Logo Studenta

2e2c98

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

REPÚBLICA DE COLOMBIA 
SECRETARÍA DE EDUCACIÓN DEPARTAMENTO NORTE DE SANTANDER 
CENTRO EDUCATIVO RURAL LA SERPENTINA, TIBÚ NORTE DE SANTANDER 
RESOLUCIÓN DE APROBACIÓN 004445 DEL 14 DE NOVIEMBRE DE 2008 
DANE 482510000696 
 
DOCENTE: JOSÉ GABRIEL ESTUPIÑÁN M. 
ÁREA: CIENCIAS SOCIALES (GEOGRAFÍA) 
GRADO: SEXTO 
SEGUNDO PERIODO 
SEDE: PRINCIPAL 
 
ORIGEN DEL SISTEMA SOLAR 
 
Introducción: 
Desde que el hombre surgió sobre la Tierra su curiosidad innata le ha hecho preguntarse acerca del origen y funcionamiento de 
muchas cosas. Una de estas cuestiones, profundamente enraizada en todas las culturas, era el estudio del cielo, la astronomía. En 
un principio seguramente hubiera veneración, miedo, temor, pero más tarde estas emociones se hicieron menos intensas dejando 
paso al placer que el hombre siente por conocer las cosas, por comprender y dominar el entorno que le rodea. 
Del estudio del movimiento de los astros surgió el calendario, fuente de mejoras en la siembra y recolección de cosechas; el 
hombre ya no estaba solo en su tarea de obtener los mejores resultados de sus tierras, sino que conocía el momento adecuado 
para que estos resultados se obtuvieran. 
El calendario trajo otra importante consecuencia, el desarrollo de las matemáticas, de las cuales podemos decir que hacen surgir 
en todo su esplendor a las ciencias experimentales. 
El sistema solar, el lugar donde se encuentra el planeta Tierra, tiene su origen hace 4.600 millones de años. Desde ese momento, 
pasaría por varias fases hasta que se crearan los planetas tal y como los conocemos a día de hoy. 
 
¿Cómo se formó el sistema solar? 
Nos preguntamos, ¿cómo se formó el Sol? 
Obviamente, no había nadie allí que dejara escrito lo que ocurrió. Sin embargo, existen miles de millones de estrellas que podamos 
observar. Éstas se encuentran en distintas etapas de su desarrollo, por lo que podemos ver todos los pasos, componerlos uno tras 
otro, usar métodos estadísticos para clasificarlas y proponer y comprobar teorías sobre su nacimiento. Por todo ello, la formación 
de una estrella es un fenómeno bien conocido, todo lo contrario que la formación de los planetas (ya hemos dicho que no tenemos 
otros sistemas planetarios con que comparar). 
 
Todo comenzó en una enorme nube de gas de las que abundan en nuestra galaxia. Esa nube, en ciertas condiciones, y debido a 
la atracción gravitatoria de sus partes, puede colapsar, esto es, caer sobre sí misma, concentrándose en un lugar cada vez más 
pequeño. Este colapso de una nube es la fase inicial del largo proceso de formación de todas las estrellas, incluido nuestro Sol. 
Aún en nubes pequeñas se puede formar una estrella. En este caso, la nube no tiende al colapso, sino a la disgregación debido a 
la presión del gas (como en una caldera de vapor), pero si la nube penetra en un brazo espiral de una galaxia, donde existen gran 
cantidad de estrellas, alguna de éstas puede inducir gravitatoriamente al colapso. También una explosión de una supernova 
(Estrella en explosión que libera una gran cantidad de energía; se manifiesta por un aumento notable de la intensidad del 
brillo o por su aparición en un punto del espacio vacío aparentemente) cerca de la nube puede desencadenar el colapso. Esta 
explosión produce cantidades de elementos metálicos pesados (sólo el hidrógeno y algo de helio y litio se formaron en la explosión 
primigenia o big-bang) que se introducen en la nube. Debido a la presencia en nuestro Sol y los planetas de elementos pesados 
parece ser que el colapso del Sol fue iniciado por una supernova. 
 
Una vez que empieza el colapso la temperatura de la nube aumenta, especialmente en la región central. A la vez, la nube en 
rotación se escinde en diversos anillos o brazos espirales (igual que una vez sucedió con la galaxia, pero a menor escala en este 
caso). Al pasar la nube de tener de unos 2 billones de kilómetros de diámetro a sólo unos 200 millones, su temperatura central 
alcanza los 5000 K. En el caso de una nube con una masa como la de nuestro sol, se puede alcanzar una temperatura de 10 
millones de grados en el centro si la contracción continúa durante 10 millones de años. 
 
