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37812072-TEOLOGIA-WESLEYANA

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Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider 1
(OFC)
Teología wesleyana de santidad
J. Kenneth Grider
(Spine)
Teología wesleyana de santidad
Grider
(CNP logo)
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider 2
Teología wesleyana de santidad
J. Kenneth Grider
Prefacio por Thomas C. Oden
(CNP LOGO)
Casa Nazarena de Publicaciones
Kansas City, Missouri, E.U.A.
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider 3
(Copyright page)
Todos los derechos quedan reservados conforme a la ley
CASA NAZARENA DE PUBLICACIONES
P.O. Box 419527
Kansas City, MO 64141
ISBN
Diseño de cubierta:
(Cover design, please provide name of artist)
Título original:
A Wesleyan-Holiness Theology
Traducido por:
José Pacheco, Edgar González y Gladys de Aparicio
Impreso en los Estados Unidos
Printed in U.S.A.
(Lower left-hand corner)
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider 4
A mi esposa, Virginia,
quien supo, antes que yo, que debía especializarme
en la teología,
quien siempre me ha animado en mi trabajo
y ha sido de mucha ayuda en esta obra,
Cy a mis estudiantes.
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider 5
Contenido
Acerca del autor
Lo que otros dicen
Prólogo
Prefacio
Reconocimientos
1. Qué es la teología
2. La naturaleza de la teología
3. La perspectiva para hacer teología: El realismo bíblico
4. La autoridad escrita de la teología
5. La existencia y naturaleza de Dios
6. El Dios tripersonal
7. La doctrina cristiana de la creación
8. El misterio del mal
9. La doctrina de nosotros mismos
10. La doctrina del pecado
11. La Persona de Cristo
12. El significado de la expiación
13. La tumba vacía
14. La primera obra de gracia
15. La segunda obra de gracia: La entera santificación
16. La segunda obra de gracia: El bautismo del Espíritu de Cristo
17. La segunda obra de gracia: Toques de error
18. La iglesia
19. Los sacramentos de la iglesia
20. Los medios de gracia
21. Las últimas cosas como última palabra
Bibliografía
Indice de temas
Indice de personas
Indice de referencias bíblicas
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider 6
Acerca del autor
J. Kenneth Grider trae un rico trasfondo de investigación y
logro eruditos a esta magnum opus de su carrera.
El Dr. Grider obtuvo el título de Ph.D. en teología en la
Universidad de Glasgow, Escocia; hizo estudios postdoctorales en
teología y literatura en la Universidad de Oxford, Inglaterra, y
estudios teológicos en la Escuela de Teología de Claremont. Tiene
los títulos de M.A. (1950) y M.Div. (1948, summa cum laude) de la
Universidad de Drew; B.D. (1947) del Seminario Teológico
Nazareno; y Th.B. (1944), A.B. (1945) y D.D. (1991) de la
Universidad Nazarena Olivet.
El Dr. Grider fue uno de los traductores de la New
International Version of the Bible. Su nombre aparece en muchas
publicaciones de la serie Who's Who (Quién es quién), incluyendo
Who's Who in America (Quién es quién en los Estados Unidos, 43.a-
46.a ediciones bianuales). En 1966 su alma mater le otorgó el
premio al Exalumno Ministro del Año, y en 1985 el Seminario
Teológico Nazareno le otorgó el premio quinquenal de Mención al
Mérito.
Es autor de Gibraltars of the Faith (1983, Gibraltares de la
fe); Born Again and Growing (1982, Nacido de nuevo y en
crecimiento); Entera santificación: La doctrina distintiva del
wesleyanismo (1991); Taller My Soul (1965, Más alta mi alma); y
Repentance unto Life (1964, Arrepentimiento para vida), obras
publicadas por Beacon Hill Press of Kansas City.*
--------------
*Entera santificación fue publicada en español por la Casa
Nazarena de Publicaciones.
--------------
 El Dr. Grider ha contribuido en muchas obras de referencia:
AComentario de Ezequiel@ en el Comentario Bíblico Beacon (Casa
Nazarena de Publicaciones, 1984); ACommentary on Zechariah@ en
Wesleyan Bible Commentary (Baker Book House, 1969); y el ensayo
general sobre los 16 libros proféticos en The Biblical Expositor
(Holman, 1960). Sus artículos de referencia también han aparecido
en la revisión de Eerdmans de la International Standard Bible
Encyclopedia (William B. Eerdmans Publishing Co., 1979); Baker's
Dictionary of Theology (Baker Book House, 1960) y su revisión; y
Wycliffe Encyclopedia of the Bible (Zondervan Publishing House,
1975). Además, fue uno de los dos redactores asociados de una
importante obra de referencia, el Diccionario Teológico Beacon
(Casa Nazarena de Publicaciones, 1995), y escribió 77 de sus
artículos.
El Dr. Grider ha escrito capítulos para numerosos simposios
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider 7
y es autor de muchas series de lecciones de escuela dominical
para adultos. Varias revistas han publicado docenas de poemas con
su firma. Cientos de artículos suyos han aparecido en
publicaciones como Christianity Today, Pulpit, Decision, Action y
The Wesleyan Theological Journal. Fue redactor administrativo de
The Seminary Tower por 36 años, y dirigió una reunión mensual de
diálogo teológico por 40 años.
Ha dado conferencias en varias universidades y ha presentado
monografías en reuniones nacionales y regionales de sociedades
eruditas en teología y ética. Es miembro de la American
Theological Society y de la Wesleyan Theological Society, y ex
miembro de diversas sociedades eruditas, incluyendo la American
Academy of Religion.
El Dr. Grider posee la distinción de ser el profesor que ha
trabajado más tiempo en la facultad del Seminario Teológico
Nazareno, 38 años. Enseñó en la Universidad Nazarena Olivet de
1993-1995; continúa trabajando en esta institución como
distinguido profesor visitante de religión.
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider 8
Lo que otros dicen de esta obra
AHe aprendido de este libro. Lo recomiendo, tanto a ministros
como a lectores laicos, como la teología sistemática más completa
de la tradición de santidad desde la obra de H. Orton Wiley. Es
significativo para todos los wesleyanos@.
Thomas C. Oden
Profesor de Teología y Etica, Cátedra Henry Anson Buttz
Drew University
Autor de Systematic Theology (3 vols.)
AUna lúcida enunciación de los temas fundamentales de la teología
wesleyana de santidad, presentada por un respetado teólogo de esa
tradición. La disposición del autor para dialogar con otras
tradiciones espirituales en la iglesia le añade significación
ecuménica a este libro... merece seria consideración@.
Donald G. Bloesch, Profesor de Teología
Dubuque Theological Seminary
Ex presidente de American Theological Society
Autor de Essentials of Evangelical Theology (2 vols.)
AEl Dr. Grider ofrece una vista panorámica de la actual teología
wesleyana de santidad, tanto sus aspectos fuertes como los
débiles, en estos tiempos cuando hay tanta diversidad en los
círculos evangélicos@.
Carl F. H. Henry
Ex presidente de American Theological Society y Evangelical
Theological Society
Autor de God, Revelation, and Authority (6 vols.)
AEl Dr. Grider ha hecho un buen trabajo al interpretar la
santidad wesleyana para quienes pertenecen a esa corriente
cristiana en particular@.
Millard J. Erickson, Profesor de Investigación de Teología
Southwestern Baptist Theological Seminary
Ex presidente de American Theological Society
Autor de Christian Theology (3 vols.)
AEl profesor Grider nos ha concedido aquí los frutos valiosos y
maduros de medio siglo de lectura, reflexión, diálogo, enseñanza
y escritura eruditos. Al leer esta obra saboreamos constante e
inconfundiblemente, por decirlo así, la fidelidad evangélica a
Cristo y a su iglesia, sazonada con un compromiso consistente y
persistente con lo que podría llamarse la tradición conservadora
o clásica en el movimiento wesleyano de santidad. Asimismo, está
sazonada con el compromiso consistente y persistente de permitir
que esa tradición hable en forma comprensible y clara a esta era
Ctanto a no cristianos como a cristianos de otras tradicionesC.
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider 9
Este, pues, es un legado que, a quienes pertenecemos a la
tradición wesleyana de santidad, nos deja profundamente en deuda,
y nos provee generosos recursospara hablar de manera fiel al
tiempo presente y al futuro@.
Paul Merritt Bassett, Profesor de Historia del Cristianismo
Nazarene Theological Seminary
Ex presidente de Wesleyan Theological Society
Ex redactor de Wesleyan Theological Journal
AEl Dr. Grider ha producido el fruto del trabajo de su vida con
esta declaración amplia de la teología wesleyana de santidad.
Este estudio será provocativo tanto para los teólogos wesleyanos
de santidad como para la comunidad cristiana en general@.
Thomas A. Langford
Provost, Duke University
Autor de Doctrine and Theology in the Methodist Church y
Practical Divinity: Theology in the Wesleyan Tradition
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider 10
Prólogo
La tradición wesleyana de santidad ha brindado un aporte
teológico de mayor distinción de la que generalmente se reconoce.
Durante el siglo XIX y los inicios del siglo XX, produjo una
serie estimable de excelentes obras de teología sistemática, en
especial las de Richard Watson, William Burt Pope, Thomas
Summers, Randolph Sinks Foster y John Miley. También son dignas
de mención las obras de Samuel Gamerstsfelder, A. M. Hills y H.
Orton Wiley.
Aunque desde la mitad del siglo XX esta tradición no ha
brillado con el mismo resplandor de generaciones previas, su
vitalidad se ha rejuvenecido significativamente por la aparición
de la Teología wesleyana de santidad de Kenneth Grider.
Este estudio cumple tres objetivos: (1) Reúne el
conocimiento teológico de escritores del pasado de la tradición
wesleyana de santidad, (2) los sitúa sabiamente dentro de la
corriente más amplia de la enseñanza cristiana clásica, y (3)
presenta las enseñanzas de la tradición wesleyana de santidad en
una formulación sistemática contemporánea que es significativa,
coherente y plausible.
Aunque este libro sin duda será leído principalmente por
estudiantes de teología de la tradición wesleyana de santidad, su
lectura también será de provecho para laicos, tanto dentro como
fuera de esta tradición. Está bien escrito. Es a menudo
atractivo, siempre conciliador, y a veces parece predicación. Es
paciente para explorar los intrincados conceptos y las
complejidades del razonamiento teológico en esta tradición, sin
ser ostentoso o pedante.
