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Vagabundas_azules_y_enanas_blancas_princ

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GUSTAVO GUERRERO Y CATALINA QUESADA 
(EDITORES) 
CÁMARA DE ECO 
HOMENAJE 
A SEVERO SARDUY 
G USTAVO G UERRERO 
Y C ATA LI NA Q UE ADA 
editores 
FONDO DE CULTURA ECONÓMICA 
Primera edición, 2018 
Guerrero, Gustavo y Catalina Quesada (eds.) 
Cámara de eco. Homenaje a Severo Sarduy / edición de Gustavo Guerrero, Catalina 
Quesada; introd. de Gustavo Guerrero. - México: FCE, 2018 
463 p. : ilus. , 21 x 14 cm - (Colec. Lengua y Estudios Literarios) 
ISBN 978-607-16-5874-6 
1. Sarduy, Severo - Crítica e interpretación 2. Ensayo 3. Literatura cubana - Siglo XX 
1. Quesada, Catalina, ed. 11. Guerrero, Gustavo, introd. 111. Ser. IV t. 
LC PQ7389 
Distribución mundial 
Diseño de portada: Teresa Guzmán Romero 
D. R. © 2018, Fondo de Cultura Económica 
Carretera Picacho-Ajusco, 227; 14738 Ciudad de México 
Comentarios: editorial@fondodecul turaeconomica.com 
www.fondodeculturaeconomica.com 
Te!. (55) 5227 -46 72 
Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra , sea cual fuere 
el medio , sin la anuencia por escrilo dcllilular de los derechos. 
ISBN 978-607-16-5874-6 
Impreso en México ' Printed in Mexico 
Dewey Cu864 G692c 
A Fran(ois Wahl (1925-2014) 
In memoriam 
Índice 
Introducción. Sarduy, veinte años después, 
por Gustavo Guerrero 
CIENCIAS, FICCIONES Y CREENCIAS 
1. Vagabundas azules y enanas blancas: principios de 
astronomía aplicada, por Catalina Quesada 
n. Sarduy avec Lacan: el retrato del psicoanálisis francés 
en Cobra y La simulación, por Rubén Gallo 
1lI. El pensamiento "oriental" en Severo Sarduy, 
por Georg Wink 
IV A vueltas con los dioses, o sobre un tema (o sujeto) 
que sólo podía ser inmanente a lo religioso, 
por Fran<;;ois Wahl 
1)[ UNA ESTÉTICA TRANSMEDlAL 
V Entre literatura, artes visuales y ciencia: la imagen de 
pensamiento de Severo Sarduy y Ramon Dachs, 
11 
21 
54 
97 
122 
por Rolando Pérez . 139 
V l . Severo Sarduy: pintura y escritura a la intemperie, 
por Eduardo Becerra . 166 
VII . Giorgio Morandi y Marh Rothho: divagaciones 
a partir de dos sonetos de Severo Sarduy, 
por Juan Manuel Bonet 
VIII. Algunas (re)consideraciones sobre la relación entre 
Severo Sarduy y la pintura, por Alfonso Palacio 
IX. Severo Sarduy y la radio, por Anke Birkenmaier 
X. Teoría y práctica de un teatro de la estética, 
por Gustavo Guerrero 
FORMAS DE ESCRITURA/lMÁGENES DE ESCRITOR 
Xl. Diarios de la peste: Sarduy como precursor de la 
escritura seropositiva, por Una Meruane . 
XII . Un Cristo posmoderno, por Milagros Ezquerro . 
XlII. Avatares de la luz, por Pedro de Jesús . 
XIV "La boca de ramajes pintada": una lectura 
camp de Cobra, por Silvia Hueso 
TIEMPOS, ESPACIOS Y CONTEXTOS 
xv La obra literaria inicial de Severo Sarduy, 
por Cira Romero 
XVI. Resonancias sarduyanas: deseo barroco y 
referencialidad en la narrativa cubana de los noventa, 
por N anne Timmer 
XVII. Después ele Sarduy, por Rafael Rojas 
XVIll. Severo Sarduy: del barroco español al neobarroco 
hispanoamericano, por Gonzalo Celorio 
XIX. Figuraciones del Asia en la poesía de Severo Sarduy, 
por Andrés Sánchez Robayna 
XX. Un testigo fugaz y delatado: Severo Sarduy en México, 
por Christopher Domínguez Michael . . . . . 
Noticia sobre los autores 
10 .... 
189 
210 
234 
259 
289 
311 
319 
329 
353 
379 
400 
417 
434 
444 
455 
íNDICE 
INTRODUCCIÓN 
Sarduy, veinte años después 
Veinte años no es nada, dice el tango, y pareciera que cada día 
que pasa tiene más razón, dada la creciente velocidad a la que 
se mueven nuestras sociedades y la vertiginosa y concomitan­
te rapidez de los cambios a los que nos ha tocado asistir en las 
últimas décadas . Observador atento de su época, Severo Sar­
duy (1937-1993) alcanzó a percibir, desde fines de los años 
ochenta, los signos de esta aceleración del tiempo histórico 
que es hoy un objeto de análisis de las ciencias sociales. En 
varios de sus artículos y ensayos alude a ella, y también la 
describe con bastante precisión en la última entrevista que le 
hice, unos meses antes de su muerte . Recuerdo que , cuando 
le pregunté por la posteridad de sus libros, me contestó con 
una respuesta a la vez lúcida y desencantada, pero que expre­
saba, ante todo, una clara conciencia de las importantes trans­
formaciones que vendrían. Para resumirla, ya que es un poco 
larga, digamos que hablar de las lecturas que podrían suscitar 
sus novelas o su poesía en el futuro le parecía entonces un 
ejercicio vano y tonto , casi una majadería , pero no por algún 
defecto o insuficiencia mayor que tuviera su literatura o la li­
teratura de aquel momento , sino por el gigantesco abismo 
que veía abrirse entre su tiempo y el nuestro : "Estas formas 
discursivas, estas nociones del saber, este mundo que ya pa­
dece de su nueva inestabilidad, no tendrán nada que ver con el 
que le sucederá", me dijo enfático. Y agregó enseguida "He 
aquí un detalle científico: la casi totalidad de los objetos de 
1. Vagabundas azules y enanas blancas: 
principios de astronomía aplicada 
CATALINA Q UESADA 
University OJ Miami 
En tanto pues que e! palio neutro pende 
y la carroza de la luz desciende 
a templarse en las ondas, Himeneo, 
por templar en los brazos el deseo 
de! galán novio , de la esposa bella, 
los rayos anticipa de la estrella, 
cerúlea ahora , ya purpúrea guía 
de los dudosos términos de! día. 
LUIs DE G ONGORA, Soledades 
Concibo de inmediato un proyecto astronómi­
co: e! comercio con e! universo salva de lo ni­
mio, sustraídos por lo impensable de sus di­
mensiones a lo trivial. 
SEVERO SARDUY, Pájaros de la playa 
EL INTERÉS exacerbado -rayano en la obsesión- que Severo 
Sarduy sintió por la cosmología se plasma en sus textos ensa­
yisticos, poéticos y novelísticos desde época temprana y se di­
versificará, pues también lo padece el pintor y, por supuesto, el 
hombre de radio , en su faceta de divulgador científico. La as­
tronomía y la cosmología constituyen sin lugar a dudas uno de 
esos pilares sobre los que , junto al estructuralismo, el psico­
análisis lacaniano, el budismo y las relaciones Oriente-Occi­
dente, Góngora y Lezama, se sustenta su poética (Rozencvaig, 
1980; Ulloa, 1989; Rivero-Potter, 1997; Ohldieck, 2010). Todos 
~ 21 
estos demonios u obsesiones giraron en la vida y en la obra de 
Sarduy, claro está, en torno a la noción de vacío, en sus distin­
tos avatares, y le sirvieron para configurar su propia teoría 
acerca de la literatura y el arte, así como su praxis artística; de 
más está decir que ambas resultan incomprensibles sin recurrir 
a todos estos conceptos y nociones, que casi siempre se nos 
presentan entrelazados, reacios al deslinde. 
