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Doctrina Homeopática e Medicina Moderna

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P I V U L G A C I O N CIENTIF ICA 
LA DOCTRINA MED1CA 
HOMEOPATICA 
Y SUS RELACIONES CON LA 
M E D i C I N A M O D E R N A 
C O N F E R E N C t A DEL DOCTOR 
C A R L O S G O M E Z U G A R T E 
E F E C T U A D A EN E L S A L O N 
DE H O N O R DE LA UNIVER-
S I D A D CATOL ICA DE CHILE, 
EL DIA 14 DE D I C I E M B R E 
: DE 1944 " 
F O L L E T O EDiTADO POR LA 
A S O C I A C I O N H O M E O P A T A D E C H I L E 
F U N D A D A EL 8 DE MAYO DE 1943 
S A N T I A G O DE CHILE 
D 1 V U L G A C I O N C I E N T I F 1 C A 
LA D O C T R I N A M E D I C A 
HOMEOPATiCA 
Y SUS RELACIONES C O N LA 
M E D I C I N A M O D E R N A 
C O N F E R E N C I A D E L D O C T O R 
C A R L O S G O M E Z U G A R T E 
E F E C T U A D A E N E L S A L O N 
D E H O N O R D E L A U N I V E R -
S i D A D C A T O L I C A D E C H I L E , 
E L D I A 14 D E D I C I E M B R E 
D E 1 9 4 4 — 
F O L L E T O E D I T A D O POR L A 
A S O C I A C I O N H O M E O P A T A DE C H I L E 
F U N D A D A E L 8 D E M A Y O D E 1 9 4 3 
S A N T I A G O D E C H I L E 
A LA MEMORIA DE MI PADRE, Dr. D. VICTOR GOMEZ 
MARTINEZ, CON TODO CARlNlO Y GRATITUD. 
CARLOS. 
Breve exposition de la Doctrina 
Homeopatica 
A este sitial de lionor en que me hen preeedido tantos 
oradores ilustres he llegado sin merito 'alguno y unicamen-
te gracias a la benevelencia, al espiritu de alta compren-
.sion del ilustre y sabio sacerdote que lia .sabido dirigir en 
forma magistral los destines de esta magmfica Universi-
dad Catoliea, honra para Chile y para la America Lat ina . 
Yengo vo, senores, eomo modestisimo obrero de las cien-
cias medieas a daros a conocer en unas euantas pincela-
das mal dadas y que 110 tienen otro merito qne ser el refle-
jo fiel de mis convicciones profundas y sineeras, los fun-
damentos de la Doctrina Homeopatica. Doctrina, senores, 
mal comprendida, peer juzgada, tanto por medicos como 
por profamos, siendo para nnos el producto de la fantasia 
de una* mente, para otros nna simple charlataneria, pero 
para los que nos hemos preocupado de estudiarla, de com-
prenderla, antes de juzgarla, nil manantial precioso y 
de inagotables reenrsos para ir en avnda del hermano que 
snf're, del hermano que se debate ante el tragico problema 
de la muerte. Y 110 creais, senores, que la Medieina Ho-
meopatica ha venido a desplazar sistemas; a lo sumo a 
fi jar sus posiciones y a reclamar el puesto de honor que 
le debiera corres;pon(ler en el conso>rcio de las ciencias me-
dicas. 
Muclias de las ramas de la terapeutica moderna han 
establecido puntos de contacto, de relacion tan intirna en 
sus doctrinas, que casi puedo decir que se confunden, y 
estoy segui'c- que llegara el dia en que los hombres de 
ciencia rindiendo un homenaje a la justicia, otorgaran al 
doctor SAMUEL HAHNEMANN el titulo que legitima-
mente le corresponde: Precursor de la medieina moderna. 
Comenzare, senores, liaciemlo una exposicion del plan que 
seguire a trav-es de este t rabajo. Estudiaremos primero las 
relaciones que guarda el principio cle \u similitud eon la 
medieina de otros tiempos; sus relaciones eon la mediei-
na moderna; los eonceptos que al maestro le merecieron 
los problemas de la 'v ida y, por ultimo. el lugar que, logi-
eamente, debe co.rresponderle en el con junto de los pro-
cedimientos terapenticos que pone lioy dia en uso la 
eiencia medica. 
El principio de la similitud, podemos decir, es tan an-
tiguo como' la medieina misma. Es HIPOCRATES, justa-
mente llamado Padre de la Medieina, quien proelamara 
eomo principio y dejara establecido toda la- importance a 
y respet.o que los medicos deberian tener por las reaccio-
nes naturales, propias de cada organizacion. Al hablar 
sobre la "natura medicatrix", dice: la naturaleza es el 
primer medico y es favoreciendo sus. esfuerzos como 110s-
otros podemos alcanzar algun exito. Dice tambien; " P o r 
el similar la enfermedacl se desarrolla y por el empleo del 
similar la enfermedad es curada" ; " lo que produce la es-
t ranguria que no es, ]o suprime la estranguria que es: 
la tos como la estranguria es causada y suprimida por las 
mismas ccsas" . Tenemos, entonces, que este medico famo-
so de la liistoria de la medieina, es el primero que proela-
ma en forma mtida la ley de los semejantes. 
Demos una rapida mirada a la gran f igura medica 
del siglo X V I : PARAjCELSO. Combafe en forma energi-
ca el principio de los "Contraria Contrariis eurantur" , 
enuneiado por GAiLENO en los principios de la Era Cris-
tiana, y dice que la tarea del medico- es llevar al estado 
normal el funcionamiento de los organos que se ban des-
viado de su funcionamiento normal, desviacion de la cual 
resultaria la enfermedatl y esto se obtendri a por el em-
pleo de medicamentos que se encuentran en eorrelacion 
proxima -con el organo enfermo. Al referirse a las defen-
sas normales del organismo dice, que este posee una ver-
dadera industria para curarse por si mismo y es por esto 
que para el, el medico es solo el ministro y el de-fensor 
de la Natura. 
Senores, y este enunciado es tan cierto, es tan eviden-
te, que si no viviera dentro de nosotros este medico indus-
trioso de que nos habla este genio medico del siglo XV'I, 
ante el primer ataque morbido que sufriera nuestro orga-
nismo pereceriamos, ya que careciencTo de defensa no ten-
driamos quien acudiera en nuestro auxilio para desalojar 
al enemigo. Es por eso, senores, que los medicos al acer-
carncs a la cabecei'a del enfermo deberiamos hacerlo lle-
nos de un santo respeto hacia esa multitud de reaeciones 
maravillosas y misteriosas que nuestras potencias biolo-
gicas ponen en movimiento, ponen en luchas contra los 
agentes que atacan la integridad de nuestro ser. Ir en 
ayuda de estas defensas, sin nunca trabarlas en su accion, 
y procurando no sobreestimularlas en sus respuestas, es lo 
que se propone la Medicina Homeopatica. 
PARAJCIEIJSO, agrega: "El medico debe tener el cono-
cimiento del Anatomio del enfermo". ^y en que consiste 
este anatomio de Paracelsc? Seria para el, el acuerdo o 
siinilitud que debe existir entre el hombre y las cosas ex-
terna,s de la naturaleza, para que de esta similitud naz-
ca una situacion de avenimiento, de entreayuda y esto, 
referido al enfermo seria la relacion de. similitud que ten-
dria que liaber entre este y el agente de curacion. 
Vemos, pues, expresada uuevamente a traves de . la 
liistoria de la medicina v por la f igura medica mas desco-
llante del siglo X V I la Ley de la similitud, es decir, se-
mejanza en su accion entre el agente morbido y el agen-
1e de curacion. 
:Pero la vision de este hombre genial a traves de es-
te pr iwipio terapeutico fue mas alia de la similitud v ba-
ld a en forma clara, en forma precisa sobre la necesidad 
de individualizar al enfermo ante el agente de curacion, y 
esto lo expresa cuando dice: debemos prescribir el medi-
eamento en correspondencia lo mas exacta con el estado 
de nuestro enfermo, para que de aqui nazca ese anatomio, 
a que hemos lieclio re fe renda . No prescribir a manera de 
charlatanes largas ordenaciones de remedios a traves de 
los cuales 110 puede aparecer ninguna correspondencia se-
ria entre droga y enfermo. 
No se detiene a qui tampoeo, y con la intiiicion del 
sabio entreve que la materia es tin deposito maravilloso 
de .energia 'que esta entrega a medida que la vamos diso-
ciado. es deeir, que la vamos disgregando, ac-ercandola 
a lo imponderable v asi, al referirse .a las dosis en que usa 
sus medieamentos liabla de karenas, que el define como 
la 2-t ava parte de una gota luim'iscula. 
