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IX DF: LA ALIATENTACIÓ*7 I..as gallinas, como los pavos, los patos y los gansos, son animales omnívoros, lo cual quiere de- cir que su natural régimen alimenticio admite toda clase de materias, así los granos y, en general. las substancias cíe origen vegetal, como las de ori- gen animal y hasta ciertos minerales. Si a tma de esas aves, tenicía en riguroso ayu- no durante un par cíe días, se la suelta en e] campo para yue se 11ene el buche con lo que le plazca ingerir, y]uego se ]e abre para saber lo que ha comido, encontraremos grano, hierbecitas, hojas de hortalizas, larvas, insectos y hasta ticrra y arena. En aquel buche puede leerse, como en un libro abierto, lo que el animal apetece. Como según l^ que corne, en su c^rganismo se producen efectos distintos, de ahí que la Zootecnia haya estudiado y resuelto lo que a los animales con- viene, y el avicultor, como el ganadero, deben fiar en ello. No siendo posible que en este folleto se expli- yue todo lo que el avicultor debe saber en ma- teria de alimentación, tenemos que limitarnos a hacer mención de lo más esencial. INDICACIONES TÉCNICAS Los alimentos no sólo nutren y mantienen al indivi^luo, aportando a su organismo los elemen- tos reparadores de su desgaste, en oxígeno hi- drógeno, grasas, extractos no azoados y hasta sa- les minerales, sino que, según sea su composición química y la proporción o relación que guarden entre la parte azoada o nitrogenada de los mis- mos (albúminas o ^iroteínas) y la no azoada (gra- sas, dceites, hidratos de carbono, etc.), le engor- dan, o estimulan su producción en huevos. Para el sostenimiento del organismo basta con que ]a relación nutritiva de los alimentos que el animal ingiere en el período de veinticuatro ho- ras sea de i:5, porque es en tal proporción que en el mismo se desgastan sus componentes azoa- dos, y las grasas y los no azoados. Si en la ración general abundan las proteínas, guardando relacio- nes estrechas de I:2, I:3 ó I:4, la alimentación tiende a favorecer la postura, pero si la retación es amplia, como de I:7, I:8, I:ro ó aún más amplia, el animal engorda, en detrimento de la postura. A base de esto, después de estudiarse en la. digestihilidad de muchas clases de alimentos y te- - IOO - nlda en Cllellta í•sta ^ el verdadem valnr nutritivn de tns inismos, por las calorías que desarrollan ^• las tanidn^^?^•.c n^^tritiz^^os que aportan al or^anis- mo, han podido cstablcccrse re^íinenes alimenti- cíos adecuados a las conveniencias del individu^^ segtín su edarí ,y a las de1 avicultor, en relación con los productos yue <ie las ^;allinas desea ob tener. La producción de los huevos, es decir, la se- creción vitelina que ha de flenar los ovocitos para que maduren y puedan formarse aquéllos, así como la produccicín de carne }^ de ^rasas tienen como materia prima, los elementos químicos de los alimentos que, sohrantes, una vez repuestos los des^astes orgánicos, nasan a ser huevos, a sar car- ne y a ser ^rasa. Sabido esto, fácil es comprender que se^tín la naturaleza de dichos sobrantes, se favorece la postura o se actíva el en^orde dei ave. Pensar que con un mismo ré^imen alimen- ticio puedan lot;rarse ambas cosas a la vez, que- riéndose que el animal dé e] máximo de su pro- ducción en un sentido o en otm, es un lamenta- ble error. ' Por esto hay que establecer diferencias, par- tiendo de la base de que los ^ranos, .especialmente el maíz, la cebada, el alforfón o tri^o sarraceno y sus harinas, así como ciertos tubérculos como las patatas, son alimentos en^ordantes, en tanto la avena, el tri^-n, la hierha de prado, la alfalfa, el trébol y otros forrajes, tiernos o secos, las re- siduos de la mofienda del trigo (salvado. salvadi- 110 0^frecho), las harinas bajas y las