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Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider 1 (OFC) Teología wesleyana de santidad J. Kenneth Grider (Spine) Teología wesleyana de santidad Grider (CNP logo) Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider 2 Teología wesleyana de santidad J. Kenneth Grider Prefacio por Thomas C. Oden (CNP LOGO) Casa Nazarena de Publicaciones Kansas City, Missouri, E.U.A. Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider 3 (Copyright page) Todos los derechos quedan reservados conforme a la ley CASA NAZARENA DE PUBLICACIONES P.O. Box 419527 Kansas City, MO 64141 ISBN Diseño de cubierta: (Cover design, please provide name of artist) Título original: A Wesleyan-Holiness Theology Traducido por: José Pacheco, Edgar González y Gladys de Aparicio Impreso en los Estados Unidos Printed in U.S.A. (Lower left-hand corner) Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider 4 A mi esposa, Virginia, quien supo, antes que yo, que debía especializarme en la teología, quien siempre me ha animado en mi trabajo y ha sido de mucha ayuda en esta obra, Cy a mis estudiantes. Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider 5 Contenido Acerca del autor Lo que otros dicen Prólogo Prefacio Reconocimientos 1. Qué es la teología 2. La naturaleza de la teología 3. La perspectiva para hacer teología: El realismo bíblico 4. La autoridad escrita de la teología 5. La existencia y naturaleza de Dios 6. El Dios tripersonal 7. La doctrina cristiana de la creación 8. El misterio del mal 9. La doctrina de nosotros mismos 10. La doctrina del pecado 11. La Persona de Cristo 12. El significado de la expiación 13. La tumba vacía 14. La primera obra de gracia 15. La segunda obra de gracia: La entera santificación 16. La segunda obra de gracia: El bautismo del Espíritu de Cristo 17. La segunda obra de gracia: Toques de error 18. La iglesia 19. Los sacramentos de la iglesia 20. Los medios de gracia 21. Las últimas cosas como última palabra Bibliografía Indice de temas Indice de personas Indice de referencias bíblicas Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider 6 Acerca del autor J. Kenneth Grider trae un rico trasfondo de investigación y logro eruditos a esta magnum opus de su carrera. El Dr. Grider obtuvo el título de Ph.D. en teología en la Universidad de Glasgow, Escocia; hizo estudios postdoctorales en teología y literatura en la Universidad de Oxford, Inglaterra, y estudios teológicos en la Escuela de Teología de Claremont. Tiene los títulos de M.A. (1950) y M.Div. (1948, summa cum laude) de la Universidad de Drew; B.D. (1947) del Seminario Teológico Nazareno; y Th.B. (1944), A.B. (1945) y D.D. (1991) de la Universidad Nazarena Olivet. El Dr. Grider fue uno de los traductores de la New International Version of the Bible. Su nombre aparece en muchas publicaciones de la serie Who's Who (Quién es quién), incluyendo Who's Who in America (Quién es quién en los Estados Unidos, 43.a- 46.a ediciones bianuales). En 1966 su alma mater le otorgó el premio al Exalumno Ministro del Año, y en 1985 el Seminario Teológico Nazareno le otorgó el premio quinquenal de Mención al Mérito. Es autor de Gibraltars of the Faith (1983, Gibraltares de la fe); Born Again and Growing (1982, Nacido de nuevo y en crecimiento); Entera santificación: La doctrina distintiva del wesleyanismo (1991); Taller My Soul (1965, Más alta mi alma); y Repentance unto Life (1964, Arrepentimiento para vida), obras publicadas por Beacon Hill Press of Kansas City.* -------------- *Entera santificación fue publicada en español por la Casa Nazarena de Publicaciones. -------------- El Dr. Grider ha contribuido en muchas obras de referencia: AComentario de Ezequiel@ en el Comentario Bíblico Beacon (Casa Nazarena de Publicaciones, 1984); ACommentary on Zechariah@ en Wesleyan Bible Commentary (Baker Book House, 1969); y el ensayo general sobre los 16 libros proféticos en The Biblical Expositor (Holman, 1960). Sus artículos de referencia también han aparecido en la revisión de Eerdmans de la International Standard Bible Encyclopedia (William B. Eerdmans Publishing Co., 1979); Baker's Dictionary of Theology (Baker Book House, 1960) y su revisión; y Wycliffe Encyclopedia of the Bible (Zondervan Publishing House, 1975). Además, fue uno de los dos redactores asociados de una importante obra de referencia, el Diccionario Teológico Beacon (Casa Nazarena de Publicaciones, 1995), y escribió 77 de sus artículos. El Dr. Grider ha escrito capítulos para numerosos simposios Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider 7 y es autor de muchas series de lecciones de escuela dominical para adultos. Varias revistas han publicado docenas de poemas con su firma. Cientos de artículos suyos han aparecido en publicaciones como Christianity Today, Pulpit, Decision, Action y The Wesleyan Theological Journal. Fue redactor administrativo de The Seminary Tower por 36 años, y dirigió una reunión mensual de diálogo teológico por 40 años. Ha dado conferencias en varias universidades y ha presentado monografías en reuniones nacionales y regionales de sociedades eruditas en teología y ética. Es miembro de la American Theological Society y de la Wesleyan Theological Society, y ex miembro de diversas sociedades eruditas, incluyendo la American Academy of Religion. El Dr. Grider posee la distinción de ser el profesor que ha trabajado más tiempo en la facultad del Seminario Teológico Nazareno, 38 años. Enseñó en la Universidad Nazarena Olivet de 1993-1995; continúa trabajando en esta institución como distinguido profesor visitante de religión. Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider 8 Lo que otros dicen de esta obra AHe aprendido de este libro. Lo recomiendo, tanto a ministros como a lectores laicos, como la teología sistemática más completa de la tradición de santidad desde la obra de H. Orton Wiley. Es significativo para todos los wesleyanos@. Thomas C. Oden Profesor de Teología y Etica, Cátedra Henry Anson Buttz Drew University Autor de Systematic Theology (3 vols.) AUna lúcida enunciación de los temas fundamentales de la teología wesleyana de santidad, presentada por un respetado teólogo de esa tradición. La disposición del autor para dialogar con otras tradiciones espirituales en la iglesia le añade significación ecuménica a este libro... merece seria consideración@. Donald G. Bloesch, Profesor de Teología Dubuque Theological Seminary Ex presidente de American Theological Society Autor de Essentials of Evangelical Theology (2 vols.) AEl Dr. Grider ofrece una vista panorámica de la actual teología wesleyana de santidad, tanto sus aspectos fuertes como los débiles, en estos tiempos cuando hay tanta diversidad en los círculos evangélicos@. Carl F. H. Henry Ex presidente de American Theological Society y Evangelical Theological Society Autor de God, Revelation, and Authority (6 vols.) AEl Dr. Grider ha hecho un buen trabajo al interpretar la santidad wesleyana para quienes pertenecen a esa corriente cristiana en particular@. Millard J. Erickson, Profesor de Investigación de Teología Southwestern Baptist Theological Seminary Ex presidente de American Theological Society Autor de Christian Theology (3 vols.) AEl profesor Grider nos ha concedido aquí los frutos valiosos y maduros de medio siglo de lectura, reflexión, diálogo, enseñanza y escritura eruditos. Al leer esta obra saboreamos constante e inconfundiblemente, por decirlo así, la fidelidad evangélica a Cristo y a su iglesia, sazonada con un compromiso consistente y persistente con lo que podría llamarse la tradición conservadora o clásica en el movimiento wesleyano de santidad. Asimismo, está sazonada con el compromiso consistente y persistente de permitir que esa tradición hable en forma comprensible y clara a esta era Ctanto a no cristianos como a cristianos de otras tradicionesC. Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider 9 Este, pues, es un legado que, a quienes pertenecemos a la tradición wesleyana de santidad, nos deja profundamente en deuda, y nos provee generosos recursospara hablar de manera fiel al tiempo presente y al futuro@. Paul Merritt Bassett, Profesor de Historia del Cristianismo Nazarene Theological Seminary Ex presidente de Wesleyan Theological Society Ex redactor de Wesleyan Theological Journal AEl Dr. Grider ha producido el fruto del trabajo de su vida con esta declaración amplia de la teología wesleyana de santidad. Este estudio será provocativo tanto para los teólogos wesleyanos de santidad como para la comunidad cristiana en general@. Thomas A. Langford Provost, Duke University Autor de Doctrine and Theology in the Methodist Church y Practical Divinity: Theology in the Wesleyan Tradition Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider 10 Prólogo La tradición wesleyana de santidad ha brindado un aporte teológico de mayor distinción de la que generalmente se reconoce. Durante el siglo XIX y los inicios del siglo XX, produjo una serie estimable de excelentes obras de teología sistemática, en especial las de Richard Watson, William Burt Pope, Thomas Summers, Randolph Sinks Foster y John Miley. También son dignas de mención las obras de Samuel Gamerstsfelder, A. M. Hills y H. Orton Wiley. Aunque desde la mitad del siglo XX esta tradición no ha brillado con el mismo resplandor de generaciones previas, su vitalidad se ha rejuvenecido significativamente por la aparición de la Teología wesleyana de santidad de Kenneth Grider. Este estudio cumple tres objetivos: (1) Reúne el conocimiento teológico de escritores del pasado de la tradición wesleyana de santidad, (2) los sitúa sabiamente dentro de la corriente más amplia de la enseñanza cristiana clásica, y (3) presenta las enseñanzas de la tradición wesleyana de santidad en una formulación sistemática contemporánea que es significativa, coherente y plausible. Aunque este libro sin duda será leído principalmente por estudiantes de teología de la tradición wesleyana de santidad, su lectura también será de