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El estudio de la emoción a lo largo de la historia La psicoterapia basada en la emoción 1. Introducción. 2. La emoción en la antigüedad. Primera teoría de la emoción: Platón (427 a. de. C - 347 a. de C.). La emoción como afección del alma: Aristóteles (384 a. de C.-322 a. de C.). Los estoicos: emoción sin significado. 3. La emoción en la edad media. 5. La emoción en la edad moderna. El renacimiento y la corriente naturalista. Los racionalistas. Los empiristas ingleses. La corriente idealista. 6. Conclusión. 7. Bibliografía. CONTENIDO 3El estudio de la emoción a lo largo de la historia | Introducción El estudio de las emociones, su función y su influencia en el comportamiento del ser humano ha sido un tema de peso que se ha tratado desde tres perspectivas fundamentales: la filosofía, la psicología y las neurociencias. En este primer tema se hará un recorrido por los filósofos y pensadores occidentales más importantes en este sentido, puesto que de ellos y sus ideas se han nutrido las posteriores teorías psicológicas basadas en la emoción. Se puede hacer una primera clasificación dividiendo a todos estos pensadores en dos grandes grupos u orientaciones: • Teorías que otorgan un significado a las emociones: encuentran una funcionalidad en la emoción para la supervivencia del ser humano, estén o no subordinadas a la razón. • Teorías que niegan el significado de las emociones: basadas en la filosofía estoica, y para las que el mundo es racionalmente perfecto. La emoción en la antigüedad Primera teoría de la emoción: Platón (427 a. de. C - 347 a. de C.) Para Platón existe una clara diferenciación entre cuerpo y alma, siendo el primero como una cárcel para la segunda. Formula la que ha sido considerada como la primera teoría de la emoción en su obra Filebo, en la que se define, en función de su trilogía básica, a la mente o el alma dividida en los dominios cognitivo, afectivo y apetitivo. Representa esta trilogía mediante la metáfora del Auriga, en la que el jinete representa a la razón, que conduce a dos caballos: el afectivo y el apetitivo. En la actualidad estos tres dominios se corresponderían con la cognición, la emoción y la motivación, respectivamente. Claramente da a la razón el mayor peso, en cuanto a que debe controlar a la parte afectiva y a la apetitiva. La emoción como afección del alma: Aristóteles (384 a. de C.-322 a. de C.) Aristóteles desarrolla la Teoría Clásica más completa en el estudio de la emoción. Para él la emoción es una reacción inmediata del alma, acompañada de placer o de dolor. El hecho de sentir placer o dolor permite darle un valor a la situación y considerarla favorable o desfavorable. Esta teoría la desarrolla en su obra Retórica. Aunque comparte con Platón una concepción funcionalista de la emoción, se diferencia de éste en que para Aristóteles las dos dimensiones del alma (racional e irracional) forman una unidad. Por tanto, en las emociones se ecuentran elementos racionales, como creencias o expectativas. En este sentido, aportó algo que después sería desarrollado en algunas teorías cognitivistas modernas, y es que un mismo hecho puede provocar una emoción distinta en cada persona. Los estoicos: emoción sin significado La filosofía estoica es fundada por Zenón de Citio (335- 264 a.C.) en Atenas. Esta corriente define la emoción como una alteración del ánimo, que enturbia la perfección humana que está basada en la razón. Para ellos las emociones no tienen significado ni función alguna. Existen cuatro emociones fundamentales: 1. Anhelo por los bienes futuros. 2. Alegría por los bienes presentes. 3. Temor a los males futuros. 4. Aflicción por los males presentes. El humano sabio es el que no altera su estado de ánimo, es decir, el que se mantiene en un estado mental libre de alteraciones emocionales. A este estado lo denominan apatheia. La emoción en la edad media En la Edad Media, época en la que la Iglesia toma un poder casi absoluto en occidente, aparece el término “pasión”. Las pasiones eran originadas por los deseos y apetitos, que había que mantener bajo control según la mayoría de teorías de la época. Este control le correspondía a la parte racional del alma, y se consideraba un pecado dejarse arrastrar por las pasiones. Dentro de este periodo se va a destacar la obra de San Agustín de Ipona (354 - 430), quien dentro del pensamiento cristiano va a dar cierta importancia a las emociones y las integra dentro de la moralidad, considerando al ser humano como un todo; como un ser que piensa, siente y desea. La vida moral está formada por entendimiento, memoria y voluntad. El entendimiento hace saber lo que está bien o mal, pero