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Antropología Cultural 2-páginas-78

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422 PARTE 3 Un mundo cambiante
de los trabajadores como de la exportación de 
empleos.
La cultura global contemporánea está impul-
sada por fl ujos de personas, tecnología, fi nanzas, 
información, imágenes e ideología (Appadurai, 
1990, 2001). Empresas, tecnología y medios de 
comunicación aumentaron el anhelo por mercan-
cías e imágenes a lo largo del mundo (Gottdiener, 
2000). Esto forzó a los estados nación a abrirse a 
una cultura global de consumo. Casi todos en la 
actualidad participan de esa cultura. Pocas per-
sonas no han visto la publicidad de un producto 
occidental plasmada en una camiseta. Las gra-
baciones de estrellas de rock estadounidenses e 
inglesas resuenan en las calles de Río de Janeiro, 
mientras que los conductores de taxi de Toronto 
a Madagascar tocan cintas de música brasileña. 
Campesinos y pueblos tribales participan en el 
sistema mundial moderno no sólo porque están 
atrapados en el efectivo, sino también porque 
sus productos e imágenes son apropiadas por el 
capitalismo mundial (Root, 1996). Se comerciali-
zan por otros (como los san en la película Los 
dioses deben estar locos). Más aún, los pueblos in-
dígenas también comercializan sus propias imá-
genes y productos, a través de tiendas de distri-
bución como “Cultural Survival” (vea Mathews, 
2000).
PERSONAS 
EN MOVIMIENTO
Las vinculaciones en el sistema mundial mo-
derno han tanto aumentado como borrado las 
antiguas fronteras y distinciones. Arjun Appadu-
rai (1990, p. 1) caracteriza el mundo actual como 
un “sistema interactivo translocal” que es “sor-
prendentemente nuevo”. Ya sea como refugiados, 
migrantes, turistas, peregrinos, proselitistas, tra-
bajadores, hombres de negocios, trabajadores de 
desarrollo, empleados de organizaciones no gu-
bernamentales, políticos, terroristas, soldados, fi -
guras deportivas o imágenes que transmiten los 
medios de comunicación, las personas parecen 
viajar hoy más que nunca antes.
En capítulos anteriores se vio que los forraje-
ros y pastores son generalmente seminómadas o 
nómadas. Sin embargo, en la actualidad, la es-
cala del movimiento humano se expandió de 
forma dramática. Tan importante es la migra-
ción trasnacional que muchos mexicanos descu-
bren que “sus parientes y amigos más impor-
tantes probablemente son aquellos que o viven 
a cientos o miles de kilómetros de distancia o 
inmediatamente junto a ellos” (Rouse, 1991). La 
mayoría de los migrantes conserva sus lazos 
con su tierra natal (mediante telefonemas, co-
rreos electrónicos, visitas, envío de dinero, o la 
“televisión étnica”). En un sentido, viven multi-
localmente, en diferentes lugares a la vez. Los 
dominicanos en la ciudad de Nueva York, por 
ejemplo, se caracterizan por vivir “entre dos is-
las”: Manhattan y República Dominicana (Gras-
muck y Pessar, 1991). Muchos dominicanos, 
como los migrantes de otros países, llegan a Es-
tados Unidos temporalmente, en busca de di-
nero para transformar sus estilos de vida cuando 
regresen al Caribe.
Las empresas y los medios de comunicación aumenta-
ron el anhelo por ciertos productos a lo largo del 
mundo. Las muñecas Barbie y los videos de Pocahon-
tas se venden en China, así como el helado Häagen-
Dazs en Medio Oriente.
Capítulo 15 Confl ictos en el mundo actual 423
La decisión de migrar a través de las fronte-
ras nacionales, con los riesgos que implica ha-
cerlo en ocasiones ilegalmente, se basan en ra-
zones sociales, por ejemplo si un pariente ya 
vive en la nación anfi triona, y además por moti-
vos económicos y en respuesta a los vaivenes en 
la economía global. La sección “Valorar el que-
hacer antropológico” del presente capítulo estu-
dia cómo grandes cantidades de brasileños, y 
por extensión otros migrantes recientes hacia 
Estados Unidos, regresan a casa debido a la úl-
tima depresión económica en ese país, así como 
a leyes de migración y políticas de vigilancia 
más restrictivas.
