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BIBLIOTECA CLASICA GREDOS, 1 16 INTRODUCCI~N, TRADUCCl6N Y NOTAS DE. MANUELA GARC~A VALDÉS EDITORIAL GREDOS Es muy útil y actualizada la bibliografía indicada en las anteriores «Introducciones» para los respectivos temas tratados. Dada la complejidad de la obra, por los temas y suge- rencias que presenta, nos resulta difícil redactar en pocas líneas una idea sensata de su significación. De las intro- ducciones hechas en castellano a la Política, aconsejamos especialmente la de J. Marías (véase apartado ((Comenta- rios y traducciones)), en Bibliografla), en las páginas V- LXVIII. Está ciertamente muy influido por el estudio de W. Jaeger; incluso acepta el orden de los libros que da el autor alemán, cuyo estudio actualmente ha quedado an- ticuado en sus conclusiones. Pero es muy interesante su acercamiento al texto desde esa perspectiva filosófica que sólo J. Marías sabe hacer. Tiene en cuenta el contexto his- tórico griego, la tradición filosófica anterior y la concep- ción metafísica de Aristóteles, cuestiones que son esencia- les para una buena comprensión de la obra. Nosotros hacemos modestamente hincapié en los pro- blemas que plantean la composición y la transmisión de la obra, y procuramos presentar una bibliografía adecuada a los principales temas planteados por el texto, así como las ediciones, comentarios y traducciones más importantes que hay de la obra. Composición de la «Política» La importante consideración que Aristóteles dio en su obra a los problemas del gobierno de la ciudad hace pen- sar que la Política es una síntesis de las reflexiones de toda una vida. Es tal vez el resultado de una lenta elaboración, y debe estar formada por elementos de épocas diferentes. Elementos que pertenecen a etapas diferentes, que marcan la evolución de un pensamiento y que se enriquecen conti- nuamente. La producción de Aristóteles sabemos que presenta dos enfoques totalmente distintos: por una parte, los escritos exotéricos, que eran obras literarias de divulgación, edita- das en vida del mismo autor, y que contenían la exposición del pensamiento, formando cada obra un todo homogé- neo. Por otra parte, están las obras esotéricas o acroamáti- cas, concebidas para ser oídas (akróasis) en el interior del Liceo. La Política pertenece a este ultimo tipo de escritos: su origen está en relación estrecha con los cursos orales de Aristóteles y con su enseñanza en Asos, en Mitilene, y en Atenas, en el Liceo. Después de impartir sus lecciones (IógoiJ, Aristóteles las precisaba redactando los diversos puntos de su doctrina y las enriquecía con los resultados adquiridos después de las discusiones y debates dirigidos, que provocaba después de la exposición l . Estas primeras redacciones para sus cur- sos, sobre determinados temas relacionados entre sí, po- dían ser agrupadas y formar conjuntos más amplios -son los méthodoi, métodos (véase Política, IV, 1, 1289a26; VI, 2, 1317b34; VII, 1, 1324a2) y pragmateíai, tratados (véase Política, VIII, 5, 1339a40)-, de los que el propio autor habla muy concretamente. Son una especie de mo- nografía~ o tratados que estudian una cuestión impor- tante. Estas lecciones, así reunidas, constituían el conteni- do posible de una obra que esperaba la ultima corrección del autor. ' Sobre los cursos y tratados de Aristóteles puede verse W. JAEGER, Studien zur Entstehungsgeschichte der Metaphysik des Aristoteles, Ber- lín, 1912. 1. DURING, Notes in the transmirsion of Aristotle's writings, Goteborg, 1950, págs. 57-59. Además, Aristóteles no trataba los temas una sola vez, especialmente tratándose de materias como la Política o la Física, sino que volvía sobre ellos en otros cursos y los manejaba constantemente con puntos de vista nuevos, y aquellas antiguas not;is las explicaba de nuevo oralmente y volvían a ser enriquecidas con adiciones posteriores, fruto de la propia enseñanza y de haber abordado otros trabajos que hacían c\~olucionar el pensamiento del maes- tro. Estos retoques hacen verosímil que el texto de esta obra, comenzado muy pronto, haya estado sufriendo adiciones y cambios continuos hasta el final de la vida del autor. Y por ello se explican fácilmente las chocantes contradic- ciones, pasajes sospechosos, interpolaciones, repeticiones, glosas marginales incorporadas al texto, lagunas; y tam- bién, en cuanto al estilo, se justifican las digresiones, rup- turas de construcción sintáctica, pasos abruptos a otro tema, grandes paréntesis explicativos (en algunos casos pue- den ser simples notas del autor insertas en el texto, o bien notas tomadas y dejadas al final de un curso que luego son consideradas como parte del texto mismo). Así la Política en su estado actual, sin duda, no es un tratado homogéneo, sino un conjunto de lecciones inde- pendientes o de ensayos sobre temas relacionados estrecha- mente entre sí. Como dice R. Stark 2, es muy probable que Aristóteles no haya preparado la edición de la Política y que nunca se propusiera escribir una obra con tal título, como tampoco se había propuesto una Metafisica, sino que * R. STARK, «Der Gesamtaufbau der aristotelischen Politik», en el vol. col. número XI de Entretiens sur I'Antiquite classique (Fond. Hardt), La «Politique» dlAristote, Ginebra, 1965, págs. 1-55, con una discusión al final, interesante. la obra que nos ha llegado represente la adición