Durante más de veinte años Severo Sarduy condujo, con 
Emilio Sánchez Ortiz, un programa en Radio France Internatio­
nale, Ciencia en Francia, donde con frecuencia se trataron cues-
FIGURA 1.1. Valor medio de la relación de la masa de hidrógeno con la 
luminosidad en los diferentes Lipos de galaxias -elípticas , espirales, 
irregulares. Esa relación cifra la importancia relativa del gas en una 
galaxia: la sabiduria que conduce a la otra orilla. 
22 .... CIENCIAS. FICCIONES Y CREENCIAS 
tiones vinculadas a la astrofísica, a la astronomía o a la cosmo­
logía CSarduy, 2013: 275). De forma paralela, no sólo construyó 
una obra literaria donde aparecían, de distinto modo, elemen­
tos provenientes de esas ciencias que lo fascinaban , sino que 
elaboró toda una teoría para vincular las ciencias y las artes a 
partir justamente de distintas cosmologías Cprebarroca , barro­
ca y posbarroca) y sus respectivas retombées. En la introduc­
ción a Les poetes et /'univers (1996), Jean-Pierre Luminet, as­
trofísico él mismo y escritor, distingue, siguiendo a Baudelaire , 
entre dos tipos de poetas científicos: los que imitan y los que 
inventan. Si los primeros recurren a los temas que les propor­
ciona la ciencia, exaltan los descubrimientos y celebran la labor 
de los sabios o los científicos, generando así una suerte de poe­sía didáctica o tratado de astronomía en forma lírica, los se­
gundos , a los que denomina reveurs d'univers, son los que , ins­
pirándose en esos motivos , pueden equipararse , gracias a su 
intuición , al científico, e incluso adelantarse de forma sorpren­
dente a los descubrimientos de la ciencia: 
Le reveur d'univers, riche de son acquis en tous les domaines du 
savoir, riche aussi de ses lacunes et de ses doutes, de son intui­
tion étrangement devineresse, se crée une compréhension équi­
librée et synthétique du monde. II pese et il pense les Illaté­
riaux du monde que lui apportent les sciences et les complete 
d'intuition, il en trouve les secretes résonances unitaires. De cer­
taines "vérilés" sur I'univers, pourquoi des poetes ne seraient-ils 
pas mystérieusement avenis tout autant qu'un physicien du xxe 
siecle 7 [11-121 1 
I "El soñador de universos , rico en adquisiciones en todos los dominios 
del saber, y rico también en sus lagunas y sus dudas, en su intuición extral'ia­
mente adivinadora, crea para sí mi smo una comprensión equilibrada y sinté­
Il ea del mundo. Sopesa y piensa los materiales del mundo que las ciencias le 
.Iportan y los completa con intuición , encuentra en ellos las secretas reso­
l1 ancias unitarias. ¿Por qué los poetas no es ta rían enterados misteriosamente 
dc ciertas 'verdades' del universo tanto como un rísico del siglo xx?" 
VAGABUNDAS AZULES Y ENANAS BLANCAS PRINCIPIOS DE ASTRONOMíA APLICADA 
Creo que no hace falta señalar que, si hubiera que colo­
car a Sarduy en una de esas dos categorías, sería, a todas lu­
ces, en la segunda. Sin embargo, y a pesar de su afición al 
espacio sideral, no parece que Sarduy aporte nada relevante 
al conocimiento del cosmos; aunque con un ojo en la bóveda 
celeste, su imaginación creadora se dirige bel et bien a la tierra 
y su contribución radical acontece en el ámbito de las ideas y 
la creación artística. 0, para decirlo con Hélene Tuzet, "la fan­
taisie poétique, loin de se mettre au service de la science, 
prenait appui sur la science pour rebondir dans son propre sens"2 
(1988: 10). 
En el texto "Le poete, le romancier et le cosmologue", 
Fran¡;:ois Wahl compara ese désir de science que Severo experi­
mentó a lo largo de toda su carrera con otros deseos, como el 
de la escritura, la pintura o el de los muchachos, e incluso los 
equipara (1999: 1680) . Me parece esencial establecer esa co­
nexión, como también es necesario establecerla entre esos dis­
tintos y dispares pilares antes mencionados, porque si algo ca­
racteriza la obra de Sarduy es precisamente su habilidad para 
vincular (y si no mezclar, sí superponer) intereses a priori dis­
tantes y terminar dotando al conjunto de una coherencia im­
pecable. A pesar del peculiar uso que de los géneros hace el 
cubano y de la dificultad para establecer límites precisos, es 
posible distinguir entre el tono serio de los ensayos, el burlón 
y paródico de las novelas y el que, a mitad de camino entre lo 
uno y lo otro, encontramos en la poesía. Es evidente que en 
ningún momento Severo (tampoco Deleuze, Guattari o Bau­
drillard, entre otros) sostuvo estar haciendo ciencia, como Ro­
lando Pérez ha destacado a propósito del escándalo protagoni­
zado por Sokal y la publicación, primero del artículo en Social 
Text , "Transforming the Boundaries: Towards a Transformative 
Hermeneutics of Quantum Gravity" (1996), y, después, del libro 
2 "La fantasía poética, lejos de ponerse al servicio de la ciencia, se apoyaba 
en ella para proyectarse hacia su propio sentido." 
24 .... CIENCIAS, FICCIONES Y CREENCIAS 
[mpostures intellectuelles (1997), en su versión francesa, y Fashio­
nable Nonsense: Postmodern Intellectual's Abuse 01 Science (1998), 
en la edición estadunidense; al contrario, todos (y Sarduy qui­
zá más que ningún otro) manifestaron desde el principio que 
estaban simplemente haciendo un uso de conceptos científicos 
para sus propios fines (Pérez, 2012: 13). En su condición de 
divulgador científico, Sarduy no hizo sino dar a conocer al 
gran público sus intereses y compartir su afición por la cosmo­
logía (Kuhn, 1957: XIV-XV); como escritor, dejó clara su condi­
ción de aspirante (1999j: 1347) Y la voluntad de valerse de lo 
imaginario de la ciencia. Difícilmente se le podía escapar (y de­
jar de obtener la correspondiente rentabilidad artística) el ca­
rácter romanesco que la cosmología adquiere en el siglo XX, 
gracias, por un lado, a la diversificación de objetos celestes 
y, por otro, a la imaginación que, a su vez, ostentan los cos­
mólogos para nombrar esas nuevas realidades, que harán de 
dichos cuerpos auténticos personajes en potencia, entre los 
que surgen los acontecimientos más asombrosos (Wahl, 1999: 
L681), y cuya finalidad no es otra que hacer comprensible lo 
inimaginable del universo: 
Si bien el concepto final de la cosmología contemporánea co­
rresponde con lo menos figurable, con lo irrepresentable puro, 
p.ara llegar a ese concepto los científicos recorren un terreno me­
tafórico poblado de recursos evidentes, de comparaciones que 
no pueden ser más figurativas , pintorescas incluso. La ciencia 
-la cosmología- es la ficción de hoy, y su universo es mucho 
más novelable que el parco imaginario de la ciencia-ficción. El 
terreno de metáforas por el que avanza la cosmología para llegar 
a constituir su inconcebible imagen final está plagado de seres 
tan vistosos como las enanas blancas, las enanas negras , las gi­
gantes rojas, las viajeras azules y los huecos negros [Sarduy, 
1999j 1365-1366] 
VAGAB UNDAS AZULES Y ENANAS BLANCAS: PRINCIPIOS DE ASTRONOMíA APLICADA ~ 25 
En ese sentido, creo que no es exagerado reconocer que, 
más allá de las metáforas manidas que aluden a los astros, pla­
netas o satélites y a todas las utilizaciones literarias del orbe, 
Sarduy extrema este uso, tanto en lo que respecta a la parte 
seria (gracias al concepto de retombée) como a la parte más 
descabellada o pintoresca, con un trasvase a su propio universo 
de los aspectos más novelescos de la astronomía, "en faisant la 
source de métaphores délibérément incongrues qui doivent a 
leur incongruité me me la signature affectueuse de leur auteur"3 
(Wahl, 1999 1682). 