es la voluntad o “voluntas” la encargada de controlar las pasiones y afecciones, la que hace querer ese bien. Si las pasiones están controladas, su papel es positivo 4El estudio de la emoción a lo largo de la historia | porque mantiene unido todas las partes del ser, pero si están descontroladas perturban el alma y generan inquietud y malestar. Ya en el siglo XIII aparece la figura de Santo Tomás de Aquino (1225 - 1274), para quien las pasiones provienen de la parte apetitiva del alma, por lo que las compartimos con el resto de animales. Afirma que hay 11 pasiones divididas en dos grupos: • Las que provienen de la parte concupiscible: amor, odio, alegría o gozo, tristeza, deseo y aversión. El amor es la pasión fundamental y el origen de todas las demás, y junto a su opuesto (el odio) forman las pasiones más primitivas. Estás llevan a acercarnos al bien y evitar el mal, dando lugar al resto de pasiones de su grupo. • Las que provienen de la parte irascible: temor, ira, audacia, esperanza y desesperación. Giran en torno a la creencia acerca de la consecución o no de los bienes que se quieren conseguir. La emoción en la edad moderna (s XV - s.XVIII) El renacimiento y la corriente naturalista El Renacimiento representa una etapa histórica que abarca los siglos XV y XVI, y tiene que ver con un extenso movimiento cultural que se desarrolla en toda la Europa Occidental. Después de la intensa corriente teológica de los siglos anteriores y la importancia dada a Dios, el interés por el humano y la naturaleza se hace protagonista ahora surgiendo la corriente humanista y el naturalismo. Uno de los filósofos que va a encarar el tema de la emoción desde esta doctrina naturalista es Bernardino Telesio (1509 - 1588). Telesio diferencia entre cuerpo y espíritu vital, y sostiene que existe una función biológica del placer y del dolor como mecanismos de supervivencia. Las cosas tienen una fuerza que puede generar dolor (si son contrarias al cuerpo y al espíritu vital) o placer (si son afines a ellos), por lo que todos los sentimientos en el humano van a depender de causas materiales. Una de las cosas que generan placer al espíritu vital es la convivencia, que puede hacerlo sólo por la compañía del otro en sí misma. Los racionalistas Se considera a René Descartes (1596 - 1650) el fundador del racionalismo, corriente que sigue dando a la emoción un carácter perturbador sobre la razón, que es la única que puede llevar al verdadero conocimiento. 5El estudio de la emoción a lo largo de la historia | Descartes expone su teoría sobre las emociones en su obra Las Pasiones del Alma. Dentro de su concepción dualista del ser humano, entiende el alma como ser pensante y lo distingue del cuerpo. Comparte con Hobbes la concepción mecanicista del ser humano, por lo que da a las pasiones un enfoque fisiológico y las ubica en la glándula pineal, donde también reside el alma. Estas pasiones son generadas y mantenidas por los movimientos de los espíritus vitales, que son fuerzas mecánicas que actúan en el cuerpo, y hace una clasificación de 6 pasiones (emociones) básicas. La primera y fundamental es el asombro o admiración, y es la única que no está directamente unida a ningún movimiento corporal.Su descripción podría asociarse a la actual emoción de sorpresa, y va a influir en la pasión que aparecerá después. El resto de pasiones son: la alegría, la tristeza, el deseo, el amor y el odio. Una pasión en el alma va a generar una acción en el cuerpo, por lo que hay una funcionalidad de nuevo en las emociones. El dualismo cartesiano ha tenido una importante influencia en la psicología. Influyó, por ejemplo, en la teoría sobre las emociones de William James que expone en su obra Principios de Psicología en 1890 o en el modelo universalista sobre la emoción. Gottfried Leibniz (1646 - 1716) radicaliza esta separación cuerpo-mente al afirmar que entre las dos no existe una interacción, sino un paralelismo psicofísico. Con respecto a la emoción, estas son para el filósofo signos de imperfección del alma humana o pensamientos confusos que llegan a ésta a través del cuerpo. Es Baruch Spinoza (1632 - 1677), quien dentro de esta corriente racionalista, va a marcar una diferencia importante en cuanto a la concepción del ser humano. La idea más impactante de la filosofía de Spinoza es su definición de Dios, que no es más que la totalidad del universo. Según esta idea, las cosas, y dentro de ellas, el ser humano, no son algo aislado o independiente sino que forman parte del universo, y por lo tanto de Dios. Teniendo en cuenta esta premisa, rechaza el dualismo cartesiano y defiende mente y cuerpo como unidad, siendo la primera una causa de la segunda. Si