provecho para laicos, tanto dentro como fuera de esta tradición. Está bien escrito. Es a menudo atractivo, siempre conciliador, y a veces parece predicación. Es paciente para explorar los intrincados conceptos y las complejidades del razonamiento teológico en esta tradición, sin ser ostentoso o pedante. Esta magnum opus del Dr. Grider cubre las principales áreas de la teología sistemática. El lector puede obtener un fundamento amplio de este campo al estudiar cuidadosamente este libro. Cada tema se examina desde la perspectiva del realismo bíblico, que prosigue con un criterio elevado de la autoridad escritural, sin quedar atrapado en conceptos torpes acerca de la inspiración del texto sagrado. De manera gentil y natural, Grider conduce al lector principiante a la intrincada arena de la reflexión sobre el Dios revelado y su pertinencia para nosotros. Construye su argumento cuidadosamente, presentando una explicación accesible acerca de la naturaleza y las fuentes del razonamiento teológico, y del servicio único de la teología a la comunidad de adoración y proclamación. Luego trabaja a través de la espesura de temas difíciles y desafiantes: La existencia y la naturaleza de Dios, el razonamiento acerca del Dios trino, la creación, la providencia, la teodicea, la existencia humana bajo los derechos de Dios, pero caída en el pecado. Las explicaciones de Grider en cuanto a la persona de Cristo Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider 11 como verdaderamente divino y verdaderamente humano, y la obra de Cristo en la cruz y en la resurrección, son algunas de las más hermosas en el libro. Esta parte del estudio proporcionará por muchos años, a los predicadores de la tradición wesleyana de santidad, los argumentos clásicos de quién es el Hijo de Dios y lo que El ha hecho por nosotros. Sin embargo, la contribución más distintiva e ingeniosa de Grider enfoca los temas y preguntas en los que la tradición de predicación wesleyana de santidad ha concentrado su mayor energía y ha tenido efectos más perdurables: La soteriología y la neumatología. Aquí Grider demuestra ser un analizador perspicaz de temas exigentes y un apologista capacitado de la centrista posición wesleyana de santidad en cuanto a la justificación y la santificación. El corazón de este argumento está en los tres capítulos acerca de la segunda obra de gracia: La entera santificación, el bautismo del Espíritu de Cristo, y la paciente corrección de conceptos erróneos que se han añadido a varios aspectos de la enseñanza de la tradición de santidad acerca del amor perfecto. El tratamiento se presenta con espíritu conciliador y con un conocimiento profundo Ccomo pocas veces se veC de los aspectos problemáticos relacionados con la santificación. La obra trata luego de problemas agudos y preocupaciones relacionados con la eclesiología, la vida sacramental, los medios de gracia y la escatología. Cada paso acerca más al lector a una explicación plausible y consistente de la enseñanza centrista del wesleyanismo de santidad en cuanto a estos temas. He aprendido de este libro. Con merecido derecho está al lado de las obras de Mildred Bangs Wynkoop, H. Ray Dunning, Richard Taylor, W. T. Purkiser y William Greathouse, en una estimable tradición de razonamiento teológico. Lo recomiendo, tanto a ministros como a lectores laicos, como la teología sistemática más amplia y completa de la tradición de santidad desde la obra de H. Orton Wiley. Thomas C. Oden Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider 12 Prefacio Esta es una teología sistemática para ministros y laicos activos de las muchas denominaciones wesleyanas de santidad, de grupos paraeclesiásticos y del Metodismo Unido Casí como para otros que deseen saber o necesiten saber qué es la teología wesleyana de santidad. Mi esperanza es que el lector experimente gozo al comprender mejor nuestra fe, y que reciba ayuda para ofrecer una adoración auténtica a Dios; que vea que la teología usa pantalones largos y que sus piernas son lo suficientemente largas como para tocar el suelo; que, en su lectura, escuche música de vez en cuando y reciba motivación para ser siervo de Cristo; que me escuche, sin rechazar desde el principio las visiones que puedan parecerle nuevas o diferentes. Los puntos de vista se apoyan básicamente con la Escritura, con la corroboración de Juan Wesley y del movimiento de santidad Cy del pasado de la iglesia que recordamos, en especial de los padres de oriente y occidente, porque el agua a menudo es dulce cuando la bebemos en un punto más cercano a la prístina fuente apostólica. Esta teología prefiere las enseñanzas de Juan Wesley (padre de la iglesia nacido en una época posterior) a las del movimiento de santidad en muchos temas, como el del testimonio del Espíritu. Sin embargo, prefiere las enseñanzas del movimiento de santidad a las del señor Wesley en dos temas importantes: Que la entera santificación es sólo instantánea, y no también gradual (aunque la santificación como tal es gradual); y que la entera santificación se efectúa por el bautismo con el Espíritu Santo, que fue la enseñanza continua de los padres de las iglesias oriental y occidental. Esto lo demuestra la cuidadosa investigación de Paul M. Bassett, publicada en el tomo 2 de Explorando la santidad cristiana. Y yo añado detalles que al movimiento de santidad no le correspondió enseñar; por ejemplo, que la fe es durativa; que el Aviejo hombre@ no es el pecado original; y que los católicos romanos no enseñan que la entera santificación ocurre en el purgatorio. Esta teología se sitúa más cerca de la de H. Orton Wiley, mi amigo y mentor. Sin embargo, es menos filosófica y más bíblica; decide asuntos teológicos con más prontitud y con más vigor; y argumenta con más cuidado del que él consideró necesario para ciertas enseñanzas clásicas controversiales, tales como el nacimiento virginal y la resurrección corporal de Cristo. Se ubica precisamente con Wiley Cy ahora con H. Ray Dunning en su obra Grace, Faith, and Holiness (Gracia, fe y santidad)C respecto a la teoría gubernamental de la expiación, conalgunas adaptaciones y revisiones. Es similar a Juan Wesley, Adam Clarke y A. M. Hills al sostener un tipo de postmilenialismo, llamado Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider 13 aquí milenialismo realizado, mientras que Wiley en cierta forma mantuvo reserva en cuanto a la teoría milenial. Presenta la posición de que la predestinación es sólo temporal, y que no tiene relación con el destino eterno. Hasta donde sé, ninguna teología sistemática ha adoptado antes tal posición. Esta teología se acerca a la de Donald Bloesch más que a la de cualquier otro teólogo ajeno a la tradición wesleyana de santidad. He recibido mucho de teólogos evangélicos como Carl F. H. Henry y Millard Erickson, autores de recientes teologías sistemáticas importantes. Sin embargo, tal aporte no se verá en estas páginas. Mi uso de la teología de Bloesch es evidente en algunas ocasiones. En otras, él es mi mentor aunque yo no lo exprese; por ejemplo, es mi mentor al hablar de nuestra necesidad de la Escritura más el Espíritu Santo, y en su apreciación de toda la escala de tradición de la iglesia, incluyendo a Martín Lutero y otros reformadores, y a Karl Barth y Peter Forsyth del siglo XX. La obra de Bloesch, Theology of Word and Spirit (Teología de la Palabra y del Espíritu, 1992), el primer volumen de una teología sistemática de siete volúmenes, se caracteriza por estas enseñanzas. El teólogo que he apreciado más desde hace varios años es Thomas C. Oden. Al escribir los tres volúmenes de su Systematic Theology (Teología sistemática, 1987, 1989, 1992), su propósito era ser clásico y evangélico. Sin embargo, es distintivamente wesleyano, como lo es en Doctrinal Standards in the Wesleyan Tradition (Normas doctrinales en la tradición wesleyana, 1988). Su libro After Modernity... What? (Después del modernismo... )qué seguirá?, 1990), una revisión de su Agenda for Theology (Agenda para la teología, 1978), es la oposición más fuerte que conozco contra todas las revisiones modernas de la teología clásica, especialmente del siglo XX, incluyendo las neoortodoxas. Al igual que Edwin Lewis, al principio Oden también bebió de las llamadas fuentes del modernismo. Lewis no retornó al movimiento evangélico clásico. Sin embargo, Oden lo hizo con orgullo y persuasión. Y él está en deuda, como lo estoy yo, a Albert C. Outler, extraordinario teólogo histórico, erudito y entusiasta seguidor de Wesley, ecumenista y mentor del metodismo. Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider 14 Reconocimientos Debo principiar expresando mi especial agradecimiento al profesor Thomas C. Oden, de la Universidad de Drew, por haber escrito el prefacio, el cual es más laudatorio de lo que merece mi labor. Asimismo estoy en deuda con Richard S. Taylor, quien leyó cuidadosamente el manuscrito e hizo muchas sugerencias que se incorporaron en él; a mi colega Paul M. Bassett, con quien he dialogado de teología más que con cualquier otro; a William E. McCumber, quien redactó el manuscrito con destreza y facilitó su comprensión; a los redactores de Beacon Hill Press of Kansas City, incluyendo a Jonathan Wright, quienes ayudaron haciendo correcciones y señalando posibles problemas, lo cual requirió que yo investigara muchas fuentes; a Craig Keen, Roger Hahn, Stephen Gunter y Max Reams, quienes leyeron partes del manuscrito y me dieron valiosas sugerencias; a los bibliotecarios William Miller y Mary Jean Johnson; a mis estudiantes-asistentes John Wright, Scott Mapes, Steve Brown y Richard Knox Céste y Clyde Leigh copiaron gran parte del manuscritoC; y a Janis Srp, Jason Bullock y James Isabell. También agradezco a mis distinguidos profesores S. S. White, Carl Michaelson, Edwin Lewis, William Barclay, J. G. Riddell, S. L. Greenslade, Henry Chadwick y lord David Cecil. Deseo expresar mi aprecio también a las siguientes casas editoras, por permitir la reimpresión de secciones de mis materiales publicados previamente por ellos: Christianity Today; Beacon Hill Press of Kansas City; William B. Eerdmans Publishing Company; Holt, Rinehart and Winston; Baker Book House; y en especial a Zondervan Publishing House, que aprobó que se reimprimiera aquí la mayor parte de mi capítulo sobre la Trinidad, publicado en Contemporary Wesleyan Theology (Teología wesleyana contemporánea). Asimismo, gracias a las numerosas casas editoras que dieron permiso para incluir aquí citas de sus publicaciones. Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 1 15 1 Qué es la teología La teología es una disciplina cuyo propósito es ayudarnos a reflexionar en la fe cristiana en formas que produzcan cambios en nuestra vida. Cuando la teología está estrechamente relacionada a la vida, como debe estar, no es mera verborrea ni especulación teórica. Es tan práctica como el aire que respiramos. Está involucrada en la vida y afecta profundamente a la gente. Nos ayuda a enunciar, en forma más o menos clara, nuestra experiencia de la gracia de Dios. Pone un sentido de admiración en la adoración y en el trabajo que realizamos en aquella comunidad salvada que lleva el mensaje de salvación, y a la cual llamamos iglesia. Contribuye a que la predicación tenga el nivel de dificultad que debe tener. Predicar es tan difícil que los puritanos en Inglaterra a menudo hacían distinción entre los ministros. Algunos eran los Amenos capacitados@, los que recibían la ordenación para atender a la gente, dirigir los cultos y administrar los sacramentos. Otros, por estar mejor capacitados en teología, recibían la ordenación para predicar. La teología, lejos de estar divorciada de los aspectos prácticos de la vida de la iglesia, hace que tales aspectos sean realmente prácticos: La administración de la iglesia, la consejería, el testimonio, la educación cristiana, el evangelismo, y el crecimiento de la iglesia. Nuestra teología Cel conjunto de las creencias cristianas, con sus interrelaciones, ligazones, superposiciones, congruencias esenciales y no esencialesC constituye la base y la importancia de los llamados asuntos prácticos. Por esta razón, Karl Barth, el teólogo más distinguido del siglo XX (1886-1968), tituló Church Dogmatics (Dogmática de la iglesia) a su teología sistemática de 8 mil páginas en 12 volúmenes. Esta obra habría de ser, y aún es, el conjunto de dogmas Cla doctrinaC para la iglesia, para el uso de la iglesia y para el trabajo de la iglesia. La teología declara, no sólo lo que dice la Biblia, sino lo que ésta significa. Declara lo que significa para personas pecadoras, quienes al pasar de una vida sin objetivo a una vida con propósito y esperanza, son sorprendidas por 10 mil alegrías y son plagadas por mil problemas. Coloca a Dios donde hay conflicto, como lo veía Paul Tillich (1886-1965); en el centro de cada situación (familia, gobierno, industria), como Dietrich Bonhoeffer (1906-1945) describía el lugar donde está Cristo; en lo rutinario, en los logros limitados, en las alegrías, en las exigencias. Habla de un Dios que puede decir lo que dice en esas situaciones, porque es Dios Cquien hizo lo que hizo y hace lo que haceC. Puesto que es Dios, Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 1 16 no habría necesitado ganar el derecho de decir lo que dice. Sin embargo, ganó ese derecho por medio de sus obras Cen el éxodo, en Belén, en el Gólgota, en la tumba vacía. La teología es una disciplina para Dios y para la gente, en estos tiempos cuando hay una zorra, un cerdo, un elefante y otros animales en muchas personas; cuando un ángel conduce a las personas de la mano y Satanás las controla en el corazón; cuando la gente se aferra a lo que carece de valor y no examina ni toca lo invalorable; cuando mientras más tratan de alcanzar lo que les gusta, menos les gusta lo que tratan de alcanzar; cuando al leer el periódico matutino, a veces nos preguntamos qué nueva forma de degeneración seguirá después la gente. La teología admite la enormidad de nuestro pecado, nuestra maldad colosal. También proclama a un Cristo que destruye totalmente nuestros actos de rebelióny el perjuicio que Adán causó a la raza humana. Un hombre soñoliento, pero alegre porque se acercaba la hora de finalizar el culto matutino, le preguntó a su esposa: A)Terminó el sermón?@ Ella le respondió: ANo, porque sólo fue dicho. Falta que sea hecho@. Lo mismo ocurre con la teología. Por esa razón muchos hablamos de Ahacer@ teología. La teología hoy trata de Ahacer@ lo que es, en las bibliotecas, en las aulas de clase, y afuera, en el frente de batalla, donde la fe se enfrenta con la incredulidad en el mundo. La teología nos ayuda a ver la importancia de las personas en forma particularizada Cla gente que sobresale, pero también la gente común, aquellos que son casi insignificantes, de los cuales Dios ha hecho tantosC. Nos ayuda a comprender que a nuestro alrededor no hay simplemente almas, sino complejos de cuerpo y alma, es decir, personas. Habla de redención para la persona total, incluyendo el cuerpo, y habla de la resurrección de ese cuerpo, no sólo de redención para el alma. Nos ayuda a poner fin a los conceptos de humanidad como un conglomerado que cubre por completo la tierra; y de multitudes en los cultos, en vez de congregaciones. Nos ayuda a contar a la humanidad, persona por persona. Nos ayuda a estar conscientes de otras personas: Para ayudarlas y brindarles amor; para estremecernos al saber de sus heridas; para dolernos al ver gruesas lágrimas rodando por sus mejillas. Nos ayuda a ser sensibles a sus fracasos, cuando se hunden en la tristeza, incapaces de alabar al Señor a causa del inviolable misterio de los caminos de Dios. Nos ayuda, como cristianos, a elegir deliberadamente ser lo que somos. Nos ayuda a vivir en una situación difícil, donde estamos, como Cristo pudo hacerlo con facilidad. Nos ayuda a estar no sólo donde está la acción, sino donde está la acción que discierne. Nos ayuda a amar temerariamente a Dios; a vivir, no conforme a la seguridad, sino conforme a la santidad. Nos ayuda a Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 1 17 entrar en esa experiencia tan necesaria para la vida transformada, en la que desaparece el yo; en la que no pensamos poco en nosotros, sino pensamos que somos nada. Quizá la teología sea Ala reina de las ciencias@, si definimos ciencia con amplitud. Como dijo Karl Barth, no se trata simplemente de una disciplina más. Su campo de competencia se traslapa con casi todas las demás disciplinas; podríamos decir que es un poco entrometida. La teología no es una disciplina vacilante. Tiene cautelas, lo cual es característica de todas las disciplinas Ccautelas de erudiciónC. No exagera su argumento. Sin embargo, lo declara, y lo hace con una confianza de alta alcurnia; a veces con lágrimas, otras con alegría. Para decir lo que debe decir, no espera saber antes qué dirán las otras disciplinas de la universidad. Declara que Cristo, quien era Dios y fue hecho carne Cverdaderamente Dios y verdaderamente hombreC, fue Aentregado a la muerte por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación@ (Ro. 4:25, Nueva Versión Internacional). La teología es persuadida, y esto le da impulso. La teología nos brindará estabilidad en estos tiempos, cuando los acontecimientos hacen que la gente cuestione si el centro se sostendrá; cuando muchos de nosotros llevamos una vida sin sentido, como uno de los personajes de Jean-Paul Sartre (1905-1980), sin tomar parte en nada; cuando hay tanto conocimiento y tan poca sabiduría; cuando a menudo se piensa que los Diez Mandamientos son solamente las Adiez sugerencias@. Cierta joven, en su última entrevista con el rector de la universidad, dijo: ANo sé qué buscaba cuando vine, pero no lo encontré@. A personas como ella, la teología les dice qué están buscando y cómo pueden encontrarlo. Ellas buscan a Dios, y pueden encontrarlo por medio de la fe en Jesucristo. La teología puede conducirnos a la integridad. Esa no es ayuda insignificante en estos tiempos, cuando los pigmeos éticos son colocados a veces en puestos de importancia. La teología nos ayuda a saber que Dios sostendrá todo y que El sostendrá lo que es bueno. Aquellas personas que acusan a la teología de ser obtusa, abstracta, torpe y no práctica, se refieren a lo que sucedió cuando la teología se inclinó al platonismo Ca su idealismo metafísico, a su realidad conceptual favorecedora, en contraste con lo que la teología considera existencia como sombra de cosas particulares. Los acusadores parecen no darse cuenta de que la teología ha tenido cambios en nuestro siglo, cambios que la divorciaron del idealismo etéreo del platonismo. Es cierto que, en el pasado, cierta teología tendía a producir predicadores que, entre sus colegas, eran los más profundos, los más tenaces y los que menos resultados lograban. Pero esa no es teología en sí. Es una teología elitista de tipo Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 1 18 racionalista, totalmente ajena a la proclamación y a la vivencia a las que nos impulsaron las teologías de nuestro siglo. ALa belleza es lo que la belleza hace@. La misma verdad se aplica a la teología: Esta es lo que hace. La teología es lo que impulsó e impulsa a sus seguidores a ser, pero también es lo que los impulsa a hacer y a decir. Jesús dijo: ANo todo el que me dice: >(Señor, Señor!=, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos@ (Mt. 7:21). En forma similar dijo: APor tanto, os digo que si vuestra justicia no fuera mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos@ (5:20). Esto es congruente con la insistencia de Santiago en que deben haber demostraciones concretas de nuestra fe, por medio de obras (Stg. 2:14-18), tales como ayudar a los pobres y cuidar de los huérfanos y las viudas (1:27). Este es el llamado que hace la Biblia a las costosas implicaciones éticas de nuestra fe, y la teología reconoce que es imperativo. La teología, debido a los logros positivos y costosos a los que ha impulsado a las personas Cen cuanto a lo que deben ser, hacer y decirC es, funcionalmente, muchos aspectos que merecen celebración. Teología es la vida del Agustín convertido (354-430 d.C.), quien confesó la grandeza y la bondad de Dios, y escribió sus Confesiones, quizá la autobiografía más importante en la literatura. Teología es la labor de los monjes dirigidos por Casiodoro (aprox. 