Esta magnum opus del Dr. Grider cubre las principales áreas
de la teología sistemática. El lector puede obtener un fundamento
amplio de este campo al estudiar cuidadosamente este libro.
Cada tema se examina desde la perspectiva del realismo
bíblico, que prosigue con un criterio elevado de la autoridad
escritural, sin quedar atrapado en conceptos torpes acerca de la
inspiración del texto sagrado.
De manera gentil y natural, Grider conduce al lector
principiante a la intrincada arena de la reflexión sobre el Dios
revelado y su pertinencia para nosotros. Construye su argumento
cuidadosamente, presentando una explicación accesible acerca de
la naturaleza y las fuentes del razonamiento teológico, y del
servicio único de la teología a la comunidad de adoración y
proclamación. Luego trabaja a través de la espesura de temas
difíciles y desafiantes: La existencia y la naturaleza de Dios,
el razonamiento acerca del Dios trino, la creación, la
providencia, la teodicea, la existencia humana bajo los derechos
de Dios, pero caída en el pecado.
Las explicaciones de Grider en cuanto a la persona de Cristo
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider 11
como verdaderamente divino y verdaderamente humano, y la obra de
Cristo en la cruz y en la resurrección, son algunas de las más
hermosas en el libro. Esta parte del estudio proporcionará por
muchos años, a los predicadores de la tradición wesleyana de
santidad, los argumentos clásicos de quién es el Hijo de Dios y
lo que El ha hecho por nosotros.
Sin embargo, la contribución más distintiva e ingeniosa de
Grider enfoca los temas y preguntas en los que la tradición de
predicación wesleyana de santidad ha concentrado su mayor energía
y ha tenido efectos más perdurables: La soteriología y la
neumatología. Aquí Grider demuestra ser un analizador perspicaz
de temas exigentes y un apologista capacitado de la centrista
posición wesleyana de santidad en cuanto a la justificación y la
santificación.
El corazón de este argumento está en los tres capítulos
acerca de la segunda obra de gracia: La entera santificación, el
bautismo del Espíritu de Cristo, y la paciente corrección de
conceptos erróneos que se han añadido a varios aspectos de la
enseñanza de la tradición de santidad acerca del amor perfecto.
El tratamiento se presenta con espíritu conciliador y con un
conocimiento profundo Ccomo pocas veces se veC de los aspectos
problemáticos relacionados con la santificación.
La obra trata luego de problemas agudos y preocupaciones
relacionados con la eclesiología, la vida sacramental, los medios
de gracia y la escatología. Cada paso acerca más al lector a una
explicación plausible y consistente de la enseñanza centrista del
wesleyanismo de santidad en cuanto a estos temas.
He aprendido de este libro. Con merecido derecho está al
lado de las obras de Mildred Bangs Wynkoop, H. Ray Dunning,
Richard Taylor, W. T. Purkiser y William Greathouse, en una
estimable tradición de razonamiento teológico. Lo recomiendo,
tanto a ministros como a lectores laicos, como la teología
sistemática más amplia y completa de la tradición de santidad
desde la obra de H. Orton Wiley.
Thomas C. Oden
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider 12
Prefacio
Esta es una teología sistemática para ministros y laicos
activos de las muchas denominaciones wesleyanas de santidad, de
grupos paraeclesiásticos y del Metodismo Unido Casí como para
otros que deseen saber o necesiten saber qué es la teología
wesleyana de santidad.
Mi esperanza es que el lector experimente gozo al comprender
mejor nuestra fe, y que reciba ayuda para ofrecer una adoración
auténtica a Dios; que vea que la teología usa pantalones largos y
que sus piernas son lo suficientemente largas como para tocar el
suelo; que, en su lectura, escuche música de vez en cuando y
reciba motivación para ser siervo de Cristo; que me escuche, sin
rechazar desde el principio las visiones que puedan parecerle
nuevas o diferentes.
Los puntos de vista se apoyan básicamente con la Escritura,
con la corroboración de Juan Wesley y del movimiento de santidad
Cy del pasado de la iglesia que recordamos, en especial de los
padres de oriente y occidente, porque el agua a menudo es dulce
cuando la bebemos en un punto más cercano a la prístina fuente
apostólica.
Esta teología prefiere las enseñanzas de Juan Wesley (padre
de la iglesia nacido en una época posterior) a las del movimiento
de santidad en muchos temas, como el del testimonio del Espíritu.
Sin embargo, prefiere las enseñanzas del movimiento de santidad a
las del señor Wesley en dos temas importantes: Que la entera
santificación es sólo instantánea, y no también gradual (aunque
la santificación como tal es gradual); y que la entera
santificación se efectúa por el bautismo con el Espíritu Santo,
que fue la enseñanza continua de los padres de las iglesias
oriental y occidental. Esto lo demuestra la cuidadosa
investigación de Paul M. Bassett, publicada en el tomo 2 de
Explorando la santidad cristiana. Y yo añado detalles que al
movimiento de santidad no le correspondió enseñar; por ejemplo,
que la fe es durativa; que el Aviejo hombre@ no es el pecado
original; y que los católicos romanos no enseñan que la entera
santificación ocurre en el purgatorio.
Esta teología se sitúa más cerca de la de H. Orton Wiley, mi
amigo y mentor. Sin embargo, es menos filosófica y más bíblica;
decide asuntos teológicos con más prontitud y con más vigor; y
argumenta con más cuidado del que él consideró necesario para
ciertas enseñanzas clásicas controversiales, tales como el
nacimiento virginal y la resurrección corporal de Cristo. Se
ubica precisamente con Wiley Cy ahora con H. Ray Dunning en su
obra Grace, Faith, and Holiness (Gracia, fe y santidad)C
respecto a la teoría gubernamental de la expiación, conalgunas
adaptaciones y revisiones. Es similar a Juan Wesley, Adam Clarke
y A. M. Hills al sostener un tipo de postmilenialismo, llamado
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider 13
aquí milenialismo realizado, mientras que Wiley en cierta forma
mantuvo reserva en cuanto a la teoría milenial. Presenta la
posición de que la predestinación es sólo temporal, y que no
tiene relación con el destino eterno. Hasta donde sé, ninguna
teología sistemática ha adoptado antes tal posición.
Esta teología se acerca a la de Donald Bloesch más que a la
de cualquier otro teólogo ajeno a la tradición wesleyana de
santidad. He recibido mucho de teólogos evangélicos como Carl F.
H. Henry y Millard Erickson, autores de recientes teologías
sistemáticas importantes. Sin embargo, tal aporte no se verá en
estas páginas. Mi uso de la teología de Bloesch es evidente en
algunas ocasiones. En otras, él es mi mentor aunque yo no lo
exprese; por ejemplo, es mi mentor al hablar de nuestra necesidad
de la Escritura más el Espíritu Santo, y en su apreciación de
toda la escala de tradición de la iglesia, incluyendo a Martín
Lutero y otros reformadores, y a Karl Barth y Peter Forsyth del
siglo XX. La obra de Bloesch, Theology of Word and Spirit
(Teología de la Palabra y del Espíritu, 1992), el primer volumen
de una teología sistemática de siete volúmenes, se caracteriza
por estas enseñanzas.
El teólogo que he apreciado más desde hace varios años es
Thomas C. Oden. Al escribir los tres volúmenes de su Systematic
Theology (Teología sistemática, 1987, 1989, 1992), su propósito
era ser clásico y evangélico. Sin embargo, es distintivamente
wesleyano, como lo es en Doctrinal Standards in the Wesleyan
Tradition (Normas doctrinales en la tradición wesleyana, 1988).
Su libro After Modernity... What? (Después del modernismo... )qué
seguirá?, 1990), una revisión de su Agenda for Theology (Agenda
para la teología, 1978), es la oposición más fuerte que conozco
contra todas las revisiones modernas de la teología clásica,
especialmente del siglo XX, incluyendo las neoortodoxas. Al igual
que Edwin Lewis, al principio Oden también bebió de las llamadas
fuentes del modernismo. Lewis no retornó al movimiento evangélico
clásico. Sin embargo, Oden lo hizo con orgullo y persuasión. Y él
está en deuda, como lo estoy yo, a Albert C. Outler,
extraordinario teólogo histórico, erudito y entusiasta seguidor
de Wesley, ecumenista y mentor del metodismo.
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider 14
Reconocimientos
Debo principiar expresando mi especial agradecimiento al
profesor Thomas C. Oden, de la Universidad de Drew, por haber
escrito el prefacio, el cual es más laudatorio de lo que merece
mi labor.
Asimismo estoy en deuda con Richard S. Taylor, quien leyó
cuidadosamente el manuscrito e hizo muchas sugerencias que se
incorporaron en él; a mi colega Paul M. Bassett, con quien he
dialogado de teología más que con cualquier otro; a William E.
McCumber, quien redactó el manuscrito con destreza y facilitó su
comprensión; a los redactores de Beacon Hill Press of Kansas
City, incluyendo a Jonathan Wright, quienes ayudaron haciendo
correcciones y señalando posibles problemas, lo cual requirió que
yo investigara muchas fuentes; a Craig Keen, Roger Hahn, Stephen
Gunter y Max Reams, quienes leyeron partes del manuscrito y me
dieron valiosas sugerencias; a los bibliotecarios William Miller
y Mary Jean Johnson; a mis estudiantes-asistentes John Wright,
Scott Mapes, Steve Brown y Richard Knox Céste y Clyde Leigh
copiaron gran parte del manuscritoC; y a Janis Srp, Jason
Bullock y James Isabell.
También agradezco a mis distinguidos profesores S. S. White,
Carl Michaelson, Edwin Lewis, William Barclay, J. G. Riddell, S.
L. Greenslade, Henry Chadwick y lord David Cecil.
Deseo expresar mi aprecio también a las siguientes casas
editoras, por permitir la reimpresión de secciones de mis
materiales publicados previamente por ellos: Christianity Today;
Beacon Hill Press of Kansas City; William B. Eerdmans Publishing
Company; Holt, Rinehart and Winston; Baker Book House; y en
especial a Zondervan Publishing House, que aprobó que se
reimprimiera aquí la mayor parte de mi capítulo sobre la
Trinidad, publicado en Contemporary Wesleyan Theology (Teología
wesleyana contemporánea). Asimismo, gracias a las numerosas casas
editoras que dieron permiso para incluir aquí citas de sus
publicaciones.
