Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
S B G M Dirección General de Divulgación de la Ciencia Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, Universidad Nacional Autónoma de México En este ensayo estudiamos la historia del Observatorio Astro- nómico Nacional de México entre y desde el punto de vista de las interacciones entre la ciencia y el público. Con este propósito examinamos las actividades de comunicación em- prendidas por Joaquín Gallo, director del Observatorio duran- te ese periodo. Para entender mejor los ejemplos de este caso, estudiamos el contexto en que se sitúan; luego separamos estos ejemplos en tres clases diferentes: ciencia pública, populariza- ción y ciencia popular. De este modo, mostramos que la comu- nicación constituye un elemento clave en la consolidación de la comunidad científica que estudiamos. Introducción En el área de historia de la ciencia, el estudio de las interaccio- nes entre la ciencia y el público ha sido relativamente ignorado hasta hace poco tiempo. Sin embargo, en las últimas décadas varios grupos de historiadores han abordado el tema mostrando su importancia para la ciencia en su conjunto. En la actualidad existen múltiples estudios de las formas en que los científicos se han comunicado con grupos externos a sus comunidades. . ASTRONOMÍA PARA TODOS: JOAQUÍN GALLO EN EL OBSERVATORIO ASTRONÓMICO NACIONAL ( ) Susana Biro y Gisela Mateos Uno de los primeros historiadores que hicieron notar la im- portancia de la relación entre la ciencia y el público fue Steven Shapin, quien ha reflexionado sobre las formas que “la cien- cia”, “el público” y sus distintas relaciones han adoptado a lo largo de la historia. Shapin sugiere que el análisis de estos dos grupos, desde las perspectivas cultural y social, puede poner de manifiesto los momentos históricos en los cuales la fronte- ra entre ellas ha sido “construida y subvertida, trazada, vuelta a trazar y defendida”. También muestra los posibles caminos que vislumbra para entender mejor el hecho de que la ciencia siempre ha tenido una diversidad de públicos. Shapin hace un breve análisis histórico del fenómeno y llega a la conclusión de que no es posible crear un estereotipo ni del público ni de las formas en que éste se ha relacionado con la ciencia a través del tiempo, porque tanto los científicos como los miembros del público tienen sus propios intereses, y por lo tanto se relacionan de maneras dinámicas e irrepetibles. Como una señal del creciente interés en esta área de inves- tigación, en , la revista History of Science dedicó un nú- mero entero al tema de la ciencia y el público. Roger Cooter y Stephen Pumphrey escribieron un panorama del estado de la materia en ese momento y éste apareció como el ensayo in- troductorio de dicho volumen. El propio título es interesante “Separate Spheres and Public Places: Reflections on the History of Science Popularization and Science in Popular Culture”, ya que hace patente la paradoja de la coexistencia de una separa- ción entre la ciencia y el público, y las formas en que la ciencia siempre se ha relacionado profunda y diversamente con el pú- blico. Los autores también distinguen entre popularización de Steve Shapin, “Science and the public”, en R. Olby et al., (comps.), Com- panion to the history of modern science, - , Londres, Routledge, . Roger Cooter y Steven Pumfrey, “Separate Spheres and Public Places: Re- flections on the History of Science Popularization and Science in Popular culture”, History of Science , , pp. - . Astronomía para todos: Joaquín Gallo en el Observatorio la ciencia, un acto de comunicación generalmente originado en la comunidad científica, y la apropiación de este conocimiento por parte de la cultura popular. El artículo repasa el trabajo existente —hecho principalmente por historiadores de la cien- cia— y llega a la conclusión de que la historia de la cultura popular también es necesaria para entender el fenómeno. Un enfoque muy original de este tema es el de Bernadette Bensaude-Vincent quien, entre otras cosas, estudia las distintas formas que la brecha entre la ciencia y el público ha tomado a lo largo de la historia, y así amplía nuestra visión de lo que es y ha sido el público. Bensaude-Vincent hace una breve revisión de la ciencia y sus públicos empezando en el siglo y muestra cómo la famosa brecha es en realidad contingente, un recurso creado por cierta comunidad para apoyar sus propios intereses. A lo largo de este texto, la autora subraya el hecho de que la mayoría de los seres humanos, prácticamente a través de toda la historia, han vivido sin saber de ciencia. Propone que reviva- mos la doxa o conocimiento popular, porque es más pertinente que la ciencia en asuntos políticos, y llega hasta el punto de decir que tal vez no haga falta salvar la brecha, ya que los cientí- ficos resuelven sus propios problemas, pero no siempre ofrecen respuestas a las preguntas de interés para el público general. Además de ensayos generales como los antes citados, en la actualidad existen muchos estudios de casos sobre este fenóme- no, en especial acerca de Francia y Gran Bretaña, y particular- mente de los siglos y . También hay varios volúmenes, monográficos o colectivos, así como congresos temáticos, sobre las formas en las cuales los grupos de científicos se han relacio- nado con una diversidad de públicos a través del tiempo. Toda esta investigación ha ayudado a entender mejor, desde una perspectiva más amplia, la historia de la ciencia en la sociedad, pues, como plantea James Secord: “Si la ciencia es de verdad Bernadette Bensaude-Vincent, “A Genealogy of the Increasing Gap Between Science and the Public”, Public Understanding of Science, , , pp. - . Susana Biro y Gisela