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Organização e Funções na Cidade

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LIBRO IV 229 
ma y lo que es esclavo no se basta a si mismo 669. Por 
eso, esta cuestión está tratada ingeniosamente en la Repú- 
12 blica 670, pero no de manera suficiente. Sócrates afirma 
que la ciudad se compone de cuatro elementos absoluta- 
mente necesarios, y dice que éstos son un tejedor, un la- 
brador, un zapatero y un albañil; después añade 671, pen- 
sando que éstos no se bastan, un herrero y los que cuidan 
del ganado necesario, y además un comerciante al por ma- 
yor y otro al por menor. Y todos éstos forman el efectivo 
completo de la ciudad primera 672, como si toda ciudad 
estuviera constituida con vistas a las necesidades, y no con 
preferencia al bien, y necesitara por igual de zapateros y 
13 de labradores. En cuanto al elemento encargado de la gue-' 
rra no le asigna una parte en la ciudad hasta que el territo- 
rio haya aumentado y su contacto con las tierras vecinas 
provoque la guerra 673. Por otro lado, aun entre los cuatro 
elementos o cualquiera que sea el número 674 de los que 
participen, es necesario que haya alguno para administrar 
14 justicia 675 y juzgar lo justo. Si es que se considera el alma 
como parte del animal más importante que el cuerpo, tam- 
bién tales elementos, como el guerrero, el que administra 
la justicia de los tribunales, y además de éstos el consulti- 
669 Cf. mpra, 1 2, 2, 1252a26-34; 1 5, 9, 1254b20 SS. 
670 PLATÓN, República 11 369b-371E. 
67L PLATÓN, República 11 370D. 
672 Cf. infra, VI1 4, 1 1 , 1326b7 SS. 
Sobre la necesidad de la fuerza militar y sus fines, cf. infra, VI1 
8, 7 , 1328b7 S S . 
674 En Ética a Nicómaco IX 10, 1170b31 dice: «con diez hombres 
no se podría constituir una ciudad». 
675 Cf. infra, 111 12, 9, 1283a19-111 13, 1, 1283a24. Sobre la necesidad 
de una autoridad judicial en el Estado, cf. supra, 1 2, 16, 1253a37 SS.; 
infra, VI 8, 9, 1322a5 SS.; VI1 8, 7, 1328b13 SS. 
vo, que es obra de la prudencia política, deben considerar- 
se partes más esenciales de las ciudades que las que tienden 
a las necesida.des indispensables. Y que estas funciones co- is 
rrespondan a clases separadas o a las mismas no tiene nin- 
guna importancia para nuestro razonamiento; de hecho ocu- 
rre con frecuencia que los que llevan las armas y los que 
cultivan el campo son los mismos 676. De modo que si unas 
y otras deben considerarse partes de la ciudad, es evidente 
que la clase de los hoplitas es necesariamente una parte 
de la ciudad. 
Una séptima clase 677 es la que sirve a la ciudad con 
sus bienes, la que llamamos los ricos. La octava es la de 16 
los servicios públicos y la de los que prestan servicio en 
las magistraturas, ya que sin magistrados es imposible que 
exista una ciudad. Por tanto, es necesario que haya algu- 
nas personas capaces de gobernar y de cumplir estos servi- 
cios a la ciudad, ya de una manera continua o por turno. 
Las restantes, que acabamos de definir hace un momento, 
son la consultiva y la que juzga sobre las cuestiones de 
derecho en caso de litigio. Si, entonces, estas funciones 
deben existir en las ciudades y deben existir de una manera 
digna y justa, es necesario que haya algunos ciudadanos que m i b 
participen de la virtud de. los políticos. Respecto a las de- 1s 
más capacidades, muchos piensan que pueden darse en los 
mismos, por ejemplo, que los mismos sean guerreros, cam- 
pesinos y artesanos, y también los consejeros y los jueces. 
Todos rivalizan en virtud y se creen capaces de desempe- 
ñar la mayoría de las magistraturas; pero es imposible que 
676 Y sin embargo los que llevan las armas y los que cultivan el cam- 
po son partes distintas de la ciudad. 
677 La sexta clase, que Aristóteles no nombra, es sin duda la de los 
jueces; cf. supra, IV 4, 13, 1291a23, y IV 4, 17a39. 