de varios tratados de tema y de objetivos más concretos. El conjunto de libros titulados Política recibe su nom- bre del término griego Politiká, plural neutro que sólo in- dica ((libros de tema político)) y no supone una concepción unitaria. Son fruto de un único pensamiento y en ellos pue- den distinguirse varias secciones menores, de enfoque y te- mática un tanto diversos; estas partes con un cierto núcleo común han sido ensambladas luego en la composición ge- neral, de acuerdo con algún esquema previo. Sobre este punto concreto haremos más hincapié en el apartado «Gé- nesis y formación de los libros)). Hay numerosos pasajes y datos deducidos del texto que lo evidencian como una composición inacabada y fruto de las circunstancias antes mencionadas. Nos limitaremos a enumerar algunos. Seguimos para ello a J. Aubonnet y su aparato crítico del texto: El libro VI11 ha quedado incompleto. Adiciones en 1 11; 11 12; VI 2, 13 18a3 - b5 y otras. Inseguridad en cuanto al lugar que ocupa el pasaje V 12, 1316b10-14. Lagunas después de: V 7, 1307a31; V 12, 1315b38; V 12, 1316b23. Digresiones, por ejemplo, en VI 10, 1329a40 - b39. Transi- ciones abruptas: el comienzo de los libros 111 y IV; y el fin de los libros V y VI. Pasajes sospechosos: 111 17, 1288a6-15; VI1 9, 1329a34-10; VI1 9, 1329b35. Interpola- ciones: 11 7, 1-4, 1266a31-1266b8; VI11 7, 1342b17-34. No- tas marginales: cf. 11 4, 1262a40 - 1262b3; 111 13, 1284b13-15; V 6, 1306a9-31; VI1 8, 1328a27-29; VI11 4, 1338b36-38, y otros. Varias versiones de su enseñanza, bien en pasajes yuxtapuestos, bien en pasajes unidos por lazos poco conexos, por ejemplo: 11 7, 1266b38-67a16 = 11 7, 1267a37-b9; 111 15, 1286a26 - b3 = 111 16, 1287b15 - 35; VI1 1, 1329b29 - 36 = VI1 2, 1324a5 - 13. Sobre la suce- sión de los diversos regímenes también recoge diferentes versiones: cf. 111 15, 1286b8 SS.; IV 13, 1297b16 SS.; V 12, 1316al SS. También se encuentran, y creemos que en exceso, entre las distintas partes de la exposición recapitu- laciones: por ejemplo, V 1, 1301a19 SS.; VI 1, 1316b31- 1317al. Reenvío a otro pasaje: así en 1 12, 1259a37; 11 10, 1272a16; 111 1, 1275b2-3; VI1 2, 1324a5. Divisiones: IV 4, 1290b21; VI1 4, 1325b33. Estas irregularidades e incoherencias, a veces aparen- tes, juiciosamente interpretadas, han permitido descubrir en el texto transmitido distintas capas pertenecientes a épo- cas diferentes, fruto, tal vez, de diversos cursos desarrolla- dos por Aristóteles. Y consecuentemente, debido a la es- tructura propia de los libros esotéricos y a este carácterde obra inacabada, los editores y comentaristas, en el curso de los siglos, se han planteado varias cuestiones rela- cionadas bien sea con el orden de los libros, es decir, si mantienen una lógica interna entre las diversas partes del tratado, o bien con la fecha de esas partes, por si se puede ver en ellas la expresión de las capas sucesivas dejadas por la enseñanza de Aristóteles a lo largo de su vida. Antes de entrar a tratar los problemas del orden de los libros y de la fecha relativa de los mismos, vamos a dar un resumen de los libros según el orden tradicional, que es el recogido en nuestra traducción. Contenido de la «Política» A favor del orden tradicional está el testimonio dado por el propio Aristóteles al final de su obra Ética a Nicó- maco, X 10, 1 181 b12-23, si es que no consideramos este pasaje moaificado, completado o redactado posteriormen- te, a modo de conclusión de la obra. Este pasaje de la Ética dice expresamente: Pues bien, como nuestros antecesores han dejado sin investi- gar lo referente a la legislación, quizá será mejor que lo conside- remos nosotros, y, por tanto, estudiemos en general lo relativo a la constitución política a fin de completar, en la medida de lo posible, la filosofía de las cosas humanas. En primer lugar, pues, intentemos pasar revista a lo que parcialmente haya podido quedar bien tratado por nuestros predecesores; de5pués, en vista de las constituciones políticas que hemos reunido, intentemos ver qué cosas salvan y qué cosas pierden a las ciudades, y cuáles a cada uno de los regímenes, y por qué causas unas ciudades son bien gobernadas y otras lo contrario. Examinadas estas co- sas, quizá podamos ver mejor al mismo tiempo cuál es la mejor forma de gobierno, y cómo ha de ser ordenada cada una y de qué leyes y costumbres se ha de servir para ser la mejor en su género (pág. 174 de la traducción de M. Araujo y J. Marías, Aristóteles. Ética a Nicómaco, Madrid, 1970). Es decir, Aristóteles se propone estudiar en la Política las opiniones de los autores que han tratado de la mejor constitución (11, 1-8); las razones de la prosperidad y de la ruina de las ciudades, y las causas de que esté bien o mal administrada una ciudad bajo un mismo régimen polí- tico (V-VI); la estructura y las leyes del régimen ideal (VII- VIII). Y en el curso de la elaboración de la obra parece que Aristóteles siente la necesidad de añadir y someter a examen las cuestiones tratadas en los libros 1, 11 (capítulos 9-12), 111 y IV. Pasemos a exponer el contenido de los libros: El libro 1 resulta muy complejo y sirve de introducción al conjunto de la obra. Aristóteles examina y describe los elementos constitutivos de la ciudad: las personas y las co- sas. Se pueden distinguir dos partes en él. La primera trata
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