Respecto a la formación de los planetas, no hay mucho que podamos asegurar. Pero parece seguro que los planetas se formaron 
(como en principio sugirieron Kant (1755) y Laplace (1976)), en una escala menor, de igual forma a como lo hizo el Sol. Durante el 
colapso de la nube primigenia se forman anillos de acreción situados más o menos en el plano perpendicular al eje de rotación de 
la nube. En esta nube se forman, por colisión, pequeños «grumos», los cuales acumulan materia poco a poco y acaban 
convirtiéndose en planetas. Este proceso también explica la formación de satélites, a una escala aún menor. Sin embargo, existen 
otras teorías, menos aceptadas, según las cuales los planetas se formaron, o en otra nube distinta al Sol (Hannes Alfvén y Gustav 
Arrhenius), o como resultado de la perturbación producida sobre el Sol por otra estrella que se acercara, como un efecto de marea 
(M.M. Woolfson). 
En la teoría de Laplace, la en principio lenta rotación de la nube aumenta con el colapso (como le pasa a una patinadora sobre 
hielo o a un saltador de trampolín) formándose, por un lado, el Sol, y por el otro los planetas. Esta teoría está en aparente 
contradicción a lo que sabemos porque entonces, todos los planetas deberían tener la misma composición que el Sol. 
 
Sin embargo, hoy sabemos que en el desarrollo de una estrella del tipo a que pertenece nuestro Sol existe un periodo llamado fase 
T-Tauri (en este estrella se observó por primera vez el fenómeno). En este periodo, que dura unos 100.000 años, la luminosidad de 
la estrella aumenta entre 30 y 40 veces, y una parte sustancial de sus capas externas es expulsada. El viento solar generado 
durante esta fase (presión de radiación) fue tan enorme que arrancó la mayoría de los componentes ligeros de las zonas cercanas 
al Sol, siendo este efecto menor a largas distancia. De esta forma se puede explicar, además, la enorme diferencia en composición 
entre los planetas cercanos al Sol y los gigantes gaseosos (quedando aparte Plutón, que podría ser un satélite desparentado). 
 
 
 
Estructura del sol: 
Toda la vida que conocemos depende del Sol. Su luz desempeña un papel fundamental en múltiples aspectos. La fotosíntesis, el 
proceso vital de las plantas verdes, fuente última de toda la comida, el oxígeno, el carbón y el petróleo, se alimenta de la luz solar. 
Las estaciones, la circulación del aire, la formación de las nubes y la lluvia, son consecuencia directa de la influencia del Sol. A la 
vista de su importancia para nuestra existencia, es natural intentar conocer todo lo posible sobre su naturaleza fundamental. 
El Sol se encuentra situado, tal como se ha dicho, en uno de los brazos de nuestra galaxia, a la que llamamos la Vía Láctea, a 
unos tres quintos del centro de ella. Desde que allí se formó, hace unos 5.000 millones de años, ha efectuado 20 vueltas alrededor 
del centro de la galaxia, a una velocidad de 250 kilómetros por segundo. Tiene un radio de 695.000 kilómetros y una masa de 199 
mil cuatrillones de kilogramos, valores tan grandes que no podemos imaginar fácilmente. Si colocáramos un montón de planetas 
Tierra uno junto al otro, como un collar, en el diámetro solar entrarían más de cien. Su gravedad es 27 veces mayor que la 
terrestre. A pesar de estos números tan escalofriantes, el Sol es una estrella muy corriente; solo en nuestra galaxia (que tiene unos 
100.000 millones de estrellas) debe haber millones de ellas con el mismo tamaño y temperatura que la nuestra; y hay millones y 
millones de galaxias en el Universo. 
 
El Sol es, en esencia, una bola de plasma (gas ionizado) y no tiene, por tanto, superficie en el sentido que nosotros le damos al 
término, y lo que nosotros vemos no es más que la capa que emite luz, llamada fotosfera. Hacia el interior se encuentran la zona 
de transporte convectivo, la zonade transporte radiativo y por último la zona de producción de energía nuclear, que es el 
verdadero Sol, cerca del núcleo. Desde esta pequeña región se transmite la energía hacia el exterior, primero radiativamente y por 
último convectivamente. Aunque pueda parecer increíble, la energía tarda un millón de años en viajar desde el centro hasta la 
superficie, y en el último cuarto, donde el transporte es fundamentalmente convectivo, sólo emplea un par de días. 
 