490-585), quienes copiaron los manuscritos de la Biblia y perdieron la vista por realizar tan tedioso trabajo con poca luz. Teología es la notable vida cristiana de un joven monje, de quien su maestro Alejandro de Hales tuvo que decir: AEn el hermano Buenaventura pareciera que Adán no pecó@. Es el ejemplo de Tomás de Aquino (aprox. 1225-1274), quien oraba toda la noche pidiendo sabiduría en relación con algún asunto particular de la fe. Teología es el testimonio de un vibrante santo medieval que se apartó de la ortodoxia de la iglesia. Su cuerpo fue mutilado pero le dejaron intacto el brazo derecho, para que fuera complaciente y escribiera una declaración de conformidad a la iglesia. Pero él no lo hizo, ni siquiera para salvar su vida. Los líderes de la iglesia prepararon una gran fogata y lo ataron a la parte más alta. El, entonando un salmo, se reunió con su Dios. Teología es el ejemplo de Juan Huss (aprox. 1369-1415), quien premeditadamente permitió que lo quemaran hasta morir por su fe, aunque tuvo un motivo especial de arrepentimiento: Haber dedicado tantas horas de emoción a jugar ajedrez. En vez de ayunar y orar, con frecuencia él ayunaba y Ajugaba@. Teología es la vida de un monje llamado Martín en el siglo XVI. El se presentó valientemente ante la Dieta de Worms y Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 1 19 declaró a las autoridades, al emperador Carlos y a los otros: AEsta es mi posición, así me salve Dios@. Ese fue uno de los momentos de gloria de nuestra fe. Teología es el testimonio de los obispos Latimer y Ridley, quienes permanecieron firmes en medio de las llamas en una calle de Oxford (ese lugar está marcadoahora; yo pasaba por allí dos veces al día y nunca llegué a acostumbrarme), donde murieron por su fe. Cranmer los observaba desde su celda en la prisión cercana, mientras Latimer decía: ASea hombre, señor Ridley; por la gracia de Dios este día encenderemos un fuego en Inglaterra que, confío, nunca se apagará@.1 Teología es la disposición de Juan Bunyan para pasar otros seis años en la cárcel de Bedford, Inglaterra, por no dejar de predicar. Bunyan fue encarcelado porque, según la ley de la Inglaterra anglicana de ese tiempo, estaba prohibido que personas no anglicanas predicaran en reuniones que se hubieran anunciado públicamente. Bunyan, sin embargo, opinaba que debía anunciar sus reuniones. Después de seis años salió libre. Pero, una vez más anunció sus reuniones y fue a la cárcel por otros seis años. Al quedar en libertad, lo sorprendieron predicando en reuniones que habían sido anunciadas, y nuevamente lo llevaron a prisión. Allí tuvo libertad para predicar a los prisioneros e hizo uso de esa libertad. Después de unos meses la ley cambió. Bunyan quedó libre a los 44 años de edad. La enseñanza es que sus creencias y su teología lo impulsaron a hacer algo que le costó Cy mientras estuvo en la cárcel, escribió un pequeño libro titulado El progreso del peregrino. Teología es el conjunto de cualidades relacionadas con Juan Wesley (1703-1791). Es su actitud de no aferrarse a lo material. El llegó a tener uno de los salarios más altos en Inglaterra, pero siempre vivió con la cantidad que había ganado al principio, cuando sus ingresos eran escasos. Su principio era ganar todo lo que pudiera, ahorrar en todo lo que pudiera, y dar todo lo que pudiera. Antes de morir, pidió que el dinero que había en sus bolsillos y en la cómoda, lo dividieran entre cuatro predicadores pobres. También pidió que no alquilaran carroza fúnebre para llevar su cuerpo a la sepultura, sino que eligieran a seis hombres pobres para que lo hicieran; a cada uno debían pagarle una libra esterlina por su trabajo. Teología es el ejemplo de este joven de Oxford a quien denominaron metodista por su disciplina. El cabalgó por toda Inglaterra, predicando a los obreros a las 5:00 de la mañana Ca menos que los libros estén errados, incluyendo su diario, y haya sido más bien a las 5:00 de la tarde, una hora más razonable. Teología es el ministerio del prestamista William Booth (1829-1912), quien llevó la fe metodista a las calles de Londres y a las prostitutas; quien envió grupos de obreros como un ejército con tambores, consignas, y generales que estaban cerca Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 1 20 de Dios. Teología es la vida de Walter Lowrie (1868-1959), de Princeton, quien aprendió danés a los 65 años de edad y tradujo al inglés muchas obras de Soren Kierkegaard (1813-1855). Teología es varios hechos asociados con Karl Barth. Es su negativa a predicar en los llamados púlpitos distinguidos de Chicago. Esto ocurrió en 1962, durante su único viaje a los Estados Unidos. El prefirió, más bien, predicar en la cárcel del condado de Cook, en Chicago, conocida por sus condiciones deplorables. Asimismo, teología es su predicación del Así@ de Dios en Cristo, a los prisioneros en una cárcel de Basel, por muchos años; para llegar a ese lugar usaba transporte público e iba continuamente, aun después de su jubilación tardía de la universidad de ese lugar. Teología es la pregunta de la señora Barth a un teólogo, quien llamó por teléfono para saber si podía visitar al distinguido profesor. Ella le preguntó: A)Es usted alguien de la cárcel?@, como si hubiera sido natural que todo preso fuera a verlo al quedar libre. Teología es, además, la abundante obra literaria de Barth durante tantos años. Barth rehuyó el vano filosofar, porque al Tertuliano de la antigüedad (aprox. 160-220 d.C.) le correspondió tener la sabiduría para hacerlo. Barth sabía que a los humanos no nos corresponde ni siquiera diagnosticar nuestros problemas, mucho menos tratar de resolverlos. El sabía que estamos distantes del ATotalmente Otro@, al punto que el Dios que busca y habla, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, tuvo que irrumpir en nuestro mundo con una revelación doble: Lo que es El y lo que somos nosotros. Barth sabía muy bien que seres humanos pecadores no podrían descubrir a Dios mediante su propio razonamiento; que somos, más bien, personas llamadas por Dios, que buscamos anhelantemente al Padre sólo después que El nos invita, por medio del Espíritu Santo, a aceptar la oferta del Así@ divino por la obra de Cristo. Teología es el paso que dio Barth, al ir más allá de lo que interesó a sus maestros Wilhelm Herrmann y Adolph Harnack. Ellos se limitaron a reconstruir el mundo grecorromano y abandonaron allí el tema. A Barth sin duda le interesó la historiografía, pero sólo en tanto el pasado ayudara a entender el presente. Quiso saber qué podían decir la Biblia y la teología cristiana primitiva a Safinwil, el pueblo suizo donde fue pastor en su juventud. Quiso saber qué podían decirle a su país natal, Alemania, que pronto estaría inmersa en la Primera Guerra Mundial. Al principio no le interesaron estos asuntos relacionados con la vida, porque en esa época estaba muy cerca de la influencia de sus profesores universitarios. Sin embargo, con la ayuda de su amigo Eduard Thurneysen, pastor en una ciudad cercana, empezó a divorciarse del racionalismo, del historicismo Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 1 21 y del humanismo de sus mentores de la universidad. Este divorcio fue mayor cuando descubrió que varios de ellos habían firmado una declaración, la cual apoyaba la guerra del káiser Wilhelm en la que se hallaba atrapado el mundo entero. Teología es lo que le sucedió a Barth en la Universidad de Bonn, cuando en 1934 lo depusieron de su cátedra por negarse a decir AHeil HitlerA antes de sus clases. En vez de obedecer tal regla, Barth oraba. Teología es un joven pastor en la ciudad de Detroit, consternado por la despersonalización de los obreros en la industria automotriz mientras florecía el llamado siglo cristiano. Reinhold Niebuhr (1892-1971) hubiera podido disfrutar la tranquilidad que le habría brindado una predicación cómoda y consoladora. El había estudiado bajo la influencia del liberalismo de ese tiempo, cuando se creía que había huertos del Edén casi en todo lugar; cuando Walter Rauschenbusch (1861-1918) escribió en 1907 y en 1912 que, a pesar de Anuestra pereza@, esa generación se había acercado más que cualquier generación previa a los ideales que Jesús estableció para la vida humana. Sin embargo, Niebuhr descartó la enseñanza que había adoptado antes, de que Ael hombre es un dios@. Y nos perturbó como lo habría hecho Jeremías, por lo difícil que era actuar moralmente siendo parte de una sociedad inmoral. Para Niebuhr, la teología era concreta, porque se interesaba en los obreros y en su bienestar. También era concreta porque se interesaba en nuestras ansiedades. Es cierto que Niebuhr no quería que las personas resolvieran sus ansiedades Clas tensiones que experimentan al comprender que un individuo está libre y tiene toda clase de posibilidades, y que a la vez está limitado, debido a las formas inherentes en que él es inevitablemente finitoC. El creía que cualquier solución de las ansiedades es desafortunada, porque para resolverlas, la persona debe renunciar a su libertad o a su finitud. Si renuncia a la libertad y posee sólo finitud, la gobiernan los sentidos; disfruta Abienes mutables@ que podría obtener también mediante una vida de alcoholismo. Si renuncia a la finitud y afirma sólo la libertad, es decir, sus posibilidades, se llena de orgullo Corgullo por su conocimiento, poder, virtud (ética) o rectitud espiritual (fariseísmo, el pecado extremo). Este no es un teologizar idealista y etéreo. No es teologizar desde un cómodo sillón, donde el teórico descifra el laberinto de ideas innatas que supuestamente hay en la mente cuando venimos al mundo. Un buen idealista, del tipo de Platón, diría