Al dejar Paracelso establecidos estos tres principios: 
Relacion de similitud entre agente curador y enfermo; 
determination ]o mas exac-to pcsible de las modalidades 
(jue presente este ante el ata.que morboso, o diclio en otras 
palabras, individualization del sujetO' y do.sis pequena en 
el medicamento a emplear. podemos eon toda justicia, 
con toda razon proclamarlo como el verdadero precursor 
de la Medieina Homeopatica, ya que en sus conelusionesestan resumidos los tres pilares fundanientales de la Doc-
trina Homeopatica : Similitud, individualization del enfer-
mo, dosis pequena e infinitesimales. 
Muchos otros preeursores de esta doctrina pudiera-
inos comentar, pero .no quiero fa t igar demasiado vnestra 
atencion y solo me limitare a daros los nombres de los 
mas in te resantes .de ellos: S T A H I J . c-i'eador del animis-
mo; P»ARTHEZ, nno de los p r i n c i p a l s representantes de 
la eseuela vitalista de Montpellieraiii ; .JlOHN HUNTER 
verdadero creador de la patologia experimental, y mu-
chos otros, nos demuestran como la ley' fundamental y 
basica de la terapeutica homec'patica, la ley de la simili-
tud. ha sido un motivo de inquietud cientifica en el cam-
po de los estudios medicos desde las epocas mas. antignas 
de la medieina. 
X.i,.,nos referimos ahora a log. conocimientos de la 
medieina moderna, podemos en forma clara y positiva dar-
nos cuenta de la trabazon enorme qne encoutramos entre 
los principios que infornia la terapeutica homeop;itica, 
con aquellos que presiden ramas iiiteresantisimas de la te-
rapia moderna. Demos una rapida mirada al capitulo de 
las Alergias y su tratamiento. De una manera general po-
demos deeir que Alergia es una verdadera liiperestesia o 
exceso de sensibilidad de nn snjeto f ren te a ciertos agen-
tes capaces de deterniinar en ellos crisis morbosas de in-
tensidad y ealidad difereiites. jPero estos sujetos para 
que puedan dejarse influenciar necesitan presentar un es-
tado previo, que lo pudieramos llamar diatesis de predis-
posicion, que hace que sns persoualidades psico-fisicas a 
traves de su sistema nervioso vegetative' se coloque en un 
estado de hiper-excitabilidad reaccional ante tal o cu.al 
agente y al que responderan eon manifestaciones difereii-
tes: urticaria, asma, crisis reumatica, eczema, corizas es-
])asmodica, etc. jA que tiende la niedicina actual en el 
tratamiento de estos su.jetos? En general, y mirado desde 
el punto de vista que esta actitud guarda relacion con la 
Homeopatia, puedo decir que tiende en forma mny espe-
cial a buscar el aiergeno, es decir, la substaiicia que es 
capaz de determinar en ese su.jeto en una dosis, y permi-
tidme que use esta expresion, ambiental dada, la respues-
ta que desencadenaudo en el una serie cle perturbacio-
nes de mayor o menor intensiclad, de esta o ,a-quella loca-
lizacion, liara percler al organismo el ritrno de salucl, trans-
formando al sujeto en nil verdadero enfermo. No siem-
pre resulta facil la tarea de encontrar o diagnosticar el 
aiergeno, recordando esto v daudole una semblanza de 
similitud a la dificultacl con que tropezamos los medicos 
que empleaiuos la terapia bomeopatica al t ra ta r de buscar 
O' 'liacer el diagnostico de la droga que necesita nuestro 
enfermo. 
Pero demos por establecido que el aiergeno, es decir, 
el agente de enfermedad del sujeto en cuestion ha sido es-
tablecido v que este por la abundancia ambiental en que 
se encuentra no puede ser evitado. [, Como va a proceder 
el medico moderno? Y aqui viene el liecho que parece pa-
radoxal : reenrriremos en lo posible al mismo aiergeno que 
lia desencadenado los fenomenos que nos proponemos cu-
rar, es decir, seiiores, hablando en buen romance, usa-
mos como ag'ente de curaeion la misma substantia que 
ha ido a provocar la enfermedad que nos proponemos cu-
ra r . Yemos, pues, que a traves cle esta rama de la tera-
peutica tan en boga hoy dia, la medicina moderna ha sa-
lido a enc-ontrarse, a darse la mano con la ley de los se-
mejantes. Pero, jque precaucion debemos tomar para rea-
lizar el tratamiento ? Usaremos dosis muy rpequenas, pero 
suficient.es para romper la seusibilidad que el paciente 
presente ante el alergeno determinaiite de sus crisis; se 
aconseja, generalmente comenzar por diluciones al 1 : 10 
millones, y segran la tolerancia que el sujeto vaya pre-
sentando iremos gradualmente aumentando esta. Si en el 
curso de mi tratamiento observamos que el enfermo nos 
ipresenta algu-na reaccion local o general, detendjremos 
nuestro tratamiento bas t a que esta reaccion baya pasa-
do, y no subiremos la dosis — y mas bien tenderemos a 
disminuirla — liasta observar que el enfermo se ha he-
cbo insensible a esta nueva escala. En resumen, busca-
remcs la dosis optima para cada enfermo y nunca usa-
remos una nueva dosis liasta que no se suprima la reae-
cion motivada por la dosis anterior, procurando en lo po-
sible que se presente en los enfernios solamente log efec-
tos benefieiosos del tratamiento-. 'Sera interesante grabar 
por mi momento en nuestra mente estos consejoS, que los 
maestros de la alergia han preconizado para el mejor exi-
to de sus tratamientos, para que los comparemos a los 
consejos que el creador de la Homeopatia dio en los al-
bores del siglo pasado con respecto a la manera de usar 
la prescription bomeopatica y que com.entaremcs en un 
nioniento mas. Es interesante copiar lo que a este respec-
to dice Leenwen. "Al comienzo, coil dosis debiles no apa-
rece ningun fenoineiio reaccional; al llegar a ciertas do-
sis, las reacciones se liacen muy patentes: pero mucbas 
veces se llega a una dosis que francamente empeora al 
enfermo; parece como si aqui se diera el mismo fenome-
ho de AiiXDT 'SlCHjUlDZ j e la inversion de efectos en 
las drogas, es dec-ir de lo que se llama lioy dia la action 
bivalente de estas. Un ejemplo sobre este fenomeno liara 
llegar en forma mas liitida Lasta ustedes este lieclio ex-
perimental. Todos coiioceis la adrenalina, muclic-s de los 
aqui presentes la habran usado para combatir un estado 
caracterizado por una baja de la presion arterial, sin em-
bargo, esta misma adrenalina dada en dosis minimas La-
ce ba jar Una presion alta y estas acciones bivalentes verdade-
ramente paradogicas lian sido comprobadas por los expe-
rimentadores para much as etras substantias. Pues bien, 
seriores, liace mas de mi siglo el Dr. Hahnemann, fimda-
dor de la medicina Homeopatica, despues de un la'borio-
so t rabajo de experimentation y de observation clinica, 
1anto en el snjeto sano como en el individuo enfermo, se 
adelautaba a estaw couclusiones de la fisiologia experi-
mental de boy dia cuando expresa en Su obra maestra " E l 
Organon", el siguiente concepto qne extraigo del par rafo 
25: "mas el unico oraeulo infalible del arte de cnrar. la 
experiencia pura, nos ensena en todos los eilsayos lieelios 
eon c-nidadO', qne en efecto el medicamento que obrando 
sobre ^ombres sanos ha podido producir sintomas los mas 
seinejairtes a los de la enfermedad qne 110s proponemos 
t ra ta r (primera action diria yo de la bivalencia), posee 
lambien realmente, cuando le se emplea a dosis suficien-
temente atenuada, la faeultad de destruir la universaliclad 
de los sintomas del easo morboso, es decir la enfermedad 
preseute toda entera (segunda action de la bivalencia); 
ello nos demuestra que todos los medicamentos curan las 
enfermedades enyos sintomas se asemejan todo lo posi-
ble a los snyos". Si resinnimos este eoncepto del maestro, 
diremos que el establecio la correspondencia que debe ha-
ber entre los sintomas del liombre enfermo y los sinto-
mas despertados por la droga en el sujeto sano: ley de 
la similitud, y segundo, que el mismo medicamento que 
es capaz de despertar en el sujeto sano uii conjunto de 
sintomas dados es, a la vez, eapaz de suprimir estos mis-
1110s sintomas en el sujeto enfermo, bajc la condition de 
darlo en una dosis sufieientemente atenuada: ley de la 
bivalencia. Es decir, senores, este visionario de la medi-
cina sin laboratorio experimental, sin mas niedios mate-
r i a l s para realizar su t rabajo enorme, que los liom'bres 
de buena voluntad que se prestaron para la experimen-
tat ion de los medicamentos. que sus enfermos, Su talento 
sobrebumano, su espiritu finisimo de observation, la sa-
biduria de Su juicio critico, Su capacidad infatigable de 
trabajo, liic-ieron descubrir rumbos, t razar surcos indele-
bles que los maestros de la medicina de hoy 'ban venidc aseilalar como el f r u t o cle sus t r aba jos laboriosos. Bs asi 
como yo eutieiido esta resistencia que la medicina oficial 
siente liacia la doctr ina homeopatica. No es la ley de la 
similitud, no es el concepto de individualizacion del en-
ferraio, no es el infinitesimal, ya que todos estos postula-
dos hain entrado de lleno a sentar plaza en las ensenanzas 
y practicas de la medicina de hoy. Es el vocablo HOMEO-
PA'TIA, el que en mi concepto despierta esta verdadera 
fobia que el medico tradicional siente hacia esta doctri-
na, fobia que se t ransmite en fo rma hereditar ia , de ge-
nera t ion en -generaeion medica. Yo senalo como causa de 
esta situacion, que la l lamare psicologica, al momento en 
que .aparecio esta doctrina. Tmaginaos hace mas de mi si-
glo cuando los medics antiflogisticos, los drasticos y la 
sangria abundante eran dogmas de fe dentro del campo 
de la medicina, escuc'har la vqz de un liombre, como fue 
la del Dr. Hahnemann, que en forma Serena y convenci-
da se alzo vibrante y senalo los peligros de estos proce-
dimientos -que el estimo como- agotante, como debilitan-
te cle nuest ras defensas vitales. No t a r d a r a la medicina 
en darle, a t raves de la evolucion que ha ido sufr iendo, 
pero eso si, en fo rma silenciosa, la razon que le asistia 
a este hombre maravilloso, a este visionario de la medici-
na moderna. Cien anos despues de esta epoca, la medici-
na lie- solo ha relegado el iiso de la sangria senalandole 
indicaciones precisas y reducidas, sino que va en auxilio 
cle sus enfermos inyectandole este te j ido liquido, pleno 
cle vida como es la. sangre, pa ra entonar sus defensas y 
me jo ra r sus apt i tudes en la lueha contra la enfermedacl. 
