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78 El consumo de fibra dietética está inversamente asociado con el estado nutricional antropométrico y con los componentes del Síndrome Metabólico en niños y adolescentes Souki Aida1, García Doris2,3, Parra Andrea3, Valbuena Maria3, Araujo Sylvia1,3, Ruiz Gabriel1, Chávez Mervin1, Vega Marinela3, Vargas Maria3, Medina Mayerlim1, Arias Víctor 4, Bermúdez Valmore4,1. 1Centro de Investigaciones Endocrino-Metabólicas “Dr. Félix Gómez” 2Laboratorio de Investigación y Desarrollo en Nutrición, LUZ. 3Escuela de Nutrición y Dietética, LUZ. 4Grupo de Investigación Altos Estudios de Frontera (ALEF). Universidad Simón Bolívar, Cúcuta, Colombia Correspondencia: Aida Souki. Centro de Investigaciones Endocrino-Metabólicas “Dr. Félix Gómez”. Universidad del Zulia (LUZ), Edificio Multifuncional, planta alta, sector Paraíso. Maracaibo. Venezuela. soukiaida@gmail.com R es u m en Dietary fiber consumption is inversely associated with the anthropometric nutritional status and metabolic syndrome components in children and adolescents Objetivo. Investigar la posible asociación entre el consu- mo de fibra y el estado nutricional antropométrico en ni- ños y adolescentes, así como con la presencia de síndrome metabólico (SM) y sus componentes individuales. Materiales y Métodos. Estudio descriptivo y transversal que contó con una muestra de 298 niños y adolescentes de ambos géneros (149 obesos) seleccionados al azar de 10 a 17 años de edad. A todos se les realizó evaluación clínica, bioquímica, antropométrica y dietética. El examen físico incluyó verificación del estadio puberal y toma de tensión arterial (TA). El estado nutricional antropométrico se determinó utilizando el peso y la talla para calcular el índice de masa corporal y se midió la circunferencia de cintura; para la evaluación dietética se empleó un cuestio- nario de frecuencia de consumo de alimentos. La evalua- ción bioquímica incluyó la determinación de los niveles de glucosa (GliB), insulina basal (InsB) y lípidos plasmáticos. Para el análisis estadístico se utilizó el programa SPSS para Windows, se aplicó la prueba t de Student, ANOVA de un factor, la prueba de correlación de Pearson y Chi2 de Pearson según el caso, considerándose significativos los valores de p<0,05. Resultados. Se encontraron diferencias (p<0,05) entre eutróficos y obesos para todas las variables analizadas a excepción de la GliB; al comparar los obesos con y sin SM, se observaron diferencias (p<0,05) para todas las varia- bles, menos para la edad, GliB y Colesterol total. El 26,2% de los sujetos obesos presentó SM. El consumo de fibra de todos los grupos estuvo debajo de las recomendaciones de la OMS y la fuente principal fueron los cereales. Tam- bién se evidenció diferencia en el consumo de fibra entre obesos y eutróficos (p<0,034), pero no entre obesos con y sin SM. Se encontró correlación inversa entre el consumo de fibra total e IMC, CC, TA y GliB (p<0,05) y entre la fibra procedente de frutas con el IMC, CC, TA, GliB, InsB y los triacilgliceridos (p<0,05), pero positiva entre la fibra pro- cedente de vegetales y el IMC, CC e InsB (p<0,05). Conclusiones. El menor consumo de fibra se asocia con mayor presencia de obesidad y componentes de SM y la ingesta diaria de frutas parece incidir de forma positiva sobre la salud metabólica de niños y adolescentes. Palabras clave: Fibra dietética, consumo de frutas, sín- drome metabólico, obesidad, niños y adolescentes. 79 Revista Latinoamericana de Hipertensión. Vol. 13 - Nº 2, 2018 Objective. To investigate the association between fiber consumption and anthropometric nutritional status, of metabolic syndrome (SM) and its individual components, in subjects of pediatric age. Materials and methods. A descriptive, cross-sectional study was designed with a randomly selected sample of 298 children and adolescents of both genders (149 obese) and 10 to 17 years of age. All of them underwent clini- cal, biochemical, anthropometric and dietetic evaluation. Physical examination included pubertal stage verification and arterial blood pressure (TA).The anthropometrical nutritional status was determined using the weight and height to calculate the BMI and the waist circumference (CC) was also measured; a food consumption frequency questionnaire was used for the dietary evaluation. The biochemical evaluation included the determination of bas- al glucose (GliB), insulin (InsB) and plasmatic lipids levels. For the statistical analysis the SPSS program for Windows was used, the t-Student, one ANOVA factor, Pearson cor- relation and Pearson’s Chi2 test were applied, considering the values of p<0.05 to be significant. Results. Differences were found (p<0.05) between eutro- phic and obese for all variables analyzed with the excep- tion of the GliB; when comparing obese with and without SM, differences were observed (p<0.05) for all parameters except for the age, GliB and total cholesterol. The 26.2% of obese subjects presented SM. The consumption of fi- ber of all groups was below the WHO’s recommendations and the main source were cereals. Also was evident dif- ference in the consumption of fiber between obese and eutrophic (p<0,034), but not between obese individuals with and without SM. An inverse correlation between to- tal fiber consumption and BMI, CC, TA and GliB (p<0.05) was found and between the fiber from fruits with BMI, CC, TA, GliB, InsB and triacilgliceridos (p<0.05), but posi- tive between the fiber from vegetables and BMI, CC and InsB (p<0.05). Conclusions. A lower fiber consumption is associated with obesity and