Mateos una actividad que hacen las personas, el estudio de las prácticas comunicativas debería ser algo que todos [los historiadores de la ciencia] hacemos todo el tiempo”. En el presente ensayo usamos el enfoque que pone de relie- ve los procesos comunicativos para entender los ejemplos de comunicación de la astronomía en torno a la figura de Joaquín Gallo, quien fue director del Observatorio Astronómico Na- cional ( ) de México entre y . Hay dos trabajos grandes de investigación sobre la historia de la astronomía en México durante el siglo . En Téllez se estudia detalladamen- te el periodo de a , lapso en que Ángel Anguiano fue director del . Y el de Bartolucci donde se repasa toda la historia del Observatorio de una manera general para ver con mayor detalle la consolidación de la comunidad astronómica durante la segunda mitad del siglo . Nuestra investigación se ubica temporalmente entre los dos, y difiere de ellos en que nuestro enfoque incluye a los públicos con el fin de entender lo que sucedía dentro y en torno a la astronomía mexicana de ese periodo. Como hasta ahora no se ha hecho mucha investiga- ción sobre el papel que ha jugado la comunicación en el desarro- llo de la ciencia en países de la llamada periferia, nuestro estudio de caso contribuirá a integrar un panorama más completo del fenómeno en todo el mundo. Decidimos estudiar el periodo en el que Gallo fue director del y concentrarnos en las distintas vías por las que intentó comunicar la astronomía en ese lapso. Nuestra investigación se centra en el punto de vista de Gallo como astrónomo profesio- nal que trataba de llevar a cabo su trabajo. Así, las principales James Secord, “Knowledge in Transit”, Isis , , pp. - . E. Téllez, Observatorio Astronómico Nacional: trabajos fotográficos y geográficos bajo la dirección de Ángel Anguiano ( ), tesis de maestría. México, Universidad Autónoma Metropolitana, . Jorge Bartolucci, La modernización de la ciencia en México, el caso de los astrónomos, México, Plaza y Valdés, Astronomía para todos: Joaquín Gallo en el Observatorio preguntas que guían nuestro estudio son las siguientes: ¿Por qué realizó Gallo tanta comunicación con varios públicos diferentes fuerade la comunidad astronómica? ¿Cuáles eran sus intereses y sus motivaciones? Para poder empezar a responder estas pre- guntas, hemos reconstruido el contexto social y político que lo rodeó a él y al Observatorio. Este contexto nos ha permitido analizar e interpretar los ejemplos de comunicación que hemos encontrado. Nuestro trabajo toma como fuentes dos archivos históricos: el Fondo Joaquín Gallo ( ) y el Fondo Observa- torio Astronómico Nacional ( ). Ambos se conservan en el Archivo Histórico de la Universidad Nacional Autónoma de México. El Observatorio Astronómico Nacional Desde su fundación en y a lo largo del periodo que estu- diamos, la historia del Observatorio —al igual que la historia de todo el país— está plagada de inestabilidad y falta de re- cursos. Esta situación limitó el desarrollo de cualquier tipo de investigación, en especial la astronómica. En el proceso de consolidación de la nación mexicana du- rante el siglo se hizo patente la necesidad de definir el terri- torio mexicano (en especial las fronteras) y las coordenadas de las principales poblaciones. Para llevar a cabo esta tarea hacían falta la cartografía, la geodesia y la astronomía. En Francis- co Díaz Covarrubias, “una de las personas que se dedicó más a los estudios y desarrollo de los métodos de observación astronó- Fondo Joaquín Gallo ( ), Archivo Histórico, Universidad Nacional Autó- noma de México. El contiene los documentos relacionados con astrono- mía encontrados en la oficina de Gallo tras su muerte. El contiene toda la documentación preservada del Observatorio Nacional desde su fundación en hasta cerca de . La determinación de las coordenadas terrestres es un problema que se estaba estandarizando en todo el mundo en esa época. Susana Biro y Gisela Mateos mica, encaminados a usos cartográficos y geodésicos”, propuso la creación de un observatorio astronómico con el objetivo de mejorar el conocimiento de la geografía del país. Sugirió que este observatorio se situara en el Castillo de Chapultepec, de- bido a su altura con respecto al resto de la ciudad de México. El gobierno respaldó esta propuesta y nombró director a Díaz Covarrubias. Al poco tiempo, él empezó a realizar las obser- vaciones necesarias. Sin embargo, en abril del mismo año se inició la guerra entre México y Francia; en , Maximiliano de Habsburgo llegó como emperador de México y el trabajo en el Observatorio se interrumpió. Después de tres años de lucha, en los liberales republi- canos fusilaron a Maximiliano, asumieron el control del país y erigieron a Benito Juárez como presidente de la República. En , Vicente Riva Palacio, secretario de Fomento, nom- bró al ingeniero geógrafo Ángel Anguiano como responsable de establecer el Observatorio Astronómico Nacional, el cual fue inaugurado en mayo del mismo año. En ese momento había sólo tres personas trabajando en el Observatorio: el director y dos ayudantes. Esto, y el hecho de que el presupuesto fuera muy reducido, obviamente limitó el número de proyectos que se podían realizar. Además, el Observatorio no era una enti- dad independiente, sino que formaba parte de la Secretaría de Agricultura y Fomento, de modo que su presupuesto era asig- nado por el gobierno, y su definición, al ser fundado, estipu- laba claramente que su misión era dar apoyo en la tarea de la determinación de las posiciones geográficas. En , por de- M. Moreno, “Algunos sucesos que dieron origen a la fundación definiti- va del Observatorio Astronómico Nacional de México en ”, Quipu ( ), , p. Véase