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Aristoteles-Politica-páginas-44

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LIBRO IV 223 
3 La causa de que existan varios re- 
Diferentes o 
gímenes es que toda ciudad tiene un gú- 
variedades de mero grande de partes. En primer lugar, 
regímenes vemos que todas las ciudades están com- 
puestas de familias, luego 647, a SU vez, 
de esta multitud, necesariamente, unos son ricos, otrosao- 
bres y otros de posición media, y de los ricos y de los 
pobres, los primeros "8 están armados y los segundos sin 
2 armas. Venlos también que del pueblo unos son campesi- 
nos, otros comerciantes y otros obreros manuales. Y entre 
los notables 649 existen diferencias según su riqueza y la 
magnitud de sus bienes, por ej~mplo, por la cría de caba- 
3 llos (eso no es fácil de hacer si no se es rico; por eso preci- 
samente, en tiempos antiguos 650, en todas las ciudades cu- 
yo poder residía en la caballería, en éstas había oligarquías, 
y empleaban caballos en las guerras contra los vecinos 651, 
como los eretrios 652, los calcidios y los magnesios de las 
Otras causas de la pluralidad de los regímenes se encuentran en 
111 6; VII; V 1, 2, 1301a25 SS.; VI1 8, 5, 1328a37 ss. Aristóteles en estos 
pasajes habla de la ,pluralidad de las constituciones y de la causa, pero 
no indica el número de constituciones posibles. 
Cf. infra, IV 11, 4, 1295b1 ss. Véase también VI 3, 4, 1318a30 SS. 
Según VI 7, 1, 1321a12, se puede suponer que hay gentes pobres, 
incluso en la clase de los hoplitas, es decir, de los armados, y se confirma 
en V 10, 11, 1311a12. 
Con los notables se intenta recoger el término griego hoi gn6ri- 
moi; incluye a los ricos y también a aquellos cuya valía se funda en 
el linaje o en la virtud; cf. infra. IV 4, 22, 1291b28; VI 2, 7, 1317b38. 
650 Incluso en una época más tardía, cf. VI 7, 1, 1321a8 ss. 
Que suelen resultar más peligrosos que los otros pueblos; cf. DE- 
M~STENES, Olíntica 2, 21; en estas guerras los esclavos desertaban a me- 
nudo en masa. 
Sobre la oligarquía de Hipobotes en Calcis, cf. ESTRAB~N, X. SO- 
bre la oligarquía de los caballeros de Eretria, cf. infra, V 6, 14, 1306a35 
orillas del Meandro y muchos otros pueblos de Asia). Ade- 4 
más de las diferencias basadas en la riqueza está la que 
se basa en el linaje y en la virtud o en cualquier otro factor 1290a 
semejante del que hemos dicho 653 al tratar la aristocracia, 
que es un elemento constitutivo de la ciudad. Allí explica- 
mos de cuántas partes consta necesariamente toda ciudad. 
De estas partes, unas veces participan todas 654 en el go- 
bierno, otras menos y otras más. 
Así pues, es evidente que necesariamente deben existir 5 
varios regímenes, diferentes entre sí por su forma, puesto 
que estas partes suyas difieren por su forma. Un régimen 
es, en efecto, la organización de las magistraturas, y éstas 
todos las distribuyen según el poder de los que participan 
de ellas o según alguna igualdad común a ellos; me refiero, 
por ejemplo, a los pobres o a los ricos, o en común a 
ambos. Es necesario, por consiguiente, que los regímenes 6 
sean tantos cuantas son las organizaciones según las supe- 
rioridades y las diferencias de las partes. 
Principalmente parece que hay dos, y como en los vien- 
tos 655 a unos se dice vientos del Norte y a otros del Sur, 
y los demás son como desviaciones de éstos, así también 
entre los regímenes hay dos, la democracia y la oligarquía. 
La aristocracia la consideran como un tipo de oligarquía, 7 
SS. Magnesia del Meandro es una ciudad situada al suroeste de Asia Me- 
nor, entre Éfeso y Mileto, no lejos de la desembocadura del Meandro. 
633 Probablemente se refiere al pasaje 111 12, 8, 1283a14 SS. O bien 
a VI1 7, 9, 1328a17-VI1 9, 10, 1329a39. 
654 Así, en una democracia, participan todas las clases de notables 
y de pueblo; cf. VI1 9, 2, 1328b32 SS.; en cambio, en las formas extremas 
de oligarquía sólo hay caballeros. 