SM components Daily intake of fruits seems to exhibit a positive impact on the metabolic health of children and adolescents. Key words: dietary fiber, fruit consumption, metabolic syndrome, obesity, children and adolescents. a obesidad se ha convertido en un problema global, tanto en países desarrollados como en vía de desarrollo, y se asocia con hipertensión, dislipidemias, insulino-resistencia, diabetes tipo 2, síndro- me metabólico (SM) y algunos tipos de cáncer. La obesi- dad y sobrepeso en niños constituye un factor de riesgo para SM con una prevalecía reportada entre el 9 y 38%1. Existe controversia sobre la definición y diagnóstico de SM en pediatría, referida a limitaciones fisiológicas y metodo- lógicas entre ellas, los factores que influyen sobre los nive- les de lípidos plasmáticos -edad, sexo, raza-, la presencia de insulino-resistencia (IR) transitoria en la pubertad, la falta de valores estándar para obesidad central, así como de rangos normales de concentración de insulina2. Si bien existen diferentes puntos de corte para los criterios utilizados en el diagnóstico del SM, todas las definiciones incluyen un parámetro antropométrico (circunferencia de cintura o IMC), un parámetro relacionado con el metabo- lismo de la glucosa (HOMAIR, glicemia en ayunas) dos pará- metros de los lípidos plasmáticos (triacilglicéridos y HDL-c) y la tensión arterial2. Aunque se presenta dificultad para su diagnóstico y su etiología no ha sido completamente establecida, estudios transeccionales y longitudinales han demostrado su asociación con la IR, el stress oxidativo, in- flamación, disfunción endotelial, riesgo para enfermedades cardiovasculares y diabetes mellitus tipo 2 (DM2)3. Algunos estudios en niños y adolescentes han mostrado la asociación entre la ingesta de alimentos y el SM. Ali- mentos procesados ricos en grasa vegetal saturada, so- dio, cereales refinados y azúcar, se han vinculado con el incremento de la obesidad y sus comorbilidades relacio- nadas. La ingesta elevada de bebidas azucaradas ha sido asociada con el SM, con mayor circunferencia de cintura, presión arterial y valores de triacilglicéridos (TAG) en ado- lescentes de Taiwan4. Así mismo en niños y adolescentes venezolanos se demostró que a mayor consumo de bebi- das azucaradas, se observó mayor número de individuos con diagnóstico alterado paralos componentes del SM5. De igual forma, en adolescentes de Brasil se encontró una vinculación entre el consumo de alimentos procesados y el SM6. Existe una opinión creciente entre nutricionistas y científicos sobre los beneficios del incremento en la in- gesta de frutas, legumbres, vegetales y cereales, los cuales son fuente importante de fibra dietaría (FD), a la cual se le ha atribuido efectos positivos en el control de las alte- raciones metabólicas asociadas al SM. Algunos estudios en humanos y en animales de experimentación han mos- trado evidencia de la eficacia de la FD en la regulación del peso corporal, ingesta de alimentos, la homeostasis de la glucosa, sensibilidad a la insulina y otros factores de riesgo cardiovascular como los lípidos plasmáticos, hipertensión arterial y marcadores inflamatorios7. Según la AACC (American Asociación of Cereal Chemists), la FD es el remanente de partes comestibles de las plantas o hidratos de carbono análogos, que resisten la digestión y absorción en el intestino delgado, con fermentación completa o parcial en el intestino grueso e incluye a los polisacáridos (celulosa e hemicelulosa), oligosacaridos, lig- nina y sustancias asociadas a las plantas (gomas, pectinas y mucílagos). Promueve beneficios que incluyen laxación y atenúa los niveles del colesterol y/o glucosa en la sangre8. Por otra parte, la Asociación Dietética Americana (ADA) propone que el consumo de fibra insoluble es útil para el estreñimiento o la prevención de la diverticulitis, mientras que la fibra soluble en beneficiosa para la prevención de la obesidad, enfermedad cardiovascular y DM29,10. A b st ra ct In tr o d u cc ió n 80 Es de gran interés en la nutrición humana el potencial efec- to de la FD como tratamiento preventivo y/o curativo para el SM. En relación a la obesidad, estudios epidemiológicos sugieren un papel beneficioso de una dieta alta en fibra, mostrando que su ingesta está inversamente correlaciona- da con el peso y grasa corporal. La fibra podría originar la pérdida de peso a través de tres mecanismos: favorecien- do la disminución de la ingesta energética, reduciendo la absorción de nutrientes energéticos y/o modificando la respuesta metabólica11. Por otra parte, se ha demostrado el papel de la FD en la saciación y la saciedad, a través de sus efectos intrínsecos y respuestas hormonales. La FD disminuye la ingesta energética debido a su capacidad de aumentar el volumen del contenido gastrointestinal y su viscosidad, alterando por lo tanto la densidad energética, así mismo, retarda el vaciamiento gástrico, la digestión y absorción intestinal de los carbohidratos y otros macronu- trientes. A su vez, disminuye la insulinemia y la glicemia postprandial que pueden tener efecto sobre los centros hipotalámicos, induciendo saciedad10,11. La fibra también afecta la secreción de péptidos gastroin- testinales como la colecistocinina (CCK) y péptido pare- cido al glucagón 1(GLP-1) independiente de la respuesta glicémica, pudiendo actuar también como factores de saciedad o modificando la homeostasis de la glucosa. Adicionalmente, incrementa la captación de glucosa en el músculo esquelético y se asocia de forma inversa a la IR; hipotéticamente los ácidos grasos de cadena corta como el