substancias -- I0I --^ de origen animal, no grasientas, csti^nulan la pos- tura, y manteniendo al ave muy vigorosa, dan lugar a que dé muchos huevos. La gallina campera, a la que gentralm.ente se le cia como grano, maíz o cebada, si no comiera otra cosa, engordaría, pero a costa de dar pocos huevos. Si los da, es poryue el exceso de grasas y de elementos no azoados, que van en dich^s gra- nos, queda compensado por la riqueza en elemen- tos nitrogenados, que van en el afrecho o en el salvacio con los que se les preparan los amasijos, y en los forrajes, en las hierbas y, sobre todo, en los insectos, larvas, babosas y otras inaterias animales que la gallina caza en sus correrías. En los planes alimenticios, de los que seguida- mente haremos mención, todo esto se ha tenido en cuenta y además, se ha pensado también en ]a riqueza z^itamínica de algunos alimentos, porque los hay que, aun si.endo muy nuritivos, carecen de vitaminas, y su ausencia puede impedir el cre- cimiento de las polladas y hasta puede ]levarlas al raquitismo. En las aves adultas puede inotivar enfermedades y en las r.eproductoras ser causa de su infertilidad. El arroz descortezado, por ejemplo, es el peor grano que se puede dar a los polluelos y hasta a las gallinas como base de su alimentación, l^or su car.encia de vitaminas. Dicho esto, pasaremos ya a tratar de la alimen- tación en el terreno práctico. - toz - SISTEh1AS I)F: ALI:^rEtiTACIÚ!^ Y itACIO^Ail11LA'CO Ha^^ ^lus ^isten^as dc alin^rntdr a las ave^, el de. racionan^ientu cuntinuu y cl de darles clc yue co- mer a cliversas horas del día. Gencralmente, si las gallinas se tienen libres, se las deja que correteen por el campo en las pri- meras huras del día, a media mañana se 1es da un piensu de grano y en las tarcíes un amasijo a base de salvado y algún cocimiento cíe hortalizas., EI otro sistema es ei de tener a su alcance el grano y una mezcla de harinas secas ^para que desde primera hora y durante todo el día coman de ellas cuanto quieran. Aun hay otro sistema ^nixto, que es el de tener- les en ración continua las harinas secas, y el grano dárselo dos veces al día, en cantidad uiedirla, ma- ñana y tarde. Las verduras, en todos los sistemas, se les sue- len dar una vez al día si están en clausura, porque si están tibres ya las galiinas mismas se las pro- curan. Este último sistema es el quc más pr.evalece en la moderna avicultura y en él vamos a fundamen- tar nuestros planes alimenticios, inclinándonos al suministro de rnezclas secas, más que al de ama- sijos, sobre todo en el período de críanza, p.ero sín condenarlos, porque, corno estimulantes del ape- tito, los amasijos son muy cunvenientcs, y espc- cialmente en vcrano son muy recon^endables. Cuando sc hahla de rac^ic^rr^s, no se entientíc -_ ^Uj _._. Fiy;. 4o.-Modelos de comederos y bebederos de sne- tal, para polluelos, muy corrientes ya en España, ) a^lquiribles en los estableciniientos de material aví cola y en muchas ferreterías. ^^re^•isan^cnte la canli<]ad ^lc alimcntos ^^ue se ^ian ^ic una vez, sinu la quc i^iriierc u, }^<^r l^^ mrn^,;, la ytte el atliinal ticne a st^^ dis}Sosiriún eii el l^eiiu ^ ^I^^ dc vcinticuatro horas. l^:n la hrirnera cclrul, cs muy^ ^li 1 ícil hrccisar canti^la^lcs, ^>urqtte r.uia ^iía u ca^la scmana trn- - I04 - drían que variarse. La gallina adulta, normalmen- tc, está bicn mantenida con unos 13o a 15o gra- mos, dc los cuales 5o en granos, 6o en mezcla de harinas y e] resto en verduras. Hay cuatro clases de raciones, a saber : I.° l:ación de crecimiento. 2.a Ración de sosteni^niento. 