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 1 15
1
Qué es la teología
La teología es una disciplina cuyo propósito es ayudarnos a
reflexionar en la fe cristiana en formas que produzcan cambios en
nuestra vida.
Cuando la teología está estrechamente relacionada a la vida,
como debe estar, no es mera verborrea ni especulación teórica. Es
tan práctica como el aire que respiramos.
Está involucrada en la vida y afecta profundamente a la
gente. Nos ayuda a enunciar, en forma más o menos clara, nuestra
experiencia de la gracia de Dios. Pone un sentido de admiración
en la adoración y en el trabajo que realizamos en aquella
comunidad salvada que lleva el mensaje de salvación, y a la cual
llamamos iglesia.
Contribuye a que la predicación tenga el nivel de dificultad
que debe tener. Predicar es tan difícil que los puritanos en
Inglaterra a menudo hacían distinción entre los ministros.
Algunos eran los Amenos capacitados@, los que recibían la
ordenación para atender a la gente, dirigir los cultos y
administrar los sacramentos. Otros, por estar mejor capacitados
en teología, recibían la ordenación para predicar.
La teología, lejos de estar divorciada de los aspectos
prácticos de la vida de la iglesia, hace que tales aspectos sean
realmente prácticos: La administración de la iglesia, la
consejería, el testimonio, la educación cristiana, el
evangelismo, y el crecimiento de la iglesia. Nuestra teología
Cel conjunto de las creencias cristianas, con sus
interrelaciones, ligazones, superposiciones, congruencias
esenciales y no esencialesC constituye la base y la importancia
de los llamados asuntos prácticos. Por esta razón, Karl Barth, el
teólogo más distinguido del siglo XX (1886-1968), tituló Church
Dogmatics (Dogmática de la iglesia) a su teología sistemática de
8 mil páginas en 12 volúmenes. Esta obra habría de ser, y aún es,
el conjunto de dogmas Cla doctrinaC para la iglesia, para el uso
de la iglesia y para el trabajo de la iglesia.
La teología declara, no sólo lo que dice la Biblia, sino lo
que ésta significa. Declara lo que significa para personas
pecadoras, quienes al pasar de una vida sin objetivo a una vida
con propósito y esperanza, son sorprendidas por 10 mil alegrías y
son plagadas por mil problemas.
Coloca a Dios donde hay conflicto, como lo veía Paul Tillich
(1886-1965); en el centro de cada situación (familia, gobierno,
industria), como Dietrich Bonhoeffer (1906-1945) describía el
lugar donde está Cristo; en lo rutinario, en los logros
limitados, en las alegrías, en las exigencias. Habla de un Dios
que puede decir lo que dice en esas situaciones, porque es Dios
Cquien hizo lo que hizo y hace lo que haceC. Puesto que es Dios,
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 1 16
no habría necesitado ganar el derecho de decir lo que dice. Sin
embargo, ganó ese derecho por medio de sus obras Cen el éxodo,
en Belén, en el Gólgota, en la tumba vacía.
La teología es una disciplina para Dios y para la gente, en
estos tiempos cuando hay una zorra, un cerdo, un elefante y otros
animales en muchas personas; cuando un ángel conduce a las
personas de la mano y Satanás las controla en el corazón; cuando
la gente se aferra a lo que carece de valor y no examina ni toca
lo invalorable; cuando mientras más tratan de alcanzar lo que les
gusta, menos les gusta lo que tratan de alcanzar; cuando al leer
el periódico matutino, a veces nos preguntamos qué nueva forma de
degeneración seguirá después la gente.
La teología admite la enormidad de nuestro pecado, nuestra
maldad colosal. También proclama a un Cristo que destruye
totalmente nuestros actos de rebelióny el perjuicio que Adán
causó a la raza humana.
Un hombre soñoliento, pero alegre porque se acercaba la hora
de finalizar el culto matutino, le preguntó a su esposa:
A)Terminó el sermón?@ Ella le respondió: ANo, porque sólo fue
dicho. Falta que sea hecho@. Lo mismo ocurre con la teología. Por
esa razón muchos hablamos de Ahacer@ teología.
La teología hoy trata de Ahacer@ lo que es, en las
bibliotecas, en las aulas de clase, y afuera, en el frente de
batalla, donde la fe se enfrenta con la incredulidad en el mundo.
La teología nos ayuda a ver la importancia de las personas
en forma particularizada Cla gente que sobresale, pero también
la gente común, aquellos que son casi insignificantes, de los
cuales Dios ha hecho tantosC. Nos ayuda a comprender que a
nuestro alrededor no hay simplemente almas, sino complejos de
cuerpo y alma, es decir, personas. Habla de redención para la
persona total, incluyendo el cuerpo, y habla de la resurrección
de ese cuerpo, no sólo de redención para el alma. Nos ayuda a
poner fin a los conceptos de humanidad como un conglomerado que
cubre por completo la tierra; y de multitudes en los cultos, en
vez de congregaciones. Nos ayuda a contar a la humanidad, persona
por persona.
Nos ayuda a estar conscientes de otras personas: Para
ayudarlas y brindarles amor; para estremecernos al saber de sus
heridas; para dolernos al ver gruesas lágrimas rodando por sus
mejillas. Nos ayuda a ser sensibles a sus fracasos, cuando se
hunden en la tristeza, incapaces de alabar al Señor a causa del
inviolable misterio de los caminos de Dios.
Nos ayuda, como cristianos, a elegir deliberadamente ser lo
que somos. Nos ayuda a vivir en una situación difícil, donde
estamos, como Cristo pudo hacerlo con facilidad. Nos ayuda a
estar no sólo donde está la acción, sino donde está la acción que
discierne. Nos ayuda a amar temerariamente a Dios; a vivir, no
conforme a la seguridad, sino conforme a la santidad. Nos ayuda a
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 1 17
entrar en esa experiencia tan necesaria para la vida
transformada, en la que desaparece el yo; en la que no pensamos
poco en nosotros, sino pensamos que somos nada.
Quizá la teología sea Ala reina de las ciencias@, si
definimos ciencia con amplitud. Como dijo Karl Barth, no se trata
simplemente de una disciplina más. Su campo de competencia se
traslapa con casi todas las demás disciplinas; podríamos decir
que es un poco entrometida.
La teología no es una disciplina vacilante. Tiene cautelas,
lo cual es característica de todas las disciplinas Ccautelas de
erudiciónC. No exagera su argumento. Sin embargo, lo declara, y
lo hace con una confianza de alta alcurnia; a veces con lágrimas,
otras con alegría. Para decir lo que debe decir, no espera saber
antes qué dirán las otras disciplinas de la universidad. Declara
que Cristo, quien era Dios y fue hecho carne Cverdaderamente
Dios y verdaderamente hombreC, fue Aentregado a la muerte por
nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación@ (Ro.
4:25, Nueva Versión Internacional). La teología es persuadida, y
esto le da impulso.
La teología nos brindará estabilidad en estos tiempos,
cuando los acontecimientos hacen que la gente cuestione si el
centro se sostendrá; cuando muchos de nosotros llevamos una vida
sin sentido, como uno de los personajes de Jean-Paul Sartre
(1905-1980), sin tomar parte en nada; cuando hay tanto
conocimiento y tan poca sabiduría; cuando a menudo se piensa que
los Diez Mandamientos son solamente las Adiez sugerencias@.
Cierta joven, en su última entrevista con el rector de la
universidad, dijo: ANo sé qué buscaba cuando vine, pero no lo
encontré@. A personas como ella, la teología les dice qué están
buscando y cómo pueden encontrarlo. Ellas buscan a Dios, y pueden
encontrarlo por medio de la fe en Jesucristo.
La teología puede conducirnos a la integridad. Esa no es
ayuda insignificante en estos tiempos, cuando los pigmeos éticos
son colocados a veces en puestos de importancia. La teología nos
ayuda a saber que Dios sostendrá todo y que El sostendrá lo que
es bueno.
Aquellas personas que acusan a la teología de ser obtusa,
abstracta, torpe y no práctica, se refieren a lo que sucedió
cuando la teología se inclinó al platonismo Ca su idealismo
metafísico, a su realidad conceptual favorecedora, en contraste
con lo que la teología considera existencia como sombra de cosas
particulares. Los acusadores parecen no darse cuenta de que la
teología ha tenido cambios en nuestro siglo, cambios que la
divorciaron del idealismo etéreo del platonismo.
Es cierto que, en el pasado, cierta teología tendía a
producir predicadores que, entre sus colegas, eran los más
profundos, los más tenaces y los que menos resultados lograban.
Pero esa no es teología en sí. Es una teología elitista de tipo
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 1 18
racionalista, totalmente ajena a la proclamación y a la vivencia
a las que nos impulsaron las teologías de nuestro siglo.
ALa belleza es lo que la belleza hace@. La misma verdad se
aplica a la teología: Esta es lo que hace. La teología es lo que
impulsó e impulsa a sus seguidores a ser, pero también es lo que
los impulsa a hacer y a decir.
Jesús dijo: ANo todo el que me dice: >(Señor, Señor!=, entrará
en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi
Padre que está en los cielos@ (Mt. 7:21). En forma similar dijo:
APor tanto, os digo que si vuestra justicia no fuera mayor que la
de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los
cielos@ (5:20). Esto es congruente con la insistencia de Santiago
en que deben haber demostraciones concretas de nuestra fe, por
medio de obras (Stg. 2:14-18), tales como ayudar a los pobres y
cuidar de los huérfanos y las viudas (1:27). Este es el llamado
que hace la Biblia a las costosas implicaciones éticas de nuestra
fe, y la teología reconoce que es imperativo.
La teología, debido a los logros positivos y costosos a los
que ha impulsado a las personas Cen cuanto a lo que deben ser,
hacer y decirC es, funcionalmente, muchos aspectos que merecen
celebración.
Teología es la vida del Agustín convertido (354-430 d.C.),
quien confesó la grandeza y la bondad de Dios, y escribió sus
Confesiones, quizá la autobiografía más importante en la
literatura.
Teología es la labor de los monjes dirigidos por Casiodoro
(aprox. 490-585), quienes copiaron los manuscritos de la Biblia y
perdieron la vista por realizar tan tedioso trabajo con poca luz.