Moreno, op. cit., ; Téllez, op. cit., ; P. C. Keenan “The earliest national observatories in Latin America”, Journal for the History of Astronomy , , - . En adelante, Secretaría de Fomento. Anales del Ministerio de Fomento, , p. . Astronomía para todos: Joaquín Gallo en el Observatorio creto presidencial, el Observatorio se mudó al viejo Palacio del Arzobispado, en Tacubaya (a ocho kilómetros del centro de la ciudad de México). Anguiano trasladó los instrumentos, pero no pudo empezar a trabajar de nuevo sino hasta , debido a la falta de recursos. Como hemos dicho, en este periodo el trabajo del Observa- torio se relacionaba principalmente con los estudios geográfi- cos. Sin embargo, sí hubo intentos por establecer una línea de trabajo puramente astronómica. Anguiano empezó a publicar el Anuario del Observatorio Astronómico Nacional “concebido como una obra de consulta tanto para especialistas (ingenie- ros, navegantes, geógrafos y astrónomos) como para un público más amplio”. Además de los datos técnicos, el Anuario conte- nía efemérides astronómicas y ensayos de interés más general. En Felipe Valle, también ingeniero geógrafo, asumió la dirección del Observatorio. Había trabajado ahí durante varios años y siguió apoyando los proyectos existentes. Valle murió en y otro ingeniero geógrafo, Valentín Gama, tomó el relevo hasta , fecha en que dejó el puesto para convertirse en rector de la Universidad Nacional. Así, en menos de quince años, el Observatorio tuvo tres directores diferentes. En , París fue la sede del Primer Congreso Astrofoto- gráfico, donde se inició el gran proyecto internacional Carte du Ciel con el objetivo de medir la posición de todas las estrellas hasta de magnitud . México fue invitado a participar en ese proyecto y se le encomendó la tarea de desarrollar el catálogo de astros entre los - y los - grados de declinación. Esto significa- ba que “México tenía que tomar placas así como registrar, medir y catalogar estrellas”. Esta tarea exigía una buena M. Moreno, “El Observatorio Astronómico Nacional y el desarrollo de la ciencia en México ( – )”, Quipu ( ), , p. . Las estrellas más brillantes son magnitud y nuestros ojos pueden ver hasta la magnitud . J. Bartolucci, op. cit., , p. Susana Biro y Gisela Mateos cantidad de personal y presupuesto. Simplemente para ilustrar la magnitud de la empresa, podemos citar el contraejemplo de Suecia. En ese mismo momento, ese país contaba con tres ob- servatorios nacionales y varias docenas de astrónomos; aun así, decidieron no participar en el proyecto internacional debido a que lo consideraron demasiado demandante. En ese entonces, el trabajo relacionado con astronomía que se hizo en el Observatorio fue básicamente astrometría: la de- terminación de la posición de los cuerpos celestes. Sin embargo, alrededor de se llevaron a cabo las primeras observaciones espectroscópicas. Se tomaron los espectros de las protuberan- cias del Sol y luego se usaron como parte de un intento por conseguir un apoyo para empezar el trabajo de astrofísica en México. En se compraron nuevos instrumentos que iban a permitir la observación de espectros estelares; sin embargo, la inestabilidad ocasionada por la Revolución y la falta de apoyo no permitieron ningún avance en esta dirección. Como Joa- quín Gallo lo cuenta en sus memorias: El equipo del Observatorio para investigaciones de Astrofísica era muy escaso; además de la trepidación del suelo por el movimien- to de vehículos, la iluminación de la atmósfera por el aumento de luces en las calles […] impedían tener cielo limpio [...] Por esto varias veces se intentó cambiar el Observatorio a otro lugar más propicio...en el año de aprovechando una visita del C. Venustiano Carranza, a la Dirección de Estudios Geográficos y Climatológicos, le abordé el problema [...] para que se concedie- se una cantidad de dinero necesaria para trasladar la Institución G. Holmberg, Reaching for the Stars: Studies in the History of Swedish Stellar and Nebular Astronomy ( ), Lund, Suecia, Lund University, . A fines del siglo y principios del se empezaron a usar varias técnicas y conceptos de física teórica en el estudio de lo celeste, y a esto se le llamó “astrofísica”. La Revolución mexicana que se alzó contra Porfirio Díaz, el dictador que se había mantenido en el poder durante casi años, empezó en . Astronomía paratodos: Joaquín Gallo en el Observatorio a otro sitio. No aceptó el entonces Primer Jefe, como tampoco accedió a adquirir los terrenos que hoy se llaman Colonia del Observatorio, para fundar Instituciones Científicas, agrandando por supuesto el Observatorio. La razón que dio el Sr. Carranza fue: “Todo lo que no sea para redimir la deuda que se tiene con el pueblo, no tendrá mi apoyo”. El Observatorio también se encargó de medir el campo magné- tico en la región. Una de las metas planteadas a fines del siglo y principios del fue la elaboración de un mapa magnético de México; esto suponía medir la fuerza del campo magnético en todo el país. El Observatorio también prestaba el servicio de llevar y dar la hora nacional, así como organizar observaciones astronómicas públicas dos noches a la semana. En Joaquín Gallo, también ingeniero geógrafo, fue nombrado director interino del Observatorio, y un año después se convirtió oficialmente en director. Gallo continuó realizando los proyectos existentes y también trató de iniciar otros nuevos. A pesar de sus esfuerzos, en esos primeros años de la admi- nistración de Gallo el Observatorio pasó tiempos difíciles: dos veces fue cerrado por revolucionarios de bandos contrarios. Uno de los principales obstáculos que enfrentó el Obser- vatorio para su operación en los años que siguieron a la Revo- lución fue la falta de personal y la inestabilidad laboral de sus