La energía que se produce en el núcleo solar no se emite de forma homogénea. Ya los chinos, en el año 600 a.C. descubrieron el 
fenómeno de las manchas solares, zonas oscuras con diámetros mayores de 130.000 km. Estas manchas son regiones en la 
superficie en las cuales las líneas del campo magnético emergen de la fotosfera formando en el exterior intensos bucles del 
campo. Estas «erupciones» se deben a que la parte ecuatorial de la superficie solar gira en 25 días, mientras que en una latitud 
intermedia entre el polo y el ecuador, el periodo es casi 28 días. Esta diferencia hace que las líneas de campo se tuerzan, en vez 
de ir en dirección norte-sur, formando un par de manchas en dirección este-oeste. Los campos magnéticos presentes en las 
manchas inhiben el flujo local de energía procedente de las capas inferiores, siendo unos 1.500 K más frías y, por tanto, más 
oscuras que el resto de la superficie visible. Las manchas aparecen y desaparecen en ciclos de 11 años, comenzando en las 
latitudes altas y acercándose al ecuador al término del ciclo, que se vuelve a repetir. 
 
Por otra parte, el Sol tampoco es liso, como nos parece desde la superficie de la Tierra. Cuando se utiliza un telescopio, el Sol 
presenta una superficie granulada. Cada gránulo se debe a una célula convectiva, como la que se forma en una cacerola donde se 
hierve agua. 
Otro fenómeno que se produce en el Sol son las llamadas protuberancias, que no son más que erupciones de hidrógeno muy 
caliente que pueden alcanzar los 200.000 km de altura y, a escala menor, las espículas. Estos fenómenos se vieron por primera 
vez durante un eclipse solar (ver más adelante para obtener una descripción detallada de qué es un eclipse), cuando el disco solar 
queda oculto y su luminosidad no impide observarlos. También durante un eclipse se puede observar la corona solar, muy tenue. 
La dimensión de la corona es comparable a la del propio Sol. La corona se extiende, cada vez más tenue formando un «viento», 
llamado viento solar, formado por protones y electrones. Con la ayuda de sondas se ha detectado la presencia del viento solar más 
allá de la órbita de Saturno. En la Tierra, la intensidad del viento es tal que podría ser muy peligroso para la vida. Afortunadamente, 
el campo magnético terrestre y la atmósfera impiden que el viento solar alcance directamente la superficie terrestre, aunque sí 
forma el espectacular fenómeno de la aurora, sólo observable en latitudes por encima de los 50°. 
K = kelvin 1 K − 273.15 = -272,1 °C 
 
 
Componentes del sistema solar. 
Los cuales dividiremos en dos: 
 
Interiores: son los planetas Mercurio, Venus, Tierra y Marte, o lo que es lo mismo, los planetas terráqueos, este nombre es 
debido a que son los únicos que tiene un suelo sólido, conformado por rocas y minerales. Son los planetas más pequeños, dado 
que necesita más cantidad de calor para poder mantener sólidos todos los elementos. 
Exteriores: Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, son los que conforman dicho grupo, en este caso, encontraremos que son 
planetas totalmente gaseosos, que habitan más allá de la línea de congelación, es decir, la energía solar no llega lo 
suficientemente fuerte, lo cual hace posible que los gases volátiles permanezcan sólidos. De igual manera, encontraremos grandes 
capas de hielo, pudiendo se esa manera aumentar en gran medida el tamaño de estos planetas. 
Por otro lado, el resto de elementos que quedaron en suspensión se fueron agrupando, creando cinturones de asteroides, 
como el cinturón de Kuiper, donde a su vez encontraremos a los planetas enanos, unidades que, teniendo la masa suficiente 
considerada para ser planetas, no tienen limpias sus órbitas de los restos espaciales. 
 