LIBRO IV 
19 los mismos ciudadanos sean a la vez pobres y ricos. Por 
eso éstos parecen ser principalmente partes de la ciu- 
dad, los ricos y los pobres. Además, por ser, por lo gene- 
ral, unos, pocos, y otros, muchos, estas partes de la ciu- 
dad aparecen como contrarias 679, de tal modo que según 
la superioridad ''O de una u otra se establecen los regíme- 
nes, y éstos parecen ser dos: democracia y oligarquía. 
20 Se ha dicho antes '" que hay varias formas de gobier- 
no y por qué razones. Digamos ahora que hay varias clases 
de democracia y de oligarquía. Tambibn esto resulta evidente 
21 por lo que hemos dicho '", pues hay varias clases tanto del 
pueblo como de los llamados notables. Por ejemplo, entre 
las clases del pueblo, una es la de los campesinos, otra 
la que se dedica a los oficios, otra la de los comerciantes 
que se ocupa de la compra y de la venta, otra la que tiene 
relación con el mar y, dentro de ésta, la de la guerra, la 
mercantil, la que se encarga del transporte, y la de la pesca 
(en muchos sitios, cada una de estas clases es una pobla- 
ción numerosa, como los pescadores en Tarento 683 y Bi- 
678 Según la opinión general, los ricos y los pobres no pueden confun- 
dirse y son las clases más marcadas y más importantes de la ciudad. 
Aristóteles, en cambio, considera que los soldados, los jueces y los conse- 
jeros son las partes más reales de la ciudad y no los ricos y los pobres. 
679 Cf. supra, V 4, 11, 1304a38, y V 8, 14, 1308b25 SS. Pero esta 
oposición es menos importante que la que hay entre buenos y malos, 
cf. infra, V 3, 16, 1303b15 SS. 
680 Cf. infra, IV 11, 17, 1296a27 SS.; supra, 111 17, 6, 1288a20 SS. 
681 Puede referirse a IV 3, 2, 1289b32 SS.; o bien a 111 6, 1, 1278b6 SS. 
Cf. supra, IV 3, 1, 1289b28 SS. 
Tarento, que adquirid importancia hacia 706 a. C., cuando los 
Partenios llegaron de Lacedemonia como colonos; cf. infra, V 7, 2, 
1306b29. Tenía una gran bahía y sus productos, principalmente pescado, 
aceitunas, cerámica, tejidos de púrpura, eran exportados a Mileto en Asia 
Menor. - Bizancio, colonia fundada por Mégara hacia el 600 a. C., está 
zancio, los tripulantes de trirremes en Atenas, los mercan- 
tes en Egina y Quíos, y los del transporte en Ténedos). 
Además de estas clases, está la de los jornaleros y la que 
tiene una hacienda tan pequeña que no puede tener tiempo 
libre, y la de los libres cuyos padres no son ambos ciuda- 
danos 684, y cualquier otra clase análoga del pueblo. Entre 22 
los notables hay clases ''' según la riqueza, la virtud, la 
educación y lo que se relaciona con esto según distinciones 
similares. 
Así pues, la primera forma de democracia es la que 
recibe su nombre espdciaimente basándose en la igualdad. 
La ley de tal democracia llama igualdad a que no sobresal- 
gan mas los pobres que los ricos, y que ninguno de estos 
dos grupos ejerza soberanía sobre el otro, sino que ambos 
sean iguales. Pues si la libertad, como algunos suponen, 23 
se da especialmente en la democracia, y también la igual- 
dad, esto se lograría especialmente si todos participan en 
situada en la salida del Bósforo tracio, lugar muy favorable para un desa- 
rrollo grande de la navegación comercial. - Egina, isla próxima a la cos- 
ta del ática y del puerto del Pireo; cf. infra, V 6 , 9, 1306a4. - Quíos 
es una isla próxima a la costa de Asia Menor; era muy fértil y sus habi- 
tantes son considerados los más ricos de los griegos, cf. TUC~DIDES, VI11 
45, 4; mantenía un intenso comercio de exportación. - Ténedos es una 
isla próxima a la entrada del Helesponto; tenia una gran importancia 
por encontrarse en la ruta del trigo; era conocida por su vino y por su 
cerámica. 
684 Estas gentes de origen extranjero o servil sólo se consideraban ciu- 
dadanos con todos los derechos en las democracias-muy liberales; cf. 
infra, VI 4, 16, 1319b6-11. En Atenas, donde los ciudadanos se sentían 
muy orgullosos de su autoctonía (cf. EURIPIDES, Ión 589), había una acti- 
tud de reserva para su situación cívica. Cf. 1 sóc~~~~s ;Pana tena ico 165. 