se centra en su idea sobre las emociones, hace una clasificación en la que sólo existen tres emociones primarias. El deseo es la emoción fundamental, la esencia misma del humano y está enfocada a la acción. La alegría va a llevar al humano a una mayor perfección, mientras que la tristeza hará justo lo contrario. Una persona sabia, según Spinoza, es la que va a conseguir, a través de la razón, el control de estas emociones, haciendo que permanezca la alegría en todas sus formas y eliminando la tristeza. Los empiristas ingleses Paralelamente al movimiento racionalista que imperaba en el continente, en Inglaterra surge una corriente de pensadores para los que el conocimiento no llega a través de la razón, sino de la experiencia (“emperia”= experiencia), que se va a recoger a través de los sentidos. Como representantes de esta tendencia se citara a Thomas Hobbes (1588-1679), y David Hume (1711-1776). Para Hobbes, al que se encuadra dentro del Materialismo Mecanicista, las emociones van a tener una función vital. El hombre es básicamente un cuerpo regido por las Leyes del Universo. Lo asemeja a una máquina que va a realizar dos tipos de movimientos: el generado por los deseos que será de acercamiento, y el generado por las aversiones o el temor de lo que supone un peligro para su vida, que será de alejamiento. De esta manera, las emociones pasan de ser algo perturbador y no aceptado a ser un mecanismo crucial para la supervivencia y por eso, serán la causa de la conducta. Hume sostiene que las emociones son susceptibles de ser medidas igual que cualquier otro fenómeno físico. Introduce la dimensión cognitiva en el origen de las emociones, ya que para él las ideas y creencias de cada uno van a aparecer como génesis de las emociones. De cualquier modo, la conducta para Hume no va a estar determinada por la razón, sino también por la emoción. Sus ideas serán influyentes en la psicología cognitiva. La corriente idealista Se va a terminar este recorrido histórico con el movimiento idealista alemán. Esta corriente arranca con Immanuel Kant (1724 - 1804) y culmina con Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1711-1776). Como su nombre indica, la importancia para estos autores va a recaer en las ideas que son para ellos el principio del conocimiento y de la realidad, puesto que a esta última sólo se puede llegar a través, precisamente, de las ideas. Kant expone su visión sobre las emociones en varias de sus obras (Crítica del juicio y Antropología), en las que hace una diferenciación entre emoción, sentimiento y pasión. Para este autor la razón no siente, pero genera el sentimiento a partir de una necesidad subjetiva a la que llama menesterosidad. Llama emoción a una reacción, por tanto no hay reflexión en ella, es irracional. En palabras del filósofo, “es un ataque por sorpresa de la sensación”. En el momento en que aparece la razón se habla de sentimiento, por lo que para Kant existe una diferenciación en la que el sentimiento es más racional. Dentro de los sentimientos incluye la pasión, existe también reflexión y un impulso hacia el futuro. Aunque esta parte de la filosofía kantiana no ha sido muy popular, lo cierto es que se anticipa a la diferenciación que después hará la ciencia entre los conceptos de emoción y sentimiento. 6El estudio de la emoción a lo largo de la historia | Hegel continúa con esta diferenciación, aunque da al término pasión un matiz más cercano al actual y también más positivo. Se refiere a la pasión como un deseo o sentimiento intenso que puede llegar incluso a dominar la vida de la persona (la pasión por la música o las matemáticas, por ejemplo). Conclusión A lo largo de este recorrido a través de la filosofía de las emociones desde la época clásica hasta el siglo XVIII, se puede comprobar que a pesar de que la emoción ha sido un tema por el que siempre se ha interesado el ser humano, se ha dado a las emociones un enfoque casi siempre negativo. En las visiones más benevolentes, es algo que en cualquier caso hay que mantener bajo control, sobre todo las emociones o sentimientos que se han considerado más negativos. Esta concepción sobre la emoción, sorprendentemente sigue de alguna manera presente en la sociedad actual, en la que aún se educa en la represión de las llamadas emociones negativas que no son bien vistas ni aceptadas. Pero, ¿qué pasaría con las personas si, por ejemplo, la rabia nunca habitara en ellas? Bibliografía 1. Kant, Immanuel. (1991) Antropología. Ed. Alianza. 2. Peterson, Christopher y Seligman, Martin. Character Strengths and Virtues. Ed. Asociación Estadounidense de Psicología, Oxford University Press. 3. 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