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Fabbri - entrevista doc

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Fabbri – Pasiones/valorizaciones
Recoge la idea no sólo de la importancia de la dimensión pasional en la investigación semiótica sino
también la especificación de la importancia decisiva que tiene le problema del valor.
1970, la problemática pasional estaba ausente de la semiótica. La valoración es un fenómeno muy
general especificado por su dimensión pasional. La teoría de lo pasional estuvo siempre ligada a la
psicología social y también a la sociología y se consideraba un tema relevante, en el análisis
semiótico, organizado preferentemente para tratar los problemas de articulación semántica y a
menudo los problemas de la verdad, no dejaba espacio para la problemática de una dimensión
pasional. Se relegaba esta dimensión a la dimensión connotativa del lenguaje, donde los rasgos
tradicionalmente portadores de las huellas de la emotividad en el lenguaje eran consideradas por
Jackobson como “enfáticos”.
El problema del valor era tradicional de la sociología o la psicología social, ni siquiera era señalado
en la semiótica. Porque se decía que el valor de un elemento está dado por la diferencia con otros
elementos, y el concepto de valor era una noción limitada. La revisión de la semiótica en los 60 y
70 de Greimas intentaba destacar los aspectos de la acción (partiendo de las fábulas proppianas para
definir estructuras narrativas). Greimas vio que la fábula era por lo menos el lugar de cruce de dos
programas. El hecho de poner de manifiesto la dimensión de la acción y por consiguiente, el hecho
de poner de manifiesto la dimensión de proyecto y el reconocimiento de la problemática de las
modalidades, han desplazado la cuestión y luego han determinado que se tuviera en cuenta la
dimensión pasional como una prolongación de la reflexión sobre los problemas de competencia
modal.
Una vez que se definió la acción como un proceso de transformaciones de estados, quien cumplía
ese proceso, el actuante capaz de realizar esa operación era definido mediante una facultad según el
modelo chomskyano. La competencia es el conjunto de virtualidades modales, conjunto que hace
que los sujetos puedan pasar del ser al hacer.
Las pasiones son por definición estados. Son el resultado de acciones, pero son también estados que
constituyen las competencias de futuras acciones. La acción prescindía de la idea de que por el
hecho de que tú puedas reaccionar a una acción es necesario que sufras una transformación de tu
competencia, transformación provocada por la primera acción. La primera acción provoca un
cambio de estado y ese cambio de estado provoca o no otra acción.
¿Qué es la pasión? La pasión es la misma cosa que la acción, sólo que experimentada desde el
punto de vista de quien la recibe, de quien la padece. La pasión es una posición en el sentido de
quien de alguna manera recibe la acción. Al mismo tiempo, y como esta pasión es un conjunto de
estados, existía la posibilidad de describirla partiendo de las modalidades cuya combinación estaba
ya bastante bien descrita y acompañada por una reflexión que estaba muy atenta a los problemas de
manipulación.
La manipulación era el hacer-ser o el hacer-hacer. La persona transforma un estado que determina
que otro sujeto obre. Eran manipulaciones modales o pasionales, en el sentido de “obro diciéndote
algo de manera tal que de encolerices y lo hagas”. La idea era llenar esa caja negra de lo pasional
con capacidades analíticas deductivas. Una de las posibilidades que tiene ante sí la semiótica es
realizar su clásica operación hipotética deductiva, buscar los textos en los que estos fenómenos sean
descriptibles y que permitan enriquecer el modelo deductivo.
No había filosofía alguna que de alguna manera no hubiese intentado hacer cierta clasificación de
las pasiones y que esos modelos de clasificación eran generalmente de tipo jerárquico, estructurales,
binarios. Casi todos describen las pasiones como jerarquías de estados.
Tiempo y aspecto
Entre esos componentes surgió naturalmente lo temporal: que las pasiones están fundamentalmente
vinculadas con una economía del tiempo. Las terminologías pasiones son muy distintas de una
cultura a otra (hay términos intraducibles, otros que parecen traducibles, pero que no lo son).
Greimas trata de reconstruir una especie de semántica general, no de la terminología pasional, sino
una semántica general de los procesos, algunos de cuyos puntos cubre la terminología.
Estética y moral
Hay dos corrientes de orientación en la investigación. La primera considera la problemática
pasional como una problemática superficial y de poco interés. No era necesaria ninguna descripción
de los fenómenos pasionales por cuanto dichos fenómenos eran sólo fenómenos de superficie,
síntomas. Para esta corriente era necesario reconstruir la dimensión pulsional.
La otra orientación llevó a considerar dos puntos necesarios para evitar los problemas: el primer
punto era el problema de tomar en consideración la dimensión estética, que posteriormente Greimas
recogió. El otro era la problemática de la moral.
La problemática del valor pone plenamente de manifiesto la dimensión pasional a la que hace
desempeñar una parte decisiva.
La moral plantea a fondo el problema del valor, del reconocimiento, de la confianza, del respeto,
esto es, plantea las grandes cuestiones que la semiótica nunca se había planteado.
El punto de vistá estético, se refiere al problema de la estesia, encontrar en la dimensión
fenomenológica algunos componentes de la jerarquía y de la sintaxis de las sensaciones.
Pone de relieve un aspecto que no se había visto en la dimensión pasional, que es la dimensión del
cuerpo. Porque en el fondo habíamos dado de las pasiones una definición en gran medida cognitiva.
Hoy podemos decir que la dimensión de la estesia y los pasos estésicos, o sea la posibilidad de
jerarquías sinestésicas y de transformación sintagmáticas, la posibilidad del paso a procesos
estésicos que son procesos profundamente inscritos en la dimensión pasional.
La pasión y lo semisimbólico
“Semisimbólico” llamamos a que a la pareja de conceptos alto/bajo podría corresponder la opción
deprimido/sublevado, y que a la oposición alargado/encogido podía corresponder la oposición
vanidad/humillación.
En otras palabras, en nuestra cultura tenemos la tendencia a semisimbolizar lo pasional, esto es, que
no hay “signos” de lo pasional, sino que está lo semisimbólico que expresa lo pasional. Las
pasiones con categorías que se manifiestan mediante categorías expresivas; hay correlaciones entre
categorías expresivas y no entre “estados” y “signos”.
De alguna manera podíamos decir que existe un semisimbolismo que expresa lo pasional, que lo
pasional no está expresado por “un” signo, sino que lo está por categorías o por transformaciones de
categorías somáticas o expresivas que dan, que representan la transformación de carácter modal,
temporal, aspectual.

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