Pero, senores, en aquella epoca este grito de alerta que 
saliera del corazon, al t raves <ie las convicciones sinceras 
y p ro fundas cle este hombre, f u e un verdadero crimen 
que le merecio toda clase de menosprecio, de u l t ra jes y 
cle persecuciones. E n opcsicion a estos metodos, el ofrece 
a la medicina una ley te rapeut ica : la similitud; a las do-
sis masivas en que, se daban los farmacos, el opone las 
dosis pequenas, y la muy pequeiia: el infinitesimal. No 
era posible seguir escuchando en fo rma seria a este loco, 
a este char la tan que proponia metodos t an absurdos y 
risibles, que hablaba cle fuerzas dinamicas como auima-
dcras del proceso de la vida, que hablaba de fuerzas di-
namicas inagotables eneerradas en la trabazon de la ma-
teria, eapaces de restituir la vida del sujeto al estado de 
salad cuando por motives de uii rompimiento en la .armo-
nia que debe regir los procesos de la vida esta entraba 
al campo de.. lo patologico. Para liberar estas fuerzas di-
namicas que encierra la materia, el procedia disgreganda 
esta por diluciones sucesivas. Concepcion — para su epo-
ca — atreyidisima e incomprensible, pero que hoy dia 
la fisica moderiia comprueba hasta la saciedad y la evi-
dencia, y asi dice: el atomo es susceptible de una diso-
ciacion capaz de liacerlo pei'der todas sus cualidacles ma-
teriales.' La materia es uii colosal deposito- de energia, 
que puede gastar sin recibir nada del exterior. La mate-
ria representa una forma estable de la energia intra-ato-
inica. La materia al disociarse, resulta imponderable para 
la balanza del quimico, atraviesa los obstaculos sin difi-
cultad y posee una serie de propiedades. 
"LE BON. el descubridor de la radioactividad de la 
materia, se p regunta : "^Como una comprobacion tan 
sencilla como la cle la existencia de la energia intra-atomi-
ca no ha sido realizada desde el descubrimiento de la ra-
dioactividad y espficialmente despues que yo he demos-
trado la generalidad de este fenomeno? No se puede ex-
plicar esto mas que recordando que era contrario a to-
dos los principles conocidos el admitir que la materia 
pucliera producir energia por si misma, y los dogmas cien-
tificois inspiran el mismo temor supersticioso que los dio-
ses de los antiguos tiempos, aimque tengan a veces toda su 
f r ag i l i dad" . Y este dialogo- lo mantiene LE BON consi-
go mismo, en los comienzos del presente siglo i lmaginaos 
entonces, si la doctrina homeopatica, cuyas conclusiones 
fueron expuestas con cien anos de anticipacion, no nacie-
ra absclutamente fuera de su epoca! jNo seria, acaso es-
ta la razon precisa de que se le ridiculizara, se le persi-
:guiera y se le pretendiera dejar en el olvido? 
Pero, seiiores, eran tan fuer tes sus postulados, t an 
solida la base de sus principios que hoy la medicina ofi-
cial, sin ir a buscar fuentes de inspiration en sus doctri-
nas, ha entrado, sin embargo, en el camino de sus prin-
eipios. Es por eso que yo tengo la intima conviccion, no 
se si la vicla me depare la diclia de poderme contar entre 
los espectadores de e«te suceso colosal y grandioso, de 
ver reconocido en todc su valor, en toda su genialidad 
la obra medica de este sabio extraordinario, de ver a 
estas dos esenelas dandose la mano,. y est.reciiandose en 
mi abrazo estrecho para confundir sus metodos en lo 
que cada cual de ellas tiene de utiles en su luelia gigan-
tesea contra la enfermedad y la muerte. 
Detengamonos un momento, aliora, a eonsiderar la 
peptonoterapia, es decir, el t ratamiento de algunos esta-
clos patologieos por la peptona, producto que se obtiene 
cnno consecueueia de una de las fases cle la desintegra-
ciou de la molecula albuminoidea, proceso que se cum-
ple diariamente en nuestro organismo como consecueucia 
de nuestro proceso digestivo. Hay individuos cuyos te-
jidos se hacen sensibles a algunas de estas substantias al-
bum! uosas y cada yez que lcs ingieren reaccionan con 
nianifestationes, especialmente coitaiieas, intestinales, jaque-
cosas; pues bien, senores, para el tratamiento de tales 
enfermos la medieina reeurre al uso de peptonas extrai-
das de diferentes fuentes (came, pescado, e tc . ) , es de-
eir, reeurre al agente semejante desencadenante de la 
crisis. 
La sueroterapia, es otro recurso que la medieina em-
plea ya desde liace anos y que, sin du-da tiene dentro del 
orden biologico en que se determinan sus aeciones, rela-
ciones francas de semejanza entre enfermedad y agente 
de cnracion, que le liacen crear yinculos cle semblanza con 
la medieina liomeopatiea. j E n que consiste la suerotera-
pia? 
Tomemos por ejemplo, el suero antidifterico, quizas 
el mas conoeido de vosotros, que se usa con exito en el 
tratamiento de la clifteria. jCual es la procedencia de es-
te suero? Tiene como base la toxina difterica, es decir, 
la substantia produeida nor el bacilo difterico y que es 
c-apaz de determinar en los individuos, bajo ciertas con-
dieiones de receptibilidad, la enfermedad tan ccnoeida y 
temida : la difteria. Pues bien, esta se obtiene del baeilo 
difterico previaniente eultivado y bajo tecnicas especia-
les. y en seguida. en forma gradual, son inyeetados al 
animal, en este caso el caballo, creaiido en el 1111 estado 
de enfermedad, el que al ser requerido por el veneno po-
ne en juego sus defensas j provoca la aparicion de anti-
cuerpos capaces -cle neutralizar, de destrnir la accion espe-
clfica. en este caso, del veneno o toxina difterica. Conse-
guido esto, es decir lo que en Medieina se llama inmuni-
zacion se extrae snero del animal, se le somete a proce-
sos de pnrificacion para que pueda ser empleado en el 
enlermo. Si es que matizamos esto, diriamos: veneno dif-
terico proYocando uu estado difterico que trae como con-
seeueneia una inmunidad difterica, que se aproveclia pa-
ra el tratamiento de la enfermedad producida por el ve-
neno difterico. Nc- podemos, por lo tanto, negar que la 
.sueroterapia reconoce Yinculos de estreelia relacion con 
la ley de los semejantes. 
