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El-Politico-y-El-Cientifico-páginas-106

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TALLER DE LECTURA 2 4 5
se vaya a los sindicatos amarillos y que no hable de «revolu­
ción», pues esa ética no enseña ciertamente que la guerra civil 
precisamente sea la única guerra legítima. (Pág. 152.)
— Si Weber tiene razón, ¿cómo interpretar la exis­
tencia de partidos demócrata-cristianos que han 
protagonizado la reciente historia política en Ale­
mania o Italia? ¿Qué pensaría Weber de un fenó­
meno semejante? ¿Estaríamos, simplemente, ante 
un cinismo generalizado?
6.3. Paradojas irresolubles de toda ética política
Para la ética absoluta, decir la verdad es un deber incondicio­
nado y de ahí se ha sacado la conclusión de que hay que publi­
car todos los documentos, sobre todo los que culpan al propio 
país, y de que, sobre la base de esta publicación unilateral, hay 
que reconocer la culpa unilateralmente, en términos absolutos, 
sin tomar en consideración las consecuencias que de ahí se pue­
dan derivar. [...] Pero la ética absoluta no se pregunta por las 
«consecuencias». (Págs. 152-153.)
— ¿Qué molesta a Weber de las negociaciones 
que darían lugar al Tratado de Versalles, pues de 
eso se trata? ¿Estás de acuerdo? Razona la res­
puesta.
6.4. Ética de las convicciones y ética de la responsabilidad
A h í está el punto decisivo. Nosotros debemos tener claro que 
toda acción que se oriente éticamente puede estar bajo dos má­
ximas que son radicalmente distintas y que están en una contra­
posición irresoluble: una acción puede estar guiada por la «ética 
de las convicciones de conciencia» o por la «ética de la respon­
sabilidad.» [...] Pero hay una diferencia abismal entre actuar 
bajo una máxima de la ética de las convicciones de conciencia 
(hablando en términos religiosos: «el cristiano obra bien y pone 
el resultado en manos de Dios») o actuar bajo la máxima de la 
ética de la responsabilidad, según la cual hay que responder de 
las consecuencias (previsibles) de la propia acción. [...] (Pág. 153.)
2 4 6 TALLER DE LECTURA
El que actúa de acuerdo con la ética de la responsabilidad toma 
en cuenta precisamente esos defectos de los hombres; [...] no se 
siente en situación de poder cargar sobre otros las consecuen­
cias de sus propias acciones. (Pág, 154.)
— Quizá este fragmento encierre lo más sustan­
cial de la política tal como la entendió Weber. Pon 
algún ejemplo concreto que ilustre la vigencia ac­
tual de estos planteamientos o, en su caso, que los 
refute.
6.5. El problema de fondo: fines y medios
Ninguna ética del mundo puede demostrar cuándo y en qué me­
dida un fin moralmente bueno «santifica» los medios ética­
mente peligrosos y sus consecuencias colaterales. (Pág. 154.) 
[...] Este problema de la experiencia de la irracionalidad del 
mundo era precisamente la fuerza impulsora del desarrollo de 
todas las religiones. [...] También los cristianos primitivos sa­
bían muy exactamente que el mundo estaba regido por demo­
nios y que quien se mete en política [...] firma un pacto con los 
poderes diabólicos y sabe que para sus acciones no es verdad 
que del bien sólo salga el bien y del mal sólo el mal, sino con 
frecuencia todo lo contrario. Quien no vea esto es un niño desde 
el punto de vista político. (Pág. 156.)
— La experiencia universal de la irracionalidad 
del mundo parece ser la razón de que la esfera po­
lítica tenga su lógica propia. Reconstruye el razo­
namiento de Weber y discute sus supuestos básicos 
de orden religioso.
6.6. Dentro de diez años...
Lo que tenemos ante nosotros no es la alborada del estío sino una 
noche polar de una dureza y una oscuridhd glacial, triunfe fuera 
el grupo que triunfe, pues, donde no hay nada, no es sólo el em­
perador quien ha perdido sus derechos sino también el proleta­
rio. (Pág. 163.) [...] Sólo quien esté seguro de no derrumbarse si 
el mundo es demasiado estúpido o bruto; [...] sólo quien esté se-

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