trabajadores. Cada vez que se cortaba el presupuesto, había que despedir a alguien y con la persona se iban horas y horas de entrenamiento. Como Gallo lo escribió en una historia del que apareció en el Anuario de : [...] desde , la planta del personal se ha reducido al grado que hoy no figura en ella, astrónomos ni ayudantes de astrónomos, ni suficientes auxiliares. Actualmente la planta de empleados es la siguiente: Director, Calculadoras, Encargado de Mag- Joaquín Gallo, Memorias, en , Susana Biro y Gisela Mateos netismo, Encargado del Servicio de la Hora, Ayudantes, Medidores, Bibliotecario. Es difícil hacer en estas condiciones, un trabajo efectivo y sistemático solamente por el Director, aun contando con la buena voluntad y ayuda de los calculadores que siempre son valiosos. Asimismo, la falta de fondos impidió comprar instrumentos modernos y de este modo limitó el desarrollo de la investigación astronómica. A pesar de todo esto, de en adelante se lleva- ron a cabo todavía varias actividades, como exponer y medir las placas para la Carte du Ciel y la publicación del Anuario. El Observatorio permaneció bajo la dirección de la Secretaría de Fomento hasta . En ese año pasó a formar parte de la re- cientemente autónoma Universidad Nacional y siguió sin grandes cambios administrativos hasta , cuando el presidente Manuel Ávila Camacho ayudó a su amigo Luis Enrique Erro (un político que también era aficionado a la astronomía) en la creación de un nuevo observatorio en Tonantzintla, en el estado de Puebla. Esto marcó el comienzo del fin de una época pues, aunque el Observa- torio de Tacubaya siguió abierto y continuó con sus actividades, quedó claramente excluido de este nuevo proyecto de investiga- ción en astronomía y, en particular, en astrofísica. Joaquín Gallo: astrónomo Joaquín Gallo nació el de noviembre de en la ciudad de México. Fue el hijo de un editor de libros y perteneció a la prácticamente inexistente clase media de la época. Asistió a la prestigiosa Escuela Nacional Preparatoria y luego a la Escuela Nacional de Ingeniería, donde, a partir de , estudió la ca- rrera de ingeniero geógrafo. En , ingresó al Observatorio para hacer las prácticas profesionales de algunos cursos de su carrera. Desde entonces permaneció en Tacubaya durante casi Astronomía para todos: Joaquín Gallo en el Observatorio cincuenta años. Después de un año en el Observatorio, recibió una beca para hacer ahí trabajo de cálculo y, en , cuando se tituló, fue nombrado astrónomo. En , el director del Observatorio, Valentín Gama, fue nombrado rector de la Universidad Nacional, y con ello Gallo se convirtió en director interino. Un año después fue ratifica- do en el puesto que mantuvo hasta . Durante este tiempo también fue profesor de cosmografía en la Escuela Nacional Preparatoria (desde ) y en la Escuela Nacional de Ingenie- ría (desde ). Además dio clases en la Escuela de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional (desde ). Por su obra recibió el grado de Doctor Honoris Causa de Northwestern Uni- versity de Chicago, y fue miembro de numerosas asociaciones científicas nacionales e internacionales. Gallo hizo muchos viajes de observación (en general de eclip- ses solares), para asistir a congresos o para conocer otros observa- torios y establecer contacto con otros grupos de astrónomos. Aún antes de que trabajara en el Observatorio aprovechó un viaje que hizo a Saint Louis Missouri para asistir a la Feria Mundial y visitó también el Observatorio Yerkes, que en esa época era uno de los más importantes del mundo. Estos viajes lo llevaron a Europa, Estados Unidos y América del Sur. En el periodo que estamos estudiando, que es también la épo- ca en que fue director del Observatorio, Joaquín Gallo trabajó en muchos proyectos científicos, así como en actividades para promover la ciencia. En lo que se refiere a su actividad científica profesional, su mayor prioridad fue cumplir las obligaciones establecidas con anterioridad. El Observatorio tenía que seguir produciendo los datos para el proyecto internacional Carte du Ciel. Esta actividad, que implicaba exponer y medir las placas fotográficas, exigía muchos recursos y trabajadores en una época en que el Observatorio tenía poco de ambos. La publicación del J. Gallo Sarlat, Joaquín Gallo Monterrubio: astrónomo, universitario y hombre cabal, México, edición del autor, ; Gallo, ibid. Susana Biro y Gisela Mateos Anuario también implicaba numerosos cálculos de efemérides, la redacción de textos, la formación de cuadros de información, así como el cuidado de la edición. Además de todo esto, había que dar la Hora Nacional a cualquiera que llamara por teléfono pidiéndola, así como realizar algunos servicios meteorológicos importantes para la Secretaría de Agricultura. A pesar de esta pesada carga de trabajo y de que muchas veces no contara más que con un par de ayudantes, Gallo logró llevar a cabo otros proyectos de interés para la astronomía. Organizó varias expediciones para observar eclipses solares, en México y en el extranjero. También realizó muchas mediciones del cam- po magnético y sus variaciones, así como mediciones de longi- tud, que fueron importantes para determinar los husos horarios que se estaban definiendo en todo el mundo. Se mantuvo al tanto de la investigación en astrofísica, la cual se propagaba por los observatorios de otros lugares, e intentó hacer observacio- nes espectroscópicas con el limitado equipo del Observatorio. Publicó los resultados de todo este trabajo científico principal- mente en revistas nacionales como el Boletín del Observatorio Astronómico Nacional de Tacubaya o el Boletín de la Secretaría de Fomento y a veces en publicaciones internacionales. Gallo ante sus públicos Además