Analicemos aliora, rapidamente, la vacunoterapia y 
Yereinos que a qui la Medieina no bnsca. como en el caso 
de los sueros, al animal como mediador entre el liombre 
v el. microbio o el prodncto de estos, sus toxinas, para re-
querir la formac-ion de anticuerpos especlficos. Es al liom-
bre mis mo al que se le yaa exigir la formacion de sus 
antieueipos, y es aqui, senores, donde la vacunoterapia. 
esta rama de la terapeutica que va a busear sus recursos 
a las expresiones del enfermo donde se anidan sus micro-
bios. sus toxinas, encuentra lazos de intimo parentesco 
con la Medieina Homeopatica. En efecto, el biologo-, el 
laboratorista encai'gado de la preparacion de estos me-
dios biologicos' de tratamiento, toma excresiones sospe-
cliosas o eenfirmadas del enfermo, en donde se encuen-
tran los microbios que el organismo en sn luelia. maravi-
llosa arroja fnera cle el: desgarro, orina. piis, etc. , y ha-
ce siembra con este material para clar lugar a los culti-
vos de los bacterios que ellos eontienen y una vez obte-
nidos estos por tecnicas espeeiales, ya sea el microbio mis-
mo o sns toxinas son atenuadas considerablemente en sn 
viruleucia para ser asi ofrecidas al medico como- material 
de trat.amiento. j Y que pasaria si no se buseara la- ate-
miacion como posologia de- estos tratamientos ? Que sien-
do tratamientos que obran, como quien dijiera, en el mis-
mo seiitido- de la enfermedad, liarian que el organismo, 
en vez cle sentirse estimulado en sus defensas, se senti-
ria, ante la magnitud cle la dosis, sobreestimulado, irri-
tado, exa.sperado en sus reacciones biologicas, lo que se 
traducirla en una agravacion del enfermo tal, que pondria 
en peligro su vida misma. Y cligo magnitud de la dosis, 
pero daos cuenta que estas -dosis a que me refiero- son 
todavia imponderables, insensibles a la sensibilidad cle la 
balanza, pudiendo ser consideradas dosis masivas sola-
mente si las comparamosa los medios filigramaticos, mis-
teriosos y maravillosos que rigen lcs fenomenos de la vi-
da, ya sea en estado de salud o enfermedad. 
Hagamos un extracto de las palabras con que el Dr. 
Renaud Badet, enfoca el problem a de la vacunoterapia al 
referirse al metodo de WRIGHT, el que pudieramos con-
densar de esta manera: l . o E l tratamiento vacunoterapio 
deterniina en un primer momento un periodo cle agrava-
c i o n o fase negat iva; 2.o A este periodo de agravacion 
lo sucede un periodo de reaction, de mejoria o fase po-
sitiva; 3.0 Para evitar que la agravacion que pueda ex-
-perimeiitar el enfei'mo sea peligrcsa para este, hay que 
usar siempre estas vacunas en dosis atenuada procurando 
determinar la dosis optima para cada enfermo; 4.o No 
repetir nnnca una segunda inyeecion antes- de que la fa-
se negativa o de agravacion haya pasado completamen-
te; 5.o Al repetir esta segunda dosis, que sera en menor, 
igual o mayor cantidad, de acuerdo con la sensibilidad de 
reaction de miestrc- enfermo, volveremos a observar la 
repetition de las dos fases, negativa y positiva, y asi su-
cesivamente, hasta la completa curacion de la enferme-
dad. En este momento diremos que el organismo se en-
eueritra inmunizado y ya no reaccionara a una nueva 
dosis. 
:Senores : yo me imagino que si alguno de los medi-
cos ecntemporaneos de Hahnemann, que atacaron Sn doc-
trina, que atacaron y ridieulizaron su sistema terapeutico, 
se levantara de su tumba y se impusiera de los principios 
que proelama la mediciiia de boy en alguno de sus as : 
pectus, no podria menos que quedar sorprendido ante la 
enomie niut.abilidad de log valores; piles, 1c- que ellos con-
denaron es lo que hoy dia pregonan y ensenan los maes-
tro,s de la mediciiia, y lo que ellos ensenaron, y especial-
mente me refiero a lo que atai5e al campo de la terapeu-
tico, yace en el olvi&o formando- par te solo de la liistoria 
de la mediciiia. 
Para demostrar la yeracidad de mis asertos, hare una 
rapida esquematizacion de lo que la experiencia, la ob-
servation le die,to a Hahnemann con r'especto al modo 
cle obrar de sus medicamentos: l . o Las drogas homeopati-
cas determinan en el sujeto enfermo una fase de agrava-
cion, que el lo llamo efecto primitivo y que lo atribuia 
a la enfermedad medicamentosa que despertaba este en 
el suje to . 2.o Pasado el efecto primitivo se establecia un 
efecto secundario que traia como consecuencia la mejo-
ria, y que el atribuia a que la enfermedad real era des-
plazada por la enfermedad medicamentcsa y que al que-
dar operando uiiicamente esta, con la desaparicion del 
efecto de l a droga el individuo veia restablecida su sa-
lud. 3.o Bl medicamento debe ser dado en una forma su-
ficientemente atenuada pai'a evitar que la enfermedad 
medicamentosa que esta despierta sea mas grave que la 
enfermedad real, pues se corria el riesgo de substituir a 
esta por una enfermedad toxico definitiva. 
'Claramente se desprende de esto, que tanto el expe-
l'imeiitadcr de hace mas de cien anos y los experimenta-
dores cle hoy, nog hablan el mismo lenguaje, pero en di-
ferentes idiomas. Estos nos dicen de fases positiv'as, de 
fases negativas, cle, anticuerpos, de opsoninas, de antito-
xinas, e t c . . . . ; aquel nos habla de efec-to positive,, cle 
efectos secundarios, cle enfermedad medicamentosa que 
desplaza a enfermedad r e a l . . . Faeil nos sera darnos 
cuenta de esta diferencia de interpretacion a traves de 
cien ailos de distancia. Los conocimientos cle biologia de 
esa epoca eran muy fudimentarios, los auxilios y niedios 
de t rabajo do que disponian, a los qne ctientan hoy dia 
los experiiuentadores son muy diversos. Los de hoy re-
eiben f ranca a.yuda de log .(-eiitros de investigaeioii, de las 
facnltades, de los gobiernos, ayuda que, por un lado sig-
nifies aliento, estimulo y, per otro, medios pecuniarios 
suficientes para la instalaciou de laboratories adecnados. 
jC'on que eonto Hahnemann? Como auxilio moral : la 
hostilidad, la. persecution, el ricliculo; como medios: su 
amor a la ciencia, sn talentc- superior, su delicado espiri-
tu de observation. sus enfermos y su resolution inqne-
brantable a la prosecution de sus trabajos, pese a todas 
las dif'icultades, a todos los escollos, y que fueron mu-
clios, y que el los comprendio asi clesde el momento mis-
mo en que initio esta obra de gigante. 
Si quisieramos igualar, hermanar estas formulas, a 
que los llevo la observation a estos experimentadores a 
traves de mas de cien anos de distaucia, diriamos: 
efecto primitivo = fase negativa 
efec-to secmulario = fase positiva. 
Largo seria si siguieramos comentando las otras te-
rapias que dicen concordancia ccn las disciplinas de la 
medicina homeopatica, pero temo abusar de vuestra pa-
ciencia y asi solo me limitare a poco mas que enunciar al-
gunas de ellas. La organoterapia que usa los extractos to-
tal es de organos o sus productos de secretion interna, 
las hermonas, para el tratamiento del organo o glandu-
la eorrespondiente, cuando esta, al perder el ritmo normal 
de f'uncion determine en nuestro organismo alteraciones 
funcionales de mayor o menor intensidad. No seria exac-
to si yo dijera que estos tratamientos ge a justan en for-
ma absoluta a la ley de la similitud, como lo entiende la 
Medicina Homeopatica. Pero sera exacto si yo clig'o que 
al usarlos para corregir el organo homologo alterado, lo 
bacen a base de un estimulo que obra por razon de su 
semejanza constitutiva, ya sea en Su conglomerado celu-
lar o en su hormona especifica sobre el organo o glandu-
la que queremos corregir en su funcion. Y debemos ser 
pruclentPM al determinar su dosifipaeion, procn-rar.do esta-
bleeer una dosis optima para el snjeto motivo del trata-
miento, ya que si actuamos con dosis que llamare masi-
vas. 110 solo exeitaremos sn i'uncion, jsiiio que la irri tare-
nios y liabremos determinado una mayor agravacion cle 
nuestrc- eirfermo. Es deeir, observamos la misma bivalen-
cia de aceion a que antes nos liemos referido. En con-
secueneia, tenenios a la medicina organoterapica obrando 
en el mismo piano, en el mismo senticlo que lo liiciera 1111 
niedicamento liomeopatico. 
Kefiramc-uos todavia a la proteinoterapia que usa 
albumina, beterogeneas, pero en dosis que signifies 11 
I'raceiones de centesimas y milesimas cle miligramo para 
el tratamiento cle algunos estaclos infeeciosos. La misma 
transfusionsangumea. metodo terapeutico que se despren-
de de un eriterio diametralmente opuesto al que recomen-
daba la sangria ell la primera mitad del siglo pasado y 
que era aeonsejada y defenclida por los maestros de la 
medicina cle esa epoca, esta misma transfusion sanguinea, 
digo, que se aconseja en el tratamiento cle estaclos infee-
ciosos graves 'o en trastornos nutritivos profunclos, como 
oeiure en lc-.s lac-tautes, o'bra, dirige su aceion en un sen-
ticlo muclio mas de acuerdo con el que lo liacen las dro-
gas liomeopaticas, es -deeir, estimulando nuestras defen-
sas organicas para la lucha contra los ag'entes externos 
({lie vienen a per turbar el ritmo normal cle nuestra vida, 
y 110 en el senticlo que lcs liace una droga alopatica pro-
piamente tal y que esta basaclo en 1a. paliacion cle un sin-
toma, en la inhibition cle una sensation, en la sobreexeita-
eion de una funcion. 