3.a Kación de producción hucvcra. ,}." l:ación de engorde. Kación de crecimiento Es la apropiada al polluelo desde que nace has- ta que llega a madurez sexual, pudiendo distin- guirse en elta la de primera edad (hasta los tres meses) y la de recría (de los tres meses hasta los cinco o los seis). Antiguamente, a los polluelos se les alimentaba con pastas o amasijos, pero hoy se ha visto que les van mucho mejor los alimentos dados en seco. Aparte de aquel primer alimento que se da al polluelo a las cuareta y ocho horas de haber na- cido (no antes), consistente en migaja de pan y el huevo cocido (pero que sólo se da durante tres o cuatro días), el polluelo vive y al parecer crece bien con harina de maízy con salvado (en pesos iguales), y con lo que, cond}rcido por la ma- dre, él rnismo encuenrra en el campo. Cuando se les tiene en clausura y, por lo tanto, cuando se les cría sin madre, esas substancias, ri- cas en proteínas y especialmente en vitaminas, es- - I05 - timulantes de su crecimiento y del desarrollo de su osaluenta, hay que procurárselas dándolas cn las mezclas de harinas que se tienen a su al- cance. lle ahi esa multitud de iórmulas alimenti- cias que se encuentran en los ruodernos libros dr avicultura, entre las cuales el autor emplea y re- comicnda la siguiente : 1'AHA r'OLLUF:LI15 };y CHÍA Salvado grueso o de hoja ................................. Harina de terceras ............................................. Harirra de maíz tamizada .................................... Harina de avena ................................................ Harina de carne o de pescado ........................... Harina de soya, gluten o globazote ..................... Polvo de leche desecada .................................... ^ 45 IO IO 5 5 5 TOTAL .. . . . .. . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . .. . . . . 7 00 Agréguese a esta mezcla medio kilo de sal de cocina, y si se tienen los polluelas en interiores privados de la luz solar directa, agréguese tam- bién un kilo de aceite de hígado de bacalao, por sus abundantes vitominas D (antírraquíticas), que hacen las veces de los rayos ultravioletas de la luz solar. Todas estas materias se encuentran hoy en día en España en todos los almacenes de piensos y de alirnentos para el ganado. Tenida esta mezcla en ración continua al al- cance de los polluelos ; dándoles dos o tres veces al día pequeñas distribuciones de máíz triturado y de alfalia, lechuga o hierba de prado picacíita, y teniendo tambiin a su alcance en un comedero yue no pueda voltearse, arena hna, cunchilla de ustras o polvu de huesos calcinados y carhón de Icñ^c, laara cluu íiicutcen en ellus, nada l^uede fal- tarles y así l^ucden ;er aliment^iclus en lus tres l^rimeros uiescs. I^:ntuuces la icírniula ^ucde ser rambiada por la siguiente : I'AHA YULLUF.LO5 b:F RF.CBÍA 5alvado grueso o de hoja .................................... Harina de terceras ............................................. Harina de maíz tamizada .................................... Harina de avena ....................................,........... Harina de alfalfa o de trébol .............................. Harina de carne u de pescado .............................. llarina de ^oya, gluten o globazote_ .................... IS LIOS ^ 30 i; 20 5 5 5 `l'u^rni .............................................. ^oo Agréguese mediu kilo de sal de cocina, y si hu- biese polluelos de poco crecimiento, a éstos dí^eles la mezcla con un t por roo cíe aceite de hígado de bacalao. Dénscles también, por lo menos, dos distribu- ciones de maíz triturado, o de maíz, trigo y ave- na, triturados siempre, y^nezclados en partes igua- les, y manténganse a su alcance las materias cal- cáreas y el carbón veg^etal trituracío. En calidad de verduras (a dárseles por lo me- nos una vez al día) bien va la alfalfa, la lechuga y la hierba cle prado, pero les encanta y le^ es muy buena la avena. g^rr^tinrzda. Yara prcpararla sc la tiene en rentoju durante cuarenta ^^ ucho h^^ras; luego se la estientk