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Universidad de Buenos Aires
Ciencias de la Comunicación Social
Segundo Parcial: Psicología y Comunicación
CÁTEDRA: LUTZKY
COMISIÓN: Viernes de 17 a 19 hs.
ALUMNO: PEREZ ACEBEDO, Alejo
Primer cuatrimestre 2009
Las elecciones legislativas y sus representaciones sociales
Aclaración previa:
Profesora, debido a que no pude asistir a la última clase y no logre ponerme en
contacto con ninguno de mis compañeros de modo directo para saber que sucedido en la misma, me vi
caer en una duda. Pues como tengo apuntes de la materia un tanto viejos, de años anteriores, encontré
también unos textos de Merleau Ponty, al cual también estoy estudiando este cuatrimestre en la materia
Diseño Grafico. Por este motivo, y al no saber si efectivamente es parte –tenia anotado algo a principio
del cuatrimestre pero no contaba con la certeza de que hubiera cambiado- de lo que entraba para el
parcial también realice un pequeño aporte desde su perspectiva.
Tomaremos como eje de análisis en el presente trabajo el fenómeno de las inmediatas
elecciones legislativas (entendido como el territorio sobre el que los distintos actores sociales
generaran y crearan su realidad –mapa para leer ese territorio y llevar adelante su vida-) en
principal vinculación con otro factor de relieve en la actualidad como es la “crisis”. Es evidente
el hecho de que en el mundo, y con sus claras consecuencias en nuestro país, se encuentra
pasando una de las cíclicas crisis económicas del capitalismo hoy denominado en términos
eufemísticos “globalizado”. Se vuelve este un factor entonces interesante para relacionar con el
clima político pre-electoral.
En este trabajo deseamos intentar vincular el periódico acto de elección de
autoridades, y por lo tanto los discursos que los actores políticos esgrimen en sus campañas,
como así también las razones de “realidad” que llevan a la gente a tomar un voto específico. Se
tomaran en cuenta por tanto su repercusión social, mediática y sus consecuencias en las
teorías constructivistas abordadas en nuestro corpus de lectura.
Existe un concepto que nos parece fundamental recalcar en esta primera instancia de
acercamiento al fenómeno: se trata de las concepciones del “mapa” y “territorio” –arriba ya
presentadas- tal como las plantea Gregory Bateson. De modo esencial puede decirse que el
autor plantea la imposibilidad de captar un fenómeno o un hecho como es en realidad, en su
“totalidad” (es decir, es imposible captar el “territorio”). Los seres humanos nos guiamos más
bien utilizando “mapas”, construcciones. Estos son comprendidos como estructuras que
destacan algunos de los infinitos detalles del “territorio”. Estamos imposibilitados pues de
tener la “verdad ultima” o la totalidad de los detalles sobre cualquier evento, fenómeno,
conducta, persona o incluso objeto. Reconocemos entonces las limitaciones inherentes al
análisis que estamos iniciando (presentes asimismo en todo análisis): no pretendemos agotar
el fenómeno en su totalidad, puesto que ellos es algo imposible de realizar. Ni siquiera quienes
sean calificados como sus más activos participantes pueden contar con la totalidad
conceptuales de los elementos abordados y presentes en el “territorio”.
Reconocemos además que nuestro análisis se monta principalmente sobre
representaciones generadas por un lado desde los medios de comunicación masiva (internet,
paginas web de diferentes sitios, lo que expresa la televisión y la radio en cuanto a la opinión
de la gente, los diarios de mayor tirada, este conjunto mediático de discursos) como también
los testimonios anónimos que en el día a día cotidiano se recoge por el hecho de transitar la
calle, entendidos como discursos populares. Claro esta que además todas estas
representaciones han sido construidas desde -y a partir- de otras representaciones anteriores,
no llegando nunca a tener una relación de referencia directa y precisa a ese “territorio” o
mundo objetivo que es inasible a los hombres en su carácter global. En definitiva si algo
estamos construyendo, puntualmente se trata de un nuevo mapa para acceder a un mismo
evento en el que todos los actores sociales del país nos vemos involucrados.
Dejando en claro que nuestro territorio es las elecciones (que como ya hemos
mencionado es imposible de abarcar en su totalidad). Definimos como nuestro mapa
principalmente las consecuencias sociales, las diferentes repercusiones y reacciones de los
ciudadanos de nuestro país, tomando como punto de partida para un fértil análisis las posibles
respuestas que estas elecciones den como una viable salida a la crisis.