Pisístrato llegó a la tiranía gracias a ellos; cf. ARIST~TELES, Constitución 
de los atenienses 13, 5. 
Sobre estas distinciones entre ellos, cf. supra, IV 3, 2, 1289b33 SS.; 
infra, IV 8, 3, 1293b37SS., y VI 2, 7, 1317b39. 
LIBRO IV 233 
el mayor grado posible y por igual en el gobierno 686. Y 
como el pueblo es mayoría y la decisión de la mayoría 
es soberana 687, este régimen es necesariamente _a 
democracia. 
24 Esta es una forma de democracia, otra es aquella en 
que las magistraturas se conceden a partir de los tributos, 
pero siendo éstos poco elevados; el que alcanza esa renta 
debe tener la posibilidad de participar en el gobierno, y el 
1292a que no llegue a ella que no participe. Otra forma de demo- 
cracia consiste en que todos los ciudadanos no desacredita- 
dos participen del gobierno, pero la ley es la que manda. 
25 Otra forma de democracia es aquélla en la que todos 
participan de las magistraturas, con sólo ser ciudadano, 
pero la ley es la que manda. Otra forma de democracia 
es en lo demás igual a ésta, pero es soberano el w o 
y no la ley; esto se da cuando los decretos son soberanos 
y no la ley. Y esto ocurre por causa de los demagogos. 
26 Pues en las ciudades que se gobiernan democráticamente 
no hay demagogos, sino que los ciudadanos mejores ocu- 
pan los puestos de preeminencia; pero donde las leyes no 
son soberanas, ahí surgen los demagogos 689. El pueblo se 
convierte en monarca 690, uno solo compuesto de muchos, 
ya que los muchos ejercen la soberanía, no individualmen- 
686 Sin embargo, Aristóteles hace notar en 111 6, 11, 1279a21 el carac- 
ter despótico de todas las desviaciones, incluso de la democracia. 
Esta es la característica principal de una democracia; pero véase 
sin embargo el pasaje IV 4, 1, 1290a30 SS. 
Cf. infra, IV 6, 3, 1292b35. 
689 Parece que hubo demagogos en las democracias conforme a la 
ley; cf. infra, V 5, 6 , 1305a7 SS. y V 10, 6, 1310b29, y también en las 
democracias tradicionales, cf. infra, V 5, 10, 1305a28. El crecimiento 
demográfico y la asignación de un salario pueden ser las causas de la 
democracia extrema; cf. infra, IV 6, 5, 1292b41 ss. 
'" Cf. infra, V 11, 11, 1313b38. 
te, sino en conjunto. Homero 691 a cuál se refiere al decir 27 
que 
no es bueno el gobierno de muchos, 
¿acaso a éste, o a aquél 692 cuando los jefes son varios ejer- 
ciendo el poder cada uno individualmente?, la cosa no está 
clara. Un pueblo de esta clase, como si fuera un monarca, 
busca ejercer el poder monárquico, sin estar sometido a 
la ley, y se vuelve despótico, de modo que los adulado- 
res 693 son honrados, y una democracia de tal tipo es aná- 
loga a lo que la tiranía entre las monarquías. Por eso su 28 
carácter es el mismo: ambos regímenes ejercen un poder 
despótico 694 sobre los mejores, los decretos son como allí 
los edictos, y el demagogo y el adulador 695 son una misma 
cosa o análoga: unos y otros tienen una especial influencia 
en sus dueños respectivos, los aduladores con los tiranos, 
y los demagogos con los pueblos de tal condición. Esos 29 
son los responsables de que los decretos tengan la autori- 
dad suprema y no las leyes, presentando ante el pueblo 
todos los asuntos 696; pues les sobreviene su grandeza por 
692 Aristóteles parece considerar dos tipos de gobierno de muchos: 
uno, cuando el jefe colectivo es la multitud, y otro, cuando varios jefes 
mandan individualmente. Cf. TUC~DIDES, VI 72, 3; JENOFONTE, Anábasis 
VI 1, 18; IS~CRATES, A Nicocles 24 SS., se refieren a los males que resul- 
tan de esta forma de poder. 
693 Cf. infra, V 11, 1313b38 SS.; ARISTÓFANES, Caballeros 1116; DE- 
M~STENES, Filipicas 3, 4. Para la tiranía, cf. infra, IV 5, 2, 1292b7 SS.; 
V 10, 30, 1312b5 SS.; VI 6, 3, 1320b30 ss. Esta forma de democracia, 
no obstante, es menos mala que la tiranía, porque en ésta se dan los 
males de las formas extremas de la democracia y de la oligarquía; cf. 