Otro tanto pudieramos deeir de la tuberculinoterapia, 
puesta en boga entre nosotros por el distinguiclo y emi-
nente maestro PKOF. DIi. CARLOS CHAR,LIN, "quien, 
despues cle observaciones y experimeiitacicnes prolijas la 
lleva en su uso descle el campo cle la Oftalmologia al cle 
la Medicina 'General, para oponerlo al tuberculinosensi-
ble, es deeir, para el tubereuloso sin tuberculo del que 
Labia COIJllMO-NT v que. sin dnda, forma una serie cle 
esos enfermos inclasificados, sin etiologia, que son cleno-
minados por los medico:? como estados esenciales, neuro-
sis, e t c . . . , v que corresponden a veces a lo que en me-
dieina homeopatica se conoce con el nonibre de tuberculi-
geno. En estos enfermos, cl Prof. C'harlm lia obtenido 
exitos indiscutibles con el empleo de la tuberculinotera-
pia usada en diluciones infinitesimales. Es decir opone a 
la toxina tuberculosa, prcductora de los malestares del 
enfermo, la tuberculina misma, pero a condition de usar-
la en muy altas atenuaciones, entrando en forma absolu-
ta al campo infinitesimal. Nuevamente la- ley de la simi-
litud y su logica consecuencia, el infinitesimal sentando 
plaza, en el campo de la medieina oficial. 
Y por ultimo, me referire al tratamiento tan justa-
mente en bega hoy, la vitaminoterapia. &Que son las vita-
mkias? Substancias que se necesitan en pequenisimas can-
lidades para la buena nutr i t ion cle nuestros tejidos, y que 
conciurren en- forma imiportantisima al bienestar cle nuestra 
salud. Mnclios experimentadores despues de . laboriosa 
biusqueda flian llegado a la . conclusion que la fa l ta cle es-
tos elementos per turban en forma poclerosa las funcio-
nes nutri t ivas de log animales y del liombre, producien-
do mi sinnumero cle lesiones. La quimiea moderna en una 
de sus conquistas mas preciosas lia llegado a identificar-
las y hacer la preparat ion sintetica de ellas. Se las co-
noce bajo el nombre generico de vitaminas, porque dan 
vida y tienen de comuu la cantidad infinitamente peque-
na que de ellas se necesita como substancias vivas y por 
la influencia estimuladora, regulaclora, que ejercen sobre 
los procesos de nutricion. Se les ha asemejado- a las hormonas, 
es decir, a esas substancias que eu cantidades infinitesimales 
vierten las glandulas cle secretion interna en nuestra san-
gre para contribuir en forma importantisima a armonizar 
los fenomenos de la vida. Las vitaminas, eh cambio, vie-
nen del mundo exterior por medio de nuestros alimentos. 
Dcsis infinitesimal y estimulacion de funcion, lie |aq]ui 
las bases que reconocen las vitaminas en su niodo de ac-
tual-, dandole esto gran coricordancia, gran armoma con 
el comportamiento que observan las drogas liomeopati-
cas, lo que les hara crear lazes cle nnion, de parentesco 
que just i f ican plenamente Su uSo simultaneo cuando las 
condiciones asi lo requieren para en t reayudar sus aeeio-
nes. 
A traves de este resuinen sucinto que lie venido lia-
eiendo, quizas fat igoso para vosotros, creo poder a f i rmar 
sin temcr a ser .eontradicho, que la ley de los semejan-
tes lia acredi tado tan to en la medicina antigua, como en 
la de ayer, como en la de hoy, todo el valor, toda la impor-
tancia que ella ha significado pa ra el progreso de la me-
dicina. No quiero decir con esto que los laboriosos obre-
ros que han enriquecido el campo de la medicina liayaii 
tornado como guia la ley de los semejantes para sus in-
vestigaciones. pero en cambio, el resultado de sus inves-
tigaciones los han 11 evade- a ellos, diria yo, y lo repito, 
involuntar iamente liacia la ley de los semejantes. 
Hablemos ahora del infinitesimal. No es mi propo-
sito, 110 tengo la autor idad suficiente pa ra pre tender ha-
cer una demostracion de su realidad, pero si, estoy ca-
paci-tado para deeiros que esto ya no necesita llioy una de-
mostracion. Log estudios de fisica moderna realizados por 
hombres que han consagrado su vida a estas investigaeio-
nes de alta cientificidad, lo ban demostrado liasta la sa-
ciedad, liasta la evidencia. Ya nadie niega,- n&die se atre-
veria a sostener que la mater ia es n n todo- iner te . Se 
sabe que ella es una fuen te inagotable de energia, energia 
que se enqiientra apris ionada entre la t rabazon de sus 
inoleculas, de sus atomos. jBas-ta disociarla, -disgregarla, 
para ponerla en evidencia! Pero, seiiores, si esto no hu-
biera sido demostrado, bastar ia pensar, medi tar un mo-
mento en los -grandes, maravillosos y misterioso-s fenome-
nos que 110s ofrepe la naturaleza y que conciernen tam-
bien al mundo biologico, para deducir que todo aquello 
que queda f u e r a de las posibilidades humanas esta ac-
t nan do a t raves de esa fuerza del inf ini tamente peqneno, 
animaclo de su energia dinamica y clirigida y armonizada 
en esa forma sublime que sabe imprimirle .a su creacion, 
Dios, Nuestro iSeilor. ^Habeis meditado en lo que signifi-
ca esa debil y f rag i l hoja de ese arbol que con t an t a dis-
plicencia arrancais y restregais con vuestros dedos? Pues, 
senores, eso que lhabeis tenido ta.ntas veces en vuest.ras 
juanos es, sin dnda, el laboval orio, pero el laboratorio 
mas eolosal en que se realiza el milagro de los milagros. 
rodi'c'm los honibres liaber gastado milloiies de niillones 
en sus iiistalaeiones, liaber ideado la mas perfecta cle las 
inaquinarias, todo esto es una carieatura al. lado de este 
debil y minuseulo elemento. Aqui se realiza lo que la 
i-ieiu-:.. no ha podiclo, ni podia realizar, es decir, convertir 
1(.- qae es inorganieo en organico y que sirve de base funda-
mental ipara las posibilidacles de nuestra vida. i, Quienes lo 
realizan? Elementos infinitamente pequenisimos que, como 
o'breros inte'ligentes y diligentes, 'liabitan en el interior de 
esas minusculas celulitas que constituyen el cuerpo de la lio-
ja. Quien los acciona? El sol vivificante que alumbra y 
calienta nuestra tierra. Esos pequeuos granitos, los elo-
roplastidios. aniniados de ese diuamismo vital, dan vida a 
esa materia inorganica, la qi-ganizan y le transmiten su vi-
talidad, vida que en forma de alimento llega liasta nos-
otros. jY si reflexionamos un segunclo en el proceso cle 
nuestra generat ion! Dos celulitas minusculas que al 
uuii'Se tambien van a confundir sus vidas para constituir 
el primer mieleo del nuevo ser, que animado y dirigido 
por su dinamismo vital, va ir a dar a traves de sus mul-
tiplieaeiones sineuento, inteligente, y sabiamente dirigi-
da. primero un eonglomerado celular, que luego se orga-
nizara en tejidos, los que constituiran organos, que claran 
lugar a los diferentes aparatos que al relacionar sus fun-
c-iones daran finalmente acabado t rabajo de la organiza-
tion lmmana: El liombre, que dotado cle inteligencia. de-
beria sin exception caer postradc- de rodillas y humilde 
en sn peqruenez, cantar un core cle alabanzas. de admira-
tion y cle amor infinite al Ser Superior, al Dios cle todo 
lo creado, que ha puesto en movimiento y ha . dotado cle 
poder sobrehumano- al infinitamente pequerlo que rig'e 
y dirige toda la fenomenologia vital del ser 'humano des-
de el momento misino de su conception liasta su muerte.Fue a HAHNEMANN, el creador de la doctrina ho-
meopatica, a quien le tocara el honor de hacer la suge-
rencia a las cieneias medicas de oponer el infinitesimal 
como ag-ente de curacion ante el hombre enfermo. 