Con tantas personas “en movimiento”, la 
unidad del estudio antropológico se expandió 
de la comunidad local a la diáspora, la descen-
dencia de un área que se dispersó a muchas tie-
rras. Los antropólogos rastrean cada vez más a 
los descendientes de los pobladores que han es-
tudiado conforme se mueven de las áreas rura-
les a las urbanas y a través de fronteras naciona-
les. En 1991, para la reunión anual de la 
Asociación Americana de Antropología en 
Chica go, el antropólogo Robert Kemper orga-
nizó una sesión de presentaciones acerca del 
trabajo de campo etnográfi co de largo plazo. El 
objetivo de la extensa investigación del mismo 
Kemper fue la población mexicana de Tzint-
zuntzan que, con su mentor George Foster, ha 
estudiado durante décadas. Sin embargo, su 
base de datos ahora incluye no sólo Tzintzunt-
zan, sino a sus descendientes en todo el mundo. 
Dada la diáspora de Tzintzuntzan, Kemper in-
cluso utilizó su tiempo en Chicago para visitar a 
personas de Tzintzuntzan que establecieron ahí 
una colonia. En el mundo actual, conforme la 
gente se mueve, llevan con ellos sus tradiciones 
y a sus antropólogos.
La posmodernidad describe nuestra época y 
situación: el mundo actual en fl ujo, aquellas 
personas en movimiento que aprendieron a ad-
ministrar múltiples identidades dependiendo 
del lugar y el contexto. En su sentido más gene-
ral, lo posmoderno se refi ere a la difusión y 
rompimiento de los cánones establecidos (re-
glas o estándares), categorías, distinciones y 
fronteras. La palabra se tomó de posmoder-
nismo, un estilo y movimiento en arquitectura 
que sucedió al modernismo, a comienzos de la 
década de 1970. La arquitectura posmoderna re-
chazó las reglas, el orden geométrico y la auste-
ridad del modernismo. Se esperaba que los edi-
fi cios modernistas tuvieran un diseño claro y 
funcional. El diseño posmoderno es “más des-
aliñado” y lúdico. Se apoya en una diversidad 
de estilos de épocas y lugares diferentes, inclui-
das las culturas popular, étnica y no occidental. 
El posmodernismo extiende el “valor” mucho 
más allá de las formas culturales clásicas, elitis-
tas y occidentales. Ahora el término posmoderno 
Con tantas personas en movimiento, la unidad del estudio antropológico se ha 
expandido de la comunidad local a la diáspora. Esto se refi ere a la descenden-
cia de un área (por ejemplo, sur asiático) que se dispersó a muchas tierras, 
como este dueño de una tienda de dulces hindú en Ealing Road, Londres, RU.
diáspora
Descendencia de un 
área que se dispersó a 
muchas tierras.
posmodernidad
Época de cuestiona-
miento de los cánones, 
identidades y estándares 
establecidos.
posmoderno
Rompimiento de los cá-
nones, categorías, distin-
ciones y fronteras 
establecidas.
posmodernismo
Movimiento posterior al 
modernismo en arqui-
tectura; ahora mucho 
más amplio.
se emplea para describir desarrollos compara-
bles en música, literatura y artes visuales. A par-
tir de tal origen, la posmodernidad describe un 
mundo donde los estándares, los contrastes, los 
grupos, las fronteras y las identidades tradicio-
nales se abren, extienden y rompen.
La globalización promueve la comunicación 
intercultural, incluidos los viajes y la migración, 
que ponen a personas de diferentes sociedades 
en contacto directo. El mundo se halla más inte-
grado que nunca. Aunque la desintegración tam-
bién nos rodea. Las naciones se disuelven (Yu-
goslavia, la Unión Soviética), al igual que los 
bloques políticos (las naciones del Pacto de Var-
sovia) y las ideologías (“Comunismo”). La no-
ción de “mundo libre” colapsó porque ésta exis-
tió principalmente en oposición a un grupo de 
“naciones cautivas”, una clasifi cación que alguna 
vez aplicó Estados Unidos y sus aliados al ex im-
perio soviético, que ha perdido mucho de su sig-
nifi cado hoy en día.
Simultáneamente, surgen nuevos tipos de 
unidades políticas y étnicas. En algunos casos, 
las culturas y los grupos étnicos se reunieron en 
asociaciones más grandes. Hay una creciente 
identidad paníndica (Nagel, 1996) y también un 
movimiento pantribal internacional. Por tanto,en junio de 1992, la Conferencia Mundial de Pue-
blos Indígenas se reunió en Río de Janeiro de ma-
nera paralela con la CNUMAD (la Conferencia 
de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y 
Desarrollo). Junto con diplomáticos, reporteros y 
ambientalistas, llegaron 300 representantes de la 
diversidad tribal que sobrevive en el mundo mo-
derno, de Lapland a Mali (Brooke, 1992; vea tam-
bién Maybury-Lewis, 2002).

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