que estas ideasinnatas están situadas en la mente cuando venimos al mundo. Esto, en gran parte, porque existíamos antes de esta vida, y trajimos a esta existencia, por ejemplo, formas de relacionar una cosa con otra Clo cual sabíamos hacer en nuestra existencia previaC. Niebuhr no sigue la enseñanza del Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 1 22 platonismo, sino la de Soren Kierkegaard, teólogo danés de mediados del siglo XIX, quien se interesó en el existencialismo. Siguiendo esa enseñanza, se interesa en nuestra experiencia vivida, en nuestra situación existencial. Esta existencia real, con sus problemas sicológicos y ansiedades, es concreta; es decir, es real, cercana, verificable, como se verifican los datos en el campo de la física. Teología es Dietrich Bonhoeffer, a los 39 años de edad, avanzado en la academia, sin haber podido casarse aún con su amada; sentado solo en una de las prisiones de Hitler en Berlín, incapacitado físicamente para llevar la comida a su boca; quien al escuchar las bombas de los aliados Csu descenso e impactoC, pedía perdón del cielo por desear que no cayeran donde estaba él, sino en cualquier otro lugar, donde la tristeza pertenecería a otros. Teología es la decisión que había tomado antes Bonhoeffer, de retornar a su patria para ayudar cuando subió al poder una figura del anticristo, cuyo nombre cristiano era Adolfo. Es su decisión deliberada de participar en la conspiración para matar al führer, extirpando así el cáncer que se había extendido por el país y fuera de él. Teología es su traumática decisión de hacer discípulos para Jesucristo de esa manera. Finalmente, teología es el teólogo colgado en la horca del verdugo el 9 de abril de 1945, sólo días antes que finalizara en Europa la Segunda Guerra Mundial. En todos los siglos, la teología ha sido útil cuando se mantuvo anclada cerca del área de su primogenitura. Ha impulsado a la gente a ser decente, y a hacer y a decir cosas decentes y costosas para implementar la fe cristiana en el mundo de Dios. El propósito aquí es afirmar que, en lo que se refiere a la teología, ésta usa pantalones largos, y que sus piernas son lo suficientemente largas para tocar el suelo. Necesitamos considerar ahora cuál es la naturaleza de la teología, en particular cuando los que pertenecemos a la visión wesleyana de santidad reflexionamos en nuestra fe cristiana Csiendo nuestro abuelo el gigante Juan Wesley, y nuestros padres, el movimiento de santidad. Nota bibliográfica 1. Véase George P. Fisher, History of the Christian Church (New York: Charles Scribner's Sons, 1920), p. 360. Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 3 32 3 La perspectiva para hacer teología: El realismo bíblico La perspectiva desde la cual ingresamos al quehacer teológico, determina la dirección que seguirá en innumerables temas. Perspectivas para hacer teología Al pensar en perspectivas básicas para hacer teología, se presentan seis formas: Idealismo, personalismo, dualismo, teología del proceso, intereses existenciales y realismo. La última es la más plausible y trataremos de ella en una sección aparte. Idealismo El idealismo considera que las ideas son la realidad última. En la corriente principal del idealismo está Platón (aprox. 428- 347 a.C.), el filósofo griego que revolucionó la filosofía de su tiempo. El fue mentor de la teología cristiana desde los primeros siglos y al menos hasta los siglos XII y XIII, cuando las enseñanzas más realistas de Aristóteles (384-322 a.C.) llegaron a ocupar un lugar más dominante. Los filósofos griegos, desde Tales hasta Platón, fueron materialistas en la perspectiva metafísica. La realidad última consistía de agua, fuego, tierra, aire, o la combinación de éstos. Algunos, como Heráclito (aprox. 540-480 a.C.), pensaban que la realidad estaba en constante cambio; por tanto, consistía de fuego. Aristóteles, estudiante de Platón, dijo que la realidad última es Dios, AAquel que mueve todo y no es movido por nada@; El es quien cambia todo, pero permanece inmutable. Platón puso alto al materialismo y dijo que la materia tiene sólo existencia ilusoria e irreal, una existencia prestada por las ideas, las cuales son su prototipo y son las que la producen. Se pensaba que las ideas o los conceptos Ccomo la verdad, la belleza y el bienC estaban localizados en la cúspide de una pirámide de ideas eternas, y que el bien estaba en el vértice. Y, Platón quizá habría equiparado el bien con lo que ahora entendemos como Dios. El idealismo platónico les pareció correcto a muchos filósofos-teólogos cristianos de los primeros siglos. Mucho de lo que afirma la fe cristiana es inmaterial: Dios, ángeles, y virtudes como la fe, el amor y la esperanza. Ellos consideraron que, aunque el idealismo de Platón se formuló antes del cristianismo y fuera del terreno hebreo de la religión revelada, era una perspectiva básica y útil en el teologizar cristiano. Orígenes (aprox. 185-254 d.C.), primer exegeta y teólogo importante del cristianismo, usó el idealismo platónico. El Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 3 33 despreció de tal manera el cuerpo humano que se mutiló para que los deseos sexuales no lo atormentaran. Lo irónico es que el obispo rehusó ordenar a Orígenes, arguyendo que no era suficientemente hombre, y que sólo los hombres podían ser ordenados. Orígenes recurrió al método alegórico para interpretar las Escrituras. Ese método, usado ya por mucho tiempo, consideraba que la Biblia tenía significados profundos, ocultos y no obvios. De esa forma, él quiso amalgamar el idealismo platónico con la fe cristiana. La perspectiva filosófica de Orígenes lo impulsó también al universalismo Cla creencia de que todos los humanos serán redimidos y se unirán en una especie de coro de adoración. El dijo que aun Satanás sería finalmente redimido. Esta amalgama del idealismo platónico con la ortodoxia cristiana causó la negación de los deseos naturales del cuerpo, especialmente en el aspecto sexual. Aunque los profetas del Antiguo Testamento y los apóstoles del Nuevo Testamento se casaban, y aunque Pablo esperaba que los ancianos y diáconos se casaran (como lo muestran las epístolas pastorales), los cristianos influenciados por el platonismo menospreciaron el matrimonio Ccomo lo hizo Platón, quien vivió soltero sus 80 años. Muchos hombres devotos se convirtieron en ermitaños. Atanasio (aprox. 293-373 d.C.) escribió cartas a Alos que practican una vida solitaria@.1 En su juventud, él había sido asistente de un ermitaño llamado Antonio.2 Más tarde, hombres como Casiodoro construyeron monasterios, donde se congregaban hombres célibes para servir a Cristo, alejados del mundo y dedicados a la oración. Sus servicios incluían la traducción y corrección de manuscritos de las Escrituras, y asuntos terrenales como la agricultura y la cría de ovejas. Algunas mujeres devotas también eran célibes. Ellas estaban Acasadas@ con Cristo, y servían al Señor y a la iglesia en los conventos. Aproximadamente la mitad del mundo cristiano aún considera que la vida célibe es la forma de vida más espiritual. El celibato es requisito para los sacerdotes católicos romanos. El idealismo, pues, con su negación de la gloria del mundo y del cuerpo, fue mentor de los filósofos-teólogos cristianos en la religión católica romana de los primeros siglos y la Edad Media. Aunque los reformadores no desecharon por completo el idealismo platónico, Martín Lutero (1483-1546) se alejó de las enseñanzas de Platón, al casarse a los 42 años de edad. Lutero creía que los privilegios del matrimonio seguían en importancia a los privilegios de la salvación. Lutero también contribuyó a que la iglesia se alejara de la influencia platónica, al poner fin al dominio del método alegórico para interpretar las Escrituras. Asimismo, resaltó la Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 3 34 importancia de la vida familiar y el trabajo comunes. La manera más básica en que Lutero realizó este cambio fue mediante su enseñanza de la sola scriptura.Desde los primeros siglos, los teólogos cristianos habían seguido a los filósofos y maestros de la ética pagana griega y latina; la Escritura fue sólo una entre muchas fuentes para la teología. Lutero declaró (y se guió por) el principio de que la Escritura es la base propia para nuestra fe y práctica cristianas. Lo mismo se puede decir de Juan Calvino (1509-1564). El también se propuso ser un hombre de la sola scriptura. A pesar del trabajo de los reformadores, a fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX el protestantismo recibió la influencia de Emanuel Kant (1724-1804), Friedrich Schleiermacher (1768-1834) y Georg Friedrich Hegel (1770-1831). La influencia de ellos unió otra vez el idealismo con la teología cristiana. Esto se ve especialmente en el idealismo metafísico de Hegel y en los personalismos de teólogos estadounidenses como Borden Parker Bowne (1847-1910), Edgar Sheffield Brightman (1884-1953) y Albert C. Knudson (1873-1953). Se ve asimismo en el idealismo absoluto de William Ernest Hocking (1873-1966), de los Estados Unidos, y en el panteísmo Asuperior@ de Andrew Seth Pringle-Pattison (1856- 1931), de Inglaterra. Personalismo El personalismo es una forma de idealismo, pero constituye en sí una perspectiva distinta. En él se concibe la realidad última como una sociedad de personas, entre las cuales Dios es la persona suprema. Bowne contribuyó en gran manera a implementar esta perspectiva en la teología filosófica de los Estados Unidos, como lo hicieron también Brightman y Knudson; todos fueron profesores de la universidad metodista de Boston. Muchos eruditos wesleyanos de santidad recibieron sus títulos en filosofía (Ph.D.) bajo la enseñanza de estos personalistas. Russell V. DeLong, Ross Price, y hasta cierto punto S. S. White, fueron influenciados por ellos. Los eruditos wesleyanos de santidad frecuentemente consideraron que el personalismo era una perspectiva útil por varias razones. Corregía la tendencia del idealismo absoluto al panteísmo, porque