La relevancia desde el punto de vista teórico de la serie 
constituida por "El barroco y el neobarroco" (1972), Barroco 
(1974) y Nueva inestabilidad (1987) es innegable y ha sido 
abordada, de un modo u otro, tanto por Franc;;oise Moulin-Civil 
como por Rolando Pérez o el propio Franc;;ois Wahl, por citar 
tan sólo los trabajos más destacados. En cambio, la manera en 
que su propia obra constituye la retombée del modelo cosmoló­
gico contemporáneo y, sobre todo, la utilización literaria de los 
motivos pertenecientes a la astrofísica del siglo xx por parte de 
Sarduy, y el modo en que los pone a dialogar con otros de sus 
demonios, han tenido un desarrollo acaso menor y serán objeto 
de estas páginas . 
De estrellas fijas, de astros fugitivos 
Es Big Bang (1973) el libro en el que de forma más evidente la 
cosmología tiene repercusiones tanto en el plano conceptual 
como en el sígnico. El propio Severo lo plantea en estos térmi­
nos : "El origen de mi libro de poemas Big Bang está en esta 
teoría: la página y sobre todo el poema son, para mí , cuerpos 
en el espacio. Parten de una explosión inicial, de la explosión 
l "creando la fuente de metáforas deliberadamente incongruentes, que 
deben a su incongruencia misma la firma afectuosa de su autor. " 
26 .... CIENCIAS, FICCIONES Y CREENCIAS 
dc un átomo primitivo verbal que ya no existe y que se va ex­
pandiendo. De ahí, en este libro , la importancia de las figuras 
geométricas , de las explosiones, del hecho de que las pala­
bras se van alejando unas de otras, conceptual y tipográficamen­
(e" (Fossey, 1976: 21). Sin embargo, ya en Flamenco (1969) y 
en Mood Indigo (1970) asistimos no sólo a la estampida de los 
ignificantes en la página -ora dispuestos en espiral, ora hu­
yendo de un centro vacío-, sino a unautilización muy par­
ticular de la astronomía, con la construcción de una bóveda 
celeste de pacotilla, copia o simulacro de la originaria (y por 
eso mismo más auténtica), hecha a partir de retales literarios , 
piCtÓlicos o arquitectónicos, pasados, claro está, por el tamiz 
dc la incongruencia sarduyana. Así, si en "Fandangos" las "es­
I rellas de neón" aparecen en una "cúpula inflable" (1999c: 
136-137), en todo el poemario (y más allá de él) pululan "po­
lígonos estrellados" que, por un lado, remiten a la Córdoba del 
poeta homenajeado y sus construcciones arquitectónicas de 
origen árabe, ri.cas en ellos, pero que le servirán, por otro, para 
invocar este ti.po de arquitectura de forma general, como acon­
Icce en el capitulo "Tánger", de El Cristo de la rueJacob (1987): 
"Polígonos estrellados. Parpadea, bordeando las cúpulas de 
yeso, un neón. Mihrab de baquelita. Mucharabíes de poliéster" 
( 1999i: 67) La figura geométrica aparece ya en el pasaje de 
"La e~pe ra en Medina-Az-Azahara" de De donde son los cantan­
(es (1967), ofreciendo la clave para la anterior lectura: "Capite­
les no, birretes de madera agujereados de letras coránicas; el 
nácar de los textos se repite alrededor de las cabezas como los 
animalejos en un plato zirí, arma loas y preceptos, y de esas 
si metrías estrelladas desciende un follaje negrísimo -las gre­
nas de las Moritas- entorchado a las columnas de mármol de 
sus cuerpos" (1999a 382-383) 
Fiel a su propósito de escamotear la referencialidad, Sar­
duy no partirá del referente sideral, sino de la representación, 
ya sea científica, literaria o proveniente de las artes plásticas 
VIIGABUNDAS AZULES Y ENANAS BLANCAS: PRINCIPIOS DE ASTRONOMíA APLICADA 
(pintura, arquitectura), haciendo desaparecer de este modo -tal 
como él mismo destaca a propósito de Góngora- "el primer 
grado del enunciado, lineal y 'sano'" (l999b: 1155). Dicho 
procedimiento será llevado hasta sus últimas consecuencias en 
Cobra (1972), gracias a esa constelación de enanas blancas de 
las más dispares procedencias que se dan cita en la novela. 
Se trata no sólo de "poner a gravitar el texto sobre un sistema 
pre-constituido que sirve de comparante en una analogía silen­
ciosa que explica lo diegético a través de lo intertextual o, si se 
quiere, lo 'natural' a través de lo 'culturar " (Guerrero , 1987: 
175), gracias a los epígrafes de las dos partes del capítulo 
"Enana blanca" (la cita de La astronomía de Hoyle y el recorte 
de Le Monde), sino también de establecer toda una red de ana­
logías ciertamente descabelladas que funcionan a partir de una 
peculiar ley de la semejanza o isomorfía visual: la Maribárbola 
de Las Meninas (Sarduy, 1999d: 454), la niña albina, coronada y 
raquítica de Rembrandt (454) , la pareja de las Monstruas (vesti­
da y desnuda) de Carreña (476), Shirley Temple (543), o los 
epítetos pigmea albuginosa (489), liliputiense lechosa (489), etc . 
El procedimiento se corresponde con el de la proliferación, el 
segundo de los mecanismos de artificialización del barroco, tal 
como Sarduy los define en su ensayo "El barroco y el neoba­
rroco": "Obliterar el significante de un significado dado pero 
no remplazándolo por otro , por distante que éste se encuentre 
del primero, sino por una cadena de significantes que progresa 
metonímicamente y que termina circunscribiendo al signifi­
cante ausente, trazando una órbita alrededor de él, órbita de 
cuya lectura -que llamaríamos lectura radial- podemos in­
ferirlo" (l99ge: 1389). 
Como bien señala Rolando Pérez, esa elipse trazada en tor­
no a la enana blanca viene explicitada en Big Bang, en el poema 
homónimo, e incorpora al texto toda una serie de dobles que 
él identifica con las máquinas deseantes de Deleuze y Guattari 
(esos sistemas de producir deseo, en especial, flujos); dobles 
28 ~ CIENCIAS, FICCIONES Y CREENCIAS 
que, en última instancia, se relacionan con las máquinas dibu­
jadas por el pintor Ramón Alejandro para la edición de Fata 
Morgana de 1973 (edición bilingüe que, recordemos, se subti­
tulaba Para situar en órbita cinco máquinas de Ramón Alejandro/ 
Pour situer en orbite cinq machines de Ramón Alejandro): "part 
carnal, part metalhc: bionic images of desire , images of bionic 
desire"4 (Pérez, 2012: 116). De este modo se equiparan los mo­
vi.mientos de los cuerpos deseantes con los de los astros, esta­
bleciéndose una clara analogía, por ejemplo, entre la explosión 
del quásar 3C-446 y la eyaculación en el poema "Isomorfía", 
que se prolonga en los últimos textos del poemario , donde, a 
partir de la dilogía, "los cuerpos que aparecen en estos textos 
son tanto los del deseo erótico como los celestes: 'cuerpo di­
vino' y 'cuerpos celestes'" (Sánchez Robayna, 1999: 1559). 
y esto es aplicable tanto a Big Bang como a Cobra, a los poemas 
de la última parte de Nueva inestabilidad o incluso a Pájaros de 
la playa (1993), novela en la que la enfermedad se presenta 
como metáfora de la extinción del cosmos: "Los astrónomos 
veían cuerpos celestes, esferas incandescentes, o porosas, reco­
rridas por cataclismos de nubes carbónicas, rodeadas de ani­
llos, esplendentes o vi.driosas; para los cosmólogos fue como 
para los enfermos: nos conectaron con aparatos en que los 
astros son cifras que caen, invariables y parcas noticias del uni­
verso" (19991: 955). 
Si bien el texto científico de Hoyle apunta a un tipo pecu­
liar de enana blanca (la que forma parle de un sistema bina­
rio), las enanas blancas son variadas y pueden tener distintas 
procedencias: pueden ser el centro comprimido de una estrella, 
una vez que ésta ha pasado por una fase de expansión, como 
consecuencia de un proceso en el que, después de haberse 
transformado en helio buena parte del hidrógeno del núcleo 
de la estrella, éste se enciende y expande, dando como resul-
4 "en parte carnales, en parte metálicas: imágenes biónicas de deseo, imá­
genes de deseo biónico." 