Teología es la notable vida cristiana de un joven monje, de
quien su maestro Alejandro de Hales tuvo que decir: AEn el
hermano Buenaventura pareciera que Adán no pecó@. Es el ejemplo
de Tomás de Aquino (aprox. 1225-1274), quien oraba toda la noche
pidiendo sabiduría en relación con algún asunto particular de la
fe.
Teología es el testimonio de un vibrante santo medieval que
se apartó de la ortodoxia de la iglesia. Su cuerpo fue mutilado
pero le dejaron intacto el brazo derecho, para que fuera
complaciente y escribiera una declaración de conformidad a la
iglesia. Pero él no lo hizo, ni siquiera para salvar su vida. Los
líderes de la iglesia prepararon una gran fogata y lo ataron a la
parte más alta. El, entonando un salmo, se reunió con su Dios.
Teología es el ejemplo de Juan Huss (aprox. 1369-1415),
quien premeditadamente permitió que lo quemaran hasta morir por
su fe, aunque tuvo un motivo especial de arrepentimiento: Haber
dedicado tantas horas de emoción a jugar ajedrez. En vez de
ayunar y orar, con frecuencia él ayunaba y Ajugaba@.
Teología es la vida de un monje llamado Martín en el siglo
XVI. El se presentó valientemente ante la Dieta de Worms y
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 1 19
declaró a las autoridades, al emperador Carlos y a los otros:
AEsta es mi posición, así me salve Dios@. Ese fue uno de los
momentos de gloria de nuestra fe.
Teología es el testimonio de los obispos Latimer y Ridley,
quienes permanecieron firmes en medio de las llamas en una calle
de Oxford (ese lugar está marcadoahora; yo pasaba por allí dos
veces al día y nunca llegué a acostumbrarme), donde murieron por
su fe. Cranmer los observaba desde su celda en la prisión
cercana, mientras Latimer decía: ASea hombre, señor Ridley; por
la gracia de Dios este día encenderemos un fuego en Inglaterra
que, confío, nunca se apagará@.1
Teología es la disposición de Juan Bunyan para pasar otros
seis años en la cárcel de Bedford, Inglaterra, por no dejar de
predicar. Bunyan fue encarcelado porque, según la ley de la
Inglaterra anglicana de ese tiempo, estaba prohibido que personas
no anglicanas predicaran en reuniones que se hubieran anunciado
públicamente. Bunyan, sin embargo, opinaba que debía anunciar sus
reuniones. Después de seis años salió libre. Pero, una vez más
anunció sus reuniones y fue a la cárcel por otros seis años. Al
quedar en libertad, lo sorprendieron predicando en reuniones que
habían sido anunciadas, y nuevamente lo llevaron a prisión. Allí
tuvo libertad para predicar a los prisioneros e hizo uso de esa
libertad. Después de unos meses la ley cambió. Bunyan quedó libre
a los 44 años de edad. La enseñanza es que sus creencias y su
teología lo impulsaron a hacer algo que le costó Cy mientras
estuvo en la cárcel, escribió un pequeño libro titulado El
progreso del peregrino.
Teología es el conjunto de cualidades relacionadas con Juan
Wesley (1703-1791). Es su actitud de no aferrarse a lo material.
El llegó a tener uno de los salarios más altos en Inglaterra,
pero siempre vivió con la cantidad que había ganado al principio,
cuando sus ingresos eran escasos. Su principio era ganar todo lo
que pudiera, ahorrar en todo lo que pudiera, y dar todo lo que
pudiera. Antes de morir, pidió que el dinero que había en sus
bolsillos y en la cómoda, lo dividieran entre cuatro predicadores
pobres. También pidió que no alquilaran carroza fúnebre para
llevar su cuerpo a la sepultura, sino que eligieran a seis
hombres pobres para que lo hicieran; a cada uno debían pagarle
una libra esterlina por su trabajo. Teología es el ejemplo de
este joven de Oxford a quien denominaron metodista por su
disciplina. El cabalgó por toda Inglaterra, predicando a los
obreros a las 5:00 de la mañana Ca menos que los libros estén
errados, incluyendo su diario, y haya sido más bien a las 5:00 de
la tarde, una hora más razonable.
Teología es el ministerio del prestamista William Booth
(1829-1912), quien llevó la fe metodista a las calles de Londres
y a las prostitutas; quien envió grupos de obreros como un
ejército con tambores, consignas, y generales que estaban cerca
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 1 20
de Dios.
Teología es la vida de Walter Lowrie (1868-1959), de
Princeton, quien aprendió danés a los 65 años de edad y tradujo
al inglés muchas obras de Soren Kierkegaard (1813-1855).
Teología es varios hechos asociados con Karl Barth. Es su
negativa a predicar en los llamados púlpitos distinguidos de
Chicago. Esto ocurrió en 1962, durante su único viaje a los
Estados Unidos. El prefirió, más bien, predicar en la cárcel del
condado de Cook, en Chicago, conocida por sus condiciones
deplorables. Asimismo, teología es su predicación del Así@ de
Dios en Cristo, a los prisioneros en una cárcel de Basel, por
muchos años; para llegar a ese lugar usaba transporte público e
iba continuamente, aun después de su jubilación tardía de la
universidad de ese lugar.
Teología es la pregunta de la señora Barth a un teólogo,
quien llamó por teléfono para saber si podía visitar al
distinguido profesor. Ella le preguntó: A)Es usted alguien de la
cárcel?@, como si hubiera sido natural que todo preso fuera a
verlo al quedar libre. Teología es, además, la abundante obra
literaria de Barth durante tantos años.
Barth rehuyó el vano filosofar, porque al Tertuliano de la
antigüedad (aprox. 160-220 d.C.) le correspondió tener la
sabiduría para hacerlo. Barth sabía que a los humanos no nos
corresponde ni siquiera diagnosticar nuestros problemas, mucho
menos tratar de resolverlos. El sabía que estamos distantes del
ATotalmente Otro@, al punto que el Dios que busca y habla, el
Padre de nuestro Señor Jesucristo, tuvo que irrumpir en nuestro
mundo con una revelación doble: Lo que es El y lo que somos
nosotros. Barth sabía muy bien que seres humanos pecadores no
podrían descubrir a Dios mediante su propio razonamiento; que
somos, más bien, personas llamadas por Dios, que buscamos
anhelantemente al Padre sólo después que El nos invita, por medio
del Espíritu Santo, a aceptar la oferta del Así@ divino por la
obra de Cristo.
Teología es el paso que dio Barth, al ir más allá de lo que
interesó a sus maestros Wilhelm Herrmann y Adolph Harnack. Ellos
se limitaron a reconstruir el mundo grecorromano y abandonaron
allí el tema. A Barth sin duda le interesó la historiografía,
pero sólo en tanto el pasado ayudara a entender el presente.
Quiso saber qué podían decir la Biblia y la teología cristiana
primitiva a Safinwil, el pueblo suizo donde fue pastor en su
juventud. Quiso saber qué podían decirle a su país natal,
Alemania, que pronto estaría inmersa en la Primera Guerra
Mundial. Al principio no le interesaron estos asuntos
relacionados con la vida, porque en esa época estaba muy cerca de
la influencia de sus profesores universitarios. Sin embargo, con
la ayuda de su amigo Eduard Thurneysen, pastor en una ciudad
cercana, empezó a divorciarse del racionalismo, del historicismo
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 1 21
y del humanismo de sus mentores de la universidad. Este divorcio
fue mayor cuando descubrió que varios de ellos habían firmado una
declaración, la cual apoyaba la guerra del káiser Wilhelm en la
que se hallaba atrapado el mundo entero.
Teología es lo que le sucedió a Barth en la Universidad de
Bonn, cuando en 1934 lo depusieron de su cátedra por negarse a
decir AHeil HitlerA antes de sus clases. En vez de obedecer tal
regla, Barth oraba.
Teología es un joven pastor en la ciudad de Detroit,
consternado por la despersonalización de los obreros en la
industria automotriz mientras florecía el llamado siglo
cristiano. Reinhold Niebuhr (1892-1971) hubiera podido disfrutar
la tranquilidad que le habría brindado una predicación cómoda y
consoladora. El había estudiado bajo la influencia del
liberalismo de ese tiempo, cuando se creía que había huertos del
Edén casi en todo lugar; cuando Walter Rauschenbusch (1861-1918)
escribió en 1907 y en 1912 que, a pesar de Anuestra pereza@, esa
generación se había acercado más que cualquier generación previa
a los ideales que Jesús estableció para la vida humana. Sin
embargo, Niebuhr descartó la enseñanza que había adoptado antes,
de que Ael hombre es un dios@. Y nos perturbó como lo habría
hecho Jeremías, por lo difícil que era actuar moralmente siendo
parte de una sociedad inmoral. Para Niebuhr, la teología era
concreta, porque se interesaba en los obreros y en su bienestar.
También era concreta porque se interesaba en nuestras
ansiedades. Es cierto que Niebuhr no quería que las personas
resolvieran sus ansiedades Clas tensiones que experimentan al
comprender que un individuo está libre y tiene toda clase de
posibilidades, y que a la vez está limitado, debido a las formas
inherentes en que él es inevitablemente finitoC. El creía que
cualquier solución de las ansiedades es desafortunada, porque
para resolverlas, la persona debe renunciar a su libertad o a su
finitud. Si renuncia a la libertad y posee sólo finitud, la
gobiernan los sentidos; disfruta Abienes mutables@ que podría
obtener también mediante una vida de alcoholismo. Si renuncia a
la finitud y afirma sólo la libertad, es decir, sus
posibilidades, se llena de orgullo Corgullo por su conocimiento,
poder, virtud (ética) o rectitud espiritual (fariseísmo, el
pecado extremo).
Este no es un teologizar idealista y etéreo. No es
teologizar desde un cómodo sillón, donde el teórico descifra el
laberinto de ideas innatas que supuestamente hay en la mente
cuando venimos al mundo. Un buen idealista, del tipo de Platón,
diría que estas ideasinnatas están situadas en la mente cuando
venimos al mundo. Esto, en gran parte, porque existíamos antes de
esta vida, y trajimos a esta existencia, por ejemplo, formas de
relacionar una cosa con otra Clo cual sabíamos hacer en nuestra
existencia previaC. Niebuhr no sigue la enseñanza del
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 1 22
platonismo, sino la de Soren Kierkegaard, teólogo danés de
mediados del siglo XIX, quien se interesó en el existencialismo.