butírico y el propiónico producto de la fermentación anaeróbica de la fibra soluble en el colon, incrementa el número de transportadores de glucosa (GLUT-4) vía PPARγ7,10,12,13. Por otra parte, los efectos hipolipemiantes de la fibra pare- cen estar relacionados con la disminución de la absorción intestinal de ácidos biliares, ocasionando interrupción del ciclo enterohepático, lo que determina que el hígado tenga que sintetizar más ácidos biliares a partir del colesterol in- tracelular13. Las hormonas gastrointestinales como el GLP-1 podría estar involucrada por su papel en la homeostasis de la glucosa y secreción de insulina, ya que los niveles de glu- cosa regulan la expresión de genes que modulan la síntesis de ácidos grasos en hígado, efecto que es potenciado por la insulina; adicionalmente, se propone una disminución de la síntesis de lipoproteíca postprandial por retardo de la ab- sorción de lípidos dietarios y la disminución de las síntesis de VLDL-c a consecuencia de los ácidos grasos de cadena corta como el propiónico12. Por otro lado, el aumento de la sensibilidad a la insulina ya mencionada, pudiera contribuir a prevenir la hipertensión arterial10. En relación a las recomendaciones nutricionales para el consumo de fibra, diversos organismos internacionales sugieren una ingesta que oscila entre 15 y 38 gr/día14. En Venezuela, el Instituto Nacional de Nutrición (INN), en las “Recomendaciones Dietéticas para la Población Venezo- lana” señala que el consumo de FD en niños entre dos y diecisiete años debe coincidir con la cantidad que resulte de sumar 5 gr/día, a su edad cronológica15. Por todo lo antes expuesto se planteó como objetivo del presente tra- bajo relacionar asociar el consumo de fibra con el estado nutricional antropométrico, con la presencia de síndrome metabólico (SM) y con sus componentes individuales, en sujetos de edad pediátrica. a presente investigación fue de tipo descripti- va, no experimental, transeccional y de cam- po. Todos los participantes forman parte del programa de investigación sobre Factores Endocrino-Me- tabólicos implicados en el riesgo de Aterosclerosis, donde se evalúa la presencia de obesidad y alteraciones meta- bólicas relacionadas (dislipidemias, hipertensión, obesidad central, SM, entre otras), que se desarrolla en el Centro de Investigaciones Endocrino-Metabólicas “Dr. Félix Gómez” (CIEM) de la Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia. El proyecto se presentó a la directiva de cada insti- tución educativa y mediante comunicación, se informó a padres y/o representantes sobre los objetivos, alcances y procedimientos a realizar, solicitando su aprobación con la firma de un consentimiento informado. La investigación llevada a cabo durante el periodo 2011-2013, cumplió con los postulados de la Declaración de Helsinki y fue sus- crita por el comité de bioética del CIEM. Población y Muestra La población estuvo conformada por 470 niños y ado- lescentes de los cuales se seleccionaron 298 sujetos de ambos géneros, en edades comprendidas entre 10 y 17 años, quienes fueron divididos en dos grupos según su IMC: a) grupo integrado por 149 niños y adolescentes con diagnóstico de obesidad, sin evidencia de patologías asociadas y/o tratamiento médico prescrito; b) grupo que incluyó a 149 niños y adolescentes con diagnóstico nu- tricional normal (eutróficos), sin patologías asociadas y/o tratamiento médico prescrito, sin antecedentes familiares de diabetes, hipertensión arterial, obesidad o dislipidemia en primer grado y sin alteraciones en los lípidos plasmá- ticos, glicemia e insulina basal. A todos los sujetos que conformaron la muestra se les realizó una evaluación in- tegral que incluyó parámetros clínicos, antropométricos, bioquímicos y dietéticos. Evaluación Física y Antropométrica Un médico Pediatra realizó la historia clínica completa, que proporcionó información sobre antecedentes perso- nales y familiares, de enfermedades agudas o crónicas y uso de medicamentos. De igual forma, se efectuó la ex- ploración física, que incluyó la verificación del estadio pu- beral (Tanner), toma de tensión arterial (TA) y frecuencia cardiaca. La TA se tomó en 2 oportunidades con intervalos de 5 minutos, siguiendo procedimientos estandarizados, utilizando un esfigmomanómetro con brazalete adecuado M at er ia le s y m ét o d o s 81 Revista Latinoamericana de Hipertensión. Vol. 13 - Nº 2, 2018 a la circunferencia braquial, calibrado y debidamente va- lidado. Por otra parte, para determinar el estado nutricio- nal de los niños y adolescentes se tomaron las siguientes medidas antropométricas siguiendo protocolos normali- zados16: peso,talla y circunferencia de cintura (CC), está tomada entre la última costilla y el borde lateral más alto de la cresta iliaca derecha. Con el peso y la talla se calculó el IMC (kg/m2). Evaluación Bioquímica Previo ayuno de 12 horas, se obtuvieron muestras de san- gre de la vena antecubital y se colectaron en tubos vacu- tainer. Los niveles séricos de los parámetros bioquímicos de rutina como glicemia basal (GliB), colesterol total (Ct), triacilglicéridos (TAG), ácido úrico (AU) y colesterol de las lipoproteínas de alta densidad (HDL-c), se determinaron por métodos enzimáticos colorimétricos empleando kits comerciales (Human Gesellschaft fur Biochemica und Diagnostica mbH), utilizando un analizador automatiza- do modelo BT 3000. El colesterol de las lipoproteínas de baja densidad (LDL-c), se calculó a partir de la ecuación de Friedewald: LDL-c =Ct-(TAG/5)-HDL-c y el colesterol de las lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL-c) mediante la