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420 PARTE 3 Un mundo cambiante escala mucho menor que la que honraba a san Francisco. Los arembepeiros los celebran ahora con un nuevo vigor y entusiasmo, como una re- acción a los extranjeros y sus celebraciones, rea- les y televisadas. ELABORACIÓN Y REELABORACIÓN DE LA CULTURA Para comprender el cambio cultural, es impor- tante reconocer que los signifi cados pueden ge- nerarse localmente. Las personas asignan sus propios signifi cados y valores a los textos, men- sajes y productos que reciben. Dichos signifi ca- dos refl ejan sus antecedentes culturales y expe- riencias. Indigenización de la cultura popular Cuando las fuerzas de los centros mundiales in- fl uyen en las nuevas sociedades, se indigenizan y modifi can para encajar en la cultura local. Esto es cierto para fuerzas culturales tan diversas como la comida rápida, la música, los estilos de viviendas, la ciencia, el terrorismo, las celebraciones y las ideas e instituciones políticas (Appadurai, 1990). Considere la recepción de la cinta Rambo en Aus- tralia como un ejemplo de cómo la cultura popu- lar puede ser indigenizada. Michaels (1986) des- cubrió que Rambo es una película muy popular entre los aborígenes en el desierto de Australia central, quienes construyeron sus propios signifi - En San Gimignano, Italia, niños y jóve- nes visten disfraces medievales en un desfi le por las calles durante una de las muchas exhibicio- nes al aire libre del pueblo. Cada vez más, las comunida- des locales interpre- tan ceremonias “tradicionales” para la televisión y los turistas. indigenizado Modifi cado para encajar en la cultura local. cados sobre ella. Su “lectura” fue muy diferente a la que imaginaron los creadores de la propia cinta y a la de la mayoría de los estadounidenses. Los aborígenes australianos vieron a Rambo como una representación del tercer mundo que se invo- lucra en una batalla con la clase ofi cial blanca. Tal lectura expresa sus sentimientos negativos hacia el paternalismo blanco y sobre las relaciones racia- les existentes. Los nativos australianos también imaginaron que había lazos tribales y vínculos de parentesco entre Rambo y los prisioneros que res- cataba. Todo esto cobraba sentido con base en su experiencia. Los aborígenes australianos se en- cuentran desproporcionadamente representados en las cárceles australianas. Su liberador más pro- bable sería alguien con un vínculo personal con ellos. Dichas lecturas de Rambo son signifi cados relevantes que se producen a partir del texto y no por el texto (Fiske, 1989). Un sistema global de imágenes Todas las culturas expresan imaginación: en sueños, fantasías, canciones, mitos e historias. Sin embargo, en la actualidad, más personas en muchos más lugares imaginan “un conjunto más amplio de vidas ‘posibles’ como nunca an- tes. Una importante fuente de este cambio son los medios masivos de comunicación, que pre- sentan una rica reserva, siempre cambiante, de vidas posibles” (Appadurai, 1991, p. 197). Esta- dos Unidos como centro de medios de comuni- cación se unió a Canadá, Japón, Europa occi- dental, Brasil, México, Nigeria, Egipto, India y Hong Kong. Capítulo 15 Confl ictos en el mundo actual 421 Como la prensa ha hecho durante siglos (An- derson, 1991), los medios masivos electrónicos también pueden difundir, e incluso ayudan a crear, identidades nacionales y étnicas. La prensa, la televisión y la radio pueden difundir las cultu- ras de diferentes países dentro de sus propias fronteras, lo que aumenta la identidad cultural nacional. Por ejemplo, millones de brasileños an- teriormente desconectados (por aislamiento geo- gráfi co o analfabetismo) de los eventos y la infor- mación urbanos y nacionales, ahora participan en un sistema de comunicación nacional, a través de las redes de televisión (Kottak, 1990a). Estudios transculturales sobre la televisión contradicen una creencia etnocéntrica estadouni- dense acerca de su consumo en otros países. Esa