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LIBRO v 323 
año en las ciudades donde se fijan las tasas anualmente, 
noab y en las más importantes cada tres o cinco años, y si es 
muchas veces mayor o muchas veces menor que la prime- 
ra, a partir del tiempo en que se establecieron las tasas 
de ciudadanía, debe haber una ley que aumente o disminu- 
ya las estimaciones de la propiedad; si el total excede al 
anterior, aumentará el censo tributario en proporción, y 
si es inferior, se reducirá fijando una tasa menos elevada. 
i i Pues en las oligarquías y en las repúblicas, si no se actúa 
así, sucede que en éstas se produce una oligarquía y en 
aquéllas una dinastía, y en el caso contrario, de la repúbli- 
ca se pasa a la democracia y de la oligarquía a una repúbli- 
ca o a una democracia. 
12 Una-medida común a la democracia, a la oligarquía, 
a la monarquía y a todo régimen, es que nadie crezca exce- 
siva y desproporcionadamente sino que más bien Se 
intente asignar cargos modestos y de larga duración que 
cargos importantes por poco tiempo (pues los hombres se 
corrompen y no todo el mundo es capaz de soportar la 
buena suerte de no hacerlo así, si se han concedido 
juntos, que no se quiten al menos todos a la vez, sino 
gradualmente 'OE0. Y especialmente se debe intentar preci- 
sar por medio de leyes 'OE1 hasta el punto de que nadie 
llegue a sobrepasar mucho en poder, ya por lo; amigos, 
ya por las riquezas; o si no es así, que se les haga estable- 
cer su residencia en el extranjero. 
'O7' Aristóteles en este consejo sigue la enseñanza de SOLÓN, frag. 
11; y de TWNIS, 823. 
lo'' Cf. VI1 15, 4, 1334a28 SS.; y la cita que ARIST~TELES hace de 
Soíón en Constitución de los atenienses 12, 2 [trad. M. GARC~A VALDÉS], 
pig. 76. 
Cf. V 11, 27, 1315a12 SS. 
'O8' Cf. V 3, 3, 1302b19; 111 13, 23, 1284b17 SS. 
Puesto que también por las vidas privadas se originan 13 
' revoluciones, debe crearse una magistratura 'OE2 que vigile 
a los que llevan una vida que no está de acuerdo con el 
régimen, con la democracia si se trata de una democracia, 
con la oligarquía si se trata de una oligarquía, y de la 
misma rnfnera para cada uno de los demás regímenes. 
Tambiéh hay que cuidarse por las mismas razones de la 
prosperidad excesiva de un sector de la ciudad. El remedio 14 
para esto 'OE3 está en confiar siempre los asuntos y las ma- 
gistraturas a partidos contrarios (y digo que se oponen los 
acomodados a la masa, y los pobres a los ricos), e intentar 
que se mezcle 'OE4 e1 grupo de los pobres con el de los 
ricos, o aumentar la clase media (pues esto disuelve las 
sediciones debidas a la desigualdad 'OE5). 
Muy importante en todo régimen es que las leyes y el 1s 
resto de la administración estén organizados de modo que 
no sea posible que las magistraturas sean fuente de lu- 
cro 'OE6. Esto hay que vigilarlo especialmente en las oligar- 
quías; pues el pueblo no se irrita tanto por estar alejado 16 
del gobierno -al contrario, incluso se alegra de que se 
1 0 8 2 Aristóteles Parece pensar en una magistratura especial que desem- 
peñaría el papel de los éforos en Esparta (JENOFONTE, República de los 
Iacedemonios VI11 4) y del Consejo del Areópago en Atenas (cf. ISÓCRA- 
TES, Areopagítico 46). Sobre las sospechas que recaen en Pausanias y 
en Alcibíades por su modo de vida privada, cf. TUCÍDIDES, 1 130; 1 132; 
VI 15, 4. 
'Og3 Cf. V 8, 21, 1309a27 SS.; y VI 5, 11, 1320bll SS. 
'OE4 Sobre otras medidas indicadas por Aristóteles, cf. 11 7, 3, 1266b2 
SS.; VI 5, 8, 1320a35; IV 14, 12, 1298b20 SS.; y PLATÓN, Leyes VI 773C. 
'O8' Cf. 11 8, 10, 1266b38 SS. 