V 10, 2, 1310b3 SS.; V 10, 11, 1311a8 SS. 
694 Cf. infra, V 10, 12, 1311a15 SS. 
695 Cf. infra, V 11, 12, 1313b40. 
696 Incluso los asuntos regulados por la ley; cf. IV 15, 13, 1300al SS.; 
LIBRO IV 235 
el hecho de que el pueblo es soberano en todas las cosas, 
y ellos controlan la opinión del pueblo porque el pueblo 
30 les obedece. Además, los que presentan acusaciones contra 
los magistrados dicen que el pueblo debe juzgarlas, y éste 
acepta con gusto la invitación, de modo que se disuelven 
todas las magistraturas. Podría parecer razonable la crítica 
del que dijera que tal democracia no es una república 697, 
31 porque donde no mandan las leyes no hay república. La 
ley debe gobernarlo todo 698, y los magistrados y la repu- 
blica deben decidir en los casos particulares. De modo que 
si la democracia es una de las constituciones, es evidente 
que una organización tal en la que todo se rige por decre- 
tos 699, tampoco es una democracia en el sentido propio, 
pues ningún decreto puede tener un alcance universal. Las 
formas de democracia quedan definidas de ese modo. 
5 En cuanto a las formas de oligarquía, 
Las diversas 
una es la que hace depender las magistra- 
formas de turas de rentas tan altas que los pobrgs, 
sus aún siendo mayoría 700, no participan de 
características 
ellas 'O1, pero el que las adquiere puede 
i 2 m participar del gobierno. Otra se da cuando las magistratu- 
V 5, 10, 1305a29 SS., y así la Asamblea tiende a absorber todos los poderes. 
697 Cf. PLATÓN, Re~ública VlII 557C SS.; y Leyes IV 712E. . 
698 Aristóteles probablemente se acuerda de las palabras de Píndaro 
citadas por Heródoto, 111 38. 
699 Cf. ARISTOTELES, Constitucih de los atenienses 41, 2: «De todas 
las cosas, en efecto, el pueblo se ha hecho a sí mismo dueño, y todo 
lo gobierna mediante votaciones de decretos y por medio de los tribuna- 
les, en los que el pueblo es soberano» [trad. M. GARC~A VALDÉS], B. 
C. C., 70, Madrid, 1984, págs. 152-153. 
700 La clase dirigente debe ser sin embargo más fuerte que el conjunto 
de ciudadanos excluidos de los cargos y honores; cf. infra, VI 2, 2, 1320b26 
siguientes. 
'O1 Cf. infra, VI 6, 2, 1320b25 ss. 
-ras dependen de rentas elevadas 702 y ellos mismos 703 eli- 
gen a los que deben ocupar los cargos vacantes (si hacen 
la elección entre todos ellos, éste parece ser un régimen 
más bien aristocrático, y si la hacen entre algunos determi- 
nados, oligárquico 'O4). Otra forma de oligarquía es-- 2 
do el hijo sucede al padre. La cuarta, cuando ocurrelo 
que ahora se dijo y manda no la ley sino los magistrados. - 
También ésta, entre las oligarquías, se corresponde a la 
tiranía entre las monarquías, y a la última forma de demo- 
cracia de la que hemos hablado, entre las democracias. A 
la oligarquía de tal clase la llaman dinastía. 
Todas estas son, pues, las formas de oligarquía y de de- 3 
mocracia. Pero no debe olvidarse que en muchos lugares 
ocurre que el régimen establecido 705 según las leyes no es 
democrático; sin embargo, debido a la costumbre y a la 
formación se gobierna democráticamente; e igualmente, pe- 
ro al revés, en otros casos el régimen legal es más bien 
democrático, pero por la formación y por las costumbres 
se lleva más bien como una oligarquía. Esto sucede espe- 4 
cialmente después de los cambios de régimen 706, pues no 
se pasa de uno a otro inmediatamente, sino que se conten- 
tan al principio con pequeñas ventajas recíprocas, de mo- 
do que las leyes siguen siendo Ias preexistentes, pero man- 
dan los que logran el cambio de régimen. 
702 Cf. supra, 111 5, 6 , 1278a21 SS. 
703 ES decir, los miembros del cuerpo cívico; cf. infra, IV 6, 9, 1293a23. 
Según otros comentaristas se refiere a los magistrados en el cargo. 