30 ~ CIENCIAS, FICCIONES Y CREENCIAS 
tado una gigante roja. Y ese proceso de expansión-reducción, 
como sabemos, resulta crucial en Cobra. Pero a Sarduy le inte­
resa aquí destacar ese carácter binario o doble de la estrella, lo 
que le va a dar pie para su serie de dobles, aunque omite tam­
bién el proceso de acreción de las estrellas variables cataclísmi­
cas (un sistema binario donde una enana blanca toma o acreta 
materia de una compañera), que es el modelo sobre el que se 
construye el capítulo "La conversión": el trasvase durante la 
operación del dolor de Cobra a Pup, que sigue contrayéndose 
hasta morir. Aunque en la novela no hay alusión explícita a 
este proceso, sí se menciona en el texto VIII de Big Bang, "Gi­
gantes rojas enanas blancas": "Si la pareja es muy unida , en­
tonces se producirá una transferencia ele materia de la gigante 
hacia la enana" (1999f: 170). El texto de Hoyle, además, men­
ciona la Dog-Star (estrella perro), que es una de las denomina­
ciones que se le da a Sirius, por estar en la constelación del 
Can, designación que en la cita de Sarduy ha desaparecido. 
Pup, que en inglés quiere decir "cachorro", es además apócope 
de puppy, pero también, recurriendo al francés, sería la reduc­
ción del significante poupée ("muñeca"), de modo que el pro­
cedimiento de la reducción afecta incluso a los signos verbales. 
0 , por decirlo de otro modo, los significantes se comportan 
como astros. 
Sin entrar en detalles astronómicos, tanto Guerrero5 como 
. onzález Echevarría6 apuntaron al funcionamiento del texto 
, "Sarduy nos invita a leer el capítulo utilizando una teoría sobre la génesis 
del universo que se convierte, en las páginas de 'Enana Blanca', en una leoría 
,>o bre la génesis del texto y que da pie a una segunda ecuación, sumamente 
,lI racLiva, con la que el texto se transforma implícitamente en un pequeño cos­
IllOS regido por las leyes de la astronomía" (Guerrero, 1987: 175-176). 
" "En otro plano, la condición secundaria aparece alegorizada en la teoría 
l'osmológica del Big Bang, que se menciona en la novela y está vinculadaa 
la compresión y expansión del personaje Cobra en la primera parte. La teo­
Il a cosmológica del Big Bang, como su propio nombre indica , postula que 
('1 universo es una masa en expansión , producto de una explosión inicial 
VAGABU NDAS AZULES Y ENANAS BLANCAS: PRINCIPIOS DE ASTRONOMíA APLICADA ~ 31 
de Cobra en función de parámetros cosmológicos. Lo cierto es 
que Big Bang, el poemario, puede (y debe) ser leído casi como 
una hoja de ruta para la novela. De forma un tanto más difusa, 
el doble texto IX ("Vagabundas azules") y el diagrama X, con 
esa troupe de travestis que se encaminan hacia las morismas, 
remiten a la peregrinación que en Cobra lleva a las protagonis­
tas, después de encontrarse con Auxilio y Socorro en Toledo, a 
atravesar -Góngora mediante- el estrecho de Gibraltar. Del 
mismo modo, cada uno de los textos de Big Bang encuentra 
su cámara de eco en Cobra, haciendo de la novela -causali­
dad acrónica obliga- una perfecta retombée, no sólo del mo­
delo cosmológico del big bang, sino sobre todo del poemario, 
que , como la décima de la Dolores Rondón en De donde son los 
cantantes, le confiere sentido al texto (y viceversa). El procedi­
miento vendrá a ampliar el complejo sistema especular que ya 
opera en el poemario en su versión original bilingüe: ciencia! 
poesía, castellano! francés, cursiva /redonda, macrocosmos! mi­
crocosmos. _ (Fombona lribarren, 1991: 40-42). 
Pero si en el poemario se mantiene en general el tono serio 
-con la excepción del poema "Vagabundas azules" y, en me­
nor medida, "Enanas blancas", donde opera lo que Sánchez 
Robayna llamó plincipio de irlisión (1999: 1559)-, la novela 
será pródiga en esos desvaríos que provienen justamente de 
una exacerbación de lo literal o de la toma al pie de la letra 
de las metáforas astronómicas; así, los cuerpos terrestres emu­
larán a los celestes literalmente en sus derivas y rolaciones. Si 
Cobra se cuelga del techo (1999d: 444, 489), Pup entrará en 
órbita en un armario, convirtiéndose en alfeñique girante (489) 
(origen), cuyo eco (condición secundaria) es sólo percepLible en el movi­
miento de los fragmenLOs cósmicos que componen el universo -las ga­
laxias, 105 sistemas solares, los planeLas, el polvo de eSLrellas-. Esa explo­
sión inicial constiLUye, por lo lanLO, un origen ausente, un centro vacío del 
que sólo senLimos ecos que lo representan" (González Echevarría, 1999: 
1756-1757) 
32 .... CIENCIAS, FICCIONES Y CREENC IAS 
n, más explícitamente, en doble sate/izado en rotación (489), 
llegando al paroxismo durante la operación de Ktazob, donde 
"c superponen lüdicamente lo astronómico y el psicoanálisis 
lacaniano: 
-Son tan concentradas -concluyó A-, las emanaciones side­
rales de este alfeñique girante, que ha logrado invertir la flecha 
hiperestésica. La rotación, sin duda -y exhaló una voluta de 
humo-, la ha cargado de energía. Vamos a tener que sumergirla 
durante nueve días en un barril de hielo y atragantarla con sus­
tancias pasivas, y a usted , Cobra, suspenderla por el mismo 
tiempo al techo con una mordaza de trapecista para que pueda 
alcanzar las revoluciones requeridas, y mantenerla a sangre de 
puerco fresca, a ver si así obtenemos al menos una correspon­
dencia biunívoca que nos permita, llegado el momento de la in­
tervención y si la enana blanca ha sido lo suficientemente debili­
tada , soldándola a una placa de amianto, canalizar correctamente 
el curso del dolor [1999d 489] 
Los vestigios de la gran explosión se entremezclan, en cla­
ve textual, con los delirios tántricos de los personajes (en toda 
la segunda parte), con la mirada de los cuadrados concéntricos 
de un cuadro de Josef Albers (1999d: 540) o con la representa­
ción de Kathakali (en la sección "Las indias galantes"), donde 
los actores no sólo ponen en escena mediante la danza el mo­
vimiento astral, sino que, a partir del vínculo etimológico en­
I re el cosmos y la cosmética, sus maquillajes, la trace cosméLique, 
pasarán a constituir, en el imaginario sarduyano, un vestigio de 
la otra, la trace cosmologique, la radiación de fondo cósmico J 
I El vínculo lo establece el propio Sarduy en el programa de Radio Fran­
I l' A suivre, emitido el 15 de enero de 1978, que se presenta como una re­
Ilrxión filosófica sobre la trace o les traces -marca(s), huella(s), vestigio(s)-
1' 11 todas sus posibles dimensiones: artísLi cas, intelecLuales o relativas a lo 
Illlaginario; en él también participan, entre otros, Philippe Sollers, Michel de 
VAGA BUNDAS AZULES Y ENANAS BLANCAS: PRINCIPIOS DE ASTRONOMíA APLICADA ~ 33 
Esta radiación de fondo de microondas (la "Luz fósil" de Big 
Bang) es una radiación muy débil, pero constante, invariable e 
idéntica en todas partes, que no parece provenir de ninguna 
fuente presente identificable; los científicos la consideran un 
residuo de la gran explosión. Para Sarduy, este eco o vestigio 
cuyo emisor ha sido elidido (una derridiana luz sin origen, 
que ha sido tachado o anulado) sería el equivalente, en el ba­
rroco contemporáneo, de la elipse o la elipsis del primer barro­
co: "Ni escritura de la fundación -ya que el origen está a la 
vez confirmado y perdido, presente (como rayo fósil) y borra­
do- ni despliegue coherente de la forma capaz de elucidar las 
irregularidades manifiestas . La misión del curioso de hoy, del 
espectador del barroco, es detectar en el arte la relombéc o el 
reflejo de una cosmología para la cual el origen es casi una cer­
teza pero las formas que 10 sucedieron un hiato inconcebible, 
casi una aberración" (l999j: 1374). De ahí que, más ineluso 
que Big Bang y más que Pájaros de la playa, ese "diario sobre la 
extinción del cosmos y su metáfora: la enfermedad" (l9991: 
960), sea Cobra la más cabal representación de la relombée 
neobarroca, concebida como 
maLeria fonéLica y gráfica en expansión accidentada l ... ] Una 
expansión irregular cuyo principio se ha perdido y cuya leyes 
informulable [ ... ] un neobarroco en eSLallido en el que los sig­
nos giran y se escapan hacia los límites del soporte sin que nin­
guna fórmula permiLa Lrazar sus líneas o seguir los mecanismos 
de su producción . Hacia los límiLes del pensamiento, imagen de 
un universo que eSLall a has La quedar eXLenuado, hasta las ceni­
zas 11999j: 1375]. 