Peru esta sugereiicia 110 fue un acto antojaxlizo, no 
fue el producto de una especulacion de su niente. jNo, se-
iiores! Fue el resultado de investigaciones y de experi-
mentaciones prolijas y laboriosas ejecutadas a traves de 
mas de veinte alios de t rabajo infatigable, inteligente y 
tesonero, los que le perniitieron lormular la ley de los 
seniejantes eomo base de su terapeutica, de la eual se 
derivaria el infinitesimal eomo fimclamento cle su poso-
logia <? dosificacion, y la individualization del enfermo 
eomo motivo absoluto y necesario de la clinica liomeopa-
tica. Como llego Samuel Hahnemann, me podreis pre-
guntar, a formular esta ley? Os voy a contestar. Reti-
rado del carnpo activo del ejerticio de la mediciiia —ante 
las cludas que clespiertan en su espiritu lleno de amor pa-
ra su eiencia y profundamente honrado, las practieas me-
dic as de su epoca— no desespera cle poder encontrar otros 
nieclios que esten nias de acuerdo con el concepto- que el 
tiene de la vida. para poder reslituir en forma mas ra-
tional la salud de los .enfermos. Tracluciendo la obra cle 
CUTjLEN, le llama la atencioii las apreciaciones diferen-
tes y contradictorias sobre la manera de interpretar la ac-
tion de la quinina en el organismo humano. Resuelve, en-
tences someter a esta droga a las pruebas de la experi-
mentation, para poder apreciar en su propio organismo 
los efectos que ella es capaz de realizar. Con este obje-
to comienza a ingerir dosis de este farmaco y los resulta-
dos no tardan en llegar, traduciendose en calofrics vio-
lentos, malestar genera^ alz&s bruscas cle temperatura 
que revisten un caracter intermitente, es decir, el cuadro 
morboso, para el cual es aconsejado su nso, se ha desper-
tado en su organismo bajo el imperio de esta droga. Re-
pite la experiencia en el mismc y en algunos de sus ami-
gos y obtiene los mismos resultados. -Es esto, senores, el 
punto de partida que va a tener Hahnemann para la con-
tinuation de sus experimentaeiones que el los generaliza 
a niuchas otras drogas con identicos resultados y que lo 
Ilevaran, despues cle muchos afies de t rabajo ineesante v 
cle luclia titanica contra la 'hostilidad que lo rodea, a for-
mula!' la ley de los seniejantes, a la cual, podemos decir 
con toda propieclad, doto de alma clinica, al teller, como 
consecuencia de sus estudios, la vision clara de la necesi-
dad absoluta que hay de relaeicnarla con la medicina ex-
perimental. Y asi decia: "para poder eonstituir una ver-
dadera terapeutica es de toda necesidad experimentar los 
remedios sobre el hombre sano, con el f in cle poder cons-
latar en cuanto nos sea posible sus diversas propiedades, 
sus fuerzas, su durat ion de action, la pureza de sus ca-
racteristicas". Para Hahnemann los fenomenos cle la vicla 
serian la expresion de una uniclad vital que regiria toda 
nuestra feiiomenologia, tanto en el estado cle salud co-
mo en el de enfermedad, la cual seria solo la consecuencia 
del desequilibrio cle esta uniclad, uniclad que estaria ani-
macla per una fuerza dinamica a la que ©1 llamo fuer-
za vital. Mas tarde el gran fisiologo frances Claude Ber-
nard, palabra siembre aut.orizada, al referirse a los feno-
menos de la vicla, se expresaba en estos terminos: " l a 
vida es la creation; lo- que es absolutamente del dominio 
cle la vida es la idea directriz de esta evolution vital . En 
todo germen viviente hay una idea creaclora que se des-
arrolla y se manifiesta por la organization. Durante to-
da su durat ion el ser viviente queda bajo la influencia cle 
esta misma fuerza creaclora y la muerte Uega cuando ella 
no puede seguir manifestanclose. La materia no engendra 
los fenomenos que ella manifiesta. La vida preside el des-
envolvimiento- de las propiedades organicas, las cuales 110 
se exp%an sino que por el la". 
El doctor Zinimer, al referirse a la terapeutica que 
tiene por 'base los estimulos cle nuestras defensas, dice: 
"sin vida no hay estimulo; de la relation entre estimulo 
y reaccion resulta la salud. 
Todo t ras tomo en esta correlation entre estimulo y 
reaction significa enfermedad" . 
Veinos, pues. como el princi,pio de la unidad vital, 
fuerza vital, segun Hahnemann, idea directriz, (seg-un 
Claude Bernard, correlation entre estimulo y reaction, 
segun Zimmer, es mantenido como causa unica de todos 
los fenomenos de la vida. 
Pues bien, cuando esta fuerza dinamica vital que man-
tiene la unidad de nuestra vida sufre el roiiipimiento de 
su equilibrio fisiologieo, ya sea por nuestros malos liabi-
tos o por causas que obrau desde el nrundo exterior, de-
einios que el hombre esta enfermo, pero esta enfermo en 
su totalidad, esta enfermo en su unidad vital, se ha pro-
due ido la derritmia cle esa fuerza dinamica que anima loy 
fenomenos de 4a vida y, como consecuencia de esto., una 
serie cle perturbaciones que atanen a lo sensorial, a lo 
funcional y a veces como en una etapa final de esta tra-
gedia patologica que se desarrolla en el interior de noso-
tros, llega liasta. determinar la alteracion del organo mis-
mo. Esta sucesion cle perturbaciones sensoriales, funcio-
nales, organicas, se iran representando en nuestro psiquis 
bajo la formula del smtoma, unico lenguaje que tiene 
.nuestro organismo para indicarnos como sufre y como 
se defiende. A base cle esta unica interpretacion que pue-
de tener el sintoma, la Medieina Homeopatica lo estudia 
analitica y detalladamente en cada una de sus manifes-
taciones, para efectuar despues una sintesis de ellos a 
traves del cual surgira la fisonomia morbida del enfer-
mo, es decir, su individualidad patologica. Un ejemplo 
liara que mi p'ensamiento llegue mejor hasta vosotros. 
Imaginaos que a lo largo cle una extension cle eien me-
tros pareis una fi la o una serie de individuos con coriza 
0 romadizo en su forma aguda. Interrogad a cada uno de 
ellos, y asf como entre ellos no vais a encontrar una ca-
ra igual a la otra, tamfpoco vais a encontrar a dos de es-
tos individuos sufriendolo de igual manera: uno os dira 
que tiene cerrada su nariz izquierda, para el otro es la 
dereeha, el otro casi no puede respirar, para el otro' es 
la noche el rato peor, en iino vendra acompanado de do-
lores en la cara, para el otro sera la frente, la cabeza, 
uno siente frio, otro calcr, otro espeluznamiento, etc. 
1 A que seguir, senores! Yo os iprometo ique no vais a en-
contrar a dos que lo sufran igualmente. $Y a que se de-
be esto? A que a pesar cle que somos estrueturalmente, 
materialmente iguales, las reacciones vitales, esa fil igra-
na impenetrable de la vida, le son propia a cada organis-
mo y es por esto que las defensas organicas que todos po-
.seemos se impresionan ante la misma causa, en forma 
(liferente haciendo que ^nd a individuo reaccione de acuer-
do con su individualidad biolcgica, lo que da lugar a que 
causas morbidas semejantes determinen sensaciones sub-
jetivas dil'erentes en cada enfermo, y esto que lie cliclio 
del coriza podeis sin temor .a equivoco liacei'lo extensivo 
a todas las enfermedades que afligen a.l ser bumano. 
Es jnstamente por esto que el estudio de los medi-
camentos en el liombre -sane- es de absoluta necesidad. ya 
que el, dotado de inteligencia y de lengnaje, es el iuiieo 
ser capaz de liacer llegar basta nosotros. como consecueii-
cia de las perturbaciones sensoriales y fuiicionales, las 
multiples sensaciones subjetivas que van despertando las 
di'ogas en experimentation y que van formaiidc- lo que 
pudieramois llamar la fisonomia morbida del medicamen-
to o su patogenesia. La experimentacion en el animal 
sirve de ayuda al mejor estudio de los trastornos fuiicio-
nales v unido a la toxicologia no-s liace conocer las modi-
ficationes estructnrales de los organos. Eesumiendo, po-
demos decir que individualization del enfermo e indivi-
dualization de laclroga es oponer a ese, aquel medica-
mento que en el inclividuo sano es capaz de despertar 
un conjuntc' de sintomas lo mas exact.o a los que presen-
ta el enfermo motivo de la curacion. Es por esto que nos-
otros repetimos con Hahnemann : no hay enfermedades, 
solo hay enfermos! 
^Pero como tuvo la audacia este hombre de procla-
mar en su epoca a'l infinitesimal como posologia de sus me-
dicamentos? Para esa epoca fue. sin duda, nionstruoso 
oirlo hablar en ese lenguaje, y porque hablo asi tuvo- que 
sufr i r y sentir en carne propia las consecuencias de tal 
osadia. Pero fue la misma ley de los semejantes la que lo 
llevo como derivation logica al empleo del infinitesimal. 