sobre unas trtblas dr ntaclera v sc la va reganclo tuclos lus días. A la, diez u cloce días se la tiene ^^a crecida, se la ^les- gaja en sus tallos, granos y raicillas y, bien píca- clu todo, se les distribu^^e en comederos bien liur l^ios. (^^éasc estantcría para gertninaci^ín tlc la avcna, en fil,r. i6. pág. _1 i. I F^n el período de cría, conviene vigilar mucho a los polluelos, obligándoles a hacer ejercicio dos o tres veces en las mañanas y otras tantas en ]as tardes. Esto se logra alborotándolos, pero sin asustarles, y particularmente con las cíistribucio- nes de grano y de verdura. Si se crían artificialmente, en las dos pritneras semanas, además de1 alimento, les precisa calor ^• ^l ter^núrnetro de que vaya provista la criadora debe marcar siempre de 3 Ĵ a 3f centígrados. 1?n ias dos setnanas siguientes, bastan unos 32 a 33, y en las dos primeras del segtmdo mes de z5 a 30. ;^ las seis sentanas, en la buena estacíón, los po- lluelos ya no necesitan calor, pero al dejar de dár- selo no clebe hacerse bruscamente, manteni^ndo la criadora a unos ao ó a5 grados durante un par cie noches. En pleno invierno, podría seguírselcs dando hasta que los p^lluelos cumplen los dos meses. Desde el primer día ha^- que limpiar diariamen- tc la criadora, renovando la litera de paja o de arena, para clue con ella se estraigan los excre- mentos. La limpieza y, sobre todo, la buena airea- ción del local, complementa el bien que les hace un buen^régimen alimenticio. Ra^ción de sostesitirnzento La ración de sostenimiento, en rcalidad, no se concibe en avicultura, como no sea aplicaudola en el período de la muda, en el que las gallinas nu dan huevos ni engordan. rlun en este período es improcedente, poryue uno se expone a que la^ gallinas no muden normalmente. Es ración en la que basta que la gallina coma en granos y en otras cosas, a base de un equili- brio de i:$, lo cual se logra dándoles dos ra- ciones de grano (trigo, maíz y avena en partes iguales), de 2$ gramos por cabeza, una distribu- ción de verdura al día y un amasijo por día d^e cocimiento de coles u otras hortalizas aulasadas con salvado, a razón de unos 7o gramos por ca- beza, tomado el peso después de bien escurrida c! agua y sazonando la mezcla con sal o con pimen- tón, para hacerla más apetitosa. Si se mezcla un kilo de harina de maíz gruesa, con dos kilos de salvado de hoja o grueso, la mezcla da relación nutritiva casi exacta de i: 5, adecuada a la ración de sostenimiento. Ración ^de praducción para ponedoras y repro- duetoras Siempre a base de las dos distribuciones de grano por día y del suministro de verduras, espe- --- i(N) - cialmente alfalfa, tr^^hol, lechus^a o hierha de l^ra- do, ^• a falta de éstas, hierha de avena, ^ avena gernrinncía, vĉanse seguidamente tres f^rmulas mu^• r^r^^^mcnclables y de efectos poco más o me- n^s similares en cuanto a activar ^° mantener una btrena prciducción huevera. FARA fALLINAS 1'oNEfK)RAS Y REPROD['l;T^)RAS N' I N°z N."3 Kilos Kilo.c Kilo.c Salvado ^rueso o de hoja ............... 25 zo 20 Harina de terceras ........................ 30 20 20 Harina de maíz rojo ^ruesa............ Iz zo 20 Harina de avena molida ............... 15 zo zo Harina de carne o de pescado...... 6 15 Iz Harina de sova, ^luten o Rlobazote. 6 - - Harina de alfalfa ........................... 6 - 8 Polvo de leche desecada ............... --- 5 - TOTALF.S ........................ d00 I00 i00 Saz^ínense estas mezclas rnn medio kilo de sal de cocina, y en invierno bueno es agregarles uu r por Ioo de aceite de hígado de bacalao. F.n el p.eríodo de Plena rnuda del plumaje, agré- guese a estas mezclas seis kilos de harina de li- naza. Cualquiera de estas tres fórmulas es recomen- dable, tanto para las gallinas ponedoras como para las reproductoras ; pero en estas tíltimas, cuanta mavor cantidad de verdura pueda dárseles, espe- cialmente lechur*a o avena germinada, más se ac- tivará su fertilidad, cosechándose menor propor- Fig. 4i.