1 0 8 6 Era uno de los defectos de las instituciones lacedernonias, cf. 11 
9, 26, 1271a3 SS.; de Creta, cf. 11 9, 11, 1272a35 SS.; y de Cartago, cf. 
11 11, 12, 1273b1 SS. En Atenas las rendiciones de cuentas y las leyes 
que las regulaban iban contra el mal. 
LIBRO v 325 
le deje dedicarse a sus asuntos privados-, como por creer 
que los magistrados están robando los bienes públicos, por- 
que entonces les molestan ambas cosas: el no participar 
17 de los honores y de las ganancias. Y la única manera posi- 
ble de conseguir que el régimen sea a la vez democracia 
y aristocracia es que alguien pueda lograr aquello, pues 
1309~ sería posible que los notables y el pueblo tuviesen ambos 
lo que desean. En efecto, que puedan acceder al gobierno 
todos es democrático y que los notables estén en las 
1s magistraturas es aristocrático. Y esto ocurrirá cuando no 
sea posible lucrarse con las magistraturas; pues los pobres 
no querrán gobernar al no ganar nada con ello, sino que 
preferirán dedicarse a sus asuntos privados, y los ricos po- 
drán gobernar porque no tienen necesidad de los bienes 
públicos. Con lo que resultará que los pobres se harán ri- 
cos por gastar su tiempo en sus trabajos, y los notables 
19 no serán gobernados por cualesquiera Así pues, para 
que no sean robados los bienes públicos, la transmisión 
de los mismos ha de hacerse en presencia de todos los ciu- 
dadanos 'Og9 y se depositarán copias en todas las fratrías, 
corporaciones y tribus. Y para que se ejerzan los cargos 
sin lucro, es necesario que los honores sean establecidos 
20 por ley para los de, excelente reputación. Es necesario en 
las democracias 'Og0 respetar a los ricos, no sólo con no 
hacer reparto de las propiedades, sino tampoco de sus fru- 
tos, cosa que en algunos regímenes 'O9' ocurre sin que se 
advierta; es mejor impedirles sufragar, aunque lo deseen, 
'O8' Cf. IV 6, 3, 1292b31 SS. 
' O a 8 Cf. VI 4, 6, 1318b35. 
'Og9 Cf. AIUST~TELES, Comtitución de los atenie~ses 47, 1 . 
'O9' Cf. V 5, 1305a3 SS. 
'O9' Así en Rodas en una época determinada; cf. V 5, 2, 1304b27; 
y en Atenas; cf. ISÓCRATES, Sobre la Paz 128. 
costosas pero inútiles cartas públicas como los coros, 
las carreras de antorchas y todas las demás cargas de ese 
tipo. Por otra parte, en la oligarquía hay que tener mucho 
cuidado de los pobres, asignarles los cargos de los que sa- 
can mgresos, y si un rico los agravia, imponerle una pena 
mayor que si agravia a uno de los de su clase; y que las 
herencias no se transmitan por donación, sino por pa- 
rentesco, ni que la misma persona herede más de una, pues 
así las fortunas se harán más iguales y un mayor número 
de pobres llegaría a una situación acomodada. Conviene 21 
también, en la democracia y en la oligarquía, conceder a 
los que tienen una participación menor en el gobierno -en 
una democracia a los ricos y en una oligarquía a los 
pobres- la igualdad o preferencia para los demás cargos, 
excepto para las magistraturas supremas del régimen, y con- 
fiar éstas sólo o preferentemente a los partidarios del 
régimen. 
Tres condiciones deben tener los que 9 
Otros medios van a desempeñar las magistraturas su- 
de premas en primer lugar, amor al ré- 
de los regímenes. 
Cualidades del gimen establecido; en segundo lugar, la 
hombre de Estado mayor competencia en las tareas de su 
cargo, y en tercer lugar, una virtud y una 
justicia en cada régimen adecuadas a ese régimen, pues si 
Sobre las cargas públicas, cf. 11 10, 8, 1272a19; 111 6, 9, 1279al1; 
IV 4, 16, 1291a38; y sobre estas cargas públicas inútiles, cf. VI 5, 9, 1320b4. 
Esta medida para impedir, en interés de la oligarquía, que no 
se concentren las fortunas en las mismas personas; cf. 11 9, 14, 1270a18; 
PLATÓN, Leyes XI 922B SS. 