Y es asi, que al initial" la experimentacion de Sus medi-
camentos sobre el hombre enfermo comenzo haciencjtole 
con dosis masivas, ponderables, pero tuvo que observar 
que estas determinaban en un gran numero de ellos reac-
ciones violentas, que en muchas ocasiones agravaba la evo-
lution de la enfermedad y que, en cambio, la segunda. fa-
2-i — 
se, o sea la de mejoria, se hacia con dificultad y contri-
buia a prolongar la convalescencia. Tan exacto lue es-
to, que sus enemigos burlonamente le dieron el apodo' del 
envenenador. Pero Hahnemann no desmayo ante estos 
fraeasos y penso que esto se debia a que la enfermedad 
medicamentosa que la droga despertaba, y que lo hacia 
en el mismo sentido que el de la enfermedad en ouracion, 
era cle tal manera activa, que no solo suplantaba a la 
enfermedad natural , sino< que se sumaba a ella y traia 
como consecuencia el heclio que el observaba: la agra-
vasion del sujeto. Eazonando en este piano penso, enton-
ces, en someter a sus medicamentos a djluciones eucesi-
vas, y asi lo hizo, pudiendo constatar — pleno de sa-
tisfaction y de interes cientifice — que la fase de agra-
vacion iba perdiendo su violencia, iba atenuandose en sus 
manifestaciones para dsy paso a la fase de mejoria, en 
una forma mas facil, mas segura y mas suave para el 
enfermo. Colocado en este camino llego por via de obser-
vation, de "experimentation pura" , a la dosis infinitesi-
mal. con las cnales obtuvo curaciones mas rapidas y sin 
peligro para el enfermo. 
ITabian transcurriclo mas cle veinte anos entre el mo-
inento en ique este sabio vislumbrara en el principio cle los 
seniejantes una ley terapeutica, y el momento en que pro-
clamo publicamente por medio de su obra maestra, el or-
gano, la dosis infinitesimal como agente de action de su te-
rapeutica, plena cle action, plena cle dinamismo y capaz de 
restituir al orden las fuerzas dinamicas perturbadas, que 
rompiendo el eqnilibrio de nuestra uuidad vital liace,n del 
liomibre sano el liombre enfermo. 
Eu todo lo que os he referido no creo podamos ver 
la fantasia de una mente, la obra de un enagenado, ni la 
de un cerebro mediocre; en cambio, afirmo, con toda la 
fuerza de mi ccxazon, con toda la energia de mi persua-
cion, con toda la sinceridad de mi alma que, para los que 
heinos-estudiado la obra del maestro, se 110s representa es-
te, como un luchador titanico, como un espiritu selecto, 
como un g-enio lumincso, que de.jando huellas tan profun-
das en sus ensenanzas medicag, log investigadores de hoy 
ban tenido por la fnerza cle su evidencia, que ir a tomar 
contacto .con ella. a confundirrie con ella v a pregonarlas 
como ensefianza de la medicina de hov. 
Ley de la similitud, individualizacion del enfermo, do-
sis infinitesimal, he aqiri, pues, senores, el tripode sobre 
que reposa la medicina homeopatica. 
El nroblema de las mierodosi-s no ofrece hoy dia difi-
cultad de comprension al calor de los estudios cle biolog'a 
mcderna. Conocida es la ley de biologia fundamental que 
lleva el nombre de A'riiclt-Sehulz y 'que ha sido expresada 
en la formula siguiente-. Las pequehas excitaciones pro-
duce)! la actividad vital; las excitaciones medianas las a-u-
mentan ; las excitaciones fuertes la yugiulan; las excitacio-
jic.i exageradas la suprimen, pero la excitacion es pro-
porcional. grado -por grado, a la excitabilidad del indivi-
duo. 
El Prof. .Schulz, a quien le corresponde la patcrnidad 
de la ley a que he heche- rcferencia. y (|ue ha sido imo 
de los mayores valores cientifieos de las ensenanzas Hali-
iiemannianas, ha dejado tambien claramente establecido 
a traves de sus experiencias en animales el siguiente lie-
cho. aceptado por la fisiologia moderna y corroborado por 
la Clinica: un organo enfermo- ps mas facilmente excita-
ble 'que 1111 organo sano. como si el organo enfermo se en-
contrara sobreexcitado por la enfermerlad, el que por es-
te motivo se presenta en un estado de hiper-receptibilidad 
frente al estimnlo que lo solicits, y esta hiper-receptibilidad 
sera mayor mientras mas avanzado este el proceso morbido. 
De acuertlo con esta ley, tendremos, logicamente, 
que deducir que el organismo enfermo en su uiiidad bio-
logioa es muclio mas facilmente excitable que el organis-
mo sano. y al ser colocado ante el mismo estmiulo necesi-
tara dosis infinitamente mas pequena para responcler a 
la accion en que es solicitada. 
Estos prineipios establecidos. aclquieren toda su im-
pe-rtancia ante el problems que plantea la Clinica Homeo-
patica : individualizacion del enfermo. lindividualizaciou 
tie las drogas. No se puede liacer clinica liomeopatica sin 
atender en forma estricta, a estos dos factores del pro-
blema. Es per eso que el medico ante un enfermo en tra-
tamiento liomeopatico tiene necesidad de liaeer el examen 
prolijo de sus sintomas subjetivos, es deeir, de todo ese 
conjnnto de sensaciones desagradables que el capta con 
su psiquis, estudiarlos en sus detalles, en sus modalidades, 
es deeir, realizamos un estudio analiticO' del easo lo mas 
fompleto posible. En seguida hacemos el estudio objeti-
vo. es deeir. lo reconocemos en sus alteraciones organicas; 
si los medios de laboratories nos fueran necesarios para 
la me.ior formacion de un concepto, solicitaremos sus lu-
ces. A base de estos datos estrujados del estudio analiti-
eo de nuestro enfermo. haremos un verdadero trabaje- de 
shitesis de doude surja, como en un todo. esa nnidad vi-
tal pe r tu rbada : el enfermo. En este momento liabremos 
realizado la primera etapa del problema: individualization 
del enfermo. E11 seguida• bnscaremos en nuestra materia 
medica cual es el medicamentc- que se asemeja. en sus 
modalidades. ique ha sido capaz de despertar en el "hom-
bre sano un conjunto de sintomas lo mas semejantes al 
del enfermo que teuemos en tratamiento. Encontrado cs-
to, liabremos realizado la segunda eta pa de nuestro tra-
bajo : individualization de' la dr&ga, la cual de aeuerdo 
con la lev de similitud la escogeremos, y de aeuerdo con 
la ley de Arndt-Schulz la atenuaremos hasta el infinite-
i-timal. porque asi lo exige la experieneia y la ley a que 
he heeho re fe renda . Resultara, entonces. que en razon 
de la similitud y de la dosificacion indifinitesimal. esta 
se va a to lotar f rente al enfermo eomo su estimulo nete-
sario iy. mas todavia. eomo su esthnulo especirieo, en tal 
forma (jue si 110 hemos realizado bien lo que pudieramos 
llamar el diagnostieo de la droga, este organismo 110 cap-
tara el estimulo o solo lo captara en parte y su efetto pa-
sara desapercibido para .ese compleji; celular, el enfermo, 
o solo se manifestara en parte, pero jamas entrabara una 
funt ion 0 desfigurara el cuadro patologico. 
Yo 110 se. seriores. si. me he explicado eon t laridad, pi 
habeis entendido el fondo de mi pensamiento. Yc-y a re-
currir a un ejemplo (pie quizas podais eneontj-arlo des-
eabellado. Cuando llegais a yuestra easa de yuelta del tra-
bajo, eon preocupaciones para el dia siguiente, sera muy 
frecuent.e que hagais lo que muchos hacemos. Nos senta-
mcs ante nuestro aparato de radio y mediante sus perillas 
adeeuadas nos ponemos en eontacto con el mundo leja-
no y ique, a veces, queda a miles y miles de leguas de dis-
tancia. Los acordes de una musica, las vibraciones de un 
canto, el pensamiento delicado de un poeta llegahasta 
nosotros nitido v viene como balsamo de descanso a di-
sipar preocupaciones. Pero $ por que oimos si estamos 
a distancias a. veees ineonmensurables ? Senores, porqne 
las vibraciones de ese acorde, la vibration de esa voz, 
han sido, como si dijeramos dispersadas, disgregadas v 
lanzadas a los espacios infinitos y esta al ser transforma-
da en energia electromagnetica, demostrando su poten-
cialidad ha puesto en vibration en un solo momento la 
masa eterea que envuelve nuestro globo. He aqui seno-
res, lo que yo parangonaria eon la materia disgregada, 
dispersa en sus elementos que representa la droga homeo-
patica. Pero para que esas vibraciones que flotan en el 
eter sean capaces de impresionar nuestros sentidos, sera 
neeesario .que exista el medio receptor adecuado y mas que 
eso, dentro de ese receptor la estacion precisa, la necesa-
ria resonancia. del circuito eleetrico, es decir, especifica 
de esa onda sin la cua.1 esta, pese a su potential]dad se 
perdera para nosotros en los espacios infinitos si no exis-
te diolia condition. 