sostenía que Dios es personal y que, por tanto, nos responde. Se acomodaba a la tendencia del wesleyanismo de santidad a despreciar el mundo físico, incluyendo la naturaleza de nuestro cuerpo Ctendencia que aprendimos de idealismos anterioresC. Significativamente, hacía hincapié en la libertad humana, y esto (excepto por su tendencia a negar el pecado original) apoyaba al arminianismo de los eruditos wesleyanos de santidad. Dualismo Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 3 35 En el dualismo metafísico, además de Dios como realidad última, hay un adversario de Dios Cno creado por El, pero que tiene también existencia últimaC. El metodista Edwin Lewis (1881-1959) decidió teologizar desde esta perspectiva, por lo menos desde 1948, cuando publicó The Creator and the Adversary (El Creador y el adversario). En su libro, Lewis afirma: ALa benevolencia cósmica está en oposición a la malevolencia cósmica@.3 El había sido monista y, por tanto, creía que el adversario de Dios no es eterno. Más tarde, sin embargo, pensó que el mal no tenía sentido a menos que su autor fuese un ser de existencia eterna, a quien Dios no creó, sino que sencillamente Aencontró@.4 Lewis se situó en la corriente evangélica clásica en la mayoría de las doctrinas. Afirmó el nacimiento virginal y la resurrección corporal de Jesucristo (que trataremos más adelante), la conversión, e incluso una versión de la doctrina wesleyana de la perfección cristiana. Teología del proceso La teología del proceso tiene raíces en la enseñanza de Henri Bergson acerca del élan vital en movimiento ascendente, y en la enseñanza de Alfred North Whitehead (1861-1947) acerca de Dios como principio dinámico. El principal teólogo del proceso fue Charles Hartshorne (nacido en 1897). El fue asistente de Whitehead en Harvard por un tiempo, y admitió abiertamente que sus ideas fueron influenciadas por él.5 Hartshorne rechazó la idea de que Dios es un ser estático y absolutamente perfecto, y desarrolló el punto de vista de que Dios está en cambio ininterrumpido Cde hecho, que todo el universo está en cambio constante. El razonamiento del proceso se opone diametralmente al materialismo. Ve el universo como algo vivo y en crecimiento. Nos ha ayudado a comprender que Dios no es un ser estático, inmutable, sino alguien que sufre y lucha. Hartshorne creía que Dios no es absolutamente perfecto, sino que está en constante crecimiento hacia esa perfección. Esta posición es inaceptable. Al mismo tiempo, la posición cristiana de que Dios es personal, que contesta las oraciones, que tiene luchas y que sufre con nosotros, está en armonía con la idea de Hartshorne de un Dios no estático. Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955) presenta un concepto de proceso diferente. Como Hartshorne, él recibió la influencia de Bergson y de Whitehead. Teilhard, quien fue un católico devoto toda su vida, aplicó la idea de la evolución biológica a una gama de conceptos, incluyendo a Dios, quien existe en un proceso de desarrollo. Bergson no identificó como Dios el avance a la vida superior en el universo, pero Whitehead lo hizo (aunque para éste, Dios Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 3 36 parece ser un principio más que una persona). Tanto Hartshorne como Teilhard recalcaron el amor en Dios, pero ambos enseñaron una forma básica de panteísmo. Aun así, ellos y otros filósofos y teólogos que formularon la idea del proceso, nos ayudan a abandonar la idea del Dios estático que los teólogos sistemáticos han difundido tradicionalmente. Intereses existenciales Otra posible perspectiva para hacer teología es la existencial. En ella, lo importante es lo que Rudolf Bultmann (1884-1976) denominó nuestro Aacto de existir@. La teologización se hace desde el punto de vista de nuestra situación existencial como humanos. El interés está en el ser individual Cno en las masas de humanidad que cubren el espacio de pared a paredC y en la experiencia presente del ser individual. Este interés se encuentra en muchas formas, aunque algunas son inaceptables. Jean-Paul Sartre fue un existencialista ateo, y Martin Heidegger (1889-1976) fue sólo cuasi teísta. Sin embargo, los intereses existenciales de Martin Buber, Paul Tillich y Rudolf Bultmann tienen aspectos útiles para la teología. Anteriormente la teología existencial de Soren Kierkegaard fue usada por la teología wesleyana de santidad, interesada en la experiencia. El realismo bíblico puede relacionarse con los intereses existenciales en la experiencia, en la vida auténtica, en el tratamiento de otras personas como Atú@, etc. La perspectiva del realismo bíblico Al hablar de realismo bíblico nos referimos a una perspectiva apoyada por la Escritura, en la cual no negamos lo físico como si fuera irreal; más bien, lo celebramos, por constituir inclusive una residencia de la gracia. Este punto de vista ve el mundo como creación de Dios, y lo afirma como el ambiente en el que nos es dada la gracia divina. La naturaleza como un lugar de gracia Toda la creación, incluyendo nuestra naturaleza corporal, debe ser celebrada. Puesto que la gracia reside en el mundo natural, celebramos la encarnación de Cristo, las sanidades físicas, los sacramentos, la esperanza de la resurrección del cuerpo, y mucho más que está vinculado con la materia. Quienes pertenecemos a Jesucristo hemos seguido por demasiado tiempo las enseñanzas del pagano Platón. Por demasiado tiempo hemos despreciado lo que se puede particularizar, lo que nuestros sentidos pueden percibir, y hemos dado preferencia a ideas etéreas que consideramos reales, eternas, inmutables, y el prototipo del mundo ilusorio e irreal que podemos tocar. Estas enseñanzas de lo etéreo frecuentemente nos fueron impartidas por Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 3 37 pastores que, a su vez, las aprendieron en escuelas wesleyanas de santidad Cdonde a veces se podía tomar un curso completo sobre Platón, sin oír ni leer cuestionamiento alguno sobre su idealismo. La influencia del platonismoha tenido consecuencias en nuestro teologizar. Una de ellas es que hemos menospreciado la naturaleza Cel mundo creado. Es cierto que la naturaleza parece estar caída, como los humanos lo estamos. Por tanto, a menudo parece rebelarse con toda su fuerza. Su devastación y ruina son obvias. Muchas veces una naturaleza tirana e insensible es inadecuada como revelación de Dios. Es cierto que Alos cielos cuentan la gloria de Dios@ (Sal. 19:1) y que conocemos el poder invisible de Dios y su deidad por medio de las cosas que El ha hecho (Ro. 1:19-20). Sin embargo, Dios es persona, y las personas deben revelarse a nosotros para que las conozcamos. A veces el esposo o la esposa parece estar reservado o reservada, y no podemos adivinar el porqué. Sólo lo sabemos cuando él o ella decide revelar cuál es el problema. Esto se debe a que son personas. Dios también es persona. Es aun tripersonal. Dios nos da a conocer sólo ciertos aspectos acerca de El en el mundo natural. Sin embargo, siendo nosotros pecadores, lo que más necesitamos saber de El Cque es Dios de perdónC, no lo encontramos en la naturaleza. En ella podemos ver que El es todopoderoso e ingenioso, pero en ningún lugar del mundo creado podemos descubrir que El perdona. Además, la naturaleza ha sido contaminada por la tecnología de nuestro tiempo, sumada a la obediencia excesiva al mandato divino de multiplicar la especie humana. No obstante, aunque reconocemos estos hechos, los cristianos no debemos menospreciar la naturaleza. Después de todo, Dios declaró que su creación era buena (Gn. 1:10, 12, 18, 21, 25, 31). La naturaleza es hechura de Dios, como lo somos nosotros. Nuestros cuerpos nos vinculan a ella. Con libertad soberana y pródiga, Dios creó toda la esfera visible. Si le dijéramos a un hebreo de la antigüedad que lo material es malo, quedaría confundido por nuestras palabras insensatas. Sin duda el cuerpo está incluido cuando las Escrituras declaran que fuimos hechos a la imagen de Dios. Al respecto, en el idioma hebreo hay dos palabras: selem, imagen, y demuth, semejanza. El pasaje dice: AHagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza@ (Gn. 1:26). Tanto selem (imagen) como demuth (semejanza) se usan también en Génesis 5:3, donde se nos dice que Adán engendró a Set Aa su semejanza, conforme a su imagen@. Selem originalmente quería decir algo cortado, es decir, algo físico. Aunque a veces se usaba en referencia a algo más irreal que un cuerpo Cpor ejemplo, la forma de un sueño (Sal. 73:20)C, Auna representación concreta está ligada a la palabra@.6 Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 3 38 Según H. Wheeler Robinson, el término indica que los humanos éramos, literalmente, una copia de Dios en nuestra forma física. E. C. Rust concuerda en que Ael hombre fue creado en una forma corporal con el patrón divino@.7 Por supuesto, esto no significa que Dios tiene cuerpo. Algunos escritores sugieren que nuestros cuerpos están hechos a la imagen de Dios porque caminamos erguidos, con un porte de dignidad, y no como los animales. Se puede decir que el cuerpo está hecho a la imagen de Dios por el propósito que se le ha concedido, como un organismo total en funcionamiento. Jacobo Arminio opinaba que nuestros cuerpos están hechos a la imagen de Dios porque Asi el hombre no hubiera pecado, su cuerpo nunca habría muerto, y porque es capaz de especial incorruptibilidad y gloria@.8 Concuerda con esta afirmación el hecho de que nuestra carne, nuestra basar, pueda reposar Aconfiadamente@ (Sal. 16:9) y anhelar a Dios (63:1). Es cierto que Atoda carne es hierba@ (Is. 40:6) y que Ano habrá paz para ninguna carne@ (Jer. 12:12, Reina- Valera 1960). La carne es débil, pero no es maligna.9 La indicación más obvia de que la naturaleza en general, y el cuerpo en particular, no son malos, es que el AVerbo se hizo carne y habitó entre nosotros@ (Jn. 1:14). En el cumplimiento de los tiempos, cuando llegó nuestra hora más especial, Ael Deseado de todas las naciones@ (Hag. 