fórmula TAG/517. La insulina basal sérica (InsB) se determi- nó mediante la prueba de ELISA (DRG Instruments GmbH, Germany, Division of DRG Internacional, Inc). Evaluación Dietética Se empleó la técnica de la entrevista estructurada, utilizan- do el cuestionario de frecuencia de consumo de alimen- tos (diaria, semanal o mensual), obteniendo información tanto cualitativa como cuantitativa acerca de la ingesta de alimentos y nutrientes. Una vez obtenido los gramos de consumo, se utilizó la Tabla de Composición de Alimen- tos del Instituto Nacional de Nutrición para determinar el aporte de FD en gramos por cada uno de los alimentos18. Valores de referencia Los puntos de corte utilizados para el IMC fueron los esta- blecidos por la OMS (eutróficos ≥ -2 z-score - ≤ 1 z-score, obesos > 2 z-score)19 y para la CC los valores de referen- cia para niños y adolescentes de Maracaibo (Normal p10- p90, alta > p90)20. Para el diagnóstico del SM, se utilizó la definición de Cook y col., por ser la más ampliamente utilizada, la cual es una versión adaptada para adolescen- tes, del NCEP (National Cholesterol Education Program)21, sin embargo, para el valor de referencia de glicemia en ayuno (GliB) se siguió la recomendación de la Asociación Americana de Diabetes22. En relación al consumo de fibra, se consideró como consumo normal los valores recomen- dados por la OMS23. Análisis Estadístico Para el análisis estadístico se utilizó el programa SPSS ver- sión 17 para Windows (SPSS Inc., Chicago, IL). Los resul- tados se expresaron como media ± error estándar (EE) y como frecuencias absolutas y relativas (porcentajes). Pre- via verificación de la distribución normal de las variables, para determinar las diferencias entre grupos, se aplicó la prueba t- Student para muestras independientes, y ANO- VA de un factor utilizando Scheffe y Tukey b como post hoc. Adicionalmente se aplicaron las pruebas de correla- ción de Pearson y Chi2 de Pearson, para verificar la aso- ciación entre variables. Se consideraron significativos los valores p < 0,05. e evaluaron un total de 298 niños y adoles- centes, con una edad promedio de 11,92±0,1 años de edad, 149 obesos (85 del género masculino) y 149 eutróficos (67 del género masculino). Las características antropométricas, clínicas y bioquímicas de todos los sujetos evaluados se muestran en la tabla 1, se puede observar diferencias significativas (p<0,05) entre ambos grupos para todas las variables con excepción de la GliB (p=0,220), correspondiendo a los obesos los niveles más altos, sin embargo, el valor de la HDL-c resultó mayor en los eutróficos (p<0,0001). Por otra parte, la compara- ción entre obesos con y sin SM (tabla 2), reveló diferencias significativas (p<0,05) para todos los parámetros menos para la edad, GliB y Ct (p>0,05), presentando los obesos con SM los valores más altos, no así la HDL-c que resultó más baja en este grupo (p<0,001). En los sujetos obesos se pudo observar que el 40,9% mostró alteración en dos parámetros considerados como criterios para SM (tabla 3) y el 26,2% presentó SM (13,4% del grupo total). De los cinco componentes considerados para el diagnóstico de SM, la CC, los TAG y la HDL-c fueron porcentualmente los más alterados (tabla 4). Tabla 1. Variables demográficas, antropométricas, clínicas y bioquímicas de los niños y adolescentes evaluados según estado nutricional Variables Todos n=298 Eutróficos n=149 Obesos n=149 p Edad (años) 11,92 ± 0,1 11,57 ± 0,2 12,28 ± 0,2 0,005 Peso (Kg) 55,87 ± 1,3 40,70 ± 0,9 71,04 ± 1,7 0,0001 Talla (cm) 151,62 ± 0,7 149,86 ± 1,1 153,39 ± 1,0 0,020 IMC (Kg/m2) 23,59 ± 0,4 17,61 ± 0,2 29,57± 0,4 0,0001 CC (cm) 79,86 ± 1,0 65,09 ± 0,7 94,63 ± 1,0 0,0001 TAS (mmHg) 100,75 ± 0,8 93,45 ± 0,9 108,05 ± 1,0 0,0001 TAD (mmHg) 67,21 ± 0,6 63,48 ± 0,8 70,94 ± 0,8 0,0001 Glicemia Basal (mg/dl) 83,86 ± 0,5 83,21 ± 0,7 84,51 ± 0,8 0,220 Insulina Basal (uIU/ml) 15,32 ± 0,7 8,15 ± 0,3 22,50 ± 1,1 0,0001 HDL-c (mg/dl) 46,36 ± 0,7 49,56 ± 0,8 43,16 ± 1,2 0,0001 Colesterol Total (mg/dl) 154,73 ± 2,0 148,58 ± 2,4 160,88 ± 3,3 0,003 Triacilglicéridos (mg/dl) 101,72 ± 4,6 57,74 ± 1,8 145,71 ± 7,6 0,0001 Ácido Úrico (mg/dl) 4,63 ± 0,1 3,96 ± 0,1 5,30 ± 0,1 0,0001 Resultados expresados como media ± error estándar (EE). p= significancia estadística determinada con la prueba t- student para muestras independientes. IMC= Índice de R es u lt ad o s 82 Masa Corporal, CC= Circunferencia de Cintura, TAS= Tensión Arterial Sistólica, TAD= Tensión Arterial Diastólica, HDL-c= Colesterol de las lipoproteínas de Alta Densidad. Tabla 2. Características antropométricas, clínicas y bioquí- micas de los sujetos obesos con y sin Síndrome Metabólico. Variables Obesos sin SM n=110 Obesos con SM n=39 p Porcentaje (%) Edad (años) 73,8 12,2±0,2 26,2 12,4±0,3 NA 0,712 Peso (Kg) 67,5±1,7 81,1±3,6 0,0001 Talla (cm) 151,8±1,1 157,8±1,9 0,007 IMC (Kg/m2) 28,7±0,4 31,9±0,9 0,001 CC (cm) 92,6±1,0 100,3±2,2 0,0001 TAS (mm Hg) 106,4±1,2 112,7±2,4 0,009 TAD (mm Hg) 69,9±0,8 73,9±1,6 0,021 Glicemia Basal (mg/dL) 84,4±0,9 84,8±1,5 0,798 Insulina Basal ulU/mL 20,5±1,2 28,3±2,0 0,001 HDL-c (mg/dL) 45,6±1,5 36,4±1,4 0,001 Colesterol Total (mg/dL) 157,8±4,1 169,7±4,6 0,112 Triacilglicéridos (mg/dL) 132,7±9,1 182,5±11,9 0,004 Ácido Úrico (mg/dL) 5,1±0,1 6,0±0,3 0,001 Resultados expresados como media ± error estándar (EE). p= significancia estadística, mediante prueba t-student para muestras independientes. SM= Síndrome Metabóli- co, NA= No aplica, IMC= Índice de Masa Corporal, CC= Circunferencia de Cintura, TAS= Tensión Arterial Sistólica, TAD= Tensión Arterial Diastólica, HDL-c= Colesterol unido a las