Siguiendo esa enseñanza, se interesa en nuestra experiencia
vivida, en nuestra situación existencial. Esta existencia real,
con sus problemas sicológicos y ansiedades, es concreta; es
decir, es real, cercana, verificable, como se verifican los datos
en el campo de la física.
Teología es Dietrich Bonhoeffer, a los 39 años de edad,
avanzado en la academia, sin haber podido casarse aún con su
amada; sentado solo en una de las prisiones de Hitler en Berlín,
incapacitado físicamente para llevar la comida a su boca; quien
al escuchar las bombas de los aliados Csu descenso e impactoC,
pedía perdón del cielo por desear que no cayeran donde estaba él,
sino en cualquier otro lugar, donde la tristeza pertenecería a
otros.
Teología es la decisión que había tomado antes Bonhoeffer,
de retornar a su patria para ayudar cuando subió al poder una
figura del anticristo, cuyo nombre cristiano era Adolfo. Es su
decisión deliberada de participar en la conspiración para matar
al führer, extirpando así el cáncer que se había extendido por el
país y fuera de él. Teología es su traumática decisión de hacer
discípulos para Jesucristo de esa manera. Finalmente, teología es
el teólogo colgado en la horca del verdugo el 9 de abril de 1945,
sólo días antes que finalizara en Europa la Segunda Guerra
Mundial.
 En todos los siglos, la teología ha sido útil cuando se
mantuvo anclada cerca del área de su primogenitura. Ha impulsado
a la gente a ser decente, y a hacer y a decir cosas decentes y
costosas para implementar la fe cristiana en el mundo de Dios.
El propósito aquí es afirmar que, en lo que se refiere a la
teología, ésta usa pantalones largos, y que sus piernas son lo
suficientemente largas para tocar el suelo.
Necesitamos considerar ahora cuál es la naturaleza de la
teología, en particular cuando los que pertenecemos a la visión
wesleyana de santidad reflexionamos en nuestra fe cristiana
Csiendo nuestro abuelo el gigante Juan Wesley, y nuestros
padres, el movimiento de santidad.
Nota bibliográfica
1. Véase George P. Fisher, History of the Christian Church
(New York: Charles Scribner's Sons, 1920), p. 360.
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 3 32
3
La perspectiva para hacer teología: El realismo bíblico
La perspectiva desde la cual ingresamos al quehacer
teológico, determina la dirección que seguirá en innumerables
temas.
Perspectivas para hacer teología
Al pensar en perspectivas básicas para hacer teología, se
presentan seis formas: Idealismo, personalismo, dualismo,
teología del proceso, intereses existenciales y realismo. La
última es la más plausible y trataremos de ella en una sección
aparte.
Idealismo
El idealismo considera que las ideas son la realidad última.
En la corriente principal del idealismo está Platón (aprox. 428-
347 a.C.), el filósofo griego que revolucionó la filosofía de su
tiempo. El fue mentor de la teología cristiana desde los primeros
siglos y al menos hasta los siglos XII y XIII, cuando las
enseñanzas más realistas de Aristóteles (384-322 a.C.) llegaron a
ocupar un lugar más dominante.
Los filósofos griegos, desde Tales hasta Platón, fueron
materialistas en la perspectiva metafísica. La realidad última
consistía de agua, fuego, tierra, aire, o la combinación de
éstos. Algunos, como Heráclito (aprox. 540-480 a.C.), pensaban
que la realidad estaba en constante cambio; por tanto, consistía
de fuego. Aristóteles, estudiante de Platón, dijo que la realidad
última es Dios, AAquel que mueve todo y no es movido por nada@;
El es quien cambia todo, pero permanece inmutable.
Platón puso alto al materialismo y dijo que la materia tiene
sólo existencia ilusoria e irreal, una existencia prestada por
las ideas, las cuales son su prototipo y son las que la producen.
Se pensaba que las ideas o los conceptos Ccomo la verdad, la
belleza y el bienC estaban localizados en la cúspide de una
pirámide de ideas eternas, y que el bien estaba en el vértice. Y,
Platón quizá habría equiparado el bien con lo que ahora
entendemos como Dios.
El idealismo platónico les pareció correcto a muchos
filósofos-teólogos cristianos de los primeros siglos. Mucho de lo
que afirma la fe cristiana es inmaterial: Dios, ángeles, y
virtudes como la fe, el amor y la esperanza. Ellos consideraron
que, aunque el idealismo de Platón se formuló antes del
cristianismo y fuera del terreno hebreo de la religión revelada,
era una perspectiva básica y útil en el teologizar cristiano.
Orígenes (aprox. 185-254 d.C.), primer exegeta y teólogo
importante del cristianismo, usó el idealismo platónico. El
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 3 33
despreció de tal manera el cuerpo humano que se mutiló para que
los deseos sexuales no lo atormentaran. Lo irónico es que el
obispo rehusó ordenar a Orígenes, arguyendo que no era
suficientemente hombre, y que sólo los hombres podían ser
ordenados.
Orígenes recurrió al método alegórico para interpretar las
Escrituras. Ese método, usado ya por mucho tiempo, consideraba
que la Biblia tenía significados profundos, ocultos y no obvios.
De esa forma, él quiso amalgamar el idealismo platónico con la fe
cristiana. La perspectiva filosófica de Orígenes lo impulsó
también al universalismo Cla creencia de que todos los humanos
serán redimidos y se unirán en una especie de coro de adoración.
El dijo que aun Satanás sería finalmente redimido.
Esta amalgama del idealismo platónico con la ortodoxia
cristiana causó la negación de los deseos naturales del cuerpo,
especialmente en el aspecto sexual. Aunque los profetas del
Antiguo Testamento y los apóstoles del Nuevo Testamento se
casaban, y aunque Pablo esperaba que los ancianos y diáconos se
casaran (como lo muestran las epístolas pastorales), los
cristianos influenciados por el platonismo menospreciaron el
matrimonio Ccomo lo hizo Platón, quien vivió soltero sus 80
años. Muchos hombres devotos se convirtieron en ermitaños.
Atanasio (aprox. 293-373 d.C.) escribió cartas a Alos que
practican una vida solitaria@.1 En su juventud, él había sido
asistente de un ermitaño llamado Antonio.2
Más tarde, hombres como Casiodoro construyeron monasterios,
donde se congregaban hombres célibes para servir a Cristo,
alejados del mundo y dedicados a la oración. Sus servicios
incluían la traducción y corrección de manuscritos de las
Escrituras, y asuntos terrenales como la agricultura y la cría de
ovejas.
Algunas mujeres devotas también eran célibes. Ellas estaban
Acasadas@ con Cristo, y servían al Señor y a la iglesia en los
conventos.
Aproximadamente la mitad del mundo cristiano aún considera
que la vida célibe es la forma de vida más espiritual. El
celibato es requisito para los sacerdotes católicos romanos.
El idealismo, pues, con su negación de la gloria del mundo y
del cuerpo, fue mentor de los filósofos-teólogos cristianos en la
religión católica romana de los primeros siglos y la Edad Media.
Aunque los reformadores no desecharon por completo el
idealismo platónico, Martín Lutero (1483-1546) se alejó de las
enseñanzas de Platón, al casarse a los 42 años de edad. Lutero
creía que los privilegios del matrimonio seguían en importancia a
los privilegios de la salvación.
Lutero también contribuyó a que la iglesia se alejara de la
influencia platónica, al poner fin al dominio del método
alegórico para interpretar las Escrituras. Asimismo, resaltó la
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 3 34
importancia de la vida familiar y el trabajo comunes.
La manera más básica en que Lutero realizó este cambio fue
mediante su enseñanza de la sola scriptura.Desde los primeros
siglos, los teólogos cristianos habían seguido a los filósofos y
maestros de la ética pagana griega y latina; la Escritura fue
sólo una entre muchas fuentes para la teología. Lutero declaró (y
se guió por) el principio de que la Escritura es la base propia
para nuestra fe y práctica cristianas. Lo mismo se puede decir de
Juan Calvino (1509-1564). El también se propuso ser un hombre de
la sola scriptura.
A pesar del trabajo de los reformadores, a fines del siglo
XVIII y principios del siglo XIX el protestantismo recibió la
influencia de Emanuel Kant (1724-1804), Friedrich Schleiermacher
(1768-1834) y Georg Friedrich Hegel (1770-1831). La influencia de
ellos unió otra vez el idealismo con la teología cristiana. Esto
se ve especialmente en el idealismo metafísico de Hegel y en los
personalismos de teólogos estadounidenses como Borden Parker
Bowne (1847-1910), Edgar Sheffield Brightman (1884-1953) y Albert
C. Knudson (1873-1953). Se ve asimismo en el idealismo absoluto
de William Ernest Hocking (1873-1966), de los Estados Unidos, y
en el panteísmo Asuperior@ de Andrew Seth Pringle-Pattison (1856-
1931), de Inglaterra.
Personalismo
El personalismo es una forma de idealismo, pero constituye
en sí una perspectiva distinta. En él se concibe la realidad
última como una sociedad de personas, entre las cuales Dios es la
persona suprema. Bowne contribuyó en gran manera a implementar
esta perspectiva en la teología filosófica de los Estados Unidos,
como lo hicieron también Brightman y Knudson; todos fueron
profesores de la universidad metodista de Boston. Muchos eruditos
wesleyanos de santidad recibieron sus títulos en filosofía
(Ph.D.) bajo la enseñanza de estos personalistas. Russell V.
DeLong, Ross Price, y hasta cierto punto S. S. White, fueron
influenciados por ellos.
Los eruditos wesleyanos de santidad frecuentemente
consideraron que el personalismo era una perspectiva útil por
varias razones. Corregía la tendencia del idealismo absoluto al
panteísmo, porque sostenía que Dios es personal y que, por tanto,
nos responde. Se acomodaba a la tendencia del wesleyanismo de
santidad a despreciar el mundo físico, incluyendo la naturaleza
de nuestro cuerpo Ctendencia que aprendimos de idealismos
anterioresC. Significativamente, hacía hincapié en la libertad
humana, y esto (excepto por su tendencia a negar el pecado
original) apoyaba al arminianismo de los eruditos wesleyanos de
santidad.