Planetas del sistema solar y características: 
El sol: es la gran estrella sobre la que orbitan el resto de elementos, posee un diámetro de unos 1.400.000 km. Y su composición 
es de hidrógeno (75%), helio (20%), oxígeno, hierro, (5%). 
Mercurio: es el planeta que está más cerca del Sol y, también, es el más pequeño que tenemos en todo el sistema solar. De 
hecho, su tamaño es ligeramente mayor que el de la Luna. Al estar tan cerca del astro rey, la zona que está en contacto con los 
rayos está quemada y, por contra, la cara que está en la sombra se enfría muchísimo llegando al nivel de congelación. 
Venus: este es el planeta más similar a la Tierra debido a que tiene un tamaño muy similar, así como la densidad y el volumen. La 
característica de este planeta del sistema solar es que su rotación la realiza en sentido contrario que los demás planetas. 
Tierra: es el tercer planeta del sistema solar y nuestro hogar. Hasta la actualidad, es el único planeta que se conoce que tiene vida 
y cuenta con una gran porción de mares y océanos, motivo por el que se le conoce como el "planeta azul". 
Marte: siguiendo esta lista de los planetas de nuestro sistema solar llegamos a Marte, el que ocupa el cuarto lugar. Debido a su 
color se le ha bautizado como "planeta rojo" y comparte algunas características con nuestro planeta ya que tiene valles, montañas 
y agua congelada. 
Júpiter: es el planeta más grande que hay en nuestro sistema (se considera que es 1000 veces más grande que la Tierra) y, en 
gran parte, está formado únicamente de gases como el helio o el hidrógeno. Tiene 12 lunas orbitando a su alrededor y cuenta con 
un sistema de anillos. 
Saturno: este planeta es reconocido por sus anillos (más de 10.000) conformados de roca y de hielo. Se trata también de un 
planeta esencialmente formado por gases. 
Urano: es un planeta que tiene una característica muy marcada y es que orbita de costado algo que hace que los cambios de 
estaciones sean muy extremos y que se alarguen durante largo tiempo. Se trata del tercer planeta más grande de nuestro sistema 
solar. 
Neptuno: es el planeta que está más lejos del sol y, por este motivo, su temperatura es muy fría. 
 
 
 
Satélites. 
Son elementos que giran en torno a los planetas, son elementos que en muchas ocasiones son de gran tamaño, como por ejemplo 
la Luna (satélite de la Tierra). 
Cuerpos menores. 
Son los denominados restos espaciales, como pueden ser los asteroides, cometas… 
MOVIMIENTOS DE LA TIERRA 
Traslación y rotación son los dos movimientos de la Tierra que determinan la duración de los días y de los años. La Tierra está en 
continuo movimiento. Se desplaza, con el resto de planetas y cuerpos del Sistema Solar, girando alrededor del centro de nuestra 
galaxia, la Vía Láctea, que tampoco se queda quieta. Sin embargo, estos movimientos nos afectan poco en nuestra vida cotidiana. 
Más importante, para nosotros, es el movimiento que efectúa describiendo su órbita alrededor del Sol, ya que determina el año y el 
cambio de estaciones. Y, aún más, la rotación de la Tierra alrededor de su propio eje, que provoca el día y la noche, que determina 
nuestros horarios y biorritmos y que, en definitiva, forma parte inexcusable de nuestras vidas. 
Movimiento de traslación: 
Por el movimiento de traslación la Tierra se mueve alrededor del Sol, impulsada por la gravitación, en 365 días, 5 horas y 57 
minutos, equivalente a 365,2422 días, que es la duración del año. Nuestro planeta describe una trayectoria elíptica de 930 
millones de kilómetros, a una distancia media del Sol de 150 millones de kilómetros. El Sol se encuentra en uno de los focos de la 
elipse. La distancia media Sol-Tierra es 1 U.A. (Unidad Astronómica), que equivale a 149.675.000 km. 
 
 
 
 
Movimiento de rotación: 
Cada 24 horas (cada 23 h 56minutos), la Tierra da una vuelta completa alrededor de un eje ideal que pasa por los polos. Gira en 
dirección Oeste-Este, en sentido directo (contrario al de las agujas del reloj), produciendo la impresión de que es el cielo el que gira 
alrededor de nuestro planeta. 
 
A este movimiento, denominado rotación, se debe la sucesión de días y noches, siendo de día el tiempo en que nuestro horizonte 
aparece iluminado por el Sol, y de noche cuando el horizonte permanece oculto a los rayos solares. 
La mitad del globo terrestre quedará iluminada, en dicha mitad es de día mientras que en el lado oscuro es de noche. En su 
movimiento de rotación, los distintos continentes pasan del día a la noche y de la noche al día. 
 
LA TIERRA, DÍA Y NOCHE. 
 