Lipoproteínas de Alta Densidad. Tabla 3. Distribución porcentual de los niños y adolescentes obesos según el número de criterios para Síndrome Meta- bólico Criterios para SM n % 0 12 8,1 1 37 24,8 2 61 40,9 3 34 22,8 4 5 3,4 Total 149 100 SM= Síndrome Metabólico Tabla 4. Distribución porcentual de los niños y adolescentes obesos según el diagnóstico de los criterios para Síndrome Metabólico Criterios para SM Diagnóstico n % CC Bajo 9 3 Normal 185 62,1 Alto 104 34,9 TA Normal 94,6 94,6 Alto 5,4 5,4 Glicemia Basal Normal 294 98,7 Alto 4 1,3 Triacilgliceridos Normal 215 72,1 Alto 83 27,9 HDL-c Normal 229 76,8 Bajo 69 23,2 Resultados expresados como número de sujetos y porcentajes. CC= Circunfe- rencia de cintura, TA= Tensión arterial, HDL-c= Colesterol unido a las lipopro- teínas de alta densidad. El análisis del consumo diario de fibra total (figura 1), re- veló diferencia significativa (p=0,034) entre obesos (14,0 gr/día) y eutróficos (15,4 gr/día). De igual forma al com- parar entre eutróficos y obesos con y sin SM se evidenció un consumo mayor en los eutróficos (15,4 gr/día) que en los obesos sin SM (13,5 gr/día, p=0,035). No se observó diferencia significativa entre obesos con (15,3 gr/día) y sin SM (13,5 gr/día). Es importante destacar que la media de consumo de fibra de todos los grupos estuvo por debajode las recomendaciones de la OMS. Adicionalmente, al dividir el consumo diario de fibra total en cuartiles (figura 2), el 61,1% de los sujetos eutróficos se ubican en los dos últimos cuartiles mientras que los obesos (61,1%) lo ha- cen en los dos primeros, encontrándose asociación entre el consumo de fibra y el estado nutricional mediante Chi2 de Pearson (p<0,0001). Por otra parte, al comparar el consumo diario de fibra entre los sujetos obesos, distribuidos según el número de criterios para SM (figura 3), no se encontró diferencias significativas. La distribución de los sujetos obesos según el número de criterios para SM y cuartiles de consumo diario de fibra total (figura 4) mostró, que el 58,5% de los sujetos sin criterios para SM se ubican en los cuartiles 3 y 4, mientras que el 75,6%, el 60,7% y el 53,8% con uno, dos, tres o más criterios para SM respectivamente se ubican en los cuartiles 1 y 2. Figura 1. Consumo de fibra total de los niños y adolescentes se- gún estado nutricional y diagnóstico de Síndrome Metabólico Figura 2. Distribución de los sujetos eutróficos y obesos según cuartiles de consumo de fibra total 83 Revista Latinoamericana de Hipertensión. Vol. 13 - Nº 2, 2018 En relación al consumo diario de fibra, en la tabla 5 se muestra que la mayor fuente de fibra para todos los gru- pos son los cereales (arroz, arepa de maíz y de trigo, pan, galletas, pasta, avena, maicena y crema de arroz), frutas y vegetales, con un mayor consumo de frutas por los eutró- ficos (p<0,0001) y de vegetales por los obesos (p<0,008). En este mismo orden de ideas, se observó que los niños y adolescentes obesos sin SM consumen más frutas que los obesos con SM (p<0,034) pero, ambos grupos tiene un consumo menor a los eutróficos (p<0,05). Con respecto a las raíces/tubérculos, los obesos sin SM mostraron un con- sumo menor al de los obesos con SM (p<0,001) y al de los eutróficos (p<0,05). En relación a los vegetales los obesos con SM exhibieron un consumo mayor al observado por los obesos sin SM (p<0,010) y al grupo de eutróficos (p<0,05). Figura 3. Consumo de fibra total de los niños y adolescentes obesos según el número de criterios para Síndrome Metabólico Figura 4. Distribución de los sujetos obesos según número de criterios para Síndrome Metabólico y cuartiles de consumo de fibra total Tabla 5. Consumo de fibra según fuente alimentaria en los sujetos evaluados Fuente de Fibra % Todos n=298 Eutróficos n=149 Obesos n=149 p Obesos sin SM n=110 Obesos con SM n=39 p Leguminosas (gr/d) 7,5 1,1±0,1 1,2±0,1 1,0±0,1 0,109 1,0±0,1 1,2±0,1 0,195 Cereales (gr/d) 42,1 6,2±0,2 6,2±0,3 6,2±0,3 0,978 6,0±0,3 6,7±0,6 0,291 Raíces/Tubérculos (gr/d) 11,6 1,7±0,1 1,8±0,1b 1,5±0,1 0,058 1,3±0,1a 2,1±0,3b 0,001 Frutas (gr/d) 24,5 3,6±0,2 4,5±0,4a 2,7±0,2 0,0001 3,0±0,3b 1,9±0,2b 0,034 Vegetales (gr/d) 14,3 2,1±0,1 1,8±0,2b 2,5±0,2 0,008 2,2±0,2b 3,3±0,5a 0,010 Resultados expresados como media ± error estándar (EE). SM= Síndrome Metabólico. p= significancia estadística, mediante prueba t-student para muestras independien- tes. Letras diferentes en la misma fila indican diferencia significativa mediante ANOVA de un factor (Scheffé y Tukey-b como post hoc). Finalmente, en la tabla 6 se evidencia que existe una co- rrelación inversa entre el IMC, la InsB y componentes del SM con el consumo diario de fibra total, correlación que es significativa para, IMC, CC, TAS y GliB (p<0,05). Así mismo, se encontró correlación positiva significativa en- tre los gramos de fibra procedentes de los vegetales y el IMC, CC e InsB (p<0,05); correlación significativa inversa entre los gramos de fibra aportados por raíces y tubérculos y TAD, entre la fibra provenientes de las frutas e IMC, CC, TAS, GliB e InsB y los TAG (p<0,05). Para los obesos única- mente se observó (datos no mostrados) correlación signi- ficativa inversa entre el consumo diario de fibra total con TAS, entre los gramos de fibra aportados por los vegetales y por las frutas con la GliB y la InsB respectivamente (p<0,05). Tabla 6. Asociación de componentes del Síndrome Metabólico, IMC e Insulina Basal con el consumo de fibra total y con el consumo de fuentes alimentarias de fibra en los niños y adolescentes evaluados. Fibra Total n=298 Vegetales n=298 Raíces/ Tubérculos n=298 Frutas n=298 Variables P p P p P p P p IMC (Kg/m2) -0,114 0,049 0,157 0,007 -0,191 0,118 -0,169 0,003 CC (cm) -0,123 0,034 0,162 0,005 -0,113 0,075 -0,140 0,016 TAS (mm Hg) -0,154 0,008 0,055 0,348 -0,086 0,138 -0,140 0,015 TAD (mm Hg) -0,099 0,087 -0,044 0,452 -0,152 0,009 -0,038 0,515 Glicemia Basal (mg/dL) -0,125 0,030 -0,100 0,084 0,000 0,999 -0,140 0,016 Insulina Basal (ulU/mL) -0,082 0,157 0,140 0,015 -0,030 0,610 -0,212 0,0001 HDL-c (mg/dL) -0,010 0,865 -0,064 0,269 -0,010 0,860 0,039 0,504 Triacilglicéridos (mg/dL) -0,040 0,491 0,082 0,159 -0,061 0,294 -0,167 0,004 P= Coeficiente de correlación de Pearson. p= significancia estadística. IMC= Índice de Masa Corporal, CC= Circunferencia de Cintura, TAS= Tensión Arterial Sistólica, TAD= Tensión Arterial Diastólica, HDL-c= Colesterol unido a las Lipoproteínas de Alta Densidad. 