Dualismo
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 3 35
En el dualismo metafísico, además de Dios como realidad
última, hay un adversario de Dios Cno creado por El, pero que
tiene también existencia últimaC. El metodista Edwin Lewis
(1881-1959) decidió teologizar desde esta perspectiva, por lo
menos desde 1948, cuando publicó The Creator and the Adversary
(El Creador y el adversario). En su libro, Lewis afirma: ALa
benevolencia cósmica está en oposición a la malevolencia
cósmica@.3 El había sido monista y, por tanto, creía que el
adversario de Dios no es eterno. Más tarde, sin embargo, pensó
que el mal no tenía sentido a menos que su autor fuese un ser de
existencia eterna, a quien Dios no creó, sino que sencillamente
Aencontró@.4
Lewis se situó en la corriente evangélica clásica en la
mayoría de las doctrinas. Afirmó el nacimiento virginal y la
resurrección corporal de Jesucristo (que trataremos más
adelante), la conversión, e incluso una versión de la doctrina
wesleyana de la perfección cristiana.
Teología del proceso
La teología del proceso tiene raíces en la enseñanza de
Henri Bergson acerca del élan vital en movimiento ascendente, y
en la enseñanza de Alfred North Whitehead (1861-1947) acerca de
Dios como principio dinámico. El principal teólogo del proceso
fue Charles Hartshorne (nacido en 1897). El fue asistente de
Whitehead en Harvard por un tiempo, y admitió abiertamente que
sus ideas fueron influenciadas por él.5 Hartshorne rechazó la
idea de que Dios es un ser estático y absolutamente perfecto, y
desarrolló el punto de vista de que Dios está en cambio
ininterrumpido Cde hecho, que todo el universo está en cambio
constante.
El razonamiento del proceso se opone diametralmente al
materialismo. Ve el universo como algo vivo y en crecimiento. Nos
ha ayudado a comprender que Dios no es un ser estático,
inmutable, sino alguien que sufre y lucha. Hartshorne creía que
Dios no es absolutamente perfecto, sino que está en constante
crecimiento hacia esa perfección. Esta posición es inaceptable.
Al mismo tiempo, la posición cristiana de que Dios es personal,
que contesta las oraciones, que tiene luchas y que sufre con
nosotros, está en armonía con la idea de Hartshorne de un Dios no
estático.
Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955) presenta un concepto
de proceso diferente. Como Hartshorne, él recibió la influencia
de Bergson y de Whitehead. Teilhard, quien fue un católico devoto
toda su vida, aplicó la idea de la evolución biológica a una gama
de conceptos, incluyendo a Dios, quien existe en un proceso de
desarrollo.
Bergson no identificó como Dios el avance a la vida superior
en el universo, pero Whitehead lo hizo (aunque para éste, Dios
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 3 36
parece ser un principio más que una persona). Tanto Hartshorne
como Teilhard recalcaron el amor en Dios, pero ambos enseñaron
una forma básica de panteísmo. Aun así, ellos y otros filósofos y
teólogos que formularon la idea del proceso, nos ayudan a
abandonar la idea del Dios estático que los teólogos sistemáticos
han difundido tradicionalmente.
Intereses existenciales
Otra posible perspectiva para hacer teología es la
existencial. En ella, lo importante es lo que Rudolf Bultmann
(1884-1976) denominó nuestro Aacto de existir@. La teologización
se hace desde el punto de vista de nuestra situación existencial
como humanos. El interés está en el ser individual Cno en las
masas de humanidad que cubren el espacio de pared a paredC y en
la experiencia presente del ser individual.
Este interés se encuentra en muchas formas, aunque algunas
son inaceptables. Jean-Paul Sartre fue un existencialista ateo, y
Martin Heidegger (1889-1976) fue sólo cuasi teísta. Sin embargo,
los intereses existenciales de Martin Buber, Paul Tillich y
Rudolf Bultmann tienen aspectos útiles para la teología.
Anteriormente la teología existencial de Soren Kierkegaard fue
usada por la teología wesleyana de santidad, interesada en la
experiencia.
El realismo bíblico puede relacionarse con los intereses
existenciales en la experiencia, en la vida auténtica, en el
tratamiento de otras personas como Atú@, etc.
La perspectiva del realismo bíblico
Al hablar de realismo bíblico nos referimos a una
perspectiva apoyada por la Escritura, en la cual no negamos lo
físico como si fuera irreal; más bien, lo celebramos, por
constituir inclusive una residencia de la gracia. Este punto de
vista ve el mundo como creación de Dios, y lo afirma como el
ambiente en el que nos es dada la gracia divina.
La naturaleza como un lugar de gracia
Toda la creación, incluyendo nuestra naturaleza corporal,
debe ser celebrada. Puesto que la gracia reside en el mundo
natural, celebramos la encarnación de Cristo, las sanidades
físicas, los sacramentos, la esperanza de la resurrección del
cuerpo, y mucho más que está vinculado con la materia.
Quienes pertenecemos a Jesucristo hemos seguido por
demasiado tiempo las enseñanzas del pagano Platón. Por demasiado
tiempo hemos despreciado lo que se puede particularizar, lo que
nuestros sentidos pueden percibir, y hemos dado preferencia a
ideas etéreas que consideramos reales, eternas, inmutables, y el
prototipo del mundo ilusorio e irreal que podemos tocar. Estas
enseñanzas de lo etéreo frecuentemente nos fueron impartidas por
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 3 37
pastores que, a su vez, las aprendieron en escuelas wesleyanas de
santidad Cdonde a veces se podía tomar un curso completo sobre
Platón, sin oír ni leer cuestionamiento alguno sobre su
idealismo.
La influencia del platonismoha tenido consecuencias en
nuestro teologizar. Una de ellas es que hemos menospreciado la
naturaleza Cel mundo creado.
Es cierto que la naturaleza parece estar caída, como los
humanos lo estamos. Por tanto, a menudo parece rebelarse con toda
su fuerza. Su devastación y ruina son obvias. Muchas veces una
naturaleza tirana e insensible es inadecuada como revelación de
Dios. Es cierto que Alos cielos cuentan la gloria de Dios@ (Sal.
19:1) y que conocemos el poder invisible de Dios y su deidad por
medio de las cosas que El ha hecho (Ro. 1:19-20). Sin embargo,
Dios es persona, y las personas deben revelarse a nosotros para
que las conozcamos. A veces el esposo o la esposa parece estar
reservado o reservada, y no podemos adivinar el porqué. Sólo lo
sabemos cuando él o ella decide revelar cuál es el problema. Esto
se debe a que son personas.
Dios también es persona. Es aun tripersonal. Dios nos da a
conocer sólo ciertos aspectos acerca de El en el mundo natural.
Sin embargo, siendo nosotros pecadores, lo que más necesitamos
saber de El Cque es Dios de perdónC, no lo encontramos en la
naturaleza. En ella podemos ver que El es todopoderoso e
ingenioso, pero en ningún lugar del mundo creado podemos
descubrir que El perdona.
Además, la naturaleza ha sido contaminada por la tecnología
de nuestro tiempo, sumada a la obediencia excesiva al mandato
divino de multiplicar la especie humana.
No obstante, aunque reconocemos estos hechos, los cristianos
no debemos menospreciar la naturaleza. Después de todo, Dios
declaró que su creación era buena (Gn. 1:10, 12, 18, 21, 25, 31).
La naturaleza es hechura de Dios, como lo somos nosotros.
Nuestros cuerpos nos vinculan a ella. Con libertad soberana y
pródiga, Dios creó toda la esfera visible. Si le dijéramos a un
hebreo de la antigüedad que lo material es malo, quedaría
confundido por nuestras palabras insensatas.
Sin duda el cuerpo está incluido cuando las Escrituras
declaran que fuimos hechos a la imagen de Dios. Al respecto, en
el idioma hebreo hay dos palabras: selem, imagen, y demuth,
semejanza. El pasaje dice: AHagamos al hombre a nuestra imagen,
conforme a nuestra semejanza@ (Gn. 1:26). Tanto selem (imagen)
como demuth (semejanza) se usan también en Génesis 5:3, donde se
nos dice que Adán engendró a Set Aa su semejanza, conforme a su
imagen@. Selem originalmente quería decir algo cortado, es decir,
algo físico. Aunque a veces se usaba en referencia a algo más
irreal que un cuerpo Cpor ejemplo, la forma de un sueño (Sal.
73:20)C, Auna representación concreta está ligada a la palabra@.6
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 3 38
Según H. Wheeler Robinson, el término indica que los humanos
éramos, literalmente, una copia de Dios en nuestra forma física.
E. C. Rust concuerda en que Ael hombre fue creado en una forma
corporal con el patrón divino@.7 Por supuesto, esto no significa
que Dios tiene cuerpo. Algunos escritores sugieren que nuestros
cuerpos están hechos a la imagen de Dios porque caminamos
erguidos, con un porte de dignidad, y no como los animales. Se
puede decir que el cuerpo está hecho a la imagen de Dios por el
propósito que se le ha concedido, como un organismo total en
funcionamiento. Jacobo Arminio opinaba que nuestros cuerpos están
hechos a la imagen de Dios porque Asi el hombre no hubiera
pecado, su cuerpo nunca habría muerto, y porque es capaz de
especial incorruptibilidad y gloria@.8
Concuerda con esta afirmación el hecho de que nuestra carne,
nuestra basar, pueda reposar Aconfiadamente@ (Sal. 16:9) y
anhelar a Dios (63:1). Es cierto que Atoda carne es hierba@ (Is.
40:6) y que Ano habrá paz para ninguna carne@ (Jer. 12:12, Reina-
Valera 1960). La carne es débil, pero no es maligna.9
La indicación más obvia de que la naturaleza en general, y
el cuerpo en particular, no son malos, es que el AVerbo se hizo
carne y habitó entre nosotros@ (Jn. 1:14). En el cumplimiento de
los tiempos, cuando llegó nuestra hora más especial, Ael Deseado
de todas las naciones@ (Hag. 2:7) entró en la vida humana, con
cuerpo y con todas las características humanas. Y mientras tuvo
forma de hombre, El sanó toda clase de enfermedades y aun
resucitó a los muertos en algunas ocasiones.