CerLeau o Jacques Derrida. En La sim,daci6n (1982) lo desarrolla, a propósi­
to de los sadús y la escritura corporal y de los travestis: "Pasión cosmética 
--como en los travesLis de Occidente-, pero a condición de dar a esa pala­
bra el sentido que tenía entre los griegos: derivada de cosmos" (1999h: 1299). 
34 ~ 
CIENCIAS. FICCIONES Y CREENCIAS 
El último poema de Big Bang ("Oriente/Occidente") con­
trapone, en dos columnas, la danza destructora de Shiva, la 
principal deidad del panteón hindú (a la derecha) , con el mo­
vimiento de expansión y fuga de los astros (a la izquierda). La 
referencia, que resulta relativamente diáfana para la parle occi­
dental, no lo es tanLO para la orienLal si no lo leemos a la luz 
del pasaje de Cobra al que el poema remite 
Hélices perpeluas, lUS brazos lo han lrilurado lodo. Entre las 
cobras desatándose y escupiendo llamas ha girado tu cuerpo. 
Sereno, sonriente , los geslos subrayados por círculos de fuego 
que tu propio vuelo rompe , que se arman otfa vez , rápidos , bor­
des incandescemes de finísimos hilos , relámpagos de arcoíris 
lelllos. Una corona solar sigue las ondulaciones de lu cuerpo y 
las repite en el espacio que alrededor de tus brazos , cuando gi­
ran, se incurva. 
Tu baile destructor ha eXlinguido la Tierra. Ahora , jadeame, 
contemplas el espacio devaslado. Los párpados le pesan. A los 
reptiles plácidos se abandonan tus brazos y tus piernas. Recues­
las la cabeza. Uno a uno tus músculos se aflo.jan. Los ojos elllre­
abierto.s, ves el cielo de invierno. El viento. de la no.che desdibuja 
Io.s árboles . 
De lU o.mbligo surgirá la flo.r de 10Lo. y de ella el creador. 
Bailarás OLra vez. 
Vuelve a dormine [1999d: 579]. 
En la novelaaparecen contrapuestas dos de las represenLa­
( Iones más habituales de Shiva: la estática, en que aparece sen­
!.lelo en un lecho de serpientes que se enroscan en su cuerpo, y 
,¡quella otra extática, donde ejecuta la tandava, la danza de la 
destrucción (o más exactamente, el ciclo cósmico de creación 
>' destrucción). Como tantas veces en Cobra, nos encontramos 
oIllle dos écfrasis, que remiten a sendas imágenes de Shiva. La 
1l'lerencia a esta danza de la destrucción -que en el poema 
VM ,ABUNDAS AZULES Y ENANAS BLANCAS: PRINCIPIOS DE ASTRONOMiA APLICADA ~ 35 
es mucho menos obvia- posee la particularidad, ausente en 
la novela, de contraponer y superponer el paradigma científico 
al religioso , pues ambos terminan confluyendo en los dos ver­
sos finales (1999f: 174): 
Orien te / Occidente 
gigantes rojas 
enanas blancas 
viajeras azules 
huecos negros 
huyendo 
hacia los bordes 
del espacio 
bailas: huellas de tus pies 
en la nieve carbónica 
gestos reflejados 
en aristas de Juego 
cobras escupen llamas 
se alU/dan: 
tu lecho 
el tiempo ha terminado 
vuelve a dormirte 
En última instancia, se equiparan o se les confiere la mis­
ma legitimidad a una y otra explicaciones del universo: la que 
apunta a un espacio-tiempo lineal e histórico y que, por consi­
guiente, se extingue, y la que apunta al carácter cíclico del uni­
verso y la existencia. La circularidad misma que adquiere el 
poema en su distribución en el espacio de la página parece 
conferirle una cierta primacía a la cosmogonía hindú, pues no 
en vano el último verso (no sólo del poema, sino también del 
poemario), que es idéntico en Cobra, está dirigido a Shiva. 
Pero , bien visto, la disposición del poema hace pensar tanto 
en la corona solar y en el movimiento helicoidal atribuido a 
Shiva como en la huida de los astros hacia los bordes del uni­
verso, como consecuencia de la gran explosión, dejando en el 
interior ese centro vacío. Se hace difícil no traer a colación las 
36 ... CIENCIAS, FICCIONES Y CREENCIAS 
palabras de Andrés Sánchez Robayna, cuando alude a la con­
cepción de la poesía en Sarduy "como un 'diseño' de lenguaje , 
'sto e , la concepción del texto no como un sistema de infor­
mación y comunicación sino, en la tradición mallarmeana , 
como una escena, un espacio de representación en el que tiene 
1 ugar una suerte de danza [ ... J de las palabras, una representa­
ción que aspira a disolver o desmantelar toda ilusión de refe­
rencialidad" (1999: 1558). Y sobre todo , ese modo de proce­
der nos remite a algunas de las citas que años después recoge 
en la sección "Fórmulas para salir a la luz", de Nueva inestabili­
dad; en concreto, a la de Paul Feyerabend, tomada de Contre 
/(/ méthode, esquisse d'une théorie anarchiste de la connaissance, a 
propósito de la necesidad de confrontar las alternativas teóri­
cas e incluso de combinarlas con otro tipo de explicaciones 
del universo: 
Es importante que las alternativas teóricas se erijan unas contra 
otras y no se consideren aisladas o castradas por ninguna forma 
de dcs-mitologización. A diferencia de Tillich , de Bultmann y de 
sus discípulos, debíamos de considerar la imagen bíblica del 
mundo, la epopeya de Gilgamesh, la llíada, la Edda , como cos­
mologías alternativas y terminadas que pueden servir de reem­
plazo o de substitución a las teorías " ientíflcas" de un periodo 
daclo [1999j 13761 
No otra cosa encontramos en Steady State, una serie de 
poemas mucho menos conocidos que los de Big Bang, publi­
(, Idos en los números 2 y 3 de la revista canaria Blanco en 
1980. Estos seis poemas, dedicados a Antonio Zaya, constan 
(le sendas imágenes con sus respectivas leyendas en prosa y 
1111<1 misma estructura: un enunciad9 científico al que, tras dos 
puntos, sigue una suerte de comentario que pretende arrojar 
111 2 sobre el primero o situarlo en el ámbito literario o filosó­
Il eo. De manera mucho más evidente aquí que en Big Bang, 
VA( ,ABUNDAS AZULES Y ENANAS BLA NCAS: PRINCIPIOS DE ASTRONOMíA APLICADA ~ 37 
recurriendo a la frase sentenciosa, al apotegma o al Sutra bu­
dista, se presentan los procesos del cosmos como explicación 
de diversos fenómenos humanos (o a la inversa), aunque la 
relación no siempre sea evidente para el receptor. 
Como teoría científica, la del steady state se remonta a 
1948, cuando Herman Bondi, Thomas Gold y Fred Hoyle pro­
ponen ese modelo del estado estacionario, cuya aceptación 
mermará a partir de los años sesenta con el descubrimiento de 
la radiación de fondo de microondas, que supone un espalda­
razo a la teoría del Big Bang. Para estos científicos, el universo 
sería estable e inmutable, su estado continuo e implicaría una 
creación a partir de la nada: "Universo en equilibrio perpetuo , 
sin comienzo ni fin, ilimitado en el pasado y en el futuro, reno­
vándose perpetuamente, y ello a condición de que se cree, por 
año, un solo átomo de hidrógeno en el volumen que ocupa un 
rascacielos, a condición, también, de aceptar que contraria­
mente al principio capital de la física -la conservación de la 
materia- ésta se crea y se destruye" (Sarduy, 1999g: 1247) 
Esta teoría, que encuentra su retombée en la novela H (1973) 
de Philippe Sollers, vendría, según la lectura de Sarduy, a im­
pugnar, no el dato científico, la constatación de que el universo 
está en expansión, "sino su fundamento teológico, tan apa­
rente como el que sustentaba el círculo de Galileo" (1248). 