 
La Luna es el único satélite de nuestro planeta, y por ello uno de los cuerpos celestes que más curiosidad provoca en los seres 
humanos. 
La Luna es el único satélite de la Tierra, es decir, un pequeño cuerpo celeste que órbita alrededor de nuestro planeta. La Luna 
es el quinto satélite más grande de todo el Sistema Solar, y el más grande proporcionalmente al planeta del cual es satélite. 
La Luna, al igual que la Tierra, realiza dos movimientos: uno de rotación, es decir, gira sobre sí misma, y otro de traslación, es 
decir, el movimiento que el satélite hace al girar sobre nuestro planeta. Ambos movimientos hacen que la Luna siempre de la 
misma cara a la Tierra, por lo que se suele llamar a la otra parte “la cara oculta”, siendo conocida por las fotografías de los 
astronautas. 
La Luna brilla gracias a la luz que recibe del Sol, así que dependiendo de la zona en la que se encuentre vemos unas partes 
iluminadas y otras no, esto es conocido como las fases lunares, siendo estas fases las siguientes: 
 
Fases de la luna: 
 
Primera fase: Luna nueva: 
La primera fase es la Luna Nueva, también conocida como Luna Negra. La Luna en esta fase se encuentra entre el Sol y la Tierra, 
por lo que su lado Iluminado es imposible de ver, estando oculta de la vista desde nuestro planeta. 
La segunda etapa es la llamada Luna creciente, la cual sucede unos 4 días después de la Luna Nueva, en esta fase la Luna tiene 
forma de cuerno, y recibe su nombre porque la zona iluminada aumenta día a día. 
 
Segunda fase: Cuarto creciente: 
La tercera fase y segunda principal es la llamada Cuarto creciente, sucediendo unos 4 días después de la Luna creciente. En el 
Cuarto creciente la mitad de la Luna está iluminada y la otra mitad está oculta, siendo visible el 50% del satélite. Después del 
Cuarto creciente viene la Luna creciente gibosa, un periodo durante el cual la Luna va creciendo poco a poco, hasta iluminarse 
totalmente, a lo largo de esta etapa la Luna va pasando de una forma recta a una mucho más convexa. 
 
Tercera fase: Luna llena: 
La quinta fase y tercera principal es la famosa Luna Llena, la cual sucede cuando la Luna está totalmente iluminada, lo que 
provoca que el satélite se vea como un gran círculo. Es posiblemente la fase de la Luna más adorada, siendo protagonista de 
numerosas historias en la cultura popular. Una curiosidad sobre la Luna Llena es que en algunos países su nombre puede variar 
dependiendo del momento del año, recibiendo nombres tan dispares como Luna Llena del Lobo o Luna Llena de las Flores. 
 
Cuarta fase: Cuarto menguante: 
La siguiente fase lunar es la conocida como Luna menguante gibosa, la cual es lo contrario que la Luna creciente gibosa, durante 
esta etapa la Luna va perdiendo su zona iluminada, volviendo a tener una forma cóncava. Cuando la Luna ha perdido la mitad de 
su iluminación se pasa a la fase de Cuarto menguante, en la que la mitad de la Luna está iluminada y la otra mitad no, siendo igual 
que el Cuarto creciente en apariencia. 
Por último está la fase de la Luna menguante, durante la cual la Luna va perdiendo poco a poco su parte iluminada, hasta volver a 
la Luna negra o nueva. 
 
 
FASES DE LA LUNA 
 
 
 
 
REALIZAR EL SIGUIENTE TALLER. 
En el cuaderno de geografía. 
I. Leer la guía de manera comprensiva y responder las preguntas. 
1. El término origen que significa. 
2. Concepto de qué es el sol. 
3. Dibujar o cortar y pegar la imagen (origen del sistema solar). 
 
II. Transcriba al cuaderno el contenido de: 
1. Componentes del sistema solar. 
2. Planetas del sistema solar y características. 
3. Dibuje el sistema solar, con sus ocho planetas; Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y 
Neptuno. Recuerde que Plutón es considerado un planeta enano. 
 
III. Transcriba al cuaderno el contenido de los movimientos de la tierra: 
1. Movimiento de traslación. 
2. Movimiento de rotación. 
3. Corte y pegue la imagen: la tierra; día y noche. 
 
IV. Transcriba al cuaderno el contenido de: 
1. Primera, segunda, tercera y cuarta fase de la luna. 
2. Corte y pegue la imagen fases de la luna. 
3. Corte y pegue la imagen principales lunas de los planetas del sistema solar.

Continuar navegando

Materiales relacionados

164 pag.
2109 11945

User badge image

Scarlet González

141 pag.
97 pag.