Después que Cristo vuelva, la creación entera será renovada,
participando de la glorificación que nos espera (Ro. 8:18-21; 1
Co. 15:42ss.). La Escritura expresa poéticamente que la
naturaleza transformada se unirá a nosotros en adoración y
alabanza a Dios. En Apocalipsis 5:13 leemos: AA todo lo creado
que está en el cielo, sobre la tierra, debajo de la tierra y en
el mar, y a todas las cosas que hay en ellos, oí decir: >Al que
está sentado en el trono y al Cordero, sea la alabanza, la honra,
la gloria y el poder, por los siglos de los siglos=@.
Esto significa que la doctrina cristiana de la redención es
tan amplia como la de la creación. Significa que el mundo mismo
es de Cristo, es sacramental, y debemos verlo eucarísticamente.
Significa que en la esencia de las cosas hay una residencia de la
gracia.
Joseph Sittler decía que necesitamos percibir la residencia
de la gracia, no sólo en la naturaleza, sino también en la
naturaleza fabricada. Nuestro mundo se está volviendo cada vez
más urbano. Por esta razón, lo que el cristiano observa más
frecuentemente es la naturaleza fabricada: Caminos, edificios,
máquinas e instrumentos. Si aprendemos a ver la residencia de la
gracia sólo en la pradera, o en el sinuoso río por donde avanza
la trucha, quizá no pensemos a menudo en las cualidades
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 3 39
eucarísticas del mundo. )Por qué no aprendemos a ver la
residencia de la gracia en lo que las personas han hecho como
colaboradoras de Dios en la naturaleza? El ingenio de nuestros
compañeros, así como el ingenio de Dios, están presentes en la
naturaleza fabricada. A veces la construcción de puentes,
edificios y autopistas ha significado la pérdida de vidas
humanas, y siempre implica sudor y esfuerzo. Cuando usamos esas
estructuras, entramos en esa clase de costos. Usamos las
habilidades especiales de personas que nunca hemos conocido.
Quizá la naturaleza fabricada debiera ser celebrada aún con mayor
deleite que la naturaleza en sí. Ella es el escenario para la
glorificación de Dios.
Dios el Hijo entró en la vida humana. El no sólo pensó en
nosotros con compasión, sino que se unió a nosotros y recorrió
con nosotros el camino a la ignominia CApor nuestro triste caso@,
como dijo Atanasio en la antigüedad.
El tiempo es real e importante
Además de ver la naturaleza como un lugar de gracia, el
realismo bíblico considera que el tiempo es real e importante.
La Escritura no desestima el tiempo como lo hace el
idealismo. Esto se prueba, en parte, por las frecuentes
referencias bíblicas a diferentes períodos de tiempo: hemera,
día; hora, hora; cronos, tiempo; kairós, estación; aión, edad;
aiones, edades. La Escritura usa también otras palabras que están
estrechamente relacionadas con el tiempo y el paso del tiempo:
nun, ahora; arch, principios; telos, fin; pleroma, cumplimiento;
aparje, primicias; arrabon, señal.
La eternidad no es una abstracción en la Escritura. Cullmann
dice: ALa eternidad es la sucesión sin fin de las edades@.10 La
eternidad no es otra cosa sino tiempo sin fin: Todo el tiempo. No
comienza cuando finaliza el tiempo, como muchos suponen. En el
Nuevo Testamento la palabra griega para Aeternidad@ es el
sustantivo singular aión, Aedad@, o el plural aiones, Aedades@. De
acuerdo con el léxico de Thayer, aión significa Auna edad
ininterrumpida, perpetuidad de tiempo, eternidad@.11 De acuerdo
con el mismo léxico, la palabra afín aionios, Aeterno@, significa
Asin principio ni fin, lo que siempre ha sido y siempre será@.12
Se usa en relación al tiempo (cronois) en Romanos 16:25, y
también en referencia a Dios en el versículo 26.
Dios es Aquel Aque es y que era y que ha de venir@ (Ap.
1:4), es decir, no es independiente del tiempo; más bien está
ligado a todos los períodos de tiempo y, por tanto, lleno de
tiempo. Eles el Alfa y la Omega, la A y la Z, el Aprincipio y
fin@ (v. 8). Todas las cosas proceden de El, y de El reciben su
función salvífica. No sólo eso, sino que en el presente, El está
ligado a todas las cosas y a toda la gente, tanto por medio de la
creación como de la encarnación. El está unido a ellos íntima,
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 3 40
inextricable y ontológicamente. Está conectado a ellos en forma
sostenida a medida que pasan las edades, uno en el otro.
Reconocemos que tanto el tiempo como el espacio son
relativos, como enseñó Albert Einstein. El tiempo es relativo a
los diferentes organismos, como enseñó Henri Bergson; de modo que
es acelerado en el caso de un organismo efímero, y lento en el
caso de una tortuga que podría vivir 200 años. Aún así, el tiempo
es real. Es verdadero. No es simplemente ideológico, no está sólo
en la mente, sin una realidad externa ligada a él.
El tiempo es real, estemos de acuerdo o no con la idea de
que hay dos tipos de tiempo en la Escritura: Duración simple
(cronos) y período especial de oportunidad (kairós). J. A. T.
Robinson dice: AKairós es el tiempo en relación a la acción
personal, en referencia a fines que deben lograrse en él. Cronos
es el tiempo abstraído de tal relación; por decirlo así, es
tiempo que transcurre objetiva e impersonalmente, ya sea que algo
suceda o no@.13
Sin embargo, el profesor C. B. Caird señala14 que kairós y
cronos a veces se usan indistintamente en el Nuevo Testamento. El
detallado estudio de James Barr confirma esta conclusión.15
(Véase por ejemplo: Hch. 3:19, 21; 1 P. 1:5, 20; Jud. 18).
En todo caso, el tiempo es real, aunque a veces se hable de
él como un período de oportunidad especial. El padre que aconsejó
a su hijo que asistiera a los cultos de capilla en la universidad
Cdiciéndole que si trabajamos con una piedra de molino, todos
los momentos tienen el mismo valor, pero que al edificar nuestra
vida, los momentos inspirados son los que cuentanC, no quiso
decir que el tiempo no sea real cuando estamos en la capilla.
Como período de simple duración, el tiempo funciona igual en una
capilla vacía a medianoche, que cuando hay allí mil estudiantes
que acaparan las oportunidades con mentes anhelantes. Ningún
decano dirá que el tiempo deja de existir cuando el orador
continúa hablando después de la hora señalada para finalizar el
culto.
El pasado, el presente y el futuro son importantes. No
podemos prescindir de ninguno como lo hace el platonista. Este
tiene un punto de vista cíclico de la historia, y afirma que el
tiempo no es real para Dios; por tanto, la encarnación no
ocasionó ningún cambio en la vida de Dios. Antes que nos visitara
el unigénito Hijo de Dios, el tiempo estaba en el período del
Atodavía no@. Hubo una época cuando los reyes, los plebeyos, las
clases y las masas esperaban el día en que Dios haría una obra
nueva y maravillosa por nosotros, humanos impuros e insensatos.
De ello leemos en el período anterior a lo que a J. Barton Payne
le gustaba llamar el Testamento Más Antiguo. Durante los períodos
de altibajos del antiguo Israel, cuando creía y cuando murmuraba,
cuando estaba confundido y cuando vagaba errante, algunas
personas selectas, con corazones firmes, entraban en las cámaras
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 3 41
de consejo privado de Yahvé, y salían para anunciar lo que Dios
haría en favor de toda la gente por medio de Israel.
Cuando Cristo vino, en cierto año del reinado de Augusto
César, comenzaron a ocurrir cosas nuevas y maravillosas que nunca
antes habían sucedido. El epítome del profeta estaba aquí. El
epítome del sacerdote estaba aquí. El Rey de reyes caminaba entre
nosotros. Y El permitió que la gente lo colgara en una cruz,
después de lo cual, Dios lo resucitó de los muertos.
Quizá algunas personas hayan recalcado demasiado el pasado.
Podríamos llamarlas historicistas. Ellas descubren lo que han
dicho personas notables del pasado, y consideran que eso es
suficiente. Toman prestada la religión de sus antepasados y la
reciben de segunda mano, sin encontrarse ellas mismas con Dios en
una relación de Tú-Yo.
Los existencialistas como Sartre y Albert Camus hicieron
demasiado énfasis en el presente. La sabiduría (sofía) acumulada
de la iglesia es arrojada a los vientos para dar preferencia a lo
que se acomoda a la gente, o a lo que satisface sus necesidades
presentes. Aun la ética de situación de Joseph Fletcher Cen la
que él sugiere que la persona debe decidir qué hacer cuando surja
una situación que demande decisiónC se inclina en esta
dirección. Fletcher dice: AEn todo 'momento existencial' o
situación 'única'... debemos depender de la situación misma, allí
y entonces, para que provea la decisión ética@.16
Algunos teólogos de la esperanza tienden a menospreciar
tanto el pasado como el presente, y ponen demasiada atención en
el futuro. No obstante, tal vez no parezca que lo estén haciendo.
Por ejemplo, Jurgen Moltmann y Wolfhart Pannenberg dan mucha
importancia a la resurrección histórica de Cristo. Sin embargo,
Carl Braaten y Pannenberg parecen decir que Dios, desde una
posición lejana en el futuro, arrastra a la historia hacia un
porvenir lleno de esperanza. Pannenberg, por ejemplo, da a
entender esa posición cuando usa Ael Padre@ y Ael Reino venidero
de Dios@ como sinónimos, y cuando dice: ASólo así el Reino
venidero de Dios CDios mismoC estuvo presente en él [Jesús]@.17
John Cobb parece afirmar lo mismo. Con tal declaración, ninguno
de ellos se diferencia mucho de Thomas Altizer, quien estuvo
dispuesto a decir que Dios está muerto Caunque sólo Cobb expresa
especial afinidad con la posición de Altizer;18 Braaten y
Pannenberg no lo declaranC. En todo caso, la existencia de Dios
es cuestionable, ya sea que afirmen que El está muerto o que no
existe ahora.
En la Biblia, por cierto, el tiempo es real en todas sus
formas. El pasado, el presente y el futuro tienen lugares
distintivos. Una teología realista y bíblica no hará hincapié en
uno de ellos y menospreciará los otros; tomará en cuenta todos.