de las actividades puramente científicas, Gallo dedicó una considerable cantidad de tiempo a comunicarse con una diversidad de grupos fuera del Observatorio. Ésta es la parte Las observaciones de eclipses solares eran importantes para entender la co- rona solar, un tema del cual se sabía muy poco entonces. O. Moncada, Bibliografía geográfica mexicana: la obra de los ingenieros geó- grafo, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Geografía, , pp. - . S. Biro, “La ciencia por correspondencia”, ¿Cómo ves?, ( ): - , Astronomía para todos: Joaquín Gallo en el Observatorio que más nos interesa aquí, ya que examinarla nos ayuda a com- prender mejor el panorama en su totalidad. A partir de los documentos preservados en el FondoObser- vatorio Astronómico Nacional ( ) podemos ver cómo Gallo cabildeaba en favor del Observatorio. Hizo este tipo de promo- ción de su disciplina con los altos funcionarios de la Secretaría de Fomento y, posteriormente, con los de la Universidad Nacional. Pedía apoyo para poder retener a su personal, para el manteni- miento de las instalaciones del Observatorio y con el fin de con- seguir nuevo equipo astronómico que le permitiera hacer mejores observaciones e introducir el área de investigación de astrofísica. Promovió asimismo la imagen de la astronomía mexicana en otros países. Aparte de sus múltiples viajes al extranjero, enviaba regu- larmente copias del Anuario a los observatorios de muchas nacio- nes de Europa, a Estados Unidos y a países de América Latina, e intercambió correspondencia con astrónomos de todo el mundo. Gallo también se dirigió al gran público. Aunque es probable que haya empezado antes, tenemos pruebas de que, comenzan- do en , escribió artículos de interés general sobre astronomía en diarios locales y nacionales como Excelsior y El Universal, así como en publicaciones más especializadas como las Memorias de la Sociedad Científica Antonio Alzate (la revista de la sociedad científica más importante de la época). Por cartas recibidas y en- viadas en el periodo en que fue director, sabemos que dio charlas de astronomía dirigidas a todo público en el Observatorio, en otras partes de la ciudad de México y en el resto del país. También recuperó la tradición de permitir que el público no especializado observara por los telescopios de Tacubaya dos veces a la semana. Los jueves, las observaciones eran gratuitas, ya que se dedicaban principalmente a grupos escolares, y los sábados se cobraba una pequeña cuota. Escribió folletos sobre temas de interés general como la Luna, las estrellas o el Sistema Solar, y con frecuencia concedió entrevistas a los medios de comunicación sobre las últi- mas noticias astronómicas. En los más de treinta años durante los Susana Biro y Gisela Mateos cuales fue director, Gallo respondió cientos de cartas del público que contenían preguntas de distintas clases. Los temas de esta correspondencia eran la astronomía y la meteorología (dado que este departamento aún pertenecía al Observatorio en los prime- ros años de ese periodo), y esas misivas son especialmente intere- santes, ya que reflejan el conocimiento que en esa época tenía la población general sobre estos temas. Es este conjunto de acciones comunicativas las que nos inte- resan, por sí mismas y porque creemos que a través de ellas po- demos entender mejor la situación de la astronomía en México en ese periodo. Tras revisar y analizar todos los ejemplos pre- sentes en el , hemos detectado tres tipos distintos de fenó- menos de comunicación que difieren en la intención del actor principal. En primer lugar, tenemos el cabildeo o promoción que una comunidad científica hace en beneficio propio. En segundo, tenemos la comunicación de conocimientos que se origina en la comunidad científica y se dirige al público general. Y finalmente está el conocimiento sobre la naturaleza que el pú- blico tiene o crea con relativa independencia de la comunidad científica. Tomando como base descripciones elaboradas por historiadores de la ciencia que han estudiado fenómenos simi- lares a éstos, llamamos a estas tres actividades distintas: ciencia pública, popularización y ciencia popular, respectivamente. En lo que sigue definimos cada una de ellas en términos generales, y luego las describimos en relación con nuestro caso de estudio haciendo referencia a ejemplos encontrados en el . Ciencia pública Dado el momento en que escribió su trabajo, podemos decir que Frank Turner tuvo un enfoque muy original del estudio de la F. M. Turner, “Public Science in Britain. ”. Isis ( ), , pp. - . Astronomía para todos: Joaquín Gallo en el Observatorio historia de la ciencia. Para poder entender los discursos públicos de los científicos en Gran Bretaña en el periodo de a , Turner estudió sus relaciones con los grupos que financiaban su obra y encontró cómo los distintos discursos dependían de la di- rección en que soplaban los vientos políticos. Desde el principio, Turner define la ciencia pública de la siguiente manera: […] los científicos encuentran que deben justificar sus activi- dades ante los poderes políticos y otras instituciones sociales de cuya buena voluntad, mecenazgo y cooperación dependen. Tanto la retórica y los argumentos, como la polémica que se producen en este proceso se pueden llamar ciencia pública, y a aquellos que llevan a cabo esta tarea se les puede llamar científicos públicos. Encontramos muchos casos en los que Joaquín Gallo hace ciencia pública o cabildeo. Por ejemplo, en sus primeros años como director, cuando el Observatorio todavía era parte de la Secretaría de Fomento, escribió muchas veces al ministro del ramo (en general a través de alguno de sus subordinados) para invitarlo a ver un nuevo instrumento, a observar un