Mediante un tour de force, Sarduy vincula este modelo, al final 
de la sección "Steady State" de Barroco, con el budismo "Espa­
cio sin escansión, tiempo que desaparece, sin fallas, en el hori­
zonte, y cuya luminosidad, con la neutralidad del sunyata, que 
Occidente descubre aquí al final de su parábola, tiende hacia 
cero" (1249) . El vínculo, que no queda del todo claro en este 
texto , constituye uno de los centros de los poemas de Steady 
State: la negación de la aparíencia estable de ese universo esta­
cionario, puesto que lo que vemos no permanecerá. Es el caso 
del poema sobre el canibalismo galáctico, donde a la descrip­
ción de la fotografía se le añade un verso del Sutra budista del 
38 .... CIENCIAS, FICCIONES Y CREENCIAS 
diamante: "Los fenómenos de la vida pueden ser comparados a 
un sueño, a una fantasía, a una burbuja de aire, a una sombra, 
al rocío espejeante, a la claridad del rayo, es así como deben 
ser contemplados" (Sarduy, 1980: 46), 
Asistimos aquí a una suerte de remedo con respecto a la 
íLlosofía budista Mahayana, donde se modifica la situación en 
que el maestro recurre a la naturaleza o a situaciones de la 
vida cotidiana para ayudarle a comprender al alumno qué es 
la vacuidad (sunyata). Es lo que sucede con el poema acerca 
de las galaxias elípticas: "Un conglomerado de galaxias. Este 
conglomerado, situado en la constelación llamada Corona 
boreal, está formado enteramente de galaxias elípticas, que 
se distinguen de las estrellas de ese campo por su aspecto 
difuso: lo que es forma, eso es vacío; lo que es vacío, eso es 
¡orma" (Sarduy, 1980: 45), donde se incorpora el Sutra del 
corazón. O con el que versa sobre "las relaciones diámetro 
:tparente-décalage espectral" según los diferentes modelos de 
universo (euclidiano , estacionario y otros, 44). Lo destaca­
hle de estos textos es no sólo la confrontación (o equipara­
l' ión) de ambos modelos, científico y filosófico, sino sobre 
lodo la fina ironía que los recorre, muy presente en esa ga­
laxia elíptica que tiene consciencia de no pertenecer al mode­
lo cosmológico prebarroco ("sabe que el renacimiento se ha 
agotado", 43) o en esos modelos o esquemas de conocimien­
I ll , útiles en un momento concreto, pero que, una vez supe­
I':\dos, habiendo alcanzado la otra orilla , hay, como la balsa 
(1 ' la Doctrina, que abandonar (44) 
No se nos escapa, contemplando las imágenes, la inver­
' 01011 a que se somete en ellas el blanco de la página, manchado 
() 110 de signos negros. O de barras, como acontece en la pintu-
1,1 de Franz Kline, conrespecto a la cual se posiciona la serie 
"I\lginas en blanco"; son seis poemas ya publicados en la déca­
d,l de los sesenta, que integran la sección "Otros poemas" en la 
('di ción de Big Bang de 1974 y que suponen sendas variaciones 
VA! ,AIlUNDAS AZULES y ENANAS BLANCAS: PRINCIPIOS DE ASTRONOMíA APLICADA ~ 39 
sobre fondo y forma, blanco y negro (o blanco sobre blanco). 
Si en ellos encontramos una "breve meditación sobre el Otro, el 
blanco y la vacuidad" (Guerrero, 1999: 1691) , aquí la medi­
tación gira en cierto modo en torno al negro y la vacuidad: a 
un espacio que constituye un vacío en el que, como en el tex­
to del conglomerado de galaxias, la forma y el vacío se confun­
den. No hay que perder de vista que estos poemas, publicados 
en 1980, aunque quizá escritos antes , son coetáneos a Maitreya 
(1978), la novela del Buda que vendrá, en la que la noción de 
sunyata alcanza su máximo desarrollo. 
La noción del vacío en Sarduy ha sido ampliamente estu­
diada por Guerrero , que ha explicado las distintas proceden­
cias u orígenes (no sólo el budismo, también el taoísmo, el 
barroco , la tradición mística española, etc.) y los modos de 
funcionamiento en la obra sarduyana, incluida su vincula­
ción a la teoría de la gran explosión, como consecuencia de 
la cual el vacío espacial aumenta, pues las galaxias , irreme­
diablemente, se alejan las unas de las otras. Pero ¿por qué ti­
tula entonces Sarduy esta serie de poemas Steady StaLe t Varias 
son las razones que se me ocurren. En primer lugar, ya vimos 
que Severo se muestra firme partidario de confrontar cosmo­
logías alternativas, tengan éstas un origen científico (Big Bang 
vs. steady state) o filosófico-religioso (las tradiciones preislá­
mica, judía, hindú , taoísta, budista, etc.) Además, como ya 
señalaba Guerrero, "Sarduy aborda la ciencia meno como un 
conocimiento sistemático del mundo de la representación 
que como una pura representación del mundo , como una 
hermosa ficción" (1999: 1701); de ahí que , finalmente, esa 
teoría del estado estacionario , por muy errónea que se haya 
revelado, le interese, pues implica una narración en la que 
acontece una creación de la materia a partir de la nada, lo 
cual le resulta literariamente lo bastante atractivo como para 
colocarla, como hizo con el hinduismo en el último poema 
de Big Bang, frente al espejo de la filosofía budista. O , como 
40 .... CIENCIAS. FICCIONES Y CREENCIAS 
,lpunta Leonor A. de Ulloa al respecto, "producto de una era 
científica en que las fronteras del cosmos se han expandido 
CIl busca de la Gran Unificación, o teoría que une los dos 
grandes éxitos intelectuales de la astrofísica del siglo xx, rela-
1 i vidad y quantum, las obras de Severo Sarduy buscan realizar 
Irrisoriamente y hasta la saciedad la diversidad de toda una 
cpoca" (1989 : 100-101). Y, a fin de cuentas, vistas desde la 
I ugacidad de la fijeza presente, "las galaxias tejen un maravi­
lloso tapiz de motivos complejos en medio de gigantescos es­
pacios vacíos" (Sarduy, 1999j: 1372), con independencia de 
que éstas estén o no en expansión, lo cual no podía sino 
constituir una fuente de interés para Sarduy.8 De todos mo­
lIos, la presencia del Sutra del diamante cerrando la serie, 
mmo respuesta o imagen especular de un texto científico que 
,llluncia el cambio de la disposición de las galaxias dentro de 
Gregg Lamben ofrece una respuesla similar: "Severo Sarduy compre­
lil'nded lhis well when he compared lhe I1 cuha rroco lO the effect of an ever-ex­
p.lIlding universe caused by the 'Big l3ang'; however, he also discerned the 
prnhlem of the perception of this change fram the facl lhat our fundamel1lal 
Illelaphors still belong LO what he called a 'Sleady- tale' universe, making it 
ddficuh (if nOl impossible) lO grasp this change in lhe form of absolule nov­
,·ll y. but inslead, as a deformation or a disfiguration thm first appears in com­
p;lrison with the original Baroque model" ["Severo Sarduy comprendía esto 
IlIen al comparar e l l1 eoharroco con el efecto dc un uni verso en incesan te 
"'pansión a consecuencia de la Gran Explosión; no obstante , también se 
pncaUlba del problema relativo a la forma de percibir este cambio, tocla vez 
que nuestras metáforas fundamentales aún pertenecen a lo que él llamaba 
1111 universo en 'eslaclo estacionario'. De moclo que se hace dificil (si no im-
1 l<1~lble) el1lender precisamente este cambio viéndolo bajo la forma de una 
1 "Ivcdacl absoluta: en vez cle ello , hay que concebirlo como una deformación 
,1 desfiguración que se hace evidel1le en primera instancia al compararlo con 
,'l l11odelo barroco original"] (2008: 91). Aunque un tanto simplificadora, su 
h lura, que idel1lifica ambos modelos (stcady state / Big Bal1g) con la querella 
de anl iguos y modernos, donde Europa asumiría el papel tradicional y Amé­
Ilca Lmina encarnaría el futuro (92) , reviste no poco inlerés, al considerarla 
IllIa estrategia poscolonial de represeIllación de la cultura , algo que ya había 
. Ido apuntaclo , clescle clistintas perspectivas, por Peter Hallwarcl (2001) Y 
I llI~ Parkmson Zamora (2011 ). 