Pues bien, senores, ese receptor yo lo comparo con 
el enfermo todo entero, y la estaeion especifica con el con-
junto sintomaticc' que le da la especificidad al enfermo, y 
asi si yo sintonizo mal mi enfermo, si yo no lo transformo, 
en la estacion especifica de mi droga. esta, pese a Su po-
tencialidad dinamica, pasara desapercibida para este e ira 
a perderse entre el miliar mfinito de celulitas que consti-
tuyen su estructura, sin que estas sean tampoco capaces 
cle captar su estimulo. 
Senores, si yo he recurrido a este ejemplo ha sido 
unicamente para procurar hacer llegar basta vosotros en 
forma grafica cual debe ser la afinidad, la reciprocidad 
que debe haber entre enfermo y drogas. Pero yo os pi-
do por favor que lo olvideis, que no vayais a repetir que 
mi medico iha comparado un enfermo a una caja de ra-
dio, se me tomaria por un loco, por u n delirante. Inter-
pretad lo que os he clicho como una liceneia medica, co-
mo una metafora con todos los contornos que imprimen 
los jiros modernistas. 
De muclias, de muchas otras cosas que bullen en mi 
cerebro pudiera seguir hablando en la tarde de hoy, pe-
ro 110 quiero seguir abusando de vuestra benevolencia y 
solo os pido que me permitais dejar llegar hasta vosotros 
este ultimo latido de mi mente con el que quierO' t raducir 
cual es el sitial que yo le asigno a la medieina homeopati-
ca eu el consorcio de las ciencias medicas. Pero antes de-
bo hacer una declarat ion: no creais que los medicos que 
iseriamente nos 'hemos interesado por las doctrinas de la 
liomeopatia y que fuinios a recoger los cimientos de nues-
tra format ion medica. en las austeras aulas de nuestra 
querida Escuela de Medieina, que tanta y tan gratos re-
cuerdos tiene para cada uuo de nosotros, ha podido, por 
algun momento, hacer carta rasa de lo que alii aprendi-
mos, de esa. suma de conocimientos perfectamente estrue-
turados y de inapreciable valor, f ru to del estudio afanoso, 
de la experiencia seria que recogieron a traves de una-
vida de t raba jo intenso e inteligente nuestros maestros, 
para quienes, en este momento, desde este sitial de honor, 
inmerecido para mi, quiero renair un liomenaje cle mi 
mas alta grati tud, de mis mejores recc-nocimientos, de mi 
mayor admiration, para "los que ya partieron, Levanto, 
desde este mismo sitio, una plegaria fervorosa y liumilde 
que vibrante j sincera, llegue hasta el Altisimo, para que 
El, en su bondad infinita les de amparo en su morada de 
paz y de gloria. 
No, senores, no hemos hecho' otra cosa que sumar a 
los coiioeimientos que teniamos y que hemos procurado 
seguir acrecentando, los que hemos ido recoigiendo a tra-
ves de las ensenanzas que nos ofrece, como fuente tam-
bien de inaipreciable valor, la medieina hatonemanniana, la 
Homeopatia. 
Despues de una vida profesional ya larga, como fru^ 
to (le mi modesta experiencia, 3-1; debo declarar que no 
poclria eonsiderar a la Homeopatia como la expresion de 
tcda la medicina, pero si, dcclaro y lo liago coil todo el 
calor de mi con veiicimiento, que reclauio para ella un 
puesto cle honor en el consoicio cle las ciencias medicas. 
iSi a nil me fuera dado revestiv de personalidad a ca-
da una de las ramas de la terapeutica. cle que dispone la 
medicina cle hoy, yo colocaria en nu hemiciclo y ccupan-
do los extremos distantes de este, en 11110 a l a que repre-
senta a la Alopatia propiamente tal. es decir a. la medi-
cina que esta basada en el principio cle los contrarios, a 
la que me permitire llamar aloterapia; en el otro extreme-
a la Homeopatia, es decir, la que se basa en el principio 
cle los seniejantes, a la que yo llamare homeoterapia, y des-
de estos extremos distales ire colocanclo a las demas te-
rapias cle acuerdo con la mayor armcnia, con la mayor 
concordancia en que se encuentran con respecto a estas 
tendencias t e rapeu t i ca . Asi, en las partes proximales a la 
aloterapia yo sitnarla a.-esa parte de terapeutica quimica, 
qfiie tiene como panto cle vista la destruction 0 inmoviliza-
c-ion del -microbio : sulfas, arsenicales, bismuto, etc., etc., a la 
autiparacitaria, y en puntos proximales a la homeotera-
pia yo colocaria a la terapeutica. antialergica, a la vacuna, 
seroterapia, y asi, senores, hasta completar este hemici-
clo. Y me las imagino a eada una respetuosa cle la. otra, 
entrelazando. entrecruzando acciones en su lucha. contra 
la enfermedad. En otras ocasiones se cederan el paso por 
razon cle oportunidad. de necesidad. Asi, senores, pongo 
por caso un ataque violento de angina pectoris, 0 de- ede-
ma aguclo, del puhnon. en que la rapidez de las acciones, 
la imnineneia del peligro 110 clara al medico el tiempo su-
ficiente para poder entregarse a un estuclio de diagnosti-
co de droga; en estas circunstaneias, sin duda., es el pro-
ceclimiento alopatico el que reclama su dereclio : se nece-
sita clilatar vasos. estimular corazon, depletar aparato 
•vascular, inhibir dolor, etc., etc.; pero, pasaclo este tran-
ce, el enfermo necesita el estimulo- de sus defensas, orde-
nar su tlinamismo perturbado seriamente: la medicina I10-
meopatica reclamara entonces, su puesto en la lucha por 
la vida del enfermo. 
Hay tambien algunas afecciones por m L c r o o r g .nismos 
que por sus conseenencias. sobre el individuo, tso-bre la es-
lirpe, es deeir, por sus consecuencias soeiales neeesitan de 
una aceion rapid a y evitar todo temor de equivocation en 
la eleceion de la dvoga. En estas ocasiones y a pesar de 
saber que son tratamientos brutales, demoledores de de-
fensas, de terrene huniano, pero ique tienen aceion cier-
ta sobre el germen infestante, le cederan el paso, salvo 
contraindicaciones especiales, a la qiumica antibaeterici-
da. Conseguido esto, si el su.ieto no goza de una constitu-
tion fuerte, de una buena organization de sus defensas 
sufr i ra el efeeto de esfas drogas y liabra reemplazado sn 
enfermedad original por etra toxico-medicamentOsa. Nue-
vamente la homeoterapia podra aportar al enfermo la ac-
eion .estimulante de sus drogas para avudarlo a restable-
oer su equilibrio fisiologico. Pero en la mayor parte cle 
las enfermedades, tanto agndas como eronicas, la Homeo-
patia podra hacer valer desde el primer momento la efec-
tividad de su potencialidad medicamentosa, la que realza-
rft al entrelazar su accion con todas aquellas terapias 
que cumplen en nuestro organismo igual mision: mejo-
rar terreno, reforzar defensas, estimular funciones que 
es la unica ayuda logica, sana y fisielogica que pide el or-
ganismo enfermo para sir restablecnniento verdadero. 
Senores, sera para mi una intima satisfaccion si a 
traves de este t rabajo he poclido llegar hasta vosotros de-
jando el convencimiento de la seriedad y cientificidad que 
encierran las doetrina.s de la Homeopatia y 1a. ninguna 
agresion que ella significa para la cieneia meclica ofieial. 
Es per esto que yo estoy seguro- que al igual que ha ocu-
rrido en otros paises : Estados ITnidos, Inglaterra,' Ale-
mania, Francia, Brasil, Mexico, llegara el clia. en que nues-
tra Facultacl de Medieina, abra de par en par las puer-
tas a esta rama importantisima de la terapeutica y f igure 
incorporada con todos los honores en el plan de nuestros 
estudios medicos. 
Mil perclones, senores ique me habeis escueliado, por 
el tiempo demasiado largo, pues he abusado de vuestra 
benevolencia. Mis agradeeimientos. senor Rector, de esta 
tlniversidad, que demost-rando la amplitnd de criterio qne 
se respira dentro de estos muros, me habeis honrado y 
brindado la oeasion de haeer la exposition de los funda-
mentos de esta doctrina y de los lazos mtimos que la nnen 
a la medicina de hoy, ante este publico selecto. 
He dieho. 
Colegio Medico "Hairjemaim" 
F i l a d e l f i a , E E . U U . 
0/27495.—Imp. El Impardal, S. Diego 75, Stgo.