Las altas magistraturas, como el estratego, el tesorero general, 
el demiurgo o el teoro; cf. V 9, 3, 1309b4 SS.; 111 11, 16, 1282a31; IV 
15, 22, 1300b9 SS.; V 10, 5, 1310b20 SS.; cf. también, ARIST~TELES, Retó- 
rica 11 1. 1378a6 SS. 
LIBRO v 327 
lo justo no es lo mismo en todos los regímenes, necesaria- 
mente habrá también diferentes clases de justicia. 
2 Pero se plantea una dificultad cuando no coinciden en 
la misma persona todas estas condiciones: jcómo debe 
13091, hacerse la elección? Por ejemplo, si alguien tiene dotes 
para ser general, pero es malo y no es amigo del régimen, 
y otro es justo y amigo del régimen, jcómo debe hacerse 
la elección? Pareceque deben mirarse dos cosas: de qué 
3 cualidad participan más todos y de cuál menos. Por eso, 
para el generalato se prefiere la experiencia a la virtud (pues 
participan menos de la estrategia y más de la honradez). 
Para un cargo de vigilancia y de tesorería es lo contrario 
(pues se necesita más virtud que la que la mayoría posee 
4 y un conocimiento al alcance de todos). Uno podría pre- 
guntarse, jsi se dan la competencia y el afecto al régimen, 
qué necesidad hay de la virtud? Pues estas dos cualidades 
realizarán lo conveniente también.'Pero es posible que los 
que poseen estas dos condiciones no tengan dominio de 
sí mismos y de la misma manera que, por conocerse 
y amarse a sí mismos, no sirven a sus propios intereses, 
así nada impide que algunos tengan esta actitud para con 
la comunidad. 
5 En general, todo lo que en las leyes presentamos como 
útil para los regimenes, todo eso conserva los regímenes 
y además el elemento más importante mencionado con fre- 
cuencia el vigilar para que la masa de ciudadanos que 
quiere al régimen sea superior a la que no lo quiere. 
6 Además de todo esto, no hay que olvidar una cosa que 
ahora se olvida en los regímenes desviados: el término me- 
Sobre este tema, cf. ARISTÓTELES, Ética a Nicómaco VI1 1-1 1, 
1145b12 SS.; VI1 2; 1 1, 1095a8. 
'O9' Véase 1V 12, 1, 1296b14; IV 13, 7, 1297b4; VI 6, 2, 1320b25 SS. 
dio 'O9 ' ; pues mucho de lo que parece democrático destru- 
ye las aemocracias, y mucho de lo que parece oligárqui- 
co destruye las oligarquías. Los que piensan que la suya 7 
es la única virtud tienden al exceso, desconociendo que, 
así como una nariz que se desvía de la forma recta 'Og8: ' 
la más hermosa, hacia lo aguileño o lo chato, sin embargo 
aún puede ser bella y graciosa a la vista, pero si esta des- 
viación se acentúa hacia la exageración, primero perderá 
la proporción de esa parte, y al final hará que ya ni parez- 
ca nariz a causa del exceso o defecto de las dos cosas con- 
trarias; del mismo modo ocurre con las demás partes 
del cuerpo y con los demás regimenes. De hecho, una 8 
oligarquía y una democracia pueden ser suficientes, aun- 
que sean desviaciones de la ordenación mejor; pero si 
se acentúa una de estas dos tendencias, primero hará 
peor al régimen y al final ni habrá régimen Por ello, 9 
es necesario que el legislador y el político no desconoz- 
can esto: qué elementos democráticos conservan y cuáles 
destruyen la democracia, y qué elementos oligárquicos 
conservan y cuáles destruyen la oligarquía. Ninguno de es- 
tos regímenes puede existir y perdurar sin los ricos y el 
pueblo, y cuando se llega a una igualdad de la fortuna, 
necesariamente ese régimen es otro, de tal modo que al des- 1310a 
truir esas clases con leyes excesivas destruyen los regímenes. 
Otro error "O0 se comete en las democracias y en las oli- io 
garquías. En las democracias, donde el pueblo es soberano 
'O9' El término medio, moderación de la que habla PLATÓN, Leyes 
111 693E y 701E. 
'O9' La misma comparación se erkuentra en ARIST~TELES, Retórica 
1 4, 1360a27 SS. 
'O9' Cf. IV 4, 30, 1292a30 SS. 
' 'O0 Cf. V 3, 15, 1303b7 SS.

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