fenómeno astronómico de actualidad o a inaugurar alguna sección recién remodelada del Observatorio. En este periodo recibió escasa respuesta y menos apoyo. A veces, como en esta carta dirigida al secretario privado del ministro el de enero de , Gallo escribía en un tono de protesta: con motivo de la reducción de personal de este Observatorio, se dará el servicio de la hora telefónica al público, única y ex- clusivamente de las a las horas [...] en vista de la causa ya mencionada no es posible satisfacer a las demandas de determi- naciones magnéticas [...] Haré un esfuerzo por que no se sus- penda la publicación del Anuario, aunque modificando la forma Los archivos del no pueden ser citados con precisión, ya que los ma- teriales todavía no se han terminado de clasificar. Susana Biro y Gisela Mateos a fin de hacerlo bajo una base más económica y no suspender por ningún motivo esta publicación después de cuarenta y cuatro años de publicarse. Sin embargo, nunca dejó de hacer esfuerzos para obtener reco- nocimiento y apoyo de muchas formas diferentes. En otra carta dirigida al mismo funcionario, en febrero del mismo año, su actitud es más conciliadora: Hace mucho tiempo que no tengo el gusto de verlo por acá [...] Como notas importantes tengo el gusto de comunicarle que los Observatorios de Australia y Sudáfrica están pidiendo datos de observaciones a este Observatorio, por lo tanto mayor renom- bre adquirirá esta Institución al comunicarles los resultados que solicitan. Además de estos casos, los archivos muestran varios ejemplos en los que Gallo actuó como astrónomo público cuando tra- taba con la Universidad y con una diversidad de sociedades científicas internacionales. Como un ejemplo del efecto de su esfuerzo, México fue invitado a pertenecer a la International Astronomical Union [Unión Astronómica Internacional] cuan- do ésta se fundó en . Popularización Dentro de las actividades de Joaquín Gallo, el segundo tipo de comunicación sobre astronomía que podemos distinguir es el de la popularización de la ciencia. En términos generales, definimos popularización como la comunicación del conoci- Hemos evitado el uso de la palabra divulgación, que es más común en el habla cotidiana, y que se presta a confusiones debido a las concepciones am- biguas que se tiene de ella. Astronomía para todos: Joaquín Gallo en el Observatorio miento generado por los científicos dirigida al público general. Como Bernard Lightman lo muestra en su obra acerca de la Inglaterra victoriana, esta comunicación puede ser una tarea de los propios científicos o de divulgadores. En México, en el periodo que estamos estudiando, la popularización fue hecha principalmente por los propios científicos. En el caso que aquí nos ocupa encontramos que Gallo em- prendió una diversidad de actividades de popularización. El ejemplo mejor documentado a estas alturas de nuestra investi- gación es el de los artículosque escribió para diarios de circula- ción nacional como Excelsior, El Demócrata y El Universal entre y . Los archivos del contienen sus manuscritos así como las cartas que los acompañaban cuando fueron en- viados para su publicación. Aunque estos artículos son sobre una diversidad de temas, comparten ciertas propiedades. En general, tratan sobre algún fenómeno astronómico de actuali- dad, como un eclipse o el descubrimiento de un nuevo cometa. Algunas de estas notas son muy breves, simplemente informati- vas, pero muchas de ellas son más largas e incluyen el contexto y la historia del fenómeno. Tal es el caso de una nota sobre Marte escrita en junio de : Dentro de unos cuantos meses, Marte, el misterioso Planeta rojizo, que parece encerrar vida en su superficie, estará tan próximo a la Tierra, que su distancia será la mínima que pueda tener en muchos años, dadas sus condiciones orbitales. Probablemente, los griegos dieron el nombre del Dios de la Guerra, por su coloración rojiza, semejante al efecto de la lucha cruel entre la humanidad. Siempre que le era posible, Gallo incluía también alguna infor- mación acerca del Observatorio, como una invitación a visitarlo Bernard Lightman, “‘The Voices of Nature’: Popularizing Victorian Sci- ence”, en B. Lightman (comp.), Victorian Science in Context, Chicago, Chi- cago University Press, , pp. - . Susana Biro y Gisela Mateos y observar Marte en los días en que estaba más cercano y por lo tanto era más visible. Como ya lo hemos mencionado, durante su periodo como di- rector Gallo realizó muchas otras actividades que caen en esta ca- tegoría, como impartir charlas para todo público, escribir folletos y recibir visitantes en el Observatorio. En muchos casos, declaró abiertamente que para él esto era importante, porque creía que el conocimiento de la ciencia contribuiría al progreso de la nación. Uno de estos casos es la carta enviada al secretario de Educación el de abril de , como parte de su campaña de recaudación de fondos para un planetario donde dice que dicho instrumento puede ser un factor poderoso en el desarrollo de la cultura, en especial la de los niños. Ciencia popular La tercera categoría de nuestra clasificación incluye el conoci- miento sobre la naturaleza producido y compartido por indi- viduos o grupos que no pertenecen a la comunidad científica profesional. La botánica es un tema típico sobre el cual la pobla- ción general se hace preguntas y desarrolla respuestas de manera independiente. Anne Secord ha estudiado el caso de artesanos (como los tejedores) del norte de Inglaterra durante el siglo , que eran botánicos en sus ratos libres. En este ensayo, que “se propone investigar la práctica de la ciencia desde un punto de vista de la clase trabajadora”, Secord muestra cómo en esa época en Lancashire existían comunidades