84 a comparación de las características antropo- métricas, clínicas y bioquímicas entre eutró- ficos y obesos y entre obesos con SM y sin SM, arrojó diferencias significativas para la mayoría de las variables analizadas, resultados que coinciden con los co- municados por las diferentes investigaciones realizadas en niños y adolescentes de Túnez, Estados Unidos, Polonia y Venezuela24-28. Con respecto al SM, casi 3 de cada 10 pacientes obesos presentó SM, hallazgos similares han sido descritos para niños y adolescentes latinos del sur de California (USA),sin embargo la frecuencia es más baja a la observada en niños de Túnez pero es mayor al de los niños de Brasil, Costa Rica, España, Portugal y otros países de Europa2,25,29-33. Las diferencias podrían ser atribuidas a las características de la población, al número de sujetos evaluados, a la forma de selección de la muestra y a los criterios diagnóstico para SM utilizados. Los componentes del SM más frecuentemente alterados fueron CC, TAG y HDL-c, coincidiendo con otros investiga- dores, en que la CC y las HDL-c bajas están entre los tres más comunes2,25,34. Sin embargo, en los resultados pre- sentados por otros autores, además de la CC, se incluye la TA y los TAG31,33,35. Por otra parte, un trabajo en el que se evaluaron diferentes razas, arrojó que en los blancos no hispánicos y en los mexicanos-americanos, la CC no es uno de los criterios diagnóstico para SM usualmente alte- rado, a diferencia de lo observado para los negros no his- pánicos. En este último grupo, entre las tres alteraciones más frecuentes están la TA, la CC y los TAG, mientras que los blancos y los mexicanos concordaron en los TAG y TA junto a la HDL-c en los primeros y la GliB en los últimos36. Se ha establecido que las alteraciones antes mencionadas tienen su origen en la obesidad visceral la cual ha sido aso- ciada con la IR; recientemente se ha mostrado que la CC es un fuerte predictor de la disminución de la acción pe- riférica de la Insulina37. En el grupo de sujetos obesos con SM de este estudio se observó incremento significativo de la CC y presencia de IR evidenciada por el aumento de los niveles de insulina en ese grupo. En condiciones norma- les la insulina inhibe la lipólisis en tejido adiposo, pero en una condición de IR, la lipólisis se acelera liberando ácidos grasos (AGL) a la circulación; aunado a lo anterior se ha establecido que los adipocitos de la región visceral son más sensibles a la acción de catecolaminas que estimulan la lipólisis. Los AGL que llegan al hígado afectan la acción de la insulina en este tejido, incrementando la salida de glucosa, la síntesis de citoquinas proinflamatorias, la sín- tesis de TAG que salen a la circulación bajo la forma de VLDL-c y una baja secreciónde HDL-c38. Por otra parte, en condiciones de IR, la lipoprotein lipa- sa presente en los vasos sanguíneos de tejidos periféri- cos, tiene baja actividad afectando el metabolismo de las VLDL-c, convirtiéndolas en donadoras de TAG para las HDL-c y LDL-c, a través de un mecanismo de intercambio por colesterol esterificado y mediado por la enzima trans- feridora de colesterol esterificado. El enriquecimiento en TAG de ambas lipoproteínas, trae como consecuencia que se conviertan en un excelente sustrato para la enzima tria- cilglicerol lipasa hepática, que elimina la cubierta lipídica transformándolas en partículas pequeñas y densas, forma bajo la cual la HDL-c es más sensible a ser degradada y eliminada del torrente sanguíneo. En el caso de las LDL-c ha cambiado su calidad convirtiéndose al igual que los re- manentes de las lipoproteínas ricas en TAG, en partículas altamente aterogénicas31,34,37,38. En cuanto a la fisiopatología de la hipertensión arterial observada en sujetos obesos y con SM, es multifactorial, compleja y fuertemente asociada a la disminución de la sensibilidad a la insulina. Se presenta activación del siste- ma nervioso simpático por elevación de la insulina y lep- tina, daño vascular a causa de la inflamación, perdida del balance vasorelajación/vasoconstricción, estrés oxidativo y retención de sodio y fluidos por activación del sistema renina-angiotensina31,39. La IR puede atenuar algunas res- puestas celulares específicas de la insulina mientras que otras persisten o pueden incrementarse, lo que parece ser el caso del endotelio vascular donde la síntesis de NO me- diada por la eNOS a través de la vía PI3K se ve afectada pero no la síntesis de endotelina-1 mediante la vía de la MAPK, lo que sugiere una IR selectiva en esta tejido40. La GliB alterada es el componente con menor frecuen- cia, al igual que lo observado por otros investigadores en niños de Brasil, Corea, México y España pero diferente a lo reportado para adolescentes de USA y específicamen- te para mexicanos-americanos, donde