Nos interesa principalmente las relaciones entre las distintas partes intervinientes. Es
decir, como repercuten por un lado las cuestiones diarias de la gente con la crisis-situacion
actual de incertidumbre y sus futuras elecciones de cara a los comicios; tanto como puede ser
el discurso sobre el que basan su argumentación los candidatos vinculado con soluciones a la
crisis. Adoptamos una postura que sostiene, como declara Ernest Graserfeld, que el
conocimiento debe ser entendido en tanto llave de acceso a alguno de los caminos posibles,
nunca como la realidad en su totalidad.
El constructivismo ya no atiende a una verdad o realidad “objetiva”, sino al
ordenamiento y constitución de un mundo construido por nuestra propia experiencia. Solo
podemos comparar percepciones con otras percepciones, pero nunca con la “realidad” (esta es
una gran similitud con el concepto de “mapa” de Bateson).
De todas formas el constructivismo se pregunta por el conocimiento o la experiencia
más o menos estable, y para ello liga a la verdad humana con las construcciones de los
hombres. El hombre solo puede conocer lo que crea, porque solo así puede conocer sus
componentes y saber cómo fue construido aquello; solo podemos saber de aquello que
efectivamente construimos. Para la epistemología constructivista el mundo de la experiencia,
compuesto solo por experiencia, no tiene pretensiones de “verdad”, de correspondencia con
una realidad ontológica. No hay formas de pensamiento inalterables que determinan la
construcción, sino que atiende a la historia de nuestras construcciones: lo ya hecho limita a lo
que puede hacerse. De esta forma el conocimiento no puede deberse a un sujeto pasivo, sino a
la construcción de un sujeto activo, lo cual no significa la manipulación de las cosas “en sí”, sino
por estructuras o constructos. El sujeto, siguiendo a lo planteado por Piaget, al organizarse
organiza su experiencia cognitiva. Esto está ligado a la analogía de la llave que se trata unas
líneas arriba: no hay una verdad, sino caminos posibles de la experiencia, distintas llaves para
abrir una misma puerta. Por otro lado, para afirmar que algo es “regular”, debe haber una
comparación, algo que ya experimentado se coteja con una segunda experiencia, que no
coincida con la primera. El autor explica que el mecanismo de la comparación se funda sobre la
base de una focalización de los detalles y partes relacionadas entre dos o más eventos u
objetos. En términos de Bateson: en la construcción de un mapa que representa un territorio
solo según ciertos detalles específicos.
A partir de esto podemos observar que existe en la idea de las personas, a partir de los
momentos de falta de capacidad para mantener un nivel de vida adecuado en las actuales
condiciones de crisis, una lectura y preocupación por recuperar los momentos de bienestar que
su experiencia le dejo en los años anteriores. Básicamente este es el argumento y voz elevada
desde el oficialismo para que se lo apoye en estas elecciones: en el 2003 el país estaba hundido
y ellos son los responsables positivos de que comenzara a salir a flote a nuestro pueblo. Si se
observa con poca atención es la idea que a través de las propagandas presentes en todos los
medios platean los candidatos K. Esto también es así, porque el argentino promedio, de clase
media, notó una nada despreciable mejora en su poder de adquisiciónen los años de gobierno
de Nestor Kirchner (las estadísticas de público conocimiento, índices como el del PBI y el riesgo
país lo dejaron claro), y a partir de la vivencia de la situación caótica actual, que se promete
será algo de carácter transitorio, toma los parámetros de lo pasado en esas épocas anteriores
para percibir este presente y actuar en su realidad con un voto de apoyo a quienes fueron
“buenos” y “efectivos” anteriormente.
Otro hecho significativo para el análisis propuesto es la concepción de Autonomía, tal
como la presenta Francisco Varela en su texto “El circulo creativo. Esbozo historiconatural de la
reflexividad”. Este autor comprende a la autonomía no como un fenómeno que lleva al
aislamiento y la absoluta auto-dependencia, sino como un fenómeno basado en la interaccion.
Es decir: las distintas “autonomías” que conviven en un sistema se determinan entre sí,
estableciendo recíprocamente las condiciones de su producción. Entrando también en el
mismo tono que lo planteado desde el constructivismo, se vuelve destacable la noción de
autopoiesis, que remite a la idea de autoproducción, la autogeneración (de nuestro mapa,
nuestro camino, nuestra realidad; solo en tanto diferencia con lo que existe en verdad en el
territorio). Desde una óptica similar, Edgar Morin describe la autonomía como un concepto
basado en la necesidad de una auto-organización y dependencia del mundo externo. Las partes
“autónomas” se constituyen pues siempre en relación con las otras.