VA<,ABUNDAS AZULES Y ENANAS BLANCAS: PRINCIPIOS DE ASTRONOMiA APLICADA ~ 41 
mil millones de años ,9 hace del título una perfecta antífrasis 
que da cuenta de que tampoco en el firmamento hay I1CLda 
perman ente ni veraz. 
Aunque ni en la revista canaria Blanco, donde aparecieron 
por primera vez, ni en las reproducciones del Catálogo de la 
exposición que el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía 
le dedica en 1998 -la única publicación reciente donde se 
pueden consultar-, se especifica la procedencia de las imáge­
nes que acompañan a los poemas (que son parte del poema) , 
suponemos que éstas provienen de distintas fuentes científi­
cas.IO A la utilización, pues, del intertexto científico , desplazado 
y situado en un contexto poético , a la manera en que se hacía 
en Big Bang (donde sólo se insertan dos gráficos o esquemas), 
los poemas de Steady State añaden un intertexto visual , sin el 
cual el poema no está completo; pero , a diferencia de lo que 
tenemos en Flamenco o Mood Indigo, los textos no se encuadran 
en el "espacialismo de filiación post-mallarmeana" (1999: 1556) 
de que nos habla Sánchez Robayna, que tanto lo aproxima al 
concretismo brasileño. Al contrario, aquí el poema (en prosa) 
se sitúa ortodoxamente en horizontal, sin estridencias tipográ­
ficas, como comentario de la imagen más que como écfrasis. 
Esto no le impide a Sarduy, sin embargo, practicar un doble 
juego de exacerbación de la literalidad, en primer lugar, con la 
oscuridad, presente tanto al pie de la letra como en sentido 
figurado , por las dificultades de comprensión que generan 
obras como ésta; y en segundo lugar, y con independencia de 
que esto haya sido conseguido de forma voluntaria o sea fruto 
del azar y las condiciones de edición del texto , por el ejerci-
9 Nótese que, quizá por traducir del inglés, Sarduy suele utilizar erró­
neamente el término billón , que en el ámbito anglófono equivale a mil millo­
nes (billion), pero que en el hispánico equivale a un millón de millones. 
lO La imagen de la Corona Boreal (Sarduy, 1980: 45) , por ejemplo, apare­
ce reproducida en el libro de Hoyle (1975: 83) , de donde podría haber sido 
lomada. Se trata de una imagen del telescopio Hale, en el observatorio de 
Palomar, San Diego (Estados Unidos). 
42 ..... CIENCIAS, FICCIONES Y CREENCIAS 
l 10 de sobreimpresión gráfica que encontramos tanto en la 
Illlagen de la galaxia elíptica (Sarduy, 1998: 61) como en la que 
..,c presenta el gráfico con la relación de la masa de hidrógeno 
llm la luminosidad en los diferentes tipos de galaxias ll (1998: 
')9). Así, con no poca ironía podemos no sólo leer literalmente en 
las estrellas (o fingir hacerlo, por la ilegibilidad de los signos) , 
.., 1110 que esa escritura cifra justamente su origen; no el del refe­
rente externo (la galaxia NGC 4278) , sino el de la propia repre­
.., 'l1tación, que en este caso no ha sido tachado ni obliterado, 
.., 111 0 que permanece ahí, a la vista de todos, como un tatuaje 
cósmico que remeda, con esos signiflcantes poco legibles, la luz 
losil o radiación de fondo de microondas, O, para decirlo en 
lerminos sarduyanos, la historia del iris queda secretamente cifra­
e/o en lo que se ve (l999j: 1369). La operación, de más está de­
cirlo, constituye una juguetona vuelta de tuerca a la visión ba­
I roca del universo, tal como lo concibieron Calderón, Sigúenza 
)' Góngora o Sor Juana, "como una gran combinatoria de sig­
IlOS en movimiento" (González Echevarría, 1987: 171) , una 
legibilidad cósmica que ya había sido parodiada por Sarduy 
en su poema "Vagabundas azules", con esas Cosméticas que, en 
.., u huida a Marruecos, querían citar textualmente el universo 
( 1999f: 170). Ahora nos ofrece unos astros en los que la escri-
1 ura no sólo está diluida, sino que también se nos da invertida 
y, por su ilegibilidad, con un significado ausente; unos astros 
(lIya escritura no es más una pantalla que, aunque revela el 
origen , oculta un vacío: 
el barroco europeo y el primer barroco latinoamericano se dan 
como imágenes de un universo móvil y descentrado , pero aún ar­
mónico [ ... J Al contrario, el barroco actual , el neobarroco, refleja 
11 Desconozco cuál es la fuente de que se parte para las reproducciones 
del Catálogo del Museo Reina Sofía. Lo cieno es que dichas sobreimpresio­
II " S están ausentes en los textos publicados en la revista Blanco. 
VACABU NDAS AZULES Y ENANAS BLANCAS: PRINCIPIOS DE ASTRONOMíA APLICADA ~ 43 
FIGURA 1.3. La galce<:ia elíptica NGC 4278, en la cual un contenido gaseoso 
relativamente importante se midió por primera vez en Nancay. Es ta 
galaxia fue descrita por el astrónomo americano Sandage como una 
ga laxia elíptica típica. MLlestra una graduación de intensidad desde el 
centro hasta el exteriOl; donde su luminosidad se confunde con la del cielo: 
sabe que el renacimiento se ha agotado. 
estructuralmente la inarmonía, la ruptura de la homogeneidad, 
de!logos en tanto que absoluto , la carencia que constituye nues­
tro fundamento epistémico. Neobarroco de! desequilibrio , reflejo 
estructural de un deseo que no puede alcanzar su objeto, deseo 
para e! cual e!logos no ha organizado más que una pantalla que 
esconde la carencia [1999g: 1252] 
44 .... CIENCIAS, FICCIONES Y CREENC IAS 
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unlvers stationhaire 
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I: IGURA 1.4. Las relaciones diámetro aparente-décalage espectral, segú n 
los diferentes modelos del universo: así también sucede con la balsa 
de la DocLri na. 
Sarduy no es el primero ni el último en tender puentes 
entre las artes y la astronomía, la cosmología o la astrofísica. 
1;1 vínculo estuvo a la orden del día en el Barroco, tanto por 
la vía astrológica como por la astronómica (Gil e lturralde, 
1991: 337). Si nos ceñimos a la tradición hIspánica , es esen­
cial en las Soledades (1613) de Góngora, en La vida es sueño 
( 1635) de Calderón, gracias al personaje de Basilio, en el Pri­
/II ero sueño (1692) de sor Juana o en la Libra astronómica 
( 168 1) de Sigüenza y Góngora, por citar tan sólo a los más 
destacados . Incluso en la literatura cubana contemporánea 
existe una larga tradición, que parte de José Martí y que , pa­
..,ando por Carlos Manuel Loynaz y Lezama Lima, llega hasta 
VA<,ABUNDAS AZULES Y ENANAS BLANCAS: PRINCIPIOS DE ASTRONOMíA APLICADA ~ 45 
FIGURA 1.5. Un conglomerado de galaxias. Este conglomerado, situado 
en la constelación llamada Corona boreal, está formado enteramente de 
galaxias elípticas, que se distinguen de las est rellas de ese ca mpo por su 
aspecto difu so: lo que es forma , eso es vacío; lo que es vacío, eso es forma. 
Reinaldo Arenas, como han analizado María Begoña de Luis 
Fernández (con Orlando Coré) en El universo de los esc ritores 
cuba11 os. Astrofísica y literatura (1995) o en el ensayo "Física para 
humanistas" (1999). Haroldo de Campos, el poeta brasileño 
cofundador del grupo Noi.gandres, que Lanto en común tuvo 
con Sarduy, publicará en 1984, bajo el título de Galáxias, un con­
junto de textos escritos desde los sesenta en los que la escri.tura, 
como quería Sarduy, forma una galaxia de sentido. 