2:7) entró en la vida humana, con cuerpo y con todas las características humanas. Y mientras tuvo forma de hombre, El sanó toda clase de enfermedades y aun resucitó a los muertos en algunas ocasiones. Después que Cristo vuelva, la creación entera será renovada, participando de la glorificación que nos espera (Ro. 8:18-21; 1 Co. 15:42ss.). La Escritura expresa poéticamente que la naturaleza transformada se unirá a nosotros en adoración y alabanza a Dios. En Apocalipsis 5:13 leemos: AA todo lo creado que está en el cielo, sobre la tierra, debajo de la tierra y en el mar, y a todas las cosas que hay en ellos, oí decir: >Al que está sentado en el trono y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos=@. Esto significa que la doctrina cristiana de la redención es tan amplia como la de la creación. Significa que el mundo mismo es de Cristo, es sacramental, y debemos verlo eucarísticamente. Significa que en la esencia de las cosas hay una residencia de la gracia. Joseph Sittler decía que necesitamos percibir la residencia de la gracia, no sólo en la naturaleza, sino también en la naturaleza fabricada. Nuestro mundo se está volviendo cada vez más urbano. Por esta razón, lo que el cristiano observa más frecuentemente es la naturaleza fabricada: Caminos, edificios, máquinas e instrumentos. Si aprendemos a ver la residencia de la gracia sólo en la pradera, o en el sinuoso río por donde avanza la trucha, quizá no pensemos a menudo en las cualidades Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 3 39 eucarísticas del mundo. )Por qué no aprendemos a ver la residencia de la gracia en lo que las personas han hecho como colaboradoras de Dios en la naturaleza? El ingenio de nuestros compañeros, así como el ingenio de Dios, están presentes en la naturaleza fabricada. A veces la construcción de puentes, edificios y autopistas ha significado la pérdida de vidas humanas, y siempre implica sudor y esfuerzo. Cuando usamos esas estructuras, entramos en esa clase de costos. Usamos las habilidades especiales de personas que nunca hemos conocido. Quizá la naturaleza fabricada debiera ser celebrada aún con mayor deleite que la naturaleza en sí. Ella es el escenario para la glorificación de Dios. Dios el Hijo entró en la vida humana. El no sólo pensó en nosotros con compasión, sino que se unió a nosotros y recorrió con nosotros el camino a la ignominia CApor nuestro triste caso@, como dijo Atanasio en la antigüedad. El tiempo es real e importante Además de ver la naturaleza como un lugar de gracia, el realismo bíblico considera que el tiempo es real e importante. La Escritura no desestima el tiempo como lo hace el idealismo. Esto se prueba, en parte, por las frecuentes referencias bíblicas a diferentes períodos de tiempo: hemera, día; hora, hora; cronos, tiempo; kairós, estación; aión, edad; aiones, edades. La Escritura usa también otras palabras que están estrechamente relacionadas con el tiempo y el paso del tiempo: nun, ahora; arch, principios; telos, fin; pleroma, cumplimiento; aparje, primicias; arrabon, señal. La eternidad no es una abstracción en la Escritura. Cullmann dice: ALa eternidad es la sucesión sin fin de las edades@.10 La eternidad no es otra cosa sino tiempo sin fin: Todo el tiempo. No comienza cuando finaliza el tiempo, como muchos suponen. En el Nuevo Testamento la palabra griega para Aeternidad@ es el sustantivo singular aión, Aedad@, o el plural aiones, Aedades@. De acuerdo con el léxico de Thayer, aión significa Auna edad ininterrumpida, perpetuidad de tiempo, eternidad@.11 De acuerdo con el mismo léxico, la palabra afín aionios, Aeterno@, significa Asin principio ni fin, lo que siempre ha sido y siempre será@.12 Se usa en relación al tiempo (cronois) en Romanos 16:25, y también en referencia a Dios en el versículo 26. Dios es Aquel Aque es y que era y que ha de venir@ (Ap. 1:4), es decir, no es independiente del tiempo; más bien está ligado a todos los períodos de tiempo y, por tanto, lleno de tiempo. Eles el Alfa y la Omega, la A y la Z, el Aprincipio y fin@ (v. 8). Todas las cosas proceden de El, y de El reciben su función salvífica. No sólo eso, sino que en el presente, El está ligado a todas las cosas y a toda la gente, tanto por medio de la creación como de la encarnación. El está unido a ellos íntima, Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 3 40 inextricable y ontológicamente. Está conectado a ellos en forma sostenida a medida que pasan las edades, uno en el otro. Reconocemos que tanto el tiempo como el espacio son relativos, como enseñó Albert Einstein. El tiempo es relativo a los diferentes organismos, como enseñó Henri Bergson; de modo que es acelerado en el caso de un organismo efímero, y lento en el caso de una tortuga que podría vivir 200 años. Aún así, el tiempo es real. Es verdadero. No es simplemente ideológico, no está sólo en la mente, sin una realidad externa ligada a él. El tiempo es real, estemos de acuerdo o no con la idea de que hay dos tipos de tiempo en la Escritura: Duración simple (cronos) y período especial de oportunidad (kairós). J. A. T. Robinson dice: AKairós es el tiempo en relación a la acción personal, en referencia a fines que deben lograrse en él. Cronos es el tiempo abstraído de tal relación; por decirlo así, es tiempo que transcurre objetiva e impersonalmente, ya sea que algo suceda o no@.13 Sin embargo, el profesor C. B. Caird señala14 que kairós y cronos a veces se usan indistintamente en el Nuevo Testamento. El detallado estudio de James Barr confirma esta conclusión.15 (Véase por ejemplo: Hch. 3:19, 21; 1 P. 1:5, 20; Jud. 18). En todo caso, el tiempo es real, aunque a veces se hable de él como un período de oportunidad especial. El padre que aconsejó a su hijo que asistiera a los cultos de capilla en la universidad Cdiciéndole que si trabajamos con una piedra de molino, todos los momentos tienen el mismo valor, pero que al edificar nuestra vida, los momentos inspirados son los que cuentanC, no quiso decir que el tiempo no sea real cuando estamos en la capilla. Como período de simple duración, el tiempo funciona igual en una capilla vacía a medianoche, que cuando hay allí mil estudiantes que acaparan las oportunidades con mentes anhelantes. Ningún decano dirá que el tiempo deja de existir cuando el orador continúa hablando después de la hora señalada para finalizar el culto. El pasado, el presente y el futuro son importantes. No podemos prescindir de ninguno como lo hace el platonista. Este tiene un punto de vista cíclico de la historia, y afirma que el tiempo no es real para Dios; por tanto, la encarnación no ocasionó ningún cambio en la vida de Dios. Antes que nos visitara el unigénito Hijo de Dios, el tiempo estaba en el período del Atodavía no@. Hubo una época cuando los reyes, los plebeyos, las clases y las masas esperaban el día en que Dios haría una obra nueva y maravillosa por nosotros, humanos impuros e insensatos. De ello leemos en el período anterior a lo que a J. Barton Payne le gustaba llamar el Testamento Más Antiguo. Durante los períodos de altibajos del antiguo Israel, cuando creía y cuando murmuraba, cuando estaba confundido y cuando vagaba errante, algunas personas selectas, con corazones firmes, entraban en las cámaras Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 3 41 de consejo privado de Yahvé, y salían para anunciar lo que Dios haría en favor de toda la gente por medio de Israel. Cuando Cristo vino, en cierto año del reinado de Augusto César, comenzaron a ocurrir cosas nuevas y maravillosas que nunca antes habían sucedido. El epítome del profeta estaba aquí. El epítome del sacerdote estaba aquí. El Rey de reyes caminaba entre nosotros. Y El permitió que la gente lo colgara en una cruz, después de lo cual, Dios lo resucitó de los muertos. Quizá algunas personas hayan recalcado demasiado el pasado. Podríamos llamarlas historicistas. Ellas descubren lo que han dicho personas notables del pasado, y consideran que eso es suficiente. Toman prestada la religión de sus antepasados y la reciben de segunda mano, sin encontrarse ellas mismas con Dios en una relación de Tú-Yo. Los existencialistas como Sartre y Albert Camus hicieron demasiado énfasis en el presente. La sabiduría (sofía) acumulada de la iglesia es arrojada a los vientos para dar preferencia a lo que se acomoda a la gente, o a lo que satisface sus necesidades presentes. Aun la ética de situación de Joseph Fletcher Cen la que él sugiere que la persona debe decidir qué hacer cuando surja una situación que demande decisiónC se inclina en esta dirección. Fletcher dice: AEn todo 'momento existencial' o situación 'única'... debemos depender de la situación misma, allí y entonces, para que provea la decisión ética@.16 Algunos teólogos de la esperanza tienden a menospreciar tanto el pasado como el presente, y ponen demasiada atención en el futuro. No obstante, tal vez no parezca que lo estén haciendo. Por ejemplo, Jurgen Moltmann y Wolfhart Pannenberg dan mucha importancia a la resurrección histórica de Cristo. Sin embargo, Carl Braaten y Pannenberg parecen decir que Dios, desde una posición lejana en el futuro, arrastra a la historia hacia un porvenir lleno de esperanza. Pannenberg, por ejemplo, da a entender esa posición cuando usa Ael Padre@ y Ael Reino venidero de Dios@ como sinónimos, y cuando dice: ASólo así el Reino venidero de Dios CDios mismoC estuvo presente en él [Jesús]@.17 John Cobb parece afirmar lo mismo. Con tal declaración, ninguno de ellos se diferencia mucho de Thomas Altizer, quien estuvo dispuesto a decir que Dios está muerto Caunque sólo Cobb expresa especial afinidad con la posición de Altizer;18 Braaten y Pannenberg no lo declaranC. En todo caso, la existencia de Dios es cuestionable, ya sea que afirmen que El está muerto o que no existe ahora. En la Biblia, por cierto, el tiempo es real en todas sus formas. El pasado, el presente y el futuro tienen lugares distintivos. Una teología realista y bíblica no hará hincapié en uno de ellos y menospreciará los otros; tomará en cuenta