Aristóteles recoge en este pasaje la experiencia popular expresada 
ya por HOMERO, Odisea XIII 109-1 11. 
LIBRO IV 225 
puesto que es una cierta oligarquía, y la llamada república 
como una democracia; igual que en los vientos, el del Oes- 
te 656 se considera una especie de viento Norte, y el del 
Este una especie de viento Sur. Igualmente ocurre también 
con las armonías 657, según dicen algunos; de hecho en es- 
te caso establecen dos modos, el dorio y el frigio, y las 
demás combinaciones, unas las llaman dorias y otras fri- 
a gias. Principalmente, se suele pensar así sobre el tema de 
los regímenes; pero como nosotros los dividimos es más 
conforme a la verdad y mejor: hay una o dos formas 
bien constituidas; las otras son desviaciones, unas de la 
armonía bien combinada, otras del régimen mejor; las for- 
mas oligárquicas son las más rígidas y más despósticas, 
y las relajadas y blandas son las democráticas 659. 
El del Oeste, el Céfiro, es, en efecto, un viento del oeste, y el 
Euro, el del Este, es un viento este-sureste. 
Cf. supra, 1 5, 1, 1254a33. Y P ~ ~ T ó ~ , ' L a q u e s 188D. 
Aristóteles critica a los que consideraban la democracia y la oli- 
garquía como formas verdaderas de constitución y el resto como desvia- 
ciones. Para él es la forma intermedia la que es mejor, y las que se en- 
cuentran en los extremos son desviaciones; cf. Ética a Nicómaco 11 5, 
1106b27 ss. y 11 9, 1109b18, donde se refiere a las virtudes morales. Y 
el modo dorio es intermedio entre dos desviaciones; cf. VI11 5, 22, 1340a42 
ss. Y la forma correcta de constitución, ya considerada en sí misma, 
ya bajo sus dos formas de monarquía y aristocracia (cf. supra, IV 2, 
1, 1298a31-38), toma sólo una o dos formas, mientras que las desviacio- 
nes son múltiples, cf. PLATÓN, República IV 445'2. Y también infra, V 
1, 2, 1301a26 SS.; Ética a Nicómaco 11 5, 1106b28. Para la división que 
Aristóteles hace, cf. IV 2, 2, 1289a38 ss. 
659 La comparación entre música y política, entre los modos tensos 
con la oligarquía y los modos relajados con la democracia, también se 
encuentra en el pasaje V 4, 8, 1304a20 SS., y en ARIST~TELES, Constitu- 
ción de los atenienses 26, 1. 
No se debe considerar democracia. r 
Definición como suelen hacer algunos en la actuali- 
de la dad 660, simplemente donde la multitud 
y de la oliearauía. - . 
Clasifcación es soberana (pues también en las oligar- 
de la democracia quías y en todas partes es soberano el 
elemento mayoritario); ni tampoco oligar- 
quía donde unos pocos ejercen la soberanía del régi- 
men. En efecto, si fueran en total mil trescientos ciudada- 2 
nos, y de entre éstos, mil fueran ricos y no hiciesen partíci- 
pes del gobierno a los trescientos pobres, pero libres e 
iguales a ellos en lo demás, nadie diría que esos 66' se gobier- 
nan democráticamente. Igualmente, también en el caso de 3 
que unos pocos sean pobres, pero más fuertes que los ri- 
cos, aunque éstos sean más, nadie llamaría a tal régimen 
una oligarquía si los demás aún siendo ricos no participan 
de los honores. 
Más bien, hay que decir que existe democracia cuando imob 
los libres ejercen la soberanía, y oligarquía cuando la ejer- 
cen los ricos. Pero sucede que unos son muchos y otros 4 
pocos, pues libres son muchos y ricos pocos. Y si 662 se dis- 
tribuyeran las magistraturas según la estatura, como dicen 
algunos que se hace en Etiopía, o según la belleza, sería 
una oligarquía, pues el número de ciudadanos hermosos 
y altos es pequeño. No obstante, estos criterios no bastan 5 
por sí solos para definir estos regímenes. Pero puesto que 
son varios los elementos de la democracia y de la oligar- 
quía, aún hay que hacer la siguiente distinción: ni si los 
Probablemente se refiere a PLATÓN, Político 291D. 
ES decir, los miembros de la ciudad en la que se da ese caso. 
662 ES decir, si la oligarquía se definiese como el gobierno de un nú- 
mero pequeño. Sobre la alusión a Etiopía, cf. HER~DOTO, 111 20; y supra, 
111 12, 3, 1282b27 SS. 
