecológica? En la década de 1990, la gigante compañía minera ahora conocida como BHP Billiton atrajo la condena del mundo por el daño am- biental de su mina de cobre y oro en Papúa Nueva Guinea. Sus prácticas de minería des- truyeron la forma de vida de miles de familias de agricultores y pescadores que vivían a lo largo y subsistían de los ríos que contaminó la mina. Gracias a un litigio sin antecedentes, la comunidad demandó a la compañía y ésta llegó a un acuerdo para compensarlos. En la actualidad, muchos activistas y aca- démicos que trabajan a favor de los indígenas alrededor del mundo, dicen que la compañía sigue evadiendo su responsabilidad por los problemas que sus minas crean a las comuni- dades en zonas no desarrolladas del mundo. Sin embargo, en la Universidad de Michi- gan en Ann Arbor, BHP Billiton goza de una reputación más elevada: es uno de los 14 miembros corporativos de un consejo consul- tivo externo para el nuevo Instituto de Sustenta- bilidad Ambiental Graham de esa universidad. Los críticos dentro y fuera de ella afi rman que la decisión de Michigan de reclutar a BHP Billiton como consejero para un instituto de- dicado a la sustentabilidad da una imagen negativa de la universidad y permite a la com- pañía presumir de un estatus de responsabili- dad ambiental y social que no merece. El director del instituto dice que está satis- fecho porque la compañía es seria en su compromiso de operar en una forma más sustentable. Los argumentos hacen eco a las discusio- nes acerca de la “cobertura verde” corporativa que surgieron en la Universidad de Stanford y la Universidad de California en Berkeley acerca de las subvenciones importantes para la inves- tigación erogadas por ExxonMobil y BP, respec- tivamente. Más recientemente, en el Instituto Smithsoniano, el debate surgió entre sus admi- nistradores: aceptar o no un donativo del Ame- rican Petroleum Institute para una exhibición sobre los océanos en el museo; dicho sea de paso, el donativo se retiró en noviembre. Para uno de los críticos de BHP Billiton en Michigan, el confl icto es personal. Stuart Kirsch, profesor asociado de antropología, ha pasado gran parte de su carrera académica documentando el daño de la mina Ok Tedi de BHP Billiton en Papúa Nueva Guinea. Kirsch, quien primero visitó algunas de las comunidades afectadas como joven etnó- grafo en 1987, se involucró en el litigio contra la compañía y ayudó a los pobladores a parti- cipar en la resolución legal en 1996. “Pospuse mi carrera mientras me convertía en acti- vista”, dice. Posteriormente publicó varios artículos relacionados con su trabajo con los yonggom mientras peleaban por el reconocimiento y la compensación de los operadores de la mina, estudios que le ayudaron a ganar un nom- bramiento vitalicio en la universidad este año, y sigue involucrado con la red de acti- vistas y académicos que examinan la mine- ría y su impacto en las comunidades subde- sarrolladas alrededor el mundo. Las prácticas de la compañía contamina- ron los ríos Ok Tedi y Fly e hicieron que miles de personas dejaran sus hogares porque las inundaciones inducidas por la mina hicieron imposible el cultivo de alimentos para su sub- sistencia, dice Kirsch. BHP Billiton, con sede en Australia, reco- noció más tarde que la mina “no era compati- ble con nuestros valores ambientales” y la vendió a una compañía independiente que paga todas sus regalías mineras al gobierno de Papúa Nueva Guinea. Pero Kirsch dice que, al hacerlo, la compa- ñía evadió la responsabilidad de reparar el daño que causó. BHP Billiton declara que ha- valorar el quehacer ANTROPOLÓGICO ¿La minería es sustentable? 397Capítulo 14 El sistema mundial y el colonialismo bría preferido cerrar la mina, pero el gobierno de Papúa Nueva Guinea necesitaba tales in- gresos y presionó para mantenerla abierta. El arreglo liberó a BHP Billiton de cualquier re- clamo a futuro por el daño ambiental. “No limpiaron; no tomaron la responsabili- dad del daño que hicieron”, dice Kirsch acerca de la compañía. Con ese historial, “¿se su- pone brinda apoyo educativo a la Universidad de Michigan?” Illtud Harri, vocero de BHP Billiton, dice que la compañía lamenta su pasado con Ok Tedi, pero considera que su retiro de la mina “es una salida responsable” que deja en su lugar un sistema que apoya programas edu- cativos, agrícolas y sociales para la gente de la comunidad. Apunta que la compañía también está a favor de normas más éticas en sus proyectos. La compañía minera se instala sólo cuando puede cumplir por completo con las leyes ambientales del país anfi trión. En lugares donde los requisitos regulatorios se ubican por debajo de los de la compañía, “siempre nos guiaremos por nuestros estándares su- periores”, dice. Talbot, director interino del instituto de sus- tentabilidad con dos años de antigüedad, de- clara: “intencionalmente seleccionamos un grupo de organizaciones de distintos sectores” para el consejo consultivo de una lista de aproximadamente 140 nominaciones... y varias compañías que “no hacían esfuerzos serios” por la sustentabilidad fueron rechazadas... BHP Billiton, una compañía formada a par- tir de la fusión en 2001 de la empresa minera australiana Broken Hill Proprietary Company con Billiton, con sede en Londres, ahora es la compañía minera más grande del mundo, con más de 100 operaciones en 25 países. Los estatutos de BHP Billiton incluyen una cláusula de que la compañía ostenta “un compromiso decisivo con la salud, la seguri- dad, la responsabilidad ambiental y el desa- rrollo sustentable”. Pero sus críticos señalan que la compañía sigue teniendo un papel principal en proyectos de minería con histo- riales cuestionables acerca de derechos am- bientales y humanos, aun cuando en mu- chos de esos casos no es directamente responsable. Kirsch, quien ahora está ausente de Michi- gan porque escribe un libro, dice que planea presionar para realizar un foro abierto en la universidad, que incluya a científi cos ambien- tales, indígenas afectados por la mina Ok Tedi y funcionarios de la compañía. BHP Billiton tiene los recursos para pre- sentarse a sí misma como “el héroe ecoló- gico”, pero, dice Kirsch, “es mucho más difícil que se escuche a la gente de los ríos Ok Tedi y Fly”. Un foro podría ayudar a corregir ese desequilibrio, apunta. “Que los estudiantes y el personal docente decidan si ésta es una compañía adecuada para aconsejar a la Universidad de Michigan”, dice Kirsch. “Se- ría un proceso educativo para todos los in- volucrados.” FUENTE: Goldie Blumenstyk, “Mining Company In- volved in Environmental Disaster Now Advises Sus- tainability Institute at U. of Michigan”, Chronicle of Higher Education, vol. 54, Issue 15 (7 de diciembre de 2007), página A22. Copyright 2007, The Chroni- cle of Higher Education. Reimpreso con permiso. Esta fotografía de la mina de cobre Ok Tedi, tomada el 10 de febrerode 2002, muestra la devastación ecológica del paisaje natural.
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