todos. La historia es real e importante Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 3 42 El tiempo es más amplio que la historia, si se considera la historia como el registro que los humanos hemos escrito, es decir, como el pasado que recordamos. Aún así, el tiempo y la historia están estrechamente relacionados. Y así como el tiempo marca una diferencia con su paso, también lo hace la historia. Los griegos creían que la historia es cíclica, es decir, que no avanzamos con el paso de los eventos. Algunos gnósticos adoptaron un punto de vista similar; esto se ve, por ejemplo, en el Evangelio de Felipe, en el idioma copto. Entre todos los pueblos de la antigüedad, sólo los hebreos escribieron historias detalladas y no mitológicas de lo que ocurría. Escribieron historias desde antes del tiempo de Josafat y de otros secretarios de reyes. Es probable que las escribieran aun antes del tiempo de Moisés. Muchos eruditos creen que los léxicos hebreos que traducen cierta palabra como Ageneraciones@ o Adescendientes@, deberían haberla traducido Ahistorias@. Si es así, Aeste es el libro de los descendientes de Adán@ debería decir, Ade las historias de Adán@ (Gn. 5:1). Lo mismo ocurriría con las Ahistorias de Noé@ (6:9) y las Ahistorias de los hijos de Noé@ (10:1). La Nueva Versión Internacional en inglés la traduce como the written account (el relato escrito, 5:1) y the account (el relato, 6:9; 10:1). Las numerosas genealogías en la Biblia también apoyan la importancia de la historia. Ellas no son exactas en el sentido moderno, puesto que pasan por alto muchas generaciones. El idioma hebreo no tenía un término para Anieto@; sencillamente se le llamaba Ahijo@, en especial si el verdadero hijo no fue un personaje que había sobresalido. Asimismo, en el Antiguo Testamento se da mucha atención a la cronología. James Barr dice: El Antiguo Testamento contiene un sistema cronológico completo y cuidadosamente preparado, por el cual gran número delos eventos importantes (y muchos detalles de menor significación) pueden fecharse de acuerdo a la relación de unos con otros y, en particular, pueden fecharse a partir del punto de referencia absoluto de la creación del mundo... Cifras tales como los 430 años de la permanencia en Egipto (Ex. 12:40), o los 480 años desde el éxodo hasta el inicio de la construcción del templo de Salomón, son puntos cardinales en el esquema.19 Cuando Emil Brunner (1896-1966) y Rudolf Bultmann dicen que la encarnación tuvo lugar sin el nacimiento virginal, y cuando Brunner y otros dicen que Cristo resucitó, pero no corporalmente, adoptan una posición idealista y platónica que menosprecia la historia. Los significados o valores especiales y los hechos reales no están divorciados en la vida común. Una persona no ama inesperadamente a su novio o novia, o a su cónyuge, sin relación Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 3 43 alguna con los momentos en que se sonrieron, se tomaron de las manos y se comunicaron en numerosas formas reales. Así como el amor nace y comienza a crecer en base a hechos, lo mismo sucede con la fe cristiana. Está arraigada en el terreno de la historia, como afirma John S. Whale.20 Bultmann despreció muchos elementos de la historia del Nuevo Testamento;21 por ejemplo, las intervenciones de Dios y de los ángeles desde Alo alto@, y las de Satanás y los demonios desde Aabajo@. A esas intervenciones las llamó mitos del primer siglo, y afirmó que podríamos prescindir de ellos y tener aún el núcleo de la verdad del kerygma que ofrece el cristianismo. Sin embargo, algunos de sus estudiantes Centre ellos, Kasemann y PannenbergC hicieron lo correcto al separarse de su mentor en este tema. Ellos consideraron que la historia es significativa para la fe cristiana. No debemos menospreciar la historia. Más bien, debemos considerarla el terreno en el que la fe cristiana echó raíces, y en el cual ha crecido hasta el presente. Resultados de la perspectiva realista Debemos, entonces, hacer teología desde una perspectiva realista en vez de idealista. La naturaleza, aun la fabricada, es un lugar de gracia; y tanto el tiempo como la historia son reales e importantes. Consideremos ahora varios temas que podríamos llamar los resultados de la perspectiva realista. 1. Esta perspectiva elimina el concepto de la iglesia invisible, en favor de una iglesia que podemos ver, como vemos la luz en una noche oscura. Hans Kung afirma: ALa adherencia voluntaria externa a la iglesia, y la verdadera membresía interna, no son sinónimos necesariamente@.22 No todos los miembros de la iglesia son auténticos discípulos de Cristo. Tanto la cizaña como el trigo crecen juntos en la iglesia, y la diferencia entre ellos no es del todo visible. Sin embargo, eso no es excusa para abrazar el idealismo platónico y declarar que la iglesia verdadera es invisible. Aunque Hans Kung no está dispuesto a eliminar el término Aiglesia invisible@,23 él deplora usarlo como lo hace el idealista, para menospreciar los aspectos visibles de la iglesia. El dice: La iglesia verdadera, formada por personas verdaderas, no puede ser invisible. Aquí no hay lugar para fantasías... acerca de la idea platónica. El punto de partida del cristiano... es una iglesia verdadera. La iglesia en la que él cree, es visible, como compañerismo humano y por medio de sus actos... Al ser visible, la iglesia es fiel a su naturaleza esencial, no falsa. Sólo una iglesia visible puede ser hogar para los seres humanos, un lugar donde pueden participar, ayudar y edificar.24 Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 3 44 En 20 ocasiones el Nuevo Testamento se refiere a la iglesia como el Cuerpo de Cristo. Es decir, es la clase de encarnación que Jesucristo tiene ahora en el mundo, Auna extensión de la encarnación@25 que duró 33 años. Es un organismo, como lo es el cuerpo, no simplemente una organización. Son los creyentes de carne y sangre los que forman el Cuerpo de Cristo, y los creyentes vibrantes, que dan testimonio, de ninguna manera son invisibles. Ellos son luces que iluminan este mundo en oscuridad. Son velas colocadas en candelabros, de manera que todos puedan verlos con claridad. Por lo general se argumenta filosóficamente en favor de la iglesia invisible, pero algunas personas dicen que la palabra singular Aiglesia@, en la Escritura, a veces podría referirse a la iglesia invisible. Por tanto, la Aiglesia@ en la provincia de Galacia Cdonde había iglesias locales en Antioquía, Iconio y ListraC es una referencia a la iglesia invisible. Sin embargo, el uso singular de Aiglesia@ se refiere a todas las iglesias locales, es decir, a todos los cristianos. Hans Kung dice: ANo hay dos iglesias, una visible y otra invisible. Tampoco debemos pensar, como el dualismo y el espiritualismo platónico, que la iglesia visible (terrenal y material) es el reflejo de la parte real de la iglesia (espiritual y celestial). Tampoco la parte invisible de la iglesia es su naturaleza esencial, y la parte visible, la forma externa de la iglesia@.26 La palabra Aiglesia@ se usa 115 veces en el Nuevo Testamento, y con la excepción de tres casos, se refiere sencillamente a cristianos con fe, amor y esperanza.27 William Robinson dice: ALa iglesia es esa realidad concreta por la cual Cristo se manifiesta al mundo, y mediante la cual El actúa en la historia@.28 El tema principal de George Laird Hunt, en Rediscovering the Church (Redescubriendo la iglesia), es que la iglesia es una comunidad Cuna comunidad amadaC, y esto también es básicamente correcto.29 En la Biblia frecuentemente se describe a la iglesia en formas que sugieren su realidad visible. Es la esposa de Cristo (Ap. 21:2, 9). Es una colonia del cielo (véase Flp. 3:20; Ef. 2:6; Col. 3:1), dando a entender que su relación con el cielo es semejante a la de las colonias romanas con Roma: Eran similares a ella, pero estaban distantes geográficamente. Es el Israel de Dios (Gl. 6:16) y el pueblo de Dios (1 P. 2:9). Es el remanente justo del que habló Isaías (Ro. 9:27). Es el pueblo del nuevo pacto del que habló Jeremías (2 Co. 3:5ss.). Son los santos del Altísimo a quienes se refirió Daniel (1 Co. 1:2). Como su Señor, la iglesia es tanto humana como divina; tanto invencible como vencedora (Mt. 16:18). Es triunfante, porque muchos cristianos han muerto en la fe; y es militante, porque marcha con poder a donde está la gente pecadora y le proclama a Cristo. Ciertamente la iglesia es todo esto, pero no es Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 3 45 invisible, ni en la Escritura ni en nuestro tiempo. En la Escritura la iglesia se caracteriza por su unidad. Los hermanos de Judea se interesaban en lo que acontecía en las iglesias de Antioquía, Galacia, Corinto y Roma. Los cristianos de ciudades remotas llevaban ayuda para los hermanos de Jerusalén. En esta ciudad hubo un concilio para tratar asuntos que causaban disputas. Pablo nos dice que había un árbol de olivo Cel verdadero Israel de DiosC, y el olivo silvestre Clos gentilesC fue injertado en él Acontra naturaleza@ (Ro. 11:17, 24). Leemos que a judíos y a gentiles, Dios nos hizo uno (véase Ef. 2:11, 17- 22). Además, Jesús oró para que sus seguidores Asean uno@, como El y el Padre son uno (Jn. 17:11, 22). Hay Aun solo Señor, una sola fe, un solo bautismo@ (Ef. 4:4ss.). A esa única iglesia, el Señor añade cada día los que han de ser salvos (Hch. 2:46-47). Y, de acuerdo con 1 Corintios 12, hay unidad en la iglesia como organismo. Ninguna de estas descripciones indica invisibilidad. Tampoco se indica invisibilidad al decir que la iglesia del Nuevo Testamento era una koinonía, una comunión en la que los hermanos a menudo compartían sus fondos financieros (Ro. 15:26). Pablo dice también que participaban en el Aservicio para los santos@ (2 Co. 8:4), refiriéndose a una ofrenda de amor que los cristianos de Macedonia enviaron a los de Jerusalén.30 Koinonía también se refiere a la comunión en un modo más espiritual, como cuando leemos de Ala comunión
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