704 Sobre los diversos matices de estas instituciones, cf. infra, IV 15, 
21, 1300bl ss. 
705 Cf. ~nfra, V 1, 8, 1301b10. 
706 Así el paso de la oligarquía a la democracia o a la inversa. PLA- 
TÓN, República VI11 550D, hace notar también la transición de un régi- 
1 men a otro. 
LIBRO IV 237 
6 Que hay todas estas formas de demo- 
Otros criterios cracia y de oligarquía resulta evidente pre- 
justifiran cisamente por lo dicho 707. Pues necesa- 
las diferentes 
dfmocracias y riamente, o todas las partes mencionadas 
oligarquías delpueblo participan del gobierno, o unas 
2 sí y otras no. Cuando los campesinos y 
los que poseen una propiedad moderada tienen :a sobera- 
nía del régimen, gobiernan de acuerdo con las leyes, pues, 
al tener que vivir de su trabajo, no pueden disponer de 
tiempo libre, de modo que poniendo al frente la ley convo- 
can sólo las asambleas necesarias. Los demás ciudadanos 
pueden participar en el gobierno cuando adquieran la ren- 
ta fijada por las leyes; por eso a todos los que la han ad- 
3 quirido les es posible participar. El que de una manera 
absoluta no sea posible a todos participar en el gobierno 
es un rasgo oligárquico, pero la posibilidad de disponer 
de tiempo libre no se da por no tener recursos 708. Así 
pues, ésta es una forma de democracia por estas causas. 
Una segunda forma se basa en la distinción ' O 9 siguiente: 
es posible a todos los de linaje intachable participar en 
el gobierno; sin embargo sólo participan los que pueden 
4 disponer de tiempo libre. Por eso en una democracia de 
tal clase gobiernan las leyes, porque no hay suficientes re- 
cursos. Una tercera forma es aquella en que todos cuantos 
son libres pueden participar en el gobierno, pero no parti- 
cipan por la causa antes dicha, de modo que 'necesaria- 
mente también en ella gobierna la ley. 
707 Cf. supra, IV 4, 21, 1291b17 SS., O bien IV 3, 4, 1290a3-5. 
708 Hay ciertas dificultades de comprensión del texto de este párrafo. 
Algunos comentaristas cambian el orden del texto. 
709 Distinción que viene después, según el orden que se dice supra, 
IV 4, 24, 129212, y se refiere al nacimiento y a los que poseen la renta 
exigida. 
Una cuarta forma de democracia es la que cronológica- 5 
mente ha surgido la Última 710 en las ciudades. Por haberse 
hecho las ciudades mucho mayores de lo que fueron en 
un principio y por disponer de abundancia de recursos, 
todos participan en el gobierno a causa de la superioridad 
numérica de la multitud, y todos toman parte en él y go- 
biernan por la posibilidad de disponer de tiempo libre, in- 
cluso los pobres al recibir un salario 7 1 1 . Y una multitud 
de esta clase es la que sobre todo dispone de tiempo libre, 
pues el cuidado de sus intereses privados no les estorba 
en absoluto, mientras que para los ricos 712 es un obstácu- 
lo, hasta el punto, muchas veces, de no tomar parte en 
la asamblea ni en la administración de la justicia. Por eso 
la multitud de los pobres es el elemento soberano del régi- 
men, y no las leyes. 
Tantas y tales son las formas de democracia que estas 7 
causas producen necesariamente. En cuanto a las formas 
de oligarquía, la primera es aquella en que la mayoría tie- 
ne propiedad, pero relativamente pequeña y no demasiada; 
dan al propietario el derecho de participar en el gobierno, 
y al ser grande el número de los que participan en el go- 8 
bierno, necesariamente la soberanía recae no en los hom- 
bres, sino en la ley, pues cuanto más se alejan de la mo- 
narquía y no tienen tanta fortuna que puedan disponer de 
tiempo libre sin preocupaciones, ni tan poca como para 
ser alimentados a expensas de la ciudad, es necesario pensar 
que es la ley la que les gobierna y no ellos mismos. Si 9 
710 La última cronológicamente, que infra, V 5, 10, 1305a29, se opo- 
ne a la democracia tradicional, es la forma más reciente pero de una 
novedad relativa después del pasaje, 111 4, 12, 1277b1. 
711 Gracias a la paga los pobres participan en las reuniones de la Asam- 
blea; cf. infra, IV 15, 13, 1300al SS., y PLATON, República VI11 565A. 
712 Cf. infra, VI 5, 6, 1320a27 SS.

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