el criterio menos común fue la HDL-c2,31,34-36. En la presente investigación solamente se detectaron cuatro sujetos con glicemia basal alterada y en el de Rinaldi uno, lo cual podría ser expli- cado por la capacidad de las células ⩾-pancreáticas para compensar la excesiva glucosa en sangre de los niños y adolescentes, lo cual se evidencia por los niveles de insuli- na significativamente más altos en los sujetos con SM2,34. La muestra en general se ubicó dentro de un consumo bajo de FD, por debajo de las recomendaciones de la WHO, IOM (Institute of Medicine) y EFSA (European Food Safety Authority); en el caso de los eutróficos se pudo observar que lograron alcanzar las recomendaciones de ingesta de fibra de la EFSA23,41,42. El consumo de fibra de los niños y adolescente de la presente investigación fue similar al comunicado para niños mexicanos, menor a la de estudio HELENA, a la descrita para adolescentes Belgas, de Europa Occidental, Brasil, Chile y Alemania pero superior a la de los niños de Estados Unidos y de Argentina14,43-50. Por otra parte, el consumo bajo de fibra en niños y adoles- centes ha sido comunicado por otros investigadores; estu- dios como el HELENA realizado en 10 ciudades europeas14 y el AVENA51, al igual que importantes investigaciones D is cu si ó n 85 Revista Latinoamericana de Hipertensión. Vol. 13 - Nº 2, 2018 realizadas en adolescentes de Europa Occidental, Bélgica y Estados Unidos arrojaron los mismos resultados44,45,49. En este mismo orden de ideas, una revisión sistemática que incluyo estudios prospectivos de cohorte y transversales en niños y adolescentes, del periodo 1990-2014, expresó que un buen número de países (Alemania, Holanda, Fran- cia, Suiza, Suecia, Reino Unido, Italia, Portugal, Grecia, entre otros) no logran alcanzar las recomendaciones para consumo de fibra en estos grupos de edades52. De igual forma, diversos trabajos llevados a cabo en la región de Latinoamérica, entre ellos Chile, Brasil, Argentina y Mé- xico refieren una baja ingesta de FD en la población de escolares y adolescentes43,46,47,50. La ingesta bajo de fibra podría ser atribuida a un patrón de consumo occidenta- lizado caracterizado por una elevada ingesta de carnes, altamente energético, bajo en nutrientes y con bajo con- sumo de vegetales y frutas14. En la presente investigación, el consumo diario de fibra to- tal fue significativamente diferente entre los grupos eva- luados según su IMC, con un consumo menor en el grupo de obesos, resultados que coinciden con los publicados para niños obesos y eutróficos de Japón, Brasil, Chile y México43,47,53,54. Por otra parte, en el estudio HELENA se encontró diferencia significativa en el consumo de fibra en el género femenino al comparar entre sobrepeso y obesas con las eutróficas y desnutridas, sin observar diferencias significativas al comparar las diferentes categorías de IMC en el género masculino14. Otros trabajos como el estudio NHANES (National Health and Nutrition Examination Sur- vey), realizado en población pediátrica de Estados Unidos, mostró un menor riesgo de obesidad en la infancia a una mayor ingesta de fibra y el llevado a cabo en Grecia, don- de se concluyó que un patrón de consumo con alimentos altos en fibra, se asocia de forma inversa con la adiposidad en niños y adolescentes54-56. Por otra parte, no se evidencio diferencia en el consumo de fibra total entre obesos con y sin SM, resultados que coinciden con los publicados para niños latinos con so- brepeso25, de igual forma no se encontró diferencia sig- nificativa al comparar la ingesta de fibra según el número de criterios para SM, similar a los hallazgos en niños de Brasil6 pero diferente a lo reportado para niños latinos25. Adicionalmente, se pudo observar que el mayor porcen- taje de sujetos obesos se ubican en los cuartiles más ba- jos de consumo diario de fibra total, al igual que los que presentan SM, mientras que los eutróficos lo hacen en los cuartiles más altos, coincidiendo a lo comunicado para adolescentes de USA57. En la distribución de consumo de fibra total según los gru- pos de alimentos (principales fuentes de FD), se observó mayor consumo de cereales, seguido de frutas, vegetales, tubérculos y leguminosas que mostraron menor ingesta. El estudio HELENA también encontró que el grupo de ali- mentos que contribuyó principalmente en la ingesta de fibra fue el del pan y cereales, luego tubérculos (papas) y granos, snacks y postres, vegetales y frutas, mostrando igualmente un bajo consumo de leguminosas14, similar a lo encontrado en adolescentes Belgas e Italianos44,58. Sin embargo, en los niños y adolescentes italianos y estadou- nidenses, las legumbres contribuyeron de forma impor- tante a la ingesta de fibra59. En los niños y adolescentes de Brasil se encontró, que la principal fuente de fibra fueron las leguminosas y no los cereales, también se observó un bajo consumo de frutas donde los eutróficos consumie- ron mayor cantidad que los obesos54. Los resultados de la data analizada del estudio NHANES muestran que los alimentos consumidos principalmente por los niños y ado- lescentes, si bien son muy pobres en fibra al ser ingeridos en grandes cantidades contribuyen con el gran aporte de fibra observado en la muestra55. Estudios donde se evaluó la asociación entre ingesta de fibra dietética total y los componentes del SM, han arro- jado resultados inconsistentes. En niños y adolescentes Daneses, no se observó relación entre ingesta de fibra y componentes del SM pero si con la InsB60,61 por otra parte, en adolescentes latinos con sobrepeso del sur de Califor- nia (USA) y