mala interpretación se basa en que los programas estadounidenses inevitablemente triunfan sobre los productos locales. Mas esto no sucede cuando hay una atractiva competencia local. En Brasil, por ejemplo, la red más popular (TV Globo) se apoya enormemente en las producciones locales, en especial las telenovelas. Globo transmite cada noche para la audiencia más grande y dedicada del mundo (acaso 80 mi- llones de televidentes en toda la nación). Los pro- gramas que atraen a esta multitud los realizan brasileños para sus propios connacionales. Por tanto, no es la cultura estadounidense, sino una nueva cultura panbrasileña nacional la que pro- paga la televisión. Las producciones brasileñas también compiten en el ámbito internacional. Se exportan a más de 100 países, que abarcan Lati- noamérica, Europa, Asia y África. Es posible generalizar que la programación culturalmente extranjera no tendrá mucho éxito en cualquier parte cuando está disponible una opción local de calidad. La confi rmación pro- viene de muchos países. Las producciones nacio- nales son muy populares en Japón, México, In- dia, Egipto y Nigeria. A mediados de la década de 1980, un estudio arrojó que el 75% de los te- lespectadores nigerianos prefi rió producciones locales. Sólo un 10% favoreció las importaciones, y el restante 15% optó por ambas. Las produccio- nes locales son exitosas en Nigeria porque “están llenas de momentos cotidianos con los que puede identifi carse la audiencia” (Gray, 1986). Treinta millones de personas miraron una de las series más populares, The Village Headmaster, cada se- mana. Dicho programa llevó valores rurales a la pantalla de los citadinos, que habían perdido el contacto con sus raíces rurales (Gray, 1986). Los medios masivos de comunicación tam- bién pueden desempeñar un papel en el mante- nimiento de identidades étnicas y nacionales en- tre las personas cuya experiencia de vida es trasnacional. Los musulmanes de habla árabe, incluidos los migrantes, en muchos países siguen la red de televisión Al Jazeera, con base en Qatar, lo que ayuda a reforzar las identidades étnicas y religiosas. Conforme el grupo se mueve, puede permanecer vinculado con otros y con su patria a través de los medios de comunicación. Las diásporas (personas que se dispersan desde una patria original ancestral) han ampliado todos los mercados para los medios de comunica- ción, los servicios de comunicación y de viajes dirigidos a audiencias étnicas, nacionales o reli- giosas específi cas. Por una cuota, una estación PBS en Fairfax, Virginia, ofrece más de 30 horas a la semana a grupos inmigrantes, en el área del Distrito de Columbia, para hacer programas en su propio idioma. Una cultura global de consumo Además de los medios electrónicos, otra fuerza trasnacional clave son las fi nanzas o el mercado. Las corporaciones multinacionales y otros intere- ses empresariales buscan, más allá de las fronte- ras de los países, lugares para invertir y obtener ganancias. Como dice Arjun Appadurai (1991, p. 194): “dinero, mercancías y personas se persi- guen unos a otros interminablemente alrededor del mundo”. Los residentes de muchas comuni- dades latinoamericanas ahora dependen del efectivo exterior, remitido de la migración labo- ral internacional. Además, la economía de Esta- dos Unidos está cada vez más infl uida por la in- versión extranjera, en especial la proveniente de Gran Bretaña, Canadá, Alemania, Holanda y Ja- pón (Rouse, 1991). La economía estadounidense también aumentó su dependencia de la mano de obra extranjera, a través tanto de la inmigración Cuando productos e imágenes entran a nuevos escenarios, por lo general se indigenizan, es decir, se modifi can para encajar en la cultura local. Jeans Street, en Bandung, Indonesia, es una franja de tiendas, comercios y restau- rantes que abastecen a jóvenes interesados en la cultura pop occidental. ¿Cómo se indigeniza este cartel de Batman y Robin?
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