organizadas que producían información original con independencia de los botánicos pro- fesionales. Esta búsqueda de conocimiento sobre la naturaleza por parte de un grupo de gente no especializada es lo que Secord denomina “ciencia popular”. Anne Secord, “Science in the pub: artisan botanists in early nineteenth- century Lancashire”, History of Science , , pp. - . Astronomía para todos: Joaquín Gallo en el Observatorio Como estos objetos son visibles para todos, es muy común encontrar también el tema de las estrellas y los planetas en la cultura popular. En nuestro caso, las cartas que Gallo recibía del público general constituyen una ventana por la cual po- demos asomarnos al mundo de la astronomía popular en el México de esa época. Tenemos pruebas de que, en sus más de treinta años como director, Gallo recibió y respondió puntual- mente cientos de cartas con preguntas o comentarios sobre los fenómenos celestes. Estas cartas abarcan una amplia gama de temas y enfoques que hemos separado en tres grupos, cada uno de ellos un poco más alejado de la astronomía propiamente dicha y un poco más cerca de la cultura popular. Las cartas del primer grupo fueron escritas por aficionados a la astronomía cuyo principal interés era hacer observaciones astronómicas de los cuerpos celestes. Estos individuos plantean preguntas sobre las cosas que observan o sobre noticias que han leído; piden recomendaciones de libros de astronomía o la mejor manera de conseguir o construir su propio telescopio. El siguiente frag- mento de una carta escrita en junio de muestra muchos de los problemas que esos aficionados mexicanos tenían en esos momentos: Yo soy un individuo de años, bastante pobre, que para dar una idea de mi situación, basta con decir que hace cuatro años mili- to entre las filas de los “sintrabajo” [...] Hará aproximadamente cinco años que conozco esta ciencia, y aunque no la sé ni siquiera lo suficiente para considerarme un aficionado astrónomo, pues no cursé más que hasta tercer año de la primaria, y por lo tanto no conozco el álgebra [...] Pues bien: como lo que más me ha llamado la atención es mirar a través de un anteojo de dimensio- nes medias las maravillas que describen Uds. los astrónomos en sus obras; y como en tanto tiempo que llevo deseando tener un En un trabajo realizado después del aquí presentado (Biro ) se abordan las mismas cartas desde el punto de vista, ya no de Gallo, sino de quienes le escriben. Susana Biro y Gisela Mateos mencionado anteojo, me he dado cuenta de que es materialmen- te imposible. Este individuo propone entonces la muy original idea de cons- truir un telescopio refractor grande armándolo con muchas lentes más pequeñas que sí podía comprar. Dentro del grupo formado por este tipo de cartas encontramos a muchos indivi- duos y algunas asociaciones de aficionados que entonces em- pezaban. En el segundo tipo de cartas que Gallo recibió, los autores explican sus propias ideas o teorías acerca del Universo y su fun- cionamiento. En este caso, se trata de individuos que han leído un poco sobre astronomía y luego elaboraron sus propias ideas. Hablan de problemas tales como la composición de los cometas, el movimiento de los cuerpos celestes o la estructura de todo el Universo. La mayoría de las cartas describen las teorías con rela- tiva brevedad. Sin embargo, hay un caso muy interesante de un largo intercambio epistolar de trece años entre Gallo y Emilio Nolte, un minero retirado que desarrolló su propio sistema para explicar el movimiento y las distancias de los planetas. Segura- mente será muy interesante estudiar este curioso caso con mayor detalle. El siguiente ejemplo de otro autor es acerca de Marte, data de mayo de y es típico de este segundo tipo de cartas. Después de hacer referencia a investigaciones sobre la materia hechas en las áreas de biología, geología y astronomía, este autor prosigue para exponer su propia versión: ¿No le parece a usted que todavía no se ha dicho la última palabra respecto de la probable causa que origina la coloración roja del planeta Marte? [...] Usted no ignora que la clorofila, esa preciosa substancia colorante de los vegetales terrestres, que emplean en Susana Biro, “Astronomía oficial y astronomía popular: un caso en la histo- ria de México”, X Reunión de la RedPop, (www.cientec.or.cr/pop/memoria/), . Astronomía para todos: Joaquín Gallo en el Observatorio las farmacias y reposterías para dar color verde a la infinidad de productos medicinales y comestibles, goza de la singular propie- dad de ser fluorescente; cuando es preparada una solución con- centrada de dicha substancia dentro de un globo de vidrio, si este matraz así preparado se expone dentro de un cuarto obscuro a la acción de un rayo de Sol que penetre por una rendija practicada en la puerta, la solución de clorofila ya no será verde, sino por ese fenómeno de fluorescencia de que antes he hablado. A partir de esto, el autor llega a la conclusión de que Marte es rojo porque está cubierto de vegetación. Sea cual sea la parte del cosmos de la que estén hablando, los autores de lascartas de este grupo son siempre originales y entusiastas. Su información pa- rece provenir en parte de científicos, en parte del conocimiento popular, y en buena medida de su propia imaginación. Las cartas del tercer grupo que hemos definido contienen expresiones de creencias comunes en la cultura popular. Hay, por ejemplo, preguntas acerca del efecto de los eclipses en los seres humanos, o de la luna llena sobre animales y plantas. Al parecer los autores de estas cartas no saben nada de astronomía. Éste es un ejemplo típico: Me he basado de esta Carta para Saludarlo altamente y después decirle lo Siguiente que con Grandes ancias quisiera saber si en el año