en adolescentes Belgas, se encontró una co- rrelación inversa significativa entre la fibra dietética total y la CC pero no con el resto de los componentes del SM o con el IMC25,44; en niños y adolescentes de Alemania, se encontró relación positiva entre el consumo de fibra e IMC asícomo con el porcentaje de grasa corporal48; mien- tras que en niños y adolescente de Brasil esta correlación fue inversa e incluyó la CC54. En la presente investigación, además de la correlación negativa con la CC e IMC tam- bién se encontró correlación significativa entre el consu- mo diario de fibra total y la TAS y la GliB. Algunos autores han evaluado la relación entre el consu- mo de alimentos fuente de fibra como los cereales, legu- minosas, raíces y tubérculos, frutas y vegetales y los com- ponentes del SM, encontrando asociación positiva entre el consumo de vegetales y la HDL-c, asociación negativa en- tre cereales y GliB y entre la ingesta de leguminosas y los TAG en niños y adolescentes de Brasil2, adicionalmente, se comunica relación positiva entre fibra aportada por las frutas con la CC y no asociación entre la fibra proveniente de cereales con el IMC o con la CC, en adolescentes de Bélgica44. Los niños y adolescentes de este estudio mos- traron correlaciones similares a las reportadas por otros autores. En el caso de los cereales y leguminosas no se encontró relación con ninguno de los componentes del SM pero se observó asociación positiva entre el consumo de vegetales y la CC, IMC e InsB, relación negativa entre el consumo de raíces y tubérculos con la TAD y entre el consumo de frutas con la CC, TAS, GliB, IMC e InsB. La ingesta de fibra se ha asociado a importantes efectos fisiológicos entre los cuales destacan incremento del vo- lumen fecal/laxación, disminución del tránsito intestinal, incremento de la saciedad, aumento de la fermentación a nivel de colon y por lo tanto la síntesis de ácidos grasos de cadena corta (SCFA), modulación positiva de la micro- flora colónica, disminución del peso corporal/adiposidad, reducción de la tensión arterial, descenso de los niveles de colesterol total y de la LDLc, incremento en los niveles de 86 HDLc, atenuación de la glicemia e insulinemia postpran- dial entre otros13.Con respecto a los efectos endocrino- metabólicos positivos atribuidos al consumo de fibra, la mayor parte de los estudios de asociación se han llevado a cabo en adultos donde se han obtenido resultados consis- tentes, sin embargo en niños y adolescentes las investiga- ciones son escasas y sus resultados son inconsistentes. Los resultados más relevantes del presente estudio son: a) el 65,7 % de los sujetos obesos presentó alteración en uno o dos de los componentes del SM y el 26,2 % presento SM; b) el componente del SM más frecuentemente alterado fue la CC y el menos frecuente la GliB; c) un consumo bajo de fibra (menor a 15 gr/d) en el grupo total y una ingesta de fibra significativamente menor en los sujetos obesos; d) tanto en eutróficos como en obesos aproximadamente el 50% de la fibra ingerida fue aportada por cereales; e) la fi- bra proveniente de vegetales fue significativamente mayor en obesos y la de frutas en los eutróficos; f) en los cuartiles más bajos de consumo diario de fibra total, se encuentra los sujetos obesos y los que presentan SM; g) la ingesta diaria de fibra total se correlacionó de forma inversa con IMC, CC, TAS y GliB y los gramos de fibra consumida bajo la forma de frutas se correlacionó significativamente de forma inversa con IMC, CC, TAS, GliB, InsB y TAG. En nuestro conocimiento este es el primer trabajo en el país que muestra asociación entre ingesta de fibra y com- ponentes del SM en edad pediátrica y con tamaño de muestra mayor a la utilizada por otros investigadores. En- tre las limitaciones del presente trabajo se encuentra el no haber discriminado entre ingesta de fibra soluble e inso- luble y los posibles errores por omisión o sub-reporte, en la información suministrada por los participantes así como de sus representantes sobre el consumo de alimentos. Conflicto de intereses Ninguno que declarar. Reconocimiento Esta investigación fue ejecutada con el apoyo financiero del Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico y Tec- nológico (CONDES) de la Universidad del Zulia. Maraca- ibo, Estado Zulia, Venezuela. Programa de Investigación “Estudio de Factores Genéticos y Metabólicos relaciona- dos con riesgo cardiovascular en niños y adolescentes” (Grant Nº CC-0157-11). 1. 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Manuel Velasco (Venezuela) Editor en Jefe - Felipe Alberto Espino Comercialización y Producción Reg Registrada en los siguientes índices y bases de datos: SCOPUS, EMBASE, Compendex, GEOBASE, EMBiology, Elsevier BIOBASE, FLUIDEX, World Textiles, OPEN JOURNAL SYSTEMS (OJS), REDALYC (Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal), Google Scholar LATINDEX (Sistema Regional de Información en Línea para Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal) LIVECS (Literatura Venezolana para la Ciencias de la Salud), LILACS (Literatura Latinoamericana y del Caribe en Ciencias de la Salud) PERIÓDICA (Índices de Revistas Latinoamericanas en Ciencias), REVENCYT (Índice y Biblioteca Electrónica de Revistas Venezolanas de Ciencias y Tecnología) SABER UCV, DRJI (Directory of Research Journal Indexing) CLaCaLIA (Conocimiento Latinoamericano y Caribeño de Libre Acceso), EBSCO Publishing, PROQUEST www.revistahiper tension.com.ve www.revistadiabetes.com.ve www.revistasindrome.com.ve www.revistaavft.com.ve
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