En medio del clima electoral nos encontramos por un lado con los intereses de actores
como son los grandes multimedios, encarnados a nivel nacional en el “Grupo Clarín”, y la
presentación sesgada que realizan desde su autonomía, para defender sus intereses de
empresa particulares dentro del cuadro social-político-económico del país. Pugnando
claramente por permitir la libertad total del movimiento de sus capitales, como así también de
los negocios (concentración vertical y horizontal) que le son de igual importancia en el campo
de la radiodifusión y las telecomunicaciones, se opone a todo proyecto que busque regular de
alguna manera diferente –y por tanto contraria a sus intereses- sus “negocios”. Existe una
campaña encontrada con el “Anteproyecto de ley de servicios de comunicación audiovisual”
presentado por el oficialismo, que entra en concordancia con la anterior oposición al gobierno
actuante en el poder respecto a todas sus políticas. Este justamente busca controlar de alguna
manera el sistema de medios, bajo nociones como la de descentralización, democratización y
equilibrio del flujo de noticias e información, aunque en los hechos está actuando según una
lógica que le permita resguardar su legitimidad frente a la opinión pública de cara no solo a los
próximos actos eleccionarios sino a las presidenciales venideras. Cada autonomía en este caso
dicta sus metas, sus normas, sus leyes, pero convive y está en correlación con las otras
autonomías, midiendo fuerzas en los diversos campos, construyendo desde su posición en el
mismo una nueva realidad o síntesis. En la totalidad también participa la gente, que se
encuentra en todo caso continuamente interpelada con flujos de información tendenciosa
desde distintos sectores, y en gran medida se ve limitada –busca serlo en verdad- a poder
actuar de manera más eficaz y coherente pues no cuenta con las herramientas más complejas y
exactas para vivir esa realidad: se busca confundirlo, cooptarlo, y quitarle parte su autonomía
para que se sume a un proyecto de otros sectores, volverlo un agente heterónomo.
Por otra parte, desde Merleau Ponty, un filósofo fenomenólogo francés, fuertemente
influido por Edmund Husserl, podemos contemplar que la percepción tiene una dimensión
activa, en la medida que representa una apertura primordial al mundo de la vida. Según una
formulación de la fenomenología de Edmund Husserl “toda conciencia es conciencia de algo”,
implica que toda conciencia es intencional, sin embargo, si hay conciencia es porque –como ya
planteaba Descartes en su cogito- existe un ser consciente (el humano) pero esto no basta, la
conciencia es de algo, se tiene conciencia de algo externo al sujeto poseedor de la conciencia.
Para el autor, toda conciencia es conciencia perceptiva, es una noción concreta, fisiológica,
basada en lo real del cuerpo humano. De esta forma el cuerpo humano es junto a lo externo
real la base de la conciencia, y por esto se da un compromiso existencial entre el sujeto y sus
circunstancias. El cuerpo es, según Merleau Ponty, constituyente en tanto de la apertura
perceptiva al mundo como del a “creación” originaria de sentido de ese mundo.
El autor revela que la percepción es una síntesis, más práctica que intelectual, razón por la cual
ninguna verdad es absoluta ni intemporal. La percepción es la relación entre la conciencia y el
mundo, y, por tanto, mediatizada por esta relación. La percepción es percepción de objetos, y
en ella está involucrada la estructura entera del organismo: los sentidos son las diversas formas
de estructuración de que dispone un organismo. Además, en cuanto que el cuerpo es el que
constituye la inserción de la conciencia en el mundo, y el lenguaje es su instrumento, estas
nociones de cuerpo y lenguaje, entidades desde la fenomenología de la percepción, pasan a
ser los conceptos centrales.
De esta manera, el mundo es el medio natural y el campo de todos mis pensamientos y
todas mis percepciones explicitas. La verdad no “habita” solamente en el “hombre interior”, no
hay un hombre interior, el hombre es mundo y es en el mundo donde se conoce. Tenemos la
experiencia de nosotros mismo, con esta experiencia se miden todas las significaciones del
lenguaje y es esta experiencia la que permite el lenguaje quiera decir algo para nosotros.