Sin embargo, pocos son los autores que, yendo más allá 
de lo descriptivo, lo laudatorio , lo ornamental o lo meramente 
46 .... CIENCIAS, FICCIONES Y CREENCIAS 
,l llccdótico, hayan incorporado el cosmos y la reflexión sobre 
(,1 mismo a su poética con la intensidad con que lo hizo Severo 
",¡rduy. Porque además de familiarizar a sus lecLores con todos 
1(1<; accidentes geográficos del cosmos -llega incluso a aso­
Illarlos al borde de un agujero negro-, explotándolos poética 
)' lúclicamenLe; de superponer cosmologías y cosmogonías sin 
priorizar necesariamente lo científico sobre lo filosófico, lo 
Il'l igioso o lo poético; de perturbar o replanLear la noción de 
tcxto poético, con la inserción en la obra liLeraria de elementos 
FIGURA 1.6. La galaxia central del conglomerado de galaxias 
. '\VCl 0257 + 3542 representa quizá un ejemplo de canibalismo múltiple. 
El estudio de los componentes de ese sistema muestra que formará 
lJi obablemente una sola galaxia dentro de un billón de años: los fenóme­
/lOS de la vida pueden ser comparados a un sueño, a una fantasía, a una 
IJI/rbuja de aire, a una sombra, al rocío espejwnte, a la daridad del rayo: 
es así como deben ser contemplados. 
VAGABUNDAS AZULES Y ENANAS BLANCAS: PRINCIPIOS DE ASTRONOMíA APLICADA ~ 47 
provenientes del discurso científico, que entrarán en diálogo 
con lo poético, con la consiguiente contaminación de ambos; de 
vincular su trayectoria individual, mediante la poesía o median­
te la auto ficción, a la de unos astros siempre en fuga; además, 
por si fuera poco, de elaborar una de las teorías más sofistica­
das que vinculan el conocimiento científico con el artístico, la 
de la retombée; además de todo esto, Sarduy hace del universo su 
universo y convierte el espacio sideral en el mejor espacio posi­
ble para materializar esa poética de la destenitorialización de que 
habla Néstor Perlongher, consecuencia del afán barroco por 
salir de los cauces trazados ("el barroco siempre choca y corre 
un límite preconcebido y suj etante", 1996: 20). Y aunque la 
mirada al cosmos, en Severo, tenga un efecto boomerang, pues 
finalmente termina volviendo sobre la tierra (con frecuencia, 
Marruecos, las filosofías orientales, la India), el gesto amplifi­
cador deja su huella , así sea simbólica, y se convierte en una 
estrategia muy inteligente de descentramiento donde Europa 
ya no necesariamente está en el centro de la nueva episteme 
neobarroca. 
En el ensayo "A la sombra de Arecibo. (Mito y novela: 
hoy)" (1991), tras establecer una hermosa correlación entre 
el lenguaje de la cosmología y el de la poesía y el mito, Sarduy 
compara la función del observatorio de Arecibo en Puerto Rico 
con el rol del escritor: 
Desde Arecibo se configura o se provoca el Mito, ya que desde 
ese observatorio, y desde hace años, se lanzan hacia todas las 
galaxias visibles en nuestro universo [ ... ] señales evidentes, inte­
ligibles , descifrables por cualquier ser dotado de inteligencia. 
Dentro de algunos miles de años, quizás esas señales sean capta­
das y devueltas; quizás lo han sido ya. 
Arecibo es pues la metáfora del Milo. También del escritor, 
que emite señales, signo, sin saber si, del otro lado del espacio, 
alguien va a responder. .. [19991<: 1426-1427] 
48 ... CIENCIAS, FICCIONES Y CREENCIAS 
Aficionado como fue a exacerbar la literalidad, a teatralizar 
11.lsla los mismos procesos creativos, e incluso a encarnarlos, 
.ll"duy se ve a sí mismo en sus últimos años como un astro 
que se extingue, pero cuyas emisiones,después de su desapa­
Il ción, seguirán siendo perceptibles, en forma de luz fósil, para 
r I/c¡{quier ser dotado de inteligencia. Aunque distinto, el procedi­
IIliento es análogo en el soneto que Severo le dedicara al cubano 
(,onzález-Esteva, en Un testigo perenne y delatado (1993); un 
Jloema que, como la mayor parte de los textos del periodo, 
vIllcula el devenir del universo con la trayectoria personal del 
1I1c.lividuo que se sabe al borde de la extinción, superponiendo 
,) confrontando una vez más lo universal (la ciencia) con lo 
parlicular e íntimo (la poesía): 
Que se quede el infinito sin estrellas 
que la curva del tiempo se enderece 
y pierda su fulgor cuando se mece 
un planeta en su abismo y en las huellas 
del estallido primordial. Aquellas 
noticias recibidas del comienzo 
de las galaxias, del vacío inmenso 
hoy son luz fósil. Paradojas bellas 
que anuncian por venir lo transcurrido 
y postulan pasado lo futuro. 
Universo del pensamiento puro: 
un espacio que fluye como un río 
un tiempo sin presente, opaco y frío. 
El tiempo de la espera y el olvido. 
VAGAB UNDAS AZULES Y ENANAS BLANCAS: PRINCIPIOS DE ASTRONOMíA APLICADA ~ 49 
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Gustavo Guerrero y Franc;:ois Wahl Ceoords.): Madrid, 
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Gustavo Guerrero y Franc;:ois Wahl Ceoords.): Madrid, 
ALLCA XX, pp. 1679-1688. 
VA(,ABU NDAS AZULES Y ENANAS BLANCAS: PRINCIPIOS DE ASTRONOMíA APLICADA ~ 53 
Severo Sarduy no estaba seguro de que las obras lite­
rarias, aun las mejores, no acabaran siendo un mero 
objeto de curiosidad arqueológica o se perdieran 
irremediablemente en el olvido, arrastradas por la 
mudanza de horizontes que se anunciaba.Tampoco 
encontraba motivos para eximir de ese destino a los 
libros que él mismo había escrito. Afortunadamente, 
sus predicciones no se han cumplido, pues, aun 
cuando en muchos aspectos nuestras vidas han 
cambiado de un modo drástico e imprevisible en los 
últimos veinte años, ni la literatura se ha convertido 
en pieza de museo, ni la del propio cubano ha deja­
do de tener lectores que la sigan contextualizando 
en nuestro presente. 
Cámara de eco. Homenaje a Severo Sarduy suma las 
voces de Franc:;ois Wahl, Georg Wink, Rubén Gallo, 
Eduardo Becerra, Juan Manuel Bonet, Alfonso 
Palacio, Rolando Pérez, Anke Birkenmaier, Lina 
Meruane, Silvia Hueso, Milagros Ezquerro, Pedro 
de Jesús, Cira Romero, Gonzalo Celorio, Rafael 
Rojas, Andrés Sánchez Robayna, anne Timmer y 
Christopher Domínguez Michael, quienes interro­
gan e iluminan el legado de Sarduy a las letras his­
panoamericanas. Los editores, Gustavo Guerrero 
y Catalina Quesada, proponen la comprensión del 
momento histórico del escritor cubano y suman a 
esta obra la función de una cámara de eco donde 
espacios y tiempos se conjugan , creando el efecto 
instantáneo de una reverberación o un espejeo, 
acaso el palimpsesto sonoro de una conversación 
ubicua e imprevisible entre él y nosotros. 
SEVERO SARDUY (Camagüey, 1937-ParÍs, 1993) fue narrador, 
poeta y ensayista. En 1960 viajó a París para nunca regresar a 
Cuba. Se vinculó al círculo de pensadores y escritores estructu­
ralistas de la revista Tel Quel en París y fue editor de las coleccio­
nes internacionales de Éditions du Seuil. Entre sus principales 
publicaciones se encuelllran Gestos (1963) , De donde son los can­
tantes (1967), Cobra (1972), Maitrpya (1978) y el libro de poe­
mas Big 13ang (1974) ; en el FCE se han publicado Obras I. Poesía 
(2007) , Obras 11. Tres noveúlS (2011) y Obras Ill. Ensayos (2013) .

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