-Jaulas para el cebamiento de pollería. ción de huevos iniértiles. La lechuga, por su ^*ran prop^^rción ^e vitaminas 1^., estimulante ŝ de lci fertilidad, es la mcjur verdtrra c^ue puede dars:^ a Ic>s reproductores. F,sas mezclas Ilevan relaciones nulritivas d^ i:.^1 a t^^},6, ^^ aporta.n cle 5^ a 62 unidades nu- trítivas. La número 5 pmcede de la I^.scuela c{e Avicultura T?spañola de Arcnys de 1VIar; la nú- mcro ^^ de la I?scuela norteai^^ericana dc Cornell (iVueva Yorkl (dada como mej^^r en t93'^), y la número 3 es la rec^mendada por L•i Sección expe- rimental cle la Asociacibn hritánica de Avicultura científica, también cn t^32. kació^a de crtqnrdc La ración de engorde, en todos los animales,]a compone el maíz, la cebada y las harinas bajas, y - I11 -- ^°^il Fig. q2.-Arriba: Cebando con papilla y einbudo. r\bajo: Cebando con pa;tas dadas en bolita+ ohlunga; del tamaño de una aimendra, y^ una a una. en las ^allinas, además, el trigo sarraceno o al- forfón dados en harinas ^ruesas mezcladas con harinas de cuartas en partes i^uales. C;uando se quiere llevar al ave a un cebamiento completo, afinando sus carnes, se amasan la hari- - It2 - na de maíz y mejor todavía la cíe cehada y de alforfon, cott leche cíesnatada, forntánclose unas pastas, de )as yue se deja que contan las avc^s cuanta quieratt. Si dejaren de comer, hasta sc apela al cebamiento forzado dándosela eu bolas, hasta lienarles bien el huche. I?n este último caso, las aves se tienen enjauladas y en parajc alt;o obs- curo, con lo cual el cebamiento es más rápido. También se les ceba con papilla de esas mis- mas harinas, que se les embucha mediatae un em- budo o empleando el aparato de embuchamiento mecánico. oRSr:xvnciórt aH.ur.x.^L En todas estas clases de racionamiento debe te- nerse el cuidado de que no se desperdicien alimen- tos y que las aves no puedan pisotearlos metiendo los pies en ellos. Para cvitarlo, las harinas secas que se dan en ración continua se tienen en come- deros-tolva, de ]os que se encuentran diversos mo- delos en las casas de venta de artículos de avicul- tura. Los amasijos deben prepararse al tiempo de dis- tribuirlos y se sirven en comederos abiertos, con dispositivos que impiden que las gallinas metan los pies en ellos. Ln todo tiempo, pero especial- rnente en invierno, mejor es cíárselos calientes que frios. Los granos pueden servirsc también en conte- deros-tolva, pero generalmente se siembran sobre ]a Iitera de paja o de forraje que cubre el piso I^i^;. ^}_; ^lup.-t^;staut^^rías n batcriA.. para la cría ^lc ^^ollería de consumo. ^I^^1 };allin^^ru, hara ^eu^ las ^;allína^ lu va^^an cu- n^i^•n^lr, csc;trhand^ c^i clla, c^>n l^^ rual sr le^s ^^rucura un buen ejercici^^. l.^is ver^luras, es hueno darlas, ^^ bi^n en utensi- li^^s es^^^cial^•s, ^ en inan^^jos, r^ue se cucl^;ai^ dcl tcci^iu ^lc•1 ti illinern ^^ar.a cvitar quc: las avcs las ^^isr^t^^er^ ^^ ril mism« Lirmj^^^ parrt obli^arlas ^ que liri^;aii cjcrri^i^i, saltantlu, Para alcanzarl•as. rn^. ^..^ iti^:i^n,:^ La l^cl,i<la nattn-al clesile ^^ur rl ave nace, es cl a;;ua, que ^lebe dárseles sicniprr Iin^E^ia, fres^a ^^ en hebeclerus hi^riénic^s, ^ie los ^^uc tantos mode- los s^ cncucntrau hasta en las ferrctcrías ^^ cacha- rrerías dc lus huehlt^s. Cuand^i pue^ie tcnrrsc a un l^recio aceptable leche desnatada ^^ ^^ura (sí s bien a ésta ha^^ yuc mezclarle un ^^^ }>^^r i^x^ cte aguaj sus cfect<^^s, irmto cn lc^s p^^llu^los ^íc ^^ri- inera e^iad comu rn las p^lladas quc se recrían ^^ aun er^ las ^^one^l^iras ^- reproductoras, es algu ^lc portentc^so resultado.
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