No hay que preguntarse si percibimos verdaderamente un mundo sino que por el
contrario: el mundo es aquello que percibimos. El mundo no es lo que pienso, sino lo que vivo,
estoy abierto al mundo, me comunico indisputablemente con él, pero no lo poseo, es
inagotable. Asimismo, no hay una división del sujeto y el objeto, somos los que pasa en el
mundo. De esta manera, ante un clima con tensión –generada tanto desde los medios, desde el
gobierno, desde la oposición, desde el decir popular- porque “nos jugamos” gran parte de
nuestro futuro, tanto que se alteraron los tiempos de elección trayéndolo unos meses antes de
lo pautado, los argentinos, que ya están condicionados por las continuas dificultades de su vida
social-económica en crisis, se encuentra más precipitada y alterada que lo que habitualmente
suele estarlo. Se ve reflejada toda esta histeria externa en el propio cuerpo y percepción
originaria de los sujetos, que son ellos mismos esa realidad, imbuidos en ese vértigo de dudas y
presiones, por medio de un fenómeno coyuntural: la denominada gripe A. Las guardias, los
servicios de atención de salud o consulta colapsaron como nunca antes en el sistema sanitario,
con consultas por gente que ni siquiera tenía síntomas, pero que demuestra síntomas de
aceleración y pánico ante una amenaza que solo recién en estas horas dejo de ser algo latente
(las primeras muertes confirmadas en el país datan de las últimas horas, y son posteriores a
toda esta oleada de consultas masivas).
Siguiendo esta línea, nos encontramos con la concepción sobre la realidad de Heinz
Von Foester. Tal como ya hemos dicho es imposible acceder a la totalidad de la realidad, y que
el único modo que tenemos los seres humanos de acercarnos a ella es mediante
construcciones incompletas, que faciliten su comprensión. Von Foester agrega un nivel
adicional de complejidad a dicha trama, desdibujando la “noción clásica” de la realidad como
una manifestación única e uniforme, externa al accionar humano y al subjetivismo. Retomando
esos párrafos que usualmente “no se leen” respecto al mito de la caverna de Platon, Von
Foester declara que la realidad no es un meroreflejo o cumulo de sombras vacías, sino de
“múltiples niveles de realidad”. Cada uno de estos niveles se articula asimismo desde una cierta
óptica y mirada particular, surgida de la experiencia personal interiorizada. Esto recalca lo
inabarcable y complejo que es todo el proceso.
No se trata de una realidad objetiva y única a la cual no podemos acceder, sino de
múltiples realidades construidas desde una óptica de los distintos actores y bandos en
interacción. Esto lo podemos ver claramente por un lado en el contexto actual de quienes
administran la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, quienes también están en plena lucha por
lograr el triunfo en las legislativas, pues tienen un plan de volver a nociones neo-clásicas de la
concepción política –signados por el denominado consenso de Washington- de
(re)privatización de las empresas públicas, tal como es el caso de Aerolíneas Argentinas. Se
considera que es un sector que da pérdidas a la administración “estatal” y que por lo tanto,
para volver más eficiente y funcional su funcionamiento debe pasar a manos de capitales
privados. Su lógica capitalista-liberal ortodoxa entiende a esa acción como respuesta lógica
para lograr un equilibrio fiscal coherente. Pero también esto implica una realidad radicalmente
distinta para los trabajadores que van a ser despedidos y/o forzados a condiciones de
trabajo-contratación mucho mas “flexibles” y precarias, y que reaccionan de diferente manera
a una medida de este calibre, pues la preocupación por su futuro hara que sus “elecciones”
busquen cubrirlos del miedo a quedar expuestos a estas condiciones que le serian
desfavorables ante esa hipotética realidad.
Debemos entender que estas múltiples visiones, construcciones de la realidad, no
pueden medirse en escalas de veracidad o falsedad. Cierto es que podemos estar más o menos
de acuerdo con alguna posición en particular pero al final del día, como afirma F. Varela,
vivimos en un mundo plástico, en el cual es imposible la mejor comprensión de una parte
sobre otra. Con esto no debemos desalentarnos. El constructivismo, sin dudas radical, no se
plantea como el cierre de todo acceso a la realidad en tanto fenómeno inabarcable, sino que
intenta desnudar finalmente las verdaderas reglas del juego, para permitir un caminar más
fluido. Ante la “frialdad” de un “mundo plástico” tenemos la mirada de los demás, la
posibilidad de establecer un vinculo ético con los demás hombres. La ética esta a nuestra
disposición, como camino de mejora constante.

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