que Nací y el día Si podré obtener un premio gordo de La Lotería Nacional combinado Los numeros de Los Planetas con la Fecha en que bine al Mundo. Gallo respondió a todas y cada una de las cartas que recibió, siempre tratando de explicar lo que podía. En este caso, con cierto sentido del humor, contesta: “si yo supiera el secreto, ya me hubiera sacado la lotería”. Una de las cosas interesantes que se pueden destacar es que, al comienzo de este periodo las car- tas iban dirigidas simplemente “al director del Observatorio”, Susana Biro y Gisela Mateos mientras que varios años después prácticamente todas iban di- rigidas al “Ingeniero Joaquín Gallo”. Esto muestra que con el tiempo se volvió una figura conocida para el público. Evidentemente, separar las acciones de comunicación de la astronomía en tres grupos diferentes es muy útil para enten- der cada una por separado. También nos permite empezar a comprender las formas en que este astrónomo se relacionó con diversos públicos, así como la manera en que todo esto se in- serta en el panorama completo de la ciencia en la sociedad. Sin embargo, es importante tener presente que la ciencia pública, la popularización y la ciencia popular no son compartimentos estancos. Se trata de fenómenos dinámicos conectados por va- rias clases de interacciones y retroalimentaciones. Por ejemplo, aunque el principal beneficiario de la popularización hecha por Gallo fue el público general, también sirvió como medio de promoción de la comunidad astronómica en el seno de la socie- dad mexicana. Asimismo, encontramos que Gallo eligió los te- mas que aparecían con más frecuencia en las cartas que recibía (ciencia popular) para sus tareas de popularización. Conclusiones De este estudio de caso se pueden extraer tanto conclusiones particulares como generales. En un nivel particular, podemos ver que la historia de la astronomía en México durante el perio- do que estudiamos se vuelve más claramente detallada cuando se estudian las acciones de comunicación dirigidas hacia fuera de la comunidad científica. En el periodo que hemos estudiado, todavía no aparecía en México una sólida comunidad astronómica. El hecho de que el Observatorio hubiera sido fundado con el propósito de ayudar en las determinaciones requeridas para los estudios geográficos, y la falta de recursos debida a la inestabilidad política, obsta- Astronomía para todos: Joaquín Gallo en el Observatorio culizaron la realización de trabajo de astronomía. El proyecto astronómico más importante de la época fue la participación mexicana en el proyecto internacional Carte du Ciel. La inmen- sidad de este proyecto y el escaso e inestable personal que tra- bajaba en el Observatorio significaron que quedara muy poco tiempo para dedicar a otros proyectos. A pesar de los constantes intentos por parte de Gallo de iniciar el trabajo en astrofísica, la situación del país y por ende en el Observatorio no fue propicia para ello. En medio de todo esto, en los más de treinta años que fue director, Joaquín Gallo encontró el tiempo para tener una comunicación rica con la Secretaría de Fomento, con funciona- rios de la Universidad Nacional, astrónomos de observatorios de todo el mundo, lectores de diarios, revistas y folletos, y con la gente que se acercaba a él para plantearle preguntas, tanto en persona como por medio de cartas. La respuesta a nuestra pregunta, ¿por qué Gallo pasó tanto tiempo comunicándose con grupos fuera de la astronomía?, sur- ge de la suma del contexto que rodeó al Observatorio y el estudio de cada uno de los casos de comunicación. La separación en tres categorías que propusimos —ciencia pública, popularización de la ciencia y ciencia popular— hace más fácil comprender la re- lación entre Gallo y los públicos. Por lo tanto, podemos decir que Gallo fue un científico público al promover la astronomía mexicana tanto en su país como en el extranjero, con el fin de conseguir apoyo para el trabajo del Observatorio. Hizo populari- zación de la astronomía porque creía que una nación que podía pensar científicamente tenía más posibilidades de progresar. Pero también lo hizo para promover su disciplina en la sociedad y como respuesta al fuerte interés en su materia que expresaba el público. Finalmente, aunque debido sobre todo a la iniciativa de los miembros del público, también interactuó con la ciencia popular y con el interés existente por los fenómenos celestes. Es evidente que Joaquín Gallo no logró todo lo que quería para la astronomía mexicana en su tiempo como director del Susana Biro y Gisela Mateos Observatorio Astronómico Nacional. No obstante, las tareas de comunicación que emprendió tuvieron el efecto de hacer de la astronomía una disciplina reconocida por otros científicos, por políticos y por la sociedad mexicana en general. Quedaron fin- cados así los cimientos sobre los cuales posteriormente fue posi- ble erguir un grupo sólido de astronomía moderna en México. En un nivel más general, podemos decir que, como lo mues- tra este caso una vez más, incluir la comunicación en los estu- dios de la historia de la ciencia permite una visión más clara de la ciencia en la sociedad en su conjunto. Esperamos que este caso ocurrido en México durante la primera mitad del siglo ayude a complementar el conjunto de estudios de caso ya existente. Agradecimientos Agradecemos a Jorge Bartolucci por darnos a conocer el caso de Joaquín Gallo, y por muchas conversaciones interesantes acerca de la historia de la astronomía en México; a Alicia Castillo por leer una versión previa de este texto y hacernos muchas suge- rencias útiles; y a Mariano Mercado, del Archivo Histórico de la Universidad Nacional Autónoma de México, por su ayuda en la consulta de los archivos.
Compartir