La historia es real e importante
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 3 42
El tiempo es más amplio que la historia, si se considera la
historia como el registro que los humanos hemos escrito, es
decir, como el pasado que recordamos. Aún así, el tiempo y la
historia están estrechamente relacionados. Y así como el tiempo
marca una diferencia con su paso, también lo hace la historia.
Los griegos creían que la historia es cíclica, es decir, que
no avanzamos con el paso de los eventos. Algunos gnósticos
adoptaron un punto de vista similar; esto se ve, por ejemplo, en
el Evangelio de Felipe, en el idioma copto.
Entre todos los pueblos de la antigüedad, sólo los hebreos
escribieron historias detalladas y no mitológicas de lo que
ocurría. Escribieron historias desde antes del tiempo de Josafat
y de otros secretarios de reyes. Es probable que las escribieran
aun antes del tiempo de Moisés. Muchos eruditos creen que los
léxicos hebreos que traducen cierta palabra como Ageneraciones@ o
Adescendientes@, deberían haberla traducido Ahistorias@. Si es
así, Aeste es el libro de los descendientes de Adán@ debería
decir, Ade las historias de Adán@ (Gn. 5:1). Lo mismo ocurriría
con las Ahistorias de Noé@ (6:9) y las Ahistorias de los hijos de
Noé@ (10:1). La Nueva Versión Internacional en inglés la traduce
como the written account (el relato escrito, 5:1) y the account
(el relato, 6:9; 10:1).
Las numerosas genealogías en la Biblia también apoyan la
importancia de la historia. Ellas no son exactas en el sentido
moderno, puesto que pasan por alto muchas generaciones. El idioma
hebreo no tenía un término para Anieto@; sencillamente se le
llamaba Ahijo@, en especial si el verdadero hijo no fue un
personaje que había sobresalido.
Asimismo, en el Antiguo Testamento se da mucha atención a la
cronología. James Barr dice:
El Antiguo Testamento contiene un sistema cronológico
completo y cuidadosamente preparado, por el cual gran número
delos eventos importantes (y muchos detalles de menor
significación) pueden fecharse de acuerdo a la relación de
unos con otros y, en particular, pueden fecharse a partir
del punto de referencia absoluto de la creación del mundo...
Cifras tales como los 430 años de la permanencia en Egipto
(Ex. 12:40), o los 480 años desde el éxodo hasta el inicio
de la construcción del templo de Salomón, son puntos
cardinales en el esquema.19
Cuando Emil Brunner (1896-1966) y Rudolf Bultmann dicen que
la encarnación tuvo lugar sin el nacimiento virginal, y cuando
Brunner y otros dicen que Cristo resucitó, pero no corporalmente,
adoptan una posición idealista y platónica que menosprecia la
historia.
Los significados o valores especiales y los hechos reales no
están divorciados en la vida común. Una persona no ama
inesperadamente a su novio o novia, o a su cónyuge, sin relación
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 3 43
alguna con los momentos en que se sonrieron, se tomaron de las
manos y se comunicaron en numerosas formas reales. Así como el
amor nace y comienza a crecer en base a hechos, lo mismo sucede
con la fe cristiana. Está arraigada en el terreno de la historia,
como afirma John S. Whale.20
Bultmann despreció muchos elementos de la historia del Nuevo
Testamento;21 por ejemplo, las intervenciones de Dios y de los
ángeles desde Alo alto@, y las de Satanás y los demonios desde
Aabajo@. A esas intervenciones las llamó mitos del primer siglo,
y afirmó que podríamos prescindir de ellos y tener aún el núcleo
de la verdad del kerygma que ofrece el cristianismo. Sin embargo,
algunos de sus estudiantes Centre ellos, Kasemann y PannenbergC
hicieron lo correcto al separarse de su mentor en este tema.
Ellos consideraron que la historia es significativa para la fe
cristiana.
No debemos menospreciar la historia. Más bien, debemos
considerarla el terreno en el que la fe cristiana echó raíces, y
en el cual ha crecido hasta el presente.
Resultados de la perspectiva realista
Debemos, entonces, hacer teología desde una perspectiva
realista en vez de idealista. La naturaleza, aun la fabricada, es
un lugar de gracia; y tanto el tiempo como la historia son reales
e importantes. Consideremos ahora varios temas que podríamos
llamar los resultados de la perspectiva realista.
1. Esta perspectiva elimina el concepto de la iglesia
invisible, en favor de una iglesia que podemos ver, como vemos la
luz en una noche oscura.
Hans Kung afirma: ALa adherencia voluntaria externa a la
iglesia, y la verdadera membresía interna, no son sinónimos
necesariamente@.22 No todos los miembros de la iglesia son
auténticos discípulos de Cristo. Tanto la cizaña como el trigo
crecen juntos en la iglesia, y la diferencia entre ellos no es
del todo visible. Sin embargo, eso no es excusa para abrazar el
idealismo platónico y declarar que la iglesia verdadera es
invisible. Aunque Hans Kung no está dispuesto a eliminar el
término Aiglesia invisible@,23 él deplora usarlo como lo hace el
idealista, para menospreciar los aspectos visibles de la iglesia.
El dice:
La iglesia verdadera, formada por personas verdaderas,
no puede ser invisible. Aquí no hay lugar para fantasías...
acerca de la idea platónica. El punto de partida del
cristiano... es una iglesia verdadera. La iglesia en la que
él cree, es visible, como compañerismo humano y por medio de
sus actos... Al ser visible, la iglesia es fiel a su
naturaleza esencial, no falsa. Sólo una iglesia visible
puede ser hogar para los seres humanos, un lugar donde
pueden participar, ayudar y edificar.24
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 3 44
En 20 ocasiones el Nuevo Testamento se refiere a la iglesia
como el Cuerpo de Cristo. Es decir, es la clase de encarnación
que Jesucristo tiene ahora en el mundo, Auna extensión de la
encarnación@25 que duró 33 años. Es un organismo, como lo es el
cuerpo, no simplemente una organización. Son los creyentes de
carne y sangre los que forman el Cuerpo de Cristo, y los
creyentes vibrantes, que dan testimonio, de ninguna manera son
invisibles. Ellos son luces que iluminan este mundo en oscuridad.
Son velas colocadas en candelabros, de manera que todos puedan
verlos con claridad.
Por lo general se argumenta filosóficamente en favor de la
iglesia invisible, pero algunas personas dicen que la palabra
singular Aiglesia@, en la Escritura, a veces podría referirse a
la iglesia invisible. Por tanto, la Aiglesia@ en la provincia de
Galacia Cdonde había iglesias locales en Antioquía, Iconio y
ListraC es una referencia a la iglesia invisible. Sin embargo,
el uso singular de Aiglesia@ se refiere a todas las iglesias
locales, es decir, a todos los cristianos. Hans Kung dice: ANo
hay dos iglesias, una visible y otra invisible. Tampoco debemos
pensar, como el dualismo y el espiritualismo platónico, que la
iglesia visible (terrenal y material) es el reflejo de la parte
real de la iglesia (espiritual y celestial). Tampoco la parte
invisible de la iglesia es su naturaleza esencial, y la parte
visible, la forma externa de la iglesia@.26
La palabra Aiglesia@ se usa 115 veces en el Nuevo
Testamento, y con la excepción de tres casos, se refiere
sencillamente a cristianos con fe, amor y esperanza.27 William
Robinson dice: ALa iglesia es esa realidad concreta por la cual
Cristo se manifiesta al mundo, y mediante la cual El actúa en la
historia@.28 El tema principal de George Laird Hunt, en
Rediscovering the Church (Redescubriendo la iglesia), es que la
iglesia es una comunidad Cuna comunidad amadaC, y esto también
es básicamente correcto.29
En la Biblia frecuentemente se describe a la iglesia en
formas que sugieren su realidad visible. Es la esposa de Cristo
(Ap. 21:2, 9). Es una colonia del cielo (véase Flp. 3:20; Ef.
2:6; Col. 3:1), dando a entender que su relación con el cielo es
semejante a la de las colonias romanas con Roma: Eran similares a
ella, pero estaban distantes geográficamente. Es el Israel de
Dios (Gl. 6:16) y el pueblo de Dios (1 P. 2:9). Es el remanente
justo del que habló Isaías (Ro. 9:27). Es el pueblo del nuevo
pacto del que habló Jeremías (2 Co. 3:5ss.). Son los santos del
Altísimo a quienes se refirió Daniel (1 Co. 1:2).
Como su Señor, la iglesia es tanto humana como divina; tanto
invencible como vencedora (Mt. 16:18). Es triunfante, porque
muchos cristianos han muerto en la fe; y es militante, porque
marcha con poder a donde está la gente pecadora y le proclama a
Cristo. Ciertamente la iglesia es todo esto, pero no es
Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 3 45
invisible, ni en la Escritura ni en nuestro tiempo.
En la Escritura la iglesia se caracteriza por su unidad. Los
hermanos de Judea se interesaban en lo que acontecía en las
iglesias de Antioquía, Galacia, Corinto y Roma. Los cristianos de
ciudades remotas llevaban ayuda para los hermanos de Jerusalén.
En esta ciudad hubo un concilio para tratar asuntos que causaban
disputas. Pablo nos dice que había un árbol de olivo Cel
verdadero Israel de DiosC, y el olivo silvestre Clos gentilesC
fue injertado en él Acontra naturaleza@ (Ro. 11:17, 24). Leemos
que a judíos y a gentiles, Dios nos hizo uno (véase Ef. 2:11, 17-
22). Además, Jesús oró para que sus seguidores Asean uno@, como
El y el Padre son uno (Jn. 17:11, 22). Hay Aun solo Señor, una
sola fe, un solo bautismo@ (Ef. 4:4ss.). A esa única iglesia, el
Señor añade cada día los que han de ser salvos (Hch. 2:46-47). Y,
de acuerdo con 1 Corintios 12, hay unidad en la iglesia como
organismo. Ninguna de estas descripciones indica invisibilidad.
Tampoco se indica invisibilidad al decir que la iglesia del
Nuevo Testamento era una koinonía, una comunión en la que los
hermanos a menudo compartían sus fondos financieros (Ro. 15:26).
Pablo dice también que participaban en el Aservicio para los
santos@ (2 Co. 8:4), refiriéndose a una ofrenda de amor que los
cristianos de Macedonia enviaron a los de Jerusalén.30
Koinonía también se refiere a la comunión en un modo más
espiritual, como cuando leemos de Ala comunión

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