LIBRO IV 227 
libres, siendo pocos, mandan sobre una mayoria de no li- 
bres, constituye una democracia, como en Apolonia del 
mar Jónico y en Tera (en cada una deestas ciudades te- 
nían los cargos los que se distinguían por su nobleza y 
los primeros que ocuparon las colonias que eran pocos so- 
bre muchos), ni los ricos, por sobresalir en numero 6a, 
constituyen una oligarquía, como antiguamente en Colo- 
fón c a (ailí, la mayoría de la población poseía una gran 
hacienda antes de que se 'produjese la guerra contra los 
6 lidios), sino que hay democracia cuando los libres y po- 
bres, siendo mayoria, ejercen la soberanía del poder, y oli- 
garquía cuando la ejercen los ricos y de origen noble, sien- 
do pocos. 
7 Así pues, hemos dicho que hay varios regímenes y por 
qué causa. Pero como hay más de los mencionados "*, 
tomando como punto de partida el antes enunciado 667 di- 
gamos cuáles y por qué razón. Estamos de acuerdo en que 
s toda ciudad tiene no una sino varias partes. Así como si 
nos propusiéramos establecer las especies de animales, en 
primer lugar determinaríamos las partes que necesariamen- 
te debe tener todo animal (por ejemplo, algunos órganos 
663 Apolonia, en la región de Iliria, ponía condiciones rigurosas a la 
ciudadanía como Esparta y tenía siempre duras condiciones para los ex- 
tranjeros; cf. supra, 11 11, 15, 1272b17. Se regía por una vieja oligarquía 
como en Tera, una de las islas Espóradas que estaba gobernada por una 
oligarquia que había adoptado la co~istitución Lacedemonia y estaba fun- 
dada más en la antigüedad de la raza que en la riqueza. 
664 Y no en virtud de su riqueza, cf. supra, 111 8, 7, 1280al. 
Colofón, ciudad situada en la costa jonia de Asia Menor, próxima 
a Éfeso. La guerra con los lidios se produce bajo el mando del rey Giges 
(cf. HER~DOTO, 1 14) en la primera mitad del siglo VII a. C. 
ES decir, democracia y oligarquia; cf. supra, IV 3, 6 , 1290a13. 
667 Cf. supra, IV 3, 1, 1289b27. 
sensoriales, el aparato que recibe y digiere el alimento, co- 
mo la boca y el vientre, y además las partes con las que 
cada uno de ellos se mueve); y si sólo hubiera éstas, entre 
ellas existirian diferencias (quiero decir, por ejemplo, va- 
rios tipos de boca, de vientre, de órganos sensoriales, y 
también de partes motoras), el número de sus combinacio- 
nes producirá necesariamente varias clases de animales (pues 
no es posible que el mismo animal tenga varias bocas dife- 
rentes, e igualmente tampoco orejas), de modo que cuan- 
do se tomen todas las combinaciones posibles de estas di- 
ferencias, resultarán las especies de un animal, y tantas 
especies de ese animal como combinaciones de las partes 
necesarias. 
De la misma manera ocurre con los regímenes políticos 9 
ya mencionados. Las ciuades, de hecho, no se componen 
de una, sino de muchas partes, como se ha dicho frecuen- 
temente 668. Una de ellas es la población encargada de la 
alimentación, los llamados campesinos; la segunda, la lla- 1 ~ 9 1 ~ 
mada trabajadora (ésta es la que se encarga de las artes y 
los oficios sin los cuales es imposible que una ciudad sea 
habitada; de estos oficios, unos tienen que existir por necg; 
sidad, otros contribuyen al lujo o al bienestar); la tercera, io 
es la clase de los comerciantes (entiendo por comerciantes 
los que se dedican a las operaciones de compra p-vmta 
y al comercio al por mayor y al por menor); la cuarta 
es la de los jornaleros; la quinta clase es la de los defenso- 
res que no es menos necesaria que las otras, si no quieren 
llegar a ser esclavos de los que los ataquen. Y me temo 1 1 
que sea un imposible llamar dignamente ciudad a la que 
por naturaleza es esclava, pues la ciudad se basta a sí mis- 
668 Cf. supra, 11 2, 3, 1261a22; 111 1, 2, 1274b38 SS.; 111 4, 6, 1277a5; 
IV 3, 1 , 1289b27; IV 4, 7, 1290b23.

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